Programa del Comité Revolución

Permanente

El siguiente texto tiene el motivo de explicar el programa político en el que el Comité Revolución Permanente basa su accionar. Este
texto es a su vez resultado del intercambio político con el Grupo Internacionalista de la Liga por la Cuarta Internacional con quienes el
CRP comparte la meta de forjar una vanguardia comunista capaz de llevar un programa claro y revolucionario a los trabajadores,
estudiantes y explotados en general que día a día se ven obligados a enfrentarse con el capital.

Consideramos que en la actualidad las organizaciones que se autodenominen Marxistas o busquen ser revolucionarias tienen la
estricta obligación de presentar un programa político claro. Actuar de otra manera sólo puede contribuir a causar confusión o desdén
en aquellos que se han radicalizado y buscan luchar contra la explotación capitalista.

La actual situación
A varios años de haber comenzado “oficialmente” la crisis
económica global del capitalismo no parece que las
cosas vayan a mejorar pronto; contrario a eso la situación
económica cada día es más difícil para los desposeídos
alrededor del mundo. Mientras tanto los capitalistas de
todos los países tienen la misión de exprimir cada gota
de sudor y sangre de los trabajadores y campesinos con
“reformas estructurales” que amenazan con destruir
derechos laborales, educativos, de asistencia médica,
etc.
Así por ejemplo en febrero se cumplió un año de aplicada
la reforma laboral en España que en tan poco tiempo ha
dejado más de medio millón de desempleados. La crisis
sólo se ha agravado.
En el caso de México no podemos decir que las cosas
van mejor. Aquí donde recientemente se ha demostrado
la falsedad de la democracia burguesa con la imposición
del dinosaurio EPN que amenaza con incrementar de
forma asombrosa el presupuesto para la militarización del
país y a la vez implementar las reformas estructurales
que su antecesor del clerical PAN le dejó como tarea.
Está claro que EPN es un personaje sanguinario y
nefasto, pero también AMLO el capitalista de rostro
amable tendría la misión de explotar aún más a los
trabajadores. Cambia el rostro no el garrote.
Ante esta situación que sólo promete un futuro oscuro
para las clases desposeídas es necesaria una respuesta
que movilice al proletariado y su fuerza social contra las
“reformas estructurales” y la burguesía en su
generalidad. Esta crisis económica es parte del sistema
capitalista, no debemos permitir que nos obliguen a
“pagar los platos rotos”. Es por eso que sostenemos que
“la crisis de la humanidad se reduce a la crisis de su
vanguardia revolucionaria” pues lejos de existir una
respuesta contundente contra los ataques a los derechos
laborales, contra la destrucción de Luz y Fuerza del
Centro, contra el proceso de privatización de PEMEX y
los energéticos, contra el proceso de privatización de la
salud y la educación, y ,principalmente, contra la
militarización del país que amenaza con destruir
cualquier oposición al Estado y sus más de 100 mil
víctimas. Lejos de responder con fuerza clasista a todo
esto, la “izquierda” y las fuerzas “progresistas” se han
encargado de dirigir el descontento hacia otros cauces:
El pacifismo de Sicilia, el frente popular en torno a AMLO,
el movimiento pequeño-burgués #132, el movimiento
anti-peña,etc.
Otro signo de la crisis actual de la vanguardia es el haber
perdido a unos de los principales bastiones del
sindicalismo independiente: El SME, que ante la
destrucción de LyFC respondió apelando a la legalidad y
a los tribunales en lugar de llamar por una huelga general
en el centro del país para contra-atacar la andanada
Calderonista. En la lucha contra la extinción de LyFC era
necesario que los electricistas se movilizaran para llamar
por una huelga en todos los sindicatos del centro del
país, esto habría detenido los planes de Calderón, pero
la burocracia “SMEita” con Martin Esparza a la cabeza se
encargó de desmovilizar a sus propios trabajadores para
después utilizarlos para presionar socialmente a inocuos
tribunales legales y apoyar la candidatura de AMLO
mediante su “OPT”. Hoy el SME esta derrotado y sólo
sirve como órgano de presión al estado burgués y a los
políticos “progresistas”.
Por su parte muchos auto-nombrados comunistas han
olvidado la lucha por la revolución socialista o la han
dejado para después con tal de congraciarse con alguno
de los movimientos de moda; esto constituye la parte
más importante de la crisis de la vanguardia, pues esta
“izquierda” oportunista se encuentra empantanada en la
política de colaboración de clases llamada frente popular.
