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REPUBLICA DE COLOMBIA

TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DE BOYACÁ


SALA DE DECISIÓN No. 6
MAGISTRADO PONENTE: FÉLIX ALBERTO RODRÍGUEZ RIVEROS
Tunja, 28 SEP. 2017

REFERENCIA: REPETICIÓN
DEMANDANTE: INSTITUTO FINANCIERO DE BOYACÁ
DEMANDADO: BENJAMÍN HERRERA ESPITIA Y OTROS
RADICACIÓN: 15501233300020150035300.

4.2.- Problema jurídico:

De conformidad con los argumentos expuestos en la demanda y la fijación del litigio,


deberá la Sala determinar si en el caso se cumplen los elementos objetivo y
subjetivo para la procedencia de la acción de repetición en las conductas
adelantadas por los señores Benjamín Herrera Espitia, Selene Lucia Roa Reyes y
Constantino Agudelo Corredor cuando se desempeñaron como funcionarios del
Instituto Financiero de Boyacá y si estas incidieron en el reconocimiento
indemnizatorio en que tuvo que incurrir la Entidad demandante, con ocasión de la
supresión y terminación del empleo que desempeñaba el señor Eulogio Parra
Mendoza en la planta de personal de esa Entidad.

a. Presupuestos de prosperidad de la acción de repetición

La Sección Tercera del Consejo de Estado en múltiples ocasiones1 ha explicado los


elementos que determinan la prosperidad de las pretensiones en la acción
de repetición, a partir de tres requisitos objetivos que se someten a las normas
procesales vigentes al momento de la presentación de la demanda y uno de carácter
subjetivo sometido a la normativa vigente al momento de la ocurrencia de la acción

1
Sobre el tema pueden consultarse las siguientes sentencias: 27 de noviembre de 2006, expediente:
22099; 6 de diciembre de 2006, expediente: 22056; 3 de octubre de 2007, expediente: 24844; 26 de
febrero de 2009, expediente: 30329; 13 de mayo de 2009, expediente: 25694: 28 de abril de 2011,
expediente: 33407, entre otras.
u omisión de un servidor o ex servidor público, por cuya causa el Estado fue
condenado2.

Así, el Juez deberá analizar si en el caso se acreditan los aludidos requisitos, esto
es, la calidad de agentes o ex agentes del Estado, la existencia de una condena
judicial, una conciliación, una transacción o de cualquier otra forma de terminación
de conflictos que genere la obligación de pagar una suma de dinero a cargo del
Estado, y el pago efectivo realizado por la entidad estatal.

b. La cualificación de la conducta del agente determinante del daño reparado


por el Estado, como dolosa o gravemente culposa.

La entidad demandante debe probar que la conducta del agente o ex agente del
Estado fue dolosa o gravemente culposa conforme a las normas que para el
momento de los hechos sean aplicables.

Así, el Consejo de Estado estudio los conceptos de culpa grave y dolo, al analizar
los elementos de fondo de la acción de repetición3 y la Corte Constitucional se
pronunció sobre el tema, al estudiar la demanda de inconstitucionalidad de los
artículos 774 y 785 del C. C. A. Así, dijo6 que, para determinar la existencia de la
culpa grave o del dolo, el juez no se debe limitar a las definiciones contenidas en el
Código Civil, sino que debe tener en cuenta las características particulares del
caso que deben armonizarse con lo previsto en los artículos 6° y 91 de la
Constitución Política sobre la responsabilidad de los servidores públicos, como
también la asignación de funciones contempladas en los reglamentos o manuales
respectivos.

2 Consejo de Estado. Sección Tercera. Subsección "C". Acción de Repetición. Sentencia de 24 de


julio de 2013. Expediente 19001-23-31-000-2008-00125-01(46162). C.P. Jaime Orlando Santofimio
Gamboa.
3
Al respecto pueden consultarse las sentencias que dicto la Sección Tercera: 25 de julio de 1994,
expediente: 8483; 21 de octubre de 1994, expediente: 9618; 12 de abril de 2002, expediente: 13922;
5 de diciembre de 2005, expediente: 23218.

4 Sentencia C -100 que dicto la Corte Constitucional el 31 de enero de 2001.


5 Sentencia C - 430 que dictó la Corte Constitucional el 12 de abril de 2000.
6 Sentencia del 31 de agosto de 1999, expediente; 10865.
Es igualmente necesario, tener en cuenta otros conceptos como son los de buena
y mala fe, que están contenidos en la Constitución Política7 y en la ley.

