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EXPLORACIÓN DEL SUBSUELO

Antes de construir cualquier obra de Ingeniería se necesita investigar las condiciones del subsuelo del
sitio propuesto para determinar si es adecuado y así poder establecer su capacidad para soportar la
estructura propuesta evitando esfuerzos y deformaciones indebidos. En el caso de obras construidas
con suelo, también se necesita verificar si el material de relleno es adecuado y seleccionar el método de
construcción más apropiado.

Las investigaciones del terreno y las de laboratorio necesarias para obtener esta información esencial,
constituyen lo que se denomina Exploración del subsuelo, o reconocimiento del terreno o estudio del
subsuelo, con el propósito de obtener un perfil estratigráfico del suelo objeto de estudio como el
mostrado en la Figura 7.1

Figura 7.1. Perfil de perforación

El conjunto de estos datos debe llevar al proyectista a adquirir una concepción razonablemente exacta
de las propiedades físicas del suelo que deba considerar en sus análisis.

Realmente es en el laboratorio de Mecánica de Suelos donde el ingeniero ha de obtener los datos


definitivos para su trabajo.

Hay muchas técnicas para investigar los lugares, varían en costo desde inspecciones visuales
relativamente poco costosas, hasta exploraciones subterráneas costosas y pruebas de laboratorio

De esta manera, el estudio de suelos incluye generalmente un programa de exploración del subsuelo,
observaciones del nivel freático, recuperación de muestras para su estudio mediante ensayos de
laboratorio y en algunos casos, una serie de ensayos in situ.
Los tipos de sondeos más usados en Mecánica de Suelos para fines de muestreo y conocimiento del
subsuelo, en general, son los siguientes:

Métodos de Exploración de Carácter Preliminar

Sondeos a cielo abierto con toma de muestras inalteradas o alteradas.

Perforaciones con posteadora, barrenos helicoidales o métodos similares.

Métodos de lavado.

Método de penetración estándar.

Método de penetración cónica.

Perforaciones en boleos y gravas con barretones, etc.

Métodos de Sondeo Definitivo

Pozos a cielo abierto con muesreo inalterado.

Métodos con tubos de pared delgada.

Métodos rotatorios para roca.

Métodos Geofísicos

Sísmico

De resistencia eléctrica

Magnético y gravimétrico
IV: MICROORGANISMOS Y MINERALES

Introducción

RETOMANDO el tema visto a principios del capítulo precedente, veamos por qué el subsuelo de la
ciudad de México posee una serie de propiedades que lo distinguen y destacan entre la mayoría de los
suelos conocidos. Sus orígenes lacustre y volcánico causan en parte su complejidad, además influyen
su edad y las condiciones geológicas en que se formó. Para entender y, aún más, para explicar sus
propiedades y comportamiento, no basta con señalar estos importantes factores: es necesario además
estudiar los materiales que surgen de tales condiciones y comprender con creciente detalle las
interacciones de sus componentes.

Por su composición variada, este tipo de materiales se conoce como materiales multicomponentes, y
para ellos existen métodos especiales de estudio, como la micromecánica. Adentrémonos en este
capítulo, primero, en la descripción de sus componentes, para después hablar de sus interacciones y
sobre todo, de las características microestructurales que provocan un comportamiento tan especial. Más
tarde podremos ahondar más aún en los intrincados aspectos del comportamiento y propiedades de este
suelo, cuando lo equiparemos a las investigaciones de materiales espaciales y sus equipos.

Minerales del Suelo

La complicada naturaleza de la composición del subsuelo de la ciudad de México ha sido causa de


opiniones encontradas y de no pocas confusiones o ignorancia, al grado de que durante un tiempo los
conocimientos fueron sustituidos por inexactitudes o hasta por mitos, que formaron un aura de misterio
que oscurecía su verdadera naturaleza. A resolver el enigma se han dedicado grandes esfuerzos y
talentos, entre los que destaca el cabal estudio de los investigadores universitarios Marsal y Mazan,
importante tanto por el detalle como por el alcance y proyección de su obra. Sin embargo, algunos
investigadores que realizaron estudios posteriores, antes de clarificar y ampliar la abundante información
publicada, sucumbieron ante sus prejuicios predilectos y volvieron a poner en duda una serie de hechos
ya establecidos con cierto rigor. Tratando de avanzar en el conocimiento sobre lo que el principal estudio
del subsuelo encontró, se inició en 1980 una nueva investigación, todavía en proceso, que pretende
seleccionar los hechos comprobados, añadir los nuevos resultados que hace posible el avance de la
técnica de instrumentación y las teorías micromecánica y coloidal, así como abrir el camino para
explorar conceptos poco estudiados, que pudieran ayudar a resolver algunas de las todavía múltiples y
desafiantes incógnitas.

Entre las técnicas utilizadas para conocer la naturaleza de los materiales del subsuelo destaca el
análisis a través de los patrones de rayos X, que se registran después de irradiar las arcillas. Los rayos
X nos permiten ver, mucho más allá de lo que ven los ojos, algunas propiedades fundamentales de la
materia. Se dice que los rayos X se difractan, o sea cambian su dirección de propagación, cuando son
afectados de una manera muy particular por cada material. El fenómeno de la difracción
"desenmascara" la estructura geométrica de los materiales (véase en la bibliografía, E. Braun), por lo
que nos permite conocer la distancia que hay entre los átomos de las redes cristalinas o los arreglos de
átomos de un material y, de ahí, identificar los compuestos que forman parte de la estructura. Para inferir
qué compuestos están presentes, se compara el patrón de rayos X de cada muestra con unos patrones
almacenados en un archivo, y con ello es posible concluir de qué materiales se trata (véase la figura 12).
Pero todo no podía ser tan fácil: los minerales arcillosos del subsuelo, objeto de estudio de esta
investigación, no son muy cristalinos, es decir, sus átomos no están tan ordenados como los cristales de
la sal, por ejemplo. Entonces, sólo una parte de los componentes del subsuelo citadino se pueden
identificar con este método, por lo que el estudioso se ve obligado a hacer uso de técnicas
complementarias para clarificar su naturaleza compleja. No obstante, el análisis por rayos X de gran
cantidad de muestras de diversas profundidades (se prepararon hasta 550 muestras de 163 estratos),
nos ha posibilitado encontrar algunas interesantes variaciones de la composición de las arcillas de
acuerdo con la profundidad a la que se hallaron. Así, se encontró que las muestras contienen mezclas
de minerales como ilitas, plagioclasas, montmorilonitas y otros más; todos producto de las erupciones de
volcanes que rodean el valle y del proceso de cambio natural (intemperización) que estos materiales
sufren con el tiempo. Pero ya que cada volcán arroja materiales diferentes, además de que pueden
llegar por otras vías, no necesariamente la aérea (como por el arrastre pluvial), los depósitos son de muy
diversa naturaleza, lo que dificulta una identificación rápida o fácil.

Figura 12 Diafractogramas de rayos X que muestran la variabilidad de componentes y grados de


cristalización de las arcillas que forman parte del subsuelo

Del análisis de las muestras del subsuelo del Valle de México, provenientes de varios sondeos
realizados en la zona del lago, basándonos principalmente en un sondeo efectuado muy cerca del centro
de la ciudad, se puede deducir lo siguiente:

PrImero

La mineralogía cambia con la profundidad, como resultado de condiciones volcánicas y climáticas


variables durante los procesos de sedimentación.

Segundo

Las muestras analizadas fueron divididas con base en el tamaño de las partículas encontradas, que van
desde décimas hasta decenas de micras. Entre la fracción más gruesa encontramos un predominio de
feldespatos, que son los óxidos de silicio o silicatos más abundantes en la corteza terrestre (llegan a
constituir el 50% del peso de la corteza), que se presentan probablemente como plagioclasas, que son
minerales producto típico de erupciones, acompañados de considerables cantidades de carbonato de
calcio, en su variedad de calcita; cabe resaltar que éste no se debe a la presencia de evaporitas de
calcio, el llamado caliche (producto del afloramiento de minerales de calcio cuando un lago llega a
secarse totalmente). Por medio de otra técnica, la microscopía electrónica, se confirmó que la mayoría
de los cristales de calcita encontrados provienen de la concha de crustáceos microscópicos,
identificados como ostrácodos, y también de la capa dura que más adelante describimos. También, en la
fracción gruesa, se encontraron minerales no arcillosos, como la dolomita, especie identificada por
primera vez en estratos del subsuelo de la ciudad, o los óxidos de silicio (cuarzo-α y cristobalita, en su
forma de baja temperatura). Asimismo, se identificaron anfíbolas, en su forma de hornablenda.

En cuanto a la fracción menor a 2 micras, donde se incluyen los minerales arcillosos, se identificó la
montmorilonita, el mineral más abundante en muchos estratos. En forma de agregados que superan las
2 micras, se halló también ilita, caolinita, y mica, lo cual significa que la mayor parte de los minerales
arcillosos del subsuelo se concentran en estos agregados. La montmorilonita encontrada varía
ampliamente en su grado de cristalización (ya con elevada, ya con pobre cristalización). Si bien estos
minerales no son del conocimiento del público en general, tampoco son raros ni extraordinarios, por lo
que su aparente carácter místico no tiene bases, fuera de la ignorancia.

