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UNIVERSIDAD CATÓLICA ARGENTINA

Facultad de Teología

Teología Pastoral V:
Psicología Pastoral

Acompañamiento pastoral en casos de depresión

Pedro Francisco Morel


Matrícula: 5562

Profesor: Lic. Fray Rafael Colomé OP

Buenos Aires

2016
1

Introducción
La depresión, según B. Stamateas:1 “es una alteración del campo anímico, alteración
que influye en todas las áreas de la vida.” Es decir, una enfermedad que surge tanto de
problemas fisiológicos o genéticos, como desórdenes psicológico-afectivos. Se puede
reconocer a la depresión como agente de muchos cambios en la vida de las personas
bajo el nombre de melancolía o tristeza.

Hoy en día se puede ver en la sociedad que no solamente las personas mayores son las
más propensas a esta enfermedad, porque en los últimos años las estadísticas nos han
mostrado que existe una elevada tasa de niños, jóvenes y adolescentes que padecen de
esta enfermedad.

A la depresión no la podemos identificar con el pecado o atribuirle las consecuencias


del mismo. El agente pastoral tendrá la misión de acompañar esta instancia a partir de
un discernimiento serio a partir de ciertas orientaciones de la psicología, y, por otra
parte, confiado en la gracia de Dios que viene en ayuda del enfermo.

La Iglesia, junto con los especialistas psicólogos y psiquiatras, reconoce la importancia


de la interdisciplinareidad de la misma. De este modo, para que los agentes pastorales
puedan realizar un buen acompañamiento ante una situación de depresión, deben estar
conscientes de lo que la enfermedad conlleva; sus causas, fases, acompañamiento,
derivación en casos particulares.

Características2

La depresión se puede clasificar los síntomas en tres grandes grupos que están
interconectados: Psicológico, somático, espiritual.

1- Nivel psicológico:

1.1 Pérdida de interés: Para la persona en depresión, todo aquello que


anteriormente sentía gusto o motivación en realizarlo, ahora, esa acción o circunstancia
le resulta una carga pesada o molesta. Este síntoma es constante en el enfermo y se va
desarrollando en todas las áreas de la vida del sujeto.

1
B. STAMATEAS, Aconsejamiento pastoral, Barcelona, Clie, 1995.
2
Ibíd., 247.
2

1.2 Pesimismo - ideas negativas: Toda la realidad es contemplada como oscura,


donde el ocaso del mundo es inminente. Se tiene la sensación de la pérdida de bondad
de las cosas; así, todo el panorama se torna pesimista y desesperanzador.

1.3 Dificultades en su comunicación: Se entiende la dificultad del depresivo en


interpretar la comunicación del emisor o hablante en cuanto que lo interprete en
términos aceptación-rechazo. Estará siempre pendiente de la aprobación de los demás,
ya que depende de este aditivo para su autoestima, ya que no tiene la capacidad para
sentirse aceptado.

1.4 Dudas constantes: Aparecen de forma permanente, de modo que maquina un


estado de enfermedad o dudas que lo remiten a pensar que nadie lo acepta o valora.

1.5 Sentimientos de culpa: Siente responsabilidad por todo lo que pasa. Todo
error cometido es culpa suya.

1.6 Ideas de suicidio: Se presenta como una forma de escapar de la tristeza y


angustia. Todo depresivo es un suicida en potencia.

1.7 Delirios: Se suelen presentar tema de delirios, como: castigo, muerte, sangre.
Normalmente, se lo identifica con uno de los tipos de depresión.

1.8 Inhibición: Incapacidad de realizar tareas. El enfermo desea realizar


actividades, pero cuando intenta hacerlas se siente frustrado y cansado.

2- Nivel Somático:

2.1 Anorexia: Pérdida del gusto por los alimentos. El depresivo puede estar
varios días sin ingerir comida, así, tiene una considerable pérdida de peso.

2.2 Insomnio: Incapacidad de reconciliar el sueño. Puede estar muchas noches


sin dormir o tener lapsos interrumpidos de sueño. También, es notable que ocurra lo
contrario. El enfermo se pasa largas horas durmiendo; busca evadir la realidad.

2.3 Dificultades sexuales: Agotamiento del deseo o pulsión sexual.

2.4 Retardo sicomotor: Lentitud en los movimientos corporales.

3- A nivel espiritual:

3.1 Dudas constantes: Manifestación de la duda referente a la existencia de


Dios, del pecado, del perdón. Lo que antes se manifestaba con seguridad, ahora es
relativo y objeto de la duda.
3

3.2 Conceptos erróneos de Dios: Distorsión de la imagen de Dios. Si, antes Dios
era considerado como principio de amor y redención, ahora es considerado como
sádico, tirano, cruel, abandonador.

3.3 Inferioridad espiritual: Pérdida existencial del servicio cristiano. Toda la


labor pastoral o práctica religiosa, la considera sin sentido y sin importancia.

