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ANTICUERPOS ANTINUCLEARES

ASIGNATURA:

INMUNOLOGÍA

DOCENTE:

DRA. CARMEN TATYANA TORRES


LOPEZ

CICLO:

SEXTO

INTEGRANTES

Álvarez Vásquez Fidelia 201410086

Aurich Rojas Jhoann Amalia 201410025

Bejarano Arosemena Nelson 201410100

Carbonel Vilchez Angélica Maribel 201410005

Castillo Arrascue José Neiser 201420008

Castro Sánchez César Alexis 201510385

Pimentel, 2016
OBJETIVOS:

1. Describir y conocer los anticuerpos antinucleares.


2. Comparar el uso y aplicación de guías para la detección de ANA,
interpretación y diagnóstico de las enfermedades.
INTRODUCCIÓN

Los anticuerpos antinucleares son inmunoglobulinas que reconocen componentes


celulares autologos (nucleares y citoplasmaticos). Adema s de los ANA
autoinmunes, pueden estar en circulación ANA infecciosos y naturales.

La detección de ANA debe realizarse mediante inmunofluorescencia indirecta (IFI)


en lıneas celulares como prueba de tamizado inicial debido a su alta sensibilidad.
Una muestra positiva para ANA, detectados mediante IFI, debe confirmarse
mediante técnicas mas sensibles y especıficas como ELISA,
electroinmunotransferencia (Western blot) u otras.

Los ANA detectados por IFI deben ser evaluados en base al patrón y al tıtulo. La
deteccion especıfica de diversos autoanticuerpos (anti-ENA, ADNcd, etc.) resulta
útil en el diagnostico y seguimiento de pacientes con enfermedades autoinmunes.
Por tal motivo, su deteccion debe realizarse de manera ordenada y razonable,
empleando las guías o estrategias enfocadas al buen uso e interpretación de la
presencia de autoanticuerpos.

El objetivo de la revision es presentar una recopilación de la literatura y nuestra


experiencia en la detección y estudio de los ANA.
ANTICUERPOS ANTINUCLEARES (Ac. anti nucleares, ANA)

Una de las manifestaciones cardinales de las enfermedades sistémicas


autoinmunes es la respuesta humoral que se caracteriza por la producción de
autoanticuerpos contra las proteínas celulares y los ácidos nucleicos. Los
anticuerpos antinucleares (ANA) tienen como blanco toda una serie de
macromoléculas, incluyendo DNA, RNA y proteínas, así como complejos de
proteínas y ácidos nucleicos; estas proteínas se encuentran principalmente en el
núcleo celular, aunque el término ANA se aplica a menudo a anticuerpos que se
unen a ácidos nucleicos o a complejos proteína-ácido nucleico en el citoplasma.

Aspectos moleculares:

Esta es una amplia familia de auto anticuerpos que pertenecen al primer grupo
antes mencionado, es decir, tienen reactividad contra antígenos en los núcleos de
las células de muchos tejidos y órganos y por ende, se asocian más
frecuentemente con enfermedades de carácter sistémico Los ácidos nucleicos en
el interior del núcleo celular se encuentran asociados con proteínas, a esta
asociación se le llama cromatina, que es una estructura molecular
extremadamente compleja. En la cromatina las proteínas más abundantes son las
histonas. Una subunidad de la cromatina es el nucleosoma, cuya base estructural
consiste de 146 pares de bases de ADN alrededor de una región central de ocho
moléculas de histonas. La cromatina representa uno de los principales blancos de
la respuesta auto inmune en diversas enfermedades sistémicas. Hay una variedad
de anticuerpos que reaccionan contra diferentes componentes de esta estructura,
los más conocidos son anti ADN, anti histonas, anti centrómero, anti RNP, anti
Sm, anti SS-A/Ro, anti SS-B/La y anti Scl-70. Los nucleolos, por otro lado,
representan las estructuras más grandes y más complejas de ribonucleoproteínas
dentro del núcleo celular, en ellos se encuentran cientos de polipéptidos y
pequeñas proteínas acopladas a ARN, especialmente los de la denominada serie
U y el antígeno Ro, que también son blanco de auto anticuerpos. En conjunto a
estas partículas se les llama ribonucleoproteínas nucleares pequeñas (snRNPs) y
cuando están en el citoplasma, ribonucleoproteínas citoplásmicas pequeñas
(scRNPs). Algunos antígenos que reaccionan con los anticuerpos anti nucleares
pueden extraerse de las células usando solución salina, a éstos se les llama
antígenos extractables del núcleo o ENA y a los anticuerpos correspondientes, anti
ENA. Los principales anti ENA son: anti RNP, anti Sm, anti SS-A/Ro, anti SS-B/La
y anti Scl-70, los cuales se pueden detectar en conjunto o individualmente.
CLASIFICACIÓN DE LOS ANTICUERPOS ANTINUCLEARES

