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SOLUCIONARIO

A LAS ACTIVIDADES DEL LIBRO:

SIMONE DE BEAUVOIR
El segundo sexo.
Lectura crítica de la Introducción
y la Conclusión

Autora:
Susana López pavón

DIÁLOGO

www.editorialdialogo.es

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ACTIVIDADES “INTRODUCCIÓN”

ü Se utiliza el símbolo & para indicar el párrafo del texto al que se refiere la actividad.
ü En todas las preguntas del primer tipo [1] se ha de realizar una síntesis del texto
que muestre su estructura argumentativa o expositiva.
ü En todas las preguntas del segundo tipo [2] se ha de partir de la información que
ofrece el texto y se tiene que completar con los conocimientos adquiridos acerca de
la filosofía de la autora.
ü Dado que las actividades que corresponden a los ejercicios 3 y 4 del modelo vigente
de examen de Filosofía en las Pruebas de Acceso a Universidad no se plantean en
torno a un fragmento concreto del texto, sino en relación a los conocimientos
adquiridos de la filosofía del autor en cuestión, hemos agrupado todas las propuestas
en el apartado final de las actividades correspondientes a la Conclusión.
ü Se proponen también actividades de comprensión [A.C.] que no se encuentran en
el modelo vigente de examen de las P.A.U.

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1. [A.C.] & 1. ¿En qué consiste “la teoría del eterno femenino”? ¿Qué relación guarda
con la noción de “feminidad”?
La “teoría del eterno femenino” consiste en la defensa de la existencia de unas
características definitorias, universales e invariables, que tendrían que cumplir o
manifestar aquellos individuos a los que se aplica la categoría de mujer. Ese conjunto de
características constituyen la feminidad. Desde este punto de vista, la “mujer, mujer”, la
verdadera mujer, es una mujer femenina, es decir, su esencia, su rasgo definitorio
fundamental, es la feminidad.
En el párrafo noveno de la Introducción Beauvoir aclara cómo es una mujer femenina
en el sentido anterior: “frívola, pueril, irresponsable, la mujer sometida al hombre”.

2. [1] & 1. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por la autora. Fragmento: desde “Pero,
en primer lugar...” hasta “…ante una situación”.
El fragmento se inicia con la formulación de la pregunta más importante del
ensayo porque su planteamiento posibilita la reflexión filosófica acerca de la categoría
“mujer”: “¿Qué es una mujer?” La pregunta surge ante la constatación de que de esta
categoría se hace un uso que no limita su significado al aspecto biológico que posee la
noción de hembra. Ciertos usos del término apuntan a que ser hembra (poseer útero) no
es suficiente para ser mujer: hay que ser, además, “femenina”. Por ello el problema se
traslada a la noción de “feminidad”. ¿Qué significa que una mujer para ser mujer de
verdad ha de ser femenina?
A continuación, Beauvoir critica, utilizando la ironía (“¿Acaso la segregan los
ovarios?...”), a los que juzgan a las mujeres valorando su “feminidad”. Estos, “los
entendidos”, usan el concepto como si su sentido estuviese diáfanamente claro y fuese
universalmente definible. Por eso los caracteriza de “conceptualistas”, en alusión a unas
de las posturas filosóficas de la polémica medieval acerca de la realidad de las ideas
abstractas.
Finaliza el fragmento indicando que el punto de vista anterior, que utiliza los
conceptos como ideas eternas mediante las que se clasifica y juzga a la personas
(distinguiendo “mujeres”, “judíos” o “negros”) ya no es relevante en el ámbito
científico (ciencias biológicas y sociales). Señala el importante papel que comienza a
tener en las ciencias la noción de “situación”, que será una de las claves de la filosofía
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beauvoireana. Este término hace referencia a la posición singular en la que vive cada
sujeto y hay que tener en cuenta para explicar sus características y su comportamiento.

3. [2] & 1. Define los términos “feminidad”, “conceptualismo” y “situación” que se


encuentran en el fragmento de la actividad 2. (Recuerda que en este tipo de
ejercicios debes partir de la información que ofrece el texto y completarla con los
conocimientos que tengas de la filosofía de la autora.)
“Feminidad”: idea que supuestamente las mujeres tendrían que manifestar para ser
verdaderamente mujeres y, según aquellos que dan por sentada su existencia, estaría en
peligro. Beauvoir rechaza definir a las mujeres mediante este concepto, cuyo significado
ciertas personas, “los entendidos”, parecen tener muy claro. Las tres preguntas que
formula con ironía acerca de la feminidad plantean tres temas distintos: la cuestión de la
relación de dicha idea con los aspectos biológicos específicos de las mujeres (“¿Acaso
la segregan los ovarios?”); el carácter de idea platónica de la noción, cuya realidad
defienden “los entendidos” (“¿O está sujeta en un cielo platónico?”) y, por último, la
cuestión de las condiciones que han de cumplir las mujeres individuales para
“participar” de la idea de feminidad (“¿Bastan unas enaguas con frufrú para hacerla
descender a la tierra?”). En otro momento de la Introducción explicita el significado de
“esta realidad misteriosa y amenazada” como “frívola, pueril, irresponsable y sometida
al hombre”. Para Beauvoir la feminidad constituye un mito que ha afectado
negativamente a las mujeres singulares, por lo que conviene analizar cómo se ha
constituido, cómo ha afectado a las mujeres y qué caminos se le abren con su
destronización.

“Conceptualismo”: Una de las posturas filosóficas medievales en relación a la discusión


acerca de la realidad de las ideas abstractas. En el texto se usa para caracterizar a
aquellos, “los entendidos”, que usan el término “feminidad” como si su sentido fuese
definible con claridad y universalidad y pudiese ser aplicado sin vacilación para juzgar
en qué medida las mujeres son mujeres de verdad. Según Beauvoir, este punto de vista
ya no se usa en el ámbito científico y ella lo rechaza con ironía.

“Situación”: Este término aparece al final del fragmento analizado. Hace referencia a la
consideración que las ciencias biológicas y sociales hacen de algunas categorías que se
aplican a seres humanos por compartir algún rasgo (mujeres, judíos, negros…). Tales
ciencias descartan definir ese tipo de categoría en base a esencias universales como si se
tratase de “entidades inmutablemente fijadas”. Por ejemplo, no aceptan analizar lo que
son las mujeres en relación a una supuesta “feminidad”. Por el contrario, tienen en
cuenta los diversos aspectos que convergen en cada individuo singular, que se ve
afectado por valoraciones y circunstancias diversas. Esto es lo que constituye su
situación, el contexto complejo que hay que tener en cuenta para entender el carácter o
el comportamiento de un sujeto. Es una noción importante en relación al concepto de
sujeto que emplea Beauvoir en su ensayo.

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4. [A.C.] & 3. ¿En qué se basa Beauvoir para afirmar que la relación entre ambos
sexos no es una relación simétrica?
Se basa en el hecho de que, aunque exista una simetría formal entre lo masculino
y lo femenino en documentos oficiales diversos, en los que todo individuo ha de elegir
una casilla en relación a su identidad sexual, la situación es muy diferente para hombres

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y mujeres en la sociedad patriarcal. Los varones no viven como una singularidad propia
su especificidad sexual, les pasa desapercibida porque se identifican con lo humano en
general. Por el contrario, perciben a las mujeres como seres marcados fuertemente por
su condición sexual, que determina, según ellos, toda decisión, acción u opinión que
puedan ellas llevar a cabo o emitir. Desde el punto de vista del varón que ha prevalecido
en la sociedad tradicional, las mujeres están “lastradas” por su condición sexuada, pero
esto no les ocurre a los varones.

5. [1] & 3. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por la autora. Fragmento: desde “La
humanidad es masculina…” hasta el final del párrafo.
La afirmación con la que se inicia el fragmento condesa la argumentación que
Beauvoir ha desarrollado previamente: “La humanidad es masculina y el hombre define
a la mujer no por ella misma, sino en relación con él”. Es decir, lo humano ha sido
identificado con lo masculino y lo femenino aparece como una limitación o carencia
respecto a lo humano-masculino. En consecuencia, masculino y femenino no son
términos simétricos. Es lo femenino lo que se distancia, por defecto, del tipo absoluto
que es lo humano-masculino. El punto de vista masculino no se considera un punto de
vista parcial porque se identifica con el punto de vista de lo humano. El único punto de
vista parcial, particular es el de las mujeres, que no se consideran en sí mismas sino
respecto a la referencia masculina. Pero la masculinidad deja de ser visible al haberse
identificado con la humanidad. Las mujeres no se consideran seres autónomos porque
solo son consideradas como desviaciones de la norma masculina: son siempre
heteronomía.
Beauvoir muestra esta consideración de lo femenino en las dos citas que aparecen
en el fragmento, del historiador Michelet la primera y del filósofo Benda la segunda. En
ambas se resalta la dificultad de entender lo que son las mujeres sin hacer referencia a
los varones que sí pueden ser entendidos por sí mismos, sin referencia a ellas. También
se observa este carácter siempre relativo de la visión masculina acerca de las mujeres,
que ha prevalecido, en el uso que se hace en francés de la expresión “el sexo”. “El sexo”
es la mujer y no el varón porque al haberse identificado lo masculino con lo humano, lo
masculino no se considera marcado por ninguna especificidad, ni siquiera de tipo
sexual.
Las cuatro últimas líneas del texto sintetizan la argumentación introduciendo
conceptos clave del ensayo: Sujeto y Alteridad. La falta de simetría entre lo masculino y
lo femenino señalada anteriormente conlleva que solo lo masculino sea considerado
Sujeto: individuo con autonomía y, por tanto, capacidad de decisión. Además su punto
de vista es el único que se considera válido y prevalece. Por eso, es también esencial.
Frente a este, la Alteridad, el ser relativo de la mujer, que carece de autonomía, de poder
de decisión y acepta el punto de vista del varón como válido. No tiene más esencia que
la que prescribe el punto de vista masculino, que se ha identificado a sí mismo con la
humanidad.

6. [2] & 3. Define los términos “Sujeto” y “Alteridad” que se encuentran en el


fragmento de la actividad anterior.
“Sujeto”: en el texto se usa para caracterizar al varón y diferenciarlo de la mujer.
En la sociedad patriarcal que está describiendo Beauvoir el varón es el único Sujeto
porque decide y dicta sus propias normas. Ha impuesto su punto de vista y ha relegado a
la mujer al papel de Alteridad: ella no tiene características propias y es, por ello,

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“inesencial”. Es también lo Absoluto porque no depende más que de sí mismo y se ha
identificado fraudulentamente con la humanidad.
“Alteridad”: en el texto se usa para caracterizar a la mujer y diferenciarla del
varón. No puede ser definida por sí misma. En la sociedad desigual y jerárquica que se
describe en el texto, la mujer es entendida como carencia y limitación respecto al
modelo masculino, que se identifica con lo humano. No posee autonomía: “es lo que el
hombre decide”. La investigación de Beauvoir se dirige a desentrañar las causas de esta
desigualdad e indicar las condiciones necesarias para que pueda ser eliminada.

7. [A.C.] & 4. ¿Qué papel realiza la hostilidad en la constitución de la conciencia?


Según Beauvoir, que afirma seguir al filósofo alemán Hegel, la hostilidad es
condición de posibilidad de la conciencia misma, en la medida en que la afirmación y el
reconocimiento de un sujeto como tal implica necesariamente establecer diferencias
respecto a otros posibles sujetos. Marcar diferencias es oponerse en aspectos concretos a
los demás. Solo mediante esta oposición se adquiere conciencia de ser uno mismo. Esta
hostilidad se encuentra implícita en la categoría de Otro. La dualidad de lo Mismo y lo
Otro se encuentra en todas las culturas, según la autora, que cita estudios de
antropólogos al respecto: toda realidad social establece sistemas de oposiciones. Afirma
que la alteridad es una categoría fundamental del pensamiento humano.

8. [A.C.] & 5. ¿En qué se diferencia la relación entre hombres y mujeres de otras
relaciones entre sujetos?
Se diferencia en que solo en la relación entre hombres y mujeres no hay
reversibilidad entre lo que se establece como Uno y lo que adquiere el papel de Otro. En
las relaciones entre grupos distintos la idea de Alteridad es relativa. Es decir, de un
modo u otro el papel de Sujeto recae en el que se afirma como tal y hace prevalecer su
punto de vista. Pero el que es enunciado como Otro por el anterior, puede a su vez
afirmarse como Sujeto y revertir la relación. Sin embargo no hay posibilidad de
intercambio de papeles entre hombres y mujeres. Los varones son los únicos sujetos en
las sociedades patriarcales y las mujeres son definidas como Alteridad pura. Ellas no se
afirman como sujetos y asumen la heterodesignación de Alteridad. Lo que hay que
averiguar, según Beauvoir, es por qué ellas se someten al punto de vista de aquellos que
asumen el papel de sujetos sin reversibilidad.

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9. [A.C.] & 6. Explica en qué sentido puede afirmarse que la “autodesignación” de las
mujeres como tales es en realidad un acto de “heterodesignación”.
Según Beauvoir, son los varones los que dicen “las mujeres” y las designan como
seres relativos respecto a ellos, dependientes y sexuados. Ellas no dicen “nosotras”
afirmándose como sujetos, sino que retoman las palabras de los varones para designarse
a sí mismas, por tanto, asumen el papel que les confieren los varones. La designación en
la que se reconocen, “las mujeres”, es establecida por otros: es heterodesignación.
En este párrafo sexto, Beauvoir señala dos de las razones que explican este hecho.
Por un lado, carecen de los medios concretos para agruparse en una unidad que se
afirmaría al oponerse, es decir, no comparten pasado, historia, religión, trabajo,
intereses o espacio, en base a los cuales establecer lazos específicos y afirmarse como
grupo. Por otro, están unidas a sus opresores por un estrecho vínculo que no es
comparable a ningún otro. Las mujeres sí comparten con los varones espacio, trabajo,
intereses económicos o sociales. Constituyen con los varones una totalidad cuyos

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términos se necesitan mutuamente. No obstante, como se verá en el párrafo siguiente,
esta necesidad mutua no ha jugado a favor de la igualdad entre ambos: favorece siempre
al opresor frente al oprimido.

10. [1] & 7. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por la autora. Fragmento: desde “En el
momento en que…” hasta el final del párrafo.
Beauvoir comienza este texto sugiriendo que la situación de las mujeres en la
sociedad occidental ha evolucionado: las mujeres comienzan a participar en la
elaboración del mundo. No obstante, la situación de desigualdad se mantiene en muchos
aspectos, que ha señalado en las líneas que preceden al fragmento que analizamos
(legal, de costumbres, económico, político…).
A partir de aquí, es decir, tras señalar cómo la situación de desventaja de las
mujeres no ha desaparecido, Beauvoir describe los problemas que puede plantear a las
mujeres negarse a ser la Otra. Supondría, afirma, renunciar a las ventajas que les
procura la alianza con la “casta superior”, esto es, con los varones. Las ventajas son de
dos tipos. En primer lugar se plantean las ventajas económicas, materiales. En segundo
lugar, las que podrían ser denominadas “ventajas metafísicas”. Nos interesan estas
últimas porque en relación a ellas se explica en el texto la tentación que puede darse en
cualquier sujeto de huida de su propia afirmación, ya que en muchas ocasiones ejercer
la libertad propia cuesta un esfuerzo mayor que no ejercerla. Para Beauvoir se trata de
un esfuerzo moral. Este puede producir “angustia y tensión” en los individuos que lo
llevan a cabo. Por ello, muchas personas optan por evitarlo, por dejar que sean otros los
que decidan los proyectos, abdican de su propia autonomía. Dejan de ser sujetos y se
convierten en objetos, en cosas. En esta situación se encuentran, según la filósofa
existencialista, muchas mujeres: se complacen en el papel de Otras al que se les ha
relegado y no asumen su existencia con autenticidad, para evitar los riesgos que siempre
comporta ejercer la libertad. Esta complicidad con los varones es la tercera de las
razones que expone Beauvoir para explicar por qué las mujeres no dicen “nosotras”, es
decir, por qué no se afirman como sujetos. Las otras dos las había expuesto en el párrafo
anterior. Al final de este recapitula las tres: porque carecen de medios concretos para
afirmarse como grupo; porque el vínculo que las une a los varones es especialmente
estrecho y, finalmente, porque renuncian a ello por las ventajas que les reporta asumir el
papel de Otra. Solo en este último caso la responsabilidad recae sobre ellas, aunque
cuentan con el atenuante de la situación de desventaja en la que todavía se ven inmersas.