Esta política de frente popular busca el subyugar las
auténticas movilizaciones de protesta (obrera, estudiantil,
campesina, etc.) a una alianza política con algún sector
“progresista” de la clase dominante, esto permite que las
protestas nunca se salgan del “cauce” establecido por la
clase dominante, desorienta al proletariado y ayuda a
que el descontento se difumine sin enfrentar nunca a
nuestro principal enemigo: La burguesía en su totalidad,
su estado, sus leyes, su propiedad privada.
Actualmente existe un frente popular en torno a López
Obrador, constituido por sindicatos “independientes”,
organizaciones “socialistas”, el PRD, PT, morena, etc.
Este frente evita que las luchas obreras (como la del
SME) luchen directamente contra la burguesía, pues
están atadas a un sector de las mismas mediante su
frente común con partidos burgueses.
Hoy, después de las elecciones del 2012, la izquierda
frente-populista se encuentra en total bancarrota y sólo
constituye un lastre. Organizaciones como la JCM con
sus sueños de re-editar revoluciones campesinas o
“democráticas” como la fallida revolución mexicana. Son
incapaces de luchar más allá de la democracia burguesa,
olvidando -de nuevo- la lucha de clases.
Es clave señalar que la lucha de clases sigue vigente, el
comunismo no ha muerto como proclamó la burguesía en
el 91´. Hoy más que nunca es necesario luchar por
nuestros derechos democráticos a la vez que luchamos
por la revolución socialista internacional.
El factor clave para entender la difícil época en que nos
encontramos hoy en México es entender la tesis
fundamental del programa de transición que proclama:
“La crisis de la humanidad se reduce a la crisis de la
dirección revolucionaria”, lo que hoy hace falta en México
y en el mundo es guiar directamente la poderosa fuerza
clasista del proletariado contra la burguesía,
respondiendo a cada ataque del capital y ganando
posiciones que nos permitan acabar con el capitalismo
en decadencia y con sus crisis económicas de una vez
por todas. Para esta lucha es necesaria una vanguardia
revolucionaria capaz de guiar esa lucha. Este programa
es nuestro grano de arena en la construcción de dicha
vanguardia.
La perspectiva de clase
Los Marxistas nos encontramos siempre del lado de los
trabajadores y explotados en todas sus luchas contra el
capitalismo pero esto no significa que lo hagamos de una
forma acrítica o siguiendo los “cauces” que de forma
“espontánea” han nacido de las masas sino actuando en
base a una perspectiva científica de la sociedad, esta es
la perspectiva marxista de la lucha de clases: la
perspectiva proletaria.
Marx y Engels explicaban en el “Manifiesto del Partido
Comunista” que “la historia de la humanidad es la historia
de la lucha de clases”, hasta al día de hoy ese
entendimiento sigue siendo tan válido como en 1848. La
sociedad sigue dividida entre aquellos que poseen los
medios de producción e incrementan sus riquezas
comprando la fuerza laboral de aquellos que no poseen
medios de producción y se ven obligados a vender su
fuerza de trabajo. Esta división de la sociedad,
fundamentalmente en dos clases antagónicas que no
pueden conciliar sus intereses, es la que hace posible la
destrucción del actual sistema económico y la
implantación de uno nuevo que cambie radicalmente la
sociedad en general.
Al ser el proletariado la clase que no tiene prácticamente
nada pero a la vez quien produce las riquezas de esta
sociedad, es la clase con mayor potencial revolucionario.
Necesita vencer a la burguesía y acabar con la propiedad
privada para obtener una mejor vida para sí mismo y los
suyos. A la vez tiene la fuerza para hacerlo al ser capaz
de detener la producción de riquezas, y detener
prácticamente todo el sistema capitalista mediante la
huelga, siendo capaz de tomar los medios de producción
como suyos a condición de destruir el Estado burgués
-que es el principal protector de la propiedad privada- y
construir su propio estado obrero que defienda la
propiedad común de los medios de producción.
Por su parte la burguesía es la clase dominante que
busca incrementar su capital a costa del trabajo del
proletariado, de la brutal explotación del campesino
pobre, de la expulsión de los indígenas de sus tierras, de
la doble explotación del negro y la mujer. Por ser la clase
que domina y explota a toda la sociedad, la burguesía
necesita una forma de defenderse: el Estado.
