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ÍNDICE:
1. Introducción……………………………………………………………. 1
1
5.1 Los años sesenta………………………………………………………...
5.2 Cambios estructurales en el comercio exterior………………………
5.3 Fomento de las exportaciones no tradicionales y apertura
regional…………………………………………………………….
5.4 Fracaso del modelo diversificador de exportaciones……………..
5.5 Los años ochenta……………………………………………………….
7. Conclusión final………………………………………………………...
Bibliografía………………………………………………………………….
2
1. Introducción
En cada una de las etapas se ha utilizado la bibliografía sugerida por la cátedra, así como otras
complementarias que consideramos de utilidad de acuerdo al enfoque estudiado.
3
2. Uruguay y el comercio exterior
Ya desde sus orígenes nuestro país se dedicó a la ganadería extensiva, y vio en el mercado
extranjero una gran fuente de ganancia. La base de la economía de la Banda Oriental fue el
ganado vacuno, en estado salvaje, enviándose sus cueros hacia la naciente economía fabril
europea.
La instalación del primer saladero industrial en 1781 abrió camino a otros rubros importantes de
exportación: la carne, que servía de alimento a los esclavos de Cuba y Brasil, y el cuero salado
con destino la industria inglesa.
Más adelante, en 1832, con la introducción de la máquina de vapor, se comenzó a rescatar
también la grasa vacuna (gorduras), y otros productos como ser astas, huesos y sangre.
Es notorio, pues, el proceso de diversificación de los rubros exportables, que se inicia con la
industria saladeril. Según datos de Barrán y Nahum, en 1862, el 43% del total de las
exportaciones del Uruguay estuvo constituida por productos saladeriles, proporción que fue
creciendo superando el 50%1. De esta forma, comienza a observarse el asentamiento de las
bases del “crecimiento hacia afuera”.
1Barrán, J. P.- Nahum, B. Historia política e historia económica, ediciones de la Banda Oriental,
Montevideo, 2002. cap.1. p34
4
En el siglo XIX, si bien es cierto que Uruguay no había transformado su estructura económica
tradicional, ya se había insertado en la economía internacional como un país – en términos
cepalinos – “periférico”. La industria saladeril nos había abierto nuevos mercados, lo que en
cierta forma fue positivo dado que no estábamos atados a un solo comprador. Además los
países desarrollados aceptaban los productos nacionales tal como eran enviados, lo que nos
hacía menos dependiente a los “centros”. Pero ineludiblemente nos había atado aún más al
mercado mundial.
Tarde o temprano, sin embargo, nuestro país iba a tener que satisfacer las exigencias de los
países desarrollados, sobre todo Inglaterra, su principal comprador, y será así que el Uruguay
del siglo XX, con la implementación del frigorífico, modificará su estructura económica,
pasando, ahora sí, a depender con ella y su producción de los países centrales. A partir de
entonces, nuestro país se tornará más vulnerable a la demanda internacional, a las
oscilaciones de los precios internacionales, y a las crisis del resto del mundo.
Si bien la introducción del ovino generó cierto grado de modernización, el Uruguay seguía
sumergido en el mundo “caudillesco”. No faltaría mucho para que los empresarios advirtieran
que para el crecimiento económico era necesario un orden social y comenzaran las exigencias
de paz interna.
2Barrán, J. P.- Nahum, B. Historia política e historia económica, ediciones de la Banda Oriental,
Montevideo, 2002. cap.1. p40
5
El militarismo, que da inicio al primer período de modernización, se centrará en satisfacer esos
requerimientos fortaleciendo del poder del estado y en la modernización del medio rural.
En este sentido, se introdujeron determinados marcos institucionales como la regulación de
títulos de propiedad y mejoras técnicas, como el alambrado, que además de afirmar la
propiedad privada permitió el mestizaje del ganado.
