DIPLOMATURA EN DESMANICOMIALIZACIÓN

MÓDULO 4
La desmanicomialización
como sistema: Principios
y Componentes de la
transformación

1
Índice
1. Introducción

2. Los Principios de la Desmanicomialización

3. El sistema de desmanicomialización:

3.1 Componentes de la transformación del sistema de salud mental.

3.1.1 La transformación de la política pública

3.1.2 La transformación del Modelo de atención

3.1.3 La transformación de la organización de servicios

3.1.4 La transformación de las prácticas y estrategias

3.1.5 La transformación de la formación tecnico-profesional

3.1.6 La transformación y reconversión de los recursos

3.1.7 La Legislación de salud mental

3.1.8 La sensibilización y participación comunitaria

4. Conclusiones

5. Referencias Bibliográficas

2
 1. Introducción
Teniendo en cuenta los contenidos ya trabajados en los 3 módulos previos,
en este módulo 4 abordaremos el tema La desmanicomializacion como
sistema: Principios y Componentes de la transformación. Lo abordaremos
en dos partes: por un lado, los principios de la Desmanicomialización se
trabajarán con una bibliografía anexa; y por otro lado se abordará el tema
del sistema de Desmanicomialización, desarrollando cada uno de los
componentes.
2. Los Principios de la Desmanicomialización
Fuente: http://www.lugareditorial.com.ar/libro.php?id_lib=546&libro=La%20
Desmanicomializaci%C3%B3n
Los contenidos de este punto serán abordados del resumen del (Cap. 4)
del libro Cohen Hugo y Natella Graciela (2013) La desmanicomialización:
crónica de la reforma de salud mental en Río Negro. 1a ed. Buenos Aires:
Lugar Editorial. Encontrará dicho recorte del libro en la Carpeta denominada
Bibliografía Obligatoria y complementaria del módulo 4
3. El sistema de desmanicomialización
La desmanicomialización intentó dar respuesta a los graves problemas
que históricamente había presentado el área de la salud mental, tanto
en Río Negro como en Argentina y en la región de las Américas, aunque
este escrito se apoyará en la reforma del sistema rionegrino de salud
mental, entre los años 1985 y 2000, (Fecha en que los autores de
este material se desempeñaron en la provincia) para darle sustento a
estas palabras e ir de una experiencia particular y concreta a posibles
generalizaciones.
Las problemáticas principales eran similares a las consignadas por los
organismos internacionales de salud para la región de las Américas (OMS,
2009) y otros continentes, vinculadas a la baja accesibilidad a la atención, la
alta carga de enfermedad mental sostenida principalmente por los propios
usuarios y familiares y las vulneraciones de derechos de las personas con
padecimiento mental, en particular aquellas institucionalizadas.
La accesibilidad a la atención en salud mental, también conocida como la
brecha entre las necesidades de la población de una atención efectiva y la
oferta de servicios de calidad y continuidad de cuidados, traduce la situación
de personas con trastornos mentales severos que no fueron asistidas en el
último año de su padecimiento que para la OMS representa entre un 70 y 80
% en los países en vías de desarrollo, no fue medida en la provincia de Río
Negro al inicio de la reforma.
Sin embargo, se podría inferir que la existencia de un hospital psiquiátrico
en una de las localidades del alto valle de Río Negro más los cinco servicios
públicos de salud mental principalmente distribuidos en las localidades de
mayor densidad poblacional, no producían la cobertura esperable, sobre
todo tratándose de una provincia de una gran extensión territorial.
En todo caso, esa cobertura se concentraba donde asentaban los efectores,
en particular en el hospital psiquiátrico. El sistema privado y de obras
3
sociales se concentraba en una ruta similar, dando como resultado un
sistema centralizado, extraterritorial, con escasa o nula posibilidad de
intervenciones en el entorno de las personas y de participación de la familia
y referente del usuario en el proceso de rehabilitación.
Por otra parte, la mayoría de los servicios de salud mental existentes, ante la
existencia del hospital psiquiátrico, frente a situaciones de crisis de personas
con trastornos mentales severos sin red de apoyo social que no contaban
con familia ni otros vínculos ni recursos socio-económicos las derivaban
a dicha institución total. Personas que casi con seguridad terminarían allí
institucionalizadas ante la oferta de un lugar para dormir, comer, atención,
medicación y cuidados que en soledad no se podría proveer. La protección
superpuesta al control y a la pérdida de derechos esenciales como la libertad,
la privacidad, la misma identidad, entre otros.
Una situación que puede traspolarse a otras regiones del país y del exterior,
constituyendo una dinámica típica del área de salud mental y que explicaría
su condición crítica y el sostenimiento de los problemas mencionados. y
que hace a la pervivencia de los manicomios, cuya existencia invisibiliza los
complejos requerimientos y respuestas necesarias de construir para cuidar
pero además promover el desarrollo humano autónomo -hasta donde sea
posible- de las personas con padecimientos mentales severos, en particular
si no cuentan con recursos vinculares y socio-económicos.
Efectivizar derechos y sobre todo de personas con una alta vulnerabilidad
psicosocial implicó un proceso multidimensional que requirió desde una
política de estado hasta una activa involucración técnico-profesional.
Palabras como sobreimplicación, militancia, voluntarismo fueron endilgadas
a los trabajadores rionegrinos, aunque compartidas con casi todo otro
referente de una reforma en el mundo.
En efecto, cambiar las prácticas asilares hace depositarios a los efectores de
salud mental de una labor de alta complejidad que es invisibilizada y evitada a
través del encierro. Reinsertar en la comunidad conlleva la presunción de que
toda persona es capaz o puede serlo sin ponerle un techo a sus posibilidades
y proyección y, hacerlo un hecho, implicó un trabajo continuo y desafiante.
Es un acto revolucionario que tiene detrás una idea revolucionaria. De
hecho, accionar el cambio de paradigma, implica “subvertir el orden social
existente”. (Cohen, Natella 2013)
La sustitución de este orden –que determinaba la centralización de la locura
en un sitio particular para su tratamiento y que se basaba en gran medida
en el encierro- fue conocido con el nombre de Desmanicomialización en
la provincia de Río Negro, palabra que según una de las investigaciones
mas extensas y minuciosas sobre el proceso de reforma rionegrino1 habría
surgido en esta provincia de la Patagonia Argentina.
Desmanicomialización no significa el cierre del manicomio, sino su sustitución
por un sistema de salud mental basado en el ejercicio de los derechos de las
personas, a través de una oferta de servicios y prestaciones cuya finalidad es
su inserción comunitaria.
Condiciones que se ha constatado no ser respetadas en los hospitales
psiquiátricos, explicando así las recomendaciones y documentos
internacionales y las crecientes legislaciones en el país y en el mundo
que promueven su sustitución (Ley 2440 de Salud Mental de Río Negro,
Argentina, Ley Nacional 26657, Argentina).
¿Pero cómo se desencadenó en Río Negro este proceso de cambio?
Existieron condiciones históricas, contextuales y humanas que sin duda
permitieron la desmanicomialización y que no se desarrollarán en este
apartado en atención al contenido del presente módulo, remitiéndose a
la bibliografía de referencia para consultar al respecto (Murekian, 2007),
sintetizando algunas de las principales transformaciones que resultaron
ser hitos principales y que testimonian que la desmanicomialización fue la
transformación de un sistema y no un mero cierre del hospital psiquiátrico,
hecho que se refleja en la secuencia histórica de los cambios producidos.
(Cohen. Natella, 2013).
En primer lugar, de forma gradual se desarrollaron equipos de salud mental
en las localidades provinciales que no contaban con recursos de salud mental
y, en aquellas en que ya existían servicios de salud mental, se establecieron
criterios de trabajo en equipo como uno de los principios básicos de la labor
de desmanicomialización.
La apertura y conformación de los nuevos servicios fue un proceso progresivo,
vinculado a las posibilidades y prioridades locales, lo que produjo diferentes
1
4
grados de avance en el proceso de reforma en los distintos servicios de la 3.1. Componentes de la transformación del sistema de salud mental
provincia.

