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SUMARIO

Enero 2018 | Tomo 106 / 1 (nº 1.229)

ESTUDIOS
La esclavitud y la trata de personas
en el siglo XXI
María José Castaño 7
La trata de mujeres y niñas con fines
de explotación sexual
Carmen Meneses 21
El negocio de la paternidad en occidente
y el tráfico de niños
Blanca Gómez Bengoechea 35
El trabajo del hogar, más que sólo
un trabajo precario o mal remunerado
Armando Agüero 51

los jóvenes

Jóvenes y experiencia de Dios
Ignacio González Sexma 65

LOS LIBROS
Recensiones 79
SalTerrae
SalTerrae
Revista de
Revista de Teología
Teología pastoral
pastoral
de la
de la Compañía
Compañía dede Jesús
Jesús en
en España
España

Revista mensual de divulgación científica


sobre teología,
sobre teología, Iglesia,
Iglesia, sociedad,
sociedad, familia,
familia, psicología.
psicología.

Fundada en 1912

ISSN: 1138 -- 1094


1094

Año 106
105
Número 1.229
1.225
SEPTIEMBRE 2017
ENERO 2018
DIRECTOR:
José Ramón Busto Saiz, sj
Maldonado, 1 / E-28006 Madrid
Tfno.: + 34 915 759 848
E-mail: jrbusto@salterrae.es / revistasalterrae@salterrae.es

CONSEJO DE REDACCIÓN:
Antonio Allende (Delegado de Educación SJ)
Ana Berástegui Pedro-Viejo (Universidad Pontificia Comillas)
Junkal Guevara (Facultad de Teología de Granada)
Diego Molina (Facultad de Teología de Granada)
José Mª Rodríguez Olaizola (Grupo de Comunicación Loyola)
Pedro Rodríguez Panizo (Universidad Pontificia Comillas)
Abel Toraño Fernández (Maestro de Novicios - San Sebastián)
Javier de la Torre (Universidad Pontificia Comillas)

COLABORADORES HABITUALES:
Dolores Aleixandre - Patxi Álvarez de los Mozos
Lola Arrieta - Adela Cortina - Cipriano Díaz Marcos
José Mª Fernández Martos - Jesús García Herrero
Joaquín García Roca - José Antonio García Rodríguez
Pedro José Gómez - José I. González Faus
Luis González-Carvajal - Juan Antonio Guerrero
Pablo Guerrero - Daniel Izuzquiza - Mariola López
Luis López-Yarto - Juan Manuel Martín Moreno
Xavier Melloni - Fernando Millán
Jon Sobrino - Gabino Uríbarri
Thomas Merton
Los Manantiales
de la Contemplación
Un retiro en la abadía
de Getsemaní

P.V.P.: 18,90 €
312 págs.

Más información en
www.gcloyola.com

La muerte
Poco antes se
dehasuconvertido en un tabú.
muerte, Thomas MertonAhora
pudo nocharlar
solo escon
normal morir
varias en
religiosas
soledad, sino que ni siquiera se puede hablar de la muerte y a
de órdenes contemplativas sobre temas que entonces estaban de actualidad,menudo se
abandona
algunos deallosmoribundo
cuales hoy asiguen
su suerte. Es un signo
generando debatededentro
un profundo cambio
y fuera de la Igle-
de la cultura, que ha pasado de la petición de «piedad para quien
sia. Este libro recoge muchas de estas charlas y reflexiones. Una oportuni- muere»
a unapara
dad solicitud
volver de «muerte porcon
a encontrarse piedad».
uno deEstán en juegoautores
los grandes profundas diná-del
católicos
micas afectivas,
siglo XX. culturales y espirituales, y tratar los problemas fuera de
una visión humanística y sapiencial resultaría restrictivo.

Apartado de Correos, 77 - 39080 Santander (ESPAÑA)


pedidos@grupocomunicacionloyola.com
5

PRESENTACIÓN

La antigua esclavitud no ha dejado de estar presente en diversas formas


en el siglo XXI: la trata de seres humanos, la servidumbre por deudas, el
trabajo doméstico forzoso, la esclavitud sexual, los matrimonios obliga-
dos… A pesar de que parece una realidad del pasado, hoy más de 21 mi-
llones de mujeres, hombres y niños, 3 de cada 1000 personas del mundo,
viven en una situación de esclavitud según Naciones Unidas, más que
en cualquier otro momento de la historia. Para la Organización Interna-
cional del Trabajo, las ganancias por esta explotación son tan altas que
la trata de seres humanos es el tercer negocio más lucrativo después del
tráfico de armas y de drogas, un negocio que afecta, en el 80 por ciento
de los casos, a mujeres y niñas.
El papa Francisco renueva constantemente su llamamiento para acabar
con lo que denomina “formas modernas de esclavitud” y menciona como
causas de la esclavitud moderna la pobreza, el subdesarrollo y la exclu-
sión, combinadas con la falta de acceso a la educación o “con una realidad
caracterizada por las escasas, por no decir inexistentes, oportunidades de
trabajo”.
La revista SAL TERRAE aborda en este número esta lacra de nuestro
tiempo. Comienza con un trabajo de María José Castaño en el que analiza
la esclavitud y la trata de seres humanos en la actualidad, poniéndolo en
relación con el trabajo forzoso. Se fija también en la dimensión transna-
cional de la trata de seres humanos y la relación que existe entre el tráfico
de migrantes y la esclavitud moderna. Al final aporta algunas propuestas
para hacer frente a este problema.

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6 presentación

A partir de tres historias reales Carmen Meneses expone las causas y las
situaciones de trata, prostitución coactiva, explotación sexual y el tráfico
de mujeres jóvenes para abastecer el mercado de la prostitución.
Blanca Gómez Bengoechea explica en su artículo cómo los crecientes pro-
blemas de infertilidad y los nuevos modelos de familia han abierto el
camino –aparte de las nuevas técnicas de reproducción asistida– hacia la
consideración de la adopción como una buena alternativa para formar
una familia. Este deseo de paternidad y los nuevos métodos para lograrla
han generado un contexto en el que han aparecido prácticas poco respe-
tuosas con los derechos de los niños y han llegado, a veces, a constituir
un negocio que ha convertido a los niños necesitados de protección en
objeto de tráfico.
Finalmente, Armando Agüero, desde la experiencia cotidiana de asistencia
a trabajadoras del hogar constata que este trabajo se ha convertido en un
campo de dificultades especialmente para mujeres emigrantes que care-
cen de apoyo familiar y social y con escasos conocimientos del funciona-
miento del mercado laboral y su legislación.
Con el nuevo año y ante el próximo Sínodo iniciamos una nueva serie
dedicada a los jóvenes desde la perspectiva de su vivencia de fe, su for-
mación cristiana y el modo de implicarse en los compromisos inherentes
a la fe. En este primer número Ignacio González Sexma, S. J. aborda el
tema de la experiencia de Dios por parte de los jóvenes, las características
de nuestro tiempo que facilitan esa experiencia de Dios y que deben ser
aprovechadas en las propuestas pastorales dirigidas a los jóvenes.

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ESTUDIOS
La esclavitud y la trata de
personas en el s. xxi
M aría J osé C astaño R eyero *

Fecha de recepción: noviembre de 2017


Fecha de aceptación y versión final: diciembre de 2017

Resumen
El presente artículo tiene por objeto abordar la realidad de la esclavitud y la trata
de seres humanos en el siglo XXI. En la primera parte se analizan ambos concep-
tos y también cuál es su relación con el trabajo forzoso; mientras que la segunda
parte está dedicada a dimensión transnacional de la trata de seres humanos, así
como a la relación que existe entre el tráfico de migrantes y la esclavitud moder-
na. Por último, se reflexiona sobre posibles propuestas de futuro para hacer frente
a esta problemática.
Palabras clave: trata de seres humanos, esclavitud, trabajo forzoso, tráfico
de migrantes, crimen organizado transnacional.

Slavery and human trafficking


in the 21 st century

Summary
This article seeks to address the reality of slavery and human trafficking in the
21st century. The first part analyses both concepts and their connection with

* Investigadora del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones. Uni-


versidad Pontificia Comillas. mreyero@comillas.edu

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8 maría josé castaño reyero

forced labour; meanwhile, the second part examines the transnational dimension
of human trafficking, as well as the link between the trafficking of migrants and
modern slavery. Lastly, possible forward-looking proposals to tackle this issue are
explored.
Key words: human trafficking, slavery, forced labour, trafficking of mi-
grants, transnational organised crime.

En abril del año 2017 funcionarios de la Organización Internacional de


las Migraciones (OIM en adelante) en Níger y Libia alertaban sobre la
existencia de un “Mercado de Esclavos” en las rutas migratorias del Norte
de África con destino a Libia, donde los migrantes subsaharianos eran
vendidos por los traficantes de migrantes que les facilitaban su llegada a
Libia y posteriormente a Europa. Estos migrantes eran comprados por
personas de nacionalidad libia, que los trasladaban a centros y casas don-
de eran retenidos junto a otros migrantes en condiciones infrahumanas
hasta que sus familias pagaran la cifra exigida por sus captores para su
liberación: entre 300.000 francos CFA1, cerca de 480 dólares, y 600.000
francos CFA, alrededor de 970 dólares; que deberían enviarse por me-
dio de los servicios financieros que ofrecen las compañías como Western
Union o Money Gram para la transferencia de dinero. Durante este tiem-
po los migrantes eran obligados a trabajar en la construcción a menudo,
pero también como “guardias” en las casas de secuestro o en el merca-
do de esclavos. Todos ellos relatan haber sufrido ataques físicos, abusos
sexuales y sufren desnutrición. En este escenario, el destino habitual de
las mujeres es convertirse en esclavas sexuales durante el tiempo que dura
su cautiverio2.

1. El Franco de África Central (CFA según su acrónimo) es la moneda de seis


estados independientes de África Central: Camerún, República Centroafricana,
Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial y Gabón.
2. Giuseppe Loprete, Jefe de Misión de la OIM Níger, web oficial de la OIM,
11 de abril de 2017, en línea, https://www.iom.int/es/news/la-oim-toma-co-
nocimiento-acerca-de-la-existencia-de-un-mercado-de-esclavos-que-pone-en-
peligro (Consultada el 9 de noviembre de 2017).

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la esclavitud y la trata de personas en el s. xxi 9

Pero, ¿qué ocurre cuando estas personas logran llegar por fin a Europa?
Pues como cuenta Mama Faith (nombre ficticio) una de las protagonistas
del informe de Women’s Link Worldwide, Madres en las redes de trata:
Derechos robados, la explotación continúa. Mama Faith es una mujer de
18 años nacida en Benin City (Nigeria) que había pasado una tempora-
da en Tripoli (Libia) antes de cruzar a Italia donde llegó a bordo de una
embarcación y ya embarazada de su hija. Los profesionales responsables
del centro de acogida donde se encuentra en la actualidad Mama Faith y
su hija en Munich (Alemania) –donde llegó huyendo de Italia– relatan
cómo han tenido que adaptar su intervención especializada en mujeres
con traumas psicológicos, problemas médicos o enfermedades muy gra-
ves a la nueva realidad de las mujeres llegadas por la ruta de Libia3.
También la explotación laboral se mantiene. Muchos de estos migrantes
de origen subsahariano que llegan a España en situación irregular termi-
nan trabajando en condiciones ínfimas y denigrantes en los invernaderos
de Almería como muestra la investigación “Salad slaves: Who really pro-
vides our vegetables”, llevada a cabo por el periódico The Gardian en el
que se denuncia la situación de las personas que nos proveen de frutas y
verduras, a las que denomina los “esclavos de la ensalada”, en una indus-
tria que mueve 2.000 millones de euros al año4. Sin embargo, como se-
ñala la oficina del Relator Nacional contra la Trata en España, el término
explotación laboral no se encuentra claramente definido en la legislación
española, la cual tampoco cuenta con recursos para acoger a las personas
que son explotadas laboralmente, que son en su mayoría hombres5.

3. Women’s Link Worldwide, Madres en las redes de trata: Derechos robados, Serie
Investigaciones: Trata de personas. Informe # 8, 2017, 34-38, en línea, http://
www.womenslinkworldwide.org/files/a0440874f5037bcc7d6e85aa26f4c76e.
pdf (Consultada el 9 de noviembre de 2017).
4. F. Lawrence, “Salad slaves: Who really provides our vegetables”, The Guardian, 7
de Febrero de 2011, en línea, https://www.theguardian.com/business/2011/feb/07/
spain-salad-growers-slaves-charities (Consultada el 10 de noviembre de 2017).
5. J. J. Galvez, “Los esclavos del patrón”, El Pais, 21 de abril de 2017, en línea, https://
politica.elpais.com/politica/2017/04/14/actualidad/1492187015_383649.
html (Consultada el 10 de noviembre de 2017).

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10 maría josé castaño reyero

A la luz de los hechos, parece no haber lugar a dudas acerca de la exis-


tencia de esclavitud en el siglo XXI, pero ¿Es lo mismo esclavitud que
trata de seres humanos? ¿Cuál es su relación con el trabajo forzoso?; y por
último, ¿Cuál es la relación que existe entre el tráfico de migrantes y la
esclavitud moderna?
El objetivo de este artículo es intentar dar respuesta a estas preguntas, que
son fundamentales para poder conocer las características y alcance de esta
realidad que calificamos como la esclavitud del siglo XXI.

1. ¿Es lo mismo esclavitud que trata de seres humanos? ¿Cuál es su


relación con trabajo forzoso?

El término “esclavitud moderna” es de Kevin Bales, uno de los mayores


expertos en el tema, y según su autor fue acuñado con el objetivo de
despertar conciencias. La expresión “esclavitud moderna” logra reflejar
visual y emocionalmente la inefable realidad que se esconde detrás del
comercio ilícito de seres humanos con fines de explotación. Poco a poco
el término ha ido ganando adeptos hasta utilizarse como un sinónimo de
trata de personas6.
Sin embargo, de las acciones incluidas en el concepto normativo inter-
nacional de trata de seres humanos recogido en el Protocolo de Paler-
mo –el tratado internacional aprobado en el marco de la Convención
de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional7
que establece, por primera vez, un lenguaje común para describir el fe-
nómeno de trata de seres humanos– se deduce que la trata es un proceso.
La trata consiste en la captación y traslado de una persona mediante el

6. K. Bales y R. Soodalter, The slave next door, Human Trafficking and Slavery in
America today, University of California Press, Berkeley y Los Angeles, 2009,17.
7. Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente
mujeres y niños que complementa la Convención de las Naciones Unidas con-
tra la delincuencia organizada transnacional de 2000 adoptado por la resolución
55/25 de la Asamblea General de ONU, el 15 de diciembre de 2000 en Palermo
(Italia). En vigor desde el 25 de diciembre de 2003, documento A/RES/55/25
(Anexo II) 8 de enero de 2001.

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la esclavitud y la trata de personas en el s. xxi 11

uso de violencia, engaño o abuso de una situación de vulnerabilidad con


la finalidad de explotar a la persona ya sea sexual, laboralmente o en el
tráfico de órganos. No obstante, para que exista trata de seres humanos
la explotación no tiene por qué llevarse a cabo; la trata se configura así,
como el mecanismo mediante el cual conseguir esclavizar a una persona.
El trabajo forzado u obligatorio –tal y como se define en el Convenio
de la Organización Internacional del Trabajo (en adelante OIT) nº 29–
constituye sin embargo todo trabajo o servicio exigido a un individuo
bajo la amenaza de una pena cualquiera y para el cual dicho individuo no
se ofrece voluntariamente8. Las estimaciones sobre el número de personas
en situación de esclavitud incluyen, en muchas ocasiones, las víctimas de
trabajo forzoso, aunque estas personas pueden encontrarse en esta cir-
cunstancia sin haber pasado previamente por un proceso de trata. En
cualquier caso, el trabajo forzoso constituye, sin lugar a dudas, una de
las actuales formas de explotación de personas, por lo que se encuentra
claramente integrada dentro de la realidad que la expresión “esclavitud
moderna” pretende reflejar.
Sin embargo, los datos publicados sobre trata de personas por los dife-
rentes informes no son siempre comparables. La metodología utilizada,
el alcance global o regional de la investigación, etc… pero, sobre todo,
la utilización de diferentes definiciones a la hora de recopilar los datos,
dificultan conocer el alcance real del fenómeno. Por ejemplo, para la OIT
el termino trata de personas incluye también situaciones de trabajo for-
zoso; en este sentido, el dato global de personas víctimas de trata en 2012
alcanzaba la cifra de 20,9 millones de personas9, pero estas estimaciones
no incluyen los casos de trata con fines de extracción de órganos ni los
de matrimonio forzado u adopción forzada10. Por su parte, la Oficina de
Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, en adelante)
distingue entre trabajo forzado y trata de personas para su explotación

8. Artículo 2.1 del Convenio de la OIT N º 29 que prohíbe todas las formas de
trabajo forzoso u obligatorio de 1930 (OIT, C. Nº 29).
9. OIT, Estimaciones globales sobre trabajo forzoso de la OIT 2012, junio de 2012,
en linea: http://www.unodc.org/ (Consulta el 9 de noviembre de 2017).
10. Ibid.

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sexual, laboral, en un matrimonio forzoso, como niños soldados, en la


mendicidad, para el tráfico de órganos o para la venta de niños. Partiendo
de esta definición el número de víctimas detectadas por la UNODC entre
los años 2012 y 2014 alcanzó la cifra de 63.251 personas en los 106 países
donde se llevó a cabo la investigación11.
No obstante, los informes estadísticos publicados en relación a esta pro-
blemática confluyen en señalar tres aspectos concretos de la trata de seres
humanos. En primer lugar, sus características configuran la trata como
un fenómeno centrado en personas en situaciones vulnerables, como es
el caso se las personas en situación de movilidad especialmente mujeres y
niños (20% niñas y 8% niños); donde los responsables son mujeres en un
elevado porcentaje; y cuyas víctimas se mueven por el mundo a través de
una extensa y diversa red de trata12. En segundo lugar, la trata se manifies-
ta a través de muy diferentes formas y su evolución y actual incremento se
encuentran directamente ligados a los cambios socioeconómicos. Y, por
último, a pesar de la dificultad que supone la identificación y conceptua-
lización de la trata de seres humanos, los países estudiados han adoptado
la primera definición recogida en el Protocolo de Palermo de ONU13 al
crear el delito de trata de seres humanos en el año 2000.
En cualquier caso, como afirma Anne Gallagher14, la definición de “vícti-
ma de trata” constituye una cuestión preliminar necesaria para poder de-
limitar el alcance de la obligación estatal de identificar y proteger a estas

11. UNODC, 2016 Global Report on Trafficking in Persons, Ed. Naciones Unidas,
Nueva York, 2016, en linea: http://www.unodc.org/ (Consulta el 9 de noviem-
bre de 2017).
12. Ibid.
13. Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmen-
te mujeres y niños que complementa la Convención de las Naciones Unidas
contra la delincuencia organizada transnacional de 2000 adoptado por la Re-
solución 55/25 de la Asamblea General de ONU, el 15 de diciembre de 2000
en Palermo (Italia). En vigor desde el 25 de diciembre de 2003, documento
A/RES/55/25 (Anexo II) 8 de enero de 2001.
14. A. Gallagher, The International Law of Human Trafficking, Cambridge Uni-
versity Press, Cambridge, 2010, 277.

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la esclavitud y la trata de personas en el s. xxi 13

víctimas15. Esta distinción resulta fundamental cuando se aborda una rea-


lidad tan compleja como el tráfico ilegal de personas, que emerge, como
veremos a continuación, fruto de la trasformación política y económica
del actual sistema internacional. El tráfico ilícito de personas aúna dos
situaciones diferentes con distinta problemática: el tráfico de inmigrantes
y la trata de seres humanos.

2. ¿Cuál es la relación que existe entre el tráfico de migrantes y la


esclavitud moderna?

El tráfico de migrantes consiste en ayudar o controlar el transito fron-


terizo de personas en situación irregular con ánimo de obtener un be-
neficio económico. Este contrabando de personas en situación irregular
tiene carácter transnacional y para el Estado, tanto los traficantes como
la persona traficada, son responsables de conductas tipificadas en su de-
recho interno, ya que dicha conducta constituye una vulneración de la
legislación estatal relativa a la entrada y permanencia de extranjeros. Los
supuestos de trata de personas implican, como ya se ha expuesto, el con-
trol o participación en la captación, traslado o recepción de personas con
fines de explotación personal. Esta figura no requiere el cruce de fronteras
y, en estos casos, la persona tratada es, o así debería ser considerada por
el derecho estatal, víctima de una grave violación de sus derechos funda-
mentales y de su dignidad.
Sin embargo, la línea que separa el tráfico de personas de la trata es muy
fina y poco clara. Con frecuencia los migrantes que son introducidos
clandestinamente en un país, huyen de situaciones de extrema pobre-
za o de conflictos que les hacen especialmente vulnerables a cualquier
forma de abuso. Como señala la Organización Internacional de las Mi-
graciones, la razón estriba en que la libertad de elección de la persona

15. R. Piotrowicz, “States’Obligations under Human Rights Law towards Vic-


tims of Trafficking in Human Beings: Positive Developments in Positive Obli-
gations”, International Journal of Refugee Law Vol. 24 No. 2, Oxford University
Press, 2012, 181–20.

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14 maría josé castaño reyero

traficada puede verse mediatizada por una falsa información sobre las
leyes de inmigración, por necesidades económicas extremas o por haber
sufrido una escalada de violencia.
En cualquier caso, ambas situaciones son una consecuencia directa de la
transnacionalización de la actividad criminal y, como ya se ha apuntado,
de las trasformaciones políticas y económicas acaecidas en los últimos
años. La desintegración de la Unión Soviética, la guerra de los Balcanes,
la primera guerra del Golfo –por citar algunos de los acontecimientos
internacionales más relevantes de la década de los noventa–, así como la
revolución tecnológica de finales del siglo XX provocaron la ampliación
del mercado internacional, no sólo en términos geográficos, con objeto
de abaratar los costes, sino también de hacer posible el comercio de una
gama de “nuevos productos”, drogas ilegales, especies protegidas, órganos
vivos para trasplantes, centrifugadoras y precursores químicos para la fa-
bricación de armas nucleares. En este contexto, la manifestación más exe-
crable de comercio ilícito es el que tiene por objeto los seres humanos16.
La primera señal inequívoca de la transnacionalización de la actividad
criminal se produjo el 11 de septiembre de 2001. Posteriormente, se di-
ría que “el mundo cambió”. Sin embargo, dichos acontecimientos no
hicieron más que poner de manifiesto el extraordinario poder de una
entidad internacional completamente nueva, intrínsecamente apátrida y
escurridiza, que actuaba al margen de la soberanía estatal17. Se trataba
de redes descentralizadas que distanciándose de las rígidas jerarquías de
las tradicionales organizaciones criminales –los cárteles colombianos, las
triadas de Hong Kong, las yakuza japonesas o la mafia rusa– funcionaban
como agentes y cédulas dispersas, nebulosamente conectadas, al margen
del control de grandes líderes, optando por transacciones constantemente
cambiantes, en función de la oportunidad del momento.

