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Síntesis del período 1930-43 en Argentina

La década de 1930 fue un período en el que se produjeron importantes transformaciones en


nuestra economía y sociedad. La crisis económica mundial de 1930, entre otras cuestiones,
desorganizó la circulación de dinero, el comercio y la producción internacional y esto afectó
la relación que Argentina, como país exportador de materia prima e importador de industria
y capitales, mantenía con los países industriales (en especial con Gran Bretaña). El descenso
de la economía provoca deterioro en los niveles de vida de los sectores populares,
desempleo y reducción de salarios.
En este contexto, la burguesía agraria vinculada con el mercado externo tuvo que emprender
una serie de ajustes en el sector primario exportador y en la organización de la economía
argentina en general. Para ello se utiliza al Estado ocupado a través del golpe de Estado de
1930. El Estado asumiría un nuevo papel, interviniendo cada vez más en las cuestiones
económicas para buscar soluciones: en un primer momento asegurando márgenes de
ganancias para el sector terrateniente, luego desarrollando políticas que indirecta o
directamente posibilitaron la producción en el país de industria.
La expansión paulatina de esta actividad produjo el surgimiento de una nueva clase obrera.
Estos trabajadores eran consecuencia de las migraciones internas, al traslado de
poblaciones de origen rural a las grandes ciudades en búsqueda de trabajo ante la caída de
la producción en el campo y la posibilidad de una vida mejor en la ciudad. La veloz
afluencia de estos contingentes llevó al surgimiento de asentamientos irregulares o villas
de emergencia en los alrededores de las ciudades de destino.
El 6 de septiembre de 1930, el general retirado Uriburu realiza un golpe de Estado que derrocó
al gobierno democrático de Yrigoyen. Se establece un gobierno de facto (de hecho), sin
respetar los procedimientos de acceso al poder y prácticas del mismo, así como los derechos y
garantías, establecidos en la Constitución y las leyes.
De esta manera comenzó una extensa etapa de la historia argentina caracterizada por la
presencia periódica de militares en el gobierno. Los golpes de Estado generan gobiernos
que restringen en forma violenta la participación de la mayoría de los ciudadanos en la toma
de decisiones. En el corto plazo fue una reacción de la burguesía terrateniente argentina ante la
amenaza de perder poder económico en un contexto de crisis.

Los nacionalistas
Una de las consecuencias más importantes de la crisis de 1930 fue el profundo cambio que se
produjo en los sistemas ideológicos y en las creencias dominantes en la Argentina. Se produce un
desgaste del pensamiento liberal. Este se caracterizaba por: A) la confianza en el progreso con-
tinuo del país, que acompañaba al progreso general de la civilización, cuyo ejemplo era Europa. B)
en lo político, la defensa de la democracia republicana C) en lo cultural, la adopción de pautas
culturales europeas, preferentemente francesas e inglesas D) en lo económico, el libre
intercambio de bienes y capitales a nivel local e internacional E) en lo social, la movilidad de las
personas en cuanto a la posibilidad de ascenso en los niveles de vida.
En el plano de las ideas y de los movimientos políticos, el fenómeno más saliente fue el
surgimiento de distintas organizaciones nacionalistas que nunca llegaron a ponerse de acuerdo y
unirse en un único movimiento.
Los nacionalistas restauradores rechazaban los principios de la Revolución Francesa y afirmaban
como valores la patria, la religión, la tradición, la familia, la raza. Proponen un orden
social jerárquico, pensaban que la sociedad debe ser guiada por una minoría seleccionada
y apelaban a la figura del jefe o del caudillo de masas. Incluso llegaron a organizarse en cuerpos
armados, como la Legión Cívica. Habían tendencias de las más diversas: elitistas,
antidemocráticas, católicas, hispanistas, pro fascista y pro nazis. Muchos de sus líderes y
propagandistas estuvieron ligados al gobierno de Uriburu.

Antiimperialismo
Otra vertiente nacionalista, de menor peso en la década de 1930, fue la del nacionalismo
popular. Para estos el actor central debía ser el "pueblo", entendido como la gran mayoría de
la población. También centraban su denuncia en el papel que el imperialismo inglés tuvo en los
problemas argentinos aliados a la rapacidad de una clase dominante nacional rapaz (burguesía
terrateniente). Uno de los núcleos que alcanzaría mayor influencia era la Fuerza de Orientación
Radical de la Joven Argentina (FORJA), un grupo surgido de la UCR que contó entre otros,
con Jauretche, Scalabrini Ortiz y Manzi.

