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Materia
Eclesiología
APÓSTOLES CARISMÁTICOS
Presentado Por
Profesor
Caracas – Venezuela
Marzo de 2017
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INTRODUCCIÓN
Como verdaderos creyentes, tenemos la certeza de que la Iglesia del Señor Jesucristo
es la institución más importante del mundo, la cual tiene la misión y capacidad de anunciar las
riquezas de la gloria de Dios al mundo y más allá del mundo. “La Iglesia local es la
autoridad que Jesús ha instituido en la tierra para confirmar oficialmente nuestra vida
cristiana y moldearla” (Leeman 28). La Iglesia nunca ha dejado de estar expuesta a las malas
influencias del mundo y mucho menos al ataque directo de las fuerzas del mal. En los últimos
siglos, éste ataque re ha recrudecido y se ha vuelto muy sutil, ya que ha venido desde adentro,
desde las mismas filas de la comunidad llamada cristiana. Muchos han sucumbido a éste
ataque y han enarbolado una bandera muy diferente a la original y verdadera, lo cual ha
apostólico, analizando su importancia para la verdadera salud y vida de cualquier iglesia local
falso cristianismo.
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I. LA GRAN RELEVANCIA DE LA IGLESIA DEL SEÑOR JESUCRISTO
Una de las cosas que necesitamos recuperar en nuestro tiempo es la importancia que
redención de Dios, podemos darnos cuenta de que el propósito de nuestro Dios desde la
eternidad ha sido y sigue siendo, no el salvar a individuos aislados, sino mas bien salvar a
esos individuos para que pasen a formar parte de un pueblo numeroso. Cuando Cristo
apareció en la historia del mundo, vino a inaugurar un nuevo pueblo llamado la Iglesia, el cual
es la continuación del Israel de Dios, de manera que en un sentido no es algo nuevo, ya que
sigue siendo el pueblo de la fe, el Israel espiritual y que en el Nuevo Testamento se le llama la
Iglesia. El surgimiento del dispensacionalismo en el siglo XIX fue muy dañino, entre otras
cosas. Dividieron al pueblo de Dios en dos grupos: la Iglesia e Israel. La Iglesia es vista como
mundo se basan sobre la nación física de Israel. Esto destruye la importancia que la Biblia le
da a la Iglesia dentro del plan redentor de Dios. Pablo nos enseña que la Iglesia es el punto
culminante de toda la historia de la redención y no el Israel físico. Éste último sirvió como
una base, como un tipo o sombra del gran cumplimiento que Dios iba a dar a sus planes a
través de la Iglesia. Cuando Dios se propuso diseñar éste plan, Él definió que la Iglesia sería
Hay muchas referencias bíblicas que nos dicen mucho sobre la gran importancia que
tiene la Iglesia para Dios en su plan de redención. La Iglesia es edificada por Cristo
(Mt.16:18). La Iglesia está fundada en Cristo (Ef.2:19-20). La Iglesia fue comprada con la
sangre de Cristo (1Cor.6:20, Hch.20:28, Ap.5:9). La Iglesia fue salvada por Cristo (Ef.5:25-
29). La Iglesia está siendo santificada por Cristo (Ef.5:26-27). La Iglesia es la esposa de
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Cristo (Ef.5:22-32), y Él es su cabeza (Col 1:18). La Iglesia es propiedad de Dios
Cristo (1Tim.3:15). El apóstol Pablo utiliza grandemente su carta a los Efesios para revelar
ese misterio que Cristo traía al mundo y que fue revelado: la Iglesia. El apóstol recalca en esa
misma carta la misión cósmica que tiene la Iglesia cuando dice que ella tiene la misión y ha
sido dotada de la capacidad de anunciar la riqueza de la gloria de Dios al mundo y más allá
del mundo (Efe.3:10). Fuera de la Iglesia, no hay posibilidad de salvación. Cristo nos salva
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II. EL FUNDAMENTO APOSTÓLICO
Todas las promesas, profecías, tipos y sombras del A.T. finalmente se cumplen en
Cristo y como ya dijimos, Cristo reveló ese misterio que Él traía al mundo y que conocemos
verdades relativas como en el que vivimos en el día de hoy y sabiendo que solo existe una
sola iglesia verdadera, nos preguntamos: ¿cuál de todas aquellas iglesias que se llaman
nos ayuda a esclarecer ésta verdad y un primer texto que quisiera citar es Mateo 16:18. Es un
texto que ha sido muy mal utilizado por muchos por verlo aisladamente del resto de las
Escrituras. Entendemos que Cristo llamó a sus discípulos y escogió de entre ellos solo a doce,
a los cuales llamó Apóstoles. En un momento dado, el Señor estaba reunido con ellos y
conversando con Pedro le dice que Él edificaría su iglesia sobre ésta roca. Los mejores
expositores de las Escrituras llegan a la conclusión de que lo que el Señor le dijo al Apóstol
tenía que ver con una función que no solo le tocaría a él y que tenía que ver más bien con todo
la siguiente manera: -tú eres Pedro y sobre ti, no como persona, sino como el oficio que te voy
a dar y a los otros 11 de los cuales vas a ser líder, voy a edificar mi Iglesia.