Esto derivó en un incremento en la producción ganadera y permitió satisfacer la demanda
europea con la mejora de los stocks de ganado, generando un importante desarrollo del sector
exportador3. Al punto que, a lo largo de todo este período, se consolidará el modelo agro-
exportador, con sus características de ganadería latifundista y extensiva.
Uruguay satisfacía las necesidades básicas del hombre – la alimentación con la carne, el
calzado con el cuero, y la vestimenta con la lana – y el librecambio británico (europeo en
general) le otorgaba un mercado seguro.
El mercado de los cueros secos del siglo XIX estaba conformado principalmente por Estados
Unidos, Francia, España e Italia, y los cueros salados, Inglaterra, Francia y Bélgica.
Podríamos decir entonces, que la dependencia era relativamente menor dado que se “repartía”
entre varios centros comerciales.
Por otra parte, al encontrarse la mayoría de las tierras en posesión de productores nacionales,
los beneficios derivados del bajo costo de producción del ganado y del aumento de las
exportaciones quedaban acá, y eso ayudó a que el proceso de modernización económica fuera
más sencillo llevarse a cabo. Pero la modernización interna del agro no está para nada aislado
del exterior, sino todo lo contrario. Todos los elementos requeridos para hacer viable tal
modernización – alambre, ovinos de raza, armas para asegurar la paz, etc. – eran
necesariamente importados de los países desarrollados.
Esta situación hacía cada vez más profunda la dependencia. E inevitablemente, la crisis
mundial de 1890 nos afectó, obligando al país a reducir sus compras y frenar el proceso de
modernización interno, por lo menos hasta la recuperación del saldo superavitario de la
balanza comercial en 1891.
No importaba la cantidad de producción que exportara Uruguay, nuestra economía, como
economía pequeña que es, no tenía ningún efecto sobre los precios internacionales. La fuerte
caída de los precios de los productos ganaderos exportables, no pudieron ser compensados
por aumentos en volúmenes – como había sucedido en casos anteriores –, ya que habíamos
alcanzado el máximo que se podía producir en nuestras praderas naturales.
6
Por lo tanto, aunque la relación de dependencia uruguaya se consolidó principalmente por la
adaptación de la estructura económica del país a los intereses del capital extranjero, no sólo se
explica por ello sino también en la formación de precios internacionales.
Para organizar el análisis se adoptará la siguiente división 7 del período: 1)1900 – 1912; 2)1913
– 1922; 3)1923 – 1930. De esta forma buscamos aislar los períodos concretos de expansión y
recesión en la economía del Uruguay.
Las visiones de los autores seleccionados coinciden en que, en este período, el batllismo contó
desde su inicio con un esquema de producción e inserción internacional dado. Uruguay
cumplía un rol abastecedor de materias primas agrícolas y ganaderas, sin posibilidad de fijar
precios en el mercado y por consiguiente, atados a las fluctuaciones de los precios
internacionales.
De allí en más, los autores difieren en la visión general del desempeño económico del Uruguay
en el período, el cual está fuertemente asociado al desempeño del comercio exterior.
Por lo tanto en éste punto radica la importancia de analizar el tema, ya que la economía
uruguaya ha girado entorno al mercado exterior desde sus inicios, y aunque el comercio
4Barrán, J. P.- Nahum, B. Historia política e historia económica, ediciones de la Banda Oriental,
Montevideo, 2002. cap.1. p33
5Barrán, J. P.- Nahum, B. Historia política e historia económica, ediciones de la Banda Oriental,
Montevideo, 2002. cap.1. p34
6Finch, H.- La economía política del Uruguay contemporáneo, ediciones de la Banda Oriental,
Montevideo, 2005. cap.1. p16
7 División tomada de Bertino, M., Bertoni, R., Tajam, H. y Yaffé, J., “La larga marcha hacia un
frágil resultado. 1900-1955.”
7
internacional sufriera bajas importantes, el comercio exterior se vuelve un factor relevante en
los resultados económicos del país.