Tipos de depresión

a) Depresión reactiva o exógena: Es la que se presenta con mayor frecuencia. Aparece


como una reacción ante una pérdida vital, ya sea consciente o inconsciente. Por
ejemplo, la pérdida de un trabajo, pareja, duelo. La persona ante algún tipo de pérdida,
comienza a tener un cierto nivel de tristeza, pero, al no poder elaborar el dolor, la
melancolía empieza a tener más fuerza de modo que se trasforma en un cuadro
depresivo.

b) Depresión endógena: Depresión originada por factores internos. Se aplica a un


desorden del que se supone que hay una causa interna física, un trastorno fisiológico. El
proceso de instauración de este tipo de depresión se da con lentitud pudiendo instalarse
durante semanas o meses. Los síntomas que la acompañan indican una “serie profunda
inhibiciones de las funciones psíquicas y motoras, ideas delirantes, abandono corporal y
autoacusaciones constantes.”3

Las personas que padecen de este tipo de depresión deben ser internadas o medicadas,
ya que el peligro de suicidio es muy alto. De acuerdo a lo que indican los estudios
médicos4, este tipo de depresión contiene algún desequilibrio químico en el sistema
nervioso central.

c) Depresión involutiva: Se presenta en sujetos con personalidad reservada, taciturna y


cerrada. Su aparición se da entre los 50-60 años, especialmente unida al climaterio
femenino y masculino. Estas personas han sufrido pérdidas durante la vida, además,
aparece de forma constante los autoanálisis o revisión de vida vinculada a la idea de
muerte con más frecuencia.

d) Depresión neurótica: Acontece en personalidades de estructura neurótica. El factor


determinante que provoca la depresión es una pérdida o alguna experiencia difícil. El
paciente puede manifestar que su depresión se debe a una experiencia sufrida, no
obstante, ésta no tiene relación con lo que verdaderamente ocurre, sino que es fruto de
la conexión inconsciente de otras pérdidas que la persona ha tenido a lo largo de su vida
y que no recuerda.

e) Depresión por agotamiento: Causada por un intenso agotamiento físico y psíquico.


El sujeto, al llevar un ritmo de trabajo intenso o se siente exigido ante una actividad

3
B. STAMATEAS, Aconsejamiento pastoral, 251.
4
Cfr. INSTITUTO NACIONAL DE LA SALUD MENTAL [en línea],
<https://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/depresion/index.shtml#pub5>, [consulta: 11
de noviembre de 2016].
4

específica, termina adquiriendo paulatinamente un cansancio psíquico, y que además, el


cuerpo va resintiendo con el correr del tiempo.

f) Depresión postparto: es un trastorno del estado de ánimo que puede afectar a las
mujeres después de dar a luz. Las madres que padecen depresión posparto tienen
sentimientos de extrema tristeza, ansiedad y cansancio que les dificultan realizar las
actividades diarias del cuidado de sí mismas y de otras personas. Las causas se deben a
que después de dar a luz, los niveles de hormonas (estrógeno y progesterona) en las
mujeres bajan rápidamente. Esto genera alteraciones químicas en el cerebro que pueden
provocar cambios en el estado de ánimo.5

Acompañamiento pastoral

Ante un enfermo depresivo tendremos en cuenta algunas pautas que serán necesarias
para poder acompañarlo de forma eficaz e integral, siempre desde una mirada humana y
cristiana. Stamateas presenta algunos elementos que tenemos que tener en cuenta antes
de realizar alguna entrevista con la persona afectada:6

- No compadecerse: Acompañar el dolor de la persona sin asumir un rol


paternalista.
- No alentarlo con palabras: Dar fortaleza verbal sin pasar a pasos concretos es un
acompañamiento vacío.
- No ser frío: La actitud de dureza y frialdad no permitirá al sujeto expresarse, y a
la vez, fortalecerá la depresión.
- No ser mágico con lo espiritual: Una postura espiritualista, sin contar con el
acompañamiento profesional, es una forma de relativizar la situación de
enfermedad y actuar por ignorancia.
- No buscar pecados por todos lados: Las causas de la depresión no provienen
directamente del pecado.

Siguiendo con lo presentado arriba, asumimos las actitudes con las que el agente
pastoral deberá contar ante una persona depresiva:

1- Recepción: Un clima empático ayuda a establecer un ambiente de apertura y


libertad con la cual, la persona podrá sentirse escuchada y comprendida.

2- Atender la idealización-descalificación: El depresivo es proclive a actitudes


ambivalentes. En un tiempo podrá idealizar al acompañante al sentir cierta
mejoría; en cambio, cuando no satisface sus exigencias entrará en una fase de
descalificación.

