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, PNM]IBA EDICIÓN A

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LIMA, 1980

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t índice

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DOMINACIÓN Y CULTURA, ( Notas sobre el problema ele la
f ......
.!.:.' participación cultural)
J.

_¡ í 17
El terreno problemático � 17
Dominación y conflicto en el orden de la cultura 20
Conflicto y cambio en la cultura contemporánea · 31
Democratización y cambio de las relaciones culturales
y de las culturas 39
Estado y cultura oficial 43

�'1 () o Lo CHOLO Y EL <:pNFLICTO CULTURAL EN EL PERÚ 47


'e: �.U'i ! :::=·:li,(1 '[ 1�� ].1if Antecedentes y elementos históricos de la transición 53
Dimensiones de la ':;alabra "cholo" en el Perú 56
Nota sobre la cultura indígena contemporánea 59
'./"'!) Delimitación del concepto de "cholo" 63
:.''@
El cholo como grupo social emergente 63
MOSCA A�·UI. EDITORES SRL
, LA PAZ ()51, LThiA 18 Lo cholo como cultura de transición 69
<:.-' -' ' 'J "i.)f.fl
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í • • PERÚ

\•.y.· Lo cholo como· grupo socio-cultural marginal 73


Dos etapas en e l proceso de cholificación del
campesinado 78
Factores vinculados al proceso contemporáneo de ,,,Ji;nl
· cholificación 80 . '()?, ºUi?,
. ·,·!-:(; l}!I
Canales de la emergencia del grupo cholo 104 ....',\�Hl�\
Probables consecuencias del proceso ele emergencia 1 t\· . .-.
del grupo cholo 108
HEFERENCIAS y BIBLIOGRAFÍA
117

introducción

Los dos textos: que se reún,en en este uolumen ·.correspon­


den, ele algw�a manera, a una misma línea de pre.ocupaciqnes,
aunque fueron escritos en momentos muy distantes y con, .mo­
tivaciones distintas.

. ,\ \
"Dominación y Cultura", es, en cierto senUdo, wi artfoulo
de i;j¡cunstancias; Fue escrito en Santiago de._Chile_a w.ediados
. 1 de 1969, por la presión de Mg,rion_Glenn, de UNF;SC,01 que me
,:1 ,1 . fl. había enviado algunos papeles del debate sobre cultura .y pú­
blico, habido poco antes en París, pidiéndome que los .comen­
,\.)1
tara presentando mis propios puntos de vista. Sumergido en esa
época en estudios .de un campo muy diferente al que se me in­
vitaba, sólo pude hacer; un corte en mis trabajos y escribir ese
texto casi de un tirón .. .Eso se. nota fácilmente.· En Santiago, al­
gunos amigos conocieron el resultado, principalmente Tomás e
Inés Vasconi, a cu.yo interés se debe su publicación posterior, en
...._1971, en el primer número. de la Revista Latinoamericana de
Ciencias Sociales que FLACSO comenzó a editar en ese año.
. \ '
He comprado en Bogotá y en Quito, ediciones piratas dees­
te texto, inevitablemente hechas sin ningún cuidado. Y tam­
bién se publicó en Caracas dentro de una selección ele escritos
sobre temas conexos, hecha por Alfredo Chacón bajo el título
de Dependencia y Cultura.
/
/
En esta ocasión, lo único que quiero �ugerir a los posibles / /
lectores es que/desde el punto de vista de una teoría de las cla­ -¡ Í examinada efectivamente, No obstante su orientación general,
ses sociales, el tema de la cultura en nuestros países sigue sien­ / �go creyendo básicamente correcta para el estudio de esa
do mucho más un alimento de reflexión que terreno de investi­ cuestión raigal, � indispensable introducir y reelaborar para es­
gaciones concretas, aunque en el Perú el trabajo pionero de �­ \
te. propósito específico las categorías centrales de la teoría ma­
ko Lauer ya ha producido las primeras líneas ·seguras de una _J terialista de la historia, en particular las que se reiteren al !!.!9.;.
problemática que debe ir definiéndose y madurando con sus pos­ 1 do de P!2![tfQción de los5ienes culiuroles, incluidas las ideas
teriores trabajos y los de otros de parejo talento. '¡ ;:­1as"'Gctitudes,. cama parle ael coñflic7;6­ esta�lBcidaporer;;­
La óptica heredada del idealismo historicista canalizó ha­ pífalismo entre los valores de uso y los valores ele cambio, en­
cia su propia metafísica la tef lexión sobre este campo, bloquean­ tre la· diiiersidad y la uniformidad;' y el lugar ele las relaciones
do durante mucho tiempo el desarrollo de investigaciones con­ de 'meréado''en­·la oposición entre privatización y socialización,
cretas y, a su turno, la .antropblogía' colonialista de origen an­ de rlo: cual hace parte, quizás, la fractura entre imagen e ins­
glo­norteamericano, extendiendo en nuestros países la ideología trumento, y sobre cuyos fundamentos se elaboran las ideologías
positivista­funcionalista, acumuló materiales empíricos sobre nu­ estéticas y sus expresiones lingüísticas.
merosas "instituciones culturales", sobre el "ciclo vital" y otras En el decurso del Ef:.pitq!jsmo, su etapa monopólica e impe­ _JI
cithósidádés;;pró'cürando 'sienipi� una 'c'oriiplé'ta separación' en�re rialista ha planteado con violencia la .Zi,chq_J¿ntre locestasuiari­
r. ', u '¿z,tffo'blem_�de. z.a cultura "ij el de u: dorii!!idcióii; > en 'part_icul�r ­ zación y la diversidad ele la producción de los bienes sociales,
­ la1r­cte1,:­capitalismd'irriperialista�' Más"re'cientemente, los segui­ incluidos los culturales, y la apropiación privada y concentrada,
dores del esttucturalismo levistraussiano, sob'r¿ 'todo en algunás lejos. ele qmpliar las .bases de la diversidad, es la cara de la uni­
delsÜs vdriantes"empeñadas' en construir itri. ediÍféio de dmien­ f ormidacl, la cual se desarrolla, por supuesto, en desmedro de
I
tós" �struclUPdlistas y mampostería' marxista;' vienen produciendo la autonomsa de la producción cultural de los dominados y pro­
. una·labÚricla'ntl cosecha . ele) térmi1ios nuevbs 1J. él'e instri,;nentós duciendo. como secuencia necesaria el empobrecimiento social
de. iinalisi};i en ·particular "sobfe l'a's '[orinas: a�\'hechos cultura.les
cle'cisivos•icom.o el "lenguaje. y el 'arte. ·,. Más 'alertas 'dl · problema
y cultural ele los afectados.
· .. En otros términos, las mismas determinaciones del modo
-'
l de la élbiñinación y de, la� cláse« 'sociales:. �cin JJ?dido contribuir de produccion capitalista·, y de sus transformaciones, de la sepa­
�lSi':efe·ctivam:eríte a estas, :pr'oblf;mática'. YFe'ro mie�.tras •en\ la( ración y, dominación entre ,las· clases sociales y entre poderes
'.'bMfi.,rJe,·su \razondmiento de, la'rrealidad?la:'historia siga "siendo .o centrales y dependientes en el orden internacional, están de­
·'uná;;f¡uésped '.incómoda '·llindeseada,''p1or·1 �se \Ja'ini;,,o. no púe ele 1}.,· trás del. modo en ·que se produce, circula y se consume la cul­
":espe�arse)sin� '..\un/�ci¿ierit_o: pa�cia�_'_Y', fo�mal;.
vdesemboa», 1isi, no lo• sestá ya .·erP buena <medida, en· una nueva
r: ···a;ries�a
tura, · .• 1

· � . La socialización del poder y de los recursos de producción,


·\escolástica.\P ..Jst:',-'
1
1 ·1.i ·.:·1 \ ,)· :1\) � ·\·)ti' ·.�1 Y·\�; i \\ \·) .. ,) , '-;:p; por eso .mismo, es también­ la única y total alternativa garante
.Cli't,EZ, ensayot:que, aqúí i oueloein públfoarse. no' ­está: despeiada de . la ·cancelación J, el co.nf'licio entr.e_valor­ilf..JJso valor ele
· de ��as.\ dififultades., Por .. la; finaUcla�les'. a, las\ ·que.11fue · destina­ cambio.ide ,los bienesae ,1a cultura, y en consecuencia ae la

-
do, ',­­coméntámoj a, los anateriales: de, un .debdté, sobre. cuestiones afirmaaión� de la dioersidad contra la uniformidaq, o, en otros
niuy­.:esp\ecíficas.);.·J la. relación I entre ;,la:\ 'Cultura], .é'omo, im l ·(Í.r.ea términos, del. derecho. de todos los .hombres de crear y de re­
,partidu)a'Jj\\d'e rla·�s'truetura�'de las, luchas (1.e,_.clases;: 'LJ�s",J�ases -- ,. crear.libre y autonomamente , sus modos de relación entre sí y
de esta forma de dominación�alua�da que con' lacnaturaleza y las. mediaciones de ideas, emociones u ob­
ietos, materiales que., para eso producen. El despotismo de la
Q¡o
11
burguesía y el de la burocracia, tienen que ser erradicados pa­ Hoy, esa idea puede ser clarifica.da sin dificultad. ··.Po'demos ·re�\.
ra esa nueva historia. c��iocer el pro�'!!:!!: de la articulación entre modos 'de pro'du9�1
En cuanto a la monog!_afía sobre 7:!!_ c�q_Jg__�!::_el_ cqnflic�� 0:_on, entre capital y_ 129.::2apitql; e.!!tre capital monopól.ico¡ .ser-:
cultural_ en el.Perú, que se publica aquí por primera vez com­ uidumbre y reciprocidad andina; la asociación de intereses, en­
pleta, se trata de un material en realidad muy envejecido. Fue tre burguesía y gamonales, con todas sus implicaciones sobre.
. ' f)
el resultaif!! d.fi una obse§ÍQn sobre_§], problema ile la identidad el carácter de clase del Estado, de la entera configuración de
E_Ultural del_}:!erú, que me habitó largamente, pero para cuya clases y �e sus conflictos, sobre �ideología y sobre las formas
im?eshgaci6n ­nÓ­estaba aún en condiciones de usar los instru­ del conflicto. l.desde luego, entre lo iri_dio y,)Q..Jl!J.indio en la
mentos ele la teoría de las clases sociales qtte ·1ne hubieran per­ .P.e�.
f�rn�aciÓ!] _y_ ei.xonilicto.sde. la: culiura. .. en el 7�.n fi­;;,­de -f
mitido transfigurar mis intuiciones en proposiciones teóricas sol­ todo aquello que, no obstante la hegemonía del capital y de