Si con la lectura de los resultados de investigaciones previas no se puede llegar a entender la compleja
constitución microscópica del subsuelo, más dudas habrían de surgir con el estudio sistemático de cada
estrato encontrado en los primeros treinta o cuarenta metros de profundidad. Estos primeros depósitos
son importantes para la ingeniería, ya que sustentan las cimentaciones de todas las construcciones del
centro de la ciudad. A profundidades de 30 a 40 in se encuentra la mencionada "primera capa dura" que
es un potente (grueso) depósito, que evidencia quizá la más importante secuencia de las erupciones
volcánicas de los últimos 60 000 años. El nombre de capa dura refleja el hecho de que éste es uno de
los estratos más resistentes de los primeros 80 m del subsuelo (sobre esta capa descansan la gran
mayoría de los pilotes de punta de las edificaciones más pesadas). Esta capa dura se encuentra a su
máxima profundidad en la zona central de la ciudad y va siendo menos profunda a medida que se
acerca a las orillas de lo que fue el antiguo lago.

Es interesante notar que la montmorilonita se caracteriza, en particular la poco cristalizada, por su alta
capacidad de integrar y retener (absorber) el agua en su estructura microscópica, hecho que explica su
notable pérdida de volumen cuando se seca al aire. Cuando los minerales arcillosos presentan una
cristalinidad muy baja, es decir, cuando carecen de periodicidad en su estructura, difractan los rayos X
desordenadamente, hecho que imposibilita su identificación, al punto de que a veces sólo se pueden
clasificar como materiales amorfos, técnicamente llamados alófanos.

Tercero

La baja cristalización de las arcillas que encontramos en los primeros 30 m de profundidad, se debe
principalmente a su origen volcánico y corta edad (menor a 30 000 años). Las arcillas de alta
cristalinidad pertenecen generalmente a depósitos más antiguos.

Cuarto

Como los factores climáticos afectaban la profundidad de las aguas del antiguo lago, en las épocas en
las que ésta era muy baja, dichos factores inducían una alta concentración de sales, dando origen a
horizontes abundantes en crustáceos, que son los que otros autores han confundido con el caliche:
polvo blanquecino que aflora en suelos predominantemente de origen marino.

Quinto

Se ha descartado la singularización de la mineralogía del subsuelo con nombres genéricos, como


alófanas o montmorilonitas o ilitas, por ejemplo, y se describen con más precisión como mezclas de
minerales varios, en su estructura y grado de cristalización.
Sexto

Los fósiles microscópicos intercalados entre la arcilla afectan algunas de las propiedades mecánicas
macroscópicas, como las de fragilidad, rigidez, plasticidad y resistencia.

Séptimo

El alto contenido de agua se puede explicar no sólo por la baja cristalinidad de los minerales arcillosos
(cuyas grandes superficies, por un lado, llegan a tener hasta 800 metros cuadrados por cada gramo de
material y, por otro lado, están altamente energizadas debido a los defectos cristalinos cercanos a la
superficie, que por esta virtud forman múltiples capas de agua absorbida, es decir de agua que se
estructura alrededor de los minerales, sobre todo en los poco cristalinos), sino también por la gran
capacidad de los fósiles para retener agua en su estructura porosa. Por último, la variabilidad
encontrada en la resistencia mecánica de los diferentes estratos se debe principalmente, entre otros
factores, a la diversidad de microestructura de estos suelos, que incluyen además variaciones en la
proporción del contenido de fósiles de los estratos.

Como cualquier otra investigación, el trabajo realizado para clarificar los aspectos relacionados con la
composición fisicoquímica de los materiales que forman el subsuelo de la ciudad de México, no está
concluido totalmente, pues si bien en los últimos ocho años se ha podido aumentar y precisar la
información que se tenía previamente, también es cierto que la nueva investigación ha abierto nuevas
interrogantes. Entre éstas podemos citar las siguientes: es necesario determinar los mecanismos de falla
microestructural para los materiales más comunes del subsuelo, considerando sus diferentes
propiedades mecánicas en función de la profundidad. Es conveniente, también, ahondar en la
explicación de las causas de la gran capacidad de estos materiales para retener agua en su estructura.
Por último, se estima conveniente continuar obteniendo información de utilidad para la ingeniería, a
través de los datos que nos proporcionan los fósiles interestratificados, profundizando en particular en la
manera en que éstos participan como elementos de la microestructura en las deformaciones causadas
por los sismos y por las construcciones de la ciudad en continuo asentamiento.

Microorganismos del Subsuelo

Los materiales que conforman el subsuelo de la ciudad de México son, como decíamos, principalmente
minerales arcillosos de composición química muy variable, con una proporción elevada de agua y sales
en solución, como suele suceder en los suelos de origen lacustre, es decir, aquellos que se forman por
la sedimentación en lagos. El tamaño de sus componentes, como las partículas de arcillas, son
sumamente finos, va de 0.1 a 4 micras (pequeñísimas, si pensamos en que un cabello humano, tiene de
50 a 150 micras de diámetro) o de 2 a 400 micras si hablamos del componente de limos y arenas.
Además de los minerales, dichos suelos de sedimentación lacustre contienen una gran variedad de
fósiles microscópicos, principalmente restos de algas de hermoso y variado aspecto (véase, por ejemplo,
la microfotografía de la figura 13), que se sitúan a diferentes profundidades y que miden de 1 a 200
micras. Hay también ostrácodos, unos crustáceos entre dos conchas, parecidas a las de la almeja, pero
de unas 50 a 500 micras (medio milímetro) solamente. En algunos de los estratos los fósiles son tan
abundantes que, al tacto del experto en mecánica de suelos, se pueden tomar por arenas limosas y, por
su tamaño mucho mayor en relación con las arcillas, añaden a tales estratos propiedades de
comportamiento mecánico muy peculiares.
Figura 13. Micrografía de una diatomea. (Cyclotella s.p.) presente entre las arcillas del subsuelo de la
ciudad de México. Véase la contratapa debajo de la valva. Diámetro aproximado, 9 micras

Estudiando el material en su estado natural, en las llamadas muestras inalteradas, mediante un


microscopio electrónico, se pudo constatar que los fósiles forman parte importante de la microestructura;
por lo anterior, si se quiere entender cómo se comporta el suelo en el nivel microscópico, al ser sometido
a esfuerzos similares a los de los sismos y otras solicitaciones mecánicas, es necesario tomar en cuenta
los componentes fósiles que integran el suelo (véase, por ejemplo, la figura 14). Si pensamos en
analogía con los metales y otros materiales compuestos, donde la densidad de microgrietas, es decir, el
número de grietas dentro de un volumen dado, determina la resistencia máxima, los suelos son
materiales que, dentro de un estrato en particular, presentan una considerable homogeneidad, pero ésta
es interrumpida por innumerables fósiles, que en su mayoría no se adhieren a los minerales. Por lo tanto
son nícrogrietas donde se interrumpe la continuidad formando planos de debilidad en donde la
resistencia de las arcillas es menor, en proporción a la cantidad de fósiles. Como esta proporción varia
de un estrato a otro de una manera notable, estratos de la misma mineralogía y proporción de agua
pueden variar ampliamente en su resistencia y rigidez. La proporción depende del ambiente biológico
que existió durante el proceso de sedimentación de cada estrato.

Figura 14. Micrografía del suelo arcilloso de la ciudad de Mexico. En ocasiones los fósiles alineados crean
grietas, o discontinuidades en la arcilla, causando debilidades locales y fragilidad en las muestras

En nuestro equipo de trabajo fue tal la impresión ante el hallazgo de la proporción y diversidad de fósiles
en los diferentes estratos arcillosos, que la pregunta "¿que nos puede decir la presencia de cada
especie fósil?" comenzó a ser cada vez más natural. No obstante, las primeras respuestas resultaban
bastante dudosas o cuando menos excesivamente vagas. Aprovechando que trabaja una gran variedad
de especialistas en los institutos de investigación de la Universidad Nacional, pronto nos acercamos a
biólogos, paleontólogos y geólogos, para buscar ayuda en la comprensión de nuestro hallazgo. No
tardamos mucho tiempo en decidir que para dar una respuesta apropiada a lo que resultaba ser una
pregunta compleja, sería necesaria la integración de alguien que, con herramientas biológicas, buscara
respuestas más firmes e informativas. Así, se incluyó al primer profesionista ajeno a la ingeniería en el
Grupo de Micromecánica donde trabajo.
Las diatomeas presentes en el subsuelo de la ciudad de México presentan una variedad indiscutible.
Con el desarrollo de la investigación sistemática, pudimos encontrar nueva información para completar
el complicado cuadro que muestra el subsuelo de esta ciudad y causa algunas de sus propiedades
micromecánicas. El estudio se inició con la observación de las muestras extraídas del subsuelo por
medio del sondeo inalterado. Se obtiene una columna de unos 13 centímetros de diámetro y 35 a 40
metros de longitud, extraída por medio de tubos metálicos en sectores de un metro cada uno. A
continuación, los cilindros de suelo descubiertos fueron cortados longitudinalmente para exponer los
horizontes sedimentados durante un periodo de miles de años. Ahora creemos que estos primeros 30
metros tienen una edad de 30 000 años aproximadamente. Esta estimación se debe al hallazgo de un
tronco, localizado a 28 metros de profundidad, por uno de los ingenieros que estudiaba la zona de paso
de uno de los túneles del drenaje profundo, que se ha venido construyendo durante la última década en
la ciudad. Este tronco fue fechado con la técnica de carbono 14 y la edad encontrada, según recuerdo,
sorprendió a todos aquellos que dedicaron o dedican tiempo a entender los diversos parámetros del
subsuelo. Estudios anteriores (como el de Marsal y Mazari, o el de D. Reséndiz) inferían, comparando
diversos depósitos geológicos, edades mucho mayores.

