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VIOLENCIA EN EL
MARCO DE LA PAREJA
ORGANIZAN E IMPARTEN:
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ÍNDICE DE CONTENIDOS
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Terapia grupal.
Bibliografía
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CAPÍTULO 1
Introducción
Por extraño que pueda parecer, el hogar –lugar, en principio, de cariño, de compañía mutua de
satisfacción de necesidades básicas para el ser humano- puede ser un sitio de riesgo para las conductas
violentas. En estos casos las víctimas pueden sentirse incapaces de escapar del control de los agresores al
estar sujetos a ellos por la fuerza física, por la dependencia emocional, por el aislamiento social o por
distintos tipos de vínculos económicos, legales o sociales. La conducta violenta en casa supone un intento de
control de la relación y es reflejo de una situación de abuso de poder.
Las desavenencias conyugales no son sinónimos de violencia. Los conflictos en sí mismos no son
negativos y son consustanciales a cualquier relación de pareja. Lo que diferencia a una pareja sana de una
pareja violenta es que la primera utiliza formas adecuadas de solución de problemas, mientras que la segunda
recurre a la violencia como la forma más rápida y efectiva de zanjar –provisionalmente- un problema. Se
trata en este caso de una herida cerrada en falso.
Consideramos la violencia dentro del ámbito de la pareja como aquellas conductas que tienen la
intencionalidad de lograr un control sobre el otro, a través de la fuerza física y/o del control emocional,
provocando así una degradación del otro miembro de la pareja. Teniendo como consecuencia una baja
autoestima, síntomas depresivos, aislamiento emocional, culpa, entre otros.
Según Michel Johnson (2003-2006) existen 3 tipos de violencia en la pareja: violencia estructural que
es exclusiva en la relación de pareja del hombre hacia la mujer de manera constante para dominar de forma
permanente al otro, la persona utiliza constantemente la violencia en sus relaciones como medio de resolver
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los conflictos y para mantener el poder absoluto, violencia generalizada y violencia circunstancial surgida de
conflictos puntuales que una vez resueltos la violencia desaparece (separación, etc.).
Una vez que ha surgido el primer episodio de maltrato, y a pesar de las muestras de arrepentimiento
del maltratador, la probabilidad de nuevos episodios es mucho mayor. Rotas las inhibiciones relacionadas
con el respeto a la otra persona, la utilización de la violencia como estrategia de control de la conducta se
hace cada vez más frecuente. El sufrimiento de la mujer, lejos de constituirse en un revulsivo de la violencia
y en suscitar una empatía afectiva o, al menos, un nivel de compasión, se constituye en un estímulo
discriminativo para la agresión.
Una de las características singulares del maltrato doméstico es la cronicidad. Por término medio las
mujeres permanecen en la situación de violencia durante un período no inferior a 10 años antes de adoptar
algún tipo de medidas. Con frecuencia se engañan a sí mismas convenciéndose de que las cosas no están tan
mal y de que pueden evitar nuevos abusos si perseveran en el intento.
De hecho, la búsqueda tardía de ayuda terapéutica se explica por razones económicas (dependencia
del marido), sociales (la opinión de los demás), familiares (la protección de los hijos) y psicológicas (la
minimización del problema, la vergüenza, el miedo, la indefensión generada, la resistencia a reconocer el
fracaso de la relación, etc.), así como por el temor ante el futuro (precariedad económica, problemas de
vivienda, porvenir incierto de los hijos, enfrentamiento en solitario ante la vida, etc.). No es infrecuente que
la denuncia – sólo de un 10 a un 30% de los casos son denunciados- o el recurso a los servicios asistenciales
coincidan con algún momento crítico en el seno de la familia (por ejemplo, la separación o la extensión de la
violencia a los hijos) (Rojas Marcos, 1995).
Falso Verdadero
Pegar una bofetada a su esposa no está prohibido Una bofetada es una forma de maltrato. La ley
por la ley especifíca que un ataque a otra persona, incluida su
esposa, es ilegal
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Maltratar significa golpear a alguien hasta que sangra Maltratar significa causar daño físico o psicológico,
o se le fracturen los huesos. independientemente de que haya heridas visibles o
no.
El abuso de drogas y alcohol es responsable de la Muchas personas que actúan violentamente contra
violencia familiar. los miembros de su familia nunca toman alcohol ni
usan drogas. Otros toman alcohol o usan drogas y
no son violentos.
Los hombres maltratados por las mujeres De todos los adultos maltratados, el 95% son
constituyen un problema tan serio como el de las mujeres. Es cierto que algunas mujeres maltratan a
mujeres maltratadas. sus maridos, pero en la mayoría de los casos las
mujeres son las víctimas y no las agresoras.
La mayoría de las víctimas de la violencia familiar no El maltrato causa más lesiones a las mujeres que el
sufren heridas serias. total de los accidentes de tráfico, asaltos callejeros o
violaciones.
Si una mujer maltratada dejara a su marido, estaría a Las amenazas, los acosos y las agresiones
salvo. generalmente aumentan cuando la mujer deja al
agresor. Este momento puede ser el más peligroso
en su relación.
Si se arrestase a los maltratadores y se les metiera en El arresto y la detención del agresor no son, por lo
la cárcel, la violencia familiar terminaría. general, suficientes para que éste deje de ser violento
para siempre. Es imprescindible someterse a un
tratamiento psicológico (y médico en los casos
precisos) especializado.
