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ANTONIO TOVAR La science ne vit pas de venté,

MAGISTRO ATQVE AMICO elle vit de preme.


INMEMORIAM A . MEILLET

Con la misma dedicatoria —esta vez a su memoria— y bajo el mis-


mo lema que figuraban en la primera edición de 1934, la Fundación
Pastor cree prestar un servicio a los estudiosos al poner a su disposición
esta reimpresión de una obra hace tiempo agotada y que muchos consi-
deran un clásico en la bibliografía de la lingüística estructural. A conti-
nuación reproducimos parte de los prólogos de la primera edición y de la
traducción francesa de 1982. La Fundación Pastor hace constar expresa-
mente su agradecimiento al Consejo Superior de Investigaciones Científi-
cas, que ha autorizado esta reproducción.

DEL PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN ESPAÑOLA

«.Entre las dos partes que componen la presente monografía existe


una íntima compenetración. La interpretación de los tiempos y aspectos
del verbo griego antiguo —que es el objetivo primero y principal que
nos propusimos y que constituye el cuerpo de la obra— resulta de una
aplicación de la teoría desarrollada en los capítulos I y II. Creemos, por
ello, que nuestro estudio tiene un interés doble.
Para la lingüística funcional (o estructural, que para nosotros es tér-
mino equivalente) presentamos una teoría de las oposiciones morfológi-
cas significativas (fundamentalmente idéntica a la de R. Jakobson y estre-
chamente vinculada a la doctrina fonológica de N. S. Trubetzkoy, de A.
Martinet, del mismo Jakobson y de otros) y un método de análisis pensa-
do en función de la teoría y del objeto a analizar. Desde este punto de
vista, el estudio de los aspectos y tiempos del verbo griego antiguo (hasta
ca. siglo III a. C.) puede ser considerado como comprobación de esa teo-
ría, especialmente valiosa por verificarse en una lengua que cuenta con
descripciones minuciosas y abundantes. Esta aplicación que sirve de com-
probación es de absoluta necesidad. Con frecuencia, en efecto, la nueva
lingüística funcional o estructural ha adoptado un tono dogmático y un

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método casi exclusivamente deductivo (que son causa de que otros lin-
güistas adopten una postura de reserva o de decidida hostilidad frente a
ella), olvidando que sus doctrinas no son sino teorías, esto es, conjuntos
orgánicos de hipótesis destinados a explicar unos hechos. Es cierto que
esta teoría funcional o estructural del lenguaje, en sus distintas modali-
dades, se basa generalmente en el conocimiento más profundo de la na-
turaleza del lenguaje humano que surgió de las enseñanzas de P. de
Saussure. Pero también es cierto que la concepción de la lengua como
sistema orgánico es, en último término, una hipótesis de trabajo y que,
en todo caso, en cualquier teoría es ineludible cumplir la exigencia me-
todológica de la comprobación: será preferible aquella teoría que permi-
ta explicar más hechos, si es posible, todos sin excepción. En esta inter-
pretación funcional exhaustiva de un sistema gramatical repetidamente
estudiado creemos que reside el principal interés de nuestra monografía
para el lingüista estructuralista.
A helenistas e indoeuropeístas creemos ofrecer una interpretación más
científica y comprensiva de los aspectos y tiempos del verbo griego anti-
guo, que da forma a una descripción minuciosa y detallada, en constante
contacto con los textos, conforme a la tradición filológica de la gramática
tradicional y de la lingüística histórica. Si bien la interpretación que se
da es estática, ahistórica, conviene proclamar aquí mismo que nuestro
trabajo hubiera sido imposible sin la ingente labor de compilación, clasi-
ficación e interpretación de fenómenos gramaticales llevada a cabo por la
lingüística histórica.
Independientemente del orden en que aparecen expuestas, ambas
partes —teoría y praxis— han crecido paralelamente en mutua compene-
tración. La teoría ha surgido unas veces del estudio de los hechos; pero
otras veces se ha desarrollado por sí misma para pasar a ser comprobada
y ampliada a la vista de los textos. Hasta una fase avanzada de su elabo-
ración, este estudio no se liberó de consideraciones históricas para con-
vertirse, por razones metodológicas, en un análisis puramente sincrónico,
que debe necesariamente ser previo a toda construcción genética o evo-
lutiva.
Aunque los dos primeros capítulos sientan las bases para la interpre-
tación que se lleva a cabo en los demás, quien no se interese en princi-
pio por cuestiones teóricas puede empezar la lectura, sin grave inconve-
niente, por el capítulo III».

DEL PRÓLOGO A LA TRADUCCIÓN FRANCESA

«No resulta fácil escribir, a ruego de los traductores, el prólogo de la


edición francesa de una obra que, veinticinco años después de su publi-

— VIII —
cación en español, no ha perdido, según ellos, su interés ni para los he-
lenistas ni para los especialistas en lingüística general.
En efecto, nadie mejor que el propio autor tiene conciencia de que
sería deseable introducir modificaciones que, aunque no afectasen sensi-
blemente a los resultados del estudio, obligarían en buena parte a escri-
bir un libro nuevo. Sobre todo hoy utilizaría materiales tomados de un
corpus cerrado, analizado exhaustivamente, y procedería a una serie de
innovaciones terminológicas: por ejemplo, hablaría de lexemas y no de
semantemas, precisaría que la neutralización morfológica de la que trata
es paradigmática y no sintagmática y, en lugar de los términos saussuria-
nos 'langue' y parole', hablaría de 'valor en el sistema' y de 'realiza-
ción'. No obstante, los traductores han considerado preferible presentar
una versión francesa que refleje fielmente el texto español original de
1934, que, en su concepción y en su terminología, corresponde a un mo-
mento determinado de la historia de los estudios de lingüística funcional
y estructural.
No puedo menos de hacer constar la satisfacción que me produce el
que, fuera de este valor histórico y documental, los traductores y el edi-
tor hayan considerado que la doctrina desarrollada en este libro conserva
todavía suficiente interés para hacerla accesible a un público que tal vez
no ha conocido la edición española original o que ha encontrado dificul-
tades para consultarlayí.

M . S. R.

— IX —
CAPITULO I

BASES TEÓRICAS

§ 1.—La aspiración m á x i m a del conocimiento científico es dejar


q u e l o s h e c h o s h a b l e n p o r sí m i s m o s . D e s g r a c i a d a m e n t e , el e m p i -
r i s m o p u r o e s u n i d e a l i m p o s i b l e d e realizar, p o r q u e l o s h e c h o s n o s e
ofrecen al e s t u d i o s o p o r sí s o l o s y e n t o d a s u p u r e z a , s i n o q u e s e l e
presentan en función del p u n t o de v i s t a con que los e x a m i n a . U n a
descripción es y a en buena parte u n a interpretación.
L o q u e i m p o r t a , p o r c o n s i g u i e n t e , e s q u e el p u n t o d e v i s t a q u e
s e a d o p t e n o s e a el d e u n m é t o d o e l e g i d o al azar, s i n o e l d e u n m é -
t o d o lo m á s p e r f e c t a m e n t e a d e c u a d o a l o b j e t o d e e s t u d i o .
D e ahí la necesidad absoluta de u n a s consideraciones teóricas
p r e v i a s p a r a d e t e r m i n a r el m é t o d o c o n q u e h e m o s de a b o r d a r el e s -
tudio de los aspectos y tiempos del verbo griego antiguo.

* • *

§ 2 . — L a l i n g ü í s t i c a c r e a d a e n el s i g l o X I X t o m ó l a o r d e n a c i ó n
y los esquemas de la gramática tradicional, su antecesora, apli-
cando a su estudio un p u n t o de vista histórico-evolutivo.
E s t a postura historicista es, sin d u d a alguna, una de las n o t a s
que mejor caracterizan de un m o d o general las distintas modalidades
de consideración lingüística q u e c o m p r e n d i ó ese gran m o v i m i e n t o
científico. Generaciones de estudiosos h a n i n v e s t i g a d o los cambios
l i n g ü í s t i c o s e n l a c o n v i c c i ó n d e q u e é s e e r a el ú n i c o m o d o v e r d a -
deramente científico de enfrentarse con los problemas de la lengua.
Pero la característica fundamental de e s t a lingüística es el haber
considerado, aunque sin formulación explícita de este principio, los
d o s p l a n o s d e l a l e n g u a — s o n i d o s y s i g n i f i c a d o s — c o m o si f u e r a n
i n d e p e n d i e n t e s e n t r e sí.
E n el plano del significado concretamente, la s i n t a x i s — e n t e n -
d i d a e n s e n t i d o a m p l i o , i n c l u y e n d o el e s t u d i o d e l s i g n i f i c a d o d e l a s
f o r m a s d e l a s p a l a b r a s — t o m ó d e la g r a m á t i c a t r a d i c i o n a l u n m é -
t o d o filológico c o n s i s t e n t e e n l a r e c o g i d a d e f e n ó m e n o s s i n t á c t i c o s
y en su clasificación s e g ú n criterios variables. A las t e n d e n c i a s l ó -
gico-filosóficas q u e d o m i n a r o n e l e s t u d i o d e l a l e n g u a e n l a p r i m e r a
mitad del siglo X I X , buscando un sentido general y unitario de las
formas gramaticales, sucedió, con la entrada del positivismo en la
lingüística, una orientación radicalmente opuesta. Las conclusiones
basadas en un número limitado de datos se habían revelado prema-
turas, por insuficientes, para comprender el gran número de fenó-
menos que se ofrecen a la experiencia. E l positivismor prescribió lá
observación minuciosa de la realidad, la recogida ilimitada de datos.
Se vio con desconfianza todo intento de síntesis. Lo mismo que la
naciente fonética se propuso como objetivo registrar todos los
sonidos del habla de todos los individuos con todos sus detalles
articulatorios, para abstraer por una especie de media aritmética
los diferentes sonidos tipos, la sintaxis se ocupó, primero que nada,
de la recogida empírica de significados y, huyendo de toda gene-
ralización, sustituyó el significado general por la enumeración de
los sentidos particulares y concretos de cada forma o de cada cons-
trucción gramatical ("Augenphilologie" o formalismo filológico) ».
Se introdujo, con valiosos resultados, la consideración psicológica.
Pero cuando esta lingüística intentaba la definición de un signifi-
cado, o lo hacía mecánicamente sobre la base de la inducción ope-
rando con criterios lógicos o, si no, con puntos de vista filológicos
meramente formales, o adoptaba una postura genética derivando de
uno de los sentidos todos los demás.
§ 3.—Pero esta hngüística—que ya se puede calificar de tradi-
cional—ha carecido de un punto de vista auténticamente lingüístico,
que no debí ser confundido con el logicístico, ni con el psicológico,
ni con el filológico, ni con el naturalístico de la anatomía o de la
fisiología, los cuales someten a un estudio atomizante los fenó-
menos de cada uno de los dos planos de lá lengua considerados como
independientes.
§ 4 . — L a gran aportación de nuestro si|lo a la lingüística, por
obra de Ferdinand de Saussure (cuyo Cours de linguistique genérale
aparece en 1916, redactado y publicado, después de la muerte del
maestro, por dos discípulos: Ch. Bally y A. Sechehaye), es el
haber establecido que una lengua es un sistema de signos y que
cada signo es una unidad provista de dos caras: significante (o
forma fónica) y significado. Lo que define el método lingüístico es
precisamente la consideración de esa unidad entre significante y
significado que constituye el signo. Ni la fonética, que analiza la
forma fónica aisladamente, ni la lógica o la psicología, que se ocu-
pan de las nociones en sí, no como partes constitutivas de signos,
son modos verdaderamente Hngüísticos de estudiar la lengua. Una
lengua, pues, ha de ser considerada como un sistema de signos,
cuya realidad es de orden estático.
En la nueva lingüística, fruto del desarrollo ulterior de las ense-
ñanzas de Saussure, la consideración aislada y empírica de los ele-

(') SOBRE LAS DOS ORIENTACIONES EN SINTAXIS, CÍ. R. JAKOBSON, "BEITRAG ZUR
ALLGEMEINEN KASUSLEHRE" TCLP 6, 1936, P. 240. SOBRE POSITIVISMO Y FONÉTICA,
CF. H . J . POS, "PERSPECTIVES DU STRUCTURALISME" TCLP 8, 1939, P. 7 1 .

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mentos de la lengua ha sido sustituida por una consideración sis-
temática de los mismos que tiene en cuenta las dos caras del signo
en relación y la estructuración del conjunto de los signos en un sis-
tema. En un sonido, por ejemplo, lo que por de pronto interesa al
lingüista es lo que hace que ese sonido sea un signo, es decir, lo que
es susceptible de modificar un significado y sirve para diferenciarle
de los demás signos del sistema de la lengua en cuestión. Así, pues,
un elemento lingüístico se define no en sí, sino en su relación con
los demás, por su función dentro del sistema.
De aquí se deduce la insuficiencia del puro empirismo, profesado
en lingüística desde el positivismo, y la ilicitud de identificar pre-
maturamente una unidad de una lengua con otra unidad, aparen-
temente igual, de otra lengua, cuya estructura es forzosamente di-
ferente, puesto que son lenguas distintas.
§ 5 . — L a importancia que atribuímos al estudio sistemático de
un estado de lengua dado ( s i n c r o n í a ) no significa que el
estudio de la evolución lingüística ( d i a c r o n i a ) haya de ser
abandonado. Por el contrario, opinamos, con A. Martinet ^, que al
exclusivismo de los genetistas no debe suceder el de los sincronistas.
Superando el punto de vista de la lingüística tradicional, que
considera la evolución lingüística como el conjunto de transforma-
ciones aisladas e independientes de los elementos de una lengua a
través del tiempo, hay que concebir la realidad evolutiva de la
lengua como una sucesión de estados de lengua. La perspectiva
histórica, por consiguiente, presupone el estudio exhaustivo de los
estados de lengua entre los cuales se establece la evolución. A los
fonólogos de Praga corresponde el mérito de haber sido los prime-
ros en formular y realizar en fonología este nuevo tipo de conside-
ración diacrònica.
Con admirable claridad y precisión, W. von Wartburg ' ha se-
ñalado ese fallo de la lingüística tradicional y formulado el programa
de lo que debe ser la nueva lingüística en el sentido mencionado.
"Como en los primeros decenios del siglo X I X , la lingüística se en-
cuentra hoy de nuevo en el comienzo de una nueva y grandiosa
transformación, que tiene su punto de partida en Saussure... Su
porvenir está en la combinación de la nueva orientación estructural-
funcional con las perspectivas y resultados que se desprenden de la
investigación histórica." Similarmente, dos indoeuropeístas, H. Am-
man y E. Hermann ven en la combinación del análisis estuctural
sincrónico con la consideración diacrònica el medio de superar la
"crisis actual" por la que atraviesa la lingüística,

e) BSL 42, 1946, p. 36.


(·) "Betrachtungen über das Verhältnis von historischer und descriptiver
Sprachwissenschaft" Melanges Bally, 1939, p. 3 ss.
(") H. Amman, IF 32, 1934, p. 281, y E. Hermann, Neue Jahrbücher, 1942,
p. 122 ss. Sobre el modo especial como Hermann entiende el anáhsis estructural,
vid § 76. Interesante la discusión teórica de G. Devoto, "Una opposizione quan-
titativa: sincronia e diacronia", cap. V de su obra / fondamenti della storia lin-
guistica, 1951, p. 55 ss.
§ 6.—La nueva lingüística no viene, naturalmente, a suplantar
violentamente a la lingüística histórica, cuyos grandes méritos
serla insensato desconocer. Viene a perfeccionarla. Tan cierto es
que el estudio de la evolución lingüística es digno de todo interés
científico, como el que ni la nueva fonología ni el estudio de estruc-
turas morfológicas y sintácticas serían hoy posibles sin la ingente
labor descriptiva e interpretativa realizadas por la gramática tradi-
cional, primero, y por la lingüística histórica, después. Ello no es
obstáculo para considerar que el estudio sincrónico debe necesa-
riamente preceder siempre a toda interpretación diacrònica.

§ 7.—Las b a s e s c i e n t í f i c a s p a r a l a c o n s i d e r a -
c i ó n s i n c r ó n i c a fueron sentadas por Saussure con su aná-
lisis penetrante de la naturaleza del signo lingüístico y su distin-
ción entre "langue" y "parole".
Todo signo lingüístico consiste en la correspondencia de una
forma fónica ( s i g n i f i c a n t e ) con una noción ( s i g n i f i -
c a d o ) . Esta correspondencia es arbitraria, posee un carácter
convencional. No hay una necesidad natural que en el lenguaje
humano ligue, por ejemplo, la noción de 'mesa' a la forma fónica
esp. mesa, como queda demostrado por el hecho de que es dife-
rente en otras lenguas (fr. table, ingl. table, con pronunciación dis-
tinta de la francesa, al. Tisch, it. mensa) ».
Una lengua, como sistema de signos, que para ser signos han
de ser diferentes entre sí, es una serie de diferencias de formas
fónicas asociada a una serie de diferencias de nociones.
§ 8 . — E l sistema de signos, que existe sólo en el cerebro de
los individuos de una comunidad lingüistica como código que
sirve para la comunicación entre ellos, se realiza en el acto de la
palabra por medio del mecanismo psico-físico.
La distinción saussuriana entre "langue" y "parole" ' pa-
rece corresponderse con esa diferencia entre el sistema de signos,
esto es, la forma lingüística (que sería la "langue") y la forma rea-
lizada tal como se presenta materialmente (que sería la "parole").
Así, al menos, lo han entendido los fonólogos de Praga, que han
atribuido a la "langue" todo lo que es funcional como pertene-
ciente al sistema de signos
Claro es que el mismo Saussure, al considerar esa distinción

(') Sobre las recientes polémicas acerca de cómo precisar la arbitrariedad


del signo vid. en último lugar Nils Ege, "Le signe linguistique est arbitraire",
TCLC 5, 1949, p. 11 ss.
(2) La versión española del Cours de linguistique générale, debida a Amado
Alonso (Buenos Aires 1945), traduce acertadamente "langue" por "lengua" y
"parole" por "habla".
(') N. S. Trubetzkoy, Grundzüge der Phonologie (= TCLP 7, 1939), p. 11 s.
de la traducción francesa de J. Cantineau, Principes de Phonologie, 1949, por
la que citaremos en adelante.

— 4 —
desde un punto de vista social, dio a esos términos un contenido
conceptual que hoy se considera distinto: la "langue" representarla
la lengua colectiva obtenida por abstracción a partir de las diver-
sas hablas individuales, que son fenómenos de "parole" ^ Pues a
la lengua colectiva pertenece no sólo lo que es propio del sistema
de signos, sino también gran número de reaUzaciones de esos sig-
nos, las cuales tienen ya un carácter constante (así, en fonología,
la realización de un fonema suele contener elementos fonéticos
accesorios que se dan en todos los individuos de la comunidad
lingüística) ».
Por ello conviene precisar que usamos la distinción "langue''/"pa-
role" como equivalente a "lo perteneciente al sistema de signos de la
lengua"/"el producto de la realización de los signos de ese sistema".
§ 9.—La determinación de la estructura del sistema de signos
de una lengua en el plano sincrónico puro es el objeto primario de
la investigación lingüística.
Por s i s t e m a entendemos un conjunto de u n i d a d e s lin-
güísticas (signos) sometidas a cierta ordenación. Como estas uni-
dades o términos definen mutuamente su función por las relacio-,
nes existentes entre ellos, el conjunto de estas relaciones consti-
tuye el plano o e s t r u c t u r a f u n c i o n a l d e l s i s t e m a *
No hay contradicción ni divergencia ninguna entre estructu-
ralismo y funcionalismo, pues "la consideración de la lengua como
una estructura o, mejor, como un complejo de estructuras, resulta
directamente de una clasificación de los hechos lingüísticos rea-
lizada sobre la base de su función" *.
Roman Jakobson, incidentalmente, y E. A. Cassirer, en una
memoria especial han llamado la atención sobre el hecho de que
esta orientación estructuralista no es exclusiva hoy de la lingüís-
tica. En el estado actual de la ciencia, incluida la historia natural,
no se siente ya el interés de antes por los problemas y soluciones
genéticas. A la atomización de los hechos se opone ahora la con-
cepción estructural del conjunto que determina todas y cada una
de las partes.
* * *
§ 10.—De las partes integrantes del estudio funcional de la
lengua, la más cultivada hasta ahora y la primera en llegar a una

{·) Una puntualización clara de los dos conceptos saussurianos de "lan-


gue" y "parole" en Kr. Moller, "Contribution to the discussion concerning 'langue'
and 'parole'" TCLC 5, 1949, p. 87 ss.
(») Cf. A. Martinet, BSL 42, 1946, fase. 2, p. 24 s. (reseña de los Grund-
züge de Trubetzkoy).
(^) El término "estructura" no es tomado en un sentido vago e indeter-
min;i<Io, sino en su acepción más precisa. Para J. Cantineau, Cahiers Saussure 10,
1952, p. 39, es "le plan selon lequel la langue est construite".
(*) A. Martinet, BSL 42, 1946, p. 20.
(') R. Jakobson, "Sur la théorie des affinités phonologiques des langues",
Acies IV' Conpès Internat. de Linguistes, Copenhague 1938, p. 49.—E. A. Cas-
sirer, "Structuralism in modern Linguistics", Word 1, 1945, p. 99 ss.
— 5
sazonada madurez ha sido la fonología, creada por la escuela de
P r a g a , y q u e p r o n t o a t r a j o h a c i a sí e l i n t e r é s d e l i n g ü i s t a s d e o t r a s
n a c i o n e s . L a p u b U c a c i ó n e n 1 9 3 9 d e l o s Grundzüge der Phonologic
d e l c o n d e N . S. T r u b e t z k o y » s i g n i f i c a l a c u l m i n a c i ó n d e u n a p r i -
mera etapa de constitución de la n u e v a ciencia, q u e puede con-
siderarse c o m o d e f i n i t i v a m e n t e e s t a b l e c i d a , a u n q u e , c o m o e s n a -
tural, s e a s u s c e p t i b l e d e u l t e r i o r e s p e r f e c c i o n a m i e n t o s . E s p o r e l l o
c o m p r e n s i b l e q u e s e h a y a i n t e n t a d o aplicar a l a s o t r a s p a r t e s d e l a
lingüística el m é t o d o consistente e n el estudio de las oposiciones
que t a n buenos resultados h a dado e n fonología.
§ 1 1 . — E l primero y m á s importante intento de aplicar este
m é t o d o de las oposiciones u s a d o e n fonología al plano del signifi-
cado para el estudio del valor de las formas gramaticales, fué efec-
tuado e n 1 9 3 2 por R. J a k o b s o n e n u n rápido bosquejo de análisis
estructural del v e r b o ruso, realizado m e d i a n t e el establecimiento
de oposiciones entre u n término caracterizado ("merkmalhaft") y
u n t é r m i n o n o c a r a c t e r i z a d o ( " m e r k m a l l o s " ) ». S e g ú n A . W . d e
Groot», el m i s m o método de oposiciones entre un término carac-
terizado y u n o n o caracterizado establecido por Jakobson, tiene
a p l i c a c i ó n e n l a s i n t a x i s o e s t u d i o d e l a frase *.
§ 1 2 . — E n el plano del significante, sin consideración funcional
del s i g n i f i c a d o , c o m o u n a r a m a d e l a f o n o l o g í a , e s t á l a " M o r p h o -
n o l o g i e " d e T r u b e t z k o y », q u e le a s i g n a 3 o l y e t o s d e e s t u d i o : 1.°, l a
e s t r u c t u r a f o n o l ó g i c a d e l o s m o r f e m a s ; 2°, l a s m o d i f i c a c i o n e s f ó n i -
cas combinatorias que experimentan los morfemas e n los grupos
de m o r f e m a s , y 3 . ° , l a s series d e m u t a c i o n e s f ó n i c a s q u e c u m p l e n
una función morfológica.
L a m i s m a limitación al puro plano del significante padece la
nueva "Morphophonemics" de los lingüistas norteamericanos, q u e
se puede caracterizar b r e v e m e n t e , c o n l a definición q u e de ella d a
B . B l o c h ·, c o m o " e s t u d i o d e l a a l t e r n a n c i a e n t r e f o n e m a s c o r r e s -
pondientes e n el interior de las formas alternantes d e u n m i s m o
morfema".
§ 13.—J. Cantineau ' h a trazado ú l t i m a m e n t e u n plan para la
aplicación d e los principios fonológicos dé clasificación a las otras
partes de la lingüística, a saber: morfología, sintaxis y v o c a b u l a -

(*) Cf. § 8 n. 3. Un cómodo resumen en español de la doctrina fonológica


praguense puede encontrarse en E . Alarcos Llorach, Fonologia española, 1950.
(») "Zur Struktur des russischen Verbums", Charisteria G. Mathesio quin-
quagenario oblata, 1932, p. 74 ss. (citado en adelante sólo por el título del ar-
tículo).
(·) "Les oppositions dans les systèmes de la syntaxe et des cas" Melanges
Bally, 1939, p. 107 ss., especialmente p. 111.
(·) Dicho principio está, efectivamente, en la base del tratado del mismo
A. W. de Groot, Strukturele syntaxis. 1949.
(·) "Gedanken über Morphonologie" TCLP 4, 1931, p. 160 ss.
(·) Language 23, 1947, p. 399 s. Sobre ideas similares de L. Bloomíield,
H. Hoijer, Ch. F. Hockett, R. S. Wells, R. A. Hall, vid J. Cantineau, Cahiers
Saussure 10, 1952, p. 13 s.
(') "Les oppositions significatives" Cahiers Saussure 10, 1952, p. 11-40.

— 6 —
rio, mutatis mutandis. Para Cantineau es evidente que y a n o se
trata, e n estos otros terrenos, d e establecer diferencias o s e m e j a n -
zas entre particularidades fónicas, c o m o se hace e n fonología, sino
entre signos de la "langue" y , m á s c o n c r e t a m e n t e , entre signifi-
cantes, y a q u e casi t o d o s los lingüistas son de opinión q u e el p u n t o
de partida de la gramática debe ser formal. Así, Cantineau llama
"oposición significativa" la q u e forman d o s signos de la "langue"
c u y o s s i g n i f i c a n t e s s o n d i f e r e n t e s ». D e a c u e r d o c o n e s t o , "la defi-
nición del e l e m e n t o distintivo ("marque", "Merkmal") debe ser
p u r a m e n t e f o r m a l y realizarse e n e l p l a n o d e l s i g n i f i c a n t e . S e r e -
chazará, c o m o contraria al m é t o d o , t o d a definición s e m á n t i c a e n
la cual el e l e m e n t o d i s t i n t i v o s e a b u s c a d o e n el p l a n o del signifi-
c a d o . N a t u r a l m e n t e , e l e l e m e n t o d i s t i n t i v o f o r m a l s e refleja e n e l
significado: éste es u n c o n t e n i d o q u é a d o p t a la forma d e s u conti-
nente, el significante. L a s relaciones formales condicionan e n u n a
amplia medida las relaciones de significación. N i n g ú n análisis s e -
mántico o lógico del significado puede—siempre según C a n t i n e a u —
prevalecer sobre el análisis formal del significante y de s u s relacio-
n e s c o n l o s o t r o s s i g n i f i c a n t e s " *.
§ 1 4 . — A c e p t a n d o desde luego el principio básico de q u e el
p u n t o de partida d e t o d o análisis gramatical debe ser la forma,
e s decir, e l s i g n i f i c a n t e (o m e j o r : e n t o d o a n á l i s i s g r a m a t i c a l d e b e
ser t e n i d a c u e n t a d e l a f o r m a ) , e l m é t o d o p r e c o n i z a d o e n e l i m -
portante trabajo de Cantineau presenta varios flancos a objeciones
sustanciales:
1.° Cantineau observa c o n razón que, a u n q u e e n principio el
e l e m e n t o d i s t i n t i v o d e u n a o p o s i c i ó n p r i v a t i v a e s p o s i t i v o y con-
siste en algo q u e se agrega al término n o caracterizado, p u e d e haber
casos e n q u e el e l e m e n t o distintivo es n e g a t i v o , e s decir, consiste
en algo q u e se sustrae del término n o caracterizado. Así e n ruso el
genitivo plural (que es, sin duda, u n término caracterizado) d e
m u c h o s n o m b r e s f e m e n i n o s e n -a y n e u t r o s e n -o p r e s e n t a d e s i n e n -
c i a c e r o , e s decir, c o n t i e n e u n e l e m e n t o d i s t i n t i v o d e n a t u r a l e z a
n e g a t i v a : roza 'rosa' / g e n . p l . roz, slavo ' p a l a b r a ' / g e n . p l . slov.
Ahora bien; de este hecho resulta l a i m p o s i b i l i d a d a b -
s o l u t a de i d e n t i f i c a r el t é r m i n o c a r a c t e r i -
z a d o e n e l p l a n o d e l s i g n i f i c a n t e . Nada, en efecto,
permite decidir por la forma cuál e s el t é r m i n o caracterizado e n
l a o p o s i c i ó n g r i e g a n o m . ÍTCTCO? / a c u s . ÌTITTOV O e n l a l a t i n a equus / equa.
E n l a m i s m a o p o s i c i ó n p r e s . XSÍTOIV / a o r . XITOIV, e n l a q u e C a n t i -
neau concibe el vocalismo radical s c o m o e l e m e n t o distintivo p o -
sitivo, el análisis contrario estaría i g u a l m e n t e justificado, consi-
derando la falta de s c o m o e l e m e n t o distintivo de naturaleza posi-
tiva. Cantineau advierte esta dificultad y encomienda la solución
de la d u d a a la estadística, postulando u n a validez general de l a l e y

(») Ibidem p. 16.


(») Ibidem p. 29 s.
d e Zipf, q u e T r u b e t z k o y a d a p t ó a l a f o n o l o g í a » y s e g ú n l a c u a l
"de l o s d o s t é r m i n o s d e u n a o p o s i c i ó n p r i v a t i v a e l t é r m i n o n o c a -
racterizado aparece m á s frecuentemente en la cadena hablada q u e
el t é r m i n o c a r a c t e r i z a d o " . P e r o l o c i e r t o e s q u e h a b r í a q u e c o m -
p r o b a r p r e v i a m e n t e l a v a l i d e z d e l a l e y d e Zipf p a r a l a s o p o s i c i o n e s
significativas E n t o d o c a s o , c o m o el e m p l e o d e l a s f o r m a s c a -
racterizadas o n o caracterizadas depende del significado que poseen,
la estadística revela u n h e c h o de significado, n o de significante, y
c o n s t i t u y e , p o r c o n s i g u i e n t e , u n p u n t o d e p a r t i d a c o n t r a r i o al p o s -
tulado metodológicamente por Cantineau.
2° E n i n g l é s p r e s . / love ' y o a m o ' / p r ê t . / loved o s g . pendí
'lápiz' / pl, pencüs existe u n a oposición privativa de significantes
c u y o e l e m e n t o d i s t i n t i v o e s , r e s p e c t i v a m e n t e , -d y -s, s e g ú n v e
C a n t i n e a u m i s m o » . P o r e l c o n t r a r i o e n pres. / take 'yo t o m o ' /
p r ê t . / look o s g . man ' h o m b r e ' / pl. men, s g , foot ' p i e ' / pl. feet l a
oposición de significantes es equipolente, según Cantineau, y a que
n i n g u n o d e l o s d o s t é r m i n o s p u e d e ser c o n s i d e r a d o c o m o t é r m i n o
cero. P u e s t o q u e e l e l e m e n t o d i s t i n t i v o f o r m a l d e l s i g n i f i c a n t e , c o n -
f o r m e a l o p o s t u l a d o , s e refleja e n el s i g n i f i c a d o , se l l e g a a l a b -
s u r d o de que u n a m i s m a oposición e n el plano del significado
(la d e p r e s . / p r e t . o l a d e s g . / p l . , a m b a s b i e n d e f i n i d a s ) se c o r r e s p o n d e
con oposiciones de naturaleza distinta e n el plano del significante.
3.° U n a verdad de experiencia es q u e u n a m i s m a categoría
gramatical, bien definida en el plano del significado, tiene c o n
frecuencia varios elementos distintivos en el plano del significante.
Por ejemplo, la oposición sg./pl. e n el n o m b r e s u s t a n t i v o alemán
c o m p r e n d e 6 o p o s i c i o n e s f o r m a l e s g r a m a t i c a l e s d i s t i n t a s (1 Frauf
Frauen, Knabe/Knaben, OhrlOhren, 2 Bild/Bilder, 3 Tag/Tage, Hund/
Hunde, 4 MannfMänner, Dorf/Dörfer, 5 Hand/Hände, Sohn/Söhne,
(») Grundzüge, p. 282 s. de la trad. fr.
(») En efecto, prácticamente se demuestra que n o e s a p l i c a b l e l a
ley de Zi p f - T r u b e t z k o y en l a s o p o s i c i o n e s significa-
t i v a s . Tomando las cifras de formas de presentes y de aoristos en el Aiax
de Sófocles, que registra J. Brunei, L'aspect verbal et l'emploi des préverbes en
grec, 1939, p. 266, 273, y teniendo en cuenta las definiciones funcionales del
aspecto de tema de presente como término caracterizado y de tema de aoristo
como término no caracterizado (cap. IV) y, por otra parte, del tiempo presente
como caracterizado frente al tiempo pretérito como no caracterizado (cap. VI),
resulta que el término no caracterizado es más frecuente sólo en la oposición
de imperfecto (54 ejemplos) / aoristo de indicativo (135); presente de subjun-
tivo (20) / aoristo de subjuntivo (44) y presente de optativo (18) / aoristo de
optativo (43).—Por el contrarrlo, el término caracterizado es más frecuente en
las oposiciones aspectuales participio presente (138) / participio aoristo (130),
imperativo presente (76) / imperativo aoristo (26). infinitivo presente (128) / in-
finitivo aoristo (54) y en la oposición temporal presente de indicativo (308) / pre-
térito de indicativo (189, en total, de imperfectos y aoristos). Es cierto que la
gran proporción de formas de presente de indicativo respecto a las de pretérito
es producto de las variadas y frecuentes realizaciones psicológicas del pre-
sente (§§ 157-162). Pero ello sirve también para demostrar la no existencia de
la ley, que, además, tampoco es observada en otras posiciones para las que no
se puede dar una explicación semejante de la dada para el presente de indicativo.
(') Art. cit. p. ^í.

— 8 —
6 Mutter I Mütter, Vogel/Vögel, Kloster/Klöster), a las que h a y que
s u m a r u n 7.° t i p o c o n s i s t e n t e e n la a u s e n c i a d e o p o s i c i ó n f o r m a l
(Lehrer/Lehrer, Mädchen/Mädchen). Cantineau » advierte lo pertur-
b a d o r de e s t a c o m p l e j i d a d , q u e a t e n t a — p o r la p l u r a l i d a d y , s o b r e
t o d o , p o r la n a t u r a l e z a d i v e r s a , p r i v a t i v a o e q u i p o l e n t e , d e l a s o p o -
s i c i o n e s de s i g n i f i c a n t e s — c o n t r a l a c o r r e s p o n d e n c i a p o s t u l a d a e n t r e
l o s d o s p l a n o s del s i g n o l i n g ü í s t i c o , l o c u a l " p u e d e i n d u c i r a p e n s a r
q u e la g r a m á t i c a f o r m a l n o a g o t a t o d a s l a s t a r e a s d e l a g r a m á t i c a " .
E n e s t e p u n t o , C a n t i n e a u c r e e r e s o l v e r la d i f i c u l t a d c o n s i d e r a n d o
q u e lo q u e o r d i n a r i a m e n t e l l a m a m o s c a t e g o r í a s g r a m a t i c a l e s s o n
en r e a l i d a d l a s "clases d e d i s t r i b u c i ó n " de l o s l i n g ü i s t a s a m e r i c a n o s
y a d u c e c o m o e j e m p l o la c a t e g o r í a d e l g é n e r o e n l o s a d j e t i v o s f r a n -
ceses. Como es sabido, en m u c h o s de ellos el f e m e n i n o es expre-
sado regularmente por la presencia de u n a c o n s o n a n t e radical, a u -
s e n t e del m a s c u l i n o (grand/grande [ f o n é t i c a m e n t e grä/gräd], long/
longue, e t c . ) ; e n sec/sèche h a y una oposición totalmente aislada,
y e n jaune, q u e v a l e p a r a el m a s c u l i n o y f e m e n i n o , n o h a y ni si-
q u i e r a o p o s i c i ó n f o r m a l . Seo y jaune son masculinos cuando se
refieren a s u s t a n t i v o s m a s c u l i n o s {le pied seo, le dahlia jaune), pero
s o n f e m e n i n o s c u a n d o se refieren a s u s t a n t i v o s f e m e n i n o s la main
sèche, la-pensée jaune). Según Cantineau, estas relaciones sintag-
m á t i c a s y l a s o p o s i c i o n e s f o r m a l e s de l o s s i g n i f i c a n t e s s u m i n i s -
tran puntos de partida que permiten interpretar g r a m a t i c a l m e n t e
e n el p l a n o s i n t a g m á t i c o , e s decir, s i e m p r e e n e l p l a n o d e l s i g n i f i -
cante, las oposiciones aisladas y las oposiciones cero que tienen la
m i s m a distribución que las oposiciones formales en cuestión. E n
realidad, el c a s o d e l o s a d j e t i v o s o c u p a u n l u g a r a p a r t e e n l a
cuestión que nos ocupa, y a que, siendo la función propia del adje-
t i v o el e x p r e s a r u n a c u a l i d a d , la e x p r e s i ó n d e c a t e g o r í a s g r a m a t i -
c a l e s c o m o el g é n e r o o e l n ú m e r o c u m p l e u n a f u n c i ó n m e r a m e n t e
c l a s i f i c a d o r a ( u n a c u a l i d a d , e n e f e c t o , n o t i e n e g é n e r o ni n ú m e r o ) .
E n t o d o c a s o , el definir el g é n e r o d e l a d j e t i v o p o r e l d e l s u s t a n t i v o
c o n el c u a l e s t á e n r e l a c i ó n s i n t a g m á t i c a , n o r e s u e l v e el p r o b l e m a
p l a n t e a d o , s i n o q u e l o transfiere al s u s t a n t i v o . P u e s e n l o s s u s t a n -
t i v o s e n l a o p o s i c i ó n g r a m a t i c a l d e g é n e r o chat/chatte, chien/chienne,
áne/ánesse, el m a s c u l i n o o el f e m e n i n o n o t i e n e n u n a j u s t i f i c a c i ó n
sintagmática, sino que en principio radican ú n i c a m e n t e en el sig-
n i f i c a d o . I g u a l p o d r í a afirmarse d e l a o p o s i c i ó n a s p e c t u a l g r i e g a
pres. XsÍTOiv/aor. Xiirstv, pres. Xúsiv/aor. XCtrai: la u n i d a d d e l a c a t e -
goría de a o r i s t o n o e s e x p l i c a b l e p o r r e l a c i o n e s s i n t a g m á t i c a s , p o r -
q u e l a s n o c i o n e s a s p e c t u a l e s se refieren, d e s c r i b i é n d o l a s , a c a r a c -
t e r í s t i c a s i n t r í n s e c a s de la a c c i ó n v e r b a l .

* * *
§ 1 5 . — D e s p u é s de l a c r í t i c a c o n t e n i d a e n §§ 1 2 - 1 4 , q u e n o s
h a p e r m i t i d o aclarar a l g u n o s c o n c e p t o s f u n d a m e n t a l e s , v a m o s a
(') Art. cit. p. 36 s.
exponer sistemáticamente una serie de principios y de definiciones
qii.e constituirája la base teórica de nuestro análisis estructural-
f unción al.
§ 16.—El sistema de signos que es la "langue" supone una or-
denación de los sonidos del plano del significante y de las nociones
del plano del significado. Para que un signo exista, es necesario
no sólo que una forma fónica esté asociada a una noción determi-
nada, sino además que esa forma fónica sea distinta de las demás
formas fónicas, para que no se confunda, y que la noción del signi-
ficado sea distinta de las demás nociones del sistema. En la "lan-
gue", como en todo sistema semiológico, lo que distingue al signo
es lo que le constituye" ».
En el plano del significante, la fonología trata de los fonemas,
unidades fónicas cuya función no es constitiuir sgnificantes, sino
diferenciar o identificar significantes De fonemas se componen
los significantes (morfemas, sintagmas y semantemas).
§ 17.—En el plano del significado, los significados de los signos
también se diferencian. Si es lícito aplicar a estas diferencias el
mismo método fonológico de las oposiciones, es porque es un mé-
todo clasificador de validez general, que no tiene en sí nada de
específicamente fonológico» ni siquiera de lingüístico.,Efectiva-
mente, dos cosas cualesquiera, si no son iguales, se distinguen res-
pecto a una o más cualidades. Si la diferencia no afecta más que a
una sola cualidad, la distinción se basa o en que una cosa posee
esa cualidad, en tanto que la otra carece de ella, o en que ambas
poseen la misma cualidad, pero cada una en distinto grado o en
distinta forma.
Aplicando este procedimiento a los signos de un sistema de
lengua y tomando en consideración la naturaleza especial del signo
lingüístico, se establecen las siguientes definiciones y principios.
§ 18.— O p o s i c i ó n s i g n i f i c a t i v a es la formada por
dos signos de la lengua cuyos significados son diferentes. Así
lat. equus/equís, dominus¡equus
Al tratarse de dos signos v a implícito en la definición que los
significantes han de ser también diferentes. Pero exigir en la defi-
nición únicamente que los significantes sean diferentes es insu-
ficiente, y a que una diferencia de significantes puede no correspon-
der a una diferencia de significados. Así, la noción de plural es la
misma en equi que en principes, a pesar de que los morfemas
que la expresan son diferentes, sin que pueda admitirse que esa
diferencia de morfemas se reduzca a una variedad de variantes

(») F. de Saussure, Cours g p. 168. '


(») Cf. E. Buyssens, "Mise au point de quelques notions fondamentales
de la phonplogie" Cahiers Saussure 8, 1949, p. 60. Buyssens ha llamado opor-
tunamente la atención sobre algo que estaba implicito en la doctrina de Saus-
sure: que en la "langue" no sólo hay diferencias, sino que también las seme-
janzas e identidades desempeñan una función.
(») Así lo dice explícitamente Trubetzkoy, Grundzüge, p. 94 de la trad. fr.

— 10 —
combinatorias de un mismo morfema. Los ejemplos podrían mul-
tiplicarse. Añadamos lat. 3.° pl. perf. amauírunt/amauire, al. ich
wurde/ich ward.
§ 19.—Lo dicho en el § 18 es base suficiente para formular el
siguiente principio:
En el sistema de signos de la lengua, n o p u e d e h a b e r
una o p o s i c i ó n de s i g n i f i c a d o s s i n la c o r r e s -
p o n d i e n t e o p o s i c i ó n de s i g n i f i c a n t e s . Por el
contrario, p u e d e h a b e r u n a d i f e r e n c i a d e s i g n i f i -
c a n t e s sin la c o r r e s p o n d i e n t e o p o s i c i ó n , de
significados.
La primera parte de este principio es evidente y se deriva del
hecho de que en la función significativa o señaladora, el contenido
conceptual, que es el fin, necesita de la expresión material, que es
un medio, para su transmisión. N o hay, pues, diferencia de signi-
ficados si no hay diferencia de significantes. En este sentido hay
que entender el principio metodológico según el cual la base de
partida de la gramática ha de ser formal ». E n lat. equJ, gen. sg. y
nom. pl., el contenido casual es determinado por la relación sin-
tagmática: equJ currunt, caput equi (cf. ,§ 57 sobre la neutraliza-
ción y la coincidencia).
La 2.* parte refleja un hecho de experiencia que tratamos al
final del § 18.
§ 20.—Cada una de las características con valor diferencial que
definen un término de una oposición significativa en el plano del
significado recibe el nombre de n o c i ó n pertinente.
§ 21.—Cada una de las nociones pertinentes que componen el
significado de un término es llamada v a l o r de ese término, como
opuesto a s e n t i d o , entendido como resultado de la realiza-
ción de un valor en las diversas circunstancias de la "parole".
§ 22.—Fundamental es para todo anáhsis gramatical la delimi-
tación entre lo que propiamente pertenece a la gramática y lo que
ha de considerarse fenómeno de vocabulario.
Cantineau " ha dado una solución definitiva a este problema
estableciendo que
Las o p o s i c i o n e s g r a m a t i c a l e s son oposiciones sig-
nificativas proporcionales. Las o p o s i c i o n e s d e v o c a b u -
l a r l o son oposiciones significativas aisladas.
Como es sabido, o p o s i c i ó n p r o p o r c i o n a l es toda
oposición tal que la relación existente entre sus términos se re-
pite, al menos, en otra oposición. U n a o p o s i c i ó n a i s l a d a
es una oposición no proporcional. Por ejemplo, en fonología la
oposición esp. p/b es proporcional, porque se puede establecer
p/b = t/d = k/g. Una oposición significativa como lat. equus/equa
es proporcional, porque equus/equa = dominus ¡domina = seruus¡serua.
(») Cí.,' por ejemplo, J. Wackernagel, Vorlesiingcti über Syntax ¡ (en ade-
lante citado sólo Vorlesiin(;fn) 1 p. íi.
(2) Art. cit. p. 27 s.

— II - -
Por el contrario, la oposición homo/mulier es aislada, porque no se
repite entre otras dos unidades de la lengua: constituye, pues, un
hecho de vocabulario.
La delimitación de gramática y vocabulario preconizada por
Cantineau es clara. La gramática es el estudio de todo lo que está
organizado en la lengua, y esta organización se basa en un principio
de simetría, representado por las oposiciones proporcionales, que
permite al hablante retener y emplear fácilmente el mecanismo
gramatical.
§ 23.—Una unidad que es término de una oposición significa­
tiva de vocabulario recibe el nombre de s e m a n t e m a . E s t a
denominación hace referencia al plano del significante y al plano
del significado »: en lat.. lego legis legam se habla de un seman­
tema leg entendiendo por tal la forma fónica y su significado.
§ 24.—Una unidad que es término de una oposición significa­
tiva gramatical es lo que ordinariamente se denomina c a t e g o ­
ría g r a m a t i c a l .
§ 25.—Dentro de una palabra, m o r f e m a es el significante
de una categoría gramatical. El morfema está, pues, dotado tam­
bién de un significado. Así, en lat. lego ¡legis uoluo¡uoluis, ­o
es un morfema, ­is es otro morfema. Al incluir en la definición
"dentro de una palabra" se excluyen los elementos sintácticos
significativos.
§ 26.—Una oposición gramatical que, en el plano del signifi­
cante, se establece por medio de morfemas es una o p o s i c i ó n
morfológica.
§ 27.—De las oposiciones significativas nos interesa estudiar la
relación lógica entre los términos, ya que de esta relación depende
el significado de cada término, que tratamos de determinar.
Es evidente que desde este punto de vista no nos interesa la
oposición entre términos cualesquiera del sistema (v. gr., entre
gen. sg. urbis y dat. pl. uiridibus o, en una oposición morfoló­
gica, entre pres. ind. 2.» sg. λείπεις y part. fut. gen. pl. m. λειψόντων),
sino solamente la oposición directa de términos basada en un mí­
nimo de contraste ( o p o s i c i ó n s i m p l e ) , esto es, cuando
las unidades poseen en común un conjunto de nociones pertinentes
(base de comparación) tal que la oposición se establece en torno a
tma sola noción ( n o c i ó n b á s i c a ) ' : así lat. amo¡amamus amo¡

{») Cantineau, art. cit. p. 17, prefiere el término "lexema" (fr. "lexeme"),
propuesto por B oris, evitando "semantema", "qui éveille trop l'idée de signi­
fication". Nosotros preferimos "semantema", precisamente porque considera­
mos que la oposición significativa se establece en los dos planos del signo lin­
güístico .
{') Este concepto de oposición simple con que aquí operamos no es idén­
tico al concepto de "oposición bilateral" (al. "eindimensionale Opposition")
con que opera Trubetzkoy, Grundzüge, p. 70 de la trad. ir., y los que le siguen
(definida como la oposición cuyos dos términos tienen en común una base de
comparación que les es exclusiva, es decir, que no aparece en ninguna otra
unidad del sistema; v. gr., fr. í/d, que tienen como base de comparación las

— 12 —
amor, gr. XeÍTtetv/XiTreiv/XeXoiTiévaí (provisionalmente '). La oposi-
ción c o m p l e j a no es directa: los términos difieren con respecto
a más de una noción básica. Las oposiciones fonológicas pueden
igualmente clasificarse en simples y complejas.
§ 28.—Por la relación lógica existente entre los términos de una
oposición fonológica simple se distinguen »:
Oposiciones p r i v a t i v a s : son aquellas en las que
uno de los términos está caracterizado por la presencia de una
cualidad distintiva, y el otro por la ausencia de esta cualidad dis-
tintiva. Ejemplo: en francés, los fonemas b/p (con sonoridad/sin so-
noridad) .
O p o s i c i o n e s g r a d u a l e s : son aquellas en las que los
términos están caracterizados por el grado diferente de la misma
cualidad. Ejemplo: en español, los fonemas e/i, diferenciados por el
grado de abertura.
O p o s i c i o n e s e q u i p o l e n t e s : son aquellas cuyos tér-
minos, diferenciándose sólo en una cualidad, presentan cada uno
un elemento distintivo diferente que no puede considerarse ni como
afirmación o negación ni como dos grados diferentes de una cualidad.
Ejemplo: entre los fonemas españoles p/t hay una oposición equi-
polente que se refiere sólo a su locaHzación labial o dental».

cualidades distintivas de oclusivas, orales, dentales, que sólo se dan en esos


dos fonemas). En efecto, en francés la oposición de localización p/k no sería
bilateral, puesto que la base de comparación también aparece en otro fonema t.
Sin embargo, p/t/k entra dentro del concepto de oposición simple. El término
de " o p o s i c i ó n s i m p l e " lo tomamos de J. Vachek, "Phonemes and
phonological units" TCLP 6, 1936, p. 235 ss., que señala con razón, p. 236,
que la unidad fonológica "is not a term of any phonological opposition. This,
again, should be defined as a minimum phonic difference responsible for the
difference of intellectual meanings". De la oposición simple se distingue la
oposición " c o m p l e j a " ("complex opposition"), consistente en la dife-
rencia basada en más de un elemento distintivo. Señalemos, por lo demás,
que el fundamento real de la clasificación en oposiciones bilaterales y multi-
laterales, en que se basa Trubetzkoy para representar los sistemas fonológicos,
ha sido gravemente quebrantado al advertir A. Martinet, BSL 42, 1946, fase. 2,
página 27, que en ir. d/n no se puede ver una oposición bilateral, puesto que
la sonoridad de la pretendida base de comparación no es cualidad distintiva
del fonema n (ya que no hay oposición n sorda / « sonora); la realidad fono-
lógica es « (oclusiva apical nasal), opuesta al archifonema de i-d (oclusiva api-
cal oral), y dentro de este término opuesto se establece la oposición sonora
d I sorda t.
(1) Más adelante (cap. I l l ) , veremos, en efecto, que en realidad perf. XeXot-
-.ívat se opone al bloque pres. XeÍtceiv -aor. Xitieív, dentro del cual se establece
a. su vez una oposición de los términos. El caso es, pues, paralelo al de p/t/k
(cf. nota precedente), donde la oposición de localización ha sido disuelta en dos
oposiciones binarias anterior/posterior y aguda/grave por R. Jakobson, "Obser-
vations sur le classement phonologique des consonnes" Proceedings of the 3d.
intern. Congress of Phonetic Sciences, Gante 1938, p. 34 ss.
(2) Cf. Trubetzkoy, Grundzüge p. 76 ss. de la trad, fr., si bien no utiliza,
el concepto de oposición simple.
(») Se comprende bien que, al limitarnos a las oposiciones simples, el con-
cepto de cposición equipolente pierde extensión; así, el ejemplo de f/k del ale-
mán, que cita Trubetzkoy, no entra en nuestro concepto de oposición simple
equipolente, ya que se diferencia en más de una cualidad distintiva.

— 13 —
§ 29.—El concepto de oposición simple no excluye la oposición
de más de dos términos entre sí. En una oposición gradual, el nú-
mero de grados posibles es teóricamente ilimitado. E n una oposi-
ción equipolente, el número de términos posibles es también supe-
rior a 2 (cf. esp. p/t/k).
§ 30.—Puesto que, por definición, en una oposición gradual los
términos poseen—ciertamente, en grado distinto—la cualidad dis-
tintiva, es evidente que sus términos constituyen un bloque que se
opone privativamente a otro término del que está ausente la cua-
lidad distintiva en cuestión. Dicho de otro modo: u n a o p o s i -
c i ó n g r a d u a l se i n t e g r a en el t é r m i n o carac-
t e r i z a d o d e u n a o p o s i c i ó n p r i v a t i v a . Por ejem-
plo, en el sistema vocálico lineal del circásico, el bloque a/e/9, con
el grado de abertura como única cualidad distintiva, se puede opo-
ner, como término caracterizado, a un término no caracterizado,
sin abertura, constituido por varios fonemas.
§ 31.—Esta clasificación lógica de las oposiciones de fonemas
no puede aplicarse sin más a las oposiciones morfológicas. Para las
oposiciones fonológicas, la clasificación opera en el plano del sig-
nificante, teniendo sólo en cuenta el valor diferencial de los fone-
mas en el plano del significado. Por el contrario, para las oposi-
ciones morfológicas, la clasificación opera en el plano del signifi-
cado, teniendo en cuenta la existencia de diferencias formales en
el plaro del significante. La aplicación, pues, de esta clasificación
requiere algunas consideraciones especiales
§ 32.—Roman Jakobson » ha postulado el carácter privativo de
todas las oposiciones gramaticales y há tratado de verificar este
principio con un análisis de la estructura del verbo ruso, por el
cual el sistema verbal de dicha lengua se resuelve en su totalidad
O Cantineau, art. cit., moviéndose en el plano del significante de acuerdo
con su definición de la oposición significativa, establece, p. 28 s., la existencia de
oposiciones privativas, en las cuales "le signifiant d'un des termes est caracté-
risé par la présence d'un élément significatif (ou marque formelle) qui manque
au signifiant de l'autre": así, en ei imperativo fr. mangelmangeons (sobre la difi-
cultad de establecer estas oposiciones en los significantes vid. § 14, 1.°). Canti-
neau admite también, p. 31, la existencia de oposiciones equipolentes, "dont
les signifiants des deux termes sont équivalents, c'est-à-dire caractérisés tous
deux d'une façon positive, et ne comportent ni l'absence ni la présence d'une
marque formelle": así, ingl. foot/feet, I take/I took, al. bergen/sie baygen (nuestra
crítica en § 14. 2.°). Por el contrario, las oposiciones graduales, p. 30 s., "ne
paraissent pas avoir de correspondants significatifs".
(«) R. Jakobson, "Zur Struktur des russ. Verb." p. 74 ss. El mismo mé-
todo es aplicado también en su análisis del sistema casual ruso "Beitrag zur
allgemeinen Kasuslehre" TCLP 6, 1936, p. 240 ss. Sobre estas oposiciones,
cf. del mismo autor "Signe zéro". Mélanges Bally, 1939, p. 143 ss., especial-
mente p. 147 s. En "Zur Struktur..." p. 76, Jakobson señala el precedente
de S. Karcevskij, que, en su Système du verbe russe, 1927, opera con valores
cero ("NuUwerte oder negative Werte") y establece, p. 18, 22 s., que las opo-
siciones de las categorías gramaticales son binarias; pero Jakobson señala que,
a pesar de haber sido descubiertas, las oposiciones binarias morfológicas no
fueron en las descripciones gramaticales concretas más que un concepto acce-
sorio de carácter episódico ("episodischer Nebenbegriff").

— 14 —
("restlos") en un complejo de oposiciones binarias privativas.
Jakobson razona así dicho principio: "Cuando el investigador con-
sidera dos categorías gramaticales opuestas entre sí, parte frecuen-
temente del presupuesto de que dichas dos categorías son igual-
mente justificadas y que cada una posee su valor propio: la catego-
ría I designaría A, la categoría II designaría B. O por lo menos:
I designaría A, II designaría la ausencia, la negación de A.—
En realidad, los valores generales de las categorías correlativas se
distribuyen de otro modo: si la categoría I nota la presencia de A,
entonces la categoría II no nota la presencia de A, esto es, no dice
si A está presente o no. El valor general de la categoría II en com-
paración con la categoría I se limita a la falta de la caracterización
con A ('A-Signalisierung')".
§ 33.—Por nuestra parte, estimamos que hay o p o s i c i o -
n e s m o r f o l ó g i c a s p r i v a t i v a s y g r a d u a l e s . En las
g r a d u a l e s , los términos opuestos se diferencian sólo por el
grado de intensidad con que posee cada uno la noción básica, lo
cual teóricamente es perfectamente posible. En efecto, en griego
antiguo (que en este punto es la continuación del estado de lengua
indoeuropeo), el modo subjuntivo y el modo optativo no son más
que dos grados distintos en la posesión de la noción básica de modo
Y ambos en bloque, de acuerdo con el principio formulado en el § 30,
se oponen al indicativo, que, como término no caracterizado, no ex-
presa la noción de modo ».
Pero, frente a lo que es posible en fonología (donde una oposi-
ción gradual M / O puede, según la estructura del sistema, ser con-
cebida como privativa con la interpretación de vocal "cerrada/no
cerrada" o "no abierta/abierta", esto es, reduciendo a cero uno de
sus dos términos »), una oposición morfológica gradual de dos tér-
(') Vid. mi articulo "Desinencias medias primarias indoeuropeas" Eme-
rita 20, 1952, p. 8 ss., donde en la p. 20 digo: "La causa de esta repartición
[de desinencias primarias y secundarias en los modos] está sin duda en la
excelente definición que ha dado Wackernagel, Vorlesungen über Syntax 1 p . 232,
de la diferencia de valor entre el subjuntivo volitivo y el optativo de deseo:
en ambos se trata de una volición, pero en el subjuntivo lo que quiere el que
habla, cree que el sujeto mismo puede efectuarlo; en el optativo, la realización
del deseo expresado está fuera de las fuerzas propias del sujeto, depende de
otros. Paralelamente podemos decir—extendiendo la definición de Wacker-
nagel—que el subjuntivo prospectivo indica una proximidad (se espera que se
realice el proceso verbal), el optativo potencial indica un distanciamiento mayor
de la realidad (el proceso verbal es sólo una posibilidad). E n t r e e l s u b -
j u n t i v o y el o p t a t i v o h a y s o l a m e n t e u n a diferencia
de i n t e n s i d a d en la e x p r e s i ó n de la n o c i ó n de m o d o . "
(») Sobre este valor de indiferencia respecto al modo y a la realidad que
posee el indicativo, cf., v. gr., Wackernagel, Vorlesungen 1, p. 224. En el plano
del significante nótese la falta en indicativo de un morfema caracterizador,
frente al subjuntivo y al optativo:
tipo atemático: ind. cero — subj. -e/o- — opt.-i7i/T-
tipo temático: ind. -e/o- — subj. -Tj/w- — . o p t . - o t -
Por su parte, también Jakobson, "Zur Struktur des russ. Verbum" p. 78,
define en ruso el indicativo como término no caracterizado.
(») Vid. Trubetzkoy, Grundzüge, p. 79 de la trad. fr.

— 15 —
minos no es susceptible de ser concebida como privativa, pues
para ser privativa, uno de los dos términos habría de ser igualado
a cero y considerado como término no caracterizado con la doble
función propia de este término, que estudiamos en § 3 5 , descono-
cida en realidad en las oposiciones graduales ^
§ 34.—Por el contrario, n o p a r e c e n e x i s t i r oposi-
c i o n e s m o r f o l ó g i c a s s i m p l e s e q u i p o l e n t e s . Al
menos, no conozco ninguna ». Esta presunción resulta perfecta-
mente verosímil si se tienen en cuenta una serie de consideracio-
nes. En fonología, todo fonema tiene una sustancia fonética y, por
consiguiente, la fonética puede aportar una base material para la
constitución de una oposición equipolente como español pltjk, lo
cual no es ciertamente incurrir en el vicio del "fonetismo". En el
plano de la sustancia semántica, donde se establecen las oposi-
ciones morfológicas, el significado de un término es dado única-
mente por la relación lógica en que está el término en cuestión
con la noción básica. Por ello, en una hipotética oposición morfo-
lógica equipolente, las nociones expresadas por cada uno de los
términos, no siendo ni grados distintos ni la afirmación o negación
de una misma noción, serían valores independientes unos de otros,
de tal modo que, dado uno, sería imposible conocer cuál es el otro
o cuáles son los otros, contradiciendo así ei carácter que debe tener
toda oposición gramatical significativa ». Notemos a este respecto,
como ya lo hicimos (p. 13 n. 1), que R. Jakobson ha resuelto la pre-
tendida oposición fonológica equipolente del tipo fHlk, basada en
las "propiedades de localización", en dos oposiciones privativas
que se interfieren: anterior/posterior y aguda/grave.
§ 35.—Las o p o s i c i o n e s m o r f o l ó g i c a s privati-
v a s requieren un estudio detenido.
Por el hecho de que sean significados—y no sólo significantes—los
que se oponen, la función de cada uno de los dos términos presenta
aquí un carácter especial, que no tiene en las oposiciones fonológicas.
(1) En nuestro ejemplo, subjuntivo y optativo tienen cada unq un valor
positivo, que no se justifica negativamente por oposición con el del otro.
{») Los sistemas de hasta seis términos dentro de una sola dimensión con
que operan los lingüistas de Copenhague (cf. § 43) no tienen nada que ver con
esto, ya que los seis términos, según la teoría de Hjelmslev, se ordenan inten-
siva y extensivamente con referencia a una noción única.
(») Notemos a este respecto lo que sobre oposiciones dice H. J. Pos, "Pers-
pectives du structuralisme" TCLP 8, 1939, p. 75: "L'opposition en elle-même
et dégagée de tout facteur matériel, est de nature éminemment logique: c'est
une relation qui ne se constate pas, mais qui se pense. Les opposés sont deux,
mais d'une façon particulière: leur dualité n'a pas le caractère indéterminé et
contingent de deux objets arbitrairement réunis par la pensée. La particularité
consiste à ce qu'étant donné l'un, la pensée déduit l'autre, ce qui n'est pas le
cas de la dualité contingente. Dans celle-ci, c'est l'énumération qui rattache les
éléments. Le contenu reste entièrement en dehors de la synthèse. Aussi, le pre-
mier élément d'une dualité contingente ne laisse aucunement prévoir quel sera
le second." Por consiguiente, si en la definición de fonema no hubiera de entrar
ningún dato fonético (pertinente, claro es), como pretende Hjelmslev, habría
que negar la existencia de oposiciones simples equipolentes.

— i6 —
Dado un semantema .4 y un morfema χ (morfema de natura­
leza positiva o negativa), una oposición simple privativa está re­
presentada por la fórmula
AxiA

El término caracterizado Αχ expresa positivamente la noción


básica de la oposición ( v a l o r p o s i t i v o ) , de la cual es por­
tador el morfema. El término no caracterizado A posee una doble
función. En cuanto no caracterizado, A es indiferente a la nota­
ción de la noción distintiva ( v a l o r n e u t r o ) . Pero también
en cuanto término opuesto a Ax, el término A significa la ausencia
o negación de la noción expresada por χ ( v a l o r n e g a t i v o ) .
Según esto, la forma del llamado género inanimado o neutro,
como término no caracterizado, designa no sólo lo que es inani­
mado (o es concebido como tal), sino que también puede ser em­
pleada referida a seres que en la realidad objetiva son animados
(o son concebidos como tales), pero que no existe interés en notar
expresamente como animados. Así, lat. scortum 'prostituta' (aun­
que surgido por metonimia). En griego, donde la estructura de la
oposición es la misma, los ejemplos abundan: το άνδράποδον 'escla­
vo', το βρέφος 'bebé', το τέκνον 'hijo'; los diminutivos en ­lov (το
παιδίον 'niñito', το γύναιον 'mujercita', Σωκρατίδιον), το κήτος 'mons­
truo marino', το ορνεον 'ave'.
§ 36.—Lo mismo se ha de decir de las oposiciones privativas
cuyo término caracterizado está constituido por una oposición
gradual (§ 30). Esto es, los iérvcanos AxjAxjAx^..., caracterizados
positivamente por morfemas que expresan distintos grados en la
posesión de una misma noción, suponen un término no caracteri­
zado A , del que es propio significar la indiferencia a la noción bá­
sica (valor neutro) y la noción opuesta a ésa (valor negativo). Ejem­
plo: el indicativo, como término no caracterizado de la oposición
de modo, significa la indiferencia modal y la realidad (opuesta a la
subjetividad del modo).
§ 37.—Contra lo expuesto en § 36 está la teoría de R. Jakob­
son Este lingüista considera que el único valor propio del tér­
mino no caracterizado es el que nosotros denominamos "valor neu­
tro" y que cuando el término no caracterizado indica la ausencia
o negación de la noción básica, se trata de una realización de la ca­
tegoría: el sentido está determinado por la situación y, aunque sea
la función más frecuente de esta categoría, no es lícito que el in­
vestigador identifique el sentido estadísticamente predominante de
la categoría con su "valor general".
La postura teórica de Jakobson deriva, en realidad, de su pos­
tulado " de que una categoría gramatical tiene una "significación
(1) "Zur Struktur des russ. Verbums" p. 74.
(·) Formulado explícitamente en "B eitrag zur allgemeinen Kasuslehre",
TCLP 6, 1936, p. 243 s. Jakobson distingue la "Gesamtbedeutung" ( = "sig­
nification genérale", que no contiene más de lo que hay en el conjunto de sen­

— 17 —
general" y nada más que una. Pero tal postulado, exacto en prin­
cipio, no tiene en cuenta todas las consecuencias derivadas del prin­
cipio de que el signo lingüístico no se define en sí, sino por su fun­
ción en el sistema a que pertenece, por sus relaciones con los demás
signos. Por ello, no se puede postular a priori una definición única
para una unidad de significado, cuando ésta resulta ser un tér­
mino con función propia doble, como es el caso del término n o
caracterizado de las oposiciones morfológicas privativas.
§ 38.—El problema de si el término no caracterizado de una
oposición privativa posee un valor único (neutro), según Jakobson,
o si, por el contrario, según nosotros, tiene una duplicidad de va­
lores, resultante de una duplicidad de funciones (valor neutro y
valor negativo), sólo puede ser resuelto mediante la verificación
práctica de ambos postulados teóricos, utilizados como hipótesis
de trabajo.
Ahora bien, anticipando los resultados de nuestro análisis del
sistema de aspectos y tiempos del verbo griego—que es el campo
concreto de nuestra competencia—, estamos en condiciones de es­
tablecer como tesis comprobada que
E n el t é r m i n o n o c a r a c t e r i z a d o d e u n a o p o ­
s i c i ó n m o r f o l ó g i c a p r i v a t i v a , j u n t o al v a l o r
n e u t r o o de i n d i f e r e n c i a a la n o c i ó n d i s t i n t i v a ,
el s i g n o p o s e e el v a l o r n e g a t i v o , consistente
en la i n d i c a c i ó n de la a u s e n c i a o n e g a c i ó n de
la n o c i ó n b á s i c a .
E n efecto, utilizando sólo el ejemplo más claro y decisivo, la
oposición aspectual presente/aoristo se establece en torno a la noción
básica de "consideración del contenido verbal en su duración",
la cual es expresada por el tema de presente, como término carac­
terizado. El tema de aoristo, como término no caracterizado, sig­
nifica la indiferencia a la consideración de la duración (valor neu­
tro: tipo έβασίλευσε τριάκοντα έτη) y la noción opuesta a la de du­
ración, es decir, la momentaneidad o puntualidad (valor negativo:
sobre la estructura de esta oposición, vid. especialmente §§ 125­133).
Ahora bien, este valor puntual es preciso que pertenezca al signo lin­
güístico, pues, de no ser así, no se explicaría: 1.°, la realización del
aoristo puntual como "ingresivo" o como "egresivo" (el punto inicial
y el punto final son los dos únicos puntos de un segmento lineal a los
que se puede hacer una referencia); 2.°, la incompatibilidad del aoris­
to con el tiempo presente, debida al valor puntual de aquél y que

tidos particulares, si bien no es considerada como una suma mecánica de los


mismos) de la "Grundbedeutung" ( = "signification fondamentale"), con que
opera L. Hjelmslev, La catégorie des cas II, 1937, p. 45. Sobre ambos concep­
tos, cf. H. Chr. SOrensen, "Contribution à la discussion sur la théorie des cas"
TCLC 5, 1949, p. 127. Sobre el postulado de la significación única de cada
categoría gramatical, cf. también A. W. de Groot, Strukturele syntaxis, 1949, p. 68
(remitiendo a Jakobson): "Naar een bekende, nog niet onjuist gebleken, werk­
hjrpothese, heeft elke grammaticale kategorie één en niet meer dan één be­
tekenis."

— l8 —
provoca la neutralización de la oposición aspectual presente/aoristo en
el presente de indicativo (§§ 181-182); 3.°, la incompatibilidad del
aoristo, debida también a su valor puntual, con los semantemas "no
transformativos" de carácter durativo, que es la causa de que en
la posición de neutralización de modo aparezca la forma del tema
de presente de esos verbos como "archimorfema" de la oposición
(§174). Estas incompatibilidades presuponen que la puntualidad del
aoristo es un valor del signo en el sistema de la "langue", no una rea-
lización del valor neutro en determinadas situaciones de la "parole".
§ 39.—De la naturaleza privativa (o gradual-privativa) de las
oposiciones morfológicas se deriva, como consecuencia, lo que po-
demos denominar l e y d e l a n o r e v e r s i b i l i d a d d e l o s
t é r m i n o s . A diferencia de ló que ocurre en las oposiciones pri-
vativas fonológicas, algunas de las cuales permiten la inversión
de la interpretación de la relación lógica existente entre sus dos
términos, de tal modo que el no caracterizado puede ser conside-
rado como caracterizado y viceversa (así la oposición «/o, con-
cebida como privativa, puede ser interpretada o como "cerrada/
no cerrada" o como "no abierta/abierta" *), tal inversión es im-
posible en las oposiciones privativas morfológicas, y a que la noción
básica no es introducida subjetivamente en el signo que funciona
como término caracterizado, sino que realmente existe en él como
una noción positiva, que determina, además, la doble función del
término no caracterizado. E n AxjA, el término A puede, en virtud
de su valor neutro, ser usado en un contexto donde el valor posi-
tivo de Ax estaría positivamente justificado; pero el término Ax
no puede ser usado en un contexto donde el valor negativo de A
estaría bien en su lugar, porque Ax no posee valor neutro. Así, la
doble f u n c i ó n del t é r m i n o no caracterizado
c o n s t i t u y e un c r i t e r i o s e g u r o p a r a la i d e n t i -
f i c a c i ó n de l o s t é r m i n o s de u n a o p o s i c i ó n m o r -
f o l ó g i c a . El establecimiento de oposiciones opera con una
realidad lingüística; no es un puro método de clasificación (cf. § 48).
Por consiguiente, E . Seidel » incurre en un absurdo cuando con-
sidera que el "imperfectivo" eslavo (del checo concretamente) fun-
ciona unas veces como caracterizado y otras veces como no carac-
terizado y que, consecuentemente, el "perfectivo" funciona también
como no caracterizado y como caracterizado.
§ 40.—Otra consecuencia que se deriva de la naturaleza priva-
tiva de las oposiciones morfológicas es la que podemos llamar l e y
de la no i d e n t i d a d de l a s o p o s i c i o n e s morfoló-
g i c a s q u e s e i n t e r f i e r e n y que podemos formular así:
cuando en un término o simultáneamente en los términos de una
oposición se establece otra oposición, las nociones básicas respecti-
vas son diferentes.
(1) Cf. Trubetzkoy, Grundzüge. p. 79 de la trad. fr.
(2) "Zu den Funktionen des Verbalaspekts" TCLP 6, 1936, p. 111 ss.,
especialmente p. 118 s. Sobre un proceder similar de Hermann cf. § 76.