¡
ventes. Lo que salió fue, como lo notará hoy cualquier lector, la cultura burguesa en la. dirección histórica del proceso glo­

-
un ejercicio a caballo entre el lenguaje y las categorías ele la b�l de esta formación social, permitía que fuerzas y tenden­
sociología convencional y una ideología intentada de izquierda. cias contrapuestas tironearan en diversas direcciones esta totali­
Escrito en el verano ele 1964, circuló solamente entre res­ dad, en momentos característicos, produciendo una visión de
tringidos círculos académicos y sus ideas fueron obieto de al­ plasticidad peculiar de la estructura, como observara José Me­
gún debate con mis estudiantes de La Malina. Recuerdo que ha­ dina Echevarría, y cuya especificidad no era suficientemente re­
cia mediados de ese año, recibí una carta ele John Murta, des­
de Huásiuco, ttrgiéndome a que lo redondeara y publicara. El
c��o.cícla en l� teoría social convencional, fifada a una mira po­
sitivista y uniltneai de los procesos sociales. La obsesión cul­
l

d
estaba entonces interesado en un debate sobre el uso de lo an­ iuralista bloqueaba, sin duda, la visión de esas­ cuestiones. Pe­
dino como recurso en el problema de la integración nacional ro la intuición de base no fue, necesariamente, desenfocada. Ac-
peruana y en su desarrollo. Llegué a hacer un plan de reescri­ tualmente, el debate y la investigación internacional sobre el
tura clel texto, explicitando su andamiaíe teórico y metodológi­ problema de !ª transición, ha rebrotado con vigor, especialmen­
co y colocando los datos empíricos disponibles. Finalmente def é te �rente al .esc�na�io �fricano, en los trabajos de Rey, Amin,
que todo el proyecto se agusanara. �onar es poner en cues­ Meiüaseoux, Arnghi, bien conocidos.
/

'
tión los propios supuestos, como Heidegger quiere. El resultado De igual modo, en este texto aparece ya formulada en sus
fue que ni mis categorías ni mis andamientos metodológicos funclamentos la cuestión_fle la clependrmcía,. qu(LJn1W­.JJ_Qco tieso­
constituían un terreno afirmado y coherente. Si he admitido aho­ po �7!.s¡n�ariC!:_QU§_TJ:.tr9 cfel debate teórico .. y político lati­
ra su publicación, es porque tengo confianza en que, quince años noamericano con desigual fortuna, y en mi propia visión, como
después, el desarrollo de las ciencias sociales en el Perú ha pro­ et hecho de la introducción del capital monopolista y su lugar
ducido ya un piso suficientemente firme como para que cual­ reorclenador en la configuración de las bases materiales y ele
quier riesgo de confusión pueda ser evitado, y las intuiciones la estructura ele las luchas ele clases en nuestra formación so­
de entonces puedan ser, si aún tienen vitaliclacl, recuperadas de cial, y sobre lo cual en algunos de mis trabajos posteriores, par­

.,
otro modo. En aquel momento, las investigaciones sociales en cialmente publicados, he tenido ocasión ele regresar.
nuestro país estaban apenas apuntando, tras decenios ele oscu­ Es en relación con eso que debe leerse la breve incursión
rantismo oligárquico­militar. Y la soledad no ayuda siempre. /: , acerca del papel ele la minería, bcio control clel copual impe­
En el texto se introduce la imagen­noción de '�c.iedad de. rialista, �1'!'. la transformación del universo cultural ancli�i_�. Y. �.n
tra�i", como marco gene�·áY­ae ·za­réffoxtá"n S­0,;,­; el Fer{/ ¡ =:
particular en la nueva etapa del conflicÜ!.. culturaf._qiie .. 0._ __

12 /
tión ,,de­1 u;ho'lf2..:EJ:{lJJÜJ�,iliLstrpda de modo muy "_!.P_li_eváclo en la tri,trr:,,fQ _d,Uos...Aov}iu.at)ps :pu�de cancelarlos. Y quien pretenda
regió;;::­aet'Mantaro. Sigo ­pensando.que /ese es un problema· cu­ introducir, ahora precisamente, la confusión en este campo, [ue-
-·�·--·�-·---
ya invest�gqción es indispensable y está por hacei, 3.am'E!.o ele en­
-" I

ga,: quizás, a. conttopelo de .sus intenciones, con las armas del


cuent1'0 ,entre · la problemátiEP: económico­social · y , cultural del eTJ,em.igo . .,\ , ,·,11 ,,•\ • \ · , _ _J
mundo taf!:�!!!_l?..,;...QqJTl,O '!?19S _ta_rde­ft1�:: Y sigii� =S�.e_n."<Jo la .actioidad , ,, _.Par.a•, la clase .de. gamonale.s.;_·h.oJJ en los. tramos finales de
pesqüera; bqj_g los cielos fi,e_ la costa, pero con pedernales­endinos. su, clesirit�graci6­'n,, q para la viJJiª. burgw�sía .oligárquica, por sus
�-------- - --
EL zorro.. de· arriba y el zorro de abajo es.. hasta ahora, la úni­
éa. y frustrada exploración ele e�_e nu_evo)ugar de encuentro Y'
caracteristicas psico­sociales, la rebelión ele los dominados podía
ser efectivamente percibida como de cholos e indios contra
el!, encruciiadá _ ele la cultura en el Perú, cuyo nudo trágico / blancos, porque esas clases eran prisioneras de su propia icleo­
fue, acaso.: lo que llevó al autor de ese ardiente mural. a, su de­ logrct;�anto...q.ueeiaerá ·7¿¡_ "fose ­clesTi"legitimidad en el po­
cisión última, 'porque nadie como él, individualmente, fue'. tan der: Y­\,ñ­ eluda parte de ­ esa ideología tiñe aún la conducta
absolutam!nte atravesado por los encuentros. y desencuentros 'de actual de los dominadores y de sus asociados, y se prolonga in­
esa encrucijada,. desde Yawar fiesta hasta esos terribles ..Zorros. clusive dentro de las clases dominadas.
·. Una última precisión, p,ara_!!vitar lecturas cultura]j.stas del , Sin embargo, para la burguesía actual, en lo fundamental
problema de las luchas cl_g_ clases actuales en el Eerú. En es­ depurada ele e�as alianzas; para la amplia tecnoburocracia cons­
tos días, y frente a la emergencia de un­,nu�vo movimiento de tituida como grnpo social diferenciable, precisamente en el cur­
las, clases explotadas ele esta tierra, con la ­clase. obrera ocupan­ so .. ·­de ·e.1:pansió;. y modernización del capital y clel Estado, lo
do cada ·vez más claramente el. centro rector. del, movimiento que comienza a producirles pánico no es tanto la emergencia
y, ,en consecuencia, apuntando a la perepecticasdela re�oltición del cholo como búsqueda ele identidad cultural, sino la emer­
socialista.. �lgunas gentes, r¿pa_��c':!.:__ S°:_s_!e11;iendo que; lo · que pro­ gencia de los trabajadores como explotados en busca de su li­
duce . el pánico. ele los �fni:1:_�clores· es lq rebeliori· del. cholo, y / beracion social y po1ítiÚL;_�ig'üaizacla, es cierto, por el conflicto
que, los· jefes
.. •··-
iifásTiespetaclos
- -- 1 ·- �- • .
'de­las .·masas· reciben la aclhésión 1!
__ .. -- • .•• ... . .. • cuitural. /
electoral, de los trabajadores, porque son cholos.r., , . · · · Y, del otro lado, si en las barriadas y en los centros ele con­
· No sería, segú� eso, la radical oposición' entre capital· y tia­ centración prol�:;:��<;..A!3J_p!jís_,_ los líderes más respet�dos de l�s
b�zo,_ en�ri :burgJi�sía lj proletariado, entre burguesía y. campesi­ masas, I{úgo 'Blanco en particular, recaban la adhesum organi­
nado, entr1 ·­�urguesía y capas, medias asalariadas, la base del, zada o simplemente ­ electoral más alta, no es ciertamente so­
conflict.:�.:,_de p�cler, virtualmente ya establecido en �uestro paí.�,J lo porque son c_h9los. y· hablan el mismo lenguaje q�ie sus adhe­
y de.locual es testimonio no solamente el resultado ­de las elec­; rentes, "sf_tJJ.. P­QT.qt¡e eru;arnaii:� q. '?as]ijo['!lé' estÍs masas, el ca­
ci911es re:fe!!{e_E�:ino mucho .. '":ás. ailri l�s'.. nuevas\ caracte.rísti­1 rácter de símbolos de sus batallas de clase, porque han ganado
casde .l�s'Jyclía! de resistencia de los tra.b.ajador��· ,,1 H\ L 1 • esa­·aélhési6n"c��� ­def?;üQ����­ co�;�cue'ntes­ e. irrecocables ele
·, .•. Erente, a esa, lectura.. proqectioa, ele nuestra · actual: historio.) fos'úitereses­�o�iales ele los explotados.¡ Si sólo bastara ser cho­
no puedo ,_dejar., ·[le votar en contra .. ¡Los conflictos, entre J!.Orta­, lo.rtambiéo. 1ósc1iólósreiiccióñáño's;'los que apoyan o militan
dores de rasgos, f.isiCOUJ .f!!lturales clifer.entes ,en \nuestra. .socie«, en los partidos de la burguesía, tendrían asegurada la adhesión
dad, ·,cierta.mtpte :.son un componente de ¡;;; .iuchas: de clases, de los trabajadores. Y es la comprobacum ele que así no es y
prepsa�t/}.:.iP.9Iiiiie Oiá'.id{ología de los c[Ó�in­;Jórisi'Cf)m(). lo no podrá ser en adelante, de que ningún arribismo puede do­ \
obsef.VC!,T�Í M,qrjátegui, se sirve �le.,eSQS, clife:.�icla.iZ Í'��Q­esas lu­, mesticar a las masas de explotados que comienzan a ser cons­
���.s�­��':!l..�e ���e_, fw:.clar_i ,en esosrprobiemas, aunque ,sólQ et; cientes de las bases de la explotación y de los caminos de m

14 15
liberación, lo que ­�t�­­��­!!l [ondo de la inquieta insegur.iclad_
de los. dominqdqfe§_. . · _
­ ­Otra hitioria está crecie1:_do en las entrañas de nuestro pue­
blo. Lo . que apunta en su horizonte es la lucha _ror la revolu­
ción socialista de los trabaiadores ­contra el capital. I.:.1:!:J!5�ª ;-¡
por la identidad cu�tiiral, , pasa por el camino de la lucha por
ta: liberación social. _J

Lima, setiembre de 1979.