Para entender mejor éste primer pasaje que hemos citado, es conveniente también
considera otros textos que nos dan más luz sobre el misterio de la Iglesia y sus comienzos.
Cuando leemos textos como 1 Corintios 3:9-10, Efesios 2:19-22 y 1 Pedro 2:4-5, vemos la
idea del pueblo de Dios concebido como un edificio espiritual que está en continuo
crecimiento. José Grau comenta al respecto: “La figura de la Casa de Dios, para explicar a
la comunidad de los creyentes, nos ha sido dada para que tengamos una mayor y más
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profunda comprensión de la naturaleza de la Iglesia” (Grau 9). Al considerar el contexto de
toda la Biblia, vemos que éste concepto ha sido tomado del Templo de Jerusalén y en donde
todo aquel antiguo pueblo fiel del A.T. vio un símbolo de lo que el pueblo de Dios debía ser
en su realidad espiritual. A ésta casa espiritual, los creyentes van siendo incorporados como
“piedras vivas” (1 Ped. 2:4-5), las cuales desde su inicio, descansan sobre el fundamento de
los Apóstoles y profetas y cuya piedra angular, que es aquella sobre la cual se apoya todo el
edificio, es el Señor Jesucristo mismo (Ef. 2:20). Hasta aquí, podemos ya tener una idea clara
de lo que el Señor nos quiere enseñar sobre su casa o edificio espiritual. Hallamos tres
elementos que lo forman. El primero, la piedra angular única e insustituible, que es el Señor
Jesucristo. La segunda, el fundamento apostólico, que son los Apóstoles que Cristo escogió y
llamó y que son la trabazón entre aquella piedra angular y las demás piedras que se van
agregando, los creyentes y que son el tercer elemento constitutivo. Ese es entonces la
edificación que en el Nuevo Pacto sirve de morada de Dios de manera espiritual, pero cuyo
secreto se halla exclusivamente en esa unión que mantiene con la piedra angular por medio
del fundamento. De allí ya podemos ir entendiendo la gran importancia que tiene ese
revelación y portadores de la misma y Cristo de una manera especial los ligó a su Iglesia para
siempre. Es algo que el Apóstol Juan dejó bien claro en su primera epístola cuando escribió:
“Eso os anunciamos para que también vosotros tengáis comunión con nosotros, y nuestra
comunión verdaderamente es con el Padre y con su Hijo Jesucristo” (1 Jn. 1:1-3). Los
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sobrenaturalmente por Cristo para dar testimonio de lo que vieron y escucharon del propio
Señor (Hechos 1). Fueron también testigos de la resurrección y comenzaron a hacer señales
sobrenaturales, que no eran milagros y que tenían como objetivo o apuntaban a una
confirmación de esas bases o fundamento que ellos estaban colocando y sobre la cual la
Iglesia sería edificada. A ellos se les dieron mandatos para que se los dieran a la Iglesia, lo
cual hicieron por medio de las Escrituras, la revelación especial. Ellos fueron los que
colocaron las bases, son los que escribieron, enseñaron y colocaron las doctrinas que la Iglesia
debe enseñar. Estamos ligados entonces a la voluntad del Cristo por medio de los Apóstoles.
Podemos ver entonces la gran importancia que tienen los apóstoles como testigos de Cristo,
en los planes de Dios y su función singular en los propósitos del plan de redención. El ser
apóstol constituía la más alta función profética en la Iglesia naciente de Cristo y es al nuevo
pacto lo que Moisés y los demás profetas fueron para el antiguo pacto. En aquel primer siglo,
muchos hombres llegaban diciendo que eran apóstoles. Aquella primera Iglesia era muy
celosa de éste oficio y hasta del mismo Pablo dudaron sobre su apostolado. Las mismas
Escrituras nos advierten de falsos apóstoles, profetas y de falsos cristianos (2 Cor. 11:13; Mr.