Maltrato físico
Patrón de conducta que se lleve a cabo con la intención de causar daño físico, dolor o lastimar a la
otra persona de manera intencional. Estas conductas pueden ir desde actos de violencia leves a los actos más
severos. La situación de máximo riesgo para la integridad de la mujer puede ser el momento de la
separación, cuando el agresor se da cuenta de que la pérdida es algo inevitable.
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Maltrato psicológico
Patrón repetitivo de acciones u omisiones que buscan controlar y devaluar al otro miembro de la
pareja. El maltratador escoge una estrategia de intimidación para provocar ciertas emociones en el otro:
Este tipo de maltrato puede ser reflejo de diversas actitudes por parte del maltratador: hostilidad, que
se manifiesta en forma de reproches, insultos y amenazas; desvalorización, que supone un desprecio de las
opiniones, de las tareas o incluso del propio cuerpo de la víctima; e indiferencia, que representa una falta total
de atención a las necesidades afectivas y los estados de ánimo de la mujer.
Maltrato sexual
Estaría dentro del maltrato físico, pero se diferencia de este en que incluye abusos o forcejeos
sexuales pudiendo ser con amenazas, intimidación y/o coacción, estando la otra parte en estado de
indefensión. Este tipo de maltrato sexual no solo incluye la penetración vaginal o anal sino otro tipo de
actos sexuales que tienen como fin controlar al otro.
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CAPÍTULO 2
Todos los seres humanos experimentan diversas emociones (miedo, alegría, tristeza, ira, culpa, etc.)
ante las diferentes situaciones – externas o internas- que se les plantea en la vida cotidiana. Las emociones –
la ira entre ellas- desempeñan una función adaptativa y son, por tanto, necesarias para la supervivencia de la
persona.
La estabilidad biológica de estas emociones primarias se pone de relieve en los cambios fisiológicos
que experimenta el organismo cuando se desencadenan. En el caso de la ira, la persona puede experimentar
acaloramiento, respiración acelerada, gestos crispados, puños apretados, etc. (Jáuregui, 1990).
Lo que confiere un carácter patológico a las emociones es, en unos casos, la inadecuación de las
mismas a las situaciones que las han puesto en marcha; en otros, la excesiva intensidad y/o duración de las
repuestas emocionales en relación con los estímulos que las han provocado.
La conducta violenta en el hogar es resultado de un estado emocional intenso – la ira-, que interactúa
con unas actitudes de hostilidad, un repertorio pobre de conductas (déficits de habilidades de comunicación
y de solución de problemas) y unos factores precipitantes (situaciones de estrés, consumo abusivo de
alcohol, celos, etc.), así como de la percepción de vulnerabilidad de la víctima.
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3. Factores precipitantes directos: consumo de alcohol o drogas, que junto con los problemas de la
vida diaria, contribuyen a la aparición de conductas violentas.
4. Repertorio pobre de conductas y trastornos de personalidad: el déficit en habilidades de
comunicación y de solución de problemas hace que tengan formas inadecuadas de resolver los
conflictos. Y esto se vería agravado por la baja autoestima, alteraciones de personalidad, celos, falta
de empatía…
5. Percepción de vulnerabilidad de la victima: hace que el agresor descargue su ira contra ella y se
oculte lo sucedido.
6. Reforzamiento de las conductas violentas: El agresor utiliza las conductas violentas para obtener
ciertos objetivos, concretamente la sumisión de la victima, y estas conductas terminan por
instaurarse en el repertorio de conductas, ya que es una forma rápida de obtener dicho objetivo.
También se reforzaría negativamente la conducta de sumisión de la victima, al evitar con ella
consecuencias peores. Los autores concluyen que seria este reforzamiento de ambos junto con otras
variables como, dependencia emociona y económica de la mujer, la presión social hacia la victima, el
temor a la soledad, etc., los factores implicados en el mantenimientos de la violencia en el tiempo.
a. Violencia expresiva: Una conducta agresiva motivada por sentimientos de ira y que refleja
dificultades en el control de los impulsos o en la expresión de los afectos. Es frecuente el
arrepentimiento espontáneo tras un arrebato impulsivo.
b. Violencia instrumental: La conducta agresiva es planificada, expresa un grado profundo de
insatisfacción y no genera sentimientos de culpa.
Una característica del maltrato es la negación de esta conducta por parte del maltratador. Cuando
una conducta genera malestar al pensar fríamente en ella o es rechazada socialmente, se utilizan estrategias
de afrontamiento para eludir la responsabilidad, como buscar excusas, alegar que se trata de un problema
estrictamente familiar, hacer atribuciones externas, considerar lo que ocurre como normal en todas las
familias o quitar importancia a las consecuencias negativas de esas conductas.
El ciclo de violencia propuesto por Deschener, el cual se ha hecho célebre en el campo, consta de las
siguientes fases:
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1. Dependencia mutua: El punto de partida es una relación entre dos personas que sienten una fuerte
necesidad mutua. Se trata de un vínculo de alta necesidad emocional en la que ambos hacen votos de
devolución y pasión mutua que excluye otras relaciones y el mundo exterior.
2. Acontecimiento disruptor: a) En un momento dado la paz se rompe, la “víctima” hace algo que se
percibe como indeseable por el abusador. El abusador se siente abandonado y rechazado. Estos
sentimientos son los que preparan el estallido de violencia. B) no-comunicación de sentimientos. Los
sentimientos de rechazo se transforman en heridas que el abusador no es capaz de comunicar, y la
incomunicación se transforma en explosiones de rabia.
3. Intercambios de coacciones:El abusador hace varios intentos de detener la situación de enfrentamiento,
generalmente mediante una serie de amenazas verbales y denuncias; el otro miembro de la pareja
participa en la escalada respondiendo a las amenazas.