ANÍBAL QUIJ ANO dominación y cultura
(notas sobre el problema de la participación cultural) "

El terreno problemático

-c-, Algunas décadas atrás, en los países andinos de América La-


tina Ilegó a ser un tópico el reclamo de_ "integración_.de_ los in-
dios en. 1� ..<:�.!ti+x_a J?.é.!9!!JD.aJ�· sin �e nadie se preguntara si esa
cülti"i1:a nadonal" era apta para eIIo, o si la cultura de los in-
dios debía también ser integrada en aquélla. Hoy, de modo
· equivalente, aunque para una esfera distinta de problemas, mu-
chos postulan la "integración de los marginados en la socie-
dad" sin detenerse mucho a inquirir si el carácter de la socie-
dad lo permite. , ·
Los técnicos desarrollistas, en los países subdesarrollados, di-
sefian planes destinados a ser ejecutados por el Estado, sin preo-
�uparse tampoco de si los elementos sociales concretos de un
determinado Estado conducirán a la realización de los planes
otorgándole implícitámente una condición neutra, meramente
técnica, como si no formara parte principal él mismo ele una
estructura ele subdesarrollo, y como si éste no correspondiera,
por eso mismo, a una política de subdesarrollo.

e Este ensayo fue originalmente publicado en la Revista Lati11oa111e­


ricana de Ciencias Sociales, NQ 1, Santiago de Chile, 1971.

16
17
• 1 No se podría dejar de notar, sin embargo, c1ue tiene poco
Al formular sus cuestiones en un espacio social abstracto,
históricamente indeterminado, quienes así. proceden no pueden sentido identificar un área restricta de la cultura con ésta co-
evitar identificar a priori a esta cultura ( o a esta sociedad y a mo totalidad. Por ello será necesario el correctivo de otros con-
este Estado) con la cultura ( o la sociedad o el Estado). El con- ceptos complementarios. Así harán su ingreso los de "cultura
texto histórico-social concreto se asume, pues, como dado, no oficial" y "cultura no-oficial", para proveer al enfoque ele las
como algo a cuestionar en el punto mismo de partida. mínimas categorías discriminatorias del universo cultural global.
Sobre este piso ele supuestos, la crítica de la situación exis- Es patente, sin embargo, que esta generación empírica de
tente desemboca, independientemente de su intención radical, una familia ele conceptos, no produce necesariamente un cum-
en indagaciones acerca de los "obstáculos" que impiden la par- bia de problemática, aunc1ue enriquece la previa. Porque si bien
ticipación en la cultura, la integración en la sociedad, o la ac- por la vía de inquirir acerca ele los factores que condicionan o
ción de el Estado para el desarrollo, y esos factores adversos determinan las dificultades ele ciertos grupos sociales para par-
se conciben, por lo tanto, como externos a estas entidades abs- ticipar como "público" -por lo meuos- en la "cultura oficial",
tractas. se puede llegar Iínalmente a plantearse el problema del carác-
El terreno problemático que subyace a los conceptos de ter mismo de las relaciones culturales entre los grupos de una
"público" y "no-público" y sus correlativos de "cultura oficial" sociedad y sobre el papel del Estado dentro ele ellas, el enfo-
y "cultura no-oficial", tal como han siclo acuñados y por los pro- que no necesariamente genera interrogaciones sobre el conteui-
pósitos que sirven 1, no parece ser muy diferente. do mismo de la "cultura oficial" o "no-oficial", de su aptitud p,1-
Originados en una preocupación respetable, sobre una situa- ra coartar una más amplia participación ele más amplios gru-
ción indeseable en el área de las relaciones culturales entre pos y ele su legitimidad para pretenderlo. Tampoco, asimismo,
los grupos sociales y del lugar del Estado en esa configuración, para poner en cuestión el carácter y el contenido de las propias
esos conceptos conllevan todas las . dificultades· teóricas de un instituciones estatales o no-estatales que intervienen en la "Iun-
enfoque inicialmente elitista-intelectualista de la cultura, bajo ción" ele la cultura, ele su aptitud para promover la participa-
cuyos supuestos se elaboraron. ción buscada y ele su legitimidad para hacerlo.
En efecto, el concepto de "no-público" se acuña para deno- Y son éstas, exactamente, algunas de las cuestiones centra-
minar a los grupos sociales que no participan -sea porque exis- les que no pueden estar ausentes en la base misma ele una pro-
ten barreras sociales que lo impiden, o porque no tienen moti- blemática de la cultura ele las sociedades contemporáneas. Ella
vaciones adecuadas o porque rechazan esa participación- den- no puede organizarse, por lo tanto, sólo como un asunto de par-
tro del ámbito de acción de las instituciones estatales que pro- ticipación-integración de una cultura dada, que se asume como
mueven actividades culturales, especialmente actividades artís- la cultura, y en el marco de las instituciones encargadas ele su
I
ticas e intelectuales características de la élite, de las "gentes promoción y ele su sustento, sino también C()mo el del valor
cultivadas" 2• El concepto trata de dar cuenta de un problema y la legitimidad ��e.�t.a -��l!ui:� y :4e estas instituciones, para
de no-participación en la "función" de la cultura. provéei:·a:·1o's-hombres ele un alimento por igual eficaz y digno.
La nuestra es justamente una época en que los valores y
l. Véase los siguientes c.locumentos del encuentro sobre los Derechos
Culturales como Derechos Humanos, celebrado en París (8-13 julio 1968), comportamientos occidentales predominantes en lo que se da
bajo los auspicios ele UNESCO: l} Fruncís Jeanson: Sur la Nouon ele "Non- en llamar las "sociedades occidentales", son sometidos a una crí-
Public", 2) Exposé des Moüis, 3) Final Report, 4) Cultural Rights as tica cuya radicalidad y cuya intensidad tienen quizás raros pa-
Human Rights: Stucly on the nonpublic outline af Project.
2. Fruncís Jeanson, op. cit. ralelos históricos, Sin este marco, no habrían acaso cristaliza-

18 19
do aquellos conceptos y aquellas . inquietudes, que a su modo
son su resultante tanto como un mtento de respuesta al dete- l. Las que se refieren a la configuración estructural del
rioro de la lealtad de cada vez mayores grupos a la cultura do- universo cultural en una sociedad determinada, esto es.. a1 los
minante. -· mod�s en que se relacionan, diferencian y se jerarquizan en-
Por primera vez en su historia, las socie�ades euro�eas-no!�- tre s1 los �lem��tos que integran, y a los factores y engranajes
de determmac10n de tal orden estructural. .
teamericanas, autoras y protagonistas de la 'cultura occidental ,
observan con desasosiego que sus generaciones más jóvenes le- ?· Las que se refieren a la estructura de relaciones que se
vantan banderas y héroes provenientes de otras sociedades y cul- configuran entre los grupos sociales dentro de ese universo cul-
turas: Mao, Ho-Chi-Min, Guevara; que buena parte de ellas se tural, y a los factores y engranajes de determinación de esas
interesa por, y aun adopta, valores ético-religiosos no-occidenta- relaciones. ·
les como el budismo zen, no sólo en la búsqueda de nuevas
bases de conducta para el hombre, sino también de nuevas Ambos núcleos de cuestiones están, sin duda articulado� d�
manera üiter.dependiente, pues se condicionan m�t��te. Es-
vías de conocimiento extrañas a la vocación técnico-científica
te reconocimiento es hoy día un lugar común o poco menos.
de "occidente". Muchos verán en estos fenómenos, la presencia
Pero los modos, los grados y los mecanismos específicos con
de modas de corto· aliento, de snobismo, de alienación, de per-
que esa interdependencia tiene lugar, en cada momento, son
versión. Muchos otros, sin dejar ele reconocer que todos esos
elementos pueden estar activos en estas corrientes, verán tam- mucho menos obvios y todavía tienen una marcada esquividad
a la capacidad de nuestros actuales instrumentos de conocimien-
bién sin embargo el surgimiento magmático de las bases posi-
to objetivo. No están ubicadas con la precisión deseable, las
bles de una nueva cultura, de una "contra-cultura" alternativa 3
instancias concretas de las relaciones de los hombres entre sí
Ya no parece posible, en consecuencia, guarecerse en los
Y_ con la naturaleza, donde nacen y cambian los elementos, .pro-
límites de un conjunto de interrogaciones que sólo atañen a las
dificultades y a las· posibilidades de que ciertos grupos sociales pros de la cultura, ni las que condicionan o determinan el or-
den en que esos elementos irán a configurar la estructura cam-
participen en esta cultura, sin que eso niegue de mo�o alguno
biante de un determinado universo cultural y de cada uno de
la importancia de desocultar los factores y los mecamsmos que
sus núcleos, ni el orden en que los grupos sociales se estable-
condicionan las actuales relaciones culturales en cada una de cen dentro de ese universo.
estas sociedades.
Si es cierto que en un nivel muy general de abstracción,
Dominación y conflicto en el orden de la cultura los elementos que integran un mundo cultural, el orden en que
lo integran, así como las relaciones que los grupos sociales guar-
Dos núcleos interconectados de cuestiones merecen ser re- dan entre sí respecto de la cultura de su sociedad, en cada mo-
levados en el punto de partida de una tentativa de exploración mento, son fundamentalmente dependientes de los procesos y
de los problemas de la cultura en las sociedades contemporá- configuraciones que tienen lugar en la estructura básica de pro-
neas: ducción y de poder social y político aparejado, no es menos
cierto que ello ocurre solamente a través de un engranaje de
3. A propósito de la noción de "contracultura" y de rnalida� a qu_e
se refiere, véase el sugestivo ensayo, a ratos malogrado de cierta rngenm- instancias y elementos de mediación, tanto más indirectos y tan-
dad sociológica, de Theodora Roszak: The .Making of a Counter _Culture. to más sutiles -por elusivos y emboscados- cuanto más elabo-
Beiiection 011 ilie Teclmocratic Societq and tite Youthiui Oppsos1t1on. An- rado y complejo, más rico en matices, se presenta un determi-
chor Books, Doubleday And Co., Inc., New York, 1969. nado núcleo de un universo cultural.