16. M. Naím, Ilícito, cómo traficantes, contrabandistas y piratas están cambiando el


mundo, Ed. Debate, Barcelona, 2006, 18.
17. C. Wihtol de Wenden, “La question migratoire au XXI siècle. Migrants, réfu-
giés et relations internationales”, Les Presses de Sciences Po, coll. “Monde et socie-
ties”, París, 2010.

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la esclavitud y la trata de personas en el s. xxi 15

A todo lo anterior, es necesario sumarle la aparición de Estados fallidos y


semifallidos durante la segunda mitad de la década del siglo XXI, “donde
la ley y el orden habían desaparecido desde los tiempos de la caída del
muro de Berlín, propiciando que secuestros y tráfico de personas florecie-
ran como nunca antes en la historia”18. Esto se debe fundamentalmente
a que en la actualidad la criminalidad organizada tiene un papel prota-
gonista en muchos contextos bélicos, en los que coexisten actores insur-
gentes y criminales que influyen en la evolución de los conflictos y en los
escenarios de reconstrucción postconflicto19.
A su vez, los conflictos proporcionan un marco favorable para el desarro-
llo de la violencia organizada y no organizada, favoreciendo la prolifera-
ción de grupos insurgentes, milicias, guerrillas, terroristas y criminales,
con capacidad de traspasar las fronteras nacionales20. De hecho, sin es-
tas redes resulta muy difícil de comprender la geopolítica internacional
actual. Así, en aquellos países donde no hay otra actividad económica
que pueda compararse con el comercio ilícito, ni en volumen ni en be-
neficios –países en vías de desarrollo y aquellos en fase de transición del
comunismo– los traficantes se han convertido en “grandes empresarios”.
Posicionados como los más poderosos grupos de presión frente a los go-
biernos de estos países, las redes ilícitas del sector privado no sólo se ha-
llan estrechamente interrelacionadas con las actividades lícitas del sector
privado, sino también profundamente relacionadas con el sector público
y el sistema político21.
Un buen ejemplo de la capacidad de adaptación, movilidad y desestabi-
lización de estas redes criminales transnacionales es el de los regímenes

18. L. Napoleoni, Traficantes de personas…opera cit, 71.


19. L. de la Corte, “¿Por qué crecen los vínculos entre terrorismo y crimen?,
Cuadernos de la Guardia Civil: Revista de seguridad publica nº 50, 2015,
6-26, en línea, http://intranet.bibliotecasgc.bage.es/intranet-tmpl/prog/local_
repository/documents/15557.pdf (Consultada el 15 de octubre de 2017).
20. J. Nuñez, “Guerras de ayer, de hoy y ¿de mañana?”, esglobal, 10 de mayo de
2016, en línea, https://www.esglobal.org/guerras-de-ayer-de-hoy-y-de-manana/
(Consultada el 15 de octubre de 2017).
21. M. Naím, Ilícito…opera cit, 272-293.

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16 maría josé castaño reyero

del Sahel y el Cuerno de África que habían permanecido auspiciados por


Estados Unidos o la Unión Soviética y que a partir de 1989 comenzaron
a desestabilizarse22. En el Sahel el crimen organizado no era algo nuevo,
pero “la presión del Fondo Monetario Internacional en los años noven-
ta del pasado siglo acabó con los subsidios que fueron sustituidos por
nuevos productos, fundamentalmente drogas, seres humanos y armas”.
En esta zona, la ausencia de control efectivo por parte de los Estados dio
paso a la aparición de estructuras transnacionales de carácter tribal, cuyas
relaciones se basan en el comercio y los tráficos ilícitos. 23
En este nuevo contexto, es necesario tener en cuenta también a los grupos
terroristas necesitados de financiación, siendo ahí donde el crimen orga-
nizado juega un papel fundamental. En este sentido, “la relación entre
actividades terroristas e individuos vinculados a otras labores delincuen-
ciales resulta un hecho irrefutable: los grupos terroristas utilizan el crimen
organizado para su financiación mediante hechos delictivos como el nar-
cotráfico, el ciberdelito, los fraudes, los robos con fuerza, los secuestros
y el tráfico de personas y armas, así como de materiales de doble uso.
Daesh, Al Qaeda y sus grupos franquiciados y sus otras facciones yiha-
distas “se proveen de infraestructuras y recursos económicos con modus
operandi similares a los realizados por las mafias del crimen organizado
transnacional”24.
Esta relación de cooperación y mutuo beneficio o dependencia se denomi-
na relación simbiótica. Si los grupos siguen cooperando por un largo pe-
riodo de tiempo y los miembros de una organización criminal comienzan

22. L. Napoleoni, Traficantes de personas…opera cit, 2016, 39.


23. I. Fuente, “La amenaza híbrida: yihadismo y crimen organizado en el Sahel”,
Instituto Español de Estudios Estratégicos, 3 de diciembre de 2014, 3, en línea,
http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2014/DIEEEA57-2014_
AmenazaHibridaSAHEL_IFC.pdf (Consultada el 20 de octubre de 2017).
24. R. Magaz, “Terrorismo y narcotráfico como elementos clave del crimen or-
ganizado transnacional y amenaza para la seguridad” en R. Magaz (Coord.)
Criminalidad y Globalización análisis y estrategias ante grupos y organizaciones al
margen de la ley, Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado (ed.), Ma-
drid, 2016, 10.

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la esclavitud y la trata de personas en el s. xxi 17

a compartir los objetivos de los terroristas, crecerán cada vez más y se fu-
sionarán, creando un híbrido, una organización que participará en actos
criminales, pero también en la agenda política y, tanto los fines crimina-
les como los políticos, se perseguirán a través del uso de la violencia y la
corrupción25. El caso de Siria –en el puesto 173 del Índice de Percepción
de la Corrupción– es un buen ejemplo de ello, donde la delincuencia or-
ganizada ha alimentado la proliferación de grupos armados y criminales
de insurgentes, y los secuestros fueron una muy jugosa fuente de finan-
ciación desde el inicio de la guerra. Los rescates de sirios ricos y de clase
media se convirtieron en una las principales fuentes de financiación para
el régimen de Al Asad, mientras que los insurgentes y los yihadistas hicie-
ron lo propio con los extranjeros26.
Por último, todo este proceso no sería posible sin altas tasas de corrup-
ción. Elevados niveles de discrecionalidad, mecanismos débiles de con-
trol interno, falta de dispositivos de evaluación periódicos, inestabilidad
y condiciones deficientes de trabajo son algunas de las características que
presentan los países con altos niveles de corrupción27. En palabras de la
UNODC, las organizaciones criminales se apresuran a tomar ventaja de
los sistemas de seguridad pública debilitados por la corrupción. En este
contexto, otro de los países cuya economía se ha visto dinamizada por el
tráfico ilegal de personas, concretamente por la trata de mujeres y niñas
procedentes de la zona de Edo State, ha sido Nigeria. Situado en el puesto
136 del Índice Anual de Percepción de la Corrupción, ostenta uno de los
últimos puestos del ranking global poniendo de manifiesto una situación
de corrupción sistémica, que permite –como ha venido denunciando la

25. L. Shelley; J. Picarelli; A. Irby; D. Hart; P. Craig-Hart; P. Williams; S.


Simon; N. Abdullaev; B. Stanislawski; and L. Covill, Methods and Motives:
Exploring Links between Transnational Organized Crime & International Terror-
ism, U.S. Department of Justice, 2005, 34-38, en línea, https://www.ncjrs.gov/
pdffiles1/nij/grants/211207.pdf (Consultada el 26 de octubre de 2017)
26. L. Napoleoni, Traficantes de personas…opera cit, 96-98.
27. UNODC, Corruption and the Smuggling of Migrants, 2013, en línea, http://
www.unodc.org/documents/human-trafficking/2013/The_Role_Of_Cor-
ruption_in_the_Smuggling_of_Migrants_Issue_Paper_UNODC_2013.pdf
(Consultada el 26 de octubre de 2017)

Sal Terrae | 106 (2018) 7-19


18 maría josé castaño reyero

organización Human Rigths Watch– a la élite del Gobierno nigeriano


abusar de su poder para el uso de fondos públicos en beneficio propio.
Las altas tasas de corrupción, la escasa protección de los derechos huma-
nos y la connivencia de las autoridades y funcionarios con las redes de
tráfico y trata de personas así como las disputas jurisdiccionales entre la
policía y el personal de inmigración, ha determinado que la trata de mu-
jeres y niñas con fines de explotación sexual sea percibida por la sociedad
nigeriana como una estrategia migratoria y de desarrollo comunitario.28
En este escenario, las redes nigerianas que tienen su origen en las anti-
guas sociedades secretas político-religiosas se han profesionalizado hasta
convertirse en estructuras sofisticadas que incluyen captadores, madames,
guideman, patrón, connection man, husband y/o boyfriend, proxenetas
y todo tipo de funcionarios corruptos, que ejercen su control a través del
juju o vudú, capaces de adaptarse y sortear los obstáculos que se les inten-
ta imponer por parte de las autoridades.29
En este nuevo contexto internacional, la trata de personas y el tráfico de
migrantes constituyen la más sórdida de las formas en que se desplaza la
mano de obra en el mundo, convirtiéndose en mecanismos altamente
eficaces de la esclavitud del siglo XXI.

3. Algunas propuestas a futuro…

Desde la aprobación del Protocolo de Palermo en el año 2000, las me-


didas y normas para luchar contra la esclavitud moderna no han dejado
de aumentar y, sin embargo, a la luz de los resultados en términos globa-
les todos estos esfuerzos han fracasado, debido en gran medida al escaso
número de procesos judiciales y sentencias existentes. De hecho, todavía

28. EASO, Country of Origin Information report on Nigeria – Sex Trafficking of


women, 2015, en línea, https://www.easo.europa.eu/sites/default/files/public/
BZ0415678ENN.pdf (Consultada el 21 de octubre de 2017)
29. Women’s Link Worldwide, La trata de mujeres y niñas nigerianas: esclavitud
entre fronteras y prejuicios, 2014, en línea, http://www.womenslinkworldwide.
org/wlw/new.php?modo=detalle_proyectos&dc
=72 (Consultada el 21 de octubre de 2017)

Sal Terrae | 106 (2018) 7-19


la esclavitud y la trata de personas en el s. xxi 19

hay un porcentaje muy elevado de países que no han tenido ni una sola
condena por trata (41%). En este contexto, la explotación de seres hu-
manos sigue siendo un negocio con poco riesgo y altamente rentable para
sus responsables. En este sentido, resulta fundamental la adopción por
los estados de normativa integral capaz de hacer frente a todas las situa-
ciones que confluyen en la esclavitud moderna como es el caso de la Ley
de esclavitud moderna (Modern Slavery Act 2015) adoptada por el Reino
Unido en el año 201530, que tiene por objeto la identificación y pro-
tección de las víctimas de esclavitud, servidumbre y trabajo forzoso, así
como las victimas de trata de seres humanos. La norma incluye además
la interpretación de explotación, indicadores de trabajo forzoso, así como
una serie de medidas para las empresas, como es el caso de la cláusula de
Transparencia en las cadenas de suministros.
En el marco de esta estrategia, luchar contra el negocio de la explotación
de seres humanos y garantizar la seguridad de sus víctimas continúa sien-
do uno de los desafíos fundamentales, pero es absolutamente necesario
abordar las causas en las que arraiga la vulnerabilidad de estas personas:
la pobreza, la movilidad humana, la desigualdad de género y la violencia
contra las mujeres, las situaciones de conflicto y post-conflicto, la ausen-
cia de cohesión social, el trabajo infantil o la discriminación.
En este sentido, la inclusión de la esclavitud moderna en los Objetivos de
Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 ofrece una verdadera oportuni-
dad para el cambio, así como para tomar conciencia del enorme riesgo
que migrantes y refugiados corren de ser víctimas de la esclavitud del si-
glo XXI en el marco de los actuales desplazamientos forzosos de personas.

30. Modern Slavery Act 2015, en línea, http://www.legislation.gov.uk/ukpga/


2015/30/contents/enacted (Consultada el 18 de noviembre de 2017)

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soledad, sino que ni siquiera se puede hablar de la muerte y a menudo con
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de la cultura,
encuentran que ha pasado
diseminadas por de la petición
su obra. de «piedad
Una mirada para quien
espiritual muere»a la
y profunda
aeterna
una solicitud de «muerte por piedad». Están en juego profundas diná-
búsqueda de la verdad, a través de uno de sus testigos más originales.
micas afectivas, culturales y espirituales, y tratar los problemas fuera de
una visión humanística y sapiencial resultaría restrictivo.

Apartado de Correos, 77 - 39080 Santander (ESPAÑA)


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21

La trata de mujeres y niñas


con fines de explotación sexual
C armen M eneses F alcón *

Fecha de recepción: noviembre de 2017


Fecha de aceptación y versión final: diciembre de 2017

Resumen
A partir de tres historias reales se profundiza y expone la situación de trata, pros-
titución coactiva, explotación sexual y el tráfico de mujeres jóvenes para abastecer
el mercado de la prostitución. La trata es una forma de violencia de género,
porque son las mujeres las que más la sufren por violarse todos y cada uno de sus
derechos, algunos difícilmente restituibles. La trata es una consecuencia del mer-
cado de la prostitución que tiene su existencia en la centralidad de la sexualidad
masculina en las sociedades patriarcales y el mayor poder adquisitivo de los hom-
bres frente a las mujeres desde una perspectiva de género. A estas desigualdades se
añaden las del reparto de la riqueza y los recursos en el mundo que lleva a miles
de mujeres a emprender proyectos migratorios que se verán truncados por una
esclavitud que le dejará secuelas de por vida.
Palabras clave: género, violencia, víctimas, trata, prostitución

The trafficking of women and young girls


for the purposes of sexual exploitation

Summary
Three real-life stories serve as the basis to examine and expose the situation of
trafficking, forced prostitution, sexual exploitation and the trafficking of young

* Dra. en Antropología social y cultural. Profesora Colaboradora de la Univer-


sidad Pontificia Comillas. cmeneses@comillas.edu

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22 carmen meneses falcón

women to supply the prostitution market. Trafficking is a kind of gender-based


violence, considering that women are those who suffer it most through the viola-
tion of each and every one of their rights, some of which are difficult to reclaim.
Trafficking is a result of the prostitution market that stems from the predominan-
ce of male sexuality in patriarchal societies and the greater purchasing power of
men compared to women from a gender-based perspective. These inequalities are
deepened with the distribution of wealth and resources around the world, driving
thousands of women to migrate in the search of new lives that will ultimately be
cut short by slavery, leading to lifelong effects.
Key words: gender, violence, victims, trafficking, prostitution

La trata, el tráfico, la explotación sexual y la prostitución coactiva son si-


tuaciones diferentes pero que se yuxtaponen. Mientras que el tráfico de
personas es un delito contra el Estado porque se infringe los tratados sobre
las fronteras entre países y las personas traficadas lo hacen voluntariamente,
no ocurre los mismo con las demás situaciones mencionadas, que son deli-
tos contra las personas, violando sus derechos fundamentales. A través del
relato de tres mujeres, que la autora de este trabajo entrevistó, recogiendo
sus experiencias, profundizaremos en qué es, qué supone para las protago-
nistas y cómo podemos actuar ante la trata con fines de explotación sexual.

Dos historias de trata y una de tráfico de mujeres para la explotación


sexual

Haciendo una inmersión etnográfica1 en una ciudad gallega me encontré


con Ariel2, una chica dominicana, que todas las noches acudía al club más

1. Observación participante durante diez días en un club de alterne desde que


abrían hasta que cerraban, nueve horas diarias de presencia, interaccionando
con las mujeres que ejercían la prostitución, los empleados del club y los clientes
que compraban servicios sexuales. Este trabajo formaba parte del proyecto de
I+D+I Visibilizando a las víctimas de trata, referencia: CSO2014-55209-P.
2. Nombre no real para guardar el anonimato de la protagonista, y todo los demás
que aparecen en el artículo siguen el mismo criterio.

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la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual 23

conocido de la ciudad a alternar con los hombres que iban allí, algunos de
ellos clientes habituales. Ariel era mulata, muy simpática, con muy buena
presencia física al estilo Naomi Campbell, pero de piel más clara, y a pesar
de que ya tenía 35 años no los aparentaba. Después de dos encuentros
breves de presentación e interacción mutua, –empatizando ambas–, en
mi tercera noche en el club le pregunté cómo había venido a España y ha-
bía comenzado a ocuparse con los clientes. No esperaba su reacción ni su
respuesta. Ya había hecho esas preguntas en otras ocasiones con respuestas
diferentes. De pronto, se echó a llorar y me dijo que su historia era muy
triste. Me di cuenta de que no era el lugar para que ella se desahogara y
me contara lo que le había pasado, que por otra parte estaba deseando ha-
cerlo a alguien que no fuera del ambiente donde ella se movía. Quedamos
al día siguiente en tomarnos un café y charlar con tranquilidad. Acudió
puntualmente a la cita y en cuanto nos sentamos delante de una taza de
café, y le hice participe de mi interés, afecto y simpatía hacia ella, volvió
a echarse a llorar, comenzando a contarme su historia entre sollozos. Ya
había vivido situaciones similares con otras mujeres con historias de vida
traumáticas y sabía que lo que tenía que hacer era escuchar activamente
y ponerme a su servicio. Su hermana, –de madre, pero no de padre–, le
había planteado si quería irse a España a estudiar. Tenía 17 años y le fal-
taban unos meses para cumplir los 18. A ella le ilusionó la posibilidad de
terminar su bachiller en España y vivir con su hermana, que llevaba unos
años allí. No se lo pensó mucho y le dijo que sí, que estaría encantada.
Su hermana le envió el billete de avión y emprendió viaje con una ilu-
sión tremenda hacía un nuevo país del que tenía muy buenas referencias.
Dicha ilusión se desmoronó en el momento que pisó tierra española. Al
poco tiempo de su llegada su hermana le obligó a casarse con un español,
que tenía problemas de adicción a las drogas, porque era la manera de
conseguir una situación legal en el país. Le obligó a casarse con quien ella
no quería. Y posteriormente su hermana, de nuevo, la envió a un club
de alterne de plaza3 para que ejerciera la prostitución, porque así saldaría
la deuda que su hermana había contraído para traerla, y los gastos de

3. Existen dos tipos de clubs de alterne, el club de plaza es aquel donde las mujeres
viven y a la vez ejercen la prostitución.

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24 carmen meneses falcón

mantenimiento posterior en el país. Ariel se vio obligada a ejercer la pros-


titución en un club de León4, en el que estuvo un año. En ese año tenía
que acostarse con todos los clientes que su hermana le indicaba, que era
la encargada del club. Ella no podía negarse porque tendría consecuencias
(decirle a todo el mundo en R. Dominicana que era una puta, incluida su
madre) además de recibir agresiones físicas o psicológicas. Ariel me con-
taba llorando lo que supuso para ella ese año de prostitución forzada, de
acostarse con hombres que no deseaba ni quería, que le pedían prácticas
sexuales que ni conocía y a los que no podía rechazar. Su relato era una
historia horrible. Como investigadora he realizado muchas entrevistas,
profundizado en los relatos de los entrevistados, o entrevistadas, pero en
este caso, la historia de Ariel me tenía con el alma encogida. ¿Cómo era
posible que una hermana hiciese semejante cosa a otra hermana que ade-
más era la pequeña? Había estado en casas refugio de victimas de trata y
había escuchado muchas historias que podríamos calificar de terror, pero
sinceramente esta me estaba dejando impresionada. Me hubiera costado
creérmelo si no hubiera sido porque el relato de Ariel era contado con
lágrimas en los ojos, y sabía que no estaba mintiendo. Ariel había sido
obligada a acostarse con una media de 15 clientes diarios, lo que podría
suponer más de 5000 clientes al año, de los cuales no percibió ni un euro.
Ahora, que estaba ejerciendo la prostitución voluntariamente, sin coac-
ción, estaba cobrando por cada cliente un mínimo de 60 euros. Es decir,
en el año que fue explotada y esclavizada dejó unas ganancias de más de
300.000 euros al club que la tenía cautiva, y ella estaba segura de que sa-
caban mucho dinero por ella, porque era más joven. Dado que la tratante
era su hermana nunca la denunció, cualquier denuncia le conducía a la
prisión por el delito de trata, entre cinco y ocho años, como penalidad
básica.
Ariel había sido víctima de trata5, eso significa que un tratante, en este
caso su hermana, la había captado en su país de origen, Republica

4. Ciudad figurada para mantener el anonimato, pero cercana a la que fue explo-
tada y esclavizada.
5. Por “trata de personas” se entenderá la captación, el transporte, el traslado, la aco-
gida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u

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la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual 25

Dominicana, con engaño ya que le ofreció irse a España a estudiar, cuan-


do no era esa la actividad que le esperaba y aprovechándose de sus lazos
familiares. Se le facilitó el transporte y la documentación para llegar a
España, y a los pocos días fue forzada a casarse, pues otra forma de trata
es los matrimonios forzosos (aunque generalmente se producen en otro
contexto), para legalizar su situación. A continuación, fue obligada a ejer-
cer la prostitución contra su voluntad, siendo explotada, sin poder elegir
a los clientes, ni las prácticas sexuales que le pedían, ni recibía el dinero
que esta actividad generaba por su implicación.
Ariel no fue la única mujer que me contó una historia en el club. Otras dos
mujeres más, de las diez a las que le pregunté su forma de llegar a España
e iniciarse en la prostitución, me contaron relatos que no deberían haber
sucedido nunca. Mirjana tenía 25 años y era búlgara, una joven muy gua-
pa, alta y rubia con ojos claros. Hablaba muy bien castellano para el poco
tiempo que llevaba en España, 18 meses. Había venido a España con su
novio, Borislav, al que conoció fortuitamente un día que se fue a Sofía
con sus amigas, pues ella vivía en un pequeño pueblo a 30 kilómetros
de la ciudad, con sus padres y sus hermanas, una familia muy humilde
con pocos recursos. Después de salir con él durante un mes, se enamoró
perdidamente considerándolo el hombre de su vida, según me contaba.
Borislav, le invitaba siempre que quedaban y le hizo algunos regalos. Un
día le planteó que se fuera con él para España donde él tenía amigos que
podrían ofrecerle un buen trabajo para los dos, ganar mucho dinero y a
la vuelta casarse y montar un negocio juntos. Mirjana, no se lo pensó,
era una oportunidad y confiaba plenamente en él. Borislav se encargó de
comprar los billetes de autobús hasta Madrid. Llegaron inicialmente a

otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una


situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para
obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines
de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prosti-
tución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados,
la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción
de órganos (Art. 3. Protocolo Palermo, 15 noviembre del 2000, ratificado en
España el 21 de febrero del 2002).