4. Último recurso: El violento juzga la situación como insostenible, no pareciendo existir salida al
problema alcanzado.
5. Furia primitiva: El ataque se produce como consecuencia del juicio anterior. La conciencia del
atacante de inunda por completo de furia, siendo el objeto de tal furia violentamente atacado sin
restricción alguna. La mente racional del sujeto se desvanece; incluso olvida lo realizado durante el
ataque.
6. Refuerzo de la agresión: a) durante el ataque de rabia la víctima cesa en su comportamiento como una
forma de sobrevivir al ataque y no provocar más furia. Con la detección de la conducta se está
reforzando negativamente, de forma que la táctica se puede repetir en el futuro. b) instigación de
miedo. El miedo se convierte en un ingrediente activo de la realización en la medida en que el
abusado adopta una pauta de autoprotección. Con cada repetición del ciclo aumenta el miedo, y la
fase de arrepentimiento se torna menos convincente.
7. Fase de arrepentimiento:Tanto la víctima como el agresor están trastornados por lo que acaba de
suceder. La víctima puede necesitar atención médica, o ha huido a una casa de acogida de mujeres.
El abusador, debido a su amnesia parcial, difícilmente puede creer la magnitud de su violencia y,
sinceramente, promete no volver a hacerlo. La víctima entiende que el arrepentimiento es honesto y
le da una oportunidad más. Desafortunadamente, la sumisión durante la fase anterior ya ha
reforzado negativamente la aparición de nuevos episodios de violencia.
El efecto neto del arrepentimiento es que el violento abdica de la superioridad conseguida a base de
golpes. Proclamando una y otra vez su indigencia, desplaza a la víctima a la posición de dependencia mutua,
con lo que el ciclo vuelve a repetirse.
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CAPÍTULO 3
Las mujeres maltratadas constituyen un grupo de población caracterizado por un nivel cultural bajo,
la falta de tareas extradomésticas o la existencia de trabajos poco cualificados, la dependencia económica del
marido, un apoyo social escaso y la frecuente presencia de hijos menores y de hogares hacinados.
Este perfil demográfico, sin embargo, es característico del grupo de víctimas estudiado en los centros
asistenciales. Otras mujeres pueden ser también víctimas de maltrato y no buscar ayuda terapéutica o no
acudir a los centros asistenciales, habitualmente gratuitos y dependientes del Ayuntamiento, Diputaciones o
Institutos de la Mujer. Las mujeres pertenecientes a una clase social más alta pueden optar directamente por
la separación, no exteriorizar lo ocurrido o acudir en busca de ayuda a consultas privadas.
Algunos sesgos cognitivos de las víctimas, como la vergüenza a relatar conductas degradantes o la
creencia de que la violencia familiar atañe sólo al ámbito de lo privado, pueden asimismo retrasar la
búsqueda de ayuda terapéutica.
Ciertas características de personalidad, como una baja autoestima, una asertividad deficiente y una
capacidad escasa de iniciativa, facilitan la cronificación del problema y la adopción de conductas de
sumisión, reforzadas por la evitación de consecuencias desagradables (bofetadas, broncas, humillaciones,
etc.). La habituación al maltrato crónico no preserva, sin embargo, a la víctima de las repercusiones
emocionales negativas.
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Temor al futuro en soledad.
Culpa
Indefensión generada
No tener una cierta independencia económica
Aislamiento social y poca o casi nula relaciones interpersonales así como actividades de ocio
Bajo nivel cultural
No estar informados sobre los sistemas de apoyo o no tener acceso a los mismos
Alcoholismo, abuso de drogas
Cambios en el ciclo vital
Problemas maritales
Relaciones familiares conflictivas o rígidas
Observación de agresiones parentales o ser objeto de la agresión parental
Según los datos obtenidos en el Servicio de Violencia Familiar de Bilbao (Fernández Montalvo y
Echeburúa, 1997), las personas violentas en el hogar cuentan con una edad media de 40-45 años, están
casadas y con hijos en la mayor parte de los casos y pertenecen a un nivel socioeconómico que oscila entre
medio y bajo, sin que ello quiera decir que el maltrato sea exclusivo de este sector.
Los hombres maltratadores suelen estar afectados por numerosos sesgos cognitivos, relacionados,
por una parte, con creencias equivocadas sobre los roles sexuales y la inferioridad de la mujer y, por otra,
con ideas distorsionadas sobre la legitimación de la violencia como forma de resolver los conflictos.
Asimismo se muestran muy sensibles a frustraciones, presentan unas habilidades de comunicación muy
limitadas y carecen de estrategias adecuadas para solucionar problemas. Todo ello contribuye a que en
muchas ocasiones los conflictos y los contratiempos cotidianos de estas personas actúen como
desencadenantes de los episodios violentos contra la pareja (Fernández Montalvo y Echeburúa, 1997).
Los hombres violentos, sobre todo cuando cuentan con una baja autoestima, tienden a valorar las
situaciones como amenazantes. De este modo, la inhibición de los sentimientos y esta percepción
distorsionada de la realidad pueden conducir a conflictos que, al no resolverse de otra manera, se expresan
de forma violenta.
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Características psicológicas del maltratador/ar
Proceden de familias donde se han dado los malos Ejercen su poder autoritario y controlador dentro
tratos de la familia sobre normas, cuestiones
económicas,etc.