20
!21
De otro lado, la cultura global de una sociedad concreta, núcleos estructuralmente articulados que a su vez se integran
en un momento histórico concreto, no puede ser concebida me- del mismo modo con otros. Las relaciones que tienen lugar en
ramente como un reflejo de lo que ocurre en la estructura bá- esa estructura son, normalmente, de jerarquización, de subordi-
sica de esa sociedad, pues para eso sería necesario que estuvie- nación de unos elementos a otros, de convergencia o de con-
ra totalmente aislada de otras sociedades y culturas, que todas flicto, en diversos modos y grados.
las instancias de relación entre el hombre y la naturaleza fue- Lo anterior no significa que ese orden estructural en la cul-
ran únicamente determinadas por las relaciones de los hombres tura tenga, necesariamente, un carácter sistemático real, aun
entre sí, y que el pasado no estuviera incorporado de múltiples
cuando la abstracción puede resaltar una lógica en esa di rec-
formas en los procesos concretos de un horizonte histórico con-
ción. Es probable, por ejemplo, (1ue en determinadas situacio-
creto, cuando ya han cambiado las formas básicas de la estruc-
nes culturales existan elementos precariamente integrados como
tura social básica. Eso no niega, en ningún sentido, que las ma-
los que algunos antropólogos denominan "necróticos", ciertos re-
trices fundamentales ele determinación de un universo cultural
lictos culturales que no corresponden para nada a las caracte-
dado no se encuentren, justamente, en la propia matriz estruc-
rísticas y a las tendencias de la cultura de un momento, pero
tural básica de la sociedad concreta a la cual corresponde tal
universo. que existen allí. Pero, sobre todo, en la medida en que lodo
universo cultural concreto se integra con elementos procedentes
Por todo ello, la autonomización relativa de cada uno de
í de varias instancias históricas, de varias culturas, es inevita-
aquellos núcleos de cuestiones para fines de análisis, no se apo-
ble que la estructura registre heterogeneidades e incongruen-
ya solamente en conveniencias metodológicas, sino también en
cias de diverso tipo entre sus elementos, no obstante lo cual
la autonomía relativa real de algunas de las respectivas fuen-
tes de determinación. éstos conforman una estructura común y no meramente una
yuxtaposición.
Sin embargo, l_o_ qt!� _ac:¡_uí interesa, es precisamente el te-
De todos modos, lo que importa destacar es ,1ue los ele-
rreno en el cual ambos núcleos· de problemas se trenzan y se
mentos de un universo cultural global determinado, no se i11-
condicionan, lo que tiene sentido explorar. Pues lo que atañe
tegran ocupando un mismo nivel dentro de la estructura cul-
específicamente a nuestros propósitos, es inquirir cómo es que J '
tural, sino formando núcleos estructurados que se subordínnn
las relaciones de dominación-conflicto entre los grupossociales,
los unos a los otros, que compiten entre sí o que convergen.
en"las difüensiones·· económico�sociales y políticas de la socie-
De ese modo, los procesos de cambios en la cultura corres-
dad, condicionan también sus relaciones en la dimensión cul-
ponden no solamente al ingreso de nuevos elementos y a la
tural, así como las relaciones que se establecen entre los pro-
declinación yjo desaparición de otros, sino también a los cam-
pios elementos de la cultura global de esa sociedad. De otro
bios en el orden en que se relacionan los elementos dentro de
lado, cómo el carácter de la misma c�ltura como tal condi-
l ella.
ciona a su vez las relaciones entre los grupos sociales' dentro
del universo cultural. El problema aquí es establecer los factores que condicionan
o determinan -y los engranajes de mecanismos con que lo ha-
El orden cultural como estructura de dominación­confl'icto cen- esta ordenación estructural entre los elementos de una
1 cultura, por qué son unos y no otros los que obtienen en cada
Se puede observar que ningún orden cultural determinado,
momento una posición y no otra en el proceso de la cultura.
en una determinada sociedad, existe como una masa de elemen-
La respuesta no es fácil, ni puede ser simple. En primer lu-
tos aislados e inorgánicamente conjuntados, sino constituyendo
gar, se puede observar que en todas las sociedades de domina-
22
23
cion, la "cultura de los dominantes" es también la "cultura do- t ;,' En; p�·imer lugar, si bien es real que la "cultura dominan-
minante". Esto es, que los núcleos estructurados de elementos e . proc; e de la "cultura de los dominantes", también es cier-
J
culturales que portan los grupos dominantes en las dimensiones to, que es.tos . disponen de. numerosos elementos culturales que
económico-social y política de la sociedad, son hegemónicos en �.es son pnva�1vos, que conforman una "subcultura" dentro d 1
la dimensión cultural de esa sociedad. cultu'.-ª dommante", un coto cultural cerrado y en gran me�d:
exclusivo de los dominantes.
En otros términos, no solamente el orden cultural como tal
aparece como un orden de dominación, sino también que a tra- - . De ese mod�, en cuanto sistema común de orientación cul-
vés de eso expresa el orden de dominación en los otros ámbi- tui al en una sociedad, la "cultura dominante" constituye básí-
tos de la existencia social. Se presenta, así, como una dimen- cament:· un terreno_ de e1:cuentro y ele comunicación entre ru-
pos sociales con onentac10nes culturales particula . g
sión junto a otras de la estructura global de dominación. j rácter el , res, cuyo ca-
El hecho de que la "cultura de los dominantes" sea tam- ' . pue. e ser �a,s .º menos convergente o antagónico se Ún
��s fo1mac10n_es histonco-sociales concretas. En esa medidag la
bién la "cultura dominante" en una sociedad, no implica que to-
��Itudra ldonunante" es un mecanismo, entre otros de integ:1·a-
dos Jos miembros de esa sociedad se orienten únicamente en los cion e · d el '
. a �ocie a .'' esto es, de mantenimiento de un modo
términos propios de la "cultura de los dominantes" ya que eso concreto de mtegrac10n que iricluye la dominac1ºo'n de
supondría que todos son por igual portadores de la misma cul- b- · unos gru-
pos so re _otros. Por lo tanto, la "cultura dominante" funciona
tura, que todos contribuyen a su elaboración y difusión. En la / como un mstrumento de la dominación.
realidad, lo que se puede constatar es el hecho de que 1para to- --, Pero la "cultura dominante" no cumple esta fun . ' 1
dos los grupos no-dominantes, esto es, los dominados y los in- mente dí d cion so a-
por me 10 e I mantenimiento de la integración d
termediarios, existe una doble matriz de orientación cultural: o_rden de dom�naci?n y, en ese sentido, por medio de la :e�:�
De un lado, una orientación en la vertical que corresponde tiva homogene1zacion cultural de los grupos de la so . d d .
a la "cultura ele los dominantes" y, de otro lado, en una hori-
t b· , . ere a , si-
1l10 am. ie�� por medio de la diferenciación de éstos dentro de
zontal que corresponde a su propia atmósfera cultural, la cual a propia cultura dominante".
de ese modo adquiere el carácter de una. "cultura dominada" o En efecto, la integración de la sociedad de do · ·'
t ' el l " rmnacion a
de una "subcultura dominada", dependiendo de cada formación ...... raves e a cultura dominante", no supone que los dominados
\
histórico-social concreta. En unas, la dominación se establece tengan acceso . a todos
. los elementos y "camp os " d e esa cu I tu-
corno relación entre miembros de culturas globales diferentes, ra. en. el mismo nivel que los dominantes .. Lo que se puede ob-
en cuyo caso los dominados portan una "cultura dominada". En sei�ai, es que'.. ?e �n lado, lo que de la "cultu_1:a__ _g.o'rninai1te"
otras, la dominación se establece entre miembros de una mis- pue�� ser part1c1pado _p,°r los grupos dominados, son d;t�r�in.i-- ·
ma cultura global, en cuyo caso, ésta se diferencia en "subcul­ do� · c�mpos :_ult_\1:�.�ey / de contenido; valóric�:ideol6gic;o, de
turas" dominantes y dominadas. baJ_º mve� de ob¡et1vac::10!1 y formalización, que no requieren,
Es decir, la "cultura de los dominantes" es también una "cul- pm eso m1sm�, de un largo y costoso entrenamiento. Tales "cam-
tura dominante" sólo en tanto que provee al conjunto de la so- pos culturales, pueden por lo tanto ganar existencia mucho r

ciedad de un sistema común de orientación cultural, junto a al nivel del inconsciente y del subconsciente , asumíé ien d ose maspor
otras orientaciones particulares a cada segmento social. Por eso
mismo, la "cultura dominante" no es tampoco idéntica en todos "C 4. E� coz1cepto de "campo cultural" se encuentra en Pierre Bourclieu·
oªmspº¡ nXteXIectEua<l:l y P�orecto Creador", en Problemas del Estructuralis�
sus elementos y niveles a la "cultura de los dominantes". m , 1g o , s., México, 1967.