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26 carmen meneses falcón

casa de un amigo. Al día siguiente, Borislav le planteó que el trabajo que


le habían dicho ya se había ocupado y que la manera de poder sobrevivir
mientras esperaban otra oportunidad era que ella trabajase en un club
como camarera de un amigo suyo rumano. Mirjana aceptó, pero al llegar
al club se encontró que todo era un engaño. El trabajo que le esperaba
era prostituirse con los clientes que acudían al club situado a las afueras
de Madrid. Ella se negó inicialmente, pero al recibir una brutal paliza de
la que tardó tres días en recuperarse, acepto prostituirse. Borislav la había
vendido al encargado del club por 3000 euros. Éste le dijo a Mirjana que
había pagado mucho dinero por ella y que tenía que amortizarlo, y tenía
que aprender a satisfacer a los clientes que la demandaran para que paga-
ran mucho dinero por estar con ella. Era imprescindible que instalase en
su cara una gran sonrisa y fuera muy complaciente con los clientes, acce-
diendo a sus peticiones, ya que a la menor queja de alguno de ellos sabía
lo que le esperaba. Por otra parte, le hicieron fotografías estando desnuda
mientras que fue forzada por un amigo rumano del encargado y por las
que era chantajeada con enviárselas a su familia cada vez que se rebelaba.
Se veía atrapada, sin conocer el idioma, sin documentación y sin saber
dónde ir. Permaneció en ese local durante ocho meses, que los recuerda
como una pesadilla, donde recibía amenazas, agresiones y el continuo
mensaje de que para lo único que servía era para ser prostituta.
Este segundo caso, es un modo diferente de captar, engañar y lucrase de
mujeres jóvenes con la explotación sexual. Los tratantes de Europa del
este suelen ser más agresivos con sus víctimas, aunque las agresiones a las
víctimas no son continuas, porque son para ellos mercancías que tienen
que cuidar. Para ello utilizaran alguna de las agresiones para ejemplarizar
y transmitir el mensaje de sometimiento al resto de las mujeres que están
en su misma situación. La desvalorización y la perdida de dignidad como
mujer serán herramientas muy usadas para humillarlas y deteriorar su
autoestima, que les harán permanecer en el contexto de prostitución.
Luciana fue la tercera mujer joven con la que interaccioné teniendo que
escuchar de nuevo una historia de sufrimiento. Tenía 41 años, era bra-
sileña y madre de dos hijos que dejó en Brasil. Llevaba en España cinco
años, y ese era su cuarto club. A sus hijos los dejó siendo adolescentes a

Sal Terrae | 106 (2018) 21-33


la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual 27

cargo de su madre, cuando se separó del padre de sus hijos y se encontró


sin dinero ni posibilidades de trabajar. Una vecina que la vio apurada le
puso en contacto con Jaime, también brasileño que facilitaba la entrada
en España para trabajar en un club como bailarina a muchas mujeres.
Si ella quería ganar más dinero podría tener relaciones sexuales con los
clientes. Luciana se lo pensó mucho, pero no tenía otra salida así que
aceptó. Jaime formaba parte de una red donde facilitaban la entrada de
mujeres brasileñas y colombianas a España para trabajar en los clubs
de alterne, facilitando el contacto con un español llamado Carlos, que
tenía el contacto con los clubs. Le dijeron que le costaría todos los gastos
de viaje y estancia inicial 6000 euros, pero que podría ganar al mes entre
4000 a 8000 euros. Si trabajaba bien en uno o dos meses había devuelto
la deuda que suponía su traslado a España y los gastos iniciales hasta
que empezara a ganar dinero. En dicho club podría residir y así gastaría
menos, ahorrando para enviar dinero a sus hijos. Emprendió el viaje y
Jaime le facilitó el billete de avión y la bolsa de viaje para poder entrar
en España. En el aeropuerto le esperaría Carlos que la llevaría al club y el
que pasaría cada quince días para que fuera pagándole la deuda contraí-
da con ellos. Sin embargo, cuando Luciana llegó, Carlos la condujo a un
piso para ejercer la prostitución, argumentando que era más discreto y
que en el club no había sitio. La encargada del piso le puso las condicio-
nes, que eran abusivas. Le retuvo su documentación, no podría salir sola
si no era acompañada por ella o alguien de su confianza. Estaría disponi-
ble para cualquier cliente las 24 horas, ya que no se rechazaba a ninguno.
Debería cumplir con las peticiones de los clientes. La encargada cobraba
a los clientes y luego le daría aquello que le correspondería. Estaba con
otras cinco mujeres, disponiendo solo de una habitación para descansar,
dado que las tres habitaciones restantes estaban disponibles para ocupar-
se con los clientes. No podía hablar con nadie, y con su familia solo una
vez cada diez días bajo la supervisión de la encargada. Estuvo seis meses
siendo explotada en el piso atendiendo alrededor de 15 clientes diarios,
a los que se les cobraba 70 euros, que le generó unos 190.000 euros de
ganancias al piso donde estuvo, de los cuales solo percibió 2000 euros
mensuales que enviaba a su familia y el resto era retenido en concepto de
deuda y mantenimiento. Cuando yo recojo su relato hacía tiempo que

Sal Terrae | 106 (2018) 21-33


28 carmen meneses falcón

había saldado su deuda, y continuaba ejerciendo la prostitución para


mantener a su familia y a ella misma, enviando todo el dinero que podía
a su país. Quizás el envío de importantes cantidades de dinero puede
provocar en sus familiares una dependencia importante de ella que le
imposibilitará abandonar la prostitución.
A estas mujeres que han vivido situaciones de esclavitud y explotación les
quedarán importantes huellas en sus vidas y serán más traumáticas y difí-
ciles de superar dependiendo del tiempo que las hayan sufrido. La iden-
tificación y rescate de estas mujeres debería realizarse en el menor tiempo
posible para que su recuperación, unida a su resiliencia, permita restable-
cer la normalidad. Esta tarea recae fundamentalmente en la sociedad civil
a través de las ONGs que trabajan en los contextos de prostitución. Antes
de entrar en las propuestas de intervención queremos detenernos, aunque
sea brevemente, en las principales causas asociadas a la trata con fines de
explotación sexual.

Algunas causas que facilitan la trata para la explotación sexual

Las desigualdades sociales y de género pueden explicar parte el auge de


la prostitución, la explotación sexual y la trata de niñas y mujeres. En
primer lugar, cada vez se hacen más patentes las grandes diferencias en la
distribución de la riqueza y los recursos entre los países. Aunque se han
conseguido importantes logros en los últimos cincuenta años, las bre-
chas en el desarrollo siguen siendo importantes entre los países (Informe
PNUD, 20166). La falta de empleo, de seguridad, escasez y acceso a los
recursos básicos de educación y salud, así como no poder conseguir un
nivel de vida adecuado para las familias lleva a miles de personas cada año
a abandonar su hogar buscando nuevas oportunidades.
En segundo lugar, que sean las mujeres las únicas sostenedoras y cuida-
doras de la familia en muchos países, en las que recae la responsabilidad
de mantener a los hijos y ancianos, ha producido la feminización de la
pobreza y de los proyectos migratorios. Las mujeres emprenden proyectos

6. http://hdr.undp.org/sites/default/files/HDR2016_SP_Overview_Web.pdf

Sal Terrae | 106 (2018) 21-33


la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual 29

migratorios hacia los países industrializados buscando mejores condi-


ciones para sus familias, empleándose en aquellos trabajos que no son
ocupados por los autóctonos porque son los más precarios, inseguros y
marginales, entre los que se encuentra el servicio doméstico o la prostitu-
ción. En España la mayoría de las mujeres empleadas en ambos sectores
son procedentes de países en desarrollo (Colectivo IOE, 2001).
En tercer lugar, la demanda cada vez mayor en los países industrializa-
dos de servicios sexuales por parte de la población masculina, que supera
cuantitativamente la oferta de servicios sexuales. Se estima que entre el
5% al 20 % han pagado servicios sexuales en el último año en Europa
occidental (Carael et al, 2006)). La centralidad en la sexualidad mascu-
lina, la consideración de la prostitución como un servicio de ocio más
y los elementos culturales asociados a la construcción de la masculini-
dad heterosexual han llevado a una normalización y tolerancia hacia el
pago de servicios sexuales. A estos aspectos se une la creciente mercan-
tilización de las relaciones afectivo-sexuales, la tendencia a las relaciones
desprovistas de compromiso y a la desigualdad en las relaciones entre
hombres y mujeres llevan a que sean las mujeres las que ofertan servicios
sexuales y los hombres los que lo solicitan.
En cuarto lugar, la prostitución genera importantes beneficios económi-
cos a nivel local y mundial. Por poner un ejemplo, podemos citar que
los anuncios de servicios sexuales en España han supuesto importantes
ingresos anuales a los periódicos nacionales7; el Centro de Inteligencia
contra el Terrorismo y Crimen Organizado (CITCO) del Ministerio del
Interior ha estimado que los ingresos alcanzados por la prostitución se es-
tima en 3.024 millones de euros anuales, y Europol ha considerado que la
trata con fines de explotación sexual constituye uno de los más lucrativos
ingresos ilícitos al mismo nivel que el tráfico de drogas, superándolo en
algunas regiones del mundo. Por tanto, siendo una actividad tan lucrativa
su erradicación es más difícil de acometer.

7. En el 2007 supuso a nivel nacional unos ingresos de 40 millones de euros.


El confidencial, 27 octubre 2017, https://www.elconfidencial.com/comunica-
cion/2017-07-21/paginas-contactos-sexo-anuncios-periodicos-webs_1419129/

Sal Terrae | 106 (2018) 21-33


30 carmen meneses falcón

En quinto lugar, las leyes migratorias que impiden la circulación de per-


sonas y que exigen unos requisitos imposibles de cumplir para muchas
personas de países en desarrollo: un pasaporte, una visa y una oferta de
empleo. Muchas mujeres subsaharianas y asiáticas no tienen otra posibili-
dad de lograr su sueño migratorio si no es a través de las redes de tratan-
tes, aunque éstas no les cuenten las condiciones a las que serán sometidas,
son las únicas que les posibilitaran la entrada en la zona de bienestar,
seguridad y acceso a recursos que supone Europa y los países altamente
industrializados. Muchas mujeres sometidas a la esclavitud tienen miedo
no solo a sus tratantes, por las amenazas y agresiones, sino a la policía por-
que lo más seguro es que sea una inmigrante ilegal y puede ser deportada,
–si no es identificada adecuadamente como víctima–, a su país de origen.

Acciones contra la trata

En el año 2010 quedó reflejado en el Código Penal el delito de trata de


seres humanos y es a partir de entonces cuando en España se gestionan
más a conciencia los mecanismos de acción para combatir el delito y ayu-
dar a las víctimas del mismo. Esto no quiere decir que con anterioridad
fuera impune la trata, pues en el caso que nos ocupa ya quedaba recogido
en dicho Código la prostitución coactiva y la explotación sexual. Desde
los organismos públicos competentes se han planteado planes integrales
de lucha contra la trata, que recoge un marco de intenciones para la inter-
vención8. Sin embargo, son las ONGs las que están siendo las encargadas
y protagonistas de manera más eficaz y solidaria de detectar, identificar y
recuperar a las personas que ha sufrido este tipo de esclavitud. Ya en un
informe específico sobre el tema se puso de relieve la labor de estas enti-
dades (Meneses et al, 2015).
Más de 60 entidades sin ánimo de lucro trabajan en España en los
contextos de prostitución donde mujeres, transexuales y hombres se

8. El plan actual es del 2015 al 2018, Véase en http://www.violenciagenero.msssi.


gob.es/planActuacion/planContraExplotacionSexual/docs/Plan_Integral_Tra-
ta_18_Septiembre2015_2018.pdf

Sal Terrae | 106 (2018) 21-33


la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual 31

ocupan en esta actividad. Y aunque no todas, la gran mayoría de ellas


tienen entre sus acciones la detección, identificación y recuperación de
las personas que han sido víctimas de trata con fines de explotación se-
xual. Detectar mujeres y adolescentes que están siendo víctimas de trata
no es fácil, porque ellas mismas no se sienten como tales, además de es-
tar aleccionadas por sus captores a que desconfíen de cualquiera. Como
hemos dicho, estas mujeres y niñas son extranjeras y en la mayoría de
los casos se encuentran en situación irregular, esto implica que pueden
ser detenidas y deportadas a sus países de origen aplicando la norma-
tiva de extranjería correspondiente del Estado. Pero la persistencia y el
contacto continuo de los miembros de las ONGs con las mujeres que
se ocupan en la prostitución crea lazos de confianza que permiten iden-
tificar aquellas que están siendo víctimas de trata. Entre los indicios que
ayudan a detectar tendríamos que tener en cuenta que cuando están
vigiladas, no pueden salir solas, no disponen de su documentación ni
de dinero, están temerosas o no saben exactamente donde residen9, de-
bemos sospechar que esa persona puede estar tratada. La identificación,
aunque oficialmente recae en la Policía10, permite ofrecerle información
suficiente para que conozca sus derechos y pueda tomar conciencia de
la explotación y coacciones que está sufriendo. En ocasiones son muy
sutiles, o se acaban normalizando e integrando en el día a día, sin ser
muy conscientes de que están ejerciendo una violencia contra ellas y
una violación de sus derechos.
Cuando las mujeres y adolescentes dan el paso de salir de la situación
en que viven11, o son rescatadas de esta, son también las ONGs las que
ofrecen alojamiento, acompañamiento, formación y recursos básicos para

9. Existen más indicios, pero solo señalamos los principales.


10. Esto es una dificultad que debe revisarse porque la policía es una amenaza para
ellas por muchos motivos que no tenemos espacio de desarrollar, y por tanto
nunca es contarán su situación de victima a menos que sea unas circunstancias
insostenibles.
11. Salir de la situación de cautiverio no es fácil, incluso cuando las ONGs les
faciliten esa salida, debe hacerse con la máxima seguridad para que no tenga
consecuencias negativas en ellas. Los tratantes a la menor sospecha la llevarán a
otro destino de prostitución manteniéndola aislada.

Sal Terrae | 106 (2018) 21-33


32 carmen meneses falcón

atenderlas. Y esto a pesar de que no están siendo financiadas adecua-


damente, por los servicios que prestan, por parte de la administración
pública. Sin embargo, son muy pocas anualmente las mujeres que son
reconocidas como víctimas de trata, entre otras razones porque la iden-
tificación de las mismas conlleva en muchas ocasiones la denuncia a sus
captores. En el año 2015 siguiendo la Memoria de la Fiscalía General del
Estado no llegaron a mil personas las víctimas de trata y en el 2016 se
redujo considerablemente esta cifra, alrededor de 400. Si no ofrecemos la
protección adecuada y eficiente a las mujeres que viven estas situaciones
cuando son recatadas, así como a sus familias, difícilmente se recuperaran
con sosiego y seguridad rehaciendo sus vidas.
En el proceso de recuperación debemos dejar de verlas como víctimas,
–solo en la medida en que debe restituirse un daño–, y mucho menos
como prostitutas. Mientras que las mujeres sean divididas por una parte
en buenas madres y esposas y por otra en putas y viciosas, una estrategia
de la sociedad patriarcal para controlar a todas las mujeres12, las conse-
cuencias serán la estigmatización, la discriminación y la exclusión del sec-
tor más vulnerable. Por último, no podemos olvidar, que estas mujeres se
encuentran solas en un país desconocido y necesitan de apoyo y cercanía
para dar el primer paso para superar el cautiverio, recuperar su dignidad
como mujeres, y afrontar las secuelas producidas durante el tiempo que
han sido obligada a prostituirse.

Bibliografía citada

Colectivo IOE. Mujer, inmigración y trabajo. Madrid: IMSERSO. Ministerio


de Trabajo y Asuntos Sociales. 2001
M. Carael, R. L. Slaymaker, y S. Sarkar. “Clients of sex workers in different
regions of the world: hard to count”. Sex Transmission Infection. 82, 2006,
26-33.

12. Véase los trabajos de Marcela Lagarde, en concreto Los cautiverios de las mujeres.
Madresposas, monjas, putas, presas y locas, Universidad Nacional Autónoma de
México, 1993.

Sal Terrae | 106 (2018) 21-33


la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual 33

C. Meneses, J. Uroz, A. Rúa, C. Gortázar, M. J. Castaño. Apoyando a las


víctimas de trata. Las necesidades de las mujeres víctimas de trata con fines de
explotación sexual desde la perspectiva de las entidades especializadas y profe-
sionales involucrados. propuesta para la sensibilización contra la trata. Ma-
drid. Delegación del Gobierno para la Violencia de Género. Ministerio de
Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. 2015

Sal Terrae | 106 (2018) 21-33


José María Guibert
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tituciones renueven constantemente el servicio que realizan. Estudiar las
buenas prácticas de la Compañía de Jesús, una organización con casi qui-
nientos años de historia, puede dar luz en temas tan fundamentales como
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35

El negocio de la paternidad en
occidente
y el tráfico de niños
B lanca G ómez B engoechea *

Fecha de recepción: noviembre de 2017


Fecha de aceptación y versión final: diciembre de 2017

Resumen
La paternidad en occidente se ha convertido en un objeto de deseo de difícil
acceso para un importante porcentaje de familias, parejas y personas solteras.
Los crecientes problemas de infertilidad y los nuevos modelos de familia han
abierto el camino hacia nuevas técnicas de reproducción asistida, y hacia la
consideración de la adopción como una buena alternativa para formar una
familia. Este deseo de paternidad, y los nuevos métodos para lograrla, han
generado un contexto en el que han aparecido prácticas poco respetuosas con
los derechos de los niños, y que han llegado a constituir un negocio que ha
convertido a los niños necesitados de protección en objeto de tráfico.
Palabras clave: Paternidad, filiación, tráfico de niños, adopción, materni-
dad subrogada

The business of parenthood in the west


and the trafficking of children

Summary
Western parenthood has become an object of desire that is hard to access for
a significant percentage of families, couples and single people. The growing

* Investigadora del Instituto Universitario de la Familia. Universidad Pontificia


Comillas. bgomez@comillas.edu

Sal Terrae | 106 (2018) 35-48


36 blanca gómez bengoechea

problems of infertility and the new family models have paved the way toward
new assisted reproduction techniques, and toward the consideration of adop-
tion as a good alternative for starting a family. This desire to become parents
and the new methods to do so have shaped a context in which practices that
are inconsiderate of the rights of children have emerged, and which have ma-
naged to build a business that has turned children in need of protection into
victims of trafficking.
Key words: Parenthood, filiation, trafficking of children, adoption, surro-
gate maternity

1. Génesis del problema

En el origen de este problema está la creciente dificultad de las familias oc-


cidentales para tener hijos biológicos. Las dificultades para concebir un hijo
de forma natural se han incrementado en los últimos años alimentadas por
cuestiones como el aumento de la edad a la que las mujeres deciden tener
a su primer hijo, cambios en la alimentación, contaminación ambiental,
existencia de algunas enfermedades, consumo de ciertos medicamentos, y
la presencia del estrés como uno de los factores fundamentales1.
Junto a la creciente dificultad para tener hijos biológicos, también tie-
nen una importante influencia la existencia de nuevos modelos y nue-
vas motivaciones a la hora de plantearse formar una familia. Las parejas
homosexuales, personas sin pareja, quienes forman una segunda familia
a una edad en la que la paternidad biológica ya no es posible o supone
un importante riesgo, o quienes prefieren optar por ofrecer una familia
a un niño que no la tiene, vienen a unirse a este grupo social deseoso de
convertirse en padres por medios distintos a los habituales.

1. La edad de las primíparas en España crece sin pausa desde hace años y se es-
tableció en los 31,9 años en 2015, cuestión que influye notablemente en la
posibilidad de lograr un embarazo; al mismo tiempo, la tasa de fecundidad se
ha reducido a menos de la mitad desde 1976 (78,97 nacidos por cada 1.000
mujeres en ese año y 38,33 en el año 2016), y el número de nacimientos sigue
una línea descendente. INE, www.ine.es

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el negocio de la paternidad en occidente y el tráfico de niños 37

En esta situación las miradas se vuelven, principalmente, hacia la aplicación


de técnicas de reproducción asistida y hacia la consideración de la adopción
como posibilidad. Las familias se someten a estas técnicas y dirigen sus
ofrecimientos para adoptar a países en los que existen niños en situación de
desprotección, buscando poder formar así la familia que desean.
En el ámbito de la reproducción asistida, fruto de la demanda, los trata-
mientos avanzan y contemplan cada vez más posibilidades, entre ellas, de
forma creciente, la de la maternidad subrogada.
En el ámbito de la adopción, los ofrecimientos se multiplican y se buscan
niños adoptables dentro y fuera de nuestras fronteras. Al mencionado
aumento de posibles solicitantes, se unen el descenso en los nacimientos
de niños no deseados (debido al uso de métodos anticonceptivos y a la
posibilidad de abortar), y la mejora en las ayudas sociales, que permiten
que los bebés se queden con sus familias. En este contexto, la atención se
dirige principalmente hacia las adopciones internacionales, y la “deman-
da” de adopción de niños pequeños y sanos llega, principalmente, a países
en vías de desarrollo.
La aparición y generalización de estos nuevos modos de ser padres ha
hecho nacer una cierta sensación de legitimidad para exigir la presencia o
la existencia del hijo. El deseo de tener descendencia ha ido tornándose
en un cierto sentimiento de «derecho», que ha llevado a idear y reclamar
medios para hacerlo realidad.
Es fácil que, si no existe una conciencia clara del problema, la existencia
de un deseo (considerado derecho por algunos), unida a la dificultad de
hacerlo realidad (principalmente por el exceso de “demanda”), den como
resultado la aparición de irregularidades y el beneficio económico para
quienes se posicionan como “intermediarios” en este tipo de situaciones.