La conformación de esta red territorial de servicios de salud mental, contó

con la decisión política acompañada por un decreto ministerial en 1986
de abrir camas para salud mental en todos los hospitales generales de la
provincia, un hecho decisivo para desencadenar el proceso de reforma y la
sustitución del hospital psiquiátrico.
El objetivo era cubrir las necesidades locales de atención en salud mental, a
fin de que las personas con padecimiento mental no sean derivadas fuera de
su propio ámbito, por lo que los servicios incluían camas de internación en
salud mental además de la atención de la urgencia, atención ambulatoria,
entre otras prestaciones. En tanto se formaba un recurso humano entrenado
en intervención en crisis, internación en el hospital general y reinserción social
(en la actualidad reconocida como inclusión social) que, además de adquirir
aprendizajes técnicos y metodológicos, incorporaba destrezas actitudinales
y una forma de intercambio con los usuarios, familias y comunidades que se
dio en llamar actitud promocional. (Cohen, Natella, 2013)
La transformación del sistema significó cambios multidimensionales y tuvo
componentes ineludibles, por lo que se destacarán aquellos considerados
de mayor relevancia, como por ejemplo la transformación de la política
pública, de los modelos de atención, de la organización de los servicios,
de las prácticas y estrategias, de la formación técnico profesional, de los
recursos humanos y presupuestarios, de la sensibilización y participación
comunitaria y de la legislación, entre otros.
Se considera imprescindible destacar la idea de un sistema a
transformar y no de elementos aislados, ya que cada una de estas
transformaciones se apoya y requiere de la modificación de los otros
componentes para alcanzar el propósito de la desmanicomialización.

La capacitación en servicio desde el comienzo del proceso de reforma así

Las transformaciones parciales de elementos aislados del sistema, conspira
como las reuniones provinciales, zonales y locales de los trabajadores de
con la promoción y protección de los derechos humanos de las personas con
salud mental, fueron indispensables para afrontar y elaborar los cambios de
padecimiento mental y como parte de ellos su derecho a ser asistidas en las
manera conjunta.
propias comunidades y gozar de una integración plena.
En 1988, a consecuencia de las acciones anteriormente descriptas, el hospital
Por ejemplo, la existencia de una casa de medio camino o un emprendimiento
neuropsiquiátrico provincial situado en la ciudad de Allen se transforma en
laboral, sin otras ofertas que permitan reemplazar la internación en el
un hospital general, un proceso llamado de sustitución. Aproximadamente
hospital psiquiátrico (camas de internación en hospitales generales,
un año antes, se cierra la admisión al hospital psiquiátrico, lo que implicaba el
internación domiciliaria, por ejemplo) produce que ante una crisis que
cierre de la boca de entrada al sistema manicomial, por lo que fue necesario
requiere internación, la persona es nuevamente “manicomializada” y
contar con camas en hospitales generales y el desarrollo de nuevas prácticas
sometida a prácticas restrictivas de sus derechos.
de atención en las localidades respectivas.
En igual sentido sucede al contar con servicios de base comunitaria sin que
En 1991 se promulga la Ley Provincial de Salud Mental Nº 2440, de
el recurso humano se encuentre “desmanicomializado” y cuente con una
Promoción Sanitaria y Social de las Personas con Sufrimiento Mental,
capacitación que garantice la atención en el propio medio de la persona y su
que legalizó el proceso de transformación que se encontraba en curso
inclusión comunitaria.
y que era nominado por los propios trabajadores rionegrinos como
desmanicomialización e igualmente reconocido en el resto del país y en el De igual manera sucede si se formulan políticas o normativas legales de
exterior. (Diario Clarín, 1996) salud mental y derechos humanos pero carecen de aplicación y se instala
una brecha entre los postulados y su implementación.

