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ENFOQUE DIDÁCTICO: ALGUNOS ASPECTOS PARA PUNTUALIZAR:

Desde la concepción didáctica que sustenta el Diseño Curricular actual, lo


esencial en el aprendizaje de la matemática es construir el sentido de los
conocimientos y para ello la resolución de problemas es una actividad
ineludible.
Para que la resolución de problemas se constituya en el medio fundamental
para la enseñanza de un concepto, hay que tener en cuenta ciertos aspectos:

Un problema, desde este enfoque, debe presentar un desafío a los


conocimientos de los alumnos. Debe permitir utilizar los conocimientos previos
y al mismo tiempo ofrecer una resistencia suficiente para llevar al alumno a
hacer evolucionar esos conocimientos anteriores, cuestionarlos, conocer sus
límites, establecer relaciones y elaborar nuevos.

No se trata de cualquier problema sino de aquellos a los cuales responden los


contenidos que se quieren trasmitir. A través de ellos, los alumnos construyen
sus conocimientos, adaptándolos como herramientas de solución para esa
nueva situación.
Esto constituye un cambio de enfoque radical ya que la resolución de
problemas no se reduce al momento de la ejercitación, de la “aplicación” de lo
previamente enseñado.

No se trata de problemas aislados o novedosos sino de una secuencia de


problemas, en los cuales cada nuevo problema da la oportunidad de enriquecer
el significado de lo aprendido y se constituye en punto de partida para el
próximo.

La actividad matemática que se despliega requiere de un trabajo de tipo


exploratorio: probar, ensayar, abandonar, representar para imaginar o
entender, tomar decisiones conjeturar.

La reflexión sobre el error tiene un lugar importante en la construcción de los


conocimientos y el análisis del mismo se considera fuente de aprendizaje

El aprendizaje se basa no sólo en la resolución de problemas sino también en


la reflexión acerca de lo realizado. Es de suma importancia que los alumnos
cuenten con un espacio de discusión colectiva donde puedan explicitar sus
procedimientos, confrontarlos y argumentar defendiendo sus estrategias. La
interacción de los alumnos con el problema, de los alumnos entre sí y la de los
alumnos con el docente favorecerá la apropiación del conocimiento y el
progreso por parte de todos.

Para que este trabajo tenga sentido el docente no debe ser la única fuente de
saber y control y debe lograr que los alumnos progresivamente vayan
haciéndose cargo de validar sus producciones.
Una enseñanza de la matemática como la que se propone necesita más que
nunca de una participación activa del docente, ya sea para seleccionar los
problemas adecuados, la progresión de los mismos y la conducción de los
momentos de discusión. Es necesaria una intervención que incite a los
alumnos a explicitar lo realizado, considerando todas las respuestas sin aceptar
de entrada la correcta, retomando para todo el grupo lo que dicen algunos
alumnos, planteando contraejemplos, asignando nombres y estableciendo
acuerdos. De esta manera aseguraremos que haya en las clases verdadera
producción matemática

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