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5 Acciones Semanales para Incrementar tu Inteligencia Financiera

¿Qué diferencia a las personas con problemas financieros (deudas, bajos ingresos
en función de sus estudios, problemas para ahorrar) de aquellas que poseen la
inteligencia financiera suficiente como para tener y ganar cada día más?

¿Está relacionado con la educación recibida? ¿Sus contactos? ¿El ámbito en el


que se mueven? ¿Su profesión? ¿La ambición? ¿Su apetito por el riesgo?

Si bien estos factores pueden tener que ver en la formación de la inteligencia


financiera, diversos artículos aparecidos recientemente argumentan que la
diferencia fundamental entre quienes logran sus metas y los que viven en la queja
y la excusa permanente no tiene que ver con características innatas de los
individuos, sino que está dada por la forma en que piensan acerca de las
habilidades y el aprendizaje en general.
Por un lado, están los que creen que uno tiene que arreglárselas con lo aprendido
en su momento y no hay mucho más que eso. Que por más que lo intenten de mil
maneras distintas, hay poco y nada que se pueda hacer para cambiar las
características fundamentales de su personalidad. Esta cosmovisión en lo
referente a las habilidades personales los lleva a eludir los desafíos, ver el
esfuerzo como algo sin sentido, ignorar el feedback de los demás y sentir envidia
frente al éxito de conocidos y amigos. A esto se le llama mentalidad fija.

Pero, por otro lado, están los que piensan que, con esfuerzo y perseverancia,
cualquiera puede ampliar su intelecto y habilidades, modificando positivamente los
resultados. Bajo esta mirada, gran parte del éxito tiene que ver con proponérselo y
buscar aprender algo nuevo cada día, teniendo siempre una mentalidad curiosa y
hambrienta en lo que se refiere a nuevos conocimientos y enfoques distintos a lo
establecido. Suelen aceptar los desafíos, son persistentes cuando quieren algo,
ven el esfuerzo como parte del proceso necesario para el logro de objetivos,
aprenden de las críticas y encuentran lecciones e inspiración en el éxito de otros.
Esto es lo que se conoce como mentalidad de crecimiento.
Carol Dweck, psicólogo y profesor de la Universidad de Stanford, Estados Unidos,
ha estudiado el tema y ha llegado a la siguiente conclusión: "Todo tiene que ver
con la manera de pensar. Las personas exitosas y de mentalidad en crecimiento
tienden a centrarse en el aprendizaje, la solución de problemas y el mejoramiento
constante de sí mismos a través de la educación que puedan adquirir, mientras
que las personas con mentalidad fija piensa en sus habilidades como activos fijos
e inamovibles y solo accionan para evitar problemas". Siguiendo esta línea de
pensamiento, veremos ahora 5 pequeñas acciones semanales para incrementar la
inteligencia financiera, aplicables en aquellos que quieran entrar en el mundo de
las mentalidades de crecimiento.

Lunes de ingresos, acción 1:

Dedicar los lunes una hora a reflexionar sobre nuestros ingresos. Para ello, la
primera distinción a tener en cuenta es que los mismos pueden ser lineales o
residuales.

Los ingresos que provienen de un sueldo son lineales. Los ingresos residuales, en
cambio, son los que se producen cuando se trabaja mucho de una sola vez y eso
desencadena un flujo de ingresos constantes durante meses o inclusive años. Uno
es recompensado una y otra vez por el mismo esfuerzo.

Se debe encauzar la energía a modos de trabajo y negocios que produzcan


ingresos residuales, como por ejemplo inversiones financieras, inversiones en real
estate (comprar casas y luego alquilarlas), poseer franquicias, derechos
intelectuales y muchas otras fuentes más.

El objetivo aquí es convencerse de que somos capaces de incrementar nuestros


ingresos lineales y al mismo tiempo comenzar a obtener ingresos residuales. Se
puede comenzar con la lectura de la libros de finanzas personales relacionados,
como El Cuadrante del Flujo del Dinero(Robert Kiyosaki), Múltiples fuentes de
Ingreso (Robert Allen) o Piense y hágase rico (Napoleón Hill).
Martes de consumo, acción 2:

Asignar una hora los martes a reflexionar con respecto a nuestros gastos y
consumo.

Hay una frase muy interesante de Will Rogers que dice: "Demasiadas personas
gastan dinero que no han ganado, para comprar cosas que no desean, para
impresionar a personas que les caen mal".

