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MAMÁ, PAPÁ… SOY GAY…

POV Lena

Estoy en problemas, muy graves problemas...

Las probabilidades de que en las siguientes dos horas me saliese un morado en la


frente por tanto golpe eran altas. Pero es que me acababa de convertir en la
persona más estúpida de toda la cuidad. ¡Que digo la ciudad!, ¡la más estúpida del
mundo!; dejé que mis frustraciones siguieran saliendo, mientras me continuaba
golpeando la frente contra la pared, a lo mejor de tanto golpearme, podía
reacomodar las ideas.

¡Ay, mi madre!- exclamo al departamento vacio. Y ahora que lo pienso, ella, mi


madre, es la que tiene la culpa. Sí, ella por haberme obligado a hacer esta
estupidez. ¿Por qué carambas no me dejó seguir con mi vida de solterona
empedernida en paz?, ¿qué necesidad había de buscarme un novio?, ¿con que
derecho (Y es que en este caso ni siquiera valdría salir con el cuento de "Por qué
soy tú madre, por eso") se atrevía mi madre a impulsarme a ocasionar semejante
estupidez?; yo ya tenía planes.

Entre las fiestas, la Universidad, los chicos, mis amigas, ¡Pero de todas maneras
eran planes!, y planes son planes ¿no?, Me encontraba metida en un buen lío. Miro
la heladera donde un imán sostiene el calendario y recuerdo que tengo pocas
semanas para solucionar esta estupidez

Y es que…… si tan solo pudiera borrarle la memoria a mis padres, o regresar al


tiempo… ¡No sé!…… no pido más, bueno claro que si pudiéramos borrarlo del mapa,
yo no me opondría, pero… ¡Si Ben no fuese una copia de un Brad Pitt americano!
¡Sino fuese tan atractivo y encantador!, ¡Si mis padres no soñaran con verme
casada a mis 22 años! Pero aquí la más estúpida soy yo ¡Yo, y mis estúpidas
respuestas a las estúpidas preguntas de mi estupido “admirador”!

¡Por Dios! Me escucho tan poco inteligente repitiendo sin cesar, la palabra 'estúpida';
pero que le vamos a hacer así soy yo: ¡La estúpida Lena Kátina!, ¿qué por qué
estoy así?; fácil, yo, la sabelotodo, el ratón de biblioteca, la biblioteca con pies (o si
lo prefieren una variante de las tres), Elena Kátina. Estoy así por una simple y
sencilla razón cuyo nombre es: Ben

¡Oh, sí!; no sé ustedes, pero yo creo que todos los padres nos planean la vida
desde el momento en que nos conciben, nosotros estamos destinados a ser los
mejores hijos del mundo, inteligentes, sumisos, bellos, interesantes, o cualquier
calidad que ellos esperen. Y nunca podemos decepcionarlos. Quieren que
estudiemos una carrera prestigiosa en la Universidad, tengamos un buen trabajo,
excelente e importado auto y una casa donde vivamos con el amor de nuestra vida
¡y por supuesto no hay que olvidarse de sus nietos!: nuestros insoportables hijos…

-¿Estás bien?- Demás está decir que fue un milagro que no me infartara ahí mismo.
Bien, no suelo tener tanta suerte. Estaba tan metida en mis problemas que no sentí
que alguien se acercaba. Y, pues que mientras estés en "Lenilandia", alguien te
ponga una mano en el hombro y te hable, si te saca un gran susto.

Inhala; exhala, inhala…Respiré tres veces para reponerme del susto y, poniendo mi
cara de "¿que mier.da quieres?" o "¿Qué no ves?", ustedes tomen la que quieran,
me volteé para encarar a la estúpida que me asusto. Y vaya que resulto ser un
estupida muy atractiva… bueno…resultó ser el "La rompecorazones", "La mirada de
ángel", "la más sexy del año", "La líder de masas", mi amiga… ¡Sí!, mi amiga "la
morena buenorra", "la barbie del colegio", "la presidenta del club social", "la que es
el sueño de todos", alias Yulia Vólkova ¡Ah!; si ya se somos amigas, ¿y que? ¡Es la
verdad!

No lo pude evitar, solté una carcajada más fuerte que la anterior, parecía loca, lo sé,
pero era pensar estupideces (una carcajada más) o ponerme a llorar por la
desesperación…

-Cariño- oí que Yulia me llamaba, levanté un poco la cara, la cual había bajado
debido a que literalmente me doble de la risa; creo que verla con el ceño fruncido,
y con preocupación en sus ojos azules, me hizo serenarme un poco -¿Estas bien?-
De haber podido le hubiese puesto una mano en la mejilla y le hubiese dicho "no te
preocupes", eso la hubiera calmado por completo, pero me limite a respirar
profundo y le respondí.

-Estoy perfectamente- eso si con la mejor de las estúpidas sonrisas que tengo, con
lo cual probablemente, hacía aún más estúpida la situación en la que estaba,
precisamente por… ¿tengo que repetirlo?... ¡oh, sí!... por estúpida. Vi a Yulia fruncir
el entrecejo y mirarme de la estúpida manera en que últimamente lo venía
haciendo, y que me produce la sensación de ser vista con rayos X.

-¿Estás segura?- preguntó de nuevo frunciendo más el entrecejo, si es posible; que


responder, dijese lo que dijese, sé que no me creería, talvez por qué en estos
momentos los músculos de mi cara están tensos o por qué los nudillos de mi mano
se encuentran blancos, o simplemente por qué mis ojos ya no aguan más y se
empiezan a poner cristalinos.

-Por su puesto- Intenté que la voz no me saliera quebrada y forcé la sonrisa,


deseando con todas mis fuerzas que se marchara de allí a buscar a alguna de sus
patéticas noviecitas que no ha dejado de barrerme con la mirada en todos estos
años de amistad, además de que las lagrimas no tardan en hacerse presentes, y
conociendo como conozco a Yulia, si me viese llorar, no descansaría hasta saber el
motivo de mi llanto y si lo descubría, eso, sí que sería humillante.

-Elena…- Detecte el dejo de desesperación e insistencia en su voz ¿Por qué no se


iba y ya?

-Estoy bien…-

-Pero no parece…- ¿Dios por qué la hiciste tan encantadoramente sexy y terca?
-Estoy bien, vete, llegarás tarde a clases- Iba en contra de sus ideales pero la
empuje contra la puerta para que saliera del departamento de una vez

-De acuerdo- accedió al fin, no sin antes pasar su mirada de rayos X sobre mi otra
vez, casi podía oír lo que pensaba "Más tarde, tú y yo, vamos a hablar; y no hay
excusas";me limité a forzar otra sonrisa y a despedirla con las manos ¡Estúpida!;
¿cuántas veces había dicho estúpida o sus derivados en…veinte minutos…?.Y
sintiéndome, valga la redundancia, estúpida, caminé hacía el teléfono.

Necesitaba un plan; y lo necesitaba YA.

Bien, es hora de dejar a un lado mi orgullo y gritar pidiendo ayuda; y es que ya lo


pensé, lo que necesito es pedirle a alguien que me ayude, desde luego Kate queda
descartada, primero porque no la soporto y en segundo termino ,por que ni siquiera
se como explicarle a una chica que necesito que sea mi novia ; en cuanto a Yulia…
ella posiblemente fuera mi salvadora pero primero tendría deshacerme de la mitad
de la población que quiere salir con ella, y pues no tengo plan C; así que… ¡Oh, mí
Dios!, ¡Ya sé a quién debo llamar! ¡A Laura!

-¿Qué hay, Lena?-

-¡Oh!, tú tienes que ayudarme- le dije-¿Podrías pasar las fiestas en mi casa?-

-¿Perdón?-

-Sí, necesito tú ayuda, y para eso necesito que pases las fiestas en mi casa-

-Yo… …Me encantaría pasar Navidad contigo…pero…-

-¿Pero?- Ese "Pero" no estaba en el guión.

-Pues tengo que viajar con mis padres-

-¿No puedes cancelarlo?- pregunta estúpida, lo sé -Te prometo hacerte la tarea lo


que queda del año-

-Es buena la oferta pero… son mis padres y…-

-Lo sé- le dije con la cabeza gacha- lo entiendo-

-¡Ey!, ¿por qué no le pides ayuda a Yulia o a Kate?-

-Este…- le sonreí un poco ¡Ah, que ingenua!- No, no lo creo-

-Pero… ¿que no son tus mejores amigas?-

-Por eso mismo; primero muerta antes de pedirles ayuda, de todas formas gracias-

-No hay de qué- Me di la vuelta y ahora sí las ganas de llorar fueron imposibles de
contener; así que me tiré en la cama para intentar llorar en paz, enterré mi cara
entre mis rodillas, y di rienda suelta a mi frustración. Hasta que sonó el teléfono…
de nuevo.

-¿Estás bien?- Si hubiese sido cualquier otra persona, le hubiese insultado pero
desde el inicio del curso y desde que sale con Kate nos hicimos buenas amigas, así
que como sólo se trataba de Laura, respondí un “No” que probablemente se oyó
ahogado al otro lado de la línea y eso, la preocupó aún más- ¿Puedes decirme que
te pasa?-
-Todo comenzó el verano pasado… me encontraba en casa de mis padres, cuando
recibieron una llamada telefónica de unos amigos que nos invitaban a cenar. La
mejor amiga de mi madre llevó su hijo, Ben, y teniendo en cuenta las indirectas de
mi madre comencé a coquetear con él, solo por diversión, nunca se trató de nada
serio pero meses atrás me dejó en claro que quiere ser mi novio y formar una
familia conmigo

-Entiendo

-Aja; así que me propuse dejarle en claro que no le correspondía de igual forma,
pero mi madre y la suya, emocionadas comenzaron a hablar de la maravillosa
pareja que haríamos juntos, por ello opté por guardar silencio y sonreír. No
obstante la insistencia por una respuesta de mi parte a su pregunta “¿Quieres ser
mi novia?”Continúo con el paso de los días. Yo no me aguanté y……

------Flash Back------

-Deberías con Ben, es alto, capitán del equipo de Rugby, hijo de una familia
poderosa y en buena posición económica. Cualquier chica querría salir con él…-

-Me lo imagino, madre-

-No, Lena; no creo que te lo imagines-

-Fíjate que sí; tengo amigos que entran en su categoría-

-Está bien, lo que tú digas- Inessa hizo un gesto con la mano, dando a entender
que no le creía nada- Pero… un amigo no es lo mismo que un novio-

-Pues yo…yo ya tengo novio-

-Já, ¿tú con novio?-

-Sí, tengo novio-

-Pruébalo; llámalo por teléfono y que venga-

-No… no puedo…-

-Lo sabía-

-No puedo llamarlo porque está de vacaciones en… Mexico-


-Si cómo no, cariño, si eso fuera cierto… ya nos lo habrías presentado

-Pues no me importa que no me creas tengo novio y…-

-Bien, si tienes novio, ¿por qué no lo traes a casa en Navidad, para que lo conozca
la familia? ¿Cómo dices que se llama?-

-No te dije. mamá-

-Bien, ¿lo traerás?-

-¿A quién traerás?- preguntó una voz desde la puerta.

-¡Ah, Sergey!- dijo Inessa- Lena vendrá a pasar aquí las vacaciones de navidad, me
dijo que traerá a su novio. Organizaremos una cena muy especial- Terminando de
decir su madre mientras reía, clara señal de que no creía ni una sola palabra de su
hija

-¡Mamá! No puedo presentarles mi pareja


-¿Por qué?

Rompería el corazón de su madre, rara vez Lena era el tipo de personas que
actuaba y luego pensaba pero cuando estamos enfadados, fastidiados, decimos la
primera tontería que se nos ocurre. Lena no fue la excepción de este acto del
subconsciente. ¿Qué era lo peor que podía suceder con esa mentira? ¿Qué su
madre dejara de hablarle? ¿Qué se desmayara?, ¿Qué se sintiera decepcionada y
derramara unas cuantas lagrimas? Haría lo que fuera por escapar de Ben… y el
matrimonio.

-Mamá, papá… Soy gay.

------------Fin del Flash Back--------------

Probablemente ya se hayan cansado de verme por aquí

Mamá, papá.... soy gay

POV Lena

-Así que…-

-Así que me olvide por completo de ese estúpido asunto, hasta que hoy en la
mañana observé con más atención el calendario y lo recordé, mi madre y toda la
familia espera conocer a mi novia para la próxima semana.

-Wow; sí que estas en un problema-

-Aún no puedo creer que piensen que soy…-


-¿Lesbiana?-

-¡Laura!-

-¡Ey!, sólo repito lo que les dijiste-

-Lo sé- dije y sin poderlo evitar volví a llorar.

-Oye, no llores; sabes que cuentas conmigo, y que te voy a ayudar en lo que sea,
menos en hacerme pasar por tu novia- Baje la cabeza derrotada; adiós a mi Plan
¿D?

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POV Yulia
No me gusto nada, nada de nada, esa mirada llena de lágrimas contenidas. Venía
muy concentrada pensado en qué hacer para que Lena me digiera qué le pasaba,
porque estaba cien por ciento segura de que tenía algo, volví con cuidado al
departamento para que no me escuchara. Hice girar con delicadeza la llave, una
vez introducida en la cerradura… Muy lentamente y con esa precaución que he
desarrollado a lo largo de mis años de travesuras y escapadas nocturnas, me
acerqué a su habitación sin ser vista y lo que escuche, me dejó en shock; ¿cómo
que primero muerta antes de pedirnos ayuda a Kate o a mí?, ¿Con quien hablaba
por teléfono en su habitación? Caminé en puntillas hasta la mía y con cuidado tomé
el tubo de la línea de mi pieza, tratando de no respirar para que no se dieran
cuenta de que su conversación estaba siendo escuchada por otra persona….

-El problema es el dinero- Escuche que Lena le decía a Laura -No sé si cobran por
día, por hora o por semana-

-Pues hay que rezar para que sea por semana, porque si es por hora…-
-Lo sé, el dinero no va a ser suficiente- le respondió la pelirroja con un gesto
abatido
-Mira- le dijo la otra- ya te dije que te ayudaría, si lo que necesitas es dinero, pues
yo tengo ahorrado un poco y si es necesario más, le pido a mi papá y ya-

-¿Crees que te lo daría?-

-Claro-

-¿Cuánto dinero tienes?-

-Unos setecientos rublos

-Bien- le dijo mi amiga- yo tengo trescientos, lo que nos da un total de mil rublos…-
imaginé a mi amiga murmurando para sí sola y frunciendo el ceño, señales que
indicaban que estaba pensando.

-No es suficiente- Dijo al fin y para sorpresa mía, me dolió, que si el problema fuera
económico, no me lo pidiera a mí. Yo ni siquiera aceptaría que lo devolviera.

-Le pediré a mi padre unos… ¿Dos mil rublos me empezaba a extrañar el


comportamiento de Kátina, y me volví a impactar al escuchar la cifra estrambótica
que dijo Laura… ¿Acaso la pelirroja era adicta al juego y había quedado en
bancarrota? ¿Tenía problemas con la mafia rusa, o que?

-Te prometo que te lo pagaré- fue la respuesta de mi amiga; bien, ¿así o más rara?,
¿ese era el problema que tenía?, ¿necesitaba dinero?, ¿y yo qué?, yo no le hubiese
dicho que no, además, tenía ese dinero, contaba con una "pequeña" fortuna que
era más que suficientes para no tener que trabajar hasta el próximo siglo. Tan
metida estaba sacando mis conclusiones que, cuando me dispuse a manifestar mis
dudas, me di cuenta de que mi amiga no sabía que la estaba escuchando, esperaría
un poco más para entender la situación. Sin embargo, conversaron sobre un sitio
cuyo nombre jamás había escuchado y quedaron en que Laura la visitaría a las
cuatro de la tarde, cada vez estaba más confundida…

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POV Lena

Juro que en mi vida pensé que yo iba a hacer algo como esto, pero como me dijo
Laura- Situaciones extremas requieren medidas extremas- a las cuatro de la tarde
comenzé a preparar café para compartir con mi amiga en cuanto llegara.

- ¿Qué haces? -Otra vez casi me infarto, gracias a Dios que no soy gato, porque si
no estuviera pegada al techo por semejante brinco que pegué y me apresure a
esconder mi el libro. Yulia, Yulia, Yulia… ¿Cuándo va a aprender a no asustar a las
personas?

-Me asustaste- le reclamo -si quieres que siga con vida, no vuelvas a hacer eso- la
reto con mi mejor tono de mandona.

-Lo siento- Se disculpa agachando la cabeza; simplemente ruedo mis ojos, hay
veces en que puede llegar a ser tan linda, niego rápidamente con la cabeza
intentando alejar semejantes barbaridades.

-Disculpa aceptada- contesto para después sonreírle.

-Bien- me devuelve el gesto, ¿ya les dije que es linda? -¿Qué haces?-

-Nada- le contesto con la mejor cara de inocente que puedo poner.

-Siempre has sido un fiasco mintiendo Lenita-Odio que me conozca tan bien.
-Sólo leo, eso es todo-

-¿Por qué será que no me lo creo?-

-Bien, porque eso no es lo que estoy haciendo y …haga lo que haga no te interesa;
ahora por favor puedes dejarme sola-

Veo como rueda los ojos -déjate de juegos y dime que te pasa- se cruza de brazos
y me mira fijamente- y no me digas que nada, sé que algo te preocupa-

-¿A mí?- Me señalo con el dedo, y finjo tono de incredulidad.

-Sí, a ti- se señala y me lanza su mirada de "haber a qué horas"

-No me pasa…-

-Ya basta- levanta la voz y se me acerca- estabas tensa y a punto de llorar cuando
te vi antes, luego opté por no ir a la Universidad y te escuché decir que primero te
mueres antes de pedirnos ayuda a mí o a Kate- no puedo evitar abrir los ojos con
sorpresa y luego cambiar mi mirada a una de enojo.

-¿Me estabas espiando?- le pregunto indignada.

-No, bueno si…yo pasaba por la puerta de tu cuarto y te escuche…-

-¿Pero me estabas espiando?-

-No, sólo me preocupe; has estado actuando raro.

-¿Yo rara?-

-¿Cómo definirías tú a tu comportamiento en las ultimas horas? ¿Para qué quieres


tanto dinero?, y no me digas que no es eso, ni nada parecido, porque las dos
sabemos que no es así, ¿qué no somos amigas? o ¿ya no confías en mí?-

-No es eso- Le respondo- Es sólo que…-

-¿Qué?-

-Es vergonzoso-

-Deja que yo juzgue eso, ¿si?-

-Bien- ¿qué otra cosa puedo hacer?, ella me conoce desde los cinco y yo la conozco,
por lo tanto sé que si no le dijo, no va parar hasta descubrirlo por sí misma.
Suspiro fuertemente, y le cuento lo mismo que le dije a Laura por teléfono.

-Wow- me dice luego de que termino mi relato, la miro y me doy cuenta de que
esta aguantándose las ganas de reír.
-Anda, no te contengas- le dijo sintiendo de nuevo ganas de llorar.

-¿Lesbiana?- dice y se le escapa la carcajada- no me creo que en tu casa…-Y las


lágrimas salen de mis ojos.

-Búrlate- ella no me hace caso sólo sigue riéndose y repitiendo la palabra lesbiana;
no sé cómo pude pensar que era linda, siento que la humillación y el coraje se
apoderan de mí y comienzo a llorar más fuerte -Vete a la **** Vólkova- le dijo
antes de empezar a caminar a mi dormitorio, no tiene caso correr, la humillación no
se va con la distancia.

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POV Yulia-Espera- la detengo sujetándola de la manga, lentamente le doy la


vuelta y al ver que sus ojos están bañados en lágrimas mi risa se apaga
automáticamente- lo siento- le dijo al mismo tiempo en que la abrazo, siento como
oculta su cara en mi pecho y comienza a llorar más fuerte; me siento como una
imbécil viéndola así, y más sabiendo que soy la causante de su estado, la abrazo
más fuerte y comienzo a decirle quién sabe qué cosas al oído para tranquilizarla.
Poco a poco siento como se va calmando -Lo siento- le repito mientras la separo un
poco de mi y con mis manos le limpio las lagrimas que aún están en su cara- No
era mi intención burlarme o hacer menos tus problemas, sólo me imaginé la
reacción de tú madre cuando les dijiste semejante mentira, ¿Tú? ¿Les..?

-No digas otra vez es palabra, Yulia- me amenaza después de haberme callado
poniendo sus dedos en mi boca.

-Lo siento- me disculpo por tercera vez en diez minutos, no sé por qué lo hago pero
la vuelvo a abrazar y así juntas nos sentamos en sillón- entiendo que tu problema
es encontrar una novia para la siguiente Navidad- le dijo luego de un pequeño
silencio-

-¿Qué piensas hacer?, ¿y para que quieres tanto dinero?- le pregunto al recordar la
cifra de dinero buscado

-Yo…- notó nerviosismo en su voz y veo que se muerde el labio inferior.

-¿Para qué necesitas el dinero?-insisto.

-Bueno…- se levanta y comienza a caminar de un lado a otro en frente de mí- cómo


no tenía a nadie quien se hiciera pasar por mi novia, Laura y yo decidimos que lo
mejor sería contratar una-

-¿Qué estas pensando hacer?- más le vale que no sea lo que estoy pensando…

-Pues contratar una Gigoló- me lo suelta como si fuera lo más obvio del mundo.

-¡¿QUÉ?!-
-Eso, contratar a alguien que finja ser mi novia; por eso necesitaba mucho dinero,
no tengo idea de cuánto o cómo cobren-

¡Oh, no!, ¿es que acaso se había vuelto loca?, desde luego que no iba a permitir
que una imbécil estuviera con ella, menos si fingiría ser su novia. Miles de
imágenes se arremolinaron en mi cabeza de tipas besando, abrazando y
manoseando a Lena…-No-

-¿Qué?-

-Que no vas a hacer eso- le dije muy seria y cruzándome de brazos.

-¡¿Qué?!-

-Que no voy a permitir que una tipa X se te acerque y te manosee, ¿acaso estás
loca?-

-Mira- me dijo subiendo el tono de su voz- me pediste que te contara mi problema


y eso hice, más nunca he pedido tu consejo; voy a contratar a una gigoló y…-

-Bueno, qué no me escuchaste- me pongo de pie y también subo mi tono de voz-


tú no vas a contratar a nadie, podemos encontrar…-

-¿A alguien que se haga pasar por mi novia? Es exactamente lo mismo, Yulia-

-No, no lo es, pues no sería una desconocida-

-Si a ti que eres mi amiga, te dio un ataque de risa, imagínate a los demás, ¿por
qué crees que no le pedí ayuda a Kate?,además necesito a alguien que sea lesbiana
porque no sé como voy a hacer para fingir y…

-¿Y qué hay de mí?- le pregunté furiosa, por qué no hubiera pensado en mí- no soy
un desconocida, además me gustan las chicas de verdad y no te cobraría- le
enumeré con los dedos.

-¿Tú?- fue su turno de reírse, lo que hizo que me molestase más- por favor
Yulia…dicho esto y se dispuso a ir hacia el living porque estaba sonando el timbre,
no dio dos pasos cuando la volví a detener.

- Necesitas una novia, pues Lena, abre bien lo ojos, porque estás viendo a la tuya-

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 Responder citando

Re: Mamá, papá... soy gay.

por Wonderwall » 10 Abr 2010 20:54


Para, Haisha, que está demasido aburrida haciendo tarea y porque es la unica que
se ha ofrecido a cuidarme con esta horrible fiebre
Espero que les guste...

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POV Yulia

Ahora, la que yo creía que era la persona más buena y de corazón más puro, se
convirtió en asesina.

Sí, una asesina, la más mala, perversa, peligrosa, dañina y cruel asesina…Elena
Kátina

¿Qué mato?

¡Pues a mí ego!

¡Mí ego!

¿Cómo? Pues se río de mí. De mí, "La rompecorazones", "La mirada de ángel", "la
más sexy del año", "La líder de masas", "la morena buenorra", "la barbie del
colegio", "la presidenta del club social", "la que es el sueño de todos", alias Yulia
Vólkova, por la que prácticamente se mueren todas las chicas del colegio. Díganme
si mi Ego no se va resentir cuando, después de decirle que voy a ser su fingida
novia, se ataca de la risa. ¡Decenas quisieran estar en su lugar!

Fue tal su diversión que no sé por qué no se fue corriendo al baño.

Flashback
-¡jajajajajajajaja! o sea tú ¿mi novia? .Nada más de imaginarlo me dan ganas de
reír.

-¿Dónde está la gracia?- le preguntó Yulia. La miró y las carcajadas sonaron más
fuerte, y es que, entiendan a Lena ver a una Yulia con las manos en jarras, la boca
torcida y dando golpecitos con el pie…Trata de respirar y controlarse, ya le duele la
panza por tanta risa

-Lo sí….siento, pero- se limpia una lagrima- pero ¿Tú mi novia?, ¿Te estás
proponiendo a fingir ser mi pareja?

-¿Qué te parece que hice?- le dice.

Y muy en contra de su voluntad vuelve a reír.

-Ya es suficiente, ¿no?

-Perdón. Pero es que tú idea es tan loca que…

-No le veo el problema…-le reclama aún dando golpecitos son el pie y cruzándose
de brazos, causando que se ría aún más.

Yulia, Yulia, Yulia…. ¿Cuándo dejara de ser tan ingenua?

Antes de que perforara el piso del departamento, gracias los golpes de su zapato,
se dispuso a explicarle, el por qué no pude ser quien la ayude en la farsa.

-A ver,-le dijo- no puedes ser mi novia en primera, porque tú ya tienes decenas de


ellas. Entiende que lo que menos quiero es tener o causar problemas. Además no
creo que sea correcto y va a ser difícil…

-¿Qué tan difícil puede ser, ah? Sólo tenemos que tomarnos de las manos, como
tantas veces lo hemos hecho, o abrazarnos como tantas veces lo hemos hecho….

-Y besarnos como nunca lo hemos hecho-termina la pelirroja

-¿Besarnos?- y deberían ver la cara de espanto que pone

En verdad… ¿Es ingenua o estupida?

-¡Honestamente!, ¿Qué crees que hacen los novios? Mi madre no es estúpida.


Necesito una novia que, sí, me tome de la mano y me abrase, pero también que
piense que soy lo más importante para ella, que me cuide y me proteja de todo y
de todos, me haga sentir que le soy necesaria, importante…que me haga sentir que
soy bonita así como soy, que me acepte con mis defectos y virtudes, es decir, que
no me critique el que lea mucho…en pocas palabras, Yulia Vólkova, necesito una
novia que me ame.

Además ella sabe que eres mi amiga. Y espera conocer a la mujer que ama a su
única hija y no a la amiga que la pone en problemas.

-Elena..

-Gracias por la ayuda.-Le dijo mientras se encaminaba hacia las puerta.

-Tú no puedes contratar a alguien…-Yulia va por detras

-Entiende que es más fácil así. Después de todo a eso se dedican a besar mujeres y
a fingir que las aman. Gracias eres buena amiga.”

Bueno, debo admitir que si me impactó el saber que la tenía que besar, aclaro que
nada tiene que ver el que me cause repulsión, la considere fea o algo parecido. Es
solo que nunca pensé que algo así pudiera suceder entre ella y yo, siempre la he
visto como mi mejor amiga, como alguien especial… alguien de suma importancia…
algo así como … como mi aire, algo indispensable y tan necesario para vivir. Y,
bueno, uno no piensa que de buenas a primeras va a besarse con su aire o ¿sí?

De todas maneras tengo que admitir que me dejó penando en todas las cualidades
que piensa o creé que va a encontrara en su gigoló y, no es que buscará una cura
para mi Ego pero, analizando todas las cosas que me enlistó hace minutos, cumplo
con el noventa por ciento de las cosas que ella pide.

Por ejemplo: quiere a alguien que la proteja de todo y de todos, ¡Y lo he hecho


todos estos años!

Quiere, también, que la susodicha la trate como si fuera lo más importante y


necesario, ¿No acabo de decir que es mi aire?

Y en cuanto a lo de los besos… ¿Qué no lo acabo de explicar?

Aunque de todas maneras mi Ego sigue mal.


Y, después de su insultante comportamiento, hacía mi Ego, claro, ahora tango que
soportarla a ella y a Laura, sentadas frente a mí discutiendo acerca de cuál tipa es
la mejor.

-Yo digo que la 23 está bien.-Decía Laura.-Dice que tiene los ojos grises y
es…rubia.-

-Y sabe tocar la guitarra-respondió la asesina de egos.

Bufé de nuevo.

-La 65 no está tan mal.-dijo Lena.-Cabello negro, ojos azules, 20 años…

-Pero tiene muchos tatuajes

-A mi me gusta

-Lena, es un clon de Yulia…

-Ummm, ¿Qué piensas de la 94?

¿Cuántas había buscado?

-No esta tan mal, si no fuera porque tiene el cabello teñido de verde…

Pero bueno… ¿iban a elegir a una persona o a un producto? Me estaba empezando


a cansar de oír que si el 23 era buena por ser baja, que si la 12 era mejor porque
estaba más alta que ella, o que la 78 tenía más punto porque leía tres libros al mes

-Yo digo que el 56. Tiene buena estatura, cara, complexión…

¿Qué no lo importante era que la tratara como reina?

-Sí, cariño, pero tiene mira cuanto cobra…. Oye me parece que la 88, tiene buena
delantera…

-Obvio-corroboró mi amiga.-lindo cuerpo, morena, flaca, sonrisa encantadora

¿QUÉ?

-¡Basta!- les grite, eso ya era el colmo.-Creo, cariño, que ya has ido demasiado
lejos con esta tontería.

-Esto no es una tontería-me respondió fulminándome con la mirada

-¿cómo le llamas entonces al hecho de querer rentar un novio? Eso es para mujeres
desesperadas

-¿Y qué se supone que crees que soy? ¡Obvio estoy desesperada! Necesito escoger
una novia

-¡Ey! Sí no quieres estar aquí… ¿por qué no te vas?-intervino Laura.

-¿Es que tienen que tardarse tanto en escoger? Es una persona ¡Por Dios! No una
muñeca que van a comprar.

-Pues…-intervino la asesina de egos-técnicamente, Yulia, la vamos a comprar. Voy


a pagar por sus servicios.

-¡Honestamente, Kátina!- hace treinta minutos te dije que YO sería tu Fingida Novia,
pero me mandaste a la ****

-Porque llegué a la conclusión de que tendríamos que besarnos y dedujé que sería
difícil para ti.

-¡Tonterías…!-hice un esfuerzo por no gritar. Y de reojo pude ver como Laura hacía
rollo las hojas de las candidatas, se cruzaba de brazos, se recargaba en el asiento y
se disponía a contemplar la pelea.-

-Pero tú estuviste de acuerdo.

-Ni siquiera me dejaste opinar. Soltaste tu discursito y te fuiste…

-Y aunque te hubiera dejado hablar- me dijo dando un paso hacia mí- la conclusión
era la misma…

-¿Ah, sí?- di un paso también, no me iba a dejar intimidar. Si lo hiciera… ¡Pobre de


mi Ego!- ¿Qué conclusión?

-Que no puedes besarme, porque soy tu am….

Y, lo siento, pero no me pude contener, si el problema de que aceptara ser mi


Fingida Novia eran los besos, pues le demostraría que no era así.

Así que la tome del cuello, la acerqué un poco más a mí, y la besé y… Nada ni nadie
me había preparado para lo que sentí que estalló en mí cuando sentí sus labios
junto a los míos.

Fue como si una corriente que nacía desde el lugar donde nuestros labios se
juntaban, recorriera todo mi cuerpo. Además sus labios eran tan suaves, cálidos y
con un sabor que no podía definir…

Y, como estaba en mi naturaleza averiguar todos y cada uno de los misterios que
se cruzarán en mi camino, decidí, en una fracción de segundo, averiguar el sabor
de, hasta ahora mi mejor amiga. Así que por instinto pasé la punta de mi lengua
por sus labios, sentí como se estremecía, suspiraba, posaba sus brazos sobre mi
cuello y se rendía a mí abriendo su boca…

Y, Oh. Dios. Mío.

Ella era como una mezcla de menta fresca, calida como el chocolate y dulce como
el caramelo… un sabor unico e imposible de definir
Me dediqué a explorar su boca, a llenarme del delicioso sabor que tenía invitando a
su lengua a jugar con la mía. Y ¡Dios! Que las dos estábamos disfrutando, ¿Cómo lo
sé?

Pues porque ella suspiraba cada dos por tres y se pegaba cada vez más a mí, y no
es que me molestara, si no, todo lo contrario, hacía tiempo que mis manos estaban
en su cintura y las de ella jugando con mi pelo, lo que por cierto se sentía
maravilloso.

Tengo un historial muy grande en cuanto a besos se refiere, pero les puedo
asegurar que en mi vida había sentido algo así. Esto era diez, no,…mil veces mejor.
Si no es por el carraspeo y los "Ejem, ejem" de nuestra amiga, juraría que me
comía a la pelirroja ahí mismo, mis labios y todos mis sentidos me picaban por
averiguar si toda ella sabía igual. Controlé, con una fuerza de voluntad que no sabía
que tenía, los impulsos que picaban por probar su cuello y más abajo.

No sé cómo fue que logre hacer que el beso pasara de hambriento y feroz, a uno
tierno y dulce, y así dando unos besos pequeños- mis sentidos aún se negaban a
parar- logré separarme al fin.

Abrí lentamente mis ojos sólo para encontrarme con la visión, más impactante de
mi corta vida: la matadora de egos estaba aún con los ojos cerrados, las mejillas
sonrosadas, con la respiración un poco agitada y los labios ligeramente hinchados y
rojos, producto de mis besos.

Y créanme que semejante visión fue suficiente para hacer que mi Ego reviviera.

Cuando Lena abrió los ojos segundos después de la resurrección de mi Ego, casi
vuelvo a morir. Sus ojos estaban tan… claros, tan brillantes, que tenía ganas de
perderme en ellos sin importar si un día iba a volver.

-Por lo que veo,-la voz de Laura rompió con el hechizo- no hay ningún problema en
lo que a besarse se refiere. ¿Tú qué opinas, Lenita?

-Yo…-la vi sonrojarse más y agachar la cabeza- yo… creo que…no…. No…hay


problema.

¿Ella estaba tartamudeando? ¿Podía pedir más medicina para mi Ego, que el hecho
de dejarla sin palabras?

No lo pude evitar y una sonrisa se formó en mi rostro.


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POV Lena

Inhala, exhala, inhala, exhala, ¡Debo tranquilizarme!

¿Qué harían ustedes, si al que consideras tu mejor amiga o chica prohibida, te da el


mejor beso de tu patética existencia?

Y no me vayan a decir que se quedarían ahí y enfrentarían su mirada, porque eso ni


ustedes se la creen.

¡Dios!

Sí, por si tenían dudas me voy a tomar la molestia de aclararlo: además de soltera
empedernida, estupida y mentirosa, soy cobarde. ¿Qué esperaban que me quedara
a enfrentar esa maravillosa mirada azul de Yulia? ¡Por favor! Sí, soy débil, ella me
desarma… un momento ¿Desde cuando me desarma?, ay, si ya me volví loca, un
beso de ensueño y estoy pensando tonterías

¿Podré verla a la cara?… si tan sólo hubiera sido un simple roce de labios, como los
que me di alguna vez con mis ex’s…porque ahora ya podía decir que esos no y
repito, NO habían sido besos comparados a lo que había hecho hace apenas cinco
minutos-, pues sería más fácil… tal vez una sonrisa o una risita tonta por parte de
ambas, quizá una disculpa y todo olvidado…

Pero es que había sido tan…tan…extraño y alucinante…ella tenía algo tan adictivo
que, sin querer volví a pasar mi lengua sobre mis labios para ver si aún lo tenía,
que al descubrir que todavía el sabor de Yulia estaba aún en m boca, no pude evitar
gemir nuevamente y cerrar los ojos para recordar el momento…

-¡AHHHHHHH!-me di la vuelta recargándome en la pared y con una mano el pecho


tratando de no hiperventilar. Definitivamente esa chica esta decidida a matarme de
un susto, o yo estoy muy ¿asustadiza? últimamente

-Lo siento.

-¡**** sea Yulia!-bramé-¿Es que siempre tienes que aparecerte así?

-Lo siento-repitió.-No pensé que estuvieras a años luz de aquí. ¿En qué pensabas?

¿Qué le iba a decir?, ¿En lo bien que sabía?, ¿En que comenzaba a arrepentirme del
mejor beso de toda mi vida?, ¿En que estaba celosa de todas las tipas que podían
besuquearla menos yo, porque era su mejor amiga?, ¿En que comenzaba a
plantearme hasta que punto era mentira lo que le dije a mis padres?, ¿Desde
cuando me gustaban las chicas?, ¿Desde cuando me gustaba Yulia? Era demasiado
todo lo que había sucedido entre unos 30 o 40 minutos…

-Elena-escuché que me llamaba, obviamente no hice caso porque aún no decidía


como verla la cara y no lanzarme a besarla como desquiciada pues me urgía volver
a probar su boca

Seguía viendo mis zapatos, perdida en mis pensamientos cuándo sentí como la
mano de la morena me tomaba del mentón y me obligaba a verla…y yo pensando
en cómo hacerlo.

-¿Qué tienes?

¿Yulia es ingenua o estupida?, ¿Se atrevía a preguntarme que tenía?

Y de nuevo la duda… ¿Qué sería bueno responder? Unas ganas locas de besarte. La
necesidad de desaparecer y no verte. Deseos de matar a Ben y mi madre por
ponerme en esta situación. Secuestrarte para poder besarte todo el tiempo. Hacer
una lista negra con todas tus ex´s lo cual seria interminable y preguntarles si
siempre besaste de esta manera, etc, etc. ¡Tengo imaginación y las posibilidades
son ilimitadas!

-Nada- respondí al fin.- Es sólo que esto,-hice un gesto con las manos-todo esto
es…demasiado para mí. Ben, mi familia pensando que soy…tú sabes, y esto de la
novia…

-¡Ey!- me dijo a la vez que me tomaba por los hombros y me frotaba después los
brazos-Sabes que no estás sola. Cuentas con Laura… yo que soy tú amiga, tu novia,
tu amigovia

-Ese es el punto. Presiento que esto no va salir bien… tú tienes novias y yo…

-Ya hablamos de eso. Ninguna es mi dueña, yo hago lo quiero y quiero ayudarte.


¡Eres mi mejor amiga! Tú has quebrantado un sinfín de normas del colegio con
peligro de expulsión. Eso no puede ser más difícil que el tener que abrazarte o date
besos.

¡Y. QUE. BESOS!

-Pero…-puso su dedo en mi boca e impidió que hablara.

-Mira, que te entre en la cabeza que nada de lo que hagas o digas va a hacer que
deje de ser tu amigovia, y te advierto que si decides contratar a una, soy capaz de
matarla

Suspiré... ¿Qué otra cosa podía hacer si no aceptar? Ya sabía que cuando una cosa
entraba en su cabeza, no se iba tan fácilmente.

-De acuerdo-accedí finalmente.

-¡Genial! Mira, necesito ayuda Y tú, mi nueva novia vas a ayudarme.

-¿Perdón?

-¡Lena!-Me estaba cansando que me contradijiera.- ¿No creíste que iba a ser tú
pareja gratis, o, sí?

-¿Piensas cobrarme?-Y yo pensé que era por su buena voluntad y alma noble,
propia de un Vólkov.

-Hasta hace unos –miró su reloj- cuarenta y cinco minutos pensabas pagar y…

¿Alma noble?... ¡Y una mie.rda!

-Veta a la mie.rda Vólkova -le contesté enojada y la aventé para que me dejara
pasar y así poder regresar al living y seguir con mi búsqueda de mí gigoló.

"Necesitas una novia... porque estás viendo a la tuya"

Tarada. Hipócrita. Idiota. Fácil. Mujeriega

Solté un bufido. Iba a empezar a idear un asesinato contra mi madre cuando su


mano me detuvo.

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POV Yulia

¿Es que nunca iba a poder mantenerme callada?

Bueno, tal vez es que no me expresé bien. Yo sólo pretendía pasar más tiempo con
ella y así poder conocer ese lado sexy de Lena que no había tenido la oportunidad
de ver.

-Espera.-La detuve de la manga. Forcejeó un poco pero finalmente logre que para
aunque no que volteara.- No te enojes.

-¡No estoy enojada!

-Sí lo estás.