2. ¿Padres a toda costa? Adopciones irregulares y tráfico de niños

Partiendo de estas dificultades crecientes para tener hijos biológicos, el


supuesto derecho a ser padres y el caldo de cultivo en el que se desarrolla,
se ponen en marcha una serie de prácticas que hacen altamente probable

Sal Terrae | 106 (2018) 35-48


38 blanca gómez bengoechea

la aparición del tráfico de niños para la paternidad, especialmente a través


de las adopciones irregulares.
Aunque los casos de adopciones fraudulentas han existido también en el
ámbito de la adopción nacional en España (especialmente antes de los
cambios legislativos sobre esta materia que se produjeron en 1987), son
especialmente relevantes en el contexto de las adopciones internacionales.
Es relativamente frecuente encontrar referencias a casos de niños adop-
tados en otros países como huérfanos que realmente no lo eran; fami-
lias que no consintieron la adopción de sus hijos y que cuando fueron
a recuperarlos al sistema de protección se encontraron con que habían
sido adoptados y enviados a otro país; niños cuyos padres creían que
habían muerto en el parto pero fueron entregados a otra familia o que
recibieron alguna compensación económica a cambio de sus hijos; su-
puestos de niños que cuando comienzan a hablar el idioma de su país
de acogida expresan que tienen padres y hermanos que les esperan y
que desean volver con ellos; o niños directamente engendrados para la
adopción.
Estas situaciones, que desvirtúan completamente una medida como la
adopción internacional, han tenido a lo largo de las últimas décadas una
presencia notable en países como Guatemala, Nepal, Etiopía, Sri Lanka
y, en los últimos tiempos, la India2.
La elevada demanda que llega desde los países desarrollados, la pobreza de
los países de origen de los niños y la presión que supone para sus sistemas

2. El País, «Sri Lanka admite la existencia de granjas de niños en los años 80


para la adopción», https://elpais.com/internacional/2017/09/20/actualidad/
1505916427_021602.html_(21 de septiembre de 2017); Europa Press, «La
policía descubre una gran granja de bebés donde se vendían e intercambiaban re-
cién nacidos», http://www.europapress.es/internacional/noticia-policia-descubre-
granja-bebes-donde-vendian-intercambiaban-recien-nacidos-20160419174009.
html, (19 de abril de 2016); El País, «Niños arrancados en Etiopía», https://
elpais.com/diario/2007/12/17/sociedad/1197846002_850215.html_(17 de di-
ciembre de 2007); El Comercio, «Los 4.000 niños robados de Sri Lanka que
terminaron en Holanda», https://elcomercio.pe/mundo/actualidad/4-000-ninos-
robados-sri-lanka-acabaron-holanda-noticia-470868 (2 de noviembre de 2017)

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el negocio de la paternidad en occidente y el tráfico de niños 39

de protección recibir tantos ofrecimientos para adoptar, así como los in-
gresos que los procedimientos de adopción dejan en estos lugares (tanto
los irregulares como los que tienen que ver con trámites propios del pro-
cedimiento), y muchas veces, unas administraciones públicas precarias,
favorecen la existencia del tráfico de niños.
El ejemplo de lo ocurrido en Guatemala puede resultar bastante ilustra-
tivo de esta realidad: en este país centroamericano se han contabilizado
alrededor de 35.000 adopciones irregulares realizadas entre los años 1997
y 2007, año en que, precisamente por las ilegalidades cometidas durante
estos años, se aprobó una ley que cerró la posibilidad de la adopción in-
ternacional.
Las adopciones fueron gestionadas por una mafia de profesionales de la
salud, turismo y justicia que reclutó familias vulnerables con este propó-
sito, robó niños a sus familias biológicas y engendró niños para su venta
a cambio de grandes sumas de dinero3.
Como consecuencia de estos hechos, en este momento el gobierno gua-
temalteco se enfrenta a un procedimiento judicial ante la Corte Intera-
mericana de Derechos Humanos por su responsabilidad en la declaración
de abandono y posterior entrega en adopción internacional a cambio de
dinero a lo largo de estos años.
Siendo relativamente frecuente la aparición de noticias de este tipo, y ha-
biéndose reformado leyes y procedimientos de adopción en varios países
para evitar que este tipo de situaciones se siguieran dando, cabe pregun-
tarse si las adopciones irregulares o fraudulentas constituyen un supuesto
de tráfico de menores, como lo son otras realidades tales como el tráfico
para la explotación sexual, el trabajo o la servidumbre.
La duda podría aparecer porque, a diferencia de lo que ocurre en el res-
to de los casos mencionados, en la adopción internacional fraudulenta
puede haber una “compra” de un niño y un traslado ilícito del mismo
a otro país para ser entregado a otra familia, pero no existe intención
explotadora. Puede que se reciba un precio a cambio del menor, pero la

3. Diario ABC, «Guatemala. Se exportan niños», 19 de agosto de 2007.

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40 blanca gómez bengoechea

adopción no es una forma de esclavitud, y, muchas veces, se justifican las


irregularidades en el deseo de “salvar” al niño y proteger su propio interés,
llevándole hacia una vida con una mejor posición económica 4.
Sin embargo, a pesar de la ausencia del elemento de la explotación,
la adopción internacional ha sido mencionada y catalogada como una
posible forma de tráfico de menores siempre que haya existido un in-
termediario que haya inducido el consentimiento para la adopción vio-
lando los estándares previstos con la Convención de la Haya, y cuando
el niño haya sido intercambiado por dinero5. La presencia de estos dos
elementos determina la existencia de un caso de venta de niños, que
viola lo establecido por el Comité de Derechos del Niño de Naciones
Unidas6.
En cuanto al consentimiento, para que se considere prestado en la forma
adecuada es necesario que sea7 :
• Informado: es preciso que los padres hayan sido convenientemente
informados sobre las consecuencias legales que tendrá, especialmente
en lo relacionado con la ruptura de los vínculos legales con el niño.
• Libre: prestado en la forma prevista legalmente y expresado por es-
crito, de modo que quede prueba del mismo.
• Sin compensación económica: no debe haber sido inducido o motiva-
do por ningún pago o compensación, y no debe haber sido retirado.

4. D. M. Smolin, «Intercountry adoption a child trafficking»: Valparaiso Univer-


sity Law Review, 39 (2005), 286– 287, 296-297. M. E. Torres Fernández, «El
tráfico de niños para su adopción ilegal. El delito del artículo 221 del Código
Penal español», Dykinson, Madrid, 2003, 35-36.
5. D. M. Smolin, «Intercountry adoption a child trafficking»: Valparaiso Univer-
sity Law Review, 39 (2005), 299-301.
6. Asamblea General de Naciones Unidas, Protocolo facultativo de la Con-
vención sobre los Derechos del Niño relativo a la venta de niños, la prostitución
infantil y la utilización de niños en la pornografía., de 25 de mayo de 2000.
7. Conferencia de la Haya, Convenio de La Haya relativo a la Protección del
Niño y a la Cooperación en materia de Adopción Internacional, hecho el 29 de
mayo de 1993, artículo 4.

Sal Terrae | 106 (2018) 35-48


el negocio de la paternidad en occidente y el tráfico de niños 41

El tema de las compensaciones económicas, especialmente importante


en relación con el tráfico de niños, no es fácil de tratar en el contexto de
las adopciones internacionales, en el que diferenciar claramente entre los
pagos lícitos o ilícitos puede no ser fácil.
Hay veces que se habla de pagos para compensar los gastos de la familia
biológica, a modo de presente o regalo y como muestra de amabilidad;
becas de estudio o formación para las madres que dejan a sus hijos en
adopción; algo de dinero para que puedan cuidar adecuadamente del res-
to de la familia…
En estos casos, la distinción entre ayudar a la familia e inducir a los padres
biológicos a la entrega de su hijo en adopción puede ser, a veces, difícil
de establecer. Pero, en la práctica, casi siempre, los posibles adoptantes
ayudan económicamente a la familia biológica, directamente, o a través
de algún intermediario, impulsados por el deseo y la esperanza de poder
llevarse al niño. De modo que la percepción es que, implícitamente, los
niños están siendo comprados y vendidos.
Para evitar este tipo de presiones y confusiones, y eliminar en lo posible
el intercambio de dinero vinculado a la entrega en adopción de los niños,
sería necesario evitar este tipo de regalos, donativos o ayudas que, por otra
parte, nunca se producen en los casos de adopción nacional.
En las circunstancias de pobreza que se dan habitualmente en los países
de origen, pequeñas cantidades de dinero, que desde nuestro contexto se
pueden ver como un pequeño regalo, pueden ser la única posibilidad de
conseguir alimentos, ropa y refugio para la familia, y pueden, de hecho,
inducir a la renuncia.
De modo que, si es la amabilidad o la compasión lo que mueve a entre-
gar una cantidad de dinero, ésta debería producirse antes y para evitar la
salida del menor de su entorno y la ruptura de la relación con sus padres
y hermanos, en los casos en lo que la pobreza es la principal causa de la
separación.
Aunque este requisito no se recoge en ningún instrumento internacio-
nal relacionado con la adopción y la protección de menores, debería ser
obligatorio que, antes de aceptar la renuncia de un hijo para la adopción,

Sal Terrae | 106 (2018) 35-48


42 blanca gómez bengoechea

se ofreciera a la familia ayuda económica suficiente para mantenerlo con


ellos. Sumas de dinero relativamente bajas en comparación con lo que
cuesta tramitar una adopción internacional o mantener a un hijo en oc-
cidente, serían muchas veces suficientes para mantener a ese niño con su
familia8.
Junto a estos casos confusos, hay también supuestos muy claros de inter-
mediarios que hacen saber a los padres biológicos que están interviniendo
en el mercado de la compra y venta de niños para la adopción, en los
que el quid pro quo de la relación es inequívoco. Sin embargo, incluso
en estas circunstancias, es difícil probar la venta de un niño, ya que uno
de los elementos esenciales para hacerlo es que los padres admitan que
vendieron a su hijo9.
Con respecto a la entrega de dinero a los intermediarios, las adopciones
internacionales implican el pago de servicios relacionados con el proce-
dimiento de adopción, tales como asesoramiento, pago de traductores y
abogados, agencias intermediarias, o exámenes y elaboración de informes
médicos y sociales, visitas a domicilio, etc.
En todo este proceso, es fácil que el centro de interés se desplace desde el
niño necesitado de protección a los posibles adoptantes, que se convier-
ten en los “clientes” receptores de todos estos servicios, a los que hay que
complacer de la mejor manera y lo antes posible.
Si desean un niño pequeño y sano cuanto antes, son muchos los que se
ponen en marcha para conseguirlo y embolsarse, así, el dinero que la ges-
tión de ese procedimiento supone.
De manera que, en teoría, las familias pagan por los servicios que reciben,
y en algunos casos hacen algún “regalo” o donativo, no compran un niño.
Pero en la práctica, las adopciones internacionales son caras, y muchas
veces es difícil saber a dónde va exactamente el dinero.

8. D. M. Smolin, «Intercountry adoption a child trafficking»: Valparaiso Univer-


sity Law Review, 39 (2005), 310.
9. Ibid, p. 313.

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el negocio de la paternidad en occidente y el tráfico de niños 43

3. Mecanismos de protección

Para tratar de proteger a los niños de la trata, el tráfico para la adopción


y la mercantilización de procesos ideados para su protección, existen dis-
tintos instrumentos, tanto nacionales como internacionales.
En el ámbito internacional, ya en la Declaración de Derechos del Niño
de 1959 se menciona que los menores no serán objeto de ningún tipo de
trata10; y desde 1986 son varios los convenios y declaraciones que hacer
referencia a la importancia de que la adopción, tanto nacional como in-
ternacional, sea una medida de aplicación subsidiaria, priorizando la per-
manencia del niño con su familia en la medida en que esto no perjudique
su propio interés11.
Se insta, también, a los Estados a la creación de leyes que prohíban el se-
cuestro o cualquier otro acto encaminado a la colocación ilícita de niños,
y a tomar medidas para evitar la venta o trata de niños para cualquier fin
o de cualquier forma12.
Pero el instrumento internacional más importante en relación con la
adopción es el Convenio de la Haya, relativo a la protección del niño y
la cooperación en materia de adopción internacional, de 29 de mayo de

10. Asamblea General de Naciones Unidas, Declaración de Derechos del Niño,


20 de noviembre de 1959, Principio IX.
11. Asamblea General de naciones unidas, Declaración sobre los principios so-
ciales y jurídicos relativos a la protección y el bienestar de los niños, con particu-
lar referencia a la adopción y a la colocación en hogares de guarda, en los planos
nacional e internacional, 3 de diciembre de 1986; Asamblea General de Na-
ciones Unidas, Convención sobre los Derechos del Niño, 20 de noviembre de
1989; Conferencia de La Haya, Convenio de la Haya, relativo a la protección
del niño y la cooperación en materia de adopción internacional, de 29 de mayo
de 1993.
12. Asamblea General de Naciones Unidas, Declaración sobre los principios
sociales y jurídicos relativos a la protección y el bienestar de los niños, con parti-
cular referencia a la adopción y a la colocación en hogares de guarda, en los pla-
nos nacional e internacional, 3 de diciembre de 1986; Asamblea General de
Naciones Unidas, Convención sobre los Derechos del Niño, 20 de noviembre
de 1989.

Sal Terrae | 106 (2018) 35-48


44 blanca gómez bengoechea

1993. En él se establece, como uno de los objetivos fundamentales, preve-


nir la sustracción, venta o tráfico de niños (artículo 1b), y los Estados, que
son parte en el mismo, se comprometen a asegurar la finalidad protecto-
ra de la adopción internacional mediante la creación de un sistema de
cooperación y reparto de responsabilidades a lo largo del procedimiento,
destinado a comprobar adecuadamente la adoptabilidad de los niños, la
idoneidad de los posibles adoptantes y la ausencia de beneficios indebidos
derivados de la intervención en el proceso.
A pesar de ser este un Convenio ampliamente ratificado, y que incremen-
ta de forma importante las garantías de «limpieza» en el procedimiento,
son muchas las adopciones que se realizan aún en países no miembros del
Convenio de La Haya, buscando una mayor rapidez y las características
del niño deseado, aunque esto pueda significar la existencia de menores
garantías para todos.
En el ordenamiento jurídico español, la gran reforma de la regulación de
la adopción llevada a cabo en 1987 supuso un importante aumento de las
garantías en los procedimientos adoptivos. La fuerte intervención de la ad-
ministración en las declaraciones de adoptabilidad e idoneidad, y en la
asignación de las familias a los niños hace que, desde entonces, la posible
aparición de casos de tráfico para la paternidad se haya minimizado.
Ayuda también a ello la tipificación como delito de la suposición de par-
to, la entrega de un hijo para la alteración de su filiación, el intercambio
de niños y la entrega de un menor para el establecimiento de una relación
análoga a la de filiación a cambio de compensación económica. A estos
delitos corresponden penas de prisión y de inhabilitación para el ejercicio
de la patria potestad o de cargos públicos o profesión, dependiendo de
quién sea el implicado en su comisión13.
Contribuyen, además, de forma importante, a tratar de evitar casos de tráfi-
co en adopción internacional los artículos 4.2 y 4.5 de la Ley de Adopción

13. Artículos 220-222 del Código Penal; M. E. Torres Fernández, «El tráfico de
niños para su adopción ilegal. El delito del artículo 221 del Código Penal espa-
ñol», Dykinson, Madrid, 2003.

Sal Terrae | 106 (2018) 35-48


el negocio de la paternidad en occidente y el tráfico de niños 45

Internacional (el último de ellos introducido en virtud de la Ley 26/2015,


de 28 de julio, de modificación del sistema de protección a la infancia y a la
adolescencia), en los que se recogen las siguientes cuestiones:
– La prohibición de tramitar ofrecimientos para la adopción de me-
nores de países que se encuentren en conflicto bélico o inmersos en
un desastre natural
– La prohibición de tramitar ofrecimientos para la adopción de me-
nores de países en los que no exista una autoridad responsable de
controlar las adopciones, especialmente en lo que se refiere a la asig-
nación y la declaración de adoptabilidad de los niños.
– El establecimiento de un número máximo de expedientes de adop-
ción a remitir anualmente a cada país de origen, en función de la
media de las adopciones constituidas en los últimos dos años y el
número de expedientes que se encuentran pendientes de asignación
de un menor. No podrá tramitarse con cada país un número de ex-
pedientes superior a tres veces la media de adopciones constituidas
en dicho periodo, salvo que los cambios de legislación, prácticas
y políticas sobre adopción internacional de los países de origen lo
justifiquen.
Todo ello contribuye, sin duda, a que se produzcan adopciones en con-
textos en los que la adoptabilidad de los niños es difícil de comprobar,
y a disminuir la presión de la demanda sobre los países de origen de los
niños, causa importante de los casos de tráfico para la paternidad.

4. Maternidad subrogada: ¿reproducción asistida o compra venta de


bebés?

Junto con la adopción internacional, especialmente en la última década,


ha crecido también el número de familias que recurren a la maternidad
subrogada como método para tener hijos. Aunque, por ahora, esta forma
de paternidad no ha alcanzado las cifras de la adopción, y en España es
muy minoritaria, es también una realidad estrechamente vinculada con
posibles casos de explotación y tráfico.

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46 blanca gómez bengoechea

El incremento en el número de casos de subrogación no es ajeno a la


disminución experimentada por las adopciones internacionales en los
últimos años. El aumento en los tiempos de espera para adoptar y en
las edades de los niños adoptables, el control sobre las condiciones del
desarrollo del futuro hijo desde su concepción, y el vínculo genético que
puede suponer la maternidad subrogada, han hecho que sea una práctica
cada vez más extendida.
Sin embargo, aunque ambos son dos modos de acceder a la paternidad
presentes en la sociedad occidental del siglo XXI, su fundamento básico
es completamente distinto: en el caso de la adopción, se trata de una me-
dida de protección que se debería utilizar para dar una familia a los niños
que no la tienen; mientras que la maternidad subrogada es una técnica
de reproducción asistida por la cual una mujer gesta a un niño para una
persona o pareja que desea convertirse en padre/madre y que no puede o
quiere hacerlo de otro modo.
Aunque, como hemos explicado, la adopción puede terminar generando,
en ciertos casos, situaciones de abuso y tráfico, lo que se cuestiona no
es su fundamento último, sino cómo puede llegar a desvirtuarse como
medida de protección. Con la maternidad subrogada lo que se pone en
duda es el fundamento mismo del procedimiento: el uso de una mujer
para gestar al hijo que se desea.
De modo que, en estos casos, a la existencia del hijo como objeto de deseo
por el que se paga un precio, se une la posible explotación de una mujer
que, generalmente, recibe un dinero a cambio de este tipo de servicios y
que, muchas veces, procede de un entorno empobrecido14.
Esta práctica no está permitida en España, donde la subrogación está
prohibida, los contratos de este tipo son nulos y la maternidad queda
siempre determinada por el parto, pero sí existe en otros países. La facili-
dad en las comunicaciones y la globalización que caracteriza a la sociedad

14. El Mundo, «Madres de alquiler para salir de la miseria», http://www.elmundo.


es/elmundo/2011/09/27/solidaridad/1317103187.html (30 de septiembre de
2011)

Sal Terrae | 106 (2018) 35-48


el negocio de la paternidad en occidente y el tráfico de niños 47

de nuestro tiempo han hecho que sean muchos los que buscan al hijo
deseado fuera de nuestro país a través de este método. Así, son frecuentes
las contrataciones de mujeres gestantes en algunos estados de Estados
Unidos, especialmente en California, y lo han sido también en la India,
Tailandia o Ucrania.
En este contexto de globalización, y desde el supuesto «derecho» a tener
hijos, parte de la sociedad exige que las leyes regulen estas prácticas, ar-
gumentando que no tiene sentido prohibirlas cuando es posible acceder
a ellas en otros países, que las mujeres que gestan a los niños lo hacen
libremente y que, en caso de existir intercambios de dinero, se trata de
compensaciones económicas por las molestias y los gastos, y no de una
remuneración.
Tampoco los esfuerzos por terminar con esta realidad son iguales que los
que se realizan en el ámbito de la adopción, donde la legislación y los con-
venios internacionales existen para eliminar o minimizar los casos de trá-
fico. En la maternidad subrogada no existen acuerdos internacionales en
este sentido, cada Estado regula esta cuestión a su criterio, y en los lugares
en los que existe es porque no se considera una forma de explotación o
un pago por un hijo. De manera que es muy difícil regular los supuestos
transnacionales, en los que solo se puede intervenir a través de las normas
para la inscripción en el Registro Civil español de los nacimientos de
niños traídos al mundo a través de esta técnica en países en los que sí está
permitida15.
Esta es una cuestión que está generando importantes controversias socia-
les, políticas y judiciales, pero es difícil mantener que a través de la con-
tratación de este tipo de técnicas no se está comprando un hijo “a la carta”
si nos fijamos en todo lo que tienen que prever los contratos de subro-
gación. En ellos se deja constancia de cuestiones como la procedencia
del material genético (de los contratantes o de terceros), los criterios de

15. No se trata de una cuestión fácil ni pacífica en Derecho español. El tema de la


inscripción registral de estos niños está siendo, en los últimos años, muy con-
trovertido y se han dado numerosas resoluciones judiciales contradictorias sobre
esta materia.