El comienzo del siglo XX marca la modernización del país de acuerdo con las nuevas pautas
de globalización comercial mundial. De esta forma Uruguay se inserta en la dinámica
internacional como exportador de carne, cuero, y lanas según lo heredado del período anterior.
Es de destacar la “habilidad” natural de producción ganadera del país, en una tierra donde el
ganado encontraba amplia comodidad para crecer, los productores rurales eran conscientes
del beneficio que alcanzaban dado el bajo costo de producción y los amplios márgenes de
ganancia que obtenían de los precios internacionales 8.
Así el sector agro encuentra un incentivo para el comercio exportador por sobre el
abastecimiento interno. Este vuelco hacia el mercado internacional proporciona una fuente
importante de reservas internacionales para el Estado, por lo que el agro se convertirá en un
aspecto relevante en las políticas económicas llevadas a cabo.
Este primer momento del período es un momento de crecimiento económico, ayudado por las
políticas de modernización del sector agro-exportador para incrementar sus posibilidades de
comercio exterior. Se trata de una segunda modernización 9 pero con un rol más activo del
Estado como agente re-distribuidor de los ingresos generados en este sector hacia el resto de
la economía.
A pesar del auge exportador en este primer momento, es relevante tomar en cuenta la tardía
inserción del Uruguay al comercio exterior la cual hará que la bonanza exportadora dure menos
en comparación con el resto de países industrializados europeos. Aún así hasta 1912 se vive
una época de crecimiento.
Si bien las exportaciones crecían, también lo hacían las importaciones en forma de recursos
esenciales para impulsar las reformas modernizadores del gobierno batllista. Las mismas
aumentaron a un ritmo del 5,8% anual entre 1900-1912, mientras las exportaciones lo hacían a
2,7% anual10. La continuación tan prolongada del crecimiento de ambas variables sólo podía
ser posible por el aumento del poder de compra de las exportaciones y por los impuestos
aduaneros a las importaciones. De lo contrario, esta configuración no hubiera podido ser
posible.
8José Pedro Barrán, Benjamín Nahum, en “Historia Política e Historia Económica, Dos Siglos de
relación entre Uruguay y el Mercado Mundial” p.81
10Bértola, L., “Ensayos de Historia Económica”. cap. 7, Primer Batllismo: Reflexionas sobre el
crecimiento, la crisis y la guerra.
8
El modelo de país agro-exportador se consolida como la tarjeta de presentación en los
mercados internacionales, de forma que la extensión de la actividad es tal que en 1908 se llega
al tope máximo histórico de unidades ganaderas (12.5mill. de cabezas 11).
La ligadura del desempeño económico uruguayo al comercio exterior se vuelve inquebrantable
de aquí en más, tal que el valor de las exportaciones e importaciones dependen más de los
precios internacionales que de las cantidades transadas.
3.2. Crisis de 1913 y Primera Guerra Mundial: desafíos para el comercio exterior
11Bertino, M., Bertoni, R., Tajam, H. y Yaffé, J., “La larga marcha hacia un frágil resultado. 1900-
1955.”
9
3.3. Recuperación y auge importador: 1923 – 1930
10
El eje económico mundial cambia de Inglaterra a Estados Unidos, y con ello nuestras
relaciones comerciales son desfavorecidas ya que EE.UU. aplicaba políticas proteccionistas
muy duras a toda importación competitiva que realizara.
Al mismo tiempo, la reapertura del comercio post-bélico significó la vuelta de mercaderías
competitivas para el país a pesar de las políticas proteccionistas empleadas14.
A pesar de ser un período de gran crecimiento (6,6% acumulativo anual 15) también es el
momento en que el modelo agro-exportador comienza a agotarse y con ello se pone a prueba
el manejo de los recursos financieros del Estado.
Los precios internacionales de las exportaciones caen tanto que sólo pueden ser compensadas
con un aumento en los niveles exportados, y en cuanto a las importaciones, el impulso
industrializador no daba tregua al, ya entonces, déficit comercial.
