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E LA VIDA DE LAS PLANTAS Y DE LOS HOMBRES

AUTOR MANUEL ROJAS GARCIDUEÑAS

Manuel Rojas Garcidueñas, quien estudió biología en la UNAM y más tarde


obtuvo la Maestría en la Universidad de Minnesota, es autor del libro “De la vida de
las plantas y de los hombres” En este libro se hablara de la vida o funcionamiento
de las plantas y de lo que puede enseñar para vivir mejor, no es un texto de biología
vegetal y mucho menos de divulgación científica.

En el capítulo uno todo comienza con el ejemplo de un girasol que tiene


distintos fines de acuerdo a situaciones o puntos de vista de varias personas; poco
después nos menciona cosas como la clorofila, que es el sistema para producir color
empezando por la respiración de las plantas.

Ya en el capítulo dos el libro mejora al explicar cómo una planta transforma la


energía que proviene de los rayos del Sol con la ayuda de la clorofila y más células
que se encargan de realizar esa función de la planta.

Con el capítulo 3 el autor proporciona conocimientos antiguos y nuevos sobre


mensajeros químicos que se encuentran en el sistema nervioso y se conectan al
cerebro como si fuese una empresa donde un departamento de ésta fuera la
encargada de enviar un memorándum para activar una sección de la empresa.

Ya en el cuarto capítulo la diferenciación (concepto del capítulo), dice que es


un fenómeno de diversificación y especificación celular; esto se refiere a la
capacidad de poder decidir o manejar su reproducción de acuerdo a las
características que tiene o debe producir para seguir el patrón de ADN que posee
cada individuo.

En los últimos tres capítulos (quinto, sexto y séptimo) el autor escribe de la


vida de las plantas como de los seres humanos desde el punto de vista de una
persona que cree en un ser supremo por el que todo fue creado, al que nombra
Dios.

Este libro se escribiría de manera que todas las personas los comprendieran y no se
les dificultara. Sin embargo, tal cosa no sucedió.

En el capítulo uno todo comienza con el ejemplo de un girasol que tiene


distintos fines de acuerdo a situaciones o puntos de vista de varias personas; poco
después nos menciona cosas como la clorofila, que es el sistema para producir color
empezando por la respiración de las plantas, respirando bióxido de carbono y
exhalando oxígeno; todo a la inversa del hombre, ya que nosotros respiramos
oxígeno y exhalamos bióxido de carbono. Este proceso de las plantas es muy
valioso para la vida de los seres humanos ya que el aire del planeta está compuesto
de 25% de oxígeno y 72% de bióxido de carbono y otros gases en mucho menos
proporción, es por esto que las plantas son muy importantes para nosotros;
además, las algas marinas que se encuentran en el mar proporcionan mayor
cantidad de oxígeno que las plantas, lo que se convierte en una cadena de
conservación porque al contaminar los suelos con productos químicos, al igual que
la contaminación del mar, estamos destruyendo de manera lenta algo que
necesitamos demasiado y nos es vital para sobrevivir. Por esto y muchas más
razones es que debemos y tenemos que conservar el medio ambiente.

Ya en el capítulo dos el libro mejora al explicar cómo una planta transforma la


energía que proviene de los rayos del Sol con la ayuda de la clorofila y más células
que se encargan de realizar esa función de la planta, como si fuera una sociedad
como la nuestra y cada cual fuese un individuo que desempeña un cargo público u
otra cosa y que sin ese individuo no sería posible el funcionamiento de la sociedad.
Nos dice además que el Sol es la fuente de la vida al poseer rayos tan poderosos ya
que su energía permite la estructura del suelo y, a su vez, que éste proporcione otro
tipo de energía para nutrir a todas las plantas, como son los nutrientes como el
nitrógeno (que es el elemento más importante para el crecimiento de las plantas) y
a su vez exista alimento para todos los animales (incluyéndonos por supuesto) y
oxígeno para la vida; para mantener este ciclo ocurren tanto fenómenos físicos
como químicos que suceden tanto en el exterior como en el interior de cada planta
y animal (incluido, por supuesto, el ser humano). Este fenómeno me ha hecho
pensar mucho y me ha permitido llegar a la conclusión a la que he llamado “La
cadena productiva alimenticia”, ya que todo empieza por la producción de la
energía y la alimentación que se obtiene de ella haciendo que su eslabón sea
indispensable en la cadena así como lo es un individuo de otro en la sociedad. Esto
es procedido de un razonamiento muy lógico y cierto y por su misma naturaleza
muy difícil de asimilarlo; nos dice que lo que hacemos consume energía, como por
ejemplo la producción del maíz que al final será “Corn flakes”: todo inicia por el
Sol, después éste junto con el nitrógeno, oxígeno, bióxido de carbono, agua,
cosecha, trabajo manual, la industrialización, el empaquetado, el traslado, etc.
requieren de una energía que será astronómicamente mayor que la que te
proporcionará al comer “Corn flakes”. A partir de aquí el libro provoca profunda
decepción porque te han planteado problemas sobre el consumo de energía pero no
te propone una solución, además de hacer notar el otro problema que es la erosión
del suelo que se refiere al fenómeno en el cual éste pierde sus propiedades y
nutrientes, lo que hará que en un año se siembre lo que se siembre la cosecha será
buena, pero si se siembra lo mismo al año siguiente la cosecha será de menor
calidad; esto ocurre porque no existe un conocimiento sobre este fenómeno y el
autor menciona que a cualquier país sin una educación respecto al tema se le
asegura una catástrofe alimenticia

al no contar con suelos fértiles para producir alimento para su población y, por
desgracia, México es un país con este problema.

Con el capítulo 3 el autor proporciona conocimientos antiguos y nuevos sobre


mensajeros químicos que se encuentran en el sistema nervioso y se conectan al
cerebro como si fuese una empresa donde un departamento de ésta fuera la
encargada de enviar un memorándum para activar una sección de la empresa;
además, plantea que las plantas poseen un sistema similar, y es por ello que las
plantas perciben su ambiente y así determinan si es apto para desarrollarse; a su
vez saben cuándo dar frutos o cambiar follaje, etc. Pero aclara que este sistema no
está tan desarrollado como el de los seres humanos, además afirma que hay
variantes de este sistema como lo es el de un girasol que gira y crece más del lado
que percibe los rayos del Sol, o el de las plantas insectívoras que se activan por
pelillos que al ser tocados se cierran bruscamente y otras moléculas actúan
consumiendo al

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