— 19 —
Supongamos, en efecto, una oposición Ax¡A.
Si en el término caracterizado Ax se estableciera una oposición
con un morfema y tal que noción de Λ; = noción de y, tal opo­
sición no existiría en el plano del significado, pues el término ca­
racterizado {Ax)y significaría la misma noción de Ax (la hiperca­
racterización sólo sería formal) y el término no caracterizado sería
igualmente [Ax). O, si se admite que el término no caracterizado
[Ax) habría de poseer los valores que le corresponden como tal, re­
sultaría que Ax, que es un término caracterizado, presentaría los
mismos valores de A, que es un término no caracterizado, lo cual
es un absurdo.
Si en el término no caracterizado A se estableciera una oposi­
ción con un morfema y tal que la noción de Λ: = noción de y, re­
sultaría que en AylA el término caracterizado Ay tendría el mismo
valor de Ax. En este caso estaríamos en presencia no de dos opo­
siciones diferentes, sino de dos expresiones formales distintas de
una misma oposición morfológica, que, como vimos (§§ 19, 26), se
establece en el plano del significado y puede estar asociada a varias
diferencias de significantes.
Así, de la interferencia de la oposición impf. ελυες/aor. ελυσας
con la oposición modal opt. λύοις λύσαις/su'bj. λύης λύσνις/ind. έλυες
έλυσας y con la de nùmero sg. έλυες έλυσας/ρ1. έλύετε έλύσατε se de­
duce que la noción básica de la oposición aspectual presente/aoristo
es de naturaleza distinta de las nociones distintivas de modo y
número.
§ 41.—El que todas las oposiciones morfológicas sean de natu­
raleza privativa (las oposiciones graduales se integran, según vimos,
en el término caracterizado de las oposiciones privativas), binarias
por lo tanto, significa que todo análisis del sistema morfológico de
una lengua (o de una fracción del sistema) consistirá en una serie
de d i c o t o m í a s (hecha la pequeña salvedad de que las opo­
siciones graduales pueden comprender más, de 2 términos, al menos
teóricamente). Estas dicotomías a veces son sucesivas, de tal modo
que en el interior de un término de una oposición privativa puede
establecerse otra oposición. De ahí la conveniencia de distinguir
entre u n i d a d del sistema y t é r m i n o de una oposición: una
unidad del sistema es siempre un término de una oposición; pero en
un término se establece otra oposición. (Vid los ejemplos gráficos
dados en el § 45).
Este proceder, aplicado por R. Jakobson, tras la correspondiente
formulación teórica del principio (aunque sin admitir la existencia
de oposiciones graduales), por E. B enveniste que no adopta nin­
guna postura teórica previa, sino que deja hablar a los hechos por
sí mismos, y por F. R. Adrados », recibe una confirmación en la

(1) "Structure des relations de personne dans le verbe" BSL 43, 1976,
página 1 ss.
(«) Estudios Clásicos I, 1951, p. 1Í ss.

— 20 —
presente monografía, ya que en el proceso de su elaboración la for-
mulación teórica del mencionado principio ha sido precedida por la
demostración práctica de que en el sistema de aspectos y tiempos
todas las oposiciones son privativas.
§ 42.—Sin embargo, J. Holt » considera inadecuado este proce-
dimiento por varias razones: 1.*, porque es necesario introducir no-
ciones de significación ("sustancia de contenido") antes de que esté
establecida en su conjunto la relación "extensional" entre los tér-
minos de la "categoría" » en cuestión; 2.», porque en una "categoría"
de más de dos términos no se puede indicar la relación inmediata
en que están dos de ellos cualesquiera y porque no hay razón para
afirmar que, v. gr., el término A esté más próximo de B que de C
o de D; 3.*, porque la creación de una oposición I I dentro de un
término de otra I significa el establecimiento de una unidad (el
término de I dentro del cual se establece la oposición II) inexistente
en la lengua, porque no posee la expresión correspondiente.
§ 43.^—A esta dicotomía prefiere Holt el método elaborado por
L. Hjelmslev», consistente en establecer oposiciones de 2 a 6 tér-
minos basadas en una sola "dimensión" ( ~ "noción básica" de
nuestra terminología) y presididas por la llamada "ley de la parti-
cipación", patente especialmente en las oposiciones de dos térmi-
nos: en AjE, B = A + no-A. En estas oposiciones binarias, la teo-
ría de Copenhague coincide sustancialmente con la nuestra: el valor
neutro de B (término no caracterizado) es lo que hace que en de-
terminadas circunstancias sea empleado en lugar de A (hecho de
"parole"!!). Pero en vez de ver en ello una realización de la indife-
rencia en la "parole", Hjelmslev ve una extensión de significado y
opina que una oposición binaria se compone de un término "in-
tensivo" ^ y de otro "extensivo" B. Combinando por medio de
complicadas relaciones estos valores intensivo y extensivo con los
contrarios y contradictorios, Hjelmslev delimita teóricamente los
valores de los términos que, en número de hasta 6, pueden caber
en un sistema de una sola dimensión.
§ 44.—Un postulado metodológico de la teoría hjelmsleviana
es que la delimitación de los valores de los términos debe hacerse
sin tener en cuenta la significación, es decir, prescindiendo de cuál
es la noción en torno a la cual se ordenan los valores de los tér-

(1) Jens Holt, Études d'aspect, 1943 (citado en adelante sólo Études), p. 24 s.
No obstante, más recientemente se advierte entre los lingüistas de Copenhague
y sus seguidores una tendencia a reconciliar, por ejemplo, el análisis de los
casos de Jakobson (citado § 32 n. 37) con el de Hjelmslev (citado § 37 n. 45),
cuya teoría ellos siguen. Así H. Vogt, "L'étude des systèmes de cas", TCLC 5,
1949, p. 112 ss., y H. Chr. Sôrensen, "Contribution à la discussion sur la théo-
rie des cas", ibidem, p. 122 ss. Cf. nuestra importante observación § 45 n. 1.
(») Sobre este sentido especial del término "categoría" en la teoría de
Hjelmslev cf. § 44 n. 2.
(») Vid. La catégorie des cas I, 1937, p. 112 ss. Cf. "Essai d'une théorie des
morphèmes" Actes du IV' Congr. Intern. de Ling., 1938, p. 140 ss., especial-
mente p. 150. Cf. también H. Chr. Sorensen, TCLC 5, 1949. p. 124.

— 21 —
minos de la oposición ' (y a ello se refiere la 1.» objeción de Holt).
En vez de analizar el valor de un término para poder identificar el
otro término al cual se opone (como hace Jakobson y hacemos
nosotros), Hjelmslev y sus seguidores aceptan de la gramática
empírica tradicional el número de términos que ha de comprender
el sistema que se va a establecer *. Por ejemplo, partiendo de la
descripción tradicional de los aspectos (perfecto, presente, aoristo),
Holt establece en el griego antiguo un sistema de 3 términos (posi-
tivo, negativo y cero), en cuyas casillas va luego colocando los va-
lores de las formas. Otro ejemplo del mismo griego antiguo: acep-
tando también la clasificación tradicional de los tiempos (futuro,
pretérito, presente), Holt establece otro sistema de 3 términos y
procede después de la misma manera.
Pero es importante llamar la atención sobre el hecho de que no
es lícito fiarse de la descripción empírica (que precisamente se in-
tenta superar !!) de los aspectos para fijar que se estructuran en
ima sola "categoría" de 3 términos, porque no nos consta que la
oposición entre ellos se basa en una sola dimensión o noción básica.
En lo referente a los tiempos, hay que tener en cuenta que el con-
siderar los 3 en una misma línea descansa sobre la concepción ló-
gica del tiempo, y noción lógica o noción psicológica no han de
ser confundidas con significado lingüístico, «según advierten insis-
tentemente estos mismos lingüistas (cf. también § 4): ¿cómo po-
demos estar seguros a priori de que los valores de presente, pasado
y futuro guarden relación con una misma noción?
E s decir, la teoría hjelmsleviana, rehusándose a tomar como
base de partida las nociones de significación de las formas—que
son nociones lingüísticas—, se apoya en las clasificaciones empíri-
cas de la gramática tradicional, realizadas con criterios formales,
lógicos o psicológicos, mas no lingüísticos. Por consiguiente, es
i n s o s t e n i b l e el p o s t u l a d o q u e e x i g e q u e en la
d e l i m i t a c i ó n de los v a l o r e s de los t é r m i n o s de
u n a " c a t e g o r í a " no se i n t r o du z c a n l a s n o c i o -
n e s d e s i g n i f i c a c i ó n (esto es, la " s u s t a n c i a del con-
tenido" en la terminología de Hjelmslev).
Si es cierto que cada unidad del sistema, en el plano del signi-
(1) Tal postulado deriva de las ideas que profesa Hjelmslev sobre la lingüís-
tica como ciencia de relaciones puras entre signos sin consideración de la "sus-
tancia" ("sustancia" fónica o de "expresión", "sustancia" conceptual o de "con-
tenido"), sino teniendo sólo en cuenta la "forma" en que se organiza cada "sus-
tancia" para formar cada uno de los dos planos del signo. Se encuentran expues-
tas en su Omkring sprogteoriens grundlaegelse, 1943, accesible en el resumen
crítico de A. Martinet, "Xn sujet des Fondements de la théorie linguistique de
Louis Hjelmslev" BSL 42, 1946, p. 19 ss. Cf. también L. Hjelmslev, "Structu-
ral analysis of language" Studia linguistica 1, 1947, p. 69 ss.
(») La denominación "categoría" es usada por estos lingüistas en una
acepción distinta de la ordinaria. El aoristo, el presente y el perfecto, por ejem-
plo, no son considerados tres categorías, sino términos de una sola "categoría".
Similarmente hablan de la "categoría de los casos", la "categoría del tiempo",
etcétera.

— 22 —
ficante y en el del significado, se define sólo por oposición a las
demás unidades, también es cierto que las cualidades distintivas
que forman parte de la definición son entidades reales: en fonolo-
gía, las cualidades distintivas tienen una realidad fonética; en las
oposiciones significativas las cualidades distintivas tienen también
su realidad—realidad conceptual—: son nociones. Del mismo modo
que no tendría sentido intentar definir los términos de la oposición
esp. pih sin recurrir al concepto fonético de sonoridad, no es posible
definir los términos de una oposición significativa sin tener en
<:uenta la noción básica
Con esto queda contestada la 1.» de las 3 o b j e c i o n e s de
Holt.
§ 45.—El procedimiento de las dicotomías sucesivas, consis-
tente en el establecimiento de una oposición binaria en un término
o en los dos términos de otra oposición binaria, se justifica por la
comprobación de que tales estructuras existen en fonología, esto es,
constituyen una realidad de experiencia irrefutable.
En efecto, en su crítica de los Grundzüge de Trubetzkoy, A. Mar-
tinet » ha establecido que en el sistema fonológico del francés,
por ejemplo (y lo mismo en el de otras muchas lenguas), no existe
una oposición bilateral njd (con nasalidad/sin nasalidad), porque en
•el fonema n la sonoridad no es una propiedad pertinente. La oposi-
ción, en realidad, es de n frente al archifonema de t-d, indiferente
a la distinción entre sorda y sonora. E s decir, la oposición priva-
tiva es de n frente al conjunto t-d o, dicho de otro modo, en el tér-
mino no caracterizado (sin nasahdad) opuesto a » se establece una
«posición dit (con sonoridad/sin sonoridad). Gráficamente:

dit

(*) Este es el lugar oportuno de recordar el luminoso pasaje de los Grund-


xüge, p. 96 s. de la trad. fr., donde Trubetzkoy demuestra, mediante la verifi-
cación práctica, lo insostenible y absurdo de la definición de vocal y conso-
nante intentada por Hjelmslev sin recurrir a ninguna noción fonética, esto es,
sin operar con la "sustancia" fónica, según la terminología hjelmsleviana
(L. Hjelmslev, "On the principles of Phonematics" Proceedings of the 2d. Intern.
Congress of Phonetic Sciences, 1935, p. 52). "El carácter insostenible de la defi-
nición dada por Hjelmslev—concluye Trubetzkoy—no es debido a la casuali-
dad. 'Vocal' y 'consonante' son conceptos fónicos, es decir, acústicos, y no
pueden ser definidos más que en cuanto tales. Todo intento de darlos de lado
o de evitar los conceptos acústicos articulatorios al definir las vocales y las
consonantes debe fracasar necesariamente." Igualmente A. Martinet, en su
art. cit. de BSL li2, 1942/5, p. 19 ss., no se siente convencido, p. 37 ss., de que
sea posible analizar las unidades del plano del significante sin recurrir a la "sus-
tancia" fónica {p y k, en danés, v. gr., tienen "funciones" idénticas y deberían
recibir idénticas definiciones; en birmano, todas las consonantes habrían de
recibir la misma definición). En cuanto a aplicar el mismo procedimiento al
plano del significado, si bien aquí las posibilidades combinatorias son mayores
y pueden permitir avanzar algo más, Martinet confiesa no comprender el ca-
rácter científico de algunas de esas operaciones.
(«) BSL 42, 1946, fase. 2, p. 17.

— 23 —
La estructura de esta oposición fonológica es exactamente com-
parable a la que, en los capítulos III y IV, establecemos entre los
términos o categorías aspectuales de presente, aoristo y perfecto:

Perfecto
Presente ¡Aoristo

§ 46.—Contra Holt (3.* objeción) hay que sostener que el tér-


mino de una oposición en cuyo interior hay otra oposición posee
una existencia innegable en la lengua. El término t-d está negati-
vamente caracterizado por la ausencia de la nasalidad, que es la
cualidad distintiva. El término presente-aoristo tiene una caracte-
rización negativa de su significado por no significar la noción de
perfecto ("contenido verbal después de su término") y una carac-
terización de su significante, porque el presente y el aoristo presen-
tan en común un tipo de desinencias (aparte de otras característi-
cas) diferentes de las del perfecto.
§ 47.—En cuanto a la 2.* objeción de Holt, notemos que no
tiene en cuenta la distinción fundamental entre oposiciones sim-
ples y oposiciones complejas (§ 27). El examen de las cualidades
distintivas demuestra que hay razones para afirmar que las uni-
dades t y d están más próximas entre sí que í y m o á y «, ya que
entre t y n, por ejemplo, la diferencia afecta a la nasalidad y al
hecho de que t ha tomado posición (negativa) en la correlación de
sonoridad y « no la ha tomado (es indiferente), mientras que entre
t y d IdL diferencia sólo afecta a la sonoridad. Del mismo modo, los
aspectos de aoristo y de presente están más próximos entre sí que
cada uno de ellos de por sí respecto del perfecto. Por consiguiente,
t y n, aoristo y perfecto, no se oponen directamente (es decir, no
constituyen una oposición simple), y siendo así, no se comprende
la exigencia de establecer una relación directa entre ellos.
* * *
§ 4 8 . — L a s o p o s i c i o n e s , cuya teoría hemos esbozado
en los §§ precedentes, s o n u n a r e a l i d a d l i n g ü í s t i c a ,
O Es interesante observar que entre esta estructura dicotòmica del sis-
tema griego de aspectos, que nosotros establecemos, y el sistema de tres tér-
minos (positivo: perfecto—negativo: presente—neutro: aoristo) que establece
Holt, los valores "extensionales" de los términos son idénticos. En nuestro sis-
tema, presente y aoristo, como término no caracterizado frente al perfecto,
pueden emplearse en lugar de éste; el aoristo, como término no caracterizado
frente al presente, puede también emplearse en su lugar. En el sistema de Holt,
el perfecto es término "intensivo", cuyo valor está perfectamente delimitado;
el presente es ya "extensivo" con respecto al perfecto, en cuyo lugar puede ser
usado; el aoristo es "extensivo" con respecto-a los otros dos. Pero, aparte de lo
observado en § 43, h a y u n a d i f e r e n c i a s u s t a n c i a l entre ambos
sistemas: el de Holt se basa en una sola "dimensión" o noción básica; en el nues-
tro, cada una de las dos oposiciones se establece en torno a una noción básica
distinta. Además, la naturaleza de estas dos nociones básicas es sustancialmente
distinta de la de la noción básica única admitida por Holt (cf. §§84 y 111).

— 24 —
no un simple método de clasificación. "La oposición en los hechos
lingüísticos no es un esquema que introduce la ciencia para en-
cuadrar los hechos y que quedaría exterior a ellos. Su importancia
sobrepasa el orden epistemológico: cuando el pensamiento Ungüís-
tico ordena los hechos conforme al principio de oposiciones y de
sistema, se encuentra con un pensamiento que crea esos mismos
hechos" De la materia prima de los sonidos y de la masa de las
ideas el pensamiento humano extrae oposiciones
Nadie debe poner en duda esa realidad ni extrañarse del grado
de abstracción que en ocasiones hay que atribuir a esa labor orde-
nadora del pensamiento humano. El establecimiento de una opo-
sición (una oposición fonológica, por ejemplo, que opera con sonidos
materiales) supone ya un alto grado de abstracción. Por lo demás,
hay que tener presente que " e l pensamiento—-cons-
ciente, subconsciente o inconsciente — perma-
n e c e i d é n t i c o , e x c e p t o en el d i f e r e n t e grado
de c l a r i d a d en la r e p r e s e n t a c i ó n " ' .

* * *

§ 49.—De primordial interés en el estudio de todo sistema lin-


güístico es la llamada n e u t r a l i z a c i ó n d e o p o s i c i o n e s .
Este fenómeno es bien conocido en fonología *. En español,
por ejemplo, la oposición fonológica r/r (caro/carro) no se realiza
fuera de posición intervocálica; en otras posiciones sólo se da r
(rueda, amar, enredo). Tal oposición recibe el nombre de o p o s i -
c i ó n n e u t r a l i z a b l e . Todo lugar en que se produce este
fenómeno es una p o s i c i ó n d e neutralización.
En las posiciones donde la oposición neutrahzable está neutra-
lizada, sólo son pertinentes. ( = sólo pertenecen al signo) las carac-
terísticas que tienen en común los dos fonemas que son términos
de la oposición neutralizada. Este conjunto de cualidades distin-
tivas constituye el archifonema. Por ello, la neutralización sólo
se produce, según la teoría fonológica, en las oposiciones bilatera-
les o, mejor, en las oposiciones simples (tal como han sido definidas
en § 27). E n fonología, el problema que plantea la neutralización
es el de saber cuál es el representante del archifonema (uno de los
fonemas de la oposición neutralizada u otro independiente) y qué
causas determinan la neutralización.
§ 50.—La n e u t r a l i z a c i ó n t a m b i é n e x i s t e e n l a s
o p o s i c i o n e s m o r f o l ó g i c a s y, sin duda, también en

(1) H. J. Pos, "La notion d'opposition en linguistique", XI' Congrès


Intern. de Psychologie, 1938, p. 245.
{") R. Jakobson, TCLC 5, 1949, p. 210, refiriéndose sólo a la "gross sound
matter".
(') Es la tesis central de Ribot, citada por R. Jakobson, ibidem p. 212.
(*) Trubetzkoy, Grundzüge, p. 80 ss. de la trad. fr. También se usa el
término "supresión" (al. "Aufhebung").

— 25 —
las oposiciones significativas en general, si bien falta un estudio
completo y sistemático sobre ellas Los §§ 51-57 constituyen un
bosquejo de una teoría de la neutralización de las oposiciones mor-
fológicas.
§ 51.—Una o p o s i c i ó n m o r f o l ó g i c a e s n e u t r a l i -
z a b l e cuando en ciertas condiciones se anula la diferencia de
significados existente entre sus términos.
Lo esencial de la oposición y de su neutralización radica en el
plano del significado, sin perder de vista que el significado no tiene
existencia si no es vinculado al significante con el cual constituye
el signo.
§ 52.—Lo mismo que en fonología (cf. § 49) *—porque este
principio deriva de la esencia misma de la neutralización—, son
neutralizables las oposiciones morfológicas simples. Los valores
positivo y negativo de la noción básica no existen en la posición
de neutralización y sólo son pertinentes las características de sig-
nificado que son comunes a los términos de la oposición neutra-
lizada. Dicho de otro modo: el valor de la unidad que aparece en
la posición de neutralización ( a r c h i v a l o r ' ) es n e u t r o ,
indiferenciado en cuanto a la noción distintiva de la oposición
neutralizada.
§ 53.—En el plano del significante, la neutralización tiene una
repercusión natural, como consecuencia del hecho, y a señalado (§ 51),
de que oposición y neutralización afectan a la entidad total del
signo, no sólo al significado, que no tiene existencia propia des-
vinculado del significante.
Se comprende, pues, que el archivalor de una oposición neutra-
hzada haya de tener su significante propio ( " a r c h i m o r f e m a " ) .
Teóricamente caben dos posibilidades de conjunto sobre la forma
del archimorfema: o, 1.°, es el morfema de uno de los términos de
la oposición o, 2.°, es un morfema independiente de los de los dos
términos de la oposición *.
E n el primero de los casos se comprende que el archimorfema
sea único. E n una oposición privativa, o bien es el morfema del
término caracterizado, o bien es el del término no caracterizado,
o bien es en unos semantemas el del término caracterizado y en
(') El trabajo de C. E. Bazell, "On the neutralisation of syntactic oppo-
sitions" TCLC 5, 1949, p. 77 ss., se refiere a la sintaxis entendida como estu-
dio de la frase. R. Jakobson no opera con neutralizaciones en su "Zur Struktur
des russ. Verbums"; en su "Beitrag zur allgem. Kasuslehre", p. 283 ss. ("Ka-
sussynkretismus") se limita Jakobson a registrar las diversas fusiones de for-
mas casuales en los diversos paradigmas flexionales del ruso. Sobre el "sin-
cretismo" y la "implicación" de L. Hjelmslev cf. § 59. Sobre el concepto de neu-
tralización de J. Cantineau cf. § 58. Preciso mi teoría en Word g, 1953, P- 241 ss.
{') Trubetzkoy, Grundzüge, p. 81 de la trad. fr.
(") El término "archivalor" que proponemos es, ciertamente, un híbrido
grecolatino. No obstante, es recomendable por su paralelismo con "archifo-
nema" y "archimorfema" (:: "valor" : "fonema" : "morfema").
(*) Cf., para la misma alternativa en fonología, Trubetzkoy, Grundzüge,
página 82 ss. de la trad. fr.

— 26 —
otros el del no caracterizado. E n una oposición graducd puede ser
uno cualquiera de los términos. E n ningún caso el archimorfema
puede estar representado simultáneamente por los morfemas de
dos o más términos de la oposición; ello implicaría la vigencia de
la oposición, lo cual es contradictorio con la neutraUzación.
E n el caso segundo, teóricamente al menos, varios morfemas
diferentes pueden aparecer como archimorfema. Dichos morfemas,
aunque diferentes en su forma fónica, son portadores de un mismo
significado: el archivalor de la oposición neutralizada. Esto deriva
del principio, formulado en § 19, según el cual puede haber una
diferencia en el plano del significante sin una diferencia correspon-
diente en el plano del significado.
El reverso de éste principio permite llegar a una conclusión im-
portante. De que no pueda existir una oposición de significado sin
la correspondiente oposición en el plano del significante se deduce
que, cuando al reahzarse una oposición morfológica simple en una
determinada posición, sólo aparece un morfema, puede afirmarse
que dicha oposición está neutralizada. E s el caso, frecuentemente
citado, de la neutralización de la oposición nominativo/acusativo
en la posición de género neutro en latín:
nom. acus.
m. ctms ctuem
i. urbis urbetn
n. mare
§ 54.—La neutralización de una oposición morfológica, que ra-
dica en el plano del significado, sólo e s t á condicionada
p o r c a u s a s i n h e r e n t e s a l s i g n i f i c a d o . Pueden dis-
tinguirse 4 t i p o s d e n e u t r a l i z a c i ó n de oposiciones pri-
vativas:
Tipo 1. Cuando el archimorfema es independiente de los
morfemas de los términos de la oposición (caso de la oposición
aspectual presente/aoristo en la posición de futuro: X'íjaofxat, pero
impf. eXáv6avov/aor. iXaOov) puede decirse que la oposición no existe
en absoluto. La causa de esta neutralización es una incompatibi-
lidad (absoluta o relativa, según los casos) entre el término que
constituye la posición de neutralización (futuro en el ejemplo
puesto) y los valores todos de la oposición neutralizada.
Tipo 2. Cuando el archimorfema está representado por el tér-
mino no caracterizado de la oposición, puede decirse que el archi-
morfema está condicionado interiormente por la estructura misma
de la oposición: el archivalor, indeferenciado respecto a los valo-
res de los términos, es expresado por el morfema del término no
caracterizado en virtud del valor neutro de éste (ejemplo del pre-
dominio global del aoristo en los modos; cf., no obstante, § 174,
donde se precisa). La causa determinante de la neutralización es
una incompatibilidad semejante a la del tipo 1.

— 27 —
Tipo 3. Cuando el archimorfema está representado por el mor-
fema del término caracterizado, su determinación obedece a la
misma causa determinante de la neutralización: la incompatibili-
dad absoluta entre el valor de la posición de neutralización y el
valor negativo del término no caracterizado de la oposición neu-
tralizada; el valor neutro de este término no puede, en efecto, por
su misma indiferencia, producir incompatibilidad de ninguna clase
(ejemplo del presente de indicativo, donde está neutralizada la
oposición presente/aoristo).
Tipo 4. Finalmente, puede haber un tipo de neutralización
mixta de los tipos 2 y 3 , siendo la causa determinante la misma
de 2: en un tipo de semantemas, el archimorfema es el del término
no caracterizado, pero en otro tipo de semantemas es el del tér-
mino caracterizado, cuando, debido a la naturaleza del seman-
tema, afín al valor positivo del término caracterizado, destaca es-
pecialmente el valor negativo del término no caracterizado y se
tiende a evitar—es la causa determinante de la oposición—la no-
tación de toda clase de valores, positivos o negativos, relacionados
con la noción básica de la oposición neutraUzada (ejemplo de la
neutralización de la oposición de presente/aoristo en los modos
§ 174).
§ 55.—Junto a neutralizaciones p e r f e c t a s , sin excep-
ción, hay tendencias a la neutralización, qhe provocan neutraliza-
ciones i m p e r f e c t a s ' . En este caso, la neutralización es un
hecho estadístico. Este tipo de neutralización imperfecta sólo es
posible en los tipos 2 y 4 de neutrahzación estudiados en el § 54,
en los cuales la incompatibilidad de significados que provoca la
neutralización puede no ser absoluta. E n el tipo 1 no existe la opo-
sición y, por consiguiente, la neutralización es perfecta. En el tipo 3 ,
la incompatibilidad de significados que actúa como causa determi-
nante es absoluta y exige que la neutralización sea perfecta.
§ 56.—Conviene insistir sobre el hecho de que, cualquiera que
sea el archimorfema y la causa determinante de éste y de la neu-
traUzación, siempre el archivalor es neutrq (cf. § 52; comprobación
en §§ 183-187).
H a y que rechazar, en efecto, la idea inexacta de que es el valor
(o los valores) de la forma ausente el único que falta. Como y a ad-
vertimos, en la lengua una categoría gramatical no tiene una jus-
tificación propia e independiente, sino que la tiene en tanto en
cuanto pertenece a una oposición. E n la neutralización (tipos 2, 3
y 4, naturalmente) no es un término el que falta, es toda la oposi-
ción la que no existe. Y si no existe oposición, hay indiferencia a
la noción distintiva de la misma: el archivalor del archimorfema
es, por consiguiente, neutro.
A la misma conclusión conduce otro razonamiento. En una opo-
(') Estas tendencias a la neutralización "qui n'ont pas abouti" son
señaladas en las oposiciones fonológicas por A. Martinet, TCLP 6, 1936,
p. 55.

-- ¿S —
sición privativa gramatical son 3 los valores que están en juego:
a) valor positivo, igual a la noción básica, expresada por el término
caracterizado; b) el valor negativo, resultante de la negación de la
noción básica, expresado por el término no caracterizado, y c) la
indiferencia a la notación de valores positivos o negativos refe-
rentes a la noción básica: valor neutro, expresado también por el
término no caracterizado. De los 3, en virtud del carácter subje-
tivo de la expresión lingüística (§ 71), el único que no puede faltar
es c, que permite no expresar ni positiva ni negativamente la noción
básica, porque el hablante no tiene interés en esa noción. Por otra
parte, « y i» se exigen mutuamente, como valores opuestos que son,
de modo que no puede existir el uno sin el otro. Pues bien, en el
tipo 1, la forma que aparece en la posición de neutraUzación tiene
un valor evidentemente neutro. Si el archimorfema es el morfema
del término no caracterizado (tipo 2 y parte del tipo 4), su valor
es el neutro c; prescinde, pues, de b, ya que b no puede existir en
una posición donde no existe a. Por último, si el archimorfema es
el morfema del término caracterizado (tipo 3 y parte del tipo 4),
su valor es también el neutro c, ya que, siendo b irreaUzable en la
posición de neutralización, a no puede existir por sí solo e inde-
pendiente.
§ 57.—El concepto de neutralización de una oposición morfo-
lógica es susceptible de ser precisado.
La presencia de un morfema común a dos unidades morfológicas
distintas no significa necesariamente la existencia de una neutrali-
zación. En efecto:
1.° Para que exista neutralización es preciso que las dos uni-
dades en cuestión constituyan una oposición simple (§ 52). Así,
en latín clásico gen. seg.-nom. pl. feminae, equi no es un caso de
neutralización, puesto que nominativo plural y genitivo singular
forman una oposición compleja, basada, por lo menos, en 2 nocio-
nes distintivas (número y caso; dentro de los números habría que
precisar, además, si singular y plural son términos de una oposi-
ción simple; dentro de los casos habría que determinar lo mismo
a propósito del nominativo y del genitivo).
2° No existe neutralización en aquellos casos de identidad
formal de dos unidades, cuando ésta está condicionada fónicamente.
Este fenómeno puede ser denominado c o i n c i d e n c i a , para
diferenciarlo de la neutralización. La causa determinante es inde-
pendiente de los significados y no repercute en ellos. En francés, la
oposición simple entre 3.* sg. y 3.» pl. il finit/ils finissent, il sent/ils
sententi H sera/ils seront presenta identidad formal fónica de sus
dos términos en il mange/ils mangent, il voit/ils voient, il mangeait/
ils mangeaient, il mangerait/ils mangeraient. La causa determi-
nante de la coincidencia es puramente fónica y no afecta a los
significados, los cuales no contienen incompatibilidad ninguna
con las nociones de las posiciones en que se realizan, como se
demuestra por la existencia de la oposición en los demás ejem-

— 29 —
píos. Un caso también de coincidencia es el de gr. λέγω 1.* sg. indi­
cativo­!.» sg. subjuntivo. La identidad formal está fónicamente
condicionada: en subj. λέγω, ­ω representa ind. ­ω + alargamiento
de la vocal, el cual funciona como morfema del subjuntivo (cf. ind. λέ­
γομεν/subj. λέγωμεν, ind. λέγομαι/subj. λέγωμαι); teóricamente, el
subj. λέγω debería contener ­ω = 3 moras: si ello no es así, es por­
que el sistema fonológico del griego sólo conoce la oposición cuan­
titativa vocal breve ( = 1 mora)/vocal larga ( = 2 moras). Por el
contrario, en latín, en el género neutro nom. sg.­acus. sg. mare, hay
una auténtica neutraUzación, porque no hay pura coincidencia
formal. En ningún caso mare puede resultar de una realización de
**mare­m {­m morfema de acusativo, como en ciuem, urbem). Preci­
samente es este tipo mare, cornu el que permite decidir en favor de
la neutralización: templum podría ser una coincidencia formal y
por eUo no decide.
3.° Cuando la identidad formal no es constante, sino que den­
tro de la misma posición en el sistema morfológico la oposición
formal se realiza a veces, los significados subsisten siempre distin­
tos y bien diferenciados. Este fenómeno de coincidencia imper­
fecta se da, V. gr., en lat. gen. seg.­nom. pl. equz frente a gen. sg.
consults/nom. pl. cónsules; nom. pl.­acus. pl. cónsules frente a
nom. pl. equí/a­cus. pl. equds; fr. il{s) mange(nt) frente a il finit/ils
finissent. La separación de los significados, que no están neu­
tralizados, sino que están potencialmente distintos, es realizada
por factores sintagmáticos, los cuales han de ser considerados como
parte del significante. Así sucede en equi [equi currunt, equi álacres/
caput equi, memini equi) en cónsules (cónsules creantur, boni cónsules/
cupit cónsules uidere, bonos cónsules) il mange(nt) (donde el sujeto
decide sobre el valor singular o plural de la forma), en gr. λίγω
(donde el subjuntivo en las oraciones principales aparece siempre con
partículas άγε, φέρε, δεϋρο y en las subordinadas está regidos intag­
máticamente).
4.° Para ser admitida una neutralización, ha de contar con una
explicación en el plano del significado. En latín clásico dat. pl.­
ablat. pl. femints, equis (de equus), ciuibus, exercitibus, diebus presen­
tan identidad formal constante en la posición de número plural.
Aun admitiendo que dativo y ablativo constituyan una oposición
aspectual simple (lo que no creo seguro), es inadmisible la existen­
cia de una neutralización (del tipo 1, § 54), pues no se explica que
haya incompatibilidad ninguna entre la noción de plural y la noción
básica que diferencia dativo y ablativo: la noción de plural es de
carácter semántico, mientras que las nociones casuales son­ nocio­
nes de relación sintagmática, de naturaleza puramente funcional.
Se trata, pues, de una coincidencia perfecta en la posición de plu­
ral sin causa determinante precisable en el plano sincrónico. La dis­
tinción formal de uno y otro caso en el singular (dat. feminae,
dui, exercitui, diei/femina, due, exerdtñ, die) ha establecido unas re­
laciones sintagmáticas, las cuales han mantenido ambos casos bien

~ 30 —
diferenciados en el plural (v. gr. nocere feminae. egere femins;
nocere feminis dat., egere femints ablat.). Precisamente esta posi-
bilidad de determinación sintagmática de la noción casual es la
condición previa necesaria para este sincretismo de casos. Tal sin-
cretismo no puede existir en el sistema de aspectos, v. gr., pues las
nociones aspectuales son semánticas, contienen una descripción del
modo de producirse la acción verbal, son independientes de toda
relación sintagmática. El cuadro de la flexión nominal del sáns-
crito muestra bien cómo en el sistema casual la independencia de
un caso a veces se basa, sobre todo, en una serie de coincidencias
formales que se producen de modo diferente en cada posición o en
cada tipo de flexión. Por ejemplo, el ablativo y el genitivo presen-
tan en el singular coincidencia formal, excepto en los temas en -a
(gen. ásVasya/ablat. ásvad)); en plural, el ablativo coincide siem-
pre con el dativo (-bhyas), pero se separa del genitivo, que aparece
independiente {-am); en dual, el ablativo se funde con el dativo y
con el instrumental {-bhyam), pero el genitivo coincide con el loca-
tivo (-os). Ello no permite dudar de que son dos unidades distintas
en el sistema casual del sánscrito el genitivo y el ablativo, cuya
diferencia de significantes se presenta directamente {ásvasya/ásvad)
o indirectamente (por su independencia como elemento combinato-
rio). Por consiguiente, este sincretismo de casos de algunas lenguas
indoeuropeas (sincretismo sincrónico, no sincretismo genético como
el del dativo y el instrumental indoeuropeo al pasar al griego) no
invalida el principio fundamental de que toda oposición de signi-
ficados no existe sin la correspondiente oposición de significantes.
§ 58.—J. Cantineau, de acuerdo con su definición de las oposi-
ciones significativas (§ 13), atiende a la coincidencia formal para su
concepto de neutralización. Según él ', son "oposiciones neutrali-
zables las oposiciones de significados que no tienen siempre signifi-
cantes diferentes, de modo que los dos términos pueden ser a veces
idénticos desde el punto de vista formal".
Cantineau, pues, se limita a considerar el fenómeno únicamente
en el plano del significante, lo que le proporciona una visión im-
completa é inexacta, y a que las oposiciones significativas han de
definirse en el plano del significado y la neutralización radica en
el mismo plano de la oposición. Consecuente con su concepcióii pu-
ramente formal del fenómeno, Cantineau considera también que
sólo la forma fónica puede condicionar una "neutralización" y dis-
tingue tres tipos distintos de factores condicionantes: 1.°, "sintaxis"
(posición en final de frase, unión estrecha con la palabra siguiente);
2.°, "léxico" (en ciertos verbos franceses, v. gr., hay "neutralización"
de la oposición 3.» sg./3.» pl.), y 3.°, "morfología" (la "neutralización"
aparece en la vecindad de determinado morfema; v. gr., en fran-
cés, 3.» sg. y 3.» pl. se "neutralizan" después de los morfemas de
imperfecto y de condicional: il mangeait/ils mangeaient, il mangerait/

1) En su art. cit. de Cahiers Saussure 10, 1952, p. 32 s.

— 31 —
ih mangeraient). Por otra parte, Cantineau, al desechar la validez
del concepto de oposición "bilateral" sin sustituirlo por otro válido,
pierde un criterio decisivo para la determinación de las neutrali-
zaciones, las cuales, como hemos visto, sólo se dan en las oposi-
ciones simples.
El concepto de "neutralización" en Cantineau es, como se ve,
totalmente diferente del nuestro, como resultado de las bases de
partida diferentes con que opera.
§ 59.—L. Hjelmslev ' estudia dentro de su teoría lingüística el
fenómeno de la neutralización, el cual se da en los dos planos (plano
de la "expresión" o del significante y plano del "contenido" o del
significado), tratando de confirmar su principio teórico del estre-
cho paralelismo existente entre ambos. E n uno y otro distingue
Hjelmslev entre el "sincretismo" y la "implicación". El "sincre-
tismo", definido como "fusión total de las dos unidades", existi-
ría, V . gr., en el lat. nom. y acus. -um. La "implicación" consiste,
no en la fusión total de las dos unidades, sino en la sustitución
de una por otra: así, en francés, que distingue dos grados de énfa-
sis en las formas pronominales me (grado débil) y moi (grado fuerte),
después de una preposición siempre aparece la forma de énfasis
fuerte; entonces "l'emphase faible est impliquée dans l'emphase
forte".
Nuestro desarrollo del problema de la neutralización (§§ 50-57)
es suficiente para mostrar que Hjelmslev permanece en la super-
ficie, sin penetrar en absoluto en la esencia del fenómeno. Cabe
preguntarse qué es lo que significa concretamente "fusión" en Hjems-
lev: efectiva neutralización de significados o simple fusión de sig-
nificantes, manteniéndose distintos los significados. La "implica-
ción" equivaldría en nuestro sistema a una neutralización cuyo
archimorfema es el morfema de uno de los términos de la oposi-
ción. Por otra parte, nada tienen que ver con el fenómeno de la
neutralización, ni là fusión de dos significantes distintos sin reper-
cusión en los significados (rus. rot 'raza' y rod 'boca' se "neutra-
lizan" en ciertas condiciones fónicas en rot/d), ni el caso inverso de
fusión de significados, permaneciendo distintos los significantes
(al. längs des Strandes = längs dem Strande 'a lo largo de la playa').
En el primer caso, la neutralización es puramente fonológica, con-
dicionada por la fonética sintáctica. El segundo caso es un ejemplo
de la frecuente sinonimia: un mismo significado es expresado por
dos significantes distintos.
Faltaba, pues, un estudio detenido de la neutrahzación de las
oposiciones significativas.

(·) Cf. sobre todo su "Note sur les oppositions supprimables" TCLP 8,
1939, p. 51 ss., cuya doctrina es la misma que la expuesta en Omkring...
(cf. A. Martinet, BSL 42, 1946, p. 31).

32 —
CAPITULO II

METODO DE ANÁLI SI S

§ 60.—El análisis estructural de un sistema morfológico dado,


según se desprende de lo expuesto en el cap. I, tiene por objetivo
la determinación de la estructura funcional del sistema. O lo qué
es lo mismo: todo análisis lingüístico tiene por objeto llevar al
plano" del pensamiento consciente las relaciones que establece el
pensamiento lingüístico, más o menos inconsciente, entre las dis­
tintas unidades del sistema, estructurándolas en oposiciones (cf. § 48).
En español, los verbos ser y estar, el imperfecto amaba y el preté­
rito indefinido amé han sido y son usados sin que hasta ahora se
haya dado una formulación clara—consciente—de. su diferencia de
valor, que, no obstante, existe en nuestro pensamiento incons­
ciente.
La determinación de la estructura funcional del sistema debe
ser completada y comprobada con la interpretación, a partir de
esa estructiu­a, de t o d a s las realizaciones de las unidades en
la "parole".
Esta determinación de la estructura funcional del sistema com­
prende 3 etapas.
1.» I d e n t i f i c a c i ó n de l a s u n i d a d e s d e l s i s ­
t e m a , cuyo objeto es: a) establecer las diferencias de significante
que corresponden a diferencias de significado, y h) reunir las dife­
rencias de significante que corresponden a la misma diferencia de
significado, ya que habrá tantas unidades en el sistema como uni­
dades puedan establecerse en el plano del significado (conforme a
la definición de oposiciones significativas § 18). Para a tiene apli­
cación el llamado método de la c o n m u t a c i ó n , practicado
tanto por los fonólogos como por los gramáticos estructuralistas:
si se sustituye λείπω por λείψω, no sólo se ha alterado el significante,
se ha alterado también el significado; por consiguiente, ­σ­ es un
morfema (constituido por un solo fonema) y entre λείπω y λείψω
hay una oposición significativa. En la práctica, toda esta primera
etapa está ya realizada por la gramática y la lingüística tradicio­
nales, que establecen diferencias como la existente entre λείπω,
λείψω, ΐλιπον y que además equiparan la diferencia existente en

— 33 —
XetTtco/SXtTtov a la existente en Xów/sXvxra y en YÍYvo(i.at/eYevó¡xyiv.
En algún caso será preciso abordar directamente este problema de
la identificación para decidir si se trata de dos unidades significa-
tivas o sólo de una (v. gr., en la pretendida oposición de los aoris-
tos en -7)v y en -67¡v, estudiada en el cap. I X ) . Pero en p r i n -
c i p i o a c e p t a m o s c o m o b a s e l a s e p a r a c i ó n de
categorías gramaticales establecida por las
d e s c r i p c i o n e s e m p í r i c a s de la g r a m á t i c a y la
lingüística tradicionales.
2.* D e t e r m i n a c i ó n delsignificado de cada
u n i d a d . Pero ocurre que el valor o los valores de una unidad
no son entidades conceptuales autónomas, sino que dependen de
los valores de las otras unidades del sistema y, más directamente,
del término o términos a los que se opone directamente, consti-
tuyendo una oposición simple (cf. § 27). Por ello, esta etapa es
inseparable de la siguiente.
3.' D e t e r m i n a c i ó n de l a s o p o s i c i o n e s sim-
p l e s existentes entre las unidades, identificando los términos de
cada una de ellas, y con ello d e t e r m i n a c i ó n d e l a e s -
t r u c t u r a f u n c i o n a l d e t o d o e l s i s t e m a . La es-
tructura resulta directamente de la clasificación de las unidades
sobre la base de su función y ésta se determina a su vez dentro de
la estructura del sistema. Ahora bien, en una oposición simple,
los valores de los términos que la integran están en relación de
dependencia directa de la noción básica. Se comprende, pues, que
la determinación de una oposición equivale a la determinación de
su noción básica y a la identificación de sus términos.
Puesto que, como hemos visto, las descripciones empíricas exis-
tentes nos dispensan de realizar la primera parte del análisis, nues-
tra labor se centra en las etapas 2.» y 3.», que constituyen un todo
inseparable.
§ 61.—En la determinación del valor de las unidades hay que
evitar toda identificación con unidades de
otras lenguas, basada en especulaciones de lingüística
comparada sobre la comunidad de origen de los significantes en
cuestión. En ningún caso es lícita una tal identificación a priori.
Dos lenguas, por el hecho de no ser una, son dos sistemas diferen-
tes de signos. Como el valor de un signo está determinado por el
sistema, es contrario al buen método el extraer un signo del con-
j u n t o orgánico de una lengua para ser identificado con otro signo
de otra. Sólo puede ser lícito comparar estructuras después de es-
tablecidas independientemente.
Por ejemplo, desde G. Curtius se ha identificado el significado
aspectual del aonsto griego con el del perfectivo eslavo. E s cierto
que en un principio éste fué el estímulo decisivo para el descubri-
miento de la existencia de categorías aspectuales en griego; pero tal
proceder ha sido después motivo principal de perturbación en la ta-
rea de interpretar esas categorías gramaticales en una y otra lengua.

— 34 —
En lingüística sincrónica (y conviene tener presente que la de-
terminación del significado de una categoría gramatical siempre
pertenece a la consideración sincrónica, aunque no se haya dado
de ello una formulación explícita) sólo es permisible la compara-
ción de aquellos elementos que no afectan directamente a la enti-
dad concreta del signo en cuestión entendida como correspondencia
entre un significante y un significado determinados: estructura lin-
güística en general, contenido lógico o psicológico de la noción
expresada; intervención del factor psicológico en la realización ma-
terial del signo, etc. Con esta comparación, basada en la vahdez
general de las leyes que rigen la vida psíquica del hombre en cual-
quier tiempo y en cualquier lugar (lo que H. Schuchardt y J. Wac-
kernagel' llaman "elementare Verwandtschaft" o parentesco ele-
mental), se pretende únicamente obtener puntos de vista nuevos,
al dejar de considerar naturales los hechos lingüísticos que nos son
más familiares (v. gr., los de la lengua materna, los de las lenguas
aprendidas en la escuela). En lingüística, como en etnología (ba-
sada también en el principio del parentesco elemental), los para-
lelos no expUcan, sólo sirven para aclarar.
§ 62.—Los textos—hablados o escritos—son los únicos d a t o s
de que es lícito partir para la determinación de la estructura fun-
cional de un sistema Ungüístico.
Son textos exclusivamente escritos en nuestro caso concreto,
por considerar un estado de lengua pretérito y por las condiciones
materiales en que se nos ha transmitido el griego antiguo.
§ 63.—El e s t a d o d e l e n g u a del griego antiguo, cuyo sis
tema de aspectos y tiempos verbales intentamos analizar, está repre-
sentado por los textos escritos compuestos en una época que se ex-
tiende d e s d e l o s p o e m a s h o m é r i c o s h a s t a ca. s. I l l
antes de C. Unicamente, tratando de los valores aspectuales del
tema de presente y del de aoristo (que, según se reconoce por todos,
permanecen inalterados durante toda la Antigüedad), nos permi-
timos, siempre de un modo esporádico, pasar el límite inferior
propuesto.
§ 64.—Pero los textos, hablados o escritos, son datos de "pa-
role", no presentan en su pureza los valores de los signos hngüís-
ticos utilizados, sino que son producto de la realización de esos
valores de "langue" en las condiciones particulares y concretas del
contexto, de la situación, del momento psicológico del que habla
o escribe. El sentido de un texto aparece como una totalidad con
referencia directa a una realidad objetiva u objetivada (cf. § 68).
De esa masa de sentido hay que obtener el valor de cada signo, el
cual habrá recibido, a modo de adherencias, sentidos accesorios no
pertenecientes a su significado. Hay, por consiguiente, que separar
las nociones pertinentes, propias del significado de los signos, de
las nociones no pertinentes producidas en la reahzación.

(') Vorlesungen I p. 5.

— 35
§ 65.—La i n s u f i c i e n c i a d e l m é t o d o empírico
es manifiesta. Este método consiste en la confección de un inven­
tario de los diversos sentidos de cada forma gramatical, de los
cuales se extrae por abstracción una definición general de su valor.
Sin descender a.la complejidad de las realizaciones, la natura­
leza privativa (o gradual­privativa) de las oposiciones morfológicas
es incompatible con tal proceder, pues e l d o b l e v a l o r d e
t o d o t é r m i n o no c a r a c t e r i z a d o no p u e d e ser
c o m p r e n d i d o d e n t r o de u n a d e f i n i c i ó n única
l o g r a d a p o r v í a e m p í r i c a . El ejemplo del aoristo ilus­
tra bien esta imposibilidad: ¿cómo armonizar el aoristo puntual
έβασίλευσε 'llegó a ser rey', que es la negación de la duración, con
el aoristo neutro έβασίλευσε τριάκοντα err¡ 'fué rey durante 30 años',
que puede llevar un complemento de duración?
Por otra parte, en algunas posiciones de neutralización, sólo
deductivamente puede establecerse el valor neutro o archivalor
del archimorfema (cf. §§ 52­53), cuando se considera la estructura
del sistema. Tal es el caso del presente de indicativo, cuyo valor
aspectual neutro no ha sido nunca establecido por vía empírica.
Finalmente, notemos que la recogida empírica de los sentidos
de las formas gramaticales, como no distingue entre nociones per­
tinentes y nociones no pertinentes (cuando se intenta esta distin­
ción, el criterio depende del arbitrio del investigador), no puede
conducir a una definición exacta de los valores de dichas formas.
Esto es, se opera con sentidos globales de "parole"; los valores de
"langue" no se pueden captar inmediatamente. Como en cierta
ocasión dice el mismo Meillet, en el examen de los textos "l'inter­
prétation prête à trop d'arbitraire" '.
§ 66.—El único método adecuado al objeto está, en realidad,
ya determinado por lo expuesto en el § 60: ha de ser e n p a r t e
i n d u c t i v o y en p a r t e deductivo.
Por vía inductiva hay que analizar los sentidos de la "parole"
tratando de separar cuantas nociones nO' pertinentes sea posible.
De este modo se obtendrá un cierto­ número de nociones no suscep­
tibles de ulterior análisis.
Utihzando esas nociones, se tratará de establecer la oposición
simple a la que pertenecen, cuyas leyes ya han sido deductivamente
establecidas (§§ 33­47). El término caracterizado será aquella uni­
dad cuya significación es única. El término no caracterizado pre­
sentará un valor doble, que habrá necesariamente de explicarse en
función del valor atribuido al término caracterizado, el cual cons­
tituye la noción básica de la oposición.
Si las nociones aisladas por el procedimiento mencionado pre­
sentan todavía cierta complejidad, intuitivamente se fijará, a título
de hipótesis, una estructura de relaciones entre los términos. La hi­
pótesis será tesis segura cuando dicha estructura permita explicar

(1) MSL 23, 1929, p. 253.

­ 36
todas ]as nociones bien como valores propios de los signos (nocio-
nes pertinentes), bien como realizaciones de esos valores (nociones
no pertinentes) en la "parole".
Por otra parte, como ya señalamos en el § 65, sólo la estructura
del sistema permitirá descubrir el valor neutro de las unidades del
sistema que aparezcan en las posiciones de neutralización. La defi-
nición empírica de este valor es imposible, ya que, precisamente
por su carácter neutro, puede aparecer en la "parole" realizado
con sentidos propios de todos los términos de la oposición.
En todo caso, el establecimiento de una estructura de oposi-
ciones que explique todos los sentidos de las formas, bien como
nociones pertinentes, bien como nociones no pertinentes, es el fin
al que necesariamente debe llegar todo análisis auténticamente
lingüístico del valor de las formas gramaticales.
§ 67.—La separación de las nociones no pertinentes puede,
en efecto, realizarse inductivamente hasta un grado bastante avan-
zado (§§ 67-70).
Una categoría morfológica se reaHza necesariamente, por defi-
nición (§§ 25-26), en semantemas. L a s e p a r a c i ó n d e l a
n o c i ó n p r o p i a d e l s e m a n t e m a del significado expre-
sado por la categoría morfológica es absolutamente necesaria.
Puesto que el valor del semantema permanece idéntico en todos
los términos de una oposición o de un sistema de oposiciones, su
análisis no es labor difícil. En pres. UvetaGat/aor. íxéoGat la noción
de término final que aparece en los dos términos de la oposición
es propia del semantema, que significa 'llegar' y es, por tanto,
una noción no pertinente de la oposición aspectual. Similarmente
en la oposición gradual-privativa de modo (cf. § 33) opt. Suvaí[A7)v/
subj. 8úvw(xai/ind. Sóva(jiai la noción de 'poder', que aparece en
todos los términos, pertenece al semantema y no autoriza a atri-
buir al subjuntivo, por ejemplo, un valor potencial.
§ 68.—La s i t u a c i ó n está constituida por el sentido global
de la reaUdad objetiva a la que se refiere el contexto hngüístico.
Ciertamente, el significado del signo lingüístico no es la realidad
objetiva, sino la representación subjetiva de esa realidad, como
claramente expuso Saussure. Pero ello no obsta para que sea cierto
que el significado lingüístico se refiere siempre intencionalmente
a una realidad externa (incluso en frases como tengo dolor de muelas
o tengo mala memoria el contenido está objetivado ').
En esa masa de sentido global, amorfa, el hablante ordena, ar-
ticula, selecciona nociones conforme a las posibilidades expresivas
del sistema de lengua ' y conforme también a su interés, consciente

(') Vid. la plástica exposición de \V. Porzig, Das Wunde/ der Sprache, 1950,
página 98 ss., 155 s.
O En la terminología de Hjelmslev, esa amorfa masa de sentido global
es la "sustancia del contenido"; las nociones seleccionadas que cuentan con
una expresión lingüística son ya "forma del contenido" (cf. § 44 n. 1). Natu-
ralmente, esta conformación del significado depende del sistema de signos y,

— 37 —
o inconsciente, por destacar determinadas facetas de esa realidad
objetiva. Por ello, la misma situación objetiva encuentra expre­
siones lingüísticas diferentes, bien en lenguas diversas, bien en una
misma lengua por obra de distintos individuos o incluso de un solo
individuo.
En las concordancias de los Evangelios sinópticos pueden en­
contrarse abundantes ejemplos de este fenómeno a que nos refe­
rimos: una misma situación objetiva es expresada diversamente.
Así NT Marcos 1 , 1 4 μετά δε το παραδοθηναι τόν Ίωάννην ήλθεν ó Ίησοϋς
εις τήν Γαλιλαίαν Mateo 4, 12 άκουσας δέ δτι Ιωάννης παρεδόθη,
άνεχώρησεν εις τήν Γαλιλαίαν. Con referencia al aspecto es intere­
sante Marcos 5, 12 καΐ παρεκάλεσαν (aor.) αυτόν λέγοντες · ττέμψον
ήμας εις τούς χοίρους ~ Mateo 8, 31 oí δέ δαίμονες παρεκάλουν (impf.)
αυτόν λέγοντες ' εί έκβάλλεις ή μας, απόστειλαν ήμδίς είς τήν άγέλην των
χοίρων ~ Lucas 8, 32 καΐ παρεκάλεσαν (aor.) αυτόν ίνα έπιτρέψη
αύτοϊς είς εκείνους είσελθεϊν. Interesante también es Marcos 11, 33 y
Mateo 21, 27 καΐ άποκριθέντες τ ω Ίησοϋ λέγουσιν (εϊπαν Mateo) · ουκ
οϊδαμεν ~ Lucas 20, 7 καΐ άπεκρίθησαν μή εΐδέναι πόθεν.
En esta selección que supone toda expresión lingüística, varias
facetas del sentido global quedan fuera del significado de los sig­
nos utilizados, pero siguen perteneciendo a la masa global de sen­
tido de la situación, a la que intencionadamente se refiere la ex­
presión lingüística. Así es explicable la tendencia a atribuir al
significado, lo que en realidad pertenece sólo a la realidad objetiva
a la que se refiere el texto.
Un buen ejemplo de este peligro que señalamos nos lo ofrece
A. Prévôt cuando atribuye al aoristo en ­ην un supuesto "valor de
estado", que en realidad es un sentido procedente de la situación.
§ 69.—De este modo llegamos a comprender el fallo metodoló­
gico de F. Hartmann ', cuando intenta precisar los valores del ao­
risto y del imperfecto griegos mediante el cotejo de textos griegos
con sus traducciones a otras lenguas (eslavas y griego moderno), que
conocen oposiciones aspectuales en apariencia semejantes. E n pri­
mer lugar, es ilícita la identificación aislada y aprioristica de cua­
lesquiera categorías gramaticales de dos lenguas distintas (§ 61).
E n segundo lugar, raras veces posee el traductor un sentido vivo de
la lengua del original; lo común es que interprete las formas según
teorías gramaticales aprendidas, que precisamente se trata de com­
probar. Por último—y esta razón es decisiva—, lo que el oyente o
lector percibe en un texto dado es el sentido global de la realidad

por ello, es distinta en cada lengua. Vid. una cómoda exposición de estas ideas,
en E. Alarcos Llorach, Gramática estructural (según la escuela de Copenhague),
1951, p. 19 ss. Una amplia exposición de la importancia de la lengua materna
en la conformación misma de la representación subjetiva del mundo de la rea­
lidad objetiva puede hallarse en J. L. Weisgerber, Das Gesetz der Sprache,
1951, pp. 20­76. Vid. sobre esta cuestión las interesantes experiencias en en­
fermos afásicos parciales que refiere St. UUman, Words and their use, 1951,
página 88 ss.
(·) K Z 19, 1920, p. 1 ss.

­ ?,8 ­
objetiva a que se refiere. La articulación lingüística del sentido
global es realizada dos veces: una por el autor del original, la otra
por el traductor. Como son dos personas distintas y dos sistemas
lingüísticos distintos, no pueden considerarse en principio idénti-
cos ni los factores personales subjetivos ni los factores lingüísticos
que, según vimos en el § 68, condicionan la conformación o articu-
lación lingüística del sentido global de la situación. Siendo éste el
mismo, el valor de las formas gramaticales empleadas puede ser—y
es prácticamente—distinto.
Las traducciones empleadas por Hartmann no son excepción
del principio metodológico de que una traducción no es guía seguro
para establecer el valor de las formas. La admisión errónea por
Hartmann ' de un imperfecto incoativo (cf. la discusión en § 124, 7.°)
es una buena muestra de la ilegitimidad de este procedimiento.
§ 70.—La acción del f a c t o r p s i c o l ó g i c o reviste extra-
ordinaria importancia en la realización de las categorías gramatica-
les ' y debe ser considerada noción no pertinente la que resulte de
la intervención de este factor.
Es importante subrayar que el factor psicológico que tomamos
aquí en consideración afecta al contenido del signo, que, en cuanto
noción que es, está sometido a las leyes lógico-psicológicas que rigen
los conceptos en general.
El ejemplo más claro y a la vez más importante de acción de lo
psicológico en la realización de los valores de "langue", lo tenemos
en el caso del, tiempo presente: presente es no sólo lo realmente
presente en el acto de la palabra, sino lo psicológicamente repre-
sentado al "yo" como presente, aunque en la realidad externa sea
futuro o pretérito. Este uso amplio del presente no refleja, por con-
siguiente, nociones pertinentes del presente en el sistema de la
"langue". Otro ejemplo: en época prehistórica, por una concepción
animista de la Naturaleza, el hombre de lengua indoeuropea consi-
deró subjetivamente como animados objetos que no lo eran y,
en consecuencia, aplicó el género gramatical animado a ese tipo de
objetos'.

(1) Ibidem p. 7.
{') La influencia del factor psicológico ha sido, sobre todo, considerada
hasta ahora en su plano formal y mecánico para explicar, v. gr., la asimilación,
la atracción, la contaminación.
(') La falta de la debida distinción entre sistema de la "langue" y acción
del factor psicológico ha sido la causa de una importante discusión, mal plan-
teada. K. Brugmann y otros rechazan esta explicación animista de J. Grimm
del uso del género animado para designar objetos realmente inanimados, invo-
cando el principio neogramático de que el lenguaje ha estado desde antiguo
sometido a las mismas leyes que hoy le rigen; de modo que, según esto, es lícito
partir de lo actual conocido para explicar o aclarar lo pasado desconocido.
Como, según Brugmann, este fenómeno de la animación no se da en nues-
tros días, la explicación de Grimm es inadmisible. Wackernagel, Vorlesungen
II p. 41, que defiende la interpretación de Grimm, considera falso el principio
neogramático. En realidad, ambas posiciones son falsas. El fenómeno lingüís-
tico disentido no afecta a la "langue" en cuanto tal, sino que resulta de su rea-

— 39 —
§ 71.—Insistiendo en las ideas que terminamos de exponer y
aportando alguna más, es oportuno presentar aquí sistemáticamente
la s u b j e t i v i d a d e s e n c i a l de la e x p r e s i ó n l i n -
g ü i s t i c a , que se olvida frecuentemente en la interpretación
gramatical de un texto.
Hay que considerar una escala de 4 grados:
1 . " grado; Realidad objetiva (externa u objetivada).
2.° grado. Representación subjetiva de esa realidad objetiva.
En ese grado la realidad puede haber sido ya deformada (factor
psicológico § 70). Esta representación subjetiva posee la "intencio-
naUdad hacia el objeto" ("gegenstandhche Gerichtetheit") propia
de toda vivencia psíquica (cf. § 68).
3 . " grado. Selección, subjetiva también, de los elementos de
ese conjunto informe de sentido cuya expresión interesa, de acuerdo
con las posibilidades expresivas de la lengua (ejemplo: de una acción
que posee una duración sensible en el grado 2.°, interesa sólo la no-
tación del punto final o del inicial).
4.° grado. Incluso características de la realidad objetiva refle-
jadas en la representación subjetiva y para las que existe una e x -
presión lingüística, no son notadas cuando, su notación expresa no
interesa al hablante por razones subjetivas conscientes o incons-
cientes (caso general del valor neutro del término no caracterizado
de una oposición privativa) '.
§ 72.—Las consideraciones expuestas nos permiten enjuiciar los
puntos de vista de otros autores sobre el debatido problema del as-
pecto y del tiempo en griego antiguo.
Puesto que el significado del signo lingüístico es siempre de na-
turaleza subjetiva (§§ 68, 71), c a r e c e d e i n t e r é s l a c u e s -
t i ó n del m a y o r o m e n o r g r a d o de s u b j e t i v i d a d
de la n o c i ó n b á s i c a de u n a o p o s i c i ó n morfoló-
gica.
Generalmente se considera que la noción del tiempo gramatical
es de índole eminentemente subjetiva, porque expresa, no caracte-
rísticas de la acción verbal, sino la posición del "yo" con respecto
a la acción verbal en la línea del continuo fluir de los fenómenos: la
noción del tiempo nace de la memoria y de la reflexión. Por el con-
trario, el aspecto sería de naturaleza objetiva, ya que describe el

lización psicológica. El postulado neogramático es perfectamente sostenible en


el terreno estrictamente lingüístico, esto es, en las leyes que regulan la estruc-
tura interna del sistema de signos de la "langue". Las condiciones psicológicas
concretas en que se realiza el significado de un signo son un hecho de "pa-
role", que puede ser un factor psicológico con validez general para toda la es-
pecie humana o susceptible de variar según las épocas, los grupos sociales y
los individuos.
(») Cf. ya A. Debrunner, Gioita 11, 1921, p. 16 s.: "eine Form drückt nicht
aus, was ist, sondern was der Sprechende will". Nuestra escala es más mati-
zada: entre la realidad externa ( = "was ist") y lo que quiere expresar el que
habla o escribe (3.° y 4.° grados) está la representación subjetiva de la reali-
dad (2.° grado).

— 40 —
proceso verbal en sí (?), sin fijar la posición del hablante respecto
a éP.
§ 73.—No obstante, H. Jacobsohn ' ha creído necesario distin­
guir entre valores verbales "objetivos", como el iterativo, el inten­
sivo, el causativo, designados con el término de "Aktionsarten",
que expresarían características reales de la acción verbal, y valores
"subjetivos", como el "perfectivo" (tema de aoristo) y el "imper­
fectivo" o durativo (tema de presente), designados con el término
de "Aspekte", donde se expresa cómo el hablante considera el des­
arrollo de la acción. En realidad, en la oposición que establece
Jacobsohn se trata sólo de una diferencia en el grado de subjetivi­
dad, ya que la expresión de la "Aktionsart", o manera de desarro­
llarse un proceso, depende de la visión subjetiva de ese proceso;
por ejemplo, el iterativo (que es una "Aktionsart") no es sino una
modahdad del durativo (que es un "Aspekt"), como veremos § 143.
Así se comprende que el intento de J. B runei" de establecer, des­
arrollando ideas de Jacobsohn, el carácter objetivo o subjetivo de
las categorías aspectuales griegas, está desviado por principio del
verdadero objeto de la investigación gramatical, lo que no es obs­
táculo para que contenga en el detalle ideas dignas de atención.
§ 74.—La distinción entre valores "objetivos" y "subjetivos"
se comphca frecuentemente por la intervención de otros factores
de perturbación.
J. Humbert *, desorientado por lo que es el empleo subjetivo de
toda oposición gramatical con noción básica de naturaleza semán­
tica (se nota una característica real cuando hay interés en ello),
piensa que el aspecto es de naturaleza subjetiva y en contraposi­
ción afirma el carácter objetivo del tiempo gramatical. Incluso en
el aspecto, Humbert opone la subjetividad mayor de los temas de
perfecto y de presente a la objetividad relativa del tema de aoristo
(que, como veremos, en cuanto término no caracterizado nota la
acción en sí, sin interesarse subjetivamente en su desarrollo).
En cierto sentido, Humbert tiene un precedente en E. Her­
mann que, desconociendo la doble función de todo término no
caracterizado, llega a establecer dos tipos de oposición de valores
dentro de una sola oposición formal ·. En el contraste impf. έβασί­
λευε 'reinaba'/aor. έβασίλευσε δώδεκα έτη 'reinó 12 años', el aoristo,
(1) Cf., V. gr., j . Vendryes, BSL 42, 1946, fase. 2, p. 85.
(*) Gnomon 2, 1926, p. 379 s. (recensión de las Vorlesungen de Wacker­
nagel). La distinción de Jacobsohn es seguida por W. Porzig, IF 45,1927, p. 152 ss.,
y a propósito del verbo checo, por E. Seidel, TCLP 6, 1936, p. 111 ss.
(») "L'aspect et l'ordre de procès en grec" BSL 42, 1946, p. 43 ss. B runei
traduce "Aktionsart" por "ordre de procès".
(*) Syntaxe grecque, 1945, p. 109 s.
(') IF 45, 1927, p. 207 ss. Esta misma distinción había sido ya hecha en
1908 por el lingüista sueco S. Agrell en un estudio del verbo polaco (cf. E. Ko­
schmieder K Z 55, 1928, p. 280 s.).
(·) Lo cual es ya un error metódico; según establecimos § 19, no pueden
corresponder a una misma oposición en el plano del significante dos o más
oposiciones en el plano del significado.

— 41 —
según Hermann, insiste en que la acción está concluida, es "com­
plexiva" (cf. nuestra crítica en § 112, 2.°), en tanto que el imper­
fecto presenta la acción en su desarrollo como "cursiva": esta dis­
tinción es para Hermann "subjetiva", puesto que no depende de
la realidad externa, que es una misma, sino de la concepción del
que habla. Por el contrario, en impf. έβασίλευε 'reinaba' aor. έβίχσί­
λευσε δ.ετη 'reinó etc.'/aor. έβασίλευσε 'comenzó a reinar', 'llegó a ser
rey' ("nichtdurative Aktionsart"), la distinción es "objetiva", por­
que se basa en una diferencia real de la acción.
§ 75.—En resumen, hay discrepancia manifiesta en cuanto a
definir el aspecto como subjetivo o como objetivo. Además, den­
tro del aspecto, que Jacobsohn califica de "subjetivo", Humbert y
Hermann distinguen entre valores "objetivos" y "subjetivos"
pero de tal modo que lo que para uno es "objetivo", para otro es
"subjetivo". Este desacuerdo procede de la naturaleza subjetiva,
sin valor científico, de estas distinciones. La noción básica de na­
turaleza semántica de una oposición gramatical es s i e m p r e
s u b j e t i v a : su estudio interesa no en sí, sino en cuanto que esa
noción va asociada a un significante para formar un signo *.

* * *
§ 76.—Lo que en una monografía más reciente entiende Her­
m a n ' por análisis estructural es algo totalmente diferente de lo
que nosotros hemos esbozado. Como se puede ver a lo largo de
toda ella y especialmente en la formulación explícita *, para Her­
mann el análisis estructural es una parte de la lingüística sincró­
nica, cuyo objeto es separar las categorías lingüísticas de los fenó­
menos lingüísticos que no forman categorías ("nichtkategoriale
Spracherscheinungen"). Precisando más: Hermann distingue lo con­
dicionado por el factor psicológico y por el contexto ("syntaktisch")

(^) Por lo dicho está claro que las distinciones de Jacobsohn y de Hermann
no son equivalentes. De ahí que no se comprenda por qué Hermann, Nachrichten
Göttingen, phil.­hist Kl., 1933, p. 470 n. 1, se adhiera a Jacobsohn y sustituya
su propia terminología por la de éste.
(') Venimos así a coincidir con J. L. Weisgerber, Das Gesetz der Sprache,
1951, p. 67, que subraya el carácter siempre subjetivo de tiempos y aspectos.
F. R. Adrados, Estudios Clásicos 1, 1950, p. 16, señala también la inutilidad
de estas distinciones. Opina que el aoristo es objetivo, aunque no siempre,
dentro del "Aspekt" subjetivo de Jacobsohn, y que en las "Aktionsarten"
"matices como los estudiados por Meillet, etc., son a veces claramente subjeti­
vos".. J. Holt, Études, p. 34, prefiere hablar de "aspect flexionnel" (presente,
aoristo, perfecto) y de "aspect dérivatif" {ta/a, pií[i\(a, ­oxtû): "Ce sera plus
prudent que d'employer les termes de M. E. Hermann, à savoir aspect sub­
jectif = aspect flexionnel, et aspect objectif = aspect dérivatif; car ces termes
ont l'inconvénient d'indiquer des significations, tandis que nos termes relèvent
de la forme seulement." Señalemos que, en realidad, la distinción formal de Holt
se corresponde, no con la de Hermann, sino con la de Jacobsohn.
(') "Die altgriechischen Tempora. Ein strukturanalytischer Versuch" Nach­
richten Göttingen, phil.­hist. Kl., 1943, p. 583­649.
{*) P. 648.

— 42 —
de lo que propiamente pertenece al valor de la categoria ("katego-
rial"). Realizada esta distinción, Hermann, en un plano abstracto,
casi lógico, y apoyándose en el significado de semantemas del alemán,
establece sutilmente unas categorías con validez general por encima
de la diversidad lingüística, clasificadas según 6 puntos de vista: 1
modo de relación o "Verhaltnisart" (que comprende las categorías
de acción-proceso-estado), 2 tiempo o "Zeit" (presente-pretérito-
futuro), 3 tiempo relativo o "relative Zeitangabe" (simultaneidad-
anterioridad-posterioridad), 4 aspecto o "Zeitdauerart" ("durativum-
terminativum - zirkuitivum - momentativum - punktativum - koinzidi-
vum"), 5 representación o "Schau" (completa-en desarrollo-en vi-
vencia), 6 modo de acontecer o "Geschehnisart" (caso concreto-caso
absoluto: repetido, posible, general). Sobre este esquema aprioristico
trata Hermann de interpretar los valores de los temas "temporales"
del verbo griego, asignando cada semantema y cada forma grama-
tical a una categoría y admitiendo, por causa de su empleo, el paso
de una categoría a otra. Finalmente da Hermann una interesante
interpretación histórica del presente histórico y del aoristo gnómico.
Falta, por consiguiente; al estudio de Hermann el concepto bá-
sico de todo análisis estructural: la concepción de la estructura de
una lengua determinada como un sistema de oposiciones. Las cate-
gorías de Hermann son categorías lógicas o psicológicas, justifica-
das en sí mismas, de validez universal y establecidas sin considera-
ción de la forma gramatical. Hermann no separa tampoco el signifi-
cado del semantema, que es un fenómeno de vocabulario, no gra-
matical, perteneciente a la "parole", por cuanto que interviene sólo
en la realización concreta de las categorías gramaticales. La "pa-
role", en efecto, como realización de la "langue", no puede redu-
cirse al contexto ni a la intervención del factor psicológico. Seña-
lemos también que Hermann trata de encajar los hechos de una
lengua, el griego, en un esquema de definiciones establecido por
medio de consideraciones lógicopsicológicas en el estudio de la gra-
mática y, sobre todo, del vocabulario de otra, el alemán, a pesar
de que en algunas ocasiones pretende no tener olvidado el princi-
pio metódico que lo prohibe ^. Es inadmisible, además, que cada
forma verbal pertenezca simultáneamente a varias categorías de
una misma serie y que, en el plano sincrónico, las categorías esta-
blecidas confundan sus valores: si tal confusión existe, las catego-
rías no tienen existencia real en la lengua.
§ 77.—Aún más difiere de nuestro concepto de análisis estruc-
tural el método ideado por G. Guillaume para el estudio del sis-
tema verbal del griego y del latín ». Guillaume hace de su estudio

O El método de Hermann en este punto está bien caracterizado, p. 606:


"Bei der Ähnlichkeit des Nhd. mit dem Agr. haben wir zu erwarten, dass wir
auch hier die 6 Zeitdauerklassen antreffen mit dem Wechsel der Zeitdauerart
in syntaktischen Verbindungen."
(') G. Guillaume, L'architecture du temps dans les langues classiques, 1945,
que es un desarrollo de las páginas consagradas al sistema verbal del griego y

— 43 —
estructural un análisis psicológico introspectivo de las nociones
hasta llegar a las capas profundas del pensamiento ("la pensée pen-
sante"), donde, según este autor, el lingüista habrá de descubrir el
sistema lingüístico, concebido por Guillaume como un complicado
y abstracto sistema de relaciones lógicas y psicológicas. Este aná-
lisis introspectivo de estructuras psicológicas es acaso posible en
una lengua viva o, mejor, en la lengua materna. Pero su justifi-
cación es muy dudosa cuando se opera con una lengua muerta.
Por lo demás, un sistema lógico o psicológico de nociones no es un
sistema lingüístico, que tiene sus leyes propias.
Esto no quiere decir que consideremos inútil el análisis lógico o
psicológico de una noción lingüística (vid., v. gr., §§ 156, 180 sobre
la noción de tiempo presente). Pero la lingüística no se puede re-
ducir a lógica ni a psicología (que no son ciencias semiológicas).
Este es el error básico de los trabajos de Guillaume y también el
de un conocido estudio de E. Koschmieder basado en la "Denkpsy-
chologie" de Honigswald.

del latín en su monografía anterior, Temps et verbe, 1929. Una breve exposición
de conjunto de lo que Guillaume entiende por análisis estructural puede verse
en su opúsculo redente La langue est-elle ou n'est-elle pas un système?= Cahiers
de linguistique structurale n° 1, Université de Lavai, Quebec 1952.
(') E. Koschmieder, Zeitbezug und Sprache. Ein Beitrag zur Aspekt- und
Tempusfrage, 1929. Cf. la excelente reseña de A. Debrunner, / F 48, 1930, p. 89 ss.