Es clara entonces la determinación de una responsabilidad subjetiva, en la


que juega un papel decisivo el análisis de la conducta del agente; por ello, no
cualquier equivocación, error de juicio o actuación que desconozca el
ordenamiento jurídico, permite deducir su responsabilidad y resulta necesario
comprobar la gravedad de la falla en su conducta.

Dado lo anterior, no puede ser irrelevante el hecho de que la norma constitucional


(art. 90) haya establecido expresamente que el deber de las entidades estatales de
repetir contra sus funcionarios o ex funcionarios solo surge en La medida en que el
daño a cuya reparación patrimonial hayan sido condenadas, pueda imputarse a
La conducta dolosa o gravemente culposa de los mismos, lo cual, por otra
parte, se explica por La necesidad de ofrecer unas mínimas garantías a los
servidores públicos, en el sentido de que no cualquier error en el que puedan incurrir
de buena fe, podrá servir para imputarles responsabilidad patrimonial ante la
respectiva entidad estatal, lo cual podría conducir a un ejercicio temeroso,
ineficiente e ineficaz de la función pública.

La Corte Constitucional se ha pronunciado en diversas oportunidades respecto del


tema en cita, sobre el cual ha señalado8:

"En términos generales las presunciones no son un juicio anticipado con el


cual se desconoce la presunción de inocencia, toda vez que se trata de un
típico procedimiento de técnica jurídica adoptado por el legislador, en
ejercicio de su facultad de configuración de las instituciones procesales,
con el fin de convertir en derecho lo que simplemente es una suposición
fundada en hechos o circunstancias que generalmente ocurren, ante el riesgo

7 El artículo 83 Constitucional reza: "Las actuaciones de los particulares y de las autoridades públicas
deberán ceñirse a los postulados de la buena fe, la cual se presumirá en todas las gestiones que
aquellos adelanten ante estas".
8 Sentencias C- 374/02, C- 423 /02 y 455/02.
de que la dificultad de la prueba pueda significar la perdida de ese derecho
afectando bienes jurídicos de importancia para la sociedad…

Por ello, la presunción constituye un medio indirecto y crítico para alcanzar la


verdad, ya que se trata de un criterio que la ley o el juez se forma sobre la
certeza de un hecho por su lógica conexión con otro hecho diferente y
conocido como cierto.” ….

De lo anterior se colige, que la presunción reviste un carácter probatorio, debido a


que el actor debe demostrar que de una circunstancia o causal resulta probado el
hecho al cual se refiere la presunción, invirtiéndose la carga de la prueba al
demandado, quien deberá probar la inexistencia del hecho o de las circunstancias
de las cuales se infiere, para liberar su responsabilidad patrimonial. Como lo ha
dicho la Corte, las presunciones persiguen finalidades constitucionalmente valiosas,
habida cuenta que al facilitar el ejercicio de la acción de repetición que es una acción
de naturaleza civil, en los casos en que el Estado ha sido condenado a la reparación
patrimonial de los danos antijurídicos originados en las conductas dolosas o
gravemente culposas de sus agentes, permiten alcanzar los objetivos de garantizar
la integridad del patrimonio público y la moralidad y eficacia de la función publica
(arts. 123 y 209 de la C.P.).

Sin embargo, en los eventos en los que no se pueda dar aplicación a las
presunciones establecidas en los artículos 5 y 6 de la ley 678 de 2001, el actor
deberá ceñirse a las reglas probatorias establecidas en la norma procesal civil y en
ese orden de ideas, deberá probar el dolo o la culpa grave del agente, en este
evento, la carga de la prueba no se invierte - como en el supuesto anterior-, y en
consecuencia al demandado no le corresponde adelantar labor alguna que
desvirtúe lo alegado por el demandante, pues es a este a quien corresponde
conducir al Juzgador a la convicción del dolo o la culpa grave en el agente.

4.3. CASO CONCRETO:

En el sub examine la Entidad demandante pide la declaratoria de responsabilidad


por culpa grave de los señores Benjamín Herrera Espitia, Selene Lucia Roa Reyes
y Constantino Agudelo Corredor, quienes en sus condiciones de Gerente, Jefe de
la Oficina Asesora Jurídica y Secretario General del INFIBOY respectivamente,
expidieron las resoluciones Nos. 102 del 25 de marzo de 2003 y 197 del 3 de julio
de 2003 mediante las cuales suprimieron y dieron por terminado el empleo que
desempeñaba el señor Eulogio Parra Mendoza; que esto conllevo al reconocimiento
indemnizatorio en que se vio inmersa la Entidad por el fallo proferido en segunda
instancia por el Tribunal Administrativo de Casanare, en la acción de nulidad y
restablecimiento del derecho interpuesta por este Ultimo con ocasión de su
desvinculación.

