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3.

1 Amor y sexualidad

3.1.1 Bases biológicas del enamoramiento

El amor está asociado a distintos neurotransmisores; también a sistemas de recompensa, los


cuales son centros específicos del sistema nervioso central que obedecen a estímulos
concretos y naturales que permiten al individuo desarrollar conductas que respondan a hechos
placenteros (Garza, 2010).

Son muchas las partes del cerebro que se activan cuando una persona se encuentra
enamorada, sin embargo, existen regiones que tienen una importancia especial. El valor de
recompensa de una pareja está mediado por la dopamina del núcleo accumbens y también
puede ser modulado por áreas corticales como el cíngulo anterior; esto puede ocurrir a través
de las conexiones directas del cíngulo con el núcleo accumbens (Garza, 2010).

Desde un punto de vista biológico, el amor es la necesidad fisiológica de una pareja exclusiva
para la cópula, la reproducción y la crianza, y cuya satisfacción genera placer, por lo tanto,
toda conducta relacionada con esta experiencia se basa en fuertes conceptos orgánicos, y
dentro de ello, con el ámbito de la motivación, donde juega un papel central el sistema neural
del placer (Maureira, 2011).

En los ojos comienza el fenómeno: el enamorado potencial mira a la mujer que puede
convertirse en la presencia amada; la imagen de ésta se registra inmediatamente en la retina,
estructura que envía una señal nerviosa que viaja a través de los nervios ópticos; los axones
de las neuronas transmiten, en milésimas de segundos, el estímulo eléctrico hacia el lóbulo
occipital donde hacen sinapsis con las neuronas de su córtex, constituido por los núcleos de
las neuronas. En el córtex queda registrada la imagen de la persona que ha visto el futuro
enamorado; y las neuronas que elaboran la imagen envían estímulos nerviosos que hacen
sinapsis en los centros neurales que constituyen el sistema límbico: el tálamo, el hipotálamo,
la amígdala cerebral, cuerpo calloso, el septum y el hipocampo (Hernández, 2012).

El centro del placer está constituido por el núcleo tegmental ventral, el núcleo accumbes, la
amígdala, el núcleo septal lateral, el núcleo y el tubérculo olfatorios y el neocórtex. En la
sustancia negra y en el hipotálamo se sintetiza la dopamina; esta molécula nos pone eufóricos,
alegres, entusiasmados. Las pupilas se dilatan, el corazón incrementa sus latidos de 80 a 120
pulsos por minuto, se eleva la presión arterial, la frecuencia respiratoria se torna más rápida,
aumenta la temperatura del cuerpo, se erizan los vellos de nuestra piel, se activan las
glándulas sudoríparas, se abren los poros de la epidermis y transpiramos. (Hernández, 2012).

El enamoramiento es una experiencia que produce placer, está asociado a los sistemas de
recompensas, que son los mismos activados en la adicción a las drogas (Maureira, 2009). Un
sustrato neural relacionado con el sistema de recompensa es el sistema de dopamina
mesocorticolímbico, que incluye el Área Tegmental Ventral (AVT), el núcleo accumbens (N.
Acc), la corteza prefrontal (CPF), la amígdala y el hipotálamo (Kandel, Schwartz y Jessel,
2001).

La dopamina genera una reacción en cadena que consiste en la transmisión de estímulos


eléctricos que viajan mediante las sinapsis a través de todo el cerebro anterior, el más
evolucionado. En el sistema límbico se inicia esta reacción en cadena y, sobre todo, en el
tálamo y en el hipotálamo, donde reside, al parecer, nuestra memoria afectiva. La imagen de
la persona que han visto nuestros ojos se queda en estos centros nerviosos que aseguran, por
la acción de la dopamina, la sensación de bienestar y gratificación. El carácter adictivo del
amor depende de la dopamina, pero la reacción en cadena que inicia esta molécula se
mantiene mediante la retroalimentación desencadenada por millones de sinapsis cuya función
consiste en sostener ese estado de excitación, euforia, alegría, bienestar y fruición, que
caracteriza al amor en la fase que conocemos como “el flechazo”. (Hernández, 2012).

3.1.2 Bases psicológicas del enamoramiento

Freud (1968) consideró el amor corriente o sensual, o enamoramiento como un revestimiento


de objeto por parte de los instintos sexuales, revestimiento encaminado a lograr una
satisfacción sexual directa y que desaparece con la consecución de este fin. Vemos, que este
primer tipo de enamoramiento no merece tal nombre porque se corresponde con el deseo,
aunque sea un deseo encubierto por una cierta apariencia amorosa.