Por medio de la violencia aspiran a tener el control Utilizan la agresividad para conseguir sus logros
y poder sobre la otra persona
Adoptan un patrón de conducta violento para La sexualidad se basa en demostrar su poder sobre
relacionarse y conseguir lo que desean por una la sumisión del otro
educación basada en actos violentos
Se sienten fracasados y no soportan los desafíos Acumulan tensiones sin reaccionar hasta que
porque se sienten en desventaja y suelen explotan
compensarlo con los actos violentos
Introvertidos y dificultad para expresar sus Se resisten a analizar o discutir los problemas del
sentimientos asertivamente pasado
Vigila y controla las actividades de cada uno de los No experimenta culpa después de los episodios
miembros de la familia violentos
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Racionaliza su conducta violenta, la justifica y Atribuye el problema a la propia conducta de la
minimiza víctima, la familia, el trabajo, la situación
socioeconómica.
Representa una imagen social opuesta a la que Entiende su equilibrio emocional como control
tiene en el ámbito privado absoluto del otro
Amy Holtzworth-Munroe y Gregory L. Stuart (1994) han elaborado la siguiente tipología del
hombre maltratador, para dicha clasificación es importante tener en cuenta las siguientes variables que
diferencian a los subtipos de maltratadores:
- La severidad de la violencia física así como la frecuencia del mismo y de los abusos sexuales y
psicológicos.
- La extensibilidad de la violencia: familiar o fuera del entorno de la familia, incluyendo las variables
delictivas y antecedentes legales.
- La psicopatología del maltratador y trastornos de personalidad asociados.
Exclusivamente familiares: el maltrato se restringe a los miembros de la familia, y es raro que cometan
otros actos delictivos. Es un grupo que presenta menor severidad en la violencia física y menor
probabilidad de ejercer abuso sexual o psicológico. No suelen presentar trastornos de personalidad y
una baja base psicopatológica. Representan el 50% del total de hombres que maltratan a sus parejas.
Disfóricos/límites: cometen el maltrato en grado moderado o severo, incluyendo maltrato psicológico y
abuso sexual. Pueden existir actos de violencia fuera del hogar. Pueden evidenciar características de
personalidad esquizoide y límite con problemas de abuso de drogas y alcohol. Representan el 25%
de personas de hombre maltratadores.
Generalmente violentos/antisociales: ejercen la violencia de moderada a severa, incluyendo el abuso sexual
y psicológico. Presentan mayor agresividad extrafamiliar con conducta criminal y antecedentes
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policiales. Abuso de alcohol y drogas y presentan un trastorno antisocial o una psicopatía.
Representan el 25% de hombre maltratadores.
Gottman et. Al (1995); Holzworth-Munroe y Stuart (1994) realizan una clasificación en un contexto
de laboratorio de dos tipos de maltratadores en función de su respuesta cardíaca diferencial ante una
discusión de pareja:
Maltratadores de tipo 1 (Cobra): Son aquellos hombres violentos que ante una discusión de pareja
muestran un descenso en su frecuencia cardíaca expresando agresividad y desprecio hacia la víctima.
También se comportan violentamente con otro tipo de personas (amigos, compañeros de trabajo,
etc.). Suelen mostrar características antisociales y agresivo-sádicas y una mayor probabilidad hacia la
drogodependencia.
Maltratadores de tipo 2 (Pitbull): Son aquellos hombres violentos que ante una discusión de
pareja muestran un aumento en su frecuencia cardíaca ante una discusión de pareja. Tienden a
mostrar trastornos de personalidad por evitación, borderline, características pasivo-agresivas, ira
crónica y un estilo de apego inseguro (Tweed y Dutton, 1998).
En el primer caso, de tipo 1, se ejerce un tipo de violencia instrumental donde la conducta violenta
es planificada, no genera sentimientos de culpa y un grado profundo de insatisfacción. En el segundo caso,
tipo 2, se trata de una violencia impulsiva caracterizada por una conducta modulada por la ira y que refleja
dificultades en el control de impulsos o en la expresión de los afectos (Echeburúa y Corral; 1998, Tweed y
Dutton, 1998).
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CAPÍTULO 4
El TEPT que es la categoría diagnóstica que mejor describe los síntomas observados en la mayoría
de las mujeres maltratadas (Villavicencio y Sebastián, 1999), sólo empezó a ser considerado en este tipo de
víctimas a partir de las modificaciones introducidas en el DSM-IV. Ya que en versiones anteriores del DSM
(American Psychiatric Association, 1980, 1987) un estímulo estresante traumático se definía como un
acontecimiento que se encontraba fuera del rango de la experiencia habitual humana, con lo que
experiencias traumáticas como las agresiones sexuales o el maltrato doméstico no se consideraban como tal
debido a su elevada frecuencia y por ende, sus consecuencias no podían ser clasificadas como TEPT. Según
el DSM-IV (APA 1994), el TEPT aparece cuando la persona ha sufrido o ha sido testigo de una agresión
física o de una amenaza para su vida o la de otra persona y cuando la reacción emocional experimentada
implica una respuesta intensa de miedo, horror e indefensión. Hay que destacar tres aspectos característicos
del TEPT: 1) la reexperimentación de los acontecimientos traumáticos, 2) conductas de evitación a los
estímulos asociados con el trauma, 3) Síntomas debidos al exceso de activación (dificultad para conciliar el
sueño, falta de concentración, etc.).
La tasa de prevalencia del TEPT es muy elevada. Golding en 1999, a partir de un meta-análisis
basado en 11 investigaciones encontró una prevalencia media de este cuadro clínico del 63,8% (con un
rango de osciló entre el 31% y el 84,4%). Esta prevalencia media es muy parecida a la que sufren las víctimas
de agresiones sexuales (70%) y significativamente superior a la existente en la población general de mujeres
(entre el 1,3% y el 12,3%) (cfr. Golding, 1999).