24 25
tanto como "evidencias" que no están sujetas a cuestionamiento
Correlativamente, los elementos que corresponden a la "cul-
sino en circunstancias particulares. Como los elementos que
tura" o "subcultura" de los grupos sociales dominados, por su
constituyen tales "campos" provienen de la "cultura de los do-
carácter subordinado en el universo cultural de la sociedad, no
minadores", al insertarse entre los dominados operan, de· modo
tienen la posibilidad de desarrollarse sino de modo limitado y
necesario, corno fundamentos de la "lealtad" de éstos al orden vicario, y de alcanzar niveles muy complejos de objetivación y
social vigente, es decir, proveen las bases de la "legitimidad" formalización, mientras formen parte integrante de la "cultura
de tal orden. <le los dominados". Esta limitación es reforzada por el hecho
En cambio, otros "campos culturales", sea de contenido cog- de que sólo el acceso a la cultura dominante, en una sociedad
nitivo-objetivo o valórico-ideológico, pero que se presentan con de dominación, permite a los individuos el dominio de los ins-
un complejo y elaborado grado de objetivación formalizada, ar- trumentos cognitivos indispensables para i11tc1:tar la formaliza-
tística o intelectual, y que en consecuencia requieren de los in- ción y objetivación elaborada de sus "vivencias" y "evidencias"
dividuos y grupos una estructura cognitiva adecuada y un lar- culturales. Es decir, permite la función intelectual propiamen-
go y costoso entrenamiento, excluyen por este carácter la partí- te tal.
cipación de los dominados en tanto que grupos sociales. En determinadas situaciones, en que el orden de dominación
Tal exclusión se apoya en el hecho de que los dominados se constituye por la subyugación de los miembros de una cul-
no pueden, en general, disponer de una estructura cognitiva tura de alto nivel de desarrollo intelectual, como en el caso
plenamente adecuada para acceder al dominio' de estos "cam- de la dominación europea sobre el mundo hindú o arábigo o
pos culturales" formalizados, tanto porque pertenecen a una ma- chino, sin duda la propia cultura dominada tiene las condiciones
triz subcultura! que puede, inclusive, tener una orientación como para la continuidad de la función de los intelectuales,
cognitiva antagónica con la de la cultura de los dominadores, pero en todos estos casos, se establece una compleja relación
cuanto porque aún teniendo una estructura cognitiva del mis- en la cual los portadores de la cultura dominada con desairo-
me, tipo en general que la requerida, no disponen del tiempo llo intelectual y capaz de continuar como tal, son a su vez los
ni de los recursos necesarios para desarrollar esa orientación dominadores respecto de otros grupos sociales y portadores de
cognitiva hasta el nivel compatible con las exigencias de tales una cultura dominante respecto de la cultura de los grupos so-
"campos culturales" que son, precisamente, los decisivos para el met�sto último permite introducir la distinción necesaria
control de los recursos materiales y sociales decisivos de la so- j enti·e "cultura popular" y "cultura dominada" en la problemática
ciedad: v.g., la ciencia, la técnica, la filosofía. ; de la dominación y el conflicto en el orden de la cultura.
En ese sentido, los gmpos sociales dominados sólo "partici- Determinadas sociedades 'se establecen corno un orden de
pan" de la cultura dominante en tanto que "clientela", más no dominación entre grupos sociales portadores dé universos cultu-
como autores o "elaboradores" de esa cultura. Esto es así, in- rales distintos estructuralmente, no sólo en cuanto a los ele-
mentos que las constituyen, a su modo de ordenamiento inter-
clusive en los casos en que algunos elementos originados entre
no, sino también a su orientación valórico-cognitiva básica. Tal,
los dominados, son apropiados por los dominadores, 'pues en ta-
por ejemplo, el caso de las sociedades coloniales en el territo-
les casos esos elemento pasan a integrar otros núcleos cultura-
río que hoy es América Latina, en las regiones andina y me-
les con diferente lógica de estructuración y cumplen en conse-
soamericana, o ciertas sociedades africanas y asiáticas de la ac-
cuencia una función específica distinta que en su núcleo cultu-
ral de origen. tualidad. En este proceso de dominación, las sociedades pre-
existentes fueron integradas y como resultado fueron emergien-
26
27
do nuevas formaciones histórico-sociales cuya característica cen- "subcultura popular", puedan desarrollar sus estructuras cogniti-
tral, dentro de la problemática que aquí interesa, es la hete- vas hast� el .�unto de ser capaces de proporcionar objetivación
rogeneidad estructural básica en todas las dimensiones, y de ma- Y formaliza.cwn de alto grado de complejidad y de elaboración
nera particular en la dimensión de la cultura. a sus,, prop10s-elementos culturales. Esto es, _!_a "subcultura, po-
Tal heterogeneidad cultural, implica la coexistencia en un pula�· no e�, como_ tal, capaz de generar intelectuales, cuya
proceso de activa interpretación, de. intercambio y de conflicto, fu11�16n_ �stncta es,_ Justamente, dotar de objetivación y de for-
entre una "cultura dominante" que corresponde a la "cultura de malízaoíón complejas a las "evidencias" culturales de
ciedad. su so-
los dominadores", y "culturas dominadas" que corresponden a los
grupos sociales dominados. . Para que ell� pudiera ser posible, sería necesario _que el
En cambio otras sociedades, se constituyen sobre la base orden cultural mismo de dominación fuera radicalmente modi-
de la diferenciación social entre los miembros portadores de una f�c��o, hac�endo que esa "subcultura popular" se colocara en po-
misma cultura global, sobre la base de cuya diferenciación se s�cwn dommante sobre las otras subculturas y eso sólo sería po-
genera también un proceso de diferenciación en subculturas que s�ble por una alteración igualmente radical en la estructura bá-
corresponden a los diversos grupos sociales ubicados en el orden sica . de dominació�. :ocia!, esto es por el paso de los grupos'
social de dominación. En este caso, los grupos dominados tanto dominados a cond1c10n dominante en la sociedad.
como los grupos dominantes tienden a generar sobre la base En el caso de la dominación entre "culturas globales" es-
de su particular experiencia social elementos culturales relativa- tructur�:mente �iferente y quizás antagónicas en la orientación
mente propios, a apropiarse de unos elementos más que de de sus campos centrales, el proceso no ocurre del mismo mo-
otros dentro del universo cultural global, y a elaborar de ese do. Las culturas que se ordenan en un sistema de dominación
modo subculturas particulares que proveen de una línea propia pueden tener según los casos, desarrollos y niveles de formalí-
de orientación en la sociedad, subordinadas a la orientación co- za�\ón equi�alent�s, o totalmente desiguales, y de eso depen-
mún provista por la "cultura dominante". En tal sentido, puede dei a, en pnmera mstancia, la posibilidad de que las "culturas
hablarse de una "subcultura proletaria", de una "subcultura de
c�ominadas': tengan, -�n cada momento, la capacidad de generar
los sectores medios", de una "subcultura burguesa", y en un sen-
) mant,ener. la función de sus propios intelectuales. A su vez,
tido menos precisable pero quizás no menos real, de una "sub- eso
cultura popular" que se refiere a los campos culturales comunes
·
. estal sujeto a la. relación concreta de d ornmaci '6 n en que ·
111_
giesan os respectivos portadores con los otros.
que, dentro de la "cultura dominante", son patrimonio del con-
Si se compara el tipo de relación establecida entre la "cul-
junto de los grupos dominados de la sociedad.
tura occidental"
. · el'u, araáhirga ehi1-
y las "culturas orientales" -lun
De ese modo, lo que se puede llamar una �cultura po-
pular" es un universo de elementos culturales que se derivan na:-, � l�s :'cultu_ras ind_ígen�s" de América Latina, se puede� ob-
servar ciei tas diferencias significativas.
tanto de las subculturas de grupos sociales concretos, como las
clases, y de la cultura dominante, pero que�J,._ caracterizan por En el primer caso, la dominación europea sobre la India,
su bajo nivel de objetivación formalizada, en tanto que la po- sob�·e la C��na y sobre las sociedades arábigas, no implicó la
sición social de sus grupos portadores, así como las propias ca- desmt:gra�10n _d� las respectivas sociedades hasta el punto en
racterísticas ya señaladas de la "cultura dominante", excluyen q�e ". lo implico "'. el caso �e las sociedades indígenas pre-
la posibilidad de que los portadores de las "subculturas" parti- hispam�a�. Pero,. asrmismo, l�s --31-lturas indíg_enas" prehispánicas
culares de cada grupo dominado, y del conjunto de ellos en la de Amenca Latina, no habían alcanzado aún el grado de ob-

28 29

r,
[etívacíón y formalización de las "culturas orientales", esto es, "cultura popular" urbana ele los pasics andinos, como Perú, Bo-
L un grado equivalente de "intelectualización". livia y Ecuador.
En tales condiciones, la destrucción de las sociedades· indí- J
genas de .América Latina implicó a la larga el progresivo dete- Conflicto y cambio en la cultura contemporánea
rioro del universo cultural indio, su incapacidad para generar sus Aún careciendo ele una teoría sistemática, hay un cierto con-
propios intelectuales, y competir con la cultura de los domina- senso actual para admitir el rol central del conflicto en la pro-
dores. Se convirtió de ese .modo, en una "cultura dominada" ducción del cambio en la existencia social, en cualquiera de sus
campesina, ante todo, con todo lo que. eso conlleva. _J dimensiones, y para admitir que este rol del conflicto está aso-
Mientras tanto, las sociedades dominadas en Asia pudieron ciado al carácter contradictorio de las unidades estructurales que
mantenerse en gran parte integradas como tales sociedades, a configuran cada una de esas dimensiones. Intercambio y con-
pesar de los cambios internos originados en su situación domi- flicto son, pues, modos necesarios de existencia de estas unida-
nada, y el .hecho de que sus respectivas "culturas dominantes" des estructurales.
hubieran previamente alcanzado un grado de objetivación y for- En tanto que orden de dominación en sí mismo, índepen-
malización equivalente al de la "cultura dominante" en las so- clientemente de su correspondencia con las otras dimensiones
ciedades europeas-norteamericanas, permitieron que las "cultu- de la dominación en la sociedad, todo universo cultural cou-
ras dominantes" de las sociedades dominadas se convirtieran no creto se presenta, tal como acaba de señalarse, entrañaudo múl-
tanto en "culturas dominadas" sino en "culturas competitivas" tiples fuentes de contradicción, de diversos tipos y grado:,, en
con la "cultura de los dominadores" occidentales. Los movi- donde se generan conflictos también de varios tipos ) gifülos.
mientos actuales de "revitalización cultural" que tienen lugar Contradicciones y conflictos entre "culturas globales", entre "sub-
en esas sociedades que se descolonizan, se fundan ante todo en culturas". que pertenecen a un mismo universo cultural global,
ese contexto· histórico peculiar. entre ·"campos" culturales dentro de cada "cultura" y "subcul-
En cambio, en las relaciones entre culturas en América La- tura", entre elementos dentro de cada campo, y entre el orden
tina, las culturas indígenas han sido arrinconadas como "subcul- cultural en su conjunto y el orden social básico de su sociedad.
turas campesinas", y el proceso de conflicto y de cambio que Tal como se acaba de ver, por lo tanto, el proceso de cam-
se ha generado dentro de las relaciones entre ellas y la "cultu- bio en el orden cultural resulta de la interpretación de facto-
ra dominante" toma ante todo la forma de un proceso de sin- res que residen en la matriz social básica y sus implicaciones
cretismo cultural, ejemplificado por elproceso de "cholifica- sobre. el orden cultural y de factores que residen dentro del
ción" en el mundo andino.5 Esto es, la 'emergencia de una propio universo de la cultura. Pero, la lógica que guía estos
vertiente cultural en que se amalgaman, de un modo ambiva- procesos es privativa de la cultura, y su relación con la que re-
lente y contradictorio, elementos que provienen ele la cultura gula los procesos de cambio en la matriz social básica, está me-
indígena y ele la versión criolla ele la cultura europeo-norteame- diada por múltiples engranajes de mecanismos y factores.
ri_cana, y que comienzan a colorear las nuevas formas : ele la Sin embargo, en la cultura contemporánea el problema no
se agota en el marco ceñido de las correspondencias, contradic-
5. Para 'un estudio preliminar del "cholo" como fenómeno cultural ciones y autonomías dentro del universo cultural y entre éste
característico de la oposición y el intercambio entre la cultura de los y la. formación histórico-social concreta Lle la que hace parle.
!!1dios y la, de los "criollos" en el mundo andino, véase el ensayo sobre En efecto, el desarrollo científico-tecnológico actual, ha
Lo cholo y el conflicto cultural en el Perú" que aparece en este mismo
volumen. producido la situación que se mienta como una "contracción