A continuación, Freud pasa a considerar el enamoramiento en su más auténtico sentido y


admite la “idealización” para su comprensión:

“Dada una represión o retención algo eficaz de las tendencias sexuales, surge la
ilusión de que el objeto es amado también sensualmente a causa de sus excelencias
psíquicas, cuando, por lo contrario, es la influencia del placer sensual lo que nos ha
llevado a atribuirle tales excelencias”.

Fromm reconoce que el ser humano necesita vivir el amor con alguien para sentirse bien,
para recibir, en primera instancia, y posteriormente dar. Explica que el carácter activo del
amor implica cuatro elementos importantes: cuidado, responsabilidad, respeto y
conocimiento. (Garcia de Alba, 2006).

Robert J. Stenberg explica los elementos fundamentales del amor con la teoría triangular del
amor: intimidad, pasión y compromiso. Además de las relación entre los componentes
efectuando una clasificación entre estos, según el grado de presencia de cada uno de estos,
es decir, si hay intimidad lo llama atracción, si aparece la pasión es enamoramiento, y si solo
está el compromiso será ¨amor vacío¨. Papalia, Wendkos y Dustin (2001).

3.1.3 La respuesta sexual humana

Masters y Johnson (1966) dividen la respuesta sexual masculina y femenina en cuatro fases:
excitación, meseta, orgasmo, resolución; y el periodo refractario es exclusivo del hombre.

La fase de excitación puede durar de varios minutos a varias horas. En ella aumenta el nivel
de tensión muscular, la frecuencia cardíaca y comienza la vasocongestión con aumento de
los órganos genitales.

En la fase de meseta, que se mantiene hasta el orgasmo, estos cambios se intensifican. La


vejiga se cierra para evitar la mezcla de orina con semen y los músculos de la base del pene
presentan contracciones rítmicas que finalmente expulsan el semen.

Durante el orgasmo, hay contracciones musculares involuntarias, como las esfinterianas o


espasmos del músculo carpopedal del pie, aumentan la presión arterial y las frecuencias
cardíaca y respiratoria, y se produce una repentina liberación de la tensión nerviosa.

En los hombres, el orgasmo general mente se alcanza con la eyaculación del semen.
Inicialmente fluidos seminales se acumulan en el bulbo uretral de la glándula prostática. A
medida que se acumulan, siente que va a eyacular y esa sensación se experimenta como
inevitable e incontrolable. En las mujeres se producen contracciones rítmicas del útero. La
tensión de sus músculos aumenta la presión en el pene y contribuye al orgasmo. En ambos
sexos, suele ser una experiencia intensamente placentera.

Durante la resolución, el cuerpo vuelve a los niveles normales de frecuencia cardíaca, presión
arterial, respiración y contracción muscular, y se experimenta una sensación general de
bienestar.

Los hombres tienen un período refractario en el que no pueden tener orgasmos, aunque sí
pueden mantener una erección parcial o completa. Este período tiene una duración variable,
desde pocos minutos a varios días.

3.2 Relación de pareja

3.2.1 Ciclo de vida de la pareja

La familia tiene una historia manual que le hace caminar por sucesivas etapas, durante las
cuales las personas experimentan cambian y adoptan comportamientos. Estas etapas
conforman el denominado ciclo vital familiar (CVF), que se ha concebido como la secuencia
de estadios que atraviesa la familia desde su establecimiento hasta su disolución. Este ciclo
está constituido por etapas de complejidad creciente. (De la Revilla y Fleitas, 2003).

Las etapas del ciclo de vida familiar se presentan a continuación (De la Revilla y Fleitas,
2003; Vargas, s.f):

Fase de formación: Esta se da desde el nacimiento, hasta el nacimiento del primer hijo. Se
caracteriza por una permanencia del vinculo, en que se suman vida afectiva, relaciones
sexuales, intercambio económico, deseo de compartir el futuro junto a un proyecto vital que
les da sentido y que determina el establecimiento de dependencias cualitativamente
diferentes de las que pueden darse en cualquier otro vínculo.

Fase de extensión: Se da desde el nacimiento del primer hijo hasta el nacimiento del último
hijo. El nacimiento del primer hijo supone un cambio sustancial en la vida de la pareja, deberá
adaptarse a los nuevos requerimientos que supone la ampliación de la familia. La madre
ocupará gran parte de su tiempo en atender al niño y tendrá que posponer proyectos
personales y variar sus relaciones con los amigos e incluso con su pareja. El padre deberá
también cambiar sus hábitos colaborando con el cuidado del niño. Cuando el hijo llega a la
adolescencia surgen en la familia problemas derivados del desarrollo emocional del
adolescente.