Las Escrituras son bien claras en enseñarnos que el apostolado fue el primero de los
dones que el Señor dio a la Iglesia para su edificación (Ef. 4:11-13) y había unos requisitos
bien claros para que un hombre fuera llamado Apóstol, tal y como MacArthur nos señala: “El
apóstol tenía que ser un testigo físico del Cristo resucitado (Hechos 1.22; 10.39–41; 1
Corintios 9.1; 15.7–8.); (2) el apóstol tenía que ser nombrado personalmente por el Señor
Jesucristo (Marcos 3.14, Lucas 6.13, Hechos 1.2, 24; 10.41; Gálatas 1.1); y (3) el apóstol
tenía que ser capaz de autenticar su designación apostólica con señales milagrosas (Mateo
10.1–2; Hechos 1.5–8; 2.43; 4.33; 5.12; 8.14; 2 Corintios 12.12; Hebreos 2.3–4)”
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(MacArthur 97). Después de los apóstoles, vemos que en el texto de Efesios 4 los profetas son
sentido estricto, los profetas fueron hombres utilizados por Dios tanto en el A.T. como en el
N.T. para la revelación especial, tal como lo fueron los apóstoles. La Biblia nos enseña que
Para finalizar éste apartado, me parece bien importante hacer una breve reseña sobre el
gobierno en la Iglesia. No podemos negar que éste sea un tema que genere bastantes
controversias en el día de hoy, pero las Escrituras si nos enseñan sobre lo que es un sistema de
quien la guía y determina lo que ella es. En segundo lugar, tenemos al Espíritu Santo, que es
el verdadero vicario de Cristo (Jn. 14:15). El E.S. gobierna a la Iglesia en nombre de Cristo,
es el que da los dones, el que llama a los líderes, entre otras cosas. La manera en que el
sobrenaturalmente para que ellos transmitan la voluntad de la cabeza que es Cristo, para guiar
a la Iglesia mas no legislar, sino mas bien como servidores y guías. Los apóstoles y profetas
fueron los primeros en cumplir con ésta función de gobierno, además de haber establecido las
bases sobre las cuales se establecería la Iglesia. Como los apóstoles y profetas no iban a estar
físicamente siempre con la Iglesia, ellos comisionaron a algunos hombres dotados por el
Espíritu Santo para ser los líderes y guías dentro del pueblo de dios a nivel local. No se trata
de nuevos apóstoles, sino de ancianos, obispos o pastores y los diáconos. En último lugar
tenemos a la asamblea de miembros que es la que establece la base de la Iglesia, sin la cual no
habría necesidad de gobierno. Ese es entonces la estructura del gobierno bíblico para la
Iglesia.
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III. OTROS FUNDAMENTOS
firme y seguro el cual es Cristo mismo, un fundamento en el cual los apóstoles colocaron las
bases para que dicha edificación creciera. Los apóstoles desaparecen y otros continuarían
hasta el tiempo del fin, el proceso de edificación sobre ese fundamento puesto por Cristo y los
apóstoles. Julio C. Benítez dice al respecto que: “Los pastores y maestros que
verdaderamente han sido llamados por Cristo tienen la función de edificar la Iglesia,
tomando como base el fundamento que ya ha sido puesto. Ninguno puede decir que está
Cristo y los apóstoles” (Benítez 39). Durante los primeros años de la Iglesia naciente del
primer siglo, ya comenzaron a surgir en el mundo Cristiano y como la misma Palabra nos
advierte, falsos Apóstoles, para confundir la verdad (2 Cor.11:13). Esa confusión se hizo
sucesión, donde ellos dicen que tienen a los obispos que son los sucesores de los Apóstoles y
que tienen incluso al sucesor de Pedro, que es a quien ellos llaman el Papa. Pero las cosas no
solo se quedaron allí, sino que con el devenir del tiempo y muy especialmente durante los
movimiento muy grande y poderoso de hombres que reclaman el título y el derecho de ser
reconocidos como Apóstoles. Entendiendo bien lo que hemos dicho hasta ahora, que los
fundamentos de ese gran edificio llamado la Iglesia fueron puestas por los Apóstoles del
primer siglo, nos preguntamos: ¿cuántas veces se deben poner las bases para construir un
edificio? Evidentemente una sola vez. Las declaraciones hechas por los primeros Apóstoles
son el fundamento de la Iglesia y ese fundamento se puso una sola vez y para siempre. Si
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decimos que hay nuevos Apóstoles, eso quiere decir que van a levantar otro edificio y eso es
y el poder de Dios, lo que los pentecostales llaman “bautismo en el Espíritu Santo”. Enfatiza
el hablar en lenguas y los dones del Espíritu Santo, donde ocupa un lugar prominente la
experiencia. Ellos apelan a la experiencia más que a la Palabra de Dios para dictar lo que es
verdad y no debería ser así. Nuestras experiencias deben seguir a lo que creemos, ya que
movimiento muy atractivo para gente de tendencia liberal, pero muy peligroso para la
ortodoxia bíblica. Su teología gira en torno al hombre, ya que proclama la deidad de los
creyentes. Entre sus aspectos atractivos podemos ver que hay un mayor entusiasmo en la
pesar de que son aspectos muy positivos, todo eso es ensombrecido por su ambigüedad
doctrinal y subjetivismo y por su unión ecuménica directa o indirecta con el Consejo Mundial
de Iglesias y el Vaticano.