30 31
r

deÍ mundo", es decir, la inaudita reducción de las distancias a elementos que proceden de otras culturas, sobre todo en iel
culturales que permite la creciente emergencia de· uii sistema orden valórico, alojarse y crecer sobre todo en los· 'grupos más
universal -planetario dicen -algunos- 6 de interdependencia cul- jóvenes de estas sociedades, una de cuyas búsquedas se orien-
tural, servido por poderosos medios de comunicación,' ·,c�yo al- ta hacia valores antagónicos con la dirección técnico-cientifi-
cance - es diariamente ampliado por el desarrollo· tecnológico. cista de la cultura dominante. Piénsese, en este sentido, en lo
Este emergente sistema de interdependencia cultural, entra- que significaría la atracción creciente del budismo zen, de las
ña un flujo creciente de intercambio de elementos culturales, prácticas terapéuticas basadas en doctrinas religiosas no-occiden-
entre sociedades ele diferentes bases concretas de ordenamiento tales, de la búsqueda de nuevas vías de conocimiento a través
social, y entre culturas cuyas orientaciones valórico-cognitivas no del uso de ciertas drogas, etc.
son en todos los casos ni equivalentes ni compatibles. Pero, asi- Este emergente sistema ele intercomunicación y de conflic-
mismo, el sistema implica también el creciente conflicto entre
to cultural a escala planetaria, no establece ni opera en un va-
elementos culturales, entre culturas y subculturas, entre orien-
cío histórico, sino en el marco de un sistema de interdepen-
taciones valórico-cognitivas, la lucha por la sobrevivencia o la
dencia y de conflicto entre sociedades, el cual es también un
hegemonía. Y, por lo mismo, un conflicto cada vez más abier- orden internacional de dominación.
to dentro de las propias culturas dominantes, penetradas sin pau-
sa de elementos entre sí contradictorios. El hecho de que así sea, genera un complejo proceso en
que las sociedades incorporadas a este ordenamiento internacio-
De allí que, en consecuencia, sobre todo en el caso de las
nal, convergen, compiten y antagonizan entre sí de diversos
sociedades europeo-norteamericanas, los procesos de cambio y
de conflicto cultural no agotan sus fuentes únicamente en las modos. Los procesos de descolonización, de modernización-de-
contradicciones del universo cultural global asociadas a las con- sarrollo, y de revolución y las fuerzas imperialistas que se les
tradicciones sociales entre los portadores de las varias· formacio- oponen, signan claramente el carácter del sistema internacio-
nal de interdependencia.
nes subculturales de cada sociedad, sino también en la inserción
de estas sociedades y culturas en un sistema universal de inter- Como consecuencia, los varios universos culturales que co-
dependencia que entraña antagonismos e intercambios cultura- rresponden a las sociedades integradas en este sistema, no so-
les sin parangón histórico previo. lamente intercambian elementos sino también compiten por la
No está excluida, desde luego, la posibilidad de que los ele- hegemonía o luchan por su autonomía. Se puede, por eso, ob-
mentos culturales provenientes de otras culturas y correspon- servar en este complejo escenario, de un lado un proceso que
dientes a una orientación valórico-cognitiva conflictiva con la sugiere el surgimiento de un fondo o sedimento cultural co-
que es dominante en estas sociedades, encuentren en los crecien- mún, "universal", a hombres de sociedades muy distantes y
tes conflictos sociales de las sociedades europeo-norteamericanas, muy distintas. Tal, por ejemplo, en el caso ele la ciencia, la
un terreno cada vez más fértil. tecnología, y de un conjunto de comportamientos y símbolos
Así, por ejemplo, no puede desatenderse al hecho de que asociados a los modelos de vida producidos por el desarrollo
la progresiva tecnocratización y autoritarismo en las sociedades cien tífico- tecnológico.
capitalistas avanzadas, parece abonar el terreno que permite Pero, de otro lado, procesos orientados en una dirección
antagónica al anterior, bajo la forma de movimientos "nativis-
6. Kostas Axelos: Marx, penseur de la teclinique. Arguments, París tas", de "revitalización", o de abierta y deliberada búsqueda
1965. de la reconstrucción radical y global de la herencia cultural,