— 44 —
CAPITULO III

LA OPOSICIÓN A S P E C T U A L
PERFECTO/PRESENTE-AORISTO

§ 78.—De entre los temas de perfecto, presente y aoristo, sólo


el significado del primero parece no ofrecer duda a los tratadistas,
que están de acuerdo en su definición: el perfecto expresaría el
estado resultante de una acción anterior. Así TéGvy¡xe 'está muerto',
StTTif¡xa 'estoy de pie',TO7toÍ7¡xa'tengo hecho' (y está hecho), xéxTVjfiai
'tengo adquirido' ( = 'poseo').
Esta nitidez del sentido del perfecto invita a operar con la hipó-
tesis de que dicho sentido de estado resultante, que le es atribuido
empíricamente, es en reaUdad el valor propio del tema de perfecto
en el sistema de la "langue" y de que, por otra parte, en virtud de
su unidad de sentido, el perfecto es el término caracterizado de una
oposición que precisamente tratamos de establecer.
§ 79.—Utilizando la representación gráfica lineal del tiempo
real (que avanza de izquierda a derecha en el sentido de la flecha)
A > B

se considera que el perfecto "normal" (cf. § 86) expresa el estado c


resultante de la acción AB o, dicho de otro modo, el estado c pos-
terior al punto B (final) de la acción AB.
Si el perfecto es un término caracterizado, el término no carac-
terizado expresará la acción AB en sí, no el estado resultante de
dicha acción, sin que en esta oposición se considere la continuidad
del desarrollo o sólo un momento de djcha acción. Resulta que
al p e r f e c t o , como término caracterizado, se
o p o n e el b l o q u e p r e s e n t e - a o r i s t o , c o m o tér-
m i n o n o c a r a c t e r i z a d o . El tema de presente y el de
aoristo expresan ambos, en efecto, la acción en sí. A perf. TeOvávaí
'estar muerto' se oponen juntamente pres. 6v^axeiv y aor. Oocveív 'mo-
rir'; a perf. écTTávaí 'estar de pie' se oponen pres. faTaoOat y aor. «rt^vaí
'ponerse de pie'; a perf. TtsTcoiiQxévat 'tener hecho' se oponen
pres. ucisív y aor. -¡lovffM 'hacer'; a perf. xexTY)ceai 'tener adqui-
rido' ( = 'poseer') se oponen pres. XTÓcaGai y aor. xTrjaaoGai 'adquirir'.

— 45 —
Coincidimos, pues, con Meillet ·, que, seguido por toda la escuela
francesa, opone el perfecto al conjunto presente­aoristo.
§ 80.—Si esta interpretación funcional es exacta, el término no
caracterizado presente­aoristo debe presentar también el valor neu­
tro, que, por expresar la indiferencia a la noción de perfecto, per­
mite que presente y aoristo sean empleados donde objetivamente
el uso del perfecto tendría una justificación positiva.
Existe, efectivamente, un empleo de praesens pro perfecto
Muy claro es el sentido de perfecto en E 472 "Βκτορ, πη δή τοι μένος
ο ϊ χ ε τ α ι ('se te ha ido, está ausente'), δ πρίν έχεσκες; (téngase en
cuenta que en Homero no existe el presente histórico), Heró­
doto IV 190 θάπτουσι τούς α π ο θ ν ή σ κ ο ν τ α ς ('a los muer­
tos') oí νομάδες κατάπερ οί "Ελληνες, Jenofonte Mem. I l i 5,26 τί δέ;
εκείνο άκήκοας δτι κτλ. :: τοϋτό γ',Ιφη, α κ ο ύ ω ( ~ άκήκοα Ί ο tengo
oído'), Hell. ι 1,27 ήγγέλθη . . . δτι φεύγοιεν ('estaban desterrados')
υπό δήμου, Eurípides Heracl. 381 s. ώ παϊ, τί μοι σύννοιαν δμμασιν φέρων
ήκεις; νέον τι πολεμίων λέξεις τιέρι; μέλλουσιν ή πάρεισιν ή τί
π υ ν θ ά ν η ('sabes' por haberte informado). Lo mismo en el impf. de
Jenofonte Anab. V 3,7 έπει δ'Ιφευγεν ('estaba desterrado') ó Ξενοφών.
Muy elocuente es la frase final de Jenofonte Hell. έμοί μέν δή μέχρι
τούτου γ ρ α φ έ σ θ ω ' τα δέ μετά ταϋτα ίσως άλλω μελήσει, donde
se ha propuesto innecesariamente la enmie"hda γεγράφθω ».
Empleos de aor. pro perfecto son mucho más difíciles de iden­
tificar con seguridad, debido a que, por expresar el aoristo de in­
dicativo una acción pretérita, la noción de estado resultante puede
proceder muchas veces de la situación, sin ser expresada por la
forma. Esta es la razón por la cual no pueden admitirse como aoris­
tos de este tipo ni Tucídides I 1,1 Θουκυδίδης ξυνέγραψε τον τιόλεμον
κτλ., ni Carmina popularía 32,1 DiehU ήλθ', ήλθε χελιδών *, como
tampoco es un ejemplo seguro, a pesar del paralehsmo, γ 93 ss. εϊ που
δπωπας (perf. de estado resultante: 'tienes visto') όφθαλμοϊσι τεοϊσιν
ή άλλου μϋθον άκουσας πλαζομένου ('oíste' como aoristo). Por consi­
guiente, ningún aoristo de indicativo indicando una acción pretérita
de la que por la situación pueda inferirse un estado resultante pre­
sente, puede ser considerado ejemplo admisible de aor. pro perfecto
Ejemplo seguro de aoristo empleado como perfecto en indicativo
es Tucídides V 5,1 έγένετο Μεσσήνη Λοκρών τινα χρόνον 'Mesina fué
de los locros durante algún tiempo', donde el complemento de du­

(·) A. Meillet, Aperçu d'une histoire de la langue grecque , (citado en ade­


lante Aperçu) p. 37. Ci. también F. R. Adrados, Estudios Clásicos 1, 1950, p. 22.
(') Una amplia descripción de este uso en E. Schwyzer, Griechische Gram­
matik (citado en adelante Gr. Gram.) II, 1950, p. 275 s.
(') Algunos de los ejemplos citados en Schwyzer, loe. cit., son inadmisibles:
άδιχέω 'soy injusto' ('bin in Unrecht') es un denominativo de άδικος (άδιχέω
: 'Αδικός είμι' ;: φιλέω :' 'φίλος «ΙμΙ'); Sófocles El. 347 ήτις λέγες μέν άρτίως
ώς κτλ. es una especie de presente histórico, como demuestra άρτιως. Es decir,
sólo son seguros aquellos ejemplos en los cuales está excluida la noción de pre­
térito, de la cual, por la situación, pueda inferirse un estado resultante presente.
(«) Dados por J. Holt, Études p. 33 s.

- 46 -
ración no se aplica a la acción γενέσθαι 'llegar a ser, devenir', sino
al estado resultante γεγονέναι 'ser': este estado resultante no per­
tenece al presente, sino al pretérito. E n participio, δ 552 s. ζωος . . . ήέ
θανών' vivo o muerto' (cf. Heródoto IV 14,3 οδτε τεθνεώτα οΰτε ζώντα).
§ 81.—Es importante subrayar que el perfecto no significa el
cese de la acción, sino la acción verbal después de su término.
Esto es, mientras el perfecto conserva su valor aspectual, τέθνηκε
no significa 'ya no muere, ha cesado de morir', sino 'está muerto',
κέκτηται no 'ya no adquiere, ha cesado de adquirir', sino 'tiene
adquirido, posee'.
§ 82.—Son nociones no pertinentes el que el estado resultante
sea inherente al sujeto o al objeto ("Subjektsresultativum" y
"Objektsresultativum", respectivamente, en la precisa terminología
de Debrunner'). En época posthomérica, tanto κέκτημαι 'tengo ad­
quirido, poseo', τετοκυϊα 'la que ha parido y está en el lecho, es m a ­
dre', como πέποίηκα άσκόν 'tengo hecho un odre' ( ~ ασκός πεποίηται)
tienen un mismo valor aspectual de estado resultante.
§ 83.—Algunos autores ' asignan al perfecto un valor durativo,
considerando que el estado resultante expresado por el perfecto es
un estado que dura. E n reaUdad, ese sentido de duración procede
de la situación (el resultado de una acción, incluso momentánea,
generalmente tiene una duración real): es una noción no pertinente
del valor aspectual del perfecto. Una cosa es que el estado expresado
por el perfecto tenga de ordinario una duración en la realidad obje­
tiva e incluso en la representación subjetiva de esa realidad (gra­
dos 1.° y 2.°, § 71) y otra cosa es que la forma insista en la dura­
ción de ese estado. Si el valor del perfecto fuera la notación del
estado resultante en su duración, sería necesario que existiese otra
unidad en el sistema cuyo significado fuese la expresión del estado
resultante sin duración, momentáneo, y a que en la lengua no exis­
ten categorías independientes, sino solamente oposiciones. E s ima­
ginable, en efecto, la existencia de una forma para expresar, verbi­
gracia, que el resultado de la acción de ϊστασθαι στηναι 'ponerse de
pie' sólo duró un momento: 'estar un momento de pie'. Ahora bien,
tal forma no existe en el sistema del verbo griego. E l p e r f e c t o
es i n d i f e r e n t e a la e x p r e s i ó n de la d u r a c i ó n .
En la oposición aspectual perfecto/presente­aoristo no hay consi­
deración ninguna de la duración ni en el estado resultante », ni
en la acción de la que resulta ese estado *. Ello confirma la estruc­
tura de la oposición que hemos postulado: al perfecto se opone el
archivalor de la oposición presente­aoristo, neutro (como todo ar­
chivalor) respecto a la consideración de la duración o de la m o ­
mentaneidad (cf. § 45).

(1) A . Debrunnei, IF 46, 1928, p. 290.


(») G. Herbig, IF 6, 1896, p. 174, E. Hermann, Nachrichten Göttingen,
phil.­hist. Kl., 1943, p. 590, Schwyzer, Gr. Grant. II p. 252.
(») Cf. J. Holt, Etudes p. 28.
(•) Cf. J. B runei, BSL 45, 1946, p. 56.

— 47 —
§ 84.—J. H o l t / , operando con el valor de estado resultante atri­
buido comúnmen^íe al perfecto y considerando los valores exten­
sionales de los tres temas de perfecto, presente y aoristo (cf. p. 24,
η. 1), llega a la conclusión de que el perfecto es el término positivo
del sistema ternario que establece a priori y cuyos términos trata
de identificar.
Pero Holt se equivoca en la interpretación de la noción básica
del sistema, expresada positivamente por el perfecto. Por un saüus
mortalis e introduciendo como elemento de juicio la definición del
perfecto como συντελικός "avec achèvement", procedente de la
Antigüedad, Holt se contradice al definir que "la notion de l'aspect
est l'indication du terme et du non terme d'un procès", pues el
perfecto no indica el término del proceso, sino, como el mismo
Holt ha definido antes, el estado resultante de un proceso anterior.
El salto es bien visible en este pasaje "par l'aspect du parfait le
procès est regardé après son terme, par celui du présent [que Holt
hace término negativo] il est considéré avant son terme, ou plus
précisément: l'aspect du parfait désigne le procès avec son terme
celui du présent sans son terme *". H a y que objetar a Holt que
"après son terme" no es equivalente a "avec son terme" y que
"avant son terme", que supone la existencia de un término, no es
tampoco equivalente a "sans son terme". Una acción verbal puede
ser considerada antes de terminada en su mismo término final (caso
del aoristo finitivo, § 129). Por otra parte, no siempre el término de
un contenido verbal se sitúa al final: hay también términos ini­
ciales (§ 102). Holt, por consiguiente, al precisar su definición, la
transforma por completo.
§ 85.—El llamado uso "enfático" o "pregnante" del pluscuam­
perfecto », que presenta un acontecimiento del pretérito como ya
terminado en el mismo pretérito, considerándolo en su resultado,
es un empleo no pertinente del tema de perfecto, producto de una
realización psicológica en la "parole" del valor aspectual de estado
resultante: por necesidades expresivas de orden estilístico se con­
cibe una acción verbal como ya acabada. Así Tucídides IV 47,1
ώς Sé . . . ελήφθησαν, έ λ έ λ υ ν τ ό τε αί σπονδαΐ ('en seguida estuvo
rota la tregua') καΐ τοϊς Κερκυραίοις παρεδίδοντο oí πάντες, Jeno­
fonte Hell. VII 2,9 έπεί δ'άπαξ ήρξαντο ύπείκειν, ταχύ δή πασα ή ακρό­
πολις Ιρημος των πολεμίων έ γ ε γ έ ν η τ ο 'una vez que iniciaron
la retirada, rápidamente la acrópolis entera quedó desierta de
enemigos', Κ 188 s. πεδίονδε γαρ αίεί τ ε τ ρ ά φ α θ ' όππότ'έπΐ
Τρώων άΐοιεν ιόντων 'pues en cuanto oían pasos de troyanos, ya
estaban vueltos hacia la llanura'.
Este empleo no es, sin embargo, exclusivo del pluscuamperfecto.

(1) Études p. 28 ss.


(^) P. 31.
(^) Hasta aquí subrayado por mí.
(·) Subrayado por Holt.
(') Material en Schwyzer, Gr. Gram. II p. 288 s.

- 48 -
Un ejemplo muy claro de infinitivo perfecto enfático es Platón Apol.
30 B ­C ή άφίετέ με ή μή, ώς έμοϋ ουκ αν ποιήσαντος αλλα, ούδ'εί μέλλω
πολλάκις τ ε θ ν ά ν α ι 'aunque yo haya de morir muchas veces'
(hteralmente 'aunque y o haya de estar muerto muchas veces').
También Β 257 άλλ' έ'κ τοι έρέω, τό δε και τετελεσμένον ίσται 'y esto
se cumplirá' (hteralmente 'y esto quedará cumplido').
En el indicativo perfecto el uso existe igualmente: O 128 μαι­
νόμενε φρένας ήλέ, διέφθορας 'muerto estás', Aristófanes Lys. 859
εϊρηκ'εύθέως 'al punto mi discurso está terminado'. Se trata de
acciones que, expresivamente, son presentadas como terminadas
en el tiempo presente. No es una realización del perfecto en la
línea del tiempo ', sino en el aspecto ».
§ 86.—La noción de "consideración de la acción verbal después
de su término" que hemos considerado como valor aspectual del
perfecto es solamente provisional en tanto que no exaniinemos
los perfectos del tipo δέδορκα, γέγηθα, cuyo sentido en nada parece
diferir del de los respectivos presentes δέρκομαι 'yo miro, tengo
tal o cual mirada", γηθέω 'estoy alegre'.
Hasta ahora se han considerado como tipo "normal" los perfectos
como τέθνηκε 'está muerto', κέκτηται 'tiene adquirido, posee', que de­
signan un estado resultante de una acción ( = acción después de su
término final). En cuanto a los perfectos del tipo δέδορκα, γέγηθα, o
se ha dado de ellos una interpretación que tiende a reducirlos al tipo
"normal", o han sido considerados como un tipo "anómalo".
De estos perfectos "con sentido de presente" la mayoría de
los ejemplos aparecen en el perfecto de indicativo. El fenómeno
afecta no al tiempo, sino al aspecto. Situándonos fuera del tiempo,
esto es, en formas que no expresan el tiempo gramatical, como el
infinitivo o el participio (δεδορκώς, κεκριγώς, λεληκώς), la correspon­
dencia de sentido con el tema de presente subsiste. Pero no hay
entre ambos una equivalencia completa, y a que las formas en
cuestión del tema de presente significan precisamente la acción
verbal considerada en su duración, noción ésta a la que es indife­
rente el tema de perfecto, según vimos § 83 y ha de ser considerado
válido para todos los perfectos.
Por ello es más exacto hablar de un tipo especial de perfecto^
que no expresan el estado resultante de una acción, sino la acción
misma o, mejor, el contenido verbal del semantema considerado
en sí. Por comodidad, llamamos a este tipo "anómalo".
§ 87.—Las explicaciones que han tendido a reducir este tipo
"anómalo" al tipo "normal" de estado resultante no son, en nin­
gún modo, satisfactorias.

(») "Futurisch" en Schwyzer, Gr. Gram. 11 p. 207.


(") Wackernagel. Vorlesungen I p. 170.
(») Estos perfectos "con sentido de presente" constituyen el primer grupo
de los cinco establecidos en el perfecto por J. Wackernagel, Studien zum grie­
chischen Perfektum, 1904, p. 4. Seguimos la descripción de sus Vorlesungen,
I p. 166 ss.

— 49 —
Brugmann­Thumb S que citan ejemplos como οΐδα (un perfecto
claro del tipo "normal"), sólo tratan, en realidad, de δέδοικα, γέγηθα
y άλάλημαι. Γέγηθα es interpretado 'he entrado en alegría y ahora
estoy alegre' lo que ciertamente es artificioso, pues γηθεϊν no sig­
nifica 'ponerse alegre', sino 'estar alegre'. Pero es el caso que άλά­
λημαι se resiste a ana interpretación semejante, por lo cual B rug­
mann­Thumb se ven obUgados a conceder que puede quedar sólo
el sentido de estado», en cuyo caso resulta que el perfecto "anó­
malo'' no se reduce totalmente al tipo "normal".
P. Chantraine * niega que estos perfectos tengan nada de espe­
cial, porque, al igual que todos, indican el estado, teáis que cierta­
mente puede ponerse en duda (βεβηκώς, άλάλημαι, cf. § 100) y que
en todo caso no elimina la diferencia existente entre uno y otro
tipo, pues el estado es posterior al término final de la acción en el
tipo "normal" y anterior a ese término en el tipo "anómalo".
Holt » utihza material de diverso valor: v. gr., δττηκα y οΐδα son
perfectos del tipo "normal". Para el tipo "anómalo", representado en
la exposición de Holt por βέβρυχε, κέκραγε, δδωδε, γέγηθε, la interpre­
tación de este autor es similar a la de B rugmann­Thumb, si bien
operando con algún elemento nuevo: "Ces verbes ont un sens mo­
mentané; c'est pourquoi leur thème de présent est assez rarement
employé, tandis que l'aoriste se trouve plus fréquemment. Au pré­
sent le procès de faire un cri ou un mugissement désigne qu'on fait
un seul cri ou un seul mugissement, mais pour indiquer le cri ou le
mugissement continu il faut s'exprimer par une forme désignant
qu'on s'est mis à crier ou à mugir et qu'on reste dans cet état;
c'est précisément le thème de parfait qui présente cette indication."
Contra Holt puede formularse la misma objeción que hicimos a
Brugmann­Thumb: estos semantemas verbales no significan 'po­
nerse a gritar', etc. ("se mettre à crier, etc."), sino simplemente
'gritar', etc. Por otra parte, ni los textos permiten admitir un sen­
tido puntual para βρυχάομαι, δζω, γηθέω, ni dicho sentido es posible
como valor del presente de indicativo (cf. §'180) ni de ninguna otra
forma del tema de presente, cuyo valor durativo excluye precisa­
mente el valor puntual que le atribuye Holt ·.

(>) Griechische Grammatik^ 1913 (en adelante citada Gr. Gram.), p, 550 s.,
siguiendo con B . Delbrück, Vergleichende Syntax der indogermanischen Spra­
chen, 1893­1900 (citada en adelante Vergi. Synt.), II, 172 s., a Kohlmann.
(») "Ich bin in freudige Erregung geraten und freue mich nun."
(») "Dass schliesslich das Zuständliche allein übrig bleiben kann, zeigt
hom. aXáXiQ¡ii.ai 'ich treibe mich umher, bin auf der' Walze'."
(•) Histoire du parfait grec, 1927 (citado en adelante Parfait) p. 16 s.,
cf. p. 11, 146.
(») Études p. 29.
(8) E. Hermann, Nachrichten Göttingen, phil.­hist. Kl., 1943, p. 619 ss.,
aceptando la explicación histórica a que aludimos § 88, da una interpretación
estática que tiende a reducir todos a perfectos "normales" de estado resultante.
Basándose en que la mayoría de los perfectos de este tipo carecen de tema
de presente, como ­RÉÔRJTIA, o de tema de aoristo, como ÍOXTZCÍ. Hermann cree
que en el primer caso es expresado el estado resultante de un aoristo ingre­

— 50 —
La conclusión de este examen crítico es que e l perfecto
" a n ó m a l o " es i r r e d u c t i b l e a l p e r f e c t o "normal".
§ 88.—Los lingüistas que admiten la existencia aparte del tipo
"anómalo" de perfectos le asignan un valor intensivo o iterativo,
según los casos, y buscan una justificación histórica de ese valor,
que sería el valor originario de la reduphcación \
En el plano puramente sincrónico en que nos movemos, hemos
de notar que el sentido "intensivo" es siempre una apreciación
totalmente subjetiva, no determinable por vía empírica a causa
del alto grado de subjetividad que posee dicha noción, admisible
únicamente en última instancia a falta de otra interpretación mejor.
E l valor iterativo postulado, v. gr., por Wackernagel para ns­
TrXrjyci?, xexoTtt!)?, TreTTo­njaTai carece de base firme, pues hom. TOTTXYJ­
Y<ú<; resulta ser un aoristo reduplicado (è7ré7tX7]Yov, TceTíXyjyeTo) falsa­
mente interpretado como part. perf. eolio en el participio 7ts7tX7¡Ytúv
{varia lectio en B 2 6 4 ) » y en las mismas condiciones está XEXOTTCÓí;
(con el mismo sentido iterativo, procedente, si es que existe, de la
situación, no expresado por la forma de aoristo: "golpeando"). En
cuanto a 7tsTcoTy¡aTat, el sentido iterativo no es exclusivo del per­
fecto, sino propio del semantema verbal TcoxaoGai 'revolotear': no
es, pues, pertinente del valor aspectual del perfecto.
En nuestra interpretación sincrónica de la estructura funcional
del sistema de aspectos del verbo griego antiguo, no tiene cabida
ninguna explicación genética, a pesar de las garantías que ésta
pueda ofrecer. El objetivo que perseguimos, en lo que respecta al
tipo de perfecto "anómalo", es determinar el valor de "langue"
que permite explicar ambos tipos de perfectos o, si esto no es posi­
ble, considerar el tipo "anómalo" como una unidad más en el sistema
de aspectos y establecer la oposición a la que pertenece como término.
No obstante, podemos permitirnos señalar que, en la perspectiva

sivo (έταφον), mientras que en el segundo el "estado" tiene valor intensivo


frente al presente (ϊλπομαι). Según Hermann, en verbos de estado, como θάλλει,
el presente indica el estado, mientras que el perfecto indica el estado alcanzado,
generalmente con un sentido intensivo. Esta interpretación de Hermann es
insostenible. Son numerosos los perfectos del tipo δέδορκα que tienen junto a sí
un presente y un aoristo (δέρκομαι έδρακον), y no hay razón para interpretar
el perfecto unas veces por oposición al presente y Otras veces por oposición al
aoristo: como quedó bien demostrado §§ 78­80, el perfecto se opone al bloque
presente­aoristo, no independientemente a cada uno de ellos. Y cuando sólo
se atestigua el presente, que precisamente en estos ejemplos expresa el estado,
no el cambio de estado, no se comprende cómo el perfecto puede expresar el
estado alcanzado ("erreichter Zustand"), sea o no intensivo, que esto es una
cuestión aparte.
(») Así, siguiendo a H. Meitzer, IF 25, 1909, p. 338 ss.; B rugmann, Grund­
riss , II 3 p. 722; J. Wackernagel, Vorlesungen, I, p. 167, Schwyzer, Gr. Gram.,
II, ρ. 263, F. R. Adrados, Estudios Clásicos 1, 1950, p. 19. Esta interpretación
está ya insinuada en B rugmann­Thumb, loe. cit., y Holt, loc. cit. (cf. B rugmann,
GrundrissII 3 p. 769: "der B egriff des erreichten Zustandes durch sich sel­
ber leicht die Vorstellung einer gewissen Fülle hervorruft").
(*) Así Harry en Chantraine, Parfait, p. 14 s., seguido por Schwyzer,
Gr. Gram. II p. 264 n. 1.

— 51 —
diacrònica tradicional, intentar dar a un problema del griego una
explicación genética que es en realidad una hipótesis indemos-
trada e incluso inverosímil S equivale a sustituir una incógni-
ta por otra, sin duda más difícil de determinar. Además, la gran
frecuencia e incluso la proliferación del tipo "anómalo" en griego
depone más bien contra la teoría que ve en él una anomalía
arcaica.
§ 89.—Si se tiene en cuenta que el tipo de perfecto "anómalo"
no constituye en el plano del significante un tipo morfológico espe-
cial, sino que presenta las mismas formaciones que el tipo "nor-
mal", en virtud del principio de que no puede haber una oposición
en el plano del significado sin la oposición correspondiente en el
piano del significante (§ 19), se llega a la conclusión de que p e r -
fecto "normal" y perfecto "anómalo" consti-
t u y e n u n a u n i d a d s i g n i f i c a t i v a en el s i s t e m a
d e l a " l a n g u e " . Esta conclusión es corroborada por el hecho
de que en un mismo semantema sólo se da un tipo de perfecto,
no los dos tipos simultáneamente ». N o hay, por consiguiente, una
oposición entre perfecto "normal" y perfecto "anómalo" que se
realice en un mismo semantema (como la hay entre perfecto, presen-
te y aoristo). P e r f e c t o " n o r m a l " y p e r f e c t o " a n ó -
m a l o " h a n de ser d o s r e a l i z a c i o n e s distintas
de un m i s m o v a l o r a s p e c t u a l de p e r f e c t o en
d o s t i p o s d i s t i n t o s de s e m a n t e m a s .
El problema, por tanto, es doble: 1.° ¿Cuál es el verdadero valor
aspectual del tema de perfecto en la "langue"? 2.° ¿En qué tipo
de semantemas se realiza ese valor de "langue" con el sentido del
perfecto "normal" y en qué otro tipo de semantemas se realiza con
el sentido del perfecto "anómalo"?
§ 90.—Si ahora examinamos de cerca la noción de estado re-
sultante propia del perfecto "normal", se comprende que para
que el valor de perfecto—cualquiera que pueda ser—se realice con
el sentido de estado resultante de una acción, es preciso que el sig-
nificado del semantema exprese o implique cierta transformación o
modificación, bien en el sujeto, bien en el objeto, de tal modo que

O Contra esta hipótesis se puede objetar: 1.° que en el mismo griego hay-
ejemplos de perfectos sin reduplicación (cf. Schwyzer, Gr. Gram. I p. 766 s.);
2." que hay lenguas indoeuropeas en las cuales coexisten tipos de perfectos
con y sin reduplicación, como el itálico, el celta y el germánico; 3.° que hay
otras lenguas indoeupeas que desconocen por completo la reduplicación en el
perfecto, lo que es atribuíble a la pérdida del valor primitivo del perfecto indo-
europeo, que se considera ser el que se conservó en védico y en griego antiguo;
4,° que en griego y en indoeuropeo la reduplicación con timbre e no es exclu-
siva del perfecto: hay aoristos reduplicados, como éa:tó¡i.7¡v, its9vsiv, elitelv,
ai. avocai 'dijo', y también presentes, como ai. sáscati 'sigue' dádliáti 'coloca',
por no citar los presentes con vocal i en la reduplicación, como ai. sisakti,
'sigue', ai. iisthaii 'pone de pie', gr. Ífsvf[\t.i, yiyvoiiat, aunque la cita estaría
justificada por la existencia de otros timbres vocálicos en la reduplicación en
el perfecto: ai. bubhóda 'ha observado', riréca 'ha dejado' lat. iuiudi.
(») Cf. § 92, donde se precisa.

— 52 —
el estado consecuente a la acción verbal sea diferente del estado
anterior a. la misma.
De ahí se deriva la necesidad de hacer una clasificación de los
semantemas verbales según ese criterio. Distinguimos dos tipos;
1.° S e m a n t e m a s transformativos son aquellos
que expresan una transformación, una modificación del estado.
Es indiferente que esta transformación afecte al sujeto, cuyo estado
resulta modificado (v. gr., θνήίτκειν 'morir', χαίρειν 'ponerse alegre',
φεύγειν 'huir', κτασθαι 'adquirir', verba sentiendi, como ίδεϊν 'ver',
άκούειν 'oír', que implican una transformación en el sujeto, el cual
mediante la percepción entra en posesión de un conocimiento) o
al objeto. En este último caso, puede tratarse bien de una modi­
ficación del objeto externo preexistente {verba afficiendi, como
ττείθειν 'persuadir', τείνειν 'tensar'), bien de una producción del
objeto (verbos con acusativo de resultado, como ποιεϊν 'hacer',
γράφειν 'escribir', λέγειν 'decir'). No todo verbo transitivo es trans­
formativo: verbos como βούλεσθαι 'querer algo', πϋρ δεδορκέναι
'tener mirada de fuego', pertenecen al tipo siguiente.
1° S e m a n t e m a s n o ­ t r a n s f o r m a t i v o s son aquellos
cuyo significado excluye toda idea de modificación tanto en el
sujeto como en el objeto. Así είναι 'ser', κεϊσθαι 'yacer', νοσεϊν 'estar
enfermo', βασιλεύειν 'ser rey', πείθεσθαι 'confiar en', γηθεϊν 'estar
alegre'. Pertenecen a este tipo aquellos verbos de movimiento
como τρέχειν 'correr', άλασθαι 'andar errante', πέτεσθαι 'volar',
ποτασθαι 'revolotear', siempre que contengan la idea de movimiento
pura y simple sin implicar un traslado. Una formación causativa
convierte un semantema no transformativo en transformativo:
πείθεσθαι 'confiar, creer en'/πείθειν 'hacer creer, persuadir'; θάλλειν
'estar en flor'/Pindaro 01. III 24 s. ού... δένδρε' έ'θαλλεν χώρος 'el lugar
no hacía florecer los árboles'
§ 91.—Ahora hemos de resolver una cuestión de orden técnico:
la de cómo determinar el carácter transformativo o no­transfor­
mativo de un semantema dado.
Puesto que, como resultó con toda claridad en el examen del
perfecto "normal" § 79 y como se confirmará más adelante § 108,
el perfecto se opone como término caracterizado a un término no
caracterizado, es evidente que el significado del semantema apare­
cerá en su pureza en el valor neutro de este término no caracteri­
zado, que presenta la indiferencia a la noción básica expresada
positivamente por el perfecto y no habrá deformado el significado
propio del semantema transformativo o no­transformativo en que
se realiza. Ahora bien, sucede que ese término no caracterizado
no es una unidad en el sistema, sino un término que se estruc­

(1) Encuentro una distinción bastante semejante, no idéntica, a esta nues­


tra en la que entre "aspect processif" y "aspect statique" establece R. Godei,
"Verbes d'état et verbes d'événement" Cahiers Saussure 9, 1950, p. 33 ss.
Godei atribuye cierta importancia a esta distinción para la génesis de los as­
pectos.

— 53 —
tura en una oposición presente/aoristo. Al perfecto se opone, en
realidad, el bloque presente­aoristo o, precisando más, el archi­
valor de esta oposición, como ya indicamos § 83 sub fine. Como
en la posición de tiempo presente, no aparece más que el tema de
presente, podemos desde ahora afirmar que en ésa posición de
tiempo presente hay neutralización de la oposición presente/aoristo,
en virtud de lo expuesto en § 53 y según se confirmará en §§ 177­187.
El presente de indicativo es, por consiguiente, neutro respecto a
la oposición presente/aoristo, cualquiera que sea la interpretación
funcional que se dé para esta oposición. De aquí se deduce que la
determinación del carácter transformativo o no­transformativo del
semantema ha de efectuarse en el presente de indicativo.
En caso de necesidad, puede recurrirse evidentemente a las
demás formas del tema de presente. Su valor durativo, según hoy
generalmente se admite y demostramos § 125, no implica una mo­
dificación en el sentido transformativo o no­transformativo del
semantema, y a que tanto la transformación como la no­transfor­
mación pueden ser concebidas como durativas o como no durati vas.
Unicamente la realización del tema de presente puede convertir
en iterativo un semantema cuyo sentido propio es momentáneo:
tal es el caso de pres. άστράπτειν 'relampaguear' ^ Pero la noción de
iteración es de orden independiente de la noción de transformación
o de no­transformación.
El aoristo es, desde luego, inutilizable para la determinación
del tipo del semantema. Cualquiera que sea la interpretación fun­
cional que se dé, la observación empírica de que de un presente no­
transformativo (βίχσιλεύει 'es rey') el aoristo tiene un sentido ingre­
sico (tipo έβασίλευσε 'llegó a ser rey'), nos pone ante el hecho de que
en el aoristo puede aparecer como transformativo un semantema
que en realidad es no­transformativo (visible también en el lla­
mado aoristo "complexivo" έβασίλευσε 'fué rey').
§ 92.—El problema tiene cierta complejidad cuando un mismo
verbo presenta significados diferentes' pertenecientes a uno y otro
tipo. Como lo que importa para la reahzación no es la forma fónica
del semantema, sino su contenido conceptual, cada uno de los sig­
nificados equivale a un semantema distinto. El ejemplo de βέβηκα
es ilustrativo por sus tres significados: 1.° perfecto "normal" de
(') La necesidad de tener en cuenta esta realización del presente durativo
como iterativo en los semantemas momentáneos resulta evidente en el perfecto
βέβηκα, cuyo significado es 'estoy con un pie adelantado': A 37 δς Χρύσην
άμφιβέβηκας 'tú que proteges a C (literalmente 'tú que estás con un pie
adelantado en torno a C , como un κούρος de la escultura arcaica), Arquíloco
fr. 60, 4 Diehl i άσψαλέως βεβ·ηκώς ποσσί 'bien afianzado con los pies', Heró­
doto VII 164,1 τυραννίδα εδ βεβηκυϊαν 'poder bien afianzado, firme'. Este
sentido es en realidad el resultado de la acción de 'dar un paso' significada
por el semantema, y presentada en su pureza por el aoristo momentáneo έβ·η
'dio un paso', v. gr. en la fórmula homérica E 167 βή δ'ίμεν (Schwyzer,
Gr. Gram. II p. 264 n. 2) y exigida por la determinación adverbial del pre­
sente (iterativo por tanto) en la frase formularia homérica Η 213 ήϊε μακρΑ
βιβάς 'iba dando grandes pasos' y en Ν 371 δψι βιβάντα 'dando altos pasos'.

— 54 —
estado resultante: Arquíloco fr. 60,4 Diehla άσφαλέως βεβηκώς ποσσί
'ha dado un paso y tiene un pie adelantado = está bien asentado'
procede del semantema transformativo momentáneo 'dar un paso'
(vid. § 91 n. 1). 2.° perfecto "normal" de estado resultante: O 90
"Ηρη, τίπτε βέβηκας; 'estás aquí (porque has venido)', Sófocles OR. 959
θανάσιμον βεβηκότα 'está ausente (porque se ha ido)', E u r í p i d e s / Γ 1 2 8 9
βεβασιν φρούδοι procede del semantema transformativo momentá­
neo 'venir' (sin precisar si se viene o si se va) '. 3.° perfecto "anó­
malo": Ζ 495 άλοχος δέ φίλη οίκόνδε βεβήκει ('caminaba') έντροπαλι­
ζομένη, ...κατά δάκρυ χέουσα. αΐψα δ'έπειθ'ϊκανε κτλ. procede del
semantema no­transformativo 'dar pasos, andar' ».
§ 93.—Por ser imposible la determinación del carácter del se­
mantema, quedan fuera de nuestro estudio aquellos perfectos que
o se atestiguan solos, sin tema de presente ni de aoristo a su lado
(caso de los pretendidos perfectos "anómalos" μέμονα, Ιοικα, λελίημαι,
τετίημαι), o sólo poseen tema de aoristo, además del de perfecto
(caso de los también pretendidos perfectos anómalos δέδοικα, δέδια,
aor. έδεισα; τέθηπα, aor. έταφον).
§ 94.—Efectivamente, no sólo los perfectos "normales" de estado
resultante están formados sobre semantemas transformativos, sino
que se puede comprobar que los perfectos "anómalos", que expresan
no el estado resultante de la acción verbal, sino el contenido verbal
mismo, están formados sobre semantemas no­transformativos.
Ehminando de la hsta de Wackernagel» los que deben ser ex­
cluidos según § 93 y los que en realidad son perfectos "normales"
u ofrecen dudas en cuanto a su clasificación *, he aquí los que son
"anómalos":
— ά λ ά λ η μ α ι 'ando errante': o 10 Τηλέμαχ', ούκέτι καλά δόμων άπο
τηλ' άλάλησαι 'no está bien que andes errante lejos de tu casa'.
(1) Para el sentido transformativo cf. Sófocles OR 80 εΐ γαρ έν τύχη γέ
τ φ σωτηρι βαίη 'llegue'.
(») Para el sentido no­transformativo, con idea pura y simple de movi­
miento, cf. τρέχειν, πέτεσθαι § 90, 2.°, e hymn. hom. Herm. 28 (una tortuga)
σαΰλα ποσΙν βαίνουσα 'andando lentamente', Eurípides Med. 1163 s. άναστόκι'
έκ θρόνων διέρχεται στέγας άβρόν βαίνουσα παλλεύκφ ποδί, 'andando con
gracia'.
(») Vorlesungen I ρ. 166 ss.
(*) En el material dado por Schviryzer, Gr. Gram. II p. 263, y por Wacker­
nagel, loe. cit., hay perfectos que se explican bien por el tipo "normal" de estado
resultante. Así Ιστηκα 'estoy de pie'; que ίστασθαι significa 'ponerse en pie*
'levantarse', como transformativo, resulta claro por Β 150 s. ποδών δ'ύπένερθε
κονίη ϊστατ' άειρομένη. Que δπωπα no significa 'veo' (Wackernagel, ρ. 167:
"ich sehe"), sino que es un perfecto de estado resultante, lo demuestra φ 94 ss.
έγώ δέ μιν αυτός δπωπα. καΐ γαρ μνήμων εΙμί 'yo mismo lo he visto, pues ade­
más me acuerdo'; por consiguiente, δπωπα significa 'he visto y lo tengo en la
memoria', cf. E. Hermann, Nachrichten Gottingen, phil.­hist. Kl., 1943, p. 622.
Κεχαρηώς 'estando alegre' se opone claramente como perfecto de estado resul­
tante al sentido transformativo de 'alegrarse, ponerse alegre' del presente en
Η 189 ss. γ\ώ δέ κλήρου οήμα ίδών, γήθηοε δέ θυμφ. τον μέν παρ πόδ'έόν χαμάδις
βάλε φώνηοέν τε ' « ώ φίλοι, ήτοι κλήρος έμός, χαίρω δέ καΐ αυτός, donde el
paralelismo aoristo ingresivo γήθησεν ~ χαίρω ilustra el sentido transformativo
de este último semantema.

— 55 —
Cf. ζ 206 άλλ'οδε τις δύστηνος άλώμενος ένθάδ' 'ικχχνε ι 'errando
(no-transformativo) llega aquí'.
— β έ β η κ α 'ando, doy pasos': Ζ 495, pasaje citado § 92; para el
semantema no-transformativo vid. § 92 n. 2.
— π ρ ο - β έ β ο υ λ α 'prefiero': hapax en A 111 ss. οΰνεκ'έγώ κούρης
Χρυσηΐδος άγλά' άποινα ουκ έθελον δέξασθαι, έπεί πολύ βούλομαι
('quiero' no-transformativo) αυτήν οϊκοι έχειν. καΐ γάρ ρα Κλυται-
μήστρης προβέβουλα κουριδίης άλόχου, έπεί οδ έθέν έστι χερείων.
ΕΙ sentido de 'preferir' es debido al preverbio προ-.
— γ έ γ η θ α 'estoy alegre': ζ 106 γέγηθε δέ τε φρένα Αητώ en el
conocido símil de Artemis y las Ninfas, Sófocles Ph. 1021 σύ μέν
γέγηθας ζών. Cf. Η 127 s. (Πηλεύς) δς ποτέ μ'ε'ιρόμενος μεγ'έγήθεεν
('gozaba' no-transformativo) φ ένΙ οϊκφ πάντων Άργείων έρέων
γενεήν τε τόκον τε.
— δ έ δ ο ρ κ α 'miro, tengo vista, tengo tal o cual mirada': τ 446
πϋρ δ'όφθαλμοϊσι δεδορκώς, Χ 95 σμερδαλέον δέ δέδορκεν έλισσό­
μενος περί χειη. Cf. Γ 340 ss. οΊ δ' . . . ές μέσσον Τρώων καί Αχαιών
έστιχόωντο δεινον δερκόμενοι 'teniendo mirada feroz' (no­transfor­
mativo). Cf. también las contraposiciones Esquilo Eum.. 322
άλαοϊσικαΙ δεδορκόσιν, Sófocles OR 454 τυφλός γ α ρ έκ δεδορκότος,
donde el sentido de 'tener vista' es claramente no­transformativo.
— ε o λ π α 'tengo esperanza': Χ 216 s. νυν δή νώι εολπα, Διί φίλε φαί­
διμ' Άχιλλεϋ, οϊσεσθαι μέγα κίΐδος, β 275 ου σέ γ' έπειτα έολπα
τελευτήσειν ά μενοιν^ς. Cf. I 371 εΐ τινά που Δαναών έτι έλπεται
('espera, tiene esperanza' no­transformativo) έξαπατήσειν.
— κ έ κ λ α γ γ ε 'produce ruido': A 168 κεκληγώς Ιπετ'αίεΙ Άτρεί­
δης, Jenofonte Cyn. I l i 9 αί δ' (se. κύνες) έκ τών ιχνών κεκλαγ­
γυϊαι έξαπαταν πειρώνται. Cf. Π 429 s. ώς τ' α ι γ υ π ι ο ί . . . κλάζοντε
('chillando') μάχωνται.
— κ έ κ ρ α γ ε 'chilla': Aristófanes Nub. 1386 βοώντα καΐ κεκρα­
γόθ', Pluf. 722 ó δέ κεκραγώς καί βοών έφευγε. Cf. Eq. 287 κατακε­
κράξομαί σε κράζων ('chillando' no­transformativo).
— κ έ κ ρ ι γ ε 'chirría': Aristófanes ^f. 1520 SÍ oí δέ βάρβαροι θεοί πει­
νώντες ώσπερ Ιλλυριοί κεκριγότες'. Cf. Menandro fr. 879 Kock
χαμαιτύτιη κρίζει τις ('chilla' no­transformativo).
— λ έ λ α μ π ε 'brilla, lanza destellos': sólo en Eurípides Andr. 1022
ss. άπό δέ φθίμενοι βεβασιν 'Ιλιάδαι βασιλήες, ούδ'έτι τιΰρ έπιβώμιον
έν Τροία θεοϊσιν λέλαμπεν καττνφ θυώδει. Tro. 1291 ss. δέδορκεν
(se. Κρόνιος), ά δέ μεγαλόπολις άπολιςδ λωλεν ούδ'έτ' έστι Τροία.
— όττοτοτοτοτοϊ λέλαμπεν "Ιλιος, Περγάμων τε ττυρι καταίθεται
τέραμνα. Cf. λάμπειν 'brillar' no­transformativo passim ·.

(}) En ambos pasajes, que son líricos, el perfecto λέλαμπε parece ser una
formación ocasional, provocada por la presencia (de efectos asimilatorios) de
Otros perfectos en el contexto inmediato. Puede, por ello, compararse este fenó­
meno con el de χαίρομαι por χαίρω en Aristófanes Pax 291 ώς ήδομαι καΐ χαίρομαι
κεύφραίνομαι y a χέσαιτο por χέσαι en Eq. 1057 μαχέσαιτο . . . χέσαιτο. Sobre
estas asimilaciones vid. Wackernagel, Vorlesungen I p. 124. El perfecto λέλαμττε
sólo pudo crearse porque el tipo de perfectos "anómalos" estaba entonces vivo.

­ 56 ­
— λ έ λ η κ ε 'resuena': μ 85 ένθα δ'ένΙ Σκύλλη ναίει δεινον λελακυϊα,
Χ 142 ó δ' (se. κίρκος) έγγύθεν οξύ λεληκώς ταρφέ'έπαΐσσει. Cf. Aris­
tófanes Eq. 1017 ss. κύνα καρχαρόδοντα, δς προ σέθεν λάσκων ('la­
drando' no­transformativo) καΐ υπέρ σου δεινά κεκραγώς σοι
μισθον ποριεϊ.
— ν ε ν ό μ ι κ α 'considero': Platón Soph. 228 A νόσον ϊσως καΐ στάσιν
ού ταύτόν νενόμικας; ('consideras'). Cf. νομίζειν 'pensar, considerar'
no­transformativo.
— δ δ ω δ ε 'huele, tiene olor a': ε 60 κέδρου τ' . . . θύου τ ' άνα νησον
όδώδει ('había olor') δαιομένων, ι 210 χεϋ', δδμή δ'ήδεϊα άποκρητη­
ρος όδώδει. Cf. Esquilo Ag. 1310 τόδ' δζει θυμάτων, Aristófa­
nes Eq. 892 βύρσης κάκιστον δζων ('teniendo olor de').
— π ε π ό τ η μ α ι 'revoloteo': Β 90 (μελίσσαι) αί μέν τ'Ινθα άλις
πεποτήαται, αί δέ τε Ινθα, λ 222 ψυχή δ'ήΟτ' δνειρος άποτιταμένη
πεπότηται. Cf. Β 462 (ορνίθων έθνεα) ένθα καΐ ένθα ποτώνται
('revolotean' no­transformativo) άγαλλόμενα τττερύγεσσι, ω 6 s.
ώς δ'δτε νυχτερίδες μυχφ άντρου θεσπεσίοιο τρίζουσαι ποτέονται
('idem').
— τ έ θ η λ ε 'está en flor': ε 69 τεθήλει δε σταφυλησι, μ 103 έρινεός . . ,
φύλλοισι τεθηλώς, Sófocles Ph. 258 s. ή δ'έμή νόσος άεΙτέθηλε κάπΐ
μείζον έρχεται. Cf. OC. 681 θάλλει κατ'ήμαρ άεΐ νάρκισσος'durante
el día siempre esta en flor el narciso' no­transformativo.
§ 95.—La Usta de perfectos "anómalos" dada en el § anterior
puede ser fácilmente incrementada. He aquí otra serie de ejemplos,
no recogidos sistemáticamente:
— δ ε δ ά κ ρ υ μ α ι 'lloro': Π 7 τίπτε δεδάκρυσαι (cf. ν . 2­3 Πάτρο­
κλος . . . δάκρυα θερμά χέων). Cf. Jenofonte Hell. VII 2,9 τάς δέ
γυναίκας πιεϊν τε φέρουσας χαΐ άμα χαpqi δακρυούσας ('llorando de ale­
gría' no­transformativo).
— έ ρ ρ ι γ α 'temo, tiemblo': Ρ 175 ου . . . έρριγα μάχην ουδέ
κτύπον ΐττπων, Η 113 s. καΐ δ'Αχιλεύς τούτφ γε μάχη ένι κυδιανείρη
έρριγ' άντιβολήσαι. Cf. Pindaro Nem. V 50 εί δέ Θεμίστιον ίκεις
ώστ' άείδειν, μηκέτι ^ίγει 'ya no temas' no­transformativo.
— ή γ η μ α ι 'considero, pienso': Heródoto I 126,6 ύμέας ήγημαι
άνδρας Μήδων είναι ού φαυλότερους. Cf. ήγεϊσθαι 'considerar, pen­
sar' passim. Ci. también el sinónimo νενόμικα § 94.
— κ έ κ λ α υ μ α ι 'lloro': Sófocles OR. 1489 ss. ποίας γάρ αστών
ήξετ'εΐς ομιλίας, ποίας δ'έορτάς, ένθεν ού κεκλαυμέναι ( ~ κλαίου­
σαι) προς οίκον ίξεσθε άντί της θεωρίας; Cf. κ 201 κλαϊον δέ λιγέως
'lloraban' no­transformativo.
— μ έ μ η λ ε 'importa': Β 614 έπεί οΰ σφι θαλάσσια έργα μέμηλε.
Cf. μέλει 'importa' no­transformativo passim. Sobre el perfecto
nuevo μεμήλεκε vid. § 96 n. 2.)
— Ò ρ ώ ρ ε i 'contemplaba', 'vigilaba': sólo plperf. en Ψ 110 s.
άτάρ κρείων Αγαμέμνων ούρήάς τ'δτρυνε και ανέρας άξέμεν ΰλην
πάντοθεν έκ κλισιών. έπΙ δ'άνήρ έσθλός όρώρει Μηριόνης. Cf. γ 471
έπΙ δ'άνέρες έσθλοί δροντο, ξ 104 έπΙ δ'άνέρες έσθλοί δρονται,
donde la identidad de la fòrmula garantiza la pertenencia de

— 57 —
όρώρει a δρομαι όράω, no­transformativo cuando significa 'mirar,
vigilar', pero transformativo cuando significa 'ver' (cf. § 90, 1.°).
— π έ π 0 t θ α 'confío en, me fío de, hago caso de': π 71 s. οδ πω
χερσί τιέποιθα άνδρ'άπαμύνίχσθαι, Δ 324 s. οϊπερ έμεϊο όπλότεροι
γεγάοισι πεποίθασίν τε βίηφιν. Cf. Μ 237 s. τύνι^ δ'οίωνοϊσι τανυπ­
τερύγεσσι κελεύεις πείθεσθαι 'confiar en, hacer caso de' no trans­
formativo, υ 45 καΐ μέν τίς τε χερείονι πείθεθ' έταίρφ 'idem'.
— τ ε θ ά μ β η κ α 'admiro, estoy estupefacto': Sófocles Ant. 1246
καυτός τεθάμβηκ', έλπίσιν δέ βόσκομαι. Cf. Esquilo Supfl. 570
τέρας δ'έθάμβουν 'estaban atónitos ante el prodigio'.
— ^ ί κ η κ α 'habito': Sófocles El. 1101 (Orestes): Αίγισθον ενθ'φ­
κηκεν ιστορώ πάλαι, Heródoto I 27,5 τοϊσι τάς νήσους οίκημένοισι
(perf. med.) "Ιωσι. Cf. οΊκεϊν 'habitar' no­transformativo passim.
§ 96.—Finalmente, h a y un cierto número de perfectos forma­
dos sobre semantemas no­transformativos que, atestiguados por
primera vez en textos del siglo IV a. C. (desde ca. 400), pertenecen
por su significado al tipo "anómalo" que es de esperar, pero que
otras veces expresan claramente la anterioridad pura y simple (no
el estado resultante), en lo cual se advierte y a la evolución de sen­
tido del perfecto que se está produciendo por esta época ·.
He aquí una serie de perfectos "anómalos" pertenecientes al
s. IV a. C. no recogidos sistemáticamente:
— I σ χ η κ α : Platón Leg. 765 A τόν δή χορών άρχοντα καί διαθετήρα
α'ιρεϊσθαι χρή τοιόνδε τινά τρόπον, δσοι μέν φιλοφρόνως έσχήκασι
('~ έχουσι) περί τα τοιαύτα, είς τον σύλλογον ϊτωσαν . . . τοις δ'άλ­
λοις, έάν μή βούλωνται, μηδέν έπάνεγκες έστω. Cf. έχειν no­trans­
formativo en sus dos acepciones de 'tener' y 'ser, estar'.
— μ ε μ έ ν η κ α 'permanezco': sólo en Demóstenes X V I I I 321
δύο δ' . . . τόν φύσει μέτριον πολίτην έχειν δει . . . έν μέν ταις
έξουσίαις τήν του γενναίου καΐ του πρωτείου τή πόλει προαίρεσιν
διαφυλάττειν, έν παντί δέ καιρώ καΐ πράξει τήν εΰνοιαν . . . ταύτην
τοίνυν παρ'έμοί μεμενηκυϊαν εύρήσεθ' απλώς 'dos cosas debe tener
el ciudadano honrado por naturaleza: conservar en las ocasiones
de libertad de acción el principio del honor y de la primacía
de la ciudad y en todo momento y acción la devoción a ella...
Pues bien, hallaréis que ésta permanece en mí (μεμενηκυϊαν. ~
μένουσαν) sin segunda intención'. Nótese la correspondencia con
διαφυλάττειν. Cf. μένειν 'permanecer' no­transformativo.
— ν ε ν ό μ ι κ α 'considero', citado en § 94.
— ν ε ν ό σ η κ α 'estoy enfermo': Ariístóteles Hísí. .i4m'»n. 521 A 28
νενοσηκός δέ τοϋτο το αίμα καλείται ρους ( ~ αίμα δ νοσεϊ). Cf. Me­
nandro Γνώμαι μονόστιχοι (FCG Meineke IV ρ. 340 ss.) 550
ψυχής νοσούσης ('que está enferma' no transformativo) έστί
φάρμακον λόγος '.

(') Sobre esta evolución vid. Chantraine, Parfait p. 183 s.


(*) El sentido de anterioridad existe, no obstante, ya en Tucídides II 31,2
άκμαζούσης 8τι της πόλεως καΐ οίίπω νενοσηκυίας, 'no habiendo estado antes
enferma'. También en μεμέληκεν (μέλειν, 'importar'; cf. μέμηλε § 95) de

­ 58 ­
§ 97.—Lo investigado en los §§ 90­96 ha servido para suminis­
trarnos la solución de la 2.» parte del problema planteado:
El valor aspectual del perfecto—que todavía no hemos deter­
minado—se realiza con dos sentidos distintos según el tipo de se­
mantema verbal.
En un semantema verbal transformativo, el perfecto indica el
estado resultante de la acción (τέθνηκε, κέκτημαι, πέποίηκα): es el
llamado perfecto "normal".
En un semantema verbal no­transformativo, el perfecto indica
la "acción" misma (δέδορκα, γέγηθα, βεβήκει): es el que llamamos
perfecto "anómalo".
Resta por resolver la 1.» parte del problema: ¿cuál es el valor
aspectual del tema de perfecto en la "langue"?
§ 98.—En el § 87 un rápido examen crítico de los argumentos
aducidos en pro de un valor de estado resultante como único" "V^álor
de todos los perfectos, nos permitió adelantar que el perfecto "anó­
malo" es irreductible al tipo "normal". Ahora tratamos de funda­
mentar mejor dicha conclusión.
Contra B rugmann­Thumb y E. Hermann (§ 87 η. 6), hay que
sostener que el sentido especial del tipo δέδορκα, γέγηθα es in­
dependiente del valor ingresivo del aoristo, a partir del cual dichos
autores pretenden justificar estos perfectos "anómalos" como per­
fectos "normales" de estado resultante (v. gr., aor. γηθήσαι 'ponerse
alegre'/perf. γεγηθέναι 'estar alegre'):
1.° Varios perfectos "anómalos" no tienen junto a sí aoristo
ninguno (hom. έολπα, όρώρει) o, si lo tienen, aparece en condiciones
tan especiales que podemos estar seguros de que el perfecto no se
opuso al aoristo (βέβρυχε Homero: βρυχηθείς Sófocles OR 1265,
βρυχησάμην Apolonio de Rodas IV 19; μέμηλε Homero: έμήλεσε ático;
δδωδε Homero: ώζησα Aristófanes fr. 635 Koch, perteneciente ade­
más a otro radical; πεπότημαι Homero: sólo el compuesto άμποτάθην
Sófocles fr. 476 Pearson, que por su sentido transformativo no per­
mite considerar que πεπότημαι posea un aoristo; τέθηλε Homero:
θάλε hymn. hom. Pan. 33, ático, entre s. V y s. III a. C. ').
2.° La formación de estos perfectos es en muchos de ellos

Platón Apol. 24 D ópqi?, ώ Μέλητε, δτι σιγςίς καΐ ούκ έχεις ειπείν; καίτοι
ούκ αίσχρόν σοι δοκεϊ είναι καΐ ίκανόν τεκμήριον ο5 δή έγώ λέγω, 6τι σοι
ουδέν μεμέληκεν 'nada te ha importado' antes de este proceso. Similar es
ήθεληκέναι (έθέλειν 'querer'; cf. βούλεσθαι § 94) en Jenofonte Cyr. V, 2,9
δια δέ τό μηδένα αύτοϊς ήθεληκέναι ("por no haber querido', en vida, antes
de morir) προέσθαι μήτε χρήματα πολλά μήτε τυραννίδα μήτε τείχη έρυμνά
μήτε τέκνα άξιέραστα, άποθνήσκουσι πρότερον πρίν δήλοι γενέσθαι οίοι ήσαν.
Ya en los dos primeros testimonios δεδύνημαι (δύνασθαι 'ser capaz, tener
pod'ir' no­transformativo) presenta el valor de anterioridad: Demóstenes IV 30
á μέν ήμεϊς, ώ άνδρες "Αθηναίοι, δεδυνήμεθ' εύρεϊν (Ίο que pudimos hallar*)
ταΟτ' εστίν y también Dinarco II 14. Notemos de paso la importancia de estos
perfectos de verbos no transformativos para determinar el paso del perfecto a
expresar simplemente el tiempo pasado: este tipo no expresa nunca el estado
resultante y por ello la noción de pasado no es inferida de la situación.
(1) Cf. W. Schmid, Griechische Literaturgeschichte I, 1929, p. 243, 245.

— 59 ­
independiente de la del aoristo (λέληκα : έλακον, δέδορκα : έδρακον
y τιέποιθα : έπιθόμην presentan el grado vocálico o independiente
del tema de presente y del de aoristo). Por el contrario, en algunos
pasajes se puede asistir a la formación de un perfecto "anómalo"
sobre el tema de presente (προ­βέβουλα sobre βούλομαι, que precede,
en A 113; λέλαμπε sobre λάμπει, que sin duda concurrió con λέλαμπε
en la mente de Eurípides, Andr. 1022 y Tro. 1291, cf. § 94.
3.° Como quedó demostrado §§ 79, 83, el perfecto no se opone
sólo al aoristo, ni sólo al presente, sino al conjunto indiferenciado
de los dos, esto es, a su archivalor neutro. Ahora bien, el aoristo
ingresivo no es un valor neutro, sino un valor negativo, diferenciado
por consiguiente. No puede haber, pues, oposición simple perfecto/
aoristo ingresivo.
4.° H a y perfectos "anómalos" que no indican un estado, sino
una actividad (άλάλημαι, βεβήκει, κεκληγώς, κέκραγα, νενόμικα, όρώρει,
κτλ.). Esta noción de actividad es incompatible con la noción de
estado resultante de una acción, el cual es forzosamente inactivo,
excluye toda actividad.
§ 99.—Si la "consideración del estado resultante" fuese el valor
de "langue" del perfecto, el perfecto no podría por incompatibili­
dad realizarse en los semantemas no­transformativos. De la exis­
tencia de perfectos "anómalos" formados sobre este tipo de seman­
temas y de los argumentos aducidos §§ 87 y 98, 4.°, se deduce con
seguridad que e l v a l o r d e l p e r f e c t o n o e s l a c o n s i ­
deración del e s t a d o resultante.
§ 100.—No es tampoco adecuado definir el valor del perfecto
como la expresión del estado · y considerar que el sentido de es­
tado resultante es derivado de la noción simple de estado Preci­
samente la mayoría de los perfectos "anómalos" indican una acti­
vidad, bien anímica (προβέβουλα, ήγημαι, νενόμικα, πέποιθα, εολπα),
bien de los sentidos (δέδορκα, όρώρει), bien vocal (tipo κέκραγε) o
similar (δεδάκρυμαι), incluso un movimiento (άλάλημαι, πεπότημαι,
βεβήκει)».
N o se puede hablar, en verdad, de un "estado de gritar", ya que
ello sería un empleo abusivo del concepto de "estado" *. Decir
"estado de volar o revolotear" (πεπότημαι) o "estado de marchar"
(βεβήκει) implicaría una contradictio in adiecto.
Así, pues, e l v a l o r d e l p e r f e c t o n o e s l a e x p r e ­
s i ó n d e l e s t a d o . Vid. una confirmación § 256.

(') Chantraine, Parfait, p. 4; cf. p. 146 s., donde junto a perfectos del tipo
"anómalo" como κέκραγα, βδωδα, γέγηθα incluye otros del tipo "normal" como
άπόλωλα, προδέδομαι, por la razón de que todos estos perfectos "s'emploient
comme des présents exprimant l'état". Cf. también J. B runei, BSL 42, 1946,
página 53 ss.
{^) Chantraine, ibidem p. 19: "un état actuel peut résulter d'actions pas­
sées". Cf. B runei, art. cit. p. 55 ss.
(») Estos tres faltan en Chantraine, op. cit.
(·) El contenido real de expresiones como 'estado de gritar' y similares
no parece ser otra que 'acción de gritar que dura', etc.

— 6o —
§ 101.—En el comienzo de este cap. III hemos dado una defi­
nición provisional del valor aspectual del perfecto ("expresa el
estado c resultante de la acción AB o, dicho de otro modo, el es­
tado c posterior al punto Β final de la acción A B" § 79 y "el per­
fecto significa . . . la acción verbal después de su término" § 81)
que se presta a un anáUsis más apurado.
En efecto, hemos de observar que el considerar la noción de
estado resultante o de estado posterior al punto final de la acción
como equivalente o intercambiable con la noción de consideración
de la acción después de su término, solamente puede ser admisible
sobre el supuesto de que el término de referencia sea siempre el
punto final de la acción.
§ 102.—Pero suponer que el término de referencia es siempre
el término final deriva de una confusión ilícita de la realidad obje­
tiva (grado 1.° § 71) con la representación subjetiva de esa realidad
(grado 2.°) y con la selección subjetiva de elementos de esa repre­
sentación (grado 3.°).
Evidentemente, todo fenómeno real susceptible de ser expre­
sado lingüísticamente por un verbo se desarrolla en el tiempo fí­
sico: tiene un comienzo, una duración (por pequeña que sea), un
fin; comprende, por consiguiente, dos términos, el inicial y el
final.
Sin embargo, probablemente en el grado 2.° y, si no, en todo caso
en el grado 3.°, se ha operado una selección por concentración de la
atención psicológica.
En la representación subjetiva—que no hay inconveniente en
suponer perfectamente fiel—de una acción transformativa, el tér­
mino final atrae hacia sí toda la atención psicológica: es el mo­
mento en que se efectúa la transformación, el cambio de estado,
hacia el cual ha tendido la acción toda. El punto inicial carece de
interés y es indeterminable. En 'morir', 'adquirir', 'hacer' sólo
destaca el término final, cuando se produce la muerte, se pasa a
poseer o se produce el objeto. Se comprende bien que cuando en
un semantema transformativo se realiza una categoría morfológica
cuya noción hace referencia a un término, este término sea el tér­
mino final ^
Por el contrario, en la representación subjetiva de un contenido
verbal no­transformativo (tipo 'estar enfermo', 'volar, revolotear')
ninguno de los dos términos reales (el término final puede faltar
todavía en la realidad objetiva en el tiempo presente simultáneo)
atrae en principio la atención psicológica, porque la noción de du­
ración sin transformación no necesita de la noción de término.
No obstante, cuando en un semantema no­transformativo se rea­
liza una categoría morfológica cuya noción hace referencia a un
término, es natural que este término sea el inicial. El término final

(') Una clarísima confirmación de esto es el valor finitivo (punto final) del
aoristo en estos semantemas, estudiado § 131.

— 6i —
o no existe en la realidad externa (presentes simultáneos VOCTEI ,
•fifizi) o, si existe (por pertenecer toda la acción verbal al pretérito:
tvóaei, tfrfisi, o por ser concebida de un modo general como una
totalidad), no atrae la atención, pues lo que el semantema verbal
expresa no tiende a transformarse, no se dirige al término final.
El único término definible, al que es posible hacer una referencia,
es el inicial, ya que sólo se presupone en un verbo no­transformativo
como voCTStv, YY¡eeív, que el estado o la actividad han tenido un co­
mienzo ·.
Si la duración real de la acción es tan breve que en la represen­
tación subjetiva aparece como un momento, el término inicial y el
final coinciden. La noción de término de una categoría morfológica
ha de realizarse en estos semantemas momentáneos (transformati­
vos o no) con referencia a ese único punto de la acción.
Estas consideraciones nos permiten establecer que:
1.° E n u n s e m a n t e m a t r a n s f o r m a t i v o l a n o ­
c i ó n de t é r m i n o o p e r a c o n el t é r m i n o f i n a l d e l
contenido verbal.
2.° E n u n s e m a n t e m a n o ­ t r a n s f o r m a t i v o la
n o c i ó n de t é r m i n o o p e r a ­ c o n el t é r m i n o i n i c i a l
del c o n t e n i d o verbal.
§ 103.—Sobre esta base la definición del valor aspectual del
perfecto es evidente:
El v a l o r d e l t e m a de p e r f e c t o es e x p r e s a r ei
c o n t e n i d o v e r b a l d e s p u é s de su t é r m i n o . ·
§ 104.—En el tipo "normal" TéOviQxe, xéxT7¡[iai, TtsTTOÍYjxa este
valor se realiza con el sentido de estado resultante de la acción
transformativa después del término (final) de ésta, o, si és mo­
mentánea, después de su único punto (tipo psp7¡xcb? noam estudiado
§ 92, 1.°).
§ 105.—En el tipo, "anómalo" SéSopxa, ytff¡Qa. la noción de con­
tenido verbal después de su término (inicial) se realiza como noción
del contenido verbal mismo, pero con la particularidad de conside­
rar también el término inicial.
El perfecto, pues, considera el contenido verbal de un modo que
gráficamente puede representarse.

Así, yéyyiGa contiene la noción de 'ponerse alegre y seguir es­


tando alegre', SoXTta la de 'concebir esperanzas y conservarlas',
opápeí la de 'dirigir la mirada y mantenerla', vsvócriQxa la de 'caer

O Con esto concuerda el valor ingresivo del aoristo én estos semantemas


y el pretendido valor ingresivo—en realidad un sentido procedente de la si­
tuación como fenómeno de "parole"—en imperfectos como διηκόνει, βκειντο,
βοή ήν, estudiado § 124, 7.°.

— 62 —
enfermo y seguir enfermo', πέποιθα la de 'comenzar a fiarse de χ
y seguir fiándose de x' ^.
§ 106.—Cuando el semantema no­transformativo es momentá­
neo y, por consiguiente, el término inicial se confunde con el final,
el perfecto considera la acción después del momento que ocupa.
Gráficamente

A-B
••
Pero como de la acción no­transformativa no resulta ningún
estado nuevo y como el perfecto no expresa la acción en su tér­
mino (§ 108) ni el cese de la acción (§ 81), el perfecto de un seman­
tema no­transformativo momentáneo expresa la continuación de
la acción en forma de repetición. Así βεβήκει 'andaba', si se opera
con un semantema no­transformativo 'dar un paso'. Así también
el tipo κέκραγε, si se admite que el semantema es momentáneo
'dar un grito'.
El s e n t i d o i t e r a t i v o de a l g u n o s perfectos
a n ó m a l o s es p r o d u c t o de la r e a l i z a c i ó n del
p e r f e c t o en s e m a n t e m a s η o ­1 r a η s f o r m a t i ν o s
momentáneos.
§ 107.—Sea iterativo o no, un perfecto "anómalo" contiene
siempre un énfasis evidente por su valor de "langue".
Frente a pres. γηθεϊν 'estar alegre', perf. γεγηθέναι es 'ponerse
alegre y seguir estando alegre'. Frente a pres. πείθεσθαι 'fiarse de
x', perf. πεποιθέναι es 'comenzar a fiarse de χ y seguir fiándose
de x'. Frente a pres. κράζειν 'gritar' (iterativo si cada acción es
un grito momentáneo), perf. κεκραγέναι es 'comenzar a gritar y
seguir gritando'.
Este énfasis o insistencia, que distingue al perfecto "anómalo"
del bloque presente­aoristo, es lo que presta a este perfecto la in­
tensidad que se le ha atribuido por algunos lingüistas. Se com­
prende bien, V. gr., que γεγηθέναι signifique 'estar m u y alegre' etc."
Este sentido intensivo o enfático, que puede admitirse en casi
todos los perfectos "anómalos" estudiados §§ 94­96, es especial­
mente visible en el pasaje ya citado de A 111 ss. en el contraste
βούλομαι/προβέβουλα (§ 94).
A este respecto es interesante observar que precisamente po­
seen perfecto aquellos semantemas no­transformativos cuyo sig­

(*) Conviene subrayar que esta interpretación que damos del perfecto
"anómalo" difiere sustancialmente de la que hemos refutado §§ 87, 98­100.
En efecto: 1.° No es precisa para nuestra interpretación la existencia de un
aoristo ingresivo (caso de 8oX7ca) de cuya noción el perfecto expresaría el estado
resultante: el perfecto, insistimos, no se opone directamente al aoristo. 2." Nega­
mos que el perfecto note el estado siguiente al punto inicial, pues a) no admitimos
la noción de estado y b) el perfecto nota lo que sigue al punto inicial; pero—y
esto es importante—considerando también de algún modo ese punto inicial.
(2) Cf. el mismo fenómeno en los presentes íoxo), [itfjivto (§ 205).

­ 63 ­
n i ñ e a d o e s s u s c e p t i bl e d e s e r e x p r e s a d o d e u n m o d o i n t e n s i v o ,

p o r i n d i c a r b i e n u n a a c t i v i d a d a n í m i c a o d e los s e n t i d o s
(^oúXeoOai,
Y 7 ) 8 e T v , SépxeoSat, i X T r s o O a i , vo{iííeiv, f j Y e w i G a i , ¡xéXeiv, 6pea6ai, 6a(iPeív)

o c o r p o r a l o c a s i c o r p o r a l ( a X S t o G a i , Paívstv, x p á ^ e i v , T r o T o a O a i , Saxpúew,

xXaíetv), b i e n u n e s t a d o q u e n o e x cl u y e la n o c i ó n d e i n t e n s i d a d
(6áXXeiv, ( t é v e i v , v o a e í v ) . V e r b o s c o m o s í v a t ' s e r ' , 'estar s e n t a d o ' ,
xsiorOai ' y a c e r ' , q u e expresan nociones de estado puro y s i m l p e ,

carecen d e p e r f e c t o ·.
Así, pues, e l s e n t i d o i n t e n s i v o d e l o s p e r f e c t o s

" a n ó m a l o s " es u n a r e a l i z a c i ó n d el v al o r as­


p e c t u a l del p e r f e c t o como e x p r e s i ó n del con­
t e n i d o v e r b a l d e s p u é s de su t é r m i n o .

