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TERCERAS JORNADAS DE APERTURA SOCIEDAD PSICOANALÍTICA

23 Y 24 DE NOVIEMBRE 2012.

El problema de la medición y el deseo del Analista .


Federico Fresneda.
.

Resumen: La física moderna constituye una referencia constante a lo largo de la obra


de Lacan. El objetivo de este trabajo es demostrar que, lejos de ser una referencia
erudita y ociosa, la profunda ruptura que la física moderna plantea respecto del sentido
común posibilita una vía de escape a dilemas filosóficos de larga data, permitiendo así
destacar el valor subversivo de las novedades conceptuales que Lacan aporta al
psicoanálisis.

Introducción.

No es ningún secreto que Jacques Lacan articuló referencias de muchos


campos del saber científico de su época al psicoanálisis. Una de ellas no es tan
conocida por sus seguidores, aunque se puede rastrear su presencia desde
antes del ´53 hasta el ´76. Esta referencia es la física, tanto en su vertiente
clásica como moderna.
Necesario es aclarar que no hay desarrollos sistemáticos de articulación
conceptual entre física y psicoanálisis en Lacan (con excepción del modelo
óptico del estadio del espejo), pero las menciones que éste hace de la primera
en diversos lugares siempre la enmarcan destacadamente en el contexto de
discusión y el problema abordado.
Antes de fundamentar esta afirmación y avanzar en las hipótesis más
específicas, se requiere de un paso previo para asentar la posición que se
asumirá en este trabajo.
En consonancia con una de las epistemologías que estuvo en auge durante el
siglo XIX y parte del XX, S. Freud sostuvo una perspectiva inductivista férrea,
que concibe la elaboración del conocimiento siguiendo la línea 1)Experiencia
2)Teoría. La observación a-teórica es previa y de la cuidadosa recopilación de
los hechos se obtienen regularidades que decantan, vía la reflexión teórica
posterior, en leyes generales. En la conferencia 35 Freud dice que la ciencia,

1
…asevera que no existe otra fuente para conocer el universo que la
elaboración intelectual de observaciones cuidadosamente comprobadas,
vale decir, lo que se llama investigación (…)1.

En contraposición con esa concepción, e ilustrando cómo se trabaja en ciencia


actualmente, el físico teórico Stephen Hawking afirma:

La teoría siempre viene primero, alentada por el deseo de contar con un


modelo matemático ingenioso y consecuente.
Este ejemplo (la física relativista) ilustra bien la dificultad de ser realista en
la filosofía de la ciencia, porque lo que consideramos como realidad se
halla condicionado por la teoría que suscribimos.2

Las contrastaciones empíricas en contexto experimental dependen siempre de


las proposiciones teóricas que guíen y determinen el planteo del experimento, y
lejos de ser confirmaciones definitivas de las teorías, abonan el terreno para la
elaboración de nuevas proposiciones. J. Lacan sostiene una postura similar
cuando, en la clase 5 del seminario 9 aclara lo siguiente:

(…) y para quitar toda ambigüedad a este término, se trata de la


experiencia freudiana, diría de un campo de experimento. Quiero decir que
no se trata de Erlebnis, se trata de un campo constituido de cierta manera
hasta un cierto grado por un artificio, el que inaugura la técnica
psicoanalítica como tal, la faz complementaria del descubrimiento
freudiano, complementaria como es el derecho del revés, realmente
unidos.3

Siguiendo estas consideraciones: si se acepta que siempre, por más neutra


que se presuma una observación, están operando teorías que la definen; hay
que agregar que dicha operación puede ser implícita para el observador. En
este sentido, se puede generar la situación no poco frecuente de que lo
considerado como la realidad a partir de lo observado, no sea otra cosa que la
consecuencia de teorías que han pasado a formar parte del saber arraigado en
el sentido común, y que no necesariamente se corresponden con lo establecido
por la comunidad científica como teorías aceptadas.
Un ejemplo particular de esto se aborda en el siguiente apartado.
Freud con Newton.

1
Freud, S. “Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis” “Conferencia 35: En torno de una
cosmovisión”. O. C. Buenos Aires: Amorrortu, Vol. XXIII.
2
Hawking. S. (1994): “Agujeros negros y pequeños universos”. Cap. 6. Ed. Crítica.
3
Lacan, J. “El seminario, libro IX (1961-1962) La Identificación”. Clase 5: 13 de Diciembre de 1961.
Versión Inédita.

