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La cura por la palabra escrita

Representa y plantea la necesidad del hombre por dejar su testimonio, por concretar en la
escritura las vivencias que lo harán trascender, que hablarán de él aun cuando ya no esté.

Cuando uno escribe lo vivido, arma el puzzle de sí mismo, se enfrenta con el propio dolor y con la
esperanza de superarlo. Pero, llegar al punto de escribir, implica un trabajo con uno mismo, vencer
resistencias y animarse.

Los terapeutas tenemos el desafío de incorporar este nuevo mundo para comprender mejor y
ayudar a nuestros pacientes a comprometerse más con su proceso. En una experiencia de íntima
relación con uno mismo, de soledad, en donde uno necesita escribirse, darse cuenta de su mundo
emocional.

Plantea también que la terapia no es solo esa hora, la terapia es toda la vida, es todo lo que pasa
antes, durante y después. Por otro lado, está la palabra escrita del terapeuta, que puede aparecer
a través de los mails y SMS. La logoterapia propone por parte del paciente una actitud activa
participativa, haciéndose responsable de su recuperación.

Existen distintos factores responsables del cambio en la terapia, estos son la técnica terapéutica
(15%); expectativas positivas del paciente (15%); la relación terapéutica (30%); Factores del
paciente (40%).

Escribir sobre el proceso aumenta el compromiso por parte del paciente con su proceso de
curación, lo mantiene conectado con él mismo, ya que reduce el corte entre sesión. Facilita la
expresión de sentimiento y emociones, favorece la derreflexión y el autodistanciamiento.

También propone que le paciente sea capaz de hacer sus apuntes también para que se lleve lo que
desea recordar lo que se ha hablado o conversado. Sobre el proceso de incorporar lo escrito,
propone que si el paciente se siente un poco desorientado o con vergüenza de ser juzgado, se le
pide que sea el mismo quien lo lea para que pareciera que lo está hablando. Se investiga que
emociones tuvo cuando lo escribió y lo que siente en el momento de leerlo.

Hay un factor que merece destacar y el vínculo entre el inconsciente espiritual, el silencio y el
escribir. Estar en paz y silencio ayuda a que las palabras nazcan, para que puedan ser y nacer
deben salir desde una íntima conexión con nuestro inconsciente dormido.

Hacia una biblioterapia

Por biblioterapia debemos entender la utilización terapéutica del libro, pero tomando por tal libro
no sólo y estrictamente un libro sino extendiendo la idea a toda letra escrita, sea prosa, poesía,
canciones, aforismos y reflexiones. Los terapeutas precisamente, conocemos muy bien el valor de
la palabra.

Cómo utilizarlo: la utilización del libro no puede establecerse en prescripción obligada ni


específicamente indicada, todo dependerá del obviamente del paciente, de su personalidad e
interés. La literatura moderna no precisa continuar siendo tan sólo un síntoma más de la neurosis
de e hoy en día, puede contribuir también a la terapéutica. Le puede acercar al lector un
testimonio vivencial que le estimule, promueva y aliente al individuo del descubrimiento del
sentido de su propia situación de la vida.
La relación íntima que se establece entre lector y lectura es de tal magnitud que la letra cobra un
peso y relieve mucha veces insospechado. Como elemento catalizador, como circunstancia que
permite darse cuenta, como encarnación de un valor, allí mismo le encontramos respuesta al para
qué de la técnica.

El terapeuta debe escoger un relato que se relaciona con las inquietudes remotas del paciente, el
paciente termina comprendiendo intuitivamente el contenido del mensaje que encierra el relato.
La intención es que sea asimilado a los efectos de que se incorporado en su conducta dando como
resultado comportamiento más constructivos y firmes.

Nos ofrece los beneficios de que no constituye un riesgo, se reduce el nivel de resistencia por parte
de los pacientes, identifica la idea y dirección con una imagen que permanece en el individuo,
ofrece nuevos modelos de flexibilidad y fomenta la independencia del paciente y asegura su
participación en el proceso terapéutico.

Efectivamente el libro también puede usarse como recurso diagnóstico, así como la biblioterapia se
reconoce inmersa como técnica en un conjunto o arsenal terapéutico, actuando solo en conjunción
con otros modos de abordaje, el bibliodiagnostico es recibido también como una técnica
proyectiva.

Las dudas? En la actualidad distintas cosas parecen ser terapéuticas, desde un paseo, la visita a una
oposición, tomar clases de trato, etc. Si bien pueden llegar a ser recursos o instrumentos con
finalidad terapéutica, no son circunstancias sistematizadas ni ordenadas como tal. La biblioterapia
no remplaza al terapeuta ya que la relación terapéutica está basada en el encuentro. Se puede ver
la lectura como una especie de derreflexión, en tanto nos lleva a focalizar la atención en la
situación de otro, que luego internalizamos como ya experimentada.

INSTITUTO DE CIENCIAS DE LA FAMILIA


UNIVERSIAD GALILEO
MAESTRÍA EN LOGOTERAPIA
PROCESO TERAPEUTICO I
LCDA. ELENA VIAU DE GONZALEZ
CICLO 2017

“BIBLIOTERAPIA Y TERAPIA ESCRITA”

GABRIEL ANTONIO ESCOBAR GATICA.


17010049

GUATEMALA, JUNIO DEL 2017

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