Notemos que este sentido intensivo sería inexplicable si el valor


aspectual del perfecto fuera expresar el estado simple o el estado
resultante.
§ 108.—Nuestro análisis del significado aspectual del perfecto
nos permite ya establecer sobre bases seguras la estructura de la
oposición a la que pertenece.
El perfecto es un término caracterizado, puesto que presenta
un valor de "langue" único. El valor del perfecto es entonces una
expresión positiva de la noción básica de la oposición.
El término no caracterizado ha de presentar una duplicidad de
valores. El valor negativo consistirá en la expresión del contenido
verbal "no después de su término" ^ esto es, el contenido v e r b l a

considerado en sí (en su término o en el curso de su desarrollo, mar­


cando la duración o haciendo abstracción de ella). El valor neutro

(1) Esta explicación, que puede ser exacta para είναι, ήσθαι, κεϊσθαι, no
tiene, sin embargo, validez absoluta. Por una parte, οίκεΐν 'habitar* y £χειν
intransitivo 'ser, estar' poseen perfecto (si bien, cosa curiosa, atestiguado en
fecha moderna: los de οίκεϊν poco antes de 400 a. C , έσχηκα es posterior a esa
fecha). Por' otra parte, son varios los verbos no transformativos de diversos
sentidos que carecen de perfecto o que, si lo tienen, no poseen ya el valor as­
pectual, sino el temporal de pretérito por la época en que se atestiguan, lo cual
equivale a admitir la carencia de perfecto. Así άμελεϊν (ήμεληκέναι con valor
de anterioridad en Platón Apol 31 B ), βασιλεύειν, βλέπειν (cf. δρεσθαι; per­
fecto helenístico en compuestos άποβέβλεφα, έμβέβλοφα s. II a. C ; del simple
sólo βέβλεμμαι Ateneo 409 C, fuera de todo contexto como forma paralela a
κέκλεμμαι y otras, probablemente inventada), γελάν (cf. δακρύειν; perf. pas. κατα­
γεγέλασται Luciano Dial. mart. I 1, del compuesto καταγελάω, que es de sentido
transformativo, aparte de que por su época no es probativo de nada), δύνασθαι
(δεδύνημαι oradores del s. IV a. C , con valor de anterioridad § 96 n. 2) έθέλειν
(ήθέληκα con valor de anterioridad, s. IV a. C , cf. ibidem), θεασθαι ('contem­
plar' no­transformativo cf. βρεσθαι; perf. τεθέαμαι en Platón Lack. 178 como
resultativo operando con el sentido de' ver'), ναίειν, οίεσθαι, πέτεσθαι (πέπτηκα
es forma inventada por Querobosco In Theodosium II 79, s. IV p. C ) , πιστεύειν
(pi. pef. πεπιστεύκειν en NT Acta Apost. 14, 23), τρέχειν (sin perfecto en el
simple).
(») Contra lo que cree Holt (cf. § 84) y a primera vista puede parecer na­
tural, el valor negativo de la noción "después de término" no es "antes de su
término". Efectivamente, "no después de su término" puede expresar el término
mismo. A "después de las 12" puede oponerse pura y simplemente la noción
de "a las 12 en punto"

- 6 4 -
expresará la indiferencia a toda distinción que tenga relación con
la noción básica de la oposición.
Estas características significativas corresponden precisamente a
las del bloque presente­aoristo:
En un semantema transformativo, a perf. τεθνάναι 'estar muer­
to' se oponen pres. θνήσκειν y aoristo (neutro o "factivo") θανεϊν
'morir' y (puntual) 'terminar de morir' (que presenta el proceso de
'morir' en el mismo término final). El valor neutro de presentes y
aoristos en este tipo de semantemas ya ha sido suficientemente
ilustrado § 80.
En un semantema no­transformativo, a perf. γεγηθέναι 'ponerse
alegre y continuar alegre' (realizado como intensivo 'estar muy ale­
gre') se oponen pres. γηθεϊν y aoristo (neutro o "factivo") γηθησαι
'estar alegre' y (puntual) 'ponerse alegre' (que presenta el proceso
de 'estar alegre' en el mismo término inicial). El valor neutro tam­
bién existe en estos semantemas: frente al perfecto, realizado como
intensivo, el presente y el aoristo expresan la indiferencia a toda
distinción hecha con referencia a la noción básica, de tal suerte
que en determinadas situaciones el presente y el aoristo son aph­
cados a acciones realmente intensivas, que podrían ser expresadas
positivamente por un perfecto "anómalo", cuando esa intensidad
o no es expresada por procedimientos gramaticales o no interesa al
hablante su expresión. Por ejemplo, en el pasaje de Jenofonte
Hell. VII 2,9 τάς δέ γυναίκας πιεϊν τε φέρουσας καΐ αμα χαρα δακρυούσας
la emoción de las mujeres de Fliunte que lloraban de alegría al ver
a su patria Hbre de arcadios, tebanos y eleos, que habían penetrado
hasta la acrópolis de la ciudad, no era sin duda menor que la de
Patroclo en Π 7 cuando lloraba apenado por la derrota de los aqueos.
Pero mientras que aquí aparece usada una forma gramatical que
expresa positivamente la intensidad, en el pasaje de Jenofonte esta
noción se desprende únicamente del contexto.
§ 109.—Los resultados obtenidos en este capítulo pueden resu­
mirse así:
El t e m a de p e r f e c t o p o s e e un v a l o r ú n i c o en
el s i s t e m a de la " l a n g u e " , d e f i n i d o c o m o c o n ­
sideración del c o n t e n i d o verbal después de
s u t é r m i n o , a partir del cual se expUcan todos los tipos y
empleos del perfecto como realizaciones de la "parole".
El t e m a de p e r f e c t o se e s t r u c t u r a en una
o p o s i c i ó n s i m p l e que g r á f i c a m e n t e se r e p r e ­
senta:
Término caracterizado: Perfecto
Término no carácter. : P r e s e n t e / A o r i s t o

La determinación de la estructura de la oposición presente/


aoristo es el objeto del capítulo siguiente.

­ 65 ­
CAPITULO I V

LA OPOSI CI ÓN ASPECTUAL PRESENTE / AORI STO

§ 110.—El término no caracterizado que se opone al perfecto en


la oposición privativa simple estudiada en el cap. III, está cons­
tituido por dos unidades, tema de presente y tema de aoristo, bien
definidas en cuanto talés unidades significativas: no obstante la
diversidad de formaciones, constituyen dos unidades en el plano
del significado, que es donde se establecen las oposiciones y, por
consiguiente, las unidades significativas
Existe, sin embargo, un profundo desacuerdo en las definiciones
propuestas para cada una de esas dos categorías. Por ello, nuestra
labor interpretativa exige un detenido examen crítico de las diver­
sas teorías (§§ 111­122).
§ 111.—Ya hemos visto § 8 4 cómo J. Holt, al definir el aspecto
de perfecto como la indicación del proceso verbal "après son ter­
me" = "avec son terme", había sido llevado a considerar que el
término opuesto al perfecto es el presente, el cual indicaría el pro­
ceso verbal "avant son terme" = "sans son terme". La consecuen­
cia obligada para Holt » es que el aoristo, que es el término res­
tante, es identificado como término cero o neutro del sistema ter­
nario establecido a ­priori: "Il s'en suit que l'aoriste, qui est indiffé­
rent quant à cette distinction, indique un procès qui n'est pas con­
sidéré ni avant ni après le terme. C'est pourquoi cette valeur peut
être employée tantôt avec un sens 'terminatif, par exemple Θουκυ­
δίδης Αθηναίος ξυνέγραψε τον πόλεμον τών Πελοποννησίων καΐ Α θ η ­
ναίων, ώς έπολέμησαν προς αλλήλους ' . . . a écrit . . . ils se sont battus'
(Thuc. I 1), tantôt avec un sens 'ingressif: ένόσησε 'il tomba malade',

(1) Sobre la pretendida diversidad del tema de presente, vid. § 113, 1.°.
Sobre la unidad del tema de aoristo, cf. J. Wackernagel, Vorhsvingen I p. 171.
Sobre los aoristos en ­ην/­θην, donde algunos quieren ver una oposición aspec­
tual, vid. cap. IX. Recientemente K. von Fritz, Word 5, 1949, p. 192, sostiene
que el aoristo sigmático y el radical tienen valores distintos en plena época his­
tórica hasta el s. IV a. C. Desde luego, el aoristo en ­σα presentaba con frecuen­
cia el sentido "ingresivo" (tipo ένόσησα 'me puse enfermo'); pero no excluía ni el
"perfectivo" (tipo έπεισα 'logré convencer'), ni el momentáneo (tipo ήστραψε
'se produjo un relámpago'), ni el neutro (έβασίλευσε τριάκοντα ϊτη).
(») Études p. 33.

­ 67 ­
tantôt avec un sens 'complexif: έβασίλευσε τριάκοντα ίτη 'il regna
trente ans'". Aparte de que el ejemplo de aoristo "terminativo"
dado por Holt es inaceptable (los dos aoristos del pasaje de Tucídi­
des son evidentemente del tipo "complexivo": dejan constancia del
hecho en sí, sin considerar especialmente su término final), la ar­
gumentación de Holt suscita una serie de objeciones importantes;
1.° A "après son terme" no se opone negativamente sólo "avant
son terme", sino también "dans son terme", como resultó claro en
§ 108 n. 2. Es decir, tanto el presente como el aoristo podrían ser
considerados términos negativos de la oposición. Se comprende bien
el error de las equivalencias "après son terme" = "avec son terme"
y "avant son terme" = "sans son terme", que ya discutimos § 84;
2.° No se comprende que, si el aoristo es neutro en cuanto a
la noción de término, que Holt coloca en la base de su sistema ter­
nario, los valores de término inicial (aoristo "ingresivo") y de tér­
mino final (aoristo "terminativo") resulten precisamente de esa
neutralidad o indiferencia.
3.° Mientras que hasta este momento Holt ha operado exclu­
sivamente con el término final, ignorando el término inicial, sor­
prende cuando dice ^: "ce terme se trouve, en ce qui concerne l'aspect
de l'aoriste, soit au début, soit à la fin, soit aux deux côtés à la fois
(έβασίλευσε τριάκοντα έτη)". Así, pues, sin demostrar por qué el
aoristo no expresa, como el presente, el contenido verbal "avant
son terme". Holt opera para definirlo no sólo con el término final,
sino también con el inicial e incluso con los dos simultáneamente (!).
El error del análisis estructural de Holt proviene de haber tra­
tado de definir las tres unidades en función de una sola noción bá­
sica: deriva, por consiguiente, de la falsedad del postulado hjelmsle­
viano que quedó demostrada § 44.
§ 112.—Es tarea no fácil la de dar una visión clara de las defi­
niciones propuestas por la lingüística tradicional para el signifi­
cado aspectual de los temas de aoristo y de presente. Conviene
advertir que, contra el buen método, casi siempre ha influido la
interpretación del perfectivo y del imperfectivo de las lenguas
eslavas.
Por lo que hace al aoristo, podemos encuadrar todas las teorías
en 3 grandes grupos:
1.° El aoristo es "puntual". Esta puntualidad es referida bien a
una acción momentánea (βήναι), bien al punto inicial (δακρϋσαι 'co­
menzar a llorar': aoristo "ingresivo", "inceptivo") o al final (πεϊ­
σαι 'lograr persuadir'; aoristo "efectivo", "terminativo", "perfec­
tivo").
Junto a este aoristo "puntual" se reconoció la existencia de un
aoristo que no expresa la puntualidad (έβασίλευσε τριάκοντα έτη
'reinó treinta años'; aoristo "complexivo", "constantivo", "factivo",
"konzentrierend", "totalitär").

(1) Ibidem p. 45.

— 68 —
B. Delbrück y K. Brugmann S entre otros, reducen el aoristo
"complexivo" al puntual, suponiendo que la acción en su totalidad
es como concentrada en un punto (?). Por el contrario, J. M. Stahl ·
señala con razón la imposibilidad de reducir un tipo a otro. E. Her-
mann ' considera también irreconcihables estos dos tipos, hasta el
punto de que establece entre ellos una oposición. Por fin J. Wacker-
nagel *, aunque piensa en principio que la "efectuación" es lo espe-
cífico del valor del aoristo (sobre este concepto cf. 2.°), se limita,
en realidad, a dar una descripción empírica de los sentidos del ao-
risto, que se reducen al aoristo "ingresivo", al "efectivo", al que
expresa "etwas einmaliges" (esto es, algo que sucede una sola vez)
y al aoristo del hecho escueto ("das nackte Factum").
2.° El aoristo es simplemente "confectivo" ( = "perfectivo",
"terminativo", "efectivo"): expresa la realización o efectuación de
la acción ' o, dicho con otras palabras, considera la acción verbal
como simplemente sucedida, como acabada ("ais schlechthin ge-
schehen, vollendet") '.
Esta definición del aoristo como únicamente "confectivo" es
consecuencia de la tendencia, ya observada en el grupo 1.°, a re-
ducir a uno solo los diferentes tipos de aoristos existentes. Incluso
el aoristo "ingresivo" del tipo Saxpuaai es para Schwyzer (que lo
denomina "metaptotisch") "confectivo", y a que (siguiendo a Her-
big, Hartmann y Svensson) considera que expresa la conclusión de
un cambio de estado ("Zustandänderung"). El tipo "factivo"
eßowriXeuas T P . S-n¡ es considerado por Schwyzer también como "con-
fectivo", advirtiendo que "no subraya tanto el momento de la ter-
minación como sencillamente la total realización de una acción o
proceso", lo cual implica cierta ambigüedad en el concepto de "con-
fectivo". Significativa es la observación de Schwyzer ' de que el
infinitivo aoristo puede ser usado como expresión absoluta de la
idea verbal en sí: áTroOavsív ¡jie Sei. En efecto, esto nos revela que
Schwyzer, al definir el valor del aoristo "factivo" igual que el del
auténtico "confectivo" como la expresión de la total realización
de una acción o proceso, opera, en realidad, con la noción de tiempo
pretérito existente en el aoristo de indicativo: si la acción o proceso
verbal pertenecen al pasado, es que, evidentemente, han sido rea-
lizados. Pero fuera de la noción del tiempo, en el infinitivo, por
ejemplo, no se encuentra naturalmente esa "total realización".

(>) B. Delbrück, Vergi. Synt. II p. 230 ss. (siguiendo a Mutzbauer, Grund-


lagen der gr. Tempuslehre II, 1909, p. 11); K. Brugmann, Kurze vergi. Gram.
p. 562; Brugmann-Thumb, Gr. Gram. 4 p. 546.
{') Kritisch-historische Syntax des gr. Verbums in der Mass. Zeit, p. 76 ss.
(») IF 45, 1927, p. 207 ss.
(*) Vorlesungen I p. 172 ss.
(') Cf. Wackernagel, ibidem.
(·) Schwyzer, Gr. Gram. II p. 252 y 260 ss. Similarmente H. Jacobsohn,
Gnomon 2, 1926, p. 379 s., y F. R. Adrados, Estudios Clásicos I, 1950, p. 13: el
aoristo indica "el término del proceso".
(') Gr. Gram. II p. 262.

- 69 -
Y, sin embargo, no hay justificación para separar aspectualmente
el indicativo έβασίλευσε τρ. ίτη 'reinó treinta años' del inf. βασι­
λεϋσαι τρ. έτη 'reinar treinta años'. El mismo Schwyzer ^ al consi­
derar los usos del imperfecto y del aoristo fuera de toda construc­
ción teórica sobre el aspecto, observa atinadamente que "Vergan­
genes wird . . . durch den Indikativ des Aorists in sachhcher Kürze
ohne Rücksicht auf den Verlauf mitgeteilt".
N o obstante estos intentos de identificación, estos lingüistas
sienten que el aoristo "factivo" o "complexivo", no es susceptible
de ser completamente reducido al tipo "confectivo", e intentan una
exphcación especial de esa diferencia apUcando un punto de vista
histórico. Según Schwyzer, el "factivo" sería una debilitación del
"confectivo". Según F. R. Adrados el "confectivo" podría ser
"una precisión de un uso anterior puramente preterital" (lo cual
es aplicable sólo al aoristo de indicativo, mas no a las demás for­
maciones del tema de aoristo). Estos intentos de justificación his­
tórica, que en el mejor de los casos son hipótesis absolutamente
indemostrables, no afectan a la descripción del estado de lengua
bajo la perspectiva sincrónica; el aoristo "factivo" y el "com­
plexivo" no parecen ser reconciliables dentro de una definición
única.
3.° Una opinión en cierto modo opuesta es la sustentada por
Meillet según la cual el aoristo griego indica pura y simplemente
el proceso sin indicar su desarrollo. No obstante, en otro lugar el
mismo Meillet * hace alguna concesión al "confectivo".
§ 113.—Las definiciones dadas del valor aspectual del tema de
presente pueden reunirse en dos grupos:
1.° El presente posee una gran complejidad de valores. Del­
brück ' estableció en el tema de presente una gran diversidad de
valores aspectuales (presentes, puntuales, no puntuales, mixtos, ite­
rativos, cursivos, terminativos), muchos de ellos propios de deter­
minados tipos morfológicos. Stahl* se muestra escéptico en cuanto
a tales distinciones, no sólo porque éstas no se pueden establecer
en todos los sufijos y porque en un mismo sufijo el supuesto valor
no aparece en todos los verbos formados con él (γηράσκω 'enveje­
cer' es "incoativo", perp πάσχω, ευρίσκω, βόσκω no lo son), sino,
además, porque muchas veces el valor atribuido al tipo morfológico
es una noción perteneciente a la misma significación de la raíz.
E n todo caso, esa clasificación de valores aspectuales carece de
validez funcional, ya que está hecha con criterios variables para

(1) Ibidem p. 275.


{') Loc. cit. p. 14.
(') Introduction à l'étude comparative des langues indoeuropéennes, p. 250.
(*) Aperçu , p. 38. Cf. también Meillet­Vendryes, Traité de gram, comparée
des langues classiques,, 1948, p. 174 ss.; J. Humbert, Syntaxe grecque, 1945 (ci­
tado en adelante Synt. gr.), p. 111; P. Chantraine, Morphologie historique du
grec, 1945, p. 167.
(») Vergi. Syntax II p. 16 ss., 64 ss.
(·) Op. cit. p. 75.

— 70 —
cada una de las clases, es decir, lingüísticamente no pueden ser
considerados como términos cuyos valores se definen en relación
a una noción básica única. Tales definiciones de aspectos del tema
de presente son inutilizables. Sin embargo, esta misma descripción
es la que da Brugmann que subraya la complejidad de significa-
dos del tema de presente frente a la pretendida unidad del tema
de aoristo con su valor puntual, lo cual en una interpretación es-
tructural del sistema llevaría a hacer del presente un término no
caracterizado.
2.° El tema de presente es durativo. Tal es la definición que
se encuentra en Stahl y Wackernagel · y es, en suma, la sustentada
por Meillet y la escuela francesa ' y por E . Hermann ·.
Otras veces la definición del tema de presente como durativo
procede de su contraposición con el aoristo, considerado de signifi-
cación unitaria. Así, frente a la puntuahdad del aoristo, el presente
es definido por Brugmann-Thumb » como "no puntual", de donde
procede su valor durativo ("kursiv", "linear"). Para H. Jacob-
sohn ·, frente al valor "perfectivo" del aoristo, el presente es "im-
perfectivo o durativo", e igualmente S c h w y z e r ' opone al aoristo
"confectivo" el presente como "infectivo", el cual indicaría la acción
sin su término, en su desarrollo. Junto a este valor "infectivo",
Schwyzer admite presentes "confectivos" en el presente histó-
rico (cf. § 250) y un empleo "confectivo" de algunos otros presen-
tes (§ 119). Otros, como F. Hartmann y H. Koller », admiten la
existencia de imperfectos "ingresivos" *.
§ 114.—Antes de proseguir nuestro análisis para establecer la
estructura de la oposición existente entre presente y aoristo y con
ello determinar el significado propio de cada categoría, es necesa-
rio que consideremos sumariamente la estructura externa visible
del sistema de aspectos y tiempos, para dar, a modo de anticipa-
ción, el resultado que confirmamos en el cap. VII sobre la po-
sición especial que ocupa el presente de indicativo en dicho sis-
tema.
En el sistema del verbo griego, la oposición tema de presente/
tema de aoristo se realiza en las posiciones de los distintos tiempos
y modos, así como en las formas nominales (infinitivos y partici-
pios), y ello, claro es, tanto en la voz activa como en la medio-
pasiva.

O Kurze vergi. Gram. p. 560.


(') Stahl, op. cit. p. 74; Wackernagel, Vorlesungen I p. 173 s.
(») Vid. § 112, 3.° n. 3 y 4.
(·) IF 45, 1927, p. 207 ss.
C) Gr. Gram.t p. 542.
(·) Gnomon 2, 1926, p. 379 s.
(') Gr. Gram. II p. 257, 258 s.
(«) F. Hartmann, KZ 49, 1920, p. 2 ss., y H. Koller, Museum Helveticum 8,
1951, p. 88 ss.
(·) F. R. Adrados, Estudios Clásicos I, 1950, p. 13, 21 ss., sigue a Schwy-
zer en la definición del presente como infectivo.

— 71 —
Prescindiendo de esta oposición de voz y también de la posición
de tiempo futuro (sobre la cual vid. §§ 147-153), la representación
gráfica del sistema

FORMAS P E R S O N A L E S F. N O M I N A L E S

TIEMPOS (InA) MODOS Inf. Part.

Pres. iPret. Subj. Opt. Impar.

Tema pres. XtJ<0 ÏXuov XlJti) Xóoi¡i.i Xüe Xiktv XÚCiJV


ASPECTOS
Tema aor. Xüoov Xüoai Xúaac

muestra claramente que la oposición tema de presente/tema de


aoristo no se da en el tiempo de presente. Según el principio formu-
lado § 53, podemos afirmar y a que la oposición está neutralizada
en esa posición. La verificación se hallará en el cap. VII. Aquí
sólo nos interesa extraer una consecuencia metodológica importante:
p a r a e s t a b l e c e r el v a l o r a s p e c t u a l del tema
de p r e s e n t e , el p r e s e n t e de i n d i c a t i v o es
i n u t i 1 i z a b 1 e, p o r s e r n e u t r o e n c u a n t o a la
distinción entre presente y aoristo.
Con esto señalamos el vicio capital de la mayoría de las inves-
tigaciones realizadas hasta hoy. Aunque algunos autores han tra-
tado, sobre todo, de la oposición de imperfecto y aoristo de indi-
cativo (así Wackernagel, Hermann), se ha operado preferente-
mente con el presente de indicativo o, cuando se han aducido sen-
tidos del tema de presente en varias de sus formaciones, siempre
han predominado los ejemplos del presente de indicativo, porque
ésta es con mucho la más frecuente de todas. E n el Aiax de Sófo-
cles, por ejemplo, hay 308 presentes de indicativo frente a sólo
54 imperfectos, 20 presentes de subjuntivo, 18 presentes de opta-
tivo y 76 presentes de imperativo; los participios y los infinitivos
de presente son, respectivamente, 138 y 128. El presente de indi-
cativo resulta ser la más frecuente de las formas personales e in-
cluso cuenta con casi el doble número de ejemplos que todas las
demás formas personales del mismo tema juntas ( 3 0 8 : 168)^.
Siendo neutro en cuanto a la oposición significativa tema de
presente/tema de aoristo, las nociones aspectuales que destacan
proceden del semantema o de la situación o del factor psicológico,
son realizaciones de la "parole".
De este modo se comprende de antemano la disparidad de los
resultados obtenidos por los lingüistas al tratar de determinar el
valor aspectual del presente Por lo general, se han asignado a

(») Tomo las cifras de J. Brunei, L'aspect..., p. 266, 273.


(·) Este vicio que señalamos hace que tenga en cierto modo razón
F. R. Adrados, art. cit. p. 21: "Una cosa es decir en las gramáticas que el pre-
sente es un durativo o cursivo y otra justificar en un texto ese valor en todos
los presentes uno a uno."

— 72 —
la forma sentidos que son ajenos a ella en el sistema de la "lan­
gue". La admisión por Schwyzer de sentido "confectivo" en algu­
nos ejemplos de presentes ' y en el presente histórico ·, que no
sólo es distinto, sino además contradictorio con el valor "infectivo"
que asigna a este tema, puede servir de ejemplo de la. desorienta­
ción reinante.
§ 115.—Una de las primeras tareas con que se enfrenta nues­
tro análisis es la separación de las nociones pertenecientes al se­
mantema en que se reahzan las categorías gramaticales que estu­
diamos. Pero para realizar bien esa labor consideramos necesario
r e v i s a r j o s c o n c e p t o s d e " i n g r e s i v o " ( = "incoa­
tivo", "inceptivo") y de " p e r f e c t i v o " ( = "confectivo", "efec­
tivo", "terminativo") que frecuentemente se aplican a los seman­
temas verbales.
Al hacer esta clasificación, se comete generalmente el error de
tomar un punto de vista externo al contenido verbal expresado
por el semantema. Así se ha considerado, v. gr., esp. encontrar,
fr. trouver, al. finden, ingl. to find como "confectivo" conside­
rándolo desde el "infectivo" o "durativo" buscar, chercher, suchen,
to seek como últimamente hace Schwyzer'. Pero en reaUdad nada
impide que el contenido verbal de "encontrar" sea considerado
como durativo, como se demuestra por las perífrasis esp. estoy
encontrando, ingl. / am finding. B rugmann­Thumb*, v. gr., atri­
buyen a δρνυσθαι 'ponerse en movimiento' sentido "ingresivo", con
referencia a 'estar en movimiento'; pero asignan a άγνύναι 'romper'
sentido "perfectivo", con referencia sin duda a 'estar roto'. Igual­
mente en una forma gramatical como aor. χαρήναι 'alegrarse' se
habla de un sentido "ingresivo", considerándola desde el punto
de vista de 'estar alegre', significado que no es ciertamente el ex­
presado por el pres. χαίρειν 'alegrarse'.
A decir verdad, igualmente justificado estaría tomar el punto
de referencia opuesto y considerar "perfectivo" a δρνυσθαι, conside­
rándolo desde el estado de reposo anterior, e "ingresivo" a άγνύναι,
con referencia al nuevo estado de 'estar roto' en que entra el ob­
jeto. De este modo se comprende que las opiniones puedan variar.
Para unos, el semantema de γίγνεσθαι, γενέσθαι es "ingresivo", con
relación a 'ser'; para otros, es "perfectivo", por considerar el final
de la acción de 'llegar a ser, producirse'. Similarmente, θνήσκειν
θανεϊν 'morir' puede ser considerado como "ingresivo" con referen­
cia a 'ser un muerto' o como "perfectivo" (así Schwyzer ») con re­
lación a νοσεϊν 'estar enfermo'.
§ 116.—Es evidente que una clasificación científica de los se­
mantemas no puede permitir ese grado de arbitrariedad: su punto

(') Gr. Gram. II p. 259.


(') Ibidem p. 271.
(·) Ibidem p. 249 s.
(*) Gr. Gram., p. 542.
(») Gr. Gram. II p. 260.

— 73 —
de vista no ha de ser externo—susceptible de variar—, sino in­
terno, que defina la naturaleza del contenido verbal en sí.
Considerando atentamente los hechos, se observa que tanto los
semantemas "ingresivos" como los "perfectivos" forman perfectos
del tipo "normal" que expresa el estado resultante: βρωρε, Ιαγε,
γέγονε, τέθνηκε, κεχάρημαι. Si ello es así, es porque unos y otros
son semantemas transformativos en la tipología que establecimos
§ 90, y en caso de que una categoría verbal haga resaltar un tér­
mino, este término no puede ser otro que el término final. E s decir,
no hay tales semantemas "ingresivos" y, por consiguiente, no hay
por qué distinguir entre "ingresivos" y "perfectivos". Todos ex­
presan simplemente un cambio de estado, el paso de un estado a
otro, sin que haya motivo que justifique tomar ni el estado ante­
rior ni el posterior para definir el semantema verbal. Como ya
vimos, a este tipo de semantemas transformativos se opone el de
los no­transformativos (δακρύειν, νοσεΐν, είναι, ήσθαι). Por otra parte,
el semantema no indica de por sí el punto final de la transforma­
ción, sino la transformación misma, que, naturalmente, tiende
hacia ese fin. Por esto consideramos también poco afortunada toda
denominación que aluda al término final de la acción verbal.
Desde este punto de vista, s ó l o e s a d e c u a d o h a b l a r
de s e m a n t e m a s t r a n s f o r m a t i v o s y n o ­ t r a n s ­
formativos.
§ 117.—De los diversos valores de momentaneidad o duración
que encontramos asignados por los diversos autores a uno y otro
tema se deriva la necesidad de un estudio de los semantemas con
este criterio.
Un fenómeno de la realidad externa susceptible de sei expre­
sado por un verbo dura siempre en esa realidad externa una cierta
cantidad de tiempo, por pequeña que sea. En la representación
subjetiva de la realidad externa, un fenómeno que se desarrolla
en m u y poco tiempo aparece como desprovisto de duración, como
un punto, como un momento. Así άστράψαί 'relampaguear', cuando
se refiere a un solo relámpago, y βηναι cuando significa 'dar un paso'
(cf. § 92).
Conviene, pues, distinguir desde este otro punto de vista 2 tipos:
semantemas momentáneos y durativos.
U n semantema no­transformativo es o momentáneo (άστράψαι
<;uando se refiere a una sola άστρατιή) o durativo (νοσεΐν 'estar en­
fermo').
Por el contrario, un semantema transformativo o es momen­
táneo (βήναι 'dar un paso') o es indiferente a esta clasificación, de
suerte que unas veces puede aparecer como momentáneo (cuando
la transformación es rápida) y otras como durativo (cuando la
transformación se produce durante una cantidad de tiempo per­
ceptible).
Después de las dos digresiones contenidas en §§ 114­117, esta­
m o s en condiciones de reanudar la marcha de nuestro análisis.

— 74 —
§ 118.—La definición del aoristo como "confectivo" y del pre­
sente como "infectivo" equivale a considerar que la noción básica
de la oposición es la noción de término final de la acción. Ahora bien,
la admisión de una noción básica de esa naturaleza choca coh difi­
cultades insoslayables {§§ 118­122):
En cuanto se opone a la noción de "confectivo" = "con tér­
mino", la noción de "infectivo" no contiene más que la idea de
"sin término". El tema de presente consideraría, pues, la acción
en sí, sin su término. Esta noción de "sin término" no es equiva­
lente a la de "expresión de la duración" o "consideración de la
acción verbal en su duración o desarrollo". La duración puede exis­
tir en la reahdad externa e incluso en la reahdad psicológica (se­
mantemas durativos), pero no ser expresada por la forma (caso
del aor. έβασίλευσε τρ. έτη). Entonces ¿cómo explicar el valor de
duración del tema de presente, que el mismo Schwyzer considera
fundamental?
§ 119.—Esta inconsecuencia de Schwyzer al establecer el valor
del "infectivo" le conduce al absurdo de admitir ^ la coexistencia
de los dos valores "confectivo" e "infectivo" en una misma forma
verbal: πείθειν 'persuadir', ίστασθαι 'ponerse en pie', que conside­
rarían el término final, serían "infektiv­konfektiv"; φεύγειν 'ha­
cerse a la huida" que consideraría el término inicial, sería "kon­
fektiv­infektiv" Esta coexistencia sería imposible si los dos tér­
minos hubieran sido bien definidos, y a que el valor negativo del
término no caracterizado es la negación del valor del término ca­
racterizado, de suerte que son contradictorios y se excluyen mu­
tuamente: una cosa no puede ser blanca y negra a la vez, una
acción no puede tener término y no tener término al mismo
tiempo.
La verdad es que, como señalamos § 118, la noción de "infec­
tivo" no puede ser identificada con la de "durativo", como hace
Schwyzer. La noción de término inicial o final que se cree descu­
brir en estos presentes es, en reahdad, un fenómeno de "parole":
o pertenece al semantema (caso de δρνυσθαι, ϊστασθαι, πείθειν, que
nosotros clasificamos dentro del tipo transformativo) o procede de
la situación (B 139 s. άλλ' άγεθ', ώς αν έγώ εϊπω πειθώμεθα πάντες·
φεύγωμεν σύν νηυσΙ κτλ. 'mas ¡ea!, tal como yo diga, obedezcamos
todos: huyamos con las naves, etc.': la acción de πείθεσθαι 'obedecer'
y la de φεύγειν 'huir' tienen en la reaUdad externa un comienzo,
pero este comienzo no es expresado por la forma, pertenece a la
situación. La pretendida (y falsa, cf. § 116) noción de término ini­
cial o final aparece tanto en el tema de presente δρνυτο, ϊστατο como
en el de aoristo ώρτο, έστη. Por ello ,admitiendo su existencia, tal

O Gr. Gram. IL p. 259.


(') Schwyzer traduce de este modo a su sistema los conceptos de término
inicial y duración y de duración y término final utilizados por E, Rodenbusch,
IF 21, 1907, p. 116 ss., 124 ss.; 22, 1907, p. 402 ss., y B rugmann­Thumb,
Gr. Gram., p. 542.

— 75 —
noción sería una noción no pertinente de la oposición: no puede,
por tanto, ser su noción básica.
§ 120.—En el interior del tema de presente existe en griego
una oposición gramatical (proporcional, por tanto) del tipo μίμνω/
μένω equivalente a "acción con su término"/"acción sin su tér­
mino" (§ 209). Por la ley de la no interferencia de oposiciones mor­
fológicas idénticas, establecida § 40, se llega a la conclusión de
que la noción básica de la oposición presente/aoristo, que se inter­
fiere con la del tipo μίμνω/μένω no puede ser la consideración del
término de la acción.
§ 121.—Si por valor "confectivo" se entiende la consideración
de la acción verbal como sucedida, como acabada (cf. § 112, 2.°),
ya observamos que esta definición del aoristo operaba subrepticia­
mente con la noción de tiempo pretérito y que era insostenible en
las posiciones indiferentes a dicha noción, como los modos y las
formas nominales.
§ 122.—La interpretación del presente como "infectivo" y del
aoristo como "confectivo" significa en términos estructurales que
el aoristo es un término positivamente caracterizado. Para ser tal,
sin embargo, el aoristo debería poseer un significado unitario, lo
que exigiría reducir a "confectivo" el llamado aoristo "ingresivo"
y el "complexivo" o "factivo".
En cuanto a la interpretación del "ingresivo" δακρϋσαι 'echar a
llorar', νοσησαι 'caer enfermo', βασιλευσαι 'subir al trono' 'llegar a
ser rey' como "confectivo" puro, Schwyzer ' la justifica argumen­
tando que expresan la conclusión de un cambio de estado ("abgesch­
lossene Zustandanderung"). Tal interpretación es, sin embargo,
completamente artificiosa, y a que estos aoristos pertenecen a se­
mantemas no­transformativos, que no expresan cambio de estado
alguno: βασιλεύειν 'reinar', νοσεΐν 'estar enfermo', δακρύειν 'llorar', etc.
Y prueba de ello es que ese sentido no­transformativo aparece tanto
en el presente como en el aoristo del tipo "complexivo" (έβασίλευσε τρ.
έ'τη), lo que indica que es propio del archivalor de la oposición y
que, por tanto, pertenece realmente al semantema.
Sobre el intento de reducir a un mismo tipo el "complexivo" y
el pretendido "confectivo", vid. § 112, 2.° \
(1) Gy. Gram. II p. 261.
(*) F. R. Adrados, art. cit., que comparte las ideas de Schwyzer en cuanto
al valor aspectual de los temas de presente y de aoristo y que hace, consecuen­
temente (p. 21), del presente un término no caracterizado ("negativo" en su
terminología), se basa para ello, además de en la pretendida unidad del tema
de aoristo, en una aparente complejidad del tema de presente, en el cual cree
deber distinguir: 1.°, un "durativo" o "cursivo"; 2.°, un "terminativo", y 3.",
"lo que Schwyzer llama 'estativo' (ειμί, θάλλει)". Si dejamos a un lado el
pretendido "terminativo", cuya no existencia ya hemos demostrado suficiente­
mente, notemos que no hay razón para separar el llamado "estativo" del "du­
rativo" o "cursivo" (que Adrados parece entender como el "íientiv" de Schwy­
zer y que nosotros más bien denominamos "transformativo"), pues la natura­
leza transformativa o no­transformativa del semantema no afecta en ningún
modo a la noción de duración, que puede realizarse en uno y otro tipo de verbos.

- 76 -
Sacando la conclusión de lo expuesto §§ 118­122, podemos afir­
mar que l a n o c i ó n d e " c o n s u t é r m i n o (final)"
no es la n o c i ó n b á s i c a de la o p o s i c i ó n aspec­
tual presente/aoristo.
§ 123.—La doble circunstancia de que el aoristo no pueda re­
ducirse a un valor puntual unitario (por las razones expuestas en
§ 112, 2.°) y de que (fuera del presente de indicativo, que es as­
pectualmente neutro) no aparezcan temas de presente usados en
sentido puntual, nos asegura que el aoristo, definido como pun­
tual, no puede ser el término positivo de la oposición.
Por consiguiente, l a n o c i ó n d e p u n t u a l i d a d n o e s
la n o c i ó n básica de la o p o s i c i ó n aspectual
presente/aoristo.
§ 124.—Resumiendo los datos irreductibles para nuestro aná­
lisis, tenemos:
1.° El que un semantema momentáneo pueda realizarse como
tal en el aoristo (έβη § 91 η. 1; άστράψαι 'producirse un relámpago'
en Sófocles fr. 578 Pearson ούρανοϋ δ'άπο ήστραψε, βροντή δ'έρράγη
δι'άστρατιης: se trata de un solo relámpago, a juzgar por los singu­
lares βροντή y άστρατΐή) sólo se explica si el valor de "langue" del
tema de aoristo es puntual o indiferente a la noción de puntuali­
dad, de suerte que no repugna a la realización como puntual en
este tipo de semantemas.
2.° La diferencia entre impf. έβασίλευε 'era rey'/aor. έβασίλευσε
'llegó a ser rey' no es producto de la realización, y a que es una al­
teración de un semantema no­transformativo en transformativo.
3.° La diferencia entre aor. "ingresivo" έßo«τíλευσε/aor. "com­
plexivo" έβασίλευσε τρ. έτη, que es irreductible y que implica tam­
bién una oposición entre un valor transformativo y otro no­
transformativo, ha de ser considerada como pertinente de la
oposición.
4.° La diferencia entre impf. έπειθον 'yo persuadía'/aor. "per­
fectivo" έπεισα 'yo logré persuadir' (así Jenofonte Cyr. V 5,22 έλθών
έπειθον αυτούς και οδς έπεισα τούτους έχων έπορευόμην), que implica
una oposición entre no­consideración y consideración del término
final de un mismo semantema transformativo, ha de ser igual­
mente considerada pertinente de la oposición.
5.° El sentido "conativo" de impf. έπειθον 'intentaba persua­
dir' se basa, en reahdad, en la traducción del valor "durativo" uná­
nimemente reconocido en el tema de presente (del que hemos de
excluir al presente de indicativo). Simplemente se trata de que
la acción transformativa de πείθειν es considerada como durativa,
es decir, se fija la atención en su desarrollo: 'yo estaba persua­
diendo' = 'yo estaba intentando llegar al término final, aJ logro
del convencimiento'. Este sentido "durativo" del tema de presente,
que supone la adición de una noción nueva al sentido puramente
transíorniativo del semantema, ha de ser también una noción per­
tinente del tema de presente.

— 77 —
6.° Por el contrario, el sentido "iterativo" no es noción perti­
nente, ya que se puede demostrar que surge de realizaciones de la
"parole". Así, en un semantema momentáneo se realiza el "du­
rativo" como "iterativo": βήναι 'dar un paso7ßαívειv 'dar pasos,
andar' (§ 92); άστράψαι 'producirse un relámpago' (vid. 1.°)/
άστράπτειν 'relampaguear', 'producirse varios relámpagos' (B 353
[se. Ζεύς] άστράπτων, έπιδέξι' έναίσιμα σήματα φαίνων; nótese el plu­
ral σήματα: cada άστραττή es un σήμα; cf. schol. άστραπάς ποιών,
recogido en Ebeling, Lexicon homericum I p. 185). E n realidad, basta
que la forma no sea de valor puntual para que surja de la situa­
ción o del contexto el sentido iterativo: así en el aoristo "com­
plexivo" (A 396 s. πολλάκι γαρ σέο ένΙ μεγάροισιν άκουσα ευχόμενης)
Ιο mismo que en el imperfecto (Κ 77 s. παρ 8έ ζωστήρ κεϊτο παναίολος,
φ ^'ό γεραώς ζώννυθ' δτ'ές πόλεμον φθεισήνορα θωρήσσοιτο). Más
sobre el "iterativo" en §§ 143­144.
7.° No es noción pertinente del tema de presente el preten­
dido valor "incoativo" que F. Hartmann * ha intentado establecer
para el imperfecto (además del "durativo" y del "iterativo"), ba­
sándose en pasajes del tipo NT Marcos 1,31 καΐ προσελθών ήγειρεν
αυτήν κρατήσας της χειρός, καΐ άφήκεν αυτήν ó ττυρετος καΐ δ ι η ­
κ ό ν ε ι αύτοϊς ( ~ Mateo 8,15 ss. διηκόνει αύτφ, Lucas 4,39 ss. διη­
κόνει αύτοϊς), que Hartmann interpreta 'comenzó a servirles'. Ahora
bien, διακονεϊν significa simplemente 'ser διάκονος, servir', como
no­transformativo. El sentido ingresivo que Hartmann atribuye
al valor del imperfecto deriva, en realidad, de la situación: puesto
que esa mujer estaba antes muerta, la acción de διακονεϊν ha te­
nido que tener un comienzo. Tenía razón H. Meltzer' al negar
todo valor incoativo al imperfecto citando, por ejemplo, Jeno­
fonte Anab. I 8,27 αυτός τε απέθανε και οκτώ έ κ ε ι ν τ ο έπ'αύτφ.
Schwyzer », que tampoco admite este pretendido valor incoa­
tivo del imperfecto, compara acertadamente ν 281 άλλ' αδτως
άποβάντες έκείμεθα νηος άπαντες y Tucídides III 22,5 καΐ αύτίκα
βοή ή ν con durativos muy claros del tipo no­transformativo sin
idea de comienzo. La situación destaca el término inicial, que es
el único posible en un semantema no­transformativo (cf. § 106).
Ultimamente Η. Koller * admite también un imperfecto "incep­
tivo", interpretando erróneamente la perspectiva de la duración,
que estudiamos en § 139, o imperfectos en los que la noción de
comienzo resulta sólo de la situación. De la situación procede tam
BIEN la noción de comienzo que aparece en otras formas del tema
de presente, como los subjuntivos citados § 119.
§ 125.—El hecho de que el aoristo "factivo" expre.se, según, se
reconoce por casi todos los lingüistas (cf. § 112), la acción verbal
en sí, desnuda de calificaciones aspectuales, es base suficiente para

(1) K Z 49. 1920, p. 2 ss., 7.


(») IF 12, 1901, p. 356.
(») Gr. Gram. II p. 277.
(*) Museum Helveticum 8, 1951, p. 88 ss.

- 78 -
sostener que este tipo de aoristo constituye el valor neutro del
término no caracterizado. Con esto está de acuerdo la complejidad
de valores del tema de aoristo, irreducible a una definición única:
el valor negativo y el neutro de todo término no caracterizado,
en efecto, no pueden ser comprendidos dentro de una definición
única lograda por vía empírica, según expusimos § 65. Por otra
parte, el tema de presente posee una clara unidad aspectual, re­
ducible toda ella a un único valor durativo (ya que, según h e m o s
visto § 124, los sentidos "iterativo" e "incoativo", así como el
pretendido "confectivo" de algunos presentes son fenómenos de
"parole", lo cual armoniza bien con el valor único—valor posi­
tivo—que ha de presentar todo término caracterizado.
Podemos, pues, considerar que e l t e m a d e p r e s e n t e , ,
definido como durativo, constituye el tér­
m i n o c a r a c t e r i z a d o de la o p o s i c i ó n aspectual
presente/aoristo.
§ 126.—Tratemos ahora de c o m p r o b a r si esta interpre­
tación funcional es exacta. Para ello habremos de demostrar que
el término no caracterizado, el tema de aoristo, presenta un valor
neutro de indiferencia (ya mencionado; vid. además § 132) y un
valor negativo que habrá de deducirse lógicamente del valor posi­
tivo ( = noción básica de la oposición) del término caracterizado,
tema de presente.
§ 127.—Ahora bien, la no duración, la negación o ausencia de
la duración es precisamente el punto, el momento desprovisto de
duración (en la realidad subjetiva, naturalmente).
En el sistema de la "langue" un valor del aoristo es el puntual
0 momentáneo. Estudiemos ahoya las diversas realizaciones de este
valor puntual.
En un semantema momentáneo, el aoristo puntual expresa la
realización de la acción verbal momentánea una sola vez: es el caso
ya citado de la fórmula homérica βή δ'ϊμεναι 'DIO un paso para ir'
y de S ófocles fr. 578 Pearson ούρανοϋ δ'άπο ήστραψε, βροντή
δ'έρράγη δι' άστραττης. Además Ε 366 μάστιξεν δ'έλάαν, τώ δ'ούκ
άέκοντε πετέσθην "DIO un latigazo' ^.
§ 128.—Una acción transformativa, como γίγνεσθαι, γενέσθαι
'nacer, producirse' o como θνήσκειν, θανεϊν 'morir' puede ser conce­
bida tanto como dotada de duración (el cambio de estado dura un
tiempo perceptible) cuanto como momentánea (la transformación
es repentina), según y a expusimos § 117.

l') Los ejemplos seguros no abundan. No obstante, está demasiado gene­


raliíada la tendencia a admitir raíces momentáneas. Por ejemplo, Delbrück,
Vergi. Synt. II p, 14, admite que la gran mayoría de las raíces son puntuales.
Ai í, ( ά π - ) £ θ α υ ε ο 4 clasificado (ibidem ρ. 107) como puntual momentáneo, lo cual
€i errúneo, porque el tema de presente durativo (άπο­)θνήσκειν habría de rea­
ü.^arse como iterativo, cosa que no sucede en la realidad, pues, v. gr., θνήσκων
es 'íí.stando en el lecho de muerte' en Β 106 Ά τ ρ ε ύ ς δέ θνήσκων Ελιπεν [σκήπτρον]
1 Ί;·λ!)(χρνι βυέττ^, Por el'o, tiene toda ¡a razón Wackernagel, Vorlesungen I p. 173,
cii.indo interpreta el durativo (άπο­)θνήσκειν 'im S terben liegen'.

- 79 —
En un semantema transformativo momentáneo el aoristo pun­
tual expresa la momentaneidad de la transformación ( a o r i s t o
p u n t u a l m o m e n t á n e o ) . Así, en el ejemplo de Heró­
doto VIII 64,1 ήμερη τε έγίνετο (impf. "durativo": 'amanecía poco
a poco, lentamente') καΐ άμα τζ> ήλίω άνιόντι σεισμός έγένετο (aor. pun­
tual momentáneo: 'se produjo un terremoto en un momento').
Puntual momentáneo es también ήστραψε en el ejemplo citado de
Sófocles fr. 578 Pearson. Cf. también § 132.
§ 129.—Cuando el contenido verbal está provisto de duración
en la representación psicológica de la realidad externa, el punto
de la acción designado por el aoristo puntual ha de ser un punto
definible, no uno cualquiera de los infinitos puntos de que se com­
pone la duración real
A Β

a los que no puede hacerse referencia concreta.


Ese punto expresado por el aoristo sólo puede ser el punto ini­
cial A ( a o r i s t o i n i t i v o ) o el punto final Β ( a o r i s t o
f iη itiV o)^
§ 130.—En un semantema verbal transformativo provisto de
duración el aoristo puntual sólo puede referirse al punto final,
ya que, según expusimos § 106, el término final es el único que
existe en la representación psicológica de este tipo de acciones
verbales. Los ejemplos claros no abundan porque el aoristo pun­
tual momentáneo se distingue mal del finitivo (ya que la trans­
formación podía concebirse como momentánea; cf. § 128) y por­
que es también difícil de separar el aoristo neutro del finitivo por
las razones que expondremos § 133.
No ofrecen duda aquellos ejemplos en que a un tema de pre­
sente que expresa la acción en su desarrollo sigue un aoristo del
mismo verbo que expresa la terminación de esa acción: Jeno­
fonte Cyr. V 5, 22 έλθών επειθον αυτούς και ούς έπεισα ('logré per­
suadir') τούτους έχων έπορευόμην. IG 2 ΙΙ/ΙΙΙ 1612, 206 ss. (año
356/355 a. C.) αρχιτέκτων 'Αμύντης έπεσκεύαζεν ('estaba ocupado
en la construcción'), δσα δε ένελείφθη καΐ τότε μή έπετελέσθη, ΰστερον
Εύφράνωρ αρχιτέκτωνέπεσκεύασεν ('logró terminar'). Platón Prot. 317 A
το οδν άποδιδράσκοντα μή δύνασθαι άποδραναι.
Por tanto, e n u n s e m a n t e m a v e r b a l transfor­
m a t i v o p r o v i s t o de d u r a c i ó n el a o r i s t o pun­
t u a l se r e a l i z a c o m o f i n i t i v o .
§ 131.—En un semantema no­transformativo provisto de du­
(') Introducimos los términos nuevos "initivo" y "finitivo" para liberar
nuestra terminología del lastre que pesa sobre los usados hasta ahora por efecto
de interpretaciones erróneas. Por lo demás, "perfectivo" suena demasiado a
perfecto, que es una noción de orden diferente; "efectivo" fácilmente puede
evocar la noción de efecto o consecuencia afín a la de perfecto; "terminativo"
hace referencia a la noción de "término" (final), siendo así que el aoristo no
expresa el término.

— 8o —
ración el aoristo puntual sólo puede referirse al punto inicial,
y a que, según expusimos § 106, el término inicial es el único al que
es posible hacer una referencia en esta clase de semantemas.
Un ejemplo especialmente favorable es el de Heródoto I 1,1
y.«l οΐκήσαντας ('habiendo comenzado a habitar') τούτον τόν χώρον
τον και νυν οίκέουσι ('habitan', presente)*, por seguir al aoristo ini­
tivo la expresión del desarrollo de la acción comenzada.
No menos claros son: Heródoto II 137,1 μετά δέ τοϋτον βασιλείχται
('comenzó a reinar') άνδρα τυφλόν . . . έπΙ τούτου βασιλεύοντος ('du­
rante su reinado') έλάσαι έπ' Αϊγυτιτον . . . τον Αιθιόπων βασιλέα. I 19,2
μετά δέ της στρατιής άπικομένης ές Σάρδις ένόσησε ('se puso enfermo')
ó Άλυάττης. μακροτέρης δέ οΊ γινομένης της νόσου ('y como se agra­
vara la enfermedad') κτλ. I 12,2 και άποκτείνας αυτόν ίσχζ ('comenzó
a tener' = 'obtuvo') καί τήν γυναίκα καί τήν βασιληίην Γύγης. Pla­
tón Phaedr. 231 D όμολογοϋσι νοσεϊν μάλλον ή σωφρονεϊν και είδέναι
δτι κακώς φρονοΰσιν ('ηο son s e n s a t o s ' ) , . . . ώστε πώς αν εδ φρονήσαντες
('llegando a tener sensatez') ταϊίτα καλώς έχειν ήγήσαιντο; Γ 439 νυν
μέν γ α ρ Μενέλαος ένίκησεν σύν 'Αθήνη ('ha obtenido la victoria', 'ha
comenzado a ser vencedor' de νικαν 'ser vencedor' no­transforma­
tivo). X 362 ψυχή δ' έκ ρεθέων πταμένη ('echando a volar' de ττέτεσθαι
no­transformativo) "Αιδόσδε βεβήκει ».
Por tanto, e n u n s e m a n t e m a v e r b a l no­trans­
f o r m a t i v o p r o v i s t o de d u r a c i ó n el a o r i s t o p u n ­
t u a l se r e a l i z a c o m o i n i t i v o ' .
§ 132.—El tema de aoristo como término caracterizado posee
también el valor neutro ( a o r i s t o n e u t r o ) que expresa la
indiferencia a la noción de la duración, básica de la oposición.
Se trata del llamado "factivo", "complexivo", "constativo" ("kon­
statierend"), del hecho escueto ("naktes Factum").
Este valor neutro del aoristo es especialmente visible en los se­
mantemas no­transformativos provistos de duración. Así Ana­
creonte fr. 8 Diehl, έτεα πεντήκοντα τε κάκατόν ΤαρτησσοΟ βασιλεϋσαι
'reinar durante ciento cincuenta años'. Heródoto V 28,1 (ή Μίλητος)
(') Οίκέουσι tiene sentido durativo, como realización del valor neutro
del presente de indicativo en el tiempo presente actual (cf. § 184), del cual está
excluido el puntual (§181).
{') Wackernagel, Vorlesungen I p. 172, pretende que verbos como κεϊσθαι
'yacer', ήσθαι 'estar sentado', que expresan un estado ("ruhiger Zustand"),
carecen de aoristo porque "lo específico del valor de aoristo, la efectuación, no
puede ser expresada en estos verbos". Wackernagel entiende por efectuación,
el 'acostarse' (κοιμήσασθαι ­ηθήναι) y el 'sentarse' (Ιζεσθαι), respectivamente.
Tal afirmación de Wackernagel carece de base sólida, ya que, como prueban
los ejemplos citados en este § 131, un presente de "estado" tiene a su lado un
aoristo "ingresivo".
(') Es interesante observar que la realización del aoristo puntual como
initivo y como finitivo en los semantemas no­transformativos y transformati­
vos, respectivamente, tiene un paralelo completo en construcciones como
esp. lograr ser rey, fr. réussir à être roi (que se refiere al punto inicial del conte­
nido verbal no­transformativo 'ser rey', 'être roi') y esp. lograr hacer algo,
fr. réussir à faire quelque chose (que se refiere al punto final de la acción trans­
formativa 'hacer', 'faire').

— 8τ —
επί δύο γενεάς ανδρών νοσήσασα ('estando eníerma durante dos gene­
raciones') ές τα μάλιστα στάσι. α 334 (Penèlope se presenta ante los
pretendientes) άντα παρειάων σχομένη λιπαρά κρήδεμνα ('teniendo
un velo'). Por ser neutro este aoristo po modifica el valor del se­
mantema con ninguna noción aspectual. Interesa el hecho desnudo.
La duración, que es inherente al valor del semantema y que existe
en la realidad, no es expresada por la forma gramatical.
Cuando el semantema es momentáneo, bien transformativo,
bien no­transformativo, el aoristo neutro se confunde con el pun­
tual, ya que en toda forma neutra, por no modificar el valor del
semantema con ninguna noción aspectual, lo que destaca son las
nociones propias del semantema en cuestión, en este caso la mo­
mentaneidad. Por ello es imposible en rigor clasificar βή y ήστραψε
(§ 128) como puntuales o como neutros: ambos valores convienen
al sentido de momentaneidad que presentan.
Cuando el semantema es transformativo no momentáneo exis­
ten dificultades para distinguir el aoristo neutro del puntual. En el
neutro interesa sólo la acción verbal en sí, prescindiendo de su
duración o momentaneidad. Pueden considerarse como neutros:
Epicteto Dissert. I 1,31 άποθανεϊν με δει 'es forzoso que y o muera'.
A 2 s. άλγε' εθηκε . . . ψυχάς προΐαψε. Tucídides I 1,1 Θουκυδίδης
Αθηναίος ξυνέγραψε τον πίόλεμον ('escribió' simplemente; no 'terminó
de escribir', como pretende Holt, cf. § 111).
§ 133.—La dificultad a que aludimos en el § anterior para
decidir en los semantemas transformativos entre el carácter neu­
tro y el puntual (momentáneo o terminativo) es fácilmente com­
prensible. Como y a hemos indicado, en un semantema transfor­
mativo la atención psicológica se dirige hacia el término final,
que es el punto en que se logra el nuevo estado hacia el cual ha
tendido el esfuerzo de la acción verbal. Cuando el aoristo es pun­
tual, ese punto final es el expresado por la forma; cuando el aoristo
es neutro, el punto final se muestra por sí solo, ya que no expre­
sándose ninguna noción aspectual propia de la oposición, lo que
destaca son las nociones propias del valor del semantema. Esta es,
en efecto, la causa de que sea casi imposible decidir por nuestra
parte si son neutros o puntuales ejemplos como los siguientes:
A 317 κνίση δ'ούρανόν ΐκεν . δ 585 ταΰτα τελευτήσας νεόμην, έδοσαν δέ
μοι ούρον αθάνατοι (¿neutro?), κ 27 αυτών γαρ άπωλόμεθ'άφραδίησιν.
Fórmula épica παθών δέ τε νήπιος εγνω. Eurípides Med. 245 έξω
μολών έπαυσε καρδίαν άσης. Platón Phaedo 113 D έπειδάν άφίκωνται.
oí τετελευτηκότες εις τον τόπον. Iseo I, 1 εκείνος ζών μεν ήμϊν κατέ­
λιπε τήν ούσίαν. Platón Resp. 566 E (τύραννος) χρεών τε ήλευθέρωσε
J i a ì γήν διένειμε.

Es probable que la mayoría de los ejemplos sean aoristos neu­


tros. Pero al mismo tiempo resalta en ellos la noción del término
final del semantema. A ello coadyuva en los transitivos la adición
del acusativo externo, que resulta creado o transformado: δοϋναι.
οδρον, καταλιπεϊν τήν ούσίαν, γήν διανεϊμαι, para lo que se puede

— 82 —
comparar la diferencia observada por Vendryes '• entre fr. bois,
sin término, y voici un verre, bois­le 'bébelo completamente, hasta
el final'.
Esta dificultad exphca en parte que algunos tratadistas hayan
podido pensar en un valor "confectivo" único del aoristo (que,
en todo caso, no explica ni el neutro ni el initivo, como ya hemos
demostrado).
§ 134.—De lo expuesto se desprende que de un semantema
transformativo no se forman aoristos puntuales initivos.
Para pretendidos aoristos "ingresivos" como ώρτο 'se lanzó',
έχάρη 'se alegró' (que en realidad son neutros o finitivos de seman­
temas transformativos), remitimos a la crítica contenida en §§ 115­6.
En semantemas transformativos como Ιδεΐν 'ver', 'hallar con
la vista', τϊέμπειν 'enviar', φεύγειν 'huir', βαλεϊν 'lanzar' el aoristo,
puntual o neutro, destaca la acción en sí como transformativa,
dotada de un término final. No tiene sentido hablar de valor "in­
gresivo" o "perfectivo" de estos aoristos según el contexto en que
aparecen
El aoristo φυγείν es simplemente un transformativo puntual o
neutro, con la noción imphcita o exphcita de término final, lo
mismo en Demóstenes X V I I I 259 (fórmula ritual de los μύσται)
έφυγόν κακόν y en Η 118 s. αϊ κε φύγησι δηΐου έκ πολέμοιο, que en
Sófocles Aiax 403 ποϊ τις οδν φύγη;. Siempre se trata de la realiza­
ción de la acción transformativa de 'huir', 'escapar'. Cf. perf. πέφευγα
'estoy a salvo', que demuestra la existencia del término final.
El caso típico frecuentemente citado» de βαλεϊν βέλος 'lanzar
un proyectil', como "ingresivo", frente a βαλεϊν άνδρα 'hacer im­
pacto en un hombre', como "perfectivo", es un buen ejemplo del
error interpretativo a que nos referimos. En lugar de considerar la
acción de βαλεϊν 'lanzar' en sí, se definen los sentidos de esas dos
construcciones con referencia a la trayectoria espacial del pro­
yectil:
acción de βαλεϊν A movimiento del βέλος Β
Objetivo: άνήρ

Por eso se define como "ingresivo" βαλεϊν βέλος (acción en el pun­


to A, inicial de la trayectoria) y como "perfectivo" βαλεϊν άνδρα
(punto Β, final de la trayectoria en que el βέλος incide en el obje­
tivo). En reaUdad, la acción transformativa de βαλεϊν termina en A,
en el momento de βαλεϊν βέλος. E n βαλεϊν άνδρα el acusativo άνδρα
es un acusativo de dirección, comparable a ποϊ en ποϊ τις οδν φύγη;
citado supra (la construcción pasiva άνήρ ßέßληται'ha sido alcanzado,
herido', mas no 'ha sido lanzado', supone un cambio en el verbo,
al interpretar άνδρα como objeto afectado; cf. la pasiva τήν θάλατταν

(1) BSL 43, 1946, lase. 2 p. 86.


(·) Así últimamente Schwyzer, Gr. Gram. II p. 261.
(*) En último lugar en Schwyzer, ibidem.

- 83 -
πλεομένην en Luciano Prom. 14, respondiendo a πλεϊν θάλατταν con
acusativo de extensión). Sumamente interesante es la comparación
con E 290 s. υ>ζ φάμενος προέηκε {'^ έβαλε)" βέλος δ'ϊθυνεν Άθήνη ρίνα
'(Diomedes) tras estas palabras lanzó el proyectil. Atena guiaba el
proyectil hacia la nariz de Pándaro)'.
§ .135.—Hemos llegado a un resultado importante: e n e l
t e m a d e a o r i s t o e l v a l o r p u n t u a l (momentáneo, ini­
tivo, finitivo") y e l v a l o r n e u t r o (llamado "complexivo",
"factivo", etc.) s o n v a l o r e s p r o p i o s d e e s a forma
v e r b a l en el s i s t e m a de la " l a n g u e " .
Son, pues, dos valores distintos (frente a las dudas de Meillet,
§ 112, 3.° n. 14), que no deben ser reducidos a unidad (frente a los
intentos de confundirlos).
§ 136.—La interpretación funcional de la estructura de la opo­
sición tema de presente/tema de aoristo que acabamos de dar, nos
permite ya enjuiciar el intento de E . Hermann * (cf. § 74) de esta­
blecer dos oposiciones aspectuales distintas. Para Hermann, en
impf. έβασίλευον/aor. έβασίλευσα έτη δυώδεκα hay una distinción sub­
jetiva ("subjektive Aktionsart"), esto es, una diferencia de p u n ­
tos de vista ante una misma acción de la realidad externa: el aoristo
insiste, según Hermann, en que la acción está terminada, el im­
perfecto presenta la acción en su desarrollo. Por el contrario, en
impf. έβασίλευον, aor. έβασίλευσα δ. έτη/έβασίλευσα 'llegué a ser rey'
la diferencia es objetiva ("objektive, nichtdurative Aktionsart"),
puesto que expresa dos acciones distintas.
Examinando estas ideas de Hermann a la luz de nuestros re­
sultados, resulta que la parte de verdad descubierta por Hermann
consiste en el doble valor del aoristo como término no caracteri­
zado para expresar la noción contraria a la del término caracte­
rizado (aoristo puntual = aspecto "objetivo" de H.) y la indife­
rencia a la noción de la duración propia de la oposición (aoristo
neutro = aspecto "subjetivo" de H.). N o se trata, pues, de dos
oposiciones distintas (¡sólo hay una oposición de significantes!),
sino de una sola oposición de significados. Por lo deriiás, hay que
rechazar enérgicamente la idea de que el aoristo "complexivo"
(neutro, en nuestra terminología) insista en que la acción está ter­
minada, en que es un hecho. Este tipo de noción no corresponde
al aspecto, sino al tiempo pretérito, y, como es de esperar, sólo
se encuentra en indicativo, según demostramos § 112, 2."
Posteriormente Hermann * sostiene opiniones totalmente distin­
tas: a έβασίλευσα τριάκοντα έτη atribuye Η. un valor de "langue"
("kategorial" en su terminologia) "durativo" (!); el valor "ingre­
sivo" έβασίλευσε 'llegó a ser rey' sería debido al contexto'. Además

(!) IF 45, 1927, p. 207 ss.


(«) Nachrichten Göttingen, phil.­hist. Kl., 1943, p. 625.
(·) Esta teoría de Hermann equivale en cierto modo a la de Jakobson,
que considera que el valor negativo del término no caracterizado es una reali­
zación del valor neutro (cf. § 37). Pero entre ambos lingüistas hay una diferen­

- 84 -
de la demostración funcional que hemos dado (cf. también §§ 37­38),
un pasaje de Aristóteles Eth. Nicom. 1173 A 34­1173 Β 4 no deja lu­
gar a dudas sobre el hecho de que un griego tenía conciencia del
sentido ingresivo como valor propio del aoristo ήσθηναι μέν γαρ
έστι ταχέως ώσπερ οργισθηναι, ήΧεσθαι δ'οδ. Α continuación define
ήσβηναι como μεταβάλλειν εις τήν ήδονήν y añade ένεργεϊν δέ κατ'αύτήν
ούκ έστι ταχέως, λέγω δέ ήδεσθαι (así, pues, ήδεσθαι es un no­trans­
formativo).
§ 137.—Para completar nuestro estudio de la oposición aspec­
tual presente/aoristo, a continuación tratamos de los sentidos re­
sultantes de las diversas realizaciones de los valores de "langue"
respectivos (§§ 138­144).
§ 138.—En general, la noción de "durativo" no implica la ac­
ción verbal dure mucho tiempo, como lo prueba Β 785 μάλα δ'ώκα
διέπρησσον πεδίοιο 'muy rápidamente atravesaban la llanura' *.
Más bien la noción de "durativo" expresa la acción verbal conside­
rándola en lo que dura, presentándola y fijando la atención en s u
desarrollo.
Aquí tocamos ya la naturaleza subjetiva de todo significado
lingüístico (§ 71). Por razones puramente subjetivas puede ser
usado el tema de presente en lugar del de aoristo (en su valor neu­
tro) cuando al escritor le interesa subjetivamente contemplar m o ­
rosamente el desarrollo de una acción verbal. Y estas razones, que
son subjetivas y, por ello, de índole personal, se nos ocultan. Así,
en el pasaje frecuentemente citado E 364 ss. ή δ' (se. Αφροδίτη) ές δί­
φρον έβαινεν άκηχεμένη φίλον ήτορ, παρ δέ οΊ "Ιρις έβαινε καΐ ηνία
λάζετο χερσί, μάστιξεν (aor, momentáneo) δ'έλάαν, τώ δ'ούκ άέκοντε
πετέσθην . . . Εκοντο (aor. neutro) θεών έδος . . . ίππους έστησε (aor. neu­
tro) . . . βάλεν (aor. neutro) εϊδαρ. ή δ'έν γούνασι πϊπτε Διώνης δϊ'
"Αφροδίτη. Schywzer ' interpreta los imperfectos ή δ'ές δίφρον έβαινε
y πϊπτε como la expresión de la dificultad con que se mueve Afro­
dita, que está herida. En todo caso, tal explicación no vale para
Ίρις έβαινε (prescindiendo de la fórmula ηνία λάζετο χερσί): ¿acaso
Homero quiere presentarnos también la dificultad de Iris, como
mujer, para subir al carro?
En otros casos la motivación psicológico­estilística del tema de
presente es más obvia. En Lisias X I I 4 ούμός πατήρ Κέφαλος . . . έτη
δέ τριάκοντα ^κησε (aor. neutro: 'vivió treinta años'; interesa sólo
el hecho en sí) καί ούδενΙ πώποτε οΰτε ήμεϊς ο{)τε έκεϊνος δίκην ο8τε
έδικασάμεθα οΰτε έφύγομεν (aor. neutros), άλλ'οδτως φκοϋμεν
(impf. descriptivo, de contemplación morosa y detenida de la
acción) δημοκρατούμενοι ώστε μήτε είς τούς άλλους έξαμαρτάνειν μήτε
ύπο τών άλλων άδικεϊσθαι (presentes descriptivos).

eia fundamental: Hermann define los términos aprioristicamente sin establecer


las oposiciones que determinan su función.
P) Aducido por J. B runei, BSL 42, 1946, p. 52, para otro fin.
C) En Schwyzer, Gr. Gram. II p. 276.
(S) Ibidem p. 277.

- 85 -
J. Brunel ' cita Aristófanes Ach. 1222 ss. (Lámaco, herido:)
θύραζέ μ'έξενέγκατ' ές τοϋ Πιττάλου παιωνίαισι χερσίν (Diceópolis,
triunfante:) Ώ ς τούς κριτάς με φέρετε y observa que DiceópoHs se
complace en la idea de ser llevado en triunfo y por ello emplea el
imperativo presente, en tanto que a Lámaco, herido, le interesa
sólo la acción de que le saquen, sin posar su atención en el des­
arrollo: por eso emplea el aoristo (neutro).
§ 139.—La contemplación detenida del desarrollo de la acción,
propia de la noción de "durativo", supone una riqueza de perspec­
tivas de las que carece el aoristo neutro.
Frente a Wackernagel » sostiene H. Koller ' que en pasajes
como Β 100 ss. άνα δέ κρείων Αγαμέμνων εστη σκήπτρον εχων, τό μέν
Ήφαιστος κάμε . . . δώκε Διί . . . Ζεύς δώκε διακτόρω 'Αργειφόντη.
Ερμείας . . . δό5κεν Πέλοπι . . . Πέλοψ δώκ' Ά τ ρ έ ϊ . . . Άτρεύς . . .
ϊλιπεν . . . Θυέστη, αύταρ ó αύτε Θυέστ' Άγαμέμνονι λείπε φορήναι el
imperfecto λείπε es usado porque los efectos de la acción duran aún
en Agamenón. Idéntico es el pasaje Ζ 196 ss. ή δ'Ιτεκε τρία τέκνα
δαΐφρονι Βελλεροφόντη, "Ισανδρόν τε και ΊτΓττόλοχον καΐ Λαοδά­
μειαν . . . Ίππόλοχος δέ μ' έτικτε και έκ τοϋ φημι γενέσθαι. No hay
base para interpretar estos imperfectos como "inceptivos", como
pretende Koller, ya que no indican el punto inicial de la acción de
λείπειν 'dejar' ni de τίκτειν 'parir' ('comenzó a dejar', 'comenzó a
parir'). Tanto λείπε como έτικτε sitúan en el pasado los contenidos
verbales respectivos, no sólo los términos iniciales de los mismos.
Unicamente puede decirse que l a m i r a d a q u e s e d i r i g e
a la c o n t e m p l a c i ó n de e s a s a c c i o n e s durativas
pretéritas, las s o b r e p a s a d e suerte que con­
s i d e r a en c i e r t o m o d o sus c o n s e c u e n c i a s en el
t i e m p o p r e s e n t e . Esta interpretación, que es la que da
J. Humbert para los imperfectos que estudiamos en § 140, es sin
duda segura y descarta la muy problemática de Schwyzer * (a pro­
pósito de Ν 450 ss. δς πρώτον Μίνωα τέκε . . . Μίνως δ'αύ τέκεθ'υΙόν . . .
Δευκαλίων δ'έμέ τίκτε, ejemplo semejante a los que acabamos de
tratar, y de Η 303 ss. ['Έκτωρ] δώκε ξίφος . . . Αϊας δέ ζοκττηρα δίδου,
que es un uso subjetivo de aoristo e imperfecto como los tratados
§ 138), según la cual el imperfecto expresaría que la acción aorís­
tica anterior es repetida por la misma o por otra persona. A decir
verdad, no se trata de un tema de presente iterativo, y esta noción
de acción que se realiza por segunda o tercera vez es difícilmente
compatible con la de "durativo".
§ 140.—A la misma contemplación de las perspectivas de una
acción obedece el hecho, ya observado, de que verbos como λέγειν,
κελεύειν, έρωταν, πέμπειν se empleen frecuentemente en imperfecto.
Así, el pasaje Ζ 196 ss., citado | 139, continúa: πέμπε δέ μ'ές Τροίην
(1) Art. cit. ρ. 48.
{') Vorlesungen I ρ. 182.
(') Museum Helveticum 8, 1951, ρ. 92.
(«) Gr. Gram. II ρ. 278.

— 86 —
χαί μοι μάλα πόλλ' έτϊέτελλεν . Ψ 539 ώς Ιφαθ', οι δ'άρα πάντες έπήνεον
ώς έκέλευε . Tucídides III 49,2 και τριήρη ευθύς άλλην απέστελλαν
κατά σπουδήν. Esta es la interpretación de J. Humbert \ eviden­
temente acertada.
§ 141.—En un semantema transformativo, el aspecto durativo
del tema de presente considera la acción transformativa en su des­
arrollo, de modo que el término final, implicado en toda acción de
este tipo, no ocupa el primer plano de la atención. La forma gra­
matical del tema de presente no expresa sino el desarrollo de la
acción antes de llegar a su término final, es decir, antes de su com­
pleta realización. Así, en el ejemplo citado y a de Heródoto VIII 64,1
ήμερη τε έγίνετο καΐ άμα τ φ ήλίφ άνιόντι σεισμός έγένετο el imper­
fecto presenta el proceso de amanecer en su desarrollo; el término
final, implícito en el semantema, interesa menos que el desarrollo
de la acción.
Por eso puede ocurrir que la acción transformativa no llegue a
su término: λ 322 ss. (Αριάδνη) ην ποτε Θησεύς έκ Κρήτης ές γουνον
Άθηνάων ίεράων ήγε ('conducía') μέν ούδ' άττόνητο' πάρος δέ μιν
"Αρτεμις έκτα ('pero antes la mató Artemis'). Cf., por el contrario,
el aoristo en Ω 547 ττημα τόδ' ήγαγον Ούρανίωνες 'los dioses nos tra­
jeron este sufrimiento'.
La noción de consideración del desarrollo de la acción es clara:
I 448 λίπον Ε λ λ ά δ α καλλιγύναικα φεύγων ('huyendo, tratando de li­
brarme') νείκεα πατρός, en π 424 δτε δεϋρο πατήρ τεος ίκετο φεύγων
«1 participio de presente φεύγων presenta el desarrollo de la huida,
el aor. 'ίκετο indica el término del mismo proceso de la huida. Ω 743
ού γάρ μοι θνήσκων λεχέων έκ χείρας βρεξας 'pues no me extendiste
tus brazos desde el lecho cuando estabas muriendo'.
§ 142.—El sentido c o n a t i v o , que aparece en las formas
del tema de presente, procede en realidad de la traducción, según
ya anticipamos § 124, 5.° Cuando el valor durativo se realiza en
un semantema transformativo, en el cual la total realización de la
acción verbal es buscada por la voluntad del sujeto, la acción en
su desarrollo antes de llegar a su término final, expresada por el
tema de presente, es entendida como un esfuerzo para el logro de
ese término. Así, en el ya citado pasaje de Jenofonte Cyr. V 5,22
έλθών έπειθον αυτούς 'estaba persuadiéndoles' = 'intentaba con­
vencerles'; en Platón Apol. 30 A ουδέν γάρ άλλο πράττων έγώ περιέρχο­
μαι ή πείθων ('tratando de persuadir') υμών και νεωτέρους και πρεσ­
βυτέρους. Tucídides II 5,7 ήσαν δέ όγδοήκοντα καΐ εκατόν οΊ ληφθέν­
τες καί Εύρύμαχος εις αυτών ήν πρός δν έπραξαν οί προδιδόντες (se. los
plateenses 'que estuvieron entregando', 'que intentaron entregar'
la ciudad a los tebanos sin lograrlo). Lo mismo se podría traducir
­ήγε de λ 324 por 'intentaba llevar', έφευγε por 'intentaba Uegar al
término de la huida'.
En efecto, este sentido conativo no aparece en los semantemas

(*) Synt. gr. p. 111 s.