5
La coexistencia de los modelos manicomial y comunitario es y será
continuamente cuestionada desde estas páginas y desde la perspectiva de
la desmanicomialización y será desarrollada en el Módulo 5.
La coexistencia del hospital psiquiátrico con los servicios generales y
comunitarios al desencadenarse un proceso de desinstitucionalización/
desmanicomialización, implica el cierre de la admisión del hospital
psiquiátrico y el desarrollo de los procesos de externación-inclusión
comunitaria con la población institucionalizada.
El cierre de la boca de entrada al hospital psiquiátrico, unido a una oferta de
servicios y prestaciones que sustituya la internación y/o atención de la crisis
en dicha institución monovalente, es un indicador prioritario de la transición
del sistema manicomial a comunitario.
3.1.1 La transformación de la Política pública
Se considera imprescindible que una política de salud mental se base en los
criterios de la salud pública, de tal forma que las concepciones y acciones
en salud mental sean alcanzadas por las funciones primordiales de esta
disciplina, dando como resultado una salud mental pública, encargada de la
protección y promoción de la salud mental a nivel poblacional. Como parte
de este propósito se prioriza la atención de las principales problemáticas
que la aquejan y de aquellos grupos en situación de mayor vulnerabilidad.
Para cumplir estas funciones resulta necesaria la participación de todo el
espectro social, además de los especialistas en salud mental, incluyendo a
los propios usuarios de los servicios y sus familiares.
La salud pública, implica una lectura epidemiológica de la salud poblacional,
a fin de que entre otros objetivos, se prioricen aquellas problemáticas de
mayor prevalencia y aquellas que generan una mayor carga de enfermedad
en la sociedad.
Desde esta perspectiva, problemáticas de salud mental como las adicciones
y las psicosis, en particular la esquizofrenia, debieran ser priorizadas debido
a la prevalencia y a la carga de enfermedad que suponen respectivamente.
Sin embargo, la carencia de este enfoque de salud mental pública, produce
que tanto en servicios de salud mental de hospitales generales, centros de
salud y también en hospitales y clínicas especializadas se rechacen estos
padecimientos, produciendo de esta forma una disminución del acceso a la
atención.
Es necesario producir el desplazamiento de una política hospitalocéntrica
basada en el hospital psiquiátrico, la asistencia y el control sintomático
y social hacia una política de salud mental comunitaria, basada en el
ejercicio de derechos, la diversidad de saberes y la organización de servicios
territoriales.
Política de desinstitucionalización, de desmanicomialización, de inclusión
social, de salud mental y derechos humanos, todos términos asimilables por
basarse en iguales concepciones.
Una política basada en un modelo comunitario de atención, a partir del
cual se evidencia un aumento de la accesibilidad a la atención en salud
mental, una disminución de la carga de enfermedad y una disminución de la
vulneración de derechos.
Es una política de descentralización sanitaria y social; de estructuras, recursos
humanos y presupuestarios, funciones, prestaciones, conocimientos,
responsabilidades y decisiones.
3.1.2 La transformación del Modelo de atención
La transformación desde un modelo clínico asistencial (MCA) a un modelo
comunitario-epidemiológico (MCE) Temas de Salud Mental en la comunidad
(Levav, 1992).
El modelo clínico-asistencial se ha basado en el origen biológico o
psicológico del padecimiento mental, constituyendo un enfoque cuyo
eje está representado por intervenciones biomédicas y/o psicológicas
que opera principalmente sobre el individuo en particular, con escasas o
nulas intervenciones en su medio habitual, con su entorno y sus grupos e
instituciones de referencia.
6
Su finalidad es preponderantemente la supresión y/o comprensión de los
síntomas a través de la psicofarmacología y las psicoterapias, propósitos
y métodos imprescindibles pero insuficientes, dado que no alcanzan para
integrar a las personas con padecimiento mental en su medio habitual. Esta
finalidad requiere un trabajo de rescate y promoción de sus capacidades y
posibilidades así como las de su entorno, con el que es necesario trabajar
haciéndolo parte de este proceso, por lo que se requiere implementar
métodos y estrategias de manejo ambiental y toda práctica de rehabilitación
psicosocial y de orden comunitario.
Desde este enfoque clínico asistencial se mantienen aún concepciones
arcaicas sobre las personas con padecimiento mental, vinculadas a su
peligrosidad, incapacidad, cronicidad, entre otras, a partir de las cuales se
construyen representaciones sociales y profesionales negativas que dan
como resultado un sujeto de tutela y exclusión a la vez que -en oportunidades-
justifican prácticas restrictivas que son parte de las vulneraciones de
derechos identificadas.
Hace foco en la enfermedad y la disfuncionalidad del usuario y/o la familia,
sin revisar las intervenciones, ofertas y eficacia terapéutica. Es así que,
por ejemplo, la evolución tórpida de la persona se adjudica siempre a su
patología pero nunca al tipo de abordaje ni a la experticia de los profesionales
y técnicos.
Esta delegación en la persona del “fracaso” terapéutico se reproduce en
diferentes aspectos, ya sea si la persona abandona el tratamiento o no
acepta alguna prescripción se lo adjudica a su falta de adherencia, si la
familia no acompaña suficientemente la cataloga de abandónica, si la
persona usuaria no participa en actividades, talleres u otra instancias de
rehabilitación es porque es pasiva, abúlica, no presenta interés; nunca
porque es insuficientemente estimulada para asegurar su participación.
Estas actividades, que son nominadas de diferentes formas y que van desde
las llamadas actividades contextuales, talleres, terapia ocupacional, etc, son
habitualmente optativas, reduciéndolas a pasatiempos y privándoles su
carácter terapéutico, cuando podrían constituir una instancia fundamental
para favorecer la rehabilitación e integración social de las personas.
La modalidad de abordaje desde el modelo clínico-asistencial, en particular
en personas con padecimiento mental severo y carencias en su red de
apoyo sociofamiliar, se basa preponderantemente en su internación y/o
institucionalización en instituciones especializadas, por lo que sostiene la
pervivencia del hospital psiquiátrico, como eje de la atención de las mismas.
Desestima los servicios generales y comunitarios como sustitutivos de
la institución psiquiátrica. En su modalidad “aggiornada” (modernizada)
acepta un modelo mixto, por el cual la apertura de camas en hospitales
generales y las estructuras intermedias para vivienda y trabajo como otros
servicios comunitarios son complementarios pero nunca sustitutivos del
hospital psiquiátrico.
El modelo comunitario de atención es según la OMS aquel que posee
mayor eficacia clínica y social y es en el que se apoyó la política de
desmanicomialización así como toda política de salud mental basada en el
enfoque de derechos, dado que su implementación incrementa el acceso
a la atención, disminuye la carga de enfermedad y la vulneración de los
derechos humanos.
La información epidemiológica disponible en la provincia de Río Negro (Datos
proporcionado por la Dirección Provincial de Salud Mental del Consejo de
Salud Pública de la Provincia de Río Negro. Año 2010) permite comparar
datos de años previos al proceso de reforma con los años subsiguientes una
vez instalada, resultando demostrativa de la eficacia del sistema comunitario
en relación con el sistema manicomial preexistente.
En el año 1984 -por ejemplo- existían 5 servicios y un (1) hospital psiquiátrico
en la provincia, en tanto que en el año 2010 se habían desarrollado 32
servicios de Salud Mental Comunitaria con internación en Hospitales
Generales, 5 centros comunitarios, 5 empresas sociales, 2 Asociaciones
de usuarios y familiares, 2 casas para personas inimputables, entre otros
servicios generales y comunitarios desarrollados en las diversas localidades
rionegrinas.
Por otra parte el recurso humano se triplicó, incremento que continuó
en asenso en años posteriores y se modificaron otros indicadores que se
expresan en las tablas que figuran a continuación.
7
La siguiente tabla muestra la caída del tiempo de internación de 180 días en
CRISIS ASISTIDAS CON INTERNACION
el año 1985 a diez días en el año 2002 (promedio que se mantuvo hasta el
Totales provinciales
año 2010 y con posterioridad)
1985-2002

PROMEDIO DIAS DE INTERNACIÓN 1600

1400
1200
1000
250 CRISIS 800
600
200
400

150 200

DIAS 0

100

85

91

93

94

95

96

97

98

99

00

01

02
19

19

19

19

19

19

19

19

19

20

20

20
AÑOS
50
0
85

91

96

97

98

99

00

01

02
Fuente: Dirección Provincial de Salud Mental del Consejo de Salud Pública
19

19

19

19

19

19

20

20

20

Años de la Río Negro. Año 2010

Fuente: Dirección Provincial de Salud Mental del Consejo de Salud Pública

de la Río Negro. Año 2010
También se produjo un incremento significativo en la atención por consultorios
externos, ya que las prestaciones ambulatorias se incrementaron diez (10)
veces.
La tabla que sigue grafica el aumento en nueve veces de la internación por
crisis, la que no alcanza las 200 internaciones en 1985 incrementándose
hasta superar las 1700 en el año 2002, cantidad que se mantiene hasta 2010
y con posterioridad.