Esta relación negativa sólo pudo ser mantenida porque en el período anterior, Uruguay se vio
favorecido por los precios transados, acumulando casi el monto de 3 años de importaciones.
Otro recurso del comercio exterior en ésta etapa fue la política monetaria y el endeudamiento
externo.
El valor del tipo de cambio fue “mini-devaluado” periódicamente y a partir de 1924 se mantuvo
fijo, y por otro lado los préstamos concedidos por EE.UU. fueron las formas de mantener más o
menos a exportadores e importadores satisfechos a la hora de comerciar.
14 Finch, H., “La economía política del Uruguay contemporáneo (1870-200)”, p.175
15Bertino, M., Bertoni, R., Tajam, H. y Yaffé, J., “La larga marcha hacia un frágil resultado. 1900-
1955.”
11
Si bien estos manejos de política económica fueron positivos (en 1924 se vuelven a obtener
saldos favorables16), se advierte claramente la extinción del modelo agro-exportador y con ello
de la inserción internacional del país como se concibió hasta ese momento.
Henry Finch:
Este autor considera que el período desde 1870 a 1970 tiene las características de la
apariencia de un gran ciclo, utilizando un marco teórico dependentista en el que ubica al
desarrollo uruguayo como dependiente, en el que los sectores locales mantienen el control del
sistema productivo, con un desarrollo exportador de tipo enclave, cumpliendo el capital
extranjero un papel subsidiario en el desarrollo del sector exportador, caracterizado por una
burguesía local terrateniente, en la que se basa el proceso de acumulación de capital.
16 Ver gráfica 3. Fuente: Yaffé, J. “El sector externo en Uruguay 1911–1930” IECON
12
El modelo de desarrollo uruguayo se caracteriza por una pluralidad de intereses opuestos
dentro de la clase dominante, lo que permite la consolidación del control político en forma
autónoma sobre el aparato estatal.
En 1932 el valor de las exportaciones cayó un 58 % respecto de 1930, generando déficit de
balanza de pagos que impacta en el presupuesto y siendo un factor clave para la devaluación
del peso.
A esta situación deficitaria se antepone una política de control cambiario y de comercio exterior,
caracterizada por la restricción de importaciones, planificada para proteger la industria local, a
la vez que la devaluación del peso por encima de la cotización del mercado penaliza al sector
exportador.
Política impositiva:
Una característica de las finanzas públicas uruguayas ha sido la dependencia del ingreso de
las tasas de consumo y de comercio exterior, pero el colapso de la demanda internacional y el
deterioro del sector externo provocaron un corrimiento en la carga impositiva hacia el sector
doméstico.
Política cambiaria:
Los principales instrumentos respecto del comercio exterior fueron los tipos de cambio
múltiples que operaron como fuente de ingresos pero también como subsidio de gastos de
ciertos sectores, a partir del control de cambios que se implanta en 1931, luego en 1932 se
crea un tipo “libre especial “ para exportaciones no tradicionales, que tuvo un efecto dudoso
sobre la diversificación de exportaciones y además no fue satisfactorio para los terratenientes
Posteriormente estos fueron contemplados a través de un “cambio compensado” en julio de
1933, a través de distintos niveles para distintos artículos , promediando un 40 % por encima
del tipo oficial.
El sistema de control de cambios contenía el sistema de tipo de cambio múltiples, a partir de
1937 se convierte en un solo tipo de cambio controlado.
El sistema formal de tipo de cambio múltiple aparece a partir de 1940, en 1944 las
exportaciones no tradicionales reciben T.C.de mercado libre y en 1947 se dividen las
importaciones en tres grupos para asignarle divisas:
- Materias primas necesarias, bienes de consumo y bienes de capital específicos.
- Mercaderías lujosas y aquellas competitivas con la industria doméstica.