Así las cosas, deberá la Sala adentrarse en el análisis del cumplimiento del requisito
objetivo de procedencia de la acción de repetición y en tal virtud se advierte que los
tres demandados ostentaban la calidad de agentes del Estado para la época de
los hechos. En efecto, a folio 300 reposa copia de la certificación expedida por la
Profesional Especializado de Talento Humano del INFIBOY en la que se hace
constar que el señor Constantino Agudelo Corredor se desempeñó como Secretario
General código 092 grado 06 desde el 20 de agosto de 2002 y hasta el 5 de agosto
de 2003.

Así mismo, a folio 301 reposa copia de la certificación expedida por la Profesional
Especializado de Talento Humano del INFIBOY en la que se hace constar que la
señora Selene Lucia Roa Reyes se desempeñó como Jefe Oficina Asesora Jurídica
código115 grado 09 desde el 18 de enero de 2001 al 21 de enero de 2004.
Posteriormente fue designada para desempeñarse en ese mismo empleo desde el
9 de diciembre de 2004 hasta el 17 de agosto de 2005.

A folio 299 reposa copia de la certificación expedida por la Profesional Especializado


de Talento Humano del INFIBOY en la que se hace constar que el señor Benjamín
Arístides Herrera Espitia se desempeñó como Gerente General código 034 grado
NE desde el 2 de agosto de 2002 y hasta el 29 de julio de 2003.

En segundo lugar, se advierte también el cumplimiento del segundo de los requisitos


objetivos, esto es, la existencia de una condena judicial; a folios 251 a 260 reposa
copia autentica de la sentencia del 01 de septiembre de 2011 proferida por el
Tribunal Administrativo de Casanare, en virtud del Plan Nacional de Descongestión,
dentro de la acción de nulidad y restablecimiento del derecho interpuesta por el
señor Eulogio Parra Mendoza en contra del Instituto Financiero de Boyacá. En esa
oportunidad se dispuso revocar la sentencia proferida en primera instancia por el
Juzgado 12 Administrativo de Tunja, en la cual se habían negado las pretensiones
de la demanda y en su lugar se accedió a tales pedimentos ordenando en
restablecimiento del derecho, el reintegro del demandante al cargo que
desempeñaba y al consiguiente pago de los emolumentos laborales dejados de
devengar durante el tiempo de la desvinculación y hasta el reintegro efectivo.

Así mismo se encuentra acreditado el tercero de los elementos objetivos, esto es,
el pago efectivo realizado por la entidad estatal, pues a folios 213 a 225 reposa
copia de la resolución No. 038 del 28 de febrero de 2013 expedida por el Gerente
General del Instituto Financiero de Boyacá, mediante el cual da cumplimiento al
referido fallo, ordenando el pago a favor del señor Eulogio Parra Mendoza. Esto
resulta confirmado con la certificación expedida por la Tesorera General de la
Entidad, quien hace constar que en virtud de la aludida sentencia judicial, esa
Entidad pago al señor Eulogio Parra la suma de $339.594.543 (fl. 296).

Ahora bien, establecido el cumplimiento del requisito objetivo, procede la Sala en el


examen de satisfacción del segundo elemento, el que alude al elemento subjetivo o
a la cualificación de la conducta de los agentes.

Así las cosas, revisado el plenario se constata que la Entidad demandante allego
copia de la sentencia del 10 de septiembre de 2011 proferida por el Tribunal
Administrativo de Casanare (fls. 251-260), en la cual se decidió revocar la decisión
que en primera instancia negó las pretensiones de la demanda, para en su lugar
disponer la nulidad parcial de las resoluciones 102 del 25 de marzo de 2003 y 197
del 3 de julio de 2003 mediante las cuales el Gerente General del INFIBOY suprimió
entre otros, el cargo de Técnico 401-27 y declaro insubsistente el nombramiento del
señor Eulogio Parra Mendoza que lo desempeñaba para esa época. Para arribar a
tal conclusión, esa Corporación adujo lo siguiente:
"Conforme a las normas citadas, se concluye que la Resolución 102 del 25 de marzo
de 2003 requería la aprobación mediante veto favorable e indelegable del
Gobernador de Boyacá, dada que fijo la planta global de Personal del Instituto como
consecuencia del proceso de reestructuración. Esa modalidad de control de tutela
administrativa fue expresamente establecida en el estatuto básico de la entidad al
cual debió atenerse el Gerente delegado por la Junta Directiva, pees la voluntad del
órgano creador regia los destinos del establecimiento público por disposición
superior.