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En seguimientos realizados con pacientes con Subsíndrome de estrés postraumático (SEPT) se ha visto que
éste puede convertirse en TEPT en el breve período de un mes y esta posibilidad aumenta
significativamente si el período que trascurre es mayor (aprox. al año) (Blanchard et. al., 1996). Es muy
probable que el SEPT sea fácil de identificar o afecte de forma importante a la población de mujeres
maltratadas como paso previo o desarrollo alternativo al TEPT.
Por otra parte, Herman señala que en las mujeres maltratadas es frecuente encontrar un síndrome
traumático complejo, similar al TEPT, pero con síntomas adicionales como depresión, ansiedad,
distorsiones cognitivas (idealización del maltratador) y síntomas de disociación (Levendosky y Graham-
Bermann, 2001). El TEPT en este tipo de víctimas, estaría asociado a una mayor inadaptación global, a la
existencia de relaciones sexuales forzadas, a la presencia de maltrato incluso durante los embarazos y a la
carencia de apoyo social y familiar. (Echeburúa et al., 1997 a) Es decir, que la violencia repetida e
intermitente, entremezclada con períodos de arrepentimiento y ternura, suscita en la mujer una ansiedad
extrema y unas respuestas de alerta permanentes que guardan mucha relación con el TEPT. Es así, como
muchas mujeres maltratadas sienten una amenaza incontrolable a su vida y seguridad personal.
Las víctimas de maltrato pueden experimentar trastornos de ansiedad como fobia específica,
agorafobia, trastorno de pánico, trastorno obsesivo-compulsivo y trastorno de ansiedad generalizada. Según
Herman (1992) habría que considerar las respuestas de ansiedad como un continuo más que como un único
trastorno.
Otro de los cuadros clínicos más frecuentes en mujeres víctimas de violencia familiar es la depresión.
Se ha observado en aquellas víctimas que llevan seis meses o más sin sufrir violencia una significativa
disminución de la sintomatología depresiva. Por tanto, cuando el maltrato, que supone la principal fuente de
estrés para la víctima, desaparece, los síntomas depresivos descienden notablemente.
Sufrir violencia doméstica es un factor de riesgo para la aparición o ideación suicida para las víctimas.
El sufrimiento experimentado, el desamparo y la desesperanza vivida, así como el temor a mayores daños si
continúa la convivencia y el miedo al acoso o a las agresiones si se consuma la separación, llevan a muchas
víctimas a sentirse atrapadas en la relación.
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Por otra parte las mujeres maltratadas presentan niveles de autoestima más bajos que las mujeres no
maltratadas. Este aspecto supone un factor de vulnerabilidad para el desarrollo de la sintomatología
depresiva y una dificultad adicional para salir de la relación con el maltratador. Muchas víctimas tienen
sentimientos de culpa que pueden provenir de atribuciones que le hace el maltratador con respecto a su
personalidad, a su conducta o a la transgresión de las normas autoimpuestas (penar que los problemas del
hogar no deben salir al exterior, etc.).
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Consecuencia de la violencia en la salud de las mujeres
Baja autoestima Falta de autonomía Enfermedades de Síndrome del colon Rotura de tímpano
sexual trasmisión sexual, irritable
incluida VIH
Trastornos de
alimentación
TEPT
Abuso de drogas,
alcohol, tabaco
Escaso cuidado
personal
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Indicadores de maltrato en la víctima
Maltrato físico: Hematomas, fracturas, quemaduras con cigarrillos, cortes, mordeduras, heridas,
arañazos, problemas físicos o necesidades médicas no atendidas, perforación en el oído.
Maltrato sexual: Hematomas y heridas en el interior del muslo, sangrado anal y/o genital, fisuras
anales, dolores en genitales, traumatismos en los genitales.
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CAPÍTULO 5
RECURSOS SOCIOSANITARIOS
El Instituto Andaluz de la Mujer ofrece una atención integral y de calidad a aquellas mujeres víctimas
de violencia de género que se ven en la necesidad de salir de sus hogares.El Servicio responde a un sistema
coordinado de recursos cuya finalidad es ofrecer la protección y el apoyo necesario a las mujeres para su
recuperación personal. Cuenta con centros en las 8 provincias de Andalucía y ofrecen una atención
inmediata las 24 horas del día.
Según las características del caso y la urgencia de este, se decide la acogida de la mujer en los
siguientes recursos:
- Centros de emergencia
Son centros en los que de manera temporal se presta atención integral y protección a las mujeres en
situación de violencia de género y a los hijos e hijas que les acompañan, garantizándoles una acogida
inmediata. En ellos se da cobertura a las necesidades de protección y seguridad.
- Casas de Acogida
Son centros residenciales configurados por unidades independientes de alojamiento y espacios de uso
común, permitiendo una atención integral con la suficiente autonomía para la familia.
En estos se ofrece acogida a las mujeres y las/os menores que las acompañan, en los que se ofrece
protección y seguridad garantizándoles una atención integral a través de la programación de aquellas
intervenciones sociales, psicológicas y jurídicas necesarias para que las mujeres sean capaces de superar la
violencia padecida.
- Pisos Tutelados
Son un servicio de viviendas unifamiliares independientes, cedidas temporalmente. Ubicadas en edificios y
zonas normalizadas. Están destinadas a ofrecer una vivienda temporal a las mujeres víctimas de violencia de
género y a sus hijas e hijos, hasta que dispongan de medios con los puedan vivir de forma autónoma. El
acceso a este recurso se llevará a cabo después de haber pasado por una casa de acogida y si su situación así
lo aconseja.