- Resto de importaciones.
En 1949 se establece el sistema de T.C. múltiple en su forma clásica para bienes preferidos,
bienes castigados y otras transacciones. El sistema se fue alterando, especialmente cuando la
inflación dio lugar a devaluaciones, generando una variedad de diferentes tipos efectivos,
generando una situación muy compleja que perseguía distintos objetivos:
1. Cumplir un rol destacado en la generación de ingresos para el gobierno
2. Influir en el sistema de precios con tipos diferenciales para bienes de consumo e insumos.
3. Para cambiar la estructura de producción, con tipos punitivos para exportaciones no
tradicionales y preferenciales para bienes de capital importados.
13
4. Para ayudar la balanza de pagos, aumentando los T.C. preferenciales a la exportación y
castigando los tipos de importación.
Pero la manipulación del T.C. para asegurar el equilibrio de la balanza comercial no fue
efectivo, debiéndose enfrentar los déficit con reservas acumuladas.
Los subsidios a los consumidores de alimentos básicos fueron cubiertos con un Fondo de
Diferencias de Cambio, que también se hizo cargo de las pérdidas de los frigoríficos y subsidió
a los productores de trigo.
Los efectos de la inflación y la presión creciente del sector rural para obtener tipos más
favorables, y a partir de 1959 se abre un nuevo ciclo de políticas económicas que culmina con
la Reforma Monetaria y Cambiaria.
Luis Bértola:
Este autor establece que el desempeño relativamente exitoso de la economía uruguaya hasta
mediados del siglo XX se apoya en una dinámica de crecimiento en el que coexisten dos
modelos: el agro-exportador, heredado del siglo XIX y el modelo de Industrialización Sustitutiva
de Importaciones que se termina de configurar en los años cuarenta, con un largo período de
transición, marcando 1930 un punto de inflexión caracterizando al Uruguay neobatllista:
-La crisis mundial impuso restricciones al sector externo, y a partir de 1931 el estado juega un
rol muy importante en la transferencia de ingresos a través de la alteración de los precios
relativos, principalmente a través de la política cambiaria.
-La convergencia de una importante acumulación de divisas, un mercado interno en expansión,
facilitado en parte por una equitativa distribución del ingreso, a lo que debemos sumar niveles
de protección que aseguran a la industria manufacturera un mercado cautivo.
Las conclusiones a las que arriba Luis Bértola se pueden resumir.
-Los períodos de crecimiento no se relacionan necesariamente con períodos de apertura, pues
además del crecimiento hacia fuera, desarrollado hasta 1930, durante la segunda posguerra se
genera el marco del modelo ISI, con un grado de apertura muy bajo en comparación con las
etapas anteriores, registrando sin embargo un período de notable crecimiento.
-Los shocks externos tuvieron un impacto negativo sobre el desempeño económico global.
- En el largo plazo las exportaciones tienen una importancia destacable como fuente de divisas,
aunque a veces los beneficios del comercio exterior aumentaron los ingresos del sistema
financiero, provocando un desarrollo importante de la banca ante la ausencia de regulación
estatal al respecto.
-Bértola concluye además que la política importa, y que la intervención estatal puede ser
importante para definir un modelo de desarrollo.
Los dos autores mencionados coinciden destacar la importancia del comercio exterior en la
estructura productiva y estabilidad macroeconómica uruguaya, enfocando además como a
14
partir de la crisis de los centros de 1929, se debilita la dependencia, y se hace posible la
industrialización en parte gracias a la existencia de capitales generados por el sector
agropecuario.
Impactos sobre la Estructura Económica:
El “vulnerable modelo exportador” dependía de condiciones externas favorables, por lo que el
cierre de mercados internacionales provoca una caída de exportaciones y dificultades para
importar, y en función de la importancia del comercio exterior en la estructura impositiva de
este período, ocasiona una caída de la recaudación del Estado.
