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EFESIOS 2:11-22
Introducción
Este pasaje no está diciendo que ningún gentil podía ser salvo a menos que se hiciera judío. Hay muchas
instancias en el AT de gentiles no prosélitos, siendo salvados (Job, Melquisedec, Rahab, Nínive).
Sino que significa que su entendimiento de cómo la salvación sería provista y su acceso personal a Dios era
severamente limitado.
Esta separación estaba ordenada por la ley ceremonial del AT (leyes de alimentos, circuncisión). Graficada por la
disposición del templo judío.
A ningún gentil era permitido pasar el Patio de los Gentiles. Una gruesa pared divisoria bloqueaba la pasada y
había una advertencia en ella, “ningún extranjero puede traspasar la barrera que rodea el santuario. Cualquiera que
sea sorprendido, será culpable de su propia muerte”.
También es interesante notar que la razón de la prisión de Pablo era que él había sido acusado por los judíos de
haber metido a un efesio en el templo (Leer Hch. 21:28,29).
¿Cómo cambió la anterior condición de los gentiles con la muerte de Cristo? (vs. 13-18)
Con la frase “pero ahora”, Pablo se vuelve del pasado al presente para describir la nueva situación de los
gentiles.
De la misma forma como la muerte de Cristo quitó todas las barreras que existían entre Dios y nosotros, también
quitó todas las barreras que habían entre judíos y gentiles. Quien recibe a Cristo se reconcilia con Dios y con todos los
cristianos verdaderos sin importar su origen étnico.
En los vers. 13-16. Pablo dice que la muerte de Cristo, derribó la “pared intermedia de separación”. Aunque el
templo judío aún permanece y los judíos mantienen esta barrera, Dios abolió su validez cuando Cristo murió.
Específicamente, su muerte abolió “la ley de mandamientos contenido en ordenanzas”. Esto se refiere a la ley
ceremonial del AT. Dios no necesitó más que el pueblo se circuncidara u observará leyes como la de los alimentos para
llegar a ser uno de su pueblo.
Ni tampoco Dios necesita que nosotros nos relacionemos con El, a través del templo, sacerdotes, etc. Lea vs. 17,
18. Hoy está disponible para todo el que desee, un directo e igual acceso a Dios. El versículo 18 proporciona la prueba
de que la paz ha sido asegurada y anunciada tanto para los judíos como para los gentiles.
“a través de él”- podemos venir a su presencia en cualquier lugar y en cualquier momento y estar absolutamente
confiados en su aceptación, porque sabemos que la muerte de Cristo pagó por nuestros pecados delante de Dios.
“por un espíritu”- El Espíritu Santo nos capacita para relacionarnos con Dios y así que nuestra comunión con El
no sea un ritual, sino personal.
Evangelio: ¿Escuchaste de esto? ¿Estás listo para este tipo de relación con Dios? Puedes hacerlo hoy,
simplemente pidiendo a Dios que te perdone, a través de Cristo y que more en ti con su Espíritu Santo. Si lo haces así,
algo va a ocurrir.
Aplicación:
¿Entonces qué?, ¡¡No podemos levantar nuevamente la pared intermedia de separación que el mismo Dios
derribó!!
Pero aún los cristianos a través de la historia han intentado hacer esto y continúan haciéndolo: queriendo y
haciendo que las personas cambien de culturas para venir a Dios. Al hacer esto, ponemos una carga en las personas
que Dios dice que deben cargar. Haciendo que la gente abrace porciones del AT con sus leyes ceremoniales para venir a
Dios (Domingo y el calendario religioso, los sacerdotes, los edificios sagrados; el énfasis ritualista). Dios declara que
esto no es tan espiritual como relacionarse personalmente con El. Es profundamente inferior espiritualmente y cambia
el mensaje de lo que Dios hoy pone a disposición a través de Cristo. Mucha gente que no está dispuesta a ser un
religioso, vendrá a Cristo si se les enseña de esta diferencia ya sea con palabras o con hechos.
Si Pablo hubiese hecho esto, probablemente ninguno de nosotros seríamos cristianos hoy, porque la cristiandad
hubiera seguido siendo una secta judía y los gentiles no habrían estado dispuestos a llegar a ser judíos culturalmente
para llegar a Cristo.
Revise 1ra. Cor. 9:19-23. Las barreras que dividen a los hombres no deben existir. Como Pablo, tenemos que en
forma activa llevar a Cristo a las personas en sus propias culturas, comunicándoles en su lenguaje y haciéndoles saber
que pueden venir a Cristo tal como son.