11. [2] & 7. Define los términos “libertad” y “trascendencia” que se encuentran en el
fragmento de la actividad anterior.
Los dos términos están ligados a la concepción del individuo que tiene el
existencialismo. La “libertad” es la característica específica de los seres humanos
porque estos son entendidos como sujetos que han de realizarse a través de proyectos
propios (“debe inventar sus propios fines sin ayuda”). Son ellos los que establecen sus
fines y deciden sus acciones. No es una tarea fácil: asumirla requiere un esfuerzo moral
y conlleva riesgos. Si no lo hacen pierden su “humanidad” y se asemejan a las cosas, se
convierten en objetos. Las cosas no actúan, no deciden, y son manipuladas por otros
sujetos (“lo convierte en presa de voluntades ajenas”). Realizar la libertad o huir de ella
constituyen los dos caminos entre los que ha de optar todo ser humano. La primera es
“una pretensión ética”; la segunda “un camino nefasto”.
En relación a la idea de libertad expuesta ha de entenderse la noción de
“trascendencia”. Trascenderse es realizarse como humano. Constituye una obligación

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moral. Esta realización implica la superación de los elementos de partida (aspectos
concretos del contexto específico en el que viven) a través de la acción decidida en
libertad. El que huye de su libertad y opta por la cosificación “mutila su trascendencia”
y “pierde todo valor”: se convierte en cosa.

12. [2] & 7. Explica el significado de la expresión “existencia auténticamente asumida”


en relación al fragmento de la actividad 10.
Esta expresión está estrechamente relacionada con los términos explicados en el
ejercicio anterior. Los seres humanos pueden asumir auténticamente su existencia o no
hacerlo. En el caso de la “existencia auténticamente asumida” el individuo decide sus
propios fines, esboza sus proyectos y actúa conforme a ellos. Es decir, no huye de la
libertad que le caracteriza como ser humano, aunque la huida sea a veces más fácil por
ser menos arriesgada. Asumir de manera auténtica la existencia comporta riesgos y
puede producir, se afirma en el texto, angustia y tensión, pero es el único modo ético de
vivir según la filosofía existencialista de la autora.

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13. [A.C.] & 9. En este párrafo aparece la cita del filósofo Poulain de la Barre que
Beauvoir emplea como epígrafe para el primer volumen de El segundo sexo.
Explica qué pretende explicar la autora apoyándose en ella.
La cita afirma “Todo lo que ha sido escrito por los hombres sobre las mujeres
debe ser sospechoso, pues son a la vez juez y parte”. Está extraída de De la igualdad de
los sexos. Discurso físico y moral en el que se ve la importancia de deshacerse de los
prejuicios, publicada en 1673. Beauvoir recurre a ella porque encuentra que, ya en el
siglo XVII, el filósofo cartesiano lleva a cabo la denuncia del interés en mantener el
dominio sobre las mujeres que subyace a todas las justificaciones que los varones han
esgrimido acerca de la subordinación de las mujeres. En el mismo párrafo Beauvoir
incluye otra cita del mismo autor: “Como los que hicieron y compilaron las leyes fueron
hombres, favorecieron a su sexo, y los jurisconsultos convirtieron las leyes en
principios”. Según la autora, tales justificaciones interesadas incurren en la falacia de
atribuir a las mujeres como propias las características que la misma situación de
subordinación ha producido.

14. [1] & 9. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por la autora. Fragmento: desde “El
eterno femenino” es el homólogo…” hasta el final del párrafo.
El texto comienza estableciendo una analogía entre tres expresiones que atribuyen
ciertas características específicas a grupos humanos concretos –las mujeres, los negros y
los judíos- con el objeto de mantener y justificar su subordinación. En el caso en que
tales características estén presentes en los individuos a los que hacen referencia se debe
a que son provocadas por la situación desigualitaria en la que son forzados a vivir.
No obstante, Beauvoir afirma que la analogía es más estrecha entre las mujeres y
las personas negras. En ambos casos, el grupo opresor no plantea la aniquilación del
oprimido, como sí ocurre con los antisemitas respecto de los judíos. (Recordemos que
cuando se escribe El segundo sexo han trascurrido apenas dos años desde el
desmantelamiento de los campos de exterminio nazi.) Respecto a negros y mujeres, los
opresores desarrollan actitudes que se califican en el fragmento de “paternalistas”: se
pretende encubrir el sometimiento dándole apariencia de cuidado bienintencionado del

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oprimido, cuya vulnerabilidad sería esencial, propia de tales individuos, y no resultado
de la situación desigual y jerárquica producida.
La cita de Bernard Shaw que se incluye en el fragmento refleja con claridad el
círculo vicioso que se denuncia en el texto: una situación desigual e injusta cosifica a
muchos individuos, que ven mermadas sus posibilidades de acción libre, y después se
recurre a las manifestaciones de tales carencias para justificar el mantenimiento del
estado de opresión que las ha provocado. Por eso el texto finaliza cuestionado la
perpetuación de la situación de opresión que crea individuos con menos posibilidades
de realización humana.

15. [2] & 9. Define la expresión “mala fe” y el término “situación” que aparecen en el
fragmento señalado en la actividad anterior.
En la filosofía existencialista de Beauvoir la “mala fe” es el autoengaño, bien en
relación a uno mismo, para evitar el esfuerzo y la angustia que conlleva actuar respecto
a proyectos propios; bien en relación a los demás, al obstaculizar sus posibilidades de
acción cuando no los tratamos como sujetos. En el fragmento señalado la “mala fe” es
atribuida a los opresores que pretenden hacer pasar por características propias (“valor
substancial” del verbo ser) de los individuos oprimidos aquellas que son resultado de la
opresión que se ejerce sobre ellos. (“sentido dinámico hegeliano” del verbo ser). Si tales
individuos son de un modo determinado es porque la situación lo ha generado. Los
opresores actúan con mala fe para ocultar (a sí mismos tanto como a los demás) su
responsabilidad en el proceso y mantener los privilegios que resultan de la opresión.
La “situación” es el contexto en que vive cada ser humano concreto. Está
integrada por factores de distinto tipo (fisiológicos, históricos, económicos, sociales,
psicológicos, etc.). Las tres veces que aparece el término en el fragmento que
analizamos alude a la situación de las mujeres que, en cierto sentido, sería similar a la
de los negros. Es una situación de inferioridad respecto a la de los varones porque,
como se afirma en el texto, “les abre menos posibilidades”. Vemos, pues, que para
Beauvoir no todas las situaciones son equivalentes: algunas limitan las posibilidades de
desarrollo, de decisión y de acción, de los individuos que se encuentran en ellas. En la
caso de la situación de inferioridad en que viven la mayor parte de las mujeres ha sido
provocada por los varones que, además, pretenden en muchos casos impedir su
emancipación.

16. [A.C.] & 10. ¿Qué intereses tienen quienes desean que se perpetúe la situación de
inferioridad femenina?
En este párrafo aparecen, en primer lugar, los intereses económicos de la
burguesía conservadora, junto con los intereses también económicos de aquellos que
sienten como propios los mejores puestos de trabajo y temen la competencia de las
mujeres. En segundo lugar, se ejemplifica el interés por mantener sentimiento de
superioridad respecto a las personas sobre las que se ejerce opresión. Pone como
ejemplo las manifestaciones de dos contemporáneos suyos que explicitaron su desprecio
por la valía de cualquier mujer e, incluso, en el caso de Claude Mauriac, se atribuyen
méritos de otros varones, absolutamente inalcanzables para ellos.

17. [1] & 11. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por la autora. Fragmento: desde “Cuando
tiene respecto a…” hasta “…llegan a medir.”
Para entender el fragmento hemos de explicitar el sujeto que no aparece en la
primera afirmación: se trata de aquellos varones que “no posicionan a la mujer como un

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inferior”, es decir, aquellos que, no necesariamente de mala fe, asumen los postulados
democráticos de la igualdad entre todos los seres humanos.
La primera parte del fragmento distingue dos actitudes distintas en esos varones.
En el primer caso, cuando el varón muestra una actitud de colaboración con las mujeres,
la considera de derecho como una igual, aunque cuando encuentra situaciones concretas
de desigualdad las justifica en relación a supuestas características naturales y no las
afronta como tales: “no es él quien la enuncia”. Sin embargo, y este es el segundo caso,
cuando se produce una situación de conflicto subraya la importancia de las
desigualdades concretas que se atribuyen a características naturales, en base a las cuales
puede llegar a negar la igualdad de derecho con las mujeres. En definitiva, se trata de
actitudes distintas que muestran, afirma Beauvoir, las dificultades de los varones para
apreciar cómo ha sido la situación de desigualdad la que ha constituido modos de ser y
actuar “propios” de las mujeres, que son en realidad consecuencia de las
discriminaciones sociales sufridas. Las mujeres se han visto tan profundamente
afectadas que puede pasar por “natural”, lo que no es sino fruto de la discriminación
social continuada (“…son tan profundas en la mujer que puede parecer que tienen su
fuente en una naturaleza originaria.”)
Establecida esta idea, Beauvoir subraya las dificultades de los varones para
comprender el alcance de la discriminación social sobre las mujeres, por lo que insiste
en la necesidad de no concederles credibilidad cuando justifican sus privilegios, ni
aceptar sus presiones contra las mujeres o sus elogios interesados de la “verdadera
mujer”.

18. [2] & 11. Explica el significado que tienen en el fragmento anterior las expresiones
“igualdad abstracta” y “desigualdad concreta”.
“Igualdad abstracta”: la idea de igualdad implícita en el ideal democrático,
igualdad de derecho. No necesariamente desarrollada en elementos concretos de las
situaciones que afectan a los individuos. En el texto, es la que reconocen los varones en
relación a las mujeres cuando manifiestan actitudes “de colaboración y de
benevolencia” con ellas. En situaciones de conflicto pueden llegar a ponerla en duda.
“Desigualdad concreta”: hace referencia a las manifestaciones reales, de hecho, de
desigualdad entre hombres y mujeres. Los varones que se encuentran convencidos de la
existencia de igualdad (abstracta) entre hombres y mujeres atribuyen las desigualdades
concretas a factores inamovibles de tipo natural. Beauvoir insiste en que su causa es la
discriminación social.

19. [A.C.] & 12. Explica qué tipo de discusiones sobre las relaciones entre hombres y
mujeres rechaza la autora.
Aquellas que no están motivadas por un deseo de profundizar con honestidad en
la cuestión sino por vencer al adversario en la discusión. En estas los términos se
emplean con “vaguedad” y no se razona adecuadamente. Según la autora, ha sido la
“arrogancia” masculina la que ha provocado estas polémicas estériles acerca de la
superioridad o inferioridad de hombres y mujeres en la que algunas feministas han
participado. Estas polémicas fueron explícitamente rechazadas por Beauvoir en las
primeras líneas de la “Introducción”: “Y no parece que las voluminosas tonterías
vertidas durante este último siglo hayan aclarado mucho el problema”.

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20. [1] & 13. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por la autora. Fragmento: desde “Muchas
mujeres de hoy…” hasta “…hacer balance”.
En el fragmento se ofrecen las razones por las cuales algunas mujeres se
encuentran en situación adecuada para clarificar el tema principal del ensayo “lo que
significa para un ser humano el hecho de ser femenino”. Es decir, pueden investigar la
cuestión de las causas de la inferioridad de las mujeres en la sociedad patriarcal con
“imparcialidad” a pesar de ser mujeres. ¿De qué mujeres se trata? Según la autora, en
esta situación se encuentran aquellas mujeres de su tiempo que no han padecido
individual y concretamente en sí mismas la discriminación. Aunque el texto comienza a
referirse a ellas en tercera persona, “muchas mujeres de hoy”, a partir de la cuarta línea
el planteamiento se realiza desde la primera persona del plural: “nosotras”. La autora
justifica su pertenencia al grupo de mujeres que pueden ser imparciales por no estar ya
sojuzgadas y, además, sienten la necesidad de abordar la cuestión con rigor y
objetividad.
La autora señala tres circunstancias que justifican la imparcialidad de tales
mujeres. En primer lugar indica que no tienen ya que luchar de modo feroz por sus
derechos como hicieron las sufragistas de inicios de siglo. La defensa de los derechos de
las mujeres ha sido asumida incluso por la recién constituida Organización de las
Naciones Unidas, por eso afirma que en cierto modo “se ha ganado la partida”. En
segundo lugar, insiste en que para ellas la feminidad no ha sido un obstáculo ni el
principal problema de sus vidas concretas. Esto posibilita que puedan abordar la
investigación con un cierto distanciamiento que favorece la objetividad: no se trata de la
lucha por su propia supervivencia como seres humanos. En tercer lugar, el hecho de ser
mujeres favorece la comprensión de la situación de las que continúan relegadas e
incentiva la investigación misma porque en el mundo femenino “tenemos en él nuestras
raíces”.
El fragmento finaliza clarificando el problema mediante la formulación de los
interrogantes fundamentales que implica, en relación a la evaluación de las
oportunidades de decisión y acción de las mujeres y en relación a la evolución de las
generaciones futuras al respecto. Como la cuestión tratada en el texto ha sido la de quién
está mejor situado para llevar a cabo la investigación acerca de la situación de las
mujeres, el texto concluye afirmando que algunas mujeres de su tiempo, entre las que
ella misma se encuentra, están en disposición de realizar el “esfuerzo de lucidez”
necesario para ello. Su libro es, pues, “un intento, entre otros, de hacer balance”, es
decir, de realizar la reflexión filosófica, rigurosa, serena y clarificadora, que las
generaciones anteriores de mujeres no pudieron llevar a cabo.

21. [2] & 13. Define el término “feminidad” que aparece en el fragmento anterior.
En el fragmento encontramos explícitamente el sentido en el que se emplea el
término “feminidad”: el hecho de ser mujer. Para todas las mujeres no ha significado lo
mismo porque las circunstancias concretas son diferentes y han ido evolucionando. En
el texto se hace referencia a aquellas mujeres del siglo XX de la sociedad occidental,
como la misma autora, para las que el hecho de ser mujer no ha supuesto un obstáculo.
Sin embargo, lo que Beauvoir sostiene en el ensayo es que, en la mayor parte de las
sociedades a lo largo de la historia, la feminidad ha constituido un obstáculo para el
desarrollo de las mujeres como seres humanos libres porque ha mermado sus
oportunidades de acción. “Feminidad” es ser alteridad absoluta respecto a los varones,
considerados como únicos sujetos.