Fase de contracción: Se inicia esta etapa con la salida del primer hijo del hogar paterno.
Los problemas con los que se encuentra la familia en eta etapa pueden encontrarse en tres
grados: el interpersonal de la pareja, el de las nuevas relaciones con los hijos y el de la
generación más anciana. Las modificaciones en la estructura familiar que se producen en esta
etapa conducen a los siguientes cambios en el sistema relacional: una nueva relación adulto-
adulto entre padres e hijos; ampliación de los límites de la familia con la llegada de yernos,
nueras y nietos, cambios en la relación de la pareja, se produce un reencuentro de ambos y
se hace balance de más de media vida.

Fase de contracción completa: Inicia con el abandono del último hijo del hogar, también
conocida como etapa del nido vacio. Esta etapa se inicia con la partida del último hijo del
hogar. En esta etapa observamos, paradójicamente, el contraste entre el entusiasmo e ilusión
que caracterizaban la fase del matrimonio con la incertidumbre y la nostalgia que con gran
frecuencia se ve marcada en esta fase del desarrollo familiar. Los problemas de salud en esta
etapa son numerosos, aunque muchas dolencias son producto del proceso de envejecimiento
normal. En esta etapa del ciclo vital suele haber un revés en cuanto a quién proporciona los
cuidados físicos, emocionales e incluso económicos de los padres. Las características de estos
nuevos vínculos dependerán de cómo se establecieron las relaciones a lo largo de la historia
familiar. La pareja se enfrenta a múltiples pérdidas: salud, juventud, trabajo, personas. Por
otro lado son los abuelos los encargados de transmitir la historia, ritos y costumbres a las
nuevas generaciones, ayudando así a establecer su identidad individual y familiar.

Fase de disolución: En esta etapa se da la muerte del primer cónyuge y muerte del cónyuge
sobreviviente. El ciclo vital familiar concluye. En la muerte del cónyuge, el sobreviviente se
enfrenta a la soledad. Pueden acentuarse enfermedades preexistentes o desencadena la
aparición de nuevas. La persona adopta una actitud pasiva y expectante.

3.2.2 Parámetros funcionales de la relación de pareja

Rapoport (1990) ha distinguido tres tareas intra e interpersonales en la etapa de formación de


la pareja; entre las se encuentra la capacidad de asumir el rol de marido o mujer, separándose
de otros compromisos internos o externos que pudieran interferir con la intimidad y cercanía
necesarias para la vida de pareja. En este proceso, una tarea fundamental es establecer un
compromiso permanente, lo que implica el logro de la intimidad. Se requiere reciprocidad,
contribución al equilibrio personal, desempeño conyugal en tanto roles dados por el contexto
social al hombre y la mujer en pareja y madurez (emocional, económica e interpersonal).

Las responsabilidades de crianza exigen una nueva forma de compromiso; dado que las tareas
son desconocidas y numerosas es probable que se presenten conflictos en la pareja, no sólo
por tener que compartir el amor, sino por las restricciones eróticas y la falta de privacidad en
la actividad sexual, así como el desgaste físico y emocional por el exceso de tareas, es decir,
a las ya asumidas como adulto se suman las nuevas como padre o madre (Moratto, Zapata y
Messager, 2015).

Rhodes (1977) afirma que el mayor desafío para los padres es apoyar y fortalecer el proceso
de individuación de sus hijos que se va desarrollando a través de la participación fuera de la
familia y que el peligro en esta etapa es que la organización familiar niegue o limite las
oportunidades para este desarrollo.

La familia de edad media corresponde a un momento en el que la pareja vuelve a estar sola;
lo que requiere de un redescubrimiento conyugal, acercamiento y renegociación en medio de
una relación despojada del rol de padres; y, de otra parte, demanda el establecimiento de una
nueva relación entre padres e hijos que les permita asumir las modificaciones producidas por
sus respectivos cambios de estatus (Moratto, Zapara y Messager, 2015).

3.2.3 Amor y pareja

El concepto de amor que pueden tener las personas se basara en la teoría de Sternberg (1998),
la cual habla de los tres componentes del amor que son: Intimidad, Pasión y Compromiso,
estos al combinarse entre sí irán a formar los diferentes tipos de amor para construir las
diversas geometrías triangulares.

La intimidad es el componente emocional del amor. Incluye nuestros sentimientos de


cercanía o de apego a la otra persona. La pasión es el componente motivacional del amor.
Incluye atracción física y el impulso hacia la expresión sexual. El tercer componente es el
cognitivo, la decisión o compromiso. En realidad, este componente tiene dos aspectos. El
aspecto a corto plazo es la decisión de que uno ama a la otra persona. El aspecto a largo plazo
es el compromiso de conservar la relación (Shibley y DeLamater, 2006).