-¡Ya te dije que no! ¡Suéltame Yulia, si no quieres tener que renunciar a tocar el
piano por un mes!-Intentó zafarse de nuevo, así que la única manera que se me
ocurrió para que no se fuera, fue el abrazarla por la cintura ya hacer que su espalda
se apoyase en mi pecho.

Y vaya que funcionó, porque se puso rígida y se quedó quieta inmediatamente.

-Sí lo estas.-Le dije cerca de su oído y sentí como tembló, cosa, que para que les
miento, me gustó y me causo gracia.- ¿Qué dije para que te molestaras?-Otro
escalofrío por parte de ella y una sonrisa más grande para mí. Respiré, y lo que
parecía ser el perfume de manzanilla penetró en mis narices. Era tan rico que
inhale de nuevo.- Umm, dime por que estas enojada.- Volvía a hablar, con un tono
de voz que no sabía que tenía, sólo por el placer de sentirla estremecerse en mis
brazos. Cerré los ojos y comencé a frotar mi nariz contra su cuello.

¡Dios, que bien olía!

Y sin siquiera ponerme a pensar, le di un beso, luego otro, y otro y otro, en su


cuello.

-Ummm.-la oí gemir. Mi ego ya no tenía límites

Lentamente se dio la vuelta. Dejé mi nuevo Hobby y la mire.

-Lo siento.-Para que hacerme la tonta, bien sabía que mi comentario a cerca de su
problema la había lastimado.- No era eso lo que quería decir. Sólo pretendía pasar
más tiempo contigo y que me ayudaras con algunas materias de la Universidad-
Dije y me acerque para darle un beso en su cuello cerca de su oreja.-¿Me ayudas?.-
Susurré.

-Está bien.- Me dijo se parándose de mí y señalándome con su dedo.-Pero trata de


no ser una imbécil todo el tiempo
-Lo prometo.-Le dije levantando mi mano en señal de promesa. Ella sonrío puso su
manos contra la mía y me dio un beso.
-Gracias-me dijo con las mejillas rojas, se veía tan linda sonrojada.
-No hay de qué. Para eso estamos las amigas.- Respondí con la mejor de las
sonrisas, esa, la que utilizaba por las noches en las confiterías.
-Me alegra que seamos amigas de nuevo pero hazte a un lado que tengo que hacer
unas llamadas.
-¿A quién?
-A la número 48, creo que el folleto decía Vanessa
-¡No empieces de nuevo! Eso ya lo hablamos hasta el cansancio. No empieces con
que quieres contratar a la imbécil de la 48.

- Mira quién habla de imbéciles. ¿Estás celosa Yulia o solo te crees muy lista?

-Y muy guapa.

- Y humilde-

-Te olvidas de que soy guapa-la tomé de la cintura y la acerqué a mi.

-Y ego centrista-sus manos estaban en mi cuello y jugaban con mi pelo.

-¡Y sexy Lena!- y agregue en un susurro- pero guapa

-Lista, humilde, ego centrista, sexy y…-alzó una ceja y sonrió-guapa.

-Sí, esa soy yo, Yulia Vólkova y así me quieren.

-¿Quién?

-Todas, pero solo espero que me quieras tú

Y nos besamos. Por fin. Ella me sonrío de vuelta y sin soltarnos de las manos
regresamos al living donde Laura nos esperaba

Esto de fingir ser novias iba a resultar de lo más fácil. Conocía a mi amiga, bueno
una parte de ella, lo que la hacía interesante. Además sabía deliciosa y el besarla y
abrazarla era de lo más cómodo, instintivo y natural.

¿Qué problemas podríamos tener?

¿Enamorarnos?

¡Bah! ¡Por favor!

POV Yulia

-Siento como si estuviese nuevamente en el colegio


Me regresó la sonrisa y me miró- Si, como si estuviésemos haciendo una
travesura…sobre todo tú, la mayor rompe reglas de la historia.
-Me parece recordar que había una linda niña de cabello rojo que también era
adicta a romper las reglas.
Lena sonrió más ampliamente- Que yo recuerde, jamás falte a las reglas del
colegio….
Yulia arqueó una ceja –Yo tampoco recuerdo haberlas roto
-¿Ah no?- Sonrió irónicamente -¿Y las veces que mentí para encubrirte?
-…Solo las modifique un poco, para que se dieran cuenta que estaban mal
formuladas….y nadie salió perjudicado-añadí inocentemente.

No pude evitar sonreír, pero la sonrisa se desvaneció rápidamente. Volví a pasarme


una mano por el pelo.

-Solo espero que las cosas no se compliquen entre nosotras- dije finalmente.

Ella se rió-¿De qué tienes miedo, Yulia? ¿De que me enamore perdidamente de ti y
te pida que seamos novias en verdad?- Se sentó al lado de Laura, que emocionada
y feliz nos escuchaba-. Vamos, te conozco lo suficiente como para saber que nunca
podrías ser el tipo de pareja que quiero en verdad. Solo será por unos días, no
entiendo que te preocupa

-Y todo el mundo pensará que somos un fracaso.

Me miró sorprendida-. No es verdad. Pensarán que es estupendo que sigamos


siendo amigas, aún después de todo. Además, algún día muy muy lejano me casaré
con el hombre de mis sueños, me amará incondicionalmente y seremos felices para
siempre.

Resoplé- Creí que durante todos estos años de amistad había podido hacerte ver la
verdad: no hay felicidad eterna en lo que se refiere a los matrimonios, pero tú
sigues viviendo una fantasía.

Ella se rió.- Espera y veras, Yulia. Algún día encontraré a un hombre que me ame,
al que yo ame y tendremos un montón de hijos y un columpio en el porche.

Me reí - Cuando veas un columpio en mi porche, llama al manicomio para que me


encierren.

-Por eso cariño, es por lo que eres mi mejor amiga, no el amor de mis sueños.

Asentí con la cabeza, aliviada al ver que, aunque nos habíamos besado un par de
veces, ella no había cambiado. Su plan seguía intacto y cuando todo el mundo
creyera que Lena era lesbiana nos separaríamos tranquilamente y seguiríamos
siendo las mejores amigas.

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POV Lena
Laura, había sugerido que comenzáramos a actuar como una pareja, según ella
como vivíamos juntas eso simplificaría las cosas: comer, dormir, ayudarnos en las
tareas domesticas, conquistarnos sutilmente… Creo que ella estaba más
entusiasmada que yo, detalles rutinarios como cenar, almorzar o ayudarnos con las
tareas que demandaba el desorden de ese departamento no era un problema, pero
¿Conquistarnos sutilmente?, ¡Por favor! No tenía tiempo para esas cosas, además,
ese trato absurdo solo duraría unos pocos días.

Nuestra amiga se marchó y con Yulia decidimos que sería mejor pedir un par de
pizzas que llegaron rápidamente a la puerta de casa. Luego de cenar temas tribales
como el trabajo, la Universidad y sus clases de piano, me sacó de mis cavilaciones
preguntándome:

-¿Quieres ver una película antes de dormir?

Asentí con la cabeza, mientras nos acomodábamos frente al televisor. La película


era una comedia romántica llamada “Locura de amor en las Vegas”, a la cual no
presté atención porque descubrí lo interesante que era observar las facciones de
Yulia, la curva rápida de su boca cuando sonreía, el sonido fresco de su risa, las
arrugas de sus ojos celestes cuando hacía alguna mueca exagerada.
¿Dormir con ella? Nunca había dormido con nadie en la misma cama. Era otras de
las cosas en las que sería mi primera vez…y lo más curioso es que muchas de mis
primeras veces habían sido con Yulia…como la primera vez que rompí las reglas, la
primera vez que tenía una amiga, la primera vez en subirse a la montaña
rusa…entre otras muchas primeras veces. Me pregunté si ella roncaba o si me
abrazaría mientras dormía.

No sé en que momento descubrió que la observaba y me besó nuevamente. Fue


tan…irreal y maravilloso al mismo tiempo, tan intenso y alucinante, ésta vez no
hubo nadie quien fingiera ahogarse para interrumpirnos, así que pude dedicarme a
saborearla a mi antojo, y perderme en el mar de sensaciones que me provocaba
cada vez que su lengua jugaba con la mía o cuando mordía mi labio inferior. Y ella
también lo disfrutó. No por nada me sujetó de las mejillas las dos veces que intenté
separarme mientras murmuraba sobre mis labios "Solo un poco más".

El único problema era, desde mi muy particular punto de vista, que las cosas se
estaban saliendo de control. El besarnos, que era una de mis grandes
preocupaciones, y la principal razón por la que me negaba que a que mi mejor
amiga fuera mi fingido novia, nos salía, a falta de otras palabras, al natural y de
forma tan espontánea que daba miedo.

¿No se suponía que todo esto de los besitos y abracitos era solo para engañar a mi
madre y a Ben? ¿Por qué, entonces, nos besábamos a cada rato –ojo, no es que me
queje- y no solo nos limitábamos a hacerlo frente a ellos? ¿Era solamente práctica y
nada más?

La película terminó, la tomé de mi mano y la llevé hasta mi habitación, me


sorprendí al notar que la morena estaba nerviosa, ¿No debía ser yo la de los
nervios? Ella una mujeriega empedernida, cruel rompecorazones ¿No había
compartido la cama con otras cientos de veces?, ¿Qué sería diferente ahora?

-Si quieres dormir en tu habitación lo entiendo. No debes tomarte al pie de la letra


todo lo que dice Laura-dije incomoda, evitando su mirada.
-No. Ella tiene razón.
-De acuerdo. Estaré lista en unos minutos-Desaparecí en la intimidad del baño.

Mé duché rápidamente y me pusé los pantalones cortos de seda y la camisola. Me


sujeté el cabello en una trenza, y agarré un frasco de mi loción favorita para volver
al dormitorio.

Yulia parecía estar dormida, tumbada boca abajo y mirando hacia su propio lado de
la cama. Aliviada, me metí en la cama y coloqué la almohada de manera que me
permitiera quedarme medio sentada, después abrí el frasco y empezé a ponerme la
loción en los brazos.

El aroma a flores silvestres llenó la habitación, y acababa de empezar a frotarme


las piernas cuando mi amiga se dio la vuelta y me miró.

-¿Qué estás haciendo?

-Antes de irme a la cama siempre me pongo loción para que la piel este suave.

-Tu piel ya está lo suficientemente suave- dijo ella y se me ocurrió que estaba
enfadada.

-¿Te estoy molestando?- cerré el frasco y lo dejé en la mesa de noche-. Lo siento.

-No me molestas, sólo me preguntaba que estabas haciendo- Sus ojos parecían
más azules de lo normal-. ¿Siempre te pones esa ropa para dormir?

La observé durante un segundo-¿Qué tiene de malo?

-Nada- dijo bruscamente, y se sonrojó-. Pensé que eras de esas mujeres que se
duermen con camisones largos de algodón.

-Pues estabas equivocada- apagué la luz y la habitación se sumió en la oscuridad-.


Ése es uno de mis secretos ocultos, Yulia- dije suavemente.

-¿Cuál?- susurró cerca de mí

-Qué me gusta la seda y el satén, y la ropa interior sexy…y tú, ¿tienes algún
secreto oculto?

-Si, que no me gusta conversar cuando estoy intentando dormir.

-Esta bien, perdona- contesté, intentando ignorar el dolor que me habían


provocado sus palabras-. Supongo que otro de tus secretos es que eres una
estúpida justo antes de dormirte- Me cubrí con la sabana y le dí la espalda.

No tenía ni idea de lo que lo había molestado, pero si era así como se comportaba a
la hora de irse a dormir, me sentí más que agradecida por que nuestro noviazgo
solo fuera temporal.
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POV Yulia

Cuando me desperté inmediatamente noté el aroma a flores. Abrí los ojos. Estaba
amaneciendo y la habitación estaba a oscuras.
Lena me daba la espalda y yo la estaba abrazando, unos mechones de su cabello,
que se escapaban de la trenza, le hacían cosquillas en la nariz. No recordaba
haberla abrazado, pero debí hacerlo en algún momento durante la noche.
Pensé en moverme, pero no quería despertarla. Cerré los ojos y recordé la noche
anterior, justo antes de que ella apagara la luz. Al oler el aroma de la loción,
girarme para ver lo que hacia y verla con el pijama sexy de seda color beige, me
había sorprendido.
Lena, solía llevar siempre pantalones y camisetas, y cuando por casualidad se ponía
vestido, solía ser suelto, sin ajustarse a su silueta. Pero le gustaba la ropa interior
sexy, de seda y satén, y eso añadía una nueva dimensión a la mujer que era mi
mejor amiga. Tal vez habíamos pasado tanto tiempo juntas y me sentía tan
cómoda con ella, que nunca la había visto como una mujer.
Por eso me había puesto de mal humor la noche anterior. Me había sentido como si
estuviera compartiendo la cama con una extraña…y eso no me gustó. Pero
¿Cuántas veces había hecho lo mismo? Jamás me había importado antes…
Con la calidez de Lena contra mí y el aroma que se desprendía de ella, mi cuerpo
comenzó a responder, y entonces decidí levantarme. Moví el brazo que la cubría
muy suavemente y me metí al baño. Ella no se movió.
Al estar bajo el chorro de la ducha, volví a pensar en ella vestida con esas prendas
de seda. Había sentido un deseo intenso y eso me irritaba. Se suponía que eso no
debía pasar, no estaba en el trato. Tenía que fingir ser su novia, pero los
sentimientos no estaban en el plan.
Al salir de la ducha, había conseguido calmarme. La pelirroja seguía dormida. Y
decidí que sería bueno que comenzara a desayunar.
Estaba sentada a la mesa tomando una segunda taza de café cuando entró ella. Se
había recogido el pelo en una nueva trenza y llevaba vaqueros y una camiseta rosa.

-Buenos días, señorita Cascarrabias- dijo mientras cruzaba la cocina.


-Anoche estuve un poco pesada ¿no? Lo siento. Supongo que fue culpa del
cansancio
-Acepto tus disculpas- se sentó a la mesa con una taza de café
-¿Has dormido bien?- Me pregunté si se habría dado cuenta de que nos habíamos
abrazado durante la noche.
-Como un tronco. Creo que no me moví en toda la noche.

Si que lo había hecho…se había abrazado a mí, apretándose contra mi cuerpo. Pero
si no lo recordaba, no iba a decírselo. Terminé el café y me levanté.
-Cariño, esta noche iremos a cenar.

No estaba conciente de que, allí en un restaurante, encontraría competencia y con


ello problemas...
 Reporte este mensaje
 Responder citando

Re: Mamá, papá... soy gay.

por Wonderwall » 28 Abr 2010 18:02

Lo siento, no era mi intención tardar tanto. Aquí en casa se han complicado un par
de cosas y ustedes estan mal acostumbrados a que suba seguido, tengan un poco
de paciencia, che!
Nah, gracias A TODOS los que leen, comenten o no. xD

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POV Yulia:

Lena me había explicado que él era como una especie de “Brad Pitt americano”,
pero solo a la salida del restaurante pude comprobarlo.
Era más o menos de mi estatura, a penas un poco más bajo de cabello café claro,
ojos igualmente claros, tenía la nariz fina y estaba un poco bronceado. Al identificar
a quien había gritado y reconocerla sonrío, con una de esas sonrisas de comercial
de pasta dental, se acercó y abrió los brazos para recibir en ellos a mi novia; para
después comenzar a girar con ella mientras reían felices.

Lena comenzó a decir un sinfín de cosas y de vez en cuando lo abrazaba y volvían a


reír; él la tenía sujeta de la cintura y cuando la pelirroja hizo un movimiento brusco
con la cabeza un mechón de su pelo se le fue a la cara, Ben se lo acomodó y dejo
descansar su mano en la mejilla de mi "fingida novia". No lo soporté más y decidí
presentarme con esta frase:"¿Quién eres y por qué no quietas tus sucias y
asquerosas manos de mi chica?" pero cambié de opinión al ver lo amable que Lena
era con él.

-¿Cuando llegaste? ¿Por qué no me dijiste que vendrías?- fue lo primero que le
preguntó nada más dejar de dar vueltas.

-Llegué hace tres días. Fui tú casa a buscarte pero no había nadie, y esta tarde lo
iba a intentar de nuevo-le respondió y pellizcó su nariz.

Definitivamente no debería sorprenderme que sus padres fueran guapos, él debia


llevarlo en los genes. No me sorprendería que Lena lo considerase su caballero de
brillante armadura siempre listo y dispuesto a terminar con todos y cada uno de sus
"dragones" personales.

-Ejem, ejem…- Ya era momento de interrumpir.

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POV Lena

Vaya sorpresa que me lleve al ver que era Yulia. ¡Tenía que fingir alegría en ver a
Ben para saber hasta donde sería capaz de llegar Yulia en la cena de mi casa y toda
esa farsa!

Estaba parada a escasos dos metros de nosotros con una mirada que pretendía ser
de indiferencia pero que parecía más una mueca de fastidio o furia, o eso creía yo,
era tan rara que la miré frunciendo el seño. Creo que a Ben tampoco le paso
desapercibida la mirada que Yulia nos lanzaba y, supongo que el detecto sólo la
furia, pues Ben paso su brazo por mis hombros, levantó la barbilla y miro a Yulia
entrecerrando los ojos. Es decir, con la típica postura de: ¿Quién eres y que es lo
que quieres?

No sé que fue esa sensación que me asaltó cuando sentí el brazo de Ben
acercándome más a él, pero fue incomoda, aún más viendo que Yulia bajaba la
barbilla y nos miraba, me miraba frunciendo, todavía más, el seño.

-No nos presentas.- me dijo levantando las cejas y con una voz un tanto áspera,
como si se estuviera conteniendo de hacer algo. Noté que tensaba la mano derecha
como si estuviese a punto de golpearlo.

Hice un mohín. Estaba a punto de abrir la boca, cuando la persona que me había
metido en todo este lio se me adelantó.

-Ben Parker. Admirador de Lena.- Se presentó, estiró la mano y levantó más el


mentón. Yulia solo me miró levantando las cejas.

-Yulia Vólkova. NOVIA de Lena.- Sonrió, con la sonrisa más falsa y burlona que le
había visto nunca, debido la sorpresa que esas palabras causaron en Ben su sonrisa
creció, más nunca legó a sus ojos, los cuales seguían pendientes de la mano que
estaba sobre mis hombros. Tomo la mano de Ben y por tres segundos me pareció
que ambos deseaban romper los huesos de la mano del otro. Sacudí la cabeza, sólo
eran ilusiones mías.

-Así que tienes novia, linda. ¿Desde cuándo…?- Ben me apretó y me acercó más a
él. Me moví incómoda.

-Desde hace… unos… ¿seis?... sí, seis meses.- No le podía decir que tres días a tras
estaba a punto de contratar a un gigoló hasta que mi mejor amiga se ofreció a
fingir ser mi novia. Además la mirada que la morena me lanzó, invitaba a fingir más.
¿o no?

-No sabía que tenías un "admirador"- dijo Yulia .¿Qué era ese tono de voz?

Otra vez esa incomodidad. Sin saber porque me vi forzada a apartarme un poco
más del lado de Ben

-Eh… sí, pero no es nada serio. Ya sabes que yo estoy contigo, amor.-No sé porqué
me vi forzaba a aclarar ese punto. La morena solo alzó las cejas.

¿Pero que les pasaba? Era como si estuvieran peleando por obtener el mayor rango,
como si mi cariño fuera una exclusiva. Todo era bastante ridículo.

-Yulia y yo íbamos a tomar algo a algun bar, ¿te apuntas?- pregunté.

-Desde luego-me contestó Ben con una sonrisa, me tomo de la mano y me jaló.
Pase por enfrente de mi novia quien parecía a punto de matar a alguien.

Darle celos a Yulia funcionaba.

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POV Yulia:
¡Demonios!
Grité para mis adentros.

"Cuanta hasta diez… 1…2…3…4…"

Jamás había sentido la angustiante necesitad de matar o maldecir o ambas a


alguien, justo como lo deseaba con ese imbécil.

Já. Pero la cara que puso cuando me presenté… ¡esa sí que no tenía precio!

"Soy Ben, un admirador de Lena" Como deseaba partirle la cara. El hecho de ser su
amigo o admirador no le deba derecho de abrasarla o tomarla de la mano. ¡Ni
siquiera debería de ponerle una mano encima! ¡Que dijo la mano, ni un pelo! ¿Es
que no se daba cuenta de que su novia está enfrente?

Y el tipo parecía un cien pies, con manos por todos lados. Me pregunto si los
insecticidas son realmente eficaces con toda clase de animales rastreros.

Pero lo peor de todo es que ¡ella se lo permitía! ¡Dios! Era algo insoportable y mi
paciencia tenía un límite. Y en cima de todo, el idiota ese se burlaba de mí.

"2…4…6…8…" Conté de nuevo. Ahora a parte de tener que aguatar el que Ben
estuviese de "chicle" con MI novia, tenia que soportar sus pullas y sus preguntas
que iban con toda la intención de sacarme de quicio.

-¿Cómo es posible que siendo tu novia no sepas que café es el que pide?- me
preguntó "Bensito" con su tontita sonrisita burlona cuando no supe que ordenar
para ella.

Yo solo entrecerré los ojos. "5…10…15…20"

-¿Será porque hay tanta variedad de bebidas en la carta que quizá ella quiera
probar uno distinto? O talvez, ¿Por qué la considero lo bastante inteligente y capaz
de decidir por sí misma?- me limité a contestar y me crucé de brazos mientras le
sonreí a la camarera quien segundos antes me había guiñado el ojo. Mi sonrisa
creció cuando Lena bufó. Posiblemente no por el hecho de que le haya guiñado el
ojo a la camarera y esta se tambaleara en el proceso de servirnos su café y el
vodka que yo y el tarado de su admirador habíamos pedido, tal vez su enfado era
por el tono en el que contestaba a mis preguntas, pero, aún así, creo que el sentir
que estaba celosa era bueno para mi ego.
Por que yo no estaba celosa, solo remarcando lo que es mío.

-¿Se te ofrece algo más?- me preguntó única y exclusivamente la camarera a mí.


Gracias a Dios su intervención me evito seguir poniendo atención a la charla de Ben

-No queremos nada. Gracias-contestó la pelirroja antes de que pudiera siquiera


abrir la boca.

Bien dicen que el que ríe al último ríe mejor, claro que la risa no me duro mucho
sobre todo cuando Lena le dio de comer en la boca al imbécil que tenía por
admirador. El susodicho luego de dirigirme una sonrisa triunfal, se dispuso a
limpiarle los labios a mi amiga, eso sí, con una servilleta… ¡donde decidiera usar su
boca…!

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POV Lena

Esto comenzaba a resultar frustrante. Por una lado Ben no dejaba de manosearme,
es cierto que le concedí cierta libertad al dejar que me tomara de la mano y me
abrazara cada dos por tres, pero tenía la absurda idea de que Yulia se iba a enojar
y a decirle a algo después de todo soy su "novia", y como que es un poco raro que
dejes que un desconocido abrase a tu novia, pero no, mi adorada fingida novia no
había dicho nada de nada, es más ni siquiera contestaba a las pullas que Ben le
hacía, la muy descarada prefería ponerse a coquetear con la larguirucha y morena
camarera que contestarle a el pesado de Ben.

La voz de el chico sonaba en mis oidos, aburriendome con su aburrido discurso de


negocios, politica y dinero. Trabajo. Empresa y el nombre de Sergey Kátin siempre
acompañado del apellido y los planes de su padre me parecieron absurdos. Por
suerte cuando el rostro indiferente de Yulia comenzaba a fastidiare, sonó el celular
de mi admirador reclamandolo en su oficina.

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POV Yulia

Le daba las gracias a Dios por permitirnos dejar a Ben atrás. La euforia que sentía
por que la pelirroja hubiera preferido venir con migo, todavía no se salía de mi
sistema. Fruncí el ceño conforme nos acercábamos a la salida, pues había mucha
gente detrás de las puertas automáticas de cristal, que no se atrevían a salir pues
al parecer había empezado a llover. Maldije para mis adentros, lo único que quería
hacer era llagar a mi casa encender la chimenea, sentarme en el sofá con Lena
entre mis brazos y besarla hasta dejarla sin aliento.

Estaba pensando en los labios de mi novia y su delicioso sabor, cuando de repente


me golpearon el brazo derecho. Enfadada me volví para ver quien había sido el
responsable. Abrí los ojos con sorpresa al ver que era mi fingida novia la que tenía
el brazo alzado.

-¿por qué has hecho eso?

-Porque te lo merecías por estar coqueteando con la camarera

-Yo no…

-Sí, tu sí. Mira que sonreírle de esa manera-negó con la cabeza y entrecerró los
ojos

-¡Por Dios, linda! Yo no le sonría a nadie… ¡Auch!- me golpeo de nuevo

-Eso fue por dejar que otro coqueara y manoseara a tu novia delante de tus narices.

-Pensé que eso era lo que querías- me defendí.

-¡¿Crees que me gusta que me manoseen?! ¿Por quién me estas tomando?- Ahora
estaba empleando los dos puños.

¡Auch! ¡Auch! ¡Auch! ¡Auch! ¡Auch! ¡Auch! ¡Auch! ¡Auch!

-Para ya ¿quieres?- le sujeté las manos y sonreí al ver su cara toda enfurruñada y
roja.
-No te atrevas a reírte.- me amenazó

-¿O qué?- ¿por qué no me había dado cuenta de lo preciosa que se veía así toda
enojada?

-O llamaré a la número 74. ¡Dejar que me manoseen!

-¡Ey! Tú me lo presentaste como tu admirador, y me dijiste que no lo habías visto


en mucho tiempo. Y por si ya se te olvido fuiste tú la que salió corriendo para
lanzarse a sus brazos.

-Sí pero…

-Además ¿Qué te hace pensar que no estaba deseando cortarle las manos?

-Pues el que no le digieras ni hicieras nada- me dijo como si fuera lo más obvio de
mundo.

-Creí que no te gustaría que le hiciera algo.

-Pero por más que te provocó, tú ni en cuenta. ¡Y me dejaste sola para que
respondiera sus preguntas! ¿Sabes lo que me costó inventar el comó nos pusimos
de novias?

-Le hubieras dicho la verdad.

-Si como no- rodó los ojos- "Pues fíjate que me caes bien pero no estoy interesada
en casarme o tener una relación contigo, por eso en un momento de estupidez le
dije a mi madre que soy gay y prometí llevar mi pareja para Navidad. Estaba
desesperada a punto de gastar dinero en contratar a alguien cuando la sexy
Casanova de mi mejor amiga se ofreció para fingir por unos días”

-De hecho… ya comienzo a extrañar mis días de juerga- le dije, como quien no
quiere la cosa.

-¡Ves! Y solo llevas tres días conmigo

-Oye! No le dije nada porque estaba muy ocupada contando hasta el diez para
superar mi rabia. Llegue hasta el 500.-Abrió los ojos sorprendida- claro que conté
de 10 en 10.

-Entonces…

-Entonces… -me acerque a ella y la tome de a cintura.- ¿Si la próxima vez que
alguien te toque le pego…?- acerque mi cara a la suya.

-No te digo nada siempre y cuando yo pueda hacer lo mismo a cualquier camarera
que te sonría.

-Hecho.

-Hecho.- Y la besé. Y el mundo comenzó a girar, mariposas bailaban en mi panza,


mis oídos zumbaban y las ganas de estar más cerca y de saborearla más, crecieron.
Podría pasar el resto de mi vida probando su sabor. Estaba a punto de explorar su
boca con mi lengua cuando un trueno nos devolvió a la realidad y al lugar en donde
estábamos. Sonrojadas y con la respiración entrecortada nos separamos.
Nos sonreímos y caminamos hasta las puertas. La lluvia que caía no era tan fuerte,
era más bien constante y de gotas finas. Tenía la mano de Lena entre la mía y me
volví para preguntarle qué quería hacer si quedarnos en ese bar o tomar un taxi
para volver a casa. Ella levantó su mirada para encontrar la mía y un brillo
malicioso y divertido cubrió su mirada.

-¿Has jugado alguna vez en la lluvia, Yulia?- me preguntó con una sonrisa.

-No-le respondí. Y era verdad, las veces que llovía y me mojé fueron porque
regresaba del colegio muy tarde y en casa mi nana me retaba.

-Bien, pues está es tú oportunidad.- Me sonrió y jaló afuera, y corriendo llegamos a


un parque dos cuadras delante de donde estábamos.

-Ven- me tomo de la mano y nos paramos en medio de un claro cerró los ojos,
hecho la cabeza hacia atrás y estiro los brazos dejando que la lluvia la empapara.
Yo me limité a verla.

El agua hizo que la ropa y el pelo se le pegasen en la cara y el cuerpo. De repente


comenzó a reír y a dar vueltas, fue inevitable y comencé a reír, se detuvo, me miró,
tomó mis manos y me hizo girar con ella. Con cada vuelta que dábamos las risas se
hacían más fuertes y yo me sentía en paz, libre, feliz…

Me jaló de una mano y me llevo a saltar en los charcos, los zapatos se me llenaron
de agua, al igual que los calcetines, pero no importaba… no importaba nada. Nos
pusimos patearnos al agua de los charcos, riéndonos todo el tiempo. En un intento
de quitar el agua de mi rostro sacudí mi cabeza como lo hacen los perros.

-Estás mal.- me dijo.- Hay que hacerlo con estilo. Así…- sacudió su cabeza como si
siguiera e ritmo de una canción.

-Estas loca- le dije entre risas

-Entonces…- me tendió una mano- Vuélvete loca con migo. Enloquece. Y vamos a
bailar.

Gritamos. Corrimos. Bailamos. Saltamos. Reímos…

Y mientras la veía riendo con el pelo, lizo por el agua, pegado a su cara, con sus
ojos verdes, brillando, con sus manos extendidas en una muda invitación a que me
acercara… mi sonrisa se borró de golpe… Lentamente me acerqué a ella, cogí su
cara entre mis manos y la besé.

La besé de una forma totalmente diferente. No fue tierno como otras veces, no fue
lento…la obligué a abrir su boca y la besé lo más profundo que pude… fue fuerte,
intenso… pues me había dado cuenta de algo.

Mientras reía y me olvidada del mundo y de mi vida, mientras todo me daba igual y
mientras la lluvia caía lentamente y me mojaba la ropa y más… me di cuenta…

De que estaba total y completamente enamorada de Lena, de mi fingida novia


POV Yulia

Cerré los ojos y me recargué en el sofá color crema que decoraba nuestro living y
estaba colocado frente a la chimenea. Suspiré con gusto pues después de todo el
dichoso mueble resultó ser muy cómodo. Una serie de ruidos, juramentos y aso
tones de cajones y puertas, me hicieron sonreír.

-¿Estás bien?- grite, luego de que un ruido fuerte me sacara de mi estado de


relajación.

- ¡Sí! Sólo que este estúpido cajón…

Su voz se perdió entre sus maldiciones y mis risas. Con desgana me levante un
poco y sorbí mi taza de chocolate caliente que acababa de preparar. -Simplemente
delicioso.

-¿El chocolate o yo?- me senté sobresaltada y giré para ver a Lena. El respirar se
me dificultó, el pulso se me aceleró, la sangre galopó fuerte dentro de mí y mis
hormonas hicieron acto de aparición..

Intente decir algo, abrí la boca y solo me aclaré la garganta. La pelirroja me mirada
con la ceja alzada y la cabeza ladeada, yo mientras tanto la recorrí de nueva cuenta
de la cabeza a los pies. El pelo lo tenía demasiado desordenado como la primera
vez que la vi, se había puesto su pijama favorito y hice acopio de toda mi fuerza de
voluntad para que mis hormonas… para que mi mirada se dirigiera a otro lujar y no
en las piernas largas y bien torneadas de Lena

-¿Por qué traes puesto eso?- pregunte de manera brusca y frunciendo el seño, lo
cual no ayudaba a que mi corazón dejara la taquicardia.

-Porque mi ropa está mojada, porque acabo de ducharme y porque quiero ir a


dormir-el sarcasmo era más que palpable.- ladeó la cabeza y soltó todo un rollo de
las ventajas y desventajas de usar pijamas, obviamente y por razones también
obvias no me enteré de nada.- ¿…o me equivoco?-

-¡¿Eh?!

-¿Me estas escuchando, o todavía estas en Vólkovlandia?

- Ven aquí- le dije y abrí los brazos. Ella solo sonrío y negó con la cabeza para
luego acomodar su cabeza en mi pecho.

-¿Te gustó?- preguntó luego de una minutos en silencio en los cuales nos
dedicamos a disfrutar el delicioso chocolate que preparé.

-Te ves increíblemente sexy-


-Boba- se sonrojó y me golpeó juguetonamente -No me refería a mi atuendo

-¿A la cátedra de las pijamas? Porque sí es así déjame decirte que estaba muy
ocupada mirándote como para poner algo de atención

-No- rió, y me beso la mejilla, la que por cierto moví para que mis labios se
encontraran con los de ella.- Me refiero a lo de jugar en la lluvia. ¿Te gustó?

-Sabes que sí. Nunca lo había hecho.


-¿No te habías mojado en la lluvia?

-Por voluntad propia no.

-¡Oh, Yulia!- me miró como un borrego a medio morir. Normalmente ese tipo de
mirada me causa irritación ya que no soporto que las personas me tengan lástima o
compasión, pero por alguna extraña razón, está vez fue diferente. La sensación que
recorrió mi cuerpo fue de ternura hacia la mujer que tenía recargada en mí,
después de todo hacía apenas dos horas que había descubierto lo incompleta que
me siento cuando no estoy con ella. Sé que es una forma rara de definir qué es lo
que ella me hace sentir, y que es más raro aún el que no me haya dado cuento
antes de la paz y seguridad que me envuelve

Cada vez que estoy con ella. Y es que Lena es… sólo quería estar con ella y tenerla
a mí lado todos los días. Lena siempre sabía cuando estaba triste o abatida, y qué
decir para animarme. A veces, podría jurar, que me leía el pensamiento. Me hacía
sentir cálida, amada, necesitada, útil, fuerte, invencible… sólo con su presencia. Y
ahora que sentía su calor y la veía entre mis brazos y que había descubierto una
parte desconocida pero agradable de ella, me sentía, si es que es posible, más
cercana a ella.

Le pasé una mano por el brazo y le besé la sien al tiempo que aspiraba la fragancia
a manzanilla de su, eternamente enrulado cabello.

De repente, la realidad me golpeo. Mi cerebro recordó que todo esto era una farsa,
que solo estábamos "practicando" para la cena de navidad, y para, literalmente,
cerrarle la boca a toda su familia. De pronto toda esa calidez se esfumó, y me sentí
sola… vacia. Intenté imaginar lo que seria no volver a verla a solas, no mojarme en
la lluvia con ella, no probar sus labios nunca más.

Negué con la cabeza y fruncí el ceño. ¡Eso no iba a ocurrir! No ahora que había
descubierto lo es estar con ella y lo que sentía por ella. Le confesaría lo que me
estaba pasando… o mejor aún, la enamoraría, la cortejaría y… estaríamos juntas,
tendríamos una familia, una casa en la playa, nos reiríamos de nuestras canas y
gustosamente moriría entre sus brazos. Tenía días para hacer todo esta farsa oficial.
Y lo primero que tenias que hacer era saber el por qué de su nuevo
comportamiento, ¿a qué se debía que de pronto su mayor preocupación era
conseguir una novia y no pasar los exámenes? Tenía la imperiosa necesidad de
saber todo, absolutamente todo de ella, pues de pronto era como si no la conociera.
Y no es que el cambio me desagradase, al contrario, o encontraba fascinante,
aunque un poco desconcertante, si soy sincera.

-¿Lena? ¿Puedo hacerte una pregunta?- hasta yo me daba cuenta de que esa
pregunta era estúpida e infantil. ¿Es que acaso el enamoramiento te vuelve idiota?

-Supongo que sí-contestó dejando escapar una risita.- Mientras no sea de pijamas.

- No. Es algo más personal.


POV Lena
Me levanté de entre sus brazos sin muchas ganas, e hice una mueca de desagrado,
realmente se estaba bien entre ellos. Soltando un suspiró me preparé para lo que
pudiera venir, pues había en sus últimas palabras había usado un tono de voz
extremadamente serio, como el que solía utilizar cuando… bueno, nunca

Una vez sentada al estilo indio frente a Yulia en el otro extremo del sofá la miré.
¿Qué era eso personal tan importante que quería saber? Fruncí el ceño, e incliné mi
cabeza para mirarla mejor. Su expresión estaba intacta y no mostraba expresión
alguna, cualquier persona diría que su mente estaba en blanco, pero, como yo no
era cualquier persona, pude detectar un brillo de curiosidad en su mirada azul y
una liguera arruga en su frente que indicaba que estaba buscando las palabras
adecuadas para hacer la pregunta. Sabía que de un momento a otro hablaría a así
que deje que se tomara el tiempo necesario y no la presione. Pasaron unas cuantos
minutos y, usando el mismo tono de voz, habló.

-¿Por qué estas actuando así?-Sencilla, clara y directa. Era más que obvio que
había meditado en las palabras y la había formulado de tal modo que entendí
perfectamente que se refería a mi actitud de los últimos días.

Solté un suspiro

-No lo sé

Fue lo primero que se me ocurrió contestar, a demás de que esas tres palabras
eran lo más cercano a la verdad. Sabía que estaba actuando más rara de lo
habitual, dando a conocer cosas y comportamientos tan anti-yo, que era más que
obvio que mi mejor amiga, actualmente fingida novia, de una u otra forma iba a
notar. Pero ¿cómo explicar las razones, motivos y circunstancias de mi actual
comportamiento sin que se culpase, gracias a ese gen que la hace creerse el centro
del universo? Desvié mi mirada hacía los cuadritos verdes, azules y blancos que se
entrelazaban en el pijama que estaba usando, y me dispuse a contarlos, sabía que
me estaba observando, analizando mis movimientos y mis gestos. Sabía, también
que era necesario darle una respuesta bastante clara y concisa para que su
curiosidad quedara satisfecha, de lo contrario insistiría hasta extremos
inimaginables obtener la verdad.

Seguí contando los cuadritos, ya iba por el 45 cuando la oí soltar aire poco a poco,
al igual que hice yo, no iba a presionar se iba a limitar a esperar a que hablara, la
única diferencia era que su mirada, con el tiempo, había adquirido un "quien sabe
qué" que hacía que te sintieras traspasada por rayos X.

-Desde que era una niña,- comencé mi relato aún viendo los cuadritos del pijama,
no necesite verla para darme cuenta de que todos sus sentidos estaban
perfectamente sintonizados para no dejar escapar nada-, más concretamente
cuando inicié la escuela, siempre fui diferente por la educación que me dieron mis
padres. Ellos siempre me dijeron que primero estaba el estudio, los deberes, las
obligaciones y luego todo lo demás. Por ejemplo: si el profesor salía del salón y nos
dejaba unas sumas, primero tenía que hacer el trabajo y luego si quería me podía
poner a jugar. Creo que sabes que la mayoría, cuando el profesor sale, gritan,
juegan, se salen del salón… naturalmente, cuando eso pasaba, yo seguía su consejo
al pie de la letra, y cuando el profesor regresaba yo estaba sentada trabajando o ya
había terminado, a todos los demás los encontraba fuera de sus lugares o hablando,
así que mí nunca me regañaban y si a eso le agregamos que siempre hacía las
tareas, los trabajos, era ordenada, limpia, siempre llevaba el material, con el
uniforme impecable, era puntual… me convertía en su consentida. Por lo tanto,
todos los demás niños de mi clase, no me soportaban y me hacían a un lado,
añádele a todo eso: mi conducta introvertida, mi cabello pelirrojo y mis pecas. Y
obtienes como resultado a toda una rareza. Así que al no tener nada que hacer en
los recreos, pues nadie se me acercaba ni siquiera para hablar, me dedicaba a leer.
Leí todos los libros de mi curso, pensando que si adelantaba las lecciones podía
ponerme a jugar y hacer relajo…pero eso solo sirvió para que los maestreo me
dejaran más trabajos, especiales, según ellos, para ampliar mis conocimientos.
Cuando descubrí la biblioteca ¡Descubrí un mundo! Un mundo en donde podía soñar
con lugares mágicos, castillos y dragones. Donde soñaba con ser princesa y
enamórame de una bestia, donde podía conocer a mi príncipe azul en un sueño, e
identificarme con el Patito feo. Mi adicción por la lectura creció cada vez más
cuando mis papás abrieron su clínica en las afueras de Moscú, lejos de casa. Las
tardes las pasaba sola en cuartito o en la sala de espera, y la manera más fácil de
escapar, era leer. Pero todo mejoró… un mes más tarde ingresaste a la escuela,
nunca te pregunté el porqué pero desde el primer día te juntaste conmigo, sin
importarte que fuera rara o el cerebrito del salón. Pasó el tiempo y nos hicimos
buenos amigas, yo era feliz, tenía a alguien que me defendía si me molestaban y
con quien pasar las tardes.