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22. [2] & 13. Explica las expresiones “voluntad de reivindicación” y “esfuerzo de
lucidez” que se encuentran en el mismo fragmento.
“Voluntad de reivindicación”: Se refiere a la lucha por los derechos sociales y
políticos que motivaron el activismo de muchas mujeres a partir de la segunda mitad del
siglo XIX. Este activismo reivindicativo se conoce como “movimiento sufragista” y se
consideró cerrado después de la Segunda Guerra Mundial por el reconocimiento de tales
derechos en buena parte de la sociedad occidental. Por eso se afirma en el mismo
párrafo: “ya no somos unas luchadoras como nuestras hermanas mayores”.
“Esfuerzo de lucidez”: trabajo de reflexión racional, rigurosa e imparcial, que
caracteriza, según la autora, las publicaciones de muchas mujeres de su época en torno a
las causas de la opresión de las mujeres y la evolución de su situación. Afirma que en su
libro realiza este esfuerzo de esclarecimiento, necesario para establecer base firmes para
la emancipación completa de las mujeres.

BLOQUE 6
23. [1] & 14. Sintetiza el fragmento en el que se expone la perspectiva de la moral
existencialista mostrando en tu resumen la estructura argumentativa o expositiva
desarrollada por la autora. Fragmento: desde “Si pasamos revista a…” hasta “…no
nos referiremos a esta noción”.
En el fragmento indicado no se expone todavía la perspectiva de la moral
existencialista, como erróneamente sugiere el enunciado de la actividad. En este, la
autora se desmarca respecto a dos cuestiones concretas de planteamientos expuestos en
otras obras que han tratado la cuestión de la desigualdad entre hombres y mujeres.
En primer lugar, critica el concepto de “bien público” o “interés general” que
afirman perseguir algunas de estas obras y denuncia el uso ideológico que se hace de
tales términos. Es decir, tales obras, bajo el paraguas del supuesto bien de todos,
esconden un modelo definido de sociedad que desean mantener o establecer. Por ello, la
autora aclara que, desde la perspectiva existencialista que adopta en el ensayo, el “bien
público” solo puede entenderse como “el que garantiza el bien privado de los
ciudadanos”. Explicita a continuación el sentido de su afirmación: los poderes públicos
–“las instituciones”- han de ser juzgados en función de las “oportunidades concretas
que ofrecen a los individuos”. Esto es, una institución es legítima si favorece la decisión
y acción libre de todos los individuos afectados.
Como vemos, lo público se evalúa desde su punto de vista en relación a la libertad
concreta e individual que posibilita y no en relación a otras nociones que Beauvoir
considera confusas y fraudulentas para esta tarea. Es el caso de concepto de “felicidad”.
Para Beauvoir, el recurso a esta noción es confuso, según se plantea en la segunda parte
del fragmento, porque es difícil de objetivar, por ser interpretable de modos diversos.
Pero, sobre todo, es fraudulento porque se usa de excusa para mantener situaciones en
las que hay individuos que no tienen oportunidades de acción autónoma.

24. [1] & 14. Sintetiza el fragmento en el que se expone la perspectiva de la moral
existencialista mostrando en tu resumen la estructura argumentativa o expositiva
desarrollada por la autora. Fragmento: desde “La perspectiva…” hasta“…que la
convierte en inesencial”.
El fragmento en que Beauvoir expone los principios de la perspectiva de la moral
existencialista que adopta en su obra puede dividirse en dos partes. En la primera,

11
expone su concepción del ser humano. En la segunda aborda la situación específica de
la mujer.
Entiende el ser humano como sujeto que ha de constituirse como tal, libremente,
mediante su propia acción. Las acciones se enmarcan en proyectos autónomos que
implican la superación de las condiciones de partida, es decir, la trascendencia. Existir
humanamente es llevar a cabo esa trascendencia. Cuando esto no es posible, Beauvoir
afirma que se produce una degradación que cosifica al sujeto. Esta degradación puede
ser consentida o no por el sujeto. En esto consiste “el mal” desde la perspectiva
existencialista. El sujeto puede ser responsable de ello, con lo que incurriría en una
“falta moral”, o ser víctima de la opresión ejercida por otros.
Cuando la autora se centra en la situación de la mujer explica la contradicción en
la que ha de vivir habitualmente: por su condición de ser humano ha de hacerse
mediante sus propios proyectos; por su condición de mujer se encuentra cosificada por
los varones que obstaculizan su trascendencia. Señalada la contradicción, “el drama de
la mujer”, plantea una serie de preguntas, que considera “fundamentales”, en relación a
las causas de esta situación “singular” y los medios necesarios para que las mujeres
puedan salir de ella.
El fragmento finaliza insistiendo en la cuestión principal desde la perspectiva
existencialista de las oportunidades para la acción que necesita todo individuo para
realizarse humanamente, es decir, para ejercer la libertad que le define. En la línea del
fragmento de la actividad anterior, se rechaza que la noción de felicidad pueda usarse de
criterio para delimitar lo humanamente adecuado.

25. [2] & 14. Define los términos “inmanencia”, “en sí” y “facticidad” partiendo de la
información ofrecida por el fragmento del ejercicio 24 y completándola con el
conocimiento que tengas de la filosofía de la autora.
Desde la perspectiva existencialista estos tres términos muestran aspectos de lo no
humano. Se emplean en el fragmento para describir lo que sucede al sujeto que no es
autónomo y no actúa. Se oponen respectivamente a “trascendencia”, “para sí” y
“libertad”, nociones fundamentales para entender la concepción del ser humano de este
punto de vista.
“Cae en la inmanencia” quien no se proyecta hacia al futuro porque no decide ni
actúa, el que deja de ser sujeto y se cosifica.
La expresión “en sí” caracteriza a las cosas y los animales que no han de
desarrollarse para ser. Por eso, el sujeto que no decide ni se supera deja de serlo y su
existencia se degrada: ya no es “para sí”, conciencia humana, se convierte en un ser “en
sí”.
La “facticidad” se opone a la libertad, porque es el ámbito de lo dado, de lo que
no puede modificarse porque está acabado.
En el fragmento se señala que la caída en la inmanencia de un sujeto, que, por ello
se convierte en un “en sí” que es solo facticidad, puede ocurrir con su consentimiento y
sería responsable de ello, incurriendo en una falta moral; o sin él, por la acción opresora
de otros sujetos que obstaculizan su desarrollo humano. En ambos casos, se considera
un “mal absoluto”.

26. [2] & 14. Explica el significado de las expresiones “falta moral” y “opresión”
partiendo del uso que se hace de ellas en el fragmento del ejercicio 24.
“Falta moral” es la expresión que emplea Beauvoir para señalar la responsabilidad
ética del sujeto en su propia realización humana. Se incurre en “falta moral” cuando se
consiente en la pérdida de autonomía que le define como humano. En el fragmento se

12
afirma que es una “falta moral” la caída en la inmanencia si el sujeto la admite, porque
abdicar de su libertad le resulte más fácil que ejercerla.
Pero no toda pérdida de autonomía es “falta moral”. En el fragmento se explica
que cuando esta es infligida por parte de un sujeto sobre otro se produce “una
frustración y una opresión”. Por tanto, se califica de “opresión” al hecho de impedir la
libertad de un sujeto por parte de otro, obstaculizando su trascendencia, su apertura
hacia el futuro mediante su acción autónoma. En el ensayo se muestra cómo las
mujeres, que son seres humanos, han sido oprimidas por los varones en todas las
sociedades a lo largo de la historia: “los hombres le imponen que se asuma como la
Otra”. En ello consiste el “el drama de la mujer” que caracteriza su situación singular.

13
ACTIVIDADES “CONCLUSIÓN”

ü Se utiliza el símbolo & para indicar el párrafo del texto al que se refiere la actividad.
ü En todas las preguntas del primer tipo [1] se ha de realizar una síntesis del texto
que muestre su estructura argumentativa o expositiva.
ü En todas las preguntas del segundo tipo [2] se ha de partir de la información que
ofrece el texto y se tiene que completar con los conocimientos adquiridos acerca de
la filosofía de la autora.
ü Dado que las actividades que corresponden a los ejercicios 3 y 4 del modelo vigente
de examen de Filosofía en las Pruebas de Acceso a Universidad no se plantean en
torno a un fragmento concreto del texto, sino en relación a los conocimientos
adquiridos de la filosofía del autor en cuestión, hemos agrupado todas las propuestas
en el apartado final de las actividades correspondientes a la Conclusión.
ü Se proponen también actividades de comprensión [A.C.] que no se encuentran en
el modelo vigente de examen de las P.A.U.

BLOQUE 1
1. [1] & 3. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por la autora. Fragmento: desde “En
realidad, ni siquiera...” hasta “…y retenerla en sí”.
El fragmento analiza las causas de la frecuente insatisfactoria relación entre
hombres y mujeres. En primer lugar rechaza que las causas sean simplemente de orden
fisiológico. Esta negativa es coherente con la concepción del ser humano que tiene
Beauvoir. Considera que la humanidad es fundamentalmente el resultado de lo que los
individuos hacen, por eso la humanidad no es una especie natural, sino lo que ella
denomina “un devenir histórico”, resultado del actuar humano en situaciones concretas.
Descartada la hipótesis de la biología pura, toma en consideración el punto de
vista del Psicoanálisis, que interpreta determinados elementos biológicos desde su
visión de la psicología humana. Beauvoir también muestra su rechazo a esta posibilidad.
El Psicoanálisis afirma que en las mujeres se produce un deseo del pene masculino en la
medida en que este representa los privilegios de la virilidad. Esta explicación es
insuficiente desde el punto de vista del existencialismo beauvoireano. Según la autora,
no se trata meramente de un deseo de privar al otro de sus privilegios, sino de alcanzar
la trascendencia que le ha sido negada. Si las mujeres desean tener el pene del varón es
porque viven en la contradicción de ser seres humanos a los que se les ha privado de la
posibilidad de superar sus condiciones dadas mediante su acción. Según la autora, solo
es posible interpretar adecuadamente la hostilidad entre hombres y mujeres
incorporando los elementos biológicos y psicológicos en la estructura valorativa del
existencialismo.

2. [2] & 3. Define los términos “mala fe” y “trascendencia” que aparecen en el
fragmento anterior.
La “mala fe” es la mentira que tiene como objeto evitar el esfuerzo moral que la
libertad requiere u obstaculizar la libertad de los demás. Por ello Beauvoir afirma en el
fragmento que solo mediante el engaño interesado puede interpretarse la hostilidad entre
hombres y mujeres desde un punto de vista meramente biológico, dado que en los seres
humanos todos los aspectos biológicos son interpretados desde los proyectos históricos

14
individuales. Los seres humanos no son lo que nacen, sino lo que hacen en un contexto
histórico concreto.
“Trascendencia” es superación de las condiciones dadas mediante la acción libre.
En la mayor parte de las sociedades los varones han tenido más oportunidades que las
mujeres de realizar la trascendencia que les caracteriza como humanos. A las mujeres,
en general, los varones han obstaculizado estas posibilidades. En el fragmento se corrige
la interpretación psicoanalítica del deseo de castración que podría darse en algunas
mujeres. No se trata simplemente de privar al varón de sus posibilidades de realización
y superación, sino de conseguirlas para ellas mismas. Como viven en la contradicción
de ser seres humanos y no poder realizarse como tales, en el deseo del pene se
manifiesta su querer para sí las posibilidades de superación y realización que simboliza.
Por ello, “la respeta y la niega, quiere arrojarse en ella y retenerla en sí".

BLOQUE 2
3. [A.C.] & 4-6. Elabora una tabla de dos columnas en la que pueda observarse la
contraposición entre la mujer “femenina” y la mujer “emancipada”, así como sus
distintas actitudes y los diferentes conflictos que pueden plantearse con los
varones.

Mujer “femenina” Mujer “emancipada”, “moderna”

Inmanencia, inferioridad, inesencialidad Reivindicación de la trascendencia


Deseo de destrucción de la superioridad viril Actitud agresiva frente al varón desconfiante
en defensa propia
Estado de guerra causado por la opresión Enfrentamiento entre trascendencias que no se
reconocen
Presa pasiva: intento de reducción al varón de Rechaza la pasividad que se le quiere imponer
su pasividad carnal
Niega los valores masculinos Acepta los valores masculinos.
Carne/ Contingencia/ Sensatez rutinaria Espíritu/ Libertad/ Audacia creadora
Reivindicación legítima; insolencia de los
varones
Casos de doble juego (ella misma/otra)
causado por la impuesta situación ambigua.
Consecuencias desconcertantes

4. [1] & 4-5. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por la autora. Fragmento: desde “La
mujer que está…” hasta “…luz de la trascendencia”.
En este fragmento se exponen las consecuencias que tiene para las relaciones
entre hombres y mujeres la situación de opresión a que han sido sometidas las mujeres a
lo largo de la historia en la mayor parte de las sociedades.
En el texto se describen dos modos históricos de la relación hostil entre ambos.
Todo el primer párrafo del fragmento se ocupa de la mujer que ha sido despojada de su
calidad de sujeto y no puede superarse mediante su propia acción: “está confinada en la
inmanencia”. Según Beauvoir, ante esta situación de limitación y falta de
oportunidades, reacciona tratando de rebajar a los varones, privándoles de los
privilegios que gozan. Esta reacción defensiva no se debe ni a características
“esenciales” de las mujeres como tales ni a una perversión voluntaria. La
responsabilidad es atribuida en el texto a los propios varones que han organizado la

15
sociedad relegando a las mujeres a la inferioridad. La causa de este modo de relación
hostil es la situación de opresión social en que viven las mujeres.
En el segundo párrafo, se dedican unas pocas líneas al segundo de los modos
históricos mencionados, que Beauvoir sitúa en su propio tiempo: cuando las mujeres
reaccionan tratando de escapar de la prisión en la que han sido recluidas. En este caso,
ya no tratarán de rebajar a los hombres sino de alcanzar sus privilegios, esto es, superar
los obstáculos que impiden su superación (“trascendencia”) como seres humanos.
Aunque en el fragmento no se recoge, también esta reacción de las mujeres provoca una
relación conflictiva con los varones porque estos no las van a reconocer como sujetos de
modo inmediato.

5. [2] & 4-5. Define los términos “inmanencia”, “esencia” e “inesencial” del
fragmento anterior.
“Inmanencia”: estaticidad propia de lo inerte y del mundo animal, cuyo ser no
depende de su propia acción. En el texto se expresa con claridad que la “inmanencia” es
la “inferioridad” a la que se relega a las mujeres en la sociedad patriarcal. Se la califica
de “prisión” porque se trata sobre todo de una situación de falta de oportunidades para
la acción. Estar “confinadas en la inmanencia” supone para las mujeres haber sido
despojadas de su calidad de sujetos, haber sido cosificadas por la opresión ejercida por
los varones. Se les impone la “inesencialidad” porque pierden la posibilidad de
realizarse como seres humanos. El término opuesto es “trascendencia”: posibilidad de
superación, que solo alcanzarán si escapan de la prisión en la que se les encierra.
“Esencia”: característica definitoria de alguna cosa. En el texto se refiere a lo que
supuestamente es propio de las mujeres. Se emplea la expresión “esencia inmutable”
para negar que la inferioridad de las mujeres en las sociedades patriarcales sea la
consecuencia de características fijas e inalterables de estas, cuya existencia se pone en
duda. Si fuera así, la situación no podría modificarse nunca. Al mismo tiempo, en el
texto se niega que dicha inferioridad sea culpa de las decisiones de las propias mujeres.
La responsabilidad se atribuye a la situación de opresión que los hombres ejercen sobre
las mujeres.
“Inesencial”: Beauvoir emplea esta expresión para caracterizar a aquello que ha
perdido lo que le es más propio. Lo propio de los seres humanos es ser sujetos de
acción, tener poder y oportunidad para establecer sus propios fines. Las mujeres
oprimidas son existentes a los que se le niega esta posibilidad, por lo que tratarán, de
modos distintos, de “restablecer su soberanía”, habitualmente en conflicto con los que
la han obstaculizado, los varones. Lo “inesencial” ha dejado de ser sujeto, ha sido
condenado a la “inferioridad”.