ECONOMÍA
El impacto de la crisis mundial en Argentina
El desarrollo de la política y de la economía argentina durante la década infame guarda
estrecha vinculación con la crisis mundial.
La producción disminuyó y el comercio internacional se redujo. Cayeron también los precios de
los productos. No se pudo contar con préstamos, refinanciaciones, ni inversiones extranjeras
para contrapesar las pérdidas (ya que los países centrales estaban también en crisis).
Frente a la crisis, los países centrales disminuyeron sus compras de materias primas y
alimentos a los países periféricos. No teníamos suficientes compradores para nuestras
materias primas (carnes y cereales). Argentina vio cómo disminuían los precios de sus
exportaciones, se cerraban los créditos, se agotaba el dinero disponible para pagar las compras y la
deuda externa (porque no había dinero), y se reducían los ingresos del Estado, que dependían, en
gran medida, de los impuestos al comercio internacional.
La situación provocó el deterioro del nivel de ganancia de los terratenientes, ya que eran los
propietarios de aquellos productos primarios que se vendían al exterior.
Al paralizarse la actividad económica la consecuencia fue desocupación y miseria

La intervención del Estado


Frente al conjunto de factores externos e internos que originaban la disminución de la
ganancia de los capitalistas agrarios, los sectores dirigentes políticos y económicos del país
se propusieron profundizar, a partir de la década del 30, la intervención del Estado en la
economía. Esta intervención estatal observada a través de la toma de
decisiones tuvo como objetivos centrales corregir los problemas originados por la
crisis yproteger a los sectores económicamente dominantes del país,

El Pacto Roca Runciman


Gran Bretaña, principal comprador de cereales y carnes argentinos, redujo sus
importaciones y en 1932 estableció acuerdos preferenciales con sus colonias para las
compras de materias primas y alimentos, excluyendo así a Argentina. Esta de-
cisión afectaba a los poderosos ganaderos locales. El gobierno en su representación el pacto Roca-
Runciman con Gran Bretaña en 1933.
Los principales puntos de la convención y del protocolo sobre intercambio comercial estipu-
laban:
1. Gran Bretaña aseguraba a la Argentina la compra de carne.
2. El dinero que Gran Bretaña paga por compras a Argentina, podía volver a aquel
país como pago de la deuda externa.
3. La Argentina tendría con las empresas británicas "un tratamiento benévolo ", por ejemplo
con las compañías inglesas de tranvías y ferrocarriles ingleses.
4. Gran Bretaña permite solo un pequeño porcentaje de venta de carnes en manos
de frigoríficos siempre que fuera transportado y comercializado por ingleses; el resto sería
contratado a los frigoríficos británicos.
5. La Argentina no cobra impuestos al carbón y demás mercaderías que se importaban de
Gran Bretaña. Además debe comprar a dicho país el total del carbón que consumía.
6. Argentina se comprometía a no aumentar los impuestos aduaneros a las
mercaderías inglesas. Los productos iban a pagar un impuesto más bajo que la que pagaban
los productos de otros países.
Además este pacto incluía claúsulas secretas que también beneficiaban a los británicos
En 1936 se realiza el pacto Eden-Malbrán, que ratifica el anterior y otorgaba a los británicos:
la opción de aplicar impuestos extra a las carnes argentinas, el aumento de envío de dinero
a Londres, y el monopolio del transporte.
Fue un tratado muy beneficioso para los ingleses y los dueños de las mejores tierras argentinas.
Los principales partidos de la oposición (demócrata-progresistas, socialistas y comunistas)
calificaron al pacto como un acto de sometimiento frente al imperialismo inglés.

El acuerdo comercial con Gran Bretaña provocó un debate entre la dirigencia


política. En 1935-36 estalló un escándalo por el negociado de las carnes. La denuncia de
corrupción la realizó Lisandro de la Torre en el Senado. Allí sostuvo el acuerdo del gobierno
con los frigoríficos extranjeros y los grandes ganaderos para llevar a cabo una estafa en
perjuicio de los pequeños productores y del Estado. La denuncia involucra a
Pinedo, ministro de Hacienda, y Duhau, secretario de Agricultura y Ganadería y a su vez
miembro de la Sociedad Rural. Los principales frigoríficos mencionados en la maniobra eran:
Anglo, Armour, La Blanca y Wilson. La maniobra habría consistido en exportar carne de
primera, pagándola a los pequeños y medianos productores como de segunda y haciéndola
figurar como tal en los registros aduaneros, para disminuir los impuestos correspon-
dientes. Los frigoríficos extranjeros evadían impuestos nacionales. Responsabiliza al
gobierno argentino corno cómplice de esas irregularidades. La Cámara de Senadores,
conservadora en su casi totalidad, apoyó al gobierno y obstaculizó el avance de la
investigación. Estas denuncias llevaron a un acalorado debate en el Parlamento. El
escándalo culminó cuando Enzo Bordabehere (senador nacional por Santa Fe y amigo de De
la Torre) fue asesinado en el mismo recinto de la Cámara en plena sesión (con dos balazos
destinados, en realidad, a de la Torre). El asesino fue apresado (ex comisario de policía y
matón al servicio de los conservadores), pero sus mandantes no. El debate quedaría así sin
resolución continuando las irregularidades.