2
Si conocemos con exactitud y simultáneamente la posición y el momento de un
cuerpo que se desplaza a velocidad constante, es posible predecir con certeza
la posición de dicho cuerpo en cualquier instante futuro, así como también
acceder al trayecto recorrido en su pasado. Esta idea de trayectoria es el
correlato físico de la noción de historia. El determinismo clásico dice que, si del
universo físico algo no se puede predecir y/o conocer, esto se debe a la
ignorancia del observador. En tanto un hipotético “ojo que todo lo ve” tendría
una certidumbre absoluta de tal universo.
El determinismo, junto a la concepción de la realidad física caracterizada por el
“partes extra partes” y la de que las interacciones entre los cuerpos se dan sólo
a través de fuerzas físicas tangibles, conforman los puntos cruciales del legado
de la mecánica newtoniana en su “visión del mundo”. Mecánica definida como
el estudio del movimiento de partículas y sólidos en un espacio euclídeo
tridimensional, cuya influencia trascendió ampliamente los límites de su campo,
instaurándose como un saber consolidado en la cultura con status de evidente
verdad.
Y bien, aún cuando la misma funciona con un grado de precisión muy alto en
sistemas inerciales de escala macroscópica y velocidades mucho menores que
la luz, a partir de la F. Moderna se sabe que la visión del mundo que provee es
errónea. Ninguno de los puntos antedichos queda en pie a partir de la F.
Cuántica. Pero antes de pasar a esta última y las propuestas de Lacan en torno
a la misma, veamos como el pensamiento de Freud estuvo caracterizado por
los postulados newtonianos.
En su célebre “Proyecto de psicología para neurólogos”, comienza diciendo:

La finalidad de este proyecto es estructurar una psicología que sea una


ciencia natural; es decir, representar los procesos psíquicos como estados
cuantitativamente determinados de partículas materiales especificables,
dando así a esos procesos un carácter concreto e inequívoco.4

Al final de su vida, en “Esquema de psicoanálisis” se aprecia en Freud idéntica


posición:
Nuestro supuesto de un aparato psíquico extendido en el espacio (…) nos
ha habilitado para erigir la psicología sobre parecidas bases que cualquier
otra ciencia natural, por ejemplo la física. Aquí como allí, la tarea consiste
4
Freud, S. “Proyecto de una Psicología para Neurólogos”. O.C. Buenos Aires. Amorrortu. Tomo I.

3
en descubrir, tras las propiedades del objeto investigado que le son dadas
directamente a nuestra percepción, otras que son independientes de la
receptividad particular de nuestros órganos sensoriales y están más
próximas al estado de cosas conjeturado (…) Como diríamos en física: si
tuviéramos una vista aguzadísima hallaríamos que los cuerpos en
apariencia sólidos consisten en partículas de tal y cual figura, magnitud y
situación recíproca.5

Las citas, recortadas a los aspectos pertinentes, muestran como Freud opera
con la noción de extensión cartesiana, estableciendo a su vez que el objeto
investigado es de naturaleza corpuscular, posee propiedades que le son
inherentes y que su estado está de por sí determinado. Según su punto de
vista, cualquier grado de incertidumbre se deberá a las limitaciones de la
ciencia y/o el investigador.
Se pasa ahora a una selección de lugares donde Lacan menciona a la física
para especificar una concepción opuesta a la de Freud.

Lacan y el observador.

Al comienzo de “Acerca de la causalidad psíquica”, Lacan critica las corrientes


organicistas en psiquiatría que ponen todo el acento en “el juego de los
aparatos extensos en el interior del cuerpo”, destacando que:

El punto crucial es, desde mi punto de vista, que ese juego, por muy
energético e integrante que se lo conciba, descansa siempre, en último
análisis, en una interacción molecular dentro del modo de la extensión
partes extra partes en que se construye la física clásica.” Y además que:
“(…) este marco no designa otra cosa que el hecho de recurrir a la
evidencia de la realidad física, tan válida para él como para todos nosotros
desde que Descartes la basó en la noción de extensión.6

Desde muy temprano en su obra se aprecia el rechazo a sostener un modelo


clásico de la realidad física, contrastando con Freud.
En el seminario XX, clase 9, Lacan advierte sobre el riesgo de entender sus
aportes en términos de mecanismos:
Desde luego, tengan cuidado. Con cuentos de mecanismos andamos
nosotros a causa de nuestra física, que por lo demás, es una física que ya
está puesta en vía muerta, porque después de la física cuántica los
mecanismos estallan.7

5
Freud, S. “Esquema del Psicoanálisis”. O.C. Buenos Aires. Amorrortu. Tomo XXIII. Pág. 198.
6
Lacan, J. (2008): “Escritos 1. “Acerca de la causalidad psíquica”. Editorial Siglo XXI. Págs. 152 y 153.