Treinta mil años no es nada, cuando menos para los geólogos, que generalmente empiezan a
interesarse en depósitos cuando éstos superan los 100 000 años de edad. Tampoco los paleontólogos
encontraban mucho qué hacer, ya que los fósiles que ellos estudian llegan a tener, no miles, sino
millones de años, por lo que los fósiles encontrados podían clasificarse, valga la expresión, como fósiles
vivos; es decir, son restos de organismos de especies que aún existen.

Una de las formas de comprender la diversidad de estratos encontrados en el subsuelo es tener una
noción de cómo se formaron. Con un esquema de los materiales originalmente sedimentados en el
fondo del lago en cada época, es más fácil conocer los procesos de intemperización que dieron lugar a
las arcillas tal y como las observamos hoy. Los principales factores que determinan qué materiales se
sedimentan en un lago en cada época son diversos; hemos mencionado ya el origen volcánico de
algunos de ellos, sin embargo, hay que considerar que el viento puede acarrear materiales a grandes
distancias y, también, que la actividad de los organismos que habitaban el lago aportó una cantidad
notable de materiales de origen orgánico al fondo. El estudio de los fósiles microscópicos, que en
nuestro caso son las conchas de los ostrácodos y las valvas (esqueletos) de las diatomeas, hace posible
que se identifiquen por medio de claves. Como este tipo de organismos aún habitan muchos lagos y
presas mexicanos, es posible saber bajo qué condiciones se desarrollan mejor. Gracias a estos datos,
de la evaluación de la cantidad y diversidad de fósiles, se pueden inferir las condiciones climáticas y
químicas del lago en diferentes épocas. Para ello nos hemos valido de algunas herramientas de la
ecología, que, justamente, estudia las relaciones entre las poblaciones y su ambiente. Con esto se ha
podido reconstruir cuál fue, por ejemplo, la profundidad, temperatura, turbidez, actividad biológica y
salinidad del lago, factores que ceden información no sólo de utilidad biológica, sino de otra índole, como
la velocidad de sedimentación, la historia del peso soportado por estos sedimentos, su evolución, y
también algunas estimaciones sobre su proceso de formación, que interesan a la geología o a la
ingeniería (la salinidad y la acidez, por ejemplo, influyen notablemente sobre la resistencia del suelo, por
lo que es muy importante saber cómo han cambiado éstas, y cuáles fueron sus valores aproximados en
cada uno de los estratos).

Las diatomeas son algas unicelulares cubiertas por unas estructuras llamadas valvas, que embonan
entre sí como una caja de Petri (de las que se usan en cultivos de microorganismos). Su forma puede
ser circular, triangular, alargada como huso, o casi cualquier otra; estas valvas son las que permanecen
como fósiles. Existen grandes depósitos (diatomitas) de estas valvas, que por cierto tienen muchas
aplicaciones industriales y domésticas: se emplean por ejemplo, en la fabricación de dinamita, en
ladrillos refractarios o en los filtros de agua, pues con una trama fina de diatomeas se pueden detener
las partículas contaminantes (véase la figura 15).
Figura 15. Micrografía doble de superficie de un ostrácodo. A la izquierda tomada con unos 1 000 aumentos
y a la derecha 5 500x. Estas superficies retienen mucho agua en sus numerosos poros. Se componen de
carbonato de calcio, cuyos cristales se puedan apreciar en la de mayor aumento

Las diatomeas son vegetales fotosintéticos, es decir, obtienen su energía principalmente de la luz solar,
igual que las plantas. Sin embargo, en ausencia de luz, algunas de ellas son capaces de alimentarse
temporalmente de materia orgánica, por lo que cuando hallamos una gran cantidad de éstas, podemos
suponer con toda confianza que el lago era un lago eutrófico, con gran cantidad de sales y materia
orgánica disueltas y en el fondo. El método de análisis que utilizamos consiste básicamente en
identificar las diatomeas presentes, contar la abundancia relativa de cada especie, y con criterios
semicuantitativos y comparativos, hacer inferencias sobre la combinación de factores ambientales que
favorecían la proporción de unas y otras. Esta metodología se emplea por lo común para establecer la
calidad del agua en ríos y embalses. Por ejemplo, si encontramos una alta proporción de diatomeas
planctónicas (que viven en la superficie o en suspensión) frente a las del fondo (bentónicas), podemos
pensar que el agua era suficientemente clara o el lago poco profundo, y que permitía la entrada de luz y
la actividad fotosintética. Si por el contrario hallamos una gran proporción de diatomeas que pudieran
usar fuentes alternativas de energía, el dato nos llevaría a concluir que el agua tendría abundantes
nutrientes, que sería turbia y con menos facilidad para la actividad fotosintética.

Esto parece fácil de llevar a cabo, pero hay múltiples problemas que enfrentar; por ejemplo, la alteración
de las valvas con el tiempo: cuando el ambiente químico del fondo les es muy agresivo (corrosivo), se
hace difícil o imposible identificarlas. Aunque también esto puede ser aprovechado para obtener
resultados, como el de definir el ambiente químico y los iones presentes en los estratos, por ejemplo.
Otro problema es que estamos reconstruyendo el panorama de diferentes épocas analizando sólo
algunos de los muchos organismos que existieron en esos ecosistemas; los peces, las plantas acuáticas
y otras algas, bacterias y protozoarios, por ejemplo, no dejan rastros tan evidentes y duraderos.

La especie de diatomea más notable por su gran tamaño es la llamada Campilodiscus clypeus (véase la
figura 16). Es ésta la especie que cuando se combina con material muy fino se percibe al mero tacto,
como los ostrácodos, y hace pensar en la presencia de limos y arenas finas entre las arcillas (cuando los
suelos son de color oscuro, estas diatomeas resaltan como puntos blancos). La Campilodiscus se
desarrolla bien en condiciones de abundante materia orgánica y en un ambiente azufroso, como el que
probablemente dominó el lago durante algunos de los periodos de actividad volcánica. Esta especie es
la dominante antes de la erupción, pero desaparece prácticamente después de ésta. Lo que observamos
en los estratos subsecuentes es un aumento en las diatomeas planctónicas, que con el tiempo van
cediendo su lugar poco a poco a diatomeas del fondo, con lo que se restablece una situación similar a la
de antes de la erupción. Esto obliga a concluir que las emisiones de arena basáltica y posteriormente
pumítica durante las explosiones volcánicas eliminaban gran parte de la actividad biológica en el lago,
por un cambio drástico en acidez, temperatura, partículas en suspensión y en proceso de
sedimentación, y que probablemente permanecían sólo algunas sales disueltas. El lago, de agua
relativamente clara, impulsó el desarrollo de organismos planctónicos, lo que dio pie a una secuencia
que condujo a un sistema cada vez más complejo de organismos, que se refleja en el aumento de
nutrientes, materia orgánica y en el tipo de fósiles encontrados.
Figura 16. Diatomea Campilodiscus Clypeus, muy abundante en el subsuelo.
Su tamaño alcanza 50 micras

Además de la proporción de diatomeas planctónicas frente a las bentónicas, el tipo de ostrácodos


presentes depende de las condiciones de profundidad, salinidad, y energía de movimiento del agua. Los
ostrácodos producen un par de conchas que los protegen; es posible verlos agrupados y nadando
rápidamente de la superficie al fondo en algunos charcos y lagunas poco profundas. Ya que los
ostrácodos que hemos encontrado del género Cypris parecen haber habitado en un ambiente de alta
salinidad, es de esperarse que los estratos donde abundan correspondan a épocas de bajo nivel del
lago, en las que aumentó la concentración de las sales disueltas. Éste parece haber sido un proceso en
aumento continuo en las épocas finales del lago, como producto de la reducción en su tamaño por la
evaporación y por el efecto de los primeros asentamientos humanos. En estudios anteriores sobre la
mineralogía del subsuelo, se encontró calcita en abundancia en múltiples estratos, lo que, como
decíamos, otros autores han interpretado como periodos de sequía, en los cuales afloró a la superficie
seca el carbonato de calcio. Durante esta investigación se ha encontrado que, en la mayoría de los
casos, esta calcita pertenece a las conchas de los ostrácodos, lo que indica que no había sequías, pues
si había ostrácodos, había agua, aunque fuera poca. En cambio, hemos encontrado verdaderos cristales
de carbonato de calcio que sí pueden indicar sequías breves, pero en estratos donde antes no se había
demostrado tal efecto, como por ejemplo, en la capa dura (véase la figura 17).

Figura 17. Micrografía de material que compone capa dura,


donde se asientan muchos de los pilotes de las edificaciones
de la ciudad de México. Nótese los cristales de carbonato de calcio

La idea que tenemos hoy del lago de la cuenca del Valle de México durante los últimos 30 000 años, es
la de un lago relativamente poco profundo (probablemente tendría alrededor de 2 a 4 m en la zona más
profunda), con gran cantidad de materiales disueltos, provenientes tanto de la actividad biológica como
del arrastre pluvial y eólico de las laderas circundantes, de aguas turbias, y con una tendencia a secarse
en algunas épocas (distantes unas de otras miles de años), y que culminó en su desaparición debido a
factores principalmente humanos en los siglos XVI y XVII; sin embargo los actuales lagos de Texcoco,
Xochimilco y Chalco, que continúan reduciéndose, son restos de aquel extenso lago. Las erupciones
volcánicas fueron relativamente frecuentes y dominaron el paisaje en varios períodos. La vida en el Valle
de México nunca ha sido tranquila y, a juzgar por la actual actividad humana, probablemente nunca lo
será.

