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Orientación Sexual
¿Qué es la homofobia?
Las personas que se identifican como lesbianas, gais o bisexuales pueden experimentar
hostigamiento o discriminación por parte de personas a las que les dan miedo este tipo de
identidades o que no se sienten cómodas con ellas.
Aunque la transfobia, la bifobia y la homofobia son similares, no son lo mismo. Tanto las personas
heterosexuales como las homosexuales pueden ser transfóbicas y bifóbicas, y alguien puede ser
transfóbico sin ser homofóbico ni bifóbico.
La homofobia puede tomar diferentes formas, lo que incluye actitudes y creencias negativas,
aversión o prejuicios contra las personas bisexuales, lesbianas o gais. Por lo general, se basan en
un miedo irracional y en malentendidos. La homofobia de algunas personas puede tener origen en
creencias religiosas conservadoras muy arraigadas. Algunas personas pueden tener creencias
homofóbicas si se las inculcaron sus padres o familiares.
Los homofóbicos pueden utilizar lenguaje ofensivo o insultos para referirse a las personas
lesbianas o gais. Los bifóbicos les pueden decir a las personas bisexuales que “solo buscan
atención” o que, en realidad, son infieles por naturaleza. En sus formas más extremas, la
homofobia y la bifobia pueden hacer que las personas tengan comportamientos intimidantes,
abusivos o violentos con las personas bisexuales, lesbianas y gais.
Algunas personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero o en duda sufren discriminación por su
orientación sexual o por su identidad de género. Esta discriminación puede provenir de
instituciones religiosas, empresas o del gobierno. Por ejemplo, parejas del mismo sexo a las que no
se les permite casarse; personas a las que despiden de un empleo por ser lesbianas, gais,
bisexuales, transgénero o en duda; o personas a las que no se les permite acceder a ciertos tipos
de vivienda.
Las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero o en duda y sus aliados han luchado por la
igualdad de derechos y siguen haciéndolo, en especial en lo que se refiere a la igualdad en
términos de matrimonio, de empleo, de vivienda y de cuidado de la salud, y a la protección frente
a crímenes motivados por el odio (violencia contra personas lesbianas, gais, bisexuales,
transgénero o en duda por ser quienes son).
Las personas que lidian con homofobia internalizada pueden sentir la necesidad de “demostrar”
que son heterosexuales, exhibir un comportamiento muy estereotipado de mujer u hombre
heterosexual o, incluso, discriminar y amedrentar a las personas abiertamente gais.
Además, puedes ponerla en riesgo de ser discriminada y de sufrir violencia. Si alguien comparte su
orientación contigo, recuerda que es información muy personal y que es un honor que hayan
confiado en ti tanto como para contarte. Consulta siempre cuánto de esa información puedes
compartir con otras personas y respeta sus deseos.
¿Dónde puedo buscar apoyo si me encuentro con homofobia?
Por lo general, las personas que son hostigadas por homofobia, bifobia o transfobia se sienten
solas y tienen miedo de contar lo que les sucede. No deberías recibir nunca este tipo de trato.
Personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero o en duda adultas que conozcas y en las que
confíes, como parientes o profesores
Heterosexuales que sean aliados de las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero o en duda
No todas las personas viven en un lugar que tenga una alianza de personas gais y heterosexuales
en su escuela secundaria o un centro comunitario de personas lesbianas, gais, bisexuales,
transgénero o en duda. En este caso, Internet es muy útil para encontrar comunidades y apoyo
para lidiar con la homofobia y la discriminación.
Es posible que algunas escuelas tengan una política contra el hostigamiento y la intimidación y,
además, algunos estados adoptaron la Safe Schools Law (Ley de Escuelas Seguras), lo que significa
que los administradores de tu escuela tienen la obligación legal de detener el hostigamiento. Si es
posible, pide ayuda a algún adulto o profesor de confianza que sea un aliado de las personas
lesbianas, gais, bisexuales, transgénero o en duda.
Si eres una persona joven que sufre la homofobia y eso te hace sentir deprimido o hace que
pienses en suicidarte, Trevor Project puede ayudarte.
¿Qué puedo hacer para ayudar a detener la homofobia?
Nadie tiene derecho a discriminar o a amedrentar a otra persona, ni tampoco a herirla física o
emocionalmente. Hay varias cosas que puedes hacer para ayudar a detener la homofobia, la
bifobia y la transfobia, entre ellas, las siguientes:
Nunca uses lenguaje ofensivo o negativo para describir a las personas lesbianas, gais, bisexuales,
transgénero o en duda.
Presta atención a cómo incluso el lenguaje cotidiano (como decir “eso es tan gay”) puede lastimar
a otras personas.
No creas en los estereotipos sobre las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero o en duda,
ni tampoco hagas suposiciones sobre ellos.
Habla en favor de la comunidad de lesbianas, gais, bisexuales, transgénero o en duda, sin importar
tu orientación ni tu identidad sexual. Esto es ser un aliado.
Diles a las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero o en duda que eres un amigo y un
aliado.
Respeta la decisión de las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero y en duda sobre
cuándo declarar su orientación sexual.
Únete a la alianza de gais y heterosexuales de tu escuela o inicia una. La GLSEN (Gay, Lesbian and
Straight Education Network, Red de Educación para Gais, Lesbianas y Heterosexuales) puede
ayudarte con esto.
Recuerda que ser lesbiana, gay, bisexual, transgénero o estar en duda es solo una parte de la vida
y de la identidad compleja de una persona.
Muestra tanto interés en las parejas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero o en duda de tus
amigos o familiares como mostrarías en la pareja de un heterosexual.
Si te sientes lo suficientemente seguro, habla cuando otra persona tenga conductas homofóbicas
o bifóbicas, como cuando hacen bromas insultantes, usan lenguaje negativo o amedrentan u
hostigan a alguien por su orientación o su identidad sexual.
Decide si es seguro abordar el tema. Algunas cosas que debes tener en cuenta: ¿Piensas
confrontar a un extraño en público o a un amigo o familiar en privado? ¿Prefieres hablar en este
momento o dejar el problema para más tarde, cuando estés a solas con esa persona? ¿Es más
seguro para ti dejarlo pasar y olvidarte del tema?
Haz preguntas y mantén la calma. Por lo general, las personas no saben que el lenguaje que están
utilizando es insensible. Evita insultar y explica por qué te parece que sus palabras son ofensivas.