8
 Las intervenciones entonces, resultan una síntesis entre el accionar sobre
PRESTACIONES AMBULATORIAS
Totales provinciales
la problemática de la persona, en simultáneo con la interacción sobre
su entorno, grupos primarios y secundarios, esencial para garantizar el
160
ejercicio de sus derechos y su integración a la vida social. (Cohen, Natella,
2013)
140
Las características del modelo comunitario de atención se encuentran
120 ampliamente desarrolladas en numerosa bibliografía disponible (Levav,
1992; OPS, 2009; Cohen, Natella, 2013) por lo que solo serán enunciadas
Prestaciones (en miles)

100
aquellas que se entienden como principales. Entre estas podemos citar que
80 el modelo comunitario se basa en el ejercicio de derechos y tiene como fin
de toda intervención la inclusión social de las personas asistidas, que es un
60
enfoque democrático, promocional, biopsicosocial, que presume y produce
40 capacidad y autonomía, territorialidad, interdisciplina, intersectorialidad,
trabaja sobre el contexto y los determinantes sociales de la salud, sustituye
20 la institucionalización y el hospital psiquiátrico por una red de servicios
territoriales (basados en la comunidad), sustituye/disminuye el empleo de
0
practicas restrictivas
85 91 94 96 98 00 01 02
19 19 19 19 19 20 20 20
AÑOS No es el ámbito lo que lo determina sino las características que lo definen y
la finalidad de las intervenciones.

Fuente: Dirección Provincial de Salud Mental del Consejo de Salud Pública

de la Río Negro. Año 2010
Continuando con aspectos generales del modelo comunitario de atención,
se considera que no constituye una expansión del modelo clínico-asistencial
-al sumar recursos humanos de nuevas disciplinas y sectores y ampliar
los servicios y prestaciones., sino que constituye un cambio de lógica y
una transformación conceptual y operativa por la que la persona con un
padecimiento mental es considerada capaz, un sujeto de derechos y de
integración a su comunidad. (Natella, 2017)
Plantea el origen multidimensional del padecimiento incluyendo la variable
social como causa y como respuesta, por lo que interviene sobre el contexto
de la persona y los determinantes sociales de su salud.
El enfoque comunitario fue la directriz de todas las prácticas, puesto que toda
intervención, ya sea durante una cri­sis, en el abordaje familiar, ambulatorio,
de una admisión o internación, tenía el alcance de una intervención
comunitaria. Esto se fundamentaba, entre otros aspectos, en lo siguiente:
a) Se accionaba en múltiples direcciones para resolver el sufrimiento
individual en constante interdependencia con el contexto sociofamiliar
e histórico-cultural (ámbito comunitario) del usuario, clave para la com­
prensión de su estado de salud-enfermedad.
Esta premisa permitía realizar un diagnóstico situacional de la perso­na,
que, además de evaluar su estado psicopatológico, incluía cómo era su
vida cotidiana y la trama de vínculos e intercambios sociales, para ubicar
así motivaciones, influencias y determinantes posibles de una crisis y a su
vez recursos para su resolución. Era imprescindible entonces interactuar con

9
estos factores e instancias, ya que incidían directa o indirectamente, por
acción u omisión, en el proceso de atención.
El momento de intervención con el usuario –en apariencia circunscrip­to
al individuo y reconocido tradicionalmente como clínica– era siempre una
intervención comunitaria.
La intervención clínica individual podía representar un momento pro­
longado, esporádico o en ciertas oportunidades inexistente. Era probable
que el usuario no recibiera un psicofármaco o una psicoterapia todo el
tiempo, pero siempre estaba en juego el intercambio con el hábitat, la res­
puesta social al sufrimiento mental; expresada como rechazo, abandono,
discriminación o también como cuidado y apoyo.
Lograr el acompañamiento y aceptación del espacio social era primor­dial,
siendo que este, sin lugar a dudas, era el frente de mayor complejidad de
abordaje.
Fue una tarea ardua, que significó intervenir con personas y situacio­
nes insospechadas, determinadas por los acontecimientos que se iban
presentando en torno a cada usuario de los servicios de salud mental.
Significó también investigar y descubrir a los actores clave a involucrar. Fue
una construcción “in situ”, sin programaciones ni normativas rígidas previas,
sino sobre la base de la estrategia terapéutica, la que incorporaba esta
variable social como primordial.
Identificar a estos nuevos actores y que se incluyeran como parte activa del
plan a seguir fue una de las principales metodologías de esta interven­ción
comunitaria. Requirió un trabajo de empoderamiento de los grupos con los
que se intervino desde criterios promocionales, que implicaron trabajar en
la construcción y reconstrucción de los aspectos sanos y los propios recursos
existentes para que sean parte de la lucha por sus dere­chos y por mantener
su vida en comunidad.
Por el contrario, las instituciones asilares se hacían cargo del usuario, pero a
costa de su autonomía y ciudadanía.
b) Se intentaban plasmar en las diversas intervenciones las caracte­rísticas
del enfoque comunitario, de tal forma que las concepciones se efectivizaran
en prácticas que respondieran a principios éticos, de solida­ridad, equidad,
diversidad, accesibilidad. En síntesis, desarrollar prácticas profundamente
democráticas.
Es importante advertir acerca de aquellas intervenciones que, aun de­
sarrollándose en la comunidad y desde un supuesto enfoque comunitario,
reproducen prácticas asistencialistas de diferentes formas. Por ejemplo, al
no dar participación efectiva a la persona o grupo que es objeto de su in­
tervención; al tener un trato autoritario o paternalista; al no incluir recur­
sos humanos o materiales fuera de los convencionales; al no producir una
comprensión y un abordaje multidimensional. Una práctica domiciliaria,
una intervención intersectorial, una asamblea barrial pueden ser prácti­cas
asistencialistas, más allá del lugar en que se desarrollen.
La atención de la urgencia puede ser también –desde este punto de
vista– una práctica asistencialista cuyo objeto solo es la reducción
del síntoma, o comunitaria, cuando su propósito final es ayudar a
que la persona viva dignamente integrada en sociedad.
c) Se destacó el criterio promocional como intrínseco a toda interven­ción. El
sentido de promover como rescate y desarrollo de capacidades y recursos
se implementó en las diferentes estrategias y acciones de los equipos de
la red de servicios, ya sea en la intervención en crisis o en la rehabilitación
laboral, en la formación de una asociación de usuarios o en una intervención
familiar.
La promoción no solo fue entendida como un nivel de la prevención de la
salud que implicaba determinadas acciones y actividades, sino esencial­
mente como una forma de entender la realidad e intervenir sobre ella. Una
actitud de impulsar y empoderar a las personas y comunidades.
Es precisamente desde este
enfoque comunitario-promocional
represen­tado por la reforma que
las intervenciones en salud mental
implicaron abor­dar las relaciones
10