Medios Técnicos de Investigación

Para observar la respuesta de la microestructura de las arcillas del Valle ante cargas externas, se
desarrolló un dispositivo electromecánico que puede comprimir una muestra pequeña (un cubo de 5 mm
por lado) dentro de la cámara de observación del microscopio. Así, es posible observar, y medir, toda
una serie de parámetros mecánicos como los desplazamientos de los microelementos que forman la
microestructura (véase la figura 18), la propagación de grietas durante el proceso de falla, la influencia
de los poros y del fluido interparticular. Por cierto, durante la observación en el microscopio electrónico
de barrido de muestras del subsuelo no puede mantenerse toda el agua original dentro, pues los
microscopios electrónicos funcionan sometiendo las muestras al alto vacío, y para evitar la evaporación
del agua de los poros, ésta se sustituye por un polímero, soluble en agua, que tiene una viscosidad
equivalente a la del agua. Para asegurarnos de que estos fluidos no cambiarán las propiedades
mecánicas de manera notable, se realizó una investigación comparativa con el material natural
(incluyendo agua, sales y grasas) y otra del material con un fluido sustituto (véase Peralta,
Micromecánica de suelos, 1984). Los resultados obtenidos demostraron que la sustitución no causó
cambios, ni en la resistencia, ni en las propiedades de deformación evaluadas contra el tiempo. Ya que
esto no constituía un problema para la observación al microscopio electrónico, pudimos continuar, pero
antes modificamos el equipo para que fuera capaz de extraer información cuantitativa mediante un
accesorio ideado por nosotros que era capaz de permitir operaciones de resta de imágenes. Este
proceso permite registrar y medir el desplazamiento de los componentes de la microestructura mientras
la muestra se está sometiendo a regímenes de deformación. En su momento, el desarrollo de esta
técnica de microscopía resultó ser muy novedoso: se anticipó con más de cuatro años a los modelos
comerciales. Nosotros buscamos industriales que, apreciando sus ventajas, invirtieran en el desarrollo
de un prototipo industrial, pero los únicos interesados fueron los fabricantes del microscopio, quienes
nos propusieron un arreglo en donde ellos se quedaban con la parte del león, cosa que desde luego no
aceptamos. Hoy, diversas compañías venden el accesorio a costos equivalentes al precio de un
microscopio nuevo, diciendo que es una parte indispensable de todo equipo avanzado. Nuestros costos
para lograr tal avance no llegaron ni a la décima parte del costo total del equipo. Moraleja: se puede, aun
en países en desarrollo, innovar y hasta anticiparse a la gran mayoría, pero, por otro lado, esas cosas
pasan desapercibidas en nuestro medio y ni siquiera son apreciadas en su dimensión real. Por lo pronto,
nuestro accesorio siguió su curso, y dio lugar a múltiples trabajos útiles, ya publicados en el país y en el
extranjero.

Figura 18. Micrografía de una muestra de arcilla del subsuelo del Valle de México que muestra partículas
arcillosas de baja cristalinidad. Son amorfas y siempre se encuentran en agregados de múltiples individuos
y sin orientación preferencial. Las partículas más grandes son feldespatos, éstos sí, algo cristalinos
Aunque el dispositivo de carga y otros equipos complicados como el procesador de imágenes fueron
desarrollados específicamente para este estudio, sus funciones son aplicables a una gama de
problemas que rebasan la ingeniería y fisicoquímica de suelos, como los de la biología, la investigación
médica y la metalurgia, entre otros. Como nuestro interés es conocer la relación entre el comportamiento
de la microestructura de un material y las características que lo hacen útil para la ingeniería, no basta la
mera observación, aun cuando ésta sea muy importante en la gran mayoría de las veces. Por tanto,
nuestro trabajo va encaminado a saber lo que ocurre microscópicamente en los materiales mientras
están siendo sometidos a fuerzas externas, y a medir los desplazamientos de las partículas. Por cierto,
este proceso de generación de los medios técnicos de investigación científica, resulta ser el origen de
buena parte de los descubrimientos más notables de la humanidad, y acompaña siempre al desarrollo
del avance científico. En ocasiones, los logros colaterales, muchas veces casuales, son de tal magnitud,
que bien pueden justificar solos los gastos de investigación de un país. Cada técnica de análisis da una
información precisa, pero nunca completa; este hecho, lejos de desalentar a un investigador, debe
motivarlo a buscar nuevos medios para adentrarse en los enigmas de la naturaleza. Uno de los medios
alternos que incluimos en nuestra investigación fue la espectrofotometría infrarroja, que utilizamos para
el análisis de las arcillas. El infrarrojo, decíamos, es la radiación que sigue más allá del rojo en el
espectro electromagnético y que el ojo humano no ve. Al irradiar una muestra con infrarrojo, ésta
absorbe selectivamente más o menos radiación, según el compuesto que tenga el material. Si contamos
con un dispositivo optoelectrónico para medir la energía emitida o absorbida por la muestra, podemos
obtener un espectro del material: es decir, una especie de firma característica, específica de cada
compuesto, que nos permite compararlo y diferenciar materiales que no pueden distinguirse con otras
técnicas. Con esta técnica, hallamos que, entre sus componentes, nuestro subsuelo contiene grasas de
origen animal.

La materia orgánica en descomposición se asentaba en el lecho del lago que hoy forma nuestro
subsuelo y, como buen lago eutrófico, es decir, con mucha vida (los aztecas basaban buena parte de su
alimentación proteínica en el pescado), estos desechos eran muy abundantes. Las grasas animales
tardan muchos miles de años en degradarse totalmente, y ya que los suelos del Valle de México son de
origen muy reciente, la presencia de las grasas y de ciertas sales da algunos estratos adicionales.
Popularmente se da a una de esas propiedades el nombre de jaboncillo", ya que, al tacto, algunos
estratos se perciben como resbalosos. De esta nueva información surgieron preguntas, muchas de las
cuales todavía no tienen repuesta, a saber: ¿cómo afecta la presencia de grasas y sales en solución las
propiedades mecánicas del subsuelo?, ¿cuánto aumentan estos componentes la cohesión entre los
elementos de la microestructura?, y también, ¿cuánto y cómo modifican las fuerzas de adsorción de
agua, la tensión superficial y la viscosidad del líquido entre partículas? Las respuestas nos acercarían a
poder explicar el comportamiento de las muestras de laboratorio, y quizá de todo el subsuelo. Para
obtener esas respuestas fue necesario ampliar una vez más la investigación, incluyendo el uso de
nuevos medios técnicos. Así como las últimas técnicas de que hablamos nos adentraron en el
entendimiento de tan complejo material, en su momento también nos indujeron a averiguar sus
propiedades más importantes. Por lo tanto, se buscaron y siguen buscándose otras técnicas
instrumentales que abran caminos prometedores, como los nuevos tipos de microscópica en los que
hemos depositado nuestras esperanzas. Además de los microscopios electrónicos que usamos para
esta investigación, el avance de la técnica de microscópica más reciente nos presenta un novedoso e
impresionante instrumento más: los microscopios túnel de barrido, que, para variar, son resultado de una
búsqueda experimental dirigida a otros objetivos. Estos equipos han logrado imágenes de átomos y
moléculas individuales y de sus vecinos. Con este nuevo microscopio nosotros podríamos determinar,
entre miles de cosas más, cómo es la superficie de las partículas arcillosas del subsuelo, lo que nos
serviría para entender lo que pasa entre dos partículas, cómo y cuánto se atraen o repelen, la fricción
que existe entre ellas, y la repercusión de la presencia de la parte fluida: componente de la mayor
importancia en nuestro subsuelo, tanto por su cantidad como por las sustancias que tiene disueltas

La interacción entre los minerales y el agua que contienen es un tema de gran importancia. El agua se
adhiere a la superficie mineral y se estructura o acomoda hasta formar capas monomoleculares. Las
moléculas ejercen fuerzas de atracción que pueden ser enlaces de hidrógeno, uno de los tipos de unión
más comunes entre las moléculas de agua. Los enlaces de hidrógeno se forman de manera espontánea,
progresiva y a temperatura ambiente, generando un efecto colectivo que hace que los materiales como
los minerales arcillosos o las cenizas volcánicas, se estructuren crecientemente, integrando sólidos,
líquidos y sales en solución hasta formar un sólido algo gelatinoso con propiedades macroscópicas
uniformes; o variando de estrato a estrato por efecto a su vez de los cambios en la mineralogía, el
tamaño de los componentes sólidos, las sales y en la proporción de líquido. Después de saber lo que
pasa entre dos partículas, el conocimiento se puede ampliar utilizando algunos de los conceptos teóricos
de la mecánica probabilística, que darían forma a las observaciones realizadas con miles de partículas,
actividad que no se podría realizar con medios como los manuales, debido a la gigantesca cantidad de
datos en forma de fotografías o imágenes; de ahí la importancia teórico-práctica del microscopio
computarizado creado para esta investigación.

Los equipos que nos dan acceso a los detalles más recónditos de la naturaleza forman una estirpe
fascinante. En cierta medida son extensiones de nuestros sentidos, y ampliaciones de la capacidad de
cálculo y de representación.