32 33
como en el caso de las "revoluciones culturales", tomadas és-
va de su cultura, a la que siempre se asumió aquí como la
tas en su dimensión estrictamente cultural. cultura.
Así, el actual proceso de cambio cultural conte�pm�áneo,
Es decir, tanto en el marco de una determinada sociedad
acaso más radical y más vasto que en otra cualesqmera epoca
o formación histórico-social, como dentro elel emergente siste-
de la historia del hombre, por las dimensiones planetarias del ma universal ele interdepenelencia, la estructura ele las relacio-
escenario y la amplitud demográfica y social de sus alcan- nes entre las culturas y entre los portadores de ellas, es defini-
ces, tiene que ser entendido y evaluado ya no solamente por ela por las relaciones de poder social. Lo que, por su parte,
la relación entre la estructura social básica y el orden cultu- significa que los procesos de conflicto y ele cambio en el i�1te-
ral en una sociedad dada, sino también por las relaciones que rior del orden cultural, están asociados a los procesos eqmva-
se organizan y cambian entre sociedades y culturas dentro del lentes en el interior del orden social, tanto a nivel nacional
emergente ·sistema de dominación, de intercambio, y de con- como internacional.
flicto a nivel universal.
Del mismo modo como la reclefinición ele las relaciones
Mientras las sociedades europeo-norteamericanas tuvieron ele poder ínter-nacional, redefine las relaciones ele dominación
una clara posición de hegemonía sobre las de Asia, Africa y )' conflicto entre las culturas, la red�finición de ��s re�ac,io.nes
América Latina, las culturas y las subculturas de estas regio- de poder al interior de una cletenmnada formación histórico-
nes fueron dominadas, no podían presentarse como competido- social, altera las relaciones entre las subculturas del universo
ras y alte1'.nativas, ni buscar su autonomía, y sus portadores. tu- cultural respectivo, entre los campos de cada .�na de ellas,
vieron que aprender, bajo modos diversos ele violencia, a orien- entre los elementos <lentro de aquellas, y redefine la estruc-
tarse también dentro de la cultura de sus dominadores euro- tura ele las relaciones culturales entre los respectivos portado-
norteamericanos. res sociales.
En cambio, conforme ha ido avanzando la descolonización, Los factores y mecanismos asociados a la operación de
la autonomización y la modernización y la revolución en el aquellos, reconocen múltiples fuentes, que radican 110 solamen-
mundo antes totalmente dominado, se han desarrollado tarn- te en todo aquello que modifica las relaciones entre los hom-
bién procesos paralelos ele autonomización:· i·evitaliz�ció·n-y. re- bres, sino también las relaciones entre éstos y la naturaleza,
vólución cultura], . . que modifican los modos de existencia social concreta den- y
Más lejos· todavía, corno estos procesos ocurren simultá- tro de ella, la herencia psicológica tanto al nivel <lel índíví-
neamente con la crisis abierta de las sociedades euro-america- duo como del grupo.
nas y de sus culturas dominantes, eso ha permitido y empuja- Conte'mporáneamente, el fabuloso despliegue ele lo que ya
do la ·creciente penetración en ellas, ele valores y orientacio- .se conoce corno "revolución científico-tecnológica" 7 no impac-
nes cognitivas procedentes ele las culturas dominadas, conside- ta a la socie<lad solamente al nivel del desarrollo ele las fuer-
radas antes como "exóticas" para los antropólogos colonialistas zas productivas, sino que en un parejo nivel va �mgendran<lo
y para el etnocentrismo provinciano de "occidente". una nueva "metafísica" para el hombre contemporáneo, tll'.e ya
Poca gente quedará todavía, y no por mucho tiempo, en no está anclada únicamente en la forma en que aún cont111ua-
estas sociedades cuya dominación se deteriora y cuya cultura
es desafiada desde fuera y desde dentro, capaz de mantener- 7. Sobre este tema, una de las más valiosas contribuciones recientes
se en la confiada seguridad acerca de la legitimidad definiti- es del colectivo Radovan Richta: La Cicilization a11 carrcjour, ,\11thrnpos,
París, 1968.
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rían organizadas las relaciones de poder político-social concre-
ue en muchos sentidos la sobrepasa. , . día habremos de surcar, y obligando con ello a pensar e ima-
to, yN� es sin duda accidental el que nuestra e?oc� .asiste �l ginar los modos y los caminos del cambio necesario. El resul-
intenso esfuerzo de desarrollar el conoc�mie�t? c1enti�ico sob�e tado no es simplemente un conjunto de conocimientos nue-
el hombre mismo como ser social y psicológico, sobrepasan o vos. Es un rostro nuevo, ojos nuevos, alma nueva, que pugnan
un período en que el conocimiento �e . la nat�ral��a exter�a por nacer. Esto es, modos nuevos de conocimiento, nueva con-
era el ámbito privilegiado del conocimiento �ient1fico.. Pero, ducta del hombre consigo mismo y con el mundo externo. ¿O
también y por eso mismo, la inquietud es creciente por la ca- no es nueva esta suerte de "imaginación racional" que corre
lidad de las propias estructuras cognitivas que f�ero�� su re- a través de la "ciencia ficción" o de la "futu�·ología"?
sultado tanto como el del propio orden de dominación esta- Están, quizás, apareciendo los gérmenes de una "contra-
blecido. cultura", desperdigados y débiles, llenos de adherencias espu-
Tanto más se expande el conocimiento sobre los resortes rias del suelo social y cultural en cuyo seno se engendran, pe-
del modo de dominación tanto más se robustece la sospecha ro cuya matriz inconfortable pueden estar destinados a incen-
de que el propio modo de conocimiento es�á afectad� en su diar si antes otro incendio no lo reduce todo a cenizas de áto-
mos.
raíz por esos resortes, así como por la vocación naturalista del
conocimiento científico dominante. Los portadores de la cultura dominante, desafiados ahora
Sobre ese terreno germinan ahora las semillas de modos no únicamente al nivel del poder social y político, sino tam-
nuevos de conocimiento o se tienden las aún difus�s veredas bién en su modo mismo de ser hombres, reaccionan o tienden
que los exploran. Necesariamente, ent?nce�, las rarees d� la a reaccionar oscilando entre la represión abierta y la utiliza-
cultura se buscan ya no solamente al mtenor de la expenen- ción de los nuevos elementos culturales en su propio beneficio.
cia actual del hombre, sino también al interior de las r�la- La comercialización de los nuevos símbolos, su banaliza-
. del hombre con su más remoto pasado, intentando ción y caricaturización, la sustitución ele las libertades genui-
ciones d ·, ilu-
d
minar los caminos posibles que conduzcan a la fon acion e nas por una "permisiveness" cínica, el estímulo a las formas
otra vida humana. ¿ O no es éste el sentido de la línea que se espurias que permita facilitar la caricatura o el castigo, son por
prolonga de Marx y de Freud y que h�y día se inter�,ectan, ahora sus técnicas más visibles, pero la represión violenta va
en la obra de un Marcuse o de Brown o en las del grupo in crescendo y el autoritarismo tecnocrático está ensanchando
de Frankfurt"? su sitio.
De otro lado, simultáneamente, las antenas del hombre Simultáneamente, el ensanchamiento de las desigualdades
se tienden hacia el futuro con una tensión quizás antes jamás sociales, tanto entre el mundo desarrollado y el mundo sub-
conocida o, por lo men�,s, nunca. e�?li,;itad� y �l�bor��� co.n desarrollado, como dentro de cada uno de ellos, va engrosan-
Ja misma vehemencia. Prospectiva , futmolog,a o· ciencia do el contingente humano que habita un "mundo marginado"
ficción" intentan iluminar desde el porvenir más �istante el no sólo de los bienes y servicios materiales, sino también de
destino actual del hombre sobre la tierra o aventurandose en la cultura media de su sociedad.
la oscuridad del universo, presintiendo las rutas que acaso un Como consecuencia, al paso en que crecen los mov1m1en-
tos sociales de protesta y de revolución, las subculturas de los
8 De Marcuse principalmente Eros and Ciuilization, New York, Vis- dominados están pasando a ser simplemente dominadas y ten-
tage Books, - 1'962 y' ele Norrnan Brown, sobre toclo Lije Against Death,
New York, Random House, 1966. diendo a erigirse en contra-culturas, elaborando símbolos y hé-
roes que asumen como positivo todo lo que la cultura domi-
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nante condena a la deshonra 9• Pero, al mismo tiempo, algo zofrénica", y los problemas a que ello da o puede dar Jugar,
parece indicar que la miseria material y el "pauperismo so- reclaman un lugar urgente en la investigación y en la prácti-
cial" aparejan en algún sentido no sólo una "cultura de la po- ca política. Pero, entre tanto ...
breza" sino también una cierta "pobreza de la cultura", esto Entre tanto, también los valores culturales de los grupos
es la incapacidad de una elaboración más compleja y más ma- dominados comienzan a invadir la subcultura de los grupos jó-
tizada de los problemas de la relación entre el hombre y sus venes de los sectores altos y medios, no siempre capaces de per-
circunstancias, por la imposición proveniente de un orden de cibir con claridad lo que les ocurre en este terreno, ni siempre
dominación que obliga a focalizar toda la atención en el más aptos para expresarlos y desarrollarlos con autenticidad. No obs-
crudo nivel de la supervivencia física cotidiana 10. tante ello, en América Latina actual por ejemplo, ya es rela-
El hecho de que esto último esté afectando a cada vez tivamente visible cómo simultáneamente con el desarrollo de los
más altas proporciones de la población· de estas sociedades, movimientos populares en una dirección que abandona cada Vl'Z
implica un grave problema en el interior de la cultura con- más los viejos moldes reformistas, ciertos valores característicos
temporánea, al cual todavía no se presta la atención· necesa- de la "cultura criolla" de raíz señorial-burguesa son antagoniza-
ria, y cuyas raíces hacen parte de la dependencia imperialista dos vigorosamente.
y de la concentración de poder en el seno mismo de las sec- Si en el nuevo cancionero urbano latinoamericano sobre to-
ciones hegemónicas del mundo contemporáneo. do en aquel orientado por un {mimo de protesta social, no se
La dependencia estructural de las formaciones sociales so- quiere atender solamente a las palabras -a veces vanamente
metidas a la dominación imperialista, sin embargo, no está pre- retóricas- no se podrá dejar de encontrar la presencia de las
sente solamente en el· proceso de margínalízación social de cre- vivencias musicales de los dos grandes grupos culturales domi-
cientes grupos, sino también en otro fenómeno cuyo estudio nados, el indio y el negro, y que se elaboran o se reelabur.m
apenas comienza, en América Latina por lo menos: la emer- hoy día en un sentido por entero lejano del criollismo olig.'ir-
gencia de una "cultura dependiente" en tanto que adhesión quico, o de la simple "estilización" para el paladar "occidcn-
fragmentaria a un conjunto de modelos culturales que los do- tal". Lo indio o lo negro ya no tienen que disfrazarse de "iuca"
minadores difunden, en un proceso en el cual se abandonan o de "salvaje" para ser admitidos por su prestigioso y ya no
las bases de la propia cultura sin ninguna posibilidad de in- pelígróso pasado o por su "exotismo", pues ya no están buscan-
teriorizar efectivamente la otra. Como si alguien olvidara su do suTadmisíón". Se erigen en alternativas conflictivas, o au-
idioma y no lograra nunca aprender suficientemente ningún tonornizan su identidad y la pregonan. Pero al hacerlo, se mo-
otro. _) difican.
El empobrecimiento cultural allí implicado, así como las
resultantes psicosociales de esta suerte de "aculturación esqui- Democratización y cambio ele las relaciones culturales y de las
culturas .. i , ··: · ! �
9. Véase por ejemplo, el excelente artículo de Eduardo Caleano: "El Es en este enmarañado contexto de conflicto y>d&clQ:irima-
Diablo entre los Marginales", en Víspera, Año 4, NQ 17 [unio 1970 pp.
13-19. ' , cíón cultural, y al mismo tiempo de crisis y de cambio·'<Íe.llas'. cul-
10. La noción de "cultura de la pobreza", hace parte de la obra de turas, que tiene que situarse el problema de la participación e11
Osear Lewis, bien conocida. La de "pauperismo social", como precariedad la cultura. Es dentro de él que· tiene que buscarse el valor y
de los lazos sociales, de la falta de pertenencia concreta e identificación
con un grupo social, se encuentra en Eric Hobsbawn: Lndustru and Empire,
Ios.Iinjites de los conceptos de "público" y "no-público", de "cul-
London, 1968, p. 74. tura oficial" y "cultura no-oficial".