de poder entre las personas.
Revertir el histórico someti­miento,
dependencia y pasividad de los
usuarios y familias, y su conversión
en recursos terapéuticos, fue uno
de los ejes de la restructuración de
estas relaciones.
referentes de los servicios intervenir extraterritorialmente.
La organización de servicios en la desmanicomialización será un tema a
desarrollar en el Módulo 5 del curso, por lo cual se transcribirán aquí algunas
generalidades vinculadas a los criterios priorizados en el abordaje territorial
del libro La Desmanicomiaslización: Crónica de la reforma del sistema de
salud mental en Río Negro:

La pertenencia a un territorio es lo
que da sentido a un equipo de salud
mental comunitario, entendiendo
3.1.3 La transformación de la organización de servicios como territorio una zona definida
geo­gráfica y culturalmente, cuya
población se identifica con valores
histórico-sociales compartidos.
Desde el sistema de desmanicomialización, cuyo eje en Río Negro fue la
atención territorial -en consonancia con los postulados de la atención El territorio es el escenario que
primaria de la salud (OMS, 1978)-, se desarrolló una oferta de servicios enmarca la tarea, en el que
generales y comunitarios en cada localidad provincial, organización que en coexisten los factores que influyen
la actualidad se conoce como red de servicios de salud mental basados en la en la construcción de la reforma del
comunidad (OMS, 2009). sistema, tan­to los obstáculos como
los facilitadores de esta.
Tal como se mencionara anteriormente, se inició un proceso de apertura
de servicios de salud mental con internación en los hospitales generales Desde el territorio se definieron
de la provincia que, se fue extendiendo hacia todas las localidades (33) las necesidades y prioridades
provinciales, entendiendo que los servicios tienen que llegar hasta la de aten­ción de la población,
población y no su contrario. siguiendo los criterios comunitario-
epidemiológicos en relación con
Por otra parte, resultaba una contradicción la implementación de modelos los problemas más frecuentes
de atención en salud mental que proponen la asistencia de las personas (prevalencia), así como a los que
lejos de sus comunidades, dada la constatable interrupción de vínculos de producen mayor vulnerabilidad.
todo orden que dicha lejanía produce y el obstáculo que constituye para los
Estas prioridades fueron
construidas en acuerdo con los
referentes lo­cales institucionales
y sectoriales, gubernamentales y
no gubernamenta­les. En cuanto
a las estrategias de acción para
su resolución, el colectivo de la