Es vital entender que las leyes –por democráticas que
sean-, las instituciones gubernamentales y los cuerpos
armados (ejército, policía) no son instrumentos que
puedan defender otros intereses que no sean los de su
clase dominante. No depende de quien esté a la cabeza
del Estado, sino, de la razón de ser del Estado
capitalista: defender la propiedad privada.
La perspectiva de clase que proponemos se fundamenta
en entender que en una sociedad dividida en clases el
Estado sirve para defender los intereses de la clase
dominante. Es un peligroso error el confiar en la
legalidad, en las elecciones o en los cuerpos militares del
estado en cualquier situación. El Estado burgués no
puede estar de nuestro lado, el reciente caso del SME
ilustra cabalmente este hecho.
Es importante notar que la incomprensión sobre el papel
del Estado se encuentra presente en gran parte de la
“izquierda” que intenta reformarlo o presionarlo
políticamente para que este satisfaga los intereses de los
desposeídos; esto no es más que una peligrosa ilusión.
Cualquier confianza por mínima que sea en el Estado
burgués o alguno de sus cuerpos es una traición a la
lucha de los trabajadores contra sus explotadores. Un
ejemplo claro de esto fue el apoyo de la pseudo-
comunista organización “Juventud Comunista de México”
a una “huelga” de policías en el centro de Tepic ¡Siendo
los policías los encargados de empuñar las armas contra
los explotados y sus protestas!
En resumen los marxistas luchamos por llevar la
perspectiva de clase del proletariado a todas las luchas
sociales, siempre llamando por la solidaridad práctica de
la clase obrera y expresando que la solución final radica
en una revolución guiada por los trabajadores y su
vanguardia.
Por la defensa de las comunidades
indígenas
El proletariado no puede lograr su revolución si no gana
para sí a las demás clases explotadas. Por eso el partido
obrero revolucionario debe funcionar (en palabras de
Lenin) como el tribuno del pueblo; es por esto que la
cuestión indígena debe tener una respuesta clara por
parte de los que ostentan el marxismo.
El capitalismo mercantil a nivel global se desarrolló
gracias al descubrimiento y saqueo de América -y la
sobre-explotación de esclavos negros- lo que
evidentemente necesitó de masacre, adoctrinamiento
religioso, explotación y segregación de los pobladores
indígenas; siendo esta la principal razón por la que es
absurdo plantear un capitalismo más “humano” con los
sectores que ha sobre-explotado.
Actualmente en México existen diversos grupos
indígenas dispersos que se encuentran en la segregación
y sometidos a condiciones de pobreza realmente crueles,
algunos viéndose obligados a emigrar ilegalmente a
Estados Unidos, esto sumado a que son expulsados de
sus tierras allá donde la burguesía lo deseé. Hoy más
que nunca es necesario luchar contra la opresión racista
a la que se ven sometidos los indígenas, pero esto
requiere una férrea lucha contra el capitalismo en su
conjunto.
El actual sistema capitalista mexicano y su bandera
tricolor son símbolo de la dominación de la burguesía
criolla. La patria mexicana nace de la explotación y
segregación de los indígenas, es realmente absurdo
cuando el EZLN habla de la “patria” o marcha con
banderas mexicanas, contrario a integrarse a la patria y a
la democracia (burguesa) lo que necesitan las
comunidades indígenas en México es el acabar con la
dictadura de la burguesía criolla y la implantación de un
estado obrero y campesino que entregue las tierras a los
indígenas y los provea de la infraestructura social
(hospitales, escuelas, electricidad) y de los recursos
económicos necesarios para acabar así con la
segregación y la pobreza.No basta pues con que algunas
comunidades indígenas se atrincheren, tampoco basta
con inocuos acuerdos con el estado capitalista como los
de San Andrés.
Luchamos por la defensa de las comunidades indígenas
bajo el capitalismo, y luchamos por el derecho de estas a
su autonomía pero dejamos en claro que sólo el Estado
obrero socialista podrá de forma planificada garantizar su
sobrevivencia, consiguiendo su más amplia autonomía
dentro del marco de un estado obrero.Para todo esto es
necesario que el proletariado tome el poder, siendo esta
su misión histórica, mientras que por su lado el
campesinado al ser una clase con intereses
heterogéneos ligada a la propiedad de la tierra no tiene la
capacidad concreta de acabar por si misma con el
capitalismo.