- 87
no­transformativos (έβασίλευε, έκειτο), porque excluyen la idea de
un término final, ni en los transformativos en los cuales la trans­
formación es involuntaria y, por tanto, está excluida la idea de
un esfuerzo: έγίγνετο 'nacía', έτικτε 'paría', έθνηοτκε 'moría'.
§ 143.—El sentido i t e r a t i v o es asimismo una realización
del valor durativo en determinados semantemas.
En un semantema momentáneo como 'relampaguear' la dura­
ción expresada por el tema de presente consiste necesariamente en
la repetición de acciones momentáneas: así άστράπτων 'produciendo
relámpagos' (§ 124, 6.°) frente a aor. ήστραψε 'se produjo un relám­
pago' (§ 124, 1.°), puntual o neutro.
En un semantema transformativo, cuya acción puede ser conce­
bida en su término final por atraer éste toda la atención (§ 128), el
valor durativo del tema de presente se realiza como una repeti­
ción de acciones transformativas que alcanzan el punto final. Así
Κ 77s. παρ δέ ζωστήρ κεϊτο παναίολος, φ ρ' ó γεραιος ζώννυθ' δτ'ές πόλε­
μον φθεισήνορα θωρήσσοιτο. La iteración puede consistir: a) en que
el mismo sujeto repite la misma acción, b) en que la misma acción
es realizada por varios sujetos, sucesiva o simultáneamente. E n el
caso a está el pasaje citado de Κ 77 s. y Jenofonte Mem. I 2, 61 Λίχας
μέν γαρ ταϊς γυμνοπαιδίαις τούς έπιδημοϋντας έν Λακεδαίμονι ξένους
έδείπνιζε. Εη el caso b están: O 315 άλλα μέν (δοϋρα) έν χροΐ ττήγνυτ'
άρηϊθόων αίζηών. Α 437 ss. έκ δέ καί αύτοί βαϊνον . . . έκ δέ Χρυσηΐς
νηος βή (se trata del semantema transformativo 'marcharse': el
aoristo, neutro, indica la acción sin modificación aspectual, tal
como es significada por el semantema,, esto es, como única). En las
actas deificas de manumisión oí παρατυγχάνοντες κύριοι έστωσαν
con part. pres. en plural frente a ó παρατυχών κύριος έστω con el
part. de aoristo en singular. Los dos tipos a y b—repetición varias
veces y por varios sujetos—aparecen combinados en Tucídi­
des III 51, 2 δπως μή ποιώνται έκπλους αύτόθεν λανθάνοντες frente
a I 65, 1 έκπλουν ποιείται (presente neutro de ind.) λαθών τήν φυλα­
κήν. Igualmente el sentido iterativo aparece en NT Lucas 1 1 , 3
τον άρτον ημών τον έπιούσιον δίδου ήμΐν το καθ' ήμέραν 'dánoslo cada
día' frente a Mateo 6 , 1 1 τον άρτον ημών τον έπιούσιον δος ήμϊν
σήμερον 'dánoslo hoy'. El sentido semelfactivo del presente de in­
dicativo, neutro en cuanto al aspecto, ποιείται de Tucídides I 6 5 , 1
muestra que el aoristo semelfactivo puede ser el neutro.
§ 144.—El sentido iterativo atribuido al aoristo es de índole
diferente al que hemos estudiado en el tema de presente: procede
pura y simplemente del contexto, no es producto de la realización
de ningún valor durativo. E n el ejemplo más frecuentemente ci­
tado Φ 263 s. ως αΐεΐ Άχιλήα κιχήσατο κΰμα ρόοιο και λαιψηρον έόντα la
iteración no es expresada por el verbo sino dada por el adverbio
αίεί. Similarmente dan el sentido iterativo πολλάκι en A 396 πολλάκι
γαρ σέο πατρός ένΙ μεγάροισιν άκουσα ευχόμενης y όποσάκις en Ps.­Je­
nofonte Ath. Resp. Ili 11 όποσάκις 8' επεχείρησαν α'ιρεϊσθαι τούς βελ­
τίστους . . . Εη estos semantemas transformativos cabe dudar entre
la interpretación de estos aoristos como puntuales o como neutros.
En un semantema no­transformativo, v. gr., en πολλάκις ένόσησα,
subsiste la misma doble posibilidad: 'estuve enfermo muchas veces'
o 'caí enfermo muchas veces': claramente initivo en Platón Apol. 18 C
έν ταύτη τη ήλικί<>: λέγοντες προς ύμας, έν ή άν μάλιστα έπιστεύσατε
('dabais crédito') παίδες βντες.
§ 145.—Una importante confirmación de la estructura de la opo­
sición aspectual tema de presente/tema de aoristo que hemos estable­
cido, nos es suministrada por el predominio del tema de aoristo en el
optativo y en el subjuntivo en la lengua homérica y en la koiné, es­
tudiado por P. Chantraine * y que consideramos como un fenómeno
de neutraUzación en § 172, donde se encontrarán los datos.
Chantraine da de este fenómeno una explicación histórica—la
anterioridad de la formación del tema de aoristo en gran número
de verbos—, que no nos interesa desde nuestro punto de vista es­
trictamente sincrónico, y una justificacióii estática: cuando se con­
sidera en el futuro un contenido verbal cuya realización se quiere
o se desea, es natural que la noción verbal sea considerada en sí
misma, sin calificaciones aspectuales, esto es, sin tener en cuenta
cómo va a ser el desarrollo de la acción. Se evita, pues, la notación
de valores aspectuales. Por consiguiente, el empleo preponderante
del aoristo sólo es explicable si el aoristo tiene un valor aspectual
neutro, de indiferencia a la notación de valores durativos y pun­
tuales. Tal valor neutro sólo se da en el término no caracterizado.
§ 146.—Los resultados obtenidos en este capítulo pueden resu­
mirse como sigue:
T e m a de p r e s e n t e y t e m a de a o r i s t o s o n t é r ­
m i n o s de u n a o p o s i c i ó n s i m p l e p r i v a t i v a , c u y a
n o c i ó n b á s i c a es la c o n s i d e r a c i ó n del c o n t e ­
n i d o v e r b a l en su d u r a c i ó n .
El t e m a de p r e s e n t e , c o m o t é r m i n o c a r a c t e ­
r i z a d o , e x p r e s a p o s i t i v a m e n t e la n o c i ó n b á s i c a .
El t e m a de a o r i s t o , c o m o t é r m i n o n o ­ c a r a c ­
t e r i z a d o , e x p r e s a l a p u n t u a l i d a d (valor negativo)
y la i n d i f e r e n c i a a l a s n o c i o n e s de d u r a c i ó n y
d e p u n t u a l i d a d (valor neutro).

(') "Remarques sur les rapports entre les modes et les aspects en grec"
BSL 40, 1939, p. 68 ss.

- 89 -
CAPITULO V

LA OPOSICIÓN TEMPORAL
F U T U R O / PRESENTE - PRETERITO

§ 147.—De las tres categorías temporales que establece la gra-


mática tradicional en el verbo griego (presente, pretérito y futuro),
la del futuro se diferencia de las otras dos tanto en la naturaleza
del significante como en la del significado.
Si prescindimos del aumento, que en Homero es de uso facul-
tativo y que, por consiguiente, no establece oposición de significan-
tes (aunque en la lengua posthomérica sí tiene función significante
como marca del pretérito), la oposición significativa presente/preté-
rito es expresada en principio por la oposición entre desinencias
personales primarias y secundarias: tipo <PÉPOUARI/Á-CPEPOV.
En el futuro, por el contrario, las desinencias personales no tie-
nen función distintiva, ya que las primarias son de uso general ^
Considerado estáticamente el futuro, que es una unidad significa-
tiva en el plano del significado, tiene dos morfemas: uno es la -a-
colocada inmediatamente antes de las desinencias personales con
vocal temática: tipo Xixrofxsv pxái^ojjiev; otro es el vocalismo con
acentuación especial de los llamados futuros "contractos": tipo
(j.evoü[j,ev, sXqíi;, <p6speí.
§ 148.—En cuanto al significado, hay que notar que la noción
de futuro es de orden distinto de las de presente y de pretérito.
Esta.5, en efecto, nacen de la memoria y de la reflexión acerca de
un acontecimiento real. En la noción de futuro, el contenido verbal
no es real, puesto que no se verifica ni se ha verificado en el m o -
mento en que se habla; no intervienen, pues, ni la memoria ni la
reflexión. La noción de futuro resulta de un movimiento de la v o -

(1) En pura consideración estática, el tipo épico Siiaero, P t Í j o s t o no da base


para admitir un futuro con desinencias secundarias, ya que ningún ejemplo
permite ver otra cosa que un imperfecto o un aoristo en el plano del significado.
Si, como parece probable, son antiguos pretéritos de desiderativos, la facultad
del futuro de formar presentes y pretéritos (o más precisamente: desiderativos
presentes y pretéritos) en una época prehistórica del griego probaría para esa
misma época la índole especial del futuro frente al grupo presente y pretérito,
en virtud de la ley de la no identidad de las oposiciones morfológicas que se
interfieren. Sobre este tipo morfológico vid. Schwyzer, Gr. Gram. I p. 788, con
bibliografía, y Chantraine, Grammaire homérique I, 1942, p. 417.

— 91 —
luntad: hay deseo o esperanza—más o menos segura—de que se
produzca la acción verbal. La noción de futuro tiene, por tanto,
un cierto carácter modal. Junto al llamado futuro "voluntativo" o
"desiderativo" (tipo Η 290 s. vüv μέν παυσώμεσθα μάχης καί δηιοτητος
σήμερον, ΰστερον αδτε μαχησόμεθα, Eurípides Andr. 1076 ά ά, τί
δράσεις, ώ γεραιέ;), al llamado "imperativo" (tipo Platón Ρί­οΛ 338 A
ας οδν ποιήσετε καί πείθεσβέ μοι) y al futuro "prospectivo" (tipo ξ 512 s.
ήώθέν γε τα σα ράκεα δνοπαλίξεις. ού γαρ πολλαί χλαϊναι), los preten­
didos futuros "puramente temporales" (tipo Safo fr. 1,22 Diehl, ai δέ
δώρα μή δέκεται, άλλα δώσει. Lisias X X I V 6 παίδες . . . οδπω είσΐν οί με
θεραπεύσουσι) ' difieren únicamente por el mayor o menor grado de
seguridad en cuanto a la realización de la acción verbal. Como esta
gradación no tiene expresión hngüística, es ajena al futuro, el carác­
ter fundamentalmente modal de la noción de futuro resulta evidente
(sin ser exactamente igual a las nociones de subjuntivo y optativo).
§ 149.—La función del futuro con relación a los otros dos tér­
minos del sistema de tiempos está bien definida: nunca un futuro
expresa, por su valor de "langue", indiferencia en cuanto a la
noción de futuro, de presente o de pretérito.
El tipo de fut. pro praet. de Eliano De natura animalium X V I 11
βάλλει (pres. hist.) γάρ τις αυτό βέλει πεφαρμαγμένφ καΐ άποκτείνας
αποκόψει τήν ούράν es una apHcación del futuro en la "parole",
condicionada psicológicamente por el contexto: desde el punto de
vista de la acción pretérita de βάλλει, la acción, también pretérita,
de αποκόψει es posterior, futura Exactamente la misma interpre­
tación psicológica tiene el futuro usado en lugar de un presente
general: Heródoto I 173, 5 ε'ιρομένου δέ ετέρου τόν πλησίον τίς εϊη,
καταλέξει έωυτόν μητρόθεν καί της μητρός άνανεμέεται τάς μητέρας
(vistas desde el tiempo de εϊρεσθαι, las acciones de καταλέγειν y άνα­
νέμεσθαι pertenecen al futuro) E n el llamado futuro "gnómico"
el valor puramente futuro de la forma parece claro: Aristóteles
Eth. Nicom. 1123 A 27 ó δέ μικροπρεπής περί πάντα ελλείψει καΐ τα
μέγιστα άναλώσας έν μικρφ τό καλόν άπoλεï:'en la definición del tipo
moral del μικροπρεττής la observación hecha se cumplirá también en
el futuro, tiene vahdez general*.
§ 150.—Esta unidad de valor del futuro invita a ver en él un
término caracterizado frente al presente y al pretérito.
El presente, ciertamente, aparece en ocasiones con sentido de
futuro, pero no siempre son las mismas las condiciones lingüísticas
de este empleo.
(1) Tomo el material y la clasificación de Schwyzer, Gr. Gram. II p. 290 ss.
{ή Schwyzer, Gr. Gram. II p. 293, con bibliografía. Cf. fr. Clovis se fit bap­
liser à Reims. Des ce moment une alliance va e χ i s t e r entre les rois de France
et les ¿vSques; ils se soutiendront en toutes circonstances, citado, sin in­
terpretación, por M. Regula, Grundlegung und Grundprobleme der Syntax,
1951, p. 130.
(') J. Wackernagel, Vorlesungen I p. 206 s.
(*) El pasaje fué señalado por Pohlenz a Wackernagel, ibidem, que cita
Plauto Mostellaria 1041 qui homo timidus erit in rebus dubiis, nauci non erit.

— 92 —
El llamado presente "profético" (tipo Esquilo Ag. 126 άγρεϊ
Πριάμου πόλιν &8ε κέλευθος) resulta de una realización psicológica
del valor propio del presente: la imaginación presenta como actual
un contenido verbal aún perteneciente al futuro. Es, pues, un fenó­
meno de la "parole".
El praes. pro fut. del tipo de Tucídides VI 9 1 , 3 και εΐ αδτη ή ΐΐόλις
ληφθήσεται, έχεται κκΐ ή πασα Σικελία está psicológicamente determi­
nado por el contexto, en el cual la condicional remite claramente a
un momento del futuro. Es, pues, también un fenómeno de "parole".
Los numerosos presentes usados como futuros (tipo ειμι, νέομαι,
δήω) no pueden ser explicados como realizaciones del valor de pre­
sente. Se ha pretendido que el sentido de futuro resulta en estos
presentes (como en eslavo) de su aspecto "confectivo" Pero esta
explicación tropieza con dificultades: el fenómeno no tiene en
griego la validez general que tiene en eslavo, y a que muchos pre­
sentes con las mismas características aspectuales que éstos siguen
siendo sólo presentes; deja sin explicar el valor futuro de εσται y
cret. τένται (si bien es un hecho diacrònico); el término final de la
acción, implícito en estos presentes transformativos, no se sitúa en
el futuro, sino en el mismo presente, como se ve en Γ 97 s. μάλιστα γαρ
άλγος ίκάνει θυμόν έμόν (cf. § 184 donde se precisa); quedaría por
resolver el problema de por qué el aoristo puntual quedó relegado
al pasado, mientras que estos presentes "confectivos" pasaron al
futuro ». A los ejemplos corrientemente citados podemos añadir:
Teocrito V 78 εΐα λέγ' εϊ τι λέγεις, Herondas VII 47 φέρ' εί φέρεις τι
(cf. Eurípides ΙΑ 817 δρςίγ'εϊτι δράσεις), Teocrito V 106 s. χάμίν έστι
κύων . . . δν τ φ παιδί δίδωμι ('daré').
§ 151.—En lo referente al pretérito, el tipo de aor. pro fut. de
Heródoto V i l i 102, 2 ήν καταστρέψηται . . . , σον το έργον, ώ δέσποτα,
γίνεται {praes. pro fut. condicionado por el contexto)* oí γαρ noi
δοϋλοι κατεργάσαντο 'la acción te será atribuida a ti, pues la habrán
reahzado (realizaron) tus siervos', está condicionado psicológicamente
por el contexto: se trata de una acción verbal futura, pero que resul­
ta pretérita en el momento del futuro desde el cual se la considera.
Una explicación semejante no es válida para el tipo Δ 160 ss. εϊ
περ γάρ τε καί αύτίκ' 'Ολύμπιος ούκ έτέλεσσεν έ'κ τε και οψέ τέλει, σύν
τε μεγάλω άπέτεισαν, donde no es apropiado traducir 'habrán pa­
gado' (como aoristo de anterioridad), sino sencillamente 'pagarán' ».
Este aor. pro fut. resulta, pues, de un valor de "langue" *.

(') Vid. bibliografía en Schwyzer, Gr. Gram. II p. 265, y, además, K. voa


Fritz, Word 5, 1949, p. 194.
{») Esta dificultad es reconocida por K. von Fritz, loe. cit.
(») Vid. J. Wackernagel, Vorlesungen 1 p. 177, que niega, con razón, que
en este último se trate de un aoristo de anterioridad. Schwyzer, Gr. Gram. II
páginas 282, 5, deriva este aoristo de un pretendido valor de anterioridad, del
que también procederían todos los usos intemporales del aoristo (en contra
vid. § 165).
(*) Es interesante observar que no se citan ejemplos semejantes de imper­
fecto en función de futuro, que serían de esperar dentro de la estructura del sis­

— 93 —
§ 152.—Nuestro análisis nos h á permitido determinar un valor
único para el futuro y una duplicidad de valores para el bloque de
presente-pretérito, siendo uno de ellos el neutro característico de
todo término no caracterizado, que puede ser empleado donde se
esperaría el término caracterizado.
Podemos, por consiguiente, establecer que e l f u t u r o s e
o p o n e , c o m o t é r m i n o c a r a c t e r i z a d o , al blo-
q u e p r e s e n t e - p r e t é r i t o , q u e es el t é r m i n o n o -
caracterizado ^
§ 153.—J. Holt partiendo de la clasificación tradicional de los
"tiempos" (presente, pretérito y futuro), establece a priori un sis-
tema de 3 términos, en cuya base supone una sola noción ("di-
mensión"): la expresión de los puntos de vista de que habla con
respecto a la acción verbal. Considerando los valores extensionales,
Holt identifica el futuro como término positivo, el pretérito como
negativo y el presente como neutro. Como ya señalamos § 44, Holt
comete un error de principio: en lugar de analizar los valores de
significación de las 3 unidades dadas por la gramática tradicional,
para ver si las 3 guardan relación con una misma noción básica,
acepta, sin más; que los 3 términos se integran en una misma opo-
sición o sistema temario. En todo caso, justo es advertir que su de-
finición del futuro como término positivo de ese sistema ternario
es un resultado idéntico al logrado por nosotros.

tema. Sin duda, esta peculiaridad está en relación con la neutralización per-
fecta de la oposición aspectual presente/aoristo en la posición de futuro, en la
cual se evita la notación de valores aspectuales (§ 171). El presente de indica-
tivo, por su valor neutro, y el aoristo, usado en su valor neutro, no repugnan
a su empleo en función de futuros, ya que no notan nociones durativas ni pun-
tuales. Por el contrario, el imperfecto, por notar el valor durativo, repugnaba
al carácter aspectual neutro del futuro.
{*) También F. R. Adrados, Estudios Clásicos I, 1950, p. 25, sugiere de
pasada que el futuro se opone, como término positivo, a los demás temas.
(·) Ettides p. 40 ss.

— 94
CAPITULO VI

LA OPOSICIÓN TEMPORAL PRESENTE / PRETERITO

§ 154.—La determinación de la estructura de la oposición tem-


poral presente/pretérito es sumamente difícil por la complicación
con que se presentan los datos del problema. E n la realización de la
"parole", cuyos datos clasifica la lingüística tradicional, se encuen-
tran tantos presentes con sentido de pretéritos o con sentido gene-
ral como pretéritos con sentido de presentes o también de tiempo
general. El análisis de estos datos puede depurar nuestros elemen-
tos de juicio y con ello permitirnos establecer la estructura de la
oposición en el sistema de la "langue".
§ 155.—J. Holt ' en su sistema temporal ternario hace del pre-
sente el término neutro: "II semble que la position naturelle du su-
jet parlant soit celle où il se trouve vis-à-vis des événements, de
sorte que ceux-ci et le sujet parlant sont simultanés; car dans cette
position on n'a aucun besoin d'un signal". Si aceptáramos la argu-
mentación de Holt, nos veríamos obligados a colocar el tiempo
presente en el término no marcado y el pretérito en el término
marcado de la oposición, como hace F. R. Adrados en su bosquejo
provisional del sistema de tiempos ».
Ahora bien, esta interpretación estructural descansa sobre una
base psicológica, no sobre el estudio de la significación de las cate-
gorías en cuestión, que es el único método susceptible de propor-
cionar datos auténtica y concretamente lingüísticos. Es bien sa-
bido—el mismo Holt insiste frecuentemente sobre ello—que hay
que evitar toda indentificación aprioristica de una categoría lógica
o psicológica con una categoría lingüística.
§ 156.—El valor propio del p r e s e n t e , según la definición
tradicional admitida por todos, es expresar contenidos verbales
presentes al "yo" cuando tiene lugar el acto de la palabra.
Esta presencia es, en el caso más simple, una presencia real y
objetiva, dada por la simultaneidad de los acontecimientos con el
acto de hablar o de escribir que les da expresión lingüística
( p r e s e n t e a c t u a l ) : así Z, 149 rouvoü[iaí ae, ávaocra, T e ó -

(1) Études p. 4íj.


(») Estudios Clásicos 1, 1950, p. 25.

— 95 —
crito I 135 (habla el mismo Dafnis) Δάφνις επεί θν^σκει, en defi­
xiones καταδέω 'yo hechizo'. Parva litas fr. 1 , 1 Kinkel "Ιλιον άείδω.
Del tema de perfecto: Ρ 264 βέβρυχεν μέγα κΰμα, Tucídides I 1 4 4 , 1
μάλλον πεφόβημαι τάς οικείας ημών αμαρτίας ή τάς τών πολεμίων
διανοίας. ΕΙ tipo Πλάτων λέγει en citas no puede ser considerado
presente real ' ni praes. pro perf. », sino que es, sin duda, un presente
intemporal (§ 157).
El presente no es un punto que separa el futuro del pasado:
gr. νυν, lat. nunc, esp. ahora se refieren a una porción de tiempo.
La razón de ello es psicológica. E n psicología experimental se llama
"presencia psíquica" ("psychische Prasenszeit") a la extensión de
tiempo que se percibe como actualmente presente a nuestra con­
ciencia psíquica: al oír las campanadas de un reloj, 3 ó 4 se nos
presentan como todas presentes a un mismo tiempo a nuestra
conciencia; pero 12 campanadas exceden la duración de la presen­
cia psíquica y, para representárnoslas, hemos de recurrir a la me­
moria ». O también: el "yo" se presenta a la conciencia en cada
momento como algo que ha sido poco antes y que ha de continuar
siendo*. Naturalmente, la duración real de la acción verbal no ha
de coincidir necesariamente con el tiempo de presencia psíquica,
sino que puede sobrepasarla, sin dejar por ello de ser considerado
como presente (así en el tipo Sófocles Ai. 20 κεϊνον γαρ, ούδέν' άλλον,
ίχνεύω πάλαι 'estoy buscando desde hace tiempo las huellas de
aquél'), lo que explica bien el p r e s e n t e h a b i t u a l (tipo
Semónides 7, 65 Diehlj αίεί δέ χαίτην έκτενισμένην φορεί).
§ 157.—Pero hay que tener en cuenta que el significado del
signo lingüístico no es la realidad objetiva, sino la representación
subjetiva de esa realidad. Es decir, son expresados como presentes
no sólo aquellos contenidos verbales que son real y objetivamente
presentes (esto es, que son expresados lingüísticamente al mismo
tiempo que son percibidos por el "yo"), sino también aquellos con­
tenidos verbales que psicológicamente aparecen come presentes al
"yo" en el momento de hablar, aunque en l a realidad externa no
exista esa simultaneidad. De aquí se derivan varias realizaciones
psicológicas del presente (§§ 158­161), todas las cuales se basan en
el hecho de que la posición natural, ingenua, del hablante es la de
situarse psicológicamente de cara a los acontecimientos, desinte­
resándose de su situación en la línea del tiempo.
§ 158.—En virtud de ese fenómeno psicológico, el presente es
usado para expresar contenidos verbales de carácter general que
(1) Contra Schwyzer, Gr. Gram. II p. 270.
(») Contra B rugmann­Thumb, Gr. Gram. ^ p. 557.
(») Stern en J. FrCbes, Tratado de Psicologia empirica y experimental,
trad. esp. j I, 1950, p. 394.
(*) Así E. Koschmieder, Zeitbezug und Sprache, 1929, p, 4: la continuidad
de la conciencia "wird erreicht dadurch, dass das Ich sich in jedem AugenbUck
ais den eben­gewesen und den sofort­sein­werdenden setzt . . . 'Ich bin' meint
eben stets: ich war eben und werde weiter sein". El tiempo presente es psicoló­
gicamente un puente extenso—^no un punto—entre el pretérito y el futuro.

- 96 -
no están ligados a situaciones de un tiempo determinado, como
ocurre en las máximas y sentencias ( p r e s e n t e g e n e r a l ) :
Hesíodo fr. 272 Rzach δώρα θεούς πείθει, δώρα αίδοίους βασιλήας,
Menandro Γνώμαι μονόστιχοι (FCG Meineke IV ρ. 340 ss.) 422 ó μή
δαρείς άνθρωπος ού παιδεύεται. Ε η el perfecto; επιχώριοι οδρον ϊσασιν,
Π 384 S. ώς δ' ύπο λαίλαπι πάσα κελαινή βέβριθε χθων ήματ' όπωρινίρ
§ 159.—También pueden ser expresados como presentes conte­
nidos verbales que, no habiendo tenido aún lugar, son presentados
al "yo" por la imaginación. Así se explica el presente "profético":
tipo Esquilo Ag. 125 ss. είπε τερί^ζων χρόνω μέν άγρεϊ Πριάμου
πόλιν άδε κέλευθος, NT Marcos 9 , 3 1 έλεγεν αύτοϊς δτι ó υιός τοϋ
άνθρωπου παραδίδοται είς χεϊρας ανθρώπων και άποκτενοϋσιν αυτόν.
Un fundamento psicológico similar tiene el presente llamado
"retórico": Eurípides Andr. 381 ώς, ήν θάνης σύ, παϊς δδ' έκφεύγει μόρον,
Tucídides VI 9 1 , 3 εί αυτη ή πόλις ληφθήσεται, έχεται καί ή πασα
Σικελία. La condicional remite a un tiempo futuro que psicológica­
mente es tomado como presente. Lo mismo Sucede en el perfecto,
el cual, por indicar la acción ya terminada, posee mayor expresi­
vidad: O 128 μαινόμενε, φρένας ήλέ, διέφθορας, Eurípides Or. 941 et
δέ δή κατακτενεϊτ' έμέ, è νόμος άνεϊται.
§ 160.—La denominación de "presente histórico" opera con un
concepto puramente empirico. Las interpretaciones dadas coinciden
todas » en admitir la intervención de un factor psicológico. En rea­
lidad, el presente histórico no es sino una de las realizaciones intem­
porales del presente, en la cual el tiempo pretérito a que ha de refe­
rirse el contenido verbal es dado por la situación o por el contexto
pretérito. Más adelante (§ 260) trataremos el problema de si en el
presente histórico hay una vivencia intensa de los acontecimientos
narrados o solamente una representación de conjunto de los mis­
mos. Notemos que, si bien raramente, existe un tipo de perfecto
enteramente paralelo al presente histórico (§ 256).
§ 161.—Prescindiendo de la clasificación empírica del presente
histórico en "expresivo" e "inexpresivo" (sobre la cual vid. §§ 247­
248), puede afirmarse que, en general, el uso del presente histórico
implica un desentenderse de lá distancia temporal entre el momento
presente y el acontecimiento narrado, al adoptar el "yo" la postura
natural de estar de cara a los contenidos verbales que expresa lin­
güísticamente. Si en Homero, en la fábula y también en el Monu­
mentum Ancyranum (tanto en el texto griego como en el latino) falta
el presente histórico, la causa está en que existe un interés por
recalcar la distancia temporal, por evitar cuidadosamente toda re­

(1) El llamado presente "potencial" (así Schwyzer, Gr. Gram. II p. 2" I.


siguiendo a Rodenbusch, IF 21, 1907, p. 119 s. y 22, 1907, p. 407 s.) del tipo
Sófocles Philoctetes 121 μνημονεύεις οδν ά σοι παρήνεσα; es un empleo de­
terminado no por el tiempo presente, sino por la estructura del sistema de
modos (el indicativo expresa una indiferencia modal, cf. § 33 n.).
(·) Véase, por ejemplo, bibliografía en K. Eriksson, Das Präsens historicum
in der nachklass. griech. Historiographie, 1943, ρ. 1. ss.

— 97 —
lación con la actualidad del oyente o del lector. El epos homérico
quiere narrar hechos pertenecientes al pasado lejano. Este distan­
ciamiento de lo actual es, sin duda, también buscado en el testa­
mento de Augusto. En cuanto a la fábula, es explicable la inten­
ción estilística de alejar de la realidad de lo presente el mundo
maravilloso e irrreal que describe
§ 162.—Así, pues, t o d o s l o s s e n t i d o s temporales
del presente son realizaciones psicológicas
en la " p a r o l e " de un ú n i c o v a l o r de presente
en el s i s t e m a de la " l a n g u e " .
La existencia del presente histórico no resulta de un determi­
nado sistema lingüístico en el cual sea un valor de "langue", sino
que, como fenómeno psicológico, es posible a priori en cualquier
época y en cualquier lengua que disponga de una forma gramatical
para la expresión del tiempo presenté. E n efecto, se atestigua en
las distintas lenguas indoeuropeas y nada impide admitir su exis­
tencia en el mismo indoeuropeo en la época en que disponía de un
presente como forma diferenciada del pretérito.
§ 163.—Propia del p r e t é r i t o (imperfecto, aoristo, plus­
cuamperfecto) es, según la definición tradicional, la expresión de
contenidos verbales pertenecientes al pasado.
Existen, no obstante, casos de imperfecto y de aoristo con sen­
tido de presente. N o s interesa determinar si este sentido de pre­
sente es solamente una realización en la "parole" del valor del
pretérito o si, por el contrario, ha de ser atribuido al sistema de la
"langue".
§ 164.—Los casos de imperfectos usados en lugar de presentes
no pueden ser aducidos como fenómenos de "langue". El tipo fre­
cuente γ 291 s. τάς μέν (se. νηας) Κρήτη έπέλασσεν, ήχι Κύδωνες έ'ναιον
ο Tucídides II 13, 7 τοϋ Φαληρικοϋ τείχους στάδιοι ήσαν πέντε καΐ
τριάκοντα πρός τον κύκλον τοϋ άστεως. Ε η estos ejemplos, el que
habla o escribe piensa en el tiempo pretérito de la narración y no
tiene en cuenta que lo dicho vale para el presente Es, pues, una
realización psicológica en la "parole" de un auténtico pretérito de
la "langue".
El otro tipo de imperfecto usado como presente, Hesíodo Op. 11
ούκ άρα μοΰνον έην Ερίδων γένος es igualmente una realización psi­
cológica en la "parole". Como justamente observa J. Wackernagel »,
ούκ άρα μοΰνον έην está por ούχ, ώσπερ πρότερον φόμην, μοϋνόν έστι.
Έ . γ. Como el que habla piensa en su opinión falsa anterior, por una

(>) Así H. Koller, Museum Helveticum 8, 1951, p. 88, para Homero y el


Monumentum Ancyranum. En lo referente al epos, se ha hecho notar que la
amplitud épica y la calma objetiva de la narración se oponen al empleo exci­
tado ("auferregt") del presente histórico (F. Sommer, Vergleichende Gramma­
txk der Schulsprachen, p. 61). El epos homérico no está escrito desde ningún
punto de vista particular (Eriksson, op. cit. p. 21). Sobre esta cuestión vid. tam­
bién § 263.
(») Wackernagel, Vorlesungen I p. 184 s.; Schwyzer, Gr. Gram. II p. 279 s_
(«) Ibidem ρ. 185.

_ 98 ­
atracción psicológica emplea el imperfecto. Similar es Sófocles
OC 117 (Coro) δρα. τίς άρ'ήν; ποϋ ναίει; donde el pretérito se justi­
fica psicológicamente porque el ξένος ha informado antes sobre
Edipo: '¿quién era el que decía nuestro explorador?'. N o obstante
ήεν tiene un valor intemporal, no explicable como realización de
"parole" en el símil homérico de O 271 ss., en el que coexiste con
aoristos intemporales (§ 165; cf. §§ 193 y 277).
§ 165.—El aoristo general (gnómico en sentido ampho) pre­
senta dos problemas, uno temporal y otro aspectual, de los que
ahora sólo tratamos el primero.
Descartando la exphcación tradicional del aoristo general (Franc­
ke) como resultado de una generalización (tipo Hesíodo Op. 240
πολλάκι καΐ ξύμπασα πόλις κακοϋ ανδρός άττηϋρα), ya que lo más co­
rriente es que falte toda palabra generahzadora (como 'muchos',
'muchas veces', 'cualquiera', negaciones *), la discusión se centra
en torno al problema de si el aoristo general es resultado de un valor
puramente preterital o, por el contrario, de un valor neutro de in­
diferencia al tiempo.
Delbrück ' sostiene que el aoristo general es, en reahdad, un
pretérito, con la única particularidad de que es pretérito con refe­
rencia a un presente que no es el del hablante, sino a un presente
supuesto. Así en el símil de Δ 141 ss. κείται δ'έν θαλάμ<ρ, πολέες
τέ μιν ήρήσαντο Ιτιπηες φορέειν, βασιλήϊ δέ κείται άγαλμα '(la obra de
arte) está en la alcoba; muchos desean llevarla; pero está como
ornato para el rey', el aoristo ήρήσαντο sería un pretérito con res­
pecto al presente βασιλήϊ δέ κείται: antes de que estuviese como
honor para el rey, muchos caballeros lo habían deseado. Esta ex­
phcación, inadmisible en otros símiles y que supone la existencia
de categorías gramaticales del tiempo relativo inexistentes en rea­
Udad en griego, es, como observa Wackernagel', totalmente in­
adecuada para el aoristo de las sentencias (tipo Hesíodo Op. 2 1 8
παθών δέ τε νήπιος Ιγνω) *.
La única solución viable es considerar que el aoristo general
representa un valor intemporal del aoristo, tanto en las γνώμαι
como en los símiles y en su uso para describir hechos o situaciones
típicas (Heródoto II 47,1 ήν τις ψαύση αυτών παριών ύός, αύτοϊσι τοϊσι
Ιματίοισι άπ'ών έβαψε έωυτόν βάς ές τόν ποταμόν). H a y que hacer
constar, con Wackernagel », que el aoristo coexiste con el presente
en estos empleos (Γ 23 s. ώστε λέων έχάρη μεγάλφ έπΙ σώματι κύρσας

(1) Cf. Wackernagel, ibidem p. 179.


(«) Vergi. Synt. II p. 302.
(») Vorlesungen I p. 180.
(*) Schwyzer, Gr. Gram. I p. 285, es un tanto ecléctico. Sigue sustancial­
mente a Delbrück al derivar los diferentes tipos de aoristo "general" del aoristo
que expresa un pasado inmediato, el cual aparecería en su pureza en el tipo
έγέλασα (§ 181). Pero este tipo, por su parte, resultaría de un valor originaria­
mente intemporal del aoristo. Por el contrario, en § 181 veremos cómo el tipo
έγέλασα es un pretérito sin nada de especial en cuanto al tiempo.
(») Vorlesungen 1 p. 180 s.

— 99 —
. . . πεινάων" μάλα γάρ τε κατεσθίει . . . , Α 218 δς κε θεοϊς έπιπείθηται,
μάλα τ'έκλυον αύτοΰ junto a έλέφας μυός ούκ άλεγίζει), Ιο que delata
la equivalencia temporal del aoristo con el presente, que aquí es
intemporal.
Así, pues, hemos de concluir: l a i n d i f e r e n c i a a l t i e m ­
po e x p r e s a d a por el a o r i s t o g e n e r a l es p r o p i a
d e l v a l o r del p r e t é r i t o en el s i s t e m a de la " l a n ­
g u e " y no u n a m e r a r e a l i z a c i ó n de su valor
pretérito.
§ 165.—También en el tema de presente, el uso de desinencias
secundarias en función de primarias (2.* sg. pres. ind. δίδως δάμνας
δμνυς φης junto a 1.» sg. δίδωμι, 3.» sg. δίδωσι, etc.; 2.» sg. pres. ind.
dorio άγες συρίσδες, chipriota Ιρπες; 3.» sg. lesbio τίθη ζεύγνυ, épico
δάμνα πίλνα δείκνυ ^) resulta de la indiferencia temporal de las formas
de pretérito.
§ 166.—Sobre la base del precedente análisis inductivo la in­
terpretación funcional de la oposición temporal/pretérito es clara.
E l p r e s e n t e , c o n v a l o r de " l a n g u e " b i e n d e ­
f i n i d o , es el t é r m i n o c a r a c t e r i z a d o de la o p o ­
s i c i ó n . El p r e t é r i t o , que r e s u l t a ser el t é r m i n o
no c a r a c t e r i z a d o , e x p r e s a el t i e m p o pasado
c o m o n e g a c i ó n d e l p r e s e n t e (valor negativo) y e x ­
p r e s a t a m b i é n la i n d i f e r e n c i a a e s t a distin­
c i ó n (valor neutro) ^
La realización de estos valores está presidida por una a n t i ­
n o m i a : presente y pretérito pueden ser usados como indiferen­
tes a la expresión del tiempo. Pero es necesario precisar. La indi­
ferencia del pretérito radica en el mismo sistema lingüístico, es
decir, en la estructura de la oposición de la cual es el término no
caracterizado: es, pues, un hecho de "langue". La indiferencia del
presenté es psicológica, radica en la naturaleza psicológica de la
noción de tiempo presente: es un hecho de "parole".

(>) Material en Schwyzer, Gr. Gram. I p. 659.


(») Es interesante llamar la atención sobre la perfecta coincidencia de este
análisis funcional sincrónico de la oposición temporal presente/pretérito con
los resultados del análisis genético de las desinencias personales "primarias"
y "secundarias" correspondientes. Las primarias ­ T I ­Tai (arcadio ­TOI), etc.,
han sido formadas sobre las secundarias respectivas mediante la adición de un
elemento caracterizado ­i, de valor deíctico 'hic, nunc*. El presente está,­pues,
positivamente caracterizado para expresar la presencia del contenido yerbal
al "yo" de la conciencia psicológica. Tal es el análisis de las desinencias activas
de R. Thurneysen, K Z 27, 1885, p. 173 ss. (secundado por otros), que es exten­
dido a las desinencias medias en mi artículo "Desinencias medias primarias
indoeuropeas sg. 1.» ­(m)ai, 2.» ­soi, 3.» ­(t)oi, pl. 3.* ­ntoi". Emerita 20, 1952,
páginas 8 ss., donde se da bibliografía y se tratan los problemas de detalle.

-— 100 —
CAPITULO VII

NEUTRALIZACIÓN DE LA OPOSICIÓN A S P E C T U A L
PRESENTE / AORISTO: VALOR ASPECTUAL NEUTRO
DEL PRESENTE DE INDICATIVO

§ 167.—La teoría de la neutralización de oposiciones morfoló-


gicas expuesta §§ 49-59 es de suma importancia para la determi-
nación del valor aspectual de algunas unidades del sistema verbal
del griego antiguo implicadas en la oposición aspectual presente/
aoristo. Examinamos en primer lugar la neutralización en las po-
siciones de tiempo futuro y de modo para abordar después un pro-
blema de capital importancia: la determinación del valor aspectual
del presente de indicativo. Tratamos de dar una aplicación y al
mismo tiempo una verificación de la teoría.
§ 168.—La realización de la oposición presente/aoristo en las
distintas posiciones de tiempos y de modos (prescindimos de las
formas nominales, indiferentes al tiempo y al modo, en las que,
por lo demás, nada anómalo ocurre) es bien visible en el gráfico
adjunto, confeccionado sobre la base puramente formal de los sig-
nificantes y de acuerdo con los resultados funcionales obtenidos
hasta ahora. El signo -\ indica el término caracterizado; el signo 0
es la indicación del término no caracterizado.

+ PRESENTE Í AORISTO

1. SUBJUNTIVO Xe;tt(0|J,EV XÍ7I(01J.EV


+ MODO
2. O P T A T I V O

+ FUTURO XeÍ(J(o|xcv

t-» NO MODO + PRESENTE Xeíttojjev


(-) NO F U T U R O
(-) P R E T E R I T O ¿XsÍTtouev eXÍTtoixEV

§ 169.—La oposición aspectual simple presente/aoristo, que se


interfiere con las demás oposiciones del sistema de tiempos y mo-
dos, no se realiza en la posición de tiempo futuro.

— LOI —
La explicación en el plano del significado (exigida en § 57, 4.°)
parece evidente y es semejante a la que hemos ya admitido para
los modos (§ 145, cf. §§ 172­176): cuando se considera en el futuro
un contenido verbal, interesa sólo la noción verbal en sí, sin de­
terminar sus caracteres aspectuales, ya que dicho contenido verbal
dista aún de su reahzación.
El archimorfema es en esta posición independiente de los mor­
femas respectivos de presente y de aoristo: fut. φανοϋμαι, pero
pres. φαίνομαι, aor. έφάνην ; fut. λήσομαι, pero pres. λανθάνω, aor. έλα­
èov ^. E n ciertas formas aparece alguna relación formal con el pre­
sente: fut. έξω y pres. έχω, fut. λείψω y pres. λείπω. En otras for­
mas la semejanza se establece con el aoristo: fut. σχήσω y aor. έσχον,
fut. φανήσομαι y aor. έφάνην.
§ 170.—Conviene llamar la atención sobre el hecho de que los
intentos de establecer una oposición aspectual presente/aoristo
dentro del futuro descansan sobre una base formal: la semejanza
del tema de futuro con el tema de presente o de aoristo, a la que
hemos aludido en § 169. Ahora bien, la existencia de la oposición
exige la presencia de los dos términos bien diferenciados también
en el plano del significante, circunstancia que, por ejemplo, en
φανοϋμαι/φανήσομαι sólo se da en los siglos V­IV a. C. · Pero, ade­
más, esta base formal es ilusoria: φανοϋμαι no tiene parecido con
el tema de presente φαίνομαι (que históricamente es una formación
con ­io­) más que con el aoristo. E n φανοϋμαι tenemos, pues, un
"archimorfema" independiente de los morfemas de presente y de
aoristo. En futuro Ιξω, λείψω, la coincidencia es casual, producida
por tener el presente el vocalismo e que también tiene el futuro
(cf. πείσομαι de πάσχω). En cuanto a φανήσομαι y σχήσω, si han de
ser consideradas como formaciones sobre el tema de aoristo (lo cual,
al menos para σχήσω, no es tan claro) hay que tener en cuenta que
el aoristo es el término no caracterizado de la oposición neutralizada
y que, por consiguiente, su aparición como arohimorfema es un fenó­
meno previsto que encajaría en el tipo­2 de neutralización (§ 54): el
aoristo aparece en la posición de neutralización en virtud de su valor
neutro. Lo mismo hay que decir del pretendido valor "aorístico" del
futuro medio­pasivo en ­θήσομαι por oposición al futuro en ­σομαι.
El método empírico, que se Umita a operar sólo con sentidos de
"parole", no permite llegar a ningún resultado seguro. Véanse las
contradicciones puestas de manifiesto por J. Wackernagel', que, lo
mismo que Schwyzer * no admite la existencia en el futuro de va­
lores aspectuales de presente o de aoristo.
(*) La independencia del significado del futuro es también visible en al­
gunos casos de supletivismo, como fut. βψομαι frente a pres. όράω y aor. είδον
(nótese que el perfecto βπωπα, que es neutro en cuanto a duración y puntualidad,
está formado sobre el mismo semantema que el futuro); fut. οϊσομαι frente a
pres. φέρω y aor. ήνεγκον.
(·) Vid. Wackernagel, Vorlesungen I p. 202 s.
(·) Ibidem.
(·) Gr. Gram. II p. 264 s.

— 102 —
§ 171.—La conclusión es evidente: e n l a p o s i c i ó n de
t i e m p o f u t u r o h a y n e u t r a l i z a c i ó n p e r f e c t a de
la o p o s i c i ó n a s p e c t u a l presente/aoristo. La
oposición no existe en absoluto. El "archimorfema" (tema de fu­
turo) es independiente de los morfemas de uno y otro término
(tema de presente y tema de aoristo).
§ 172.—Un tipo distinto de neutralización de la oposición as­
pectual presente/aoristo es el que existe en la posición de modo
(subjuntivo y optativo), al menos en la lengua homérica y en la
koiné, donde P. Chantraine y, antes, J. Humbert han podido com­
probar un gran predominio del t e m a de aoristo
Limitándonos al estudio minucioso realizado por Chantraine en
Homero, nos encontramos con un estado de cosas que puede resu­
mirse así:
En los verbos de sentido "déterminé", los modos están forma­
dos exclusivamente sobre el tema de aoristo o, si no sucede así, el
tema de presente aparece rarísimamente y siempre está justificado
por una intención expresiva: άκούση, άκούσαι, γένηται, γένοιτο, παύση,
παύσειε, μιγήης, μιγείην (pero el subj. pres. de Β 232 está motivado
por el interés en describir la acción subrayando su desarrollo: ήέ
γυναίκα νέην ϊνα μίσγεαι έν φιλότητι 'pour goûter l'amour dans ses
bras'). Por el contrario, en los verbos propiamente "duratifs" (re­
produzco la terminología de Chantraine) el tema de presente desem­
peña un papel esencial en los modos: el subjuntivo y el optativo de
ειμί 'ser' y de εΐμι 'ir' están ampliamente atestiguados; en la conju­
gación de φέρω, φέρη y φέροι son frecuentes y sólo se encuentran
6 ejemplos de aor. ένείκω y ένείκαι; lo mismo ocurre en πρήσσω en el
giro formulario πρήσσησιν όδοϊο (γ 476), πρήσσωμεν όδοϊο (Ω 264,
ο 47, 219) y διαπρήσσωσι κέλευθον φ 213), que significa 'caminar',
εΰδω 'dormir', que no tiene tema de aoristo; igualmente son m u y
frecuentes los presentes de subj. y opt. de μένω 'permanecer', en
tanto que del aoristo sólo se atestiguan Γ 52 μείνειας y Θ 536 μείνη
en el sentido "déterminé" de 'hacer frente'. La causa de este predo­
minio del tema de aoristo la explica Chantraine fácilmentei "Il est
naturel, lorsque l'on envisage dans l'avenir une action ou un état de
choses que l'on veut ou que l'on souhaite voir se produire, que la
notion verbale soit considérée en elle­même et que l'on n'ait pas
en vue le procès qui aboutit à cette réalisation."
§ 173.—Tres puntos pueden quedar y a definitivamente esta­
blecidos: 1.° La neutralización es imperfecta (no se reahza siempre,
cf. § 55). 2° Es del tipo 4, mixto: el archimorfema es el del término
caracterizado (presente) o el del término no caracterizado (aoristo),
según sea la naturaleza del semantema. 3.° La causa determinante
no es una incompatibilidad del valor de la unidad de posición de

(') P. Chantraine. "Remarques sur les rapports entre les modes et les
aspects en grec", BSL 40, 1939, p. 69 ss., que desarrolla para la koiné (con
datos de E. Mayser, Gramm. der griech. Papyri der Ptolomàerzeit II) y aplica a la
lengua homérica ideas de J. Humbert, Link I, 1938, p. 21 ss.

— 103 -
neutralización con el de uno de los términos de la oposición neu­
tralizable, sino una incompatibilidad (sólo relativa) con la oposi­
ción entera, cuya distinción o es imposible ρ carece de interés en
la posición de modo.
§ 174.—Precisando más lo expuesto en § 173:
Cuando el semantema es del tipo transformativo ( ~ "determiné"
de Chantraine grosso modo), el aoristo aparece como archimorfema
porque en él el valor neutro es fundamental, hasta el punto de que
el valor puntual (finitivo) carece de reheve y es difícilmente sepa­
rable del valor neutro: como vimos § 133 se destaca siempre la trans­
formación en sí.
Cuando el semantema es del tipo no­transformativo, el aoristo
es evitado como archimorfema, porque el valor puntual (initivo)
es un valor netamente aspectual y precisamente se trata de no
notar valores aspectuales. El uso del tema de presente como archi­
morfema se justifica porque su valor durativo está y a impHcito en
el carácter no­transformativo del semantema. Ésto es claro en el
caso de μένω descrito más arriba, cuyo sentido "permanecer' es
no­transformativo y en el cual el aor. μείντ) y μείνειας presentan un
valor netamente aspectual (puntual initivo: Θ 535 s. ε'ί κ'έμον εγχος
μείνϊ) έπερχόμενον 'si resiste' = 'comienza a permanecer firme').
Lo mismo en πρήσσω όδοϊο 'caminar', también claramente no­trans­
formativo. Por lo demás, el archimorfema de tema de presente se
expUca por sí solo en aquellos verbos que carecen de tema de aoristo,
como είμι 'ir' o εΰδω 'dormir', cualquiera que sea la naturaleza del
semantema. Sin duda, la misma exphcación es váhda para la apa­
rición en los modos del tema de presente de είμί 'ser' (no­transfor­
mativo) y tal vez para la de φέρω 'llevar, producir' (transformativo),
ya que, no pudiendo ser considerado el supletivismo (fenómeno de
vocabulario) como equivalente en principio a las oposiciones mor­
fológicas, είμί y φέρω son, en realidad, formas aisladas. La prueba
es que, por ejemplo, junto al subjuntivo y optativo de είμί, el aor. de
subjuntivo y optativo γέ^/ηταt, γένοιτο están abundantísimamente
atestiguados (cf. infra §§ 192­194). Si no h a y neutrahzación, no hay
oposición: la neutralización es, en efecto, un criterio funcional
seguro para establecer una oposición.
§ 175.—A los hechos descritos por Chantraine nos interesa aña­
dir uno más. Del verbo no­transformativo momentáneo άστράπτω
'relampaguear' (cf. § 143) sólo se atestigua en Homero el subjun­
tivo presente άστράπτη (Κ 5). Sin embargo, el archimorfema que se
esperaría sería el aoristo, el cual, en virtud de su valor puntual
(momentáneo), no modificaría el carácter puntual del semantema.
El subjuntivo presente de Κ 5 tiene, en efecto, una clara motiva­
ción expresiva en un símil: ώς δ' δτ'αν άστράτιτη πόσις "Ηρης ήϋκόμοιο,
τεύχων ή πολύν δμβρον άθέσφατον ήέ χάλαζαν ή νιφετόν . . . La falta
del aoristo άστράψη, άστράψαι no prueba evidentemente nada, pues
de un testimonio único no se puede sentar ninguna conclusión es­
tadística.

— 104 —
§ 176.—Resumiendo lo expuesto §§ 172-175: e n l a p o s i -
c i ó n d e m o d o (subjuntivo y optativo) h a y n e u t r a l i z a ^
c i ó n i m p e r f e c t a d e l t i p o m i x t o de la o p o s i c i ó n
a s p e c t u a l p r e s e n t e / a o r i s t o . El archimorfema está re-
presentado por el morfema del término no-caracterizado (tema de
aoristo) o por el término caracterizado (tema de presente) según
el sentido transformativo o no-transformativo de los semantemas^
verbales en que se reahza.
El número considerablemente superior de semantemas trans-
formativos es lo que puede justificar que se hable, en términos
generales, de un predominio del aoristo en los modos.
§ 177.—Con esto llegamos y a al problema capital: la neutrali-
zación de la oposición aspectual presente/aoristo en la posición de
tiempo presente, cuya solución nos permitirá determinar el valor
aspectual del p r e s e n t e d e i n d i c a t i v o .
Por no aplicar el método adecuado se ha hecho tradicional-
mente un planteamiento falso del problema: dando por seguro y
evidente que el presente de indicativo, por estar formado sobre el
tema de presente, tenía el valor aspectual propio de este tema, se
ha buscado únicamente la explicación para el hecho de que el ao-
risto no exista en el tiempo presente.
Tal posición descansa, además, sobre una base empírica in-
exacta: el pretendido valor durativo del presente de indicativo.
No sólo en el presente histórico, como veremos, esta forma no
tiene valor durativo, sino que en el mismo presente actual el
valor aspectual de esta unidad del sistema es n e u t r o , como
comprobaremos más adelante, confirmando así el postulado teórico
enunciado §§ 52 y 56 sobre el carácter n e u t r o de todo archi-
valor, en una oposición morfológica neutralizada.
§ 178.-r-Por lo que hace a la causa determinante de la neu-
trahzación, señalemos que Holt haciendo el planteamiento tra-
dicional de la cuestión, interpreta el hecho de que el aoristo sólo
aparezca en pretérito partiendo de un sistema aspectual de 3 tér-
minos (positivo : perfecto — negativo : presente — neutro : aoristo) y
de un sistema temporal también de 3 términos (positivo : futuro o
"prospectif" — negativo : pretérito o "improspectif" — neutro : pre-
sente o "neutrospectif"). Según Holt, el valor del aoristo es neutro
en cuanto a la expresión del término del proceso; para que se pueda
determinar que el término no se encuentra ni antes ni después del
proceso, puesto que es imposible hablar de un término aplicado a
un proceso futuro (.?), el proceso debe ser situado en el pretérito,
si ha de ser considerado como realizado, o en el presente. Ahora
bien—argumenta Holt—, puesto que el presente ("neutrospectif") es
neutro en cuanto a la diferencia entre futuro ("prospectif") y pre-
térito ("improspectif"), el presente presenta un carácter demasiado
indeciso para que se pueda encerrar en él un término del proceso.

(») Eludes p. 45.

— 105
Esta argumentación estructural no convence ni aun juzgada
desde el propio sistema de Holt. Si el aoristo es indiferente a la
noción de término del proceso, no hay razón para que sea incom­
patible con ninguno de los tres tiempos (el carácter neutro, la indi­
ferenciación aspectual, es posible en cualquier posición) y menos
en el tiempo presente, que también es temporalmente neutro, según
Holt, y que, por tanto, no debería repugnar a la realización de
ninguna de las tres categorías aspectuales. Por consiguiente, no
sólo la falta de un aoristo en el tiempo presente queda inexplicada
por Holt, sino que esa misma no existencia prueba la inexactitud
de su interpretación funcional ^
§ 179.—Dentro también de la línea tradicional, se ha dado como
causa de la no existencia de un aoristo en el tiempo presente la
imposibilidad de expresar como presente un contenido verbal pun­
tual. Así E. Koschmieder · considera que "acciones carentes de ex­
tensión temporal no pueden ser presentes" en el sentido que re­
gistramos § 156, puesto que no admiten el puente que conduce del
pasado al futuro.
Ultimamente Kurt von Fritz » recuerda la famosa paradoja de
Dionisio Crono "cuando señalaba que nunca podemos decir verda­
deramente 'la pelota toca el techo', sino solamente 'la pelota tocó
el techo', pues mientras lo decimos, la pelota ha dejado de tocar ei
techo" *.
§ 180.—Tal explicación es evidente y ha de ser considerada
como la causa que condiciona la neutrahzación.
Efectivamente, en la percepción y expresión del presente inter­
vienen 3 factores, que han de ser tenidos en cuenta:
1.° El "yo" de la conciencia psicológica se desplaza a lo largo
del tiempo acompañando a los procesos que percibe.
2.° E n un punto dado de esa Unea del tiempo, el presente no
es un punto solo (ni siquiera subjetivamente considerado), sino
una cierta extensión de tiempo ("tiempo de presencia psíquica" o
"psychische Prasenszeit" : no una sola campanada del reloj, sino
(^) No obstante, Holt, Études p. 18, contiene una observación interesante,
aunque hecha de un modo incidental: ". . . le thème de présent, lequel doit in­
diquer, au temps de présent, un procès 'aoristique' aussi bien qu'un procès"
^duratif, parce qu'il n'existe aucune forme pour le procès aoristique regardé
dans le présent; c'est le cas pour des verbes comme εϊμι 'aller', νέομαι "re­
tourner'". La admisión por Holt de presentes momentáneos (a propósito de
κράζω p. 29: "au présent le procès de faire un cri ou un mugissement désigne
qu'on fait un seul cri ou un seul mugissement") muestra que Holt no ha adver­
tido bien la neutralización como fenómeno del plano del significado.
{») E. Koschmieder, Zeitbezug und Sprache, 1929, p. 21. Cf. también E. Her­
mann, Nachrichten Gottingen, phil.­hist. Kl., 1943, p. 594.
(») Word 5, 1949, p. 194.
(*) Von Fritz, sin dar la cita de Dionisio Crono, se expresa asi: "we can
never truthfully say 'the ball touches the ceiling' but only 'the ball touched
the ceiling*; for, while we say it, the ball does not touch the ceiling any lon­
ger". Sin duda, von Fritz alude a Doxographi Graeci p. 320 b 5 Diels (proce­
dente de Estobeo Ecloge I 19) Διόδωρος 6 Κρόνος κεκινησθαι μέν τι, κινεϊσθαι 8έ
μηδέν.

— Ιθ6 —
tres o cuatro o cinco), como un puente extenso tendido entre el
pretérito y el futuro.
3.° Se tarda un cierto tiempo (aunque breve, sí mayor que la du­
ración objetiva de la acción momentánea) en formarse en nuestra con­
ciencia la noción verbal y en dar expresión lingüística a esa noción.
Se comprende, pues, que en el p r e s e n t e a c t u a l (§ 156),
que representa el valor propio del presente en su realización propia
y más natural, no puedan ser expresados contenidos verbales mo­
mentáneos.
§ 181.—Esta es la razón de que el tema de aoristo, que, en vir­
tud de su valor negativo, expresa un contenido verbal momentá­
neo (aoristo puntual : momentáneo, initivo o finitivo), no se realice
en el tiempo presente y aparezca siempre como pretérito en la di­
mensión temporal.
Una clara ilustración de esto es el tipo de aoristo mal llamado
aor. pro praes. abundantemente atestiguado en el diálogo por la
razón evidente de que en la conversación se da generalmente el
presente actual simultáneo a los acontecimientos.
E n los ejemplos de 2.» persona, la acción expresada pertenece
claramente al pasado en la conciencia psicológica del que habla,
que es la 1.» persona. Por ello los ejemplos no son m u y significa­
tivos: X 15 (Aquiles a Apolo, que le ha distanciado de los muros
de Troya) έβλαψάς μ'έκάεργε, Sófocles Ai. 270 τζως τοϋτ' έλεξιχς;
ού κάτοιδ' δπως λέγεις. Los ejemplos de 1.» persona no permiten
dudar sobre la realidad del fenómeno que estudiamos: Sófocles
Ph. 1314 ήσθην πατέρα τόν άμόν εύλογοϋντά σε. Esquilo Choeph. 887
ot ' γώ. ξυνηκα τοδπος έξ αινιγμάτων, Eurípides Cycl. 101 χαίρειν
προσεϊπα πρώτα τόν γεραίτατον, 266 ss. άπώμοσ' . . . μή τά σ'έξοδαν
έγώ ξένοισι χρήματα, Aristófanes Eq. 696 ήσθην άπειλαϊς, έγέλασα
ψολοκομπίαις.
Según Hermann S se trata de aoristos "ingresivos". Pero lo
cierto es que tenemos tanto aoristos initivos (έγέλασα de un no­
transformativo γελάω) como finitivos (ξυνήκα, άπώμοσα, προσεϊπα).
que pueden ser tal vez momentáneos por la pecuharidad de los se­
mantemas transformativos estudiada § 128.
En rigor, no se puede hablar de un uso de aoristo pro praesente ',
pues no es Ucito enjuiciar los hechos griegos desde el punto de vista
de su traducción a las lenguas modernas. El tipo έγέλασα es tem­
poralmente un pretérito normal, teniendo en cuenta que son preté­
ritos los contenidos verbales anteriores al presente psicológico, sin
que importe para su expresión gramatical como tales el tiempo
transcurrido. No tiene, pues, fundamento hablar (en la perspectiva
diacrónica) de pérdida del significado pretérito del aoristo ni atri­
buir este tipo a un antiquísimo uso intemporal del aoristo». Senci­

{') Art. cit. p. 608.


(») Cf. Schwyzer, Gr. Gram. II p. 285: "quasi­prasentische Verwendnng".
(») Así Schwyzer, Gr. Gram. II p. 285, que rechaza la otra posibilidad que
citamos.

— 107 —
llámente este empleo del aoristo es consustancial con su vaio
puntual.
En conclusión: l a n e u t r a l i z a c i ó n d e l a o p o s i c i ó n
a s p e c t u a l p r e s e n t e / a o r i s t o en la p o s i c i ó n de
t i e m p o p r e s e n t e e s t á c o n d i c i o n a d a por la i m -
p o s i b i l i d a d de q u e el a o r i s t o se r e a l i c e en el
tiempo presente.
§ 182.—Esta misma incompatibilidad entre aoristo y tiempo
presente explica que el archimorfema no esté representado por el
morfema del término no-caracterizado, que es el tema de aoristo,
sino por el del término caracterizado, que es el tema de presente.
Se trata, por consiguiente, de una m o t i v a c i ó n negativa
d e l a r c h i m o r f e m a . El tema de presente aparece como ar-
chimorfema no por expresar la duración (valor positivo), ya que el
archivalor siempre es neutro, sino por no expresar la momentaneidad
(valor negativo, propio del tema de aoristo).
La n e u t r a l i z a c i ó n e x i s t e n t e en el p r e s e n t e
d e i n d i c a t i v o e s p e r f e c t a (no conoce excepciones) y
p e r t e n e c e a l t i p o 3 (de los establecidos § 54).
§ 183.—En la comprobación empírica del valor neutro del pre-
sente de indicativo es de suma importancia distinguir el presente
actual (en el cual la presencia, real y objetiva, es dada por la si-
multaneidad de los acontecimientos con el acto de su expresión
lingüística) de las otras realizaciones psicológicas del presente (en las
cuales el contenido verbal es representado al "yo" de la conciencia
psicológica). En el presente actual, en el que el hablante va perci-
biendo las acciones verbales que expresa, hay una r e p r e s e n -
t a c i ó n e n v i v e n c i a que necesariamente incluye la dura-
ción. En los usos intemporales del presente puede haber una
r e p r e s e n t a c i ó n d e c o n j u n t o de la acción verbal, no
necesariamente en vivencia, del fluir de los fenómenos que acuden
al "yo" a impulsos de una imaginación excitada ^.
De aquí se deduce una importante consecuencia metodológica.
El sentido durativo (o bien conativo o iterativo, que son realiza-
ciones del durativo) de un presente actual no prueba que el valor
de "langue" del presente de indicativo sea durativo, puesto que esta
noción de insistencia en la duración puede proceder de esa cualidad
psicológica de la noción de presente. Por la misma razón es de es-
perar que en las reahzaciones no actuales del presente el valor
neutro aparezca con más nitidez, ya que en la representación de
conjunto de la acción verbal se puede considerar ésta bien en un
punto, bien en su duración, bien haciendo abstracción de toda cua-
lidad aspectual.

(') Corresponde a E. Hermann, art. cit. p. 601 ss., el haber fijado estos
conceptos. Diferimos de Hermann en que no limitamos por principio la repre-
sentación en vivencia ("Erlebnisschau") al tiempo presente; para Hermann
todos los contenidos verbales aparecen al "yo" en representación de conjunto
("Gesamtschau"). Cf. § 186 a propósito del praesens pro futuro.

— io8 —
§ 184.—Efectivamente, se pueden citar casos en que el pre­
sente actual aparece con un claro sentido durativo. Así π 432 s. τοϋ
νυν οίκον άτιμον έδεις ('estás comiendo'), μνάίγ ('estás pretendiendo')
δε γυναίκα, παϊδά τ'άποκτείνεις (conativo: 'estás intentando matar').
Aristófanes Nub. 224 s. (Estrepsíades:) πρώτον μέν 6 τι δρ^ς ('estás
haciendo'), άντιβολώ, κάτειπέ μοι :: (Sócrates:) άεροβατώ και περι­
φρονώ τον ήλιον ('estoy andando por el aire y especulando sobre
el sol'). Isócrates VI 12 ταύτην (sc. τήν δόξαν) πείθουσιν (conativo:
'persuadere student') ύμας άποβαλεϊν. Teocrito I 135 (habla Dafnis,
que se despide de la vida) Δάφνις έπεί θνφτκει 'está muriendo'.
Pero en el mismo presente actual se pueden citar ejemplos en
los cuales no hay insistencia en la idea de duración, si bien ésta esté
implicada en la noción temporal de presente. En el citado pasaje de
Aristófanes Nub. 224 s. sería un error manifiesto traducir άντιβολώ
('yo te suplico') por 'yo te estoy suplicando'. Ninguna insistencia
en la duración hay ibidem 133 τίς έσθ' ó κόψας τήν θύραν; '¿quién
es el que ha llamado a la puerta?'.
El valor neutro del presente de indicativo explica que desta­
quen los elementos semánticos secundarios procedentes del seman­
tema, de la situación, del contexto, como fenómenos de "parole".
Así en ψ 230 (Penelope a Ulises) νϋν . . . πείθεις δή μοι θυμόν
'ahora ya me convences' resalta la transformación en sí expresada
por el semantema, sin calificación aspectual, es decir, sin ser ca­
racterizada como durativa (caso de πείθουσιν conativo en el pasaje
de Isócrates c\id¡.ao supra) ni como puntual (en cuyo caso sería
έπεισας conforme a lo expuesto en § 181). Igualmente en o 260 ¿>
φίλ', έπεί σε θύοντα κιχάνω τώδ' ένΙ χώρφ 'pues que te encuentro, etc.',
mas en ningún modo 'te estoy encontrando'. Similar es Aristófa­
nes Fax 423 s. πρώτον δέ σοι δώρον δίδωμι τήνδ' (sc. χρυσίδα) 'te re­
galo esta copa de oro'.
El presente όράω no expresa la acción de 'contemplar', 'ver' de
un modo durativo, sino neutro. Elio explica que en determinadas
situaciones aparezca όράω donde un aoristo εϊδον estaría aspectual­
mente justificado. En Ω 352 ss. τύν δ' έξ άγχιμόλοιο ίδών έφράσσατο
κήρυξ Έρμείαν, ποτΙ δέ Πρίαμον φάτο φώνησέν τε' «φράζεο, Δαρδα­
νίδη" φραδέος νόου έργα τέτυκται. άνδρ' όρόω, τάχα δ'άμμε διαρραΐσεσ­
θαι όΐω (nótese ίδών όρόω) y en Jenofonte Anab. I 8, 26 καθορ^
βασιλέα . . . ειπών «τον άνδρα όρώ» ιετο έπ'αύτόν (nótese pres. hist,
καθορςί ~ όρώ), el presente όράω es considerado como equivalente
a aor. είδον por Schwyzer S siguiendo a Rodenbusch *, lo cual no
es exacto, ya que el presente no puede ser un puntuad. Pero t a m ­
poco es admisible la traducción por 'estoy viendo', adjudicando a
la forma un valor durativo, como propone Meltzer», puesto que no
hay insistencia alguna en el desarrollo de la contemplación. En
ambos pasajes lo único que destaca es el 'ver', el 'divisar', el 'repa­
id) Gr. Gram. II p, 259.
(η IF 22, 1907, p . 405.
(3) / ; · " 12, 1904, p. 354 s., especialmente 356.

— 109 —
rar en' pura y simplemente, que sólo es explicable por el valor a s ­
pectual neutro del presente de indicativo. E n efecto, si el valor as­
pectual del presente de indicativo en el sistema de la "langue"
fuera durativo, sería imposible la existencia en la "parole" de pre­
sentes con sentido "puntual" (Schwyzer habla de "rein konfektiver
Gebrauch griechischer Prásentien"), y a que durativo y puntual son
nociones contradictorias, de tal modo que una no puede resultar
de la realización de la otra. E s decir, ni siquiera habría apariencia
de sentido "puntual" (en realidad, es un sentido neutro en el que
destaca la consecución de la acción de 'ver').
§ 185.—Que el presente de indicativo no tiene valor durativo
es confirmado por una importante observación. Según B lass­De­
brunner el uso conativo es menos frecuente en el presente de in­
dicativo que en el imperfecto. Dada la mayor frecuencia del pre­
sente de indicativo, sería de esperar el fenómeno contrario. Esta
observación, que es aphcable a todo el griego antiguo*, deriva d e l
hecho de que el presente de indicativo no tiene valor durativo en
el sistema de la "langue".
§ 186.—Pasamos ahora a las realizaciones intemporales del pre­
sente de indicativo.
Propio de la naturaleza del presente general es expresar una
noción verbal en sí, en abstracto, sin notación de puntos de vista
aspectuales. Una sentencia como Hesíodo fr. 272 R. δώρα θεούς πείθει
no indica más que la acción desnuda de 'persuadir', que, por ser
un semantema transformativo, destaca la consecución de la trans­
formación. Lo mismo se ha de observar de ά χεΙρ τάν χείρα νίπτει 'una
mano lava a la otra'.
En lo referente al presente pro futuro, el pasaje de Pindaro
01. V i l i 41 ss. Ιννεπε . . . τέρας ευθύς 'Απόλλων* Πέργαμος άμφΐ τεαϊς,
ήρως, χερος έργασίαις άλίσκεται ('es tomada' ~ 'será tomada')" ώς
έμοί φάσμα λέγει Κρονίδα no es evidentemente de sentido durativo,
y a que resalta la noción pura y simple de 'conquistar'. E n el oráculo
deifico de Heródoto V I I 140, 2 οδτε γαρ ή κεφαλή μένει έμπεδον ούτε
το σώμα, οΰτε πόδες νέατοι οΰτ' ών χέρες, οΰτε τι μέσσης λείπεται, άλλ'
άζηλα πέλει' κατά γάρ μιν έρείπει τιΰρ τε κριΐ οξύς "Αρης el hecho de
que aparezcan μένει y πέλει, verbos de estado (desconocidos del
presente histórico) invita a admitir una representación en v i v e n ­
cia: la profetisa ve y vive los acontecimientos que anuncia. De ser
así el sentido durativo de μένει y de ττέλει, procedería no sólo del ca­
rácter no­transformativo del semantema, sino también de esa viven­
cia durativa de los fenómenosre presentados por la imaginación. Tal
suposición parece confirmada por el sentido claramente durativo de
κατά μιν έρείπει ττϋρ τε καΐ οξύς "Αρης, Συριηγενές άρμα διώκων.

(·) Grammatik des neutestamentlichen Griechisch,, 1949, p. 143 s.


{«) Vid., en efecto, los pocos ejemplos recogidos en Kühner­Gerth, Aus­
führliche Grammatik der griech. Sprache ^ II 1 p. 140 (muchos de ellos insegu­
ros), y en Stahl, K ritisch­historiche Syntax des griech. Verbums in der Mass.
Zeit p. 88 s., frente a la abundancia de imperfectos.

— lio —
Para el presente histórico remitimos al capítulo X , donde se
trata por extenso de la cuestión de su aspecto. Por ahora señalemos
que varios tratadistas le han atribuido un aspecto puntual ^ sin
advertir que este sentido es contradictorio con el durativo que
asignan por lo demás al presente de indicativo. Esto sólo bastaría
para aseguramos de que el valor del presente de indicativo n o
puede ser el durativo del tema de presente.
§ 187.—En conclusión:
No sólo consideraciones funcionales y psicológicas, sino también
el examen atento de los textos conducen a establecer que e 1
p r e s e n t e de i n d i c a t i v o es u n a u n i d a d de v a l o r
n e u t r o , i n d i f e r e n c i a d o , en c u a n t o a la o p o s i -
ción aspectual presente/aoristo.
§ 188.—El presente de indicativo presenta un notable parale-
lismo con el perfecto de indicativo, que admite las mismas realiza-
ciones temporales en cuanto presente que es (§§ 156-160). El per-
fecto es neutro en cuanto a la expresión de la duración o puntua-
lidad de la noción que expresa ("contenido verbal después de su
término"): no existe una oposición de ese tipo en su interior (§ 8 3 ) .
Esto sirve de confirmación de la parte central de nuestra tesis: no
es necesario que las formas que expresan el tiempo presente ten-
gan un valor aspectual durativo.
§ 189.—De lo expuesto se deriva un interesante corolario: E 1
p e r f e c t o de i n d i c a t i v o y el p r e s e n t e de i n d i c a -
tivo son u n i d a d e s que c o n s t i t u y e n una oposi-
c i ó n s i m p l e , es decir, que se oponen directamente únicamente
en lo referente a una noción básica. En efecto, no se oponen t e m -
poralmente, puesto que ambas son presentes. Por otra parte, y a
observamos que en el sistema aspectual

perfecto
presente / aoristo

el perfecto se opone al archivalor de la oposición presente/aoristo


(§§ 45, 91). Este archivalor es precisamente el expresado por el pre-
sente de indicativo, por estar en él neutralizada la oposición. Así
resulta que perfecto y presente de indicativo sólo se oponen en
cuanto a la noción básica de "consideración del contenido verbal
después de su término", expresada positivamente por el perfecto.

Excursus sobre el valor aspectual de (pr¡\LÍ, é<pr¡w.