Sal Terrae | 106 (2018) 35-48


48 blanca gómez bengoechea

actuación ante posibles enfermedades (tanto de la gestante como del niño


que se está gestando), ante discrepancias en la decisión de continuar o no
con el embarazo (entre la gestante y los contratantes), malformaciones,
gastos sanitarios, pagos a la madre por el tiempo de gestación, controles
médicos a los que deberá someterse, en algunos casos incluso separación
de su familia y “reclusión” en un lugar controlado durante el embarazo16.
No es sencillo mantener que, en este contexto, es posible asegurar que
no se está explotando a las madres gestantes y no se está produciendo el
intercambio de un hijo por dinero.

16. Sobre todas estas cuestiones se ha pronunciado recientemente el Comité de


Bioética de España en su Informe sobre los aspectos éticos y jurídicos de la ma-
ternidad subrogada.

Sal Terrae | 106 (2018) 35-48


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Rodney Stark, prestigioso sociólogo de la religión, sostiene que algunas de
nuestras opiniones más comúnmente admitidas sobre cuestiones históri-
cas, que generalmente ofrecen una imagen muy negativa de la Iglesia cató-
lica, son en buena parte producto de la imaginación. ¿Cuál es, entonces,
la verdad? En cada capítulo, Stark aborda un mito anticatólico bien esta-
blecido, ofrece una fascinante historia de cómo ha terminado convirtién-
dose en opinión tradicional y presenta una sucinta y a la vez sorprenden-
te descripción de la auténtica realidad.

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La mediación entre lo absoluto y la historia constituye el hilo conductor
de la filosofía última de Schelling, cuya influencia en el pensamiento de
Kasper está vinculada asimismo a uno de los grandes temas estudiados en
este libro: puesto que lo absoluto ha entrado libremente en la historia, que
es el campo de las libres decisiones de los hombres, la historia ha de con-
cebirse como diálogo de libertades: la humana y la divina.

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51

El trabajo del hogar,


más que sólo un trabajo
precario o mal remunerado
A rmando A güero C ollins *

Fecha de recepción: noviembre de 2017


Fecha de aceptación y versión final: diciembre de 2017

Resumen:
Desde nuestro trabajo cotidiano constatamos que el trabajo del hogar se ha con-
vertido en zona de naufragio para mujeres migradas con escasos conocimientos de
los mapas de navegación, que desconocen el funcionamiento del mercado laboral
y la normativa vigente y carecen de redes sociales para sostenerse. Pero también
nos preguntamos si en este tema se está jugando el naufragio de nuestro modelo de
bienestar y nuestro estilo de vida. Por ello, intentamos visibilizar de qué manera
estas desigualdades se convierten en vulneraciones concentradas de modo arbitra-
rio y desproporcionado en la población femenina de origen migrado del sector del
trabajo doméstico y proponemos pistas de trabajo para modificar esta situación.
Palabras clave: Mujer migrante, vulneración, trabajo del hogar, cuidados
y segregación

Domestic labour ,
more than just precarious or poorly paid work .

Summary:
Through our day-to-day endeavours we observe how domestic work has become
an area of failure for migrant women with little knowledge to navigate the min-

* Director de Asociación Claver, Servicio Jesuita a Migrantes. armandoaguero.


claver@gmail.com

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52 armando agüero collins

efield, unaware of the functioning of the labour market or current legislation and
without social networks to provide support. However we also wonder if the success
of our wellbeing and lifestyle model is at stake in this issue, too. To this end, we try
to identify how these inequalities become infringements that are arbitrarily and
disproportionally concentrated in the female migrant population of the domestic
labour sector and we propose job orientations to rectify this reality.
Key words: Migrant woman, infringement, domestic work, care and segre-
gation

Introducción

Nuestro trabajo como Asociación Claver y, desde la red más amplia, como
Servicio Jesuita a Migrantes España (SJM-E) parte de la constatación de
las condiciones precarias en las que se encuentran las mujeres de origen
migrado que mayoritariamente se desempeñan como trabajadoras del ho-
gar. De allí nace nuestro interés, además de ofrecerles acompañamiento
y servicios de ayuda, por saber y conocer con más detalle cuáles son sus
problemas y sus necesidades y detectar, en lo posible, cuáles son las vulne-
raciones que sufren cotidianamente sin ser conscientes de ello, y cuáles de
estas vulneraciones hemos asumido como normales desde nuestras prác-
ticas sociales. En definitiva, nos interesa profundizar en el conocimiento
de las condiciones de vulnerabilidad, aislamiento, desconocimiento del
sistema y desprotección en que se encuentran las mujeres de origen mi-
grado que trabajan en este ámbito.
Por ello, detrás de esta reflexión que compartimos, están las personas del
equipo de mujer migrada y trabajo del hogar del SJM-E, y de nuestras
propias organizaciones con las que hemos venido recorriendo un camino
con el objetivo de compartir las demandas de una dura realidad y socia-
lizar las herramientas que se van utilizando para responder ante ellas. Es
fundamental también destacar el aporte de las mismas mujeres trabaja-
doras del hogar quienes, en la práctica, nos van mostrando el camino que
tenemos que seguir.
Ello nos ha llevado a iniciar una reflexión sobre nuestras tareas, sobre
cómo mejorar nuestras propuestas y nos anima a plantearnos el reto de

Sal Terrae | 106 (2018) 51-63


el trabajo del hogar, más que sólo un trabajo precario… 53

implementar líneas conjuntas de acción como red. Al mismo tiempo, va-


mos aprendiendo en dicho proceso, entre otras cosas, a situarnos al lado
de las mujeres de origen migrado que sufren las desigualdades de nuestro
sistema y a proponer estrategias que visibilicen su situación y aporten
propuestas de acción para el cambio.

Punto de partida, una mirada al contexto

En nuestra sociedad actual, el trabajo del hogar es el punto de intersec-


ción de varios factores que actúan como lastre en este ámbito. Algunos de
estos factores vienen de muy atrás. Recuperando la mirada de los historia-
dores de la evolución de este sector, constatamos que todavía adolece de
desigualdades y lagunas como la minusvaloración que la sociedad mantie-
ne respecto al trabajo doméstico y en general a los cuidados; una tarea que
no termina de ser reconocida como un quehacer profesional, mantenida
en condiciones de opacidad, escondida en el ámbito de lo privado y con
poca presencia pública1. Esta minusvaloración se refleja además en una
desigual e incompleta regulación laboral (pese a los avances que suponen
las modificaciones contenidas en el Real Decreto 1620/2011, de 14 de
noviembre, por el que se regula la relación laboral de carácter especial
del servicio del hogar familiar) que legitima las situaciones de desventaja
frente al resto de ocupaciones.

Centralidad del cuidado y cadenas globales de cuidado

Para la comprensión de este proceso nos ayuda el concepto de cuida-


dos que desde las corrientes de la economía feminista nos han aportado,
tanto para considerar como trabajo las tareas desarrolladas en el ámbito
del hogar, como para visibilizar la centralidad de los cuidados en nuestra

1 E. Martín Díaz, S. Moreno Maestro; F. Cuberos Gallardo y S. Castella-


ni, «Mujeres migrantes en la era de la globalización. Ecuatorianas y senegalesas en
Sevilla»: Revista Andaluza de Antropología, 3 (2012), 102, en línea, http://www.
revistaandaluzadeantropologia.org/uploads/raa/n3/geisa.pdf (Consulta: 10 de
septiembre de 2017)

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54 armando agüero collins

sociedad, y el riesgo que supone para el estado de bienestar la propia crisis


de los cuidados2.
La importancia de este sector para la configuración de nuestras socieda-
des, no sólo en su esfera productiva sino en el resto de la organización
social, parte de la incorporación de la mujer al mercado de trabajo,
pero implica también otros factores como el aumento de la esperanza
de vida y la escasa conciliación familiar que permite nuestra legislación
laboral3. En España, la citada incorporación se ha visto especialmente
impulsada en las décadas de crecimiento económico, generando un
incremento progresivo de la demanda del sector del trabajo del hogar
y de cuidados.
Así, vivimos aún en una sociedad todavía muy centrada en una visión
masculina del mundo y en sus intereses de género. Esta predominan-
cia mantiene desigualdades entre hombres y mujeres, limita las oportu-
nidades de desarrollo de las mujeres y posterga a un segundo plano su
presencia en los espacios de decisión y liderazgo. Los puestos de trabajo
que implican responsabilidad y toma de decisiones son ocupados en una
proporción de 3 a 1 por varones, siendo aún más evidente en el sector
privado que en el público4. Además de significar una injusticia, implica
una pérdida de las capacidades riqueza y potencialidades que el desarrollo
pleno de las mujeres podría aportar a nuestras sociedades. Este contex-
to influye negativamente en el mundo de los cuidados y del trabajo del

2 T. Torns, «El trabajo y el cuidado: cuestiones teórico-metodológicas desde la pers-


pectiva de género»: EMPIRIA. Revista de Metodología de las Ciencias Sociales,
15 (2008): 53-73, en línea, http://www.redalyc.org/pdf/2971/297124045003.
pdf (Consulta 2 de junio de 2017)
3. E. Martín Díaz, S. Moreno Maestro; F. Cuberos Gallardo y S. Castella-
ni, «Mujeres migrantes en la era de la globalización. Ecuatorianas y senegalesas en
Sevilla»: Revista Andaluza de Antropología, Núm. 3 (2012), 101, en línea, http://
www.revistaandaluzadeantropologia.org/uploads/raa/n3/geisa.pdf (Consulta 10
de septiembre de 2017)
4 C. Carrasco, «Mercado de trabajo e Inmigración»: Proyectos CSIC, (2008), 31,
en línea, http://www.proyectos.cchs.csic.es/politicas-migratorias/sites/proyec-
tos.cchs.csic.es.politicas-migratorias/files/Carrasco_-_Mercado_de_trabajo_e_
inmigracion.pdf (Consulta 14 septiembre 2017)

Sal Terrae | 106 (2018) 51-63


el trabajo del hogar, más que sólo un trabajo precario… 55

hogar que es realizado, como hemos visto, en un gran porcentaje, por


mujeres de origen migrado.
Esta situación ha sido denunciada por movimientos ciudadanos liderados
por el feminismo que, a diferencia de la deriva de los estamentos políti-
cos, plantean signos de esperanza y apertura desde nuevas maneras de
entender la convivencia social o de interpretar la realidad. Nos referimos,
pues, a lo que se ha venido a llamar Sociedad de los Cuidados, que cues-
tiona el actual modelo competitivo y centrado en el consumo y los bienes
materiales y, en su lugar, propone otro modelo centrado en el cuidado de
la persona humana y de los bienes comunes como la ecología.
En este contexto preexistente, se encadena la presencia de la mujer
migrante procedente del fenómeno migratorio, cuya necesidad de sub-
sistencia e ingresos motiva que dejen sus países para mejorar su situa-
ción económica, ocupando aquellos puestos de trabajo que las mujeres
autóctonas no quieren realizar como el trabajo de internas, y otras
modalidades del trabajo doméstico. Pero, como señalan varios autores,
este proceso no es totalmente aleatorio, sino que responde a un modelo
en el que se relaciona segmentación laboral, desigualdad de género,
segregación y exclusión.
La estrecha relación entre la feminización de la pobreza y la feminización
de las migraciones genera lo que se ha venido a llamar las cadenas glo-
bales de cuidado, en las que las mujeres migrantes desarrollan, en situa-
ción de vulnerabilidad, tareas de cuidado con familias en los lugares de
destino de su proceso migratorio, descuidando las mismas tareas en sus
propios hogares situados en sus países de origen. Esta realidad adquiere
una especial concreción en el trabajo del hogar y afecta especialmente a
los colectivos latinoamericanos y de origen marroquí a los que acompa-
ñamos en este ámbito.
Todo indica que es un proceso sin marcha atrás, lo cual otorga un papel
estratégico al sector del trabajo del hogar y de los cuidados y plantea retos
de futuro basados en la necesidad de que todos los sectores y estamen-
tos de la sociedad puedan reconocer su importancia y por tanto dotarla
de mejores condiciones sociolaborales.

Sal Terrae | 106 (2018) 51-63


56 armando agüero collins

Desventajas que se consolidan

Todo ello en el contexto de una sociedad en la que se recorta el Estado


del Bienestar y en particular se limitan y recortan derechos laborales y se
ralentizan los avances en la protección de las personas dependientes y con
necesidades de cuidado de larga duración, con la justificación de que son
las medidas adecuadas para hacer frente a la crisis económica. Estas políti-
cas funcionan como barreras para la contratación adecuada de las trabaja-
doras del hogar y promueven el mercado sumergido y la marginalización
de las trabajadoras del hogar.
Paralelamente la legislación de inmigración no permite un reconocimien-
to pleno de derechos ocasionando mayor vulnerabilidad a trabajadoras
extranjeras5, produciéndose así la conocida triple discriminación al ser
además de extranjera, mujer y trabajadora del hogar.
El crecimiento del trabajo del hogar en el contexto de un modelo mi-
gratorio que prioriza el enfoque de “mano de obra” ha generado que no
se realicen esfuerzos serios y planificados por crear condiciones para la
inserción de personas de origen migrado y sus familias. Se ha mantenido
por mucho tiempo el supuesto de que son trabajadores temporales que
se quedan mientras hay empleo y se van cuando no lo tienen6. Pero la
realidad nos ha mostrado que estos presupuestos no funcionan necesaria-
mente de ese modo. En este sentido, durante la crisis hemos sido testigos
de cómo las mujeres de origen migrado han sostenido económicamente a
sus familias, desde sus trabajos precarios en el trabajo del hogar, haciendo
dobles turnos o trabajando en varias casas, mientras los maridos se queda-
ban sin trabajo o realizaban pequeñas chapuzas para intentar mantenerse
activos. Lo que implica que las familias de origen migrado, a pesar de los
vaivenes del mercado de trabajo y de la misma crisis, también enraízan

5 A. Izquierdo, «El modelo de inmigración y los riesgos de exclusión», en R. del


Río (ed.) VI Informe Foessa, Foessa, Madrid 2014, 657,658, en línea, http://www.
foessa.es/publicaciones_Info.aspx?Id=379 (Consulta el 12 de julio de 2017)
6 Id., «El modelo de inmigración y los riesgos de exclusión», en R. Del Rio (ed.)
VI Informe Foessa, Foessa, Madrid 2014, 657,658, en línea, http://www.foessa.
es/publicaciones_Info.aspx?Id=379 (Consulta el 12 de julio de 2017)

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el trabajo del hogar, más que sólo un trabajo precario… 57

y luchan por mantenerse en el lugar que, a base de esfuerzo y sacrificios,


han convertido en su hogar.
Por otro lado, respecto a la normativa del sector de empleo del ho-
gar, a pesar de los avances formales introducidos en la reforma del
Régimen Especial de empleados/as de hogar RD 1620/2011, obser-
vamos diversas dificultades para su aplicación, como no disponer de
convenio colectivo ni de mecanismos claros de inspección laboral, o
carecer de protección al desempleo. De modo que los casos de trabajo
en condiciones de precariedad son más frecuentes de lo que a nivel
social se conoce por los medios de comunicación o por las entidades
públicas responsables de velar por los derechos laborales de todas las
personas trabajadoras.
Según algunos autores, las condiciones se asemejan, en ocasiones, a una
esclavitud moderna7: las personas trabajadoras pueden estar aisladas, so-
metidas a violencia o abusos, obligadas a trabajar o, por lo menos a estar
disponibles, veinticuatro horas los siete días de la semana y sin tener unas
condiciones de vida básicas como un espacio personal privado, como
nos enfatiza Rogalewski en el Dictamen del Comité Económico y Social
Europeo sobre el tema Derechos de los cuidadores domésticos internos
en el pleno del 21 de enero de 2016.

Situación de las familias con necesidades de cuidados

Por otro lado, no podemos obviar que las familias, especialmente las más
vulnerables, enfrentan serias dificultades para encontrar adecuados ser-
vicios para las personas que, en el hogar familiar, necesitan de cuidados.
Esta limitación termina por afectar a menores o personas mayores con ne-
cesidades de cuidado, ocasionando situaciones de soledad o de exigencias

7 D. Sánchez, P. Cruz, «El trabajo doméstico indigno y como forma análoga


a la esclavitud: entre la explotación, la discriminación y la desigualdad», en:
R. Rezende Figueiras, A. Antunes Prado y E. Galvão de Oliveira (orgs.),
Trabalho escravo contemporáneo: estudos sobre ações e atores, Mauad X, Río de
Janeiro 2017, 33-52

Sal Terrae | 106 (2018) 51-63


58 armando agüero collins

y responsabilidades que superan la temprana edad y por tanto su madurez


o sus limitaciones físicas.
Frente a esta dificultad de conseguir personas cuidadoras, desde nues-
tra experiencia, en la mayoría de los casos la contratación de cuidadores
se produce a través de redes informales de familiares o amigos, sin un
proceso adecuado de selección y en condiciones exigentes y con escasa
retribución, lo cual suele producir una alta rotación. Nuevamente, estas
limitaciones terminan afectando a las mujeres, sobre las que, como hemos
dicho antes, recae tradicionalmente esta labor, ya que deberán duplicar
sus jornadas de trabajo para intentar sobrellevar las necesidades del cui-
dado del hogar.
También vemos cómo empiezan a surgir ofertas de empresas que ofrecen
este servicio de mediación y que violan sistemáticamente la normativa,
asesorando de manera inadecuada a los empleadores. Como resultado
tenemos que, con cierta frecuencia, las familias no disponen de unas di-
rectrices claras sobre cómo emplear legalmente a las trabajadoras del ho-
gar. Nuestra organización ha detectado casos de trabajadoras del hogar
contratadas con este sistema, a las que se les vulneraba derechos básicos
como las vacaciones o las horas de descanso y las familias empleadoras nos
relataban que habían sido asesoradas en este sentido por la empresa que
había ejercido como mediadora en el contrato.

Algunas de las principales situaciones de vulneración encontradas

Como ya comentábamos al inicio, tanto en Claver como en el resto de or-


ganizaciones del SJM-E, hemos ido constatando diferentes tipos de vul-
neración entre las que resaltan algunas que, por su crudeza y por la alta
incidencia, nos han llamado la atención.
Un primer grupo de vulneraciones, que podríamos llamar las más comu-
nes, tienen que ver con el incumplimiento de la relación laboral que se ha
establecido con la firma de un contrato o mediante acuerdo verbal, al que
la ley otorga valor en casos concretos (cuando no son de tiempo deter-
minado, superior o igual a cuatro semanas). En estos casos, lo más recu-
rrente son los despidos improcedentes, no reconocimiento de vacaciones

Sal Terrae | 106 (2018) 51-63


el trabajo del hogar, más que sólo un trabajo precario… 59

y días festivos, así como la no concesión de las horas de descanso entre


jornada y jornada (12 ó 10 horas, dependiendo) o la disminución del
descanso de fin de semana (36 horas). También es común que las propias
trabajadoras asuman el costo de la seguridad social correspondiente al
empleador, pues es el precio que han de pagar ante la insistencia de ser
dadas de alta con el fin de renovar su documentación. Muchas de las mu-
jeres atendidas se enteraban por primera vez de estos derechos en nuestras
oficinas y se declaraban con poca fuerza para reclamar o negociar con sus
empleadores, prefiriendo buscar otros empleos en los que recibir mejor
trato. En muchas de ellas, también era bastante notorio que el cansancio
físico y/o mental había deteriorado su salud.
Otro grupo de vulneraciones, que suelen ser más numerosos de lo que
nos gustaría aceptar, son los casos en los que no media ninguna relación
laboral formal. Es decir, son personas indocumentadas que trabajan sin
contrato ni están dadas de alta en la seguridad social, lo que comúnmente
llamamos trabajo en «negro». Este grupo suele encontrarse trabajando
como internas, porque al no contar con «papeles», aceptan las peores
condiciones además del aislamiento que les supone. En estos casos cons-
tatamos que las vulneraciones suelen ser mayores, dado la desprotección
y la falta de libertad de las personas que se encuentran atrapadas entre la
necesidad de contar con un ingreso que normalmente sirve de sustento a
sus familias que se encuentran en sus países de origen y la obligación de
soportar unas condiciones que algunos autores han llamado como análo-
gas a la esclavitud8.
Un rasgo predominante observado en este grupo de mujeres indocumen-
tadas que trabajan como internas, es su procedencia de zonas rurales o
zonas en situación de vulnerabilidad. La mayoría de ellas no han tenido
oportunidad de terminar los estudios, y en los casos en los que cuentan
con los mismos, no les son reconocidos como válidos ni las cualifican

8 Id., «El trabajo doméstico indigno y como forma análoga a la esclavitud: entre
la explotación, la discriminación y la desigualdad», en: R. Rezende Figueiras,
A. Antunes Prado y E. Galvão de Oliveira (orgs.), Trabalho escravo contem-
poráneo: estudos sobre ações e atores, Mauad X, Rio de Janeiro 2017, 46-48

Sal Terrae | 106 (2018) 51-63


60 armando agüero collins

necesariamente para el trabajo de cuidados, por ejemplo, de personas ma-


yores. Muchas de ellas, debido precisamente a la situación administrativa
irregular en la que se encuentran, no tienen acceso a formación, ya que se
les requiere documentación en regla. Estas circunstancias cierran las po-
sibilidades a que puedan salir del círculo vicioso en el que se encuentran
atrapadas, quedándose sin acceso a puestos de trabajo en condiciones más
dignas. A este panorama tenemos que añadir otro factor de vulnerabili-
dad como la edad, ya que son cada vez más numerosos los casos en los
que mujeres de más de 60 años se acercan a preguntar por los derechos
que les asisten, siendo la jubilación un aspecto que la propia legislación
mantiene con arbitraria desigualdad en el caso del Sistema Especial del
Empleo del Hogar.
Aquellas que poseen permisos de residencia y trabajo de corta duración
tienen sobre sus cabezas la espada de Damocles de las sucesivas renova-
ciones que necesitan obtener para no caer en situación de irregularidad
sobrevenida. Desde este miedo que las atenaza se ven obligadas a aceptar
condiciones muy precarias y, muchas veces, a aguantar diferentes formas
de discriminación y acoso. Peor aún, observamos muchos casos en que
la situación de marginación y vulnerabilidad en el ámbito laboral sigue
estando presente aun cuando han obtenido ya la nacionalidad española.
Otro grupo que, a pesar de no ser mayoritario, es especialmente preocu-
pante es el de aquellas que sufren situaciones de acoso, maltrato psicológi-
co e incluso físico, así como de acoso sexual e incluso violación. Estas son
las situaciones más complicadas de detectar y documentar porque, como
es fácil de suponer, la inmensa vulnerabilidad en la que se encuentran les
impide reconocer y denunciar tales atropellos por miedo, vergüenza y
parálisis o estado de depresión en el que se encuentran.
Así, en los pocos casos en las que las mujeres se han sentido lo suficien-
temente fuertes para denunciar el acoso sexual o en su caso la violación,
han necesitado de un acompañamiento humano y psicológico importan-
te para seguir adelante con la denuncia. Nos asombra y cuestiona pro-
fundamente que, en pleno siglo XXI, se den casos como estos, en los
que empleadores abusen de su condición de superioridad para pisotear
la dignidad de mujeres que sólo buscan un medio de subsistencia digno.