Reorganización financiera
Se creó el Banco Central en 1935, para regular la cantidad de dinero que podía circular
y controlar-respaldar a los bancos privados. Su capital era integrado por el Estado y por
capitales en su mayoría extranjeros lo cual demuestra la tendencia de defensa sectorial que esta
institución podía tener.

Reforma del sistema impositivo


El Estado creó nuevos impuestos como, por ejemplo, el impuesto a los réditos o rentas
(1933). Esto se hacía para compensar la caída de fuente de ingresos del Estado (impuestos a
la importación) y tener recursos para sostener los gastos del mismo. Se unifica el régimen
impositivo a través de la creación de la Dirección General Impositiva (DGI), que será el
ente recaudador.
Juntas Reguladoras
El gobierno creó entes reguladores: la Junta Nacional de Granos, la de Carnes, la del Algodón,
la de la Yerba Mate,la de leche, la del Vino, la Corporación Argentina de Productores de Carnes
(CAP), etc. Su función era estabilizar el mercado, controlando el impacto de la crisis sobre los
sectores productores. Intervenían en las actividadesproductivas en beneficio de los
principales y más poderosos grupos agropecuarios, asegurándoles precios beneficiosos. El
objetivo es lograr un clima propicio para la producción y sostener al sector económi co
primario. El Estado intervenía dando créditos para financiar la producción, fijando un precio
mínimo y comprando lo que no se vendía.

Obras públicas
Para reactivar la economía, el gobierno de Justo encaró un programa de obras públicas, tanto de
grandes edificios para la administración pública como de la infraestructura necesaria para el
transporte y comercialización agropecuaria: rutas, para el creciente tráfico automotor, la Avda.
Gral. Paz y 9 de Julio en Buenos Aires, y elevadores de granos.Se construyó el Colegio Militar
de El Palomar, el Hospital Militar de Campo de Mayo, las Escuelas de Aviación de Córdoba y
demás edificios militares, confirmando a su vez el papel de las Fuerzas Armadas en la
sociedad.

Surgimiento del Modelo económico de industrialización por sustitución de importaciones