POV Yulia

No la dejé terminar…

¿Cómo reaccionas ante una situación así? ¿Ríes, lloras, te arrodillas o lo dejas pasar?
Ella como siempre resolvió el problema: me abrazó. El único inconveniente era que
yo quería más que un simple abrazo, quería besarla, quería tenerla junto a mí todo
el tiempo, quería dormir y despertar con ella, ayudarle a preparar e desayuno
invitarla a comer y cenar en la cama, quería casarme con ella, quería más, la quería
a ella, a toda ella. Sin pesar y como lo único que me pareció correcto hacer, busque
sus labios con los míos. El beso, quizá por las confesiones recientes, quizá por la
culpa o el agradecimiento, o simplemente por el sentimiento que descubrí horas
antes y que ahora aceptaba sin rechistar, fue diferente. La tomé de la cintura y la
acerqué más a mí, mis labios se movían fieros y exigentes contra los de ella. Abrió
la boca por una fracción de segundo que yo a aproveche para adentrarme en ella y
saborearla a placer. Por increíble que parezca Lena correspondía con las mismas
ganas a la beso, sentí como sus manos subían por mi espalda y se posaban en mi
nuca y al cabo de unos segundos comenzaban a jugar con mi cabello,
despeinándolo más. Lena soltó un suspiro, ¿o fuimos las dos?, en ese momento no
importó pues mis manos exploraban lo que estaba a su alcance, sus caderas, su
cintura, su espalda, y su rostro… Quería fundirme con ella, abrazarla y quedarme
así para siempre, tenerla en mis brazos, en mi casa, en mi vida… se acercó y
profundizó el beso aún más, sentí como su torso se pegaba al mío…

Tenía que hablar con ella decirle que esto ya no quería fingir, que esto no era parte
de ensaño para engañar a su madre. Debía decirle que en ella había encontrado
todo lo que necesitaba para ser feliz, que ella era mi complemento, que si es cierto
que existía, para mí un alma gemela, ella era eso y más. Y debía decirle, más bien,
preguntarle, si es que existía la más remota posibilidad de que ella sintiese lo
mismo que yo, si me correspondía. Con la respiración entrecortada y la cabeza
dándome vueltas me separé de ella. Kátina tenía las mejillas rojas, su pecho subía
y bajaba irregularmente, los ojos estaban brillos y su mirada perdida.

Sonreí para mis adentros, una de tres: o era muy buena actriz para lograr fingir tan
bien, o era correspondida en mis afectos y ella aún no se daba cuenta, o
simplemente, era que yo besaba muy pero que muy bien. Tenía mi fama de
Casanova, esto último, era obvio pero deseaba que ella me correspondiese de igual
manera.

Y ya… no me puedo contener…

El deseo de devorar sus labios de una manera ansiosa y feroz. De arrasar su boca y
buscar su lengua enloquecida, respirando de manera agitada como si mí vida
dependiese de ello. Sintiendo la delirante necesidad de sentirla y tenerla, de
conocer su cuerpo de todos los ángulos posibles, aprendiendo a estremecerla sin
esfuerzo, para saber de que manera recorrerla, aprender que gestos me insten a
continuar y el punto exacto en el que debo detenerme.
Tratando de ser suave y gentil con Lena, dominando mi avidez por poseer su
cuerpo, fracasando, cuando sonríe y se acerca a mí, mis manos pasean por su
cadera, por su cintura, por sus muslos y le descubro de otra manera. Mis manos se
cuelan por debajo del abrigo y enloquezco al comprender que no lleva sostén. Le
acaricio. La ropa se me antoja innecesaria, al apresurarme e imaginar la sensación
de sus pezones en mi lengua y la evidente excitación se torna cada vez más
dolorosa.
Con movimientos descontrolados, quito el abrigo dejando que caiga al suelo
descuidadamente. No se lo que estoy haciendo, no puedo pensar, no puedo razonar
con la mente fría que me destaca tanto… pero comienza a importarme un carajo,
sobretodo cuando siento tantear mi cuello con los labios, eso me altera
Busco su boca casi con hambre y la llevo hacia la habitación, testigo de noches y
cómplice de ese arrebato. Caemos abrazadas al colchón desvistiéndonos con
paciencia, recorriéndonos milímetro a milímetro y halla puntos en mí que jamás
imaginé que serían explosivos.
Y yo, que quiero aprenderme su anatomía llena de pecas de memoria, comienzo
desde la torneada forma de las pantorrillas, su suavidad extremada por el bello
color blanco del cuerpo, me sorprende y maravilla lo pequeña y frágil que parece
ser sin ropa que le cubra…
Deslizo mis manos desde el nacimiento de sus hermosas protuberancias hasta la
alta espalda una vez, y de regreso… y otra… y una tercera, ambas gemimos
mientras nuestros cuerpos resbalan con facilidad. Acaricio y me siento acariciada,
mis manos se deslizan por la parte interna de sus piernas, subiendo y bajando,
suavemente, como si tuviese toda la eternidad para hacerlo. Sus manos, recorren
en círculos mi pecho, quemándome, provocándome, entonces, acaricio su vientre y
muerdo sus labios mientras susurro que se apure… me besa de regreso mientras
siento como sus dedos juegan con mis pezones, los masajea, los oprime con
suavidad, desliza sus palmas sobre ellos, los recorre con la boca húmeda y caliente.
Abre las piernas para darme lugar a la intimidad, su sexo se encuentra brillante y
húmedo. Cierra los ojos al sentir mis dedos tiernos y resbalosos acariciar alrededor
del mismo. Respiro con dificultad pero disfruto de ver como se relaja y permite la
intromisión de mis dedos en aquella parte tan recóndita de su ser. Busco su clítoris
y lo tomo como si fuese el más suave cristal, conocedora de la fragilidad y
sensibilidad de aquella zona. Masajeo, ayudada por la humedad de su intimidad,
mientras gime apretando los labios por no gritar, noto que busca huir de esas
sensaciones que jamás sintió con otra persona, una experiencia que le resulta
dolorosamente insoportable.
Quiero preguntar si le agrada, pero no puedo. Siento mi corazón latir a velocidad
vertiginosa mientras acaricio… ahí… tan suave, tan húmeda… tan caliente,
volviéndome loca cuando gime y se retuerce moviendo su cadera de una manera
acompasada. Dejo el órgano, bajo un poco más la mano y encuentro con mi dedo el
punto justo, lo introduzco con suavidad sintiendo como la carne ardiente que atrapa
mi dedo me devora dentro suyo.

Con la mirada vidriosa de placer, Lena jadea con fuerza mientras me insta a
seguir… a buscar más, otorgando su permiso para explorar.
Busco de nuevo con el pulgar el clítoris mientras que indago las profundidades de
su empapada intimidad con mi otro dedo… lo muevo con delicadeza, sintiendo…
haciéndole sentir… palpando… preparando.
Se arquea y toma con fuerza la sábana a los lados.
Sonrío, y aplicándome a mí deliciosa labor continúo… buscando y encontrando: ahí
esta… ese punto de gran sensibilidad… lo toquetee sorprendida por su suavidad y
esponjosidad… jadeó… entonces empecé a oprimir en ese lugar, sin dejar de
acariciar el exterior.

Me parece que lo que estoy haciendo es tan exageradamente insoportable por ser
tan tremendamente placentero…mientras gime, se agita con desesperación, la
caricia incrementa velocidad y presión…

Gemimos y el deseo recorre mi cuerpo como descargas de electricidad.,


completamente extasiada del placer, termine de desquiciarla… cuando busque con
mi boca sus dedos, los lamí y succione. Grita mi nombre pero no respondo… estoy
compenetrada en las sensaciones, uso todos mis sentidos para llevarla a la
culminación… la cual llega de manera tan avasallante que se pierde en ella.
Olvidando todo… entregándose a esa maravillosa sensación… experimentado un
verdadero orgasmo.

POV Lena

¡Deja de llorar, deja de llorar, deja de llorar!

La letanía se repetía una y otra vez en mi cabeza, y una y otra vez las lágrimas
salían más rápido y con más fuerza. Acababa de encerrarme en mi cuarto y estaba
recargada contra la puerta, contuve un sollozo y di gracias a Dios porque la
estupida, mujeriega aún no hubiese regresado de la casa de sus padres. Me deje
caer todavía con la espalda pegada a la puerta y me encogí hasta que mi frente
toco mis rodillas.
¡Deja de llorar, deja de llorar, deja de llorar!

Me tallé los ojos con el dorso de las manos, como pude y entre hipidos me puse mi
pijama (unos shorts y una playera de tirantes color azul) y me tire a la cama.

Después de estar unos minutos con la cara enterrada en la almohada y de lograr,


por fin, que mi respiración se controlara, me di la vuelta para quedar de cara al
techo y me dispuse a analizarme, cuando las notas de la canción Adiós de Gustavo
Cerati, llenaron mi habitación.

Me tarde tres segundos en darme cuenta de que la melodía provenía de mí buró,


más exactamente del celular que estaba sobre de ella. Extendí la mano con la
intención de cogerlo cuando un pensamiento me paralizó: ¿Y si era ella?

Por arte de magia el llanto cesó y una sonrisa, de esas bobas que últimamente
adornaban mi cara, apareció.- Hola-dije lo mejor que pude pues mi voz sonaba rara
por el llanto.

-¿Lena?- escuche la voz del otro lado de la línea, cerré mis ojos y sentí como si me
estuviera cayendo dentro de un abismo, grande y negro. ¿Qué demonios estaba
pensando?, ¿Dónde demonios, en mi cabeza cabe, que Yulia me iba a llamar? ¿Por
qué habría de llamarme? ¿Para pedirme disculpas? ¿Disculpas de qué o por qué?
¿Por besarse con una de sus tantas novias?

¡**** sea! ¡Estúpidas lagrimas! ¿Por qué se empeñaban en salir?

-¿Cariño?- la voz Ben al otro lado de la línea me obligo a apartar esos recuerdos de
mi mente.

-¿Sí?- contesté, no me gustaba…solo Yulia me llamaba así-¿Qué pasa?

-¿Estás bien?- ¡Maldición!, ¡Estúpidas lágrimas!, ¡Estúpida Antonella!, ¡Estúpida


Yulia!, ¡Y estúpida yo!

-Si- Mentí y reprimí como pude un hipido. Desde luego que no le iba a decir que
estaba llorando como una imbécil, sólo porque la tarada de mi mejor amiga y que
se auto nombró mi "novia", se había besado con su novia… amigovia, compañerita
de turno… o lo que sea

-Mira, te llamo para saber si…- La voz de Ben se escuchaba muy lejos para poder
siquiera ponerle la más mínima atención, así que el hilo de mis pensamientos siguió
por donde iba.

Dejé que hablara y digiera lo que tuviera que decir y yo me dediqué a seguir
pensando en mi estúpida situación: ¿Por qué carajos lloraba? Si a final de cuantas
eso iba a pasar tarde o temprano. Desde un principio sabía que era mala idea el
permitir que ella me ayudara, así como también sabía que tenía varias novias.
Nosotras, Yulia y yo solo fingíamos ¿no?, era solo algo "actuado" para que mi
familia me dejara en paz, ¿Por qué entonces, me dolía tanto el haber visto a Yulia
con Antonella?
-Entonces quedamos así: mañana a las once en el bar que se encuentra a cinco
cuadras de tu departamento No sabes las ganas que tengo de verte. Que
descanses.-Dijo y colgó

-¿Eh?-fue lo único que atiné a decir. Había estado tan metida en mis ondas que sin
pensar había estado haciendo de vez en cuando uno que otro "Umm" y "Ajá", que
no supe con cuál de ellos había aceptado. Mi pulgar se levantó unos centímetros
listo para llamar a Ben y cancelar la supuesta cita cuando caí en la cuenta…

-¡POR DIOS!-exclamé y me senté de golpe en la cama.-OH, no, no, no, no…- negué
frenéticamente con la cabeza intentando que ese pensamiento, que había a
parecido como si se tratase de un rayo de luz divina, se instalase en mi cabeza.
Pero entre más lo negaba, una parte de mí parecía más convencida, así que de
repente comencé a reír de alegría al entender que era lo que me estaba pasando y
a su vez también comencé a llorar al aceptarlo. Era algo tan bonito y a la vez tan
horrible que, cuando lograba serenarme por algunos segundos sólo podía pensar en
lo estúpida que era. Y es que ¿de que otra manera se le llama a la idiota que se da
cuenta de que está enamorada de su mejor amiga y finge ser su novia solo para
callarle la boca a la odiosa de su madre? La respuesta: I D I O T A

¡Oh, Dios! ¿Qué se suponía que debía hacer?, ¿debía de correr a su lado,
confesarme y decirle que me amara?, ¿o debía de olvidarme de todo y hacer como
si nada hubiera pasado, dejarla seguir con su vida y yo buscar la manera de seguir
con la mía? Es más, ¿debía de seguir con todo esta farsa o cancelarla?

¡M.I.E.R.D.A!, ¿Por qué este mundo tenía que ser tan malditamente complicado?

-Bien.-Me dije y cerré los ojos.-Cálmate. Respira profundo- me senté intentando


adoptar la posición típica para meditar pero luego de unos minutos, mi cabeza y yo
ya habíamos tomado una decisión, era dolorosa, sí, pues a final de cuentas acababa
de descubrir que estaba enamorada de Yulia, pero era lo mejor para todos. Yo
callaría y ocultaría mis sentimientos, así ella podría seguir con sus noviecitas.

Así que lo primero sería cancelar toda esta tontería ser novias, mañana a primera
hora hablaría con Laura, le contaría que todo había fallado y como todavía
conservaba los anuncios de gigolós y podría darme el dinero. Fácil y sencillo.

Me metí debajo de las sábanas y me acomodé para dormir, sólo esperaba que el
recuerdo de Yulia besando a Antonella no invadiera mis sueños.

POV Yulia

Mal

Todo estaba endemoniadamente mal. ¿Cómo era posible que tanta felicidad, tanta
dicha y tanta paz se fueran en un solo instante a la ****? ¿Era solo porque se
trataba de mí, o existían en el mundo más idiotas en la misma situación? ¿Por qué
el mundo tenía que ser tan malditamente complicado?
Suspire y recargue mis codos sobre mis rodillas y me frote la cara con las manos en
un intento para que la desesperación se fuera de mi cabeza. ¿Qué se suponía que
debía de hacer ahora? No podía llegar así como así y decirle: discúlpame porque
una de mis novias me besó. Además si lo vemos desde una perspectiva lógica yo
no tenía que darle ninguna explicación, lo que había entre ella y yo, y desde el
punto de vista de ella, era una farsa, era solo fingir, pero… ¿entonces por qué había
huido?, ¿por qué cuando corrí tras ella se negó a escucharme?

¡Demonios! ¿Por qué, los millones de aficionados a la escritura (que tenían tiempo
de sobra) no escribían un manual que digiera qué hacer en estos casos?, ¿sería
mucho pedir una línea de consulta telefónica o vía Internet?

Tenía, debía, deseaba y necesitaba arreglar esto. Por primera vez en muchos años
sabía que era lo que quería: la quería a ella, en mi vida, a mi lado y, sí, en mi cama.

Días atrás había planeado un futuro en el que ella estaba en cada segundo, en cada
imagen… Lo único que me impedía conseguirlo, era la inexistente posibilidad de que
ella me perdonara… ¿Cómo podría perdonarme? Nos acostamos, y sí, la culpa es de
las dos, somos adultas y debemos ser responsables de lo que hacemos, pero pasé
días enamorándola o tratando de hacerlo, con pequeños actos y hoy al llegar a la
Universidad, una de las locas que forman parte de mi listita se me tira encima
enfrente de Lena

Mañana a primera hora volvería al apartamento, le diría que me había enamorado


de ella, que no esperaba esa reacción de Antonella y que había terminado con ella,
con las otras…, que esperaba que me diera una oportunidad y que… bueno, ya
tendríamos tiempo para hablar de boda e hijos. Reprimí un bostezo y decidí que
consultaría con la almohada si debía de comprarle flores o chocolates.

POV Antonella (Zorra de turno)

¡O sea!

Lena era la inteligente, siempre había sido la inteligente, la perspicaz, la


observadora, la… la… la… ¿Por qué esta vez no pudo ser igual? ¿Por qué tenía que
haber arruinado mi plan? ¿Por qué, idiota de mí, no pensé en esa posibilidad?
Bueno la respuesta a esta última pregunta era fácil: pues porque Yulia era la
mujeriega empedernida, la manipuladora de sentimientos, la fría, arrogante, creída
Así que jamás se me ocurrió pensar que fuera ella quien se diera cuenta primero de
sus sentimientos, que fuera precisamente la que se descubriera enamorada de
Kátina y no al revés.

Cuando las vi llegar al comedor de la Universidad su cara que estaba iluminada con
una agradable sonrisa se borró y su cara se puso blanca cuando me vio, me quede
sorprendida por todo lo que había cambiado la expresión de Yulia en tan pocos días,
hasta un ciego se daría cuenta de que había un toque de amor en todo eso.

-Cariño- había dicho con el mejor tono dulce de voz que era capaz de hacer y con
una sonrisa falsa de felicidad- necesito hablar contigo…
-Eh… sí, bueno… yo…

La tomé de la mano y la aleje un poco de la pelirroja que me miraba seriamente,


me voltee para quedar de cara a Yulia, con las manos en la cintura y con la ceja
alzada pidiendo una explicación. La vi suspirar, cerrar los ojos y relajar los hombros,
dio dos pasos hacia mí, giró los ojos y la interrumpí cuando abrió la boca.

-Estas perdonada.- dije simplemente

-¿Disculpa?

- Que te perdono por no poder manejar las habladurías, cielo.

-¿Qué?- me respondió

-¿Qué vas a decir para que te perdone?

-No te voy a pedir disculpas- dijo-.

-Deberías, todo el mundo aquí dice que sales, que me engañas con esa…

-No son habladurías, no son chismes que corren como si nada. Lo siento pero ahora
estoy con Lena

-Tenemos que hablar- fue todo lo que dijo. De repente, vi que Lena se acercaba y
esa era mi oportunidad. Mi oportunidad para marcar mi territorio. Me lance a sus
brazos y la bese, la bese con el empeño que le pondría una mujer enamorada al
encuentro después de tanto tiempo sin ver a su amor, me esforcé, de verdad que si
pero ella estaba fria, ausente, distraída, poco entusiasta, note cuando recordó la
presencia de la pelirroja, me alejó rápidamente pero ella ya se había ido. Con una
sonrisa escuche como la llamaba, el trabajo estaba hecho. Lena, desde su posición
había visto como nos besábamos, como reclamaba lo que era mío, ahora solo era
cuestión de tiempo para que a Yulia se le bajara el enfado y todo siguiera como
antes.

-¿Qué demonios has hecho?- me dijo agarrándome por los hombros y


sacudiéndome- ¿Qué demonios hiciste, Anto? ¿Tienes idea de lo que has hecho?

-PERO POR SUPUESTO QUE SÍ.- le grite y me zafé de su agarre- solo estoy
marcando y reclamando lo que es mío por derecho

-Pues te tengo noticias de última hora, nada de esto es tuyo, nunca lo ha sido y
nuca lo será.- suspiro para calmarse- Pase buenos momentos contigo, momentos
que recordaré y atesoraré por siempre, pero me he dado cuenta de que lo que
siento por ti es algo insignificante comparado con lo que siento ahora… que lo que
hay entre tú y yo no es nada comprado con la química que tengo con ella. Lo siento,
si es que te hago daño, pero no puedo seguir contigo cuando me acabo de dar
cuenta de que amo a la mujer que se acaba de ir. No sé si soy correspondida, o si
alguna vez lo seré, pero necesito estar libre para poder intentarlo con ella. Iba a
hablar contigo después de Navidad pero dada tu inesperada acción…Se acabo. Hoy
me di cuenta de que tienes razón, nunca he dejado de hablar y de pensar en ella,
por la simple y sencilla razón de que siempre había estado enamorada, y no fue
hasta unos días atrás cuando abrí los ojos y me di cuenta. La amo, y ni tú ni nada
ni nadie van a hacer que cambie de opinión.

Así que me encontraba, enfurecida, desesperada, humillada y sorprendida, pues


jamás imaginé que sería Yulia sería la primera en darse cuenta de sus
sentimientos… ¿Qué podía hacer ahora?, ¿que debía de hacer ahora?

¿Debía pelear o resignarme? ¿Mostrarme orgullosa y renuente o perder con


diplomacia? ¿Aferrarme a lo que puedo ser y no será, o dejarlo pasar y seguir a
delante?

Mientras pensaba en cada una de mis posibilidades, comencé a llorar. ¿Dónde


estaban mis sueños y esperanzas? ¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué tenía que
enamorarme de alguien que, según sus propias palabras, nunca había sido mía?

Lena siempre había sabido todo de Yulia, sus miedos sus inseguridades, su
problemas, sus alegrías, sus recuerdos… todo, ella lo sabía todo, mientras que yo
solo conocía lo que los medios, los cuchicheos decían. Yo conocía lo que Yulia me
quería mostrar

POV Yulia

Esto era lo mejor, y lo único que se me había ocurrido para tratar de solucionar las
cosas con Lena. Sé que voy a tener que pagar una fortuna en pequeñas donaciones
o al menos ser una cliente frecuente la juguetería pero que le íbamos a hacer,
además, yo necesitaba ese oso y en esas proporciones porque mi “novia” me había
dicho, precisamente el día que estuvimos en el centro comercial, que le gustaban
los osos de felpa, y que siempre había querido tener uno que fuera más o menos de
su tamaño, así que como buena fingida novia que trata de ascender a novia formal,
me levante a las siete de la mañana (para que se entienda el esfuerzo recordemos
que suelo “atardecer” y no “madrugar”), no valla ser que se me vaya, fui a la
juguetería más cercana, me desesperé al ver que el ultimo Oso de felpa lo escogió,
un señor. Admito que quise arrebatárselo, luchamos un poco, él tomaba un
extremo del Oso y yo el otro, estaba a punto de golpearlo cuando me explicó que
debía dejar de ser infantil, puesto que él había llegado primero y además era para
su hijo. Lo solté, resignada, y casi desbordando en llanto le confesé al ese señor
que NECESITABA ESE PELUCHE porque necesitaba que MI chica me perdonara, que
ella era el amor de mi vida y que nadie le iba a amar como yo.

No sé si fue mi cara de cachorro triste, la historia que le conté articulando 500


palabras por segundo, o las cuestiones nobles del amor, pero, al final conmoví su
corazon adulto y me dejó partir con ese peluche al departamento. Solo esperaba no
morir o resultar herida gracias a las proporciones del “osito”.

Entré con dificultad al departamento, dejé al "pequeño osito" en un rincon del living
y caminé hasta la ahbitacion de Lena.
Estaba acurrucada en medio de la cama … camine hasta quedar a un lado de la
cama y contemplé su recta nariz, sus tupidas pestañas y sus labios rosas y
ligeramente separados…

¿Cómo debía de despertarla? ¿Debía de despertarla? Se veía tan linda y en paz que
parecía un sacrilegio sacarla de ese mundo maravillosos que eran los sueños…
¿estaría soñando con migo? ¿Qué tenía que hacer para poder verla así el resto de
mi vida?

-¿Qué se supone que estás haciendo aquí?- O era sonámbula, o estaba soñando, o
yo estaba en problemas. ¿Hablar o no hablar? Ese era el dilema ¿a qué hora se
había despertado?- Se que eres tú, Yulia. Y no, no estoy dormida y no soy
sonámbula.- Bien, o somos almas gemelas que se leen el pensamiento, o,
definitivamente algo maligno y peligroso nos envuelve, de cualquier manera,
confieso que a veces esa conexión me daba miedo.

-Más vale que te expliques Vólkova- se movió, se sentó en la cama y miro en mi


dirección.

Suspirando me acerqué- Maldición, ¿No estabas dormida?, ¿Cómo supiste?

Hizo una mueca y giro los ojos.- Bien lo dijiste, estaba, estaba dormida. ¿Será
porque vivo contigo y conozco el sonido de tus pasos o el de la llave cuando la
introduces en el cerrojo?- me dijo con sarcasmo-

-Ok, entiendo el punto.

-Bien- cruzó las piernas y se recargó en la cabecera-, ahora explícame ¿Qué haces
aquí? Es más no puedes estar aquí, es mi habitación, no te quiero aquí.

-Por lo visto sí que puedo, pues estoy aquí-sé que eso sonó muy ego centrista pero
que le vamos a hacer, era la verdad. La vi levantar las cejas y ladear la cabeza con
fingida sorpresa. Di dos pasos hacia ella y me senté en la cama, sin dejar de
mirarla ni un segundo.- Tenemos que hablar.

GRACIAS por leer.

POV Lena
Sentí los rayos del sol sobre mi cara y me moví incomoda y molesta en mi cama.
Apenas habían transcurrido un par de horas desde el momento en que logre
conciliar el sueño, todo por haber pasado la noche pensando en "La morena
buenorra" alias Yulia Vólkova. Me tape la cara con las mantas y me removí en la
cama.

El despertador de mi celular comenzó a sonar, así que saqué una mano por debajo
de las cobijas hasta el buró, lo tomé, quité la alarma y lo puse debajo de mi
almohada para poder dormir un ratito más. Una vez cumplida mi misión sonreí y
me volví a acurrucar. Sonreí bobamente y ¡Oh, alabada sea la somnolencia! Mis
ojos y cerebro se empezaban a desconectar del mundo, cuando oí un ruido y una
sensación familiar recorrió mi cuerpo. Apreté la mandíbula y me callé una letanía de
maldiciones.

¡Mie.rda, mie.rda, mie.rda! ¿Por qué todo me tenía que pasar a mí? ¿Qué no había
unos cuantos millones de personas más, a los cuales arruinarles el día?

Y tenía que ser justamente la persona que menos quería ver en las próximas tres
vidas, mil años, quince meses, dos semanas y un día, la que se decide volver al
apartamento, tropezandose con la mesa de café mientras susurra maldiciones.
Mordí la almohada para no gritar. Me moví un poco, simulando dormir, y entre abrí
mis ojos lo suficiente para poder ver entre las pestañas. Nos observabamos
mutuamente, solo que ella no lo sabía… me miraba con una ternura incapaz de
describir y me obligué a mi misma a recordar la escena con Antonella.

Pacientemente esperé su siguiente movimiento.

10

¿Qué diablos estaba haciendo?

¿Por qué se tarda tanto?

Estaba empezando a impacientarme. O hablaba ella, o gritaba yo. ¡Y por mi madre


que no quería que gritara yo!

Sentí como se acercaba a la cama y mi impaciencia creció a límites insospechados


al no oírle decir nada. Decidí arriesgarme con un tiro a ciegas.

1…

-¿Qué se supone que estás haciendo aquí.-No, no estoy dormida y no soy


sonámbula.- Le dije abriendo los ojos de golpe sin incorporarme.-Más vale que te
expliques Vólkova- dije con mi mejor voz de mandona, mientras me sentaba y
cruzaba los brazos.

-Maldición, ¿No estabas dormida?, ¿Cómo supiste? Me miró y tuve que hacer un
esfuerzo sobre humano para no sonreír, se veía tan linda haciendo un mohín que
por unos segundos el deseo de saltar y arrogarme a sus brazos para besarle y
quitarle la mueca, me dominó. "Control, todo es cuestión de control"

- Bien lo dijiste, estaba, estaba dormida. ¿Será porque vivo contigo y conozco el
sonido de tus pasos o el de la llave cuando la introduces en el cerrojo? - dije con
falso sarcasmo para ocultar mis deseos de saltar a sus brazos –

-Ok, entiendo el punto..-Dijo y se llevó una mano al pelo para desordenárselo o


mejor dicho...peinárselo a su manera ¡Se veía tan linda!

-Bien- me obligué a responder para evitar el curso de mis pensamientos que


parecían correr a direcciones indecorosas mientras la contemplaba de pies a
cabeza- ahora explícame ¿Qué haces aquí? - En cuanto pronuncié esas palabras la
realidad me golpeo.- Es más no puedes estar aquí. No te quiero aquí ¡Es mi
cuarto!-Exclamé en modo de reclamo. Ella estaba en mi cuarto. ¡Genial! Justo lo
que necesitaba: ¡A Yulia en mi cuarto! ¡Cómo si anoche no hubiera fantaseado con
tenerla en mi cuarto y no precisamente vestida!

-Por lo visto sí que puedo, puesto que estoy aquí- ¡Vaya! Si que es prepotente y
engreída la niña. Alce las cejas y ladeé la cabeza fingiendo sorpresa. Se acercó y se
sentó en la cama sosteniéndome la mirada. Tragué saliva.-Tenemos que hablar.

¡Oh, oh! Justamente lo que había temido que pasara ¿Qué me iba a decir? ¿Qué ya
no podía seguir ayudándome porque Antonella le había exigido que lo dejara?
¿Sentía que estaba traicionado a su novia? ¿Se sentía incomoda conmigo? ¿Qué,
qué, qué? Fuera lo que fuera decidí hacérselo fácil.

-Bien.-Acepte. Me senté más recta despegando mi espalda de la cabecera y


acomodé mi pelo detrás de las orejas.-Te agradezco toda tu ayuda, se que ha sido
difícil para ti, y, bueno, desde un principio ambas sabíamos que esto no era un
buena idea.- Cerré mis ojos con fuerza ya que me costaba trabajo decir lo siguiente
pero era lo menos que podía hacer.-Siento mucho por los problemas que te he
causado con alguna de tus amiguitas. No era mi intención. –Abrí los ojos y lo miré,
parecía estatua.-Te desligo de toda responsabilidad. Laura aún puede prestarme
dinero y ayudarme.

POV Yulia

Nunca me había considerado lenta o retrasada. Admito que a veces me costaba


trabajo entender algunas cosas, pero era por razones justificadas pero aquí…¿Qué
demonios tenía que ver, saber o hacer? , ¿Por qué me pedía disculpas? Y ¿quién le
dijo que causaba problemas? Miles de interrogantes pasaban por mi cabeza, así que
pregunté lo primero que me paso por la mente.- ¿¡Qué!?

-Realmente siento mucho haberte metido en esto. Lo sabíamos desde el inicio,


yo…- Lena no dejaba de disculparse y yo no dejaba de desesperarme.
-¡Linda, terminé con Antonella!- le solté de golpe, con la esperanza de que se
callara de una buena vez y me dejara explicarme.

-¡Oh, dios! Yulia lo siento- se tapó la cara con las manos y podría jurar que la
escuche sollozar. ¡Maldición porque tenía actuar así!- Si quieres que hable con ella
y le explique que todo esto es una farsa…

-¡Diablos, no!-grité. Juro que no era mi intención sonar tan molesta, pero me
estaba sacando de quicio, yo sólo venía a pedir disculpas y a, prácticamente,
declararme, no a verla llorar por mi culpa.

-Lo siento-¡Y dale con lo mismo!-. Yo pensando en mí y mis problemas, y tú vienes


a que te consuele. ¡Oh, Yulia! ¿Cómo estás, cómo te sientes?- Se hincó en la cama
y se acercó a mí para poder tocarme la mejilla. No pude hablar, ni moverme, ni
nada. Simplemente me quede ahí. De pie. Observándola. Perdida en su cara, en
sus ojos, en toda ella. ¿Cómo era posible que pudiera existir alguien tan perfecto
como lo era ella? Alguien que es capaz de anteponer siempre a los demás , de
pensar y preocuparse siempre en otros antes que en sí misma. ¿Por qué había
tardado tanto en descubrir al magnífico ser humano que era ella? ¿O es que acaso
siempre lo había sabido y no lo había reconocido?

Verla así, allí, frente a mí, arrodillada y llorando por mí, hizo que mi garganta se
cerrara con un nudo. Lentamente fui recuperando la capacidad de movimiento y
subí mis brazos para envolverla en ellos.

-Shhh-intenté calmarla haciendo círculos con mis manos en su espalda,-no llores.


Me duele verte así.

-Pe…per…pero es que yo…-sollozó contra mi pecho.

-¡Ey!, tranquila-tome su cara con mis manos y con mis pulgares limpié las lagrimas
que escurrían por sus mejillas, quise hacerlo con mis labios y consolarla a besos,
pero teníamos que hablar y si la besaba no iba a poder parar.-No tienes la culpa de
nada.

-Pero Antonella y tú…

-No-le sonreí.- No éramos nada serio.-Se deshizo de mi abrazo y yo fruncí en ceño,


estaba a punto de reclamarle por separarse tan bruscamente de mí , cuando la vi
meterse debajo de las mantas y palpar el colchón a su lado en modo de invitación.
Me quité los zapatos y me acomodé a su lado de cara al techo, intenté subir mis
brazos para ponerlos debajo de mi cabeza, pero en cuanto los levanté la cabeza de
Lena utilizó mi pecho como almohada. La volví a abrazar e inhale el aroma de su
cabello.

-¿Quieres hablar de ello?-no era necesario preguntar a qué se refería, bien sabía
que era sobre mi zorra de turno y mis problemas con ella, y que el abrazo no era
nada más que la manera en la cual mi mejor amiga intentaba consolarme de mi
ruptura, pero la verdad era que prefería quedarme así, en silencio. Cerré los ojos y
le permití a mi imaginación jugar con que era correspondida, con que teníamos ya
una vida juntas y que nos despertábamos así, abrazadas.

-¿Yul?-llamó. No quería hablar, no quería moverme, no quería dejar de soñar, no


quería romper tanta paz.- Cuéntame.

Suspiré y le acaricié la espalda, aún sin abrir los ojos.-Lo cierto es que no la
soporto - empecé a explicar- Se la pasa hablando de tonterías y banalidades. Es
superficial y egoísta. Pero lo más extraño e importante es que no sabe nada de mí.
Cuando intento contarle algo que viví, o una situación en "x" lugar, termino
desesperándome, pues le tengo que explicarle mil y un detalles.

Con Lena era como si siempre estuviéramos en la misma frecuencia, sintonizadas,


sin secretos, yo la conocía y ella a mí.- Además, con Antonella siempre terminamos
discutiendo y sin hablarnos por varias horas. Y siendo sincera me di cuenta que no
tenía ninguna compatibilidad desde que regresé con ella, pero era bonita, popular,
y por si fuera poco, la mitad del colegio que no quiere conmigo…quiere con ella.
Pero de ahí en fuera no teníamos nada en común.

-Yulia…

-No. Está bien. Estoy bien. No me duele ni estoy dolida por la ruptura, simplemente
porque nunca llegué a amarla.-Sentí como me apretó con sus brazos, sonreí y besé
su cabello-Así que ya ves, tú no tienes la culpa. Esto tarde o temprano iba a
suceder. Era inevitable.

-¿En serio estás bien?-me preguntó incorporándose un poco, la miré y asentí.


"Contigo en mis brazos nunca he estado mejor".

-Más que lista para seguir siendo tu novia de mentira. –Le respondí con una sonrisa.

POV Lena

-Bien- dije luego de un rato intentando romper el silencio, no es que me molestase


estar así con ella, pero digo, algo debíamos de hacer y además quería olvidar o
hacerla olvidar su extraña confesión.- Supongo que no tendré que hablar con
Laura- Sentí a Yulia tensarse, cosa que no me extraño, después de todo no le
agradaba la idea de que contratara a alguien. Sonreí y escondí mi sonrisa en su
pecho. ¿Sería posible que estuviera celosa? Un extraño calor invadió mi cuerpo ante
tal pensamiento pero así como deje que me invadiera lo saque de mi sistema.
¿Sería considerada una mala persona o condenada al infierno por toda la eternidad,
por estar feliz de que mi mejor amiga haya terminado con su novia de turno?
¿Debo de alegrarme porque ella así lo quiere y por eso de "soy feliz si ella es feliz"?
¿Soy o no soy una mala persona por alegrarme de las desgracias ajenas?

Ahora yo tenía el camino libre, no había nadie de por medio, podía conquistarla,
confesarme y decirle lo que siento, armarme de valor y decirle que la quiero…
¡Demonios! Y es que: ¿si no me corresponde?, ¿qué si lo hecho todo a perder?,
¿qué si la pierdo como mi amiga?, ¿qué si me quedo sola por culpa de estos
sentimientos que se supone no deberían de existir? Si no fuera por esta tonta
situación, nada hubiera pasado, no tendría que fingir ser la novia de Yulia, no
tendría que besar a Yulia y no, absolutamente, no tendría que ODIAR a Yulia.
Porque para que hacerme la idiota, odio a Yulia, odio su forma de ser, de pensar, el
millar de sensaciones que despierta en mí, y sobretodo odio a la persona que soy y
lo que siento cuando estoy con ella, entre sus brazos.

Sí, la odio porque me hace sentir. La odio porque la amo.

Y si esto está condenado a no suceder, si tengo que callar y dejarla ir. Si mis
sentimientos se convierten en mi infierno personal, aquí en la tierra… ¡Que así sea!
Porque tengo tanto que perder, que no sé si vale la pena perderlo por todo lo que
también puedo ganar.

-No. Tú eres mi simulada novia y mi mejor amiga. Prometí ayudarte y lo voy a


hacer. Así que más te vale que ni siquiera pienses en contratar una idiota

-¿Estas celosa?- le pregunté medio en broma, medio enserio. De repente se tensó


más, gruño ni-dios-sabe-que-cosa, se incorporó de golpe y me tomó de los
hombros de forma brusca.

-¿Qué si estoy celosa?, ¿Yo celosa de una idiota desconocida? Por favor.- Era oficial:
Yulia Vólkova era una tarada. ¿Qué no se daba cuenta de que me estaba
lastimando y no sólo con sus manos que cada vez apretaban más mis hombros,
sino más bien con sus preguntas? Sé que no soy un icono de la belleza pero… ¿es
que acaso no podía ni siquiera hacer sentir celos a alguien?- ¿Celosa yo?- continuó-
¡Pero por supuesto que estoy celosa!-¿¡Eh!- Me desespera hasta límites
inimaginables el saber que alguien… Me choca el tener que compartirte y el saber u
oírte decir que no me necesitas, que otra persona puede ayudarte me saca de mis
casillas. ¡Desde luego que estoy celosa! ¡Quiero que seas solo mía, solo mía, y de
nadie más! Qué no te das cuenta de que te…

Enmudeció y yo solo me quede ahí, viéndola con cara mi cara desencajada. ¿Cómo
se suponía que debía de tomarme semejante declaración? ¿Por qué si dijo lo que
creo que dijo o intentó decir, verdad? ¿Cómo me lo tomó: cómo el ataque y la
explosión de una novia celosa, ó cómo una muy cruel broma? Decidí que la
segunda, aunque dolorosa, era la respuesta más acertada, así que sonreí como
pude, lo señalé con mi dedo índice y exclame:

-¡Chiste!- desvié mi mirada y me incorporé de la cama.- ¿Has pensado en estudiar


actuación? ¡Serías genial!

POV Yulia
-Eres imposible.-Bufé y giré mis ojos. Yo prácticamente le estaba abriendo mi alma,
me estaba confesando, estuve a punto de decírselo… pero la verdad es que aún no
sabía si era el momento adecuado para gritarle el te amo que tenia atorado en la
garganta. Recordé el peluche que estaba en el living y que esa era la razón, por la
que estaba allí.-Te traje algo-le dije con la esperanza de distraerla.
-¿A mí?

-No, al hijo del pollero de la esquina. ¡Por Dios, Lena! Obvio que a ti.-Agradecí a
todo porque ella había caído en la distracción, pero ¿Y si no le gustaba?

-No te sulfures. Sólo que es raro que me regales algo.

-Eres mi novia. Y es de lo más normal que los novios les den algo a sus novias.
Solo, por favor, si no te gusta se sincera y dímelo, ¿de acuerdo?- La vi asentir con
la cabeza. Sonrió y estiró sus brazos. Su sonrisa era tan infantil y contagiosa que
no puede más que sonreír.-Ven, lo compré pensando en ti.- La tomé de la mano y
la saqué de la cama, guiándola hasta el living. Gritó y se aventó contra mí.

-¡Oh, Yulia!, ¡Es precioso!- me dijo todavía colgada de mi cuello y riendo.

-Supongo que eso es un: sí, me gusta.-Si en algún momento dudé de hacer
semejante inversión, la reacción y sonrisa de mi amiga, valía todo el tiempo, dinero
que pudiera tener.