Por los derechos de la mujer y la lucha
contra su opresión milenaria
Los derechos de la mujer se ven limitados dentro del
capitalismo, no sólo bajo las reaccionarias leyes
islámicas que les obligan a llevar velo y las hacen
virtualmente esclavas sin derecho a voto, estudio o
relacionarse fuera del matrimonio, también en los países
capitalistas “avanzados” los derechos de la mujer se ven
limitados, como es el caso del derecho al aborto y a la
anticoncepción. Para nosotros es importante que la mujer
tenga derecho a hacer con su cuerpo lo que ella deseé,
siendo esta una condición necesaria para su completa
liberación.
Otra clave para entender la situación de la mujer es la
cuestión de la familia; a la que la mujer se ve atada,
siendo desde niña educada por la ideología burguesa,
por la escuela y por sus adultos a que su obligación
como mujer es ser madre, ama de casa, aprender a
barrer, a lavar trastes, etc. Siendo curiosamente molesto
que los juguetes para niñas sean bebés cada día más
reales introduciendo la noción de que la función de la
mujer está esencialmente en la familia.
Aunque el ideal de familia ha cambiado relativamente
poco, esta si ha cambiado radicalmente en el capitalismo,
con la entrada de la mujer al mundo laboral, la entrega de
derechos democráticos como el voto y el estudio, y
principalmente el aumento de la explotación, las familias
son cada vez más “incompletas”, aumentando los
divorcios, las madres solteras, la anti-concepción, etc.
Es justamente esto lo que asusta a los curas y
burgueses que levantan una oleada de ataques clericales
y machistas contra el aborto y las madres solteras. Les
asusta que lo que para ellos es el núcleo de la sociedad
(la familia tradicional) se esté desquebrajando, y pelean
por todos los medios para evitarlo, luchando contra el
aborto y atacando a las mujeres que trabajan.
Como aquel infame discurso de Felipe Calderón en mitad
de la “guerra contra el narco” en que culpaba a las
madres solteras de que los jóvenes se inscribieran al
narco, ¡absurdo e infame personaje! Siendo la pobreza a
la que los capitalistas han sometido a la sociedad el
principal motivo; fue su “guerra contra el narco” la que
inició esta masacre. ¿No es la ilegalidad de las drogas el
problema aquí?
El capitalismo se ha encargado de destruir de forma
violenta los vínculos de la familia tradicional, pero, en
consecuencia, como dijo Trotsky: La familia no puede ser
abolida: hay que reemplazarla. La emancipación
verdadera de la mujer es imposible en el terreno de la
“miseria socializada”
Por cierto que la entrada de la mujer al mundo laboral
sólo constituye una doble situación de explotación, pues
ahora tiene que cumplir con las labores que la familia le
impone y a la vez busca el trabajo para sobrevivir.
Los comunistas luchamos contra los prejuicios del
feminismo burgués que entienden la liberación de la
mujer como una lucha entre sexos. Lo cierto es que esto
es una lucha de clases y está ligada a la cuestión de la
propiedad privada, siendo sólo la propiedad privada de
los medios de producción capaz de librar a la mujer de su
milenaria opresión. Trabajadores y trabajadoras,
explotados y explotadas, deben marchar bajo las
banderas de la revolución socialista.
Siendo la experiencia soviética una de las primeras y
más claras muestras, es fundamental entender que la
liberación de la mujer es sólo posible bajo el socialismo,
no es una lucha separada, son lo mismo y requieren la
abolición de la propiedad privada, la herencia y por
consecuencia la familia.
Para liberar a la mujer de los prejuicios machistas es
necesario exterminar sus bases económicas
estableciendo cocinas comunales, luchando por
guarderías gratuitas, lavanderías comunales, etc. Siendo
así la lucha por la liberación de la mujer una lucha
económica, y el cuidado de los niños bajo el socialismo
una responsabilidad social que librará a la mujer del yugo
familiar.También es importante señalar que los marxistas
nos oponemos a cualquier intromisión por parte del
estado en los asuntos sexuales de cualquier persona,
esto incluye luchar contra los prejuicios machistas y
homofóbicos que estigmatizan y prohíben el matrimonio y
la adopción por parte de homosexuales o transexuales.