En esta fase de actuación se continuará prestando un apoyo integral a la mujer y menores que le acompañan
desde el equipo de profesionales de la Casa de Acogida.
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El acceso a estos centros se activa a través de:
* Los Centros Provinciales del Instituto Andaluz de la Mujer
La estructura provincial del IAM está formada por los 8 Centros Provinciales de la Mujer ubicados en las
capitales de cada una de las provincias andaluzas.
Estos Centros ofrecen información sobre los derechos y oportunidades de las mujeres y proporcionan
atención y asesoramiento para actuar en caso de discriminación en las siguientes materias:
Para ello los Centros Provinciales del IAM cuentan con las siguientes Áreas:
- Área de información.
- Área de psicología.
- Área jurídica.
- Área de atención social.
- Área de empleo y formación.
- Área de participación.
- Programas.
* El teléfono de información gratuita 900 200 999 que atiende las demandas solicitadas en cualquier momento y de
manera urgente durante las 24 horas los 365 días del año.
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- Asesoramiento jurídico especializado para mujeres víctimas de violencia de género.
- Atención y gestión de acogimiento en caso de emergencia a mujeres víctimas de violencia de género.
El Teléfono 900 200 999 es un servicio puesto en marcha por el Instituto Andaluz de la Mujer de la
Junta de Andalucía para toda la Comunidad Autónoma.
¿Cómo funciona?
El teléfono está para ayudar en cualquier momento, día y noche, y de forma inmediata, y en caso de
sufrir malos tratos, si fuera necesario, proporciona acogimiento inmediato.
Porque la situación de cada mujer es diferente se necesita información puntual acerca de todos los
recursos de los que puedes disponer.Porque existen tantas respuestas como mujeres. Asimismo, las Fuerzas
y Cuerpos de Seguridad del Estado, los Servicios Sociales y Sanitarios, los Juzgados, los Centros Municipales
de Información a la Mujer (CMIM), los Puntos de Información a la Mujer (PIM) o cualquier otra institución
que trabaje de manera directa o indirecta con mujeres víctimas de violencia de género podrán derivar los
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casos que atiendan a través de los Centros Provinciales de la Mujer y la línea 900 200 999 hacia los recursos
de atención y acogida.
Normativa: Orden de la Consejería de la Presidencia de 18 de julio de 2003, por la que se regulan los
requisitos materiales y funcionales específicos de los centros de Atención y Acogida a mujeres víctimas de
malos tratos. (Boja nº 146 de 31 de julio de 2003).
Orden que regula los requisitos materiales y funcionales específicos de los centros de
atención y acogida a mujeres víctimas de malos tratos
Asimismo, conforme al art. 12.2 del Estatuto de Autonomía para Andalucía, «La Comunidad
Autónoma propiciará la efectiva igualdad del hombre y de la mujer andaluces, promoviendo la plena
incorporación de ésta en la vida social y superando cualquier discriminación laboral, cultural, económica y
política». Para el cumplimiento de dicha finalidad, la Ley 10/1988, de 29 de diciembre, de Presupuesto de la
Comunidad Autónoma de Andalucía para 1989, crea el Instituto Andaluz de la Mujer como Organismo
autónomo de carácter administrativo, cuyo Reglamento se aprueba por Decreto 10/1989, de 10 de enero.
Desde ese momento se ha desplegado una incesante labor en cumplimiento de las finalidades descritas y,
especialmente, a favor de las mujeres que se hallaban en una situación social y personal muy difícil, víctimas,
en muchos casos, de la violencia de género. En este sentido se ha desarrollado una importante red de
atención y acogida para estas mujeres en toda la geografía andaluza.
Con fecha 17 de febrero de 1998, se aprobó por Acuerdodel Consejo de Gobierno el Plan de
Actuación del Gobierno Andaluz para avanzar en la erradicación de la violencia contra las mujeres con el
que se ha logrado desarrollar un conjunto de medidas orientadas, por una parte, a fomentar el cambio de
actitud de la población en lo relativo a la violencia de género, y, por otra, a potenciar y consolidar los
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servicios y programas de atención a las mujeres víctimas de los malos tratos y a sus hijas e hijos. Finalizado
su plazo de vigencia se han impulsado nuevas medidas de actuación con la aprobación, el 6 de noviembre de
2001, del Plan de Acción del Gobierno Andaluz contra la violencia hacia las mujeres (2001-2004).Entre estas
medidas destaca la consolidación de la Red de Servicios de Atención y Acogida a mujeres que han sufrido
malos tratos y sus hijos e hijas.
A la luz del art. 12 de la Ley 2/1988, de 4 de abril, de Servicios Sociales de Andalucía, los Centros de
Acogida se constituyen en instrumento útil para la asistencia directa y temporal a personas que se
encuentran con problemas graves de convivencia. Asimismo, el art. 13 de esa misma norma legal dispone
que todos los centros de servicios sociales deberán ajustarse a las condiciones que reglamentariamente se
establezcan, así como a un funcionamiento que permita la participación de las usuarias.
Es por ello, que con la presente disposición se pretende regular los requisitos materiales y
funcionales específicos exigibles a los Centros de Atención y Acogida a mujeres víctimas de malos tratos y
establecer un marco operativo y eficaz que permita a la Administración Autonómica, a través del Instituto
Andaluz de la Mujer, garantizar a las mujeres víctimas de violencia doméstica y a sus hijos/as, una adecuada
atención por medio de la tipología de centros que la Orden regula.