El Pacto Roca-Runciman no logró resolver los problemas económicos. La Argentina tenía
desarrollado su sector primario (ganadería-agricultura) que servía para exportación a la vez
que importaba entre otras cosas, industria. La crisis produce la caída de esta estructura de
comercio. La suspensión de las importaciones (compra del exterior de bienes
industriales) por la crisis promovió su sustitución (reemplazo) por las industrias locales, o
sea la producción de bienes terminados, industriales.
Poco a poco grandes terratenientes y comerciantes exportadores —nucleados en la Sociedad
Rural Argentina (SRA) — terminaron por coincidir en sus orientaciones económicas
con los grupos industrialistas —nucleados en la Unión Industrial Argentina (UIA) —:
ambos aceptaron el desarrollo de la actividad industrial como una solución para los problemas
de la economía nacional. Estos grupos económicos impulsan a sus socios políticos del
gobierno para iniciar un proceso de sustitución de importaciones de manufacturas
industriales.
Tipo de Industria predominante
Se desarrolla la industria alimenticia: panificación, envasados y conservas en general:
(harina, aceite, cerveza, vinos, azúcar, molinos harineros y envasadoras y empacadoras de
frutas y conservas importadas,etc.)
La industria textil comenzó su desarrollo. La expansión de la industria textil se vio
favorecida también porque nuestro país contaba con las materias primas
agropecuarias necesarias como insumos: lana y algodón.
Esta industrialización se localizó sólo en determinadas áreas: la zona metropolitana de Buenos
Aires (integrada por la Capital Federal y alrededores), Rosario y Córdoba. En otras regiones no
hubo desarrollo industrial.
La industria local proveyó en definitiva los bienes industriales de consumo necesarios, pero
con falencias. Una de las falencias fue la ausencia de una industria pesada: aquella que
produce los bienes indispensables para el funcionamiento de otras industrias -por ejemplo,
bienes de capital, siderurgia, petroquímica. Las maquinarias para que funcionen nuestras
fábricas tuvieron que ser importadas. Existe además un proceso de concentración de las
industrias. Las grandes empresas eran la mayoría. Las fábricas estaban principalmente en
manos de extranjeros o hijos de extranjeros.
La industria demanda mano de obra. A partir de 1935, la desocupación en los grandes
centros urbanos bajó notablemente debido al empleo de una gran cantidad de mano de obra
por parte de las industrias que comenzaron a desarrollarse. La mano de obra era abundante y
también barata. Se incorpora fuerza laboral encondiciones de transitoriedad, inestabilidad. Si
bien a partir de 1935 los capitalistas lograron una creciente acumulación de ganancias, para
los trabajadores no hubo redistribución de ingresos ni estabilidad laboral.
Los capitales que financiaron la expansión industrial
Durante mediados de los 30, el grupo más poderoso de los capitalistas agrarios argentinos
vinculados al capital extranjero comenzaron a diversificar (acaparar rubros derivados de
su actividad originaria) sus inversiones de capital. Estos capitalistas, nacionales y extranjeros,
fueron conformando grupos económicos (uniéndose, fenómeno denominado
concentración), cuyas empresas se dedicaron tanto a las actividades características de la di-
námica agroexportadora -—la producción agropecuaria, la comercialización y las finanzas—
como a las nuevas actividades económicas: la producción industrial y la construcción. Por
ejemplo las poderosas firmas exportadoras de grano, como Bunge &Born (Bélgica) empeza-
ran a pensar que no sólo el campo sino también la industria podía ser un buen negocio. Bunge
&Born fundó Grafa, una fábrica de telas, y Alba, una fábrica de pinturas.
Además de las inversiones de los grupos económicos diversificados, el desarrollo de la
industrialización estuvo financiado también por nuevas inversiones realizadas por
capitales extranjeros. Estas inversiones llegaron desde Estados Unidos, Alemania, Francia e
Inglaterra.
Algunas de las empresas extranjeras fueron: en el rubro alimentos y bebidas, Nestlé (1930, Suiza),
Suchard (1933, Suiza) y Ginebra Bols (1933, Holanda); en el rubro textil, Anderson Clayton
(EUA, 1936), Sudamtex (EUA, 1934) y Ducilo (EUA, 1937); en metales y maquinarias,
Olivetti (1932, Italia), Hierromat (1933, Francia) y CAMEA (1934, Francia); en maquinarias y
artefactos eléctricos, Phillips (1935, Holanda), Osram (1934, Alemania), Philco (EUA, 1931) y
Unión Carbide-Eveready (EUA, 1937); en productos químicos, Duperial (1935, Gran Bretaña)
y Electrocolor (1936, Gran Bretaña) ; en productos derivados del caucho, GoodYear (EUA,
1930) y Firestone (EUA, 1931); y en productos farmacéuticos y de tocador, Johnson
y Johnson (EUA, 1931) y Pond's (EUA, 1939).
Estas empresas, debido a que el gobierno eleva impuestos a productos extranjeros, instalan en el
país las fábricas sucursales para así no tener que pagar impuestos produciendo dentro para los
consumidores locales.

Petróleo y siderurgia
El presidente Justo (1932-38) encargó al general Saviola organización de la industria
siderúrgica, área estratégica cuyo desarrollo reclamaba el ejército: es importante para este ya
que es base de la industria armamentística.
En el área petrolera 1932 se exceptuó a YPF del pago de impuestos sobre los equipos que
importaba a cambio de contribuir con un 10% de sus ganancias para el Estado. En 1935
un impuesto semejante se aplicó a las compañías extranjeras.

Transporte terrestre
Norteamericanos y británicos competían. Si bien los acuerdos con Gran Bretaña favorecían a
los ferrocarriles y a la Corporación de Transportes en manos inglesas, el transporte automotor,
controlado por los norteamericanos, se desarrolló. Creció la presencia de Ford en nuestro
país y la General Motors presentó sus Chevrolet, mientras la Firestone fabricaba cubiertas. No
sólo los automóviles ampliaron el mercado automotor: los colectivos se multiplicaban y
empezaban a competir con los tranvías. Justo apoyó con entusiasmo el programa
de extensión de la red vial, financiado con un impuesto al combustible; para manejar los
fondos y organizar el sistema creó la Dirección Nacional de Vialidad. Entre 1934 y 1943 se
construyeron 11300 kilómetros de caminos.

La industria Argentina estimulada durante la 2ª Guerra Mundial


Muchos fabricantes locales avanzan en la inversión industrial ya que las potencias estaban en
guerra y destinaban todos sus esfuerzos en lograr la victoria. SIAM, la fábrica de heladeras,
nunca daba abasto y la gente esperaba durante meses que le tocase el turno de comprar una. La
industria dio un paso adelante y aumentó el número de obreros.

