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PRESENTACIÓN DEL TALLER

“LA MÁSCARA DEL AMOR”


La prevención de la violencia contra la mujer a través de un
taller estructurado basado en la novela “El infierno de Marta”

Dentro del amplio marco de la prevención de la violencia contra


la mujer, existen diversas vías de acción. Se puede actuar desde el
plano de la justicia y la policía, logrando que la respuesta ante una
situación de riesgo sea más rápida y efectiva, así como procediendo a
imponer penas a los agresores más ejemplarizantes. Finalmente,
algunos delincuentes pueden ser atendidos con éxito en programas
de rehabilitación en las cárceles. El cuadro 1 ilustra estas diferentes
vías de acción.

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Cuadro 1

VÍAS PARA LUCHAR CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

1. Prevención terciaria: la violencia se ha producido


de modo más o menos estable. Ya existe una mujer
víctima de malos tratos.

a) El castigo e intimidación derivados del


funcionamiento del sistema de justicia.
b) Los programas de rehabilitación para
maltratadores.
c) La atención a las mujeres derivadas de oficinas
de ayuda a las víctimas del delito y centros
especializados de atención a la mujer

2. Prevención primaria y secundaria: medidas


generales, que buscan evitar que surjan las
relaciones afectivas donde exista violencia, o
acciones dirigidas a grupos en mayor riesgo

a) Leyes que fomenten la igualdad y el trato no


discriminatorio entre sexos (publicidad,
mercado laboral, etc.).
b) Educación no sexista e igualitaria

1-No focalizada en la violencia


2- Focalizada en la violencia

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La prevención tradicional en la escuela
Pero más allá de esas medidas, resulta obvio que la prevención
ha de ser de más amplio espectro y anterior; este es el punto de
partida de una asignatura de “igualdad” para alumnos de ESO que ha
propuesto el nuevo gobierno, la cual intentará conseguir que los
chicos aprendan a respetar los derechos de las chicas en las
relaciones interpersonales mediante el aprendizaje de actitudes y
valores no sexistas e igualitarios. Esta vía, que se ha representado en
el gráfico 1 y que podemos llamar “tradicional” se basa en tres
premisas. La primera es la asunción de que los agresores de mujeres
lo son porque sus valores les inducen a considerar a las mujeres
como seres de “segunda clase”, y por consiguiente como personas a
las que pueden imponer por la fuerza su voluntad. La segunda
premisa es que si los jóvenes aprenden actitudes y valores
diferentes, esa violencia posterior no se producirá. Y la tercera es que
una asignatura impartida en la escuela es la herramienta adecuada
para producir dicho cambio.
Por desgracia, aunque esta asignatura puede obrar beneficios y
ser muy adecuada, no creemos que sea una herramienta eficaz para
prevenir la violencia contra las mujeres. La razón es que el
aprendizaje que allí se predica está muy alejado de la conducta
criterio que queremos eliminar: si bien las personas violentas pueden
guardar actitudes dominantes hacia las mujeres, tales actitudes
pueden ser mucho más profundas que las que se refieren a las
cuestiones de igualdad de derechos. De este modo: un chico puede
creer que su novia tiene los mismos derechos que él, pero al mismo
tiempo puede sentir que no va tolerar determinadas cosas. En otras
palabras; la violencia puede ser más un problema de autocontrol y
conductas permisibles durante la relación amorosa que de ideas
abstractas acerca de la igualdad de derechos entre hombres y
mujeres. Incluso aunque se practique tales ideas de igualdad en el

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contexto del aula, está por ver si eso se relacionaría con las pautas
de la relación afectiva entre ambos sexos.