Bibliografía

http://omega.ilce.edu.mx:3000/sities/ciencia/volumen2/ciencia3/086/htm/delespac/.htm
El método por lavado es una técnica en la que se utiliza un trípode ligero equipado con un cabrestante
motorizado y una bomba de agua. La bomba crea un flujo de agua a alta presión que pasa a través de la
tubería de perforación y sale por unos orificios ubicados en la broca, la cual está suspendida del trípode
mediante un cable. La perforación avanza a medida que la broca se eleva, se gira y se deja caer, el
material disgregado y fragmentado sube a la superficie en suspensión en el agua. Este procedimiento es
utilizado en suelos que presentan arenas, limos y arcillas blandas.
El ensayo de penetración estándar es una prueba in situ que se realiza en el fondo de una perforación;
consiste en determinar el número N de golpes de un martillo con peso de 63.5 Kg. y 762 mm de altura
de caída, necesarios para hincar en el suelo inalterado una toma muestra de media caña en una
distancia de 305 mm. En cada avance de 60 cm debe retirarse el penetrómetro, removiendo la muestra
de su interior.
El método de refracción sísmica permite medir la velocidad de propagación de ondas sísmicas
generadas desde una fuente que produzca energía, hasta detectores (geófonos) localizados a varias
distancias de la fuente. Su principio se fundamenta en la refracción de las ondas sísmicas en las
fronteras de estratos con impedancias acústicas diferentes.

Las velocidades de las ondas P de compresión se interpretan para definir perfiles de velocidad que se
pueden correlacionar con la estratigrafía y la profundidad hasta la roca. La velocidad de las ondas P
también ayuda a identificar el tipo de suelo.
MÉTODOS DE EXPLORACIÓN DE CARÁCTER PRELIMINAR

Existen varias clases de pruebas in situ, que nos permiten la exploración geotécnica del subsuelo las
cuales consisten en excavaciones, perforaciones rotatorias, con broca y por percusión, o alguna
combinación de éstas.

Pozos a Cielo Abierto

Se pueden excavar con una retroexcavadora, permiten examinar las condiciones del terreno in situ en
sentido tanto vertical como horizontal y proveen el acceso para tomar muestras y/o realizar ensayos in
situ.

Figura 7.2. Pozos a cielo abierto

Sin embargo debido a los costos, con frecuencia los pozos a cielo abierto se utilizan para profundidades
relativamente bajas. En la Figura 7.2 se puede apreciar el método de exploración a cielo abierto hecho
con una retroexcavadora, para un proyecto de construcción de vías.

Sin embargo resulta costoso ya que hay que pensar en los soportes de las paredes de la excavación así
como la evacuación de las aguas que estén por debajo del nivel freático, limitando la profundidad hasta
5.0 metros.

En estos pozos se pueden tomar muestras alteradas o inalteradas de los diferentes estratos que se
hayan encontrado. Las muestras alteradas son porciones de suelo que se protegen para que no se
pierda humedad y esto se hace introduciéndolas en frascos o bolsas parafinadas, mientras que las
muestras inalteradas se tomaran con las precauciones del caso, deberá protegerse contra las perdidas
de humedad envolviéndola en una o más capas de manta debidamente impermeabilizada con brea o
parafinada.

Perforaciones con Barreno o Posteadora

Para poca profundidad, hasta unos cinco metros, se usa preferentemente el barreno, proporcionan
información del subsuelo, sacando material que puede examinarse. Pero es difícil establecer la
profundidad a la cual se obtuvo el material. Además, el barreno altera tanto el suelo, que la información
que puede obtenerse puede ser muy poca sobre las características del suelo en su estado natural.
Adaptado de Juárez Badillo (1977)
Figura 7.3. Herramientas para sondeos exploratorios por rotación

En estos sondeos la muestra obtenida es totalmente alterada, pero en todo caso suele ser
representativa del suelo en lo referente al contenido de agua, por lo menos en suelos muy plásticos.
Este tipo de sondeos se hace con herramientas como la mostrada en la Figura 7.3.

La perforación se ejecuta introduciendo en el terreno en forma rotacional, la punta del barreno helicoidal
para que a medida que se adhiere el terreno ir retirándolo, este suelo se examina y se repite la
operación tantas veces como sea necesario, si el suelo resulta desmoronable el hueco se deberá
encamisar con madera. Si se trata de arena que esta por debajo del nivel freático, no será posible
efectuar perforaciones con barreno, puesto que el material no permanecerá unido a este y en este caso
es preferible utilizar cucharas especiales de las que también existen gran variedad de tipos.

Las muestras con cucharas en general son más alteradas, puesto que el agua que entra en al cuchara
junto con la muestra de suelo forma en el interior una seudosuspensión parcial del mismo.

Un factor importante es el paso de la hélice que debe ser muy cerrado para suelos arenosos y mucho
más abierto para tomar muestras en suelos plásticos

Además de los barrenos existen otras herramientas usadas para pocas profundidades como lo son las
posteadoras, que penetran en le terreno ejerciendo un giro sobre el mineral adaptado al extremo
superior de la tubería de perforación.

Un gran inconveniente que se puede presentar en las perforaciones con barrenos se tiene cuando la
secuencia estratigráfica del suelo es tal, que a un estrato firme sigue uno blando, puesto que en estos
casos es frecuente que se pierda el límite entre los dos o la misma presencia del blando.

Métodos de Lavado

Es una técnica en la que se utiliza un equipo ligero equipado con un cabrestante motorizado y una
bomba de agua. La bomba crea un flujo de agua a alta presión que pasa a través una tubería de
perforación y sale por los orificios perforados en la broca, la cual esta suspendida al trípode mediante un
cable. La perforación avanza a medida que la broca se eleva, se gira y se deja caer; el material
disgregado se mezcla con el agua y sube a la superficie. El procedimiento debe ir complementado en
todos los casos por un muestreo con cuchara sacamuestras, colocada al extremo de la tubería en un
lugar del trepano; si las características del suelo no cambian, con sacar una muestra cada 1.5 metros
será suficiente. Al terminar las actividades de perforación se debe observar que el nivel del agua en el
pozo alcance un nivel de equilibrio que deberá ser igual al del nivel freático, este se debe registrar.
Cualquier anomalía que se presente en estos niveles se deberá reportar inmediatamente. En la Figura
7.4 se puede apreciar como se usa el método de lavado para hacer la investigación del subsuelo con el
propósito de construir edificios para vivienda.

Figura 7.4. Métodos de lavado

Este método resulta ser económico y rápido para conocer la estratigrafía, aún cuando la experiencia ha
demostrado que se pueden dar errores de hasta un metro entre los límites de los estratos. Es un
método rápido para hacer exploraciones en arenas, limos y arcillas blandas.

Las muestras son tan alteradas que no se deben considerar lo suficientemente representativas para
obtener de ellas ningún ensayo de laboratorio.

Método de Penetración Estándar

Tal vez sea el método que da mejores resultados entre los métodos exploratorios preliminares. El equipo
necesario para aplicar el procedimiento consta de muestreador o penetrómetro estándar. El
penetrómetro será de media caña para permitir la entrada de la muestra. El penetrómetro se enrosca al
extremo de la tubería de perforación y la prueba consiste en hacerlo penetrar a golpes dados por el
martinete de 63.5 Kg que cae desde 76 cm de altura, contando el numero de golpes para alcanzar una
profundidad de 30 cm. En cada avance de 60 cm debe retirarse el penetrómetro, removiendo la muestra
de su interior.

Adaptado de Juárez Badillo 1977


Figura 7.5. Penetrómetro estándar
Se limpia el hueco de una manera muy cuidadosa con cuchara o con posteador, luego se hace
descender el muestreador hasta tocar el fondo y seguidamente, a golpes el penetrómetro deberá entrar
15 cm dentro del suelo; a partir de este momento se contaran los golpes para que el penetrómetro entre
nuevamente los 30 cm y tome la muestra de suelo.

La importancia de este ensayo esta en las correlaciones realizadas en el campo y en el laboratorio en


diversos suelos, sobre todo en arenas a las que se les permite relacionar la compacidad, el ángulo de
fricción y el valor de la resistencia a la compresión simple, el penetrómetro utilizado es como el que
aparece en la Figura 7.5. Para obtener estas relaciones basta con realizar la prueba estándar en
estratos accesibles o de losa que se puedan obtener muestras inalteradas y confiables, haciendo
suficiente número de comparaciones pueden obtenerse correlaciones estadísticas que de un alto grado
de confianza.

Método de Penetración Cónica

Consiste en penetrar una punta cónica en el suelo y a partir de esto, medir la resistencia que el suelo
presenta; estos métodos pueden ser estáticos o dinámicos; en los primeros la herramienta se hinca a
presión, medida en la superficie con un gato apropiado y en los segundos se hinca a golpes con un peso
que cae sobre la herramienta. A diferencia de la prueba anterior en esta no existen las correlaciones
mencionadas, por lo que los resultados pueden ser de dudosa interpretación. A pesar de esto la prueba
se ha usado por ser económica y rápida.

En pruebas en arena, se ha observado que el número de golpes puede ser el doble que en el de la
prueba estándar, considerando eso sí que la energía del golpe deberá ser la misma, mientras que en la
prueba en arcillas puede resultar peligrosa al no existir correlaciones dignas de crédito. El cono se hinca
aplicando presión estática en la parte superior de la tubería de perforación con un gato hidráulico, la
velocidad de penetración es de 1cm/sg. Se puede obtener una gráfica de presión aplicada contra
penetración lograda a la profundidad obtenida contra la presión aplicada a cierta profundidad por
ejemplo a 50 cm.

Adaptado de Juárez Badillo (1977)


Figura 7.6. Penetrómetros cónicos
En la Figura 7.6 aparecen los diferentes tipos de penetrómetros cónicos más usados para la exploración
del subsuelo.