Según los tipos de amor de Sternberg (1998), se cree que por lo general la mayoría de las
mujeres al inicio de sus relaciones afectivas, tienden a involucrarse en los tipos de amor que
apunten hacía el desarrollo de la intimidad, con el propósito de lograr un compromiso, más
no así en los cargados de pasión. Como ser: el amor vació, amor y compañerismo, amor
consumado, amor vano, amor romántico. Estos amores tienen varias características:
promover el bienestar de la pareja, sentimiento de felicidad, respeto, capacidad de contar con
la pareja en momentos de necesidad, entendimiento mutuo, comunicación íntima, valoración,
entrega de apoyo emocional y por último la decisión de amar a la pareja y mantener ese amor.

Hipótesis acerca de la influencia del concepto de amor en la relación de pareja (Barrios


y Pinto, 2008):

Hipótesis de amor consumado vs amor romántico: La mujer en su relación conyugal tiene


el concepto de amor correspondiente al amor consumado, siendo la geometría de un triángulo
perfecto compuesto por los tres componentes del amor. Y el varón tiene un concepto de amor
romántico, siendo la geometría del triángulo más grande en la intimidad-pasión y no así en
el compromiso

Hipótesis de amor y compañerismo vs amor vano: La mujer en su relación tiene el


concepto de amor y compañerismo, formando un triángulo de mayor tamaño en la intimidad-
compromiso y no así en la pasión. Y el varón tiene un concepto de amor correspondiente al
amor vano, siendo la geometría del triángulo muy grande en la pasión-compromiso y mínima
o inexistente en la intimidad.

Hipótesis de amor romántico vs amor insensato: Si en una relación conyugal la mujer


tiene el concepto de amor romántico, la geometría del triángulo es de mayor tamaño en la
intimidad-pasión y no en el compromiso. Y el varón tiene un concepto de amor insensato,
siendo el triángulo muy grande en la pasión y muy pequeña o nula en la intimidad y
compromiso.
3.2.4 Amor y erotismo

El erotismo es la capacidad humana de experimentar las respuestas subjetivas que evocan los
fenómenos físicos percibidos como deseo sexual, excitación sexual y orgasmo, y que por lo
que general se identifican con placer sexual (Velázquez, s.f).

La búsqueda de la satisfacción sexual es un deseo básico, y la masturbación es nuestra


primera actividad sexual natural. Es la manera en que descubrimos nuestro erotismo, la forma
en que aprendemos a responder en sentido sexual, el modo en que aprendemos a amarnos a
nosotros mismos y a fortalecer nuestra autoestima. La habilidad sexual y la capacidad de
responder no son “naturales” dentro de nuestra sociedad. “Hacer lo que nos viene por
naturaleza” significa estar sexualmente inhibidos. El sexo, como cualquier otra destreza,
tiene que aprenderse y practicarse (Dodson, 1987).

Dentro de la teoría triangular del amor de Robert Stenberg se encuentra el componente de


pasión. La pasión es el componente motivacional del amor. Incluye atracción física y el
impulso hacia la expresión sexual. La excitación fisiológica es una parte importante de la
pasión. La pasión es el componente que diferencia al amor romántico de otros tipos de amor,
tal como el amor entre mejores amigos o el amor entre padres e hijos. En general, la pasión
es el componente del amor que es más fácil de estimular, pero en el curso de una relación a
largo plazo, también es el componente que se desvanece con mayor velocidad. (Shibley y
DeLamater, 2006).

3.2.5 Anticoncepción

Existen dos clasificaciones principales de anticonceptivos, los hormonales y los no


hormonales, los métodos anticonceptivos respectivos de cada uno se encuentran a
continuación (Secretaria de Salud, 2002; Dirección General de Salúd Pública, s.f):

Anticonceptivos hormonales: Previenen el embarazo mediante dos mecanismos


principales. La inhibición total o parcial de la ovulación es uno de los mecanismos de acción.
Las hormonas que contienen estos anticonceptivos actúan en el cerebro. Hacen que el
hipotálamo y la glándula pituitaria reduzcan la producción de las hormonas necesarias para
el desarrollo folicular y la ovulación.
Dentro de esta se encuentran los anticonceptivos orales, anillo vaginal, implantes y parche
transtermino

Existen dos tipos de anticonceptivos orales (AO): las que contienen estrógeno y progestina,
llamadas comúnmente anticonceptivos orales combinados (AOC) y las que contienen sólo
progestina. Las píldoras combinadas son los anticonceptivos orales que más se usan.

Los anticonceptivos inyectables contienen hormonas femeninas que se inyectan


profundamente en el músculo y se liberan gradualmente en el torrente sanguíneo; de este
modo, proporcionan anticoncepción por largo tiempo. El primer tipo son los inyectables sólo
de progestina, que contienen una forma sintética de la hormona femenina progesterona. El
segundo tipo se conoce como inyectables combinados (o AIC), que contienen progestina y
estrógeno.

