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Carlos Fernández Shaw (Cádiz 1865-Madrid 1911)

"Sed muy llanos, versos míos.


Muy llanos y muy sinceros.
Como deben ser los hombres.
Como deben ser los versos."

"Serranas he cantado. Son hijas de la Sierra.


Sus campos y sus pueblos, mis penas en sus valles,
mis penas en sus montes, hiciéronme sentir.
Por cumbres y laderas, vagando, divagando...
mis versos escribí.
Y así nació mi libro, sincero cuanto pobre.
Dictáronlo, de acuerdo, la Sierra y el Dolor.
Lectores, si los halla; lectores indulgentes:
con él, en vuestras manos, más bien que mis estrofas
tendréis mi corazón."

Invocación, que abre el poemario:

"Cañada hermosa, cañada


del puerto de la Fuenfría,
¡qué alegre estás, inundada
por la luz del mediodía!
.........................................
Pasada la juventud,
víctima del mal que tengo
como castigo, a ti vengo
buscando paz y salud;
paz, de la que siempre fui
más que amigo, adorador,
y salud, mi bien mayor
y el primero que perdí..."

La Sierra al Sol:

"Bajo un sol que sus rayos más ardientes envía,


sobre un cielo que el brillo de sus luces inflama,
se recortan los montes del audaz Guadarrama,
se perfilan los picos del riscoso Fuenfría..."

Nocturno:
"La luna risueña brilla
sin sombra de nube alguna.
Cercedilla
duerme a la luz de la luna..."

poema de las montañas", Carlos hace protagonista a la "ceñuda y roqueña" cumbre


de La Maliciosa:

"Esta montaña, tan altiva,


mole de peñas sobre peñas,
reino del cíclope serrano,
trono del cíclope monarca;
llena de nieve, que deslumbra
con tanta luz del sol de Enero
.............................
es la montaña más ceñuda,
más imponente, más roqueña
que vi jamás: La Maliciosa.
.............................
La Maliciosa pide un canto
semisalvaje; rudo, bronco,
todo rugido, todo treno.
¡La Maliciosa, tan ceñuda,
tan formidable, tan roqueña!
Tal como agora se destaca
sobre la luz del zarco cielo,
con un altísimo relieve;
con este manto que pusieron
sobre sus rocas, las nevadas,
hoy desgarrado por las rocas..."

"En Siete Picos hay siete cumbres de roca brava;


de roca estéril como la estéril, siniestra lava;
gigantes picos; ingentes muestras del mismo anhelo,
donde el anhelo de todo el monte por fin acaba,
desengañado de la locura con que intentaba
surgir del bosque, rasgar las nubes, tocar el cielo.
........................................................................
En estas horas,—las más jocundas en claros días,—
la gran montaña refulge siempre con luz de fuego.
Con sus picachos, sus murallones, sus cresterías.
........................................................................
II
Ya, con su manto, la nieve densa la cobijaba.
Ya no mostraba sino vestigios de nieve pura.
De blanca nieve, que dibujaba sendas estrías
sobre las peñas, tan formidables y tan bravías..."
dedicando un poema al "profundo sosiego" de Peñalara:

"En clara noche de Luna clara,


brilla á la Luna
la gran laguna
de Peñalara.
Brilla con una
luz misteriosa;
de tonos puros, de tonos leves,
como las nieves,
color de rosa..."

El tradicional paso de Guadarrama, al oeste de Cercedilla, vigilado por un león de


piedra, también fue motivo para escribir el poema Al Alto del León:

"Están los espacios llenos


de vivísimo fulgor;
está la Sierra dorada,
llegando al cénit el Sol,
y en lo más alto del puerto
despide luz el León;
todo radiante, vestido
de fuego deslumbrador.

Bien hizo, con sabias artes;


bien pensara, ¡vive Dios!,
quien para el puerto famoso
tal remate discurrió;
quien, sobre sierra tan dura,
de tipo tan español,
puso el sello de la raza
con la imagen del León..."

"Poemas del Pinar" se cierra con "La Bendita Sierra":

"Sierra de Guadarrama, Dios te bendiga,


por el bien que, sin tregua, tu amor prodiga;
como dan su regalo tus limpias fuentes.
..................................................................
Por el bien que dispensas, con larga mano,
y al que yo, sin consuelos, aspiro en vano.
Por los nobles prestigios de tus bellezas.
Por la gran hermosura de tus grandezas.
Por madre cariñosa, por fiel amiga.

Una y mil y mil veces, Dios te bendiga..."


Valle-Inclán cita a la Sierra de Guadarrama:

"...Aquella primavera, como tantas otras, trajeron orla de luto las brisas del
Guadarrama. Marzo y abril, siempre ventosos en sus idus, suelen declinar cierzos y
nieves sobre la Corte de España. Los azules filos serranos, en estas lunas, se llevan del
mundo a muchos viejos de catarro y asma. Así, de un aire, acabó sus empresas políticas,
y sus bravatas de jácaro, el Excelentísimo Señor Don Ramón María Narváez.
¡Guadarrama de azules lejos, fríos y claros como el alma de los criminales insignes,
por tu culpa lloran los azules ojos de la Reina de España! ¡Tus colados filos segaron la
flor de la canela para entregarla a pasto de gusanos!..."

