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APOLOGÉTICA - “CATOLICISMO"

La Iglesia de que habla la Biblia, sí es única, su autor el Señor Jesucristo (Mateo 16:18),
con un cuerpo ministerial por él mismo establecido (Efesios 4:11-12), para la edificación
del cuerpo que es la Iglesia (1Cor. 12:27; Efesios 1:22-23), a fin de presentarse así mismo
una Iglesia gloriosa santa y sin mancha (Efesios 5:26-27). La presencia física de su
membrecía es universal (Hechos 1:8; 1 Corintios. 1:2).

Dios es real e indispensable, es la razón de ser de la Iglesia no solamente de la creación


(Hechos 17:26-29).

Omnipotente, omnipresente, omnisciente, soberano, único, creador del hombre y todo lo


que existe. Hizo al hombre a su imagen y semejanza, aunque hecho de barro, lo dotó de
capacidad, de inteligencia (Job 32:8) y voluntad, a tal punto que pueda aceptar o rechazar
a su creador. El mal uso de esa capacidad lo puso en desventaja con su creador
(Eclesiastés 7:29; Romanos 3:23; 5:12).

Por esta causa, Dios mismo intervino a nuestro favor, prometiéndonos un redentor, un
salvador que ofrendaría su vida, poniendo a disposición del ser humano Eterna Redención
(Gen. 3:15; Gálatas 3:15; Isaías 35:4-5; Hebreos 2:14-15; 1 Corintios 15:45-49).

La redención beneficia y afecta la vida del ser humano, a partir del momento que éste por
la predicación y la fe en el evangelio recibe a Jesucristo como su Salvador personal,
permitiendo en su vida la obra del Espíritu Santo y el proceso del nuevo nacimiento
(Romanos 3:17; Juan 1:12-13; 3:3-5). El bautismo es solo una parte en el proceso de la
redención del pecador (Marcos 16:15-16; Hechos 4:12; 2:38).

La Iglesia más que una religión, es el programa de Dios, la creación de un pueblo del que
formaremos parte todo hombre y mujer que crea al verdadero evangelio, cuyo único
autor es Dios mismo (1 Pedro 2:9-10; Efesios 2:20; 3:6-12).

Es fundamental creer en el solo Dios viviente, eterno, infinito en poder, santo en


naturaleza, atributos y propósitos y que posee divinidad absoluta e indivisible.

La escritura afirma, asume y declara que el conocimiento de Dios es universal (Romanos


1:19-20-28, 32; 2:15). Dios es indivisible, inmaterial, sin partes, sin cuerpo y, por lo tanto,
libre de toda limitación. Es el mismo Dios que creo al hombre del polvo de la tierra, quien
por su infinita gracia y misericordia, ha sido manifestado en carne, provee al hombre una
restauración en su gracia, hacerlo hijo y heredero (1 Juan 3:1-3; Gálatas 4:6; Efesios 1:13-
14).

No es por sacramentos, sino por la obediencia a la predicación del evangelio y la


exposición de sus doctrinas, que ha sido encomendada a sus ministros y su Iglesia (Efesios
3: 8-12; 2 Pedro 3:1-2; 1 Timoteo 4:16; Romanos 1:16; Marcos 16:15-16).
En la ascensión de Cristo al cielo, no es a una religión, al papa u obispo religioso, a quienes
inviste de autoridad con plenos poderes como interpretación de sus enseñanzas y
administradores de sacramentos, dándoles el privilegio de infalibilidad no.

Esta muy claro que en su ministerio terrenal llamó a los que él quiso para ponerlos a
predicar (Marcos 3:13-15). El día de su resurrección los comisionó (Marcos 16:14-
20)”Ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que le seguían,
amén”. (Lucas 24:45-49) “Quedaos en Jerusalén hasta que seáis investidos por el poder
de lo alto”. (Hechos 1:8; Efesios 4:8-15).

En estas declaraciones no existe una forma textual para afirmar que Dios haya dejado
como depositarios de su personalidad e investidura, de plenos poderes, de sacramentos,
a la religión, al papa y obispos y, mucho menos el privilegio de infalibilidad a hombre
alguno (Romanos 3:1-4). Son sus ministros y su Iglesia los que tienen la responsabilidad
de dar a conocer las verdades eternas del evangelio (1 Pedro 2:9-10; Efesios 4:11-12;
Marcos 16:15-16).

La Biblia en ninguna parte declara que Pedro estaba en autoridad sobre los otros
apóstoles o sobre toda la Iglesia (Hechos 15:1-23; Gálatas 2:1-14; 1 Pedro 5:1-5). La Biblia
enseña que la autoridad de Pedro era compartida por los otros apóstoles (Efesios 2:19-
20) y la autoridad de “atar y desatar” atribuida a él, fue del mismo modo compartida por
las Iglesias locales (Mateo 18:15-19; 1 Corintios 5:1-13; 2 Corintios 13:10; Tito 2:15; 3:10-
11); por lo tanto, la base para la infalibilidad papal y la existencia misma del papado, no
está fundamentada en las sagradas escrituras.

La Biblia no dice que los apóstoles fueron infalibles, aparte de lo que escribieron que era
palabra inspirada por el Espíritu Santo, no inventada por ellos (2 Timoteo 3:16; 2 Pedro
1:18-21).

Ante la aparición de falsos maestros, Pablo encomendó a los líderes de la Iglesia en Éfeso,
a Dios y la palabra de su gracia (Hechos 20:28-32).

Mientras que la Iglesia romana habla de la infalibilidad del papa, la Biblia habla de la
infalibilidad de las escrituras (Hechos 20:32; 17:10-12; 2 Timoteo 3:15-17; Mateo 5:18;
Juan 10:35; Isaías 8:20; 40:8).

Nuestro real sumo sacerdote en el cielo, Jesucristo mismo (Hebreos 7:22-28).

La presencia y dirección del Espíritu Santo es quien guía a toda la verdad y da dones a los
creyentes y usa su palabra como herramienta principal (Romanos 12:3-8; Efesios 4:11-16;
6:17; Hebreos 4:12).

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