En su virtud, a propuesta de la Dirección del Instituto Andaluz de la Mujer, en uso de las facultades
atribuidas por la legislación vigente y de conformidad con las competencias que le confiere la Ley 6/1983,
de 21 de julio, del Gobierno de la Administración de la Comunidad Autónoma de Andalucía.
26
DISPONGO
Artículo 1. Objeto
1. La presente Orden tiene por objeto determinar los requisitos materiales y funcionales específicos que
habrán de cumplir todos los Centros de Atención y Acogida a mujeres víctimas de malos tratos que
desarrollan sus actividades en relación con materias de la competencia del Instituto Andaluz de la Mujer.
Los requisitos específicos establecidos en el Anexo I de la presente Orden serán obligatorios para
todos los Centros de Atención y Acogida a mujeres víctimas de malos tratos cualquiera que sea su
titularidad, tanto públicos como privados, que se encuentren ubicados en el territorio de la Comunidad
Autónoma de Andalucía, tanto sí son de nueva construcción como si se hallan en funcionamiento a la
entrada en vigor de la presente Orden.
Los Centros de Atención y Acogida a mujeres víctimas de malos tratos son establecimientos
residenciales, de acogimiento temporal, destinados a prestar a las mujeres víctimas de malos tratos y a sus
hijas e hijos la atención necesaria durante la estancia en los mismos.
Dichos Centros deberían estar separados de cualquier otro servicio administrativo o asistencial y,
ubicados en zonas residenciales normalizadas y bien comunicadas con los servicios y equipamientos que las
usuarias puedan precisar.
a) Casas de Emergencia, son centros que prestan protección a las mujeres que sufren malos tratos y a
los menores que les acompañen, garantizándoles una acogida inmediata.
b) Casas de Acogida, son centros residenciales configurados por unidades independientes y espacios de
uso común para favorecer la convivencia, que ofrecen acogida a las mujeres y menores que les
acompañen, garantizando una atención integral, programándose aquellas intervenciones sociales,
psicológicas y jurídicas necesarias para que las mujeres sean capaces de superar la violencia padecida.
c) Pisos Tutelados, son viviendas independientes para uso familiar, ubicadas en edificios y zonas
normalizadas, destinadas a ofrecer una vivienda, con carácter temporal, a las mujeres víctimas de
malos tratos y a los menores que las acompañen, cuando puedan vivir de forma independiente.
27
Artículo 4. Solicitudes
Para la autorización administrativa cuyo régimen se establece en el Título II del Decreto 87/1996, de
20 de febrero, por el que se regula la autorización, registro, acreditación e inspección de los Servicios
Sociales de Andalucía, los Centros de Atención y Acogida a mujeres víctimas de malos tratos deben reunir,
además de los requisitos materiales y funcionales generales establecidos en la Orden de 28 de julio de 2000,
aquellas condiciones materiales y funcionales específicas, adecuadas a las actividades que en los mismos se
desarrollan, que vienen recogidas en el Anexo I de esta Orden.
Los Centros de Atención y Acogida a mujeres víctimas de malos tratos serán objeto de inscripción
en el Registro de Entidades, Servicios y Centros de Servicios Sociales, dependiente de la Consejería de
Asuntos Sociales, de acuerdo con lo dispuesto en el Título III del Decreto 87/1996, de 20 de febrero, por el
que se regula la autorización, registro, acreditación e inspección de los Servicios Sociales de Andalucía, y en
la Orden de 29 de febrero de 1996, por la que se regula el Registro de Entidades, Servicios y Centros de
Servicios Sociales.
Los Centros de Atención y Acogida a mujeres víctimas demalos tratos que se hallen en
funcionamiento a la entrada en vigor de esta Orden, estén o no debidamente autorizados e inscritos, de
conformidad con lo establecido en el Decreto 87/1996, de 20 de febrero, deberán adecuarse a los requisitos
materiales y funcionales generales establecidos reglamentariamente, así como a los específicos contemplados
en la presente Orden y, solicitar la correspondiente autorización en el plazo máximo de seis meses a partir
de la entrada en vigor de esta Orden. En cualquier caso, si existieran deficiencias que afectaran a la seguridad
de las usuarias o vulnerasen sus derechos, la subsanación de las mismas deberá realizarse de forma
inmediata.Los Centros que transcurrido el plazo que se señala en el párrafo precedente no hubieren
28
cumplido las exigencias derivadas del mismo, serán considerados clandestinos, por lo que podrán ser objetos
de las sanciones establecidas en la legislación vigente.
Disposición Final Primera. Habilitación para el Desarrollo y Ejecución.Se faculta a la Ilma. Sra.
Directora del Instituto Andaluz de la Mujer para dictar las disposiciones necesarias de desarrollo y ejecución
de lo dispuesto en la presente Orden.
Disposición Final Segunda. Entrada en vigor.La presente Orden entrará en vigor el día siguiente al
de su publicación en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía.
Consejero de la Presidencia
ANEXO I
Casas de emergencia:
- Naturaleza: Son Centros de alojamiento y convivencia que de manera temporal prestan una atención
integral y protección a la víctima e hijos/as que la acompañen.
- Ubicación: Deberán estar ubicados en lugares urbanos que permitan el fácil acceso a los servicios
necesarios para la usuaria en esta fase de intervención.
- Zonas:
Zona de la administración: Destinada al ejercicio de actividades de recepción, dirección,
administración y gestión.