La omisión de dicha autorización vicia de la misma manera tanto los actos que
expida directamente la junta o consejo directivo del ente descentralizado
sujeto a ella, como los que profiera el representante legal habilitado por el cuerpo
colegiado; entenderlo de otra manera supondría abrir un sendero para burlar la
función tuitiva de los gobernadores, mediante el artificio de desplazar cuando
menos formalmente el centro decisorio de la junta o consejo de directores, al
gerente, como si con ello cambiara la naturaleza jurídica o el contenido del acto
expedido.

(…)

"La Sala infiere del comportamiento de la Administración indicio en contra, en los


términos del art. 249 del C.P.C.., el que sumado al onus probando como ya se
establecido, obliga a presumir fundadamente que la resolución de supresión de
empleos, en cuanto modifica la planta de personal del INFIBOY en el año 2003, no
fue refrendada por el Gobernador de Boyacá y por consiguiente, cuando se expidió
la Resolución 197 del mismo por la cual se dispuso la desvinculación definitiva del
actor, era un acto incompleto, no ejecutable, por o haberse surtido a cabalidad el
proceso decisorio que debido conformarlo.

(…)”

Ahora bien, en el acta del Comité de Conciliación de la entidad demandante, en el


que se analizó la procedencia de iniciar la presente acción de repetición se aprecian
como justificaciones las siguientes:
"6.4 SE EXPONE QUE LA JUNTA DIRECTIVA REALIZO UNA DELEGACIÓN
SOBRE DICHA LABOR AL GERENTE DE LA ÉPOCA, MANIFESTANDO QUE
SOBRE LA DELEGACIÓN LA LEY ES CLARA EN CUANTO A QUE LA
RESPONSABILIDAD RECAE EXCLUSIVAMENTE EN EL DELEGATARIO SALVO
EN LOS CASOS DE CONTRATACIÓN ESTATAL. POR LO QUE REVISANDO EL
MANUAL DE FUNCIONES DE LA ÉPOCA LA RESPONSABILIDAD DE DICHA
ACCIÓN RECAE SOBRE EL GERENTE, EL SECRETARIO GENERAL Y EL
ASESOR DE LA OFICINA JURÍDICA; EN VIRTUD DE LA NORMA, YA QUE LA
OBLIGACIÓN DE OBTENER LA FIRMA DEL GOBERNADOR RADICABA EN
CABEZA DEL GERENTE DE LA ÉPOCA.

6.5 EN EL CASO DEL ASESOR JURÍDICA DE LA ÉPOCA, SE TIENE COMO


PRESUNTO RESPONSABLE EN RAZÓN A QUE DEBÍA ELABORAR O REVISAR
LOS DIVERSOS ACTOS QUE PRODUZCAN EFECTOS JURÍDICOS, ADEMÁS
QUE LA FIRMA DE ELLA SI APARECE EN LAS ACTAS QUE CONLLEVARON A
LA REESTRUCTURACIÓN.

6.6 EN EL CASO DEL SECRETARIO GENERAL, SE TIENE COMO


PRESUNTAMENTE RESPONSABLE EN RAZÓN A QUE SEGÚN EL MANUAL DE
FUNCIONES DE LA ÉPOCA EL TENIA LA OBLIGACIÓN DE REFRENDAR CON
SU FIRMA Y AVALAR LAS DECISIONES TOMADAS POR EL GERENTE

(...)" (fl. 283-288)

Así mismo, a folios 182 a 191 reposa copia del decreto 184 del 30 de noviembre
de 2001 mediante la cual el Gobernador de Boyacá modifico el Estatuto básico del
Instituto Financiero de Boyacá- INFIBOY, en el capítulo III se establecen los órganos
de dirección de la Entidad, la junta directiva y el Gerente General. El artículo 10
dispone que la junta directiva se integrara así:

Artículo 10. INTEGRACIÓN DE LA JUNTA DIRECTIVA. Estará integrada por tres


(3) miembros cuya con formación es la siguiente:
1. El Gobernador del Departamento o su delegado, que será el presidente.
2. El Secretario de Hacienda del Departamento o su delegado
3. Un asesor financiero

Esa norma fue modificada por el decreto 2618 del 20 de diciembre de 2002, "Por el
cual se adopta el Estatuto Básico de la Administración Departamental y se dictan
otras disposiciones, que en su artículo 55 dispuso que la aludida Junta Directiva se
componía por el: i) Gobernador, ii) Secretario de Hacienda, iii) Un secretario que
represente a los beneficiarios del sistema general de participaciones iv) un
representante de las entidades descentralizadas y v) un delegado del sector
financiero (fl. 211).

El artículo 11 del decreto 184 establece como funciones de ese Órgano, entre otras,
la siguiente: "9. Determinar la planta de personal del Instituto, con el voto favorable
e indelegable del Gobernador" (fl. 186).

Ahora bien, a folios 56 a 57 reposa copia del Acuerdo No. 003 del 4 de febrero de
2003 mediante el cual, la Junta Directiva del Instituto concede facultades especiales
al Gerente General para que a partir de la fecha y hasta el 30 de marzo de 2003,
adopte la nueva estructura interna INFIBOY, las funciones por dependencia y
la planta de personal global.

Así mismo, a folios 58 a 61 reposa copia de la resolución No. 102 del 15 de marzo
de 2003, mediante la cual el Gerente del INFIBOY fijo la planta global de personal
del Instituto Financiero de Boyacá, en su parte motiva se consignó lo siguiente: "que
mediante Acuerdo No. 003 de 2003, de la Junta Directiva del INFIBOY se
concedieron unas facultades al Gerente para adoptar la nueva organización interna
del Instituto y la planta de personal".

De todo lo anterior, la Sala no puede inferir la acreditación del elemento subjetivo


en los agentes demandados, Constantino Agudelo Corredor como Secretario
General y de Selene Lucia Roa Reyes como Jefe de la Oficina Asesora Jurídica
para la época de los hechos. En efecto, de la lectura del fallo que dio ocasión al
reconocimiento indemnizatorio que tuvo que hacer la demandante, se advierte que
la irregularidad en que se incurrió y que conllevo a la supresión del empleo del señor
Eulogio Parra Mendoza tuvo su origen en la ausencia de aprobación por parte del
Gobernador del Departamento del acto administrativo que modifica la planta de
personal; según el aparte transcrito del Acuerdo 1684 de 2001, la junta directiva del
Instituto tenía a su cargo la determinación de la planta de personal, con el voto
favorable e indelegable del Gobernador (art. 11). Así mismo que mediante el
Acuerdo No. 003 de 2004 el Gobernador delegó al Gerente General del Instituto
para que adelantara el proceso de reforma de la planta de personal. Esto quiere
decir que la irregularidad a que alude la sentencia base del reconocimiento
indemnizatorio no puede ser endilgada al Secretario General y a la Jefe de la Oficina
Jurídica del Instituto para la época de los hechos, pues según las normas trascritas,
en el ámbito de sus competencias no les correspondía ninguna atiente a la reforma
de la planta de personal de la Entidad.

Así, lo que puede advertirse es que la Entidad demandante no demostró el supuesto


de hecho sobre el cual recae la presunción de dolo o culpa grave respecto de los
demandados Constantino Agudelo y Selene Roa, pues ninguna de las pruebas
referidas permite inferir la acreditación del elemento subjetivo a que aluden los
numerales 5 y 6 de la ley 678 de 2001.

Ahora bien, en lo relativo al demandado Benjamín Herrera, advierte la Sala,


conforme el recuento probatorio que se hizo en precedencia, que prima facie podría
darse aplicación a la presunción prevista en el numeral 1 artículo 6 de la ley 678
de 2001, pues en su condición de Gerente General del Instituto para la época de los
hechos, habría desconocido el mandato contenido en el decreto 1684 de 2001,
relativo a la aprobación del Gobernador del Departamento del acto administrativo
(resolución No. 102 del 25 de marzo de 2003) que determine) la planta de personal
del INFIBOY y que conllevo a la supresión del empleo del señor Eulogio Parra
Mendoza.