Estas pruebas de penetración cónica dinámica o estática, son útiles donde ya se tenga algún
conocimiento de la estratigrafía del lugar o cuando se desee simplemente obtener información de las
características del lugar; son pruebas que podrían no arrojar los mejores resultados si no se ha hecho
alguna exploración previa del lugar.

Perforaciones en Boleos y Gravas

Para poder atravesar estratos de gravas se hace necesario utilizar herramientas más pesadas que las
descritas hasta ahora, como son los barretones con taladros de acero duro, que se suspenden y se
dejan caer sobre los estratos descritos, y estos son manejados por cables. Si se hace necesario se
pueden usar explosivos.
La prueba de penetración de cono, es un método versátil de sondeo usado para determinar los
materiales en un perfil de suelo y estimar sus propiedades ingenieriles. Consiste en enterrar un cono de
60 y 10 cm de área en su base, que es empujado en el terreno a una velocidad constante de
aproximadamente 20 mm/s y se mide la resistencia a la penetración del cono.
El ensayo de penetración estándar es una prueba in situ que se realiza en el fondo de una perforación;
consiste en determinar el número N de golpes de un martillo con peso de 63.5 Kg. y 762 mm de altura
de caída, necesarios para hincar en el suelo inalterado una toma muestra de media caña en una
distancia de 305 mm. En cada avance de 60 cm debe retirarse el penetrómetro, removiendo la muestra
de su interior.
Métodos de resistividad eléctrica. Se fundamenta en la hipótesis de que se puedan obtener detalles
estratigráficos a partir de las diferencias en la resistencia o la conductividad eléctrica de los estratos
individuales. Se aplica normalmente al método de investigación de Wenner, donde se utilizan cuatro
electrodos de acero con separaciones iguales. La corriente se induce a través de los dos pasadores de
los extremos y la caída del potencial asociado se mide entre los dos pasadores centrales. La resistividad
aparente se calcula en función de la corriente I, de la diferencia de potencial V y de la separación
entre pasadores d como: .
MÉTODOS DE SONDEO DEFINITIVO

El propósito de éstos sondeos definitivos es el de complementar la información obtenida con la


perforación y el muestreo preliminar. También permite identificar la presencia de puntos apreciablemente
blandos del subsuelo y para obtener la densidad relativa de suelos con escasas o ninguna cohesión.

Pozos a Cielo Abierto

Este método ya fue descrito en la sección anterior, pero bien vale la pena resaltar que es el mejor de los
métodos de exploración de suelos usado por los ingenieros civiles para obtener muestras inalteradas y
otros datos adicionales que servirán de base para cualquier proyecto de construcción. Una muestra de
este método se puede apreciar en la Figura 7.7.

Figura 7.7. Pozos a cielo abierto

Muestreo con Tubos de Pared Delgada

Los muestreadores de pared delgada, se diseñan para ser utilizados en suelos particularmente
sensitivos a la alteración. El muestreador de tubo abierto esta formado por un tubo de acero de pared
delgada que tiene en su extremo inferior un borde cortante y en el extremo superior se acopla a un
cabezal de hinca que tiene una válvula de retención. Para suelos finos cohesivos de consistencia
blanda se restringe el uso de este muestreador.
Adaptado de Juárez Badillo (1977)
Figura 7.8. Muestreadores de tubo de pared delgada

Se consiguen en diferentes tamaños de diámetros que pueden variar de 75 mm a 250 mm y se pueden


obtener muestras inalteradas de alta confiabilidad. Los muestreadores de tubo de pared delgada son las
herramientas que se pueden observar en la Figura 7.8.

Hincado el tubo a presión a velocidad constante y para un cierto diámetro de tubo, el grado de alteración
depende de la siguiente relación de áreas:

(7.1)

Donde D es el diámetro exterior del tubo y Di el diámetro interior. Esta ecuación equivale a la relación
entre el área de la corona sólida del tubo y el área exterior del mismo. Dicha relación no debe ser mayor
del 10% en muestreadores de 5 cm (2 pulgadas) de diámetro interior.

En suelos muy blandos y con alto contenido de agua, los muestreadores de pared delgada no alcanzan
a extraer la muestra, esto se puede superar hincando el muestreador lentamente y antes de extraerlo a
la superficie dejarlo en reposo un tiempo prudente, así aumenta la adherencia entre el suelo y el
muestreador.

Se recomienda no utilizar en arenas y especialmente si están por de bajo del nivel freático ya que podría
resultar muy costoso.
Métodos Rotatorios para Roca

Tomado de Juárez Badillo 1977


Figura 7.9. Equipo para muestreo en roca

Proporciona otro método para formar un agujero en el suelo para muestrearlo o perforar la roca. Con
equipo de poder se hace girar una broca capaz de despedazar las formaciones de suelo más compactas
o rocas. Se alimenta agua o lodo de perforación a la broca para llevar los pequeños pedazos hasta la
superficie. Una unidad de perforación rotativa en general es más grande y más potente que una unidad
para perforar con lavado y es mejor para perforaciones profundas. Pero las muestras “húmedas”
obtenidas por la perforadora rotatoria, igual que las obtenidas de las perforaciones por lavado, dan muy
poca información útil.

Esta técnica se utiliza tradicionalmente para perforar rocas, pero también puede usarse en arcillas duras
y margas. En este tipo de perforaciones puede utilizarse la técnica de las perforaciones abiertas (a
destrucción) en las que la broca retira todo el material de la perforación o la técnica de perforaciones con
toma de muestras (corazoneo), en la cual se utiliza un muestreador anular que corta el material en forma
continua para su recuperación hacia la superficie para su examen y posiblemente para la realización de
ensayos. En rocas blandas o fragmentadas por lo general se utiliza la técnica de perforaciones abiertas,
en tanto que la perforación con toma de muestras se utiliza en rocas sanas y en arcillas duras. Los
diámetros típicos de las muestras varían en el rango de 17 mm a 165 mm, pero los tamaños más
comunes son 54 mm a 76 mm. Los equipos para toma de muestras en rocas son similares a los
mostrados en la Figura 7.9.
La velocidad de rotación es variable y esto depende del tipo de roca, en todo caso debido al calor
producido por la fricción se hace necesario inyectar agua fría por medio de una bomba desde la
superficie. También se requiere para mejores resultados ejercer presión sobre la broca desde la
superficie.

Luego que el muestreador ha penetrado en su totalidad es necesario desprender la muestra de roca,


que se puede hacer interrumpiendo la inyección de agua para que el espacio entre la roca y la parte
inferior de la muestra se llene de fragmentos de roca, o también se aumenta la velocidad de rotación
obteniendo el mismo resultado.

El empleo de un fluido de perforación que se bombea al interior de la tubería de perforación hueca


ayuda a la lubricación, a refrigerar la broca y también sirve para enviar a la superficie los residuos de
perforación. Generalmente se utiliza agua como fluido de perforación, aunque es posible utilizar lodos
de perforación como arcilla bentonítica, en particular cuando las paredes necesitan soporte.

Estas máquinas de perforación varían su velocidad desde 40 a 1000 rpm, y pueden ser mecánicas o
hidráulicas, en las mecánicas la velocidad de giro es constante y si se requiere variarla se hace por
medio de un engranaje adicional, mientras que las hidráulicas, que son las preferidas, la misma maquina
logra variar su velocidad.
MÉTODOS GEOFÍSICOS

Inicialmente estos métodos se utilizaron para la exploración geológica y de minas, en la actualidad se


han modificado y adaptado para los propósitos de la ingeniería civil. Los más usados son los sísmicos y
los eléctricos, gracias al tamaño compacto, a menores dificultades de mantenimiento y a su bajo costo
de adquisición.

Método Sísmico

Este método se basa en el hecho de que la velocidad de propagación de ondas elásticas es una función
de las constantes elásticas del medio a través del cual las mismas se desplazan. Si una onda llega al
límite entre dos medios con propiedades elásticas distintas una parte se refleja y la otra se refracta.
Para determinar la posición de un límite interno, por ejemplo entre una roca dura y otra blanda o entre un
suelo y una roca se dispara una carga pequeña de explosivo usualmente nitroamonio a corta distancia
debajo de la superficie y entonces se mide el tiempo en que tardan las ondas reflejadas y refractadas en
llegar a distintos puntos separados entre si, de 15 a 30 m sobre la superficie, así de esta manera se
puede calcular el limite entre dos estratos siempre y cuando el limite este bien definido y poco
accidentado. En la Figura 7.10 se observa un esquema básico de cómo se utiliza la exploración del
subsuelo por métodos sísmicos.

Figura 7.10. Método Sísmico

De acuerdo con pruebas, la velocidad de propagación de onda varía entre 150 y 2500 m/sg, donde las
velocidades más altas se presentan en mantos de gravas muy compactas y las más pequeñas en
arenas sueltas, mientras que en suelos arcillosos las velocidades son medias, en rocas sanas estas
velocidades varían de 2000 a 8000 m/sg. Como término de referencia la velocidad de propagación de
este tipo de onda en el agua es de 1400 m/sg. Puede construirse una gráfica que relacione la distancia
del geófono al punto donde se origino la perturbación. En realidad se requiere de una gran experiencia
por parte del técnico que ha de interpretar los resultados obtenidos y se requiere de todos modos una
exploración convencional del suelo para la correcta interpretación de los resultados.
Métodos de Refracción

Los métodos de refracción consisten en generar una perturbación en un punto determinado y medir el
tiempo que tarda la onda en recorrer la distancia desde el punto donde se efectúo la perturbación hasta
un geófono, la distancia se supone conocida, para luego interpretar las lecturas. Un esquema de cómo
funcionan los métodos de exploración del subsuelo por refracción aparece en la Figura 7.11.