4
¿En qué consiste la novedad de la mecánica cuántica?
Uno de los aspectos más controvertidos de esta teoría es que el acto de
medición no es un hecho pasivo. Como dice el argentino Juan Pablo Paz:

Anteriormente se pensaba que las perturbaciones inherentes a la


observación podían ser minimizadas. Se pensaba que era posible concebir
al acto de observar como una acción asimilable a la de revelar algo que
está escrito en el objeto estudiado. La mecánica cuántica derribó este
paradigma y lo reemplazó por otro en el que el acto de observar es siempre
una interacción”8.

De esto se desprende lo siguiente: lo que clásicamente se consideraba


propiedad de un objeto, a partir de la f. cuántica pasa a ser un canal de
interacción del objeto con el mundo que lo rodea, no existe por fuera de esa
interacción. Se agrega además, como legado del P. de Complementariedad,
que los distintos canales de interacción pueden no ser compatibles entre sí.
La observación en la Interpretación de Copenhague es reducida a la
interacción física entre un objeto microscópico (del que antes de ser observado
sólo se puede decir que está en potencia) y el aparato de medida
macroscópico posible de ser descripto con suficiente precisión en términos
clásicos. Pero aún cuando esto ya implique, según Bohr, “la necesidad de una
final renuncia al ideal clásico de causalidad y una revisión de nuestra actitud
frente al problema de la realidad física” 9, es una manera de eludir el famoso
“Problema de la medición”. Para ilustrarlo, conviene describir un experimento
cuántico.
Desde un primer tiempo en que se formula la situación física en términos de
una función de onda, hasta un tercer tiempo en que vía la observación esa
función de onda colapsa y se encuentra al objeto en una situación espacio-
temporal concreta, creándose su realidad física y la historia congruente con esa
realidad, en un segundo tiempo sólo se cuenta con un objeto matemático de
asignación de probabilidades que permite la predicción con un grado de
precisión notable del sistema en un momento posterior, excluyendo cualquier
visualización. Dado que, por más anti intuitivo que sea, la probabilidad en f.

7
Lacan, J. (1981):“El seminario: libro XX (1972-1973): Aún”. Clase IX: Del Barroco. (8 de Mayo de 1973).
Ed. Paidós. Barcelona.
8
Paz, J.P. (2007):“Einstein contra la mecánica cuántica”. En “El Universo de Einstein: 1905-Annus
Mirabilis- 2005”. Alejandro Gangui. (Ed). Editorial Eudeba. Bs. As.
9
Bohr, N. (1935):“Can Quantum-Mechanical Description of Physical Reality be Considered Complete?” En
“Physical Review”. Vol. 48. Pág. 697.

5
cuántica no representa el grado de desconocimiento del investigador, sino el
estado del sistema durante ese segundo tiempo, se dice que el objeto se
encuentra en un estado de superposición; es decir, simultáneamente en todos
sus estados posibles (aún cuando la descripción física de estos sea
contradictoria, caso de la dualidad onda-partícula) y siguiendo todas las
trayectorias posibles.
El problema está en que, dado que cualquier sistema físico que interactúe con
el objeto caerá en el estado de superposición, la única manera de romper con
la llamada Cadena de Von Neumann es la introducción de una entidad disímil a
una interacción física. A falta de un nombre mejor, algunos físicos llaman a esa
entidad Conciencia. El problema de la medición es la íntima conexión entre esa
Conciencia y la propiedad exhibida por el objeto de estudio.
Lo antedicho parece abonar al subjetivismo, “cada cual ve la realidad según su
fantasma”. Lejos de ello, la F. Cuántica postula que, una vez que la realidad es
creada por la observación, es la misma para todos.
Las categorías filosóficas que se engloban en la oposición Materialismo-
Idealismo, no permiten aprehender cuáles son las concepciones que se hacen
de la realidad, la causalidad, la materia, la observación, etc.; a partir de esta
física.
Dicha oposición se encuentra en las teorizaciones del lacanismo, por un lado
con la prevalencia del goce del cuerpo propio, que al ser Uno y sustraerse del
significante, constituye el punto de mismidad que eleva la materia sobre la idea
que se puede hacer de ella; y por el otro, con la ficción discursiva que viene a
ocupar un lugar homólogo a la realidad psíquica, tal como estas lecturas la
entienden.
La tesis de este trabajo, es que los desarrollos de Lacan se amparan en
modelos que proporciona la F. Moderna, en tanto ésta conlleva una ruptura con
el sentido común y la filosofía tradicional de Occidente.
En varios lugares Lacan advierte sobre el desvío que se produce al entender
sus términos en sentido filosófico. Por ejemplo, en La tercera dice:
¿Cómo quitarles de la cabeza el uso filosófico de mis términos?, es decir,
su uso soez, cuando a la par tienen que entrarles. Pero sería mucho mejor
que les entraran en otra parte. Se imaginan que el pensamiento está en los
sesos. No veo porqué los haría cambiar de opinión.10