La obra transcurre en la época isabelina, con la presidencia del gobierno de Narváez:

"...Se durmió con entrecortados suspiros, que, lentamente, fueron cambiando hasta
tornarse en plácido roncar ¡Guadarrama de azules lejos, ya cansados de llorar, los
azules ojos se han dormido! ¡La boca sonríe libre del pucherete que la apenaba! Sueña
la graciosa Soberana. ¡Ole! ¡Ole! Don Luis González Bravo, terciada la capa, templa el
guitarrillo, cantando las boleras antiguas de la salvación de España. ¡Ole! ¡Ole!..."

Rafael Cansinos Assens (Sevilla 1882-Madrid 1964) nace en Sevilla y se traslada a


Madrid a temprana edad. Escritor y periodista en la nómina de la Generación del 14,
que sobresalió en la traducción de obras extranjeras, y en la crítica literaria; su ideología
republicana fue la causa del olvido del personaje y su obra en la época del franquismo.
Como ensayista y narrador, publicó "La Novela de un Literato" donde menciona a la
Sierra de Guadarrama, concretamente la Cartuja de El Paular:

"...Y nos trasladamos a El Paular, al día siguiente, después de prevenir yo a mi familia.


¡Con qué entusiasmo montamos en la diligencia en Miraflores y con que desprecio
dimos nuestra despedida a la ciudad, pensando no volver nunca a ella! Y que placer la
novedad de los primeros días, las comidas en la mesa rústica, ante la chimenea de
campana, servidos por aquella Justa que parecía una Marcolfa, los sueños tranquilos en
la limpia celda monacal, con ventana a un jardín que era también un huerto, los vasos de
pura leche en la mañana, la visita a la vieja iglesia abandonada, convertida en
monumento artístico, los paseos por aquellos campos verdes, surcados por arroyos de
égloga, las lecturas a la sombra de los árboles..."

fragmentos forman parte del artículo "Pedagogía del Paisaje", publicado por Ortega y
Gasset en El Imparcial el 17 septiembre de 1906. Y que mejor forma de intentar
conocer esa mitad de Ortega, que leyendo las siguientes líneas que encontramos en el
mismo artículo:

"Recuerdo que una vez me encontraba en la raya de Segovia, dentro de un monte de


pinos, al tiempo que el sol caía, mirando abrirse delante, en egregio anfiteatro, las lomas
nerviosas de Guadarrama... Había en tomo nuestro un silencio que en cada instante iba
á romperse y persistía, silencio donde laten las entrañas de las cosas, en que esperamos
que rompa á hablarnos cuanto no sabe hablar. El valle verde y amarillo se alongaba á
nuestros pies: la sierra levantaba poderosamente su vieja espalda sobre el cielo
puro...Recios aromas se alzaban del pinar, y sobre nuestras cabezas unos grandes
pájaros grises volaron con lentos aletazos que arrancaban al aire suspiros..."

Infatigable viajero (en algunos de ellos pensionado por la JAE), se movió con
frecuencia por España y fuera de ella. En 1914 publica "Meditaciones del Quijote",
donde nos revela sus pensamientos en torno al paisaje, como una parte de su yo:

"...Mi salida natural hacia el universo se abre por los puertos del Guadarrama o el
campo de Ontígola. Este sector de realidad circunstante forma la otra mitad de mi
persona: sólo al través de él puedo integrarme y ser plenamente yo mismo...Preparados
los ojos en el mapamundi, conviene que los volvamos al Guadarrama. Tal vez nada
profundo encontremos. Pero estemos seguros de que el defecto y la esterilidad
provienen de nuestra mirada..."

"...EL monasterio del Escorial se levanta sobre un collado. La ladera meridional de este
collado desciende bajo la cobertura de un boscaje, que es a un tiempo robledo y
fresneda. El sitio se llama «La Herrería». La cárdena mole ejemplar del edificio
modifica, según la estación, su carácter merced a este manto de espesura tendido a sus
plantas, que es en invierno cobrizo, áureo en otoño y de un verde oscuro en estío. La
primavera pasa por aquí rauda, instantánea y excesiva—como una imagen erótica por el
alma acerada de un cenobiarca. Los árboles se cubren rápidamente con frondas
opulentas de un verde claro y nuevo; el suelo desaparece bajo una hierba de esmeralda
que, a su vez, se viste un día con el amarillo de las margaritas, otro con el morado de los
cantuesos. Hay lugares de excelente silencio—el cual no es nunca un silencio absoluto.
Cuando callan por completo las cosas en torno, el vacío de rumor que dejan, exige ser
ocupado por algo, y entonces oímos el martilleo de nuestro corazón, los latigazos de la
sangre en nuestras sienes, el hervor del aire que invade nuestros pulmones y que luego
huye afanoso. Todo esto es inquietante porque tiene una significación demasiado
concreta. Cada latido de nuestro corazón parece que va a ser el último. El nuevo latido
salvador que llega parece siempre una casualidad y no garantiza el subsecuente. Por esto
es preferible un silencio donde suenen sones puramente decorativos, de referencias
inconcretas. Así en este lugar. Hay aguas claras corrientes que van rumoreando a lo
largo y hay dentro de lo verde avecillas que cantan, verderones, jilgueros, oropéndolas y
algún sublime ruiseñor..."