6. [1] & 7. Sintetiza las ideas del párrafo mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por la autora.
Este párrafo trata el caso especial de aquellas mujeres que viven de manera
contradictoria su situación, al manifestar en sus relaciones con los hombres
comportamientos propios tanto de la “mujer femenina”, cosificada y pasiva, como de la
“mujer emancipada”, que aspira a la igualdad con ellos.
El texto parte de la afirmación de la legitimidad de las pretensiones de
emancipación de las mujeres y critica los obstáculos que los varones les puedan
plantear. Pero a continuación plantea diversos ejemplos de mujeres que juegan las dos
bazas, la de la feminidad y la de la igualdad con los varones. Este doble juego dificulta
su relación con ellos, que manifiestan desconfianza y hostilidad.

16
No obstante, Beauvoir exculpa a estas mujeres, porque considera que este
comportamiento contradictorio no responde a una estrategia premeditada (“no se trata
de un cálculo”). Lo considera resultado de la opresión que ha cosificado a las mujeres,
impidiéndoles su autonomía. Por eso afirma que la causa se encuentra en la “opacidad”
de la mujer. Las mujeres que han sido convertidas en objetos por los varones, poseen,
en cierta medida, la plenitud y pasividad que corresponde a las cosas, y desde ella
actúan. Aunque, sobre todo en los casos de mujeres que comienzan a emanciparse, esta
tendencia conviva con la reivindicación de la soberanía propia de los sujetos. Este
modo de ser “objeto paradójicamente dotado de subjetividad” explica la “situación
ambigua”, paradójica, en que viven las mujeres y la falta de coherencia que manifiestan
a veces en sus relaciones con los hombres.

7. [2] & 7. Explica el significado de las expresiones “opacidad” y “situación ambigua”


que se encuentran en este párrafo.
“Opacidad”: Plenitud, pasividad, estaticidad propia de las cosas, cuyo ser no
depende de su acción. En el texto se caracteriza así al “ser mismo de la mujer”, en la
medida en que la opresión que han ejercido los hombres sobre ellas las ha cosificado,
hecho objeto. Les impide actuar como sujetos y se encuentran en situación de
inferioridad y dependencia. Se afirma que esta característica explica la dificultad de las
relaciones de las mujeres con los varones porque provoca comportamientos
contradictorios. Aunque cosificada, la mujer es un ser humano, un “objeto
paradójicamente dotado de subjetividad”.
“Situación ambigua”: Contexto contradictorio en que se obliga a vivir a las
mujeres, que son seres humanos a los que se limita su poder de decisión. Son sujetos a
los que se trata como cosas; necesitan actuar para ser y se les relega en la sociedad a la
pasividad y la inferioridad respecto a los varones. Según el texto, esta situación de las
mujeres explica los comportamientos incoherentes que manifiestan en ocasiones en sus
relaciones con los varones, cuando reclaman igualdad con ellos al mismo tiempo que
juegan a la pasividad femenina.

BLOQUE 3
8. [1] & 8. Sintetiza las ideas del párrafo mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por la autora.
El texto parte de la síntesis que realiza la autora de la cuestión acerca de la
frecuente relación hostil entre hombres y mujeres. Para Beauvoir, solo cesará la
conflictividad cuando entre hombres y mujeres se produzca un reconocimiento mutuo
como sujetos. Esto es lo mismo que afirmar que para que mejoren las relaciones tiene
que desaparecer la “feminidad” tal y como ha sido concebida, es decir, suponiendo
pasividad y dependencia para las mujeres.
Establecida esta idea en las tres primeras líneas, el texto explica cómo tanto
hombres como mujeres juegan un papel relevante en su mantenimiento, dado que, según
la autora, ambos obtienen ventajas de la situación. Una cita de Montaigne refuerza esta
idea. La mujer se beneficia de la pasividad a la que se la fuerza porque se evita el
trabajo y el riesgo que implica la autonomía de la acción. De ahí que Beauvoir afirme
que “persigue un sueño de dimisión”: dimite de su calidad de sujeto porque decidir y
actuar cuesta más que dejarse llevar. Para el varón también resulta ventajoso tratar a las
mujeres como objetos y no como sujetos, porque tener objetos a su disposición es un
modo de huir de uno mismo, de evitar la angustia de la soledad del sujeto ante su
decisión; es “el sueño de alienación”. En los dos casos, se trata, según Beauvoir de

17
actitudes de “falta de autenticidad”, es decir, modos de autoengaño y huida para evitar
el esfuerzo moral que implica la libertad. Pero estas actitudes no son satisfactorias para
ninguno, lo que acaba provocando malestar y hostilidad. Por eso el texto finaliza
responsabilizando de la continuidad de la relación negativa entre hombres y mujeres a la
“mala fe” de ambos: falta de valentía para asumir su papel de sujeto y reconocerlo en el
otro.

9. [2] & 8. Define las expresiones “dimisión”, “alienación” y “falta de autenticidad”


que aparecen en este párrafo.
“Dimisión”: ceder la capacidad de decisión y acción propia a otro. En el texto, se
culpa a algunas mujeres de no querer asumir su papel de sujeto por comodidad, con lo
que son, en parte, responsables del mantenimiento de la idea de “feminidad”, que las
relega a un papel de inferioridad respecto a los varones. En estos casos, actúan con
“mala fe”.
“Alienación”: perder el control de uno mismo y entrar en relación de dependencia
de los objetos acumulados. Los varones cosifican a las mujeres y se alienan en ellas,
pierden su autonomía. Es el “sueño de alienación” de los varones que se menciona en
el texto y contribuye a mantener la situación de inferioridad de las mujeres. Para ellos,
requeriría un esfuerzo mayor liberarlas y, en consecuencia, liberarse, por lo que es
también una conducta de “mala fe”.
“Falta de autenticidad”: actitud de autoengaño, que puede encontrarse tanto en
hombres como en mujeres, para evitar los esfuerzos de la actuación autónoma. Según el
texto, desarrollan esta actitud las mujeres cuando no asumen su papel de sujetos por la
comodidad que puede producir la pasividad. En los varones, cuando cosifican a las
mujeres y las condenan a la inferioridad, pero a su vez, dependen de esta relación
desigual. Beauvoir también se refiere a esta actitud como “mala fe” y sería la causa del
mantenimiento de la “feminidad” y sus consecuencias negativas para las mujeres y sus
relaciones con los varones.

BLOQUE 4
10. [1] & 11. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por la autora. Fragmento: desde el inicio
hasta “es él quien la ha tentado”.
El texto establece como punto de partida un hecho, una cierta realidad observable:
la complicidad, la aceptación, que muestran algunas mujeres con el papel social que se
les ha asignado. Toda la argumentación que se desarrolla a continuación explica este
hecho, contradiciendo la interpretación que suelen ofrecer de modo interesado los
varones: la atribuyen a la voluntad de las mujeres. De este modo evitan cualquier
cuestionamiento de un reparto social injusto que les favorece. Por ello la autora
denuncia la “mala fe” de esta interpretación. Para Beauvoir solo se puede explicar que
las mujeres acepten una situación que les perjudica profundamente porque desde la
infancia se las ha educado para ello. Es la tesis del fragmento: las mujeres aceptan,
incluso de grado, vivir en la dependencia y protección de los varones porque toda la
educación que reciben desde la infancia lo promueve. Para la filósofa existencialista es
“el peor crimen que se comete contra ella”, porque se la modela en la dimisión de su
autonomía, a cambio de la trampa de una supuesta comodidad. El fragmento finaliza
señalando la parte de responsabilidad que pueden tener las mujeres, pero advierte al
mismo tiempo que los varones que han forjado la situación no poseen legitimidad para
reprocharles el papel que asumen.

18
11. [2] & 11. Define el término “existencia” partiendo de la información ofrecida por
el texto indicado en el ejercicio anterior y completándola con el conocimiento que
tengas de la filosofía de la autora.
“Existencia”: realización individual de los seres humanos a través de su acción.
En el texto aparece cuando se critica la educación de las mujeres en la sociedad
patriarcal, porque no se les enseña a “asumir ella misma su existencia”, es decir, a
decidir autónomamente sus proyectos, estableciendo sus fines. En el fragmento se
explicita el sentido de esta expresión al afirmarse lo siguiente: “se deja fascinar por la
esperanza de poder realizar su ser sin hacer nada”. Por tanto, “existir” es realizar el ser
propio mediante la acción. Requiere esfuerzo y conlleva riesgos que solo uno mismo
puede asumir, por lo que a veces se elude esta tarea, sobre todo, cuando la educación
recibida presiona en esta dirección.

BLOQUE 5
12. [A.C.] & 12. Explica las consecuencias negativas de la aplicación de la noción
“igualdad en la desigualdad” a la relación entre hombres y mujeres.
La noción de “igualdad en la desigualdad” aplicada a hombres y mujeres tiene
consecuencias negativas para la relación entre ambos porque pretende legitimar una
supuesta desigualdad fundamental de partida, de tipo natural, con el pretexto de que la
igualdad se consigue a posteriori mediante medidas específicas. Al no establecerse la
relación entre iguales, los intercambios nunca son equilibrados: el varón siempre se
encuentra en una posición de superioridad. El desequilibrio produce insatisfacción
porque lo que ponen en juego no tiene el mismo valor para ambos. No puede haber
relación enriquecedora y satisfactoria entre elementos definidos como desiguales. En
estas condiciones es falaz toda promesa de igualdad final.

13. [1] & 12. Sintetiza las ideas del fragmento que comienza en “Abundan en la vida
cotidiana…” y finaliza al final del párrafo, mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por la autora.
Podemos distinguir dos partes en este fragmento. La primera frase plantea un
problema: la dificultad para resolver conflictos entre hombres y mujeres de un modo
justo, dado que los contendientes se encuentran en situaciones difícilmente
equiparables. A partir de ahí (segunda parte) el texto se remonta a las causas del
problema y apunta su solución. El desequilibrio tiene razones de tipo histórico y social:
“no procede de una perversión individual (…) sino que procede de una situación contra
la que toda conducta individual es impotente”. Se trata de una sociedad jerárquica en la
que las mujeres han perdido su autonomía. Por ello, la única solución del problema pasa
por su recuperación. Cuando se establezcan las bases necesarias para que las mujeres
dejen de ser “parásitos” y asuman su papel de sujeto social en igualdad con los
varones, ambos ganarán libertad y el equilibrio podrá ser restablecido. En ese momento,
será más fácil encontrar soluciones justas para los conflictos.

14. [2] & 12. Explica el significado que las expresiones “parásito” y “organismo
autónomo” tienen en el fragmento del ejercicio anterior.
“Parásito”: en el texto se usa esta metáfora para caracterizar a las mujeres en la
sociedad desigual del patriarcado. Las mujeres han sido educadas en la feminidad, que
implica inferioridad y dependencia respecto a los varones: han de vivir a costa de ellos,

19
que son los únicos que tienen oportunidad de decisión y acción. Por este motivo, las
relaciones entre hombres y mujeres son siempre insatisfactorias para ambos.
“Organismo autónomo”: Expresión que se emplea en el texto para hacer
referencia a las mujeres que recuperen el control sobre su existencia, su capacidad de
decisión y de acción. Son mujeres independientes. Su emancipación posibilita al mismo
tiempo la de los varones. Solo así podrán establecerse relaciones equilibradas y
satisfactorias.

BLOQUE 6
15. [1] & 14. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por la autora. Fragmento: desde el inicio
del párrafo hasta “…para toda la eternidad”.
El texto comienza con el planteamiento de un interrogante fundamental: “Pero
¿basta con cambiar las leyes, las instituciones, las costumbres, la opinión y todo el
contexto social para que mujeres y hombres lleguen a ser realmente semejantes?”
Aunque la respuesta de Beauvoir es afirmativa, antes de exponerla y justificarla (a partir
de la séptima línea), la autora manifiesta su rechazo de aquellos que responden
negativamente al planteamiento anterior. Los que piensan que no depende de la
transformación del contexto social para que la sociedad sea igualitaria atribuyen la
desigualdad a la naturaleza y la consideran inamovible. Ella, sin embargo, defiende con
rotundidad que “en la sociedad humana nada es natural”. Afirma que la humanidad no
es una especie natural, sino un devenir histórico, porque lo que son hombres y mujeres
depende de los proyectos que establezcan y las acciones que lleven a cabo. Este
desarrollo se produce en un contexto socio-histórico que ha de posibilitar las
oportunidades para la acción. En coherencia con lo anterior, afirma que lo que supone
ser mujer, la feminidad, en la sociedad patriarcal es el resultado de una estructura social
determinada, en la que se ha educado de modo muy distinto a los hombres y las
mujeres. La desigualdad entre ellos es, pues, fruto de la educación desigual. En
consecuencia, para conseguir hombres y mujeres semejantes es necesario transformar el
contexto social de manera completa. Como no depende de factores naturales, sino
culturales, la autora puede concluir que el destino de la mujer “no está determinado
para toda la eternidad”.

16. [2] & 14. Define el término “mujer” que se encuentra en el fragmento anterior.
“Mujer”: en este texto se plantea con claridad que “mujer” y “varón” son
categorías socialmente establecidas porque “en la sociedad humana nada es natural”,
por tanto, las características que se asocian a unas y otros dependen de la organización y
estructura de la sociedad. La sociedad patriarcal a hecho a la mujer “femenina”, esto es,
un ser pasivo y dependiente del varón: “un producto más elaborado por la
civilización”. Para modificar lo que significa ser mujer, la sociedad tiene que tomar otra
dirección. Se indica en el texto, que la feminidad, en el sentido anteriormente indicado,
no es una atribución necesaria para las mujeres. Con oportunidades para la acción y
educada para la autonomía “su destino no está determinado para toda la eternidad”.

17. [1] & 15. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por la autora. Fragmento: desde el inicio
del párrafo hasta “…en sus empresas”.
El texto plantea cómo cambiarían las experiencias de las mujeres y su modo de
afrontar la vida si se las educara con las mismas exigencias y estímulos que se dirigen a

20
los varones. Hace referencia al trato, a los estudios, a los juegos, a las expectativas de
futuro y a los modelos femeninos y masculinos. Para explicar cómo el cambio de
sentido de todos estos aspectos modificaría psicológicamente a las mujeres, alude a dos
complejos que según el Psicoanálisis aparecen durante el desarrollo sexual y moral de
las niñas: “complejo de castración” y “complejo de Edipo”. Según Beauvoir, tanto el
supuesto deseo del pene que sentirían algunas niñas en la infancia, como la atracción
erótica hacia el padre, son consecuencia de la vivencia del mayor valor de lo masculino
y de la envidia del destino que espera a los chicos. Si lo masculino y lo femenino fuesen
valorados de modo semejante y el destino que aguarda a las mujeres fuese tan abierto
como el que aguarda a los varones, estos complejos no tendrían por qué generarse.
Se afirma en el fragmento que el nuevo modelo educativo evitaría los principales
lastres de las vivencias de las mujeres: la orientación hacia la pasividad, el sentimiento
de inferioridad, la insatisfacción personal (causa de la búsqueda de “estériles
compensaciones”) y la falta de compromiso en relación hacia sus propias empresas. El
texto, pues, subraya la enorme importancia de la educación, considerada en sus aspectos
principales, para la transformación interna de las mujeres y la consiguiente modificación
de su modo de afrontar la vida.