10
Lacan, J. (1988):“La Tercera”. En Intervenciones y textos II. Ed. Manantial Bs. As.

6
El material de un análisis ¿parte del cerebro o del cuerpo biológico de alguien?
¿Es una cosa en sí, que por oculta que esté el analista puede observar bajo el
m. clásico? En la clase 14 del Seminario 13, al recordar el valor conceptual de
La Botella de Klein durante el año anterior, Lacan la articula con la presencia
del observador en F. Moderna, diciendo que no es solidaria de la promoción del
relativismo y el nihilismo.
El deseo del Analista, como función del corte que revela y a su vez es la
superficie, sólo es pensable bajo un modo cuántico, en tanto que es por su
operación que adviene la dimensión del sujeto y la historia particular. La
pregunta a la que se somete el material y abre la interpretación en cierto
sentido, es homóloga a la pregunta que el observador somete al objeto en el
experimento cuántico, aceptando que solamente en función de esa intervención
se crean tanto la realidad y la historia, entre todas las posibles.
La causación futura del pasado de la que hablan los físicos para definir dicha
creación por la observación, permite valorizar la propuesta del tiempo como
Futuro Anterior. La historia así entendida habitará en el “habrá sido”.
Los entes analíticos existirán en la relación, erradicando la mismidad de los
elementos, tal como en F. Cuántica no se trabaja con propiedades, sino con
interacciones. El significante, que sólo existe en relación a todos los otros y que
lejos de ser la palabra que sale de la boca del paciente, es efecto de la posición
del analista en el discurso; es la clave de las propuestas de Lacan del
Moterialismo11 y la insubstancia.12
Así como en Física se acepta la dualidad onda-partícula, en Psicoanálisis se
debe aceptar que la materia del análisis se puede manifestar de formas
contradictorias en función de la lectura del analista. Se puede objetivizar al
sujeto, operar sobre él como un individuo dotado de instintos, palabras, historia
y trauma concretos, o se puede asumir que el analista participa de tal manera
que sólo en la relación analizante-analista adquiere existencia el sujeto
particular.
En la ya citada La tercera, Lacan dice:

11
Lacan, J. (1988): Conferencia en Ginebra sobre el síntoma. En Intervenciones y textos II. Ed. Manantial.
Bs. As.
12
Lacan, J. (1982): El seminario, libro XVII (1969-1970) El reverso del psicoanálisis. Clase XI: Los surcos
de la aletósfera (20 de mayo de 1970). Paidós. Barcelona.

7
Lo real no es el mundo. No hay la menor esperanza de alcanzar lo real por
la representación. No voy a empezar a argumentar aquí con la teoría de los
quanta ni con la onda y el corpúsculo. Más les valdría no estar en babia,
aunque la cosa no les interese.13

Conclusión.

No se pretendió ser exhaustivo en los alcances de la propuesta precedente.


Solamente se destacó una referencia que, como otras, tiende a ser olvidada en
la enseñanza de Lacan.
Si se acepta una posición epistemológica en la que las teorías definen las
realidades, la tesis de este trabajo no puede ser ociosa, en tanto la clínica
estará signada según la teoría que la sustente.
Se vio cómo, concepciones que se consideran verdaderas pueden sostenerse
en teorías y filosofías arraigadas en el sentido común, que no necesariamente
son válidas.
Lacan se ubicó en contrapunto con la F. Clásica y la filosofía reinante,
denunciando más de una vez el peligro de reinterpretar sus aportes bajo ese
marco.
La F. Moderna aporta en ese sentido, una visión de la realidad consonante con
la concepción del tiempo, la causa y la materia que propone Lacan al
psicoanálisis. Dado el presente del lacanismo, que se sostiene en paradigmas
clásicos, la incorporación de esta visión novedosa y anti intuitiva podría ser una
manera de combatir lo que Lacan llamó la resistencia teórica al psicoanálisis.

13
Lacan, J. Ob. Cit. 10.

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