11
desmanicomialización aportó una
visión nueva, por lo que fue necesaria
una dinámica de permanente
intercambio, argumentaciones y
acuerdos.
Lograr encuentro, concertación
y acciones conjuntas entre los
diversos actores locales fue una
estrategia común para sumar a
todas las fuerzas vivas de una
comunidad, en pos del cambio
cultural que implicaba la in­clusión
social.
El propósito de generar una relación
de respeto, confianza y acuerdos
mutuos con los referentes locales de
salud (directores de hospital, coordi­
nadores zonales, coordinadores
de las direcciones de atención
primaria y de atención médica), así
como con los referentes de salud
mental, facilitó con frecuencia las
transformaciones propuestas.
Estos acuerdos no siempre fueron
posibles, o se dieron en algunos
mo­mentos y circunstancias y no en
otros.
El trabajo simultáneo con otros
organismos gubernamentales y
no gu­bernamentales que adherían
y apoyaban la reforma permitió
muchas veces destrabar obstáculos
instalados con las autoridades
sanitarias locales.
El trabajo con los familiares
y usuarios para facilitar su
organización en asociaciones
civiles en defensa de sus derechos
fue un ejemplo del de­sarrollo de
activismo y del empoderamiento de
sectores habitualmente excluidos
del sistema, y que fueron claves a
la hora de generar una política de
alianzas con la reforma.
De todas maneras, reiterando lo
manifestado al inicio, la activación
y alianza con este y otros sectores
siempre intentó la generación
de la red territorial de servicios y
prestaciones, la que incluía todos
los recursos humanos y materiales
disponibles en una comunidad.
Por lo tanto, era re­levante sumar
a todos ellos para posibilitar las
máximas respuestas a la persona
con padecimiento mental.
A pesar de este propósito, existió
la fuerte oposición de aquellos que
encarnaron la resistencia al cambio.
En algún caso aislado, la oposición
se generó por la competencia
del lide­razgo de un producto –
la desmanicomialización– que
primero se cuestionó pero luego se
quiso capitalizar.
Cada territorio, según sus
características, produjo modos
propios de in­tegrar las nuevas
concepciones y a su vez obligó
a desarrollar estrategias y
comunicaciones particulares con
cada localidad, que llevaron a
12
 conocer y comprender algo del
“espíritu de cada lugar” y cómo
actuar en consonancia.
Esto fue relevante para desarrollar
la tarea, ya que en definitiva se tuvo
que aprender el cómo “andar” cada
territorio.
3.1.4 La transformación de las prácticas y estrategias
En cuanto a la transformación de la Prácticas y estrategias producidas a
partir del sistema de desmanicomialización, será también la temática
desarrollada en el Módulo 6, por lo que solo se introducirán algunas de sus
generalidades.
La dimensión de las prácticas ha sido uno de los principales cambios e
incorporaciones necesarios a realizar ya que además de intervenir sobre los
síntomas que presentaba la persona, cuestión indispensable para disminuir
su sufrimiento psíquico y las situaciones de riesgo que pudieran acontecer,
se intervino también sobre la organización de su existencia, de su vida
cotidiana.
Para esto, fue fundamental contar con el desarrollo de prácticas
interdisciplinarias e intersectoriales que distribuyendo responsabilidades y
acciones, permitieran gestionar la satisfacción de necesidades para aquellos
usuarios que no podían hacerlo por si mismos o no contaban con una red de
apoyo sociofamiliar.
Esta fue una de las principales experticias a adquirir: la capacidad de
fortalecer y desarrollar la red de apoyo que requiere cada persona, en
particular si se encuentra en situación de vulnerabilidad y como se ha
mencionado reiteradamente, las prácticas y estrategias no se desarrollan
solo con el individuo sino con y en su contexto.
Esta es una diferencia sustancial con las prácticas tradicionales en salud
mental reservadas a intervenciones exclusivamente con la persona o con su
familia en el ámbito hospitalario o del consultorio privado, pero que no se
expanden hacia los referentes sociales de la persona tales como educadores,
empleadores, vecinos, amigos ni a ninguno de los ámbitos en que la persona
vive y se desempeña, incluido su domicilio.
El desarrollo de prácticas comunitarias, entendidas como tales aquellas
que tienen como objeto garantizar el ejercicio de derechos de las personas
asistidas y como parte de estos su atención e integración en la comunidad
de referencia, son inversamente proporcionales al desarrollo de prácticas
restrictivas, entendidas como tales aquellas que restringen derechos.
Un sistema comunitario como la desmanicomialización, tiene como
propósito esencial evitar el empleo de prácticas restrictivas, las que de
hecho, disminuyen significativamente. Este tipo de prácticas, son entendidas
como último recurso luego de haberse implementado otras estrategias que
no presentaron eficacia terapéutica y su empleo es justificado frente a un
riesgo cierto que pueda lesionar la integridad de la persona con padecimiento
mental o de su entorno.
3.1.5 La transformación de la formación técnico-profesional
Es un elemento clave para permitir y facilitar la transformación de los otros
componentes.
En Río Negro desde el inicio del proceso, a través de la capacitación en
servicio, de reuniones y cursos locales, zonales y provinciales, las pasantías
de profesionales del país y del exterior, la residencia en salud mental
comunitaria desde 1993, la participación en jornadas y congresos de
salud mental; se intentó priorizar esta instancia, entre otros métodos de
capacitación y aprestamiento.
Se partió de la premisa de capacitar en el abordaje de urgencias en
salud mental y reinserción social como finalidad de toda intervención y
tratamiento.
Toda formación permitió el acceso de todas las disciplinas y sectores y partió
del principio de la socialización del conocimiento.
13
Poner en práctica este principio no significó disminuir la cantidad y calidad
de información ni empobrecer las experticias disciplinares, sino que obligó a
socializar y horizontalizar conocimientos, a traducirlos y a enriquecerlos con
aportes diversos.
Tampoco significó la disminución del nivel de conocimiento teórico-práctico
ni la pérdida de especialidades ni de especialistas, que se ubicaron como
referencias y referentes sobre los temas y disciplinas de los que eran
expertos.
Fue un proceso que elevó el conocimiento general y que produjo el
desarrollo y afianzamiento de muchos de los trabajadores de la reforma,
que vieron expandirse el alcance de sus intervenciones e incrementar la
eficacia terapéutica de sus abordajes.
Esta dinámica, no sólo fue coherente con los principios de la reforma, sino
que amplió operativamente las intervenciones de los trabajadores, ya que si
el referente especializado en una temática no se encontraba en el momento
de una urgencia, el resto del equipo podía asumir la atención hasta tanto
se consultara con aquel, dado que había incorporado una información y
un entrenamiento que permitía su accionar. Esta situación redundó en un
aumento de accesibilidad a la atención en varias localidades de la provincia,
en las que se iniciaron respuestas de salud mental donde antes no se habían
desarrollado.
3.1.6 La transformación y reconversión de los recursos: Los recursos
humanos y presupuestarios
Se amplió significativamente la planta de recursos humanos, derribando el
mito que la reforma al cerrar el hospital psiquiátrico produciría despidos del
personal, un proceso que es conocido como dehospitalización.
Por el contrario, en la provincia de Río Negro se triplicó la planta de personal
y se incorporaron además de profesionales de las disciplinas básicas,
recursos no convencionales tales como usuarios en recuperación, familiares
de personas con padecimiento mental, operadores de salud mental y otros