Ramón de Basterra (Bilbao 1888-Madrid 1928),


"...El Pirineo no arma soldados. Mas su llama
Se transmitió, de cima en cima, al Guadarrama.
...................................................................
La voz de nuestra mole oceánica y frontera
La blandió en su horizonte añil, como bandera,
El Guadarrama enérgico, pétreo y reverberante,
La coronada sierra de arroyos de diamante
Y de peñascos rotos por Hércules hispano..."

En el poemario "Los Labios del Monte", publicado en 1924, Basterra vuelve a mirar al
Guadarrama, dejándonos los siguientes versos en Los Ritmos del Pirineo:

"...Mas, sobre todo, al fondo, amo la línea adusta


De nuestra mole azul, nuestra mole robusta,
La ética cordillera, fuente de dinamismo,
Que bajó al Guadarrama, arroyos de heroísmo,
Temblor de espadas, voces de mando, los linajes
De águilas y las sangres que inflamaron la entraña
Oriental y semita del Sur azul de España..."

En el poema Boinas Blancas aparece de nuevo Guadarrama:

III
"Fueron los Carlos reyes del Pirineo. Lejos
al Sur, el Guadarrama, brillaba los reflejos
de las armas, en torno de una madre y su niña,
de dulce nota, sobre la titánica riña.
¡Cristina e Isabel!..."
IV
"...Al fin, murió, rindiéndose sobre su haz la mirada
Con la visión final de que su cordillera
Como un gran paquidermo, cercano a la mar, era
Herido por la mano de Bilbao, en los flancos,
Por Bilbao, fiel al regio Guadarrama..."

En "Virulo" primera parte "Las Mocedades", Basterra vuelve al Guadarrama en el


poema XII Guadarrama y Pirineo:

"...Aquí estamos a lomos del regio Guadarrama.


dos corcovas de un mismo camello y esta llama
que nos arde en los ojos. es la que el gran Don Diego
Velázquez llevó al lienzo. Equilibrio entre griego
y moro, que destierra solo a la demasía:
¡La sierra filipeña de la cortesanía!..."

Rafael Laínez Alcalá (Peal de Becerro 1899-Madrid 1982

Cigüeñas de El Paular, sabéis su nombre,


habéis sido testigo de sus sueños,
le habréis acompañado en sus andanzas
y os habrá acariciado el mismo céfiro..."

Antonio Andión,

n 1912 publica el primer libro de poemas "Nieve, sol y tomillo (versos de la Sierra)", y
en el poema Bucólica , de la serie Vida Humilde leemos:

"...Y subiendo á las colinas,


dejando atrás el otero,
pisando junco y romero,
al llegar á las encinas
verás entre las neblinas
de algunas cercanas lomas
arrullarse las palomas
como cantando su amor
al vislumbrar que tú asomas..."

Por este libro, Andión es premiado con un accesit en el concurso de la Academia de la


Poesía Española. En la serie Paisajes, Andión canta a El Pinar:

"Frente a mi ventana, como regio manto


de sombrío tono, se extiende el pinar:
parece que duerme como en un encanto
de triste leyenda que quiero explorar.
................................................................
Que en el verde encanto del bosque dormido
la brisa que pasa es como canción
y el monte aquietado lanzando un quejido,
parece que tiene también corazón..."

Para todo poeta la luna es protagonista de sus versos, y en Luna de la tarde Andión mira
a la luz plateada de la noche:

"...Como tejido de plata


refulge entre los pinares;
con emoción la contempla
silencioso el caminante.
........................................
Y la luna va ascendiendo
milagrosa entre pinares.
Luna bella, luna bruja,
del crepúsculo en la tarde..."

La sensibilidad y el sentimiento de poeta está presente en toda la obra de Andión, que


canta a todo lo que pertenece a la Sierra. Una muestra más del sentir de Andión, nos lo
ofrece en La Niebla:

"Desde la altura agreste y solitaria


velada por las brumas y las nieves,
van bajando en tropel figuras leves
de una forma sutil e imaginaria.
En formación compacta y arbitraria
hasta el verdor del fondo van llegando.
Con silencio y cautela va avanzando
de esta muda legión la forma varia.
Ya semeja escuadrón fuerte, gigante,
que avanza decidido hacia adelante,
que a reñir con el sol llegar parece.
Ya procesión de sombras, emigrante,
que amenaza y al huir se desvanece."

Meses después de su primer libro, Andión publica el segundo poemario dedicado a la


sierra de Guadarrama, Serraniegas (1912), con versos tan contundentes como estos de
El Torrente:

"Aquel que no ha escalado del monte las alturas,


ni en su belleza agreste un momento ha vivido,
ni el vuelo de las águilas cerca de él ha sentido,
ni ensangrentó su mano entre las quebraduras,
no sabe de grandezas ni del vivir gigante,
ni del paisaje inmenso, como el amor sublime..."

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