En la circulación pueden estar presentes tres tipos de ANA:

 Uno de ellos está presente en todos los individuos a títulos relativamente


bajos y forman parte del repertorio de los ANA naturales. Por ello, es
importante establecer valores de referencia ajustados a los diferentes tipos
de poblaciones.
 El segundo tipo de ANA son los que se producen como resultado de procesos
infecciosos. En este sentido, los ANA cuyo origen son los procesos
infecciosos no se asocian a manifestaciones clı´nicas de enfermedad
autoinmune y sus tı́tulos bajan en cuanto se resuelve el proceso infeccioso
que les dio origen.
 El tercer tipo es el de los ANA autoinmunes, los cuales reflejan la pérdida
de la tolerancia inmunológica y su origen es multifactorial. Su producción
depende de la carga genética, medio ambiente, cambios hormonales, etc.

TÉCNICAS UTIIZADAS PARA LA DETECCIÓN DE ANA

Inmunofluorescencia Indirecta

Es un examen sencillo y de alta sensibilidad para la detección principalmente de


anticuerpos antinucleares (actualmente el “gold standard” para su búsqueda). Se
usa también para la detección de anticuerpos anti-DNA, ANCA y otros. Consiste
en incubar suero del paciente en distintas diluciones, con células o tejidos sustrato
(HEp-2 de mayor sensibilidad, Crithidia luciliae, neutrófilos, etc.), montados en un
portaobjeto. Los resultados son expresados como positivos o negativos a distintas
diluciones 1/40, 1/80, 1/160 y así progresivamente mayores según el examen. La
gran desventaja de este método es que es operador dependiente y la confiabilidad
de sus resultados está directamente relacionada a la experiencia del observador.

ELISA (Enzyme linked immunosorbent assay)

Es una técnica simple que se basa en la unión antígeno-anticuerpo. Para la


búsqueda de autoanticuerpos se incuba el suero del paciente en un pocillo en
cuyas paredes se encuentra adherido el antígeno específico, luego se lava
quedando en el pocillo sólo los anticuerpos que se han unido al antígeno. Se usa
luego un segundo anticuerpo dirigido contra la porción Fc de la Ig (anti IgG, M, A o
polivalentes) que se uniría al primer anticuerpo (el del paciente). Finalmente,
mediante un sustrato colorimétrico (se activa mediante enzimas que se encuentran
en el segundo anticuerpo) se determina la cantidad de anticuerpo presente (a
mayor intensidad del color, mayor concentración sérica del autoanticuerpo). Es de
fácil procesamiento y generalmente automatizado lo que permite realizar un mayor
número de exámenes, barato y menos operador dependiente.

Títulos de ANA

El título de una prueba positiva de ANA es importante para el diagnóstico de los


trastornos del tejido conectivo (TTC). Un título bajo tiene menos importancia que
un título alto. Los individuos sanos tienen títulos negativos o bajos. Los pacientes
con TTC generalmente tienen títulos elevados (especialmente, los casos de TTC
sistémicos). Pueden observarse títulos intermedios o altos en familiares no
afectados de individuos con TTC, en personas mayores, en mujeres gestantes, en
pacientes con infecciones crónicas, en pacientes con neoplasias y en individuos
sanos. En un estudio se examinaron los títulos de pruebas de ANA positivas de
individuos sanos y se encontró que cerca de un tercio de las personas sanas
tienen un resultado positivo a una prueba de ANA. Con títulos progresivamente
más altos, el porcentaje de individuos sanos con ANA positivos se redujo. Un título
> 1:160 es significativo para el diagnóstico de pacientes con TTC.