SOCIEDAD
Repercusiones de la crisis en la sociedad
Los primeros años de la década del '30 estuvieron marcados por el desempleo, la miseria, la re-
ducción de los salarios y la disminución del consumo familiar, secuelas de la crisis económica.
La crisis afectó tanto a los trabajadores rurales como a los industriales que fueron despedidos o
vieron disminuir sensiblemente sus salarios. En los grandes centros urbanos, como Buenos Aires
y Rosario se formaron grandes villas de viviendas precarias, construidas con latas y cartón, en
las que se asentaron muchas familias empobrecidas, provenientes del campo y de la misma
ciudad.
Junto a las condiciones de marginalidad a las que eran empujados los sectores populares urbanos,
en las grandes ciudades se incrementó de manera notable la criminalidad. Además de la
delincuencia individual fueron tomando auge importantes bandas organizadas al estilo de la
mafia italiana. La ciudad de Rosario, que había atraído a un gran número de inmigrantes
mostró la acción de grupos cuyos principales negocios eran los secuestros extorsivos, la
prostitución y el juego clandestino. La delincuencia también estaba asociada al poder político.
Algunos dirigentes utilizaban pistoleros tanto para controlar sus negocios
clandestinos particulares como para manejar a su antojo los actos comiciales fraudulentos.
La recuperación económica, manifiesta desde 1933, fue acompañada por un descenso del desempleo
y un crecimiento de las migraciones internas.

Migraciones internas
Se comenzó a despoblar el campo. Muchos pobladores rurales de la región pampeana y de
otras provincias interiores abandonaron sus lugares de residencia ante la falta de trabajo
o la reducción de los salarios para trasladarse a la ciudad. Además, la ciudad (conocida
desde el campo por medio de la radio), con su gran actividad, atraía como un imán. Vivir
en la ciudad podía ser mucho más excitante y se podía elegir entre gran variedad de
oficios.
Se instalaban en Rosario, Córdoba, pero sobre todo en Buenos Aires, ciudades donde se
concentrarían las industrias con la consecuente demanda de mano de obra. Este fenómeno
alteró la vida y el espacio urbanos de ciudades no preparadas para recibir un aumento explosivo de
población. A la ciudad tradicional la fue rodeando un cinturón cada vez más espeso de
viviendas precarias, muchas veces apenas de chapa y cartón donde los recién llegados se
iban mezclando con los antiguos trabajadores empobrecidos por la crisis, ya más
arraigados. En las villas de emergencia las condiciones de hacinamiento eran graves, los
servicios públicos (luz, transporte, agua corriente, pavimento) tampoco estuvieron a la altura de
las necesidades de los nuevos contingentes urbanos.
La clase obrera
La clase obrera creció, siguiendo el avance de la industrialización. La afluencia de una gran
cantidad de trabajadores de origen rural a la actividad industrial provocó un profundo
cambio en la composición de la clase obrera argentina. Los nuevos obreros, provenientes del
interior no tenían experiencia gremial y política. Se mezclaban con los viejos obreros, en su
mayoría de origen europeo, que si estaban organizados en sindicatos y muchos participaban en
partidos políticos.
La situación de los trabajadores no varió demasiado. Las condiciones de trabajo eran
fijadas por los patrones. No había convenios de trabajo, por lo que los empresarios
podían manejarse con arbitrariedad.
A partir de 1935 se podría decir que había más fábricas, más actividad, más empleos... pero los
salarios seguían muy bajos. Los obreros, ya más seguros de sus puestos, protestaban por medio
de huelgas. Pero los empresarios, apoyados por el gobierno conservador, no hacían concesiones.
Poco a poco, los obreros iban teniendo más y más claro qué era lo que necesitaban y cuáles
eran las grandes injusticias, y de esa manera volvían a fortalecerse los sindicatos. Especialmente
la Confederación General del Trabajo (CGT), creada en 1930 y reorganizada en 1936, donde se
agrupaban sindicatos tradicionales, como el de los ferroviarios y otros más nuevos, como los
textiles o los de la carne.
En 1930, el movimiento obrero se diferenciaba en dos sectores. Por un lado, el sector apolítico
(que se apoyaba en los sindicatos y que no creía en la eficacia de los partidos obreros),
representado por sindicalistas y anarquistas. Y por otro el sector político, que sostenía la
necesidad de organizar partidos obreros para luchar por la defensa de los intereses de los
trabajadores, representada por socialistas y comunistas. El derrocamiento de Yrigoyen y la
instauración de la dictadura militar de Uriburu (que reprimió con dureza a las organizaciones
obreras) plantearon asus dirigentes la necesidad de unificar el movimiento obrero. La dictadura
tuvo un fuerte impacto negativo sobre el movimiento obrero. Los anarquistas y los comunistas
fueron víctimas de una represión feroz y hasta entonces desconocida y que obligó a los
militantes a vivir en la clandestinidad. Los anarquistas nunca pudieron recuperarse y su influencia
comenzó a declinar cada vez más. Los comunistas retomaron su actividad sólo después del
alejamiento de Uriburu. A pesar de sus diferencias ideológicas, en 1930 la COA (Central
sindicalista) y la USA (Central socialista) se unificaron y organizaron la Confederación General
del Trabajo (CGT).
Frente a los problemas sociales los gobiernos oscilaron entre la represión y la indiferencia.
La persecución política y sindical fue la primera reacción frente a las demandas de los
trabajadores. Se produjeron numerosas deportaciones de obreros extranjeros, y los
encarcelamientos y la tortura fueron prácticas habituales. La ley marcial (mediante la cual se
aplicaba la pena de muerte), el estado de sitio (suspensión de las garantías constitucionales) y una
política de represión generalizada fueron el signo político de estos tiempos. Las actividades
sindicales eran vistas como hechos delictivos peligrosos para los intereses del Estado.