§ 190.—Lo que ha podido justificar en cierto modo el asignar


tradicionalmente al presente de indicativo un valor durativo es el

(') Brugmann-Thumb, Blass-Debrunner, Schwyzer, Hermann, Brunel (la»


referencias en § 250 notas). Blass Debrunner, op. cit. p. 144, son los únicos en
observar cierta anomalia: "die Aktionsart wird t r o t z der präsentischea.
Form meist punktuell bleiben" (espaciado por mí).

— III —
hecho de que otras formas del mismo tema de presente (por ej era­
dlo, el imperfecto) poseen un indudable valor durativo. Por consi­
guiente, si se establece mediante un examen objetivo de los textos
que en un verbo determinado tal valor durativo no existe en el
imperfecto (y en las otras formas del tema de presente), habrá que
concluir que el presente de indicativo no tiene valor durativo.
Tal es el caso dé φημί.
Como es sabido, este presente tiene" a su lado un pretérito imper­
fecto έφην, que resulta no tener aspecto definido, si se examinan
los textos sin ideas preconcebidas. Desde luego, nadie ha podido
reconocer en έφην un sentido durativo único. Pero tampoco es
aceptable el sentido puntual que le asigna Mutzbauer pues no
es visible una insistencia en la momentaneidad de la acción de
'decir', ni en el punto inicial ('comenzó a decir') ni en el final ('ter­
minó de decir', 'logró decir'), aparte de que, si fuera puntual, el
tema φη­ no formaría un presente de indicativo, pues el tiempo
presente es incompatible con la noción de momentaneidad. El valor
aorístico que corrientemente se le atribuye (B rugmann que señala
el hecho de que X 280 ήτοι έφης γε aparece en un contexto de aoris­
tos; Wackernagel», que aduce el lema de los pitagóricos αυτός έφα
'él lo dijo', 'magister dixit'; A. Svensson *, A. Debrunner ») ha de
ser entendido no como puntual, sino como neutro. Como afirma
Schwyzer ·, έφην no tiene aspecto. Un detallado examen de los
textos puede encontrarse en la reciente monografía de H. Fournier
sobre los verbos de "decir" en griego antiguo Con un proceder
típicamente empírico, Fournier establece un aspecto aorístico de
έφην, φάτο en fórmulas de referencia y en incisos y un aspecto
durativo cuando rige infinitivo (así A 396 s. πολλάκι γάρ σεο . . .
άκουσα ευχόμενης δτ' έφησθα . . .), ambigüedad de sentidos de
"parole" que sólo es explicable si el valor de "langue" es neutro.
De aquí se sigue que no hay base en el pretérito έφην (ni en
las otras formas del tema) para asignar a φημί un valor durativo,
aun admitiendo que no existiese en el presente la neutrahzación
estudiada.
§ 191.—Una formación derivada, positivamente caracterizada
para la expresión del aspecto durativo (cf. §§ sobre el sufijo ­σκ­),
es φάσκειν, de la que Homero sólo conoce el imperfecto έφοισκον,
φάσκον. Las otras formas de este tema son áticas y aparecen fre­
cuentemente en tragedia y comedia. Pero es m u y significativo que
del presente de indicativo φάσκω, ­εις no existan testimonios segu­

(1) Die Grundlagen der griech. Tempuslehre II, 1909, p. 149.


(») B rugmann, Grundriss ^ II 3 p. 747.
(3) Vorlesungen l p. 173.
(*) A . Svensson, Ziim Gebrauch der erzählenden Tempora im Griechischen,
1930, p. 64.
(ä) Ciotta 25, 1937, p. 73 ss., 276.
{·) Gr. Gram. II p. 261.
(') Les verbes "dire" en grec ancien, 1946, p. 18 ss.

— 112 —
ros anteriores al siglo III a. C. ·. Evidentemente, la creación de
φάσκειν obedeció a lá necesidad de disponer de un durativo en aque­
llas posiciones en que ello era posible (pretérito, modos, formas no­
minales). Si no se formó el presente φάσκω, ­εις, fué porque el pre­
sente de indicativo, por ser posición de neutralización obligada, no
admitía otro valor aspectual que el neutro, y para este aspecto
neutro ya existía el antiguo presente φημί, φης. Por lo demás, sería
interesante investigar si, lo mismo que έφασκον responde a la nece­
sidad de crear un durativo, la creación de έφησα (testimonios desde
s. V ») responde a la de disponer de un puntual; la verdad es que,
por el sentido del semantema, tal determinación parece imposible.

Excursus sobre el valor aspectual de ειμί, ήν.


§ 192.—La gramática tradicional enseña la existencia de un
supletivismo pres. είναι, aor. γενέσθαι. Pero h a y serios motivos para
poner en duda el que esta oposición de vocabulario (que es lo que
se llama supletivismo) sea exactamente equivalente a una oposición
morfológica presente/aoristo (del tipo βασιλεύειν/βασιλεϋσαι o λείττειν/
λιπεϊν). Primeramente notemos que si el mencionado supletivismo
fuese auténtico, no existiría al lado del aor. γενέσθαι un presente
γίγνεσθαι formado sobre el mismo semantema conforme a una opo­
sición morfológica gramatical (cf. pres. τίκτειν/aor. τεκεϊν). E n se­
gundo lugar, perteneciendo είναι a un semantema no­transforma­
tivo, el valor del aoristo γενέσθαι, perteneciente a un semantema
transformativo, no se realiza precisamente como se esperaría en un
auténtico aoristo de είναι. En efecto, de είναι se esperaría en el
aoristo un sentido puntual ingresivo 'llegar a ser', 'devenir', que
efectivamente es expresado por γενέσθαι; pero el valor neutro de
γενέσθαι, que expresa la noción verbal transformativa de 'devenir'
con indiferencia a la expresión de la duración, no es el valor neutro
que se esperaría en un aoristo de είναι, el cual debería expresar la
noción verbal no­transformativa de 'ser' con indiferencia a la ex­
presión de la duración (como el tipo έβασίλευσε τρ. έτη). No hay,
por consiguiente, en είναι/γενέσθαι una oposición de valores aspec­
tuales igual a la de presente/aoristo. Esta operación morfológica es
de naturaleza simple, en tanto que εΤναι/γενέσθαι es una oposición
compleja: en ella hay una oposición de vocabulario entre los dos
semantemas (no­transformativo/transformativo) y en el interior del

(^) La observación se encuentra en Liddell­Scott,. En Esquines, Epistw­


lae X I 11 (aticistas, del s. II p. C , según Schwegler) φάσκουσι γάρ 8εϊν es varia
lectio en una crux (φάσκοντάς 8εϊν es conjetura de Markland, recogida por B lass
en el texto, que sugiere aceptar la otra varia lectio φάσκειν supliendo < ακούω
γάρ τινας 8εΐν > φάσκειν). En Alexis fr. 146,4 Kock φάσκομεν es conjetura
dudosa por πάσχομεν. Por fin, en Iseo VI 16 εϊ τις . . . φάσκει Reiske y Wysen,
seguidos por otros editores, conjeturan φάσκοι, aunque φάσκει puede ser conser­
vado. Ejemplos seguros pertenecen ya al s. III a. C. Vid. también Fournier,
op. cit. p. 37.
(>) Cf. H. Fournier, op. cit. p. 36.

— 113 —
término transformativo hay una oposición morfológica pres. γίγνεσ­
θαι/aor. γενέσθαι. Así, por su estructura, el sistema
εϊναι
γίγνεσθαι/γενέσθαι

es comparable al sistema tipo


η
dit
estudiado § 45.
El semantema de εϊναι, en cuyo interior no se establece la oposi­
ción morfológica presente/aoristo, se encuentra aislado. Se opone,
pues, al archivalor neutro de la oposición presente/aoristo esta­
blecida en el otro término dé la oposición de vocabulario. Esta con­
sideración funcional sería suficiente para asegurar que είναι (en
todas las posiciones en que se realiza) es neutro en cuanto a la o p o ­
sición aspectual presente/aoristo.
Lo mismo que φημί, si είμί ha sido incluido entre los temas de
píesente (cuyo valor aspectual es durativo), ha sido por formar
un presente de indicativo, tiempo del que carece el tema de aoristo.
Pero esta clasificación puramente formal no exige que είναι tenga
el valor durativo del tema de presente, pues el presente de indica­
tivo tiene valor aspectual neutro y la única condición necesaria
para que im tema se reahce en la posición de tiempo presente e s
que su valor no sea puntual.
§ 193.—Los textos confirman la conclusión funcional a que
hemos llegado.
Por ejemplo, en el pretérito, que es una posición en la que se rea­
liza con toda claridad la oposición aspectual presente/aoristo, ήν
presenta una obvia indiferencia a la expresión de la duración. Inte­
resante es el pasaje de Heródoto I 6 , 1 Κροίσος ήν Λυδος μέν γένος,
τταϊς δέ Άλυάττεω, τύραννος δέ έθνέων τών εντός "Αλυος ποταμού,
δς . . . έξίει (presente neutro habitual) . . . ές­τον Εδξεινον καλεόμενον
πόντον. 6, 2 οδτος ó Κροίσος . . . τούς μέν κατεστρέψατο . . . , τούς δέ
φίλους προσεποιήσατο. κατεστρέψατο μέν . . . , φίλους δέ προσεποιήσα­
το . . . 6, 3 προ δέ της Κροίσου αρχής πάντες Έλληνες ήσαν ελεύθεροι... .
ού κατιχστροφή έγένετο τών πολίων . . . 7 , 1 ή δέ ήγεμονίη οδτω περι­
ήλθε . . . 7 , 2 ήν Κανδαύλης, τον οί Έλληνες Μορσίλον όνομάζουσι
(pres. neutro habitual) τύραννος Σαρδίων, απόγονος δέ Αλκαίου τοΰ
Ήρακλέος. "Αγρών μέν γαρ . •. . πρώτος . . . βασιλεύς έγένετο Σαρδίων,
Κανδαύλης δέ . . . ΰστατος. 7, 3 οί δέ πρότερον "Αγρωνος βασίλευσαντες
(aoristo neutro) ταύτης της χώρης ήσαν απόγονοι Αυδοϋ του "Ατυος
άπ'δτευ δ δήμος Λύδιος εκλήθη ó πας οΰτος. Los imperfectos 6, 1 ήν,
6 , 3 ήσαν, 7, 3 ήσαν se encuentran en un contexto de aoristos n e u ­
tros que presentan los hechos en sí, escuetamente, sin cahficación
aspectual. Si bien Creso fué hdio durante toda su vida, Κροίσος
ήν Λυδος μέν γένος expresa el hecho en sí, sin insistir ni contemplar
su duración. La misma observación vale, por ejemplo, para Aris­

— 114 —
tófanes Ach. 45 ss. τίς άγορεύειν βούλεται; :: έγώ :: τίς ών; :: Άμφίθεος.
Ρ. Chantraine ' observa que en Homero "ήν est proche de l'aoriste"
(cf. § 194). Decisivo es que ήεν aparezca en 0 274 con valor intem­
poral junto a aoristos gnómicos, cuyo valor aspectual siempre es
neutro según veremos § 274; puesto que el griego no conoce un im­
perfecto intemporal, el uso intemporal de ήν (no explicable psicoló­
gicamente como en § 164) demuestra que el valor aspectual de ήν
no puede ser durativo; es necesario que sea neutro.
§ 194.—Una forma especialmente caracterizada para expresar
la duración es el imperfecto έσκον (Homero, Heródoto, Alceo), pa­
ralelo, por consiguiente, a (Ε­)φάσκον. Chantraine * estudia una serie
de pasajes homéricos en que έσκε es Claramente durativo, en opo­
sición a ήν, casi aorístico. Así ξ 222 τοϊος Ια έν πολέμφ" έργον δέ μοι
ού φίλον έσκεν 'voilà ce que je me suis montré au combat (como
neutro, equivalente a un aoristo "factivo"): mais je n'avais pas du
goût pour le travail des champs' (Chantraine). i 508 ίσκε τις ένθά­
δε μάντις άνήρ ήΟς τε μέγας τε 'vivía aquí' (habitual, resultante del
durativo). La forma έσκον, positivamente durativa, no se realiza
en el presente de indicativo, aspectualmente neutro. El parale­
lismo con (έ­)φάσκον es, pues, exacto en el estado de lengua de H o ­
mero y de Heródoto. E n ático no pervivió ni proliferò έσκον: sin
duda, el sentido durativo del semantema hacía menos necesaria la
creación de formas durativas en είμί que en el no durativo φημί.

(·) P. Chantraine, Grammaire homérique 1 p. 321.


(«) Ibidem p. 320 s.

— 115 —
CAPITULO VIII

LA CUESTI ÓN DE LAS OPOSI CI ONES ASPECTUALES EN EL


INTERIOR DEL T E M A DE PRESENTE

§ 195.—Las diversas formaciones de presentes del griego (y de


las lenguas indoeuropeas en general) han sido interpretadas desde
Delbrück ' como la expresión de nociones especiales de naturaleza
aspectual. Así, por ejemplo, B rugmann­Thumb · pretenden que los
presentes con sufijo ­σκ­ son "terminativos" y que los formados his­
tóricamente con ­i­ son "cursivos" (v. gr. κλαίω, χαίρω, βάλλω, βάζω,
μαίνομαι). Estas teorías—en las que hay mucho de hipotético—
están formuladas con un punto de vista genético, que nos dispensa
de toda discusión, ya que nosotros abordamos el problema del valor
aspectual de estas formaciones de presente con un punto de vista
puramente sincrónico, al tratar de establecer las oposiciones signi­
ficativas en que se estructura el sistema verbal del griego antiguo
dentro de los Hmites cronológicos que fijamos'.
§ 196.—Los hngüistas franceses han abordado este problema
con un criterio histórico y estático, tratando de demostrar que las
oposiciones entre presente simple y presente derivado en el plano
del significante (v. gr. πεύθομαι/ττυνθάνομαι, μένω/μίμνω, άνύω/άνύτω)
corresponden en el plano del significado a una oposición aspectual
"indéterminé/déterminé" que—entendiendo por "determiné" que el
acto indicado por el verbo llega a su término—sería equivalente a
la que Meillet * intentó establecer entre verbo simple y verbo com­
puesto con preverbio ».
Se ha reprochado a Meillet el haber alterado la definición de
esa oposición existente en eslavo (equivalente en reahdad a: abs­
tracto "los peces nadan "/concreto "ahí nada [ante mis ojos] un
gran pez") para luego aplicar al griego ese par de conceptos opues­

(1) B . Delbrück. Vergi. Synt. II p. 16 ss.


(') B rugmann­Thumb, Gr. Gram ^. p. 542 a. Cf. la breve visión panorámica
del problema en Schwyzer, Gr. Gram. II p. 260.
(') Naturalmente, no negamos el interés de la consideración histórica;
pero ésta debe operar con los resultados obtenidos en el análisis estático.
(«) Aperfu, p. 209 ss.
(·) Prévôt intentó extender esta oposición al aoristo ­6I)V/­Y¡V, sobre lo
cual vid. cap. IX.

— 117 ­­
tos de "con término" y "sin término" Si en la lingüística histórico-
comparativa ese proceder puede ser objeto de polémica, desde nues-
tro punto de vista, prescindiendo de toda referencia al eslavo, lo
único que nos interesa saber es si efectivamente las mencionadas
oposiciones de significantes en el presente corresponden a la pre-
tendida oposición de significados.
A. Debrunner se muestra escéptico en principio en cuanto a la
realidad de esa oposición por la diversidad de medios formales que
se atribuyen a su expresión Esta variedad de significantes n o
tiene en sí nada de extraño, si se tiene en cuenta el principio sen-
tado en § 19 y los 7 medios distintos con que cuenta el alemán,
por ejemplo, para la expresión del plural.
§ 197.—Más importancia tiene la imprecisión del concepto de
"determiné", que señala el mismo Debrunner » y a la que volvere-
mos a referirnos § 237 a propósito de los aoristos en -TJV y -6TJV.
Brunei, por ejemplo, al tratar de los compuestos, incluye dentro del
concepto de "determiné" la acción verbal cuyo término es tomado
en consideración *, pero también el resultado de la acción ».
Conviene precisar: la noción expresada sólo puede ser una en
el término caracterizado (y el "determiné" es considerado como
tal). O mejor: la noción básica que está en juego ha de ser una,
puesto que, según establecimos § 19, a una sola oposición de signi-
ficantes no puede corresponder más de una oposición de significa-
dos. Por otra parte, una simple consideración estructural muestra
del modo más claro que la noción básica de la oposición que se
establece en el interior del tema de presente no puede ser la de
resultado de la acción (o más exactamente la de contenido verbal
después de su término, que en los semantemas transformativos se
reahza como de resultado de la acción). Esta es, en efecto, expre-
sada por el perfecto y, en virtud de la ley de la no identidad de las
oposiciones que se interfieren (§ 40), no puede tener función distin-
tiva en el interior del presente ni del aoristo, que se oponen juntos
como término no caracterizado al término caracterizado que es el
perfecto ·.

(>) Vid. A. Debrunner, IF 58, 1942, p. 286 s. Cf. J. Brunei, BSL 4 2 .


1946, p. 58 s.
(») A. Debrunner, ibidem p. 286: "das Vertrauen wird nicht stärker, wenn
man liest, mit was für verschiedenen Mitteln diese Determination nach Brunei
ausgedrückt wird".
(») Ibidem.
(*) L'aspect verbal et l'emploi des préverbes en grec, particulièrement en
attigue. 1939, p. 3.
(») Op. cit. p. 16. Brunei pretende hallar la prueba en Platón Prot. 344 C-D,
donde xaraßaXXcu 'abattre' es explicado por xetfxevov icoiñ 'rendre gisant'.
Sin embargo, el pasaje de Platón no permite tal conclusión: xetjxsvov TTOITJAAI
indica la acción de 'derribar', n o su resultado. Cf. también H. Fournier, Les
verbes "dire" en grec ancien, Í9í6, p. 2: "ETPRJTAI 'c'est fixé, prescrit' est déter-
miné". Si ETP7)Tai expresa un resultado es porque es perfecto.
(·) Con una consideración semejante argüímos contra la tesis de Prévôt
sobre el aoristo en -TJV § 236.

— I l 8 —
§ 198.—En cuanto al examen de los textos, que siempre corre
el peligro de ser subjetivo y, por tanto, arbitrario, una considera­
ción metodológica parece obvia: puesto que los diversos temas de
presente han sido tradicionalmente considerados como una sola
unidad de significado, el onus probandi recae sobre quien intenta
romper esa unidad estableciendo oposiciones aspectuales en su in­
terior. Es decir, entre dos interpretaciones posibles, será preferible
la que mantenga la unidad aspectual del tema de presente.

I.—El tipo μίμνω/μένω.


§ 199.—En un conocido trabajo, J. Vendryes ' reunió los pre­
sentes temáticos provistos de redupUcación: τίκτω, γίγνομαι, πίτιτω,
ΐζω, ένίσπω, νίσσομαι, ϊσχω, μίμνω, ΐάχω e ίάλλω (este último, ade­
más, es históricamente una formación con sufijo). S c h w y z e r ' in­
cluye en este tipo ϊλλω, ίαύω y tal vez μίσγω. D e todos eUos limita­
mos nuestra indagación a los que coexisten en griego con un pre­
sente no reduphcado, de suerte que entre ellos h a y una oposición
de significantes. Quedan, por tanto, excluidos todos menos 3 .
Sobre νίσσομαι es difícil decidir: se discute sobre si genéticamente
es un futuro » o un presente reduphcado «. E n perspectiva pura­
mente sincrónica no es seguro que un aedo homérico sintiera el par
νίσσομαι/νέομαι como proporcional a μίμνω/μένω. La cuestión se com­
plica con el sentido futuro que frecuentemente tienen ambos pre­
sentes. Una norma de prudencia aconseja, por ello, prescindir de
νίσσομαι.
Por consiguiente, sólo los pares μίμνω/μένω e Ϊσχω/Ιχω pueden
ser objeto de estudio sincrónico.
§ 200.—El valor del tipo ϊσχω, μίμνω ha sido variamente defi­
nido. J. Vendryes » sostiene que ϊσχω, como μίμνω, "insiste particu­
lièrement sur le point de départ de l'action" (otros, como τίκτω,
γίγνομαι, sobre el término final) y concluye que tenían valor "per­
fectivo" o "puntual".
Para μίμνω la insistencia en el punto de partida parece bien pro­
bada por los ejemplos homéricos que aduce Vendryes. Mientras que
μένω significa fundamentalmente 'je suis en état d'arrêt ou d'at­
tente' (aplicado al combate: 'résister, tenir bon'), μίμνω significa
'je me mets à rester, je m'arrête' (aphcado al combate: 'affronter

(1) "Le type thématique à redoublement eu indoeuropéen" RPh 20, 1918,


p. 117 ss.
(') Schwyzer, Gr. Gram. I p. 690.
(») Así Meillet, BSL 27, 1927, p. 230, y también Chantraine, Gram. homé­
rique p. 441
.(*) Así últimamente Schwyzer, loc. cit., que hace notar que, según las ins­
cripciones jónicas, es ν&ιομαι (no νίσσομαι), lo que confirmaría que el grupo
­νσ­ es reciente y que ha sufrido ­el tratamiento de πδκϊα.
(') Art. cit. Vendryes entiende por tal un valor incluso puntual momentá­
neo. Cf. también Meillet­Vendryes, Traité de Grarnm. comparée des langues
classiques „ 1948. p. 235. Siguen a Vendryes F. Specht, K Z 62, 1934, p. 49, y
J. B runei, BSL 42. 1946, p. 65 s.

— 119 —
l'ennemi, s'apprêter à la parade ou à la riposte'): así P 721 μίμνομεν
οξύν "Αρηα παρ' άλλήλοισι μένοντες. Para ϊσχω los pasajes homéricos
aducidos por Vendryes distan de ser probativos de esa insistencia
sobre el punto inicial, y a que en todos ellos ϊσχειν no indica el co­
mienzo de έχειν, sino έχειν con cierta intensidad, 'retener' ».
Por otra parte, valor puramente puntual en estos presentes es
inadmisible «; l a noción de puntuahdad e s contradictoria con la
noción de aspecto durativo expresada por el tema de presente.
Presentes meramente puntuales no existen (un semantema pun­
tual se reahza como iterativo) y, además, no existirían en presente
de indicativo, y a que el tiempo presente es incompatible con el
aspecto puntual (§ 180).
Señalemos, además, que Vendryes no intenta exphcar por qué
en ese valor "perfectivo" (que ordinaria y naturalmente se refiere
al término final) es posible que, como en ϊσχω y en μίμνω, la for­
mación consista en el punto inicial ».
§ 201.—A. Debrunner * admite que los presentes reduplicados,
en general, tienen valor "iterativo" o "intensivo". Que presentes de
semantemas transformativos, como διδάσκω, γιγνώσκω, aparezcan
con sentido iterativo, no es más que el resultado de una reahzación
del valor durativo del tema de presente; no es, pues, base para

(*) En efecto: en 8 557 s. ( ^ ε 14 s. /­«^ ρ 143 s.) Καλυψοϋς, ή μιν (sc. Όδυσσήα)
άνάγκγι Ισχει es 'retiene', 'continúa teniendo' (no 'comienza a tener'); lo mismo
en Τ 139 ή Ά χ ι λ ή ' ϊσχωσι καΐ ούκ είώσι μάχεσθαι, en Ε 812 δέος μ' ίσχει,
Ν 223 s. πάντες γαρ έπιστάμεθα πτολεμίζειν, οΰτε τινά δέος ϊσχει, Ε 817 οδτε
•τί με δέος Ισχει άκήριον (cf. γ 123 σέβας μ'ϊχει) y en Ε 90 οΰτ' άρα έρκεα ϊσχει
(sc. ποταμόν). E n cuanto a O 456 s. ϊσχειν . . . ίππους, no es 'comenzar a suje­
tar', 'detener', sino 'retener', 'seguir teniendo' los caballos que en el verso 455
ya ha detenido Polidamante.
(») A decir verdad, no está suficientemente claro lo que Vendryes en­
tiende por puntual. En su memoria "Sur la valeur des présents grecs en ­άνω",
Festschrift Wackernagel, 1923, p. 265 ss. = Choix d'études linguistiques et celti­
ques, 1952, p. 138 ss. (por donde cito), dice p. 139: "Les présents de ce type sont,
en effet, des ponctuels [subrayado por Vendryes], c'e'st à dire que, tout en indi­
quant le développement d'un procès—ce qui est la valeur propre du présent—
ils impliquent la considération spéciale d'un moment du procès: ce sont des
présents ingressifs ('je me mets à...'), ou plus rarement, des présents terminatifs
('j'aboutis à...)". Esta concepción, que hace compatible el valor durativo del
presente con la expresión del término inicial o final, no está de acuerdo con la
expresada p. 144: "le présent en ­άνω présente, par opposition au présent sim­
ple, une sorte de rétrécissement de la durée. Ce n'est plus l'action continue qui
est considérée, c'est un point du développement de l'action, tenu pour important,
et généralement le point initial... Terminatif et ingressif sont tous deux des as­
pects ponctuels, opposés au duratif qui est l'aspect habituel du présent simple".
Esta última es la concepción con que en realidad opera Vendryes y que, por elle,
nos hemos detenido a examinar en el texto.
(») Sin duda, Chantraine advirtió esta incongruencia y, por ello, en su
Morphologie historique du grec, 1947, p. 247 s., sólo piensa en el término final
«A μένω 'rester' s'oppose μίμνω 'rester jusqu'au bout, attendre, attendre debout'».
(*) Mélanges Boisacq I, 1937, p. 261 ss. En realidad, Debrunner trata
especialmente del tipo γιγνώσκω, siguiendo a W. Porzig, IF. 45,1.927, p. 152 ss.
Pero él mismo lo aplica .al tipo μίμνω en IF 58, 1942, p. 286. Cf. también en el
mismo sentido Schwyzer (­Debrunner), Gr. Gram. II p. 260.

— 120 —
atribuir valor iterativo a la reduplicación (ni al sufijo). E n cuanto
al valor intensivo (que parece ser entendido como noción derivada
de la de iteración), es una noción m u y subjetiva que sólo puede
admitirse en última instancia y no en todos los ejemplos. Notemos
que Debrunner estudia el problema con un criterio histórico­
genético.
§ 202.—J. Holt ^, que hace de estas oposiciones internas
tema de presente un tipo de aspecto especial ("aspect dérivatif",
frente al sistema de perfecto, presente y aoristo, que sería "aspect
flexionnel") operando únicamente en el plano del significante y
apoyándose en la pretendida diferencia de los morfemas cree que
ϊσχω y μίμνω "présentent l'idée que le procès indiqué par eux ne
cédera jamais, ϊσχω peut être traduit 'je tiens et je ne lâcherai ja­
mais' et μίμνω 'je reste et je ne partirai jamais' ". Unas líneas más
arriba. Holt opina que "le sens de μίμνω est 'demeurer' etc elui de
μένω 'rester' ", en lo cual no se advierte diferencia alguna de
sentido.
Para establecer su teoría, Holt parte de una crítica de la inter­
pretación de Vendryes, en la que estima que la definición de este
tipo como "déterminé" es inadmisible, pues en su análisis estruc­
tural la indicación del término es la noción básica del sistema ter­
nario perfecto­presente­aoristo y precisamente el presente ha sido
definido en ese sistema como la indicación del proceso verbal sin
su término. De aquí concluye Holt que la definición de Vendryes
sería sólo adecuada dentro del aoristo o del perfecto. En rea­
lidad, esta crítica de la interpretación de Vendryes por ­Holt,
basada en criterios estructurales, descansa sobre premisas inadmi­
sibles: el análisis estructural de Holt, comprobadamente erróneo
(§§ 8 4 , 1 1 1 ) .
En lo referente a la propia interpretación de Holt señalemos:
1.° La interpretación del valor de ϊσχω y μίμνω está predeterminada
por su análisis estructural precedente, mas no se basa en un exa­
men atento de los textos. 2.° El valor que Holt atribuye a ϊσχω y
μίμνω no es compatible con muchos pasajes en que estos presentes
no significan 'retener siempre' o 'permanecer siempre' (vid. § 2 0 3 , 1 ) .
3.° No es lícito aducir para probar el valor de indiferencia del tér­
mino "negativo" έχω el aoristo έσχεν del pasaje Γ 16 ss., por la
simple razón de que la oposición ϊσχω/εχω es interior del tema de
presente.
§ 203.—Examinando los textos, encontramos en ϊσχω (usado

(1) Études p. 34 rs.


(^) El proceder de Holt es injustificado por dos razones: 1.» Las oposi­
ciones han de definirse en el plano del significado, ya que varios significantes
pueden ser portadores de un mismo significado. 2.» No se puede afirmar que
la reduplicación o la sufij ación en los temas de presente sean de naturaleza
distinta que la reduplicación en el aoristo o en el perfecto o la sufijación con ­σα
­θην en el aoristo o con ­κα en el perfecto. Lo único que justificaría la distin­
ción es la interferencia de las oposiciones, a condición de comprobar que sus
nociones básicas son diferentes.

— 121 —
•desde Homero en todo el griego) y en μίμνω (verbo poético usado
en Homero y la poesía dependiente de él) dos sentidos m u y
claros:
1.° Insistencia en el punto inicial, como v i o Vendryes. Además
de Ρ 721 (§ 200) citemos: Ζ 431 (Andromaca a Héctor:) άλλ' άγε νυν
έλέαιρε καΙ αύτοϋ μίμν'έπί ττύργω 'arrête­toi ici sur la tour, ne v a pas
plus loin' (Vendryes) == 'comienza a μένειν'.—De ϊσχω los siguientes
ejemplos son transparentes: Heródoto I 6 2 , 1 έξ Έρετρίης δέ όρμη­
θέντες (Pisístrato y los suyos) δια ενδεκάτου Ιτεος άπίκοντο οπίσω, καΐ
πρώτον της Αττικής ϊσχουσι Μαραθώνα, 'conquistan'='comienzan
a tener', no 'están', 'tienen' ( ~ 62, 2 ώς έσχε Μαραθώνα 'había
conquistado Maratón'). V 41, 3 ή δέ ώς έτεκε Δωριέα ίθέως ϊσχει
Λεωνίδην καΐ μετά τοϋτον Ιθέως ϊσχει Κλεόμβροτον, donde ϊσχει indica
claramente la adquisición, el comienzo de έχειν. También en ω 54
(Néstor:) ϊσχεσθ', Άργεϊοι, μή φεύγετε 'conteneos', 'deteneos' (cf. 49
ύ π ο δέ τρόμος έλλαβε πάντας Αχαιούς). Pindaro Pyth. X I 29 ϊσχει τε
γαρ δλβος ού μείονα φθόνον 'la fehcidad atrae una envidia no
menor'"
2.° Otros pasajes no pueden interpretarse según 1.°: Así Β 295 s.
ήμϊν δ' εϊνατός έστι περιτροπέων ένιαυτός ένθάδε μιμνόντεσσι. "ϊσχειν
e n cualquiera de los ejemplos registrados en § 201 n. 1. Con segu­
ridad hay que ver en este grupo un sentido intensivo, enfático;
V. gr., en μιμνόντεσσι de Β 296. Vendryes observa que hablando de
respeto Homero dice γ 123 σέβας μ'έχει, pero que hablando de miedo
emplea E 812 δέος μ' ϊσχει y que en Δ 302 ϊτπτους έχέμεν los caballos
están quietos, mientras que en O 456 ϊσχειν ϊττπους los caballos están
desbocados. Otras veces el matiz era, sin duda, cuestión de índole
muy subjetiva: M 133 (δρύες) αϊ τ' άνεμον μίμνουσι καί ύετον ήματα
πάντα, pero en O 620 (πέτρη) ή τε μένει λιγέων άνεμων λαιψηρά
κέλευθα.
§ 204.—Α partir de estos datos, que son datos de "parole",
hemos de establecer el sistema de la "langue".
Una consideración funcional puede sernos útil. El valor de ϊσχω
y de μίμνω destacará especialmente en el presente de indicativo,
que en el sistema de la "langue" tiene valor neutro en cuanto a la
expresión de la duración, en aquellos usos de los que está excluida
en la "parole" la duración dada por la presencia actual (§ 186).
Tal es el caso del presente histórico. De μίμνω, atestiguado sobre
todo en Homero, que no conoce el presente histórico, no tengo re­
gistrado ningún ejemplo. Pero como hilo conductor puede bastar
ϊσχω en los dos pasajes de Heródoto (citados § 203, 1.°), en los que
aparece como presente histórico. Además, V 92 β 1 ταύτην, Βακχια­
δέων γάρ ουδείς ήθελε γήμαι, ϊσχει Ήετίων ó 'Εχεκράτεος 'la toma
por esposa'. Es, pues, claro que estos presentes de indicativo tienen
el sentido ingresivo de 'comenzar a tener'.
Ahora bien, teniendo en cuenta que ϊσχω y μίμνω son seman­
temas no­transformativos y que, según § 1.31, el sentido ingresivo
puede ser una realización de la noción de término de la acción—que

122 —
en este tipo de semantemas es siempre el inicial—, podemos admi­
tir—a reserva de la debida comprobación—qtie el valor de "lan­
gue" del tipo ϊσχω, μίμνω comprende la expresión del término de
la acción verbal.
§ 205.—En efecto, en las posiciones en que el tema de presente
presenta su valor aspectual de expresión de la duración (e incluso
en el presente de indicativo cuando, v. gr., su empleo como actual
le comunica en la "parole" un sentido de duración), ϊσχω y μίμνω
expresan la acción verbal considerada en su término y en su dura­
ción. En representación gráfica:

Así μίμνειν significa 'comenzar a μένειν y continuar en la acción


de μένειν': Ρ 720 s. al το πάρος περ μίμνομεν (impf.) όξύν "Αρηα παρ'
άλλήλοισι μένοντες, en que μένοντες no hace más que subrayar pleo­
nàsticamente la duración posterior al término inicial expresada ya
por μίμνειν.
"Ισχειν significa propiamente 'comenzar a έχειν y continuar en
la acción de Ιχειν'. Un ejemplo significativo es, sin duda. Pla­
tón Theaet. 198 A ήν «ν βούληται τών επιστημών θηρεύειν καΐ λαβόντα
ϊσχειν 'adquirir y conservar', en que λαβόντα subraya pleonàstica­
mente el momento inicial de έχειν expresado por ϊσχειν.
El sentido del tipo 'comenzar a tener y continuar teniendo' con
que se realizan estas dos formaciones en las formas con valor o sen­
tido durativo envuelve un énfasis evidente, que explica perfecta­
mente bien el frecuente s e n t i d o i n t e n s i v o de las dos, que
hemos registrado en § 203, 2.° Este fenómeno tiene un luminoso
paralelo en los llamados perfectos intensivos, conforme a la inter­
pretación que hemos dado § 107 ^
Resulta, por consiguiente, que l o s s e n t i d o s c o n que
a p a r e c e n ϊσχω y μίμνω s o n r e a l i z a c i o n e s , e n l a s
d i f e r e n t e s p o s i c i o n e s d e l tema'*, d e presente,
de un ú n i c o v a l o r de " l a n g u e " : consideración
de la a c c i ó n v e r b a l c o n su t é r m i n o .
§ 206.—Esta unidad de valor conduce a admitir que ϊσχω y
μίμνω son el término caracterizado de la oposición, como parece
natural a primera vista, y a que en el plano del significante y e n el
del significado contienen la adición de un elemento nuevo caracte­
rizador respecto a los presentes radicales Ιχω y μένω.
Estos, como término no caracterizado, han d? presentar un
valor negativo: la acción no considerada con su término—para lo
que no es necesario aducir ejemplos—y un valor neutro de indife­
rencia a la noción básica (expresada positivamente por el término
caracterizado), que en ciertas condiciones de la "parole" le per­

(>) Esta identidad de sentidos en la "parole" (los valores de "langue"


son distintos) puede explicar la no existencia de perfectos antiguos de ί χ ω y
de μένω; ϊσχηκα y μεμένηκα son del s. IV a. C. (cf. § 96).

— 123 —
mitirá ser utilizado en lugar del término caracterizado, cuando no
interese notar positivamente la noción de éste. Así Λ 269 s. ώς
δ'δτ'αν ώδίνουσαν έχη βέλος οξύ γυναίκα, δριμύ, τό τε προίεΐσι μογοσ­
τόκοι Είλείθυιαι (donde objetivamente se esperaría, además, la ex­
presión del momento inicial en que el βέλος penetra), λ 219 σάρκας τε
καΐ όστέα ίνες έχουσιν (donde ϊσχουσι 'retienen' expresaría positiva­
mente la idea del esfuerzo). Esquilo Eum. 677 μένω δ'άκουσαι πώς
άγων κριθήσεται. También O 620 (πέτρη) . . . μένει κτλ. (citado
§ 203, 2.°).
§ 207.—Que la noción básica de la oposición no es la simple
expresión (puíitual) del término lo prueba el hecho de que se rea­
hce dentro del tema de presente durativo, noción contradictoria
con la de puntuahdad. La noción básica de la oposición ha de ser,
pues, definida como la expresión de la acción verbal con su término.
Cuando la acción verbal es expresada en su duración, ϊσχειν y μίμνειν
destacan por igual el término inicial y la duración. Cuando la dura­
ción no es expresada (caso del presente de indicativo, cuando la
reahzación en la "parole" no le provee de duración), lo que destaca
únicamente es el comienzo de la acción.
§ 208.—Esto explica bien por qué esta oposición no se realiza
en el aoristo ni en el perfecto. Ni uno ni otro expresan la duración.
Si se realizara esta oposición en el aoristo, sólo destacaría el tér­
mino (inicial en los dos verbos en cuestión), que y a es expresado
por el simple aoristo; como los dos términos de la oposición expre­
sarían la misma noción, ambos se confundirían en el plano del sig­
nificado y la oposición no existiría. Un razonamiento análogo es
aplicable al perfecto.
No obstante, conviene llamar la atención sobre el hecho de que
la noción básica de estos presentes reduplicados ("acción con su
término") es sustancialmente diferente de la del perfecto ("acción
después de su término"): en semantemas transformativos, la del
perfecto se realiza como "resultado de la acción", en tanto que la
de estos presentes sé reahzaría como "acción con su término final";
en los semantemas no­transformativos, la coincidencia sería apa­
rente (cf. § 205 n.).
§ 209.—En conclusión:
E l t i p o μίμνω/μένω c o n s t i t u y e u n a oposición
c u y a n o c i ó n b á s i c a es la e x p r e s i ó n del c o n t e ­
n i d o v e r b a l c o n s u t é r m i n o , μίμνω e s e l t é r m i n o
c a r a c t e r i z a d o de la o p o s i c i ó n .
Esta oposición ha de ser considerada como oposición gramatical
en el sentido explicado § 22: es estrictamente proporcional a ϊσχω/
ίχω. Es, evidentemente, una oposición de muy poco rendimiento.
De ahí su tendencia a desaparecer: en la lengua de la prosa ya sólo
existe ϊσχω/έχω, que, siendo una oposición aislada (no proporcional),
ha de ser clasificada como oposición de vocabulario.

124 —
2.—El tipo πυνθάνομαι/πεύθομαι.

§ 210.—Al estudio dei valor aspectual de los presentes griegos


en ­άνω ha dedicado también Vendryes un estudio en el que llega
a la conclusión de que tales formaciones presentan la acción no en
su desarrollo—valor propio de los presentes n o derivados—, sino
en un punto, bien el inicial, bien el final.
A (¿ferencia de lo que ocurre en el tipo μίμνω/μένω, este tipo
en ­άνω fué una formación viva a lo largo de toda la historia dei
griego antiguo: un presente πανθάνω (por πάσχω) se atestigua por
vez primera en el Etymologicum Magnum.
Vendryes construye su tesis sobre dos argumentos principales;
según el primero, el imperfecto de estos presentes en ­άνω tendría
valor de aoristo; el segundo consiste en el examen de los casos en
que al lado de un presente de este tipo existe un presente simple
con valor durativo. Examinemos uno tras otro ambos argumentos.
§ 211.—Sobre la existencia de pretéritos de presentes en ­άνω
con valor de aoristos (que Vendryes entiende como puntual) es
oportuno recordar las prevenciones metódicas hechas sobre la sub­
jetividad de la elección de un tema de presente o de un tema de
aoristo para notar un mismo proceso de la realidad objetiva.
En A 24 ούκ Άτρεΐδη ήνδανε θυμφ 'cela ne plut pas à l'Atride', una
traducción por imperfecto es igualmente posible. E n Κ 372 έγχος
άφηκεν, εκών 8'ήμάρτ«νε φωτός, donde la asociación del aoristo
άφηκεν no prueba nada, el adjetivo εκών 'intencionadamente' revela
el sentido conativo del imperfecto, que no es sino una reahzación
del valor durativo (§ 142). Lo mismo vale para χ 330 ίτ' αοιδός
άλύσκανε κήρα μέλαιναν, que, según el propio Vendryes, "marque
l'effort". E n ξ 230 ss. είνάκις άνδράσιν άρξα καί ώκυτιόροισι νέεσσιν
άνδρας ές αλλοδαπούς, καί μοι μάλα τύγχανε πολλά" τών έξαιρεύμην
(¡imperfecto!) μενοεικέα, πολλά δ'όπίσσω λάγχανον, tanto έτύγχανεν
("qui a un sens nettement ponctuel", según V.), como λάγχανον son
claramente iterativos: en cada una de las 9 expediciones se hacía la
distribución del botín '; ahora bien, el sentido iterativo no es un
mero compromiso entre el puntual y el durativo, como pretende V.,

(*j "Sur la valeur des présents grecs en ­άνω" Festschrift Wackernagel,


1923, p. 265 ss. = Choix d'études linguistiques et celtiques, 1952, p. 138 ss., por
donde citamos. Β. Delbrück, Vergi. Synt. II p. 57 s., había pensado, siguiendo
a Thurneysen, en un aspecto próximo al de perfecto, en lo que no ha sido se­
guido. F. B . J. Kuiper, Die indogermanischen Nasalpràsentia, 1937, p. 203 ss.,
se suma a Vendryes. A. Debrunner, IF 58, 1942, p. 287, escéptico en general
en cuanto a estas distinciones aspectuales, se muestra propicio a aceptar que
los presentes en ­άνω tienen un valor aspectual semejante, si no igual, al que
pretende Vendryes. J. B runel, BSL 42, 1946, p. 65, siguiendo la tesis de Ven­
dryes, admite que en algún caso como άλυσκάνω, Ισχάνω e ίζάνω el sufijo ­άνω
"ne paraît nullement permettre d'insister d'avantage sur le résultat du pro­
cès, mais plutôt noter une situation durable".
(») En la prestigiosa traducción de L. Segala, Obras completas de Homero,
Barcelona 1927, Montaner y Simón, p. 417, este pasaje es así: "Ya antes que
los aqueos pusieran el pie en Troya, había capitaneado nueve veces hombres

— 125 —
sino que en estos casos ha de ser exphcado simplemente como una
realización del imperfecto en semantemas transformativos, sin ne­
cesidad de que sean puntuales (§ 143). Vendryes admite el valor
durativo en algunos pasajes como Ψ 741 s. Ιξ δ'άρα μέτρα χάνδανεν.
Los textos, como se ve, no autorizan a admitir un valor puntual,
ni ingresivo ni terminativo, para presentes como λαγχάνω, άμαρτάνω,
τυγχάνω que no tienen a su lado un presente simple con el cual
formen pareja. Este examen puramente empírico ha permitido con­
firmar la estructura del sistema de aspectos, anteriormente esta­
blecida.
§ 212.—En los presentes en ­άνω que forman pares con presen­
tes no derivados, el pretendido valor puntual no es más claro.
Examinemos algunos ejemplos:
— άζάνομαι/άζομαι: Hesíodo Theog. 98 s. εί γάρ τις καΐ πένθος εχων
νεοκηδέϊ θυμφ άζηται 'si quelqu'un se désèche de chagrin'. En hymn.
hom. Aphrod. 269 ss. άλλ' δτε κεν δή Μοϊρα παρεστήκη θανάτοιο,
άζάνεται μέν πρώτον έπΙ χθονί δένδρεα καλά, φλοιός δ'άμφιπεριφθνύ­
θει, πίπτουσι δ'άπ' δζοι, τών δέ θ'όμοϋ ψυχή λείπει φάος ήελίοιο, la
traducción ingresiva de άζάνεται 'je me mets à sécher' no está jus­
tificada por nada. En francés, J. Humbert traduce: " . . . on les
voit sécher sur le sol ces beaux arbres; l'écorce dépérit tout autour
du tronc et les branches tombent" ». La acción de άζάνεται 'se
secan' (transformativa) es descrita con más precisión en el verso
siguiente. El final, la muerte, es referida en el v. 273; pero de
esto no se puede inferir sentido ingresivo para άζάνεται.
— έρυγγάνω/έρεύγομαι: en Eurípides Cycl. 523 (el Cíclope:) έρυγ­
γάνω γοϋν αυτόν ήδέως έγώ, el presente έρυγγάνω no es 'je me mets
à vomir', sino un presente durativo: después de que Ulises le
ha dicho que B aco ( = " v i n o " en el equívoco) es el dios más
grande para disfrutar de la vida (522 μέγιστος άνθρώποισιν εις
τέρψιν βίου), el Cíclope responde: "Al menos yo lo estoy eruc­
tando con mucho gusto."
•— έρυκάνω/έρύκω: en κ 429 Εύρύλοχος δέ μοι οιος έρύκανε πάντας
εταίρους no está claro que έρύκανε sea "un imparfait à valeur
ponctuelle". Simplemente, Euríloco 'retenía' a sus camaradas,
les 'impedía' (con idea durativa de esfuerzo) ir al palacio de
Circe. El sentido durativo es bien visible en α 198 s. χαλεποί δέ
μιν άνδρες Ιχουσιν άγριοι, οί που κεινον έρυκανόωσ' άέκοντα (nótese
άέκοντα 'contra su voluntad').
— κευθάνω/κεύθω: el hapax έκεύθανον de Γ 453 ού μέν γάρ φιλότητί
γ' έκεύθανον εϊ τις ϊδοιτο 'si alguien lo hubiera visto, y o no lo

y naves de ligero andar contra extranjeras gentes, y todas las cosas l l e g a ­


b a η a mis manos en gran abundancia. De ellas me reservaba las más agra­
dables y luego me t o c a b a n muchas por suerte".
{*) Τεύχω significa 'hacer, fabricar'; τυγχάνω estaba aislado.
(») Homère, Hymnes, 1937, Col. B ude. Segala: "sécanse primero los hermo­
sos árboles sobre la tierra, marchítase la corteza alrededor del tronco, caen las
ramas".

— 126 —
hubiera ocultado', como transformativo, es equivalente al sim­
ple κεύθω, también transformativo, 'ocultar' I 313 δς χ'έτερον
μέν κεύθγ) ένΙ φρεσΙν, άλλο δέ εϊτητ). Los pasajes, a decir verdad, n o
son muy claros. Pero si se admite para κεύθω el sentido no­tfans­
formativo de 'tener oculto', como pretende Vendryes, esa misma
traducción es aplicable a κευθάνω ».
— αύξάνω/αδξω: en Esquilo Pers. 754 ss. λέγουσι . . . πατρφον δλβον
ουδέν αύξάνειν, Vendryes ve en αύξάνειν un ingresivo: Jerjes ni
siquiera tomó la iniciativa para aumentar la potencia de su p a ­
dre. En realidad, siendo αυξάνω un transformativo, lo mismo
que αδξω, el presente αύξάνειν durativo se realiza como conativo
"no intentaba aumentar", interpretación simple y natural.
Brunel, que se adhiere a la tesis de Vendryes *, traduce Aristó­
fanes Vesp. 637 s. ώστ'Ιγωγ' ηύξανόμην άκούων 'de sorte que j e
me sentáis grandir à l'entendre', como un imperfecto claramente
durativo en el que todo valor puntual sería ilusorio.
— ττυνθάνομαι/πεύθομαι: ninguna diferencia de sentido aspectual se
aprecia entre α 156 s. αύτάρ Τηλέμαχος προσέφη γλαυκώπιν Ά θ ή ­
νην, άγχι σχών κεφαλήν ίνα μή πευθοίαθ' οί άλλοι 'para que no se
enteraran los demás' y β 314 s. νϋνδ'δτε δή μέγας είμΙ και άλλων
μΰθον άκούων ττύνθανομαι, claramente durativo, del semantema
transformativo 'enterarse', 'informarse'. Todo esto invita a ver
un imperfecto durativo en ν 256 τιυνθανόμην Ιθάκης γε καΐ έν
Κρήτη εύρείη, que está fuera de todo contexto claro y que nada
impide entender como durativo (frente a Vendryes, que ve en
él un puntual).
En conclusión: el examen atento y sin prejuicio de los textos n o
permite captar ninguna diferencia aspectual entre los presentes en
­άνω y los presentes simples correspondientes.
§ 213.—Que los textos no permitan establecer un valor p u n ­
tual en presentes aislados como λαγχάνω o άμαρτάνω se exphca bien
por la estructura del sistema. Si ήμάρτανε fuera puntual, no sólo
sería incapaz de formar un presente de indicativo, sino que, ade­
más, no se distinguiría del aoristo ήμαρτε. En tal caso no habría
oposición de significados y no sería posible la existencia de un
puntual ni de un durativo.
§ 214.—Si existiera una oposición ττυνθάνομαι/πεύθομαι, no h a y
duda de que ττυνθάνομαι sería el término caracterizado (como tal
está implícito en Vendryes). Ahora bien, la inmensa mayoría
de los presentes simples a los que se opone un presente en ­άνω »
pertenecen a semantemas transformativos; sólo unos pocos son de
semantemas no­transformativos: κλάζω 'chillar' (κλαγγάνω Sófo­
cles, ­αίνω Esquilo; sobre el semantema vid. § 94), έρύκω (έρυκάνω
§ 212; la noción verbal de 'retener' es no­transformativa, ya que

O Notemos que έκεύθανον, frente a κυνθάνω de Hesiquio y frente al tipo


corriente con infijo, es sospechoso. Se ha intentado enmendarlo en Ικευθον Sv.
(·) L'aspect verbal etc. p. 6 s.
(») Pueden verse en Schwyzer, Gr. Gram. I p. 699 s.

— 127 —
cuando cesa, no deja resultado; έρύκω carece, en efecto, de per­
fecto) Κ
Sin duda, en un verbo transformativo, en el que destaca por sí
sola en algunas posiciones la noción de la transformación final ·,
es difícil analizar la noción de término final estableciendo una dife­
rencia, por ejemplo, entre πεύθομαι y τιυνθάνομαι. Por ello los pre­
sentes en ­άνω formados sobre semantemas no­transformativos per­
mitirán comprobar la supuesta existencia de una noción de tér­
mino, y a que ésta se realizará en ellos como de término inicial.
E n Sófocles fr. 959, 4 Pearson (Νύση) δπου τίς δρνις ούχΙ κλαγγάνει;
descriptivo, nada se opone a ver en κλαγγάνει un presente pura­
mente durativo; antes bien, tal traducción es necesaria». En E s ­
íjuilo Eum. 131 s. δναρ διώκεις θήρα, κλαγγαίνεις δ'άπερ κύων μέριμναν
οδποτ' έκλείπων 7:όνου 'en sueños persigues a la bestia y chillas como
un perro...', el sentido puramente durativo de κλαγγαίνεις está
fuera de duda. Observemos que siendo ambos ejemplos presentes
de indicativo, neutros en cuanto al aspecto, la noción de término
hubiera podido reahzarse netamente (cf. § 184). E n cuanto aέρuκάvω
y ­ανάω (variante épica), los dos pasajes homéricos citados § 212
(los otros testimonios son y a de la época imperial), no permiten ver
otra cosa que durativos.
§ 215.—La conclusión a que llegamos es clara:
No hay base para e s t a b l e c e r una oposición
de s i g n i f i c a d o s en la o p o s i c i ó n de significan­
t e s d e l t i p o τιυνθάνομαι/πεύθομαι.
Esta conclusión es corroborada por la formación de un presente
como πανθάνω (tardío, § 210) realizada sobre el aoristo έπαθον. Esta
observación, que es válida para la mayoría del tipo ­άνω (tanto
formaciones aisladas λαγχάνω/έλαχον como en pares antiguos ττυνθά­
νομαι/έπυθόμην O modernos φυγγάνω desde Esquilo/Ιφυγον, έρυγγάνω
ático, Hipócrates /ήρυγον también ático, κυνθάνω Hesiquio/&tueov
Homero, πανθάνω Etym. M. /Ιπαθον, δαγκάνω Herodiano/Ιδακον), re­
vela que el sufijo ­άνω era sentido simplemente como un medio de
formar temas de presente (término caracterizado) sobre temas de
aoristo (término no caracterizado).
La identidad de significado entre presente derivado y presente
simple exphca que la lengua tendiese a conservar sólo uno de ellos:
V. gr. ττυνθάνομαι, λανθάνω. Esta eliminación sería difícil de compren­
der si τυυνθάνομαι/πεύθομαι hubiera sido una oposición aspectual, ya
que, dada la gran vitahdad del tipo ­άνω hasta tiempos tardíos y los
numerosos pares existentes, la oposición tendría un gran rendimiento.

(') El presente euSávet en Llcofrón Alexandra 1354 es corregido por Kin­


kel en ¿vSaúsi, tomado del Etymologicum Magnum.
(') La existencia de ingresivos en este tipo de semantemas es imposible.
(») Pearson ad loc.: "Nysa resounds with the voices of all kinds of singing
birds". No se trata, pues, de un ingresivo. En Ichneutae 308 jtXayYáEvsi es
seguro; pero el pasaje carece de contexto, por estar mutilado el papiro, y no
permite análisis aspectual.

— 128 —
Que el tipo en ­άνω no se diferenciaba aspectualmente del pre­
sente simple correspondiente, lo confirma ίσχάνω (desde Homero),
que presenta los mismos sentidos establecidos para ϊσχω: es ingre­
sivo en Apolonio Rodio I 901 s. τύνη δ'έμέθεν πέρι θυμόν άρείω ϊσχανβ,
pero es intensivo 'retener' en Ξ 387 δέος Ϊσχάνει άνδρας, hymn..horn.
Dionys. 13 τον δ'ούκ ϊσχανε δεσμά.
* * *

3 . — S o b r e el valor aspectual de los presentes en ­θω, ­τω, ­κω, κτλ.

§ 216.—Los lingüistas franceses, continuando la línea iniciada


por Vendryes en los dos tipos que ya hemos estudiado y en el
4 (§§ 220 ss.), han tratado de descubrir un valor aspectual "déter­
miné" en una serie de tipos de presente formados con sufijos cons­
tituidos por una oclusiva ^
En los pares atestiguados, que son los que pueden ser conside­
rados en nuestro estudio sincrónico, la pretendida diferencia no
resulta fácil de establecer.
Así, de στένω 'gemir', no­transformativo (muy claro aspectual­
mente en Sófocles Ai. 674 s. δεινών δ'άημα τινευμάτων έκοίμισε στέ­
νοντα ττόντον) el derivado στενάχω · no presenta diferencia de sen­
tido aspectual (Sófocles El. 141 άεΐ στενάχουσα διόλλυσαι), a pesar
de que sería bien visible la noción ingresiva que resultaría de la
supuesta noción de término.
En άνύτω/άνύω no existe tampoco una oposición tal. B runel*
pretende que άνύω significa 'se dépêcher', 'darse prisa', frente al
cual άνύτω significaría 'achever', 'terminar, acabar'. N o obstante,
άνύω, que desde antiguo tiene el sentido de 'terminar', conserva en
ático ese valor, incluso en frases como Aristófanes Plut. 413 άλλ'άνυε
πράττων έν γέ τι 'acaba de una vez y haz cualquier cosa' *. Muy
claro es Demóstenes X X Ï 104 ώς δ'ούδέν ήνυε τούτοις . . . ' y como no
obtenía nada con eso', donde el sentido 'apresurarse', 'darse prisa',
sería absurdo. Notemos, además, que el semantema 'darse prisa'
sería no­transformativo y que, por tanto, άνύτω debería ser no ter­
minativo, sino ingresivo (o acaso intensivo).
Άρύω 'sacar agua' equivale completamente a άρύτω (ático y
άρυτήμενοι en Alceo fr. 100 D i e h l , ) .
§ 217.—Los pares del tipo τε>ϊέθω/τελέω, que han sido primero
estudiados por Chantraine presentan empleos que invitan a refle­

(*) Así P. Chantraine, "Les verbes grecs en ­θω" Mélanges Vendryes,


1925, p. 93 ss., Α. MeUlet, "A propos de έρύκω, τμήγω, κτλ" BSL 26,1925, p. 1 ss.
y "Grec ϊρχομαι" MSL 23, 1929, p. 249 ss. Cf. J. B runei, L'aspect verbal etc.
p. 4 ss., BSL 42, 1946, p. 58 ss.
(') Evidentemente ­αχ­ es una mera variante combinatoria de ­χ­, lo
mismo que ­εθ­ (τελέθω) y ­αθ­ (άμυνάθω) lo son de ­Θ­.
(») B runei, L'aspect verbal etc. p. 4 s.
(«) Van Daele en la edición de Coulon, en B ude, traduce: "mais finis­en de
faire au moins quelque chose".
(·) Art. cit.

— 129 —
xionar. Por ejemplo, en Esquilo Sept. 433 φλέγει δέ λαμπάς διά
χερών ώπλισμένη 'une torche flambante orne sa main', φλέγει es
claramente durativo; en Σ 210 s. άμα δ'ήελίω καταδύντι πυρσοί τε
φλεγέθουσι έπήτριμοι, ύψόσε δ'αύγή γίγνεται 'al ponerse el sol, las­
antorchas se encienden' (ingresivo), si bien no está excluida la po­
sibihdad de entenderlo como simplemente durativo 'arden' (con­
fróntese § 124, 7 sobre el aparente sentido ingresivo de έ'κειντο y
otros). E n otros casos no se capta ninguna diferencia de sentido
aspectual si se aplica rigurosamente—como es necesario—la noción
de terminativo. Β 52 ol μέν έκήρυσσον, τοί δ' ήγείροντο μάλ'ώκα 'se
reunían de prisa' equivale aspectualmente a Β 303 s. δτ'ές Αυλίδα
νήες Αχαιών ήγερέθοντο 'cuando acudían a Aulls a reunirse las naves
de los Aqueos', donde es innecesario traducir 'estaban reunidas'
(nótese ές Αυλίδα, indicando movimiento), con un valor que en rea­
lidad corresponde al perfecto. Esta misma observación es aplicable
a I 467 πολλοί δέ σύες θαλέθοντες αλοιφή 'florecientes de grasa', como
durativo.
§ 218.—Con razones convincentes E. B enveniste ' ha demos­
trado que los presentes en ­θω son intransitivos y de valor medio
en cuanto a la voz, con o sin desinencias medias; los presentes sim­
ples correspondientes son transitivos o intransitivos. Las oposicio­
nes son claras: τελέω 'reahzar, acabar'/τελέθω 'ser realizado'; φλέγω
generalmente transitivo 'quemar', 'hacer arder'/φλεγέθω 'arder';
θάλλω 'crecer'/θαλέθω 'estar en flor'; άγείρω 'reunir'/ήγερέθομαι,
siempre en voz media, 'reunirse' ». Ahora bien, esta oposición no
es de naturaleza aspectual.
§ 219.—Ν o p a r e c e , pues, haber base segura
para establecer una oposición aspectual en
l o s p a r e s d e p r e s e n t e s d e l t i p o στένω/στενάχω, τελέω/
τελέθω, κτλ.
* * *

4·—Sobre el valor aspectual de los presentes en ­σκω y de los pretéritos


llamados "iterativos" jónicos.

§ 220.—El sufijo ­σκω (del que ­ίσκω ha de ser considerado


como mera variante combinatoria), al que Vendryes atribuye tam­
bién valor puntual incoativo », aparece en varios tipos de oposi­
ciones.
En uno de ellos ­σκω (solo o acompañado de reduplicación) sirve
para caracterizar al presente en el plano del significante frente a
un aoristo no caracterizado (de acuerdo, por lo demás, con la es­
tructura de la oposición en el plano del significado): γι­γνώ­σκω
(epirota γνώ­σκω) frente a aor. έ'γνων, pres. εύρίσκω/aor. εδρον.

(1) Origines de la formation de noms en i.­e. I, 1935, p. 193 ss.


(») La traducción 'être rassemblé', que toma B enveniste de Chantraine,
no es exigida por los textos.
P) Mélanges S. Lévi p. 177 (citado por el mismo Vendryes, Choix... p. 140).

— 130 —
pres. λάσκω (* λακ­σκω): aor. έλακον. Como el presente es único, sin
ninguna oposición en su interior, su valor no puede ser otro que el
puramente durativo, conforme también a lo que hemos establecido
empíricamente para los presentes aislados en ­άνω (§ 211). Estas
oposiciones son inutilizables para determinar en pura sincronía el
posible valor aspectual del sufijo ­σκω.
§ 221.—Si el sufijo ­σκω tiene un valor aspectual especial, éste
ha de resultar visible en pares como γηράσκω/γηράω. Los pares de
este tipo son pocos. A γηράσκω/γηράω hay que sumar ήβάσκω/ήβάω,
γενειάσκω/γενειάω y στερίσκω στερίσκομαι/στερέω στέρομαι
El estudio de γηράσκω/γηράω es sumamente instructivo. El pre­
sente γηράω es una creación del s. IV a. C , cuyo primer testimonio
es Jenofonte Cyr. IV 1, 15 ήν μέν τοίνυν, έπεί εύτυχουμεν, σωφρόνως
διαφυλάττωμεν αυτήν, ϊσως δυναίμεθ'άν ακινδύνως εύδαιμονοϋντες γηράν.
ΕΙ sentido transformativo de 'envejecer' que tiene en este pasaje
es el que también aparece en los otros testimonios: Aristóteles
Eth. Nicom. 1135 Β 1 ούθέν οΰθ'έκούσιον οΰτ' άκούσιόν έστιν, οίον το
γηράν ή άποθνήσκειν. Menandro fr. 481, 14 Kock κακώς τε γηρών
ενδεής του γίγνεται. Idem Γνώμαι μονόστιχοι (FCG Meineke IV
ρ. 340 ss.) 608 καλόν το γηραν, άλλ'ύπεργηραν κακόν 'bueno es llegar
a viejo, pero malo es hacerse demasiado viejo' (cf. 283 καλόν τό
γηράν και τό μή γηραν πάλιν). Por el contrario, el sufijado γηράσκω
existe desde Homero, con el mismo sentido transformativo de 'en­
vejecer': Ρ 324 s. δς o'i παρά πατρι γέροντι κηρύσσων γήρασκε. Solón
fr. 22 Diehl 3 γηράσκω δ'αΐεί πολλά διδασκόμενος. Esquilo Pr. 981
γηράσκων χρόνος. Jenofonte De vect. I 4 ού μόνον δέ κρατεί τοις έπ'
ένιαυτόν θάλλουσί τε καΐ γηράσκουσιν, άλλα καΐ άΐδια αγαθά έχει ή
χώρα.
Jenofonte, pues, emplea ambos presentes sin diferencia ninguna
de sentido. Podemos afirmar, a la vista de los textos, que no existe
ninguna oposición aspectual en el par γηράσκω/γηράω. Para que
γηράσκω 'envejecer' pudiera ser considerado como 'determiné' in­
gresivo, sería necesario que γηράω fuese un no­transformativo indi­
cando el estado de 'ser viejo' (no obstante lo cual, γηράσκω sería
frecuentemente, no ingresivo, sino intensivo de estado, cf. § 205).
Por consiguiente, γηράσκω es, cuando existe solo, un presente pu­
ramente durativo de un semantema transformativo; cuando se
crea γηράω, éste es simplemente un sinónimo de γηράσκω, que con­
tinúa existiendo.
§ 222.—El sufijado γενειάσκω 'echar barba', transformativo, es
una creación del s. IV: Platón Symp. 181 D ού γάρ έροκτι παίδων
άλλ'έπειδάν ήδη άρχωνται νουν Ί'σχειν, τοΰτο δέ πλησιάζει τ φ γενειάσ­
κειν. También Jenofonte Cyr. IV 6, 5. El simple γενειάω presenta el
mismo sentido 'echar barba' transformativo en Hipócrates De na­
tura fueri 20 (VII ρ. 508 Littré) όκόσοι δέ ευνούχοι παίδες έόντες
γίνονται, δια τοϋτο ούτε ήβώσιν οΰτε γενειώσιν, λείοι τε γίνονται δλοι.

(^) Cf. Schwyzer, Gy. Gram. I ρ. 708 ss.

— 131 —
'Cf. t a m b i é n J e n o f o n t e Anab. II 6, 2 8 . T e o c r i t o X I V 2 8 είς άνδρα
γενειων y A r i s t ó f a n e s Eccl. 1 4 5 ή μοι μ ή γενειάν κρεϊττον ήν.
Ε η ήβάσκω/ήβάω la c u e s t i ó n e s a ú n m á s clara. J u n t o a ή β ά ω q u e
se a t e s t i g u a d e s d e H o m e r o c o n l o s d o s s e n t i d o s de 'llegar a la j u ­
v e n t u d ' ( H i p ó c r a t e s De natura pueri 2 0 , c i t a d o supra) y 'ser j o v e n ' ,
' t e n e r v i g o r ' , ήβάσκω p r e s e n t a l o s d o s m i s m o s s e n t i d o s : H i p ó c r a ­
t e s Aphorismi I I I 2 8 ( I V p . 5 0 0 Littré) δσα . . . μ ή άπολυθή π ε ρ ί το
ήβάσκειν 'llegar a la j u v e n t u d ' . E n E u r í p i d e s Ale. 1 0 8 5 νΰν δ'έθ'ήβά­
σκει κακόν ' a ú n el m a l e s t á r e c i e n t e ' ( l e c t u r a de G a l e n o p . 4 1 9 , a c e p ­
t a d a por Murray, por ejemplo).
P o r s u p a r t e , στερίσκω ' p r i v a r d e ' n o se d i f e r e n c i a a s p e c t u a l ­
m e n t e d e στέρομαι n i d e στερέω. Así, T u c í d i d e s I I 4 3 , 1 καί τ ή ν
πόλιν της σφετέρας αρετής άξιοΰντες στερίσκειν. 4 9 , 8 ές α ι δ ο ϊ α καί ές
άκρας ^(εϊρας καί πόδας, και π ο λ λ ο ί στερισκόμενοι τούτων διέφευγαν
n o difiere p o r s u s e n t i d o a s p e c t u a l de P l a t ó n Leg. 9 4 8 A και
εάν μέν ó φεύγων ά λ φ , στερέσθω της αρχής και του τάφου και τών
ά λ λ ω ν . . . τιμών. 9 5 8 Ε μήτε ζών μήτε τις α π ο θ α ν ώ ν στερείτω τόν
ζώντα η μ ώ ν .
§ 2 2 3 . — P o r c o n s i g u i e n t e , ni e n γ η ρ ά σ κ ω / γ η ρ ά ω , ni e n γενειάσκω/
γενειάω ο ήβάσκω/ήβάω ( c u y a f o r m a c i ó n a t r i b u y e Schwryzer a la
a n a l o g í a d e l p r i m e r o ) , ni e n στερίσκω, ­ομαι/στερέω, στέρομαι s e
advierte n i n g u n a diferencia aspectual.
E l v a l o r d e l s u f i j o ­σκω e n e l t i p o ήβάσκω/ήβάω e s
el p u r a m e n t e d u r a t i v o del t e m a de p r e s e n t e .
No h a y o p o s i c i ó n de s i g n i f i c a d o s .
§ 2 2 4 . — D e φημί h a y u n a f o r m a c i ó n c o n sufijo φάσκειν, q u e e n
H o m e r o s ó l o a p a r e c e e n el p r e t é r i t o , p e r o q u e e n á t i c o e s p r o v i s t o
. d e m o d o s y de f o r m a s n o m i n a l e s , s a l v o d e l p r e s e n t e d e i n d i c a t i v o ,
d e l c u a l t o d a v í a e n e l s. I V f a l t a n t e s t i m o n i o s s e g u r o s . D e είμί
e x i s t e e n H o m e r o , H e r ó d o t o y A l c e o (ήσκ'[ε] fr. 4 7 , 1 2 D i e h l a)
u n p r e t é r i t o s u f i j a d o έσκον, έ'σκε. A m b o s t e m a s , s e g ú n v i m o s §§ 1 9 1 ,
1 9 4 , t i e n e n v a l o r d u r a t i v o , lo q u e v i m o s c o n f i r m a d o p o r el h e c h o
de q u e e v i t a n e l p r e s e n t e de i n d i c a t i v o . D i c h o v a l o r d u r a t i v o e s t á
d e a c u e r d o c o n el q u e § 2 2 3 h e m o s e s t a b l e c i d o p a r a los p r e s e n t e s
e n ­σκω.
§ 2 2 5 . — E l sufijo e n c u e s t i ó n a p a r e c e f i n a l m e n t e e n l o s l l a m a ­
dos "iterativos" jónicos, que aparecen frecuentemente en H o m e r o
y en Heródoto, también están representados en Hiponacte y, sin
duda por imitación del epos, en la lengua de varios géneros poéti­
c o s p o s t h o m é r i c o s . C o m o es s a b i d o , e s t o s " i t e r a t i v o s " e s t á n f o r m a d o s
sobre imperfectos y aoristos, q u e c o e x i s t e n con ellos, y se caracte­
r i z a n a d e m á s p o r la f a l t a d e a u m e n t o ».
E n lo q u e c o n c i e r n e a s u v a l o r a s p e c t u a l , el v a l o r " i t e r a t i v o "
q u e c o r r i e n t e m e n t e se l e s a t r i b y e n o p u e d e ser a d m i t i d o s i n ser
s o m e t i d o a n t e s a u n a a d e c u a d a c o m p r o b a c i ó n . Más arriba (§ 1 4 3 ) ,

(») Sobre estos "iterativos" vid. Schwyzer, Gr. Gram. I p. 710 ss., con
bibliografía. Además, Chantraine, Gramm. homérique I p. 318 ss.