Patrones de ANA detectados mediante IFI


Los patrones que con mayor frecuencia se detectan por IFI en células HEp-2 en
sueros de pacientes con enfermedades autoinmunes El patrón homogéneo se
caracteriza por una tinción homogénea en el núcleo, cuya intensidad puede variar
dependiendo de la concentración de los anticuerpos presentes en el suero. La
placa de la cromatina en células en división puede estar teñida de manera
compacta, delineada o difusa y los nucléolos pueden o no estar teñidos.
El patrón periférico se caracteriza por tinción regular alrededor del núcleo; el
centro de este patrón muestra menos tinción. La placa de la cromatina se tiñe de
forma delineada o compacta.
Los patrones de ANA que se observan con mayor frecuencia son los moteados,
tanto fino como grueso. La descripción de estos patrones ha generado confusión,
en el sentido de que varios autores definen el patrón moteado grueso como aquel
en el que el núcleo se observa teñido con gránulos gruesos y el patrón moteado
fino lo definen como núcleo teñido con gránulos finos.
No hay problema cuando los gránulos son muy gruesos o muy finos, en puntos
intermedios la interpretación es subjetiva. Nuestra propuesta es que el patrón
moteado grueso se debe definir como tinción en el núcleo con gránulos finos o
gruesos, los nucléolos están tenidos y la placa de la cromatina en ce´ lulas en
división no se tiñe, es decir, no hay reconocimiento de los componentes de la
cromatina.
En cuanto al patrón moteado fino, este se caracteriza por tinción del núcleo con
gránulos finos o gruesos, los nucléolos no se tiñen así´ como tampoco se tiñe la
placa de la cromatina en células en división. Esta definición de los patrones
moteado grueso y fino es más fácil de entender e interpretar. Además, tiene
sustento en la diferencia de reactividades que muestran los sueros que dan los
patrones.
El patrón Centroamérica tiene como características que los núcleos se tiñen con
puntos finos distribuidos de manera homogénea en el nucleoplasma de las ce´
lulas en interfase. La tinción en las ce´ lulas en división muestra un punteado fino
localizado en la placa de la cromatina.
El patrón nucleolar tiene como característica una tinción intensa de los nucleolos.
La placa de la cromatina en las ce´ lulas en división se tiñe de manera difusa
debido a reactividad cruzada de los anticuerpos dirigidos contra los RNA
nucleolares con el ADN de la cromatina.
El patrón de la lámina nuclear o laminar es aquel en el que se observa tinción
concentrada alrededor del núcleo y no se extiende hacia el citoplasma. A
diferencia del patrón periférico, la placa de la cromatina en las ce´ lulas en división
es negativa.
El patrón centriolar se identifica por la tinción intensa de los centriolos en células
en división. Las estructuras teñidas se pueden identificar desde la fase G2, donde
se ven dos puntos muy juntos, y en metafase, donde se localizan en los polos de
la célula. Cuando se tiñen los centriolos, los filamentos del huso acromático y las
células en interfase tienen un patrón moteado fino. El patrón se define como
NuMA-1(del inglés, nuclear mitotic apparatus) (fig. 8B). La tinción de los centriolos
y del huso mito´ tico sin tinción del nucleoplasma en ce´ lulas en interfase se
define como NuMA-2.
En relación a los patrones citoplásmicos identificados en células HEp-2, se
describen a continuación los más frecuentes.
El patrón citoplásmico se define como tinción homogénea que cubre todo el
citoplasma. El patrón mitocondrial se caracteriza por una tinción granular en
hileras punteadas que rodean al núcleo y se extienden hacia el citoplasma sin
cubrirlo por completo.
El reconocimiento de los componentes del citoesqueleto (microtúbulos,
microfilamentos y filamentos intermedios) da un patrón citoplásmico que se
conoce como patrón de filamentos intermedios o de musculo liso y se caracteriza
por tinción en forma de hilos en el citoplasma. Un patrón de filamentos intermedios
con título mayor a 1:160, de acuerdo a los valores de referencia previamente
reportados en mestizos mexicanos, se debe interpretar como un resultado positivo
para anticuerpos antimúsculo liso. Se han reportado otros patrones de ANA (v. g.
lisosomal, Na, PCNA, peroxisomas, etc.) que pueden ser identificados en células
HEp-2, pero son poco frecuentes y su valor diagnostico está en estudio.
Los patrones nucleares y citoplásmicos descritos anteriormente son patrones
puros. Sin embargo, es importante resaltar que más del 90% de los ANA
detectados en ce´ lulas HEp-2 se presentan combinados con al menos 2 patrones
diferentes nucleares y/o citoplásmicos.
ANTICUERPOS MONOCLONALES

