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Nezara viridula

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Una de las plagas que se pueden presentar en nuestro huerto urbano es la Nezara
viridula, un insectos hemíptero que muchos llaman chinche pestosa, chinche verde,
panderola, pudenta verde o simplemente pudenta dado el desagradable olor que
desprende cuando la tocamos.
Es una plaga que afecta a numerosos cultivos herbáceos como por ejemplo el tomate,
pimiento, pepino, melón,… aunque también actúa sobre algunos frutales, vid e incluso a
diversos cereales y especies ornamentales. No se le suele prestar mucha atención ya que
no produce daños aparentes como por ejemplo los ocasionados por las orugas que se ven
sus daños directamente sobre la planta, pero en cambio sí debemos prestarle mucha
atención porque es una plaga que se alimenta de los jugos vegetales ocasionando daños
en las cosechas.

Uno de los detalles más curiosos y que llama especialmente la atención es cómo realiza la
puesta esta plaga. Es una forma muy importante de identificar que estamos ante un
inminente ataque de esta plaga. Esta puesta de huevos se realiza directamente en el
envés de la hoja en forma de panal de abeja.

Destacar que es una especie cosmopolita y se puede encontrar en regiones de África,


Australia, Europa, el norte de Asia (excepto China), el Sureste Asiático y América. En
España es muy frecuente verla desde primavera hasta bien entrado el otoño sobre todo en
cultivos hortícolas.

Descripción de Nezara viridula (pudenta verde)


La Nezara viridula inverna en estado adulto y, al ser un insecto muy polífago lo puede
hacer sobre infinidad de especies cultivadas y en plantas espontáneas. En primavera
recobra su actividad y pronto realiza la primera puesta sobre las hojas.
Los adultos tienen el aspecto de típicos chinches de color verde con un tamaño
entre uno a un centímetro y medio. Poseen dos antenas con cinco segmentos de forma
redondeada que terminan en el pronoto que llegan a la altura de los ojos.
A los pocos días de la cúpula, las hembras depositan sus huevos directamente sobre el
envés de las hojas fuertemente adheridos a ella. Estos quedan agrupados en forma de
panal de abeja compuesta por una elevada cantidad de huevos que pueden oscilar entre
los 30 a 120 en cada puesta. Estos huevos son de color blanquecino tras su puesta y van
variando de color hasta llegar a rojizo conforme se acerca la eclosión.

Con su eclosión nacen pequeñas ninfas de color rojizo que inmediatamente mudarán al
segundo estadío. A este le prosiguen tres estadios ninfales más con la peculiaridad de que
todos ellos son de color negro pero con motivos de color blanco y amarillo. En estas fases
mantienen hábitos gregarios, siendo precisamente en estas etapas cuando se originan los
daños más graves ya que se alimentan varios individuos sobre el mismo fruto. Durante el
quinto, las ninfas ya tienen un tono predominantemente verde con motivos de distintos
colores y comienzan a dispersarse sobre las plantas cercanas.

Tras la última muda alcanzan la edad adulta, se realizan las cúpulas y las hembras se
dispersaran por el cultivo para realizar nuevas puestas, cerrando un ciclo de vida. Este es
bastante largo: en verano oscila alrededor de los 50 días, siendo la longevidad de los
adultos de unos 40 días.

Como hemos adelantado, este insecto desprende un desagradable olor cuando se


toca. El motivo lo tienen unas glándulas traseras que segregan un líquido hediondo
cuando son molestados y que les sirve como mecanismo de defensa.
Daños por la Nezara viridula (pudenta verde)
Los daños en general son una depreciación de los frutos y una menor cosecha. Las
picaduras de estos insectos que ocasionan durante su alimentación, tanto por los adultos
como por las ninfas, producen unas manchas normalmente de color amarillento sobre las
zonas afectadas, así como deformaciones en los frutos atacados.
En el caso de cultivos hortícolas, las plantas donde se concentran los estadios ninfales
gregarios, el número de frutos afectados puede llegar a ser la totalidad y como
consecuencia originar enormes pérdidas de cosecha.

Control de la Nezara viridula (pudenta verde)


Su tratamiento se realiza mediante la aplicación de insecticidas, especialmente
efectivos cuando se aplican durante los primeros momentos de la aparición de la plaga. En
sus primeros estadíos es cuando más vulnerable se encuentra. Si se opta
por insecticidas de tipo piretroide, no bebemos abusar de ellos ya que aunque son
productos con buen efecto de choque y con una de baja toxicidad, su uso indiscriminado
provoca la proliferación de ácaros además de afectar a los enemigos naturales que pueda
haber.

En huertos urbanos es muy difícil controlarlos mediante lucha biológica, pero en


invernaderos con cultivos profesionales, este tipo de lucha mediante control biológico es
muy importante. Los más prometedores fueron Trissolcus basalis, una avispa escelionida
que parasita sus huevos y Trichopoda pennipes, un díptero taquínido que parasita adultos
y muy raramente ninfas de quinta edad.
Trissolcus basalis. Es una pequeña avispa que deposita sus huevos en el interior de los
huevos de Nezara viridula. Estos adquieren un tono negruzco conforme se desarrolla la
avispa en su interior. Generalmente alcanzan a parasitar el 100% de los huevos, pero la
capacidad de dispersión de esta avispa es muy limitada, por lo que no es capaz de reducir
las poblaciones de Nezara viridula en invernadero.
Trichopoda pennipes. Los adultos parasitados reducen su alimentación y su fertilidad en
un 50%, por lo que no se considera un adecuado control de la plaga.
Una medida cultural es eliminar las malezas cercanas en las cuales se desarrolla el
insecto. La Nezara viridula se pueden reproducir en primavera en la vegetación
espontánea y migrarán al cultivo cuando esta se agoste con los calores del verano. Por
otra parte, la eliminación a destiempo de estas malas hierbas puede forzar la migración de
la pudenta verde al cultivo, al eliminar su fuente de alimento.

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