18. [2] & 15. Explica el significado que tienen en el fragmento anterior las expresiones
“ser dado” e “interesarse en lo que hace”.
Ambas expresiones aparecen al final del fragmento y hacen referencia a vivencias
contrapuestas en la vida de las mujeres, en estrecha vinculación con la educación
recibida.
“Ser dado” quiere decir estar constituido de modo predeterminado por factores
que escapan al control del individuo. Cuando la mujer se tiene por “un ser dado”, lo
que ella es o vive o le espere en un futuro, no depende de sí misma y, además, ya está
cerrado, sea por factores biológicos o culturales: su vida no responde a proyecto
personal alguno. Describe la experiencia de las mujeres en la sociedad jerárquica, en la
que se educa a las niñas para la pasividad y la dependencia, sin oportunidad de
realizarse como sujetos.
“Interesarse en lo que hace” describe la experiencia de quien sabe que el sentido
de la vida propia y el futuro depende de sí mismo y, por ello, se propone fines y se traza
proyectos. Al final del fragmento se indica que sería la nueva actitud de las mujeres si
se las educara sin cortapisas, hacia la actividad, el sentimiento de igualdad con los
varones, la satisfacción personal y el compromiso en relación a la propia acción.

19. [2] & 16. Define los términos “carne” y “espíritu” partiendo de la información
ofrecida por el texto y completándola con el conocimiento que tengas de la filosofía
de la autora. Fragmento: desde “En realidad, el hombre…” hasta el final del
párrafo.
El fragmento resalta lo que Beauvoir denomina la “ambigüedad” de la condición
humana, es decir, la paradójica síntesis de animalidad y conciencia que hace de los
individuos humanos lo que son. Los términos “carne” y “espíritu” representan los dos
aspectos.
La “carne” es el aspecto corporal, con sus posibilidades limitadas y sus
servidumbres. La autora lo vincula a la “pasividad” porque viene dado, a los aspectos
fisiológicos que no se deciden. Como organismo vivo, el cuerpo humano es objeto
atravesado por el tiempo y no puede superar nunca la muerte.
Pero el ser humano es también “espíritu”. Esta noción es usada por Beauvoir para
hacer referencia a todo el ámbito de posibilidades que permite la indeterminación de la

21
conciencia humana, a la modificación que de lo corporal puede llevar a cabo la libertad.
Si la carne es pasividad y finitud, el espíritu es actividad y trascendencia, superación de
lo dado, que se transforma a través de los proyectos humanos.
El texto afirma que si los hombres y las mujeres reconocen en sí mismos ambos
aspectos y los asumen como propios, la conciencia de sus limitaciones y sus
posibilidades de trascendencia, la relación entre ellos será más satisfactoria. El
fragmento hace especial referencia a la relación erótica porque en ella se manifiesta con
fuerza especial el juego de la carne y la conciencia. No culparán al otro de las
limitaciones de la carne y disfrutarán de la exploración de nuevas posibilidades desde
posiciones de poder equilibradas. “Podría nacer entre ellos la fraternidad”.

BLOQUE 7
20. [1] & 17. Sintetiza las ideas del párrafo mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por la autora.
En este fragmento la autora responde a la posible objeción de que para reorientar
hacia la autonomía la educación de la mujer se requiere mujeres y hombres dispuestos a
llevar a cabo esta tarea, es decir, una sociedad nueva que todavía no existe. Beauvoir
advierte que este no es un nuevo argumento. Ha sido usado a lo largo de la Historia por
quienes no están a favor de la emancipación de un grupo social: alegan su falta de
preparación para ello. Afirman que sin preparación no hay emancipación posible y sin
emancipación no puede venir la preparación, constituyéndose así un círculo vicioso.
Para la autora, no se trata de ningún círculo. En primer lugar, porque en el
momento en que un grupo social se emancipa, desarrolla las estrategias necesarias para
la nueva situación: “la libertad puede romper el círculo”. Compara la falta de
oportunidades de las mujeres con la falta de derechos políticos de la población negra: la
formación viene con la oportunidad de ejercer el derecho. En segundo lugar, indica que
la transformación a lo largo de la Historia se produce por factores distintos, más
relacionados con las exigencias de los oprimidos o con el surgimiento de situaciones
nuevas favorables a la emancipación, que por la voluntad expresa de los menos
interesados en ella (“la historia no da vueltas en círculo”).
El fragmento finaliza señalando que, como una cierta emancipación social y
económica de las mujeres ya ha comenzado, porque ha interesado a los varones
modificar en parte la situación, la evolución hacia un nuevo modo de ser mujer es
imparable.

21. [2] & 17. Define el término “libertad” que aparece en el fragmento anterior.
En el fragmento la “libertad” es el único mecanismo para que un grupo oprimido
salga de su situación: “la libertad puede romper el círculo”. Significa oportunidad para
la decisión y acción autónoma. Caracteriza a los seres humanos, aunque a veces estos se
encuentran oprimidos y no puede desarrollar lo que les es propio, por lo que están
cosificados, deshumanizados. Solo la libertad, abrir oportunidades para la acción, puede
hacer surgir mujeres libres, sujetos autónomos en igualdad de condiciones que los
varones.

22. [A.C.] & 18. ¿Por qué se compara en el texto el llamado “encanto femenino” con
las “grandes plantaciones tan magníficamente adornadas con azaleas y camelias”,
“las antiguas puntillas” o con “los purísimos timbres de los castrados de la Sixtina”?
Porque son cosas bellas cuya producción ha costado la opresión y el sufrimiento
de seres humanos: la terrible esclavitud, el trabajo abnegado de las mujeres o la salud

22
sexual y psíquica de los jóvenes cantores. Del mismo modo, si el “encanto femenino” es
el resultado de la falta de autonomía de las mujeres, es mucho más lo que se gana que lo
que se pierde con su desaparición.

23. [1] & 19. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por la autora. Fragmento: desde el inicio
del párrafo hasta “…muchas facilidades”.
El texto parte de la pérdida que supone para los varones que la mujer femenina,
“encantadora”, deje de existir y analiza por qué, incluso para varones con actitudes
distintas hacia lo femenino, el sacrificio para que se geste un nuevo modo de ser mujer
es muy duro.
O no ven lo ganan con el cambio, porque en su desprecio de las mujeres no las
consideran sus iguales; o son conscientes de que las mujeres femeninas ejercen para
ellos un papel muy importante. El fragmento, constituido por una única frase, describe
en qué consiste este papel. La mujer dependiente ejerce una “función de doble y de
mediadora (…) en el universo masculino”. La mujer es un ser humano y en este
sentido, en cierto modo, semejante para el varón. No obstante, al ser inferior al varón,
no plantea a este los problemas que puede plantear el que es realmente un igual. Al
mismo tiempo, a diferencia de los otros sujetos varones con los que se plantean
conflictos, y de la naturaleza, que siempre se resiste al control del ser humano, las
mujeres son subjetividades manejables para los varones, cuya vida facilita. Por eso, no
quieren perderlas tal y como las han conocido. El texto finaliza situando esta pérdida
innegable para ellos, al lado de las ventajas que supondrá las relaciones con mujeres
autónomas.

24. [2] & 19. Explica el significado de la expresión “existir para sí” en el fragmento
anterior.
“Existir para sí”: tener autonomía, oportunidad de decisión y acción, ejercer como
sujeto, realizarse de modo humano. En el texto se afirma que las mujeres que se
emancipan comienzan a “existir para sí”, lo que conlleva un modo igualitario de
relación con los varones. Esta “existencia para sí” de las mujeres puede ser vivida por
los varones como una pérdida, en la medida en que estos obtenían provecho de ese
híbrido entre el sujeto consciente y el objeto inerte que eran las mujeres cuando no
existían para sí y eran seres pasivos y dependientes.

25. [1] & 19. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por la autora. Fragmento: desde “Liberar
a la mujer…” hasta el final del párrafo.
En este fragmento Beauvoir sintetiza lo que supone liberar a la mujer. Insiste
sobre todo en que su emancipación no supone negar las relaciones con los varones, sino
enfocarlas de un modo nuevo que, necesariamente, ha de ser más enriquecedor y
satisfactorio para ambos.
Se trata, como ocurre con frecuencia, de un texto de una única frase en el que
destacamos dos aspectos más. El primero, la cuestión del reconocimiento mutuo que
será posible entre hombres y mujeres cuando estas sean seres autónomos. Se producirá
una reciprocidad en las relaciones que antes no era posible: la mujer era la alteridad
absoluta. Esta nueva situación no supone, no obstante, que no haya diferencias
enriquecedoras entre ellos.
El segundo aspecto que señalamos es la radicalidad de la parte final del
fragmento: liberar a la mujer supondrá acabar con “la esclavitud de una mitad de la

23
humanidad y todo el sistema de hipocresía que implica”. No hay medias tintas en la
exposición final de El segundo sexo, como a lo largo de todo el ensayo: la feminidad
pertenece a un complejo sistema de opresión que, afortunadamente, se desmorona.

26. [2] & 19. Define el significado de los términos “sujeto” y “alteridad” que aparecen
en el fragmento anterior.
“Sujeto” y “Alteridad” son dos de los términos más importantes del ensayo.
“Sujeto” es el que decide y actúa por sí mismo, de modo autónomo. Ejercer el papel de
sujeto es “afirmarse para sí”, realizarse como ser humano. Si se le impide o dimite se
convierte en cosa, se deshumaniza. El sujeto se caracteriza por su libertad, es decir, por
tener que inventar sus fines y establecer sus proyectos. En el fragmento se sostiene que
liberar a la mujer es permitirle recuperar su papel de sujeto, ser reconocida como tal por
los varones, que eran los únicos sujetos en la sociedad patriarcal. De este modo puede
establecer relaciones equilibradas con ellos.
“Alteridad” es una categoría relativa. Cuando un sujeto se “afirma para sí”
mediante su acción, se distingue de otros, que son la “alteridad”. Pero estos papeles son
intercambiables si las relaciones entre sujetos son de reconocimiento mutuo. Según el
texto, el reconocimiento entre sujetos no anula las diferencias que enriquecen las
relaciones entre ellos. Esto sucederá entre hombres y mujeres cuando sus situaciones
sean equiparables. En la sociedad patriarcal esto no es posible porque las mujeres no se
afirman como sujetos y son la alteridad absoluta, sin reversibilidad.

BLOQUE 8
27. [1] & 20-21. Sintetiza las ideas de los dos párrafos finales mostrando en tu resumen
la estructura argumentativa o expositiva desarrollada por la autora.
Se trata de un texto compuesto de dos partes claramente diferenciables. La
primera es un fragmento de los Manuscritos económico-filosóficos de 1844, del
filósofo alemán Karl Marx, En la segunda, Beauvoir justifica la cita que usa de cierre
para el ensayo.
En la cita, cuyo sentido no es fácil de desentrañar, Marx hace referencia a las
relaciones entre hombres y mujeres como modo “natural” de las relaciones entre seres
humanos. Se subraya la importancia de lo humano, por encima de las diferencias entre
seres singulares. “…el hombre se ha comprendido a sí mismo como ser genérico, como
hombre.” El reconocimiento de la humanidad en los individuos singulares es el
distintivo de la especie.
Beauvoir elogia el texto de Marx y ofrece su interpretación del mismo. Es el ser
humano el que introduce la libertad en el mundo natural, “dado”, mediante su acción.
El reconocimiento de todos los individuos como sujetos es la tarea humana por
excelencia y el mayor reto que tienen por delante hombres y mujeres.

28. [2] & 21. Explica qué significa en el texto “hacer triunfar el reino de la libertad”.
“Hacer triunfar el reino de la libertad”: esta expresión aparece en el último párrafo
de la “Conclusión” de El segundo sexo, en el que Beauvoir justifica la cita de Marx que
utiliza de cierre para el ensayo. Hace referencia a lo que distingue a los seres humanos
como especie: la transformación de los elementos dados, de la facticidad, mediante su
acción. El ser humano ha de hacer para ser tal y si asume esta tarea y favorece el actuar
de los demás, la libertad triunfa sobre la facticidad. Este triunfo requiere una sociedad
justa, en la que sea posible la libertad de todos los individuos, independientemente de
sus distinciones singulares.

24
ACTIVIDADES DE REDACCIÓN FILOSÓFICA
(PREGUNTA TIPO 3)

Ofrecemos de modo esquemático algunas orientaciones para afrontar los


ejercicios propuestos de este tipo.

1. La mujer como Alteridad en El segundo sexo.


• Que la mujer sea “Alteridad” respecto al varón en la sociedad patriarcal es la
respuesta que ofrece la filósofa a la pregunta que abre la investigación: ¿Qué
es una mujer? Relevancia de la pregunta en sí misma.
• El papel que juega el concepto de “Alteridad” en la estructura del ensayo.
Las preguntas que vertebran la investigación filosófica: ¿Qué es una mujer?
¿Por qué la mujer es la Alteridad? ¿Cómo viven las mujeres su situación?
¿Cómo recuperar la independencia en el seno de la dependencia?
• La ausencia de reciprocidad en las relaciones entre hombres y mujeres. El
varón como único Sujeto; la mujer como Alteridad pura. Ausencia de
reconocimiento mutuo: aplicación de la noción hegeliana de “relación
dialéctica entre el amo y el esclavo”. Causas históricas de la situación de
opresión que viven las mujeres.
• Razones de por qué las mujeres no se afirman como sujetos y aceptan la
heterodesignación: carencias de medios; especificidad del vínculo que las
une a los hombres; culpable complacencia en algunos casos.
• ¿Cómo recuperar la independencia en el seno de la dependencia? Los pilares
de la emancipación de las mujeres en El segundo sexo.

2. La ambigüedad de la situación de las mujeres en la sociedad patriarcal.


El desarrollo de esta redacción obliga a explicar, por un lado, a qué se llama en
El segundo sexo “sociedad patriarcal”, pero, por otro, se ha de clarificar en qué
consiste la “ambigüedad de la situación de las mujeres” en la misma.
• Sociedad patriarcal: forma de organización social caracterizada por la
hegemonía masculina y la consiguiente opresión de las mujeres.
• Ambigüedad de la situación de las mujeres. Es doble:
o Ambigüedad propia de la condición humana: humanidad (libertad,
trascendencia) frente a animalidad (determinismo, inmanencia).
o Ambigüedad específica de la mujer: es un sujeto que es tratado como
objeto por el varón en la situación jerárquica de la sociedad
patriarcal.
§ La situación de opresión de la sociedad patriarcal frustra la
autonomía. No todas las situaciones (contexto complejo en
que vive cada individuo) obstaculizan la libertad del mismo
modo.
§ Evolución del patriarcado y posibilidades de emancipación de
las mujeres. Necesidad de reconocimiento mutuo, como
sujetos, entre hombres y mujeres para conseguir una sociedad
igualitaria.

25
3. El análisis de la condición de las mujeres desde la perspectiva de la moral
existencialista.
• Es importante clarificar, en primer lugar, en qué consiste la “perspectiva de
la moral existencialista”. Se ha de subrayar la concepción del ser humano del
Existencialismo: indeterminación y libertad como características
fundamentales. La autonomía es una necesidad ontológica y moral.
• El hecho de que El segundo sexo sea una obra elaborada desde esta
perspectiva filosófica es una cuestión básica para entender el análisis de la
situación de las mujeres que realiza Beauvoir en su ensayo: a las mujeres no
se las reconoce como sujetos en la sociedad patriarcal. La opresión que
ejercen sobre ellas los varones obstaculiza sus oportunidades vitales. No
pueden establecer sus propios fines ni decidir las acciones que les permitiría
desarrollarse de modo humano.
• La emancipación de las mujeres es una tarea moral desde este punto de vista.
Hombres y mujeres deben realizar las transformaciones que una sociedad
igualitaria lleva consigo. El reconocimiento mutuo como sujetos es uno de
los ejes fundamentales. Se trata de desarrollar un modo de vida auténtico,
que posibilite y amplíe la libertad de los demás.