Sal Terrae | 106 (2018) 51-63


el trabajo del hogar, más que sólo un trabajo precario… 61

Pero no es menos importante un conjunto de situaciones detectadas que


se sitúan en un ámbito difícil de catalogar. Son casos en los que la discri-
minación y el maltrato son más sutiles. Casos en los que se materializa
cierto grado de jerarquización social y se hace patente en el trato indigno
que reciben las trabajadoras por parte de sus empleadores o empleadoras
y de su entorno familiar. Muchas de las mujeres atendidas tenían difi-
cultad para expresar el modo en el que se habían sentido despreciadas,
discriminadas o maltratadas. Situaciones complejas en las que quedaba
patente que se sentían con escaso valor como personas por ser trabajado-
ras del hogar, casi como «objetos» según su propia expresión. No sufrían
agresiones directas, no había tampoco violencia verbal pero sí sutiles ex-
presiones y formas de trato que deja patente la jerarquización en la que el
trabajo hogar, al ser el más bajo escalón laboral y social, no puede sino ser
ocupado por personas sin valor, mientras que sus empleadores ocupan el
nivel más alto, demostrando prestigio y poder.
Estas situaciones dejan patente la complejidad de las relaciones personales
que se producen en el marco del trabajo del hogar y que, a pesar de cum-
plir las obligaciones legales de una relación laboral, se puede discriminar
y acosar moralmente a una persona, generando sufrimiento y frustración.

¿Cómo poder acompañarlas?

Desde nuestras organizaciones intentamos que el modo de entender el


acompañamiento y servicio que ofrecemos a las mujeres trabajadoras del
hogar comparta enfoques y perspectivas, poniendo siempre en el centro
de nuestra acción a la propia mujer trabajadora.
Esto implica estar al lado de las mujeres, y con ellas y desde ellas proponer
los espacios de actuación. Para ello, el acompañamiento que se ha ido
asentando como modo de proceder nos ayuda a fomentar un proceso de
atención y dignificación de la persona, un proceso de empoderamiento
que se construye sólo cuando se produce en condiciones de horizontali-
dad, escucha y aceptación del otro. Este enfoque nos lleva a prestar aten-
ción a todas las dimensiones de la persona, además de aquella que resulta
vital para su sustento como es la inserción sociolaboral.

Sal Terrae | 106 (2018) 51-63


62 armando agüero collins

Otro aspecto que consideramos importante en nuestra actuación es la


defensa de los derechos vulnerados de las mujeres migradas, median-
te la defensa jurídica. Esta dimensión es complementaria al trabajo de
acompañamiento sociolaboral, ya que son muchos los casos en los que
las mujeres que acuden para una asesoría laboral terminan reconociendo
y pidiendo apoyo jurídico. En muchos casos, es necesario acudir a los
tribunales para restituir los derechos vulnerados de estas mujeres. Pero,
como ocurre en otros ámbitos en los que es necesario judicializar una
vulneración, hay que tener presente desde qué situación social, económi-
ca y afectiva, una mujer trabajadora del hogar de origen migrado decide
enfrentarse a un proceso judicial. Es indispensable que ellas se sientan con
la fuerza y la claridad para acometer esta tarea y hemos de ser respetuosos
de sus decisiones y procesos, además de acompañarlas y asistirlas durante
el tiempo que dure el mismo.
Por otro lado, consideramos que acompañar y defender no es suficiente
si no se asume la tarea de sensibilizar e incidir para que socialmente se
asuma el trabajo del hogar como una profesión, para desterrar las prác-
ticas tradicionales jerarquizadas, como la extendida actitud de muchos
empleadores de considerar a la trabajadora doméstica como favorecida al
ofrecerle trato “como de la familia”. Dicha cercanía afectiva sin considerar
bien los límites de lo profesional y de lo afectivo y familiar suele ser una
puerta abierta por la que se logra mayor implicación de las trabajadoras
sin retribución adicional a cambio.
Igualmente es indispensable acompañar los procesos organizativos y de
participación que las propias mujeres trabajadoras demandan. Desde
nuestra práctica lo consideramos prioritario como herramienta privile-
giada para lograr cambios en las vidas de muchas mujeres y en la capa-
cidad de incidencia social en diferentes frentes. Estos espacios fomentan
el sentido de la solidaridad entre las personas que participan en ellos, de
modo que se convierten en redes de apoyo y defensa de las mujeres que
se encuentran en situaciones más difíciles. Por otro lado, son una escuela
de ciudadanía activa ya que aprenden, desde la reivindicación de sus de-
rechos, a participar como ciudadanas en la construcción de una sociedad
cohesionada y plural.

Sal Terrae | 106 (2018) 51-63


el trabajo del hogar, más que sólo un trabajo precario… 63

Finalmente contar con espacios para realizar procesos de discernimiento


continuo y compartido con las propias mujeres migradas, acerca de la
evolución de sus necesidades, como de los nuevos desafíos que la situa-
ción económica, social y política les plantea a ellas y a nuestras acciones
de acompañamiento.
Somos conscientes pues, de lo complejo de la tarea y de lo pequeño de
nuestro aporte, pero es un camino que desde el inicio no recorremos
solos sino en alianzas con otras organizaciones, con movimiento sociales
y, como hemos dicho antes, contando con la fuerza y el empuje de las
propias trabajadoras del hogar. Consideramos que todo ello es motivo de
esperanza.

Sal Terrae | 106 (2018) 51-63


Bartolomeo Sorge
Introducción
BARTOLOMEO SORGE
aIntroducción
la doctrina social
de
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Iglesia social
de la Iglesia
Nueva edición
revisada y aumentada
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Esta obra no solo responde a los grandes interrogantes de fondo que abor-
da la Doctrina Social de la Iglesia, sino que presenta sistemáticamente el
pensamiento de esta sobre los temas más concretos del debate actual: el
problema medioambiental, la globalización, la guerra y el terrorismo, la
manipulación genética, la pena de muerte, la relación entre ética e inves-
tigación científica, las relaciones con el islam, el papel de la Unión Euro-
pea. La presente edición se ha visto enriquecida con un estudio sobre la
encíclica Laudato si’ y un amplio Apéndice histórico sobre los cincuenta
años de posconcilio.

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65

Los jóvenes
Jóvenes y experiencia de Dios
I gnacio G onzález S exma , S.J.*

Fecha de recepción: noviembre de 2017


Fecha de aceptación y versión final: diciembre de 2017

Resumen
Aunque en las últimas décadas la experiencia de Dios en los jóvenes se ha vuelto
cada vez más problemática, especialmente en Occidente, ésta sigue siendo posible
sobre todo porque depende de Dios más que de los hombres. Además, hay carac-
terísticas de nuestro tiempo que facilitan esa experiencia de Dios y que deben ser
aprovechadas en las propuestas pastorales dirigidas a los jóvenes.
Palabras clave: insatisfacción, belleza, silencio, servicio, Iglesia

Young people and the experience of god

Summary
Although in recent years the experience of God among young people has become
increasingly problematic, especially in the West, it remains possible, particularly
because it depends on God more than on Man. Furthermore, there are characte-
ristics of our era that facilitate the experience of God and which must be harnes-
sed in pastoral proposals geared toward young people.
Key words: dissatisfaction, beauty, silence, service, Church

* Profesor en el colegio Nuestra Señora del Recuerdo y Pastoral Universitaria


(Madrid). ignaciogsexma@gmail.com

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66 ignacio gonzález sexma, s.j.

1. A modo de introducción
«Una cosa, sin embargo, sigue siendo cierta: que el ser humano puede
experimentar personalmente a Dios. Y vuestra pastoral debería siempre y
en cualquier circunstancia tener presente esta meta inexorable1».
Han pasado casi 40 años desde que Karl Rahner escribió estas palabras
sobre la experiencia de Dios. A lo largo de todo este tiempo, especialmen-
te en Occidente, la secularización ha avanzado a pasos vertiginosos, ha
disminuido la presencia y relevancia de la Iglesia, se ha reducido drástica-
mente el número de vocaciones consagradas, y, en general, da la impre-
sión de que la propuesta de la fe es cada vez más contracultural. Y, sin em-
bargo, las palabras del teólogo alemán siguen teniendo vigencia, porque
la experiencia de Dios depende siempre y en primer lugar de Dios, quien
quiere comunicarse directamente con sus criaturas, y solo en segundo
lugar de la respuesta por parte del hombre, acogiendo personalmente esa
libre iniciativa de Dios.
Desde la espiritualidad ignaciana, la experiencia de Dios presenta unos ras-
gos específicos2: Es una experiencia universal y al alcance de todos, no re-
servada a unos pocos privilegiados. No es una experiencia que venga desde
el exterior del hombre, como si le cayese desde fuera, de modo artificial,
sino que es un elemento consustancial a la naturaleza humana. Como con-
secuencia, es una experiencia encarnada que ha de ser vivida en la historia
humana concreta. Se trata de una experiencia dinámica, en proceso, que
lleva al ser humano a ponerse en camino detrás de ese Dios que se le ha
dado a conocer. Y es una experiencia totalizadora que abarca a toda la per-
sona: memoria, entendimiento, voluntad, libertad y afectividad.

2. Obstáculos para la experiencia de Dios en los jóvenes hoy


Dios es sujeto activo y primero en la experiencia de Dios, y por tanto,
es él quien posibilita esa experiencia. Sin embargo, lo cierto es que lo de

1. K. Rahner, Palabras de Ignacio de Loyola a un jesuita de hoy, Sal Terrae, Santan-


der 1990, 10.
2. Cf. C. Palacio, «Experiencia de Dios» en AA.VV., Diccionario de Espiritualidad
Ignaciana, Mensajero-Sal Terrae, Bilbao-Santander 2007, 855-862.

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jóvenes y experiencia de dios 67

Dios queda cada vez más lejos de la vida real de muchos jóvenes, en un
alejamiento que ha ido creciendo casi de modo exponencial en las últimas
décadas, especialmente en nuestro país: «La juventud española de 18 a
29 años es la generación que menos importancia concede en Europa a
la religión, poniendo en evidencia que las últimas dos oleadas de secula-
rización, aunque han sido más tardías que en el resto de Europa, se han
desarrollado con mucha mayor velocidad3».
Este alejamiento es paradójico si se tienen en cuenta los ingentes esfuer-
zos que desde distintos ámbitos de la Iglesia se están llevando a cabo en el
ámbito de la pastoral juvenil en las últimas décadas: se han multiplicado
el trabajo y los recursos humanos y materiales consagrados a ello. Hemos
asistido a una creatividad sin precedentes en este campo. Muchos jóvenes
participan en este tipo de experiencias, quedando generalmente satisfe-
chos, y, sin embargo, nos encontramos con que los jóvenes se resisten
a dejarse configurar según el Evangelio, y no acaban de dejar que Jesús
influya en su estilo de vida y en sus decisiones vitales.
Sin pretensión de exhaustividad, y sabiendo que la realidad es muy com-
pleja y llena de matices, podemos mencionar los siguientes obstáculos,
de distinto origen, que dificultan la experiencia de Dios en los jóvenes:
la secularización ambiental, la superficialidad, la fragmentación vital, los
ritmos acelerados en los que transcurre la vida y el individualismo.

2.1. La secularización ambiental


La indiferencia religiosa e incluso la hostilidad hacia lo religioso acaban
haciendo mella en el joven. ¡Cuántos jóvenes se sienten «un bicho raro»
cuando son el único creyente en medio de su grupo de amigos, compañe-
ros, e incluso en su propia familia! Cuando la fe ya no tiene la plausibili-
dad social que tenía hace unas décadas, cuando la opción cristiana se va
haciendo cada vez más contracultural, ser cristiano es cada vez más una
decisión libre y personal. El problema es que esta opción solo es posible si
se sostiene en una experiencia personal de Dios y, en la actualidad, suele

3. J. M. González-Anleo Sánchez, Generación selfie, PPC, Madrid 2015, 179-


180.

Sal Terrae | 106 (2018) 65-77


68 ignacio gonzález sexma, s.j.

ser necesario haber recorrido ya un cierto camino en la vida para poder


llegar a esta vivencia.

2.2. La superficialidad vital


«Vivimos inmersos en un ambiente de distracción e intranscendencia y
esos hábitos, casi imperceptiblemente, van configurando vidas arrastra-
das por la prisa, el ruido y el estrés y creando una generación de som-
nolientos, sordos, ciegos y mudos, ensimismados e inertes, privados de
orientación significativa, prisioneros de las redes vacías de la trivialidad,
embotados para la interioridad y la compasión4». En un mundo «líqui-
do», según la expresión feliz de Bauman, en un mundo lleno de estímulos
exteriores que intentan captar nuestra atención de modo fugaz, para en-
seguida dejar paso a otros estímulos, en un mundo en el que el cambio,
la flexibilidad, la movilidad y la adaptación son exigencias ineludibles, los
jóvenes –y también los adultos, por supuesto– encuentran cada vez más
dificultades para entrar dentro de sí mismos y contactar con su yo más
auténtico.

2.3. Vidas fragmentadas


Unido a la superficialidad aparece la fragmentación en la que se desarrolla
la vida para nuestros contemporáneos, especialmente los más jóvenes. Es-
tudios y/o trabajo, familia y amigos, vida afectiva, ocio, fe, son varias de
las dimensiones en las que se despliega la vida del joven. El problema es
que cada una de estas dimensiones tiende a campar por su cuenta, como
un compartimento estanco y aislado de los demás, y así se imposibilita la
unicidad de la persona y, en consecuencia, se rompe la dimensión totali-
zadora de la fe. De hecho, incluso en los jóvenes que se consideran reli-
giosos y que viven su fe de modo activo, la fe suele ser un compartimento
estanco más, reducido a la reunión de grupo, la eucaristía dominical, la
oración personal, pero que no influye ni interactúa en las otras dimensio-
nes en las que se despliega su vida.

4. D. Aleixandre, La contemplación para alcanzar amor. Una aproximación bíbli-


ca, Sal Terrae, Santander 2017, 44.

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jóvenes y experiencia de dios 69

2.4. La aceleración vital


Los ritmos muchas veces frenéticos en los que transcurre la existencia; las
múltiples ocupaciones en diversos frentes que exigen ser atendidas casi de
modo simultáneo; la sensación de ir continuamente con la lengua fuera
y no llegar a cubrir todos los frentes… Todo esto configura un estilo de
vida acelerado que dificulta la posibilidad en primer lugar de ponerse a
tiro de Dios, y, en segundo lugar, de facilitar que esa experiencia de Dios
se pueda ir asentando progresivamente en el joven.
En los últimos años esta aceleración vital se ha intensificado con los nue-
vos planes de estudio, más horas presenciales de clase, asistencia a prácti-
cas, seminarios y unas demandas formativas de un mercado laboral cada
vez más exigente. Todo dificulta un cierto sosiego necesario para poder
profundizar e interiorizar.

2.5. El individualismo
No cabe duda de que la exaltación del valor del individuo ha traído aspec-
tos muy positivos para el ser humano: respeto de la dignidad y libertad
de cada persona, valoración del hombre/mujer en sí mismos, en lo más
auténtico de cada uno, reconocimiento de la unicidad de cada persona.
Pero también ha traído consecuencias no tan valiosas: «La modernidad
democrática ha hecho de cada uno de nosotros progresivamente hombres
sin guía. Poco a poco nos ha puesto en la situación de tener que juzgar
por nosotros mismos y de construirnos nuestras propias referencias5».

3. Ayudas posibilitadoras para la experiencia de Dios en los jóvenes


hoy

En general tenemos claros estos obstáculos que dificultan la experiencia


de Dios en los jóvenes. Se ha escrito y reflexionado mucho al respecto y
son numerosos los estudios sociológicos que han tratado este tema en los
últimos años. Sin embargo, más allá de las dificultades, nuestro mundo

5. A. Ehremberg, La fatigue d´être soi. Depression et société, Odile Jacob, París


2008, 14.

Sal Terrae | 106 (2018) 65-77


70 ignacio gonzález sexma, s.j.

también ofrece buenas posibilidades para que los jóvenes puedan encon-
trarse personalmente con Jesucristo, en una experiencia transformadora y
fundante de una nueva realidad vital.
En la psicología actual se habla cada vez más de construir desde las fortalezas
vitales: «No se trata de identificar las fortalezas más deficitarias y hacer un
esfuerzo por mejorarlas, sino precisamente todo lo contrario. Lo realmente
eficaz consiste en poner en práctica, en la vida cotidiana, las fortalezas prin-
cipales de cada uno: destacar los recursos y aprovecharlos, más que detectar
deficiencias para intentar reducirlas6». De modo análogo, en la evangeliza-
ción con jóvenes podemos centrar los esfuerzos no tanto en combatir los
obstáculos –tarea muchas veces infructuosa y que genera grandes dosis de
frustración–, sino en reconocer los factores de nuestro mundo, que ya están
siendo vividos por nuestros jóvenes, y que ayudan a que puedan encontrar-
se personalmente con Dios. Algunas de estas ayudas ya están presentes en
nuestra pastoral, aunque quizá habría que darles un nuevo enfoque. Otras
suponen una cierta novedad respecto a otros modelos pastorales, novedad
que tenemos que acoger como don y posibilidad.

3.1. La insatisfacción vital


Una ruptura afectiva, un fracaso académico o laboral, la muerte de al-
guien querido, la enfermedad propia o de alguien cercano, etc.; cual-
quiera de estas circunstancias vitales supone, a menudo, en el joven una
ruptura que marca un antes y un después en su trayectoria vital. Pierde
sus seguridades, toca sus límites, experimenta en primera persona su vul-
nerabilidad y en el interior de quien parecía muy seguro de sí mismo se
abre una brecha por donde Dios puede hacer su entrada.
Jóvenes que han ido abandonando la práctica sacramental y la oración,
que llevan un tiempo, a veces no pequeño, alejados de la Iglesia, pueden
iniciar lentamente un camino de acercamiento a Dios. Para quienes ya
tienen cierta experiencia de Él, tener que hacer frente al dolor puede em-
pujarles a ir más allá en su relación con Dios.

6. A. Salgado Ruiz, «Fortalezas personales y vida con sentido: aportaciones para


el acompañamiento»: Manresa vol 88, n.º 349, (2016), 329-340.

Sal Terrae | 106 (2018) 65-77


jóvenes y experiencia de dios 71

Estas experiencias no hay que buscarlas, ni mucho menos provocarlas,


vienen solas. Pero desde la pastoral sí podemos acompañar al joven cuan-
do le toque afrontarlas y ayudarle a levantar la mirada más allá de sí mis-
mo y descubrir, en medio de su frustración y sufrimiento, al Dios que se
acerca a vendar heridas, a abrir horizontes en medio de la desorientación,
a dar un sentido nuevo a una vida que, en un momento dado, ha podido
quedarse sin él.
En el Evangelio encontramos frecuentemente a personas desvalidas que
se postran a los pies de Jesús con humildad y respeto, que confían total-
mente en Él, abandonándose en sus manos, adorándole y reconociéndole
como el Dios de la vida.
Desde hace ya algunos años, especialmente en la secularizada Europa
occidental, la adoración eucarística es un tipo de oración practicada, y
cada vez más demandada, por muchos jóvenes. A muchos pastoralistas
juveniles, que vivimos nuestra fe en un contexto menos secularizado y
que fuimos formados en una pastoral que tenía otros acentos, nos puede
rechinar este modo de oración que en el imaginario eclesial está asociada a
épocas remotas. Y, sin embargo, no son pocos los jóvenes que encuentran
personalmente a Cristo postrados ante el Santísimo Sacramento. Ya en
1966 Rahner destacaba la validez de este tipo de oración: «Es sacrílego
rechazar como pasadas de moda todas las prácticas de piedad eucarística
que han ido surgiendo en la Iglesia desde el siglo XI y que siguen llenas de
vida. ¿Por qué no va a orar el cristiano del futuro arrodillado ante el cuer-
po del Señor que se ha entregado por él, ante el signo sacramental de la
muerte del Señor y de su propia muerte en el Señor, que se acerca a él? ¿O
es que en el futuro no va a existir amargura, frustración y muerte? ¿En el
futuro solo va a haber hombres que huyan cobardemente de esos abismos
de la existencia? Si no es así, en el futuro habrá también hombres que se
arrodillen en oración y adoración ante el tabernáculo eucarístico, que
pongan su mirada en Aquel a quien han traspasado7». Es cierto que pue-
de ser una oración un tanto individualista e intimista. Precisamente por
eso, el individualismo contemporáneo puede ser también un medio que

7. K. Rahner, Escritos de Teología VII, Taurus, Madrid 1969, 18.

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72 ignacio gonzález sexma, s.j.

facilite una experiencia personal de Dios. No todo lo que llamamos ora-


ción está habitado por Dios, y muchas veces un rato de silencio y oración
se acaba convirtiendo en un darle vueltas en la cabeza, cerrado en uno
mismo, sin apertura a Alguien mayor y distinto de él mismo. Al adorar a
Jesucristo presente en el Sacramento, el joven sale de sí mismo y levanta
su mirada para dirigirse a un Tú que no es él mismo, ni está en su mismo
plano existencial, dando así un paso hacia la Trascendencia.