trabajadores como escritores, actores, ceramistas, arquitecto, bibliotecario,
entre otros. Personas que sin contar con estudios académicos realizaban
una capacitación en servicio e intervenían con una alta efectividad a partir
de compartir la vecindad y situaciones contextuales y culturales con las
personas que ayudaban y asistían.
El presupuesto se incrementó por un lado, dando lugar a un recurso legítimo
adicional al existente y por otro, se fue gradualmente desconcentrando
el recurso humano y presupuestario del hospital psiquiátrico hacia los
servicios generales y comunitarios, proceso conocido como reconversión de
los recursos.
La interdisciplina tuvo esta base de socialización del conocimiento y de
distribución de responsabilidades de las situaciones presentadas, las que
podían ser resueltas más allá del psiquiatra y el psicólogo, ya que el equipo
compuesto por representantes de otras disciplinas y sectores disponía de
información y destrezas para la intervención en crisis.
3.1.7. La Legislación de salud mental
Si bien en el Módulo 2 se ha desarrollado la temática de Legislación y Salud
Mental, se introduce una breve reflexión vinculada a la ley como parte de los
componentes de la transformación del sistema.
Es sabido que en varios países que cuentan con legislación en salud mental,
existen grados variables de aplicación, que oscilan entre un bajo e intermedio
nivel de implementación de las normas vigentes.
Investigaciones recientes atribuyen a la legislación el 6º lugar en el orden de
los factores principales en la transformación del sistema de salud mental.
Es posible que algunos países tengan incluida los aspectos legales del
área de salud mental en leyes generales de salud y que en otros casos se
desarrollen leyes particulares de salud mental y también ocurre que se
promulguen leyes específicas por patologías, en ocasiones independientes
aún existiendo un marco regulatorio de salud mental particular.
Desde la perspectiva que aquí estamos presentando, entendemos que
la existencia de luna ley es un componente que fortalece, profundiza y
obviamente legaliza las transformaciones en curso, cuando no las tracciona.
14
La desmanicomialización, partió del modelo de legalizar “lo que ya una
práctica había legitimado” (Testa, 1991), un camino que -a más de 30 años
de la reforma- continuamos considerando como el indicado. Sin embargo,
frente a la ausencia de un real propósito de transformación del sistema, el
déficit de servicios locales descentralizados, de profesionales formados en
salud mental pública y comunitaria; la existencia de una ley -en particular
si en su articulado incluye la existencia de organismos que velan por
su aplicación- es un factor que se puede tornar decisivo para favorecer
transformaciones. Aunque también, claro está puede resultar un excelente
marco filosófico sin aplicabilidad alguna.
3.1.8. La sensibilización y participación comunitaria
Hablamos aquí de la importancia de involucrar activamente a los llamados
“productores de salud mental” tales como educadores, líderes barriales,
religiosos y deportivos, periodistas, fuerzas de seguridad y todo otro sector
que intervenga en la producción de representaciones sociales y establezca
intervenciones directas con personas con problemáticas de salud mental y
con la población general.
Se incluyen también a todos aquellos que se constituyen en referentes
naturales de una persona con padecimiento mental, no solo quien mantiene
un vínculo afectivo sino quien pertenece a su vecindad o simplemente se
interesa por el.
La sensibilización y participación de estos grupos, habitualmente resulta
directamente proporcional a la implicación y acompañamiento que
los trabajadores de salud mental propicien. A menudo, se observa que
incrementan su compromiso y se involucran, en la medida que pueden
respaldarse en los profesionales y técnicos de salud mental que se
constituyen en sus referentes de consulta frente a las diversas situaciones
presentadas.
El Cambio Cultural, al que se alude generalmente al hablar de un cambio
de paradigma, se considera que resulta una consecuencia de los cambios
anteriores. La transformación de percepciones y representaciones sociales
se modifica a partir de nuevas ofertas y propuestas organizadas desde
un sistema diferente de atención que no aísla ni excluye a la población
diagnosticada de un padecimiento mental.
Si la comunidad visualiza que el “loco” no está “encerrado” ni tampoco
abandonado en la calle como linyera/pordiosero, sino que puede vivir,
trabajar y concurrir a los sitios en que se encuentra el común de las personas,
por ejemplo un hospital general, una fábrica, un teatro, un curso, la escuela,
entre otros; tendrá mas posibilidades de cambiar su idea de lo que es “la
locura” para no percibirla como peligrosa, irreductible, incapacitante.
Disminuirá su temor, su rechazo y así el estigma, de esta forma podrá
entonces disminuir la demanda social de encierro y aislamiento y ese es el
verdadero cambio cultural.
4. Conclusiones
El término Desmanicomialización fue empleado para designar el proceso
de transformación del sistema de salud mental de la provincia de Río
Negro (Argentina) por el que se sustituyó el sistema basado en el hospital
psiquiátrico y el modelo de atención clínico-asistencial por un sistema de
atención comunitaria.
Este proceso implicó transformaciones tanto a nivel de la política de salud
mental que adquirió el carácter de una política de salud mental pública y
comunitaria, de la oferta de servicios que se descentralizaron del hospital
psiquiátrico hacia servicios basados en la comunidad, de las prácticas que
se expandieron para intervenir en la existencia de la persona -y no tan solo
sobre sus síntomas- y apoyarla para su integración a la vida comunitaria.
La transformación de los presupuestos y recursos humanos e instrumentales,
a través de su descentralización e incremento, traduce la complejidad de
ofertas que implica esta perspectiva comunitaria y el requerimiento de una
mayor cantidad y diversidad de recursos.
La sensibilización y participación de la comunidad como parte activa de
estos cambios y la existencia de normativas y legislación de salud mental
y derechos humanos son causa y consecuencia de avances socio-culturales
15
que favorecen la disminución de los procesos de discriminación y estigma y
de la demanda social de encierro.
La capacitación y actualización de profesionales y técnicos es entendido como
un elemento clave para llevar adelante estas transformaciones, debiendo
contar necesariamente con el acceso a una formación de excelencia;
integrada por conocimientos académicos y destrezas actitudinales en el
marco de principios éticos y valores de solidaridad y justicia.
Se considera necesario priorizar la capacitación en servicios generales y
comunitarios, en concertación entre las diversas disciplinas y sectores que
sean parte de los equipos de salud mental, con alcance a otros sectores
sanitarios y sociales intervinientes.
Es requisito primordial de la desmanicomialización que la finalidad de
las estrategias, intervenciones y toda función esencial de la salud mental
ejercida por los integrantes de los equipos terapéuticos se basen en los
derechos y en la integración comunitaria de las personas usuarias de los
servicios de salud mental.
La transformación de los sistemas de salud mental hacia la perspectiva
comunitaria, implica una ardua tarea que cuenta con barreras bien definidas,
mayormente concentradas en intereses creados de orden particular que
no priorizan el bienestar público, junto al desconocimiento de los actuales
estándares de atención en salud mental por parte de profesionales y
técnicos, decisores políticos y sectores académicos.
Sin embargo, la Reforma del sistema es un proceso demostradamente
posible, que requiere la concertación de sectores políticos, técnicos y