— 132 —
en efecto, hemos visto cómo el sentido iterativo de ciertos temas
de presente no puede ser considerado como valor de "langue", sino
que es simplemente una realización de "parole" del valor durativo
en semantemas momentáneos (transformativos o no) y en seman­
temas transformativos. Es necesario, por consiguiente, que estu­
diemos si los "iterativos" jónicos pueden también anahzarse como
simples durativos, lo cual estarla de acuerdo con el valor que y a
hemos establecido para los temas de presente en ­σκω, sufijo idén­
tico—al menos considerado sincrónicamente—al de los pretéritos
jónicos en ­σκον.
§ 226.—Verifiquemos el pretendido valor iterativo.
De semantemas momentáneos, como άστράτττω, no parecen exis­
tir pretéritos en ­σκον. Si existieran, su sentido iterativo podría ser
considerado una realización del valor durativo.
Que en un semantema transformativo un pretérito en ­σκον
presente sentido iterativo, no prueba valor iterativo, ya que en
este tipo de semantemas el sentido iterativo puede resultar del
valor durativo. E 3 el caso de υφαίνεσκεν 'tejía' y άλλύεσκεν 'desha­
cía' en la descripción de la astucia de Penèlope: β 104 s. ένθα καί
ήματίη μέν υφαίνεσκεν μέγαν Ίστόν, νύκτας δ'άλλύεσκεν, έπεί δαΐδας
παραθεϊτο.
La comprobación decisiva se efectúa en los semantemas no­trans­
formativos, en los cuales el sentido iterativo no puede resultar de
una reahzación del valor durativo. Si el valor de los pretéritos en
­σκον es iterativo, habrá de aparecer forzosamente siempre en este
tipo de semantemas. Pues bien, en pretéritos de verbos claramente
no­transformativos el sentido es puramente durativo. Así en la
ocasión concreta, no repetida ni habitual, narrada en ε 82 ss. άλλ' δ
γ' έπ' άκτης κλαϊε καθήμενος . . . πόντον έπ' άτρύγετον δερκέσκετο
δάκρυα λείβων. Έρμείαν δ'έρέεινε Καλυψώ κτλ. 'tenía la mirada fija
en el mar' (para δέρκομαι vid. § 94). Lo mismo en E 703 έξενάριξαν ...
707 s. 'Ορέσβιον αίολομίτρην, δς ρ' έν "Υλη ναίεσκε μέγα πλούτοιο
μεμηλώς, donde ναϊε sería equivalente (cf, οίκέω no­transformativo
§ 131). En φ 40 s. (se. τόξον) άλλ' αύτοΰ μνήμα ξείνοιο φίλοιο κέσκετ' ένΙ
μεγάροισι, φόρει δέ μιν ής επί γαίης con κέσκετο = κείετο. Los ejem­
plos podrían multiplicarse.
Por el contrario, si un pretérito en ­σκον de un verbo trans­
formativo aparece con un sentido puramente durativo, mas no
iterativo, es lícito concluir que el valor de estas formaciones no es
iterativo, sino durativo. Efectivamente, v. gr., φθινύθεσκε tiene un
sentido claramente durativo en A 491 s. (se. Άχιλλεύς) φθινύθεσκε
φίλον κήρ αύθι μένων 'se consumía lentamente'. Igualmente en
θ 272 ό δέ μιν σάκεϊ κρύπτασκε φαεινφ, en una descripción de
un combate, κρύπτασκε 'le protegió' no es una acción iterativa, sino
única.
§ 227.—El sentido iterativo es realmente frecuente, resultante
unas veces del semantema y otras veces del contexto (αίεί, πολλάκις,
οπότε, άλλοτε μέν . . . , δτε δέ) y confirmado siempre por la situa­

— 133 —
ción. Así Heródoto IV 42, 3 όρμηθέντες ών oí Φοίνικες έκ της Ερυθρής
θαλάσσης έπλεον τήν νοτίην θάλασσαν δκως δέ γίνοιτο φθινόπωρον, προσ­
ίσχοντες άν σπείρεσκον (transformativo: 'sembraban') τήν γήν, ίνα
εκάστοτε τής Αιβύης πλέοντες γινοίατο, καΐ μένεσκον τον άμητον (nó­
tese δκως γίνοιτο, αν iterativum, εκάστοτε). Como es natural, los
pretéritos en ­σκον formados sobre aoristos, precisamente siempre
de verbos transformativos, eran especialmente aptos para esta rea­
lización como iterativos, sentido que parece siempre admisible.
Por ejemplo, frente al aor. στη o Ι'δε (destacando el término de la
transformación, sean puntuales o neutros) las formaciones στάσκε,
Ι'δεσκε realizaban su valor dvirativo como una repetición de trans­
formaciones, apoyándose además en el contexto. Así Σ 159 s. άλλοτ'
έπαίξασκε κατά μόθον, άλλοτε δ'αδτε στάσκε μέγα ίάχων 'unas veces se
precipitaba . . . , otras veces se erguía . . . ' (nótese άλλοτε . . .
άλλοτε . . . ). Β 271 ώδε δέ τις ειπεσκε ίδών ές πλησίον άλλον.
§ 228.—Resumiendo lo expuesto §§ 225­227: L o s p r e t é r i ­
t o s j ó n i c o s e n ­σκον t i e n e n v a l o r d e " l a n g u e " d u ­
r a t i v o . Este valor durativo se realiza frecuentemente, pero no
siempre, con sentido iterativo en la "parole". Así, pues, en nada se
diferencian de imperfectos corrientes.
§ 229.—La limitación de estas formaciones durativas a la po­
sición de tiempo pretérito, evitando el tiempo presente y todas
las posiciones de modos y formas nominales, es una característica
que estos pretéritos tienen en común con (έ­)φασκον y έσκον.
La explicación de su ausencia del presente de indicativo es la
misma que la ya dada para el mismo fenómeno en hom. (έ­)φασκον
y έ'σκον : por expresar positivamente la duración, estas formaciones
en ­σκ­ evitan el presente de indicativo, necesariamente neutro
(§§ 191, 194, 224). En cuanto a los modos, recordemos que son po­
siciones neutrahzables en las que se tiende a evitar la notación de
valores aspectuales. De ahí probablemente que no haya formaciones
modales ni nominales correspondientes a estos pretéritos durativos
en ­σκον.
§ 230.—Esta interpretación de la ausencia del presente de in­
dicativo de estas formaciones en ­σκον, suministra una explicación
verosímil de otro fenómeno, hasta ahora enigmático: l a c a r e n ­
c i a d e a u m e n t o propia de estos pretéritos. El aumento, en
un estado de lengua en que caracterizaba siempre los significantes
de pretérito, podía ser omitido en estas formaciones que evitaban
el presente y se situaban siempre en pretérito. Su uso, no obstante,
no estaba radicalmente excluido: junto a φάσκον, έφασκον está bien
atestiguado en Homero y no hay razón para separar una formación
de otra »; por otra parte, ήσκε en Alceo puede haber sido en el ori­
ginal autógrafo bien έσκε, bien ήσκε ».
§ 231.—Concluyendo lo expuesto §§ 220­230:
(>) Contra K. B rugmann, IF 13, 1902, p. 268 n. 1.
(») Es interesante una observación diacrònica. Las formaciones más i'e­
cientes en que el sufijo presentaba un valor durativo más vigoroso evitan el

— 134 —
T o d a s l a s f o r m a c i o n e s c o n s u f i j o ­<TX­ t i e n e n
un v a l o r c l a r a m e n t e d u r a t i v o . No constitu­
y e n un t é r m i n o de o p o s i c i ó n a s p e c t u a l en el
i n t e r i o r del t e m a de p r e s e n t e .

§ 232.—La indagación sincrónica llevada a cabo en el presente


capítulo ha dado como resultado:
S o l a m e n t e e l t i p o (ií[ivco/[xévw c o n s t i t u y e una
o p o s i c i ó n a s p e c t u a l en el i n t e r i o r d e l t e m a de
presente.
Las otras f o r m a c i o n e s e s p e c i a l e s del tema
de p r e s e n t e c a r e c e n de v a l o r a s p e c t u a l p r o p i o .

presente de indicativo (los "iterativos" jónicos en ­σκον, hom. ίφασκον, con


siderados como creaciones nuevas del griego, a los que probablemente hay
que sumar ϊσκον a pesar de lat. escH). Las formaciones más antiguas (ευρίσκω
κτλ.) no lo evitan ya. La misma evolución se aprecia en φάσκειν, cuyos ejem­
plos de presente de indicativo son bastante tardíos (§ 191). La carencia de
aumento es explicable sólo en lina época en que este morfema es un signo de
pretérito, lo que probablemente supone una cronología reciente para estas
formaciones.

— —
CAPITULO IX

LA CUESTI ÓN DEL VALOR ASPECTUAL DE LOS AORI STOS


EN ­ην Y ­θην.

§ 233.—Después de examinar en el capítulo precedente el pro­


blema del valor aspectual especial de ciertos tipos de presente,
nos enfrentamos ahora con una cuestión semejante dentro del tema
de aoristo.
Partiendo de identificaciones comparativas, A. Prévôt » ha tra­
tado de demostrar que en la oposición de significantes έμίχ&ην/έμίγην
hay la expresión de una oposición de significados del tipo "déter­
miné'V'indéterminé", definiendo "déterminé" = "valeur d'état".
Prévôt, cuya tesis no parece haber encontrado aprobación sin
reservas ni entre los mismos hngüistas franceses ha consagrado
gran parte de su monografía a la tarea de comprobar por vía em­
pírica en los textos la diferencia de valor aspectual postulada teó­
ricamente entre el tipo en ­ην y el tipo en ­θην, estudiándola preci­
samente en aquellos verbos que están provistos de las dos forma­
ciones.
§ 234.—Renunciando a examinar los argumentos comparativos
que puedan ser aducidos de tal teoría, consideramos únicamente el
problema en pura perspectiva sincrónica, conforme al método que
nos hemos fijado desde un principio. Por ello, comenzamos con el
análisis de los pares de aoristos, en los que precisamente Prévôt
ve el apoyo fundamental de su teoría.
En el par έκάην/έκαύθην, el aoristo, según P r é v ô t ' , insiste no

O L'aoriste grec en ­θην, 1935. El punto de partida está constituido por


el análisis del elemento ­η­ en Meillet, Introduction à l'étude comparative des
langues indoeuropéenes , p. 209, y por la definición del elemento ­θ­ en los pre­
sentes comp "déterminé" por Chantraine, Mélanges Vendryes p. 105. La hipó­
tesis de que en ­θην está dicho elemento figura ya en Meillet­Vendryes, Traité i
p. 215. Prévôt ha tratado de fundamentarla.
O E. B enveniste, Origines, 1935, p. 188 ss., especialmente p. 196 s., ha
demostrado que el sufijo ­Θ­ tiene valor de estado (cf. § 218). J. B runel, BSL 42,
1946, p. 59 s.I sigue a B enveniste. Meillet­Vendryes, Traité j p. 229, se muestra
indeciso. Chantraine, Morphologie p. 184 ss.., no hace mención del pretendido
valor "déterminé" de ­θην.
(») P. 25 ss.

— 137 —
sobre el hecho de 'quemarse, arder', sino sobre el estado que sucede
al proceso; el aoristo έκαύθην, por el contrario, indicaría la acción
de 'incendiarse', 'prendre feu'. En realidad, los ejemplos no prue­
ban esa pretendida diferencia: I 211 ss. πϋρ δέ Μενοιτιάδης δαΐεν
μέγα, ίσόθεος φως. αύτάρ έπεί κατά ττΰρ έκάη καΐ φλόξ έμαράνθη,
άνθρακιήν στορέσας όβελούς έφύπερθε τάνυσσε . . . N o se puede preten­
der que έκάη indique estado. En ττϋρ έκάη καΐ φλόξ έμαράνθη hay­
una sinonimia m u y clara. Ambos son aoristos que indican la reali­
zación completa de los procesos de κατακαίειν y μαραίνειν. Por otra
parte, después de que el fuego ardió completamente y se consumió
la llama, ¿qué estado del ττΰρ puede resultar? Las mismas conside­
raciones invalidan los ejemplos de Heródoto citados por Prévôt,
todos ellos compuestos con κατα­.
En έτάφην/έθάφθην ·, Prévôt pretende también que ετάφη insiste
sobre la noción de estado aduciendo: Heródoto II 81,2 ουδέ γάρ
τούτων τών οργίων μετέχοντα βσιόν έστι έν είρινέοισι εϊμασι θαφθήναι.
Tucídides III "58,4 αποβλέψατε γαρ ές πατέρων τών υμετέρων θήκας,
ους άποθανόντας ύπο Μήδων και ταφέντας έν τη ημετέρα έτιμώμεν.
Prévôt comenta: "Le voisinage de θήκας garantit dans cet exemple
la valeur d'état de ταφέντας". En realidad, la idea, de sepulcro (θήκη)
es totalmente superflua tratándose de la acción de enterrar. La
coordinación de άποθανόντας . . . ταφέντας podría ser utilizada para
probar la tesis contraria: nadie ha sustentado que αποθανόντες in­
dique un estado, a pesar de que los αποθανόντες quedan en el es­
tado de muertos. Con idéntico razonamiento se podría intentar
demostrar que θαφθήναι del pasaje de Heródoto expresa un estado:
se indican, en efecto, incluso los vestidos con los que permanecen
enterrados (la negación ουδέ no afecta a esta cuestión).
En έπάγην/έττήχθην " resalta bien la violencia infhgida a los tex­
tos. Comentando anticipadamente que έπάγην es usado cuando una
flecha que ha penetrado en el cuerpo permanece fija en un órgano,
de acuerdo con el pretendido valor de estado de los aoristos en ­ην.
Prévôt cita: E 615 s. τόν ρα κατά ζωστήρα βάλεν Τελαμώνιος Αίας,
νεαίρη δ'έν γαστρι πάγη δολιχόσκιον εγχος y Δ 527 s. τόν δέ Θόας
Αιτωλός άπεσσύμενον βάλε δουρί στέρνον υπέρ μαζοϊο, πάγη δ'έν πνευ­
μόνι χαλκός, oponiéndolos a Θ 297 s. οκτώ δή προέηκα τανυγλώχινας
όιστούς, πάντες δ'έν χροί ττηχθεν άρηϊθόων αίζηών τοϋτον δ'ού δύναμαι
βαλέειν κύνα λυσσητήρα, que Ρ. comenta "il a touché le bût". En rea­
hdad, ambos empleos son idénticos: έν γαστρί ~ έν πνευμόνι ~ έν
χροΐ. No hay base para pensar que en Θ 298 las flechas permane­
cieron clavadas, ni para sostener que en πάγη de los otros dos
ejemplos la forma verbal expresa positivamente el estado resul­
tante.
En­ήλλάγην/ήλλάχθην » no se ve justificación ninguna para dis­
tinguir el sentido de, v. gr., Aristófanes Plut. 316 s. άλλ'εϊά νυν
(») P. 32 s.
(·) P. 36 s.
(«) P. 50 s.

138 -
τών σκωμμάτων άπαλλαγέντες ήδη υμεϊς έπ' άλλ' εϊδος τρέπεσθ' del
sentido de Eurípides Hipp. 725 ss. έγώ δέ Κύπριν, ήπερ έξόλλυσί με,
ψυχής άπαλλαχθεϊσα τηδ' έν ήμερα τέρψω, donde incluso se podría
sostener que άπαλλαχθεϊσα tiene un valor de estado explicado por
τέρψω.
Nuestro análisis podría aplicarse a todos los ejemplos aducidos
por Prévot. Mas los casos que hemos citado pueden considerarse
suficientes para concluir que l o s t e x t o s n o o f r e c e n b a s e
p a r a a s i g n a r a l o s a o r i s t o s e n ­ην u n v a l o r d e
e s t a d o ni p e r m i t e n c a p t a r n i n g u n a diferen­
c i a a s p e c t u a l e n t r e e l t i p o e n ­θην y e l tipo
e η ­ην.
§ 235.—Prévot ha sido víctima de la insuficiencia del puro
método empírico para establecer valores de las formas (§ 65). De la
situación, que se presenta como un sentido global y que es un fe­
nómeno de "parole", Prévot ha extraído los elementos conceptua­
les que necesitaba para apoyar su teoría. Operando siempre con
aoristos transformativos (puntuales o simplemente neutros, con­
fróntense §§ 242­243), Prévot introduce subrepticiamente la con­
sideración de resultado de la acción, que sigue en la realidad ex­
terna a la acción expresada por el aoristo. A decir verdad, este
método conduciría a la misma conclusión con cualquier aoristo de
verbo transformativo. Por ejemplo, en el pasaje citado de Tucí­
dides III 58,4 αποθανόντες, lo mismo que ταφέντας, indican una
acción ('morir', 'ser enterrado'), que en la realidad externa es se­
guida de un estado ('estar muerto' 'estar enterrado'); ¿por qué
no afirmar también que el aor. άττέθανον tiene valor de estado? Las
interpretaciones de Prévot son una muestra de lo que a toda costa
es necesario evitar: hacer decir a los textos lo que el investigador
se ha propuesto a priori.
El camino a seguir dentro del método empírico es más bien el
inverso. Puesto que la gramática tradicional, procedente de los
mismos griegos, no considera como dos unidades distintas en el
plano del significado las formaciones en ­θην y en ­ην, el onus pro­
bandi pesa (como en § 198) sobre quien pretende descubrir una
oposición de significado entre ambas formaciones. Por consiguiente,
el primer paso debió de ser tratar de demostrar que los sentidos con
que aparecen los aoristos en ­θην o los en ­ην, o ambos a la vez, son
irreductibles al valor asignado al tema de aoristo en general. Sólo
después de haber realizado esa labor y en el caso de haber llegado
a un resultado positivo, se podría intentar una definición aspectual
especial de los dos tipos juntos y de cada uno en particular.
§ 236.—El pretendido valor de estado que Prévot quiere atri­
buir a los aoristos en ­ην obliga a hacer una observación estructu­
ral. Si en reahdad en ­ην/­θην hay una oposición de valores aspec­
tuales, no puede haber un término que exprese el estado resultante,
ya que la expresión de esta noción (acción después de su término
en verbos transformativos) es propia del perfecto. Según la ley de

— 139 —
]a no identidad de las oposiciones que se cruzan (§ 40, invocada ya
a propósito de los presentes especiales en § 197), en ninguna otra
oposición del sistema se puede expresar la noción de estado re-
sultante
§ 237.·—Esta observación nos conduce a otra. La oposición
"déterminé/"indéterminé" es definida en principio como "acción
con su término"/"acción sin su término" (cL § 196). La noción de
estado es de naturaleza distinta: v. gr., la acción de Taçîjvai 'ser
enterrado', sea considerada con su término o sea considerada sin
su término, no tiene nada que ver con el estado. Prévôt identifica,
como hemos indicado, "indéterminé" = "valeur d'état", lo cual es
inadmisible. Otros, por el contrario (§ 197), consideran la expre-
sión del estado como propia del aspecto "déterminé". Esta am-
bigüedad o vacilación es la mejor confirmación de que la noción
de estado es de naturaleza diferente de las de "con término" o
"sin término".
§ 238.—Al abordar el problema por nuestra cuenta para tratar
de captar la realidad lingüística, que escapó al intento de Prévôt,
una prevención puede ser conveniente:
La cuestión se refiere únicamente al valor aspectual de las dos
formaciones en -7¡v y en -67)v. No debe imphcarse en este problema
de aspecto el del valor intransitivo, medio o pasivo de uno u otro
tipo en determinados empleos o en determinadas épocas o autores.
El método adecuado sería determinar la estructura de cada oposi-
ción (voz, aspecto) por separado y estudiar luego las relaciones
mutuas de las oposiciones que se interfieren. En nuestro caso, las
categorías de voz media y voz pasiva quedan fuera del objeto pro-
puesto. Tratamos solamente del problema de aspecto
§ 239.—De l a s f o r m a c i o n e s e n -6v)v, que desde H o -
mero están bien representadas en toda la historia del griego
antiguo, todos los ejemplos se dejan clasificar en aoristos neu-
tros y puntuales, que son los dos valores propios del tema de
aoristo.
{») Cf. una objeción similar de \ . Debrunner, PhW 1935, p. 854. Por su
parte, J. Brunei, BSL 42, 1946, p. 60, obstinado en ver alguna diferencia as-
pectual entre -YJV y -Qr¡v, da una nueva fórmula sumamente artificiosa: "L'ao-
riste en -6TJV s'oppose en tant qu'aoriste au présent, l'aoriste en -Y¡V en tant qu'ao-
riste aussi au parfait, ce qui revient à dire qu'il exprime avant tout l'état, mais
d'une manière ponctuelle, abstraite si l'on préfère, ou parfois avec une nuance
ingressive." Como se ve, Brunei trata de salvar varios elementos de la defini-
ción de Prévôt de -7)V como aoristo con valor de estado; pero expresar el estado
de manera puntual parece ser un concepto carente de contenido real; el per-
fecto, además, no expresa el estado como durativo ($ 83). La estructura del
sistema exige que el aoristo en ambas formaciones se oponga al presente y al
perfecto.
{") Por lo demás, es difícil establecer sobre una base científicamente se-
gura la separación entre valor medio y valor pasivo. Vid. las interesantes ob-
servaciones de E. Wistrand, Über das Passivum, 1941, p. 18 ss., que demues-
tran la posibilidad de interpretar como medias acciones no queridas por el
sujeto: A 191 í) Soupl T U T C I Ç PXIQ¡XEVOI; Iqi. Cf. fr. se blesser, esp. herirse, fr. il
s'est tué en automobile, esp. se mató en un automóvil.

— 140 —
El valor p u n t u a l realizado como i n i t i v o es obvio en
los ejemplos siguientes, todos ellos realizados sobre semantemas
no­transformativos conforme a § 131:
— Ιρασθαι, έρασθαι'estar enamorado', 'amar'/έρασθήναι 'enamorarse':
Heródoto I 8 , 1 οδτος δή ών ó Κανδαύλης (precede una genealo­
gía de C.) ήράσθτ) της έωυτοΰ γυναικός, έρασθεις δέ ένόμιζε οί είναι
γυναίκα πολλον πασέων καλλίστην.
— έπίστασθαι 'saber'/έπιστηθήναι 'comenzar a saber', 'aprender':
Jenofonte Oecon. II 11 έμέ δέ πώς τινί τούτων οιει άν έπιστηθηναι
χρήσθαι, φ τήν αρχήν ουδέν πώποτ' έγένετο τούτων; '¿cómo crees
que yo, que nunca tuve ninguna de estas cosas, puedo aprender
a utilizar alguna de ellas?'.
— ήδεσθαι 'estar alegre' (cf. § 136)/ήσ0ήναι 'alegrarse': Heródoto I 27,5
κάρτα τε ήσθηναι Κροϊσον τ ω έπιλόγ<ο 'mucho se alegró Creso . . .'
Sobre el valor puntual de ήσθην no permite dudar su empleo en el
tipo έγέλασα, que exige el valor puntual del aoristo: Sófocles
Ph. 1314 ήσθην ('me alegro') πατέρα τον άμον εύλογοΰντά σε. Aris­
tófanes Eq. 696 ήσθην άπειλαϊς, έγέλασα^|/ολοκομπιαις.
— ναίειν 'habitar'/νασθηναι 'establecerse': α 119 άλλ' ó μέν αυτόθι
(se. έν Πλευρώνι και αίπεινη Καλυδώνι) μεϊνε, πατήρ δ'έμος "Αργεί
νάσθη 'fué a habitar a Argos, se estableció en Argos'.
— οίεσθαι 'pensar', 'cΓeer'/ò•t•σθηvαι οίηθηναι 'darse cuenta', 'caer en
la cuenta': I 453 πατήρ δ'έμός αύτίκ' όϊσθείς πολλά κατηρατο 'mi
padre en cuanto se enteró . . .'
§ 240.—El valor p u n t u a l realizado como f i n i t i v o ocur­
rre en los semantemas verbales transformativos (§ 130). Como y a
exphcamos, en el aoristo de estos verbos es sumamente deUcado de
distinguir el valor puntual del valor neutro, porque en éste la aten­
ción psicológica es atraída por el punto en que se reahza la trans­
formación total. A pesar de ello, h a y ejemplos que pueden conside­
rarse como puntuales. Así ττήχθεν de Θ 298 estudiado § 234. Puntual
es, sin duda, φάανθεν en A 199 s. θάμβησεν δ' Άχιλεύς (puntual ini­
tivo), μετά δ'έτράπετ', αύτίκα δ'έγνω (puntual finitivo?) Παλλάδ' 'Αθη­
ναίην, δεινώ δέ οί δσσε φάανθεν 'y sus ojos lanzaron un destello' (φαί­
νομαι 'aparecer' es transformativo). Pero, como acabamos de decir,
la mayoría de los aoristos en ­θην formados sobre verbos transfor­
mativos (muy superiores en número a los formados sobre verbos
no­transformativos) no permiten distinguir bien el valor puntual
del valor neutro: θαφθήναι, μιχθηναι, δμηθηναι, όρμηθήναι, etc.
§ 241.—Por esa misma razón los ejemplos seguros de valor
n e u t r o son suministrados por las formaciones hechas sobre
verbos no­transformativos:
— δινεϊν 'dar vueltas' Σ 494 κοϋροι δ'όρχηστηρες έδίνεον/δινηθήναι
'idem' (sin noción de duración expresada positivamente): X 165
ώς τώ τρις Πριάμοιο πόλιν πέρι δινηθήτην.
— βούλεσθαι 'querer'/βουληθηναι 'idem': Sófocles El. 1100 τί δ'έξερευ­
ν^ς καΐ τί βουληθείς πάρει; ( ~ βουλόμενος, que podría utilizarse
notando expresamente la duración).

— 141 —
— έρϊσθαι (cf. § 239) / έρασθήναι 'idem': Aristófanes Nub. 1076 s.:
ήμαρτες, ήράσθης, έμοίχευσάς τι, κ^τ' ελήφθης" άπόλωλας, αδύνατος
γάρ ε ι λέγειν (los 3 aoristos son neutros, "tactivos", registran el
hecho desnudo).
§ 242.—En l a s f o r m a c i o n e s e n ­ην, que desde Ho­
mero aparecen en número reducido y muestran escasa vitalidad,
se observa un hecho importante: n o e x i s t e n aoristos
p u n t u a l e s i n i t i v o s , lo cual equivale a decir que los ao­
ristos en ­ην no están formados sobre semantemas no­transforma­
tivos.
En efecto, la lista completa de estos aoristos en ­ην (confeccio­
nada con ayuda del índice de la monografía de Prévôt) muestra
que todos pertenecen a semantemas transformativos.
De los 86 registrados hay 83 en los cuales el carácter transfor­
mativo del semantema no ofrece dudas:
1. άγγελήναι / ά­^^έλλειν 'anunciar'.
2. αγήναι / άγνύναι 'romper'.
3. έξ­αλιφήναι / έξ­αλείφειν 'borrar' (αλείφειν 'untar'),
4. άλλα­j^vai / άλλάσσειν 'cambiar',
5. άρπαγήναι / άρπάζειν 'arrebatar',
6. βαφή ναι / βάπτειν 'bañar', 'teñir',
7. βαστα­^ήναι / βαστάζειν 'levantar',
8. βλαφήναι / βλάπτειν 'dañar',
9. βραχήναι / βρέχειν 'mojar',
10. Part, άνα­βροχέν λ 586 'tragado' »
11. γλυφήναι / γλύφειν 'tallar'.
12. γραφήναι / γράφειν 'rayar' 'escribir',
13. δακήναι / δακνειν 'morder',
14. δαμήναι / δαμνάναι 'domar', v e n c e r .
15. Sa^vaí 'aprender'/ SiSáoxeffOai 'idem''(act. SiSáoxsiv 'ense­
ñar').
16. Sap^vaí» / Sépeiv 'desollar'.
17. Si­ex­Su7Jvai Hipócrates, formación nueva por ­8ovai/S¿eiv 'su­
mergirse'.
18. áXíívaí / eíXeiv 'replegarse'.
19. J^uy^vaí / í^eufvúvaí 'uncir'
20. Ta(p7)vai / 6á7tTeiv 'enterrar'.
21. 6ep9ivai sólo hom. subj. 6epéw/9épeaGai 'calentarse'.
22. θλιβήναι / θλίβειν 'aplastar',
23. δια­τρυφήναι / θρύπτειν 'romper',
24. καηναι / καίειν 'quemar',
25. καρήναι / κείρειν 'cortar',
26. κλαττήναι / κλέπτειν 'robar',
27. κλίνη ναι / κλίνειν 'inclinar'.
28. κοττήναι / κόπτειν 'golpear', cortar', 'forjar'.

(1) "Semble appartenir à un groupe qui comprend l'aoriste sigmatique


­PpoÇete 'avaler'", Chantraine, Gramm. homérique 1 p. 401.

— 142 —
29. κρυφήναι, κρυβήναι / κρύπτειν 'ocultar'.
30. κτανηναι κτεινειν 'matar',
31. συλ­λεγηναι συλ­λέγειν 'reunir',
32. δια­λεγηναι δια­λέγεσθαι 'dialogar' '
33. λιτιηναι sólo 3.» pi. aor. ind. hom. λίπεν/λείπειν 'abandonar'.
34. έκ­λαπήναι έκ­λέπειν 'pelar', 'mondar',
35. μανήναι μαίνομαι 'enloquecer',
36. έκ­μ«γηναι έκ­μάσσειν 'moldear', 'modelar',
37. μιγηναι μειγνύναι 'mezclar',
38. νυγήναι νύσσειν 'golpear', 'herir',
39. άν­οιγηναι άν­οιγνύναι 'abrir',
40. όρυγηναι όρύσσειν 'cavar',
41. άνα­παλήναι άνα­πάλλειν 'sacudir' K
42. παήναι παύεσθαι 'cesar'.
43. άνα­παρήναι sólo part. ­Ttapeí? H e r ó d o t o /.­Treípeiv 'atra­
vesar'.
44. παγηναι πήγνυσθαι clavarse', 'helarse', 'solidificarse',
45. πλακήναι πλέκειν trenzar'.
46. πληγή ναι πλήσσειν golpear'; at. èx­7tXay^vai de e x ­
πλήττειν 'asustar'. ahogar',
47. πνιγηναι ττνιγειν estornudar' »
48. πταρήναι πτάρνυσθαι escupir' *
49. πτυήναι τιτύειν
coser',
50. ραφήναι ράτυτειν
51. romper',
ραγήναι ρηγνύναι
52. arrojar',
ρ·.φήναι ρίτιτειν
53. σατϊήναι σήπεσθαι podrirse',
54. σκαφήναι σκάτιτω cavar'.
55. σκετιήναι σκέπτομαι considerar', 'ver',
56. σμυγηναι σμύχειν consumir al fuego',
57. σπαρήναι σπείρειν sembrar'.

(1) Más tardío que διαλεχθήναι, διαλεγήναι aparece en Aristóteles y en


inscripciones. El sentido transformativo del verbo está garantizado por el per­
fecto pasivo Lisias I X 5 κάμοί μέν τά προειρημένα ^ιείλεκτο έπΙ T J ) Φίλιου
τραπέζγι Ίο que acabo de decir ya estaba tratado en la mesa de Filios'. Cf. tam­
bién de λέγω perf. εϊρηται..
(') Sólo en Estrabón Geogr. VIII 6, 21 Πήγασαν . . . πτηνον ϊππον έκ τοϋ
τραχήλου τοϋ Μηδούσης άναπαλέντα, claramente transformativo, equivalente a
una construcción activa άναπάλλειν ϊππον con acusativo de resultado.
(') Πτάρνυσθαι 'estornudar' está usado con un sentido claramente trans­
formativo: Hipócrates Epidem. V 14 ( = V p. 214 Littré) έκταίφ δέ αίμα έρρύη
έκ τών ρινών πταρέντι 'el sexto dia un estornudo le produce una hemorragia
nasal', Aristóteles Probi. 887 Β 35 δια τί πταρέντες καΐ οΰρήσαντες φρίττουσιν
'¿por qué el estornudar y el orinar les produce escalofríos?'
(*) En Hipócrates Epidem. II 4 ( = V p. 106 Littré) πτύαλα πολλά καταρχάς
πτυέντα ανθηρά, la expresión equivale a una construcción activa πτύειν πτύαλα
con acusativo de resultado (como ποιεϊν τι) e implica carácter transformativo
del semantema (cf. § 90, 1.°). Esta conclusión es corroborada por otro pasaje
del mismo Hipócrates De morbis I 29 ( = VI p. 198 Littré) ήν γαρ μή πτυσθη,
σκληρότερος τε γίνεται ό πλεύμων καΐ συναυαίνεται καΐ τον άνθρωπον άπόλλυσι
'pues, si no escupe, se le endurece y se le seca el pulmón'.
58. ­σταγήναι στάζειν 'destilar'.
59. σταλήναι στέλλειν 'enviar'.
60. στερήναι στερεϊν 'privar'.
61. στραφήναι στρέφειν 'retorcer'.
62. συρήναι σύρειν 'arrastrar'.
63. σφαγηναι σφάζειν 'degollar'.
64. σφαλήναι σφάλλειν 'hacer caer'.
65. ταγηναι τάσσειν 'ordenar'.
66. ταρτΐηναι τέρπειν 'distraer', 'hartar'.
67. τερσηναι τέρσεσθαι 'secarse'.
68. τακήναι τήκειν 'fundir', 'derretir'.
69. τμαγηναι τμήγειν 'cortar', 'separar'.
70. τραττηναι τρέπειν 'hacer girar', 'dirigir'.
71. τραφηναι τρέφειν 'alimentar'.
72. τριβήναι τρίβειν 'triturar'.
73. τυττηναι τύπτειν 'golpear' 'marcar'.
74. τυφήναι τύφειν "ahumar'.
75. φανηναι φαίνεσθαι 'aparecer'.
76. φθαρήναι φθείρειν 'destruir'.
77. φλεγηναι φλεγειν 'quemar'.
78. φραγή ναι φράσσειν 'apretar a uno contra otro',
79. φρυγηναι φρύγειν 'asar',
80. φυρήναι φυρειν 'diluir'.
81. φυηναι Hipócrates, Aristóteles, Teofrasto, formación nueva
por φϋναι / φύεσθαι 'nacer', 'crecer'.
82. χαρήναι / χαίρειν 'alegrarse'.
83. χυήναι Hesiquio / χεϊν 'verter'.
84. ψυχήναι / ψύχειν 'enfriar'.
Los 3 restantes son δρακείς, ρυήναι y σβήναι.
De ellos ρυήναι (ρεϊν 'fluir'), atestiguado ya en Homero (γ 455) y
frecuente en ático, no puede ser considerado como perteneciente a
este tipo, ya que se trata de una raíz disilábica con vocalismo ­δ
en la segunda sílaba, representado por ­η en jónico­ático: Epidauro
έξερρυα, Cahmna subj. έ[γ]ρυαι».
El aor. σβήναι 'apagarse' de σβεννύναι tampoco pertenece a este
tipo morfológico, y a que ­y¡­ forma parte de la raíz ». Por consi­
guiente, ρυήναι y σβήναι son formalmente comparables a στήναι,
βήναι.
El participio δρακείς sólo se atestigua en Pindaro Nem. VII 3 s.
δνευ σέθεν ού φάος, ού μέλαιναν δρακέντες εύφρόναν, donde se esperaría
δράκοντες. En el mismo Pindaro 01. II 43 existe el paralelo de
έριτυέντε por ­όντι. Es probable que ni una ni otra forma pertenezcan
al tipo morfológico de aoristos en ­ην ». Puesto que έριπείς por su sen­
tido transformativo no repugna a ser un aoristo ­ην, es m u y verosí­
mil que δρακείς sea una formación artificiosa de la lengua poética
(1) Vid. E. Schwyzer, Gr. Gram. I p. 743.
(η Ibidem η. 1.
(') Hipótesis genéticas en Schwyzer, Gr. Gram. I p. 759 n. 3.

— 144 —
pindàrica por δρακών, basada en la analogía de pares como έριπών:
έριπείς, έτραφον: έτράφην.
§ 243.—Por tratarse de semantemas transformativos, la distin­
ción entre valor neutro y valor puntual finitivo es sumamente difí­
cil en estos aoristos en ­ην.
Valor n e u t r o tiene ταφέντας de Tucídides III 58,4 y άπαλλαγέν­
τες de Aristófanes Plut. 316 s. (§ 234). Visible es ese valor en Ψ 545
τά φρονέων δτι oí βλάβεν ('habían sido dañados*: hecho desnudo)
άρματα καί ταχέ' ί'ππω y Ω 420 s. σύν δ'Ιλκεα πάντα μέμυκεν όσα'ετύτνη
('cuantas llagas había recibido': hecho desnudo).
El valor p u n t u a l f i n i t i v o , si bien más difícil de ase­
gurar, parece que es el de πάγη Δ 528 y E 616 (§ 234). La prueba
decisiva sería suministrada por la aparición de aoristos en ­ην en el
tipo έγέλασα (§ 181), en el cual no parecen existir.
Si hubiera que definir el tipo en ­ην como puramente neutro en
cuanto a la expresión del aspecto durativo o puntual, se explicaría
bien el uso del mismo elemento ­η­, carente de valor aspectual
especial, en la formación de temas de perfecto y de futuro.
§ 244.—El probable valor exclusivamente neutro del aoristo en
­ην frente al neutro y puntual de ­θην, no justificaría la tesis de
Prévot de una oposición entre ­θην "déterminé" y ­ην "indéterminé",
entendido como "sin término", es decir, no como "valor de esta­
do" (§ 236), ni como "durativo" (que no puede existir fuera del
tema de presente, en virtud de la ley de la no identidad de las opo­
siciones que se cruzan § 40, y que, además, no es la noción opuesta
a la de "con término" § 118). Tal oposición considera las forma­
ciones en ­θην como término caracterizado por la notación del tér­
mino de la acción, initivo o finitivo. Ello conduce al absurdo de
que ­θην, el término caracterizado, exprese no sólo la noción de
término que corresponde al valor positivo que le sería propio, sino
también la noción de sin término (es decir, nuestro valor neutro,
comprobado § 241); por otra parte, ­ην habría de expresar la indi­
ferencia a la noción de término (pudiendo ser empleado cuando el
término existe, pero no interesa su expresión) y, además, el valor
negativo de sin término, que en realidad no expresa y que incluso
es incompatible con el sentido transformativo de los semantemas
en que se realiza.
R e s u l t a , pues, i n a d m i s i b l e l a e x i s t e n c i a de
u n a o p o s i c i ó n de v a l o r e s a s p e c t u a l e s c o n re­
f e r e n c i a a la n o c i ó n de t é r m i n o e n t r e el t i p o
e η ­θην y e l t i p o e n ­ην.
§ 245.—Por el contrario, el análisis que hemos llevado a cabo
nos conduce a sostener que l o s v a l o r e s d e "langue"
del t e m a de a o r i s t o e x p l i c a n b i e n los senti­
d o s c o n q u e a p a r e c e n l a s f o r m a c i o n e s e n ­θην
y e n ­ην..
Entre ambos tipos existe sólo una diferen­
cia de r e a l i z a c i ó n ("parole"):

— 145 —
E l t i p o e n -TQV s e r e a l i z a ú n i c a m e n t e en los
verbos t r a n s f o r m a t i v o s .
El t i p o e n -6riv n o c o n o c e e s a l i m i t a c i ó n ^
L a pe r f e c t a u n i d a d d e l t e m a de a o r i s t o en el
plano del s i g n i f i c a d o queda confirmada.

(») ha, diferencia "-yjv ist terminativ, effektiv, konstatierend / -9j¡v erzäh-
lend, Ingressiv", que insinúa A. Debrunner, PhW 1935 p. 855, no corresponde
bien a la realidad. Como hemos visto, -BKJV no sólo es "ingresivo", sino tam-
bién "terminativo" ( ~ "efectivo"). Por lo demás, "narrativo" ("erzählend")
y "constativo" ("konstatierend") caen dentro de nuestro valor "neutro" y,
por consiguiente, no constituyen una diferencia.

— 146 —
CAPITULO Χ

EL ASPECTO DEL PRESENTE HI STÓRI CO

§ 246.—Fundamentalmente, el presente histórico resulta de una


realización psicológica de la noción de tiempo presente, según
hemos visto § 160. Acciones verbales pretéritas en la realidad ex­
terna aparecen como presentes al "yo" en la visión subjetiva de
esa realidad. /
No obstante, el problema no se reduce a eso. Diversos autores
que han tratado de este punto de la gramática griega han hecho
depender de uno u otro modo el fenómeno del presente histórico de
cuestiones de aspecto. De ahí la necesidad de que nosotros tam­
bién examinemos el problema.
§ 247.—Atendemos primero a l a mera descripción de los hechos
Generalmente se distinguen dos tipos de presente histórico:
Uno es el presente histórico " e x p r e s i v o " (o "dramá­
tico"). En él adquieren relieve momentos nuevos y decisivos de
una serie de acontecimientos pretéritos expresada gramatical­
mente en tiempo pretérito. De este modo la narración resulta vivi­
ficada. Los textos que se pueden aducir en favor de esta interpre­
tación estihstica son numerosos. Clásico es el episodio de Candau­
les, Ródope y Giges en Heródoto I 10, 1­2: "Candaules, cuando le
pareció (έδόκεε) que era la hora de acostarse, llevó (ήγαγε) a Giges a
la alcoba y a continuación llegó (παρήν) su esposa. Giges estuvo
contemplándola (έθηεϊτο) . . . y cuando, al dirigirse ella al lecho, se
encontró a sus espaldas (κατά νώτου έγένετο), Giges, saliendo a hur­
tadillas de su escondite, se dirigía hacia fuera (έχώρεε έξω). Mas ella
le ve ( έ π 0 ρ qt ) según salía. Enterada por su marido de lo ocu­
rrido, no gritó (οΰτε άνέβωσε) . . . fingió (οΰτε έδοξε) no haberse dado
cuenta, abrigando el propósito de vengarse de Candaules". Igual­
mente visible es este efecto del presente histórico en el relato de la
batalla de Anfípohs en Tucídides V 10, 7 ss. "Cleáridas atacaba
(έπεφέρετο) . . . Sucedió (ξυνέβη) que se produjo el pánico entre los
atenienses . . . y su ala izquierda, deshecha al momento, huía (έφευγε).
Brásidas . . . , al acudir al ala derecha, es herido (τιτρώσκεται); los

O Schwyzer, Gr. Gram. II p. 271 ss., con bibliografía.

— 147 —
atenienses no se dan cuenta (ούκ αισθάνονται) de que lia caído al
suelo, y los espartanos que estaban a su lado recogiéndole le re­
tiraron (άτιήνεγκαν). El ala derecha de los atenienses permanecía
firme (έμενε). Cleón huyendo, pues no tenía intención de resistir
(διενοεϊτο), muere (αποθνήσκει) a manos del peltasta Mircinias . . .
10, 11: Los espartanos llevaron (έσεκόμισαν) a B rásidas aún con
vida a la ciudad. B rásidas se dio cuenta (ήσθετο) de la victoria de
los suyos y poco después murió (έτελεύτησεν). También Jenofonte
Anab. III 2, 7­9: "comenzó a hablar así (ήρχετο): . . . y según decía
esto, uno estornuda (πτάρνυται). Entonces los soldados, al oír el es­
tornudo, todos a una arrodillándose adoraron (προσεκύνησαν) a Dios
y Jenofonte dijo (είπε): . . ."
§ 248.—En el otro tipo de presente histórico, en el " i n e x ­
p r e s i v o " (tabulare, "registrador"), que coexiste con el tipo
anterior, la acción verbal aparece como un hecho escueto. Los ejem­
plos son abundantes, también en los historiadores: Eurípides Bacch.
1 s. ήκω (pres. actual) . . . Διόνυσος δν τίκτει ποθ' ή Κάδμου κόρη.
Jenofonte Anab. 1 1 , 1 Δαρείου καί Παρυσάτιδος γίγνονται παϊδες δύο.
Α este tipo hay que asignar seguramente los presentes que repiten
(a veces con más detalles) un hecho ya narrado (por tanto, no nue­
vo) en aoristo neutro: Heródoto I X 63, 2 ώς δε Μαρδόνιος απέθανε ...
64, 2 αποθνήσκει δέ Μαρδόνιος υπό Άριμνήστου. Tucídides VIII 106,1
ναυς μέν . . . έλαβον . . . 106, 3 ναϋς μέντοι λάμβάνουσι.
K'urt von Fritz, en un estudio reciente señala los primeros ejem­
.plos de este tipo en Ferécides de Siro, el más antiguo de los pro­
sistas griegos conocidos (s. VI a. C ) . Así fr. 2 Diels­Kranz αύ>τω
ποιεϋσιν τά οίκία πολλά τε καί μεγάλα, έπεί δέ ταϋταέξετέλεσαν πάντα ...,
έπεί δή πάντα έτοιμα γίγνεται, τόν γάμον ποιεϋσιν. κάπειδή τρίτη ήμερα
γίγνεται τ φ γάμω, τότε Ζάς ποιεϊ φάρος μέγα τε και καλόν και έν αύτω
ποικίλλει Γήν και Ώγηνόν καί τά 'ίίγηνοΰ δώματα. Como se ve, el
fragmento es un relato seguido en presentes. También opina von Fritz
que en el comienzo de la Anabasis de Jenofonte no sólo Δ. κ. Π.
παίδες γίγνονται δύο, sino también los siguientes son de este tipo
inexpresivo: I 1­4: γίγνονται . . . ήσθένει . . . ύπώπτευε . . . έβούλε­
το . . . ετύγχανε . . . μεταπέμπεται . . . αναβαίνει . . . άνέβη . . . έτελεύτη­
σε . . . κατέστη . . . δ ι α β ά λ λ ε ι . . . è δέ πείθεται καΐ συλλαμβάνει Κΰρον
ώς άποκτενών. ή δέ μήτηρ έξαιτησαμένη αυτόν άποτιέμπει πάλιν έπΙ
τήν αρχήν, ó δ'ώς άτιηλθε κινδυνεύσας και ατιμασθείς βουλεύεται δπως ...
Por su parte, Eriksson ' trata de reducir—sin convencer—todos
los presentes históricos al primero de los dos tipos. Para él, el pre­
sente histórico introduce súbitamente en la narración un punto
importante para la marcha de los acontecimientos.
§ 249.—Es importante tener en cuenta que la función expre­

(") "The so­called historical present in early Greek" Word 5, 1949, p. 186 ss.
(·) Das Praesens historicum in der nachklass. griech. Historiographie,
1943, p. 1 ss. Esta monografía contiene en el capítulo titulado "Zum Gebrauch
des Praesens hist, im klass. Griechisch", p. 1­24, un detenido estudio sobre la
cuestión.

— 148 —
siva del primero de los dos tipos es un hecho estihstico, de tal modo
que su empleo depende siempre—incluso en un mismo autor—de
razones puramente subjetivas.
Por esto carece de fundamento la objeción de H. Koller» con­
tra la mencionada expresividad del presente histórico. Koller re­
conoce que en ciertos pasajes, como en el episodio de Candaules
citado § 247, el presente histórico coincide con el punto de máximo
interés. Mas Koller, que sólo opera con ejemplos de Heródoto, sos­
tiene que los pocos ejemplos de presentes históricos que encuen­
tra (1 por cada 3 ó más páginas de Teubner) no aparecen en situa­
ción dramática. Por ejemplo—arguye Koller—, en el mismo epi­
sodio de Candaules y Giges de Heródoto I 12 καί μιν έγχειρίδιον
δοϋσα κατακρύπτει ύπο τήν αυτήν θύρην, καί μετά ταϋτα . . . άποκτείνας
αυτόν έσχε τήν γυναίκα καΐ τήν βασιλείην Γύγης el punto culminante,
la consecución del reino y de la esposa de Candaules por Giges, es
expresado con un aoristo (έ'σχε). Koller acumula ejemplos de συγκα­
λέεται, άγγέλλει, πέμπει, αποστέλλει, διδοϊ, γαμέει y considera que
es incomprensible que en los presentes históricos con negación
(v. gr.: Heródoto 1117 ó δέ "Αρπαγος . . . ού τρέπεται έπΙ ψευδέα όδόν . . .
άλλα λέγει) pueda ser vivificada una acción que no llegó a
ocurrir.
Si se tiene en cuenta la naturaleza subjetiva del empleo del
presente histórico expresivo, las objeciones de KoUer se desvane­
cen. En el citado pasaje del episodio de Candaules y Giges, objeti­
vamente Heródoto hubiera escrito κατέκρυψε (o, más improbable,
κατέκρυπτε) y έσχε. Pero subjetivamente Heródoto, con el sentido
narrativo de los primeros logógrafos, encuentra pintoresca e inte­
resante la ocultación de Giges detrás de la puerta, astucia que, a
decir verdad, decide la muerte de Candaules; la obtención de la
esposa y del reino (έσχε) no tiene y a nada de interesante ni de ines­
perado, porque es su consecuencia natural. E n cuanto al presente
histórico con negación, apenas es necesario que digamos que la no
realización de una acción esperada puede ser interesante y pinto­
resca. Eriksson » llama la atención acertadamente sobre el énfasis
de la negación en el presente histórico en pasajes como Tucídi­
des I I 8 3 , 1 τό δ'έκ τής Κορίνθου . . . ναυτικόν, δ έδει παραγενέσθαι...,
ού παραγίγνεται, άλλ' ήναγκάσθησαν . . . ναυμαχήσαι. Finalmente no­
temos que συγκαλέεται, άγγέλλει, ττέμπει, αποστέλλει, διδοϊ, γαμέει,
suelen ser del tipo inexpresivo.
§ 250.—La función estilística del presente histórico del tipo
expresivo, consistente en presentar acciones nuevas, inesperadas,
decisivas, ha conducido a varios gramáticos a estudiar el aspecto
del presente histórico.
Un primer grupo, sin preocupaciones teóricas, concluye del exa­
men de los textos que el presente histórico tiene sentido puntual.
(») "Praesens historicum und erzählendes Imperfekt" Museum Helveticum 8,
1951, ρ. 66 ss.
Π Op. cit. ρ. 19.

— 149 —
S e g ú n B r u g m a n n ­ T h u m b », el p r e s e n t e h i s t ó r i c o a p a r e c e u n a s v e c e s
e n l u g a r del i m p e r f e c t o , p e r o o t r a s e n l u g a r d e l a o r i s t o . B l a s s ­
D e b r u n n e r ' e s t i m a n q u e s u a s p e c t o e s casi s i e m p r e p u n t u a l . S c h w y ­
z e r ' parece admitir t a m b i é n ese valor ("confectivo" en su t e r m i n o ­
l o g í a ) . I g u a l p i e n s a E . H e r m a n n * . P o r s u p a r t e , J. B r u n e i ' n o v a ­
cila, t r a s el e x a m e n d e a l g ú n t e x t o y d e c i e r t o s h e c h o s e s t a d í s t i ­
c o s (cf. § 2 5 4 , 3 ) e n definir c o m o p u n t u a l e l a s p e c t o d e l p r e s e n t e
histórico.
§ 2 5 1 . — K . v o n Fritz» entiende la función estilística del pre­
s e n t e e x p r e s i v o — y , c o n ello, s u a s p e c t o — d e u n m o d o m u y d i f e ­
r e n t e . " D e s i g n a el m o m e n t o c u l m i n a n t e d e u n a n a r r a c i ó n , u n s u ­
ceso que deja sin respiración, u n m o m e n t o t a n sorprendente que el
t i e m p o p a r e c e d e t e n e r s e ("time s e e m s t o s t a n d still"). E v i d e n t e ­
m e n t e , p u e s , el t i e m p o p r e s e n t e e n e s t o s c a s o s n o p r e c i p i t a al l e c ­
t o r e n l a r á p i d a s u c e s i ó n de l o s a c o n t e c i m i e n t o s , s i n o q u e , p o r e l
c o n t r a r i o , le h a c e pararse ( " m a k e s h i m p a u s e " ) . A l m i s m o t i e m p o ,
al d e t e n e r l a a t e n c i ó n del l e c t o r y fijarla e n el m o m e n t o d e c i s i v o
d e la a c c i ó n , h a c e q u e e s t e m o m e n t o d e s t a q u e a n t e l o s o j o s c o n
t o d o s s u s d e t a l l e s . E s l o q u e , c u a n d o s u c e d e e n u n g r a d o inferior,
l o s f r a n c e s e s l l a m a n ' t a b l e a u ' ". E s o b v i o q u e l a i n t e r p r e t a c i ó n d e
v o n F r i t z e s t á d e t e r m i n a d a p o r u n a priori: es un intento de pre­
s e r v a r el p r e t e n d i d o a s p e c t o d u r a t i v o d e l p r e s e n t e d e i n d i c a t i v o .
N o o b s t a n t e , e l l o n o p a r e c e ser o b s t á c u l o p a r a q u e e n o t r o l u g a r '
v o n F r i t z c a l i f i q u e d e m o m e n t á n e o al p r e s e n t e h i s t ó r i c o ( " m o ­
m e n t a r y p r e s e n t " ) , e n lo c u a l , a decir v e r d a d , h a y c i e r t a i n c o ­
herencia.
§ 2 5 2 . — H . K o l l e r se d i f e r e n c i a de l o s d e m á s e n q u e h a c o n s i ­
d e r a d o el p r o b l e m a del p r e s e n t e h i s t ó r i c o b a j o u n á n g u l o v i s u a l
e x c l u s i v a m e n t e a s p e c t u a l '.
K o l l e r , [a) n e g a n d o q u e el p r e s e n t e h i s t ó r i c o s i r v a p a r a d e s t a ­
car u n a a c c i ó n i m p o r t a n t e de la n a r r a c i ó n , (i)) s o s t i e n e q u e l o s p r e ­
s e n t e s h i s t ó r i c o s t i e n e n a s p e c t o " i n c e p t i v o " (v. gr.: λ ε ί π ω , Κατα­
λείπω, π έ μ π ω , ά π ο έκ ά ν τ ι ­ π έ μ π ω , φεύγω, ά π ο έκ κατα­φεύγω, ϊ σ χ ω ,
κατ­ίσχω, δίδωμι, ά π ο π α ρ α π ρ ο ­ δ ί δ ω μ ι , ϊσταμαι, άπικνέομαι). Ιο q u e
r e s u l t a r í a c o n f i r m a d o p o r la o b s e r v a c i ó n de q u e (c) n o e x i s t e p r e ­
s e n t e h i s t ó r i c o de v e r b o s " d u r a t i v o s " ( c o m o εχω., βασιλεύω), c u y o
p r e s e n t e n o es " i n c e p t i v e " . A h o r a b i e n , (d) el a o r i s t o e s "perfec­
t i v o " e n l o s v e r b o s q u e t i e n e n p r e s e n t e h i s t ó r i c o (έλιπον, έφυγον,
έστην) y (e) ú n i c a m e n t e e s " i n c e p t i v o " e n l o s raros v e r b o s d u r a ­
t i v o s (έσχον, έβασίλευσα). K o l l e r c o n c l u y e q u e (/) el p r e s e n t e h i s ­
t ó r i c o suple e n a q u e l l o s v e r b o s la f a l t a de u n a o r i s t o " i n c e p t i v o "

(') Gr. Gram., p. 556.


(^) Grammatik des neutestamentlichen Griechisch ^ p. 144.
[•>) Gr. Gram. II p . 258; cf. 271 n. 1.
(«) Nachrichten Gottingen, phil.-hist. Kl., 1943, p. 633.
L'aspect verbal etc. p. 272.
C) Art. cit. p. 196.
(') Art. cit. p. 197.
(') Art. cit. p. 63 ss., especialmente p. 75 s.

— ISO —
y que (g) en Homero, donde no existe el'presente histórico, la defi­
ciencia es suphda por el imperfecto "inceptivo".
§ 253.—La ingeniosa tesis de Koller, resumida en el esquema
precedente, merece un análisis detenido. Vayamos por partes:
a) En § 249 y a demostramos que era inadinisible esta pos­
tura radical de Koller.
b) Koller opera con un concepto falso de aspecto "inceptivo".
Presentes, históricos o no, como λείπει, ϊσταται, δίδοκτι, άπικνέεται,
no indican el comienzo de la acción verbal. Están formados sobre
semantemas transformativos, en los cuales sólo puede destacar el
momento mismo (final) de la transformación; v. gr. en Heró­
doto IV 143,1 ένθεΰτεν δέ αυτός μέν διέβη τησι νηυσΐ ές τήν Άσίην, λείπει
δέ στρατηγόν . . . el pres. λείπει no indica el comienzo de la acción
de λείπειν, sino la acción en sí, de la que resalta el punto final. Que
en άπικνέομαι el preverbio άπο­ pruebe el sentido ingresivo, es in­
admisible. . Koller es desorientado precisamente por el carácter ex­
presivo del presente histórico: tomando un punto de vista externo
a la acción de cada verbo, define como ingresivo el presente histó­
rico, porque introduce en la narración un elemento nuevo, inespe­
perado, decisivo, en la serie de acontecimientos relatada: un pre­
sente histórico señala a veces el comienzo de una serie de acciones.
Pero para el aspecto verbal, el punto de vista con que se ha de
definir el sentido de una forma, no es externo, sino interno. La fija­
ción de los conceptos de "initivo" ( = "inceptivo", "ingresivo", etc.)
y "finitivo" ( = "perfectivo", "efectivo", etc.) que dimos §§ 115­116
evita toda ambigüedad en el uso de estos términos y elimina toda
peligrosa imprecisión.
c) Que de verbos "durativos" como έχω, βασιλεύω no haya pre­
sente histórico, es cierto sólo parcialmente (cf. § 255). Por lo demás,
sorprende que Koller clasifique como durativos verbos como εργά­
ζομαι, ττνίγω, φθείρω que en nada difieren de ποιέω, κτείνω.
d y e) Resultan admisibles si se tiene en cuenta lo observado
para b: que λείπω etc. son transformativos y que, por tanto, en el
aoristo destaca el punto final de la transformación.
/) Es una conclusión inadmisible porque se apoya en α y 6,
que son falsas. Paradójicamente, resulta que el presente histórico
es de la misma naturaleza ingresiva o perfectiva que el aoristo del
mismo verbo: λείπει ~ έλιπε; βασιλεύει (cf. § 262) ~ έβασίλευσε 'co­
menzar a reinar'.
g) Se basa en el mismo concepto falso de "ingresivo" que hemos
analizado a propósito de b. En el tipo Ζ 196 ss. έτεκε . . . έτεκε . . . ,
Ίτητόλοχος δ'έμέ τίκτε . . . , el impf. τίκτε no indica el comienzo de
la acción de τίκτειν. Que el resultado (έμέ) se prolongue hasta el pre­
sente en que existe, no permite definir τίκτε como ingresivo. En
§ 139 vimos que se trataba de una realización especial del aspecto
durativo del imperfecto.
§ 254.—Que el presente histórico no tiene valor durativo es
cosa que resulta obvia por las consideraciones siguientes:

— 151 —
1.· U n a s i m p l e r e v i s i ó n d e t o d o s l o s e j e m p l o s c i t a d o s , así
c o m o de l o s r e g i s t r a d o s e n c u a l q u i e r t r a t a d o o m o n o g r a f í a , m u e s t r a
que ningún presente histórico contiene u n a insistencia especial e n
e l desarrollo d e la a c c i ó n , a u n q u e é s t a o b j e t i v a m e n t e p o s e a u n a
d u r a c i ó n p e r c i b i d a . P o r e j e m p l o , e n T u c í d i d e s I I I 1 0 9 , 2 σπένδονται
(tipo e x p r e s i v o ) , s i n t e n e r s e n t i d o p u n t u a l , t a m p o c o l o t i e n e d u r a ­
t i v o . F e r é c i d e s d e Siro fr. 2 D i e l s ­ K r a n z ποιεϋσιν . . . π ο ι ε ϊ ( t i p o
"inexpresivo") no insisten t a m p o c o en la duración de la acción.
I g u a l o b s e r v a c i ó n p a r a J e n o f o n t e Anab. 1 1 , 1 s s . δ ι α β ά λ λ ε ι . . . β ο υ ­
λεύεται. A n t e s b i e n , e l v a l o r d u r a t i v o r e p u g n a c l a r a m e n t e a m u c h o s
e j e m p l o s e n q u e el s e n t i d o e s p u n t u a l o ^ w a s í ­ p u n t u a l . A s í e n
T u c í d i d e s V 1 0 , 7 s s . τιτρώσκεται n o s i g n i f i c a ' e s t á s i e n d o h e r i d o '
(ni c o m o s i m p l e m e n t e d u r a t i v o , ni c o m o i t e r a t i v o ) y αποθνήσκει
n o e s ' e s t á m u r i e n d o ' . E n J e n o f o n t e Anab. I I I 2 , 9 πτάρνυται n o e s
' e s t á d a n d o u n e s t o r n u d o ' ( c o m o d u r a t i v o ) , ni ' e s t á d a n d o e s t o r ­
nudos' (como iterativo).
2.a L a o b s e r v a c i ó n e m p í r i c a p r e c e d e n t e e s c o n f i r m a d a p o r
o t r a . E r i k s s o n · o b s e r v a q u e el p r e s e n t e h i s t ó r i c o n o a p a r e c e n u n c a
con sentido conativo. Ahora bien, este sentido c o n a t i v o sería de
esperar c o n f r e c u e n c i a e n l o s v e r b o s t r a n s f o r m a t i v o s , si el v a l o r
del p r e s e n t e h i s t ó r i c o fuese el d u r a t i v o (cf. § 1 4 2 ) .
3.» J . B r u n e l " h a p o d i d o p r o b a r e s t a d í s t i c a m e n t e u n a afini­
d a d del p r e s e n t e h i s t ó r i c o c o n el a o r i s t o e n l o r e f e r e n t e al e m p l e o
de p r e v e r b i o s . E n el Aiax d e S ó f o c l e s , el 1 8 % d e l o s p r e s e n t e s
n o históricos aparece con preverbio (44 c o m p u e s t o s frente a 191 s i m ­
ples); e n el d i s c u r s o V I I d e L i s i a s el p o r c e n t a j e e s d e l 1 6 % (9 c o m ­
puestos frente a 4 5 simples). Por el contrario, el 4 5 % de los pre­
s e n t e s h i s t ó r i c o s d e l Aiax s o n c o m p u e s t o s (9 f r e n t e a 11 s i m p l e s ) ;
e n el m i s m o L i s i a s (discursos I , I I I , X I I ) el p o r c e n t a j e e s d e l "74 %
(23 c o m p u e s t o s frente a 8 s i m p l e s ) . — E s t o s p o r c e n t a j e s de v e r b o s
c o m p u e s t o s e n el p r e s e n t e h i s t ó r i c o s e a p r o x i m a n a l o s d e c o m ­
p u e s t o s e n el a o r i s t o d e i n d i c a t i v o , q u e s o n d e l 3 7 % e n e l Aiax
(50 c o m p u e s t o s f r e n t e a 8 5 s i m p l e s ) y del 6 7 % e n L i s i a s V I I ( 2 3
c o m p u e s t o s frente a 11 s i m p l e s ) . Se d i s t a n c i a n c o n s i d e r a b l e m e n t e
del i m p e r f e c t o , del c u a l e n e l Aiax s ó l o el 2 0 % (11 c o m p u e s t o s
frente a 4 3 s i m p l e s ) y en L i s i a s V I I el 2 5 % (12 c o m p u e s t o s f r e n t e
a 35 simples) llevan preverbio.—La estadística presenta los hechos
e n b r u t o . S i n n e c e s i d a d de precisar l a d e l i c a d a c u e s t i ó n d e l v a l o r
a s p e c t u a l de l o s p r e v e r b i o s y s i n d e c i d i r s o b r e la p e r t e n e n c i a d e
c a d a p r e s e n t e h i s t ó r i c o a u n o d e l o s d o s t i p o s , l a s cifras m u e s t r a n
q u e el p r e s e n t e h i s t ó r i c o n o t i e n e el v a l o r a s p e c t u a l d u r a t i v o d e l
i m p e r f e c t o , s i n o q u e p r e s e n t a c i e r t a a f i n i d a d c o n el a o r i s t o .
Por consiguiente, e l p r e s e n t e h i s t ó r i c o no tiene
v a l o r d u r a t i v o .

(') Op. cit. p. 14. Eriksson está en un error al atribuir a Wackernagel,


Vorlesungen I p. 165, la opinión contraria: Wackernagel se refiere al presente
de indicativo, sin especificar que trate del presente histórico.
(») L'aspect verbal etc. p. 260 ss. y 273 s.

— —
§ 255.—Con la cuestión del aspecto del presente histórico está
íntimamente relacionada la de los tipos de verbos que admiten el
presente histórico.
Es sabido que el presente histórico no existe en verbos de es­
tado Verbos como ειμί 'ser', κεϊμαι 'yacer', no aparecen nunca
en el presente histórico.
Una ojeada a las listas de verbos en presente histórico que dan
Eriksson ' y Koller ' es suficiente para convencer de que funda­
mentalmente pertenecen al tipo que nosotros denominamos trans­
formativo: ϊσταμαι, φεύγω, έρχομαι, πίπτω, φαίνεται, τυγχάνω 'obte­
ner', ευρίσκω, άμαρτάνω, τρέπω, λαμβάνω, όράω 'ver*, ττυνθάνομαι,
κτείνω, δίδωμι, τίθημι, πείθω, γίγνομαι, ποιέω, τίκτω, γαμέω, κτλ.
Los no­transformativos, si bien son raros, no están excluidos
del presente histórico. El comienzo de la Anabasis de Jenofonte (ci­
tado § 248) ofrece πείθεται. Iseo V 13 επειδή . . . ούκέτι ήμας δύναται
έξαπαταν, πείθει Μενέξενον contiene δύναμαι no­transformativo. D e
φοιταν 'frecuentar', no­transformativo, hay Sófocles OR Í2b5 (en
un contexto pretérito) φοιτ^ * γάρ ήμας έγχος έξαιτών πορεϊν. ΕΙ
Marmar Parium muestra βασιλεύει (A 49, 58, 6 1 , 72, etc.) y κυριεύει
(Β 17). Es importante notar que todos estos verbos no­transfor­
mativos no indican un estado pasivo (como είμί, κεϊμαι), sino más
bien una actividad.
§ 256.—Finalmente registremos la existencia de un perfecto his­
tórico paralelo al presente histórico (el perfecto es temporalmente
equivalente a un presente). Stahl» da como ejemplo seguro E s ­
quilo Choeph. (en un contexto de pretéritos 527 έδοξεν, 531 προσέσχε)
535 s. ή δ' έξ ύπνου κέκλαγενέπτοημένη. πολλοί δ'άνήθον . . . λαμπτήρες.
Schwyzer · da Jenofonte Hell. V I I 1, 41 (después de pretéritos 4 0
υπέστησαν . . . άπεκρίναντο . . . έτιηκολούθησαν . . . διελύθη). Αύθις δ'
Επαμεινώνδας, βουληθείς τούς Αχαιούς προσαγαγέσθαι, δπως μάλλον
σφίσι καΐ οί Άρκάδες και οΐ άλλοι σύμμαχοι προσέχοιεν τον νουν, έγνωκε
στρατευτέον είναι έπί τήν Άχαιαν '. Por su valor, el perfecto es afín
a los presentes no­transformativos. Y el solo hecho de que exista
un perfecto histórico, en tanto que los verbos de estado no apare­
cen en presente histórico, confirma el resultado a que llegamos § 100:
el valor del perfecto no es expresar el estado (generalmente resul­
tante de una acción), sino el contenido verbal después de su término.
(») Vid., V . gr., Schwyzer, Gr. Gram. II p. 271.
(») Op. cit. p. 15 ss.
(») Art. cit. p. 89 ss.
(·) B runel, L'aspect verbal etc. p. 271, acepta la enmienda φοίτα (L. Rous­
sel, REG 44, 1931, p. 3) arguyendo que serla el único ejemplo de verbo "dura­
tivo" en presente histórico, lo cual no es exacto, como prueban otros ejemplos
que aducimos.
(») K ritische historische Syntax des griech. Verbums p. 116, 3.
(·) Gr. Gram. II p. 287.
(') έγνωκε στρατευτέον es la lectura que dan los códices. Está apoyada
por los presentes históricos que siguen: πείθει . . . καταλαμβάνει . . . ύπερβαίνουσι
y es lectio difficilior respecto a la enmienda έγνω έκστρατευτέον propuesta por
Hertlein.

— 153 —
§ 257.—Sobre el pretendido valor puntual del presente histórico
observamos:
1.° En los textos, si bien el sentido puntual es frecuente en el
presente histórico expresivo, hay también ejemplos de este tipo
expresivo en los que el sentido puntual es inadmisible. Así Heró­
doto II 115, 2­4 είρώτα τόν Άλέξανδρον ó Πρωτεύς . . . ó δέ . . . κατέ­
λεξε καΐ . . . άττηγήσατο . . . μετά δέ ó Πρωτεύς είρώτα αυτόν . . .
ήλεγχον . . . τέλος δέ δή σφι λόγον τόνδε έ κ φ α ί ν ε ι ó Π. λέγων δ τ ι . . .
Tucídides III 109, 2 νεκρούς μέν άπέδοσαν καΐ τροπαϊον αύτοι έστησαν
καί . . . άνείλοντο. άναχώρησιν δέ έκ του προφανούς ούκ έσπείσαντο άπασι,
κρύφα δέ . . . σπένδονται Μαντινευσι και Μενεδαιφ καί τοις άλλοις άρ­
χουσι. . . άποχωρεϊν κατά τάχος. Los ejemplos podrían multiplicarse.
2.° En los textos, el presente histórico inexpresivo casi nunca
admite sentido puntual. Tal sentido repugna, en efecto, a ποιεϋ­
σιν . . . γίγνεται. . . ποιεϊ de Ferécides de Siro fr. 2 Diels­Kranz, a
διαβάλλει y βουλεύεται de Jenofonte Anab. I 1 , 1 , a φοίτα de Sófo­
cles OR 1255, a δύναται de Iseo V 13.
3.° Perteneciendo los presentes históricos en su mayoría a ver­
bos transformativos, el sentido puntual que se suele atribuir al pre­
sente histórico no exige que su valor sea puntual, ya que en los
semantemas transformativos el punto final de la transformación
destaca por sí solo cuando el valor de la forma es simplemente neu­
tro (cf. § 133). Cuando no se trata de acciones momentáneas, fre­
cuentemente no se aprecia insistencia especial en el punto final.
4.° Si el valor del presente histórico fuera el puntual, se realiza­
ría forzosamente siempre como puntual initivo en los verbos no­
transformativos. La realidad es que, por ejemplo, en φοιτ^ y δύναται
no se puede hablar de sentido initivo (§ 255).
5.° B runel ha pretendido ver en el hecho estadístico de la afi­
nidad del presente histórico con el aoristo de indicativo en cuanto
a empleo de preverbios una prueba del aspecto puntual de aquél.
Tal conclusión sería admisible si el aoristo fuera únicamente pun­
tual. Dado que el aoristo, además del valor puntual, posee el valor
neutro, la citada estadística demuestra únicamente que el presente
histórico no es durativo (§ 254, 3).
El p r e s e n t e h i s t ó r i c o , pues, n o t i e n e valor
puntual.
§ 258.—Si el valor aspectual del presente histórico no es dura­
tivo ni puntual, hay que concluir que e l v a l o r a s p e c t u a l
del p r e s e n t e h i s t ó r i c o es n e u t r o .
Neutro es, en efecto, el valor de "langue" del presente de indi­
cativo. El valor de "langue" de una unidad del sistema es inherente
a la forma y no puede alterarse en ninguna de sus reahzaciones,
que son fenómenos de "parole"; el presente histórico es, como sa­
bemos, una realización psicológica de la noción de tiempo presente
propia del presente de indicativo.
Con este valor neutro está, además, de acuerdo el uso del per­
fecto de indicativo como presente histórico: como establecimos

— 154 -
§ 83, el perfecto es neutro en cuanto a la oposición aspectual pre­
sente/aoristo. Empíricamente, por consiguiente, B rugmann­Thumb
(§ 250) estaban en lo cierto al afirmar que el presente histórico
unas veces era usado en lugar de un imperfecto y otras en lugar de
un aoristo.
§ 259.—Este valor neutro corresponde bien al sentido puntual
que generalmente presenta el presente histórico. Expresa la acción
en sí desnuda de calificaciones aspectuales, como se puede apreciar
en la mayoría de los ejemplos.
El sentido puntual, que a veces parece admisible, resulta de una
reahzación de ese valor neutro en el contexto o en la situación.
Interesante es el pasaje de Platón Lach 183 D­184 A " D e Estesi­
leo vale la pena contar cómo le resultó (απέβη) la invención de la
guadaña atada a la lanza. Durante el combate, la guadaña se pren­
dió (ένέσχετο) en los aparejos del navio enemigo y se sujetó (άντε­
λάβετο). Estesileo tiraba (είλκεν) de ella queriendo soltarla y no
podía (ούχ' οίος τ' ήν). Un navio estaba pasando de largo (παρήει)
al otro. Mientras tanto, él corría a lo largo (παρέθει) de la nave aga­
rrando la lanza. Mas cuando la nave enemiga ganaba ya la delan­
tera (παρημείβετο) y le arrastraba a él (έπέσπα), que tenía cogida la
lanza, fué dejando resbalar (ήφίει) la lanza por su mano, hasta que
se agarró (άντέλαβετο) a su extremo... y, tirando alguien una pie­
dra . . . cerca de sus pies, suelta la lanza (άφίεται)". La acción de
soltar la lanza es en este caso objetivamente puntual. El contexto,
la situación, precisan el valor neutro de la forma reahzándolo con
sentido puntual.
§ 260.—Queda por examinar la cuestión de la naturaleza de
la realización psicológica que está en la base del presente histó­
rico (cf. §§ 183, 186): ¿hay en el presente histórico una representa­
ción en vivencia ("Erlebnisschau"), mediante la cual una imagi­
nación excitada haría pasar ante el "yo" el desarrollo de la acción *
o una representación de conjunto ("Gesamtschau") de la acción
verbal?
La falta de realizaciones claramente durativas en los dos tipos
de presentes históricos (§ 254) y la no existencia de presentes histó­
ricos de verbos de estado (§ 255) excluye la posibilidad de que en
el presente histórico griego haya una representación en vivencia.
Por consiguiente, e n e l p r e s e n t e h i s t ó r i c o — tanto
en el expresivo como en el inexpresivo — h a y s i e m p r e u n a
r e p r e s e n t a c i ó n de c o n j u n t o de la a c c i ó n v e r b a l " .
§ 261.—Por lo expuesto hasta aquí se llega a la conclusión de

(^) Citado por B ruñe!, L'aspect verbal etc. p. 272.


{^) Así piensa, como varios otros gramáticos, W. Havers, Handbuch der
erklärenden Syntax, 1931, p. 153: "Die Erinnerung an Selbsterlebtes (?) kann
wieder so lebhalft vor die Seele des Redenden treten, das e r d e n V o r g a n g
g l e i c h s a m v o n n e u e m e r l e b t " (espaciado por mi).
(») Notemos que este resultado conduce a rechazar la interpretación de
K. von Fritz § 251.