1901 fue un gran año para el movimiento carismático, ya que marcó sus inicios, pero
el 2001 marcó el comienzo de lo que ellos llaman la “Segunda Era Apostólica”. Ellos creen
cree que a principios del siglo XXI se produjo un cambio trascendental en el plan redentor de
Dios basado en el regreso de los Apóstoles, es decir, que ahora hay un gran reconocimiento de
que el oficio del apostolado no fue solo puesto en práctica durante los inicios de la Iglesia
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apostólica, sino que también está funcionando en el día de hoy. La premisa de ellos es que
hoy, que el Nuevo Testamento no es un registro de lo que ocurrió en una generación, sino un
modelo de lo que debe suceder en cada generación hasta que Jesús venga y que si la Iglesia
primitiva tuvo Apóstoles, nosotros también deberíamos tenerlos. Como vimos en la sección
anterior, habían tres requisitos fundamentales para ser Apóstol de Jesucristo y tenemos más de
quince pasajes escriturales repartidos en cinco libros que nos hablan de esos requisitos, lo cual
debería ser más que suficiente para que las personas que creen en los “apóstoles” de hoy dejen
de hacerlo. Lamentablemente, parece que muchas de esas personas son más influenciables por
lo que dicen algunos individuos que por lo que dice explícitamente la Palabra de Dios. Es
importante que recordemos que la iglesia post apostólica fue dirigida por ancianos y diáconos,
ya que cuando los apóstoles dieron instrucciones sobre el futuro de la iglesia y cómo debería
ser gobernada, ellos no hablaron sobre la designación de nuevos Apóstoles, más bien
4.11–13 para defender su posición. Ellos alegan que el pasaje que dice que la unidad, el
cinco oficios mencionados en el versículo 11, deben continuar hasta la Segunda Venida. En
realidad, éste texto nos enseña que el propósito para el cual el Señor Jesús nombró a los
apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros en la iglesia fue para equipar a los
santos, los cuales luego pueden edificarse los unos a los otros en el cuerpo de Cristo. Esto
madurez, sana doctrina y santificación. Ya el Apóstol Pablo había indicado que los apóstoles y
los profetas eran solo para establecer el fundamento de la Iglesia, y por ende, no tenía
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necesidad de recordar que esos oficios serían temporales. Esos dos oficios no duraron más allá
del primer siglo pero a pesar de eso, los Apóstoles y profetas siguen equipando a los santos
por medio de lo que dejaron escrito para nosotros, inspirados por el Espíritu (es decir, la
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CONCLUSIÓN.
mundo caído y cómo ésta se ha ido edificando sobre el único y verdadero fundamento
apostólico que tuvo su momento de inicio hace casi dos mil años, podemos llegar a la
conclusión de que todo ese movimiento actual que ha estado prosperando a gran velocidad en
completamente falso. Es inexcusable, triste y a la vez preocupante ver como esos supuestos
líderes que leen la Biblia, crean que tienen un oficio apostólico, porque la enseñanza bíblica al
respecto es tan clara como el agua. Así que tanto el que se hace llamar apóstol sabiendo que es
un fraude, como el que se cree apóstol de verdad, son personas que rechazan la Palabra de
Dios en un acto de orgullo gigante y atacan nuestra fe. De la misma manera, aquellos que
siguen a éstos hombres fraudulentos y se vuelven esclavos de ellos. Tratan de poner sin darse
cuenta, otro fundamento diferente al ya colocado por los únicos y verdaderos Apóstoles,
dando así origen a un movimiento religioso cuyas prácticas han estado dejando un oscuro
testimonio al mundo que deja mucho que desear y que opaca el verdadero testimonio de toda
la cristiandad protestante. El mundo no sabe distinguir entre las iglesias verdaderas y las
falsas, entre las iglesias sanas y las menos sanas. Es necesario volver a las Escrituras, las
cuales son muy ignoradas por aquellos que se han dejado llevar por éstos engañadores y
recuperar la gran importancia que tiene la iglesia dentro del plan redentor de Dios.
Recordemos que la Biblia nos advierte mucho sobre cuidarnos de los falsos maestros y es por
relación a la verdadera Iglesia, a pesar de que algunas personas nos puedan acusar de
divisionistas por enseñar lo que dice la Biblia al respecto, pero la iglesia de Jesús necesita
conocer la verdad.
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BIBLIOGRAFÍA.
Fundación IBRC.
Grau José (2010). El Fundamento Apostólico (pp. 9-49). España. Editorial Peregrino.
Hendriksen William. (2003). El Evangelio según San Mateo. (pp. 480-483). EE.UU.
Libros Desafío.
MacArthur John (2014). Fuego Extraño (pp. 91-107). EE.UU. Grupo Nelson, Inc.
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