El anillo vaginal es un anillo de plástico flexible que se introduce en la vagina, manteniéndose


tres semanas. Durante este periodo de tiempo, al contacto con la mucosa vaginal libera una
dosis muy baja de hormonas similares a las utilizadas en las píldoras anticonceptivas
combinadas, que inhiben la ovulación y espesan el moco cervical.

Los implantes son pequeñas varillas de plástico flexible que se insertan bajo la piel, por lo
general en la parte superior del brazo, con anestesia local y liberan constantemente
progestágeno que actúa espesando el moco cervical y dificultando el avance de los
espermatozoides.

El parche transdérmico es una fina lámina que contiene un adhesivo que permite su
permanencia sobre la piel durante una semana. Se coloca preferiblemente en nalgas,
abdomen, parte superior del brazo y parte superior de la espalda. Es un método combinado
que libera a la sangre estrógenos y progestágenos a través de la piel. Se coloca uno nuevo
cada siete días durante tres semanas consecutivas.

Métodos no hormonales: Dentro de estos métodos se encuentran los de barrera, el método


doble, Dispositivos Intrauterinos (DIU) de cobre, esterilización y el método de amenorrea de
la lactancia.

Dentro de los métodos de barrera se encuentran los condones masculinos, condones


femeninos, diafragmas, capuchones cervicouterinos y espermicidas Estos métodos actúan
mediante el bloqueo físico o químico de los espermatozoides y contribuyen a evitar algunas
ITS.

El uso del método doble se utiliza cuando se desea prevenir el embarazo y se siente
preocupación respecto a las ITS, un ejemplo sería el condón y las píldoras.

El DIU tiene una espiral de cobre en el tallo vertical de la “T” y una placa del mismo material
en cada uno de los brazos horizontales. El mecanismo de acción es provocar una reacción
inflamatoria endometrial que impide el paso de los espermatozoides

La esterilización masculina y femenina ofrece protección permanente contra el embarazo no


deseado con un solo procedimiento que se puede realizar en cualquier centro de atención de
salud con capacidad quirúrgica básica. La esterilización femenina Consiste en cerrar y cortar
o atar las trompas de Falopio para impedir que los óvulos se unan con los espermatozoides y
sean fertilizados. La esterilización masculina voluntaria o vasectomía, es un procedimiento
quirúrgico menor en el que los conductos deferentes, que son los tubos por donde pasan los
espermatozoides desde los testículos hasta la uretra, se atan y se cortan para impedir que los
espermatozoides se mezclen con el semen.

El método de amenorrea de la lactancia o MELA, Para que sea eficaz, la mujer debe usarlo
durante los primeros seis meses de postparto, estar amenorréica y estar amamantando
plenamente o casi plenamente.

Otro método es la abstinencia periódica, este se basa en saber cuándo ocurre el período de
fertilidad. La mujer se vale de diferentes signos para saber cuándo está fértil y durante ese
tiempo, no tiene relaciones sexuales. La abstinencia periódica usa las técnicas siguientes para
que las mujeres identifiquen la fase fértil del ciclo menstrual:

a) El método del calendario o del ritmo


b) El método de la temperatura corporal basal
c) El método del moco cervical
d) El método sintotérmico

Por último, se encuentra el coito interrumpido, requiere que el pene se extraiga de la vagina
antes de la eyaculación para impedir que haya contacto entre los espermatozoides y el óvulo.
3.2.6 Implicaciones psicológicas de la reproducción asistida

De acuerdo con Escalante (2003), los aspectos psicológicos relacionados con los tratamientos
de reproducción asistida refieren necesariamente a dos temas muy importantes: 1) La forma
en que se afecta la relación de pareja cuando se diagnostica la infertilidad o la esterilidad, y
las emociones que surgen en el proceso de confrontación del problema. 2) El esquema de
tratamiento o acompañamiento "psicológico que debe darse de manera paralela al tratamiento
médico.

El descubrimiento de la infertilidad supone una crisis importante en la vida de las personas


implicadas. La constatación del fracaso en tener un hijo no sólo ha de provocar una
frustración por el no cumplimiento del deseo y las expectativas de paternidad, sino que
también supone una alteración, al menos temporal, del plan de vida que se tenía trazado, y
de alguna manera supone un desafío a ese proyecto de vida (Uribelarrea y Maria, 2008).