4. La igualdad entre hombres y mujeres: la necesidad de una reflexión filosófica.


En el caso de esta propuesta de redacción se ha de explicar el lugar que ocupa
la obra de Simone de Beauvoir en la historia del feminismo y el papel que ha jugado
en ella. También se ha de hacer referencia a la conciencia que manifiesta la autora
desde el inicio de la obra de realizar una reflexión filosófica de alcance mayor que
las que se habían realizado hasta la época. Considera explícitamente cerrada la etapa
de lucha política del sufragismo.
• La reivindicación de la igualdad completa entre hombres y mujeres se
remonta al siglo XVII (Poulain de la Barre).
• Filosofía de la Ilustración: la consolidación de los conceptos (sujeto,
individuo, ciudadanía) que posibilitan los movimientos vindicativos de
derechos que se producen al final del XVIII. Condorcet y Wollstonecraft.
• El movimiento sufragista: de la “Declaración de Seneca Falls” a la
Declaración Universal de los Derechos Humanos. Etapa cerrada a mitad del
siglo XX.
• El segundo sexo: exhaustiva investigación acerca de la situación de las
mujeres a lo largo de la historia en la sociedad occidental. Se trata de una
reflexión filosófica sobre el sometimiento generalizado y las posibilidades de
emancipación de las mujeres. Como el Existencialismo concibe al ser
humano como libertad, Beauvoir analiza las consecuencias que tiene para las
vidas singulares de las mujeres el haber sido privadas de las oportunidades de
ejercerla. La feminidad como construcción cultural.
• El movimiento feminista, tanto teórico como reivindicativo, que se activa en
los años 70 del siglo XX tiene su punto de partida filosófico en El segundo
sexo.
• Los elementos que Beauvoir considera fundamentales para conseguir una
sociedad igualitaria tienen plena vigencia hoy día: autonomía económica,
conciliación trabajo productivo y reproductivo, educación igualitaria y
evolución colectiva.

26
5. La crítica al mito de la feminidad en El segundo sexo.
• El segundo sexo trata de mostrar que la “feminidad” que se atribuye como
característica supuestamente natural a las hembras humanas es una
construcción cultural que obstaculiza el desarrollo de las mujeres concretas.
Esta falaz construcción, este mito, que se impone a las mujeres a través de la
educación tradicional, consiste sobre todo en hacer de ellas seres no
autónomos, sino sometidos, subordinados a los varones y dependientes de
ellos.
• El segundo volumen de El segundo sexo comienza afirmando que las
mujeres de mitad del siglo XX de la sociedad occidental “están destronando
el mito de la feminidad”, es decir, están empezando a recuperar la autonomía
que se les había impedido a lo largo de la historia.
• El segundo sexo analiza cómo se ha gestado este mito, esto es, cuáles son las
causas de la opresión que se ha ejercido sobre las mujeres a lo largo de la
historia y cómo se transmite a las mujeres singulares para que se perpetúe la
situación de sometimiento.
• Es importante señalar que la crítica se efectúa desde la perspectiva de la
moral existencialista. La feminidad es sobre todo falta de autonomía y para
el Existencialismo la autonomía es lo que caracteriza al ser humano, que ha
de hacerse a sí mismo mediante las acciones que proyecta y decide. La
feminidad cercena las oportunidades vitales de las mujeres e impide su
libertad.
• Para destronar el mito de la feminidad hombres y mujeres han de realizar un
esfuerzo moral. Ellas para asumir su autonomía; ellos para no obstaculizarla.
• Cuatro elementos son los pilares fundamentales de la emancipación de las
mujeres: la autonomía económica, la liberación de las servidumbres de la
maternidad, la educación igualitaria y la evolución colectiva.

6. La feminidad como construcción cultural en El segundo sexo.


• “No se nace mujer: se llega a serlo”. La feminidad como producto cultural
entre el macho y el castrado. La feminidad como supuesta esencia de la
“mujer- mujer”: “frívola, pueril, irresponsable, la mujer sometida al
hombre”.
• Rechazo del determinismo biológico. El cuerpo humano como cuerpo
vivido: depende de los valores que le confiere cada sujeto humano en un
determinado contexto complejo o situación. La humanidad es un devenir
histórico.
• La feminidad es una construcción cultural en un doble sentido.
o Históricamente es el resultado del sometimiento que los varones
llevaron a cabo cuando las mujeres estaban enormemente lastradas
por las servidumbres de la reproducción y tenían limitadas sus
posibilidades de acción. No fueron reconocidas por los varones como
sujetos: pasaron a ser “Alteridad” pura. Constitución y desarrollo del
patriarcado.
o La feminidad, como también la masculinidad, es una imposición
cultural que a nivel individual se transmite mediante la socialización
y educación no igualitarias. No hay destinos biológicos sino destinos
impuestos por la educación y la cultura. “No es natural para el ser
humano hembra convertirse en una mujer femenina”.

27
• El objetivo de la educación igualitaria que se propone en El segundo sexo es
justamente acabar con tal perniciosa concepción de la feminidad, que impide
que todos los individuos gocen de las mismas oportunidades para construir
su futuro.

7. La emancipación de las mujeres como tarea moral.


• Aspectos principales de la perspectiva de la moral existencialista que
Beauvoir emplea en el ensayo.
o La libertad como característica fundamental de los seres humanos.
o La opresión de las mujeres por los varones en la sociedad patriarcal
impide la libertad y obstaculiza la trascendencia. El varón se
convierte en el único sujeto. Las mujeres son “alteridad” pura, sin
reciprocidad. Causas de la opresión.
• La emancipación de las mujeres es una tarea moral desde la concepción del
ser humano que posee el Existencialismo porque las mujeres han perdido su
condición de sujeto, que es lo que les constituye como seres humanos. Han
de asumir su papel, aunque tengan que renunciar a las ventajas (económicas
y ontológicas) que pueda proporcionarles la situación de vasallaje en la que
se encuentran con los varones. Los varones han de reconocerlas como
sujetos y dejar de cosificarlas. Aunque esta relación les resulte útil en cierto
modo, ganarán existencialmente con la liberación de las mujeres. Una
relación igualitaria es más satisfactoria para ambos y contribuye a que la
sociedad sea más justa.
• Pilares básicos para conseguir la emancipación de las mujeres: autonomía
económica, liberación de las servidumbres de la reproducción, educación
igualitaria y evolución colectiva. La transformación social ha de ser
completa.
• La emancipación de las mujeres conlleva asumir la existencia con
autenticidad. Se requiere ejercer la libertad propia y favorecer la de los
demás. Es una tarea ética porque supone esfuerzo moral: puede provocar
angustia y tensión. Se ha de evitar la “mala fe”, esto es, mentirse a uno
mismo por comodidad en relación a la realización libre de la existencia
propia.

8. Los pilares de la emancipación de las mujeres en El segundo sexo.


Para que las mujeres sean las protagonistas de sus proyectos vitales, que es el
único modo de vivir de modo auténtico según el Existencialismo, Beauvoir señala 4
elementos fundamentales:
• Autonomía económica: fin de la existencia “parasitaria” de las mujeres en
la sociedad patriarcal.
• Conciliación del trabajo productivo y el trabajo reproductivo. Para ello el
trabajo productivo debe cumplir determinadas condiciones y el cuidado de
los hijos no debe recaer exclusivamente en ellas. Se requiere la “liberación
de las servidumbres de la reproducción”. La maternidad tendría que ser
siempre una opción libre, por lo que las mujeres han de poder controlar su
fecundidad (importancia de la anticoncepción y de la legalización de la
interrupción del embarazo).
• La educación debe ser igualitaria en múltiples sentidos (trato, juegos,
formación académica, modelos igualitarios masculinos y femeninos,
educación sexual coherente, etc.).

28
• La evolución tiene que ser colectiva, dado que si solo se consigue en casos
excepcionales no se pueden producir los cambios en las costumbres que
hagan sucumbir de manera generalizada los modelos desiguales anteriores.

9. La crítica de la sociedad patriarcal en El segundo sexo.


• En qué consiste la sociedad patriarcal. Descripción de la situación de las
mujeres en este tipo de situación. Mujer como “Alteridad”. Las causas de la
opresión de las mujeres. Evolución del patriarcado.
• La crítica que realiza Beauvoir de este tipo de sociedad desde la filosofía
existencialista. El ser humano es libertad y las mujeres han sido sometidas a
lo largo de la historia.
• El método empleado en la crítica y la estructura de El segundo sexo.
• La emancipación de las mujeres como tarea moral y horizonte de El segundo
sexo.

10. El análisis de la opresión de las mujeres en El segundo sexo.


• La opresión de las mujeres como “mal absoluto” desde el punto de vista del
Existencialismo porque la pérdida de autonomía que sufren es infligida por
los varones. La pérdida de la libertad propia como característica de la
feminidad en la sociedad patriarcal. Causas de la opresión.
• Especificidad del drama existencial de las mujeres. La mujer como
“Alteridad”. La doble ambigüedad de la situación de las mujeres.
• Método empleado en el análisis de la opresión en El segundo sexo: el
método regresivo-progresivo.
• La emancipación de las mujeres como tarea moral y horizonte de El segundo
sexo.

29
ACTIVIDADES DE ACTUALIZACIÓN Y DE RELACIONAR
(PREGUNTA TIPO 4)

Lo que ofrecemos a continuación no son modelos de respuesta para este tipo de


ejercicio, sino sugerencias para que el profesorado pueda orientar al alumnado en
relación a los temas propuestos.

RELACIÓN CON OTRAS PROPUESTAS FILOSÓFICAS

1. Beauvoir y Poulain de la Barre.


François Poulain de la Barre es un filósofo cartesiano, francés, del siglo XVII.
Autor de De la igualdad de los sexos. Discurso físico y moral en el que se ve la
importancia de deshacerse de los prejuicios (1673) y De la educación de las damas
para la formación del espíritu en las ciencias y en las costumbres (1674), es citado por
Simone de Beauvoir como antecedente de las ideas que expone en su ensayo. Beauvoir
lo califica de “feminista poco conocido” y usa un fragmento de la primera de las obras
anteriores como epígrafe para el primer volumen de El segundo sexo. Es el siguiente:
“Todo lo que ha sido escrito por los hombres sobre las mujeres debe ser sospechoso,
pues son a la vez juez y parte”, que vuelve reproducir la autora en el párrafo noveno de
la “Introducción”. En el mismo lugar añade otra cita: “Como los que hicieron y
compilaron las leyes fueron hombres, favorecieron a su sexo, y los jurisconsultos
convirtieron las leyes en principios”. Poulain de la Barre denuncia los intereses de los
varones en mantener sus privilegios, que sostienen y fomentan los prejuicios acerca de
la desigualdad entre hombres y mujeres. Además, critica en su obra a toda la tradición
intelectual que durante siglos ha sido aceptada en calidad de autoridad y ha justificado
desde distintos puntos de vista esa desigualdad.
Poulain realiza, como Beauvoir mucho después, una rotunda defensa de la
igualdad completa entre hombres y mujeres. La cita que aparece en el epígrafe del
primer volumen de El segundo sexo aparece acompañando otra, muy misógina,
atribuida al griego Pitágoras. Poulain alerta contra las explicaciones que los varones han
ido ofreciendo a lo largo de la historia acerca de las causas de la dominación masculina.
Para el filósofo francés están dictadas por el interés en justificar y mantener los
privilegios que la dominación comporta. La cita de Pitágoras a la que responde afirma:
“Hay un principio bueno que ha creado el orden, la luz y el hombre, y un principio
malo que ha creado el caos, las tinieblas y la mujer.” Aquí, la Alteridad, la mujer,
aparece como negación, es el Mal. Representa una amenaza, un peligro para el hombre,
dirá más adelante Beauvoir. Por ello la religión y los diferentes códigos sociales,
elaborados por los varones, que son también los legisladores, la sitúan siempre en
posición subalterna. La mitología, la filosofía, la teología siempre ha tendido a justificar
este maniqueísmo que oprime a las mujeres. Los ejemplos que se encuentran en el texto
del párrafo noveno de la “Introducción” son muy variados: filosofía antigua, medieval,
literatura francesa… No se encuentran testimonios distintos entre los varones hasta
Poulain de la Barre y algunos ilustrados. Beauvoir subraya la enorme importancia de
estas primeras obras filosóficas claramente feministas.
Véase el primer apartado del CONTEXTO FILOSÓFICO de nuestro libro de
texto: “Las ideas feministas: de la Ilustración al siglo XXI” y el BLOQUE 4 de la GUÍA
DE LECTURA de la “Introducción”.
Obras de Poulain de la Barre disponibles en castellano o valenciano:

30
POULAIN DE LA BARRE, F.: De la educación de las damas. Madrid, Ediciones
Cátedra, Universitat de València, Instituto de la Mujer, 1993.

POULAIN DE LA BARRE, F.: - Sobre la igualtat dels dos sexes. València, Secretariat
de Publicacions de la Universitat d’Alacant, Publicacions de la Universitat Jaume I,
Universitat de València, 1993.

2. Beauvoir y el feminismo ilustrado.


Véase el primer apartado del CONTEXTO FILOSÓFICO: “Las ideas feministas:
de la Ilustración al siglo XXI” y el BLOQUE 4 de la GUÍA DE LECTURA de la
“Introducción”.
Es importante subrayar cómo la autora de El segundo sexo vincula su obra a las
ideas igualitarias que se defienden en la Ilustración. En el párrafo noveno de la
“Introducción” afirma:
“Tendrá que llegar el siglo XVIII, para que hombres profundamente demócratas
contemplen la cuestión con objetividad. Diderot, entre otros, se dedica a demostrar que
la mujer es, como el hombre, un ser humano. Un poco más tarde Stuart Mill la defiende
ardientemente. Pero la imparcialidad de estos filósofos es excepcional”.
En este fragmento menciona solo a Diderot, pero en el capítulo dedicado a la
Historia se hace referencia también a Voltaire, Helvetius, D’Alembert, Mercier y, sobre
todo, a Condorcet. “El ideal democrático e individualista del siglo XVIII es favorable a
las mujeres; son para la mayor parte de los filósofos seres humanos iguales a los del
sexo fuerte" (“Historia”). Si para Beauvoir a Condorcet se le debe el esbozo del
movimiento feminista en Francia, este papel es realizado en Inglaterra por Mary
Wollstonecraft, en su obra Vindicación de los derechos de la mujer. Insiste en que, con
mayor o menor fuerza, en las obras de estos autores se afirma la igualdad de los seres
humanos, frente a la consagración de la mujer a su marido y a la maternidad que postula
el también ilustrado Jean- Jacques Rousseau, que se convierte así en portavoz de la
burguesía.
Rousseau realiza una defensa de la desigualdad natural y racional entre los dos
sexos que, en cierto modo, responde a las obras del filósofo feminista francés del XVII
Poulain de la Barre. Reproducimos a continuación la cita de Rousseau que incluye
Beauvoir para mostrar la división que se produce en el siglo XVIII en relación al papel
de las mujeres en la sociedad. Está extraída del libro quinto de Emilio o de La
Educación y manifiesta la fuerza del desprecio del filósofo hacia las mujeres:
“Toda la educación de las mujeres debe ser relativa a los hombres… La mujer
está hecha para ceder ante el hombre y soportar sus injusticias.”
En el primer apartado del CONTEXTO FILOSÓFICO de nuestro libro de texto se
explica cómo los movimientos vindicativos de derechos que surgen a partir de la
segunda mitad del siglo XVIII están estrechamente vinculados a los conceptos que
elaborara la filosofía de la Ilustración (“sujeto, “individuo”, “ciudadanía”, por ejemplo).
En relación a tales movimientos, es interesante leer la quinta parte del capítulo dedicado
a la Historia en El segundo sexo. Ofrecemos a continuación un pequeño resumen de la
argumentación de la filósofa existencialista en relación a las causas de por qué, a pesar
de la participación en la Revolución francesa de las mujeres del pueblo y de que algunas
burguesas defendieran con ardor los principios revolucionarios, no se alterara en aquel
momento histórico significativamente la suerte de la mujer. Los esfuerzos de los
movimientos feministas acabaron abortados, afirma con rotundidad nuestra autora.