La reacción del Estado es a través de una política arancelaria y cambiaria, primero con el
control d cambios y luego a través de tipos de cambio diferenciales.
Pero al promediar la década de 1950 se general problemas serios de balanza de pagos y no
era posible transferir ingresos por medio de mecanismos de protección.
Por el lado de las importaciones, la inelasticidad de demanda de los insumos para la
industrialización, más el aumento de los precios de la maquinaria (suben algo mas de 100 %
entre principios de 1940 a 1950) provocan el deterioro de la balanza comercial.
Esta dinámica se fue retroalimentando de manera que se suma el aumento del déficit en las
finanzas del estado, provocando dificultades para generar nuevas inversiones en las empresas
públicas, lo que deteriora los servicios, que se deben mantener con un costo de funcionamiento
más elevado, debido a elevado costos fijos, que se infló aún más debido a la exagerada
burocracia.
Causalidad:
En este período es notoria la interacción entre las causas principalmente externas que generan
inestabilidad económica, y como las medidas tomadas por estado para amortiguarlas generan
un impacto sobre los distintos sectores sociales.
Finch establece que el impacto de la depresión mundial a partir de 1929 se refleja en los
sectores rurales que ven como la caída del precio del ganado afecta fuertemente su situación.
Al mismo tiempo el cambio en la estructura productiva genera que los sectores Industriales
adquieren mayor fuerza, creándose condiciones favorables al final del período para la
organización de las fuerzas sindicales.
15
Las exportaciones basadas en los productos pecuarios fueron perjudicadas sustancialmente
con el incremento de la utilización de tierras para la producción agrícola y la caída de los
precios de la lana, tras la finalización de la guerra de Corea y la recuperación de Europa. Esto
limitó las importaciones de bienes de capital e insumos para la industria sustitutiva de
importaciones, determinando su agotamiento y originó un fuerte desequilibrio comercial que
aumentó el endeudamiento externo.
Ante este escenario, se aplicó un plan de estabilización en 1959, por el cual se buscó
beneficiar al sector primario exportador a través de reforma cambiaria y apertura comercial. Se
estableció un tipo de cambio único a la par del mercado, terminando con el sistema de cambios
múltiples. Asimismo se liberó la exportación e importación de bienes y servicios, se
denunciaron los tratados bilaterales, se autorizó la importación con créditos de proveedores del
exterior y se implementó un sistema de recargos y detracciones al comercio exterior. Ésta
política fue asistida por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y plasmada en la primer carta
de intención firmada con éste organismo, que coinciden con medidas similares tomadas en
otros países de Latinoamérica17.
Sobre finales de los sesenta, el gobierno vuelve a promover una estrategia orientada al
estímulo de las exportaciones como motor de la economía. Nuevamente inspirada en
recomendaciones del FMI, está basada en el enfoque de las ventajas comparativas y
monetarias de la balanza de pagos. En este caso, las medidas apuntan a estimular las
exportaciones no tradicionales mediante reintegros y créditos, expandir las tradicionales
beneficiadas por un aumento de los precios internacionales, mediante créditos para mejoras en
inversión agropecuaria e infraestructura y a retraer las importaciones mediante suba de
17
Noya, N., Laens, S. Casares, L. y Terra, M., “Política Económica: 25 años de fracasos”, p. 155.
18
Pardo, J. y Reig, N. , “Crecimiento, demanda y exportaciones en la economía uruguaya: 1960-
2000”, p.25
16
aranceles y limitaciones directas. Con relación a la política cambiaria, se vuelve a unificar el
tipo de cambio, fijarlo y devaluarlo significativamente.
Otro cambio sustancial en el comercio exterior fue la reorientación de los mercados de destino.
Los países en desarrollo pasaron a tener mayor ponderación, destacándose principalmente
Argentina y Brasil, con los que se firman convenios bilaterales con cada uno (CAUCE y PEC
respectivamente). Resulta importante señalar la diferente integración con cada uno de ellos.