No confiamos en el Estado como “regulador” de la
sexualidad, luchamos por obtener derechos democráticos
como la adopción para quien sea que lo deseé, pero para
cumplir completamente con esta labor necesitamos
derrocar este régimen capitalista e instaurar un estado
obrero socialista que no discrimine razas, etnias,
sexualidades, etc.
¡Abajo los prejuicios machistas contra mujeres,
homosexuales y transexuales! ¡Por la liberación de la
mujer mediante la revolución socialista!
¡Por el aborto libre y gratuito!
La lucha por la educación pública gratuita y
de calidad
En épocas de crisis económica como la actual los
capitalistas a cargo del estado empiezan a hablar de
“reducir gastos”, de “modernizar la educación” y
“flexibilizar la contratación”´, etc. Pero lo que estos
señores capitalistas entienden por modernizar dista
mucho de entregar mejor material a las escuelas públicas
o de emplear más docentes para satisfacer la demanda
de educación, para ellos modernizar se trata de invertir
capital privado en las instituciones públicas y de facilitar
el despido de profesores y trabajadores, pero
principalmente de allanar el camino para convertir la
educación pública en un servicio de pago.
Actualmente en México la educación es “pública y
gratuita” aunque esto no sea una realidad para miles de
estudiantes rechazados todos los años, ni para aquellos
que con limitados recursos no pueden terminar la
educación por falta de materiales, alimento, transporte,
etc. Sin hablar de los exámenes de admisión.
Pero aún con todas sus desventajas debe ser defendida
contra cualquier intento de privatización, contra la
implantación y aumento de cuotas, y contra la negación
del acceso a los centros educativos a aquellos que no
son estudiantes, estos ataques sólo pueden privar de la
educación a las partes más empobrecidas de la
sociedad.
La privatización de la educación no es una posibilidad
lejana y se demuestra con la nueva “reforma educativa”
que sin duda dará mucho de qué hablar en el 2013.
También es notorio el constante ataque del charro SNTE
contra los combativos profesores de la CNTE que –aún
con su política de presión al estado burgués- representan
un obstáculo para los planes privatizadores.
Por otro lado para eliminar la disidencia en el
estudiantado se han implantado “medidas de seguridad”
en las preparatorias y centros universitarios, con guardias
privados resguardando las entradas, nosotros decimos
¡Fuera guardias de los centros educativos!
Defendemos la educación pública y advertimos contra las
ilusiones en una educación “imparcial” o más
“democrática” bajo el capitalismo, la educación tiene un
contenido de clase y para hacerla verdaderamente
pública, gratuita y de calidad, ese contenido de clase
debe de ser implantado por la administración educativa a
manos de los trabajadores, profesores y estudiantes, así
como por la administración soviética de la sociedad .
Contra el corporativismo: por el sindicalismo
independiente
En México existe una situación muy compleja en torno a
los sindicatos. Por un lado tenemos los pseudo-
sindicatos corporativistas (como la CTM y el SNTE) que
de forma organizativa y práctica funcionan como
apéndices del estado burgués, subyugando a los
trabajadores, evitando que tengan una organización
independiente y a la vez reprimiendo cualquier oposición
interna a los planes hambreadores del estado burgués.
Estos sindicatos lejos de defender a sus trabajadores
contra un abuso laboral son el primer obstáculo que
impide la protesta de los trabajadores, eso es el
corporativismo: la subyugación de organizaciones
obreras al aparato estatal (y por lo tanto militar y político)
de la burguesía.
En la otra mano tenemos a los sindicatos medianamente
independientes que han logrado zafarse de la camisa de
fuerza corporativista y tienen un funcionamiento
organizativo independiente del aparato estatal burgués,
teniendo la capacidad de defender a sus trabajadores y
su gremio por su cuenta.
El quid de la cuestión con estos sindicatos radica en la
política que estos llevan, un caso ya mencionado es el
del SME, organizativamente independiente del estado,
pero al estar políticamente subyugada a un sector de la
burguesía mediante su alianza con AMLO y su campaña
electorera, confiando en que o López Obrador en el
poder o los tribunales legales resolverían su caso, lo que
no es más que una vana ilusión, por eso no es un
sindicato totalmente independiente capaz de llevar una
política que movilizara a la clase obrera en su defensa.