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No se puede poner en tela de juicio la legitimidad de' la No �ol�mente la "democratización" en la participación cul-
preocupación que se deriva de comprobar, que en el mismo mo- tural �s inviable en una sociedad de dominación, sino también
mento en que los recursosjecnológicos permiten la producción e.s .pos1�le que no. sea necesariamente deseable mientras esa par-
industrial de-las objetivaciones culturales, el acceso de grandes ticípacíón se gest10ne solamente al interior de la cultura domi-
sectores de población a estos bienes permanece limitado, o en nante.
numerosos países, tiende a ser restringido. . . Po��a'.;1os, un ejemp��- Habitualmente se exige la "demo-
Es en ese sentido que los conceptos de "público" y "no pú- crntizac10n de la educación, entendiendo por tal únicamente O
blico", tratan de dar cuenta de esa realidad. Se reconoce que ante todo la ampliación de los servicios educacionales a todos
las barreras económico-sociales traban el acceso de numerosos los �rupos �e la sociedad por igu��· Esto se demanda hoy día
grupos a la "función" de la "cultura", así como que factores "mo- SO�Ie to�o Ie�recto de la educación universitaria. Admitamos
tivacionales" alejan de esa "función"a otros grupos para los cuales para la discusión que eso pudiera ser logrado: ¿qué pasa enton-
esas barreras no existen en principio. El "público" de esa cultura ces? ¿Es ,esta educación universitaria la que debe ser impartida?
¿Por que?
puede haber crecido pero, su "no-público" crece mucho más. Hay
que pensar entonces, en la imposibilidad de admitir que las gen- El problema es que, primero, tal homogénea participación
tes puedan vivir en un vacuum cultural, que probablemente hay n? �uede ser lograda, no solamente porque, dadas las diferen-
otro mundo cultural en el cual ese "no-público" se convierte en cia.c10�1�s de recursos y. ?e oportunidades, no podría llegar a la
universidad una población proporcionalmente distribuida segtÍn
"público". Lo que se pensaba como la cultura, se convierte así
el, volumen de cada _grupo_ soc'.a_l, sino porque, en segundo lugar,
en "cultura oficial" y todo lo demás se convierte en "cultura
�un c�an�o eso pudiera l11potet1camente hacerse, como todas las
no-oficial".
mvestig_:1c10nes muestran unánimemente, el contenido mismo de
Pero aquí es indispensable formular' otras cuestiones: ¿por
l� ensenanz,a u�iversitaria actual diferencia adentro a los estu--
qué debería ampliarse el "público" de esa cultura? ¿En nombre
d1a_ntes segun niveles de rendimiento que se correlacionan con la
de qué debería llevarse a la gente a participar en esa "función"? calidad del desarrollo físico-mental ( correlacionado a su vez co
¿Qué privilegia a esa cultura sobre otras? ¿Por qué no se re- l� n�trición, la salud, etc.) y con la herencia subcultura! ( mo�
clama "público" para éstas? Y, además, ¿es posible esa am- tivacionss, estructura cognitiva, etc., correlacionadas tanto con
pliación? la subcultura �e origen como con el nivel de vida material),
En otros términos, lo que se está postulando es una "demo- Y e_n pr:fer:;1cias P,ºr �arreras profesionales que emboscan vía
cratización" de la participación en una cultura determinada, sin racwnahzac1?n en términos de vocación, las frustraciones y difi-
cuestionar ni si esa cultura se lo merece, ni si es apta para la de, cultades derivadas de los factores anteriores, como lo ha demos-

mocratízación..' 1 trado Bourdieu. 11
t d ......

Antes se ha señalado que no solamente son las relaciones Es decir, otra vez, no solamente la "democratizffi'.:�;�la
de,qaffi�ión social que impiden una participación homogénea ensefi'anza universitaria es inconseguible en el marc<JJ\iteJ,� so-
de lq:1;11aj_�mbros de una sociedad en la cultura dominante, sino '.�)1�F.1,.1
ui ,1:n1J,
que esto está condicionado también, y no en menor medida, por . ll. Pierre Bourdieu et J. C. Passeron. "Les etudiants et leurs. ''{ti.1des".
el carácter mismo de esa cultura, así como por la estructura Caluer� du Cen�e .de Sociologie Européenne, 1964.
de dominación que se configura al interior mismo del universo V:ease también, d; los mismos autores, Les Héritiers, París 1964, y de
Bourd!eu: Syste1�es d enseígnem.ent et Systemes de Pensée, Doc. Congrés
cultural en toda sociedad de dominación. Mondíal de Socwlogie, Evian 1966.

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ciedad de dominación, por• las barreras que impiden el acceso
Para que aquello pueda ser posible, será preciso contribuir
de ciertos grupos a esa educación, sino que el carácter mismo
a eliminar o reducir la dominación y la dependencia, tanto entre
de esa educación universitaria lo impide aun cuando aquellas las naciones como al interior de ellas.
barreras pudieran ser sobrepasadas. Las barreras deben: ser
eliminadas -lo que supone el cambio del orden de dominación Estado y cultura oficial
social- y el contenido mismo de la "función" universitaria tie-
Lugar separado merece aquí el rol del Estado en el orden
ne que ser replanteado y modificado, lo que atañe a ese mis-
de la cultura. No será necesario subrayar el rol del Esta-
mo orden y al de la cultura, si es que la "democratización" tie-
do, como centro de poder <le los grupos dominantes, como
ne que ser lograda. ·
engranaje de mantenimiento ele la integración de un orden
Tomando el orden cultural en su conjunto, el problema no
dado de dominación, sino también campo de convergencia
es en absoluto diferente del que se plantea en el ámbito res-
y de disputa de los grupos sociales concretos, por influir o con-
tricto de la universidad. Su actual configuración · como orden
trolar la sociedad, y por esto, expresión concreta en cada momen-
de dominación, aparejado al social, impide la "democratización" to ele las relaciones concretas ele poder entre esos grupos, y no
de la participación- cültural. -. ·
solamente de los intereses abstractos de los dominadores.
No se puede leváñtar pues el problema de la dificultad ele En la medida en que ese enfoque puede ser admitido, el
atraer más "público" a la cultura, mientras leí' cultura sea esta rol del Estado en el orden ele la cultura, es afectado por las re-
cultura, esto es, sin levantar al mismo tiempo el problema del laciones concretas ele poder que los grupos sociales básicos, co-
carácter y del contenido de esta cultura. Las barreras sociales mo las clases, tienen en un momento dado en una sociedad,
no operan sólo desde fuera, sino también desde dentro de ella, Esto es, por la menor o mayor capacidad <1ue carla u 110 de ellos
bien que aquí expresán<lose a través ele los propios elementos tiene en ese momento para hacerse presente en la dcturminn-
de la cultura, ele su carácter y de su contenido. 1 !::a . democra1 ción de la conducta concreta del Estado. El carácter real del
tización de las relaciones culturales entre los grupos, comporta Estado y su papel en la cultura, no puede evaluarse en abstrac-
modificar la actual configuración estructural del orden cultural, to, es decir, hablando de el Estado.
y el cambio de gran parte de sus elementos, . tanto COJ.llO de Dentro de esta perspectiva, no es cierto c1ue cuu lquier Es-
su orientación valórico-cognítíva. _) tado puede hacer no importa qué papel en la "función" de la
Algunos han señalado que no debe atenderse solamente al cultura. A veces se canalizan a través de él los impulsos de in-
"derecho a la cultura" sino también al "derecho de.Jas-ccuku- novación cultural; pero con más frecuencia, se canaliza la ru-
ras", aludiendo ele ese modo a los problemas de dominación tinización de la cultura dominante.
y ?.,�.pendencia entre las culturas. El problema no está allí Si nos colocamos en la actual situación de los Estados na-
pf ., jtdecuadamente. Sdn los grupos humanos portadores cionales en "occidente", muy en especial en los países ele mús
cl�'(���ras, quienes tienen derecho no sólo de portar u�a alto grado ele desarrollo tecno-industrial, la rutinizacíón- de la
cult��-1$1110 de elaborarla y reelaborarla, con la autonomía cultura parece mucho más frecuente y afín con el carácter de
necesaria para organizar en cultura su cambiante experiencia esos Estados.
social y psicológica, y por lo tanto para escoger en el f'?ndo En general, son los Estados revolucionarios, es decir los que
univei-sal ,de elementos culturales, lo que resulte. mejor p:;i.ra acaban de emerger de una revolución, los que asumen el papel
el desarrollo y el cambio ele la calidad de la vida humana. de impulsar y patrocinar la renovación cultural. Pero eso es,
justamente, lo que no son los actuales estados "occidentales",
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. Si debe abrirse el camino a una democratización de las re-
tanto como otros que sin serlo tienen de sus orígenes revolu-
Iaciones
, culturales
. entre los grupos de una sociedad , no so'l o se-
cionarios un recuerdo mistificado, pero no sus estímulos ni su
ra nec�sano que cambien el orden social y el orden de la cul-
carácter. tu�·�, smo que todo ello ocurraaeun moctoeri"que se ensancli�
En esas condiciones, la porción de la cultura dominante que
-permanentemente
. -:,·la autonomía de los hombres 11 o so'l o__para .
tales Estados pueden patrocinar, esto es la "cultura oficial", di- p. ar t.1cipar como "ciientela" como "p-ub-ílco_"_ d_ e u-n--a--�--�t- ·1-
fícilmente podría escapar a la rutinización, a la segmentación, . ···,------"-- .. . -' cie1 a cu tu-
1�, l�l tan siquiera sólo para juzgar,' usar o rechazarla libremen-
al formalismo, al retardo, y cuando la crisis de la sociedad
te, smo ��te _to�o para producir y difundir cultura, para poner
que controlan se hace más abierta, al desprestigio, al cuestio­
en cuestión de modo permanente los contenidos concretos tan-
namiento de su representatividad y de su legiti.midad.
to �orno la estructura matriz de su conciencia, y quizás, apren-
No debe sorprender demasiado, en consecuencia, que .en
dei ª dar curso a lo que esta cultura condena a permanecer
la hora actual sea más o menos inevitable que el "público" de
en la penumbra o la oscuridad del subconsciente y del incons-
esa "cultura oficial" no solamente sea reducido, sino que enfren- ciente.
te un "contra-público", deliberadamente hostil. Y esto no es un
problema técnico, es decir no depende de si hay recursos y có-
mo se usan, aunque eso también cuente, sino de lo que ese Es-
tado representa en ese momento, órgano de mantenimiento de
un orden social hostilizado y desafiado desde todas partes, obli-
gado a robustecer su autoritarismo. Es decir, es un problema
político.
Si puede haber un agente social menos idóneo para el de-
sarrollo, cambio y elaboración libre de una cultura, debe ser
una tecno-burocracia, especialmente cuando tiende a ser autori-
taria y conservadora. Cuando se combina un tal Estado, con
una élite artístico-intelectual ritualista, que practica su "cultura"
como liturgia, poseída del valor intemporal de sus ritos y de
sus símbolos, de sus "clásicos" y "vanguardistas", y cuando todo
ello ocurre en el preciso momento de la crisis de su sociedad
-como ocurre con frecuencia- ¿qué milagro podría aún atraer
"público" amplio y sobre todo joven y popular, a estas "funcio-
nes"? ¿Sería muy diferente, por ejemplo, lo que sucede hoy día
en determinados países europeos, en que se desarrolló la más
intelectualizada de todas las burguesías del mundo?
Corrientes de "contra-cultura" y por lo tanto la aparición de
"contra-públicos" frente a la "cultura oficial" sobre todo, son des-
pués de todo, fenómenos normales a la hora de la decadencia
así como la burocratización de la "cultura oficial" y el. ritualis-
mo de sus élites o "gentes cultivadas".

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