Figura 7.11. Método de refracción

Procedimiento de Campo

Las perturbaciones bien pueden ser el golpe de un martillo en una platina de hierro, una carga de
dinamita, o el disparo de un fusil neumático, además hay un número determinado de geófonos,
actualmente se usan equipos de 12 y hasta 24 geófonos; existe otro aparato el cual registra el tiempo
que tarda la onda desde el sitio de perturbación hasta el geófono.

Las ondas viajan y llegan hasta los geófonos, éstas son ondas directas o refractadas. Con base en esta
información recolectada en campo se hacen los estudios para determinar los espesores de los estratos,
fallas o características mismas de los materiales. A medida que se tienen lecturas compresibles en los
registros de cada geófono, es decir que se pueden discernir las lecturas del primer geófono se continúa
el proceso hasta llegar a evaluar el tiempo de llegada al ultimo geófono. A medida que avanza el trabajo
de campo, un auxiliar va dibujando la gráfica de tiempo contra distancia, si por alguna razón puede
aparecer un punto muy por fuera de una recta se deberán repetir las lecturas que sean necesarias.

Se requiere tener especial cuidado al hacer el trabajo de campo, ya que ésta es una labor muy
dispendiosa y costosa que si no se tiene especial cuidado podría hacerse necesario repetir todo el
trabajo de campo.

Equipos

Los equipos se componen principalmente por el sistema de arranque el cual es el que alerta al equipo
registrador para que en el momento que lo ordene el sistema de tiempo comience a operar. El cable de
señal recibe las informaciones detectadas por cada uno de los geófonos usados y los transmite a la
unidad que hace el registro, este es un cable que por ser especial también es muy costoso, lleva una
serie de hilos eléctricos que están de acuerdo con el numero de geófonos instalados al equipo que como
ya se mencionó serán 12 o 24. Los geófonos son instrumentos electromecánicos que contienen masa,
rodeada por una bobina, un resorte al cual se le sujeta la masa y la carcasa externa que esta sujeta al
suelo por un punzón y que se mueve con el suelo, existen geófonos que detectan movimiento
horizontales, verticales y hasta tridimensionales. El equipo registrador es el eje del equipo para este tipo
de trabajo, es un instrumento electrónico que recibe las señales, las almacena, las filtra y las muestra en
una pantalla graduada desde la cual se pueden deducir los tiempos de llegada de las ondas, este equipo
puede grabar archivos en cinta magnética y otro registro físico en papel termosensible.

Aplicaciones

Este método permite conocer la ubicación de las superficies de contacto de los diferentes estratos,
además de otras características importantes complementarias de los suelos como la capacidad de
amortiguamiento, la resistencia, las características de consolidación y la facilidad a la licuación de los
medios que son recorridos por las ondas. El uso de este método ha sido muy útil en el área de la
geotecnia; por medio de este método se han podido determinar algunos parámetros en los suelos
arcillosos como los limites de Atterberg. Los métodos de refracción son una buena posibilidad para
poder detectar fallas geológicas ya que son la esencia misma de las amenazas de actividad sísmica. El
método nos permite conocer los módulos E, G y la relación de Poisson, que se hacen necesarios en los
estudios de mecánica de rocas y en algunos casos en problemas de dinámica de suelos, estos
parámetros se pueden determinar a partir del cociente de las velocidades ondulatorias. Los métodos de
refracción pueden dar indicaciones de diaclasamiento de las masas de rocas, lo que permite estimar los
métodos de voladuras para explotación de fuentes de materiales como canteras o posiblemente para
excavaciones a nivel superficial. En épocas recientes se han venido utilizando los métodos de
refracción para la localización de los sitios donde se ubicarán las perforaciones en roca, especialmente
en los proyectos hidroeléctricos.

Desventajas

Si no se hace la planificación de campo adecuada, el método podría resultar bastante ineficiente y muy
seguramente costoso y hasta peligroso, ya que se puede hacer una inversión de unos equipos mal
usados con las consecuencias que esto podría acarrear para el estudio que se pretende llevar a cabo.

Si la topografía entre los medios es muy complicada, el método de los tiempos de retardo puede resultar
mas complicado que los tiempos de intercepto, en este caso no hay medidas correctivas puesto que la
topografía no se puede cambiar, se puede mejorar la situación siempre y cuando el operador del equipo
de registro ponga toda la atención a las condiciones locales.

las lecturas erradas de los registros pueden dar malas interpretaciones, que serán graves para los
estudios que se están adelantando, la corrección más adecuada deberá ser la máxima atención del
operario al hacer las lecturas registradas.

Métodos de Reflexión

Igual que el método de refracción, este método hace que ondas generadas por perturbaciones
artificiales viajen a través del interior terrestre y que se refractan en los puntos de contacto o limites de
los diferentes estratos y luego lleguen a unos geófonos localizados en líneas de distancias variables. La
localización de los geófonos con respecto al origen donde se efectúa la perturbación es conocida; se
conocen el tiempo de viaje a los diferentes contactos reflectores y se pueden establecer relaciones de
orden físico y geométrico que permiten ubicar la posición de los reflectores.
Procedimiento de Campo

El procedimiento de campo es muy similar al aquel realizado en el método de refracción; donde se


deben ubicar muchos más geófonos acomodados por grupos en líneas largas, cada línea de grupos
produce un registro, tantos como el número de grupos hay por cada disparo, la totalidad de la
información de los grupos por línea se suman para obtener un solo registro.

A pesar de que las condiciones locales son las que pueden determinar el número de grupos que se
deben usar, un número de 48 puede ser el mínimo. Los geófonos son muy parecidos a los utilizados en
los trabajos por refracción. La ubicación de los geófonos busca reducir al mínimo posible el tren de
ondas superficiales y el ruido ambiental.

Los disparos son producidos por pequeñas cargas de dinamita que se colocan a una profundidad de 2.0
metros; para generar las perturbaciones también se han utilizado otros métodos como dejar caer una
carga desde una altura de unos tres metros, el empleo de vibradores de alta capacidad que generan
señales oscilantes o disparos con fusil neumático, también es posible usarse sobre todo para trabajos
marinos o en ríos.

El instrumento que registra las ondas debe ser de gran capacidad y el número de canales depende del
costo mismo del instrumento. Las llegadas se graban y se van almacenando en cintas magnéticas y
discos flexibles u ópticos, esta información se hace llegar a la oficina central donde es procesada y
analizada.

Aplicaciones

Detección de vacíos en terrenos de cimentación de plantas o instalaciones industriales, en los que los
finos han sido arrastrados por filtraciones de aguas subterráneas. Igualmente la detección de vacíos o
cavernas que se pueden llegar a presentar en presas de tierra y podrían representar peligro en la
estabilidad de la presa misma. En la investigación por derrames de combustible en tanques de
estaciones de servicio y que por estar enterrados no se pueden percibir con simple inspección visual.
En actividades militares o en cercanías a las cárceles es un gran apoyo en la detección de túneles. En
la construcción de cimentaciones para puentes en las ciudades, se hace necesaria la exploración para
detectar ductos eléctricos, telefónicos, acueducto, etc. Con este método se puede hacer una
exploración preliminar para determinar su localización y así evitar posibles demoras en la construcción
de la obra, la localización y determinación de la estratigrafía local o del sitio en estudio. Estas
aplicaciones se le abonan al radar de penetración térrea que no es sino otro aparato cuyo principio se
basa en los métodos de exploración por reflexión de ondas.

Método de Resistividad Eléctrica

Este método geofísico relaciona la resistividad eléctrica con algunas características importantes del
suelo, que dependiendo de su naturaleza presenta una mayor o menor resistividad eléctrica, cuando una
corriente eléctrica pasa a través de éste.
Figura 7.12. Método de resitividad eléctrica

Aunque su mayor uso esta en la minería también se aplica en la Mecánica de Suelos para determinar
los diferentes estratos que se puedan hallar en el subsuelo. La Figura 7.12 muestra un esquema del
dispositivo usado para la exploración por medio del método de la resistividad eléctrica.

Colocando cuatro electrodos equidistantes unos con otros, los dos extremos se conectan en serie a una
batería y éstos son los de corriente que se mide con un miliamperímetro, mientras que los otros dos se
denominan potencial y se conectan a un potenciómetro, el cual a su vez mide la diferencia de potencial
de la corriente circulante.

La resistividad es igual a:

(7.2)

Donde:

I, lectura arrojada por el miliamperímetro

V, lectura del potenciómetro

d, separación entre los electrodos

Este método ayuda a medir la resistividad a diferentes profundidades en un mismo lugar o para medir la
resistividad a una misma profundidad, de tal manera que se logra aumentando la distancia entre los
electrodos dependiendo de lo se quiera medir.
Las mayores resistividades se encuentran en rocas duras, luego en rocas suaves, gravas y así en su
orden, donde la menor resistividad se encuentra en suelos suaves y saturados.

La resistividad eléctrica se emplea en la actualidad para la investigación de problemas del subsuelo


como la detección de niveles freáticos, la localización de aguas contaminadas, aplicaciones en el diseño
de cimentaciones, ubicación de materiales de construcción como gravas y arenas, en la búsqueda de
hidrocarburos y minerales.