Un tumor de células plasmáticas (mieloma o plasmocitoma), como la mayoría de los


tumores de origen celular, es monoclonal y, por tanto, produce anticuerpos de una sola
especificidad. En la mayoría de los casos se desconoce la especificidad del anticuerpo
tumoral, de manera que el anticuerpo del mieloma no puede utilizarse para detectar o
unirse a moléculas de interés. Sin embargo, el descubrimiento de anticuerpos
monoclonales producidos por estos tumores llevó a la idea de que es posible producir
anticuerpos monoclonales similares de cualquier especificidad deseada inmortalizando
células secretoras de anticuerpos individuales a partir de un animal inmunizado con un
antígeno conocido. Georges Kohler y Cesar Milstein describieron en 1975 una técnica
para conseguir esto, que ha resultado ser uno de los avances más valiosos de toda la
investigación científica y la medicina clínica. El método se apoya en la fusión de linfocitos
B procedentesde un animal inmunizado (habitualmente un ratón) con una línea celular
inmortal de mieloma y el cultivo de las células en condiciones en las que las células
normales y las tumorales no fusionadas no puedan sobrevivir.

Las células fusionadas resultantes que crecen se llaman hibridomas; cada hibridoma
produce solo una Ig, derivada de un linfocito B del animal inmunizado. Se estudia la unión
al antígeno de interés de los anticuerpos secretados por muchos clones de hibridomas, y
se selecciona y expande el clon con la especificidad deseada. Los productos de estos
clones individuales son anticuerpos monoclonales, cada uno específico frente a un solo
epítopo del antígeno usado para inmunizar al animal y para identificar los clones
inmortalizados secretores de anticuerpos.

Los anticuerpos monoclonales tienen muchas aplicaciones prácticas en la investigación y


en el diagnóstico y tratamiento médicos. Algunas de sus aplicaciones frecuentes son las
siguientes:

• Identificación de marcadores fenotípicos de tipos celulares particulares. La base


de la clasificación moderna de los linfocitos y otros leucocitos es el reconocimiento de
poblaciones celulares individuales con anticuerpos monoclonales
específicos. Estos anticuerpos se han usado para definir marcadores de grupos
diferenciación (CD, del inglés cluster of differentiation) de varios tipos celulares.
• Inmunodiagnóstico. El diagnóstico de muchas enfermedades infecciosas y
sistémicas se apoya en la detección de antígenos o anticuerpos particulares en la
sangre, la orina o los tejidos, usando anticuerpos monoclonales en
el inmunoanálisis.
• Identificación del tumor. Los anticuerpos monoclonales marcados específicos frente
a varias proteínas celulares se usan para determinar el origen tisular de los tumores
tiñendo secciones histológicas del tumor.
• Tratamiento. Los avances realizados en la investigación médica han llevado a la
identificación de células y moléculas que participan en la patogenia de muchas
enfermedades. Los anticuerpos monoclonales, debido a su exquisita especificidad,
proporcionan los medios de dirigirse a estas células y moléculas. Hoy se usan
diversos anticuerpos monoclonales como una forma de tratamiento. Algunos
ejemplos son los anticuerpos contra la citocina factor de necrosis tumoral (TNF)
usados para tratar la artritis reumatoide y otras enfermedades inflamatorias, los
anticuerpos contra el CD20 para el tratamiento de las
leucemias de linfocitos B y para eliminar linfocitos B en ciertos trastornos
autoinmunes, los anticuerpos contra los receptores del factor de crecimiento
epidérmico para dirigirse contra las células del cáncer, los anticuerpos contra el factor
de crecimiento endotelial vascular (una citocina que promueve la angiogenia) en los
pacientes con cáncer de colon, y otros.