Gráfico 1

El fundamento del modelo de


intervención habitual

La desigualdad social entre hombres y mujeres


es un hecho real, incluso en democracias
avanzadas. Tal desigualdad es el resultado de una
ideología machista y del patriarcado

La violencia del hombre


contra la mujer es muy
superior a la de la mujer
contra el hombre, porque
es un instrumento de esa
discriminación

Si acabamos con la
discriminación y el
machismo acabaremos
con la violencia contra
la mujer

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Un programa alternativo: La Máscara del amor
Nuestra alternativa de prevención es diferente al modelo de
intervención habitual. En líneas generales, la prevención que se lleva
a cabo en este taller es más explícita y se pretende el desarrollo de
un autoconcepto que no tolere la violencia (ver gráfico 2). Más
concretamente, podríamos enumerar tres aspectos fundamentales en
los que se diferencia de la intervención habitual y que se ven
representados en el gráfico 3. En primer lugar, pone el énfasis en el
propio fenómeno de la relación violenta: lo que se enseña en el taller
es, por encima de todo, cómo prevenir esa violencia. Esta es la
primera premisa: para prevenir la violencia lo mejor es comprenderla
y enseñar cómo surge, cómo se desarrolla y cómo se previene. Al
trabajar este aspecto, los chicos tienen oportunidad también de
discutir y aprender por qué determinadas actitudes y conductas son
violentas. La idea es que ambos sexos dispongan de los
conocimientos y actitudes que les permitan establecer un nuevo
marco de relación, con nuevas reglas a seguir. La prevención de la
violencia debe ser un objetivo explícito; hay que tomar un camino
directo: si queremos que se aprenda a no tolerar a sujetos violentos,
las chicas han de saber quiénes son éstos y cómo actúan.
Un segunda premisa del programa es que busca relacionar el
aspecto personal con el modo en que los chicos y chicas definen las
relaciones afectivas. Creemos que, más allá de las ideas genéricas
sobre la igualdad y las relaciones entre sexos, la prevención eficaz
exige un nuevo enfoque de sí mismo, en el que –especialmente- una
chica debe construir un autoconcepto que no tolere que un chico la
trate de modo violento. La investigación revela que muchas chicas se
hallan en situación de más vulnerabilidad frente a los malos tratos.
Aunque las causas de tal riesgo elevado son diversas (culturales,
económicas, de socialización, etcétera), el resultado final es siempre
que el concepto del “yo” de la joven, esto es, la idea que ella tiene de
sí misma, permite que esa relación violenta tome cuerpo en su vida.

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Así pues, el segundo pilar de nuestro programa descansa en la idea
de que debemos desarrollar chicos y chicas cuyo autoconcepto no
permita ese tipo de comportamientos. Precisamente, la importancia
del autoconcepto es tal que, el foco central de este programa será
desarrollar tanto en las chicas como en los chicos un autoconcepto
totalmente intolerante con la violencia (ver gráfico 4). Las razones
que llevan a que se produzca un acto violento contra la mujer son
muchas; hoy sabemos que las conductas socialmente complejas
están determinadas en razón a diferentes factores y niveles causales,
pero siempre el agresor es alguien que, como persona individual,
ejercita una acción. E igualmente, la víctima es alguien que, en su
soledad como persona, recibe la agresión. Por “autoconcepto” damos
entidad al sentido último de identidad personal: es siempre, al fin y al
cabo, una persona la que se ve a si misma como capaz de agredir o
de recibir esa agresión. Y a esa radical intolerancia de la violencia es
a lo que decidimos hacer frente.
La tercera premisa es que, lejos de abrumar a los chicos con
una nueva asignatura, la experiencia ha de ser de signo
completamente diferente. La investigación sobre prevención de la
violencia en diferentes ámbitos desaconseja la estructura de “clase”
como vehículo para el aprendizaje de actitudes y conductas nuevas.
Por el contrario, todo el reciente movimiento en torno a la
importancia de la imagen y a la experiencia transmitida mediante
historias dramatizadas se apoya en la pedagogía más moderna, la
cual mantiene que el impacto de la historia cercana y relevante para
la psicología del lector es muy superior que la mera consulta de
textos o de actividades en el aula, por muy dinámicas que estas
quieran ser.
La novela “el infierno de Marta”, realizada por Pascual Alapont,
supone un desafío para los alumnos: les invita a analizar sus propias
ideas y experiencias al hilo de lo que la obra enseña sobre los
mecanismos que permiten y toleran esa violencia. El chico y la chica,