Estas exploraciones con aplicaciones en la Ingeniería civil se han hecho hasta profundidades de 600
mts.

Equipos

El equipo para el procedimiento de campo está compuesto por un sistema generador de corriente y otro
de medición de potencial que va acompañado de un voltímetro de precisión, es decir, que mida la
diferencia de voltaje que se esté propagando a través de la masa de suelo o de roca. Se requiere
además de cables especiales de longitud variable pero que pueden medir hasta 200 mtrs. de largo,
estos cables deben ser de baja resistencia eléctrica pero alta resistencia mecánica.

El sistema generador de corriente consta de unas baterías que va unido a un sistema de amplificación
del voltaje de la corriente continua generada por las baterías. La corriente continua generada se debe
introducir en el terreno por medio de dos electrodos que son dos barras de hierro y que será medida con
un miliamperímetro de muy buena calidad

Procedimiento de campo

El sistema de generación de corriente, el de medición de potencial y los cables conductores conforman


el equipo geoeléctrico que tienen resistencias internas y externas. Para reducir al mínimo la resistencia
se recomienda adicionar agua salada al contacto y clavar el electrodo lo más profundo posible.

Existen agentes externos y artificiales, como la presencia de corrientes eléctricas de diferente


naturaleza, instalaciones industriales, líneas de alta tensión y emisoras de radio, que pueden introducir
efectos perturbadores a las lecturas de potencial. Entre más apartados estén los electrodos mayor
serán los efectos perturbadores sin importar cual sea su causa. Al igual que en los métodos de
refracción o reflexión, se consiguen equipos que permiten reducir estos efectos.

La presencia de otros elementos como alambradas, cables, tuberías metálicas son factores
perturbadores de los resultados y se deben tener en cuenta en el tendido de los cables. Se debe tener
en cuenta igualmente para el tendido de las líneas que no se deben cruzar por ríos, carreteras,
ferrocarriles o cualquier tipo de obra o accidente que pueda afectar los resultados o la labor de campo.

En cada descarga las lecturas de corriente I y el potencial V se deben hacer simultáneamente. Para
obtener resultados más seguros, después de cada lectura se debe invertir la corriente y leer de nuevo, si
se presentan diferencias se deben anotar los dos valores. Después de esto se deben mover los
electrodos al próximo sitio seleccionado y se repite de nuevo el procedimiento. Se debe tener en cuenta
que en el campo cada descarga representa un par de valores que son resistividad y distancia, estos
valores se grafican en el momento que se evalúan. De esta manera el lector puede detectar como
avanza la gráfica y observar si algún punto esta mal, en este caso se deberá repetir la lectura.

Tal como se había anotado la unión de los puntos graficados mediante curva de contornos suaves
conforman el resultado inicial lo que indica inmediatamente el número de estratos presentes en el sitio.
Aplicaciones

Ya se mencionó que la geoelectricidad se ha usado en gran medida, en la búsqueda de depósitos de


hidrocarburos, también en la determinación de la posición de antiguos lechos de ríos y fallas geológicas,
además en la búsqueda de aguas subterráneas, depósitos minerales, lechos salinos, etc. Hoy por hoy
su empleo se ha extendido a algunos aspectos geotécnicos, como detección de contaminantes acuíferos
y otros usos como las llamadas calicatas o perfiles geoeléctricos de mucho interés en la Ingeniería
sísmica, determinación de mapas de igual resistividad que son parecidos a los planos topográficos
cuando contienen curvas de nivel. Se aplica bastante el método a problemas geotécnicos como la
evaluación de la resistencia al cortante, características de consolidación, relaciones esfuerzo contra
deformación y susceptibilidad a la licuación.

Limitaciones del método

Tienen una limitación y es que diferentes modelos pueden conducir a una misma respuesta lo cual
impone restricciones a las lecturas de los estudios de campo. Por eso este método en el campo de la
Ingeniería civil debe ser considerado como un método de exploración complementario, es decir debe ser
usado como ayuda a los estudios geotécnicos tradicionales.

Métodos Magnéticos y Gravimétricos

Mediante la ley de la gravedad se ha sabido desde tiempos inmemoriales que un cuerpo es atraído por
otro en relación directa a cada una de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la
distancia entre sus centroides. En la tierra se establece la noción de la gravedad terrestre que atrae a
todos los cuerpos hacia el centro del planeta. La atracción entre las partículas se extiende a las masas
de suelo y roca y permite establecer los principios de la gravimetría, la cual nos determina las
formaciones geológicas u otros cuerpos encubiertos mediante interpretaciones de mediciones puntuales
y zonales de la atracción terrestre, que igualmente se debe corregir esta serie de mediciones
dependiendo de la zona en la cual se encuentre ya que se ve afectada por la gravedad de orden local y
regional.

Después de hacer estas correcciones se establece una medida en el sitio donde se necesita explorar y
como resultado se obtiene un plano con curvas de nivel tal si fuera un plano topográfico. Con base en
estos resultados el técnico puede interpretar que tipo de suelo se encuentra, lo cual nos será útil bien
sea para trabajos de minería, Ingeniería civil, tectónica y neotectónica de placas.

Estos métodos se originan en la medición de las variaciones locales o regionales de la gravedad


terrestre, quiere decir que la tierra como cuerpo que es, puede atraer a otros.

La aceleración dada por la tierra se denomina aceleración terrestre, la aceleración terrestre a nivel del
mar es igual a 980 cm /s2, o lo que es igual a un gal medida esta dada en honor a Galileo, quien
experimentó mucho en determinar el tiempo que tarda un cuerpo en caer desde una altura conocida.

Equipos usados

La gravedad terrestre se mide con aparatos especialmente diseñados para esto llamados gravímetros,
estos aparatos son calibrados con algunas medidas estándar en algunos lugares del planeta.

En general se emplean cuatro métodos diferentes para evaluar la gravedad terrestre en un sitio: una
masa que se deja caer y recorre un determinado espacio en un tiempo igualmente conocido, un péndulo
que oscila en un periodo de tiempo conocido, una masa que estira un resorte y por ultimo una masa de
prueba que se acopla a una fibra que vibra.
Los gravímetros más conocidos son de tipo Lacoste-Romberg, Worden, Sodin y Scintrex, estos son los
equipos más empleados en trabajos de gravimetría. Estos equipos son costosos debido a que se
necesita obtener periodos bastantes largos en instrumentos de pequeño tamaño y bajo peso, además
que sean estables a los cambios de temperatura.

Estos equipos son muy fáciles de transportar cuando se cuenta con transporte terrestre adecuado, así,
de esta manera se pueden hacer durante el día un número considerable de lecturas, lo que no se podría
hacer si hay que transportarlos caminando e implicaría bajar el rendimiento notablemente.

Correcciones y ajustes en los estudios gravimétricos

Al hacer lecturas locales con el gravímetro estos producen cierto error el cual es inherente al sitio donde
se hace la lectura, para obtener los valores reales se hacen una serie de ajustes y correcciones que se
derivan por ejemplo de la atracción del Sol y la Luna, el efecto de deriva en la estación base y los
ajustes de lecturas hechas en las localidades. Los factores como los movimientos rotacionales del
planeta, la altura sobre el nivel del mar y la latitud influyen en las mediciones de la gravedad local.

Microgravimetría

Otro método de gravimetría bien podría ser la microgravimetría que básicamente se aplica a la
exploración de zonas muy pequeñas, dado que las zonas donde se exploran son muy pequeñas las
correcciones por el efecto del Sol o la Luna son insignificantes debido a que la variación horaria entre
cada punto de la malla no se presenta. Como las zonas en estudio son tan pequeñas los equipos
utilizados deberán igualmente, ser de muy alta sensibilidad y precisión. Algunas aplicaciones de la
microgravimetría se pueden presentar a continuación: por ejemplo, en la construcción de embalses para
determinar los posibles escapes de agua, cuando se presentan fallas en pavimentos rígidos
ocasionados por posibles cavernas que se presentan por filtración de aguas freáticas, y otros casos en
los cuales resulta mucho menos costoso utilizar la gravimetría, que sondeos bien sea por rotación o
percusión.
Métodos rotatorios para roca. En este método se puede utilizar el método de las perforaciones abiertas
(a destrucción) en el que la broca retira todo el material de la perforación o la técnica de perforaciones
con toma de muestras (corazoneo), en el cual se utiliza un muestreador anular que corta el material en
forma continua para su recuperación, análisis y realización de ensayos. En rocas blandas o
fragmentadas se utiliza generalmente la técnica de perforaciones abiertas, en tanto que para rocas
sanas y arcillas duras se utiliza la perforación con toma de muestras. Los diámetros del muestreador
más usados varían entre 54 mm y 76 mm. Esta técnica también es utilizada para perforar en suelos con
presencia de arcillas duras y margas.
Durante la perforación se utiliza un fluido de perforación que es bombeado al interior de la tubería de
perforación hueca y que ayuda a la lubricación, refrigeración de la broca y para enviar a la superficie los
residuos de la perforación. Generalmente se utiliza agua como fluido de perforación, aunque es posible
utilizar lodos de perforación como arcilla bentonítica para estabilizar las paredes de la perforación.
EL ITEM SELECCIONADO NO TIENE DOCUMENTACIÓN ASOCIADA.
Para realizar perforaciones en suelos que presentan estratos con gravas se utiliza un método alternativo
que consiste en excavar con un trepano pesado de perforación, que se eleva y se deja caer para cortar y
triturar el suelo duro. Las partículas de suelo recortado son llevadas a la superficie por circulación del
agua.

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