Análisis funcional de la superficie celular y de las moléculas secretadas.

En la investigación biológica, los anticuerpos monoclonales que se unen a moléculas de la


superficie celular y estimulan o inhiben funciones celulares particulares constituyen
herramientas muy valiosas para definir las funciones de moléculas de superficie, como los
receptores para los antígenos. Los anticuerpos monoclonales también se utilizan
ampliamente para purificar poblaciones celulares concretas a partir de mezclas complejas
con el fin de facilitar el estudio de sus propiedades y funciones

Una de las limitaciones de los anticuerpos monoclonales para el tratamiento es que estos
anticuerpos son más fáciles de producir inmunizando ratones, pero los pacientes tratados
con anticuerpos murinos pueden producir anticuerpos contra la Ig murina llamados
anticuerpos humanos anti-ratón (HAMA, del inglés human anti-mouse antibody). Estos
anticuerpos anti - Ig eliminan el anticuerpo monoclonal inyectado y también pueden
provocar la enfermedad del suero.

Se han usado técnicas de ingeniería genética para ampliar la utilidad de los anticuerpos
monoclonales. De un hibridoma pueden aislarse los ADN complementarios (ADNc) que
codifican cadenas polipeptídicas de un anticuerpo monoclonal, y estos genes pueden
manipularse en el laboratorio. Como se o ha expuesto antes, solo porciones pequeñas de
la molécula de anticuerpo son responsables de la unión al antígeno; el resto de la
molécula de anticuerpo puede considerarse como un armazón. Esta organización
estructural permite insertar segmentos de ADN que codifican las zonas de unión al
antígeno procedentes de un anticuerpo monoclonal de ratón al ADNc que codifica una
protema de mieloma humano, lo que crea un gen híbrido. Cuando se expresa, la proteína
híbrida resultante, que conserva la especificidad por el antígeno del monoclonal murino
original, pero con la estructura central de una Ig humana, se denomina anticuerpo
humanizado. Los anticuerpos monoclonales completamente humanizados también se
utilizan en la clínica. Se obtienen usando métodos de exposición en fagos o en ratones
con linfocitos B que expresan transgenes de Ig humanos. Los anticuerpos humanizados
tienen menos probabilidades de parecer «extraños» en los seres humanos y de inducir
respuestas contra el anticuerpo. No obstante, por razones desconocidas, una proporción
de los sujetos que recibe anticuerpos monoclonales completamente humanizados como
tratamiento produce anticuerpos bloqueantes.
La generación de anticuer-
pos monoclonales.
En este procedimiento se fu-
sionan células esplénicas de un ratón inmunizado
con
un antígeno, o mezcla de antígenos conocidos,
con una línea celular de mieloma que carece de una
enzima mediante el uso de sustancias químicas, co-
mo el polietileno glicol, que pueden facilitar la fusión
de las membranas plasmáticas y la formación de
células híbridas que conserven muchos cromosomas
de las parejas de fusión. La pareja de mieloma usada
es una que no secreta su propia Ig. Estas células
híbridas se colocan después en un medio de selec-
ción que permite la supervivencia solo de híbridos
inmortalizados; estas células híbridas se cultivan
después como clones celulares y se comprueba
en ellas la secreción del anticuerpo de interés. El
medio de selección incluye hipoxantina, aminopterina
y timidina, y se llama, por tanto, medio HAT. Hay dos
vías de síntesis de purina en la mayoría de las
células,
una de novo, que precisa tetrahidrofolato, y una vía
de rescate, que usa la enzima hipoxantina-guanina
fosforribosiltransferasa (HGPRT). Se usan células
del
mieloma que carecen de HGPRT como parejas de
fusión, y normalmente sobreviven usando la síntesis
de purina de novo. En presencia de aminopterina
no se produce tetrahidrofolato, lo que da lugar a un
defecto en la síntesis de purina de novo y también
a un defecto específico en la biosíntesis de pirimi-
dina, en concreto en la generación deTMP a partir
de dUMP Las células híbridas reciben HGPRT de los
esplenocitos y tienen la capacidad de proliferar de
forma descontrolada a partir de la pareja de mielo-
ma; si reciben hipoxantina y timidina, estas células
pueden sintetizar ADN sin tetrahidrofolato. Como
resultado de ello, en el medio HAT solo sobreviven
las células híbridas.
USO Y APLICACIÓN DE GUÍAS PARA LA DETECCIÓN DE ANA