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así, se ven directamente confrontados: ¿”tengo yo esas actitudes?”.
No debe olvidarse, sin embargo, que nuestro programa combina
tanto la novela como la metodología activa en el aula (a través de un
taller de 7 unidades didácticas que comprenden 10-12 sesiones, más
dos sesiones adicionales para el pre y post test)
si bien el referente de la historia que cuenta la novela es permanente.
El programa abarca contenidos tan diversos y a su vez conexos
como: el amor y el enamoramiento; el autoconocimiento; la intuición;
el abuso físico, sexual, psicológico y el acoso; los agresores de
mujeres y cómo salir de una relación violenta (ver gráfico 5). Todos
ellos serán instrumento para la consecución de los objetivos
anteriormente expuestos en este epígrafe.
El resultado del programa de prevención “La máscara del amor”
es una doble experiencia educativa. La primera, mediante la novela, a
través de la cual se produce un impacto emocional, una vivencia
vicaria de gran intensidad que muestra la magnitud y puntos
esenciales del drama de la violencia. La segunda se logra mediante el
aprendizaje sistemático e intencionado de los conocimientos y
actitudes que todo joven necesita para rechazar y evitar las
relaciones donde se emplee la violencia. El procedimiento a seguir
para la consecución de estas experiencias educativas será en primer
lugar el aprender a conocerse uno mismo, es decir, sus valores y
sentimientos; en segundo lugar aprender a reconocer y rechazar
mitos y falsas creencias sobre el amor y en tercer lugar aprender a
detectar indicadores que nos adviertan de un abuso físico y/o
psicológico (ver gráfico 6).

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Gráfico 2
La educación no sexista e igualitaria

Modelo Programa LMA∗:


tradicional: Focalizado en la
Cooperar, prevención de la
valores violencia de modo
igualitarios no explícito y en el
sexistas desarrollo de un
autoconcepto que no
tolere la violencia

∗ LMA: La máscara del Amor

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Gráfico 3

LOS TRES PRESUPUESTOS DE LA INTERVENCIÓN


DEL TALLER
LA MASCARA DEL AMOR

El poder de las
La prevención historias como
de la violencia estrategia de
debe ser el aprendizaje
objeto directo
del taller

Hay que desarrollar en


los chicos un
autoconcepto que no
tolere la violencia en
las relaciones afectivas

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Gráfico 4

EL MODELO DE PREVENCIÓN DEL TALLER LA MASCARA DEL


AMOR

En la violencia contra la mujer intervienen


factores de muy variada índole: culturales,
económicos, sociales y personales.
Los aspectos personales incluyen al agresor y a
la víctima

Agresor: características Víctima; creencias, actitudes


cognitivas y de personalidad y valores que definen un
que le llevan a obtener autoconcepto que tolera una
satisfacción y poder del relación afectiva donde hay
control y dominio de la mujer violencia

Generación de un Generación de un
autoconcepto de autoconcepto de
“hombre” intolerante “mujer” intolerante
con la violencia con la violencia

Foco central del programa de


prevención “La máscara del
amor”

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Gráfico 5

CONTENIDO DEL TALLER DE PREVENCIÓN


“LA MÁSCARA DEL AMOR”

1. El amor y el enamoramiento

2. Autoconocimiento

3. La intuición

4. El abuso psicológico y el acoso

5. El abuso físico y sexual

6. Los agresores de mujeres

7. ¿Cómo se sale de una relación violenta?

7 UNIDADES DIDÁCTICAS

10-12 SESIONES DE APROXIMADAMENTE 50 MINUTOS

2 SESIONES ADICIONALES PARA EL PRETEST Y POSTEST

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Gráfico 6

PROCEDIMIENTOS PARA LA
PREVENCIÓN QUE SE ENSEÑAN EN LA
MÁSCARA DEL AMOR

Aprender a
conocer los
valores
esenciales de
uno mismo

Aprender a
“escuchar” al
propio cuerpo
(la intuición)

Reconocer los
mitos del amor y
las creencias que
toleran la violencia

Reconocer los
indicadores de la
violencia y cómo
actúan los
agresores

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