31
Señala Beauvoir cómo las mujeres de las clases trabajadoras, en las ciudades y en
los pueblos, durante el Antiguo Régimen, participaban con autonomía en la producción,
en comercios, oficios específicos. La independencia económica permite libertad de
costumbres. En el ámbito rural asume gran cantidad de trabajo, que la hace ser respetada
y ejercer autoridad, aunque a otros niveles sea tratada como una criada. Estas mujeres
de las clases menos privilegiadas podrían haber reclamado sus derechos, pero, según
Beauvoir, el peso de la tradición de timidez y sumisión, les impidió hacerlo, limitándose
“a un número casi insignificante de reivindicaciones”, recogidas en los cuadernos de
los Estados Generales. Hace referencia aquí Beauvoir a la Petición de las mujeres del
Tercer Estado, redactada en 1789, en las reuniones locales que cada estamento celebró
en muchos lugares de Francia para llevar sus peticiones a los Estados Generales
convocados por Luis XVI. Aquellos cuadernos de quejas redactados por burguesas
ilustradas sí demandan reformas en el sistema político y denuncian el olvido de las
mujeres en reformas que se pretenden basadas en la justicia y la igualdad. Por el
contrario, la Petición de las Mujeres de Tercer Estado, redactado por mujeres de clase
más desfavorecida, es un texto más sencillo, cuyas reivindicaciones hacen referencia a
situaciones concretas de la vida cotidiana, que no pretenden trastocar el orden
establecido. Además, como clase social, estas mujeres fueron excluidas: el pueblo no
dirigió la empresa revolucionaria ni recogió sus frutos. Por contra, entre las mujeres
burguesas que reclamaron derechos no hubo la “solidaridad concreta” que hubiera
podido dar peso a sus reivindicaciones: estaban “demasiado integradas en la familia”,
desde el punto de vista económico su existencia era “parasitaria”. Para Simone de
Beauvoir, la conquista de las oportunidades sólo podrá llegar con el poder económico.
Los cambios conseguidos para las mujeres fueron mínimos: supresión del derecho de
primogenitura y del privilegio de la masculinidad o la ley del divorcio. Los clubes
femeninos fueron cerrados y una figura tan significativa de este periodo como Olympe
de Gouges fue guillotinada.
Para finalizar en la exposición de sugerencias en relación a este tema, hay una
cuestión que la falta de espacio nos obligó a dejar fuera de la correspondiente “Guía de
lectura” y queremos reseñar aquí.
En el primer párrafo de la “Introducción”, Beauvoir hace una referencia muy
crítica a la obra Modern Woman: a lost sex, de Ferdinand Lundberg y Marynia F.
Farnham, publicada en Nueva York en 1947.
“Además ¿hay algún problema? ¿Y cuál es? ¿Hay siquiera mujeres? Por
supuesto la teoría del eterno femenino todavía cuenta con adeptos que susurran:
‘Incluso en Rusia, ellas, las mujeres siguen siendo mujeres’, pero otras personas bien
informadas –y a veces son también las mismas- suspiran: ‘La mujer se pierde, la mujer
se ha perdido’.”
Afirma la filósofa francesa que es una obra “muy irritante” y vuelve a hacer
referencia al supuesto “sexo perdido” en las páginas finales del primer volumen de El
segundo sexo. Sus autores son adeptos a la teoría del eterno femenino y por eso
lamentan la pérdida de los supuestos caracteres “esenciales” de las mujeres. Para
Beauvoir esta obra representa un caso paradigmático de vigencia del mito de la
feminidad. Resulta clarificador que en Modern Woman: a lost sex se sitúe el origen de
los problemas de su época en el ensayo Vindicación de los derechos de la mujer,
publicado en 1792 por la ilustrada Mary Wollstonecraft y considerado por Beauvoir uno
de los hitos teóricos del movimiento feminista. (Puede consultarse en “El Sexo perdido
y El segundo sexo”, Mujeres Rebeldes, Una reivindicación de la herencia intelectual
feminista, de Eliane Showalter, Espasa-Calpe, 2002.)

32
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA:
CONDORCET, DE GOUGES, DE LAMBERT Y OTROS: La ilustración olvidada. La
polémica de los sexos en el siglo XVIII. Edición de Alicia H. Puleo. Barcelona,
Anthropos/Comunidad de Madrid, 1993.

3. La crítica de Beauvoir al Psicoanálisis.


Véase el segundo apartado del CONTEXTO FILOSÓFICO: “Psicoanálisis y
Materialismo Histórico: interlocutores de El segundo sexo” y el BLOQUE 1 de la
GUÍA DE LECTURA de la “Conclusión”.

4. La crítica de Beauvoir al Materialismo Histórico.


Véase el segundo apartado del CONTEXTO FILOSÓFICO: “Psicoanálisis y
Materialismo Histórico: interlocutores de El segundo sexo” y el BLOQUE 8 de la
GUÍA DE LECTURA de la “Conclusión”.
5. Beauvoir y Sartre.
Véase la reseña biográfica del primer apartado de nuestro libro de texto, así como
la tercera parte del CONTEXTO FILOSÓFICO: “El existencialismo”.
La relación entre los dos autores puede abordarse tanto desde un punto de vista
filosófico, como desde un punto de vista biográfico. En relación a los aspectos
biográficos, en la bibliografía de nuestro libro de texto recomendamos la siguiente obra:
APPIGNANESI, L.: Simone de Beauvoir, Madrid, Ediciones Tutor, 2006. En el mismo
sentido, puede verse “El Sexo perdido y El segundo sexo”, Mujeres Rebeldes, Una
reivindicación de la herencia intelectual feminista, de Eliane Showalter, Espasa-Calpe,
2002.
En cuanto a los vínculos entre sus propuestas filosóficas y las diferencias entre
ambas, recomendamos el siguiente artículo de Alicia Puleo, que, en poco espacio,
realiza una buena síntesis al respecto:
“Simone de Beauvoir: filósofa existencialista, pensadora de nuestra libertad”, en
http://www.mujeresenred.net/spip.php?article1274

RELACIÓN CON ACONTECIMIENTOS HISTÓRICOS Y ACTUALIZACIÓN

1. Beauvoir: la reflexión tras el cierre de una etapa reivindicativa de derechos.


Se trata de señalar el lugar que ocupa El segundo sexo en la historia del
feminismo. Su especial relevancia se debe a que es la primera investigación filosófica
exhaustiva en relación a las causas de la discriminación de las mujeres en la mayor parte
de las sociedades a lo largo de la historia, aunque la reivindicación de derechos
educativos, sociales y políticos ya ha conseguido importantes logros en la sociedad
occidental.
De hecho, en las primeras líneas de la “Introducción” de El segundo sexo
Beauvoir establece con claridad la distancia entre todo lo que se había escrito hasta
entonces acerca de las mujeres y lo que ella pretende. Afirma que hay que plantearse el
problema de modo adecuado para poder esclarecerlo. Para ello se desmarca de las
polémicas vinculadas a la reivindicación de derechos sociales y civiles para las mujeres
que se desarrollan en Estados Unidos y Europa desde hace un siglo. La “Declaración de
Seneca Falls”, que puede considerarse el documento fundacional del feminismo
reivindicativo, fue aprobada, justamente, en julio de 1848, en el estado de Nueva York.

33
En la parte del ensayo dedicada a la Historia (parte V) detalla la evolución de este
movimiento feminista, evaluando sus resultados en aquellos lugares en que tuvo más
relevancia. Cuando Beauvoir inicia su exhaustivo estudio, los derechos políticos
comienzan a generalizarse para las mujeres en la sociedad occidental, por lo que, en este
sentido, podría considerarse cerrada esta etapa, como ella afirma en las primeras líneas
de su obra.
En la “Introducción” encontramos otra importante referencia a la conciencia que
posee Beauvoir de la distancia entre la reflexión filosófica que realiza en su ensayo y la
intención reivindicativa del movimiento feminista anterior:
“Es chocante que el conjunto de la literatura femenina actual esté animado
menos por una voluntad de reivindicación que por un esfuerzo de lucidez. Al salir de
una época de polémicas desordenadas, este libro es un intento, entre otros, de hacer
balance” (Párrafo 13). Véase la GUÍA DE LECTURA.
Otra referencia a la necesidad de una reflexión filosófica sobre la situación de las
mujeres aparece en el párrafo 12 de la “Introducción”, en el que se critica a ciertos
argumentos de mujeres feministas que han caído en la trampa de la arrogancia
masculina y se enfrentan a ellos en una polémica carente de sentido. Véase la GUÍA DE
LECTURA.
Pueden sintetizarse los aspectos principales de los logros del llamado
Movimiento sufragista. En el primer apartado del CONTEXTO FILOSÓFICO de
nuestro libro de texto se realiza una breve reseña del mismo.

2. Aspectos del “drama” del trabajo femenino que pueden persistir en la


actualidad.
Se trata de comparar la situación que describe Beauvoir de las durísimas
condiciones laborales de las mujeres cuando se incorporan en masa al trabajo industrial
en el siglo XIX con la situación actual (véase Apartado 5.3 de nuestro libro de texto).
Será necesario limitar el ámbito de consideración a territorio nacional, comunidad
autónoma, países en vías de desarrollo, etc.; o bien investigar algún sector productivo
concreto.
En la página web del Instituto de la Mujer del Ministerio de Sanidad, Servicios
Sociales e Igualdad pueden consultarse estadísticas diversas en relación al empleo de
las mujeres y la brecha salarial.
En cuanto a la situación a nivel internacional, véanse los informes que elabora
ONU MUJERES, la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el
Empoderamiento de las Mujeres, en http://www.unwomen.org/es/. O los estudios de la
Organización Internacional del trabajo. El enlace siguiente contiene información
interesante respecto: http://singenerodedudas.com/Archivos/1087/tendencias-
mundiales-del-empleo-de-las-mujeres
En http://hdr.undp.org/es/estadisticas/idg/ se encuentra Índice de Desigualdad de
Género, estudio sobre “la desventaja de las mujeres en tres dimensiones –salud
reproductiva, empoderamiento y mercado laboral, para tantos países como datos de
calidad razonable se dispongan”. Es un trabajo realizado por la Oficina del Informe
sobre el Desarrollo Humano, dependiente de la ONU, que sintetiza su objetivo
principal en “promover el desarrollo humano, es decir, contribuir a la ampliación de
las oportunidades, la capacidad de elección y las libertades”.

34
3. La vigencia de las preguntas de las que parte El segundo sexo. “¿En qué
medida el hecho de ser mujeres ha afectado a nuestra vida? ¿Qué
oportunidades exactamente se nos han dado y cuáles se nos han negado?
¿Qué suerte espera a nuestras hermanas más jóvenes y en qué sentido hay que
orientarlas?”
Se trata de que alumnos y alumnas se planteen estas cuestiones en relación a sus
propias biografías, a las de sus compañeros o a las de otras personas que puedan
considerar. Aunque estamos en una actividad dirigida a resolver el examen de
Selectividad, es interesante que se realice como ejercicio de clase y sea compartida en el
aula. Posteriormente, se podrán redactar conclusiones para responder a este ejercicio.
En muchos casos, el hecho de ser mujer o ser varón en un estado democrático
como el nuestro, en la segunda década del siglo XXI, puede no haber tenido grandes
repercusiones para los individuos. No obstante, un análisis más profundo, que considere
elementos variados (nombre, juegos de la infancia, regalos recibidos, actividades
potenciadas o reprimidas por la familia, modelos familiares, hábitos y costumbres,
influencia de medios de comunicación y publicidad, cine o literatura, etc.) puede
mostrarnos un panorama distinto. Además de un análisis de la persistencia de
estereotipos machistas en el alumnado y su entorno, podría realizarse una comparación
entre biografías de personas de distintas generaciones de la misma familia o entre
biografías de personas de la misma generación pero de procedencias culturales distintas.
Para trabajar estos temas en el aula pueden recomendarse películas en las que se
plantea la cuestión de la relación entre la orientación profesional, la desigualdad de
oportunidades y los papeles de género, como por ejemplo: Billy Elliot (Quiero bailar),
de Stephen Daldry, Inglaterra, 2000; En tierra de hombres, de Niki Caro, USA, 2005;
Quiero ser como Beckham, de Gurinder Chadha, Reino Unido-Alemania, 2002; Flor del
desierto, de Sherry Hormann, Alemania, Austria y Francia, 2009; Las mujeres de
verdad tienen curvas, de Patricia Cardoso, USA, 2002.

3. Influencia de El segundo sexo en el feminismo posterior.


Véase el primer apartado del “Contexto Filosófico” de nuestro libro de texto.
Véase las propuestas siguientes (5 y 6) de este Solucionario.

4. Influencia de El segundo sexo en el feminismo reivindicativo de los años 70


del siglo XX.

A finales de los 60 el movimiento feminista cobra fuerza tanto a nivel teórico


como a nivel reivindicativo. La nueva agenda exige el cumplimiento real de los
derechos civiles, así como derechos sexuales y reproductivos para las mujeres. El
segundo sexo proporciona el principal fundamento teórico en esta etapa.
A pesar del seísmo que supuso la publicación de El segundo sexo en el paisaje
intelectual francés y de los 22.000 ejemplares vendidos durante su primera semana en la
calle, la obra de Beauvoir no trajo consigo la crítica generalizada del androcentrismo en
las diferentes disciplinas científicas. Fue la obra de Betty Friedam, La Mística de la
Feminidad, publicada en 1963, la que hizo de punto de arranque, como afirma Amelia
Valcárcel, al feminismo de los 70. El segundo sexo se había traducido al inglés – en
recortada e inadecuada traducción1- en 1953 e impactó con fuerza en el feminismo
1
Traducción a cargo del zoólogo H. M. Parshley, que recibió la instrucción de abreviar El Segundo Sexo
para que fuese mejor recibido por el público norteamericano.