El patrón homogéneo en células HEp-2 sugiere la presencia de autoanticuerpos


contra componentes de la cromatina. La cromatina esta´ formada por ADN de
cadena doble (ADN cd), histonas (H1, H2a, H2b, H3, H4), nucleosomas y ADN de
cadena simple (ADNcs). En un trabajo reciente evaluamos la especificidad de
dichos componentes en muestras de pacientes con LEG que dieron patrón
homogéneo mediante IFI23. Los resultados mostraron reactividad contra ADNcd
(60–80%), nucleosomas (95%), histonas (20–40%) y ADNcs (60–80%). Según
nuestra experiencia (trabajos en preparación), es frecuente tener muestras de
pacientes con LEG con títulos altos de anticuerpos contra un solo componente de
la cromatina, por lo que sugerimos confirmar el patrón homogéneo mediante la
detección de la reactividad contra: 1). ADNcd, 2). nucleosomas, 3). histonas y 4).
ADNcs, teniendo en cuenta la enfermedad, evolución del paciente y la actividad. Si
la reactividad contra los componentes de la cromatina es negativa, la muestra
puede presentar actividad contra otros antígenos, el mejor estudiado es Scl-70.
Por otro lado, en estudios realizados en nuestro laboratorio, la caracterización
inmunoquímica mediante EIT de los sueros que dan patrón moteado fino en la IFI,
muestran reactividad contra SSA/Ro nativa y SSA/Ro de 52 kDa en el 55% de las
muestras y SSB/ La en el 5%, seguida del reconocimiento contra la molécula RNP/
Sm en el 10%. En cuanto al moteado grueso, la reactividad es principalmente
contra RNP/Sm en el 65% de las muestras, el 36% reaccionó contra SSA/Ro
recombinante de 52 kDa, el 5% contra SSB/La y el 32% contra CENP-B14. En
base a nuestros resultados y apoyados en reportes de otros grupos de
investigación, sugerimos que la búsqueda de las especificidades de los
autoanticuerpos se debe realizar de forma ordenada y racional, tomando como
base el patrón y el título de ANA observado en células HEp-2.