La clave está en considerar los sentimientos cuando se presenta un impulso de


gastar. Es importante preguntarse qué necesidad psicológica o carencia
emocional se intenta satisfacer comprando algo nuevo. Puede ser dignidad,
respeto de los demás, amor propio, aprobación, integración, seguridad, despertar
envidia, poder, sensación de comunidad, estructura, propósito, prestigio,
recompensa, posición, paz, felicidad, etcétera. Una vez que hayamos identificado
las necesidades psicológicas que exigen atención, debemos reflexionar sobre lo
que obtendremos a cambio del dinero que tenemos intención de gastar en esos
artículos. Es muy probable que descubramos que la mayoría de las adquisiciones
no tendrán un impacto positivo y significativo en la satisfacción de nuestras
necesidades emocionales.

En ese espacio se puede también planificar los gastos de la semana buscando


promociones, rebajas y demás cuestiones que pueden aportar una diferencia muy
importante dada la dispersión de precios existente hoy en día.

Miércoles de ahorro, acción 3:

Durante una hora los días miércoles debemos reflexionar acerca del ahorro. El
argumento de que hoy en día es imposible ahorrar en la Argentina no tiene ningún
sustento lógico. Sí se puede afirmar que requiere más astucia y dedicación que en
otros momentos históricos.
Una primera diferenciación importante nace de separar ahorro e inversión, que
muchas personas piensan erróneamente como sinónimos. El ahorro debe ser
incorporado como un hábito, y la búsqueda de posibilidades de inversión
atractivas es recién un segundo paso.

Una acción fructífera a realizar en este campo es establecer "modelos de


compromiso" como los explicados en columnas anteriores.
Separar aunque sea un 10% de los ingresos de todos los meses y destinarlos al
ahorro, de manera metódica y disciplinada, puede ayudar en la transformación
hacia un nuevo presente financiero personal e individual más responsable y
consciente.

Jueves de inversión, acción 4:

Dedicar una hora al tema de las inversiones los jueves es la siguiente acción
transformadora. El razonamiento de una persona con mentalidad fija es: ¿Por qué
voy a perder mí tiempo aprendiendo a invertir si no tengo dinero para hacerlo?

Una persona con mentalidad de crecimiento sabe que incorporar enseñanzas de


inversión actuará como estímulo para generar excesos por sobre sus gastos ahora
que sabe cómo generar ingresos residuales.

Una actividad interesante tiene que ver con la lectura de los suplementos
económicos de los diarios para ir aprendiendo la dinámica y comportamiento de
los indicadores bursátiles, de tasas de interés, divisas, etcétera.

Ese mismo espacio se puede utilizar para la búsqueda de cursos relacionados con
las inversiones, charlas, desayunos y conferencias a los cuales se pueda asistir
para escuchar y aprender.

En caso de haber realizado ya colocaciones de dinero, ese día puede ser


dedicado para monitorear el desenvolvimiento de las mismas.
Viernes de balances monetarios personales, acción 5:

El viernes, con la finalización de la semana, es un buen día para realizar balances


monetarios y establecer metas financieras.

Cuando se trata de metas relacionadas con nuestra economía doméstica, es


redituable separar entre generación y gastos monetarios, según lo visto
anteriormente referido a la ventaja que otorga la cuantificación de los mismos.

Pero no solo interesa el dato cuantitativo, sino que es importante saber con el
mayor grado de exactitud posible la fuente de origen de esos ingresos. La
generación de dinero dependerá de la educación y las habilidades individuales de
cada persona, pero existen infinitas maneras de "hacer" dinero.

De nada sirve aumentar los ingresos si los gastos aumentan en igual o mayor
magnitud. Los mismos pueden calcularse por deducción entre lo que ingresó y lo
que quedó en el bolsillo o de manera individual.

Los dos grandes ítems sobre los cuales se debe trabajar son los gastos corrientes
(cotidianos y flexibles) y los gastos fijos (presupuestados e inflexibles).

Siempre hay variables sobre las cuales se puede "ajustar", y el primer paso es
saber en qué se va el dinero para luego separar entre gastos necesarios y no
tanto.

Disminuir la erogación monetaria en un contexto inflacionario es realmente


complicado, pero al menos se puede trabajar en que el aumento del gasto esté en
línea con el aumento de precios y no supere a los mismos.

Si realizamos "una auditoría" de nuestra economía doméstica todos los viernes,


entonces iremos ganando conocimiento del tema y control sobre nuestros gastos e
ingresos mensuales y anuales, y el incremento en nuestra inteligencia financiera
será algo concreto y alcanzable.

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