-Si serás…-me golpeó jugando un brazo.-


-Auch, mi hombro!
-Desde luego que me gustó. Gracias.- Se puso de puntitas y me besó. Y fue en ese
instante cuando decidí que si así iba a reaccionar cada vez que le diese algo,
entonces le daría un regalo cada día
-Eso se puede arreglar- la tomé de la cintura y volví a besar. Esta vez más
profundo, más largo y más intenso.-Listo-dije luego de que lográramos
separarnos.-Somos novias fingidas formales y comprometidas hasta el fondo.
-¿EH?- frunció el ceño.
-Eso. Que acabamos de tener un hijo.-Señale divertida al súper oso.- ¿No es eso lo
que hacen algunas parejas, se regalan peluches o algún animalito y luego dicen que
es su hijo? Bueno, pues te acabo de embarazar y acabas de tener un hijo, y
haremos lo posible por ser buenas madres. ¿Qué?- pregunté al ver su cara que me
miraba como su me hubiera salido un tercer ojo. De repente se hecho a reír y se
lanzó, otra vez, a mis brazos.
-¿De dónde sacas esas cosas?- me pregunto aún riendo.
-¿Qué no quieres ser la madre de mis hijos de felpa gigantes?
-Desde luego que sí. Es sólo que yo pensé que mi primera vez iba a durar un poco
más y no a ser a velocidad luz.-Río divertida.-Aunque por otro lado-se acercó a mí
y paso sus brazos atrás de mi cabeza- me ahorré el dolor del parto. ¿Cómo le
vamos a poner a nuestro hijo de felpa gigante?
-Valentín
-Aw… ese nombre no me gusta!
-No te pregunté, te dije…
-¿Valentín?
-¡Claro! Significa “Él que tiene fortaleza”. Además, San Valentín fue quién arriesgo
su vida por el amor.

Era genial poder estar así con ella. Sabía que había muchas cosas por decir,
muchas decisiones que tomar, y muchas cosas que aclarar, pero por el momento y
mientras estaba lista para dar ese enorme y decisivo paso, me concentraría en vivir
y disfrutar estos pequeños momentos. Me acerque a ella y le di un ligero beso. Río
y se separó de mi.
-Genial-dijo rodando los ojos.- ¿Es que no sabes que hay que esperar mínimo
cuarenta días? ¡Acabas de embarazarme de nuevo!-la mire entre incrédula y feliz,
por su sentido del humor, y sin poderme resistir le di otro beso.-En serio, si
seguimos así seremos la familia conejo.-Reímos

-Creo que la pregunta aquí sería: ¿Cómo le vamos a decir a tus padres que
tenemos un hijo?-seguí bromeando una vez que pudimos dejar de reír.

-No creo que eso sea problema, al final de cuentas creo que se mueren de ganas
por ser abuelos. Más bien deberías tú de preocuparte pues es posible que te hagan
casarte con migo, claro que mi padre primero te mata por haber embarazado a su
pequeña, y nada se compara con mi papá enojado.

-Creo que puedo manejar un enfrentamiento con mi suegro, sobre todo si tú eres la
recompensa.-Acaricié su cara con mis manos y le sonreí feliz, acercó su cara y con
sus manos me acercó a ella y la besé.

Continuará, nos vemos pronto (lero, lero xD)

POV Sasha (prima de Lena)

La odio.
En serio…. ¡La odio!

Me coloqué el audífono derecho en el oído y subí el volumen al máximo, lo que


menos quería en ese momento era oírlos discutir por lo tarde que íbamos. Recargué
mi cabeza contra la ventanilla del coche e hice una mueca cuando mi papá pasó un
bache y me golpeé con el cristal. Cerré los ojos, estábamos perdidos en Solo-Dios-
sabe-donde y empezaba a darme un ataque de histeria producto de la estúpida
discusión de los que se dicen ser mis padres.

Son situaciones como esta las que me hacen pensar si no hubiera sido mejor que
no naciera. No es que tenga tendencias suicidas o depresión crónica, pero es un
secreto a voces que mi padres están juntos más por fuerza y por guardar las
apariencias que por el "amor" que se tienen el uno al otro. Hay algunas en las que
se limitan a tratarse como dos personas civilizadas y cruzan más palabras que los
Hola y Adiós de siempre. Pero antes, cuando era niña, las discusiones eran algo
cotidiano y fuertes a tal grado que me encerraba en el baño para no tener que oír
el ruido de las sillas al arrastrase, los tacones de mi madre cuando corría por la
casa, los platos o vidrios rompiéndose, o simplemente los gritos de mi padre.

Por mi lado termine acostumbrándome y aprendí a sacarle provecho a todo eso,


tanto Lucía como Marcelo trabajan, así que yo lo tenía todo: ropa, zapatos,
juguetes, bolsas, estéreo, T.V., viajes…sí tenía todo, menos un hogar y una familia
feliz. Por eso la odiaba.

¡Y aún la odio!
A Lena Kátina, mi querida y adorada prima. Ella sí que lo tenía todo: dos padres
enamorados que la querían y que no pensaban que era el fin de su felicidad, una
belleza natural que nada tenía que ver con dietas, horas en el gym., cremas y
demás tratamiento de belleza. Y por si fuera poco una beca completa en un
prestigiado colegio de Moscú. Lena tenía todo lo que yo siempre había querido:
unos padres que se amaban y que la amaban, que la poyaban en todo y que
siempre estaba para ella. ¿Y cómo se los agradecía? ¡Rechazando a Ben! ¡A Ben!

¿Qué no se daba cuenta de la maravillosa familia que tenía?, ¿Y que Ben es la


frutilla del postre en su perfecta vida?

Suspiré y abrí los ojos para adelantar unas cuantas canciones que no me apetecía
oír cuando reconocí el barrió al que entrábamos. Sonreí. Estaba a pocos metros y a
24 horas de culminar mi venganza. Mamá y papá, decidieron dejarme en el
departamento que Lena compartía con una amiga, y luego junto a ella iríamos a la
casa de mis tíos, que se encontraba a pocas cuadras. Mientras tanto, mis padres sí
irían a casa de Sergey e Inessa, ellos creían que al dejarme pasar un tiempo a solas
con mi primita me uniría más a ella.

En cuanto llegamos salté fuera del coche y corrí a tocar la puerta pero nadie la
abrió, mis padres me saludaron desde el auto y arrancaron De caradura, me animé
a girar la perilla y descubrir que la puerta estaba abierta. ¿Qué clase de
irresponsable deja la puerta de su departamento abierta?

Crucé el living, acercandome a su habitación. pensando cual sería la mejor forma


de empezarle el día, justó estaba frente a su puerta cuando la escuché:

-Creo que la pregunta aquí sería: ¿Cómo le vamos a decir a tus padres que
tenemos un hijo?- ¡¿ WTF?! ¿Qué mi santa prima qué?

-No creo que eso sea problema, al final de cuentas creo que se mueren de ganas
por ser abuelos. Más bien deberías tú de preocuparte pues es posible que te hagan
casarte con migo, claro que mi padre primero te mata por haber embarazado a su
pequeña, y créeme que nada, se compara con mi papá enojado.- ¿Quién no se
compara con tío Sergey?

-Creo que un enfrentamiento con mi suegro lo puedo manejar, sobre todo si tú eres
la recompensa.- ¡Por Dios! ¡Eso había sonado tan… cursi! ¿Y quién era esa imbécil?
¿Es que a caso mi prima se metía con minas con problemas mentales?

Sacudí mi cabeza para despejarme y ahuyentar esos pensamientos, ya tenía una


nueva información que desde luego no iba a dejar de utilizar. Era una oportunidad
entre un millón: ¡Lena, la santa, estaba embarazada!

Gire la perilla para entrar, igual y la pillaba in-fraganti, pero la porquería esa se
trabó y hice un poco de ruido; la jalé con más fuerza y lentamente abrí la puerta.
Miré rápidamente por la habitación pero no había nadie, supuse que había estado
hablando por celular con el altavoz. Por fin me digné a mirar hacia la cama donde
una pelirroja fingía que acababa de despertar. Sentí su mirada recorrerme de la
cabeza a los pies y sonreí.

-¡Hola primita! ¿Me extrañaste?- Oh, sí. Era hora de humillar a mi prima "lesbiana".

POV Lena

Yulia se había ido media hora después de la aparición de la arpía que gracias a la
disposición de los genes era mi prima. El poco tiempo que estuvimos juntas
(desafortunadamente no íbamos a poder vernos, pues queríamos dar la sorpresa en
la fiesta y no antes) nos la pasamos ideando la mejor manera de deshacernos de
mi prima. Hayamos doce. Iban desde la más simple: hacerle una zancadilla al bajar
la escalera; a las más crueles y despiadadas: destazarla pieza por pieza, hervirla en
aceite y dársela de cena al perro del vecino. Sin duda teníamos una vena
maquiavélica.

Llevábamos más de dos horas paseando y perdiendo el tiempo en el centro


comercial, de alguna manera que aún no logro comprender mi adorada prima,
nótese el sarcasmo, se las ingeniaba para probarse decenas de zapatos y prendas
de vestir y salir sin comprar una solo cosa. Por mi parte solo caminaba como zombi
viendo una que otra cosa, pues finalmente me había propuesto hacer algo contra
Sasha, y no, no era restregarle a la chica que tenía por fingida novia y madre de mi
felpudo hijo. La solución era tan simple y sencilla que prácticamente me pateé la
cabeza una docena de veces: ¡Solo tenía que ignorarla!

Así que en cuanto me vestí, y propuse a Sasha ir a desayunar a casa de la culpable


de todo este embrollo, (o sea, mi madre) cerré mi mente, mis ojos y mis oídos a
todo lo que tuviera que ver con la imbecil de mi prima. Obviamente cuando me
pidió la miel que estaba a diez centímetros de su mano derecha y a medio metro de
la mía, me hice la idiota y no respondí, lo que me costó un sermón bastante largo
con mis padres acerca de ser una buena anfitriona y de penitencia acompañar a
Sasha a comprar los regalos que le faltaban.

-¿Y qué le piensas regalar a tú novia?-me preguntó. Yo me limité a mirar el


escaparate a mi derecha y a apurar el paso para poder entrar a comprarme los
zapatos que haría juego con el vestido que había comprado.- Bueno si es que
tienes novia, digo, pues con esa cara y pelo horrible

Estaba a punto de convertirme en asesina profesional lanzando a mi prima por las


escaleras cuando alguien me llamó.

-¡Ey, princesa!-Bien el mundo estaba loco o definitivamente necesitaba ver a un


psiquiatra. ¡Él acababa de llamarme princesa!. Lo miré alzado una ceja, me sonrió,
levanté ambas cejas. Se puso a mi lado y pasó un brazo por los hombros. Estuve a
punto de saltar para hacerme a un lado cuando me lanzó una significativa mirada.

-¿Que hay, Damián?-saludé todavía con el ceño fruncido.-

-Estoy comenzando a adorar al tal Armani. Ese sí que tiene estilo, ¿tú qué opinas?-
me soltó extendió los brazos y giró para que pudiera verlo bien, por el rabillo del
ojo noté que Sasha babeaba y se moría por que la presentara e intervenir. ¡Lástima!
Ya había decidido ignorarla.

-No necesitas que te elogie-le respondí.-Ya tienes el ego muy grande. Y sabes de
sobra que te ves bien.- Estaba enamorada de Yulia, de eso no tenía duda, pero
¡vamos, soy mujer! Y él verdaderamente se veía muy bien con ese sweater de
cuello alto, pantalones ajustados y abrigo, todo negro. Además de que el color
hacía resaltar su cabello rubio y sus ojos grises.

-¡Vaya, vaya, vaya!-sonrió aún más y volvió a abrazarme- ¿Por qué no tomas un
café con migo y así evitas que le diga a Vólkova que me miras como una
hambrienta a un trozo de carne?

-¿Por qué no mejor no controlas tu imaginación antes de que te encierran por


problemas mentales?- le dije con una sonrisa.- ¿Me acompañas?-hice un gesto con
la cabeza a la zapatería-Necesito unos zapatos que combinen con mi vestido.

-¿Tengo otro remedio? Después de todo tengo hablar contigo- comenzamos a


caminar cuando una musiquita sonó.- Ups. Un segundo- metió la mano a su abrigo
y saco un móvil..- Te alcanzo allí.

Asentí y caminé a la entrada cuando alguien me jaló del brazo, me giré lista para
darle un rodillazo al posible asaltante cuando la cara de Sasha llenó mi campo de
visión. ¡Wow, sí que funcionaba eso de la ignorancia!, ¡Hasta había olvidado que
estaba aquí!

-¿Quién es ese bombón?- me preguntó impaciente

-Eso a ti no te importa.-Contesté más que nada para que me soltara y no porque


realmente quisiera hablar con ella.

-¡Vamos, primita!-la muy sínica me sonrío-¿Por qué no quieres preséntame?-¡¿será


por que decidí hacer como que no existe, so boba!-¿No será que tienes miedo de
que te quite a tu querido amiguito?

La pregunta era tan ridícula: ¿Damián mi 'amigo'? ¡Ajá, y las vacas viven en Marte!,
que sin pensarlo ni poderlo controlar la risa me gano.

-¿Yo, miedo de ti y de Damián?- logré preguntar al fin.- ¡Por favor!

-¡Ah! ¿Así que ya te diste cuenta de que él es mucho para ti y te vas a hacer a un
lado para dejarlo con una mujer de verdad y que esté a su altura?- En serio ¿Qué
no se le había desarrollado el cerebro o definitivamente a mis tíos se les cayó de
pequeña?
-¡Oh, no querida prima!-le dije en su mismo tono castrante de voz- ¡Jamás le
desearía a alguien una novia como tú! Pero solo para que lo sepas, él solo es… un
compañero, casi amigo, de la escuela.

¿Cuál fue su reacción ante las últimas noticias? La verdad ni siquiera me quede a
comprobarlo, entre a la tienda y rápidamente le solicite a una señorita los zapatos
que quería, le di mi número y me senté en uno de los sofás que había en el
establecimiento. Ella se sentó a mi lado varios segundos después.

La dependiente me trajo las zapatillas, le di las gracias y me dispuse a probarme el


zapato izquierdo cuando mi rubio y casi amigo entró.

-¿Problemas?-pregunté en cuanto se sentó.

-No, sólo un idiota que creé que soy un retrasado y que no tengo la capacidad
suficiente para manejar los negocios de mi padre y se negaba a cederme los
poderes. Lo que el imbécil no sabía es que soy muy listo y más rico y poderoso de
lo que cree.

Le sonreí divertida y me puse de pie para comprobar mi equilibrio con los tacones.

-No me gustan-declaró Leí algún lugar que los tacones de aguja no son
recomendables para las fiestas. Los pies van a terminar fastidiándote

-Una verdadera lástima que serán los míos y no los tuyos los que van a sufrir -le
contesté con enfado.- ¿Por qué ese afán de meterte con migo?

-¿Quien dice que me meto contigo?, solo te advierto del posible martirio.

-¡Eres imposible Damián!-era increíble que pudiera hablar así con él: lanzándonos
pullas y picándonos mutuamente sin malas intenciones. Damián iba a responder
cuando mi prima se incorporo de golpe y se sentó a su lado.

-Así que te llamas Damián –Dijo con un tono de voz que parecía ser ¿sexy?-Es un
nombre un poco extraño pero…-se encogió de hombros.-Yo me llamó Sasha. Soy
prima de Lena. Y ya sabes lo que dicen de las primas.-sonrió y batió sus largas
pestañas negras.
-No lo sé, y tampoco me interesa...

Él la miró con la misma expresión de petulancia, superioridad y asco, la barrió con


la mirada y se volteó hacía mí pasando de ella.

-Como te decía yo que tú elegía otros zapatos con menos tacón.

-Solo es una reunión con mi familia. No una ida a un antro.-Le contesté pero aún
así llamé a la dependiente y le pedí otro modelo.

-De hecho,-continuó, una vez que la señorita se había ido e ignorando la cara de
estupefacción de Sasha- pienso hacer una fiesta para Navidad. Ya hable con tú
novia- sonrió más ante lo ultimo y yo me sonrojé, y me pregunté cuanto sabrá al
respecto.- Dice que si tu quieres después de cenar con tu familia podrían pasarse
por la casa.

-Este… sí.-Conteste nerviosa ¿Cuánto sabrá de lo mío con Yulia?- Oye respecto a lo
de Yu…

-Déjalo, Kátina. Eso todo mundo lo esperaba y lo veía venir desde que tenían once.
Aun que a decir verdad se tardaron. Las apuestas indicaban que para finales de
cuarto, la idiota de Yulia iba a abrir los ojos…

-¡Realmente tienes novia!- exclamó Sasha, supongo que acababa de despertar de


su shock anterior o su primer rechazo. Mi amigo volvió a barrerla con la mirada y
se puso de pie.

-Bueno ya hice la invitación. Espero que puedan ir, no duden en avisarme ¿de
acuerdo?

-Si.-Se inclinó y beso mi mejilla.

POV Yulia:

Desesperación era el nombre de la sensación que dominaba mis sentidos y todos


mis sistemas. Sé que era patético y que sonaba estúpido, sobre todo porque solo
hacía pocos días en que la relación que tenía con Lena había cambiado y que
también era poco el tiempo que llevaba sin verla, pero aún así ese poco tiempo
bastó para volverme una adicta a toda ella. Ambas acordamos que hoy sería
imposible vernos, ella porque quería mantener en secreto la identidad de su novia y
yo porque tenía quería conseguir el regalo de mi amiga, fingida novia y madre de
mi felpudo y gigante hijo, Valentín. Afortunadamente todo había salido muy bien y
el regalo descansaba en una caja de seguridad que había en la biblioteca. El único
inconveniente es que necesitaba que Lena estuviera con migo, aquí a mi lado.
Como extrañaba su risa, su voz, su perfume, sus charlas, sus miradas, el calor de
su cuerpo junto al mío. Gemí para mis adentros cuando mi cabeza me mando la
imagen de una tarde sentada junto a ella en el calor de la sala disfrutando de una
instructiva conversación o de un cómodo silencio. El único consuelo que me
quedaba era el saber que si lograba hacer que ella me correspondiera podría posar
muchísimas tardes a su lado.
Y si todo salía bien y si mi instinto no me fallaba podría declararme en Navidad.
Sólo esperaría que Damían haya hecho bien su trabajo, quería que Sasha se diera
cuenta de una buena vez de lo especial que era Lena.

Sé que no es muy correcto comportarse así con las personas por muy
desagradables que estas sean, pero es que Sasha definitivamente no tenía límite.

En cuanto había visto a la persona que había interrumpido mi muy probablemente


buena sesión de besuqueo-primera razón para detestarla-, no necesité ser un genia
o poder leer mentes para saber que ésa era la odiosa prima que había estado
torturando toda su infancia a mi Lena, simplemente basto con ver como mi amiga
tensaba la mandíbula y apretaba la sábana con las manos para evitar las
presentaciones.

La tal Sasha en cuanto entró al cuarto comenzó a criticar, que si la pijama era de
abuelita (¿Qué acaso ella dormía desnuda?, ¿o que otra razón tenía para insinuar
que los shorts de Lena cubrían demasiado?), que si la ropa que había en los
cajones no era de temporada y los colores pasados de moda, que si su pelo estaba
muy enredado… ¡Insoportable! Tuve que tragarme las ganas para matarla.
¡Nada ni nadie insultaba, ofendía o maltrataba a MI Lena! No mientras estuviera yo
para ayudarla, protegerla y cuidarla.
Por fin la había encontrado: Mi razón para seguir viviendo. La razón que hace que
te levantes todas las mañanas, la razón por la que comes, duermes, trabajas y
haces todo. Mi motivo para ser feliz. Y lo iba a proteger con mi vida si era necesario.
Porque yo Yulia Vólkova era afortunada. Había encontrado esa razón, cuando
muchas personas se pasan toda su vida buscando y jamás la encuentran.

Así que podían venir más Sasha(s), Sergey(s) enojados por ser abuelos de un
'osito' de felpa, y los cuatro jinetes del Apocalipsis. Yo, por ella, soy capaz de
vencerlos a todos, todos los obstaculos, así me quisiera ella o no.
Sé que había tardado tiempo en darme cuenta, se que había estado distrayéndome
con otras cosas, con otros ojos, con otros labios, tal como me había Damián en la
mañana cuando lo llamé, pero estaba a tiempo de reponer lo perdido, a tiempo de
reponer los momentos perdidos. Era hora jugarse el todo o nada.

Y lo primero que tenía que hacer era hacerme pasar por su novia delante de su
familia exactamente en 24 horas, cosa que ya no resultaba difícil dado que todo lo
que empezó siendo fingido se había hecho realidad, sencillamente porque con Lena
todo era natural: el abrazarnos, el besarnos, el mirarnos y complementarnos.

Todo era tan fácil que ahora me pregunto si realmente fingimos alguna vez.

(¬¬ Me sentí muy presionada por la conti...eh?)

POV Lena:

Ya no podía. No aguantaba más. Me daba por vencida. Tiraba la toalla.

Apenas eran as tres de la tarde, pero ya lo había decidido. ¡Sasha moría hoy! O le
explotaba el pavo en la cara o se envenenaba con el vino o el arbolito la aplastaba
en medio de la sala, pero de que no celebrara la siguiente navidad dependía de su
capacidad de mantener la boca cerrada, lo cual estadísticamente era muy poco
probable. Digo, ¡ni que el mundo se fuera a acabar solo porque no llevase puesto
hoy en la noche un vestido último modelo!

Y por si fuera poco a mi querida madre y a mi adorada y excéntrica tía se les había
subido el espíritu navideño a extremos inimaginables.

Inessa era una ama de casa excelente, y la tía Anna era una muy buena secretaria
que escribía más de setenta palabras por minuto, pero ¡Dios nos salve cuando se
trata de cocinar! Más, si las dos están en la cocina, solas, con un horno, una estufa
y una batidora de por medio. O sea, ninguna de las dos, ni siquiera mi madre,
podía destacarse cuando se trataba de… comida.

La última vez que estuvieron juntas en la cocina se las ingeniaron para


descomponer la tubería, hacer corto con la licuadora y dejar un olor a huevo
podrido,-que tardo tres meses en desaparecer- mientras hacían emparedados para
cenar.
No conformes con eso, y precisamente este año, se les había dado por querer hacer
la cena: consomé al jerez, canelones rellenos, pavo en salsa de naranja, ensalada
de manzana y fruit cake. Resultado: yo metida en la cocina haciendo la cena,
supervisando que la cocina no explotase y los bomberos no vinieran a pedir posada.

-Anna, ¿Cuánto decía de azúcar?- preguntó mi madre que parecía de setenta


gracias a las "canas" producto de la harina.

-¡Dos cucarachitas… digo cucharaditas!-¡o sea, una cena! ¡Iban a hacer T-O-D-A
una cena! ¿¡Y no sabían leer!

-Bien, dice que precalientes el horno a 1800 centígrados. ¿Puedes prenderlo?

-Son 180, mamá- corregí y me pare a quitarle los cerillos a la piro maniaca de mi
tía. Prendí el horno y me apresuré a quitarle de las manos la batidora a mi madre.
Terminé de mezclar la pasta, las dejé que la vaciaran al molde y creyeran que
habían cocinado el pastel, y me apresuré a picar la manzana.

Tres horas y un pastel y ensalada hechos, canelones medio hechos y un pavo sin
siquiera descongelar después, estaba a punto de sufrir un colapso.

-¿Ya esta lista la cena, cariño?- preguntó mi padre entrando en la cocina y yendo a
abrazar a mi mamá por la cintura. Mi padre ya se había bañado, perfumado y
arreglado.- ¡Vaya!-exclamó viendo el desastre que era la cocina con manchas de
comida en las paredes gracias a la falta de comunicación entre mi tía y la batidora,
pues según ella, la batidora había despertado de malas.- ¿Necesitas ayuda?

-No. No. Ya terminábamos, de hecho ya nos estábamos subiendo a arreglarnos.


Solo falta que Lena termine de hacer los canelones.-Dijo mi madre mientras se
quitaba el mandil.-Anna, son las seis y media. Vayamos a ponernos guapas.
Cariño- me llamó,-¿terminas por mí? Y si puedes la das una limpiadita.-señaló con
la cabeza la cocina, yo la fulminé con la mirada e iba a responder cuando mi tía se
me adelanto:

-Tienes que decir que sí, no querrás que cierta personita vea tu casa así y piense
que eres una sucia.-Me sonrío con la misma sonrisa de maniaca que comparte con
su hija y se fue de la cocina.

¡Já! Ya verían quién era Lena Kátina!

Acababa de descubrir que todo había sido un complot entre Sasha y Anna para que
no estuviese lista,

-Pues fíjense que no se va a poder, porque también debo prepararme- ante la


mirada atónita de mi madre, a quien jamás faltaba el respeto, me di media vuelta y
caminé hasta mi habitación, allí, me encaminé a mi librero, busqué en mi estuche
de cd's hasta que encontré el que buscaba, lo puse en el estéreo y subí el volumen.
Me coste en mi cama y cerré los ojos. Poco a poco las notas de The Only Exception
de Paramore inundaron el aire…

When i was younger


I saw my daddy cry
And cursed at the wind
He broke his own heart
And i watched
As he tried to reassemble it
And my momma swore that
She would never let herself forget
And that was the day i promised
Id never sing of love
If it does not exist

But darling,
You, are, the only exception
You, are, the only exception
You, are, the only exception
You, are, the only exception

Maybe i know, somewhere


Deep in my soul
That love never lasts
And we've got to find other ways
To make it alone
Or keep a straight face

And i've always lived like this


Keeping a comfortable, distance
And up until now
I had sworn to myself that i was content
With loneliness

Cos none of it was ever worth the risk, but

You, are, the only exception


You, are, the only exception
You, are, the only exception
You, are, the only exception

Ive got a tight grip on reality


But i cant
Let go of what's in front of me here
I know your leaving
In the morning, when you wake up
Leave me with some proof its not a dream

Ohh

You, are, the only exception


You, are, the only exception
You, are, the only exception
You, are, the only exception
You, are, the only exception
You, are, the only exception
You, are, the only exception
You, are, the only exception

And im on my way to believing it.


Oh, And Im on my way to believing it.

Me relajé cantando la canción y sé que fue tonto e infantil o simplemente fue mi


muy recién descubierto amor, pero mientras cantaba cada palabra, cada verso y
cada estrofa lo único que hacían era que la imagen de la cara de Yulia se
proyectara en mi mente. Suspiré y me dispuse a arreglarme. Solo esperaba no
tardarme tanto así que con mi vestido tendido sobre la cama, mis zapatillas fuera
de la caja, el poco maquillaje listo y en orden sobre la cama y con las botellas de
poción alisadora en la mano, entré al baño para ducharme y prepararme para la
que sería una Navidad inolvidable.

POV Yulia:

No sabía por que me molestaba en hacerlo, si desde siempre había sido una
pérdida de tiempo, esfuerzo y gel. Mi pelo y los peines jamás podrían llevarse bien.
Todos me lo habían dicho: tu cabello es totalmente indomable. Pero aún así no
perdía la esperanza de poder controlarlo, más ahora que se trataba de una
situación sumamente importante, es decir, no conoces a tus fingidos suegros todos
los días.

Me había bañado, enjabonado y perfumado más que otras veces, pues quería
causar buena impresión. Había decido usar el típico y siempre confiable traje negro,
camisa blanca y corbata roja, pero mientras me miraba en el espejo noté que era
demasiado formal. Cambié unas cinco veces el color, tamaño y forma de mi corbata,
cuando caí en la cuenta de que era precisamente ese accesorio el que me confería
un aspecto demasiado formal. Desistí de usarla y me cambié de camisa.

Tarde por lo menos media hora en decidir que ninguna me gustaba, así que
enfurruñada, frustrada y desesperada por ver y abrazar a la madre de mi felpudo
hijo, me despojé de toda mi ropa hasta solo quedar ropa interior. Vacié sobre la
cama toda la ropa que tenía y fruncí el ceño al darme cuenta de que me estaba
comportando como la típica chica que no sabía que usar en su primera cita. Y se
supone que yo no soy asi. Finalmente y después de pensarlo un rato me decidí por
mi atuendo: pantalones negros con zapatos del mismo color, una camisa de manga
larga color verde, y en lugar del saco un sweater color verde, después de todo
cuando Lena los escogió-tanto la camisa como el sweater- dijo que me quedaban
bien.

Mi cabello quedo como siempre: perfectamente desordenado, los zapatos estaban


brillantes, la ropa perfectamente planchada y mi abrigo descansaba en el armario
junto con el regalo de Lena. En otras palabras estaba impecable..

Miré el reloj y noté que faltaba poco más de una hora para que me presentara en
casa de mi mejor amiga, suspiré. ¿Cómo demonios se suponía que debía pasar el
tiempo?, ¿cómo, **** sea, se suponía que debía aguantarme las ganas de
estrecharla en mis brazos? Y por si eso no fuera suficiente-el llevar doce horas sin
verla-. No iba a poder pasar el siguiente tiempo a su lado, bueno no técnicamente,
¿cómo me iba a ver si la besaba hasta casi devorarla enfrente de sus padres?
Sasha sinceramente me importaba un comino, pero los suegros son los suegros.

De que la extrañaba no había duda y eso era algo extraño y nuevo para mí. No la
entrañaba por que me sintiera sola, aunque debía de admitir que era una buena
razón, la extrañaba por que como decía entes, me había acostumbrado a su
presencia, es… ¿cómo decirlo?... Pienso en cómo sería la vida con ella, cómo sería
despertar a su lado por las mañanas y llevarla a la cama por las noches. Yo tendría
a alguien con quien hablar, con quien compartirlo todo, tanto lo bueno como lo
malo; alguien a quien consolar y con quien consolarse, pues si había una persona
que me conociera, incluso mejor que yo misma, esa era ella. Ella siempre estaba
allí, dentro de mí, con migo. Dondequiera que fuese iba con migo. Nunca me había
dejado...

Así que si por primera veces tenía que ser yo quien la ayudara, iba a poner mi
mejor esfuerzo: Sería la mejor novia que jamás los Kátin hayan conocido.

POV Sasha
Todo estaba patas arriaba. Todo me estaba saliendo mal, por más que lo intentaba
no podía sacarla de sus casillas. Tal vez una mosca le había picado o los
extraterrestres le habían lavado el cerebro, pero el caso es que no lograba hacer
que Lena se molestara.

Y si a todo eso le agregamos la saca de onda que me había provocado en el centro


comercial al presentarme a su amigo… Y por cierto ¡que amigo!

Casi me orino en los pantalones cuando vi a ese adonis de ojos grises y pelo rubio
se acercaba a nosotros y juro por Dios que no me desmaye de puro milagro cuando
se acercó a hablar con mi prima. O sea, ¿desde cuándo tiene amigos? ¿Y sobretodo
amigos guapos y ricos y que confirman que tiene novia? Claro que lo más seguro es
que se gastara una muy buena fortuna-pobre del tío Sergey-, en pagarlos pues ¿de
qué otra manera pudo mi prima crear toda esta farsa cuando es bien sabido por
toda la mitad femenina de la familia que ella es poco agraciada y no tiene amigos?

Saqué el vestido rojo que tenía guardado en la maleta y que desde un principio
pensaba en lucir, mi patético intento de hacer enfadar a Lena con mi desfile de
modas al parecer tampoco la había irritado.

Me alisé, si es posible más, mi pelo y detallé mis ojos con sombras rojas y
delineador negro, mis pestañas, luego de enchinarlas, recibieron su dosis de dos
capas de rimel. Mis labios los pinte de color rojo y les puse brillo. Me colgué un
collar de bolas negras y grandes muy de moda, unos aretes a juego y me decidí por
unas sandalias negras de tacón de aguja de doce centímetros.

Me miré en el espejo.

-¿Estas lista, cariño?- me preguntó mi madre saliendo del baño.

-Yo siempre, madre. ¿Qué piensas usar tú?-le pregunté mientras le daba unos
toques de espray a mi cabello, ni un solo pelo debía de salirse de su lugar.

-Oh. El vestido azul que me compre en la semana. ¿Te parece bien?

-Creo que vas a opacar a tía Inessa.-Le dije y Anna sonría satisfecha, ella envidiaba
el matrimonio de mis tíos.

-¿Se tienen que tardar tanto siempre?-inquirió mi padre desde la puerta viendo que
mi mamá aún no estaba vestida.
-Yo ya estoy lista, papá-me defendí. Él volteo a verme e hizo una mueca.

-¿Qué no traes otro vestido?-preguntó con el ceño fruncido.

-Tengo varios, sí. Pero este es el que quiero ponerme.

-Pero pareces una mujersu…

-¡No te permito que critiques los gustos de mi hija!-saltó m madre.-Si ella quiere
ponerse un vestido straple y entallado déjala.

-Pero…

-¡Eh dicho que la dejes!-repitió

-Hagan lo que quieran.-Dijo y salió azotando la puerta.

-No te preocupes cariño-me abrazó-. Te ves preciosa.

Sonreí y baje a la sala.

POV Lena:

Por mi parte yo ya estaba lista. Admiré mi trabajo y asentí satisfecha. Escuché la


voz de Sasha por las escaleras y el timbre de la puerta.
Si iban a hacer una cena espectacular con todo listo para ponerme en ridículo, mi
prima se las iba a ver de cualquier r color menos fácil.

Abrí la puerta y salí al pasillo, oí que abrían la puerta y voces abajo, aminoré el
paso. Mi entrada iba a ser espectacular.

-¡Trágate esa, primita!-murmuré y baje por las escaleras.

POV Sasha: (Tan zorra como mi prima)

-¡Yo abro!-grité por encima de mi hombro. ¡Dios! Compuse mi mejor sonrisa y abrí
la puerta.

-¡Querida!- exclamó una mujer de mediana edad con el cabello pintado de negro y
luciendo un conjunto de pantalón y chaqueta dorados.- ¿Cómo estás?

-Bien. ¿Y tú?- le pregunté a la tía Clara.

-Emocionada-dijo y dio un pequeño brinco en su lugar.-Por fin conoceremos a la


novia de Elena. ¡Qué emoción!-volvió a brincar y aplaudió.- Gracias por avisarnos.

-De nada.-Sonreí. Tía Clara era la persona más chismosa y cotilla de toda la familia.
¡Veremos si puedes con eso Len! Hice amago de cerrar la puerta, pero la mano de
tía Clara en mi codo me detuvo.
-No la cierres, querida. Allá vienen la abuela Jean, la tía Mónica y el tío Luis, el tío
Arturo, Alice, Francisco, Linda, Patty y todos los niños. ¿Crees a caso que nos
perderíamos una presentación de esa índole? ¡Si hasta viene el tío Philipe!-La tía
Clara sacudió la cabeza y se adentró en la casa. ¡Anna, ven aquí y dame un abrazo!,
la oí gritar y mi sonrisa se hizo más grande. Esto iba a ser genial.

Pasé los siguientes diez minutos saludando a la familia por entero y repartiendo
abrazos a diestra y siniestra, hasta que vi algo que captó mi atención: Era la viva
imagen de la elegancia juvenil con sus pantalones negros, la sexy camisa verde
desabrochada y con una parte sin fajar. Parecía una muchacha fuerte y delicada al
mismo tiempo, de largas piernas No había un gramo de grasa de más en ella.
Incluso en la distancia pude ver sus ojos, eran de un azul hipnótico. Su nariz y su
mandíbula era recta. Su pelo perfectamente alborotado le daba un aire tan
despreocupado que la hacía aún más sexy.

Traía del brazo a la abuela, así que lo más seguro era que fuera amiga de Patty o
de Francisco, lo cual me facilitaba las cosas.

-Gracias, hija.-le dijo la abuela en cuanto cruzaron la puerta que yo todavía tenía
abierta. La abuela volteo, me miro y sonreí de la manera más sexy que pude, claro
que el gesto no era para impresionar a la abuela.- ¡Sasha, hija!-bien, la
desconocida ahora sabía mi nombre. En otras ocasiones me hubiera disgustado que
me abrazara pero quería que la chica misteriosa y sexy se impresionara.- ¿Cómo
estás?-me preguntó luego de darle dos besos en cada mejilla.

-Muy bien abuela. ¿Y tú?-miré a la desconocida y agrandé mi sonrisa.- ¿De cuándo


acá traes chicas guapas como regalos de Navidad?-la aludida que tenía su mirada
fija en mí y lentamente un sonrisa empezó a formarse en su rostro, y ¡Válgame
Dios! ¡Su sonrisa era espectacular! Estirpe la mano para jalarla de la manga,
contenta de haberla hecho sonreír a la primera, cuando esquivándome se adentró a
la casa. Giré para ver hacia donde iba… cuando me quede de piedra.

POV Lena:

Bajé las escaleras con cuidado sin dejar de ver por donde pisaba, no quería
romperme un pie precisamente ahora. Iba más o menos por la mitad de la escalera
cuando un sensación familiar me recorrió de la cabeza a los pies. Mi respiración se
alteró, mi corazón latió un poco más rápido y el típico y familiar vacío se instaló en
mi estómago.

Lentamente levanté la mirada y me quede inmóvil en mi lugar. Sé que fueron unos


segundos, pero a mí me parecieron horas, los que pasé viendo fijamente a Yulia.
Sonreí poco a poco y me sonrió de vuelta. Bajé unos escalones más y se encaminó
hacia mí. Me permití mirar hacia la puerta otra vez y sin poder evitarlo sonreí más.

POV Yulia:

Divisé la casa cuando solo faltaban algunos metros. Apresuré el paso y cuando iba
a medio jardín un ruido proveniente de atrás llamó mi atención.
Una mujer de unos sesenta años, con el pelo blanco se dirigía hacia la casa desde
el otro extremo del jardín Apenas podía andar y eso que se apoyaba en un bastón.
Se paró al llegar al casi a mí lado y me sonrió.

-¿Me permite?-pregunté con una sonrisa en cuanto me acerque y le extendí un


brazo para que la señora se apoyara en el.

-Gracias, hija. Estoy recuperándome de una fractura en la cadera y me cuesta


mucho trabajo moverme. Y todos esos hijos y nietos míos no parecen recordarlo.
¿Vives por aquí?

-Eh… no. Vengo a ver a mí novia. Me invitó a pasar navidad con ella y así de paso
conocer a su familia.-Contesté.

-¡Ah!-exclamó la ancianita y se detuvo. Me tomo del brazo me parto de ella y me


hizo girar y luego me puso enfrente de ella.- Sí que tiene buen gusto. No me
sorprende porque no quiso presentarte antes. ¿Oh, más bien es solo que se acaba
de dar cuenta? ¡Si que es despistada esta niña!

-¿Disculpe?-esta abuelita empezaba a darme miedo, bien dicen que no es bueno


hablar con extraños. Intentaré recordarlo la próxima vez que vea a alguno, con mi
mala suerte y mis antecedentes lo más probable es que resulte ser el hermano
gemelo perdido de mi némesis.

-Tú debes de ser Yulia.-No era ni pregunta ni presentación, solo la confirmación de


un hecho.-Si. Tú eres Yulia -Me tomó del brazo otra vez e iniciamos el camino.-
Lena siempre hablaba de ti. Y cuando lo hacía siempre le brillaban los ojos. Me da
gusto que estés con ella. Eres una muchacha muy buena y muy guapa.

-Eh… ¿gracias?

-Yo soy su abuela, Jean. Pero puedes decirme "Abu" como todos los demás. Me
palmeó la mano y sonrió, pero fruncido el ceño cuando llegamos a la puerta.-Esta
niña va de mal en peor.

Miré para ver a qué se refería y no pude evitar abrir los ojos. Sasha traía puesto un
vestido que más bien parecía un pedacito de tela que le cubría lo estrictamente
necesario y que la hacía verse… muy destapada para la época del año. Realmente
me había dejado en shock. ¿Quien en su sano juicio se vestía así para una cena
familiar?

Gracias, hija-Me dijo "Abu" en cuanto llegamos. Yo intenté mirar a otro lado que no
fuera la lombriz de rojo que estaba en la puerta- ¡Sasha, hija!, ¿Cómo estás?

Ignoré la mirada hambrienta de la prima de mi pelirroja y me controlé para no


correr a su lado… Si no la abrazaba o al menos veía en los próximos veinte
segundos…

-Muy bien abuela. ¿Y tú, de cuándo acá traes chicas guapas como regalos de
Navidad?

Fruncí el ceño y voltee para encararla y decirle que ya tenía dueña cuando algo más
allá de su hombro me distrajo.

