Quisiéramos celebrar un 8 de marzo como un año que se inicia sin asesinato a
mujeres, sin violencia de ningún tipo hacia ellas, pero también quisiéramos llegar a ese día sin que la mujer abandone a su hijo, sin que lo asesine en su vientre, mientras seguimos esperando ese inicio de año tendremos que lamentar lo ocurrido en lo que va del 2012.
Desventuradamente la educación no es prioridad en Nicaragua, es la riqueza
personal de las arcas del erario, mientras más tiempo en el poder, mejor. Lo que interesa es enriquecerse.
Sabemos que la violencia hacia la mujer no se va a eliminar aprobando leyes si
estas no van de la mano con un plan de educación. Pareciera que algunos “hombres” lo único que les interesa es deshacerse de su pareja, continúan los titulares de mujeres asesinadas, la historia; se había separado de su cónyuge, pero se dejo convencer para darle otra oportunidad, solo para morir. Ellas seguramente nunca supieron de lo ocurrido a otras mujeres porque no leyeron periódicos, no escucharon noticias, nadie les conto. No lograron estar al tanto que en Nicaragua se aprobó una Ley que les va a respaldar, que existían para ellas organizaciones preocupadas por su vida. No comprendieron que si habían decidido dejar de ser codependiente del hombre que ya no querían debían mantenerse firme en su decisión y no jugar a la reconciliación amorosa. Se sigue hablando, escribiendo y condenando la violencia hacia la mujer, pero en los hogares humildes, en los mercados, en el campo da la impresión que no han escuchado hablar del tema, y a los “hombres” les tiene sin cuidado pasar preso el resto de su vida y con ello arruinar el futuro de sus hijos, de nada sirve advertirle que ese acto que piensa cometer es repudiable y que se ha legislado pensando en detenerle, mientras tanto los celos seguirán causando dolor. La familia no ha jugado ningún rol importante ante esta situación, pues al presentarse la tragedia, relatan llorando el calvario que vivía la infortunada, pero no hicieron nada para evitarlo, al contrario en algunos casos se oponen a la decisión de la mujer, argumentándole que como va a dejar al padre de sus hijos, etc. Se trata de un problema de cultura, la dependencia económica le impide volver o iniciar al campo laboral. Todos hemos fallado al haber estado ausente la educación cristiana en ese desdichado hombre, porque se ha demostrado que no existía temor a Dios, y más temprano que tarde se arrepiente de lo que hizo.
Al hombre que ha sido denunciado, se le debe hacer saber con todo el rigor de la Ley que se aleje de su ex compañera, y que el necesita integrarse a la iglesia a su trabajo y hacia una nueva vida.
Mientras en Nicaragua la educación no sea prioridad, la mujer se verá obligada a
seguir dependiendo de un posible agresor, es deber de las organizaciones Civiles realizar campañas de orientación con mensajes específico a la mujer que ha decidido romper el silencio para que sepa que a partir de ese momento su vida corre peligro si regresa con su victimario.
*Coordinador Comisión Jurídica Red Managua Coordinadora Civil.