No obstante, sobre el particular, ese demandado en la contestación de la demanda


adujo que el Gobernador del Departamento tenia pleno conocimiento del proceso
de reestructuración del Instituto, pues al conformar la Junta Directiva, delego
expresamente en la función de determinar la planta de personal mediante el
Acuerdo 003 de 2003 y porque así se demuestra en el acta de junta directiva del 4
de febrero de 2002, en la que se trata el tema específicamente (fl. 531).

Sobre el particular a folios 543 a 546 reposa copia del acta de Junta Directiva No.
09 del 4 de junio de 2001, reunión a la que asisten, el Gobernador del
Departamento, el Secretario de Hacienda y el Secretario de Planeación, en la que
se aprecia lo siguiente:

"El Gerente manifiesta que, para dar cumplimiento a la reestructuración


administrativa del Instituto, es conveniente que se haga mediante acuerdo, por lo
que solicita se le concedan facultades especiales para efectuar la reestructuración
y establecer la planta de personal de la entidad.

Secretario lee el acuerdo el cual es aprobado por la Junta"

El acuerdo a que se alude en esa oportunidad es el 003 del 4 de febrero de 2003


"Por el cual se conceden unas facultades especiales al Gerente General del
Instituto Financiero de Boyacá", dentro de sus consideraciones se serialo que
con anterioridad la Junta Directiva había concedido las mismas facultades al
Gerente para adelantar la reestructuración de la Entidad, sin embargo el termino
para ello había finiquitado sin haberse adelantado debido a que no se contaba con
el estudio técnico respectivo. Sin embargo, que una vez contratado y concluido,
se "presento preliminarmente a la Junta Directiva para conocer sus opiniones y
efectuar las adecuaciones sugeridas por el máximo órgano directivo de la entidad".

De todo lo anterior se puede inferir que la reforma a la planta de personal de instituto


si conto con el voto favorable del Gobernador del Departamento pues como se
cite, la Junta Directiva de la entidad, de la cual el hada parte, tuvo la oportunidad de
conocer preliminarmente el estudio técnico de la reforma, el cual contenía la
estructura administrativa más adecuada para la entidad, las funciones por
dependencia, la planta de personal y las funciones y requisitos mínimos para cada
uno de los empleos del Instituto, es decir, la reforma a la planta de personal de
manera pormenorizada. Así, como lo aduce el demandado, el Gobernador tuvo
conocimiento del proceso desde su origen, en la solicitud de delegación de
funciones en el Gerente, hasta el contenido del acto administrativo que finalmente
materializo la restructuración de la Entidad.

Así las cosas, puede la Sala colegir que la demandante, respecto del demandado
Benjamín Herrera tampoco acredito el supuesto de hecho sobre el cual recae la
presunción de dolo o culpa grave exigidos por los artículos 5 y 6 de la ley 678 de
2001 para la procedencia de la pretensión de repetición.

Es que como lo tiene establecido la jurisprudencia de la Sección Tercera del


Consejo de Estado, si bien corresponde a la entidad el ejercicio de la acción de
repetición contra los funcionarios y exfuncionarios o particulares que ejerzan
funciones públicas, también lo es que ello comporta el desarrollo efectivo de la
carga de la prueba tanto al incoar la acción como durante las etapas previstas para
ello dentro del proceso, con el fin de demostrar judicialmente los presupuestos
objetivos (sentencia condenatoria y pago) y la conducta dolosa o gravemente
culposa del agente publica, por la cual debe reparar at Estado las sumas que este
cancelo dentro de un proceso indemnizatorio9.

En suma, la Sala colige que la parte actora no demostró la calificación de la


conducta de los agentes demandados, lo cual resultaba indispensable para
estructurar la responsabilidad de estos en el reconocimiento - indemnizatorio en que
tuvo que incurrir el Instituto Financiero de Boyacá - INFIBOY, razón por la cual no
resta más que declarar la improsperidad de las pretensiones de la demanda.

Finalmente, se reconocerá a la abogada CINDY NATHALY AMAYA MORENO quien


se identifica profesionalmente con la tarjeta No. 228.911 del C. S. de la Judicatura,
como apoderada del INFIBOY, en los términos y para los efectos del memorial poder
que obra a folio 785.

9CONSEJO DE ESTADO, SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO, SECCIÓN TERCERA,


SUBSECCIÓN B, Sentencia del 28 de febrero de 2011, Radicación nro. 11001-03-26-000-2007-
00074-00, Nro. Inferno 34816, CONSEJERA PONENTE RUTH STELLA CORREA PALACIO.

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