La sentí mirarme y levanté los ojos en busca de los suyos, hasta que mi cerebro
procesó imagen.

Y cuando lo hizo, el estado de shock en el que había estado hasta entonces, no fue
nada comparado con el que sentí entonces. No podía creerlo.

Me quedé mirándola. Estaba vestida con ropa totalmente distinta a la que le


conocía. Tenía una belleza natural que brillaba sin ninguna joya, sin ninguna ropa
exclusiva. Solo un vestido negro que brillaba con la luz como si tuviera pequeños
cristales, se sujetaba con unos finos tirantes que hacían que sus hombros de vieran
pequeños y delicados. El ruedo del vestido llegaba por debajo de la rodilla y tenía
barias capas que le daban volumen. Sus piernas largas y bien torneadas estaban
recubiertas por unas medias negras y los pies estaban enfundados en unas
zapatillas con poco tacón y que hacían tentadores los arcos de sus empeines. Su
cabello lo había sujetado con unos finos pasadores de brillantes y estaba liso hasta
las puntas, las cuales formaban unos lindos caireles. El maquillaje era el mínimo.
Sólo lo necesario para resaltar sus ojos y su boca.

Era Lena. Solo ella. Mi novia.

Llegue a su lado en poco menos de dos segundos. Era como si una fuerza invisible
me arrastrara hacia ella. No esperé a que terminara de bajar las escaleras,
simplemente la tomé de la cintura y la acerque a mí.

-¡Llegaste!-me dijo sonriendo y colocando sus brazos tras mi cuello.

-No aguantaba estar más tiempo lejos de ti.-Seguía tan shoqueada que no me di
cuenta de que estaba siendo más sincera que de costumbre.- Te extrañé.

La vi sonrojarse y sonreí para mis adentros, orgullosa de haber provocado esa


reacción. Vi como lentamente se estiraba para besarme. Sentí sus labios, y la
distensión que había provocado su tacto en mi cuerpo. Luego se hundió en mi
abrazo, y apoyó la cabeza en mi pecho. No me importó el que su abuela estuviera
detrás de nosotras ni que su prima estuviera a punto de perder el conocimiento.
Mucho menos me di cuenta del silencio que se había creado de repente. Lo único
que sentí fue una gran paz, como si por fin estuviera en el lugar correcto. En casa.

La abracé fuertemente y le bese el pelo.

OV Lena:

Tal vez fue porque la extrañaba demasiado. Tal vez porque acaba de descubrir que
la amaba. Tal vez porque quería que Sasha y mi madre se callasen la boca y
supiera que conmigo ya no se volvían a meter jamás. O tal vez fue por el simple
hecho de saber que era lo correcto, lo normal, lo más lógico o lo más sencillo. Pero
deje que Yulia me abrazara.

Me perdí en el momento, en la calidez de sus brazos, en el compás de su


respiración y en lo dulce de su aroma.

¡Por favor, por favor, por favor! ¡No dejes que este sueño acabe! Rogué muy fuerte
para mis adentros.

Ella estaba tan bien en su papel de novia devota que parte de mi ser se rompía y
sangraba al comprender que tal vez nunca se comportaría así con migo, pues
finalmente solo estábamos fingiendo.

Apreté mi cara contra su pecho un poco más. ¿Dónde demonios tenía la cabeza
cuando acepte este tonto trato? Es más, ¿qué diablos me pasó que me enamoré de
mi mejor amiga?, ¿cómo se suponía que tenía que pasar las siguientes horas
sabiendo que serían la últimas para estar así con Yulia?

Sentí como me mantenía apretada contra su cuerpo mientras que me acariciaba


suavemente con sus manos. Y por un pequeño instante me deje llevar pensando en
que quería cuidarme, protegerme. Sus brazos eran cálidos en comparación con el
frío del clima. Saboreé el instante. No importaba lo que sintiera ella por mí.

Suspiré e hice un esfuerzo para evitar las lágrimas. Levanté mi cara, busque sus
ojos y me perdí en ellos. No supe que fue lo que vio en los míos, pero se inclinó
sobre mí y me beso apasionadamente, tal como lo hizo la primera vez.

Lo hizo con delicadeza, cautela y calidez, como si no quisiera que me asustara o


alejara. Y yo, solo la abracé y la atraje hacia mí. Durante unos preciosos segundos
no hubo pasado ni futuro, solo presente. Sabía que aquello no duraría más allá de
esta noche, pero al menos podría recordar que durante unos instantes ella había
sido mía.

Una eternidad más tarde nos separamos sin decir nada y retiré los brazos de su
cuello. Podía aún notar el olor de su colonia, y sentir aún el sabor de su boca. Sólo
esperaba no olvidar nunca aquel instante.

Me las arreglé para sonreír. Resultaba una cruel ironía que sólo estuviera conmigo
para ayudarme, mientras que yo lo amaba con todo mi corazón.

Tan metida estaba en el momento que no fue hasta que la abuela se aclaró la
garganta que caí en la cuenta de que estábamos en el vestíbulo, con toda la familia
dentro de la casa.

-Sergey,-gritó la abuela comenzando a caminar como si no hubiese pasado nada de


nada.- ¿Por qué no atiendes a tu suegra y le ofreces un poco de alcohol?-mientras
pasaba por nuestro lado (Yul y yo todavía estábamos medio abrasadas) sonrió y
nos guiño el ojo.-Me apetece un poco de tequila con limón o que tal un orgasmo…-
la voz de la abuela se perdió conforme fue avanzando.

-Tu abuela es todo un caso-me dijo a la vez que acomodaba un mechón de mi pelo
tras mi oreja y se aguataba las ganas de reír gracias a la peculiar bebida pedida por
la abuela.

-Ni que lo digas- le sonreí de vuelta.- ¿Sabes que se rompió la cadera intentando
bailar break dance?

-¡¿Qué?

- Tiene algunas cintas de video con los pasos del baile y trataba de imitar una
vuelta un poco complicada cuando se cayó y se golpeó con una piedra de la
chimenea.

-¡Pero tiene como setenta años! —exclamó con los ojos abiertos como platos y
tratando de ver a la Abuela.

- Setenta y cinco-corregí.-Pero le gusta el rock duro, las películas de acción, y


flirtea con todos los hombres que se le ponen enfrente, y bebe y maldice peor que
un marinero cada vez que le viene en gana.

-Una dama excepcional, sin duda —comentó con una sonrisa mirándome. Asentí
con la cabeza y la miré embobada.

-Ven-dije una vez que recuperé mis sentidos ¿por qué nunca me di cuenta de lo
bonitos que eran los ojos de Yulia, perfectamente enmarcados con sus largas,
enchinadas y largas pestañas?-, vamos a la cocina. Me parece que esto va a ser un
poco más complicado.

-¿Por qué?

-Si lo que oigo es…-No pude completar la oración por que el timbre sonó. Sasha,
que al parecer se había quedado como estatua aferrada a la puerta, dio un ligero
brinco que la sacó de su trance y se apresuro a abrir la puerta.

-¡oh, oh!- exclamé por lo bajo. Sentí a Yulia separarse de mí (eso sí, sin soltar mi
mano), tensarse, maldecir y apretar la mandíbula.

¡Por favor, Dios mío: apiádate de mí y mátame ahora!

¿Qué demonios hacía Ben en mi casa?

POV Yulia:

-¡Carajo!-exclamé mirando enfadada al idiota que acababa de aparecer con su


sonrisa de estúpido en la puerta de la casa de mi novia- ¿Qué se supone que está
haciendo ese imbécil aquí?, ¿No habíamos acordado que no le llamarías?- volteé
para encarar a Lena y que me explicara toda esta situación. Pero lo único que vi fue
a ella mirando con los ojos abiertos con platos al imbécil ese.

Acababa de quedarme ciega, sorda y muda. Conocía muy bien esa sensación que
recorría cada parte de mi cuerpo, pues en años anteriores la había padecido. Pero
esta vez… Esta vez no era un monstruo rugiendo en mí. Oh, no. Era una bestia
salvaje que había tomado posesión de mis sentidos y raciocinio.

Los celos estaban carcomiéndome por dentro y la ira comenzaba a hacerse


presente. Las ganas de repartir puñetazos, patadas y mordidas a idiotas llamados
Ben, se estaba haciendo imposible de controlar.

Apreté la mano con la que sujetaba a mi novia y tiré de ella para que me pudiera
ver a la cara.- ¿Qué se supone que está haciendo ese imbécil aquí?, ¿No habíamos
acordado que no le llamarías?- repetí las preguntas, solo que esta vez en un siseo
feroz. Cuenta hasta diez, ¡Cuenta hasta diez!

-¡Pero, qué disparates dices, Yulia! ¡Por supuesto que no le llamé! ¡Por el amor de
Dios, ni siquiera sé que es lo que hace aquí!- me espetó.

-¡Entonces córrelo! Dile que se valla y…-Intenté controlarme respirando


profundamente. ¡Maldición! ¡**** imbécil!

-¡Por favor!- me dijo, sujetándome la cara con las manos y obligándome a mirarla.-
Sé razonable. Yo no puedo hacer eso, por más que quisiera no puedo correrlo. Yo
no lo invité. Mis padres son amigos de los suyos, tal vez ellos lo invitaron. No lo
sé.- Abrí la boca para decirle que me importaba un comino quién era amigo de
quién cuando me cortó las palabras con un beso.- Sólo recuerda que finalmente mi
novia, al que yo elijo, eres tú.

-Lo sé, lo sé.-Cerré los ojos y apoye mi frente contra la de ella, tratando de
dominar mi furia y mis instintos "Mata a Ben".- Es sólo que me muero de celos al
ver cómo te mira, ¿Qué no te das cuenta? ¡Y encima traes puesto ese vestido!

-¿Qué tiene de malo mi vestido?-preguntó enojada.

- ¡Pues que te queda espectacular!- contesté ya fuera de control.- Te ves preciosa.


Creo que tendré que amenazarlo haber si así entiende que eres mía. –Fruncí el
ceño.-No lo soporto. La aversión que me inspira es tan… natural… -reflexioné.-
¿Puedo romper su nariz? ¡Oh, sí! Eso al me parece perfecto.

-No te atrevas ni siquiera a tocarle un pelo.-Me detuvo poniendo sus manos en mis
hombros y me miró con el ceño fruncido.

-¡Ah! Entonces lo defiendes-exploté, muerta de celos.-¡Pero claro, el perfecto y


mejor pretendiente que tu madre te ha conseguido!-exclamé enojada y celosa.-
¡Anda, ve con él! Ve y cuéntale que necesitas una novia fingida porque…

-Porque no soy capaz de gustarle a nadie, ¿cierto?- su tono de voz entrecortado y


lo cristalino de sus pupilas hicieron que el enfado y los celos se evaporan de golpe.-
No tienes que recordarme lo poco atractiva que soy. Mi prima se encarga de eso.-
Bajó la mirada y me pateé mentalmente.- Te agradezco el sacrificio que haces al
estar con migo y no con cualquier otra. Si me disculpas voy a ver que hace falta
para terminar con esto de una buena vez.- Se dio la vuelta para irse, pero mis
reflejos la detuvieron ni bien alcanzó a girar.

-¡Espera!-la jalé hasta que chocó con mi pecho y la abrasé -Estas malinterpretando
mis palabras.-Le dije cerca de su oído.- Yo jamás, jamás, he pensado ni pensaré
que eres poco atractiva. Muy al contrario, pienso que eres una mujer muy bella,
tanto por dentro como por fuera. ¿Qué acaso no te viste hoy al espejo? ¡Estas
increíble!-subí mis manos hasta su rostro y lo acune entre mis manos para poder
verla de frente. Cuando logré que me mirara y vi que lágrimas corrían por sus
mejillas, me sentí morir. "Idiota, idiota, idiota."- ¡No llores, por favor no llores! No
me gusta verte así, menos si es por mi culpa.

-¡Oh, Yulia!- cerró sus ojos y se abrazó a mí.

-No me gusta hacerte llorar. Hasta este momento no sabía que tenía ese poder. No
me gusta. No lo quiero. Por favor perdóname.-Le volví a susurrar.-Es sólo que
estoy celosa.

-Pero…- intentó hablar mirándome ya sin llorar, pero aún con lágrimas en las
mejillas, yo la callé poniendo uno de mis dedos sobre sus labios.

-Perdóname. Sé que no es excusa, pero ya te había dicho que no lo soporto y su


estúpida sonrisa de comercial de pasta dental, hace que mis instintos más salvajes
de querer golpear a alguien afloren con más facilidad. Me conoces y sabes que
nunca he deseado matar a alguien. Pero a Ben… ¡Me muero de ganas por partirle la
cara! ¿Me perdonas?- puse mi mejor cara de borrego a medio morir. Logré que
soltara una pequeña sonrisa y sonreí también.

-Sabes que nunca puedo enojarme contigo. Te perdono, sí. No sientas celos ¿Cómo
puedes? ¿Acaso no estoy yo contigo? ¿Acaso no te pertenezco? Pero también quiero
que tú me perdones a mí. He estado bajo mucha presión este día, sólo era cuestión
de tiempo para que estallara.

-¿Por qué no me cuentas qué es lo que te tiene de los nervios? Igual y yo puedo
ayudarte a que te relajes-le dije levantando las cejas y poniendo mi mejor sonrisa.
Me moría de ganas por una muy buena sesión de besos, después de todo había
pasado más de doce horas sin verla. Era justo.

-Ven- dijo sonrojada. Caminamos, tomadas de las manos, por un pasillo y nos
detuvimos frente a una puerta blanca.

-¡Listó! Pasa.- Me hizo un gesto con la cabeza y entre a la que resultó ser la cocina.
Me encogí de hombros mentalmente: la barra se veía igual de bien que la cama, y
si quería que jugáramos a probar los postres, yo no me oponía.

- Cerré con llave para que nadie pasara. Lo más probable es que mi prima intentase
ponerle arsénico al ponche y luego culparme a mí por intento de homicidio.-Su voz
me sacó de mi fantasía de la pelirroja con crema helada en el cuello.

-No sé porque presiento que éstas así por tu prima-afirmé luego de aterrizar y
controlar a mis hormonas. Y por seguridad me coloque de tal manera que la
cocineta quedara entre ella y yo. Me sonrió y tuve que controlar mis ganas de
abalánzame sobre de ella. Definitivamente no era una buena idea pasar más de dos
horas lejos de ella.- Si, mi prima y sus estúpidas ideas.

-¿Qué te hizo esta vez? ¿No quedaste en que la ibas a ignorar?

-Y eso hice. Pero de alguna manera se las ingenió para convencer a mi mamá y a
mi tía para que ellas hicieran la cena. Verás, ni mi mamá ni mi tía son buenas en la
cocina. La última vez que intentaron cocinar pollo estuvimos a punto de contraer
tuberculosis…

-Pero si esa enfermedad ya no existe, es decir, ya está controlada, ya hay


vacunas… ¿Cómo…?

-Ahí es donde radica el peligro de tenerlas en la cocina, así que me tuve que pasar
todo el día vigilando que no nos intoxicasen con monóxido de carbono y que no
volvieran matar al pavo. Lo normal es que la cena la compremos ya hecha en algún
supermercado o que la abuela la haga, pero cuando a mí mamá se le mete algo
entre ceja y ceja… es imposible de detenerla.

Y si a eso le agregamos que Sasha se la pasó desfilando por toda la casa cada uno
de los miles de vestidos que de seguro solo compró para molestarme, y el saber
que toda mi familia estaba por llegar incluidas las chismosas de mis tías Mónica y
Clara… Supongo que lo que pasó en la entrada superó a mis nervios.

-¿ Y cómo es que lograste terminar de hacer todas estas delicias y estar así de
hermosa?-¿Por qué si la conocía desde hacía mucho tiempo, nunca me había fijado
en lo hermosa que era cada vez que una sonrisa surcaba su rostro? ¿O lo brillantes
que estaban sus ojos con los matices de luz adecuados?

-Así que…-le dije acercándome a ella y tomándola de cintura, me reí-, me vas a


presentar ya a tú familia o ¿nos vamos ya a la parte donde te pongo la zapatilla y
vivimos felices para siempre?-le pregunté moviendo las cejas para después darle
un beso en la nariz.

-Te presentaré primero a mi familia, pero me temo que vas a tener que esperar un
poco, pues si al que oí hace rato fue al tío Philiphe, Sasha invitó a toda T-O-D-A la
familia.

-¿Y eso es bueno o malo?- le pregunté nerviosa.

-Tendrás que averiguarlo por ti mismo.

POV Sasha

¿Por qué, por qué, por qué? Se suponía que ella no tendría novia, que tendría que
verse de cualquier manera menos como una princesa, que toda la familia tendría
que pensar que era una aprendiz de solterona. Es más, ni siquiera tendría que estar
aquí, debería de estar enterrada en la cocina como vil sirvienta. ¡Pero no!
Allí estaba mi prima, en mitad de pasillo junto a la mujer más guapa y sexy que
había visto en mi vida, sonriendo y haciéndose mimos luego de haberse besado
como si no se hubieran visto en siglos.

Abrí la boca para sacar mi veneno, cuando el timbre sonó y brinqué del susto.
Enfadada me giré a abrir la puerta.

Un chico de nuestra edad. Tenía el pelo corto, castaño y ondulado, y la piel


bronceada. Los rasgos faciales perfectamente modelados, y unos ojos azules de
profunda mirada. Era alto y delgado, pero musculoso. Sonrió y dejo ver sus dientes
perfectamente blancos.
-¿Está Lena?-preguntó. ¡**** bruja desgraciada! ¡Ahora resulta! Años sin siquiera
dar muestra de interés por alguien, ni que decir de algún chico. Y de repente los
muchachos que la rondan son unos adonis. Si bien dicen que "La suerte de la fea,
la bonita la desea".

-Sí.-Respondí.-Esta con su novia.-Señalé con la cabeza a la pareja que seguía


cuchicheando frente a las escaleras.

-Pensé que estaría sola-dijo para sí mismo el chico desconocido.-Eso lo complica


todo.-Eso más bien sonaba interesante, me dije a mi misma.

Me hice a un lado para dejarlo pasar.- ¿Ya lo conocías?

-¿A quién? ¿A la idiota imbécil o a Lena?

-A las dos.- ¡Oh, cielos! Es chico ya me caía bien.

-Pretendo a Lena, y a la engreída esa, la conocí apenas hace unos días en el centro
comercial. Soy Ben.- Se presentó tendiéndome la mano.

-Mucho gusto. Soy Sasha, prima de Elena. Así que… ¿La tipa es una…?-deje abierta
la pregunta esperando recopilar información.

-¿Imbécil, posesiva, arrogante y presumida?- completó la pregunta frunciendo el


ceño.

-¿En serio? ¿Por qué lo dices?

-¡Ja! ¡Si te contara!

-Esa es una excelente idea. ¿Pasamos a sala?- asintió con una sonrisa que
rápidamente reconocí. Él y yo nos íbamos a llevar muy bien, eso se notaba
enseguida.

POV Lena:

Miré el reloj que estaba colgado por encima del refrigerador: ocho treinta.
Y tenía miedo, mucho miedo. No por lo que pudiera pensar Sasha o mi familia de
mí, tampoco me importaba lo que pensasen de Yulia, ultimadamente mi prima casi
se orina y desmaya nada más verla sonreír, y otro poco más y se infarta cuando
nos vio besarnos. El problema en sí era yo. Yo y mi tonto sentido de la
supervivencia. ¿Dónde estaba mi razón, qué miraban mi ojos, qué nublo mi juicio y
qué carajo le pasaban a mis hormonas, que enamoré de mi mejor amiga? Esa
mejor amiga que besaba como… ¡Válgame Dios!, que tenía una sonrisa sexy que
hacía que el bum bum de mi corazón bailara rock&roll con solo verla y que era tan
endemoniadamente linda como un cachorrito de frensh recién nacido y cubierto de
pelos y a la vez tan lindo como Derek Shepard (claro que en sus buenos momentos,
los cuales no incluyen cuando se sabe que es casado, cuando deja a Meredith por
Rosse, etc., etc.,). El caso es que tengo miedo porqué con Yulia es todo tan simple,
tan sencillo, tan espontaneo y natural que cada segundo que paso a su lado me
enamoro más y más de ella ¿y qué va a pasar cuando todo esta farsa se termine?
Porque eso es en sí mismo mi más grande temor: que una vez que le presente a mi
familia oficialmente, el tiempo juntos se termina pues su misión estaba cumplida ¿y
luego qué? ¿Regresábamos a la normalidad, solo como dos mejores amigas, o
existía la posibilidad de "algo más? Y sí fuera así ¿sería yo capaz de dar el siguiente
paso?

Suspire fuertemente, oré una última vez y la miré: estaba recargada en la barra
auxiliar devorando las cerezas que habían sobrado, con los pies cruzados y los ojos
cerrados. Sonreí. Abrió los ojos, me miró y sonrío, y mi corazón empezó a bailar el
Rock de la Cárcel.

-¿Estás lista?-le pregunté ladeando la cabeza y deseando que digiera que no. Pero
como las cosas no siempre salen como uno espera, asintió, se paró derecha y se
acomodó la ropa.-Entonces vamos.-Le tendí la mano, la tomó y así salimos de la
cocina. Caminamos unos cuantos pasos hasta estar bajo el marco de la sala.

Mi casa no era tan grande, contaba con cuatro habitaciones y tres baños completos
en la parte de arriba. La cocina, el comedor, el estudio-biblioteca, la sala y un
medio baño conformaban la planta baja.

La sala en especial tenía la forma de un rectángulo, en el extremo pequeño, por


describirlo de algún modo y que estaba frente a nosotras, se encontraba la
chimenea decorada con motivos de la época y a la derecha de ésta, justo en la
esquina, estaba el árbol- mi madre lo había decorado de color azul turquesa y con
dorado-, que en estos momentos a sus pies tenía varias docenas de regalos.

Al otro lado de la chimenea, estaba un mueble con todos los aparatos eléctricos:
estéreo, televisión, DVD… Y en torno a este se encontraban distribuidos los sillones
y la mesita de centro. En realidad el cuarto media cinco por siete y siempre se me
había hecho gigantesca la habitación, pero viendo a mi familia ahí, empezaba a
tener, por primera vez, un ataque de claustrofobia.

Eché un vistazo rápido por la habitación. Si, la **** mosca muerta de mi prima
había invitado a toda la familia: Ahí estaba mi padre platicando con sus hermanos,
Rigoberto y Robert; la Abuela vigilaba a los niños: Diana, Aranza, Alexa, Ximena,
Karen, Aidé, Oliver y Emiliano.
Patty, Linda y Francisco, que en realidad no sabía qué eran de mí, pero que aún así
los veía en cada reunión y que por lo tanto sabía que eran familia, conversaban con
la tía Anna.

Mi mamá platicaba con su hermano Arturo y Alice, padrinos míos por cierto y
padres de Aranza y Alexa.

La tía Clara estaba con el tío Philiphe, su esposo y hermano de mi mamá, y la tía
Mónica, supongo que intercambiando los últimos chismes, entre los cuales yo, mi
lesbianismo y mi reciente novia, eran el tema central.

Sasha, mi dolor de muelas personal esta recargada, junto con Ben, en la pared con
los brazos cruzados no muy lejos de mí y con cara de aburrición, la que por cierto
le cambio por una sonrisa maquiavélica en cuanto me vi entrar.

Yulia debió de percibir mi nerviosismo, pues me apretó la mano a la vez que me


miraba y me decía con una sonrisa que todo iba a estar bien. Yo solo le asentí con
la cabeza y me aclaré la garganta.

Ni bien había terminado de hacer ruido, cuando todas las cabezas se volvieron
hacia nosotros y un pesado silencio invadió la habitación.

-Eh…Ummm… ¿Hola?-Apreté con fuerza la mano de mi novia. "Estoy aquí", sentí


que me gritaba cuando me devolvió e apretón y me llené de valor. ¡A la **** con
todo!- Familia- dije y me sorprendió lo fuerte y claro que sonó mi voz- quiero que
conozcan a mi novia…

-Yulia Vólkova, mucho gusto.-Esta vez fue mi mano la que recibió un apretón el
cual regresé con gusto.

Silencio.

Silencio.

Y más silencio.

Ella y yo intercambiamos una mirada para que luego mis ojos se fijaran en cada
uno de los rostros de la habitación.

La Abuela y los niños sonreían, al igual que mi madrina, Lidia y Patty. Todos mis
tíos parecía que querían fulminar a Yul con la mirada. Mis tías la barrían con los
ojos abiertos como platos.

Ben mantenía a cara inexpresiva y Sasha se limitaba a apretar con fuerza los puños.

-Lena.- Mi madre fue la encargada de romper el silencio y mi nombre fue lo único


que alcanzo a pronunciar.

De repente todo fue un griterío.


-¿Lesbiana? -Escuche preguntar a la tía Clara.

-¡Felicidades!-Exclamo mi madrina.

-¡Son novias, se quieren y se besan en sus bocas!- cantaban los niños liderados por
mi prima Diana.

-¡Por Dios, si es una niña!- el tío Robert le reclamaba a papá.- ¡Le vas a permitir
eso!

-¡Linda, sí que tienes muy buen gusto, hija!-La tía Mónica y su discreción.

-Es una buena muchacha. Hija te sacaste la lotería.- La abuela me guiño un ojo.

-¿Dónde se conocieron, cuánto tiempo llevan, se van a casar?-Patty, Patty, Patty…


¿Qué no podía callarse?

-¡CASARCE!-gritó el siempre callado tío Philiphe.- ¡ESO SI QUE NO!-¡Dios porque no


me mataste cuando te lo pedí?

-¿QUIEN SE VA A CASAR? AQUÍ NADIE SE CASA -gritó ahora el tío -JOVENCITA


¡SIENTATÉ INMEDIATAMENTE!

Yulia me miró con pánico, yo me alce de hombros sin saber qué hacer. Miré a mis
padres, ellos eran los únicos que no habían hecho pregunta alguna. Miré de nuevo a
Yulia y juntas nos sentamos en un sillón.

Era ahora... o nunca.

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Re: Mamá, papá... soy gay.

por Wonderwall » 15 Jul 2010 17:38

El sol de un portazo y en la habitación un claro de luna nos iluminó.

Abrazado a mí y escucha brindar nuestros corazones.

Te tengo en mis brazos y te oigo respirar, despacio te tapo y te vuelvo a abrazar.

En la obscuridad escucho brindar nuestros corazones, si no hay confesiones tus


parpados caerán

La vida es coleccionar pequeños momentos de felicidad, que son como el día que
siempre se va… pero regresan.

Si cierro los ojos solo pienso en ti, te canto al oído antes de dormir.
Y en la obscuridad escucho brindar nuestros corazones, sino hay confesiones tus
párpados caerán.

La vida es coleccionar pequeños momentos de felicidad, que son como el día que
siempre se va… paro regresa.

Abrázame, abrázame tú también, que a veces temo perder, perderte otra vez.

La vida es coleccionar pequeños momentos de felicidad, que son como el día que
siempre se va…

Canciones de amor, historias que nunca tendrán vencedor, te tengo en mis brazos
junto al corazón…

Somos dos estrellas…

Pequeños Momentos, La Oreja De Van Gogh

Mamá, papá... soy gay

POV Yulia:

Cuando llegamos a la habitación y vi la cantidad de personas que estaba allí una ola
de pánico me atravesó, tragué con algo de fuerza, de reojo miré a Lena y de
inmediato noté lo pálida que se había puesto. Sentí que me apretaba la mano y le
devolví el apretón.

- Eh…Ummm… ¿Hola?- dijo luego de aclararse la garganta y ya con todas las


miradas puestas sobre nosotros.-Familia-su vos sonó bastante segura y eso me dio
fuerzas para no salir corriendo-, les presento a mi novia…

-Yulia Vólkova mucho gusto.-Me presenté nadie dijo ni hizo nada. Me puse nerviosa.

Pasaron unos muy largos minutos que casi se hicieron horas hasta que Inessa la
llamó y fue cuando se zafo el zafarrancho. Todo el mundo hablaba a la vez, yo me
sentía aterrada, pues lo único que podía ver eran las miradas de sus tíos sobre mi.

-¡CASARSE!, ¡ESO SI QUE NO!-gritó uno de ellos

-¿QUIEN SE VA A CASAR? AQUÍ NADIE SE CASA –grito otro-JOVENCITA ¡SIENTATÉ


INMEDIATAMENTE!-miré asustada a Lena y ella sol se encogió de hombros y se
sentó con migo en un sillón y de repente me sentí como cuando tuve que ir (cada
día de la preparatoria) a excusarme con el director por mis travesuras.

-Nombre completo.-Exigió otro de sus tíos.

-Tío Arturo, por favor…-comenzó a decir mi pelirroja

-Tú te callas jovencita-le contestó el tal tío Arturo y yo lo miré enfadadq, nadie,
absolutamente nadie le hablaba así a mi Elena.-Nombre completo.- Exigió de nuevo.

-Yulia Olégovna Volkova.- Le contesté con tono serio y levantando la barbilla.

-Edad y fecha de nacimiento…


-Tío Robert ¿tú también?

-Lo siento hija, el deber es el deber.

-23 años. 20 de febrero.

-¿Dónde estudias?

-En la Universidad de Moscú

-¿Qué me dices de tus padres?-preguntó el tío que gritó primero.-¿A qué se dedican?

-Mi madre Larissa es estilista. Mi padre Oleg es empresario. Cuando no estoy


estudiando para mis exámenes lo ayudo con sus negocios.

-Así que no eres pobre. ¿Por qué te debieron de dejar algo de dinero, no?

-¡Tía Clara!

-No, señora.-Contesté con una sonrisa y miré de reojo a Sasha "Va por ti Lena".-
Mis lograron una considerable fortuna y la casa, pero mi padrino, que era él último
y único heredero de su familia, falleció hace dos años, y también me dejó su
fortuna y la de su familia, juntó con una mansión de Londres y al parecer acciones
y demás propiedades en el extranjero.

-Bien.-Intervino el tío Arturo.-¿Ustedes que dicen?-preguntó a los demás.

-Dinero, familia, es inteligente, bien parecida… Por mi no hay problema-el tío


Robert me había dado el visto bueno, al parecer.

-Yo tengo una pregunta más.-El suelo se movió y mi estómago cayó a mis pies. El
señor Sergey me estaba mirando muy seriamente.- Hasta donde tengo entendido,
mi hija es una, o mejor dicho tu única, mejor amiga. La conoces desde los once
años y a y hasta donde tengo memoria mi hija siempre quiere estar donde estés
tú… así que: ¿Por qué ahora?, por qué hasta ahora dices que la amas, ¿no será que
están confundiendo la amistad con el amor?

Las palabras que una vez me digiera Elena en el departamento resonaron en ese
instante en mi cabeza:

"Además están mis padres. Saben quien eres. Y ellos esperan conocer a la mujer
que ama a su única hija y no a la amiga que la mete en problemas."

POV Lena:

Bien, era hora de pegarme un tiro, ¿Nadie se ofrece?. Mi padre había puesto justo
el dedo en la llaga.

Bien que mal Yulia se le las había arreglado para responder perfectamente al
interrogatorio que de la nada había improvisado mi rara familia incluidas la
pregunta estúpida e imprudente de mi Tía Clara, aunque yo bien sabía que ella la
había respondido más que nada para hacer que mi prima se retorciera de envidia.

Pero gracias a mi perspicaz padre todo se estaba yendo al caño.

-Desde hace años no comprendía el por qué de muchas cosas-la voz de ella se oía
lejana, pero clara cuando respondió sin dejar de mirar a mi padre y me acariciaba
con su pulgar el dorso de mi mano-, siempre me sentí fuera de lugar, incompleta.
Me pregunta ¿Por qué Lena? Porque produce que me sienta como idiota, atontada
cuando sonríe o cuando habla. Y es que, puedo asegurarle esto no es amistad, ¿Se
siente la amistad casi casi irreal? ¿Es la amistad la que hace que sientas como si
jamás hubieses experimentado nada mejor, la que te hace creer que jamás podrás
volver a sentir nada mejor? Porque aun con todo...tienes todo lo que quieres y más
ahora ¿Cómo vivir sin esto? Es imposible.
Me pregunta por qué hasta ahora, eso es fácil. He vivido tantos momentos, buenos
y malos con su hija a lo largo de toda mi infancia que ella de una marea u otra se
ha ido metiendo en mí. Ha sido la primera mujer en darme un abrazo, en exigirme
hacer la tarea, en regañarme por defenderla de terceras personas. Tiene la irritante
manera de hacer que te sientas importante, necesaria, útil. Es por ella que descubrí
que soy buena que solo debo esforzarme. Ella es la primera en celebrar mis triunfos
y llorar mis penas. Ella hace que me sienta bien solo con mirarme. Siempre sabe
qué hacer o qué decir y en qué momento. Además de que es la persona más
valiente, inteligente, noble, terca, testaruda que conozco. Siempre ha sido así —
comentó pasado un minuto—. Por muchos problemas que haya, siempre sonríe,
siempre sabe qué hacer y siempre está allí. A mi lado.

¿Por qué ahora? Porque ya es tiempo, porque ya está tan dentro de mí que la
necesito incluso más que el aire, porque ya no puedo ni soporto estar lejos de ella.
¿Por qué ahora? Porque es mi deber estar con alguien como ella, por el honor que
me obliga a reclamarla a ella.-Miró a mí padre a la vez que subía mi mano hasta su
boca y depositaba un beso en ella.- Pero, sobre todas las cosas, por una razón muy
sencilla: Porque ya no puedo imaginarme la vida sin ella.

Contempló nuestras manos unidas y cambió de postura hasta que nuestros dedos
quedaron entrelazados.

- ¿Me pregunta si no estaremos confundiendo amistad con amor? Sinceramente


señor, no lo sé. Ella es y siempre será mi mejor amiga. Y si esto que siento cada
vez que la miro, es lo que los poetas llaman amor, entonces, sí, la amo. No de un
millas de formas, sino de un modo abrumador. De un modo que ha llegado a definir
quién soy y lo que soy… y se ha convertido en el núcleo de mi ser.-Volvió a
mirarme a los ojos.- Esa es la razón, señor, de por qué hasta ahora.

No me importaba nada ni nadie de los que estaban en esa habitación, en ese


momento mi mundo solo estaba compuesto por Yulia y yo, así que como pude
esbocé una sonrisa algo temblorosa y le solté la mano para poder acariciarle la
mejilla. Después me acerqué y la besé en los labios con suavidad y ternura; en una
caricia tan hermosa y fugaz como el momento que vivíamos. Poco a poco,
profundicé el beso convirtiéndolo en algo mucho más atrevido hasta que pude
separar mis labios cuando por fin Yulia reaccionó y se hundió en mi boca,
reclamándola con voracidad.

Unos ligeros carraspeos sonaron en la habitación y con renuencia me separé ella y


bajé a la Tierra y a la sala de mi casa donde toda mi familia nos miraba con
sonrisas en sus bocas, algunos con los ojos como platos y la mayoría de mis tías
con lágrimas en los ojos.

Los carraspeos se oyeron de nuevos y mis ojos se movieron en busca del


responsable. Éstos se posaron en Sasha quien me miraba con los ojos llenos de
furia y una sonrisa desquiciada. En su mano traía una copa con lo que parecía tener
jugo de naranja.