Los principales rubros de venta hacia Brasil lo constituyen las exportaciones tradicionales, en
especial la carne, cuya inserción es favorecida por condiciones de complementariedad con la
oferta interna de éste país (ver cuadro 4.3.1). Hacia Argentina, se venden principalmente
manufacturas que compiten con la producción interna, favorecidas por la política cambiaria y
los acuerdos bilaterales. La participación de Brasil pasó del 3,3 % al 12, 9% en éste decenio,
mientras que Argentina del 1,6 % al 5,7 %, por otra parte las exportaciones hacia Europa se
redujeron del 62,9 % al 47, 8% y hacia Estados Unidos del 12,6 % al 8,8% 20.
19
BIRF,” Informe sobre Actual situación económica y perspectiva del Uruguay”, 1970, p.93
20
Pardo, J. y Reig, N., op. cit., p. 19.
17
Fuente: L. Macadar, “Uruguay: crisis externa e inserción sub-regional. El comercio con Argentina y Brasil 1975-1984”,
Revista Estudios, 1987.
CUADRO 4.3.2 – Evolución del saldo de la balanza comercial (en millones de dólares a precios
corrientes).
Universitaria.
22
Pardo, J. y Reig, N., op. cit., p. 22.
18
AÑOS EXPORTACIONES IMPORTACIONES SALDO
1975 383,8 556,5 -172,6
1976 546,5 587,2 -40,7
1977 607,5 729,9 -122,4
1978 686,1 774,3 -88,3
1979 788,1 1230,8 -442,7
1980 710,3 1188,8 -478,5
A criterio de Astori27 , las relaciones del país con el exterior se apoyaron en un déficit
comercial contrarrestado por el ingreso de capital especulativo. Cuestiona la viabilidad temporal
24
Noya N. Laens. S. Casares L. y Terra M., op. cit., p. 171
25
O. Rodríguez, Barbato y Macadar, “La crisis y el problema nacional”
26
La hipótesis de estos autores tiene carácter dependentista, en el cuál los países en desarrollo
no logran controlar los excedentes de su producción nacional.
19
de las políticas llevadas, debido a que es imposible controlar la entrada de capitales destinados
a la especulación, por su génesis coyuntural y aleatoria.
Esta década está marcada en sus inicios por un cambio en los objetivos del gobierno, que
busca la estabilidad interna a través del control de la inflación y una visión monetarista de la
balanza de pagos. Ésta última favorecida por la afluencia de capitales extranjeros atraídos por
la política cambiaria. En este sentido, se abandonaron las políticas de estímulo a las
exportaciones no tradicionales y se redujeron las barreras arancelarias a los productos
importados.
La política cambiaria de tipo de cambio preanunciado, produjo atraso cambiario por tanto caída
del tipo de cambio real cuyo resultado es la pérdida de competitividad. Sin embargo, el
comercio con Argentina no se vio afectado gracias a medidas similares adoptadas por aquel
país.
Al final de los ochenta, Uruguay tiene planteado dos modelos de inserción regional diferentes.
Con Brasil, reproduce la inserción tradicional, especializándose en el comercio de bienes
primarios e importando suministros industriales y bienes de capital no producidos en el país.
Colocándose en situación desventajosa en términos de intercambio. Con Argentina, su
característica es la competencia con la producción local. Esto permitió una importante
diversificación de las exportaciones, extendiendo los rubros gracias a la política cambiaria y los
acuerdos comerciales.
20
apertura externa y la privatización de empresas publicas 29. La recomendación de aplicación de
este régimen por parte de los organismos supranacionales a cambio de préstamos para su
aplicación y saneamiento de las economías se da con el fin de superar el estancamiento
productivo y la crisis estructural dada por el agotamiento del modelo de industrialización por
sustitución de importaciones que se venia demostrando desde mediados de 1950 30.