5
Cfr. INSTITUTO NACIONAL DE LA SALUD MENTAL [en línea],
<https://www.nimh.nih.gov/health/publications/espanol/depresion/index.shtml#pub5>, [consulta: 11
de noviembre de 2016].
6
Cfr., B. STAMATEAS, Aconsejamiento pastoral, 261.
5

3- Considerar las actitudes hostiles: Todo depresivo posee cierta ira reprimida que,
durante el proceso de acompañamiento puede ir manifestando de forma
progresiva. No obstante, la ira reprimida podría ser un indicio de suicidio. Por
eso, será importante ayudar al enfermo a que pueda manifestar o desahogar su
ira. Existen casos en los que se hace imposible el acompañamiento de la ira. En
tales casos, será importante derivar al paciente a un psiquiatra.

4- Distinción de la noche pasiva del sentido y la depresión: En el acompañamiento


espiritual se puede presentar casos en donde pueden estar relacionados
experiencias espirituales con la depresión o experiencias de sentimientos
depresivos y depresión clínica.7 Por eso, será importante hacer una variada
distinción:

- Noche y/o sentimientos depresivos:


o Percepción de estar en un camino hacia una meta
o Constatación de frutos de conversión
o Desempeño normal de las actividades en otros ámbitos fuera de la
oración.

- Depresión clínica:
o Percepción de marchar en círculos y sin sentido.
o Ausencia de frutos de cualquier tipo que sea.
o Atención centrada en sí mismo que bloquea toda otra actividad.

Según Olivera,8 es plausible que sentimientos depresivos y/o cierto nivel de depresión
clínica se manifiesten en una verdadera noche espiritual. Por eso, es necesario manejar
criterios de acompañamiento de orden práctico y concreto:

-Consejos para quien se encuentra clínicamente deprimido:

o Acoger el sufrimiento y dejar entender que lo que sucede no parece tener


un origen espiritual.
o Rescatar y poner en evidencia todos los aspectos positivos de la vida
espiritual y oracional de la persona deprimida.
o Ayudar a alimentar la vida del espíritu y la oración.

-Consejos para quien está en la noche y, además, deprimido:

o Discernir y ayudar a aceptar el sufrimiento que tiene simplemente una


causa psicológica.
o Ayudar a hacer frente al desierto espiritual: subrayando lo positivo y
auténtico de la vida espiritual de la persona, invitando a la perseverancia
en la vida de búsqueda de Dios, apoyando en la lucha contra la tentación.

7
B. OLIVERA, En manos del Espíritu, Buenos Aires, Lumen, 2009.
8
Ibíd., 127.
6

o Acompañar conjuntamente con la ayuda de un psicólogo de confianza.

Los Padres de la Iglesia nos enseñan en la vida espiritual que el ser humano en su
proceso de encuentro con Dios va pasando por distintos momentos o etapas en las que
va creciendo en fe, esperanza y caridad, y que para ello es necesario una fe más pura y
un amor más oblativo.
7

Conclusión
La depresión es una patología que surge tanto de problemas fisiológicos o genéticos,
como de desórdenes psicológico-afectivos, que pueden generarse espontáneamente o a
causa de factores y sucesos en el ambiente. Se puede reconocer a la depresión como
protagonista de numerosos disturbios en la vida de las personas bajo el nombre de
melancolía o tristeza.

Hoy en día se puede ver en la sociedad que no solamente las personas mayores son las
más propensas a esta enfermedad, sino que existe una elevada tasa de niños y
adolescentes que padecen de esta patología.

En este sentido, notamos que la Iglesia, hoy más que nunca, va tomando un papel
importante en el acompañamiento a personas enfermas físicas o psíquicamente. Ha
proporcionado herramientas pastorales que benefician a los agentes o asesores
pastorales en favor de los enfermos.

Hoy en día, los sacerdotes y religiosos pueden apoyar pastoralmente en el tratamiento


que prescriben los psicólogos, analizando los resultados obtenidos por estudios
científicos y precisando las causas y los factores que sostienen el desencadenamiento de
estos trastornos, de modo a conocerlos mejor.

Por último, podemos intuir que en el acompañamiento pastoral a personas depresivas es


fundamental la comprensión al enfermo. Será necesario hablar poco y realizar preguntas
que nos orienten a conocer bien el pensamiento de la persona afectada.

Nunca llegaremos a ser verdaderos terapeutas en el sentido estricto de la palabra, pues


no es nuestro campo. Más, en el acompañamiento espiritual o confesión sacramental se
pueden presentar casos de sujetos depresivos necesitados de contención y de cuidados
respectivos.

La buena orientación y la asunción de criterios prácticos y maduros pueden ayudar a


salvar a una persona que se encuentra bajo el yugo de la depresión. Pero, será también
importante recordar que Dios acompaña a cada persona en su dolor y enfermedad.
Cuanto más se logra abrir el corazón a su acción misericordiosa, la persona se sentirá
iluminada, a su vez, para afrontar el sufrimiento y el dolor.

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