Cuando sus ojos hicieron contacto con los míos, hizo un gesto de brindis, y abrió la
boca:

-Elena está embarazada.

~~~ Nota de autor~~~


Tengo el ligero presentimiento de que me quieren envenenar, gracias a Dios, vivo
en Argentina y dudo que sepan tomar el taxi adecuado para llegar a casa xD
No se pueden quejar, suelo hacerme rogar una semana por la conti… ayer actualicé,
ayer! Y hoy les traigo otro poquito más para que tengan hasta el sábado.
POV Sasha:

Todo iba endemoniadamente mal. Mi prima no solo parecía una princesita con su
súper vestido negro y su súper peinado que hacía que el apodo de "pelos de
escobeta" se fuera al caño, sino que la muy desgraciada, **** e infeliz tenía una
novia.

Sí, ¡TENIA UN NOVIA!

La hija de su… Inessa, había conseguido una novia, la chica que tenía por novia
aparte de guapa y de prácticamente parecer una adonis, tenía dinero, ojos azules y
un muy, muy buen trasero, ¿Cómo reprocharle ser lesbiana? (n/a: Sí, estás leyendo
esto... perdona, debia ponerlo)

Por un momento llegue a pensar que la había contratado y adiestrado sólo para no
quedar como una idiota enfrente de mí y toda la familia. Pero la tipa ésta había
soltado un discursito de lo más conmovedor y cursi, y se había ganado la simpatía
de todos, pero como si las palabras no fuesen suficientes, bastaba con solo notar la
forma en que la miraba para darse cuenta de que estaba total y completamente
enamorado de mi prima y que ella la amaba también.

¡Pa-te-ti-co!

Miré de reojo a Ben con la esperanza que digiera o hiciera algo, pero el idiota
simplemente estaba callado y miraba a Lena con la esperanza por el suelo. ¡Y yo
que pensé que había encontrado un aliado en cuanto lo vi y nos saludamos en la
puerta!, pero conforme fuimos platicando-siempre de la zorra de mi prima, claro
está,- me di cuenta de que este también gustaba de mi prima. ¿¡Qué le veían!?

Me despegue de la pared en cuanto mi prima se abalanzó a devorar a su novia (una


imagen que desde luego no quería conservar) y fui por un trago a la mesa que
estaba a tres escasos pasos de mí.

Había llegado la hora de jugar mi última carta para desacreditarla a los ojos de toda
la familia. La muy perfecta sobrinita, inteligente, bonita y con una mujer de
telenovela por novia… ¡Si supieran en lo que andaba la muy… perdida! Pero yo me
iba a encargar de ventilar sus asuntitos.

Me aclaré la garganta para que la parejita dejara de comerse la garganta. No fue


hasta el segundo intento cuando se separaron y mi prima empezó a buscar al
culpable con la mirada, cuando se dio cuenta de que era yo, le sonreí y le hice un
gesto de brindis.
¡Trágate esta ****!

Y lo solté:

-Lena está embarazada.

POV Yulia:

Lo que juré jamás decir inmediatamente o al menos confesar en un ambiente más


apropiado y no con un auditorio tan amplio, acababa de salir de mis labios: le dije
que la amaba.

Solamente tenía que rezar para que entendiera que lo que le había dicho a su padre
acerca de lo que sentía era verdad y no una parte del teatro que yo había aceptado
llevar a cabo.

Por mi parte, había, prácticamente, desnudado mi alma. Había dicho en voz alta
todo eso que me estaba rondado la cabeza y el corazón desde el día que jugamos
bajo el agua. Tal vez soné un poco demasiado romántica o cursi, pero así era como
me sentía con ella. El señor Kátin me había preguntado por qué hasta ahora
admitía que la amaba, una pregunta difícil, la verdad. Lo más sencillo hubiera sido
decirle que era porque había estado ciega y no me había percatado de lo que tenía
delante de mis narices, que había estado perdiendo el tiempo en otros lados… pero
la verdad, la mera verdad era que no me arrepentía de nada: de ninguna de mis
aventuras de una noche. Porque gracias a ellas podía asegurar, jurar y perjurar que
lo que Lena me hacía sentir no se podía describir con palabras, porque me había
enamorado de ella de una manera tan lenta, tan… sutil, que ni siquiera yo me di
cuenta. Porque me enamoré de ella, de sus gritos, de sus regaños, de sus libros, de
sus abrazos, de sus consejos… y porque me enamoré de lo que soy cuando estoy
con ella: solamente una mujer-adolecente-niña que vive eternamente con miedo al
mañana y al fracaso.

Yo no sabía qué era eso del amor, nunca lo había vivido. Tal vez con mis padres, o
con otros amigos, como Damián.

Con él, la relación es básicamente de respeto, de hermandad. Es la unión de dos


personas, a su modo solas, que lograron encontrar a alguien que los acepta, que
los escucha y que está, simplemente, ahí.

Pero con Lena, las cosas eran o son, completamente diferentes. Ella me enseñó lo
que es que alguien se preocupe por tu aspecto, por tu salud, por tus apuntes… Me
enseño lo que es un abrazo amigo, uno materno, uno desesperado y lo diferentes y
fáciles de dar que son. Me enseño a que hay muchas cosas por las que valía la pena
vivir y seguir sin importar el qué, por qué y el cómo.

Me enseño, mientras nos mojábamos lo que era la vida, el amor, la felicidad… esa
que logro, ahora, entender estaba siempre en cada mirada, en cada sonrisa, en
cada abrazo, en cada vez que pronuncia mi nombre
Pero no soy tan idiota para no captar lo esencial de esa 'fuerza que te lleva, que te
impulsa, que te llena, que te arrastra y que te acerca a Dios', de la que tanto
hablaban las telenovelas cursis de las cuatro que veía mi madre o los libros rosas
que compraba cada dos semanas en el puesto de revistas cada vez que iba a la
tintorería y que yo, sólo por curiosidad leía a escondidas.

- ¿Me pregunta si no estaremos confundiendo amistad con amor? Sinceramente


señor, no lo sé. Lena es y siempre será mi mejor amiga. Y si esto que siento cada
vez que la miro, es lo que los poetas llaman amor, entonces, sí, la amo.- Le dije
mientras recordaba una definición que escuché alguna vez: 'El amor es algo que te
lía, una descarga de energía que te va quitando la razón, te hace tropezar y te crea
confusión.'- No de un millas de formas, sino de un modo abrumador. De un modo
que ha llegado a definir quién soy y lo que soy… y se ha convertido en el núcleo de
mi ser.-Volvió a mirarme a los ojos.- Esa es la razón, señor, de por qué hasta ahora.

Mi pelirroja esbozó una sonrisa me soltó la mano y me acarició la mejilla. Luego se


acercó despacio y me besó.

Estaba tan metida en el beso que de milagro no sé si realmente solté un gemido de


perro herido cuando ella se separó de mi a regañadientes. La vi buscar con la
mirada al causante de la interrupción, la vi fijar sus ojos en la idiota de su prima.
¿Por qué no me sorprendía que ella fuera la culpable?

Vi que hacia un gesto de brindis

-Lena está embarazada- dijo antes de llevarse la copa a los labios. Mi mente
trabajo a velocidad luz en busca de una posible causa o razón por la cual la prima
de mi fingida novia pudiese hacer semejante afirmación, entonces recordé nuestra
conversación en la mañana y en que había sido, precisamente, Sasha, la que nos
había interrumpido también en ese momento.

Apreté con fuerza los labios y me mordí la lengua para no reír ante semejante
enredo, solo la cabeza hueca de Sasha podría ser tan tonta y mezquina para
afirmar algo así. Lo único bueno era que ella misma le había dado las armas a mi
‘novia’ para su "total venganza".

Lo que sí no tenía contemplado era la reacción de los demás.

El caos se apoderó de la estancia. Lena fue objeto de varios calificativos y Sasha


recibió un buen número de preguntas. Puesto que sabía que eran retóricas, guardó
silencio y siguió sonriendo. Juramentos mascullados y más de una amenaza en
absoluto velada, entre las que se incluía colgarme de una parte muy delicada de mí
anatomía, se alzaron a mí alrededor.

-Deberíamos colgarla de sus...

-No creo que eso sea necesario.-Intervino el tío Philiphe.

-¿¡Qué no es necesario! Ha dicho que está embarazada. ¡Tiene 23 ¡Por amor de


Dios!... ¿Dónde hay un cuchillo?
Se oyó un carraspeo y a la postre, todos se callaron ante un gesto de Sergey, que
parecía bastante molesto y listo para hacerme picadillo.

-¿Qué demonios está pasando?-la voz del señor sonaba suave y tranquila, pero con
una velada, letal y sutil amenaza.- Hija, explícate. Ya.

Todos intercambiaron miradas... y todos mis instintos de autoprotección se


pusieron en alerta de inmediato. Pares de ojos masculinos me fulminaron y supe de
inmediato que más me valía contenerme la risa si es que en un futuro quería en
verdad ‘embarazar’ a Lena.

Por lo que ella misma me había contado y gracias a la interrogación que había
sufrido hacía escasos minutos, ya sabía que sus tíos, al parecer, actuaban en
manada, y bajo el mando del hombre que se puso muy despacio en pie al otro lado
de la habitación y que resultó ser nada más y nada menos que el padre de mi novia.

-¿Y bien?-se detuvo frente a nosotros con las manos en las caderas.

Mientras volvían a intercambiar miradas, pasé la vista por la enorme estancia y


aproveché el momento para estudiar la reacción de Lena: ella al igual que yo
intentaba contener la risa, tanto por su seguridad como por la mía.

Miré a su padre y luego a ella sin saber cómo proceder. Una parte de mí, la que
gritaba: "pon a salvo tú descendencia", me decía que lo mejor era decir la verdad
sólo la verdad y nada más que la verdad. Pero, por otro lado, quería a ayudar a mi
chica a ridiculizar a su prima, después de todo, ella solita se había servido en
bandeja de plata.

Mi fingida novia y madre de mi felpudo y gigante hijo-oso me sonrió y guiñó un ojo,


y si no interpretaba mal las señales- y eso nunca sucedía-, íbamos a ridiculizar a
Sasha. Moví la cabeza de manera afirmativa lo más sutil que podía para confirmar
pero le fruncí los labios para pedirle que me protegiera de su padre.

Se le escapó una risita ante mi súplica de protección y se apresuró a convertirla en


tos cuando los gruñidos y bufidos comenzaron otra vez.

-¿Crees qué es algo gracioso jovencita?-preguntó una de sus tías. Cosa rara que
intervinieran la verdad, ya que una de ellas se había desmallado en el sofá que
estaba a tres metros del lugar de donde se encontraba cuando Sasha dejo caer la
bomba; otra de ellas, la que habló, estaba abanicando con un cojín a la que estaba
en el sofá conteniendo un infarto; Abue estaba junto con las más jóvenes
planeando un baby-shower y rezando no sé qué de dos derechos y dos revés; Anna
nos miraba con cara de estupefacción; y mi querida fingida suegra estaba más
pálida que mi rostro cuando fui al cine a ver ‘El Juego del Miedo III’.

-Eh…señor…-decidí comenzar con las explicaciones antes de caer muerta por las
miradas de las que era objeto. - Yo creo que está usted exagerando un…

- ¡¿Exagerando? ¿¡QUE YO ESTOY EXAGERANDO!-Bramó.- ¡Para eso la querías!


¡¿Verdad?-exclamó.-¡¿Eso fue lo que estuvieron haciendo todo este tiempo en el
departamento?! –Levantó los brazos hacia el cielo.- ¡Pero claro!, ¡Por eso no nos
dimos cuenta!-apuntó a su hija con el dedo.- ¿Por eso es que no podías venir a
casa, por que se te notaba la barriga? Y yo que confíe en ti y en tú "Estoy
estudiando, necesito independizarme"-imitó la voz de su hija- "Yulia me necesita" Y
sí que te necesitaba… ¡Para calentar su cama!

-Papá…

-¡Papá, nada!-exclamó otra vez

- No es la gran cosa-intento de nuevo Lena

- ¿¡QUE NO ES LA GRAN COSA!-gritó y escupió-. Ahorita mismo te separas de esa…


esa… ladrona de virtuosidades femeninas. Y voy a llamar a tu Universidad para
decir que no regresas. Te quiero en… si es posible, otro planeta lejos de esa… esa…
¡Violadora de niñas inocentes! ¡Te corrompió!

-Señor-intervine nuevamente, más divertida que enojada por los insultos y títulos
recién otorgados por mi suegro-, no creo que sea…

-¡Tú te callas!-rugió uno de sus tíos.

-Pero…-Lena se apresuró a aclararse la garganta para que no se le escapara la risa.

-Disculpen- todos al mismo tiempo nos volvimos hacia el rincón de donde provenía
la voz de Ben. ¿Qué demonios quería ese idiota?-, pero ¿no creen que están
olvidando algo muy importante?, ¿Qué hay del niño y de la reputación de Elena?

¿Reputación de Elena? ¡¿Reputación de Lena? Ese imbécil ¿en qué siglo cree que
estamos?

Fastidiada por ese absurdo comentario rodé los ojos y solté un bufido, los hombres
Kátin rugieron al unísono en mi dirección.

-Porque-continuo el tarado de Ben,-si lo desean yo estoy totalmente dispuesto a


hacerme responsable del niño y acepto casarme con ella.

Y eso se llevó mi buen humor y paciencia al diablo.

-¡Tú –lo señale- pedazo de… animal!, ¿con qué derecho reclamas cosas que no son
tuyas y que no te corresponden?- lo enfrenté-. Si hay alguien aquí que se va a
casar con ella, esa soy yo-me acerque hasta estar casi nariz con nariz- ¿Entiendes?
Yo, solo yo y nadie más que yo. Tengo dinero más que suficiente para mantener a
ese niño y a mil más si es necesario. Así que te pido de la manera más atenta que
no metas las narices en cosas que no te incumben.-Me volví hacia mi novia con una
necesidad desesperada por tenerla en mis brazos y me la encontré con las cejas
alzadas y la boca en una extraña mueca entre enojo y diversión, cuando por arte
de magia caí en la cuenta de lo que había dicho.
"Tengo dinero más que suficiente para mantener a ese niño"

Mi.erda, mi.erda, mi.erda.

Bien, la había regado. Pero es que esta vez Ben sí que me había cabreado. ¿Cómo
se le ocurre decir semejante tontería? No me importó que pudiesen molerme a
golpes, o que no me permitieran entrar a la casa una vez aclarado todo. Estaba
enojadísima por la estupidez sugerida por Ben ‘sonrisa perfecta’ (Já, la mía era
mejor) , así que haciendo caso omiso de todo abracé a Lena

-Ninguna otra persona te pondrá jamás las manos encima,-le susurré con una
pasión que desconocía y que surgía del apuro de reclamarla y marcarla, como mía,-
nadie acariciará tu cuerpo desnudo.-La calidez y lo rápido que se aceleró su
respiración ante mis palabras fue lo que me impulsó a ser más osada sin
importarme que pudieran oírme o leerme los labios.- Nadie llegará jamás a estar
entre tus muslos ni se hundirá nunca dentro de ti. Solo yo.

POV Lena:

En ese momento estuve a punto de sufrir una combustión espontánea. Nunca,


jamás, ni siquiera en mis sueños más locos- y eso que he tenido bastantes-, me
imaginé a mi mejor amiga diciendo esa clase de calientes cosas, y mucho menos
que me las digiera a mí. ¡A mí!

Esto estaba ya saliéndoseme de las manos. Ya no sabía si estaba hablando en serio


o solo lo hacía porque tenía que ayudarme con esto. Cuando dio el súper discurso
de lo que sentía por mí, una parte de mí se atrevió a pensar en que era cierto, pero
la parte más cuerda y cruel de mi cabeza me recordó que ya le había advertido
acerca de eso. Pero ¿entonces por qué me hacía esa clase comentarios?, ¿o es que
quería que muriera incinerada?, ¿Podría ser que quizás sus sentimientos hacia mi…?

-¿¡QUITALE TUS MANOS DE ENCIMA, **** PERVERTIDA!-valla que gritó mi tío-


padrino, y maldije para mis adentros que interrumpiera mis cavilaciones. Yulia y yo
nos separamos de mala gana.- ¡Estamos esperando una explicación!

Todo mundo me miró y sufrí una especie de pánico escénico. ¿Habrían escuchado
las palabras del Yulia?

-¿Uhmm?-Todavía intentaba hacer que me corazón regresara a su ritmo normal y


que mi psique dejase de crear imágenes que involucraban a las palabras de mi
‘novia’ y a mis hormonas.

-Contesta de una vez, ¿Estas embarazada?-preguntó en un gruñido y entre dientes


el tío Robert

-¿Qué, si lo estoy?-Mi voz sonaba demasiado fuerte, clara y segura. Respiré y


exhalé. Había llegado la hora de callar y cerrar unas cuantas bocas. A demás de
que la situación esta saliéndose de control, o sea, ¡Ben me había pedido en
matrimonio!- ¿Acaso piensan azotarme con un palo?, ¿Me van a desheredar? ¡No,
ya sé!-dije lo más sarcástica que pude- ¿Por qué no nos obligan a casarnos?
Todos se quedaron en silencio y con la boca abierta. La abuela era la única que
sonreía. Me guiñó un ojo y me di cuenta de que era la única que sabía lo que
pensábamos hacer, y eso me dio más valor.

-Si estuviera embarazada, cosa que no estoy confirmando, aunque mi novia se


haya ido de la lengua. ¿No se supone que deberían de estar felices por mí?
Finalmente eso tiene que pasar. Tarde o temprano. ¿Qué no las leyes de la
naturaleza son: nacer, crecer, reproducirse y morir?- levante los brazos y los dejé
caer en gesto de desesperación-¡Por amor de Dios, son mi familia!

-¡Pues por lo mismo, queremos saber qué fue lo que ésta noviecita tuyo te hizo!

-¡Honestamente, tía Mónica!- puse las manos en mis caderas y le giré los ojos-
realmente quiere que le dé una clase de educación sexual, o ¿se conforma con que
le diga que puso su "semillita" en mí "jardincito"?- tuve la satisfacción de verla
sonrojarse y cerrar la boca de un tirón.

Le lance una mirada a Yulia de espera aquí y corrí a mi habitación en casa de mis
padres.

-¿A dónde crees que vas?-gritó uno de mis tíos pero yo ya estaba a mitad de la
escalera y lo bastante segura y confiada de cómo iba a proceder: serena, tranquila
y sin perder los estribos.

Una vez arriba y dentro de mi cuarto, agradecí haberlo sacado del departamento en
la mañana y llevarlo a casa de mis padres, lo tomé con esfuerzo para poderlo bajar
por las escaleras.

Con mi prisa por poco me parto el cuello a tres escalones de llagar a bajo, el
estúpido de mi tacón tubo la estupenda idea de atorarse con la alfombra y estuve a
nada de besar el piso, y de dejar viuda a mi aún no esposa y fingida novia, y
huérfano a mi felpudo hijo. Por fortuna mi hijo-oso resultó ser un amor y se
interpuso entre la madera y yo. Me levanté a prisa y cómo pude, y miré hacía todos
lados para comprobar que nadie me hubiese visto. Al no ver a nadie respiré
tranquila y me encaminé a la sala

Serena, tranquila y sin perder los estribos.

Cuando entre a la sala todos seguían exactamente igual. Yulia fue la primera en
darse cuenta de que había llegado y al verme acompañada de nuestro hijo soltó
una risita y eso sacó de trance a todos y los hizo volverse para poder mirarme.

-Lena…

-¿Qué se supone…?

-¡Ay, qué lindo osito!

-¿Qué demonios…?
Con decisión e ignorando a los demás, me fui acercando paso a paso a Sasha, que
estaba regodeándose de satisfacción y con una sonrisa de victoria plasmada en su
cara.

-No sé qué te hecho, y ni me interesa saberlo.-La dije una vez estuve lo


suficientemente cerca de ella.- Durante años he soportado tus agresiones, tus
insultos y tus burlas. Me has humillado un sinfín de veces y en un sinfín de formas,
y jamás te he dicho o hecho algo para defenderme o desquitarme, por la simple y
sencilla de razón de que soy muy superior a ti.-Me pare frente a ella y no pude
evitar sonreír al darme cuenta de que gracias a los tacones asesinos era cinco
centímetros más alta que ella.- Si primita-escupí la palabra,- También te odio.

Nadie hablaba y todo estaba en perfecto silencio y pendiente de mis palabras y


explicaciones.

-Tengo amigos que darían la vida por mí sin dudarlo, y me da igual que me creas o
no, pero espero y deseo de todo corazón que tú puedas decir lo mismo. Dices que
no soy bonita,- hable antes de que la lombriz de mi prima abriera su viperina boca-
bien, pues comparada contigo, no, no lo soy. Pero aunque no lo creas hay alguien
que me quiere tal cual. Está aquí. Conmigo.

"Creíste que me enterrarías en la cocina, para no estar lista ¡Y mira! Aquí estoy.- 'Y
me veo mejor que tú', quise agregar, pero yo no era así, además no debía de
rebajarme a su nivel. 'Serena, tranquila y sin perder los estribos' me recordé.- ¿Por
qué? Por qué soy superior a ti y mejor que tú en muchos, muchos aspectos. Puede
que tal vez no tenga tu cuerpo, tu habilidad para hacer amigos, tu carisma para
ligar o tú… inteligencia, pero aún así soy especial. Y por lo tanto…

Sonreí lo más honestamente que pude- te perdono.-Dije poniéndole un brazo, el


que estaba libre, sobre su hombro derecho.

Di dos pasos hacia atrás, cuadre mis hombros y me preparé para utilizar mi mejor
voz de: prefecta-enojona-que-se-molesta-porque-alguien-la-interrumpe-mientras-
estudia-para-un-examen-muy-importante.

Largo nombre, lo sé, lo sé. Pero ése era el tono que quería y que a Yulia hacía
temblar.

-Pero,-le apunté con mi dedo señalador.-¿¡COMO TE ATREVES A ESCUCHAR


CONVERSACIONES ATRÁS DE LAS PUERTAS!

Me volví hacia su madre, que tenía abierta la boca sin emitir sonido alguno.

-¡Y USTED, EN VEZ DE ESTAR DIFAMANDO HOMOSEXUALISMO A TERCERAS


PERSONAS EN LA FAMILIA, INCÚLQUELE MODALES A SU HIJA!-Tía Anna, puedo
jurar, empalideció. Esto de gritarle era simplemente ge-ni-al.

-¡Y! Para tú información y tu retorcido cerebro al que se ve no le corre la ardilla…-


giré para ver a mi familia-¡Y, SI! PARA LA TRANQUILIADAD TODA ESTA FAMILIA
QUE SOLO SAVE PONERME EN RICULO EN LA MENOR OPURTUNIDAD Y QUE PARA
MI DECEPCIÓN NO CONFÍA EN MÍ… ¡ESTE!-sacudí a mi podre bebé-¡ESTE! ES MI
HIJO.

"La señorita aquí presente 'me meto en todo' me escucho hablar con Yulia esta
mañana. Jugando acordamos que esté ¡OSITO DE FELPA GIGANTE!- agité de nueva
cuenta a mi bebé, para ver si así lo captaban- Va a ser nuestro hijo.

Mire a mi prima que estaba blanca y a punto de colapsar.

-La señorita no oyó la conversación completa o no la entendió bien, porque claro


¡NO SE OYE BIEN DETRÁS DE LAS PUERTAS! -¡Oh, la cara de Sasha no tenía precio!
¡A Dios gracias por este momento!-Si mi "primita" escucho la palabra embarazó fue
porque Yulia me dijo que me iba a comprar más muñecos pues este me encanto-
Miré a los niños-¿a que esta lindo?- todos asintieron y sonrieron de acuerdo.- Así
que de broma le dije que no podía estar embarazada tan pronto de su hijo, y bueno,
que tenía que decirle a papá primero…como sea-hice un gesto con la mano para
quitarle importancia al asunto.-Hicimos bromas al respecto.

-¿Así que solo fue un mal entendido?-preguntó el tío Philiphe.

-¡Jovencita!-exclamó su padre -¿Quieres hacer el favor de explicar esto?

-Yo…yo…-Sasha miraba del oso a mí y de mí al oso

-¿Escuchaste o no por la puerta?-preguntó mi padrino.

-Si…pero…pero

-¡Oh, por amor de Dios!-le gritó su padre.- ¿Tienes idea del ridículo que acabas de
hacer? No solo has levantado falsos en contra de tú prima, sino que también has
quedado como la metiche del año.

-Pero papá, yo pensé…-movía las manos sin parar, aparentemente nerviosa.

-Ese es justamente el problema-la cortó su padre-, piensas. Al parecer si tú piensas


alucinas.

Sasha me miró con odio contenido y si atreverse a decir nada.

Me volví hacia Sasha con una enorme sonrisa.

-La próxima vez que intentes hacerme algo piensa bien las cosas porque yo
siempre…-le piqué el brazo con mi dedo señalador.-Siempre, voy un paso delante
de ti.-Me di la vuelta, di dos pasos y me volteé para encararla otra vez.-Un paso
adelante.

-Este… -Papá me miró - ¿Y como se llama el niño?

-Valentín
-¡Ese nombre es horrible!-canturrearon varias personas
-Bueno, yo no lo escogí. -Atajé - Ni siquiera me preguntaron
-Es la verdad. No te pregunté. Te dije.
-Bueno, pues ahora que todo se ha arreglado…-¿Qué no la tía Clara había estado
desmayada?- ¿Por qué no pasamos al comedor…?

Como si hubiese sido obra de un huracán, la tranquilidad y normalidad regresó a la


sala.

POV Yulia:
Como dice el comercial: Vestido y traje para cena; mil doscientos. Oso de felpa
gigante; seiscientos ochenta. Ver la cara de la zorra una vez ridiculizada; ¡No tiene
precio!

Una vez que Lena dejara más que claro la situación a base de gritos perfectamente
bien justificados, la tranquilidad reino de nueva cuenta la habitación. El desagrado
que la parte masculina de la familia Kátin me profesaba fue reemplazado en un dos
por tres por la buena acogida y trato amable con el que fuera recibido antes de la
intervención de Sasha

La tía que se había desmayado y que había estado a nada de sufrir un infarto, se
recuperó en menos de lo que canta un gallo y nos había invitado a pasar a cenar.
Todos entre risas nos encaminamos hacia el comedor.

-¡**** perra desgraciada!-exclamó Sasha. Tenía los ojos rojos con dos carrerillas
negras que bajaban a través de sus mejillas producto de las lágrimas de
humillación que había derramado en pocos segundos. La mirada la tenía perdida y
estaba roja de furia.

Adivinado sus intenciones me interpuse entre ella y mi novia, colocando a Lena


detrás de mí.

-¡Oh, pero si la noviecita patéticamente enamorada la quiere proteger!-puso sus


manos en su cintura-¡Quítate de mi camino!-me ordenó-¡Esa zorra me las va a
pagar! –señaló a Lena que estaba mirando todo por arriba de mis hombros-¡Pero
claro! Eres Elena. ¡La perfecta Elena! La que nunca se equivoca y que va a una
escuela para gente estudiosa. La que tiene una perfecta familia y que es perfecta
incluso cuando va al baño.

-Sasha…- siseó su padre.

-Sasha, nada.-Contestó la susodicha.-Tú no te metas.

-Soy tu padre.

-Mi padre… ¡Y una ****!- gritó- Nunca estas cuando te necesito, nunca me
escuchas y cuando hago algo siempre me comparas con la perra que tengo
enfrente. Así que ahora no me vengas con reclamos.-Se volteó de nueva cuenta de
cara a mí.- ¡Quítate!-me ordenó otra vez- ¿Cómo es que le pagaste?-le preguntó a
mi pelirroja- ¿Con dinero o con unas buenas sesiones de cama? ¿Por qué eso es lo
que haces en tu colegio, no? ¿Cuántos te has cogido, tres, mil…?-Elena se zafó de
mi agarre y se acercó dio dos pasos hasta que pude detenerla sujetándola de la
muñeca.

-¡Sasha!-exclamaron varias voces.

-No me culpes a mí de tus desgracias- hablo mi novia.- Mejor has algo para
arreglar tu vida.-Intenté atraerla de nueva cuenta hacia mí para servirle de escudo
pero cuando Lena se ponía de terca era prácticamente imposible tratar con ella ¡Si
lo sabría yo!

-Pide perdón, muchacha.- Exigió la abuela, señalando a la prima con el bastón.

-Jamás. Ella es una golfa infeliz… ¡**** bruja!-levantó la mano para abofetear a mi
novia.

Y hasta allí llegó de nueva cuenta mi paciencia. Mi vena protege-Elena, se activó y


no me detuve a pensar lo que hacía.

-¡Cuida tus palabras!-le espeté mientras le apretaba su muñeca

-Ja, ja. – Se burló.- Discúlpenme si no tiemblo.

-Pues deberías-dijo Elena quien se posicionó a mi lado derecho.-Levantó su mano


y… el timbre sonó.

Nadie se movió.

Sasha levantó una ceja en señal de incredulidad y una sonrisa sarcástica se formo
en su boca. Elena rechino los dientes, repitió el movimiento y el timbre sonó otra
vez.

-¡**** sea!-exclamó mi ‘novia’-¡que alguien vaya a abrir!

La pequeña Jessica, que estaba echada en la alfombra contemplando el espectáculo


conteniendo la risa, mientras se lamentaba de no tener palomitas de maiz para
disfrutar aun más de tan absurda pelea se paró y corrió a la entrada.

Un murmullo de voces sonaron en el vestíbulo y en pocos segundos la niñita


regresó.

-Yulia te buscan-dijo Jessica e hizo una seña con la cabeza.-

Tres personas entraron a la habitación. Las miré estupefacta y escuche que mi


gemido era acompañado por un jadeo procedente de mi amiga.

Cuando la mirada de los recién llegados se posó en mí y en Elena-las dos en


posición de ataque-, soltaron un gritito y empalidecieron.

-¡TÚ!
POV Lena:

Intenté, juro por Dios, que intente no rebajarme al nivel de Sasha. No responderle
como una verdulera y lanzarle una sarta de palabrotas de las que Yulia estaría
orgullosa. Pero mi paciencia tenía un límite, un límite que ni mi ‘novia’ con sus
constantes estupideces cruzó jamás.

Yulia se puso delante de mí en menos de un segundo para evitar que mi prima me


tomase de los pelos, cosa que agradecí enormemente, no por mi seguridad sino por
la de la arpía parlante.

-¡La novia perfecta la va a defender! Ja, ja. – Sasha se burló- Discúlpenme si no


tiemblo.

-Pues deberías-. Le dije- pensé en matarla lo que me generaría un problemón con


mis padres y no quería problemas en navidad, supongo que una buena cachetada
no estaria mal

La palma de mi mano, cruzó el aire en dirección a su mejilla y el timbre sonó. Nadie


se movió. Igual y era mi imaginación. Mi prima volvió a sonreír

Vamos de nuevo: Mano, aire, distancia cada vez más corta hasta su asqueroso
rostro...

El timbre sonó otra vez.

-¡**** sea!, ¡que alguien vaya a abrir!- Vi, por el rabillo del ojo como Jessica se
paraba y se iba al vestíbulo. Pasaron como tres minutos y regresó.

-Yulia te buscan-reportó.-Dice que es tu novia y que viene con tus padres.

Esperen, esperen. ¿Qué?

Las personas entraron a la sala envueltos en un murmullo de voces. Yulia gimió, la


miré, miré a los recién llegados, un jadeo se escapó de mi garganta y por primera
vez en mi vida, quise que me pegaran un tiro.

Noté cómo los recién llegados miraba todo a su alrededor, supongo que con la
intención de buscar a su hija que había desaparecido.

¡Genial! Ahora hasta pierdo a mi novia delante de mis narices.

-¿Pero qué te pasa?-le pregunta Oleg a su hija

-¿Qué es lo que pasa?-preguntó ella de manera reiterada. -¡¿Qué es lo que pasa?!-


¿Qué hace ella aquí, papá?- ¿Qué haces aquí, Antonella? Terminamos ¿por qué
entonces apareces para arruinar la Navidad en casa de mi novia?-

-¿Ustedes se conocen?-preguntó mi tía Anna

-Pero claro-contestó Antonella –Yulia es mi novia.

Quizás fue la manera arrogante y altanera en que lo dijo. O el hecho de que parecía
una copia vulgar de mi prima (y con ella bastantes mentiras habíamos tenido esta
noche) que nadie le creyó.
Todos, yo incluyéndome miramos a Yulia. Me enojé, obviamente. Nadie,
absolutamente nadie, tenía el derecho de tratar así a mi novia y mejor amiga, y
mucho menos en mi presencia.

La ira fluía por todo mi cuerpo y Yulia sujetó mi muñeca.

-Déjala-me susurró y negó con la cabeza.- Siempre es lo mismo. Ya estoy


acostumbrada.

¿Qué demonios estaba pasando allí?

POV Yulia:

Jamás pensé que la volvería a ver. En el momento, o mejor dicho, la mañana en


que la dejé en la Universidad, supe que era lo correcto.

Pero aquí estaban, mis queridos padres, parados en la sala de la casa de los padres
de la persona más importante en mi vida. Vi como palidecieron en cuanto sus ojos
se enfocaron en mi persona y en la de mi acompañante.

Por algunos minutos, segundos, quizás, nadie hizo movimiento alguno. Lena al
igual que yo estaba en una especie de trance o estado de shock. Pero entonces
pasó.

Sentí, más que ver, como todas las miradas se posaban en mí, supongo que por
algo que había dicho Antonella. Por mi parte me encontraba perdida en mis
pensamientos. Joder! ¿Acaso nada podía salirme bien? Siempre un drama tras otro

Iba a expresar mis dudas en voz alta cuando miré a Lena. Tenía los hombros tensos,
el ceño fruncido y respiraba agitada y profundamente por la nariz. Vi como
temblaba. ¿De qué carajos me perdí?

Le tomé la mano antes de que pudiera hacer una locura y le susurré que lo dejara
pasar, que ya estaba acostumbrada. Me miró molesta y por tres milisegundos creí
que yo sería el blanco de su furia, abrí la boca para defenderme, pero alguien más
lo hizo primero:

-¿Quién es usted?-preguntó Abue de manera dura y cortante. La vos dulce y cálida,


al parecer, se había ido a celebrar navidad a otro lado.-Yulia-ordenó,-presenta a los
señores.

-Señores-comencé-, este es mi padre Oleg y mi madre Larissa. Ella –señalé a mi ex


–Antonella, ex pareja mía.

Mis padres saludaron a todos de manera calurosa y afectiva. Antonella no


despegaba sus ojos de Lena. Así que para que no se fueran a ir de la lengua y,
también, para terminar con las sorpresas y presentaciones, di dos pasos al frente y
saludé.

-Papá, mamá.-Hice una inclinación con la cabeza y me volví en dirección de mi ex


quien al ver que clavaba mi mirada en ella retrocedía dos pasos. Increíble el efecto
de terror que aún tenía en ella. Moví un poco mi cabeza para enfrentar a la última
persona que esperaba ver.-Antonella. ¿Hace cuanto que no nos vemos?-saludé lo
más seria y formal que pude. Bien sabía la fecha exacta de ese encuentro. Yo
recordaba ese día porque lo consideraba importante en mi relación con Lena

-Bueno-intervino luego de unos segundos de incomodo silencio la madre de mi


pelirroja-, ya que todos nos conocemos… ¿Pasamos al comedor? Estoy segura de
que todos tenemos algo de hambre.
-Seguro-intervino Patty-. Yo me muero por probar los canelones.

Así poco a poco, no sin una pizca de tención en el ambiente, todos se fueron hacia
el comedor menos, mis padres, Sasha, Antonella, Lena y yo..

-¿Qué haces aquí?-siseo Oleg


-Estoy conociendo a la familia de mi novia.
-¡Yulia! –dijo mamá emocionada -¡Yo sabía que son una pareja increíble!
Perdóname hija, yo invité a Antonella con la esperanza de que se reconciliaran, no
tenía idea de que salías con Lena

Las madres... siempre dando más problemas.

POV Sasha:
No sé si fue intervención divina, fuerza de voluntad o la voz de la tía Clara que nos
llamaba desde el comedor, pero todos nos movimos hasta alcanzar nuestros
lugares asignados alrededor de la mesa rectangular, que por cierto estaba
perfectamente decorada y predispuesta para la ocasión. ¿Es que acaso mi prima no
podía hacer, por muy pequeña que fuera, una cosa mal?

Tenía una novia perfecta que había soltado un estúpido y perfecto discurso acerca
de lo enamorada que estaba de ella, que para mí que se lo había memorizado y
ensayado para la ocasión; luego, resulta que mi súper as y última carta resulto ser
un rotundo fracaso.

Bien dicen que las santurronas son santurronas toda la vida, pero eso si que no se
lo perdonaría jamás, pensé que ya la tenía por fin metida en lago escandaloso. Pero
no. ¡Mira que ponerme en ridículo delante toda la familia! ¿Qué culpa tenía yo por
haber transmitido mal una información de vital importancia? No era mi culpa que la
**** hubiera estado bromeando con estar embarazada, menos que su patético hijo
fuera un patético oso de felpa gigante.

Por un pequeñísimo periodo de tiempo sentí que la tenía en mis manos, por fin
Lena Kátina iba a perder su fama de: perfecta muñequita. Pero la desgraciada se
defendió y rebatió todos mis argumentos, consiguiendo incluso que me fuera de la
lengua, que la abuela me retara y que mi padre me tachara de idiota. Y era
precisamente esto último lo que más me calentaba la sangre.

Pero si todo eso no era suficiente, ahora resulta que su novia tiene una ex que
parece una hija de… su madre. ¿Será una posible aliada mía?

La cena, o la primera parte de la cena transcurrió en paz. Se dijeron las respectivas


oraciones, mi tío Sergey partió y repartió el pavo y entre risas, pláticas y ruido de
cubiertos comenzamos a celebrar la navidad.

Mi prima, quien por desgracia o porque Dios no me quería, estaba sentada justo
enfrente de mí con su perfecta mujercita, con quien compartía miraditas y risitas
tontas cada dos por tres, a su lado, lo que también me facilitaba las cosas.

Intenté, con muchas ganas, pero intenté mantener la paz hasta que la cena se
hubiese terminado y pasemos a abrir los regalos, no porque no estuviese lista para
seguir con la batalla. No sé si fue ese esfuerzo por disimular las miradas, las risas
de Lena con su novia pero mis neuronas se activaron. El segundo raund iba a
comenzar.

POV Lena:
Cómo fue que nos las arreglamos para cenar tranquilos es algo en lo que realmente
no quería pensar. Además Sasha, al parecer, por fin había entendido que con migo
más valía mejor ya no meterse o las consecuencias serían desastrosas.

Pero también, y aunque me cueste admitirlo, mis padres tenían un poco que ver en
el hecho de que desistiera de mi empeño de venganza en contra de mi prima. Creo
que nunca los había visto tan espantados como cuando estuve por darle su
merecido, bueno, el hecho de nunca me hubieran visto en posición de a taque
también influía un poquitín.

El caso es que el pavo, la ensalada y demás platillos estaban deliciosos y si bien


Inessa era un excelente ama de casa pero pésima cocinera, de igual forma era una
mujer justa, honrada y madre ejemplar, pues siempre que alguien hacía un elogio a
la comida ella se reía y con la sonrisa encantadora-esa que siempre me dedicaba
cuando le pedía una libro nuevo- les decía que ella no había cocinado y que yo era
la responsable de semejantes delicias y exquisita decoración.

En resumidas cuentas todo parecía que iba a las mil maravillas: Antonella no había
dicho nada conversaba animadamente con Ben; Oleg y Larissa hablaban
emocionados con mis padres; Sasha aún no recuperaba el habla o eso creí pero
como en esta vida uno no puede tener todo lo que desea, fue inevitable el que
abriera su boca.

-Y dime, primita-su tono empalagoso de voz distaba mucho de ser el mismo con el
que anteriormente me había tachado de zorra.- ¿Tú noviecita practica algún
deporte? porque Ben ha sido campeón de boxeo dos veces y practica Rugby-En
defensa de mi prima, y aunque es una especie de enfermedad o virus que no le
deseo a nadie, tengo que admitir que sus ojos brillaron cuando miró a Ben y que en
su voz se notó un dejo de orgullo al mencionar sus logros.

Abrí mi boca para defender a mi novia pero la cerré: a) porque no estaba segura de
que Yulia siguiera practicando natación b) porque Antonella abrió la boca y c)
¿cómo carajos iba a controlar mis ansias de matar a Ben y esas perras?

-Já. ¿Esa?-señaló a Yulia- Está tan flacucha que no creo que sea capaz ni si quiera
de correr tres metros.

-¿Usted creé?-contestó sarcástica mi abuela. Creo que tendré que decirle lo mucho
que la quiero o definitivamente comprarle los pendientes de perlas que vio en el
almacén.

-Desde luego- siguió con la conversación- Esa muchacha tiene malos genes. Es una
vaga. Atorrante. Mantenida por sus padres. Mujerzuela. Una inútil.

Intenté de nueva cuanta contar hasta mil, si era necesario, para no perder los
estribos pero cuando vi la cara satisfecha de mi prima, mandé a mi cordura a volar.

Le había pasado años y años de burlas y de malos tratos, le había pasado su


intento de hacerme parecer solterona, ¡incluso había sido suave con eso del
embarazo! Le pasaba y aguataba que se metiera con migo todo lo que quisiese,
pero de ahí a que utilizara a Antonella para hacerme daño lastimando a Yulia… eso
sí que no.

-Muchachita-se dirigió a mi-debes de saber en qué te éstas metiendo. Esa-señaló a


mi novia, quien ahora estaba roja de furia-se cansará de jugar contigo

No me importó perder el control, no me importaron los modales inculcados por mis


padres y profesores y no me importaron las consecuencias. ¡A la **** las reglas!

Las palabras: serena, tranquila y sin perder los estribos, se fueron a otra galaxia.
Fulminé a Sasha con la mirada- mi sexto sentido me decía que ella tenía algo que
ver- y luego la enfoque en Antonella.

-Lena-me llamó Yulia entres susurros sólo para que yo la oyera-déjala. No hace
falta. Ya te dije que estoy acostumbrada a las hablidurías.

La mire con los ojos entrecerrados. Tal vez pudiese engañar a toda mi familia y a
sus padres, tal vez cualquier otra persona que lo viera se tragaría ese cuento.
Cualquiera, menos yo. Yo pude ver que tras su resolución de dejarlo todo tal cual,
estaba escrita en su semblante la impotencia y la desesperación de no poder hacer
nada para callar a esa idiota. Había dolor en sus ojos. Y fue precisamente eso
último lo que me obligo a actuar.

Estaba sentada en la mesa padeciendo insultos todo porque yo le pedí que fingiera
ser mi novia. Era mi turno de hacer algo por ella. Comencé a ponerme de pie.

-¡Basta!

POV Yulia

