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I.- Introducción.-
II.- Desarrollo.-
Antecedentes.-
-El 29 de agosto de 1985 se promulgó el Decreto Supremo 21060 que sustentó los cimientos
del modelo neoliberal en Bolivia.
-Con el 21060 rigió la economía de libre mercado y con ella se abrió la privatización y
capitalización de las empresas estratégicas del Estado.
-Los cambios en la economía del país fueron acompañados con la creación de una serie de
instituciones del Estado. Entre ellas figura la del Sistema de Regulación Sectorial (SIRESE),
dentro de la cual estuvo la ex Superintendencia de Hidrocarburos.
-Sin embargo, tras dos décadas de funcionamiento de las instituciones creadas bajo el
Sistema de Regulación Sectorial, éstas estuvieron lejos de cumplir con su misión de proteger
los intereses del Estado y del consumidor y, por el contrario, se mostraron funcionales a los
intereses de las empresas reguladas.
Superintendencia de Hidrocarburos de Bolivia.- Creada como parte del marco y objetivos
del anterior proceso privatizador y desregulador, modelo que garantizaba competencia;
pero cuyo objetivo era coadyuvar a la transferencia de la actividad hidrocarburífera al sector
privado para que éste tenga gran lucro, en desmedro de los consumidores, lo que significó
el fracaso de esa estructura neoliberal.
Historia.-
La gestión del presidente Morales está marcada por la recuperación de las empresas
estatales, la nacionalización de los hidrocarburos y la convocatoria a la Asamblea
Constituyente que trajo consigo una nueva Constitución Política del Estado y la anhelada
refundación del país.
El trabajo de la ANH, como lo establece el Pacto Social aprobado por los bolivianos, está
orientado a velar por los intereses del ciudadano, no como consumidor sino como persona
que tiene el derecho de satisfacer sus necesidades de comunicación, tierra, agua y energía
de manera oportuna, adecuada y justa.
De ser una institución al servicio de las empresas reguladas durante el periodo neoliberal,
hoy, en el nuevo Estado Plurinacional, la Agencia Nacional de Hidrocarburos regula,
controla, fiscaliza y supervisa, en el marco de políticas nacionales, todas las actividades de
la cadena de hidrocarburos desarrolladas dentro de nuestra extensa geografía nacional.
Y es que la visión de la institución reguladora no solo precautela los intereses del Estado
boliviano, de las empresas nacionalizadas y del consumidor del mercado interno, sino que
también contribuye al desarrollo de la economía nacional.
La innovación tecnológica, permitirá a la ANH cumplir con lo que establece el artículo 365
de la Constitución Política del Estado.
La Resolución Administrativa 474/2009 del 7 de mayo de 2009 es la norma legal que marca
su aniversario de creación.
Objetivos de la ANH
Objetivo Estratégico 1.- Aplicar de manera integral y continua la Gestión Regulatoria
(Regular, Supervisar, Fiscalizar y Controlar) en las actividades de exploración y explotación
en el marco de la política y normativa del sector de hidrocarburos.
Visión.- Ser el Ente Regulador referente del Estado Boliviano que aplica la Gestión
Regulatoria, Tecnológica y Digital del Sector Hidrocarburífero, de manera equitativa y
sostenible, acorde con el mandato constitucional.
Oficinas Distritales.-
III.- Conclusiones.-
A partir de la Nacionalización:
Los hidrocarburos son propiedad del pueblo boliviano, a través del Estado.
Se refunda YPFB que a nombre del Estado controla, dirige y opera todas las
actividades de la cadena de hidrocarburos.
El Estado define la generación, uso y destino del excedente económico de los
hidrocarburos.
Se garantiza el abastecimiento del mercado interno y el cumplimiento de
compromisos con mercados externos.
El Estado define precios en el mercado interno y condiciones de los contratos de
exportación.
Se realizan proyectos que harán objetiva la principal aspiración de Bolivia que es la
industrialización del Gas Natural.
A partir de la Creación de la ANH.-
Se da un mejor control en cuanto a las empresas y toda la actividad hidrocarburífera
desde su exploración, explotación, comercialización hasta la llegada del consumidor.
Se regulan, fiscalizan de una manera más eficiente las actividades del Upstream y
Downstream generando una mayor utilidad y una mayor capacidad productiva para
el Estado boliviano.
Se velan por los intereses del ciudadano, no como consumidor sino como persona
que tiene el derecho de satisfacer sus necesidades de comunicación, tierra, agua y
energía de manera oportuna, adecuada y justa.
Se implementan mecanismos técnicos, administrativos y legales de apoyo a la
gestión regulatoria con transparencia, solvencia y confiabilidad en el marco de la
mejora continua.
Se logra obtener una mejor seguridad, calidad, volumen, precio y continuidad del
servicio, en el marco de la política del sector.