35
norteamericano. Para Valcárcel, la obra de Beauvoir cayó relativamente en el vacío.
Había surgido inmediatamente antes de que se empezara a fraguar el conglomerado
denominado por Friedam “la mística de la feminidad”: un intento complejo de
reconducir al hogar, del que muchas habían salido durante la guerra, a esas mujeres a las
que la posibilidad de acceder a estudios superiores y el derecho al voto habían abierto
nuevas posibilidades. Gobiernos y medios de comunicación de masas, cuyo papel se
empezó a reforzar en los años 50, colaboraron en este objetivo. Las revistas femeninas
promocionaron estos papeles nuevos de las amas de casa “modernas”, que habían de ser
“por libre opción” el sostén de la familia nuclear, que había ya dejado de ser un centro
productivo para ser un centro de consumo. Para muchas mujeres, a las que se pretendía
encorsetar en los nuevos modelos domésticos publicitados, resultaba muy claro que las
conquistas sufragistas no habían alterado las jerarquías establecidas.
Sin independencia económica, sin quehaceres domésticos relevantes, sin
horizontes de relación o de cultura fuera de los que las revistas femeninas
planteaban, el relativo ocio doméstico propiciado por la tecnificación – e incluso
por la existencia de ayuda en los estratos altos de la población- comenzaba por
gastarse de modo errático –manualidades, consumo de infraliteratura, televisión-
y terminaba por producir soledad, cuadros depresivos y cuadros médicos que
fueron calificados de “típicamente femeninos”.2
En nuestro ámbito, en plena dictadura franquista, el ensayo francés no despertó
interés, a pesar de la temprana referencia al mismo que se encuentra en la segunda
edición (1950) de La secreta guerra de los sexos (1948) de María Laffitte o de la larga y
profunda recensión de la obra publicada por Mercedes Formica en la Revista de
Estudios Políticos el año 19503. Como afirma Maria Aurèlia Capmany en el prólogo a
la edición catalana publicada en junio de 1968,
“En el nostre clima beatífic la dona havia resolt ja tots els seus problemes.
La dona havia tornat feliç a casa, una casa plena de bimbirimboies, una casa amb
moltes cortinetes per planxar. En els periòdics del país, en parlar del treball de la
dona, es feien projectes perquè la dona no hagués de treballar, els subsidis
familiars havien de resoldre d’una manera perfecta tots els seus problemes; quan
es parlava de la cultura de la dona se li recordava que el llatí no li havia de fer
perdre la seva feminitat. A la dona, continuo referint-me als articles de fons dels
periòdics, li era reservada una alta missió: donar fills a la pàtria. Perquè la
mística de la feminitat havia fet ja la seva feina i havia destruït ràpidament tota
l’obra que mig segle d’educació liberal havia intentat, molt feblement,
aconseguir.”4
También en España se deja sentir un nuevo clima al final de la década de los 60 y
muestra de ello es la aparición de la traducción catalana de El segundo sexo (el mismo
año en que Lluís Llach compone “L’Estaca”) a pesar de que el Santo Oficio lo había
incluido en el Índice de Libros Prohibidos. Desgraciadamente esta traducción no ha sido
reeditada y en ocasiones se alude a las dificultades para publicar El segundo sexo
durante la dictadura franquista para explicar la tardanza de la edición completa5

2
VALCÁRCEL, A.: “La memoria colectiva y los retos del feminismo”. En
http://www.uv.es/onubib/doc/PublicacionesElectronicas/MujeryDesarrollo31.pdf
3
NIELFA G.: “La difusión en España de El segundo sexo, de Simone de Beauvoir”, Arenal, 9:1; enero-
junio2002.
4
BEAUVOIR, S.: El segon sexe, I. Els fets i els mites. Barcelona, Edicions 62, 1968, p. 18.
5
La editorial Aguilar publicó en 1972 una edición de las obras completas de Simone de Beauvoir,
traducidas por Juan García-Puente, en tres volúmenes, correspondiendo el tercer volumen a El segundo
sexo, cuyo contenido está incompleto, según se indica en la Biblioteca Nacional. Esta traducción es
reeditada por Aguilar de manera independiente en 1981.

36
española en castellano (primera edición en 1998), sin hacerse mención de la prologada
por Capmany y traducida por Hermínia Grau de Duran (primer volumen) y Carme
Vilaginés (segundo volumen).
Así pues, veinte años antes de que el feminismo de los 70 pusiera fin a la mística
de la feminidad y abriera una serie de cambios en valores y formas de vida, así como, en
su vertiente más teórica, iniciara la crítica de herramientas y modos de proceder de las
disciplinas científicas, Simone de Beauvoir había realizado en El segundo sexo un
exhaustivo y crítico análisis de la situación de las mujeres en la cultura occidental, que
ahora era recuperado. Entre el sufragismo y el feminismo teórico de los 70, Beauvoir
inauguró en solitario el momento de las explicaciones, frente al de las vindicaciones
anterior.
Hasta el impacto del feminismo teórico de los 70 en las diferentes ciencias
sociales, éstas se caracterizan por un fuerte androcentrismo que tiene como
consecuencia la naturalización de determinadas desigualdades, que se legitiman así,
obstaculizándose otras maneras de representar la realidad. En disciplinas como la
Historia, la Antropología o la Psicología venían interpretándose acontecimientos y
procesos desde un entramado conceptual que invisibilizaba a las mujeres en múltiples
sentidos. Las mujeres son considerados sujetos sociales subalternos en las diferentes
ciencias sociales, de igual forma que aquellos varones que no responden a lo que se ha
llamado el arquetipo viril,6 hombre blanco, occidental y heterosexual. El feminismo
teórico de los 70 propiciará la elaboración de los instrumentos teóricos adecuados para
comprender los fenómenos sociales sin prescindir de ningún tipo de sujeto y posibilitar
la interpretación de lo estudiado en toda su complejidad. A esta necesidad responde, por
ejemplo, el concepto de sistema sexo-género, propuesto inicialmente en 1975 por Gayle
Rubin7, en el contexto de los presupuestos teóricos del estructuralismo antropológico de
Claude Lévi- Strauss y reelaborado posteriormente de modo diverso. Para Joan W.
Scott 8 el concepto de género es un instrumento de análisis histórico que permitirá
desentrañar los procesos que intervienen en la construcción de los papeles cambiantes
que van asignándose a hombres y mujeres en contextos determinados. El concepto de
género no va a definir sólo el papel social que cada grupo humano asigna a varones y
mujeres (a los que previamente se ha considerado esencialmente distintos), sino que
permitirá descubrir los procesos que posibilitan construir históricamente esa diferencia
sexual, que dejará de considerarse de modo esencialista. La diferencia sexual no será
entendida como causa originaria sino como manifestación de procesos históricos en los
que entran en juego relaciones de poder. Desde esta propuesta el concepto de género
tendrá que ser aplicado de manera vertebrada a otras categorías que tienen potencialidad
explicativa comparable: raza o clase, por ejemplo.
La toma de conciencia acerca del carácter socio-histórico de las categorías
mediante las que los individuos nos pensamos y conceptualizamos la realidad y las
experiencias en las que nos encontramos inmersos es una de las condiciones que puede
permitir la crítica del androcentrismo de las disciplinas científicas. En el ámbito
científico esta crítica se hace especialmente necesaria al tratarse supuestamente del

6
MORENO, A.: El arquetipo viril protagonista de la historia. Ejercicios de lectura no androcéntrica.
Barcelona, La Sal, 1986.
7
RUBIN, G.: “El tráfico de mujeres: notas sobre la “economía política” del sexo”. Nueva Antropología,
nº30, México, 1986, pp. 95-145.
8
SCOTT, J. W.: “El género: una categoría útil para el análisis histórico. En AMELANG, J. S.; NASH, M.
(eds.): Historia y género: las mujeres en la Historia de Europa. Valencia, Alfons el Magnànim, 1990, pp.
25-56.

37
ámbito más objetivo de reflexión y, en consecuencia, más ajeno a la influencia de
representaciones socio-históricamente construidas.
A partir del citado momento, se empiezan a revisar teóricamente las diferentes
disciplinas y a elaborar instrumentos conceptuales nuevos. No fue El segundo sexo la
obra que desencadenó el arranque teórico al que estamos haciendo referencia, si bien
aquellas que lo hicieron partían de las reflexiones que Beauvoir realiza en El segundo
sexo. Además de la obra citada de Betty Friedam, manifiestan la influencia directa de El
segundo sexo las obras siguientes: Política sexual, de Kate Millett (1969); Actitudes
patriarcales, las mujeres en la sociedad, de Eva Figes (1970); Dialéctica del sexo, de
Sulamith Firestone (1973).
Puede verse la vinculación del feminismo teórico a que hemos hecho referencia
con los movimientos radicales de los años 60 y 70 en
http://www.mujeresenred.net/historia-feminismo3.html. Simone de Beauvoir se unió al
feminismo militante que tomó forma en Francia a partir de 1970 en el Movimiento de
Liberación de las Mujeres. En 1973 promovió una nueva sección en la revista Les
Temps Modernes, de la que fue cofundadora, titulada Le sexisme quotidien (el sexismo
cotidiano).

5. ¿En qué medida se produce un uso implícito de la categoría de género en El


segundo sexo?
El concepto de “género” surge como categoría específica feminista en los años 70.
Hace referencia a al construcción cultural que cada sociedad realiza en relación a lo que
se considera masculino y femenino.
Véase la propuesta anterior: 5. Influencia de El segundo sexo en el feminismo
reivindicativo de los años 70 del siglo XX.
Véase http://www.mujeresenred.net/spip.php?article1301

Si bien no encontramos en Beauvoir un uso explícito de la categoría de género, a


ella debemos el establecimiento de la idea de que el género es un proceso de llegar a
ser. Para Beauvoir el sujeto humano no tiene género. El género es concebido como
construcción cultural, que se va desarrollando a lo largo de la vida. Entiende la
feminidad como un mito forjado a lo largo del tiempo que, afortunadamente, comienza
a desmoronarse, desde su punto de vista, en la sociedad occidental de su tiempo. Ser
mujer es el resultado de un complejo proceso de aprendizaje que empieza desde los
primeros momentos de la vida de los individuos y es ese proceso el que analiza
exhaustivamente. Las primeras líneas del primer capítulo del segundo volumen de su
obra condensan buena parte de las claves del ensayo:
No se nace mujer: se llega a serlo. Ningún destino biológico, psíquico,
económico, define la imagen que reviste en el seno de la sociedad la hembra
humana; el conjunto de la civilización elabora este producto intermedio entre el
macho y el castrado que se suele calificar de femenino.
Esta contundente declaración de Beauvoir continúa la línea emprendida por Mary
Wollstonecraft en su Vindicación de los derechos de la mujer (1792), que polemiza con
Rousseau acerca de la educación de las mujeres, poniendo de manifiesto el carácter
artificial de “lo femenino”.
Para Beauvoir, el cuerpo humano es siempre “cuerpo vivido”, es decir, no puede
considerarse el aspecto biológico aisladamente, porque todo lo humano es construido
por el individuo y la sociedad. Por ese motivo tiene tanta importancia la propuesta de

38
una educación igualitaria que aumente las oportunidades de los individuos para
realizarse como tales en libertad.
En conclusión, Beauvoir no emplea el concepto de “género” para hacer referencia
a la construcción social que es la feminidad o la masculinidad, pero su obra insiste en el
aspecto cultural de esa dicotomía y sus rasgos básicos. Por otro lado, Beauvoir no
distingue “sexo” de “género”, esto es, una parte biológica separable analíticamente de la
parte cultural: el cuerpo es cuerpo vivido, es situación. Los aspectos fisiológicos solo
tienen sentido en un contexto socio-histórico, cultural en definitiva, determinado. En
este sentido, podríamos considerar a Beauvoir cercana en este aspecto a quienes insisten
en que la supuesta dicotomía sexual es también una construcción cultural.

Véase los apartados 1, 5 y 7 de II. LA HERMENÉUTICA PROPIA DEL


EXISTENCIALISMO DE BEAUVOIR de nuestro libro de texto.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA:
AMORÓS, C. (directora): 10 palabras clave sobre mujer. Navarra, Editorial Verbo
Divino, 1995.

BUTLER, J.: “Variaciones sobre sexo y género. Beauvoir, Wittig y Foucault”. En


BENHABIB, S. y CORNELL, D.: Teoría feminista y teoría crítica. Ensayos sobre la
política de género en las sociedades del capitalismo tardío. Valencia, Edicions Alfons
el Magnànim, 1990.

6. Vigencia de los elementos fundamentales para la emancipación de las


mujeres que se establecen en El segundo sexo.
Independencia económica, conciliación de la vida profesional y personal,
educación igualitaria y evolución colectiva. La agenda feminista del mundo
desarrollado tiene todavía mucha tarea pendiente en relación a los cuatro aspectos
anteriores.
Independencia económica. Precariedad laboral mayor en las mujeres que en los
varones. Persistencia de la brecha salarial entre hombres y mujeres y de la desigualdad
en cuanto a oportunidades laborales. Sigue habiendo sectores laborales y académicos
feminizados o masculinizados en relación a los estereotipos de género.
Conciliación. Las tareas del cuidado recaen todavía principalmente en las mujeres.
Siguen produciéndose embarazos no deseados en chicas jóvenes. Se cuestiona la ley de
plazos para la interrupción voluntaria del embarazo.
Educación igualitaria y evolución colectiva. La coeducación todavía tiene muchas
facetas pendientes. Sigue habiendo centros educativos que segregan a chicas y chicos y
no ofrecen el mismo tipo de formación. En las materias curriculares de los centros
educativos se encuentran aspectos androcéntricos. En la publicidad o la ficción
audiovisual persisten los elementos sexistas. Los modelos familiares no son siempre
igualitarios. En las relaciones afectivas entre chicos y chicas jóvenes se manifiestan
también con frecuencia altas dosis de machismo. La homofobia es todavía un grave
problema social. La violencia de género se mantiene en cifras escandalosas incluso en
parejas jóvenes.

39
7. Beauvoir afirma que “de momento” existen dos categorías de individuos
claramente diferenciables. ¿Puede relacionarse esta afirmación con la idea
de una cultura que supere la división sexual y permita la ambigüedad, en la
línea del planteamiento de Anne Fausto- Sterling? (Su artículo “Los cinco
sexos”, publicado en 1993, se encuentra completo en internet.)

En el enunciado de este ejercicio se hace referencia a las últimas líneas del primer
párrafo de la “Introducción” de El segundo sexo.
“Y en verdad basta pasearse con los ojos abiertos para constatar que la
humanidad se divide en dos categorías de individuos cuya ropa, rostro, cuerpo,
sonrisas, andares, intereses, ocupaciones son bien diferentes: quizás estas diferencias
son superficiales, quizás están destinadas a desaparecer. Lo que es seguro es que por el
momento existen con total y deslumbrante evidencia.”
Como sabemos, el ensayo comienza llevando la duda allá donde parecía que todo
estaba diáfanamente claro: que todas las mujeres por naturaleza tengan una esencia
compartida, en relación a la cual han de ajustar su comportamiento. Esa esencia incluye
sobre todo la dependencia del varón, pero también la frivolidad, la puerilidad, la
irresponsabilidad, la aceptación feliz de la maternidad o del papel de objeto sexual del
varón, etc. A lo largo de la obra, la autora muestra que ese conglomerado denominado
“feminidad” no es más que un mito construido socialmente que perjudica especialmente
a las mujeres, pero que también tiene consecuencias negativas para los varones.
Si las mujeres consiguen su emancipación, camino que Beauvoir considera
emprendido a mitad del siglo XX en la sociedad occidental, la distinción en dos
categorías de individuos descrita en las líneas de la cita anterior, necesariamente tiene
que sufrir una transformación. Beauvoir afirma en la cita que quizás las diferencias sean
superficiales, quizás están destinadas a desaparecer. Lo que parece tener claro es que
tales diferencias han sido marcadas en determinada dirección mediante una
socialización y una educación desigual, que da lugar a una sociedad injusta y jerárquica
Nos podemos preguntar, pues, si en una sociedad igualitaria no cabrían cuerpos vividos
de modo mucho más libre, menos encasillados en la estructura cultural femenino-
masculino o en la estructura, supuestamente natural, que distingue necesariamente entre
mujer y varón. En esa sociedad igualitaria quizás no se tendría forzosamente que
intervenir quirúrgica y hormonalmente a los cuerpos de personas intersexuales pero
sanas (un 4% según el estudio citado en el artículo a que se refiere el enunciado) porque
no encajan en la clasificación binaria habitual, dado que la diversidad de desarrollos
vitales sería mucho más amplia. Como afirma Fausto- Sterling, “la recompensa podría
ser una sociedad en la cual la sexualidad sea algo digno de ser celebrado por sus
sutilezas y no algo temido o ridiculizado.”

El artículo de Anne Fausto-Sterling está publicado en NIETO, J.A.,


Transexualidad, trangenerismo y cultura. Antropología, identidad y género. Madrid,
Talasa, 1998.

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