Cuando se toma la “potencia para procrear” como referente de la virilidad-masculinidad o la


feminidad, la incapacidad para tener hijos “por uno mismo” pondrá en cuestión la identidad
personal, pudiendo sembrar dudas sobre “el grado de hombre o mujer” que uno es (Carmeli
y Birenbaum-Carmeli, 1994; Deveraux y Hammerman, 1998; Williams, 1997).

3.2.7 Relaciones prematrimoniales

Las relaciones sexuales premaritales en esencia se refieren al inicio de la vida sexual activa
como pareja participante en el coito antes del matrimonio. Sin duda, una de las decisiones
más importantes de la vida es la de iniciar la vida sexual activa, sobre todo si esto implica la
experiencia coital antes del matrimonio. (Ibañez y Odriozola-Urbina, 1997).

Las sociedades difieren considerablemente en cuanto a sus reglas relacionadas con el sexo
premarital. Según un estudio, 90 por ciento de las sociedades de las islas del Pacífico
permiten el sexo premarital, al igual que el 88 por ciento de las sociedades africanas y 82 por
ciento de las sociedades eurasiáticas; sin embargo, 73 por ciento de las sociedades alrededor
del Mediterráneo prohíben el sexo prematrimonial (Frayser, 1985).

Los hombres tienden a ser mayores que sus esposas en el primer matrimonio, y por lo tanto
experimentan el sexo prematrimonial por un periodo más largo de tiempo, también cabe
destacar el doble estándar que permite a los hombres más libertad sexual prematrimonial.
(Whelehan y Bolin, 1999).

Se ha encontrado que la aprobación social del sexo prematrimonial está relacionado al tipo
de organización social, densidad de población y patrones de recursos, todos los cuales están
relacionados con el estatus de la mujer. (Whelehan y Bolin, 1999).

3.2.8 Relaciones extra-matrimoniales

Las relaciones extramaritales constituyen un mecanismo comportamental que altera un


complejo sistema de distancias en la pareja de los cónyuges, de los hijos, y de sus respectivas
familias de origen. (Kreuz, s.f).

La infidelidad puede representar la violación al supuesto fundamental de exclusividad en


aspectos de intimidad emocional y/o sexual. La mayoría de las personas que tienen relaciones
de compromiso, ya sea una relación de matrimonio, convivencia o noviazgo, tienen la
expectativa de que sus necesidades emocionales y sexuales serán satisfechas con
exclusividad por su pareja. (Boekhout, Hendrick, & Hendrick, 1999, 2003; Weiderman,
1997).

Se entiende que la infidelidad sexual ocurre cuando un individuo tiene una involucración
sexual fuera de su relación primaria, con o sin el consentimiento de su pareja (Shackelford,
LeBlanc, & Drass, 2000; DeSteno & Salovey, 1996). La infidelidad emocional ocurre cuando
una persona con pareja emplea su tiempo, atención, romanticismo y expresiones de afecto
con una persona que no es su pareja primaria

Existen diferentes tipos y grados de la infidelidad:

1) Infidelidad accidental: Con este término hacen referencia a aquella infidelidad que no es
esperada ni buscada. 2) Infidelidad pura: Se da en aquellas personas que engañan
frecuentemente a su pareja. 3) Aventura romántica: Se refiere a las infidelidades ocasionales
que se llevan a cabo simplemente como un escape de la realidad y la monotonía. 4) Arreglos
especiales: Son aquellos acuerdos en donde se permite por ejemplo abrir la pareja o se dan
separaciones temporales y en esos momentos existe una infidelidad (Martín, s.f).
La infidelidad puede proporcionar a la persona que es infiel, momentos placenteros, entre los
cuales se encuentran: 1) satisfacción emocional, personal y sexual, 2) sensaciones frescas,
vibrantes y de placer; difíciles de sostener en una relación de larga duración y 3) experiencias
de variedad sexual y de excitación (Lawson, 1988).

Las mujeres tienden a ser infieles por que se sienten solas e incomprendidas en la relación;
mientras que los hombres lo hacen por sentirse aburridos, incomodos y confundidos en la
relación de pareja (Valdez, González, Maya, Aguilar, González, y Torres, 2013).