— —
que n i e n e l a s p e c t o n i e n e l m e c a n i s m o p s i c o l ó ­
g i c o se o b s e r v a u n a d i f e r e n c i a s u s t a n c i a l en­
tre l o s d o s t i p o s de p r e s e n t e h i s t ó r i c o e s t a b l e ­
c i d o s por la d e s c r i p c i ó n empírica.
§ 262.—La diferencia entre los dos tipos es de orden puramente
estiUstico. He aquí la interpretación que nos parece más funda­
mentada.
Como observamos § 157, la posición natural, ingenua, del ha­
blante es la de situarse psicológicamente de cara a los aconteci­
mientos que narra, desinteresándose de su situación en el tiempo.
En principio, la expresión con el presente de indicativo de una
acción objetivamente pretérita significa únicamente que se pres­
cinde de la notación—y quizá de la percepción—de la distancia
temporal. Así, en el pasaje de Ferécides de Siro, en el comienzo de
la Anabasis, en Eurípides Bacch. 1 s. (§ 248), hay únicamente un
no tener en cuenta la distancia temporal, un situarse ingenuamente­
de cara a los acontecimientos que se narran, sin buscar efecto ex­
presivo de ninguna clase.
Cuando un relato transcurre expresado gramaticalmente en pre­
térito, es decir, con la notación expresa de la distancia temporal,
una acción interesante del relato atrae la atención y hace que el
hablante (o, naturalmente, el que escribe) adopte la postura natu­
ral e ingenua de situarse de cara al acontecimiento, sin sentir la dis­
tancia temporal. La acción expresada en presente de indicativo
adquiere por ello mayor relieve, destaca más. Así έπορ^ de Heró­
doto I 10 1­2, σπένδονται de Tucídides III 109, 2. Frecuentemente,
pero no necesariamente, la acción que de este modo atrae el inte­
rés es nueva, inesperada, súbita: de ahí que el presente neutro apa­
rezca en numerosos pasajes con un sentido puntual, generalmente
momentáneo. Ejemplos de ello son el ya citado έπορςί de Heró­
doto I 10, 1­2, τιτρώσκεται y αποθνήσκει de Tucídides V 10, 7 ss.,
πτάρνυται de Jenofonte Anab. III 2, 7­9.
Si, después de un primer presente que ha resultado expresivo,
el hablante continúa en la posición psicológica ingenua de estar
de cara a los acontecimientos, esto es, si sigue expresándose en
presente, los nuevos presentes pueden resultar también expresivos,
si la acción o acciones que expresan siguen siendo en sí interesan­
tes (caso de Tucídides I 136­138, 2, donde una serie de 14 presen­
tes históricos, algunos consecutivos, refieren la huida de Temísto­
cles), o bien pueden carecer de expresividad (caso de Heródoto I 98, 2
έκέλευε αυτούς οικία τε . . . οίκοδομήσαι καΐ κρατϋναι αυτόν δορυφόροισι.
ποιεϋσι δή (expresivo; nótese δή llamando la atención) ταϋτα oí
Μήδοι' οίκοδομέουσί τε . . . οίκία . . . καΐ δορυφόρους αύτφ έπιτρέπουσι
(inexpresivos) . . . καταλέξασθαι.
La expresividad o inexpresividad de un presente histórico—tal
como se entiende la expresividad en las descripciones empíricas—
depende, pues, del contexto y d e ' l a situación. Pero l i n g ü í s ­
t i c a y p s i c o l ó g i c a m e n t e el p r e s e n t e histórico

- 156 -
e s u n o . De esto deriva la dificultad de clasificar los presentes
históricos como expresivos o como inexpresivos. E n Jenofonte
Anab. I, 1 , 1 ss. γίγνονται es claramente inexpresivo; pero en algu­
nos que siguen la decisión es difícil. Incluso en el Μ armor Parium,
a pesar de su carácter analítico puramente registrador, la duda
está permitida en algún caso. Así en A 49 Jacoby άφ' οΰ Σιμωνίδης ó
Σιμωνίδου f πάττπος τοϋ ποιητοΰ, ποιητής ών και αυτός, ένίκησεν
Άθήνησιν καΐ Δαρείος τελευτ^, Ξέρξης δέ ó υιός βασιλεύει, έτη κτλ.
(489/488 a. C ) . Objetivamente la muerte de Darío y la subida de
Jerjes al trono son hechos interesantes por la trascendencia que
tuvieron para los griegos. Más claro es Β 17 άφ'ού [Ν]ικοκρέων έτε­
λεύτησεν και Πτολεμαίος κυριεύει τής νήσου έτη κτλ. (311/10 a. C.)
(311/310): Ptolemeo se apodera de la misma isla de Paros, en la
que se grabó la crónica epigráfica ». Notemos de paso que el valor
neutro del presente en los no­transformativos βασιλεύει, κυριεύει se
realiza como puntual initivo (de acuerdo con el principio estable­
cido § 131) por la acción del contexto y de la situación; el hecho de
reinar o de ser dueño no es objeto de datación; la tabla cronológica
se refiere a sus comienzos respectivos.
§ 263.—El análisis que hemos llevado a cabo ha puesto en nues­
tras manos resultados que permiten comprender funcionalmente el
fenómeno curioso que es el presente histórico.
S u v a l o r a s p e c t u a l e s n e u t r o : es el valor del pre­
sente de indicativo en el sistema. Su sentido temporal deriva de
una realización psicológica del valor temporal del presente.
El fenómeno del presente histórico es perfectamente natural en
un sistema verbal dotado de una categoría gramatical de tiempo
presente distinta de la de tiempo pretérito ». La existencia del
presente histórico nó es una reliquia ni un fenómeno propio de un
sistema verbal imperfecto, defectuoso (contra H. Koller'). Ni tam­
poco la causa de su falta en Homero puede radicar en el sistema
verbal, que es el mismo en Homero que en Heródoto o Tucídides
en lo que concierne a los factores que afectan al presente histórico
(contra K. von Fritz ·), sino que obedece a razones puramente esti­
lísticas (§ 161).

(>) K. von Fritz, art. cit. p. 200. vacila en su apreciación. Según él, los
presentes históricos del Marmor Parium pertenecen técnicamente al tipo que
llamamos "expresivo", puesto que generalmente están rodeados de aoristos;
pero por su efecto están más estrechamente emparentados con el tipo encon­
trado en Ferécides o Jenofonte.
(») Sobre la espontaneidad y naturalidad con que se produce el presente
histórico vid. R. Heinze. Streitberg­Festgabe, 1924, p. 123. y W. Havers. Hb. der
erkl. Synt., 1931, p. 153 s.
(') Art. cit. p. 76: "Das Praesens historicum ist also eigentlich ein Relikt,
das nicht in eine Sprache mit vollausgebautem Tempussystem passt".
(*) Art. cit. p. 196 s.

— 157 —
CAPITULO XI

EL ASPECTO DEL AORI STO "GENERAL"

§ 264.—Para la expresión de un contenido verbal de un modo


general, fuera de toda relación temporal, el griego antiguo contaba
con dos medios.
Uno era el uso del presente intemporal, que no es sino una rea­
lización psicológica en la "parole" del valor del presente en el sis­
tema de tiempos de la "langue", según vimos ya. E s el tipo ó μή
δαρείς άνθρωπος ού παιδεύεται.
Otro era el uso de formas de indicativo provistas de desinen­
cias secundarias. Por constituir el término no caracterizado de la
oposición temporal presente/pretérito y por ser ésta a su vez tér­
mino no caracterizado de la oposición futuro/presente­pretérito,
estas formas de pretérito poseen en la "langue" un valor neutro, de
indiferencia a toda distinción temporal. De ahí su empleo en ex­
presiones intemporales. Es el tipo παθών δέ τε νήπιος έγνω.
§ 265.—La estructura del sistema haría esperar la existencia
de un aoristo intemporal, de un imperfecto intemporal y de un
pluscuamperfecto intemporal, y a que en este valor intemporal sólo
están en juego las oposiciones temporales. En realidad, sólo existe
el aoristo intemporal, que denominamos aoristo "general". Por con­
siguiente, el primer problema que se nos plantea es el de explicar
la falta del imperfecto intemporal y del pluscuamperfecto in­
temporal.
Pero este problema está indisolublemente ligado a la cuestión
central de este capítulo, a saber, la determinación del aspecto del
aoristo general, ya que, por ser la lengua un conjunto orgánico, lo
uno no puede menos de estar relacionado con lo otro.
§ 266.—Los resultados obtenidos § 135 en la definición funcio­
nal del significado aspectual del aoristo nos permiten concretar el
planteamiento del problema. En cuanto término no caracterizado
de la oposición aspectual presente/aoristo, el aoristo posee un sig­
nificado que abarca dos valores: puntual {reaUzado como momen­
táneo, initivo y finitivo) y neutro, de indiferencia a la notación de
la duración. Como el significado de un término de una oposición
es el mismo en todas las posiciones en que se reahza esa oposición,

— 159 —
se trata de saber si el aoristo "general" presenta esos dos valores
o sólo uno de ellos y, en este último caso, de precisar cuál de los
dos es el que aparece.
§ 267.—H. Meitzer », que no v i o en el aoristo general, sino un
empleo intemporal, le asignaba el valor "confectivo" del aoristo
en general ("Ausdruck des Abschlusses der Handlung"); admitía
la existencia de aoristos ingresivos (como έχάρη en Γ 23 ss. ώς τε
λέων έχάρη μεγάλω έπΙ σώματι κύρσας πεινάων μάλα γάρ τε κατεσθίει,
εϊπερ άν αυτόν σεύωνται ταχέες τε κύνες θαλεροί τ'αίζηοί) y, por otra
parte, la de aoristos "constativos" (como en Γ 33 ss. ώς δ'δτε τις
τε δράκοντα ίδών παλίνορσος άπέστη ουρεος έν βήσσης, ύπό τε τρόμος
έλλαβε γυϊα, άψ δ'άνεχώρησεν, ωχρός τέ μιν εϊλε παρειάς). Wackerna­
gel ' es de opinión que el aoristo general está empleado con aspecto
"efectivo" o "ingresivo", mientras que en el presente (o en el per­
fecto) se expresa un estado ("das Zuständhche", entendido en sen­
tido ampho: así κατεσθίει del símil de Γ 23 ss.). Para E . Hermann»,
el aoristo general expresa, como el tema de aoristo en general, el
comienzo o el final de la acción; en apoyo de ello presenta como
ejemplos los aoristos de los símiles Γ 23 ss. y 33 ss. recién citados.
§ 268.—Como nuestro examen §§ 115­117 puso de manifiesto
la insuficiencia y subjetividad de las definiciones usuales del as­
pecto "ingresivo" ( = "inceptivo", "incoativo", etc.) y "termina­
tivo" ( = "confectivo", "perfectivo", "efectivo") de las formas ver­
bales, el problema debe ser estudiado de nuevo, empezando por el
análisis mismo de los textos. En efecto, todos los aoristos gnómi­
cos de los símiles homéricos recién citados (έχάρη, άττέστκ), Ιλλαβε,
άνεχώρησεν, εϊλε) pertenecen a semantemas transformativos ("ale­
grarse", "apartarse", "apoderarse", "retirarse", "coger") y, por
tanto, el examen meramente empírico no permite, salvo condicio­
nes especiales •, determinar si son aoristos con valor aspectual neu­
tro o puntual finitivo, según vimos § 133. La existencia de aoristos
gnómicos puntuales sólo puede ser determinada con seguridad en
los semantemas no­transformativos, en los cuales el valor puntual
initivo no se confunde con el valor neutro.
§ 269.—Anahcemos, pues, desde este punto de vista los aoris­
tos generales que, de diversas procedencias desde Homero hasta
el s. IV a. C , cita Schwyzer» clasificándolos bajo distintas rú­

(») IF 17, 1904, p. 244 s.


(») Vorlesungen I p. 180.
(») Nachrichten Gottingen, phil.­hist. Kl., 1948, p. 634 s. La definición de
Hermann se complica con su compleja clasificación de "categorías" aspectuales,
sobre lo cual vid. § 76. Véase una bibliografía completa sobre la cuestión en
Schvfyzer, Gr. Gram. II p. 285 ss.
(«) .Por ejemplo, en el tipo lireiOov . . . ÍTreíaa (§ 130), que no he encon­
trado en los aoristos generales.
(') Gr. Gram. II p. 282 ss., apartados 6 a 9. Del apartado 5 (aoristos que
designan, según Schwyzer, "ein einmalig gedachtes Ereignis") algunos ejem­
plos han de ser considerados como aoristos intemporales. Todos son, por lo
demás, también de verbos transformativos.

— i6o —
bricas. Se observará que, salvo los tres casos que estudiamos § 270,
todos pertenecen a semantemas transformativos.
a) Aoristo de indicativo en situaciones típicas de Scliwyzer:
X 490 ss. κοτύλην τις τυτθον έπέσχε (§ 270) . . . έδιηνε (bis) . . . έκ
δαιτύος έστυφέλιξε.
Ν 729 ss. έδωκε . . . έσάωσε . . . άνέγνω.
ζ 185 έκλυον.
Hesíodo Theog. 81 ss. κατέπαυσεν.
Semónides fr. 1, 18 Diehla άψαντο.
Idem fr. 7, 49 έδέξατο.
Heródoto III 82, 3 απέβη.
Platón Resp. 566 E ήλευθέρωσε . . . διένειμε.
I 502 ss. ώνησαν . . . έκλυον.
Ω 335 έκλυες.
Eurípides Med. 245 έπαυσε.
Fragmenta iambica adespota 29 Diehla κατέπιεν.
Tucídides I 84, 2 άνεπείσθημεν.
Platón Phaedo 113 D διεδικάσαντο.
Demóstenes X X I I I 206 έτιμήσατε.
Δ 440 ss. έστήριξε.
Ρ 177 άφείλετο.
Σ 108 ss. έφέηκε.
Ξ 217 έκλεψε.
η 216 S . έκέλευσεν.
λ 201 έξείλετο.
ξ 63 έδωκεν.
δ 356 ήνυσεν.
ξ 463 ss. έφέηκε . . . άνηκε . . . προέηκεν.
6) Aoristo de indicativo para acontecimientos típicos de
Schwyzer.
Τ 93 s. κατά δ'οδν έτερον γε πέδησε.
Heródoto II 96, 2 έν ών έπάκτωσαν.
Idem IV 60, 2 περί ών έβαλε.
Hipócrates De morbis 1 15 διΌδν έφθειρε.
Ibidem I 18 διΌδν έφθειρε.
Ibidem I 14 διΌδν εφθάρησαν.
Epicarmo fr. 124 Kaibel γλυκύν γ' έπ'ών έπίομες οϊνον.
Heródoto I 132, 2 έθηκε ών.
Idem I 194, 4 άπ'ών έκήρυξαν 'expulsan'.
Idem II 4 7 , 1 άπ'ών έβαψε έωυτόν.
Idem II 39, 2 άπ' ών έδοντο.
Idem II 85, 1 κατ'ών έπλάσατο τήν κεφαλήν ττηλφ.
Hipócrates De morbis II 51 άπ'οδν ώλετο.
Ibidem I 21 διΌδν εφθάρησαν.
Epicarmo fr. 35, 6 Kaibel κάπ'ών ήχθόμαν.
Teognis 661 ss. έγεντο . . . καί τε πενιχρός άνήρ αϊψα μάλ' έπλού-
τησε (§ 270) και δς μάλα πολλά τ^παται έξαπίνης άπό γ'οδν ώλεσε νυκτΐ
μιη. κ α ι . . . ήμαρτε . . . έσπετο . . . έλαχεν.

— ι6ι —
c) Aoristo de indicativo en símiles, especialmente homéricos,
de Schwyzer.
Ρ 53 ss. έξέστρεψε . . . έξετάνυσσε.
Π 352 ss. έττέχραον . . . διέτμαγεν.
Ε 902 συνέπηξεν.
Γ 33 ss. άτιέστη . . . έλλαβε . . . άνεχώρησεν . . . εϊλε.
Ν 389 ss. ήρι,πε . . . έξέταμον.
Ε 597 ss. άνά τ'έδραμ' ' όπίσσω.
Α 548 ss. έσσεύαντο . . . έβη.
Ο 271 ss. έσσεύαντο . . . είρύσατ' (§ 270) . . . έφάνη . . . (έην § 277) . . .
άττέτραπε.
d) Aoristo gnómico, en sentencias, de Schwyzer.
A 218 έκλυον.
Ρ 98 s. κυλίσθη.
Σ 309 κατέκτα.
Hesíodo Op. 344 s. γείτονες αζωστοι Ικιον, ζώσαντο δέ ττηοί.
Υ 198 έγνω.
Hesíodo Op. 218 έγνω.
Sófocles Ant. 1352 έδίδαξαν.
I 320 κάτθανε.
Teognis 329 εΐλεν.
Pindaro 01. X I I 10 έπεσεν.
Ibidem VII 31 παρέπλαγξαν.
Tucídides V 103,1 καθεϊλεν.
Isócrates I 6 άνήλωσεν . . . έμάρανε . . . ώφέλησεν . . . έβλαψε . . .
έκόσμησε . . . έπεσκότησεν.
Tucídides III 4 5 , 1 ήλθεν.
Κ 224 ένόησεν.
Teognis 500 έδειξε.
§ 270.—De los 9 4 ejemplos de aoristos generales que, proce­
dentes de diversas épocas, dialectos y autores, hemos registrado
en el § 269, sólo 3 pertenecen a verbos no­transformativos:
X 494 κοτύλην τις τυτθον έτιέσχε χείλεσσι 'acerca', 'pone sobre los
labios' (cf. el mismo sentido en I 489 οϊνον έπισχών, π 444 έπέσχε
οϊνον έρυθρόν, Χ 83 τοι μαζον έπέσχον, siempre en aoristo; los dos
aoristos de indicativo citados soii temporales pretéritos) es un pun­
tual initivo de επέχω 'tener sobre': ρ 409 ss. θρήνυν . . . φ ρ' έπεχεν
λιπαρούς πόδας 'el escabel sobre el que tenía sus pies'.
Teognis 663 καί τε πενιχρός άνήρ αϊψα μάλ' έπλούτησε de πλουτέω
'ser rico', es un aoristo puntual initivo (nótese αϊψα μάλα).
O 271 ss. oí δ'ώς τ'ή έλαφον κεραον ή άγριον αϊγα έσσεύαντο κύνες
τε καΐ άνέρες άγροιώται" τον μέν τ' ήλίβατος πέτρη καί δάσκιος ΰλη
είρύσατ' ούδ'άρα τέ σφι κιχήμεναι αϊσιμον ήεν. ΕΙ aoristo gene­
ral είρύσατο de είρύω 'proteger', no­transformativo, tiene valor
neutro.
Resulta, pues, que e 1 97 % (89/92) d e l o s a o r i s t o s g e ­

(') άνα­τρέχω 'retroceder' es transformativo.

— 162 —
nerales están formados sobre s e m a n t e m a s trans­
formativos.
§ 271.—Estudiemos ahora desde este mismo punto de vista los
presentes intemporales. Un repertorio extenso y cómodo de los mis­
mos lo tenemos en las Γνώμαι μονόστιχοι de Menandro (FCG Meineke
IV p. 340 SS.Ì. Operamos con las 564 primeras y prescindimos
de los Supplementa I, II y I I I , qué contienen desde la 565 hasta
la 758).
Sólo tomamos en consideración las que están en presente de
indicativo. Hemos eliminado, pues, las que adoptan la forma de un
precepto en imperativo, de una posibilidad en optativo, de un fu­
turo generalizador, etc. N o son tenidas tampoco en cuenta las ora­
ciones nominales, en las que posiblemente habría que sobrentender
el presente de indicativo de είμί. También eliminamos las frecuentes
sentencias con una forma del presente de indicativo de είμί, a pesar
de que este verbo es de naturaleza no­transformativa. He aquí el
inventario.
Presentes generales formados sobre semantemas transformativos:
6 φέρει βλάβην, 11 άγει, 14 άγει, 15 βλάπτονται, 21 έκφεύγει, 22 ποιεϊ,
26 γνωρίζεται, 27 άπόλλυται, 29 σώζει, 31 μαλάσσεται, 41 πάντας
ήμερους τελεϊ, 42 βόσκουσι, 43 γιγνώσκομεν, 55 θηρεύεται, 67 γίγνεται,
71 βλάπτει, 83 φέρει, 89 τ ί κ τ ε ι . . . κομίζεται, 91 έρχεται. 100 δίδωσιν,
106 βουλεύεται, 111 προστρίβεται, 112 γίγνεται, 123 ξυλεύεται, 134 γίγ­
νεται, 140 φέρει, 141 διδοϊ, 149 αύξεται, 150 γίγνεται, 156 παύει,
158 ­όμολογεϊ, 170 έπιλανθάνονται, 176 γίγνεται, 180 φαίνεται, 181 δλ­
λυται, 184 φύεται, 195 πυρπολεί, 203 διαστρέφει, 215 ψαύει, 217 τίκτει,
223 μαρτυρεί, 224 δίδωσι, 227 ποιεϊ, 228 λέγει, 234 δρςί, 237 ποιεϊ.
242 παρίσταται, 25iύπεpπηδqi, 252 παρίσταται, 276 κρίνει, 286 φύεται,
291 φέρει, 294 κολάζεται, 301 φέρει, 303 φέρουσι, 305 κτώμεθ', 314 διοι­
κεϊ, 316 τίκτουσιν, 323 λυπεϊ, 337 διδάσκει, 347 γηράσκει. 368 γίγνεται,
κρίνεται, 385 αναπαύει, ποιεϊ, 393 τιτρώσκει, 404 περιφέρει, 415 βου­
λεύεται, 420 αναγκάζει, 422 παιδεύεται, 424 ποιεϊς, 425 αποθνήσκει,
428 δίδωσιν, άφαιρεϊται, 429 αναγκάζει, 430 έξαμαρτάνει, 431 έπιχειρεϊ,
446 ποιεϊ, 449 γίγνεται, 455 ποιεϊ, 459 φέρει, 460 τρέφει, 466 ανατρέ­
πει, 483 γίγνεται, 485 προσκοπεϊ, 490 λέγω, 491 έρχεται, 494 γίγνεται,
496 φέρει, 500 ευρίσκει, 511 ευρίσκεται, 514 ποιεϊ, 518 άλίσκεται.
524 γίγνεται, 536 αναλίσκεται, 538 ανοίγει, 539 κομίζει, κομίζεται,
541 γίγνεται, 542 τιτρώσκεται, 543 νίπτει, 545 άμαυροϊ, άγει, 547 λανθά­
νει, 553 λυμαίνεται.
Presentes generales formados sobre semantemas no­transforma­
tivos: 1 δεϊ, 7 έχει, 10 άμνημονεϊ, 19 δυστυχεϊ, 28 μισεϊ, 38 ήδομεν.
51 μοχθεϊ, 52 έχει. 6 4 βουλόμεθα, δυνάμεθα, 65 βιοϊ, 69 βροτοϊς πάσιν
άποθανεϊν οφείλεται, 78 ζής, 87 βούλεται, 96 δεϊ, 108 γελ^ί, 109 δια­
φέρει, 115 δεϊ, 120 δύναται, 125 δεϊ, 136 έπίσταται, 139 δεϊ, 157 δεϊ,
163 κακώς φρονοϋσι, 169 κρατεϊ, 171 μισοϋσι, 189 ζώμεν, 190 ζώμεν,
θέλομεν, δυνάμεθα, 200 ζώμεν, 211 δεϊ, 213 κρατεϊ, 221 πρέπει, 226
χωρεϊ, 236 θέλομεν, δυνάμεθα, 250 εύτυχεϊ, 265 έχει, 280 δεϊ, 281
ίσχύει, 282 χρή, 292 έχει, 306 εύτυχεϊ, 328 δεϊ, 332 μισώ, 340

­ ι63 ­
έχει, 344 δει bis, 349 μένει, 350 υπηρετεί, 351 έχει, 352 μισώ, 360
μισώ, 366 συμφέρει, 3 7 1 έχει, 375 πρέπει, 376 νικ^, 380 δει, 392 συμ­
φέρει, 403 έχει, 409 ισχύει, 410 ισχύει, 412 έπίσταται, 424 νοεϊς, βλέπει,
425 φιλουσιν, 426 έχει, 427 εμποδίζει, 435 χρή, 437 έχει, 438 βλέπει,
447 εύτυχοϋσιν, φρονοΰσιν, 451 έχει, 458 ανέχεται, 462 συμμαχεί,
464 έχω, 468 ζής, 470 δεϊ, 480 χρή, 481 νοεϊς, 484 πρέπει, 489 έχει,
497 νομίζομεν, 501 δρ^, 513 ήδονται, 528 φιλεΐ, 530 διαφέρει, 534 δεϊ,
554 μισεϊ.
§ 272.—La misma compilación de γνώμαι de Menandro presenta
8 ejemplos de aoristo general ("gnómico" concretamente) Todos
pertenecen a verbos transformativos:
205 ήγαγεν, 320 έφυ, 357 έτυχε γενναίου φίλου, 439 έπαύσατο,
443 άπώλεσεν, 487 ευρέθη, 495 ώρθωσεν, 517 έφυ.
Ε η resumen: Sin contar los 91 presentes de είμί, l o s ρ r e ­
s e n t e s g e n e r a l e s p e r t e n e c e n e n u n 54 % (107 ejem­
plos) a s e m a n t e m a s t r a n s f o r m a t i v o s y e n u n 4 6 %
(89 ejemplos) a s e m a n t e m a s no­transformativos.
Los aoristos generales pertenecen en un 100 % a semantemas
transformativos, lo que coincide sustancialmente con el 97 % es­
tablecido § 270.
§ 273.—Para la interpretación de estos datos es importante
tener en cuenta:
1.° El presente de indicativo que, realizado como presente ge­
neral, coexiste con el aoristo general, tiene un valor aspectual neu­
tro indiferente a la expresión de la duración y de la puntualidad
(§ 186).
2.° La formación de los aoristos generales sobre verbos trans­
formativos no permite asegurar la existencia de un valor pun­
tual", sino que inclina a admitir en principio un valor neutro: en
ninguno de los numerosos ejemplos estudiados se advierte una
insistencia clara en la momentaneidad del proceso ni en su punto
final.
§ 274.—Dado que el presente general es neutro y que no exis­
ten pruebas de aoristos generales con valor puntual más que para
2 casos (§ 270), es lícito establecer que e l a o r i s t o g e n e r a l
es f u n d a m e n t a l m e n t e n e u t r o en c u a n t o al a s ­
pecto.
O, formulado de otro modo: E n l a p o s i c i ó n d e t i e m p o
n e u t r o h a y n e u t r a l i z a c i ó n de la o p o s i c i ó n a s ­
pectual presente/aoristo.
Paralelamente a la neutralización de esa oposición aspectual
en la posición de modo (§§ 172­176), podemos definir esta neutra­
lización como una n e u t r a l i z a c i ó n i m p e r f e c t a , si bien
se reahza en un 98 % de los casos, y establecer una c a u s a d e ­

(*) 411 Ούπώποτ' έδήλωσα πολυτελή νεκρόν, con ούπώποτε 'nunca hasta
ahora' generalizador; es un aoristo pretérito de experiencia.
(·) De los tres casos de aoristo general de verbos no­transformativos, dos
(έπέσχε y έπλούτησε) son puntuales initivos; el otro (είρύσατο) es neutro.

— 164 —
t e r m i n a n t e s i m i l a r : cuando se considera un contenido
verbal en abstracto, en general, interesa la noción verbal en sí,
pura, desprovista de calificaciones aspectuales.
§ 275.—Como a r c h i m o r f e m a aparece el del aoristo en los
semantemas transformativos, porque en ellos el valor puntual
(finitivo) del aoristo carece de relieve y es difícilmente separable
del valor neutro: destaca siempre la transformación en sí (§ 174).
En los semantemas no­transformativos el aoristo es evitado
como archimorfema, porque aquí su valor puntual (realizado como
initivo) destaca fuertemente y precisamente se trata de no notar
valores aspectuales. Paralelamente a lo que ocurre en la neutrali­
zación en la posición de modo, en estos semantemas no­transfor­
mativos sería de esperar el uso de la forma durativa correspon­
diente, y a que, por estar imphcito ese valor durativo en el carác­
ter no­transformativo del semantema (salvo cuando son momen­
táneos), no modificaría sensiblemente el sentido de éste con la no­
tación de valores aspectuales especiales (así el puntual initivo).
Esto es, se esperaría en griego la existencia de un imperfecto gene­
ral reahzado en semantemas no­transformativos. Si tal imperfecto
no existe, es debido a que en indicativo existía un presente general
que poseía una gran ventaja sobre el imperfecto: la de ser aspectual­
mente neutro, excluyendo por completo toda notación aspectual,
mientras que el imperfecto sería siempre positivamente durativo.
§ 276.—En virtud de su valor aspectual exclusivamente neutro,
el presente de indicativo general admitía cualquier tipo de seman­
temas, transformativos o no­transformativos, como hemos obser­
vado § 272.
Que el presente general no es usado por un (hipotético) valor du­
rativo resulta claro:
1.° En sentencias como la de Ν 730 s. άλλφ μέν γαρ δώκε θεός
πολεμήϊα έργα. . . . άλλ<)) δ'έν στήθεσσι τιθει νόον εύρύοπα Ζεύς έσθλόν,
donde Ε. Hermann ' reconoce no comprender el motivo de la elec­
ción de aoristo y presente en έδωκε y τιθεϊ (ambos son transformati­
vos). La misma observación se puede hacer en Teognis 499 s. èv
Ttopi μέν χρυσόν τε καί αργυρον ϊδριες άνδρες γινώσκουσ', ανδρός
δ'οΐνος έδειξε νόον. Εη έλέφας μυός ούκ άλεγίζει (no­transformativo)
el sentido durativo procede del semantema, mas no de la forma
(no hay insistencia ni contemplación ninguna de la duración). Lo
mismo en κείται del símil Δ 141 ss. o en βρύει 'está cargado' de Ρ 53 ss.
En este último símil el sentido durativo de τρέφει έρνος άνήρ έριθηλές
es dado por el contexto y por el mismo sentido de τρέφει (transfor­
mación no rápida), pero no es valor expresado por la forma gra­
matical.
2.° En el uso del perfecto (que temporalmente es un presente)
con sentido general: Π 384 ώς δ'ύπο λαίλαπι πασα κελαινή βέβριθε
χθων ήματ' όπωρινώ. Η 4 ss. ώς δέ θεός ναύττισιν έελδομένοισιν έδωκεν

Nachrichten Gottingen, phil. hist. Kl., 1943, p. 635.

- 165 -
οδρον. . . καμάτ({) δ'ύπό γυϊα λέλυνται. Ο también επιχώριοι οδρον
ϊσασιν. ΕΙ perfecto, que en estos semantemas transformativos n o t a
un estado, es neutro en lo concerniente a la notación de la duración
de ese estado (§ 83).
§ 277.—Interesante en extremo es la presencia del "imperfecto"
ήεν en medio de aoristos generales en símiles como O 271 ss. έσσεύαντο,
. . . είρύσατ', ούδ'άρα τέ σφι κιχήμεναι αϊσιμον ήεν. . . . έφάνη . . . άττέ­
τραπε. . . Lejos de implicar la existencia de un imperfecto general,
prueba el carácter aspectual neutro de los aoristos y confirma el
valor aspectual también neutro de ήν, que establecimos §§ 192­194.
§ 278.—La falta de un pluscuamperfecto general es, sin duda,
debida a la existencia del perfecto general, aspectualmente equiva­
lente, motivado psicológicamente y apoyado por el presente gene­
ral, extraordinariamente frecuente.
E n la antinomia entre valores de "langue" y realizaciones de
"parole" para la expresión intemporal, de que tratamos § 166, se
observa un claro predominio de las realizaciones psicológicas (tiempo
de presente general) sobre la utilización del valor neutro del sistema
temporal de la "langue" (pretérito). La causa de este predominio
es obvia: las realizaciones del tiempo presente como presente gene­
ral obedecen a factores humanos universéiles, psicológicos y supra­
lingüísticos.
§ 279.—El valor aspectual fundamentalmente neutro del aoristo
general confirma que este aoristo ha de ser separado del aoristo de
anterioridad inmediata del tipo έγέλασα, que § 181 hemos interpre­
tado como exclusivamente puntual. En efecto, a diferencia de lo
que ocurre en el aoristo general, en el tipo έγέλασα están abundan­
temente representados los semantemas no­transformativos. E n el
escaso número de ejemplos que da Schwyzer ' de este tipo se en­
cuentran: Sófocles Ph. 1314 ήσθην πατέρα τον άμόν εύλογοϋντά σε.
Eurípides Suj>pl. 1161 έκλαυσα τύδε κλύων έπος. Idem El. 248 φμωξ'
(acaso puntual momentáneo). Aristófanes Eq. 696 ήσθην άπειλαϊς,
έγέλοισα ψολοκομπίαις.

(») Gr. Gram. II p. 282. Como indicamos § 165 nota, Schwyzer reduce el
aoristo general a aoristo de la anterioridad inmediata.

— i6ó —
RECAPITULACIÓN

Cuando trata de determinar las nociones expresadas por las


formas gramaticales, la lingüística (concretamente: la sintaxis con­
cebida en sentido amplio) se enfrenta con un problema capital.
Del conjunto de sentido de una frase ¿qué nociones son las expresa­
das por cada una de las formas? Esto es, es necesario separar el
valor de cada forma gramatical de las nociones que pertenecen a
los elementos léxicos utilizados y de las que son aportadas por el
contexto, por la situación, por la intervención del factor psico­
lógico.
Desde los tiempos de los neogramáticos existen análisis satis­
factorios de la intervención de la psicología en el acto de la palabra.
Pero la separación de los demás elementos apenas ha progresado.
En la perspectiva histórico­genética aplicada a este problema desde
entonces se ha tratado de descubrir el significado primitivo de una
forma indoeuropea ("Grundbedeutung") y de expücar por él los
usos ("Gebrauchsweisen") conocidos en las distintas lenguas de la
famiha. Pero si una forma presenta cierta complejidad, este pro­
grama ha resultado irrealizable: no se contaba con un método para,
dentro de una misma lengua y prescindiendo de toda construcción
histórica, distinguir lo que es valor de una forma ("B edeutung") de
los sentidos que pueden considerarse derivados o simplemente ad­
heridos ("Gebräuche"). Situada frente a este problema, cuando el
significado primitivo no resultaba visible, la hngüística histórica
tomaba uno de estos dos caminos: o se limitaba a establecer corres­
pondencias en los usos de Una forma en las distintas lenguas empa­
rentadas, renunciando a establecer la "Gnmdbedeutung"; o bien
operaba sobre los textos con un método empírico inventariando usos
para después extraer un significado común a todos, si es que ello
era posible, o para dar la prioridad a uno de ellos, lo que con fre­
cuencia ha dependido del arbitrio de cada hngüista. E n reahdad,
este método puramente empírico es inviable. ¿Cómo incluir en una
definición de este tipo el aoristo puntual y el aoristo "factivo" que
puede designar una acción que dura: έβασίλευσα τριάκοντα έτη? Casi
8 0 años de investigación gramatical no han logrado, con estos mé­
todos, dar definiciones satisfactorias de las diferentes categorías
aspectuales del verbo griego.

167 —
Intentar, en pura consideración estática, resolver el problema
de la determinación del valor de una forma gramatical presupone
la admisión de la concepción saussuriana de la lengua como sistema
orgánico, al menos como hipótesis de trabajo ("Arbeitshypothese"),
ya que no puede admitirse comò científico el método consistente en
asignar a una categoría gramatical un valor cualquiera de entre los
inventariados en los textos. Por el contrario, si la lengua es un sis-
tema, con su estructura y sus leyes propias, el valor de una catego-
ría gramatical dependerá del que resulte admisible para cada una
de las otras categorías del sistema; un error cometido al establecer
el valor de una categoría repercutirá en el sistema entero y será,
por ello, más fácil de descubrir. Es decir, esta concepción sistemoló-
gica de la lengua ofrece la única posibihdad científica de establecer
el significado de una forma gramatical, siempre a reserva de veri-
ficar ese significado mediante una comprobación completa, consis-
tente en interpretar a partir de él t o d o s los usos de la forma
como realizaciones del significado establecido. Este proceder no
debe entenderse como exclusivamente deductivo. En nuestro es-
tudio, la teoría sistemológica y la interpretación del sistema de as-
pectos y tiempos del verbo griego se han desarrollado orgánica-
mente. Unas veces la teoría ha iluminado los datos y otras veces
han sido éstos los que han vivificado la teoría, estimulando su des-
arrollo. El descubrimiento del valor aspectual neutro del presente
de indicativo es una muestra de lo que decimos: fué presentido teó-
ricamente, comprobado en los textos y, finalmente, provocó un des-
arrollo más completo de la teoría de la neutralización de las oposi-
ciones morfológicas expuesta §§ 50-59.
Una vez obtenida la adecuada comprobación, el análisis fun-
cional no puede ser concebido como un método descriptivo pura-
mente externo. El establecimiento de la estructura del sistema
gramatical dado, la determinación de los valores de sus categorías
y la interpretación de los sentidos especiales como productos de
la realización de esos valores, equivalen a una formulación expresa,
en el plano iluminado de la conciencia, del pensamiento lingüístico
inconsciente, que ha estructurado el sistema dehmitando campos,
fijando diferencias, seleccionando nociones, estableciendo oposicio-
nes. Tal es, en sustancia, el objeto de todo análisis lógico, psicoló-
gico o hngüístico: pasar lo inconsciente o subconsciente al plano
de la conciencia.
Operando constantemente sobre los textos, el análisis psicoló-
gico y la aphcación de ciertos criterios funcionales—reducidos e n
número y notables por su simplicidad—nos han permitido siempre
ehminar o al menos reducir considerablemente la subjetividad y
arbitrariedad de todo examen meramente empírico.
Fundamental, por cuanto que nos ha permitido separar las no-
ciones pertenecientes a los elementos léxicos o semantemas, es la
clasificación de los semantemas verbales en t r a n s f o r m a t i -
v o s y n o - t r a n s f o r m a t i v o s , surgida espontánea y natu-

— i68 —
raímente en el estudio del perfecto. Esta distinción ha ido reve­
lando su carácter básico a medida que progresaba el análisis y ha
contribuido a sus resultados finales en medida tan decisiva como
el descubrimiento y comprobación del valor aspectual neutro del
presente de indicativo.
He aquí un índice de los resultados concretos más importantes
de nuestro análisis:
En el tema de perfecto, el tipo normal τέθνηκε y el llamado
"intensivo" δέδορκε han podido ser reducidos sin violencia a una
clara unidad de significado definido como "expresión de la acción
verbal después de su término".
Se precisan los conceptos de aspecto "ingresivo" y "efectivo"
("initivo" y "finitivo", respectivamente, en nuestra terminología),
utilizados con notoria ambigüedad hasta ahora, y se determina la
relación en que están con la naturaleza del semantema verbal: la
noción de aspecto "initivo" sólo se da en los semantemas verbales
no­transformativos; la de "finitivo", únicamente en los transforma­
tivos.
Se demuestra que en el tema de aoristo coexisten el valor pun­
tual y el valor neutro ( = "factivo", "complexivo", "constativo",
etcétera). Ambos, igualmente justificados, constituyen el signifi­
cado del aoristo, definido no en sí, sino por oposición con el tema
de presente, de valor durativo.
Se demuestra también, en la teoría y en los textos, que el valor
aspectual del presente de indicativo es neutro en cuanto a la dife­
rencia entre tema de aoristo y tema de presente. El sentido dura­
tivo que en ocasiones posee este tiempo resulta de la noción psicoló­
gica de tiempo presente. Estos hechos van hgados a la explicación
de la falta de un aoristo en el tiempo presente y a la interpretación
del llamado aoristo pro pr aesente (tipo έγέλασα).
Dentro del tema de presente, sólo resulta admisible la existen­
cia de la oposición aspectual de presente reduplicado/presente sim­
ple (tipo μίμνω/μένω), equivalente a "acción verbal con su término"/
"acción verbal en su término". Los pretéritos "iterativos" jónicos
son por su valor verdaderos imperfectos.
Dentro del tema de aoristo, es inadmisible la existencia de la
oposición aspectual entre los tipos ­ην/­θην. La diferencia entre
ambas formaciones consiste sólo en la limitación del aoristo en ­ην
a los semantemas transformativos.
Los diversos usos temporales del presente de indicativo surgen
(excepto en algún caso de presente pro futuro) de diferentes rea­
hzaciones psicológicas de la noción de tiempo presente. Por el con­
trario, el sentido intemporal del aoristo general es auténtico valor
del sistema, el cual, junto con el valor corriente de tiempo preté­
rito, se justifica por oposición con el tiempo presente.
El estudio del presente histórico conduce a establecer un solo
tipo aspectual y también un solo tipo en cuanto a intervención de
factores psicológicos. Su valor aspectual es neutro, que es precisa­

— 169 —
mente el valor del presente de indicativo en general y que explica
el sentido puntual que suele atribuirse al presente histórico.
El análisis del aoristo general conduce a definirle como aspec-
tualmente neutro (uno de los valores del tema de aoristo). Neutro
es también el presente general que coexiste con este aoristo. Así
se llega a explicar la no existencia en griego de un imperfecto y
de un pluscuamperfecto generales.
En estas líneas finales es oportuno insistir sobre el hecho de que
la adopción de uñ tipo de consideración exclusivamente sincrónica
no procede de un desinterés por los problemas históricos, sino que
deriva de una exigencia metodológica: el análisis sincrónico debe
necesariamente preceder a toda interpretación histórica. Creemos
que los resultados obtenidos en nuestro estudio deben ser la base
de partida para trazar la historia ulterior del sistema y para las
reconstrucciones genéticas que se intenten.

— 170 —
A) INDICE ANALITICO DE MATERIAS

A n á l i s i s e s t r u c t u r a l de un tre ambos es únicamente de realiza-


sistema morfológico: concepto (33) ción: el tipo en -njv se realiza sola-
y método (33 ss.). mente en semantemas transforma-
a n t i n o m i a entre valores de "lan- tivos (142 ss., 146); el tipo en -%rft no
gue" y realizaciones de "parole" en conoce esa limitación (140 ss., 146).
la expresión intemporal (100, 166). — i n d i c a t i v o a o r i s t o (vid
también s. 'pretérito'): El llamado
aoristo: aor. pro praes. del tipo ¿yíXccaa es
— t e m a a s p e c t u a l constitu- un.puntual pretérito que no puede
ye con el tema de presente un bloque ser expresado como presente porque
que, como término no caracterizado, la noción de tiempo presente excluye
se opone al tema de perfecto, término la momentaneidad (107 s.).—El
caracterizado (45 s.). El empleo de aoristo general, o gnómico en sen-
aor. pro perf, es una realización del tido amplio, en cuanto al tiempo,
valor neutro en cuanto a la noción resulta del valor neutro del preté-
de perfecto, propio del tema de aoris- rito, término no caracterizado de
to como término no caracterizado la oposición temporal presente/pre-
(46).—Es el término no caracteri- térito (99 s.). Aspecto (159 ss.); con-
zado de la oposición presente/aoris- currencia del presente general (159);
to (89) y contiene en cuanto tal un el 97 % de los ejemplos de aoristo
valor negativo (aoristo puntual) y un general pertenecen a semantemas
valor neutro (aoristo neutro, factivo, transformativos (160 ss., 162 s.); por
constativo, complexivo) (79 ss., 84). el contrario, de los ejemplos de pre-
El aoristo puntual se realiza como sente general el 54 % pertenecen a
m o m e n t á n e o en los s e m a n t e m a s semantemas transformativos y el
momentáneos y, en ciertos casos, 46 % a no-transformativos (163 s,);
en los semantemas transformativos el aoristo general es fundamental-
(79 s.); como finitivo en los seman- mente neutro en cuanto al aspecto
temas transformativos (80) y como (164); por su naturaleza es distinto
initivo en los semantemas no trans- e independiente del aor, pro paes. del
formativos (81). El aoristo neutro tipo ¿YéXotoa (166).—El aor. pro
es irreductible al aoristo "confecti- fut. se explica en unos casos como
vo" (6g s.); se distingue difícilmente realización psicológica del aoristo
del aoristo puntual en los semante- pretérito (93) y en otros como resul-
mas transformativos (82 s.). Aoristo tado de la realización del valor neu-
"iterativo" es una realización en tro del pretérito (93 s.).
el contexto del valor del aoristo
(88 s.).—Formaciones en -if¡v y -6i¡v a r c h i m o r f e m a de una oposición
(137 ss.). Crítica de la tesis de Pré- neutralizada (26).
vôt (137 ss.). Los textos no permiten archivalor neutro del archimor-
captar ninguna diferencia aspectual
fema (26).
entre el tipo en -rjv y el tipo en -BTIV
(T39). Las formaciones en -OTJV pre- a s p e c t o : Pretendida subjetividad
sentan tanto aoristos puntuales u objetividad de la noción de as-
(initivos y finitivos) como neutros pecto verbal (40 ss.). Toda noción
(140 ss.); las en -ii¡v desconocen los gramatical es siempre subjetiva
aoristos puntuales initivos (142). En- (40 ss., 42).
tre los dos tipos no hay una oposi-
ción estructural-funcional de valores C a t e g o r í a g r a m a t i c a 1 : (12);
aspectuales (145); la diferencia en- sentido dado a este término por la
escuela de Copenhague (22 n. 2).

— —
coincidencia: Distinta de la una realización psicológica del pre-
neutralización (29). térito (98 s.).—No existencia de un
c o m p a r a c i ó n con otras lenguas: imperfecto gnómico o general: in-
Licita para ilustrar, no para iden- terpretación (165).
tificar a priori unidades lingüísti- i m p l i c a c i ó n , según Hjelmslev
cas (34 s.). (32)·
c o n a t i v o : Realización del valor i n c e p t i v o : Vid. initivo.
durativo del tema de presente (q. v.); i n c o a t i v o : Vid. initivo.
raro en el presente de indicativo, lo
i n g r e s i v o : Vid. initivo.
cual se explica por el valor aspectual
neutro de esa forma ( i i o ) . i nitivo ( = inceptivo, incoativo,
ingresivo): Fijación del concepto (73,
c o n f e c t i v o : Vid. finitivo. 80 n.).
c o n m u t a c i ó n : Aplicada para la
i t e r a t i v o : Realización del valor
identificación de las unidades de un
durativo del tema de presente (78,
sistema morfológico (33).
88); realización del valor del aoristo
Desinencias personales secun- en un contexto (88 s.); realización
darias: Usadas en lugar de las prima- del valor del perfecto en semante-
rias: explicación funcional (100).— mas no-transformativos (63).—Pre-
La génesis de éstas en indoeuropeo téritos iterativos jónicos (132 ss.):
confirma la estructura de la opo- vid. presente (tema aspectual); ca-
sición temporal presente/pretérito rencia de aumento: hipótesis para
(100 n. 2). explicarla (134).
" d e t e r m i n é " (opuesto a "indé- " L a n g u e " : (opuesto a "parole") =
terminé"): Noción (117 s.); impreci- = Lo perteneciente al sistema de
sión en el uso de este término (118, signos de la lengua =^ La lengua co-
140). lectiva obtenida por abstracción a
d i c o t o m í a s en un sistema mor- partir de las diversas hablas indivi-
fológico: (20). duales (4 s.).
E f e c t i v o : Vid. finitivo. lengua: Trad. esp. de "langue"
e s t a d o d e l e n g u a del griego (4 n. 2).
antiguo estudiado: Desde los poe- ley de Zipf - T r u b e t z k o y :
mas homéricos hasta ca. s. III Inaplicable a las oposiciones signi-
a. C. (35). ficativas (8).
e s t r u c t u r a f u n c i o n a l de un M é t o d o e m p í r i c o : Insuficiente
sistema (5). para definir el valor de las categorías
e s t r u c t u r a l i s m o = funciona- morfológicas (36).
lismo (5). m o d o s (subjuntivo y optativo): In-
F i n i t i v o ( = perfectivo, confectivo, diferentes en cierto grado a la opo-
efectivo, terminativo): Fijación del sición aspectual presente/aoristo (89,
concepto (73, 80 n.). 103).—Constituyen una oposición
f u n c i o n a l i s m o ' » ' estructuralis- gradual, a la que se opone privati-
' mo (5). vamente el indicativo como el no-
f u t u r o : Presenta un valor único, modo (15).
como térnúno caracterizado de la m o r f e m a : (12).
oposición temporal futuro/presente- N e u t r a l i z a c i ó n : De oposiciones
pretérito (94); los tipos de fui. pro morfológicas (25 ss.); perfecta e im-
praet., pro praes. y gnómico son rea- perfecta (28); coincidencia (29).—
lizaciones psicológicas de la noción Neutralización de la oposición as-
de futuro (92). Tipo épico p-fjacro, pectual presente/aoristo: en la posi-
SiiosTO (91 n. i).—Indiferenciado ción de tiempo futuro (101 ss.); en
en cuanto a la oposición aspectual la posición de modo (89, 103 ss.); en
presente/aoristo (102). la posición de tiempo presente
Habla: Trad. esp. de "parole" (105 ss.); en la posición de tiempo
(4 n. 2). neutro (164).
I m p e r f e c t o : Vid. presente (tema noción básica: (12). Subjeti-
aspectual). El imperf. pro praes. es vidad de toda noción lingüística

— —
(4o); carece de interés la cuestión del nido verbal después de su término
mayor o menor grado de subjetivi­ (62), no la expresión del estado (60),
dad de una noción básica (40 s.), lo que es confirmado por la existen­
n o c i ó n p e r t i n e n t e : (11). cia de un perfecto histórico (153).
El perfecto "anómalo" del tipo
n o ­ t r a n s f o r m a t i v o : Vid. se­ δέδορκα (49 ss.) es irreductible al
mantema. perfecto "normal" (51) y resulta de
Oposición significativa: la realización del valor del perfecto
definición (10 s.). No existe oposi­ en los semantemas no­transformati­
ción de significados sin la corres­ vos (62); los sentidos intensivo e ite­
pondiente oposición de significan­ rativo de ese mismo tipo son tam­
tes, pero puede exitir una diferencia bién realizaciones en la "parole"
de significantes sin la correspon­ (63 s.).—El nuevo perfecto de ante­
diente oposición de significados (11). rioridad es asegurado para verbos
Oposición gramatical = op. propor­ no­transformativos en el s. IV a. C.
cional, op. de vocabulario = op. ais­ (58 n. 2, 59).
lada ( u ) . Op. morfológicas (12); sim­
ples y complejas (12 s.); solamente — indicativo perfecto :
privativas y graduales (15 s.). Ley Perfecto histórico (153). Perfecto
de la no identidad de las oposicio­ general (165 s.).
nes morfológicas que se interfieren pluscuamperfecto: el plus­
(19). Op. neutralizables {25).—Rea­ cuamperfecto enfático, retórico o
lidad lingüística de las oposiciones praegnans es una realización psico­
(24 s.).—Op. aspectual perfecto/ lógica del valor aspectual del tema
presente­aoristo (45 ss.); presente/ de perfecto (48). Interpretación de
aoristo (67 ss.). Op. temporal futuro/ la no existencia de un pluscuamper­
presente­pretérito (91 ss.); presente/ fecto general (166).
pretérito (95 ss.). Op. aspectual
{zí|jiV(ú/iiévo> en el interior del tema posición de neutralización:
de presente (119 ss.). Pretendida concepto (25).
oposición aspectual en el interior del presente:
tema de presente en los tipos 7ruv6á­ —tema aspectual: Junto
vo|xai (125), ­6w, ­Ttií, ­K<O, XTX (129) con el aoristo constituye un bloque
y ­oxtû (130 ss.). Pretendida oposi­ que se opone al perfecto como tér­
ción aspectual en el interior del mino no­caracterizado (45 s.). El
tema de aoristo entré el tipo en ­Qr¡v praes. pro perf. es una realización
y el tipo en ­i)v (137 ss.). del valor neutro del presente como
" P a r o l e " : (opuesto a "langue") no caracterizado frente a la noción
Producto de la realización del valor de perfecto (46).—Definiendo el va­
de los signos del sistema en el acto lor del tema de presente como dura­
de la palabra =^ habla individual tivo, es el término caracterizado de
(4 s.).—Los datos para el análisis la oposición presente/aoristo (79,
(los textos) son datos de "parole": 89). La noción de infectivo, como
es necesario separar la noción del opuesta a la de confectivo, no es
semantema, el sentido de la situa­ idéntica a la de durativo (75). Rea­
ción y del contexto, la acción del lizaciones del valor durativo (85 ss.);
factor psicológico (37 ss.). el sentido conativo es una realiza­
ción (87 s.), y también el sentido
p e r f e c t i v o : Vid finitivo. iterativo (88). El presente de indi­
perfecto; cativo es inutilizable para estable­
cer el valor aspectual del tema de
— t e m a a s p e c t u a l : término
presente (72).
caracterizado, opuesto al bloque pre­
sente­aoristo, que es el término no­ — t i e m p o : El bloque presente­
caracterizado (45 s.). Son nociones pretérito se opone como término no
no pertinentes én época posthomé­ caracterizado al futuro (94).—El pre­
rica el que el estado resultante sea sente es el término caracterizado de
inherente al sujeto o al objeto (47). la oposición temporal presente/pre­
Es indiferente a la expresión de la térito (100). Análisis psicológico de
duración (47). El valor del tema de la noción de tiempo presente {96,
perfecto es la expresión del conte­ 106).


— indicativo presente: en Homero por razones puramente
Presente actual (95 s., 107) y habi­ estilísticas (157). El presente histó­
tual (96). Los presentes general, pro­ rico es lingüísticamente uno: el tipo
fético y retórico son realizaciones "expresivo" y el "inexpresivo", difí­
psicológicas de la noción de tiempo ciles de separar, son resultado de
presente (97). En el praes. pro fut. del realizaciones en contextos (155 ss.).
tipo είμι, νέομαι es insuficiente la
explicación por el aspecto "confec­ p r e t é r i t o : El bloque presente­
tivo" (93); se trata de una realiza­ pretérito se opone como término no
ción del valor neutro del bloque pre­ caracterizado al futuro (94). El pre­
sente­pretérito frente al futuro (93 s.) térito es el término no caracterizado
Otros tipos de praes. pro fut. son rea­ de la oposición presente/pretérito
lizaciones psicológicas (93).—Valor (100). Valor aspectual neutro de los
aspectual neutro del presente de pretéritos Í ^ T J V ( I I I ss.) y
indicativo en cuanto a la distinción (113 ss.). Vid. también s. aoristo,
presente/aoristo (105 ss., i i i ) ; este imperfecto, pluscuamperfecto.
valor neutro se reaflza en el presente
R e p r e s e n t a c i ó n : En vivencia
actual con sentido durativo, cona­
(108) y de conjunto (108). En el pre­
tivo, iterativo, y también con sen­
tido neutro (109 s.); el uso conativo sente histórico hay siempre repre­
del presente de indicativo es menos sentación de conjunto (155).
frecuente que el del imperfecto, lo S e m a n t e m a ; Concepto (12). La
cual se explica por el valor aspectual noción del semantema debe ser
neutro de aquél ( i i o ) . Constituye separada en el análisis de un sistema
una oposición simple con el perfecto morfológico (37). Semantemas trans­
de indicativo, también neutro en formativos y semantemas no­trans­
cuanto a la oposición presente/aoris­ formativos (53): respectivamente,
to. Del tema durativo φΐχσκε­ el sólo término final o sólo término
presente de indicativo φάσκω es de inicial (74). Semantemas momentá­
creación reciente (s. III a. C.) por neos y durativos (74).
resistencia a ser neutro (112 s.).
Aspecto también neutro del presente sentido: Opuesto a valor (11).
general ( i i o ) , del presente pro fut. significado: (4).
( n o ) y del presente histórico (111).—
El presente general, que concurre s i g n i f i c a n t e : ' (4).
con el aoristo general (159), no es sincretismo: Según Hjelmslev
durativo, sino neutro (165 s.); está
formado tanto sobre semantemas Ozi­
transformativos (54 %) como sobre s i s t e m a : (5).
no­transformativos (46 %) (163 s.)_.— s i t u a c i ó n : Factor que interviene
El presente histórico es, en cuanto
en la realización del valor de una
al tiempo, una realización psicoló­
forma (37).
gica de la noción de tiempo presente
(97 s.). Aspecto (147 ss.). Tipos "ex­ supletivismo: Inexistente en
presivo" o "dramático" (147 s.) e Elvat/Yevéo6at (113 s.).
"inexpresivo" o tabulare (148): sub­
jetividad de su empleo (149). Crítica s u s t a n c i a : Necesidad de operar
de la teoría de H. Koller sobre el con la sustancia semántica o nocio­
aspecto inceptivo del presente histó­ nes de significación (21 s.).
rico (150 ss.). No tiene valor dura­ Terminativo: Vid. finitivo.
tivo (151 s.), ni puntual (154); no
existe en verbos de estado y predo­ t é r m i n o : T. de una oposición
minan los verbos transformativos =f= unidad del sistema (20). T. carac­
sobre los no­transformativos, que terizado y no caracterizado (6). Im­
son raros (153). Valor aspectual neu­ posibilidad absoluta de identificar
tro del presente histórico (154 s.), el término caracterizado en el plano
confirmado por la existencia de un del significante (7). El t. caracteri­
perfecto histórico (154 s.) y reali­ zado de una oposición morfológica
zado frecuentemente con sentido posee un único valor positivo (17);
puntual por el contexto (155). Falta el no caracterizado posee juntamente
un valor negativo y un valor neutro

— 176 —
(17). L e y d e l a n o r e v e r s i b i l i d a d d e U n i d a d del s i s t e m a : ^ térmi-
los t é r m i n o s (19). n o d e u n a o p o s i c i ó n (20).
t i e m p o : Pretendida objetividad o V a l o r : Distinto d e s e n t i d o (11).
subjetividad de la noción de tiempo Valor positivo del término caracte-
g r a m a t i c a l (40 s s . ) . r i z a d o (17); v a l o r negativo y valor
t r a n s f o r m a t i v o : Vid. seman» n e u t r o del t é r m i n o no caracterizado
tema. (17 s.).

B) INDICE DE PASAJES ESTUDIADOS

Adespota iambica fr. 2 9 D i e h l 8 : i 6 i . E u r í p i d e s Ale. 1 0 8 5 : 1 3 2 ; Andr. 3 8 1 :


A l c e o fr. 4 7 , 12 D i e h l , : 1 3 2 ; 1 0 0 : 1 2 9 . 9 7 ; 1 0 2 2 : 6 0 ; 1022 s s . 5 6 ; 1 0 7 6 :
9 2 ; Bacch. 1 s.: 1 4 8 , 1 5 6 ; Cycl. l o i :
A l e x i s fr. 146, 4 K o c k : 1 1 4 .
107; 2 6 6 s s . : 107; 5 2 3 : 1 2 6 : El. 2 4 8 :
A n a c r e o n t e fr. 8 D i e h l , : 8 1 . 1 6 6 ; Heracl(idae) 3 8 1 s.: 4 6 ; Hipp.
A p o l o n i o R o d i o I 9 0 1 s.: 129; I V 7 2 5 s s . : 1 3 9 ; lA 8 1 7 : 9 3 ; IT 1 2 8 9 :
19: 5 9 . 5 5 ; Mtd. 2 4 5 : 8 2 , 1 6 1 ; 1 1 6 3 : 5 5 n . 2 ;
A r i s t ó f a n e s Ach. 4 5 s s . : 114 s.; 1222 s s . : Or. 9 4 1 : 9 7 ; Suppl. 1 1 6 1 : 1 6 6 ; Tro.
86; Av. 1520 s.: 5 6 ; Eccles. 145: ^291 ss.: 56; 1291: 60.
132; Eq. 2 8 7 : 5 6 ; 6 9 6 : 1 0 7 , 1 4 1 , 1 6 6 ; Ferécides de Siró ír. 2 Diels-Kranz:
8 9 2 : 5 7 ; 1 0 1 7 : 5 7 ; 1 0 5 7 : 5 6 ; Lys. 1 4 8 , 1 5 2 , 154, 1 5 6 .
859: 4 9 ; Nub. 1 3 3 : 1 0 9 ; 2 2 4 s.: 1 0 9 ;
1076 s.: 142; 13S6: 5 6 ; Pax 2 9 1 : 5 6 n . ; H e r ó d o t o I i , i : 8 1 ; I 6, i - 7 , 3 : 1 1 4 ;
4 2 3 s.: 1 0 9 ; PÍMt. 3 1 6 s.: 138 s.; 8 , 1 : 1 4 1 ; 10, 1-2: 156, 1 4 7 ; 1 2 : 1 4 9 ;
3 1 6 s.: 1 4 5 ; 4 1 3 : 1 2 9 ; 7 2 2 : 5 6 ; Vesp. 12, 2 : 8 1 ; 2 7 , 5 : 5 8 , 1 4 1 ; 6 2 , 1; 1 2 2 ;
62,2: 122: 9 8 , 2: 156; 117: 149; 126,
6 3 7 s.: 127; i r . 6 3 5 K o c k : 5 9 .
6: 5 7 ; 1 3 2 . 2 : 1 6 1 ; 1 7 3 , 5 : 9 2 : 1 9 4 . 4 :
A r i s t ó t e l e s Eth. Nicom. 1 1 2 3 A 2 7 : 9 2 ; 161; I I 39, 2: 161; 4 7 , 1 : 99, 1 6 1 ;
J 1 3 5 B i : 1 3 1 ; 1173 A 3 4 - 1 1 7 3 B 4 : 8 1 , 2: 138; 85, i : 161; 96, 2: 1 6 1 ;
8 5 ; Hist. Anim. 5 2 1 A 2 8 : 5 8 ; Probi. 115, 2 ss.: 154; 137, i : 8 1 ; I I I 82, 3 :
887 B 35: 143 n . 3 . 1 6 1 ; I V 14, 3 : 4 7 ; 4 2 , 3 : 1 3 4 ; 6 0 , 2 :
A r q u í l o c o fr. 6 0 , 4 D i e h l , : 5 4 n . , 5 5 . 1 6 1 ; 1 4 3 , 1: 1 5 1 ; 1 9 0 : 4 6 ; V 2 8 , 1 :
A t e n e o 4 0 9 C: 6 4 n . 1. 8 1 ; 4 1 , 3 : 1 2 2 ; 92 P i : 122; V I I 1 4 0 , 2 :
l i o ; 164, i : 5 4 n . ; V I H 6 4 , 1: 8 0 ,
Carmina popularía ír. 32, i Diehl,: 46. 87; 102, 2: 9 3 ; I X 6 3 , 2: 148.
D e m ó s t e n e s I V 30: 59 n.; X V I I I 259: s

8 3 ; 3 2 1 : 5 8 ; X X I 104: 1 2 9 ; X X I I l Herondas V I I 47: 93.


206: 161. H e s í o d o Op. 1 1 : 9 8 ; 2 1 8 : 9 9 , 1 5 9 . 1 6 2 ;
D i n a r c o I I 14: 5 9 n . 2 4 0 : 9 9 ; 3 4 4 s.: 1 6 2 ; Theog. 8 1 s s . :
1 6 1 ; 9 8 s.: 1 2 6 ; fr. 2 7 2 R z a c h : 9 7 . u o -
D i o n i s i o C r o n o , Doxographi Graeci
p . 3 2 0 b 5 D i e l s { = E s t o b e o Eclo- H i p ó c r a t e s Aphorismi I I I 28: 132;
ge I 19): 106 n . 4 . Epidem. I I 4 : 1 4 3 n . 4 ; V 14: 1 4 3
n . 3 ; De morbis I 14: 1 6 1 ; I 1 5 : 1 6 1 ;
E h a n o De natura animalium XVI
I 18: 161; I 2 1 : i 6 i ; I 29: 143; I I
11: 92.
5 1 : 1 6 1 ; De natura fuer. 20: 131,
E p i c a r m o ír. 35, 6 Kaibel: 161; 124:
132.
161.
E p i c t e t o Dissert. I 1, 3 1 : 8 2 . H o m e r o Ilias A 2 s.: 8 2 ; 2 4 : 1 2 5 ; 3 7 :
54 n . ; 111 s.: 5 6 , 6 3 ; 1 1 3 : 6 0 ; 199 s.:
E s q u i l o Ag. 125 s s . : 9 7 ; 1 2 6 : 9 3 ; 1 3 1 0 :
1 4 1 ; 2 1 8 : 9 9 , 162; 3 1 7 : 8 2 ; 3 9 6 s.: 7 8 ,
5 7 ; Choeph. 5 3 5 s s . : 1 5 3 ; 8 8 7 : 1 0 7 ;
8 8 , 112; 4 3 7 s s . : 8 8 ; 4 9 1 s.: 1 3 3 ;
Eum. 131 s.: 128; 3 2 2 : 5 6 ; 6 7 7 : 124;
B 5 2 : 130; 9 0 : 5 7 ; 1 0 0 s s . : 8 6 ; 1 0 6 :
Pers. 7 5 4 s s . : 1 2 7 ; Pr. 9 8 1 : 1 3 1 ;
7 9 n . ; 1 3 9 s.: 7 5 ; 1 5 0 s.: 5 5 n . 4 ;
Sept. 4 3 3 : 130; Suppl. 5 7 0 : 5 8 . 257: 49; 264: 5 1 ; 2 7 1 : 134: 295 s.:
[ E s q u i n e s ] Epist. X I 1 1 : 1 1 3 . 122; 3 0 3 s.: 130; 3 5 3 : 7 8 ; 4 6 2 : 5 7 ;
E s t r a b ó n Geogr. V I H 6, 2 1 : 143 n . 2 . 6 1 4 : 5 7 ; 7 8 5 : 8 5 ; r 2 3 s.: 9 9 s., 1 6 0 ;

— —
33 ss.: i6o, 162; 52: 103; 97 s.: 93 Parva Ilias fr. i, i Kinkel: 96.
340ss.:56; 439: 81; 453:126; A 141 s. Hymn. hom. Aphrod. 269 ss.: 126;
99, 165; 160 ss.: 93; 302: 122; 324 s. hymn. hom. Dionys. 13: 129; hymn.
58; 440 ss.: i 6 i ; 527 s.: 138; 528 hom. Herm. 28: 55 n. 2; hymn. hom.
145; E 90: 120 n. i; 167: 54 n.; 290 s.
Pan. 33: 59.
84; 364 s^.^ 85; 366: 79; 472: 46
597 ss.: 162; 615 s.: 138; 616: 145 I\nscriptiones'\ G[raecae] 2 II/III 1612,
703 ss.: 133; 812: 120 n. I , 122; 817 206 ss.: 80.
120 n. i; 902: 162; Z 196 ss.: 86 s. Iseo I i: 82; V 13: 153 s.; VI i6: 114.
151; 431: 122; 495: 55 s.; H 4 ss.
Isócrates I 6: 162; VI 12: 109.
165; 113 s.: 57; 118 s.: 83; 127 s.: 56
189 ss.: 55 n. 4; 213: 54 n.; 290 s. Jenofonte Anab. I i: 153, 148, 152,
92; 303 ss.: 86; 0 272: 133; 297 s. 154, 156 s.; 1-4: 148; 8, 26: 109;
138; 298: 141; 535 s.: 104; 536: 103 8, 27: 78; II 6, 28: 132; H I 2, 7-9:
I 211 ss.: 138; 313: 127; 320: 162 148, 156; 2,9: 152; V 3, 7: 46; Oyn.
371: 56; 448: 87; 453: 141; 467; 130 III 9: 56; Cyr. IV i, 15: 131; 6,5:
489: 162; 502 ss.: i6t; K 5: 104; 77 s. 131; V 2,9: 59; 5. 22: 77. 80. 87;
78. 88; 188 s.: 48; 224: 162; 372 De vect. I 4: 131; Hell. I i, 27: 46;
125; A 168: 56; 191:140 n. 2; 269 s. VII I , 41: 153; VII 2, 9: 48; 2, 9:
124; 548 ss.: 162; M 133: 122; 237 s. 57. 65; finis: 46; Mem. I 2, 61: 88;
58; N 223 s.: 120 n. i; 371: 54 n. III 5, 26: 46; Oecon. II 11: 141.
389: 162; 450 ss.: 86; 729: i6r: 730 s. [Jenofonte] Ath. Resp. III 11: 88.
165; S 119: 141; 217: 161; 387: 129 Licofrón Alexandra 1354: 128 n.
O 90: 55; 128: 49, 97; 271 ss.: 99
162, i66; 274: 115; 315: 88; 436 s. Lisias I, III, VII: 152; I X 5: 143 n. i;
120 n. I , 122; 620: 122, 124; n 7: 57 XII: 152; X I I 4: 85; X X I V 6: 92.
65; 352 ss.: 162; 384: 97, 165; 429 s. Luciano Dial. mort. I i: 64 n. i;
56; P 53 ss.: 162, 165; 98 s.: 162 Prom. 14: 83 s.
175·· 57: 177: 161; 264: 96; 324 s.
Marmor Parium A 49 Jacoby: 153,
131; 720 S.: 123; 721: 120, 122 157; 58: 153; 61: 153; 72: 153; B 17:
S 108 ss.: i 6 i ; 159 s.: 134; 210 s. 153. 157·
130; 309: 162; 494: 141; T 93 s.: 161 Menandro fr. 481, 14 Kock: 131;
T 139: 120 n. i ; 198: 162; O 263 fr. 879; 56; r v&iULi ( l o v ó a T i x o i
88; X 15: 107; 83: 162; 95: 56; 142 (FCG Meineke IV p. 340 ss.) 1-554:
57; 165: 141; 2i6: 56; 280: 112 163 s.; 283: 131; 422: 97; 550: 58;
362: 81; 490 ss.: 161; 494: 162 608: 1)U
Y n o s.: 57; 539: 87; 545: 145
íi 264: 103; 335: 161; 352 ss.: 109 N[óvum} T[estamentum] Mateo 4,12:
420 s.: 145; 547: 87; 743: 87. 38; 6, 11: 88; 8, 15 ss.: 78; 8, 31:
38; 21,27: 38; Marcos i, 14: 38; i,
Odyssea a 156 s.: 127; 198 s.: 126; 334: 31: 78; 5, 12: 38; 9, 31: 97; I I , 33:38;
82; p 104 s.: 133; 213: 103; 275: 56; Lucas 4, 39 ss.: 78; 8, 32: 38; 11, 3:
314 s.: 127; Y 93 ss.: 46; 123: 120 88; 20,7: 38; Acta Apost. 14,23:
n. i ; 122; 291 s.: 98; 455: 144; 64 n. I .
471: 57; 476: 103; 8 356: 161; 552 s.:
Plndaro 01. II 43: 144; III 24 s.: 53;
47; 557 3 · : 120 n. i ; 585: 82; e 14 s.:
VII 31: 162; VIII: 41 ss.: n o ;
120 n. i; 60: 57; 69: 57; 82 ss.: 133;
X I I 10: 162; Pyth. X I 29: 122;
í 106: 56 s.; 149: 95; 185: 161; 206:
Nem. V 50: 57; VII 3 s.: 144.
56; Y) 216 s.: 161; t 210: 57; 508: 115;
X 27: 82; 201: 57; 429: 126; X 201: Platón Apol. 18 C: 89: 24 D: 59; 30 A:
i 6 i ; 219: 124; 222: 57; 322 ss.: 87; 87; 30 B-C: 49; 31 B: 64 n. i; Lach.
324: 87; ( i 85: 57; 103: 57; V 256: 127; 178: 64 n. i; 183 D-184 A: 155;
281: 78; 5 63: 161; 104: 57; 222: 115; Leg. 765 A: 58; 948 A: 132; 958 E;
230 ss.: 125; 463 ss.: 161; 512 s.: 92; 132; Phaedo 113 D: 82, i 6 i ; Phaedr.
o 10: 55; 47: 103; 219: 103; 260: 109; 231 D: 81; Prot. 317 A: 80; 338 A:
7c 71 s.: 58; 424: 87; 432 s.: 109; 92; Resp. 566 E: 82, 161; Soph. 228 A:
444: 162; p 143 s.: 120 n. i; 409 ss.: 57; Symp. 181 D: 131; Theaet. 198 A:
162; T 446: 56; o 45: 58; 9 40 s.: 133; 123.
94 ss.: 55 n. 4; X 330: 125; ({( 230: 109; Querobosco In Theodosium II 79:
<o 6 s.: 57; 54: 122. 64 n. I .

— 178 —
Safo fr. I Diehlj: 92. Teócrito I 135: 95 s., 109; V 78: 9 3
106 s.: 93; X I V 28: 132.
Semónides fr. i, 18 Diehl,: 161; 7, 49:
161; 7, 65: 96. Teognis 329: 162; 499 s.: 165; 500: 162;
661 ss.: 161; 663: 162.
Sófocles Aiax: 72, 152; 20; 96; 270:
Tucídides I 1,1: 46, 82; 65,1: 88; 84, 2:
107; 403: 83; 674 s.: 129; Ant. 1246:
161:136, 1 - 1 3 8 , 2 : 1 5 6 ; 144, 1 : 9 6 ;
58; 1352: 162; El. 141: 129; 347:
II 5, 7: 87; 13, 7: 98; 31, 2: 58 n. 2;
46 n. 3; n o o : 141; i i o i : 58; OC 117:
43, 1: 132; 49, 8: 132; 83,1: 149;
99; 681: 57; OR 80: 55 n. i; 454: 56;
III 22,5: 78; 45, i: 162; 49, 2: 87;
959: 55; 1255: 153 s.; 1265: 59;
51, 2: 88; 58, 4: 138 s., 145; 109, 2:
1489 ss.: 57; Ph. 121: 97; 258 s.: 57;
152, 154, 156; IV 47, i: 48; V 5, 1:
1021: 56; 1314: 107, 141, 166; fr. 476
46; 10, 7 ss.: 147. 152, 156; 103; i:
Pearson: 59; 578: 77, 79. 80; 959,
162; VI 91, 3: 93, 97; VIII 106.1:
4: 128.
148.
Solón fr. 22 Diehlj: 131. Xenophon, Vid. Jenofonte.

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