Cultura y sociedad en la década del 30


Quedaron atrás los años de prosperidad y expectativas. Había que convivir con la crisis y
la depresión económica, la interrupción del proceso democrático, el fraude electoral y los
negociados. Para muchos, como los sectores medios y obreros, fueron años de desesperanza y
escepticismo. Escritores, artistas plásticos e intelectuales en general, reflejaron en su obra los
sentimientos de una época sentida por muchos como una de la más difícil y sufrida de nuestra
historia. El tango fue una de las manifestaciones de la cultura popular que mejor expresaron
estos cambios.
POLÍTICA
El primer golpe de Estado en Argentina
Los militares y civiles que llevaron adelante el golpe de 1930 compartían, ante todo, la oposición a
Yrigoyen y a su partido. ¿Quiénes fueron los organizadores?¿Quiénes se beneficiaron con el
cambio? Los organizadores salían, sin lugar a dudas, de la clase alta de la sociedad. Sentían
un fuerte rencor contra las instituciones democráticas, que les habían dado más participación
en el poder político a la gente común, a los hijos de los inmigrantes y, de ese modo, les
habían quitado a ellos -a los dueños de la tierra y de los buenos negocios- el privilegio, que
siempre habían tenido, de manejar a su antojo las riendas del país. El golpe de Estado re-
sultaba el atajo para llegar al poder. Para golpear tuvieron que contar con dos cosas:
con algunos del Ejército dispuestos a empuñar las armas contra el gobierno y con la
indiferencia del pueblo.
Hubo además grupos nacionalistas que apoyaron las acciones. Se integraban por jóvenes
hijos de familias distinguidas. Esos grupos nacionalistas proporcionaron la influencia
ideológica a Uriburu.

Principios de los 30
Pronto, la alianza que llevó adelante el golpe se dividió en dos líneas. Una, encabezada por el
general Justo, congregaba a los partidarios de una restauración del orden político anterior a 1916.
El presidente Uriburu, acompañado por un núcleo nacionalista buscaba transformar el orden
político, de acuerdo con las ideas de los regímenes fascistas queestaban creciendo en Europa.
En 1931 se realizó una elección para gobernador de Buenos Aires. Según las expectativas
del gobierno, debía triunfar el Partido Conservador de la provincia, lo que mostraría la
popularidad del presidente. Sin embargo, se impuso elradicalismo. El gobierno no podía aceptar
el triunfo y anuló la elección. Dada la carencia de apoyos, Uriburu buscó retirarse de la
presidencia: el resultado electoral frustró el proyecto de Uriburu. En adelante, la línea política fue
marcada por Agustín P Justo, quien al frente de la fórmula oficialista de la Concordancia -
alianza integrada por conservadores, socialistas independientes y radicales antipersonalistas- y
con la adhesión del Ejército, triunfó en las fraudulentas elecciones y gobernó entre 1932 y
1938. Esta alianza representaba los intereses de la burguesía agraria.Para estas elecciones se
prohíbe la participación de la UCR.

El fraude patriótico
Lo ideal era los conservadores era volver a un sistema que se pareciese a la demo cracia,
pero sin correr ningún riesgo recurriendo incluso a la trampa. Se organizó el
llamado "fraude patriótico", definición creada desde el poder. Significaba que el objetivo
de salvar a la patria justificaba el uso de métodos ilegales.Pensaban que la gran mayoría
del pueblo era demasiado ignorante para saber elegir, de modo debía "simular la
participación en la elección de autoridades". Los que tomaban decisiones desde el
gobierno entonces obtienen y mantienen el poder solamente a través del engaño.
Los dueños del poder tenían un sistema de líderes locales que les "hacían" las
votaciones. Barceló, el intendente de Avellaneda, y su hombre fuerte Ruggeri -Ruggerito,
como lo llamaba todo el mundo- fueron tal vez los más famosos. Eran dueños de la
municipalidad, de la policía, de la Justicia, de los clubes de fútbol, de las casas de juego,
de los prostíbulos. Cambiaban votos por empleos públicos, por regalos, por mirar para otro
lado cuando se cometían robos, hasta por camas de hospital. Coleccionaban libretas de enrola-
miento, no había muerto que no votara y pedían que el voto fuera "cantado". Las libretas de
enrolamiento eran retenidas por los patrones y usadas por gente de su confianza; se daban las
papeletas del partido en sobres cerrados a los votantes, quienes a la salida del comicio
debían entregar como prueba el sobre que les entregaban en la mesa electoral. El otorgamiento
de "favores", la simple "invitación" a un almuerzo de empanadas y vino antes o después de
la votación, o la tradicional intimidación eran prácticas habituales que iba a costar mucho
desarraigar de las costumbres electorales. Y, si alguien se oponía había de matones a sueldo
para torturas, asesinatos y castigos variados.