INTERPRETACIÓN Y BÚSQUEDA DE ESPECIFICIDAD

Cuando un paciente presenta manifestaciones clínicas de enfermedad


autoinmune, la primera prueba que se debe solicitar es la detección de ANA por la
técnica de IFI utilizando como sustrato células HEp-2, debido a su alta
sensibilidad. Posteriormente, los diferentes patrones de ANA y su intensidad
(expresada en dilución) deberán ser cuidadosamente evaluados para pasar al
segundo nivel de caracterización mediante pruebas más sensibles y específicas
como ELISA, radioinmunoanálisis, EIT, etc. para confirmar el antígeno reconocido
por los ANA presentes en la muestra del paciente. Si bien no se ha observado una
clara asociación entre patrones y títulos de ANA con manifestaciones clínicas de
las diferentes patologías autoinmunes, es clara la asociación entre patrones de
ANA y el reconocimiento de antígenos específicos. Un ejemplo de esto es la
asociación del patrón homogéneo o periférico a títulos altos y el reconocimiento
de ADNcd y/o nucleosomas. Los ANA no caracterizan a una enfermedad
autoinmune en particular, pero grupos de autoanticuerpos se encuentran
presentes con mayor frecuencia en enfermedades autoinmunes específicas.
Apoyados en lo anterior, sugerimos que el uso y/o detección de autoanticuerpos
se haga de manera ordenada, siguiendo las guías propuestas por el colegio
americano de patólogos. Con relación a cómo proceder para la solicitud de los
ANA, existen más preguntas que respuestas. Si bien algunos grupos han
mostrado la importancia de la aplicación de guías diseñadas para el buen uso de
los ANA detectados mediante IFI utilizando células HEp-2 como sustrato, la
mayoría muestra una clara tendencia hacia la disminución en la cantidad de
estudios específicos solicitados a los pacientes empleando dichos esquemas o
estrategias. En este sentido, Tampoia et al en 2007 publicaron un estudio
realizado en 685 pacientes27, el cual revelo´ que la aplicación de guías para el
diagnóstico utilizando la detección de ANA previamente validadas26 reduce de
manera importante el número de inmunoensayos o pruebas de )segundo nivel*
realizadas. Es importante resaltar que cuando se tiene una determinación de ANA
detectados mediante IFI negativa y el paciente tiene manifestaciones clínicas de
enfermedad autoinmune, se puede pasar al segundo nivel de detección de
autoanticuerpos por ELISA o EIT, debido a que se está´ aumentando la
sensibilidad y especificidad para la detección de autoanticuerpos. El trabajo de
Tampoia muestra, adema´ s, una disminución importante en la cantidad de
estudios de segundo nivel solicitados; estudios cuyo costo tiene un impacto
importante en la economía de los pacientes. Por ello, enfatizamos la importancia
de la aplicación adecuada de las guías y/o algoritmos desarrollados tomando en
cuenta: 1. el patrón de ANA, 2. los puntos de corte establecidos en el grupo étnico
de interés. Los puntos de corte ajustados o establecidos por patrón, lo cual
proporcionará resultados que ayudan más al clínico para el diagnóstico y el
seguimiento de los pacientes.
CONCLUSIONES

1. Los anticuerpos antinucleares (ANA) tienen como blanco toda una serie de
macromoléculas, incluyendo DNA, RNA y proteínas, así como complejos de
proteínas y ácidos nucleicos; estas proteínas se encuentran principalmente
en el núcleo celular, aunque el término ANA se aplica a menudo a
anticuerpos que se unen a ácidos nucleicos o a complejos proteína-ácido
nucleico en el citoplasma.

2. Los autoanticuerpos y los ANA en particular, juegan un papel importante en el


diagnóstico de estas enfermedades, incluso forman parte de los propios
criterios diagnósticos en algunas de ellas, de manera que la determinación de
los ANA se ha convertido en una práctica habitual para el estudio de las ERS
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

1. Javier Cabiedes, Carlos A. Nuñez Álvarez . Antiuerpos Monoclonales. Laboratorio de


Inmunología, Departamento de Inmunología y Reumatología, Instituto Nacional de
Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, México DF, México Disponible en:
www.reumatologiaclinica.org. Acceso: 22 de octubre del 2016
2. Carlos A. Javier-Zepeda. Anticuerpos anti-nucleares. Disponible en:
http://www.bvs.hn/RMH/pdf/2002/pdf/Vol70-4-2002-8.pdf . Acceso: 22 de octubre del
2016.
3. BRIAN B. ADAMS, DIYA F. MUTASIM. Importancia diagnóstica de la determinación de los
anticuerpos antinucleares. Departamento de Dermatología, Facultad de Medicina de la
Universidad de Cincinatti, Cincinatti, Ohio. Disponible en: http://piel-l.org/blog/wp-
content/uploads/2009/01/anticuerpos-antinucleares.pdf . Acceso: 22 de octubre del 2016

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