Este es un periodo en el que la economía uruguaya retoma la senda del crecimiento y
dinamismo con valores del orden del 3% anual del Producto Bruto Interno (PBI) lo que sumado
a una tasa de crecimiento de la población baja, el PBI per cápita tiene mejoras de importancia.
Comisión sobre diagnostico de la situación actual del país y lineamientos de salida a la crisis.
30
Agosto, 2003.
21
tradicionales. Al punto que las exportaciones a países del MERCOSUR significaron el 43% del
total en el periodo 1995-1998, y solamente a Brasil casi el 31% 31. (Ver cuadro 5.1).
Cuadro 5.1. Estructura de las exportaciones por destino geográfico (en porcentajes)
Fuente: Elaborado en base a datos del BCU
Como se puede apreciar las exportaciones a países con que se tienen acuerdos comerciales
son las de más peso dentro de los totales.
En cuanto a las importaciones los orígenes son similares a los destinos de las exportaciones.
El MERCOSUR sigue teniendo el mayor peso dentro de las mismas. (Ver cuadro 5.2).
Los flujos tanto de importaciones como de exportaciones son mas estables y mayores que las
del resto del mundo.
Esta apertura externa donde priman las relaciones comerciales intra-regionales hace que se de
una correlación entre la economía del país con las economías vecinas, lo que nos hace mas
vulnerables a su desempeño. Se explica por esta vía el “contagio” de la crisis uruguaya del
2002, como consecuencia de la devaluación brasileña en 1999 mas tarde la de Argentina, lo
que ya de por si perjudica a las exportaciones uruguayas por el cambio en los precios relativos
de las mismas, a lo que se sumo el brote de aftosa del 2001 32.
32Carbajal, Fedora y Ferrando, Mery. Relación entre comercio, mercado laboral y pobreza.
IECON. Abril, 2008.
22
Cuadro 5.2. Estructura de las importaciones por origen geográfico (en porcentajes)33
Fuente: Elaborado en base a datos del BCU
Argentina 21 22 24,2
Brasil 24,8 21,8 19,7
Paraguay 0,3 0,5 0,5
MERCOSUR 46,1 44,3 44,4
Chile 1,6 1,7 1,9
UE 17,3 18,9 17,8
China 1,8 2,8 4,1
USA 10,5 11,7 9,8
NAFTA 13,2 13,7 11,9
Resto del Mundo 18,6 16 15
23
bancarios, transporte, comunicaciones, servicios de almacenamiento y portuarios entre otros.
Por la misma naturaleza de los servicios esos tienen como destino principales la región. A
modo ilustrativo, el 90% de los turistas que ingresaron al país en el año 2000 fueron
procedentes de Argentina y Brasil36.
Cuadro 5.3. Indicadores de la estructura económica y de la producción (en base a valores corrientes)
Oferta
PBI 3,8 4,3 1,5
Importaciones 9,2 15,3 3,5
Demanda
Consumo 5,1 5,4 2,3
Exportaciones 4,9 9,8 2,8
24
6.3. Balanza de Pagos
37
Olesker, Daniel. Crecimiento y Exclusión. 2001.
25
BIBLIOGRAFIA:
26
- Osimani, Rosa y Estol, Rosina; Centro de Investigaciones Económicas. Posibles impactos de un
acuerdo comercial con los Estados Unidos. Julio, 2006
- Rodríguez, O., Barbato C., y Macadar, L.; La crisis y el problema nacional.
- Yaffé, Jaime; Política y economía en la modernización: Uruguay 1876-1933 (Universidad de la
República) en http://www.liccom.edu.uy/bedelia/cursos/historia/modernizacion.pdf
- Yaffé, Jaime; La maldición de Mauá en
http://www.audhe.org.uy/Boletin_Audhe/Boletin_2/Boletin_02_Yaffe.pdf
- Yaffé, Jaime; El sector externo en Uruguay 1911-1930; IECON.
27