3.2. La personalización de la fe
Uno de los efectos positivos de la profunda secularización experimen-
tada en las últimas décadas es el hecho de que la fe es cada vez más una
opción libre y personal. Los procesos de iniciación y transmisión de la
fe siguen siendo muy necesarios pero, antes o después, se topan con sus
propias insuficiencias. En un momento de su trayectoria espiritual, el
joven ha de apropiarse personalmente de su fe, pasando de la fe heredada
a la fe personalizada: «En el futuro, los hombres no serán cristianos por
la fuerza de la herencia y de la tradición, de la institución, de la historia,
de la homogeneidad de un ambiente social y de una opinión pública fa-
vorable, sino –prescindiendo del fuego sagrado del ejemplo familiar y de
la intimidad de la casa paterna, de la familia y de pequeños grupos como
supuestos– únicamente por una acción propia de fe, difícilmente com-
prada y por la que habrá siempre que luchar de nuevo8». La consecuencia
positiva de esta apropiación personal de la fe es el hecho de que el joven
la siente como algo que él ha elegido libre y conscientemente, y normal-
mente esto le llevará a cuidarla mucho más, porque es su opción personal
y le importa mucho más.
Este hecho ha de reflejarse necesariamente en las propuestas pastorales
para los jóvenes. Los itinerarios cerrados y, a menudo, pensados para ser
desplegados en varios años, las propuestas demasiado estructuradas, las
comunidades que, por su propia esencia, tienen cierto componente de
rigidez –propuestas todas ellas que se demostraron eficaces en la pastoral
hasta hace no mucho– aparecen cada vez más insuficientes. Los itinerarios

8. K. Rahner, Escritos de Teología VI, Taurus, Madrid 1969, 470.

Sal Terrae | 106 (2018) 65-77


jóvenes y experiencia de dios 73

flexibles, la posibilidad de elegir entre distintas propuestas, las comuni-


dades abiertas y el acompañamiento personal son ayudas para que esta
personalización de la fe pueda conducir al joven a un encuentro personal
con Dios9.

3.3. La sensibilidad estética: la preocupación por la belleza


Posiblemente las generaciones cristianas actuales tienen más sensibilidad
hacia la belleza que las que les han precedido. Los jóvenes de hoy han
nacido en una cultura digital en las que la música y la imagen tienen una
importancia decisiva. Si desde siempre los hombres han transitado por
la via pulchritudinis para acercarse al Misterio, la especial sensibilidad
hacia la belleza de las jóvenes generaciones se convierte en una ayuda de
singular importancia para facilitar la experiencia personal de Dios. Desde
hace muchos años, muchos jóvenes de todo el mundo peregrinan a Taizé
para encontrarse con Dios, especialmente en oraciones muy cuidadas en
todos sus aspectos: cantos, luz, ritmo fluido que alterna silencio, cantos
y escucha de la palabra, iconos. Una liturgia cuidada suele ser una buena
ayuda para que los participantes de una celebración puedan vivirla más
profundamente. En la actualidad no son necesarias liturgias recargadas
de símbolos y elementos adicionales a la ceremonia. Basta con que estén
bien cuidados todos los elementos que afectan a la celebración: luces,
decoración de la iglesia, cantos, ritmo fluido, etc. Instruir a los jóvenes
en algunos de los elementos esenciales de la liturgia, sin caer en el exceso
formalista, e invitarles a que ellos se impliquen activamente para hacer
una celebración más bella, puede ser otro camino a explorar en nuestra
pastoral para ayudar a que se dé ese encuentro personal con Dios: «Si se
llega a gustar la liturgia, se pone a los jóvenes en un camino en el que más
allá de la comunidad juvenil, podrán seguir cultivando su relación con el
Señor Jesús, su pertenencia a la Iglesia y creciendo en ella10». Del mismo
modo, cuando un joven que tiene especial sensibilidad por la belleza,

9. Cf. José Mª Rodríguez Olaizola, «La pastoral con universitarios y jóvenes


adultos»: Sal Terrae 94 (2006), 621-634.
10. G. Uríbarri, «Jesucristo para los jóvenes. Claves cristológicas para la pastoral
juvenil»: Misión Joven 420-421 (201), 21-28.

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74 ignacio gonzález sexma, s.j.

se topa con una celebración con una liturgia descuidada y rupturista en


exceso respecto a la liturgia oficial, este descuido puede ser un obstáculo
para la vivencia de fe.

3.4. La necesidad de tiempos de sosiego y silencio


En los últimos años, como respuesta a la superficialidad, dispersión y
rapidez vertiginosa que caracterizan nuestra época, están proliferando
las propuestas de mindfulness, meditación, recogimiento, etc. Vivir con
más calma y más profundidad son deseos, incluso necesidades, que están
aflorando, aunque no siempre de modo explícito11. Se está abriendo un
camino que puede ser aprovechado para ayudar a experimentar personal-
mente a Dios. Un primer paso sería facilitar tiempos y espacios para el
silencio y la meditación personal. Un segundo paso buscaría ayudar a que
el joven descubra la presencia de Dios habitando esos espacios y tiempos
de silencio. Iniciativas como el «cuaderno de interioridad», que se están
aplicando en centros escolares, propuestas específicas de meditación cris-
tiana, retiros de dos días… buscan ofrecer una ayuda para el encuentro
personal de cada uno con el Dios que habita el interior de las personas.
Es posible también que podamos buscar cierta conexión entre el silencio,
la oración, la eucaristía. Oraciones en las que haya un espacio para el
silencio personal –con duración variable en función de los que oran– y
eucaristías en las que los ritmos sean sosegados –no lentos, pero tampoco
acelerados– y que cuente con espacios para el silencio, pueden ser tam-
bién instrumentos facilitadores de la experiencia de Dios. Estos espacios
y tiempos de silencio podrían ampliarse a los momentos previos e in-
mediatamente posteriores a la oración o celebración. No es extraño que
antes de empezar una oración con jóvenes, o incluso una eucaristía, haya
en la capilla un ruido de fondo bastante elevado, los participantes estén
saludándose y hablando de su vida cotidiana, sin reparar en dónde están.

11. Es muy ilustrativo el éxito del libro Biografía del silencio, Madrid, Siruela 2012,
del sacerdote y escritor Pablo D’Ors. Cf. «El silencio se convierte en super-
ventas»: El País, 16 febrero de 2007: https://elpais.com/cultura/2017/02/13/
actualidad/1487009276_418090.html

Sal Terrae | 106 (2018) 65-77


jóvenes y experiencia de dios 75

Animar a los jóvenes a que, al entrar en la capilla o el templo, y hasta salir


de ellos, estén en silencio, aunque no haya empezado o haya acabado la
oración o la celebración, y sugerirles que los saludos y conversaciones se
hagan fuera, puede ayudarles a tomar conciencia de que entran en un
espacio y tiempo distintos, para hacer algo específico, y que requiere una
determinada actitud personal de silencio. En este sentido es clarificador el
ejemplo de las oraciones en Taizé, en las que los varios de miles de jóvenes
presentes guardan silencio desde bastante tiempo antes del inicio de la
oración y abandonan también en silencio la capilla.

3.5. Salir al encuentro de las realidades más rotas de nuestro mundo


Salir de su entorno habitual, donde muchas veces los jóvenes se instalan
en la comodidad que proporciona la rutina, para ir al encuentro de quien
sufre las consecuencias de un mundo radicalmente injusto puede ampliar
la mirada del joven y, posibilitarle el acceso a la alteridad, rompiendo así
su ensimismamiento egocéntrico.
Muchos jóvenes siguen teniendo un corazón altruista y generoso. Sin em-
bargo, la «liquidez» de nuestros tiempos, que dificulta la continuidad y
la perseverancia, las propias biografías vitales, con desplazamientos fre-
cuentes por motivos de estudios o trabajo, y las múltiples demandas de la
vida moderna, suponen un obstáculo para un compromiso sostenido en
el tiempo. Actividades puntuales de voluntariado en el verano, con cierta
duración, suelen ser experiencias positivas que ayudan a conocer de pri-
mera mano otra realidad, pero la fragmentación característica de nuestra
época puede llevar a que esa experiencia sea vivida como algo cerrado en
el momento en que acabó, sin influencia posterior en la vida del joven.
Un voluntariado en el que, además, no haya una cierta reflexión que co-
necte la acción con la fe puede quedarse en mera ayuda asistencial.
Frente al camino propuesto en pastoral juvenil desde hace muchos años:
del voluntariado a la experiencia de Dios, quizá en estos tiempos se pue-
de explorar el camino inverso: de la experiencia de Dios al servicio a los
demás. Quien vive una experiencia de encuentro personal con Dios se
siente enviado por ese mismo Dios a sanar, liberar y dignificar a los más
pobres. Además, este servicio a los débiles y vulnerables es la piedra de

Sal Terrae | 106 (2018) 65-77


76 ignacio gonzález sexma, s.j.

toque que posibilita el paso de la fe intimista a la fe transformadora, no


solo de uno mismo, sino del mundo en el que habita.

3.6. Experiencia de Dios en la Iglesia


Uno de los aspectos más complicados para la experiencia de Dios es la
necesidad de que esta experiencia de Dios sea vivida dentro de la Igle-
sia. Las dificultades que los jóvenes experimentan, en general, frente a
todas las instituciones, y en particular frente a la Iglesia, pueden suponer
un obstáculo que cortocircuite el encuentro personal con Dios. Y, sin
embargo, la Iglesia sigue siendo el marco donde vivir la experiencia de
Dios. Ya sea al nivel de las pequeñas comunidades donde el joven vive su
fe con la ayuda de otros jóvenes de su edad –aunque, como hemos dicho,
estas comunidades han de adaptarse a las características del tiempo ac-
tual–, ya sea en alguna eucaristía no forzosamente cerrada solo para gente
joven, sino abierta a la totalidad del pueblo de Dios con independencia
de su edad, ya sea en acontecimientos eclesiales donde el joven descubre a
otros jóvenes que, con otros acentos, con otras espiritualidades, también
quieren seguir a Cristo, la Iglesia sigue prestando una ayuda inestimable
al joven para acercarle al encuentro personal con Dios. Sin perder la es-
pecificidad de las comunidades juveniles, posibilitar que el joven salga de
su «zona de confort eclesial», y conozca otras realidades de Iglesia, es una
ayuda valiosa para facilitar la experiencia de Dios.

4. Experiencia de Dios y pastoral vocacional

Un último apunte: en todos los planes de pastoral juvenil de una diócesis,


de una congregación, de la Conferencia Episcopal, la pastoral vocacional
ocupa un lugar prioritario. Sin embargo, a veces corremos el riesgo de
realizar una pastoral vocacional sin asentarla previamente en una pastoral
mistagógica que ayude a que el joven pueda tener una experiencia perso-
nal de Dios. Si se me permite la expresión, la pastoral vocacional sin una
previa pastoral mistagógica equivaldría a «poner el carro delante de los
bueyes». Concentrar los esfuerzos en potenciar las condiciones facilitado-
ras de la experiencia de Dios puede ser mucho más fecundo, vocacional-
mente hablando, que la pastoral vocacional en sí misma. Si la experiencia

Sal Terrae | 106 (2018) 65-77


jóvenes y experiencia de dios 77

de Dios es auténtica, si el joven realmente ha experimentado en lo más


profundo de su ser al Dios vivo y verdadero, la pregunta vocacional apa-
recerá de modo espontáneo y nada forzado. Como expresó Santa Teresa
de Ávila: «Vuestra soy, para Vos nací, ¿qué mandáis hacer de mí?».

5. Conclusión

No son tiempos fáciles para la experiencia de Dios en la gente joven. Pero


son estos y no otros los tiempos que nos toca vivir. Y si sabemos mirar
nuestro mundo y nuestro tiempo con los ojos de la fe, descubriremos que
Dios sigue saliendo al encuentro de los hombres y mujeres de nuestra
época, y que nuestro mundo ofrece, en sí mismo, buenas posibilidades
para facilitar ese encuentro personal con Dios. Sigue habiendo jóvenes
que, en un momento dado de sus vidas, podrán decir: «Yo había encon-
trado realmente a Dios, al Dios vivo y verdadero. Era Dios mismo a quien
yo experimenté; no palabras humanas sobre Dios. Dios y la sorprendente
libertad que le caracteriza y que solo puede experimentarse en virtud de
su iniciativa12».

12. K. Rahner, Palabras de Ignacio de Loyola a un jesuita de hoy, Sal Terrae, Santan-
ter 1990, 8.

Sal Terrae | 106 (2018) 65-77


Peter Harrrison (ed.)
PETER HARRISON
Cuestiones (ED.)
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El auge de los movimientos antievolucionistas, en especial el del diseño in-
teligente, ha inducido a muchas personas a pensar que ciencia y religión es-
tán necesariamente en conflicto. El presente libro analiza la influencia de
la religión en los orígenes y el desarrollo de la ciencia, las reacciones reli-
giosas al darwinismo y el vínculo entre ciencia y secularización. El volumen
se redondea con reflexiones filosóficas sobre las conexiones entre ateísmo y
ciencia, la naturaleza del conocimiento científico y religioso, y la conjuga-
ción de acción divina y libertad humana.

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79

LOS LIBROS

RECENSIONES

Kasper, W. La teología, a debate. Claves de la ciencia de la fe. Obra


Completa de Walter Kasper, vol. 6, Sal Terrae, Santander 2016,
615 pp.

Este volumen recoge sistemática- nes dogmáticas dadas de antemano.


mente, con la finalidad de acercarlos La solución tampoco puede ser una
a un público amplio, impulsos y teología de la palabra puramente
contenidos teológicos fundamenta- bíblico-kerigmática que omita la
les que el cardenal W. Kasper ha ido concreta situación personal y social
desarrollando en su pensamiento a y se refugie en la «pura» fe.
lo largo de más de cuatro décadas. Una vez que el antiguo edificio
El contenido se centra en los si- levantado por la escolástica está en
guientes temas que constituyen las ruinas y ya no sirven de nada las re-
cinco grandes partes del libro: paraciones aisladas, lo primero que
1ª. – «La teología, ciencia de la hay que hacer, si se quiere que el
fe», donde se abordan, entre otros nuevo edificio tenga futuro, es con-
temas, la concepción teológica de solidar los cimientos. Por eso hoy, a
la verdad, la praxis científica de la la vista de la problemática moderna,
teología, la tensión entre teología resulta necesaria una reflexión sobre
y magisterio y la pregunta «¿Qué los fundamentos y la esencia misma
significa hacer teología?». La Iglesia de la fe cristiana.
necesita de una teología que haga de El mensaje cristiano tiene lugar
la problemática de los fundamentos a través tanto de palabras como de
su tarea más urgente. Para realizar hechos históricos. La palaba debe
esta tarea no basta un procedimien- interpretar la historia como exi-
to teológico puramente analítico- gencia que Dios plantea a los seres
deductivo que parta de formulacio- humanos. Pero como palaba eficaz,

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80 los libros

también debe poner en marcha y 2ª. – «Fe e historia», que nos


transformar la historia. La palabra ofrece extraordinarias reflexiones
de la revelación en Jesucristo con- sobre la historicidad de la fe y la
tiene una promesa para la historia teología de la historia. La pregun-
entera. De ahí que la palaba de la ta por el sentido de la historia se le
revelación, históricamente singular, plantea a nuestra época de un modo
deba interpretarse como mensaje acuciante. El cristianismo es una re-
realizable y verificable en la actua- ligión histórica. Profesa fe en el Dios
lidad. vivo que ha actuado en la historia
A la actualización eficaz de la y que en Jesucristo ha devenido él
revelación acaecida de una vez por mismo histórico. Por eso, el tiempo
todas y a la realización anticipato- y la historia no pueden ser para el
ria de su promesa escatológica en cristiano meramente algo negativo,
las condiciones del presente la tra- imperfecto, de lo que debería des-
dición bíblica las llama «pneûma». prenderse en la medida de lo posi-
«Por desgracia, la pneumatología ble, a fin de llegar a ser uno con lo
se cuenta entre los tratados más eterno. Nada de lo que acontece en
atrofiados de nuestras dogmáticas», la historia puede antojársele indife-
afirma Kasper. Sin embargo, se en- rente a la fe. De ahí que la pregunta
cuentran posibles puntos de partida por el sentido de la historia y por la
para desarrollarla, enlazando con el relevancia cristiana de la actividad
concepto de «espíritu» del idealismo histórica se le plantee a la teología
alemán, en la teología de la Escuela precisamente hoy
de Tubinga del siglo XIX. Con ayu- 3ª. – «La Escuela Católica de Tu-
da de una pneumatología renovada binga», una reflexión sobre los gran-
podría superarse de la manera más des pensadores decimonónicos, en
apropiada la pérdida de la realidad especial J. A. Möhler, a quien Kasper
en la predicación y la teología. considera «un pionero del catolicis-
Una teología así concebida de- mo moderno».
bería ser a la vez «anámnesis y pro- Con una comprensión discursi-
fecía». Debería complementar el va de la teología asume Kasper en el
método histórico-crítico con un transformado contexto de problemas
método empírico-crítico, que trate de la segunda mitad del siglo XX y
de verificar todas sus afirmaciones del incipiente siglo XXI la aspiración
contrastándolas con la experiencia fundamental de la teología de los
de la realidad, con las preguntas y grandes maestros de la decimonónica
esperanzas de los seres humanos. Escuela de Tubinga. Estos teólogos no

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recensiones 81

superaron la pretensión de la Ilustra- 5ª. – «Posiciones teológicas a


ción moderna del siglo XVIII recha- debate», donde se analizan crítica-
zándola sin más, como hizo la neoes- mente algunas obras (de Ratzinger,
colástica, sino llevando la Ilustración Küng, Moltmann, Schillebeeckx
desde dentro «más allá de sí misma en o Drewermann), pero también co-
una ilustración de la Ilustración». rrientes como la teología de la libe-
El programa tubingués de unir ración o la teología hermenéutica.
cientificidad, eclesialidad y orien- La teología solamente puede
tación a la praxis vuelve a ser hoy tener futuro si conoce su pasado y,
actual de un modo nuevo. «Eclesia- lejos de interrumpir la historia, se
lidad» no significa aquí una obtusa nutre y aprende de ella, desarrollán-
y dócil fidelidad a la línea oficial, dola de modo creativo.
sino un estar comprometidamente «Los artículos de cuatro décadas
ubicados en la comunidad eclesial – recogidos en este volumen no pue-
muy diversa y compleja‒ de lengua- den constituir más que impulsos y
je, tradición y comunicación, en y a elementos para el actual discurso
la que el teólogo rinde cuentas con teológico, que en adelante ha de ser
franqueza y para la que intenta el desarrollado por una joven gene-
diálogo crítico-constructivo con el ración de teólogos y teólogas en el
pensamiento y los problemas de su marco de constelaciones de proble-
tiempo. La teología no acontece en mas que cambian con rapidez». Con
el vacío, sino desde una ubicación estas palabras del Prólogo Kasper nos
históricamente concreta y un com- dice cuál es la finalidad del conte-
promiso orientado a la praxis. nido de este volumen 6 de su Obra
4ª. – «Perfiles de teólogos», como Completa en castellano.
los de, entre otros, Karl Adam,
Rahner. A. Vögtle y Lehmann. Lázaro Sanz Velázquez

Caamaño, J.M., Conversaciones con Marciano Vidal. PPC, Madrid


2016, 205 pp.
Afirma José María Díaz Moreno Vidal. Se podrá coincidir o disen-
S.J. que «nadie que se acerque a la tir de algunas de sus afirmaciones,
historia de la teología moral podrá pero no desconocer su presencia y
evitar encontrarse con el nombre y, significado, porque es un punto de
sobre todo, con la obra del padre necesaria referencia». Esto es lo que

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82 los libros

dejan traslucir estas conversaciones Marciano Vidal el paradigma de


de Marciano Vidal con José Ma- autonomía abierta a la trascenden-
nuel Caamaño, que es también un cia, que es la racionalidad abierta a
reconocido moralista, director de la trascendencia, abierta a la fe, el
la Cátedra de Ciencia, Tecnología y valor de lo humano desde una cos-
Religión de ICAI de Comillas. movisión religiosa. Este paradigma
Estas conversaciones suponen un está de acuerdo con la más genuina
paseo por toda la renovación de la tradición tomasiana y con la orien-
teología moral que trajo consigo el tación del Vaticano II en términos
Concilio Vaticano II (Segunda Par- generales. Una vez que tenemos este
te). Más allá de su trayectoria acadé- paradigma hay que hacer una pro-
mica y teológica (Tercera Parte), así puesta de teología moral auténtica-
como de las referencias personales a mente fundamental. Hay que hacer
su vocación religiosa y orígenes leo- una fundamentación de la teología
neses (Primera Parte), la obra repasa moral y en ese momento de funda-
los grandes retos de la moral católica mentación es donde hay que cons-
en nuestra época, sin rehuir las cues- truir líneas fuertes. En primer lugar,
tiones que se le plantean al teólogo una epistemología teológico-moral
de moral, las dificultades de todo propia. No basta la epistemología
tipo, las relaciones más bien turbu- solo, sino la epistemología teológi-
lentas con la jerarquía de la Iglesia co-moral, que tiene algo de peculiar,
(Cuarta Parte). El libro culmina con porque la base es la epistemología
una mirada a la Iglesia actual y a su teológica, la Sagrada Escritura, Tra-
futuro (Quinta Parte), así como con dición, reflexión, Magisterio de la
un Colofón que tiene el atractivo tí- Iglesia, pero con algo especial, que
tulo de «El Credo que da sentido a es que se trabaja sobre algo que re-
mi vida» (pp. 197-199), en el que quiere una epistemología con pecu-
afirma que cree que toda la realidad liaridad. En otro momento, hay que
tiene un significado y que sólo Jesús, abrir la reflexión hacia el sujeto que
confesado como el Cristo, es capaz va a actuar. Es lo que Marciano Vi-
de dar respuesta plena y completa a dal llama moral general. Hasta aho-
esta búsqueda del significado. ra se llamaba moral fundamental,
Si hubiera que configurar un pero no es fundamental sino gene-
esquema de teología moral, en pri- ral. Es decir, sujeto que hay que ana-
mer lugar, estaría la cuestión del lizar para que él sea de verdad cauce
paradigma teológico-moral en sen- de vida moral. ¿Qué es vida moral?
tido fuerte. Este paradigma es para Y ahí es donde hay que utilizar

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recensiones 83

mucho la psicología, la sociología y palabras de R. Gibellini en el pre-


otros saberes antropológicos. A esta facio que éste hizo a la entrevista de
parte de las categorías generales del Strazzari con E. Schillebeeckx (Soy
obrar moral corresponden los temas un teólogo feliz), en la que califica-
de responsabilidad, del valor y de la ba al dominico belga de «teólogo de
ley, de la conciencia, del pecado y de frontera», y añadía que «lo que uni-
la virtud. Después vienen los conte- fica la cultura en la época moderna
nidos concretos. y contemporánea es la búsqueda no
Este planteamiento es el que ha de una salvación exclusivamente re-
hecho que se considere a Marciano ligiosa, como podía darse en épocas
Vidal como un «teólogo de frontera», pasadas, sino la búsqueda de una
entendiendo la frontera no como un humanidad sana, íntegra y digna de
límite infranqueable, sino como un ser vivida»
lugar de encuentro y confrontación Una obra imprescindible para
con la realidad y mundos diferentes a quien quiera conocer al teólogo y
los suyos. Así entiende Vidal todo su veterano maestro de varias genera-
trabajo de teólogo moral con poste- ciones, descubrir el camino que le
rioridad al Vaticano II: el diálogo con lleva a mostrar nuevos horizontes
la sensibilidad humana de su tiempo en moral, respondiendo a los retos
en la obediencia a las directrices del de las nuevas cuestiones, asumiendo
Concilio. Se trata, en el discurso mo- riesgos y haciendo frente a los re-
ral, de poder recuperar la dimensión querimientos de la jerarquía eclesial.
bíblica y la importancia de la persona Unas conversaciones que se leen de
sacrificadas con el tiempo en una vi- un tirón y que invitan al optimismo
sión casuística. y a la búsqueda humilde.
A Marciano Vidal se le podrían
aplicar, dice Caamaño (p. 5), las Lázaro Sanz Velázquez

Cejas, J., M., Cara y cruz. Josemaría Escrivá, San Pablo, Madrid
2016, 702 pp.