3.2.9 Infecciones de transmisión sexual

Las ITS se propagan predominantemente por contacto sexual, incluidos el sexo vaginal,
anal y oral. También se pueden propagar por medios no sexuales, por ejemplo, las
transfusiones de sangre o productos sanguíneos. Muchas ITS –en particular, la
clamidiasis, la gonorrea, la hepatitis B primaria, el VIH y la sífilis–, pueden transmitirse
también de madre a hijo durante el embarazo o el parto.
Una persona puede tener una ITS sin manifestar síntomas de enfermedad. Los síntomas
comunes de las ITS incluyen flujo vaginal, secreción uretral o ardor en los hombres,
úlceras genitales y dolor abdominal (OMS, 2016).
A continuación, se presentan las principales ITS (Shibley y DeLamater, 2006):
Clamidia: Es una bacteria que se disemina a través del contacto sexual y que infecta los
órganos genitales tanto de varones como de mujeres. Los síntomas principales en los
varones son un flujo delgado, por lo general incoloro, y leves molestias al orinar que
aparecen de 7 a 14 días después de la infección. Con frecuencia las mujeres son
asintomáticas.
Virus del Papiloma Humano (VPH): Ocasiona verrugas genitales. Estas son racimos de
verrugas semejantes a una coliflor que aparecen en los genitales, por lo general alrededor
de la abertura uretral del pene, en el cuerpo del pene o en el escroto, en el caso de los
varones, y sobre la vulva, las paredes de la vagina o el cuello del útero en las mujeres.
Herpes Genital: Ocasionado por el virus del herpes simple, los síntomas son pequeñas
protuberancias o ampollas dolorosas en los genitales. En las mujeres, por lo general se
encuentran en los labios vaginales; en los hombres, por lo común se presentan en el pene.
Pueden encontrarse alrededor del ano si la persona ha tenido coito anal. Las ampollas se
revientan y pueden ser muy dolorosas. Pueden presentarse fiebre, micción dolorosa y
dolores de cabeza.
VIH y SIDA: El Sindrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) destruye la inmunidad
natural del cuerpo hacia la infección, de modo que la persona se vuelve susceptible a una
enfermedad como la neumonía o el cáncer y puede morir a causa de ella. El virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH) es el virus que causa el SIDA.
Gonorrea: La mayoría de los casos de gonorrea son el resultado del coito pene-vagina.
Los síntomas son un flujo purulento y dolor y ardor al orinar en el varón pero que con
frecuencia es asintomática en la mujer. Si la enfermedad no se trata, la uretritis asciende
por la uretra, ocasionando inflamación de la próstata, vesículas seminales, vejiga y
epidídimo. La infección de gonorrea en la mujer invade el cuello de la matriz. Existe un
flujo de pus, pero es posible que la cantidad sea tan pequeña que no se note. Cuando se
encuentra presente es color amarillo verdoso e irrita a la vulva, pero no es espeso.
Sifilis: El principal síntoma inicial de la sífilis es el chancro. Es una lesión circular similar
a una úlcera con bordes elevados y duros, que se asemeja a un cráter. Uno de los elementos
distintivos del chancro es que, a pesar de que es horrible a la vista, es indoloro. La etapa
primaria de la sífili se refiere a las primeras semanas de la infección por sífilis durante las
cuales se presenta el chancro. De uno a seis meses después de la aparición original del
chancro, se desarrolla una erupción cutánea generalizada, lo que marca el inicio de la
etapa secundaria de la sífilis. La erupción varía en cuanto a su aspecto, y su característica
más distintiva es que no ocasiona ni prurito ni dolor.
Hepatitis viral: Le hepatitis viral es una enfermedad del hígado. Uno de los síntomas es
el agrandamiento del hígado, que se torna ligeramente sensible. El virus de la hepatitis B
(HBV) se puede transmitir por medio de sangre, saliva, semen, secreciones vaginales y
otros fluidos corporales.
Tricomoniasis: En el caso de las mujeres, el síntoma es un abundante flujo blanco o amarillo
espumoso que irrita la vulva y que tiene un olor desagradable. En los varones, es posible que
se presenten una irritación de la uretra y flujo del pene, pero algunos varones son
asintomáticos.

Piojos púbicos: Son pequeños piojos que se adhieren a la base de los vellos púbicos y
provocan comezón; también llamados ladillas o ftiriasis.
4.1 Principales teorías de la identidad sexo genérica

4.2 Heterosexualidad

Un heterosexual es una persona cuya orientación sexual se dirige a miembros del otro género
(Shilbey y DeLamater, 2006).

Respecto a la heterosexualidad, existen varias reflexiones que la intersectan con el placer


asumiendo que ambos aspectos son socialmente mediados. Butler (2005) por ejemplo,
considera al género central en la construcción de la heteronormatividad (la heterosexualidad
como obligación y la homosexualidad como desviada) (Beasley, 2005).

Igualmente, la teoría queer ha contribuido a la problematización de la heterosexualidad,


señalando que ésta es sostenida por una jerarquía de género (Valocchi, 2005; Plummer,
2008), donde la institución obligatoria de la heterosexualidad oprime a diversas minorías
políticas (niños, mujeres, minorías homosexuales etc.).

La heteronormatividad es concebida por Granados (2002) como la ideología sexual que


aprueba y prescribe la heterosexualidad como una asignación “natural”, y procede de la
diferencia biológica asociada a la reproducción de la especie.