La oposición
Partido socialista y Partido demócrata progresista
El Partido Socialista y los demócratas progresistas (muy fuertes en Santa Fe) se
constituyeron en la principal oposición de los conservadores. Los
socialistas fueron oposición en un régimen fraudulento. Ambos partidos aumentan su caudal
electoral al no participar de elecciones la UCR.
La mayor parte de las leyes sociales propuestas por los socialistas en el Congreso no fueron
aprobadas debido a la oposición de los conservadores que eran mayoría.
La Unión cívica radical
En 1935, los radicales, dirigidos por Marcelo T. de Alvear decidieron presentarse
en elecciones. Sabían que había fraude y que de ningún modo iban a poder ganar pero les
pareció que podía valer la pena conseguir algunos diputados y concejales. Alvear prefería
llegar a un acuerdo con los conservadores antes que enfrentarlos. Eso hizo que muchos
militantes radicales perdieran confianza en su partido; no les parecía bien esa especie de
negociación.
La política conservadora y en particular la firma del Tratado Roca-Runciman en 1933
revitalizaron las corrientes nacionalistas en el radicalismo, a la vez que se oponían al liderazgo
de Alvear. En este contexto surge FORJA. Las posiciones políticas se centraron en: a) la denuncia
del imperialismo británico —criticaron duramente el Pacto Roca-Runciman— b) se opusieron al
fraude c) hasta 1940, FORJA intentó cambiar la orientación alvearista del radicalismo desde
adentro, pero finalmente se apartaron de la UCR d) mantuvieron una actitud neutralista frente a la
Segunda Guerra Mundial. Hacia 1945, muchos de sus integrantes se incorporaron al peronismo.
El Partido Comunista
Fueron duramente perseguidos y reprimidos en toda la década, por lo que su labor política se
vio muy difícil. No participó en las elecciones de este periodo, ya que fue declarado ilegal por
los gobiernos conservadores.

El poder del ejército e iglesia


El Ejército se fue robusteciendo y finalmente hizo su entrada en la política con el golpe de
1930. A partir de 1930 el Ejército estaba envalentonado. Con la 2ª Guerra Mundial había en
el Ejército diferencias. Estaban los "nacionalistas" que simpatizaban con el Eje (Alemania,
Italia y Japón), y los "liberales" con los Aliados (Francia e Inglaterra). La Iglesia era el otro
gran grupo de presión. En él había ideas encontradas, por un lado monseñor De Andrea, por
ejemplo, que se ocupaba por el bienestar social y por otro la Acción Católica, donde
militaban jóvenes ultranacionalistas.