En este texto se palpa la obra de lo va presentando desde infinidad


Dios. Él es el verdadero protagonis- de perspectivas, como en la buena
ta. A lo largo de sus páginas cobra literatura. Lo conocemos por lo que
vida el personaje principal del rela- dice, por lo que hace y por lo que
to: Josemaría Escrivá. El autor nos infinidad de testigos dicen de él.

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84 los libros

Queda así de manifiesto, como dice Obra aún no gozaba de la aproba-


el título, su cara y su cruz: su debi- ción pontificia, y el riesgo de disolu-
lidad, sus miedos, su inseguridad, y, ción era palpable.
por encima de todo, su inquebran- En los años 60, el Concilio Vati-
table certeza de que su misión es vo- cano II, que para la mayoría supuso
luntad de Dios. El nombre, curio- una renovación, para Josemaría fue
samente, lo acuñó espontáneamente el esperado refrendo de su carisma
un jesuita. Era el director espiritual y misión. Pero los prejuicios, lejos
de san Josemaría y le preguntó: de cesar, se escoraron hacia el lado
“¿Qué tal va la obra de Dios?” Y el opuesto. Ahora lo tildaban de reac-
santo, al oírlo, vio al momento que cionario y opuesto a la renovación
coincidía exactamente con su más conciliar, cuando sus propuestas no
profundo sentir: es la Obra de Dios. acababan de recibir la aprobación
Cara y cruz expresa también la pontificia por “revolucionarias”.
progresiva consolidación de la Obra Así, por ejemplo, su intención de
y las dificultades asociadas a los ini- convertir en cooperadores de la
cios de toda nueva fundación. En Obra, a cristianos y no cristianos, a
el caso del Opus Dei, fueron espe- creyentes y no creyentes. Su certeza
cialmente duras y continúan hoy. Es y confianza en las mociones de Dios
una de las instituciones católicas más que experimentaba en su interior, le
controvertidas. Desde sus orígenes y impulsaban hacia adelante sin im-
a lo largo de toda su historia, ha pa- portarle que le consideraran loco o
decido el rechazo de diversos secto- ingenuo.
res sociales, políticos y religiosos. Lo Todas estas críticas, como dice
sorprendente es la fluctuación en las el autor, fueron especialmente vi-
acusaciones: lo han rechazado por rulentas en España. Y, sin embar-
una cosa y por su contraria. go, su conciencia radical de no ser
En los años 40, algunos eclesiás- más que un pobre pecador y su
ticos consideraban una herejía el eje abandono en Dios Padre, que de-
central de su carisma: los laicos es- rrama generosamente su gracia, le
tán llamados a la santidad en su vida mantienen alegre en medio de los
diaria. Por otro lado, su libertad y múltiples padecimientos materiales
distancia frente al régimen fran- y morales de su vida. El humor, la
quista de la posguerra, que no tenía audacia de la fe, nacida de la con-
clara la necesaria autonomía entre fianza en Dios, y el espíritu de fa-
la Iglesia y el Estado, lo situaban en milia serán los distintivos con los
una posición muy comprometida: la que sellará su Obra.

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recensiones 85

J. M. Cejas es periodista y ha es- ecuanimidad, sin juzgar, al estilo de


crito este libro con el rigor y objetivi- su fundador. Incide especialmente
dad de las crónicas bien documenta- en la conciencia social del santo en
das. Recrea con tal viveza el contexto un tiempo de escasa atención de los
histórico, que consigue introducir al sacerdotes al cuidado pastoral de los
lector en las diversas escenas “como si estratos sociales más desfavorecidos.
presente se hallase”. A ello contribuye Como los hechos son contempo-
su estilo ágil, vivo y ameno, propio ráneos y la prosa periodística fluye
de los medios de comunicación. ágil y amena, el libro, a pesar de su
Los testimonios de tantos testi- volumen, se lee con toda facilidad y
gos oculares y la abundante docu- es accesible a todo tipo de lectores.
mentación citada en el valioso apa- Su letra grande y espaciosa y su cui-
rato crítico que acompaña al texto, dada edición, también lo favorecen.
convierten esta obra en un referente Es un acierto que esta obra pós-
para posteriores publicaciones. tuma no se haya publicado en una
El autor, miembro del Opus editorial del Opus Dei, de este
Dei, consigue hablar de la pasión de modo llega a un público más amplio
su vida con la necesaria objetividad y contribuye a eliminar prejuicios si
del cronista. No evita los aspectos los hubiera.
de mayor fragilidad de Josemaría,
describe las diversas situaciones con María Dolores de Miguel Poyard

Olaizola, J., L., San Josemaría Escrivá. Crónica de un sueño, San


Pablo, Madrid 2014, 189 pp.

“Soñad y os quedaréis cortos”. tenido el privilegio de conocerlo


Con esta frase, repetida habitual- personalmente. Por eso este tex-
mente por san Josemaría, se abre y to es biografía y también memoria
se cierra este libro. El subtítulo pone agradecida. En el primer capítulo
de manifiesto su centralidad en esta cuenta, emocionado, sus encuentros
obra, presentada como Crónica de con el santo; y, en especial, el vivi-
un sueño. do junto con su esposa, embarazada
Olaizola, miembro del Opus de una niña que fallecería al año de
Dei, escribe desde el corazón del nacer.
hijo que venera la memoria de su A lo largo de los dieciséis capítu-
padre, a quien tanto le debe. Ha los restantes, va relatando, en orden

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86 los libros

cronológicamente lineal, los hechos Y el Señor desbordó todas las ex-


más significativos de la vida de Es- pectativas. En los inicios de la fun-
crivá; desde su infancia hasta sus dación cuando, después de invitar
últimos años, presentados también a muchos jóvenes, solo acudieron
como “vida de infancia”. La infancia tres: “Bendije a aquellos tres..., y yo
espiritual que vivió siempre, le con- veía trescientos, trescientos mil, treinta
servó el alma de niño, abandonado millones, tres mil millones..., blancos,
en brazos de su Padre y de su Madre negros, amarillos, de todos los colo-
María. Como él mismo decía, “lo res, de todas las combinaciones que el
bueno de nuestra vida de hombres es amor humano puede hacer. Y me he
que somos pequeños”. quedado corto porque el Señor ha sido
Lejos de entristecerse por sus mucho más generoso”.
debilidades, su pobreza le avivaba Josemaría es el santo de la vida
la confianza en su Padre Dios. De ordinaria, del sentido común, del
carne y hueso, pobre pecador y la- trabajo sencillo realizado por amor
cerado en los últimos años por la a Él, a mayor gloria de Dios. Sus pa-
enfermedad, vivía profundamente dres, modelo de fe y humildad ante
alegre en el Señor. Sabía desdrama- las adversidades, supieron forjar su
tizar con humor los momentos más carácter y atemperar su genio vivo.
duros. Había puesto su honra en Consciente de tanto bien reci-
manos de Dios y era libre ante las bido en este hogar cristiano, con-
calumnias: “No te preocupes, todo lo cibió el Opus Dei como una gran
que se cuenta ahí es falso; si me cono- familia. Siempre agradeció la ayuda
cieran mejor, quizá hubieran podido de su madre y de su hermana, que
decir cosas peores” (pág. 155). supieron imprimir el sello del hogar
Palpar el barro de su debilidad, en las casas que se iban abriendo.
permite contemplar a Dios actuan- Integró a su familia de tal modo
do desbordantemente en quien todo que los miembros de la Obra con-
lo espera de Él porque nada tiene. sideraban abuela a su madre, y tía a
Conmueve adentrarse en las diver- su hermana.
sas escenas de su vida y escucharle Pilar Urbano, también hija espi-
decir con profundo abandono en la ritual de Josemaría, ha escrito el pró-
Providencia: “cuando solo se busca a logo. Con estilo apasionado y ritmo
Dios, bien se puede poner en práctica de vértigo, enlaza multiplicidad de
aquel principio de: ‘se gasta lo que se escenas, anécdotas y frases del santo.
deba, aunque se deba lo que se gaste’” En reducido espacio ha querido tra-
(Camino, 481). zar la semblanza espiritual de la rica

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recensiones 87

personalidad de Escrivá, el hombre facilidad en el relato. Es un libro


de los contrastes. muy recomendable para acercarse a
Olaizola es un gran comunica- conocer a este santo que dejo a Dios
dor. Su estilo sencillo y ameno, y ser Dios en su vida.
el calor de su testimonio personal,
ofrecido en primera persona, con-
mueven al lector y le integran con María Dolores de Miguel Poyard

Spadaro, A. – Galli, C.M., (eds.), La reforma y las reformas en la


Iglesia, Sal Terrae, Santander 2016, 654 pp.
Con motivo de la celebración las Iglesias locales, las agrupaciones
del 50 aniversario de la clausura del generales y la Iglesia entera. Todo
concilio Vaticano II, se celebró en cambio debe estar guiado por el pa-
Roma un simposio sobre la reforma radigma de la conversión misione-
misionera de la Iglesia. Esta obra co- ra. Buscar una nueva síntesis en la
lectiva es fruto de este diálogo. Teó- tensión permanente entre carisma e
logos, canonistas, historiadores y institución. No podemos hablar de
otros expertos provenientes de todo reforma/reformas sin tener en cuen-
el mundo presentaron sus aportacio- ta el hábitat humano global, con
nes y propuestas para poner en mar- sus consecuencias antropológicas y
cha la reforma de la Iglesia, siguien- religiosas. Estamos en un momento
do la huella del papa Francisco, el histórico de cambio de paradigma.
hombre de la reforma práctica –según Crear un nuevo rostro a la Iglesia.
Benedicto XVI. Al año siguiente, en La Iglesia es una madre de corazón
el Año de la Misericordia fue editada abierto. Es el Misterio de la Comu-
con el deseo de continuar con la re- nión del Pueblo de Dios. Buscar
volución de la Ternura que comenzó nuevas formas de caminar hacia una
con Jesús (EG 88). Iglesia más pobre y fraterna. Poner
Las treinta aportaciones están en marcha una reforma es vivir en
ordenadas siguiendo el esquema de una dinámica del discernimiento.
la lógica teológica. Son orientacio- Es preciso renovar la sinodalidad
nes independientes sobre la reforma en la vida de la Iglesia. La unidad
sinodal de la Iglesia desde la cabeza es el fruto del encuentro con otros
hasta los miembros. Muchas pro- cristianos y se vive en comuni-
puestas para transformar la vida de dad, en el día a día de las Iglesias

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88 los libros

locales. Es dialogar con otros cris- vida de los cristianos. Volver a las
tianos. Intercambiar los dones para fuentes para encarnar nuestra fe en
renovar el anuncio del Evangelio. la sociedad actual. Animados por
Solucionar las necesidades concretas el papa Francisco que nos invita a
del Pueblo de Dios en su cultura y seguir pensando la fe, la historia, la
según su modo de vivir la fe. Hacer- iglesia y el mundo siendo fieles y ho-
se pobre como Jesús y ser dóciles al nestos a nuestra tradición cultural.
Espíritu de Dios para enriquecernos Ser contemplativo en la acción es ser
con su pobreza (2 Cor. 8,9). La fe es realista y creativo a la vez.
combativa, y evangelizar en nuestra En síntesis, un buen libro para
sociedad es más exigente que otros aprender qué es la Iglesia. Gracias al
tiempos. Conviene refrescar la me- sumario que aparece al final, el lector
moria para no olvidar las lecciones encuentra rápidamente el tema que
de la historia sobre las reformas de la le interesa: el ecumenismo, el pri-
Iglesia. Toda reforma tiene que ser mado del papa, el diálogo fe y cul-
fiel a la enseñanza de la tradición y tura…. Una obra de referencia para
evitar la división eclesial. Un buen comprender – en todos los niveles–
criterio pastoral para hacer realidad la nueva mentalidad evangélica, mi-
esta comunión es percibir lo divino sionera y abierta que está viviéndose
encerrado en lo pequeño. Siempre en la Iglesia con el papa Francisco.
teniendo en cuenta el hábitat hu- Una moderna y actual interpretación
mano global, con sus consecuencias de los documentos del Concilio Vati-
antropológicas y religiosas. Juntos cano II. Recomiendo tener esta obra
podemos crear una Iglesia más plu- en las parroquias para ahondar en las
ral, participativa y corresponsable. reformas de la Iglesia y articularlas en
Algunas propuestas son: renovar la la vida concreta.
estructura y la doctrina, los itine-
rarios de la fe, las instituciones y la Marta Sánchez

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recensiones 89

Aleixandre, D., Mientras llega el verano, PPC, Madrid, 2016,


278 pp.

Aleixandre, afamada teóloga, re- cada uno. Por lo que cuenta el Evan-
lata anécdotas de la Biblia para mos- gelio, el misterio de Dios se revela
trar cómo Dios actúa en los aconte- entre líneas. Dios no usa estrategias
cimientos cotidianos. Son escritos complicadas. Es aprender a descubrir
breves, llenos de preguntas descon- la huella del Padre en lo cotidiano.
certantes con títulos muy sugerentes Con buena voluntad y una sencilla
como elogio del arameo, graneros y pe- espontaneidad, desciframos el silen-
sebres… Estos comentarios a escenas cio de Dios en nuestro interior. Es
y personajes que aparecen escondi- tener un oído en la gente y otro en el
dos en la Biblia nos fortalecen la fe. Altísimo. Dios nos abre nuevos por-
La primavera es la puerta que tales para transmitirnos su amor. El
conduce al verano. El tiempo por ex- Amor mueve montañas y es la chis-
celencia del descanso. Son días para pa de la vida de todos los hombres,
disfrutar a pesar de las clamorosas crean en Dios o no. Es apoyarnos
desigualdades del mundo. El evento unos en otros para sanar las heridas
Jesús nos ha traído la primavera al de este mundo. Todos caminos jun-
corazón del hombre. Jesús de Naza- tos en el mismo planeta, la Tierra.
ret es el genérico Dios-con-nosotros. En síntesis, Aleixandre escribe
Es la mejor medicina para descubrir usando un lenguaje coloquial y ade-
lo positivo en cada situación. La cuado a nuestro tiempo. Es sorpren-
vida nos trae perplejidades que mu- dente su gran erudición y lo ameno
chas veces no podemos manejar. Las de estos pequeños relatos que hablan
sorpresas de Dios se limitan a nues- de móviles, vuelos internacionales,
tra corporalidad. Hay que nacer de transgénicos… Todos estos artículos
nuevo cada día. La gran cuestión es están escritos con humor y en un
aprender a ganar confianza en el Se- orden aleatorio. Son cuentos que na-
ñor. En comunidad descubrimos que rran cómo el Dios de la vida da giros
Dios nos tiene tatuados en su mano. inesperados en la vida de cada perso-
Dios desea lo mejor para el hombre, na. Sara, la primera teóloga, dijo: “El
pero no es fácil percibirlo. Aleixandre Señor me ha hecho reír, y todos los que
recomienda ser adicto a la escucha se enteren reirán conmigo” (Gn 21,6)
de la Palabra en Comunidad, y así ir
descubriendo el sueño de Dios para Marta Sánchez

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Norman Tanner
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en el último medio siglo ha habido una enorme cantidad de investigación
sobre la historia de la iglesia, divulgada en artículos eruditos y en obras de
muchos volúmenes. se han tenido plenamente en cuenta estas recientes
aportaciones de los especialistas a la hora de escribir esta breve crónica, que
a la vez resulta fácil de leer y está muy bien documentada. el campo de es-
tudio es amplio, y el ritmo de la narración resulta atractivo. Tanner pre-
senta de manera sintética los dos primeros milenios de la era cristiana, sin
abrumar al lector con fechas y nombres. de este modo ofrece un estudio
general fiable de la historia de la iglesia, en el que los árboles no impiden
ver el bosque.

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Esta nota vale también para los apartados b, c y d de estas instrucciones
para autores.
Ejemplo:
D. Aleixandre, Las puertas de la tarde. Envejecer con esplendor, Sal Terrae,
Santander 20093, 170-175.
b) Al citar artículos de revista: 1) inicial (es) del nombre (con punto) y
apellido (s) del autor en letra Versalita, dejando un espacio entre la inicial
y el/los apellido (s); 2) título en letra redonda y entre comillas («»); 3) nom-
bre de la revista en cursiva, precedido por dos puntos (:); 4) número del vo-
lumen de la revista; 5) año de publicación entre paréntesis y coma (,) detrás;
6) número (s) de página (s) citada (s), sin que le (s) preceda (n) p. / pp.
Ejemplo:
G. Barbiero, «“Un cuore spezzato e affranto tu, o Dio, non lo disprezzi”.
Peccato dell’uomo e giustizia di Dio nel Sal 51»: Ricerche storico-bibliche 19
(2007), 157-176.
c) Al citar artículo en obra colectiva o voz de diccionario: 1) inicial
(es) del nombre (con punto) y apellido (s) del autor en letra Versalita, de-
jando un espacio entre la inicial y el/los apellido (s); 2) título del artículo o
voz en letra redonda y entre comillas («»); 3) precedidos por coma (,) y en,
inicial (es) del nombre (con punto) y apellido (s) del autor/editor del libro

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instrucciones para los autores 93

o diccionario en letra Versalita, dejando un espacio entre la inicial y el/los


apellido (s); 4) ed./eds. entre paréntesis (ed./eds.); 5) título y subtítulo (si
lo tiene) del libro o diccionario en letra cursiva; 6) nombre de la editorial
en letra redonda; 7) lugar y fecha de publicación en letra redonda y sin
coma entre ambas (si existe número de edición de un libro, se cita, por
supuesto a partir de la segunda, en superíndice, justo a continuación del
año de edición); 8) precedido por coma (,) y espacio, número (s) de página
(s) citada (s), sin que le (s) preceda (n) p. / pp.
Ejemplo:
A. Wénin, «David roi, de Goliath à Bethsabée. La figure de David dans les
livres de Samuel», en L. Desrousseaux – J. Vermeylen (eds.), Figures de
David à travers la Bible, Cerf, Paris 1999, 75-112.
d) Al citar referencias electrónicas, se siguen los criterios de a, b y c, y
se añade: 1) después de autor, título, etc., y precedida y seguida por coma:
en línea; 2) dirección web; 3) día de la consulta (entre paréntesis).
Ejemplo:
J. P. Fokkelman, Narrative Art and Poetry in the Books of samuel I.
King David, Van Gorcum, Assen 1981, en línea,
http://www.salterrae.es/catalogo/index.php
(consulta el 14 de febrero de 2010).
10) Formato de abreviaturas de referencia habituales: Ibid. / op. cit. / art. cit. / cf. /
cap. / ss. / n. (número) / nota / vol. /vols.
11) Otras indicaciones: Los textos sangrados van entre comillas. Se acentúan las
mayúsculas. Se usan comillas bajas y, solo dentro de éstas, las comillas al-
tas (Ejemplo: «Juan dijo: “Lo sé”»). Las citas bíblicas, según estos ejemplos:
Mt 6,1-3 / Mt 6,1-3.12-14.
12) En acentos, puntos, signos de puntuación, etc., síganse las normas de la Real
Academia Española (http://www.rae.es/rae.html).

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Hoy hay procesos en el mundo que apuntan claramente hacia la ruptura
y la fragmentación como tendencias reactivas a la globalización y la digi-
talización. en ese contexto ha emergido el liderazgo evangélico del papa
Francisco poniendo la fuerza en la cultura del encuentro, con su séquito de
diálogo, discernimiento, integración, reconciliación y colaboración leal
entre todos los que buscan el bien común. es un liderazgo que aparece
como alternativo al de aquellos a quienes les entusiasman los muros físi-
cos y mentales y que en Europa (aunque no solo) se convierte en síntoma
de la falta de salud moral y espiritual de sociedades desnortadas.

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completada sin la comunicación. sin comunicación no hay progreso. Hay
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tamiento. nadie va a aceptar nada nuevo si no quiere. olvidarán lo que
has dicho. recordarán siempre cómo les has hecho sentir. Las palabras
cambian nuestras emociones, lo sepamos o no: lenguaje resiliente y voca-
bulario transformacional. nuestra propia identidad es un relato que ela-
boramos a partir de relatos. el aprendizaje es cuánta verdad captas de tu
propia realidad, de tu propio relato.

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