-¿Hija?-me llamó sorprendida mi madre.

-¡He dicho que basta!-miré con la misma expresión a mis padres.-No soy como tú
dices. Cambié. Lena me mostró lo que es el amor, ya no necesito perderme en
absurdas compañías.
-Así que te ha engatusado ¿no?-se recargó en su asiento y frunció el seño.- ¿O es
que intentas quedar bien?-dijo haciendo un gesto con las manos indicando toda la
habitación
-No, es solo que la amo
-Yulia, vamos… tú no sabes lo que es amor…

Y nuevamente mi coraje contra esa… se disparó. Pero antes de que pudiera hacer
algo, Lena se me adelantó apuntándole con su dedo

-Pida disculpas-exigió.

-Linda, hija. Yo creo…

-No, mamá. Esta por fin va a recibir su merecido.

-Lena…-la tomé de la mano. Lo que menos quería era más problemas- Ya te dije
que…

-Me importa un reverendo rábano lo que me hayas dicho.- Me miró enfadada y con
un movimiento brusco se zafó de mi agarre.- Esto ya no tiene que ver contigo.
Insultó a tus padres, que son dos de las personas a quienes más respeto, y te faltó
el respeto a ti. Y bien que sabes que yo no dejo que insulten a las personas que
amo.

No quise analizar ni pensar en el significado de su última afirmación, pero fue


inevitable que mi corazón sufriera un vuelco al oírla.

-Usted-señaló con la barbilla a Antonella,- larguese.-La abuela golpeó el piso con el


bastón y oh, oh… cuando Jane golpeaba el piso con un pie- en este caso con el
cayado- era señal de que estaba enojada y, nada daba tanto miedo como la abuela
Jeane enojada.

Por instinto di un paso hacia atrás y jale a Lena conmigo. Los demás familiares
también se habían repaginado en su lugar.

-Yo no…-Tsk, tsk… mala respuesta. Si la abuela daba una orden, la respuesta tenía
que llevar cualquier palabra menos "no".

-No le permito es que le falte el respeto a un miembro de mi familia y eso incluye a


la muchacha que esta con mi nieta. Pídale disculpas y luego vallase de esta casa.
Aquí no es bienvenida.-La abuela se estiró todo lo que su metro cincuenta y seis le
permitió y la miro fijamente. Cuando escuché a la anciana decir eso, mi corazón dio
un vuelco ¡ya era parte de la familia! Anto quien roja de ira se puso de pie.

Cómo siempre Sasha abrió la boca y solo salieron insultos y burlas, Antonella se le
unió (Tal vez sean parientes). Afortunadamente, para mi ex, claro está, Abue
intervino y le dijo justamente lo que yo llevaba gritándole en mi cabeza desde que
llegó: ¡Lárguese!

-Mire señora- comenzó mi ex-, usted no es nadie para decirme…

Todos los Kátin, incluida mi novia hicieron una sonora inspiración y abrieron los
ojos como platos. Al parecer era casi un pecado hablarle así a la abuela. Moví mi
cabeza para verla y estaba que echaba chispas por los ojos

-Mire… niña…-dijo la abuela sin perder el control- Vallase de mi casa antes de que
le pase algo de lo que se pueda arrepentir.

-Usted **** vieja no me da ninguna orden…

Esto se pasaba de la raya.

-¡Oh, por dios!- susurró mi amiga y eso me distrajo- Esto se va a poner feo.

Mire la estancia y me di cuenta de que ahora todos los hombres Kátin estaban de
pie y cerrando filas, tal como lo habían hecho mientras me interrogaban.

-¡Discúlpese!-ordenó uno de ellos

-Yo…yo…-al parecer mi ex también había sido intimidada.

-¡Discúlpese!- volvió a ordenar otro.

-Perdón.-Dijo agachando la cabeza.

-¿Tan difícil era?-preguntó la abuela- Y más le vale pensarlo dos veces ates de
volver a maldecirme, idiota. Pídale disculpas a Yulia.

-¡Eso jamás!

-No es necesario-dije yo rápidamente, ver humillada a mi ex era más que suficiente

-¡Yo dijo lo que es necesario o no!- exclamó la abuela y yo cerré la boca.- ¡He dicho,
con un carajo, que le pida disculpas de una **** vez a la muchacha! ¡Y rápido que
no quiero ver su estúpida y fea cara ni un segundo más en la casa de mi hijo!
-Yo no…

-¡Discúlpate!- esta vez fue mi madre quien habló.-Discúlpate y vete. ¡**** sea! No
sabía que esto era tan importante para ti hija. No debimos venir, arruinamos tu
noche, debimos dejar que hicieras esto sola

¿Cuándo iba a salir de la dimensión desconocida?

Mis padres tomaron a Antonella por los hombros y la arrastraron hacia afuera

-Lo siento.- Dijo mi madre otra vez.

Los demás se aclararon la garganta y siguieron con sus cosas

¿Qué demonios había pasado aquí?

POV Sasha:

Salí afuera a fumar un cigarrillo mientras observaba a Antonella ser arrastrada por
los Volkov, alguien me empujo de una manera nada suave y observe de quien se
trataba.

-Me largo-dijo Ben a nadie en particular.

-¿Qué pasa?- pregunté. El pobre tenía el ceño fruncido y temblaba de rabia.- ¿Te
sientes mal?, ¿Te hizo daño algo que comiste?- ojala fuera eso así me burlaba de
las dotes culinarias de Lena.-¿Qué te pasa?

-La imbécil que anda con tu prima, eso es lo que pasa.

-¿Te hizo algo?-¡Pero bueno! ¿Qué ese par pensaba correr a todos?

-Mejor pregunta qué fue lo que no hizo- negó con la cabeza. Me hice a un lado para
dejarlo salir.- Sabes- se volvió luego de unos pasos sonriendo como un idiota
desquiciado,- estoy enamorado desde hace años de ella.- ¿Apoco? Como si no se le
notara la cara de baboso que ponía cuando la miraba.- Fue un suplicio el saber que
ella es... en fin, que yo no soy su tipo- Soltó una risita y agacho la cabeza y la
sacudió.- Pero entonces… la vi correr hacía mi con los brazos abiertos en pleno
centro comercial. Lo primero que pensé es que era una señal, el destino, quizá.

"Pero no, la imbécil ese hizo acto de presencia y se presento como su novia. Aun
así yo no perdí la esperanza, pues esa vez que estuvimos los tres, ellas parecían
más unos buenas amigas que una pareja de novias. Así que cuando su madre
telefoneó a la mía y nos invitaron a cenar, solo podía pensar que debíamos estar
juntos… Nos habíamos reencontrado. Pero otra vez la idiota apareció, soltó un
discursito de los más conmovedor y después tu dijiste que ella estaba embarazada
y yo pensé que por eso era que estaba aquí, que esa era una especie señal que
decía que debíamos estar juntos pero…

No hizo falta que siguiera me acordaba perfectamente como Yulia muy


amablemente le decía que no metiera sus asuntos donde no debía. Chispas, creo
que ahora hasta me daba lástima.

- Pero eso no fue lo peor, ¿sabes?

-¿Ah no?- ¿Qué el chico era masoquista, o es que mi prima es una **** bruja?
-No. Le di un collar de diamantes-se frotó la cara con las manos, supongo que para
no soltarse a llorar como bien supuse que haría en cuanto estuviera solo.- Me gaste
todos, todos mis ahorros- soltó una carcajada. Sip, el chico iba a llorar.- Y ella ni
siquiera lo vio. Solo dijo gracias e iba a abrir la caja cuando la idiota dijo que era su
turno, saco un sobre de no sé dónde y se lo dio, ella lo abrió curiosa y cuando vio
su contenido soltó la caja que tenía mi collar y se lanzó a los brazos de su novia.

Me quedé en silencio unos segundos.

-Que patético. Ya no tengo nada que hacer aquí. Me despides de todos, por favor.-
Me pidió y se fue.

Solo quiero saber qué hizo mi prima esta vez, pensé para mis adentros.

POV Lena:

En cuanto Antonella salió del comedor todos intentamos continuar la velada con
normalidad pero como diría Alice, las energías malas habían invadido el ambiente y
ya nadie se sentía a gusto.

Pasamos unos minutos en silencio y jugando con la comida, lo único que se oía
eran las maldiciones que de vez en vez se le salían a la abuela y que siempre
terminaban con un "¿vieja yo?" o "¡Vieja su abuela!" o una mezcla de las dos.

Yulia estaba pedida en su mundo y no la culpo, ¡pobre!. Pero la abuela, sin perder
su dignidad, claro está, la había puesto en su lugar y de patitas en la calle a esa
odiosa tonta de su ex.

Era sin duda: ¡Una navidad de locos!

Despedace mi pieza de pavo con el tenedor solo para hacer algo, supongo que los
demás estaba igual y que por eso se levantaron cual resortes cuando la tía Clara
propuso ir a la sala a abrir los regalos.

-Lena, hija-me llamó mi mamá- ¿Te molestaría levantar la mesa?

-Eh… no. Supongo que no.

-Gracias-me sonrío y salió del comedor seguida de mi madrina.


-¿Necesitas ayuda?- brinqué y solté un grito.
-Muy graciosa, Vólkova.-Le reclamé intentando sonar enojada pero fracasé cuando
su sonrisa me contagió.
-¿Necesitas ayuda? Por que se da muy bien eso de recoger la mesa-me dijo
levantando las cejas- Tengo mucha practica.
-Pues yo también- afirme y le enseñé la lengua.

Movimientos más tarde, la mesa estaba limpia y toda la comida perfectamente bien
almacenada en el refrigerador. Me recogí el cabello y me dispuse a pagar las velas
dispuestas en toda la estancia.

Caminé al otro lado de la habitación para comenzar a pagar con soplidos las velas
que ahí había, una excusa, si hay que ser sinceros, lo único que quería era alejarme
de ella y que no me viera derrumbarme.

Sople suavemente y la llama que bailaba enfrente de mí se apagó y los sollozos


amenazaban con escapar de mi garganta, hice un esfuerzo por no dejarlos salir
pero lo único que conseguí fue que mis hombros se agitaran con violencia. De
repente sentí como sus brazos envolvían mi cintura y sus labios besaban mi
hombro.

-¡Ey!, ¿Qué pasa?-me dijo suavemente en el odio

No sé si fueron sus palabras, el tono suave y preocupado de su voz, su esencia


envolviéndome o el hecho de que en sus brazos me sentía como si nada fuera a
pasarme, pero de repente me sentí mal con migo misma, giré dentro de su abrazo
y rodeé su cintura con mis brazos mientras enterraba mi cara en su pecho y dejaba
que el llanto me dominase. ¿Cómo podía haberle hecho eso?, ¿Cómo podía haber
sido tan egoísta y someterla a todo este circo solo por no quedar mal enfrente de
una tipa que no valía la pena?, ¿Cuándo fue que me transformé en esta persona
que se alegra de que su mejor amiga haya terminado con su novia, que es feliz
gritando y humillando a otros, que está dispuesta a romper las leyes de la familia?
Amo a Yulia. Eso es algo que no estaba en duda. Y la amaba por ser la persona, el
ser humano que era y que llegaría a ser, porque es una persona noble, valiente y…
perfecta. ¿Cómo alguien como ella podría alguna vez fijarse en alguien como yo?

Sollocé más fuerte cuando ese pensamiento me golpeo como una fuerte bofetada.
Yo no era digna de estar con ella, por eso él se fijaba en personas como Antonella,
chicas que estaban a su altura y a su nivel. ¿Cómo pude siquiera imaginar que yo,
más con todo lo que le había hecho pasar, podía aspirar a algo más que ser la
mejor amiga?

Sentía sus manos frotando mi espalda, sus labios de vez en vez besando
suavemente mis sienes o mi frente y susurrando palabras tranquilizadoras. Yo me
aferré con fuerza ¿Cuándo podría estar así otra vez?

No pasó mucho tiempo-segundos tal vez- para que me permitiera calmarme,


despejar mi cara de su pecho y abrir los ojos, pero para entonces ya habían
cambiado muchas cosas. No en el plano físico pues seguía de pie abrazándome,
grande, cálida y fuerte mientras que sus manos aún seguían trazando lentas
caricias sobre mi. Subí mi cara para poder verle y dejé que mis ojos se recrearan
con el rostro femenino, con esos rasgos delicados pero decididos, con esos ojos
azules que tan pocas emociones reflejaban, que ocultaban sus secretos con tanta
eficacia y que en determinadas ocasiones, y si mirabas bien, podías ver más allá de
su alma.

Ella no había cambiado.

Era yo quien había cambiado. Había cambiado físicamente tras saborear semejante
despliegue de sentimientos, jamás podría vivir sin ella. Lo mismo habría dado que
me hubiera marcado a fuego. No obstante, ésos eran cambios sin importancia,
ajustes mínimos. Lo que había aprendido durante estas horas era mucho más
importante.

Era algo que se extendía entre nosotras, que nos envolvía... que nos vinculaba.

POV Yulia:
Algunos minutos atrás le había dicho que no me gustaba el saber que tenía el poder
de hacerla llorar y ahora tenía que decirle que tampoco me gustaba el no tener el
poder de quitarle el dolor que la hacía llorar. Era la sensación de impotencia más
desesperante que pudiese sentir jamás el no poder meterme dentro de ella y sacar
con mis manos lo que sea que la estuviese haciendo sollozar de esa forma. Lo único
que podía hacer era abrazarla y frotarle la espalda mientras decía cosas que la
hicieran dejar de convulsionarse en brazos.
¡**** sea! ¿Por qué no podía ser yo quien que estuviera así? ¡Mataría y/o destruiría
a lo que sea que la haya llevado a esto!

La abracé lo más fuerte que pude y al cabo de unos pocos segundos levanto la cara
y me miró.

Me miró de tal manera, con tal fuerza, con tal sentimiento de ¿amor?, ¿adoración?,
¿cariño, devoción?, que mis rodillas se debilitaron y por unos segundos quise
tirarme de rodillas y aferrarme a su cintura para siempre. Se veía tan hermosa, tan
sublime, tan… mágica, que deseé patearme el trasero a mi misma por no haberme
dado cuenta de lo que me estaba perdiendo.

-Yulia, lo siento tantísimo. De haber sabido que iba a pasar todo este circo jamás te
habría dejado ayudarme. Por favor, perdóname.-Su mano viajó hasta mi mejilla,
mismo tiempo que decía las últimas tres palabras, y pude ver como dos lágrimas se
desprendían de sus ojos. Eso basto para desarmarme.

Cogí su cara con mis manos y la besé. Dejé que el instinto se apoderara de mí y me
sirviera de guía. Con ella no necesitaba pensamiento alguno, ni lógica ni estrategia.
Lo único que precisaba era seguir los dictados de mi corazón.

¿Era posible amar tanto a alguien?, ¿Es posible que el corazón resista toda esa
maraya de sentimientos cálidos que de repente lo invaden?, ¿Existe otra persona
más linda que ella, más noble, más bella… más… más… perfecta?

¿Es ella la recompensa que me toca por todo el dolor, sufrimiento, angustia y malos
ratos que he pasado a lo largo de mi vida? Porque si la respuesta es sí, entonces no
me importaría pasar por todo una y otra, y otra vez. Si todo lo que he hecho en mi
vida me conduce a este preciso instante; a este momento en donde tengo a la
mujer más increíble y maravillosa entre mis brazos y saboreando su boca como si
se me fuese la vida en ello… pasaría todo de nuevo, siempre y cuando pueda
tenerla así para siempre.

Más rápido de lo que quería el aire se hizo necesario, así que deje su boca. Pero
como mis labios no la querían dejar ir aún, me dedique a besar su barbilla, su
cuello y su clavícula. Una vocecita se coló en mi mente diciéndome que aunque
Lena me respondiese con igual intensidad, que aunque se derritiera en mis brazos y
que aunque gimiera cada vez que besara el hueco que tenía justo debajo de la
oreja y la barbilla, ella aún podía creer que yo fingía.

Esa conclusión por fin logró que dejará de recorrer su piel con mis labios, un gran
esfuerzo, si hay que ser sincera pues ella estaba comenzando a besar también-y
cada que podía- mi cuello. Me tome unos segundos tranquilizarme y poner en orden
tanto mis ideas como mis prioridades: 1) Sacar a Lena de aquí. Daba igual si nos
íbamos a mi casa, a Roma o a Alaska. Teníamos que estar solos. 2) Debíamos
hablar largo y tendido sobre todo esta farsa y 3) Besarla con toda libertad y sin
reprimir nada.

Con la decisión tomada y un curso de acciones a seguir, cogí su mano y en silencio


nos encaminamos a la sala para despedirnos. Independientemente de que sería
muy descortés irnos así sin decir nada, lo que menos quería era que la familia que,
tan pronto me había aceptado y defendido, pensar que yo era un maleducado. Y
claro, tampoco quería que el "Clan Kátin" me diera caza por "secuestrar" a su
princesa.

En cuanto nos acercamos a la sala el ambiente ya se sentía más ligero, casi se


podría decir que lo sucedido en el comedor nunca hubiese pasado o sucedido mil
años atrás.

Muchos de los pequeños ya estaban rasgando el papel de sus obsequios con


emocionante desesperación, otros-los más grandes- ya estaban jugando o leyendo
las indicaciones de cómo usar sus juguetes. Lo mejor de todo, fue el rostro
emocionado de la pequeña Jessica con su bicicleta rosa, en cuanto nos vio llegar,
gritó:

-¡Lena ya está aquí!-exclamó con emoción.-¡Ya pueden empezar con el intercambio


los adultos!

-En ese caso-dijo el padrino de mi aún fingida novia, inclinándose debajo del árbol
y sacando un paquete envuelto en papel metálico verde,-este es para…-camino tres
pasos en dirección a su esposa y luego, de repente, cambio de dirección y se
detuvo frente a la abuela. Los ojos de la anciana brillaron como los de cualquier
niña y rivalizando con el entusiasmo de los niños, rasgo el papel y abrió la caja.

-¡Oh!-exclamó mientras sacaba de la caja una estola bordado de color rojo.- ¡Es
preciosa!-se paró de su asiento con una velocidad vertiginosa y se lanzó a los
abrazos de Arturo.

Los siguientes en recibir presentes fueron la tía Clara y el tío Philiphe, así como mi
querida suegra quien recibió un libro: "Cocina para principiantes: cómo cocinar de
tal manera que no se te queme ni el agua", desde luego de manos de Lena, la cual
ya había recibido un vale por libro que quisiese, un sweater y un CD de Soda Stereo

-Es mi turno-dijo una vos desde el otro lado de la estancia. Ben, el necio que era
incapaz de entender una indirecta muy clara que gritaba: ¡Lárgate! Y que
obviamente aún seguía aquí, se acercó con paso altanero a Lena. Sacó de entre su
saco una caja cuadrada de terciopelo negro.

Francamente, lo que me movió a actuar fueron los celos y el coraje que sentía al
ver que ese tipo no entendía que ella era mía. No había que ser un genio para
darse cuenta de que lo que contenía la caja era una joya. Yo sabía perfectamente
que a ella los diamantes y las esmeraldas no le iban. Ojo, no quiere decir que no
pensara consentirla con toda esa clase de brillantes piedras, si por mi fuera le daba
toda una mina de ella, lo que quería decir es que no es una chica que le dé
importancia a objetos como esos. Así que antes de que pudiese abrir la caja saqué
de la bolsa de mi camisa el sobre que contenía su regalo.

-Ten-le dije en cuanto estuve a su lado.-Abre el mío.-Le tendí el sobre con una
sonrisa y susurré un "Feliz Navidad" y le di un beso en la mejilla, ella se limitó a
alzar las cejas de modo interrogativo y a tomar el sobre.

POV Lena

Estaba demasiado atontada luego del mega beso como para darme cuenta de que
estábamos en la sala de mi casa. ¿Por qué aún seguíamos a ahí? ¿Es que a caso no
sintió ese subidón de temperatura? ¿Era parte del plan dejar a mis pobres y
patéticas hormonas vestidas y alborotadas? Lo que menos quería era pasar otra
hora junto con mi loca familia, ¿por qué no nos íbamos a… China o a Turquía y nos
seguíamos besando? La verdad es que no se me ocurría una mejor forma de pasar
la Navidad que disfrutar de ella.

Muy a mi pesar, y con un control que no sabía que era capaz de poseer para no
comerme a besos a mi ‘novia’, soporte el intercambio de regalos. Pues si bien mi
familia era medio lenta para muchas cosas, para los obsequios era capaz de dejar
en ridículo a Flash por la velocidad en la cual rasgaban las envolturas.

Yo recibí diversos paquetes de parte de mis padrinos, de mi abuelita, obviamente


de mis padres… pero no de la persona de la que más quería recibir.

Digo no es que me queje, pero Yulia siempre se había caracterizado por darme
regalos fuera de lo común que me dejaban siempre con una sonrisa por lo aceptado
de elección. Tal vez pretendía darme mi regalo después, finalmente yo iba a hacer
eso ¿Por qué no se le había olvidado, verdad?

Estaba ten metida en mis pensamientos que no reaccioné hasta que Ben (¿Qué no
se había ido?) puso una caja en mis manos. Iba a ver su contenido cuando mi chica
se acerco a mí y me tendió su obsequio: Un sobre.

Un vil, simple y nada divertido sobre. Además de color blanco ¿Donde estaban los
pinitos, las estrellitas y demás motivos navideños?

La miré inquisitivamente. Continuamente me daba libros, unos muy buenos,


francamente. Así que ¿por qué un sobre? Estiré mi mano para cogerlo tratando me
mantener en control mi desesperación para no romperlo gracias a la curiosidad.

No presté atención a lo que me susurró y como muestra de lo impaciente y curiosa


que estaba ni siquiera sentí el beso que me dio, y eso dice mucho si tenemos en
cuenta que cada ves que se me acerca a no más de diez centímetros mi estómago
sufre una revolución de mariposas, mis piernas se vuelven de gelatina y mi corazón
baila heavy metal.

Desesperada por saber que carajos contenía el sobre apenas si me percaté que el
regalo de Ben se me caía de las manos. Con cuidado de no romper el sobre, algo
difícil de logar gracias a los temblores de mis manos, lo abrí y apenas si saqué los
dos papelitos que tenía a dentro. Un rápido vistazo basto para que entendiera lo
que eran y si importarme nada ni nadie me lance a los abrazos de Yulia. Que ya los
tenía abiertos y me esperaba con una sonrisa.

-Gracias, gracias, gracias- le dije una y otra vez mientras repartía besos por toda
su cara.

-Qué bueno que te gusto-comentó luego de que pudo ponerme sobre mis pies.-¿Por
qué te gustó, verdad?

-Bromeas. ¡Es el mejor regalo! Gracias-y me lance a abrazarla otra vez.

-¿Qué es el mejor regalo?-la voz de mi prima rompió mi burbuja de felicidad.

-Lo que le dio su novio-informó Oliver y continuó jugando con su carro de control
remoto

-Así-dijo Sasha caminado hacia nosotros.-¿Qué fue lo que te dio? ¿La escritura de
una casa? ¿Una fortuna o un genio en una lámpara?

-Para tu información me dio…-me interrumpí en cuanto una interrogativa cruzó por


mi cabeza. Me volví entre los brazos de Yulia para verla a la cara.- ¿Cómo es que
los conseguiste? Faltan meses para que salgan y…

-¡Ey!-me cubrió la boca con sus dedos y sonrió.-¿De que sirve llamarme Vólkova?
-Tú-fruncí el ceño-hablaste con los …

-Uno tiene que aprovechar sus influencias y contactos-dijo encogiéndose de


hombros.

Le sonreí de vuelta y me iba a inclinar para besarla cuando el bastón de la abuela


fue azotado contra el piso.

-Ya niña, ¡Por amor a Dios!-exclamó la abuela- ¡dinos de una vez! ¿Qué hay en el
sobre?

Me separe de ella con un giro y apreté el sobre contra mi pecho.

-¡BOLETOS PARA EL CONCIERTO DE BABASONICOS!-grité.

(Lo sé, lo sé... no es la mejor musica del mundo pero es imposible para mi ser
babasonica
''Tengo que aprender a fingir mas, y a no mostar lo que siento
Tengo que aprender a fingir mas, y a pilotear lo que pienso.
Algunas noche soy facil, no acato limites.'')
POV Yulia
Los poetas dirían que la sonrisa que cruzó por su rostro era capaz de eclipsar al sol
y que el brillo en sus ojos era más resplandeciente que el que tienen los luceros al
aparecer, pero dado que no soy poeta, sólo puedo decir que la buena cantidad de
dinero que desembolse para conseguir las aún inexistentes entradas, bien valieron
la pena.

Lena rió y saltó todo el tiempo que tardo en presumirle a su familia su regalo.
Sasha, obviamente, comenzó a hacer comentarios sarcásticos acerca de la
autenticidad de los boletos, pero mi fingida novia estaba tan entusiasmada que ni
siquiera le prestó atención, lo que desde luego desató más comentarios hirientes.

Yo esperé con una parsimoniosa calma que la efusividad saliera del sistema de mí
amiga-casi novia para hacer el anuncio de que nos íbamos y a aprovechar el
momento para pedirle permiso a mi suegro para llevarme a Lena a la fiesta de
Damián

Cuando ella empezó la tercera ronda exhibicionista de su regalo, le sonreí y la cogí


del brazo. Me frunció el ceño e hizo un mohín con la boca en forma de protesta por
haberla privado de presumir otra vez su regalo, por toda respuesta amplié mi
sonrisa. ¿Qué no se daba cuenta que me estaba muriendo por decirle que la amaba,
estrecharla entre mis brazos y besarla hasta perder la conciencia?

Aún con todo y muecas logre llevarla hasta donde estaba su padre,
desafortunadamente el Señor Kátin no perdió la oportunidad de verificar la
autenticidad de los boletos (¡Dios, Sólo eran unos boletos!). Al parecer pasaron la
prueba pues se los devolvió a su hija con una sonrisa.

-¿Cómo los conseguiste?-me preguntó- Tengo entendido que ese grupo viene hasta
Febrero, así que aún no salen los boletos a la venta, sino, yo mismo los hubiese
comprado.
-Bueno… yo…-me moví incomoda. ¿Qué podía decir? "El gobierno le debe unos
cuantos favores a la familia Vólk”
-¡Eres mafiosa!
-¡Tía Clara, por amor de dios!-exclamó Lena espantada.
-Eh, digamos que conozco- hice unos gestos con las manos y la cabeza- al Ministro-
marqué las comillas con mis manos-, así que movimos varios hilos y…
-¡Oh!-fue todo lo que dijo mi fingido suegro- Si que eres importante- dijo y casi
puede sentir un dejo de orgullo en su voz.
-Se podría decir que si-¡Modestia ante todo, Yul!-Eh…señor- lo llamé- uno de
nuestros amigos hizo hoy una fiesta y quería saber si le permitía a su hija ir con
migo.- Tomé la mano de mi amiga y la apreté, mientras rezaba para que su padre
digiera que sí. Obviamente lo que menos quería ir a la dichosa fiesta de Damián,
me urgía aclarar todo este embrollo.

-Si ella quiere ir…

-¡Si que quiero!- lo interrumpió su hija.

-…entonces no veo el problema-terminó el señor con una sonrisa

-Bien. Gracias, señor.

-Llámame Sergey

-Sí…eh… Sergey-las manos me sudaban -Eh, señor…Prometo que la cuidare,


señor….Sergey-me corregí y me obligué a mirarlo a los ojos.-No dejaré que nada le
pase y tampoco le faltara nada, yo…

-¡Ey!-sonrió e hizo un gesto con las manos pidiendo calma.-Tranquila.-Miró a los


demás hombres del Clan-¿Ustedes que opinan?

—Fortuna, posición, contactos, propiedades... todo eso está en orden.-Dijo a quien


ya reconocía como el tío Philliphe

-Yo estoy de acuerdo-intervino el padrino de mi amiga- Pero… ¿y el futuro? Porque


con todo lo que has dicho, muchacha, supongo que has pensado en el futuro.

Me limité a inclinar la cabeza.

—Estoy trabajando en eso.- Conteste y deliberadamente ignoré la mirada


interrogativa que ella me lanzo. Pronto, pensé, pronto aclararemos esto.

Los penetrantes ojos de mi suegro me estudiaron con atención; soporté el


escrutinio con aplomo. Hasta que finalmente mi suegro asintió.

—Muy bien; estoy de acuerdo. Es evidente que mi hija está segura a tu lado.- La
chispa de agrado que estaba en sus ojos, si es que en algún momento hubo una y
no era el reflejo de la luz, se borró en milésimas de segundos.- Cuídala-ordenó.
-Con mi vida-fue mi respuesta.

POV Lena:

El fondo azul con amarillo, sobre el cual estaban escritas las dos palabras más
increíbles de la historia con tinta plateada y que cambiaba de color con la luz según
movieras el papel, fueron lo único que necesité para saber qué era mi regalo,
aunque siendo tan lista como soy, daba igual que las palabras "Ticket Master"
estuvieran escritas con lodo sobre la superficie de una hoja.

Pero, no es que fuera desconfiada, tenía que leer el contenido para saber a ciencia
cierta que no era un sueño o una broma muy pesada. Yulia ya me había confirmado,
en los escasos segundos que tuve de lucidez antes de que flotara hasta la nube
más cercana con la ayuda de mi entusiasmo, que los boletos eran originales puesto
que había hecho uso de sus contactos políticos para conseguirlos. Por si las dudas
decidí leer todas las letritas negras. Venia la palabra "VISA" en grande y letras
azules, seguida de la información correspondiente a la ubicación de mi asiento
como el número de fila y asiento; después le seguían una serie de claves y por
último, con letras negras, grandes y bien centradas las palabras más geniales de
todo los tipos:

BABASONICOS

EN CONCIERTO

PEPSI FESTIVAL HALL (1)

DICIEMBRE 2010

Me costó un esfuerzo sobre humano desprenderme de ellos aunque fuera unos


cuantos centímetros y por unos cuantos segundos, pero no perdí la oportunidad de
mostrárselos a toda mi familia y hubiera seguido con mis vecinos y con todo aquel
que quisiera verlos, pero el temor a que un infeliz me los quitara y/o robara me
hizo desistir de hacerlo.

Desde luego que mi prima no perdió la oportunidad usar su ponzoñosa lengua como
único recurso para no retorcerse de envidia, yo no le replique, no porque no tuviera
ganas, sino porque estaba al pendiente de que maltrataran a mi nuevo tesoro. Lo
que sí hice en una especie de venganza fue ponerle mis adorados boletos delate de
sus narices y gruñí, no de forma literal ni figurativamente, sino desde el fondo de
mi pecho cuando puso sus garras en ellos. Más rápido de lo que creí se los quité de
las manos, gruñí de nuevo y sostuve mis boletos sobre mi pecho. Iba a comenzar a
brincar por toda la sala cuando Yulia me tomo del codo y me dirigió hacia donde
estaba mi padre.

Mi papá vio los boletos y a saber qué fue lo que dijeron, yo estaba felizmente
pérdida en mi mundo con mi maravilloso regalo, repasando todas las canciones
para que ese día no se me fueran a olvidar.

-Yo también quiero ir. -¡Epale! ¿A dónde se iba Sasha? ¿Era este otro fabuloso
regalo de Navidad: por fin se regresaba a su planeta?- Siempre he querido conocer
a los amigos de mi prima.

Espero que por lo de "conocer a los amigos de su prima", con prima se refiera a
Dania, Alexa o Aranza o Jessica

- ¿No te importa que valla a la fiesta con ustedes, verdad?

Mire a Yul en busca de respuestas: ¿Qué fiesta? y ¿Por qué se había auto-invitado
mi prima?

Ella estaba con el seño fruncido y maldiciendo por lo bajo.

-¿De qué carajos está hablando?-le murmuré.

-De la fiesta de Damián. A la cual no iba a llevarte porque quería hablar contigo y
que solo era un pretexto para sacarte de aquí y a la que tu prima se acaba de auto-
invitar.- Fue sorprendente lo mucho que pudo decir con tan solo una bocanada de
aire.

Miles de negativas y excusas en las que se incluida un "No te soporto" y un "Te


detesto", iban incluidas y estaban a punto de salir como vómito de mi boca cuando
de nueva cuenta mi madre metió su cuchara.

-A Lena no le importa. Anden, vayan y diviértanse.- Quiero a mi madre, deberás


que la quiero, pero hay momentos en que deseo poder cerrarle la boca con
pegamento.

Sí. Mi madre, la misma que me metió en esto.

Tomamos un taxi y unos cuarenta y cinco minutos después y claro, con unos
cuantos billetes menos en los bolsillos, arribamos por fin a la casa, o mejor dicho
mansión de Damian. La casa, era grande, ostentosa y destilaba lujo por cada
puerta y ventana. No nos costó más que dos ligeros golpes en la puerta para que
de inmediato un mayordomo nos hiciera pasar, nos pidió nuestros abrigos y nos
llevó al vestíbulo.

Yo estaba a pocos segundos de perder la poca paciencia que me vanagloriaba de


tener, había aguantado a Sasha durante todo el viaje describiendo el vestido que
quería comprarse y lo asombroso que se movían los holanes cada vez que
caminabas. En cuanto llegamos, y ahí no supe porque se calló de una manera tan
repentina y eficaz..

No habíamos dado más de tres pasos al interior del vestíbulo cuando Laura se me
lanzó encima.

-¡Por favor, por favor, por favor!-Se paró enfrente de mí con las manos juntas y
con una cara de borrego agonizante.-¡Debes contarme que te obsequió!

POV Yulia
-¡Hazlo!

-¡Vamos, Lena!

Prácticamente las cincuenta personas que estaban en la sala empezaron a rogarle


que hiciera a saber qué.

-Es que yo…-empezó a decir mi novia cuando Damián la interrumpió retándola

-¿No quieres o no puedes?

-¡Damián!- mi ‘novia’ agachó la cabeza y se volvió hacía mí- Lo que pasa es que el
regalo de Yul es sorpresa, aú no se lo he dado.

-Vamos, Kátina -intervino mi amigo saliendo de una puerta lateral.-Luego te pones


un moño en la cabeza y te ofreces como regalo. Vólkova, te aseguro, no tendrá
objeción.- caminó, la tomó de los hombros y con un ligero empujón la hizo
encaminarse al centro de la habitación, luego se acercó a mí y susurró:-Menos si
estás desnuda.

Yo solo lo pude medio fulminar con la mirada, después de todo, la imagen que me
planteaban sus palabras no pintaba nada mal.

La música, inundaba la estancia y las risas y platicas se alzaban a nuestro alrededor.

-¡Feliz Navidad!- me dijo y estaba por abrazarme y yo a besarla de allí cuando:

-¡Lena! ¿Se tragaron el cuento en tu casa?-dijo Kate -Debiste pagar a un gigoló

-¡No me jodas!-le reclamó y miró a Lena.- De seguro eres pésima. ¿Acaso sólo así
consigues amigos? ¿Qué de todo lo que has hecho es real? ¿Tuviste también que
pagarle a tu novia?-Sasha me señaló.- Si, seguro que sí.

-¿Novia?-preguntó Kate con burla y señalo a nuestra amiga.-Lena no tiene novia.


Yulia es su mejor amiga y sale con Antonella. ¡Si alguien sale con ella hay que darle
una recompensa por que quién en su juicio saldría con…!

Todo pasó demasiado rápido: Laura pellizco a Kate quien gritó y la fulminó con la
mirada; Damián se tensó; Lena se puso blanca y retrocedió dos pasos; Sasha
sonrió triunfal.

-No lo puedo creer-dijo con una enorme sonrisa,-primita, eres patética. Mira que
manipular a tu amiga… ¡****! Si yo sabía que eras demasiado poca cosa para que
alguien se fijara en ti… pero recurrir a eso para ligarte a alguien, eso es hasta
demasiado bajo para una zorra…-rió fuerte.- Sí que estás urgida. Urgida y
patética.-Volvió a reírse y a negar con la cabeza.-¿También le hiciste memorizar el
discursito que recitó en la casa? Sí, lo más probable. ¿Quién en su sano juicio se
fijaría en ti? Eres demasiado corriente y vulgar: ojos verdes y pelo que parece un
nido, ni siquiera sabes vestirte bien… lo único que sabes hacer es leer y leer y eso
es porque los libros no piensan o de lo contrario jamás podrían estar con alguien
tan aburrida, patética y urgida como tú. ¡Das pena incluso a los que dicen ser tus
amigos! ¿Por qué otra cosa se prestarían a ser parte de este numerito tuyo de
mujer desesperada sino es por lástima?-chasqueó la lengua- ¡Ves! En ningún lugar
encajas. Hazle un favor al mundo y suicídate.

La cólera fluyó por mi sistema invadiendo todo mi cuerpo y volvió mi visión de un


color rojo sangre, igual a la que estaba a punto de ser derramada. Comencé a
respirar de manera irregular y muy fuerte.

-Lárgate.-Siseé cerrando los ojos.

-Yulia, hermana-empezó a decir Kate intentando acercarse a mí con voz


preocupada. Me limité a clavar mi mirada en ella y luego en Laura, quien de
inmediato captó la indirecta de que si no se llevaba a su novia de ahí, también
pagaría las consecuencias y que el hecho de ser mi amiga no impediría que le
cerrara su gran bocota aunque fuera con mi puño. Laura se apresuró a sacarla a
rastras de allí, chica lista, si bien que sabía que su novia no había tenido una
participación muy grande en esta historia pero lo poco que abrió la boca su más
que suficiente para cagarla.

Dirigí mi furia hacia la fuente central: Sasha.

Tenía una sonrisa de victoria y autosuficiencia tan grande en su cara que


definitivamente la iba a convertir en cucaracha para luego disfrutar del inmenso
placer de aplastarla con el pie.

-Vete de aquí antes de que te haga algo que ni el mejor médico podrá remover o
que te deje un trauma que haga que Freud reviva.-

Pero Sasha al parecer o no entendía el peligro al que se veía expuesta o era


demasiado "Vale Madres" para importarle su seguridad, porque hasta que no pasó
junto a mí recordé que estábamos en la casa de una persona que sí que era
vengativa, que carecía de conciencia y que la simpatía hacia Sasha estaba fuera de
su lista de prioridades.

Mi amigo se paro delante de la prima de mi novia y levanto su mano derecha para


darle una bofetada.

- Nunca le he pegado a una mujer- dijo con una voz que hacía temblar las entrañas
y con una actitud digna –y no pienso empezar ahora, pero si vuelves a respirar
siquiera delate de Lena haré de tu vida un infierno que hasta tus bisnietos lo
sentirán.

-¿Es promesa o amenaza?-preguntó y yo no pude más que parpadear estupefacta.


O tenía los ovarios bien puestos, o era una idiota declarada.- La idiota de mi prima
es una golfa presumida y pedante que no le importa a nadie y que…

-¡**** perra!-gritó y la arrogó contra la pared.- No sabes de lo hablas, ella es la


persona más encantadora, valiente, inteligente y noble que he tenido el placer de
conocer. Y no permito que le faltes el respeto.-respiró tres veces en un intento de
controlarse.-Sal de mi casa.

Sasha no hizo caso y volvió a arremeter contra su prima quien estaba con la cabeza
hacia abajo mirando al piso.

-¿También le pagaste a este?-señaló a Damian con la cabeza.

-Ella no pagó a nadie.-Laura intervino, una vez que regreso de salvar a su novia de
una muy ganada nariz rota.-Y vuelves a insultar a mi mejor amiga no te lo voy a
perdonar.

-¿Qué vas a hacer rubiecita escuálida? Mírate, pareces ridícula con ese peinado.
-Sal de mi casa-repitió mi amigo con una voz seseante y cargada de veneno.

-¿O qué?- Sasha tuvo el coraje de retarlo de nuevo y de inmediato, me moví como
un depredador que está listo para comerse a su presa sin importarle el lugar la otra
o cualquier cosa que había alrededor.

Caminé hasta que me situé enfrente de ella, Damian se quitó a regañadientes pero
se mantuvo firme. Por mi parte, con una voz que desconocía le dije:

-Sí, al principio fue una farsa pero realmente me enamoré. Ella es una persona
maravillosa y cada una de las palabras que dije en su casa eran verdad. La amo.

Sentí como de repente todo el ruido y el zumbido que sentía en las orejas se
desaparecía de golpe, pero no me importo.

-Vete, y no vuelvas a aparecerte en frente de mi otra vez.

Laura previendo un contrataque la tomó del brazo y la jaló con todas sus fuerzas
hacia la salida. Suspiré en un intento de exteriorizar mi cólera. ¡Gracias a Dios! La
noche había terminado y el asunto Sasha había sido finiquitado.

-Damian-llamé-, podrías…

-¿Averiguar en que Universidad estudia y encargarme de que lo pase muy mal de


aquí a que termine su carrera?

-Eh… supongo que sí-respondí.

-Bien, voy a ello-dio dos pasos antes de darse la vuelta y apuntarme con el dedo.-
Pero que te quede claro que lo hago solo porque Lena me cae bien después de todo,
y no porque tú me lo pides.

-Oh, eso me queda perfectamente claro.-Declaré intentado esconder mi sonrisa. –

Iba a comenzar de nueva cuenta con los exhala e inhala cuando la pregunta de
Laura me bajó la adrenalina de golpe:
-¿Dónde está Lena?

POV Lena

Sabía que esto pasaría, sabía que tarde o temprano tendría que enfrentarme a eso.
Sabía también que lo peor que me podía pasar era que mi familia se enterara, y
sabía perfectamente que jamás, jamás debía de haber recurrido a Yulia

No podía culpar a Kate, estaba al tanto de que su naturaleza era ser una idiota
bocazas metomentodo, razón por la cual olímpicamente me la había saltado como
posible solución al asunto, pero esta noche, esta noche se había superado a sí
misma.

La pobre no había hecho más que decir la verdad que yo muy terca y
estúpidamente me había negado a creer: No era la suficientemente buena para
nadie, ni lo suficientemente bonita para gustarle a alguien.

Yulia no había sido más que un buena amiga jugando a ser una heroina. Era una
persona noble, capaz de inventar un discurso digno de algún novelista romántico
solo por ayudarme. Yo había sido la idiota que se lo había tomado al pie de la letra,
y que había fantaseado con la posibilidad de que fuera verdadero. Yo había sido lo
suficientemente idiota para permitirme tener esperanzas y lo competentemente
loca para enamorarme de alguien quien no me veía más que como una amiga.

Mi amiga obviamente no se tomó muy bien el comentario y no me sorprendería que