4.3 Homosexualidad

Un homosexual es una persona cuya orientación sexual se dirige a miembros del mismo sexo
(Shibley y DeLamater, 2006).

No hay un consenso entre los científicos sobre las razones exactas por las que las personas
desarrollan una orientación heterosexual, bisexual, gay o lesbiana. Aunque se ha investigado
mucho con respecto a las posibles influencias genéticas, hormonales, de desarrollo, sociales
y culturales sobre la orientación sexual, no han surgido descubrimientos que permitan a los
científicos concluir que un factor o una combinación particular de factores determina la
orientación sexual. Muchas personas creen que tanto la naturaleza como la crianza cumplen
roles complejos; la mayoría de las personas sienten muy poca o ninguna sensación de opción
con respecto a su orientación sexual. (APA, 2012).

Aunque no hay una razón exacta, hay diversas teorías de por qué las personas se vuelven
homosexuales, entre las cuales se encuentran (Shibley y DeLamater, 2006):
Teorías biológicas Diversos científicos han propuesto que la homosexualidad es causada por
factores biológicos. Los candidatos más probables para estas causas biológicas son los
factores genéticos, los factores prenatales, las diferencias en la estructura cerebral y un
desequilibrio endocrino.

Teoría psicoanalitica: De acuerdo con Freud, el homosexual se encuentra fijado en una


etapa inmadura del desarrollo. La homosexualidad también se deriva del complejo de Edipo
negativo, el cual es el término de Freud para lo contrario del complejo de Edipo; en el
complejo de Edipo negativo, el niño ama y desea sexualmente al progenitor del mismo género
y se identifica con el padre del otro género. Según Bieber, este patrón familiar tiene un doble
efecto: a futuro, el varón teme a las relaciones heterosexuales tanto a causa de la posesividad
celosa de la madre, como debido a que su seducción le ha producido ansiedad. Así, Bieber
sugería que la homosexualidad resulta, en parte, de los temores a la heterosexualidad.

Teoría del aprendizaje: Los conductistas enfatizan la importancia del aprendizaje en el


desarrollo de la orientación sexual. las personas nacen sexuales, no heterosexuales u
homosexuales. Sólo a través del aprendizaje es que una de estas conductas se vuelve más
probable que la otra.

Teoría interaccionista: El psicólogo Daryl Bem propuso una teoría acerca del desarrollo de
la orientación sexual que engloba la interacción de factores biológicos y experiencias con el
ambiente.

Teoría sociológica: Los sociólogos enfatizan los efectos de la etiquetación en la explicación


de la homosexualidad, puede funcionar como profecía auto cumplida.

4.4 Bisexualidad

Una persona bisexual es aquella cuya orientación sexual se dirige tanto hacia mujeres como
hacia varones, es decir, hacia los miembros de su propio género, así como hacia miembros
del género opuesto (Shilbey y DeLamater, 2006).

Cerca del 1 por ciento de varones y 0.5 por ciento de mujeres afirman tener una identidad
bisexual (Laumann et al., 1994).
En general, los varones y mujeres bisexuales comienzan a concebirse como tales al inicio o
mediado de su segunda década de vida (Fox, 1995; Weinberg, 1994).

De manera típica, las mujeres bisexuales experimentan sus primeras atracciones y


experiencias sexuales heterosexuales antes de tener las primeras experiencias homosexuales.
En contraste, los varones bisexuales están en mayores probabilidades de tener experiencias
homosexuales en primer lugar, seguidas de experiencias heterosexuales. (Shilbey Y
DeLamater, 2006).

4.5 Transexualidad

La clave de la transexualidad se encuentra en el cerebro, al no corresponder el sexo físico


con la identidad de género (Movilh, 2010).

La mujer transexual se refiere a quienes naciendo con un físico y/o genitales del sexo
masculino, desde la niñez sienten que su sexo es femenino. El proceso y la transición médica,
psicológica y social vivido por estas personas para adecuar el cuerpo a su identidad de género,
permite denominar a las transexuales femeninas como HaM (hombre a mujer). Los hombres
transexuales son quienes naciendo con un físico y/o genitales del sexo femenino, desde la
niñez sienten que su sexo es masculino. El proceso médico, psicológico y social
experimentado para adecuar el cuerpo a su identidad de género, posibilita llamar a los
transexuales masculinos como MaH (mujer a hombre) (Movilh, 2010).

Se calcula que por cada 11 mil 900 mujeres existen una mujer transexual, mientras que por
cada 30 mil 400 hombres uno es transexual masculino. La mayoría de las personas
transexuales son heterosexuales (Movilh, 2010).
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