sociales imbuidos de un alto compromiso con la salud de la población, sus
condiciones de vida y el ejercicio de sus derechos.
5. Referencias Bibliográficas
-Diario Clarín. Información General (Domingo 4 de agosto de 1996)
-Consejo de Derechos Humanos de la ONU, (2013), Informe del Relator
especial sobre la tortura, y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Juan E. Mendez, Naciones Unidas, Informe A/HRC/22/53.
-Cohen, H. y Natella, G. (2013) La desmanicomialización: crónica de la
reforma de salud mental en Río Negro. 1a ed. - Buenos Aires: Lugar Editorial.
___________________ (2009) Argentina: El programa de salud mental en
la provincia de Río Negro, en “Salud Mental en la comunidad”, WDC: OPS/
OMS.
___________________(1993), Trabajar en Salud Mental: La
desmanicomialización en Río Negro, BSAS: Lugar editorial.
-Levav, I., (1992) Temas de Salud mental en la comunidad. WDC: OPS-OMS.
-Ley 2440 de la Provincia de Río Negro de Promoción Sanitaria y Social de las
personas con sufrimiento mental, Rio Negro, Argentina. (1991). Sancionada:
11/11/1991. Promulgada por Decreto 1.466. Boletín Oficial 909.
-Ley 26.657 Ley Nacional de Salud Mental. Buenos Aires, Argentina.
Sancionada: 25/11/2010 Promulgada: 02/12/2010. Decreto reglamentario:
603/2013
-Murekian, N. (2007) Salud mental y Representaciones Sociales: Estructuras,
Procesos y Contextos de la desmanicomialización y sus impactos
representacionales en población Adulta y Grupos de expertos. Ciudad
de Viedma y Ciudad de Buenos Aires. (Tesis de Licenciatura) Facultad. de
Psicología en Buenos Aires.
-Natella, G., Salud mental comunitaria en acción: el problema de la formación
profesional en Salud mental, Comunidad y Derechos Humanos. En Prensa,
Uruguay: Psicolibros Universitario.
Grupo de trabajo en Salud Mental Comunitaria UdelaR (Universidad de la
República de Uruguay)
__________ (2010) La creciente medicalización contemporánea: Prácticas
16
que la sostienen, prácticas que la resisten en el campo de la salud mental, en
Medicalización y Sociedad: Lecturas críticas sobre la construcción social de
enfermedades, Canellotto, A., coord. BSAS: UNSAM.
Natella, G., Guerrero, M., Iriart, M., Luciani Conde, L., Reales, H., Acciones y
reflexiones del equipo técnico del Órgano de Revisión de la Ley Nacional de
Salud Mental Nº 26657 en prensa en Revista de Salud Mental Comunitaria.
Lanús: Universidad Nacional de Lanús.
- Observatorio de Derechos Humanos de Personas con Discapacidad Mental
(2014) Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad Mental.
Diagnóstico de la Situación en Chile, Santiago de Chile.
-Organización de Naciones Unidas (2006) Convención sobre los derechos de
las personas con discapacidad. WDC: ONU.
- Organización Mundial de la Salud (2012) Instrumento de Calidad y Derechos
de la OMS –Quality Rights, OMS, Santiago de Chile.
____________________________(2005) Instrumento de Evaluación para
los sistemas de Salud Mental –IESM, OMS, Ginebra.
__________________________(2004) Promoción de la salud mental.
Conceptos, evidencia emergente, práctica. Ginebra, OMS Ediciones.
-Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud
(2005) Conjunto de guías sobre servicios y políticas de salud mental, Políticas,
Planes y Programas. WDC: OPS.
-Organización Panamericana de La Salud (2009), Salud mental en la
Comunidad. Washington, D.C: OPS
Pan American Health Organization (2009); Strategy and plan of action on
mental health. WDC: PHO.
-Sarraceno, B. (2003) La liberación de los pacientes psiquiátricos: de la
rehabilitación psicosocial a la ciudadanía posible. México: Pax.
-Schiappa Pietra, J. (2016) La finalidad de los tratamientos en La Brancaleone,
Teoria y Práctica Desmanicomializadora. Río Negro: Kuruf Ediciones.
-Ley 2440 de la Provincia de Río Negro de Promoción Sanitaria y Social de las
personas con sufrimiento mental, Rio Negro, Argentina. 1991. Sancionada:
11/11/1991. Promulgada por Decreto 1.466. Boletín Oficial 909.
-Ley 26.657 Ley Nacional de Salud Mental. Buenos Aires, Argentina.
Sancionada: 25/11/2010 Promulgada: 02/12/2010. Decreto reglamentario:
603/2013.
-Natella, G. (2010) La creciente medicalización contemporánea: Prácticas
que la sostienen, prácticas que la resisten en el campo de la salud mental, en
Medicalización y Sociedad: Lecturas críticas sobre la construcción social de
enfermedades, Canellotto, A., coord. BSAS: UNSAM.
- Observatorio de Derechos Humanos de Personas con Discapacidad Mental
(2014) Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad Mental.
Diagnóstico de la Situación en Chile, Santiago de Chile.
- Organización de Naciones Unidas (2006) Convención sobre los derechos de
las personas con discapacidad. WDC: ONU.
- Organización Mundial de la Salud (2012) Instrumento de Calidad y Derechos
de la OMS – Quality Rights, OMS, Santiago de Chile.
____________________________(2005) Instrumento de Evaluación para
los sistemas de Salud Mental –IESM, OMS, Ginebra.
__________________________(2004) Promoción de la salud mental.
Conceptos, evidencia emergente, práctica. Ginebra, OMS Ediciones.
-Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud
(2005) Conjunto de guías sobre servicios y políticas de salud mental, Políticas,
Planes y Programas. WDC: OPS.
-Organización Panamericana de La Salud (2009), Salud mental en la
Comunidad. Washington, D.C: OPS
Pan American Health Organization, (2009); Strategy and plan of action on
mental health. WDC: PHO.
-Sarraceno, B., (2003) La liberación de los pacientes psiquiátricos: de la
rehabilitación psicosocial a la ciudadanía posible. México: Pax.
- Schiappa Pietra, J. (2016) La finalidad de los tratamientos en La Brancaleone,
17
Teoria y Práctica Desmanicomializadora. Río Negro: Kuruf Ediciones.
- WHO, (2014) World Health Organization and the Gulbenkian Global Mental
Health Pla-Ley 2440 de la Provincia de Río Negro de Promoción Sanitaria y
Social de las personas con sufrimiento mental, Rio Negro, Argentina. 1991.
Sancionada: 11/11/1991. Promulgada por Decreto 1.466. Boletín Oficial
909.
- Ley 26.657 Ley Nacional de Salud Mental. Buenos Aires, Argentina.
Sancionada: 25/11/2010 Promulgada: 02/12/2010. Decreto reglamentario:
603/2013
-Natella, G. (2010) La creciente medicalización contemporánea: Prácticas
que la sostienen, prácticas que la resisten en el campo de la salud mental, en
Medicalización y Sociedad: Lecturas críticas sobre la construcción social de
enfermedades, Canellotto, A., coord. BSAS: UNSAM.
-Observatorio de Derechos Humanos de Personas con Discapacidad Mental
(2014) Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad Mental.
Diagnóstico de la Situación en Chile, Santiago de Chile.
Conceptos, evidencia emergente, práctica. Ginebra, OMS Ediciones.
-Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud
(2005) Conjunto de guías sobre servicios y políticas de salud mental, Políticas,
Planes y Programas. WDC: OPS.
-Organización Panamericana de La Salud (2009), Salud mental en la
Comunidad. Washington, D.C: -Sarraceno, B., (2003) La liberación de los
pacientes psiquiátricos: de la rehabilitación psicosocial a la ciudadanía
posible. México: Pax.
-Schiappa Pietra, J. (2016) La finalidad de los tratamientos en La Brancaleone,
Teoria y Práctica Desmanicomializadora. Río Negro: Kuruf Ediciones.
-Testa, M. (1991). Presentación de la Ley 2440 de Promoción Sanitaria y
Social de las Personas con Sufrimiento Mental de la Provincia de Rio Negro.
Facultad de Medicina de Buenos Aires.

-Organización de Naciones Unidas (2006) Convención sobre los derechos de

las personas con discapacidad. WDC: ONU.

-Organización Mundial de la Salud (2012) Instrumento de Calidad y Derechos

de la OMS –Quality Rights, OMS, Santiago de Chile.

____________________________(2005) Instrumento de Evaluación para

los sistemas de Salud Mental –IESM, OMS, Ginebra.

__________________________(2004) Promoción de la salud mental.

18
19