más tarde Kate tuviese que visitar al dentista para que le arreglaran los dientes, así
como tampoco me sorprendería que alguien le hubiese parado los tacos a mi prima.

Desde luego no me quedé para ver cómo es que terminaba todo ese asunto. No iba
tampoco a empezar a dar explicaciones acerca de si tenía o no una relación con
Yulia o a soportar sus miradas de lástima. Así que hice lo que me pareció lo más
correcto: me escapé de allí.

Como también sabía que teníamos que hablar, ya sea para pedirle disculpas por los
posibles escándalos a los que nos pudiésemos ver inmiscuidas, o simplemente darle
las gracias, volví al departamento, refugiándome en la recamará.

No estaba al tanto de cuánto era lo que tardaría mi ‘novia’ en darse cuenta de mi


ausencia, menos cuanto tardaría en encontrarme, así que como muestra de
agradecimiento decidí que emplearía unos cuantos minutos de espera en darle su
"regalo".

Me deje caer en la cama, reboté un poco y contuve el impulso de quitarme los


zapatos y ponerme a saltar cual niña de tres años.

Cerré los ojos por mi propia estupidez ¿Qué demonios me llevó a actuar así? Y
¿cómo carajos le iba a hacer para salir de esto con el corazón intacto? Yo no me
sentía lo suficientemente buena para ella. Lo de menos sería ir directa al grano y
que pasara lo que tuviera que pasar.
Le confesaría mis sentimientos si… ¿Si me decía que me amaba?

No serviría, eso no satisfaría mi corazón. Habría al menos diez chicos en el colegio-


bueno al menos debía de haber uno- todos ellos dispuestos y encantados de
postrarse de rodillas y jurarme amor eterno, a pesar de que ninguno de ellos sabía
siquiera lo que era el amor.

Necesitaba saber que ella me amaba, sin reservas, más allá de toda duda y, sobre
todo, por encima de este estúpido favor. Pero ésa no era la razón principal por la
que quería escuchar esas palabras de sus labios, pronunciadas por propia voluntad.
Necesitaba saber que Yulia sabía que me amaba. Que no era solo producto de su
lástima por lo dicho por mi prima.

Si le pedía una declaración de amor, ella podría darme el gusto y pronunciar las
palabras sin sentirlas de verdad sin afrontar realmente lo que eso implicaba. Y yo
no quería que se sintiera atada o comprometida con migo solo por esta tontería de
nuestro ‘trato’.

¿Qué debía hacer? Era la pregunta del millón. Una parte de mi quería decirle que lo
quería, que me había enamorado de ella, que no sabía si había sido por ese tiempo
que pasamos juntas o que si el sentimiento había solo despertado gracias a la
relación más física que habíamos mantenido, pero que como fuera que hubiese
pasado yo la quería. Quería estar a su lado y ser todo su mundo.
Tenía muchas cosas que perder si no era correspondida, pero si no me desahogaba
me arrepentiría toda la vida.

No podía dejar de pensar en que todo era su culpa, si no le hubiese propuesto el


**** "trato", ¿En que estaba pensando?, ¿Por qué dejó que todo continuara si se
estaba saliendo de control?, ¿Cuándo aprendería?, jamás podría ser otra cosa que
una persona agradable y aburrida, quizás su destino era estar sola, porque ya había
dejado de creer en el amor.

Desde pequeña solía ver películas de amor con las cuales comencé a soñar. Soñaba
que algún día conocería a alguien tan lindo y perfecto como el actor, que con una
sonrisa deslumbrante me besaría apasionadamente, mientras se oía una romántica
canción de fondo.

Pero siempre tuve un problema, nunca fuí linda como Antonella o como Laura, por
lo cual el divino de ojos claros y sonrisa encantadora jamás se fijaría en mí y jamás
nos besaríamos con la mágica canción de fondo.

A medida que pasaban los años, cambié físicamente, volviéndome, no tan bella
como las otras chicas, pero definiendome como aceptable, sin dejar de
preguntarme todas las noches… ¿Y si algún día el sueño se hace realidad? ¿Y si
alguna vez el chico de la sonrisa linda también sueña con besarme con esa canción
de fondo?

Pero el sueño del príncipe azul comenzaba a desvanecerse y las autocríticas


aumentaban ¿Por qué a mí no me puede pasar eso? ¿Por qué yo no puedo tener un
novio con esa sonrisa? ¿Por qué nadie me besa con una canción de amor de fondo?
Y conocía la respuesta, era simple: porque no era linda, porque no era sexy como
la chica de la cual se enamora el galán de la película, porque mi pelo era horrible,
era torpe y tímida. Si tenia la suerte de que me dejasen hablar podían encontrarme
interesante e inteligente, entre otras palabras… aburrida.

La mayoría de las chicas, tienen dudas, no están seguras de cuando alguien gusta o
no, de ellas. Pero yo no tenia dudas porque no atraía a los chicos, nadie se moría
de ganas de partirme la boca en un beso.

Entonces aprendí la lección, que el amor es una mentira. Una mentira con mucho
marketing. Porque desde chiquita vi películas, cuentos, historias de amor… que me
hicieron creer que el príncipe azul con mucho dinero, que es rubio y tiene ojos
celestes, existe.

¿Y que es lo peor?, que existe, pero jamás se fija en chicas como yo.

Al lado de Yulia aprendí que el amor que te muestran los filmes no existe. La vida
es una porquería. Nadie ama de verdad, nadie ve ni escucha a nadie de verdad.
Nos disfrazamos, armamos personajes y vivimos amores de película copiando todo
lo que veíamos de chiquitos.
Como en las películas… la música suena de la nada, un declaración de amor original
y nos creemos que ese es el amor.
El amor… todo gira en torno al amor. Pero el amor es para unos pocos, para esos
que pasan el casting de ‘galán’ y ‘heroína’. Para mi no, me limito a mirarlo en
películas nada más.

Sin embargo, ahora, sigo llorando con películas románticas y sigo soñando con
encontrar mi amor imposible. Con ser correspondida por Yulia.

POV Yulia:

El problema ya no era el cómo sino si me creería o no. Ya lo había dicho de manera


poética en casa de sus padres y por el beso que nos habíamos dado –y que beso-
pensé que me había creído. Y luego cuando lo volví a repetir de una manera más
simple y directa resulta que la señorita se había esfumado y no había oído ni mu.

Entre a la cocina donde Laura estaba intentando calmar a Kate que de vez en
cuanto echaba en cara el pellizco que le había dado la su novia.

-¿Sabes en donde esta?-le pregunte a Laura quien negó con la cabeza.

-¿Qué está pasando?-me preguntó mi amiga.- ¿Cómo es eso de que andas con
Lena? -caminó hacia mí y me clavo un dedo en el pecho- Te advierto que si estás
jugando con ella te voy a partir la cara por muy amiga mía que seas.

-No es lo que piensas-contesté y me di la vuelta. Tenía que encontrarla.

-No me dejes hablando sola, Vólkova.- me detuvo poniendo una mano en mi


hombro.- Exijo una explicación.
-No es el momento-le conteste enfadada, ¿es que no se daba cuenta de que tenía
prisa?

-Claro, no es el momento. ¿Y cuando carajos va a ser, eh?

-Kate…-comencé a decir con voz cancina pero me interrumpió gritando.

-¡Kate, un carajo! ¿Por qué nunca me explican nada?- su cara se contrajo con una
mueca de enojo y tristeza.- ¿Qué a caso no confían en mí?

-No es eso y lo sabes-la miré frunciendo el seño-Es solo que esto –le hice un gesto
con las manos- es cosa de Lena. Estoy seguro que Laura te lo pude explicar. Y no
te ofendas, yo tampoco hubiese sabido nada si no la hubiera atrapado con las
manos en la masa. Ella no quería decirnos nada a ninguna de las dos.

Deje que Laura le explicara la situación a Kate, sinceramente solo existía una
persona a la que le debía de dar explicaciones y justificaciones de mis sentimientos.

Tomé un taxi para volver a casa y al entrar sonreí de manera involuntaria al


imaginarme haciendo lo mismo en algunos años, salvo que para entonces estaría
llegando del trabajo y Lena saldría de la cocina con todo y delantal para darme la
bienvenida. Platicaríamos acerca de nuestro día mientras terminábamos la cena y
siendo un poco más ambiciosa nuestros hijos estarían también en ese cuadro.

Por alguna extraña sensación o sexto sentido, sabía que ella estaba aquí. La
conocía lo suficiente como para saber que ella al igual que yo necesita hablar y
aclarar todo este embrollo.

La busqué en la sala, la cocina, la biblioteca sin encontrar rastro de ella. Mientras


subía la escalera no pude evitar el hueco que se me formó en el pecho la pensar
que tal vez ella no estuviese aquí. La sensación de vació fue mitigando mientras
avanzaba hacia mi dormitorio y me prometía que: no importara donde estuviera, yo
la encontraría.

En modo automático me encaminé hacia mi habitación y abrí la puerta.

La única luz que había provenía de la luna que se colaba por la venta, un hecho
demasiado raro, si nos ponemos a analizar que estaba nevando, pero aún así ese
detalle servía para darle un toque romántico al ambiente.

Estiré una mano para poder encender una vela y poder verle la cara. Sabía que ella
estaba sentada en medio de la cama, fue lo primero que noté, más por el escalofrío
que me recorrió y su perfume que golpeo mi nariz.

Dispersé media docena de velas por la habitación aún con su mira fija en mí. Me
sentía nerviosa y ansiosa y de nueva cuenta me comenzaron a invadir. Decidí
mandarlas lejos, y terminar de una vez por todas, así que cuadré los hombros,
respiré un par de veces y me paré frente a ella.
Se vía tan hermosa. No lograba entender cómo es que no lo había notado antes. En
esos años donde ya sabía que era inteligente, encantadora, ingeniosa, noble y
creativa. Pero todos esos adjetivos no eran suficientes para describirla, no siquiera
los muchos otros que ni siquiera se me habían ocurrido.Y entonces sentí en impulso
de postrarme de rodillas, por qué en ese instante fue cuando comprendí que
nuestro amor (o al menos el que yo le profesaba y esperaba ser correspondido)
comenzó hace muchos tiempo atrás con una sonrisa, una palabra, una mirada
cómplice y uno que otro regaño. Con cada segundo que pasaba ese sentimiento
había ido instalándose en mí hasta llegar a ese momento, ese instante perdido a lo
largo de esa semana, en el cual por fin pudo salir, en el que de repente lo supe.

La amaba.

-Le vamos a hacer la vida imposible a Sasha-informé, en un vago intento de buscar


las palabras adecuadas-. Le dejaremos un trauma que nadie podrá curar.

-¿Quien…?

-Damián se está encargando de eso-respondí entendiendo su pregunta incompleta

-Ah…, bien-asintió con la cabeza y retorció el bajo de su vestido con sus manos-¿Mi
familia?

-Buscaremos la forma de explicarles esto…-me encogí de hombros.

-Ah, valla… Gracias-me dijo haciendo un mohín con los labios.

Nos quedamos en silencio, ninguna de las dos se atrevía a dar el primer paso,
ambas estábamos más que dispuestas a aclarar las cosas, pero aún así las dos
estábamos evitando tocar el tema.

De repente Elena se aclaró la garganta se alisó el vestido y se puso de pie.

-Yulia-me llamó y nuestras miradas se encontraron-. Gracias.-Fruncí el ceño.


¿Gracias, eso era todo?- Se que fue difícil para ti, después de todo solo somos
amigas, y ambas sabemos que no soy tu prototipo de mujer, así que gracias por
hacer el sacrificio.
-¿Sacrificio?-pregunté incrédula. ¿Era así como veía las cosas? ¿Qué era esa
estupidez de que no era mi prototipo de mujer?

-Umm, pues ya sabes, el besarme y…

-Elena, basta-la callé.- Estas diciendo puras tonterías

-Pero yo…

-Sólo escúchame.-Le pedí e hice un gesto con la mano para que ya no hablara.-
Tengo que aclarar algunas cosas contigo.

Me miraba atenta y de nueva cuanta me encontré invadida por los nervios, las
dudas y los miles de "¿Y si…?"

Cerré mis ojos con fuerza y me lance al abismo de cabeza y con el corazón en la
mano.

-Te tengo que confesar que decidí ayudarte porque me moría de celos. No podía
soportar que prefirieras pedirle ayuda a un total desconocido y no a mí. A tú amiga
con la que habías pasado tantas cosas. Debo decirte que la nueva faceta tuya que
encontré me resulta total y completamente fascinante. Mi segunda confesión se
refiere al verdadero motivo por el que accedí a ayudarte. Tal vez no lo noté al
principio, pero te aseguro que ese fue mi móvil todo este tiempo.
Me quedé en silencio sin saber cómo continuar. Dejé que mis ojos una vez más la
recorrieran de pies a cabeza, con la esperanza de que, saliera todo bien o no, la
imagen se quedara permanentemente en mi cabeza.

-Y... ¿cuál es el verdadero motivo? -La pregunta crucial para las dos la realizó ella,
la pregunta que llevaba toda la noche royéndonos las entrañas y que por fin iba a
ser contestada.

Inspiré hondo y, una vez más, la miré a los ojos.

-Porque te quiero... como muy bien sabes, y como he venido diciéndole a todo el
que me pregunte. -Comenzó a palpitarme un músculo en el mentón, pero
pronuncié las palabras sin titubeos y sin apartar mis ojos de los suyos, con la
intención de que supiera que iba en serio-. Porque eres y siempre has sido la única
mujer que quiero por esposa, por compañera y por amiga. La única mujer a la que
quiero aquí, al cargo de esta casa... La única mujer a la que imagino con mi hijo en
sus brazos.

POV Lena

-¿Cómo…?-otra vez en la noche no pude completar la pregunta. Salvo que esta vez
fue porqué no conocía siquiera cuál era la pregunta: ¿Cómo sabes qué me amas?,
¿Cómo ocurrió?, ¿Cómo te sientes?, ¿Cómo lo llevas?, ¿Cómo puedes fingir?

Yulia, como lo venía haciendo desde que llegó, pareció entender la pregunta pues
contestó:

-No lo sé. No sé cuándo, no sé cómo y, para ser sincera, no me importa. Pero sé


que es cierto; te amo, y me detesto por no haber visto tu verdadero ser en todos
estos años.

Rápidamente cogí su cara entre mis manos y la obligue a mirarme.-No quiero


recriminaciones, pesares o culpas. No esta noche, no ahora.

Suspire cerrando mis ojos. Dejé que sus palabras penetraran en mi cabeza, que mi
hipotálamo las asimilara y cuando lo hizo sentí las lagrimas caer y una sonrisa
idiota se formo en mis labios.

La miré.
-Y no tienes que detenerte. Eres buena con esto de las confesiones-le dije
acariciándole las mejillas y sonriéndole con las lágrimas deslizándose por mi cara.-
Además estabas llegando a la mejor parte.

-¿Cuál?-me sonrió de vuelta y posó sus manos en mi cintura, donde comenzó a


trazar figurillas con sus dedos.

-Me estabas diciendo cuanto me quieres.-Moví mis manos de su cara hasta su


cuello y la jalé hacia mí para poder besarla. Fue un beso deliberadamente largo y
lento, lo suficiente para darle a entender que yo sentía lo mismo.

Me obligue a separarme de Yulia, primero: porque necesitaba oxigeno; y segundo:


porque ahora era mi turno.

Pegue su frente con la mía y solté lo que venía callando desde… posiblemente
desde años.

-Te amo-le susurré.- Te he amado, quizá años y años.- Era patético que justo
cuanto vivía mi momento de novela romántica, de esas que había leído y releído,
no se me ocurriera nada más simple que una declaración de lo más sencilla.
Intenté meterle más poesía pero los labios de ella capturaron los míos.

Y fue glorioso. No era el tipo de beso que nos habíamos estado dando, era uno que
estaba lleno de pasión, de emoción, de deseo, de amor y de verdad. Todos los
demás besos habían sido puro contacto de labios y lengua y palabras susurradas
sin sentido. Eso sí era un beso.

Había un algo en la fricción, en el modo como olía y sentía su aliento al mismo


tiempo. Algo en la manera en la cual nos movíamos y nos saboreáramos. Y las dos
sabíamos qué era ese algo.

Eso era más que un beso.

-¿Cuándo empecé a necesitarte tanto? -susurró Yulia, apartando ligeramente la


cara hasta que se tocaron las puntas de nuestras narices. Yo solo pude sonreír
eufóricamente por mi descubrimiento.

-No lo sé.-Le contesté en voz baja.-

Entonces, de repente el ambiente cambio y lo noté aún más cuando pude verle los
ojos, casi negros a la tenue luz de las velas, pero muy azules en mi mente, fijos en
los míos. Su aliento era cálido, su mirada era ardiente, y me hacía sentir calor en
partes del cuerpo en las que nunca se me ocurría pensar siquiera.

Ella bajó la mano por mi espalda, deslizándole de arriba hacia abajo y trayendo
consigo el cierre de mi vestido. Lo sentí primero suelto de la parte de arriba,
después a la altura de las costillas y luego alrededor de la cintura. Y luego ni
siquiera ahí. Intente cubrirme (aunque seguía con ropa interior) pero sus manos
me lo impidieron al deslizarse por mis brazos, mis hombros, mi cintura y mis
caderas.

-Dios mío, qué hermosa eres – me dijo, recorriéndome con su mirada.- Tan
hermosa.- Su voz era apenas más alta que un murmullo. Y por primera vez, creí
que eso podría ser cierto.-Nunca creí que fuera así…. que te desearía así.

Era tal vez una manera de seguir buscando cumplidos, pero de la misma manera
existía una necesidad que nacía de mis inseguridades al sentirme poco cosa para
ella. Así que no pude resistirme y pregunté:

-¿Cómo creías que era?

Me miró confundida por la pegunta.

-Has dicho que nunca soñaste que yo sería así –expliqué-. ¿Cómo creías que era?

-No lo sé. Hasta hace unos días, sinceramente no creo que lo haya pensado.

-¿Y desde entonces? -insistí, sin saber por qué necesitaba su respuesta; sólo sabía
que la necesitaba.

Con raído movimiento me encerró entre sus brazos otra vez y me llevo y tumbo en
la cama. Se colocó a horcajadas sobre mí y se inclinó hasta que nuestros pechos
estuvieron en contacto. Yo llevé, tal vez por instinto o tal vez por necesidad hasta
la orilla de su sweater y comencé a jalarlo hacía arriba. Se arrodilló y con un rápido
movimiento se lo quitó y lo aventó a algún lado de la habitación.

Yo no le permití descender sobre mí, lo detuve con mis manos, las cuales ni lentas
ni perezosas comenzaron a sacar la camisa de sus pantalones y luego a
desabrochar botones hasta que por fin pude deslizarla fuera de su torso, mientras
que aprovechaba la oportunidad para poder acaricias cada parte de piel que se
estaba quedando expuesta. Yulia se dejó hacer, se inclinó hasta que su nariz toco la
mía y su respiración se mezclaba con la mía.

-¿Desde entonces?-pregunté de nuevo, retomando la conversación.

-Desde entonces –gruñó- he pensado mil veces en este momento, me he


imaginado cientos cuerpos diferentes, todos hermosos, deseables y suplicándome
tocarlos, pero nada, y permíteme que lo repita por si no me oíste la primera vez,
nada se acercaba a la realidad.

-Oh.- Fue lo único que pude decir

-Te amo.- Anunció luego de mirarnos fijamente por unos minutos. Para luego
besarme. Y otra vez no pude decirle "Yo también" porque su boca no se separaba
de la mía. Estaba insaciable, exigente y muy seductora.

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 Responder citando
Re: Mamá, papá... soy gay.

por Wonderwall » 28 Jul 2010 15:19

Teniendo en cuenta que muchos me lo han preguntado vía MSN, les contaré la
historia de esta historia…
En el verano me prometí que disfrutaría mi sexto año en la secundaria (muchos la
llaman preparatoria), y así estaba haciéndolo hasta que mi padrino no tuvo mejor
idea que ir a visitarme el trabajo para decirme que quería hacer una cena en su
casa con el objetivo de celebrar mi cumpleaños, hasta allí íbamos bien, hasta que
se le ocurre decir ‘¿Y que tal si llevas a tu novio?’ y yo no pensaba decirle que…
am… no tenía nada fijo xD
Entonces, se me ocurre decirle a mi mejor amigo Chelo que se haga pasar por mi
novio peeeeeeeero se negó, riéndose de mi desesperación y argumentando que
‘Todo el mundo sabe que somos amigos. Además, mi novia y tu mejor amiga me
mataría’, al final tuve que recurrir a otra persona, pero ese mismo día llamó mi
padrino diciendo que por cuestiones de trabajo no podríamos cenar juntos.
En fin, la cena y la farsa aunque estaban armadas nunca ocurrieron pero meses
más tarde en una hora de matemática, mi mejor amigo recordó el incidente y el
muy desgraciado entre risas recomendó ‘Escríbela, pero de manera sarcástica y
exagerada’
Por ello final de este fic debe ser dedicado a factores muy importantes para la el fic,
a mi mejor amigo, Marcelo, por la idea =) a ‘Mr. Facha’ por ser de buen <3 y
querer ayudarme, a May (más conocida como ‘Laura’) a Marilyn, mi prima, en quien
se basa Sasha, a Zam porque Yulia es como es gracias a ella, porque tiene muchas
de sus palabras, de sus defectos, de sus virtudes, a mi misma… porque también
escribo para mí y porque lamentablemente como dije anteriormente, nunca he
puesto tanto de mi como en un personaje como Lena.
Y por ultimo, pero no por eso, menos importante… a ustedes que leen y comentan.

Mamá, papá... soy gay

POV Laura:

Las cosas por fin volvían a la normalidad. Bueno si tenemos en cuenta que no es la
primera vez que son el centro de atención, el foco de mirada de los estudiantes y el
tema central de todos los cotilleos.

Lo sucedido en la fiesta de Damián había corrido como pólvora, obviamente con el


trafico de palabras la información había ido cambiando a tal grado que incluso
alguien menciono algo acerca OVNIS, lo que sea que fuera eso, sonaba muy feo.

La noche de la fiesta y luego de que Yulia se fuera, tuve ganas de matar a mi novia.

Semanas atrás le había comentado sobre el plan de Elena y tengo que admitir que
se rió hasta caer de la silla cuando llegué a la parte en donde mi amiga se
autodenomina lesbiana solo para escapar de Ben, entre risas, aseguró que hubiera
dado cualquier cosa, solo por ver la cara de Lena en ese momento. Mi mente
rápidamente comenzó a pensar las mil y un maneras en las cuales hacerle jurar
que no haría nada, conozco a Kate y podía sacar ventaja de esa información, la
burla y el chantaje ocupaban los primeros lugares. ¡Tenía asegurados lo deberes de
todo lo que quedaba del año!

Después a ella le expliqué cómo mi amiga tenía pensado solucionar su problema y


los motivos por los cuales no había querido recurrir a Yulia y ella. La verdad es que
tenía razón para no hacerlo, prueba de ello eran las burlas de mi novia.
¡Gigolós!, ¡Gigolós!

¡Si ya decía yo que no tenían por qué llamarla la más inteligente! ¡¿La alumna más
inteligente de la Universidad de Moscú quiere contratar gigolós?!

Hasta donde sé, Yulia le había pedido a cambio ayuda con unas materias y como
pasaron los días hasta la cena de Navidad, no sé y con todo respeto no quiero
saberlo. ¿Qué tal si un día que me inviten a comer me entero que en la mesa ellas…?
¡Diag! Mejor no pensar en eso.

Pero claro, nunca le expliqué quien era Sasha, y la muy idiota de Kate, tuvo que
meter la pata…

Y luego de darle la razón del pellizco entre gritos. Se dispuso a ir a pedir disculpas,
a arrastrarse de rodillas ante Elena si era necesario para poder conseguir su perdón.
¡Diablos! Esta vez sí que la había cagado. Ella sabía que su relación con Lenita era
así, y tal vez contaba con que ella lo siguiera tomando cómo broma, pero nunca
había sido su intención lastimarla.

El humor de Antonella mejoró luego de dos días cuando anunció que estaba
saliendo con el capitán del equipo de natación. Yo solo me limité a negar con la
cabeza y a preguntarme si se hubiera fijado en Yulia si esta no hubiera sido tan
popular como era.

No es que no la quisiera para Yulia. A lo que voy es que yo no creía que ella pudiera
ser su complemento.

Una parte de mí siempre supo que Lena y Yulia, terminarían juntas, o sea, ¡estuve
con ellas! Veía como se entendían con solo mirarse, como se apoyaban la una con
la otra, como se sincronizaban en todo momento.

Sería un hipócrita si digiera que aprobaba la manera de vivir de Vólkova. Tan vacía
y sin sentido… que me preguntaba si alguien podría entenderla como Lena, pero
por supuesto, ninguna de las dos lo quería ver.

-Creo que ya podemos regresar a la cocina, ya deben haber terminado de hace la


cena.-le dije a mi novia tomándola de la mano

-¿Tú crees?- preguntó escéptica.-No tengo ganas de ver como se sacan las
amígdalas con la lengua. ¿Qué no les basto con disfrutar el regalo de Larissa y Oleg?
¿La semana de vacaciones en Europa? Sólo falta que en unos meses salgan con una
niña llamada Alma "Made in París"

-¡Kate!-la regañé y la golpeé en el hombro.

Cuando volvimos a la cocina, ambas estaban cubiertas de canas producto de la


harina, y de manera sorprendente no demostraban todas las maneras posibles de
realizar ‘respiración boca a boca’ sino se encontraban sumergidas en una acalorada
discusión

-¡Te digo que no Elena!

-¡Pues yo digo que te equivocas!

- ¡Yo no fingía!-exclamó Yulia y señaló a su novia.- Tu fingías.

-¡Que…que…!-la pelirroja levanto las manos hacia el techo y la miró de manera


amenazadora.- ¡¿Qué yo fingía? ¡¿Qué yo fingía?!

-Si.-Yulia le golpeó la nariz con su dedo índice, el cual Lena se quito de un


manotazo.-Yo descubrí primero que te amaba. Así que tú eras la que fingía. Tú
fingiste, todo el tiempo, es tu culpa la farsa que creamos.

-Yo no fingía –susurro Lena indignada -Yo me enamoré primero de ti

-Tú fingías.-Confirmó Vólkova con una sonrisa de superioridad. –Yo mando en esta
relación
-¡Eso no es cierto! Yo soy mucho más madura que tú
-Mentira. Además yo dije primero ‘Te amo’
-¡¡Eso no tiene que ver!!

Yo solo rodé los ojos interviniendo en la absurda discusión.

-¿Cuál de ustedes fingía?

-Al parecer ninguna-respondió Kate

POV Yulia:

La adrenalina se sentía en el ambiente y no solo porque mi oficial novia desde hacía


dos meses viniera dando saltitos a mi lado y sus pirando cada dos pasos.

La mayoría de las mujeres estaban igual y me subió un poco el ego al darme


cuenta de que no era la unica que venía con el entrecejo fruncido, varios chicos
estaban igual o peor que yo y con su novia con la cara de soñadora. Claro que
había algunas excepciones, dos que tres niños tenían, igualmente una sonrisa de
idiotas plasmada en el rostro.

-¡No lo puedo creer!-exclamó Elena emocionada.

Yo me limité a gruñir entre dientes y a maldecirme internamente por haber querido


impresionarla.

-¡Dios,-dijo suspirando teatralmente- es taaaaaan guapo! ¡No lo puedo creer!


(Acaso no lo vio bien? ¬¬!!)

De nueva cuenta los celos hicieron acto de presentación provocando que


mantuviera apretada la mandíbula para no soltar una sarta de blasfemias.

-¡Y me cantó a mí!-brincó en su lugar y soltó una risita tonta.-¡Fue tan lindo!

Si, el desgraciado era lindo, pero si mi novia no dejaba de decir que tan bonita
tenía la voz o que tan pequeños y lindos eran sus ojos, juro por mi madre que esa
noche iba a haber un asesinato.

Una parte de mí sabía que era mi culpa. Tal vez si hubiese pedido asientos de palco
en lugar de fila preferente, la tanga de encaje roja que Lena aventó al escenario en
cuanto los primeros acordes ‘Carismatico’ sonaron (agradecía que fuera ese y no
‘Seis vírgenes descalzas’ porque odiaba el disco ‘Babasonica’ por sus letras que le
coquetean al mal y tienen referencias satánicas, gracias al cielo cambiaron
drásticamente de estilo), le hubiera caído a cualquier otro y no al vocalista de la
banda, quien cogió la prenda con solo estirar la mano. No conforme con eso, colocó
la tanga en su guitarra entre los gritos y silbidos de los fans.
Pero la cosa no acabo allí. No señor. Yo no hubiera hecho nada, es más me habría
reído de ello ante lo cómico de la situación, pero cuando MI novia gritó como tonta

-¡Adrián, hazme un hijo!, ¡Adrián hazme tuya! (Jodéme ¬¬!!)

Sentí mi sangre arder. Pero otra vez me dije que solo era cosa del momento,
después de todo la tipa que estaba a mi derecha había llorado a moco tendido con
‘Pronta entrega’, y no tenía nada emotivo… ¿Quién sabe? Quizás con esa letra su ex
la convenció de que se acostase con él pero… no lo creo

Lo que terminó con mi buen humor fue que el tal Adrián, luego de que terminara la
canción, le tendiera la mano a MI novia y la invitara a subir al escenario.

Mi chica, a punto de sufrir un colapso por la emoción, estuvo parada en el escenario


en menos de dos segundos. El vocalista de Babasonicos, tomó la tanga del
instrumento acompañado de más gritos, la colocó en su micrófono y abrazando a la
madre de, actualmente, tres felpudos hijos cada uno ‘más pequeño’ que el anterior,
le canto ‘Putita’ demasiado cerca del oído.

Desde ese momento solo fue Adrian, Adrian, y lo bueno, hermoso, partible,
comestible y violable que estaba Adrian. (¬¬!!)

-¿Crees que le haya gustado la tanga?-no esperó a que le contestara que a mí no


me molestaría verla con una, cuando siguió con su monologo.-Yo digo que debería
de haberla comprado negra… quizás blanca, en algún lado leí que eso los enciende.
Claro que Adrian dijo que su color preferido era el…

Rodé los ojos ante otro a ataque de celos, y me apuré a recorrer la distancia que
nos faltaba para llegar al lugar donde podía llamar a un taxi.

Desde luego que mi idea era pasar con mi novia por las calles de la capital y quién
sabe, tal vez ir a al departamento y pasar la noche con ella, últimamente no
habíamos estado juntas desde la semana que pasamos recorriendo Europa.

Llegamos a una calle desierta y obscura, por cualquier cosa, tomé la mano de Elena
entre la mía. La pobre estaba distraída describiendo uno a uno los momentos del
concierto.

Si bien mis celos me estaban carcomiendo las entrañas y las ganas de dejar a la
agrupación sin vocalista eran tentadoras, una parte de mi estaba más que
complacida al saber que ella había disfrutado tanto. Sin poder evitarlo una sonrisa
se formo en mi boca y negando con la cabeza de manera divertida al oírla repetir el
orden las canciones interpretadas para que no se le fueran a olvidar (abrieron,
según la oí, con ’Irresponsables’, y terminaron con ‘Las demás’ o era acaso ¿’El
Colmo’?) No importaba… aproveché la ocasión que se presentaba y detuve el taxi
que pasaba por allí

Una vez arriba, ella se sentó en mi regazo y soltando un suspiro me besó.

-Gracias.-Dijo mirándome fijamente.-Fue el mejor regalo que he recibido jamás.-Me


sonrió de tal manera que mis celos se borraron de un plumazo y me prometí a mí
misma, mientras la besaba, que la próxima vez le conseguiría un pase para que los
viera en el camerino con tal de verla tan feliz.

Cuando el aire se nos acabo, se acomodó su cabeza en mi hombro y me susurró:


-Vamos a casa.

Algo dentro de mí se movió ante tal petición y con impaciencia solicité que nos
dejaran en el departamento en lugar de pasear por el centro. Lena soltó unas
risitas y frotó su nariz contra mi cuello haciéndome estremecer. Cerré los ojos y
recordé lo que había pasado después de que ambas nos confesamos dos meses
atrás.

Había habido muchas mañanas después: Pero ninguna tan mágica, perfecta e
inolvidable como lo fue la mañana que desperté con ella desnuda entre mis brazos
por primera vez.

Se me había grabado a fuego el brillo que tenían sus ojos cuando los abrió y la
sonrisa que me dedico fue la mejor manera de empezar un nuevo día. Le sonreí de
vuelta y cerré los ojos con un suspiro, cuando su mano viajó a mi cabello y a mi
frente. Se apoyo en sus codos y subiéndose a mí cuerpo me dio un beso y los
buenos días. Yo no pude con tanta felicidad y riendo cual niña de tres años me
dispuse a abrir mi regalo de Navidad, el que, por supuesto, era Lena.

Ella no puso resistencia cuando le comencé a acariciar la espalda, ni siquiera


cuando comencé a recorrer sus clavículas con mis labios. Lo que hizo fue poner sus
manos en mis mejillas y capturar mis labios.

Después de dos horas y luego de tomar un baño, desayunamos en la cocina y


decidimos, más bien Elena decidió, que debíamos de tener una especie de guía para
saber qué lugares visitaríamos y en qué orden.

-Yo creo que debemos empezar por Paris-había dicho.-Me muero por enseñarte los
lugares que visité cuando fui con mis padres la otra vez.

Recargó su cabeza en el hueco que formaba mi cuello y mi hombro, y yo la cogí


fuertemente de la cintura haciendo una nota mental de cambiar los bancos de la
barra por unos en donde pudiese sentarme mejor con ella en mi regazo.

Era increíble que aunque la había tocado antes de dormir, mientras dormíamos y al
despertar, aún me costara trabajo mantener las manos lejos de ella. Lo único
bueno era que no tenía queja de su parte.

-Además de que me gustaría caminar por las calles iluminadas abrazada a ti.

¿Cómo decirle que no cuando me mira de esa forma? Además cómo si alguna vez le
hubiese negado algo.

Lo primero que hicimos luego de llegar a Francia (acordamos que comenzaríamos a


disfrutar el regalo de mi padre de la mano en la cuidad de Paris), claro está
después de besarnos, fue conseguir una habitación de hotel.

Una vez en ella, las ganas de conocer la Torre Eiffel murieron en cuanto las ganas
de volver a abrazar a Lena sin la barrera de la ropa, se hicieron presentes.

Con una sonrisa que yo esperaba que fuera seductora me acerqué a ella. Por la
forma en la que su boca se fusionó con la mía y la manera en la cual sus brazos
sujetaban mis hombros supe que una vez más estábamos en la misma frecuencia.

POV Lena:

Dos meses habían pasado des de que desperté con el cuerpo de Yulia como
almohada y sus brazos rodeándome, esa fue la mejor mañana de Navidad, aún más
increíble que cuando Santa me trajo mi muñeca ‘Juliana, la Doctora’ y todo lo
necesario para asesinar digo atender a mi victi… perdón, la muñeca.

Esa mañana nos la pasamos ordenando las cosas para poder recorrer Europa en
una semana, las risas, las caricias y la felicidad estuvieron presentes todo el tiempo.
Incluso mi novia tuvo un ataque de risa cuando descubrió que las palabras de
Damián habían sido casi proféticas: yo había sido su regalo de Navidad, solo que
sin el moño rojo.

Empacamos las cosas y nuestra primera parada fue Francia, la cual recorrimos de
punta a punta y para nuestra sorpresa descubrimos que el hotel que la familia
Vólkov, nos había reservado era bellísimo. Para empezar contaba con playa y
piscina privadas, era de un solo piso y la fachada era de piedras claras; por dentro
vigas gruesas y de madera oscura adornaban los techos. Había grandes ventanales
que permitían divisar vistas espectaculares.

El turismo que hicimos el cual incluyo los campos Selicios, la catedral de Nuestra
Señora de Paris, el convento del Sagrado Corazón, las playas de Ibiza… pero nos
tuvimos que conformar con pasar solo Año Nuevo en Madrid.

Claro que recibir el año en la Puerta del Sol, fue espectacular. Además de que
Madrid contaba con muchísimos lugares hermosos..

El tiempo que pasamos juntas fue, de cierto modo, igual que antes: le contaba
cosas de los lugares que visitábamos y ella me escuchaba; hablábamos de cosas
sin importancia y algunas veces nos sumergíamos en cómodos silencios;
discutíamos por cualquier tontería…

La única gran diferencia era que ahora todo tenía un matiz diferente: cuando me
metía en mi rollo "guía de turista", Yulia no rodaba los ojos como lo hubiese hecho
en otro momento, se limitaba a mirarme con un sonrisa bailando en su boca, a
pasarme un brazo por los hombros, darme un beso en la cabeza y a escucharme
como si lo que decía fuera lo más importante del mundo.

Ahora cuando caminábamos, nuestras manos iban unidas. Podía abrazarla cuando
me diera la gana y ser bien recibida. Además había adoptado la manía de enredar
sus dedos en mi pelo cada vez que podía e inventaba cualquier excusa para poder
besarme.

Los silencios en los que siempre intercambiábamos miradas, hoy en día traían
consigo un sinfín de secretos y de momentos cómplices.

Los días eran demasiado largos para poder conocer los defectos del otro, para
descubrir los secretos que aún escondíamos y para aprender las manías. Las
noches, en cambio, eran demasiado cortas para poder demostrarnos todo lo que
sentíamos.

Nada había cambiado, pero a la vez ya nada era igual.

Cuando regresamos, Kate fue la primer en acercarse y soltarme a mí una larga


letanía acerca de lo idiota que era solo por pensar en contratar a un gigoló y no
recurrir a ellas. Según sus palabras hubiera preferido que recurriera a Antonella
antes que a un desconocido.

Después, se volvió hacia Yulia y le lanzó un sermón sobre los diferentes métodos de
tortura que investigó mientras no estábamos y que no duraría en poner en práctica
con ella si alguna vez me hacia llorar.

Luego de que se le pasara su faceta de amiga-hermana sobre protectora, nos


dedicó un discurso de lo feliz que se sentía porque estuviésemos juntas y, sin
mentir, nos repitió más de cien veces, que siempre había sabido que entre nosotras
había más que amistad.

Insistió, en que le contáramos con lujo detalle qué habíamos hecho en las
vacaciones, de cuantos besos antes de saber que nos queríamos nos habíamos
dado y cuándo nos habíamos dado cuenta de que nos habíamos enamorado.
Obviamente le dimos una versión súper censurada de lo que había sido nuestro
"Tórrido Romance", como se empeñó en llamarlo. Y por supuesto, como solo Kate
sabía hacerlo, comenzó a hacer comentarios subidos de tono, los cuales nos
apresuramos a negar, pero que estoy segura no nos creyó por la sangre que se
aglomero en nuestras mejillas.

Ya en la Universidad y una vez que comenzamos las clases, nos enteramos que
Antonella había empezado a salir con un muchacho de natación, el cual era el hijo
de unos tipos que estaban metido en la política. Según los rumores, lo había
conocido una noche en la que había ido a un bar a olvidar a mi actual novia, y
ahora estaba muy metida en la campaña política. Dos meses después se les seguía
viendo juntos. Esperábamos que fueran felices.

El movimiento de Yulia al intentar sacar dinero de su bolsillo me trajo al presente.


Sonreí cuando le pagó para que nos llevara directamente a casa.

-¿Estamos algo ansiosas, eh?-pregunte acurrucándome otra vez en su regazo.

-No tienes idea.-

Dimos las gracias al bajar del taxi y una vez en el departamento, encendí la estufa
mientras Yulia colgaba los abrigos

-Te extrañé-me dijo enredando sus brazos por mi cintura y poniendo su cabeza en
mi cuello, movió mi cabello para besar mi cuello y yo le facilité la tarea moviendo
mi cabeza para darle acceso.

-Y yo a ti -contesté.-Además tenemos que aprender que no todo en nuestra


relación va a ser solo sexo.

-Eso lo sé-me giró para que pudiéramos estar de frente y me beso la nariz, no lo
pude evitar y solté una risita (últimamente soltaba muchas)- pero tienes que
admitir que no le puedas dar un juguete nuevo a una niña y quitárselo después por
mucho tiempo, además amo pasar tiempo contigo, nunca es suficiente, no quiero
compartirte. Hoy no, nunca. Ya verás, seré una esposa terrible.
Aleje mi cara para poder verla mejor e interrogarla por su último comentario, pero
la cara de ella se me acercó hasta que sus labios acariciaron los míos en un
delicado y suave beso.

-Eres tan suave…-susurró contra mi boca- Tan suave, y tan dulce. Tan perfecta.
Nunca creí… nunca pensé…

Sin poder evitarlo arqueé mi cuello al sentir que sus labios comenzaban su
recorrido.

-¿Nunca pensaste qué?-pregunte mientras sus labios casi alcanzaban mis clavículas
y mis manos se aferraban a su espalda.
-Que tú serías así. Que yo te desearía así. Que esto podría pasarme a mí. Que esto
podría ser así.

-Yo lo supe siempre. Siempre lo supe.-contesté a diferencia de la vez anterior

Ya no era consciente ni de mis actos ni de mis palabras, no cuando ella estaba


besándome así, no cuando nuestras respiraciones estaban saliendo en jadeos
disparejos.

-Ya sabía yo que eras muy inteligente- murmuró.-Debería haberte escuchado


también es esto.

En segundos todo dejo de existir, todo menos nosotras.

FIN

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