Esta doble contradicción en México debe ser resuelta por
métodos revolucionarios y no democraticistas, debemos
llevar la lucha por que los trabajadores subyugados a los
sindicatos corporativistas (como los profesores del
SNTE) rompan su camisa de fuerza y construyan sus
organizaciones independientes.
Pero sin una independencia política y sin un partido
obrero revolucionario esto no es posible, para tener un
sindicalismo auténticamente independiente primero se
debe romper con AMLO, el PRD y demás consortes
burgueses, para así llevar una política clasista.
¡Romper con el frente popular! ¡Ni PRI, ni PAN, ni PRD!
¡Ni Morena, ni PT, ni Movimiento ciudadano!
¡Por la revolución socialista internacional!
Las estrechas fronteras nacionales son insuficientes para
resolver las problemáticas arriba mencionadas, el
dominio del sistema capitalista a nivel global hace que
sea imposible plantearnos una política estrictamente
nacional.
Por eso los comunistas no nos envolvemos en la bandera
tricolor mexicana, ni en ninguna otra bandera del
nacionalismo burgués, estas banderas tan sólo
representan a la clase dominante que es “dueña” de ese
país, no representan a aquellos que son explotados bajo
esa “patria”.
Para nosotros la política nacionalista sólo puede
contribuir a confundir al proletariado y desviarlo de la
política revolucionaria debido a que el nacionalismo
desdibuja la diferencia entre explotadores capitalistas y
explotados bajo el nombre común de “compatriotas”.
Entendemos que los trabajadores y desposeídos no
tienen patria porque a fin de cuentas no tienen nada, por
eso es posible que el proletariado luche y acabe con el
capitalismo en todas las partes del globo, porque en
todas partes los que producen las riquezas son los
trabajadores, y con una revolución socialista internacional
no tienen nada que perder salvo sus cadenas, cadenas
que también son “nacionales”.
Luchamos por la revolución socialista en México como la
solución a los problemas que nos acosan nacionalmente
pero declaramos que para llevar esta revolución al
socialismo y que no se “quede a medias” debemos
expandir dicha revolución tanto al sur como al norte.
Si la revolución quedara aislada esta no podría llevar a la
sociedad al socialismo y sería imposible mantenerla en
contra de la reacción imperialista externa y en contra de
la reacción interna que evidentemente nacería del
aislamiento. Por eso es necesario defender a estados
obreros deformados como Cuba contra la reacción
imperialista y su burocracia interna.
Sólo un programa internacional llevado a todas partes
por una internacional comunista puede poner fin al
sistema capitalista de una vez por todas.
Nosotros entablamos conversaciones y debates con
miembros del Grupo Internacionalista en busca de
discutir que programa era necesario para responder a
temas como la militarización y las elecciones burguesas,
principalmente debido a que la organización pseudo-
comunista en la que militábamos era incapaz de proveer
dicho programa o siquiera un estudio constante y firme
del marxismo, estando a la vez limitada por su estrechez
patriótica. Esto nos llevó a romper con la JCM y a
declarar nuestra unión programática con el GI.
Es por esta necesidad de construir una vanguardia
revolucionaria a nivel local, nacional e internacional que
el Comité Revolución Permanente se ha unido al Grupo
Internacionalista de la Liga por la Cuarta Internacional,
formando así un movimiento común con disciplina
común.
Esta perspectiva programática conjunta se expresa
también en cuestiones fundamentales como la oposición
a los frentes populares y nuestro llamado a luchar contra
la subyugación de los sindicatos al estado burgués, con
la intención de formar auténticas organizaciones obreras
que luchen por los derechos de sus trabajadores, lo que
incluye el ser independientes del frente popular.
Consideramos necesaria una organización juvenil que
luche por llevar a los jóvenes radicalizados a las filas de
la revolución socialista. Luchamos por ser esa
organización.
Luchamos por construir el núcleo de un partido obrero
revolucionario.
Luchamos por re-forjar la IV Internacional sobre las
bases del socialismo científico, el programa de transición
y la perspectiva de la revolución permanente.
¡Te invitamos a unirte a nuestro esfuerzo!
El Grito de batalla del proletariado deberá ser:
¡La revolución permanente!
Karl Marx, marzo de 1850
Contacto: Comite_revolucionpermanente@hotmail.com
Facebook: Comité Revolución Permanente