Los gobiernos de Ortiz y Castillo


Roberto Ortiz fue elegido presidente por la Democracia Nacional (conservadores)
en nuevas elecciones fraudulentas. Intentó acercarse a algunos sectores del movimiento obrero,
a la UCR y poner límites al fraude en provincias del interior. Su objetivo es ampliar la base de
apoyo suyo y de los conservadores, pero debió enfrentarse a la oposición dentro y fuera de su
partido. Ortiz sufre una enfermedad lo cual lo obligó primero a pedir licencia y luego
a renunciar en 1940. Murió poco después, y fue reemplazado por el vice.
Ramón Castillo se oponía a los objetivos de Ortiz. Con él, el fraude no sólo continuó sino que
se intensificó escandalosamente.
Es cierto que Ortiz y Castillo habían tenido el apoyo de fuertes grupos de poder pero había
desacuerdos. Ortiz, el sucesor de Justo, había hecho un intento por volver a la democracia
sin fraude (para eso tuvo que intervenir la provincia de Buenos Aires, gobernada a su antojo por
Fresco, el del "voto cantado") y eso había disgustado a los conservadores.
En 1940 a todos les pareció bien que Ortiz, que estaba enfermo, dejase el gobierno en manos del
vice, Castillo. Este dio marcha atrás con el tema de las elecciones libres, y en eso contentó a los
conservadores, pero, en cambio, como era partidario del neutralismo, no le dio el gusto de
alinear al país con los Aliados, como le pedían. Y también a él le dieron la espalda. Elige a su
sucesor en la presidencia: Robustiano Patrón Costas, representante del conservadurismo
salteño en oposición a la opinión del Ejército que no veía con agrado a ese candidato.El 4
de junio de 1943 un golpe militar puso fin al gobierno presidido por Ramón Castillo y marcó el
fin de una etapa.
Mientras tanto la guerra en Europa venía siendo el tema obligado de todo el mundo y se seguían
con interés las noticias. Estaban los que querían que el país se definiera en favor de los Aliados
o en favor del Eje, y estaban los que querían seguir siendo neutrales. Desde afuera también
había presiones: a los ingleses lo que más les convenía era el neutralismo, que les permitía
seguir comerciando y recibiendo los alimentos. Los norteamericanos, en cambio, querían que la
Argentina y todos los países latinoamericanos entraran en la guerra con ellos. Los ciudadanos
discutían, los políticos hacían discursos y el gobierno titubeaba.
Los gobiernos conservadores de Justo y Ortiz apoyaron a los aliados; en cambio, al gobierno
de Castillo se le cuestionaba una simpatía hacia los nazi-fascistas.
Los problemas nacionales e internacionales se entremezclaban y la política nacional era vista como
reflejo de las posiciones enfrentadas en el conflicto mundial. Por esta razón, existió una asimilación
entre los partidarios de los aliados y los defensores de la democracia constitucional, por un lado, y
los simpatizantes del Eje y los partidarios del gobierno de Castillo, por otro.
Uno de los temas más discutidos fue la posición argentina frente al conflicto mundial. El gobierno
de Ortiz había optado por la neutralidad. El mantenimiento o abandono de la neutralidad
dividía a las fuerzas políticas, más después del ingreso de los Estados Unidos. Los opositores al
gobierno de Castillo eran partidarios de los aliados y proclives a abandonar la neutralidad.
Acusaban al gobierno de que la neutralidad escondía una preferencia por la causa del Eje, debida a
la germanofilia del sector nacionalista del Ejército que apoyaba a Castillo. Algunas medidas de
Castillo parecían dar razón a la oposición. Sin embargo, el sentido de la neutralidad no puede
entenderse apelando solamente a la simpatía del gobierno por Alemania. La decisión de optar por la
neutralidad favorecía a los intereses de Gran Bretaña, de los estancieros y de los exportadores
argentinos. Si la Argentina hubiera adoptado una actitud abiertamente hostil frente a
Alemania, el abastecimiento de alimentos para Gran Bretaña se habría visto perjudicado (ya que
los barcos de guerra alemanes hundían a barcos de cualquier bandera que comerciara con Inglaterra
y los aliados).
Los militares percibían que la Argentina era débil en su equipamiento y armamento. La inquietud
aumentó cuando Brasil se convirtió en el aliado militar de los Estados Unidos en la región,
situación que avivaba el viejo recelo de los militares argentinos ante su vecino.
En este mismo período continuó y se aceleró el proceso de industrialización y crecieron las
exportaciones argentinas. Sin embargo, esta bonanza económica no llegaba a la mayoría de la
población -desde 1939, el salario real no crecía-.
A medida que la guerra avanzaba, estas preocupaciones militares se generalizaron, al tiempo que
empeoraba la relación del Ejército con Castillo. La muerte imprevista del general Justo (1943)
abrió paso a la acción política de nuevos grupos militares, que plantearon la necesidad de una
intervención más directa de las Fuerzas Armadas en la política nacional.

El golpe del GOU: 1943


El régimen había nacido con un golpe de Estado en 1930 y se había sostenido gracias al
fraude. En medio de tanta corrupción y tanto engaño, los ciudadanos comunes cada vez se
entusiasmaban menos con los discursos; volvían a desconfiar de sus políticos y, poco a
poco, se iban desentendiendo de los asuntos de interés general.
Castillo se reunía miembros dentro del Ejército lo cual aceleró la tendencia a involucrarse
más abiertamente en la política nacional. Mientras tanto se creaba en el ejército el
GOU (Grupo de Oficiales Unidos) el 10 de marzo de 1943, integrado por oficiales entre los que
se encontraba Juan D Perón. El grupo era nacionalista y en un principio parecía no tener un
programa para tomar el poder. Su protagonismo se aceleró cuando el presidente Castillo
advirtió los manejos del general Ramírez (hombre del GOU), su ministro de Guerra, para
ser nominado candidato a la presidencia por los radicales, en oposición a la designación
de Patrón Costas. Castillo se propuso destituir a Ramírez. El golpe estalló el 4 de junio de
1943.

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