Zona de atención especializada: Destinada a la atención de las mujeres y sus hijos e hijas, por
parte de los profesionales del servicio.
Zonas de Servicios Generales: Comprenden los espacios destinados a la prestación de servicios
comunes al centro, tales como cocina, lavandería, mantenimiento y alimentación.
29
Zona residencial: comprende los espacios destinados al alojamiento, higiene personal,
manutención y relación de convivencia, y está compuesta por:
- Dormitorios: Todos deberán tener luz y ventilación natural y no podrán ser paso obligado
a otras dependencias. La capacidad máxima será de cuatro personas por dormitorio con
un tamaño de un mínimo de 6 m2 para dormitorios individuales y de un mínimo de 11
m2 para dobles. Cada mujer y menor acompañante dispondrá de una cama no inferior a
80 cms. Cada habitación dispondrá de un mobiliario mínimo compuesto por mesilla,
armario, silla, punto de enchufe, sistema de iluminación que permita la lectura así como
algún elemento auxiliar para posar objetos personales.
- Aseos: Contarán con un aseo mínimo por cada seis plazas y estará equipado al menos con
un lavabo, un inodoro y una ducha, o en su defecto bañera, así como los complementos
imprescindibles. Deberán estar alicatados hasta la altura de 2 metros como mínimo en la
zona de aguas.
- Sala de estar: Las salas de estar dispondrán de una superficie mínima de 2 m2 por usuaria
y una superficie total mínima de 12 m2. La superficie resultante se podrá destinar a sala de
juegos, de lectura, de estudio, de televisión o cualquier otra actividad lúdico-educativa.
- Comedor: Será común o existirán varios comedores garantizando el espacio suficiente
para ofrecer unas condiciones adecuadas al uso del mismo.
Protección y Seguridad: El inmueble deberá estar convenientemente protegido de manera que ofrezca
condiciones de seguridad.
Casas de acogida:
- Naturaleza: Son unidades independientes de alojamiento y convivencia familiar ubicadas en un
mismo edificio, permitiendo realizar una atención integral con la suficiente autonomía para la
familia.
- Ubicación: Estarán ubicadas en zonas normalizadas y de fácil accesibilidad a los recurso que las
mujeres y sus hijos e hijas necesiten para su adaptación al nuevo entorno.
- Zonas:
Zona de gestión: Es el espacio dedicado al ejercicio de actividades de gestión, administración y
mantenimiento del servicio.
Zona de atención especializada: Los espacios estarán en función de la naturaleza de la
intervención, de este modo, las casas de acogida contarán con despachos individuales que
permitirán una intervención individual y una sala de reuniones para trabajar en grupo desde los
distintos ámbitos de actuación.
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Zona lúdico-educativa: Son espacios reservados a mujeres y menores para realizar actividades
lúdico-educativas compuestos por sala de reuniones y/o biblioteca, y sala de juegos.
Zona de vivienda: Cada unidad familiar contará con unavivienda compuesta por:
Dormitorios dobles o individuales, con un tamaño mínimo de 12 m2 para los
primeros y 6 m2 para los segundos. Tendrá luz y ventilación natural. Contarán
con un mobiliario mínimo compuesto por mesilla de noche, camas no inferiores
a 80 cm por 180 cm, armario, silla, punto de enchufe e iluminación suficiente
para permitir la lectura.
Cocina equipada con todos los accesorios necesarios para su uso.
Aseo, tendrá como mínimo un lavabo, un inodoro y una ducha o bañera en su
sustitución, así como los complementos básicos para su adecuado uso.
Salón comedor, equipado con el mobiliario y ajuar necesario para su adecuado
uso.
- Equipamiento: Todas las viviendas estarán dotadas del ajuar doméstico necesario para facilitar la
comodidad y funcionalidad de su uso.
- Protección y seguridad: El inmueble deberá estar convenientemente protegido, de manera que
ofrezca condiciones de protección y seguridad a las usuarias. Contará como mínimo con un sistema
de cámaras de vigilancia.
Pisos tutelados:
- Naturaleza: Son viviendas independientes, cedidas de manera temporal, a mujeres y sus hijos e hijas
que previamente han pasado por casa de acogida y disponen de medios suficientes para vivir de
forma autónoma.
- Ubicación: Estarán ubicadas en zonas urbanas normalizadas que tengan fácil acceso a los servicios
que necesiten la mujer y sus hijos e hijas.
- Equipamiento: Estarán equipados con el mobiliario propio de una vivienda, con los mínimos
descritos en los anteriores servicios de acogimiento y contarán con el ajuar doméstico, menaje y
lencería necesario para su uso.
- Uso del Servicio: Será de uso exclusivo de la familia con la que se contrate la cesión del mismo.
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Requisitos funcionales específicos
Centros de emergencia:
- Naturaleza y objetivo.Son centros de acogida inmediata y de corta estancia cuyo objetivo es prestar
protección a las mujeres víctimas de malos tratos y a los hijos e hijas que ingresen en el mismo
garantizándoles una acogida de emergencia mientras se valora su caso.
- Proyecto de centro.Estos centros contarán con un proyecto de centro donde se recojan los
objetivos, metodología, recursos humanos, procedimientos de intervención y coordinación, el
reglamento derégimen interno, el sistema de evaluación y seguimientos y presupuesto detallado
Recursos humanos.Las Casas de Emergencia deberán contar con personal para la atención a las
mujeres durante las 24 horas del día, todos los días del año.
- Coordinación.Las Casas de Emergencia estarán obligadas a informar, a requerimiento de la
administración, acerca de la dinámica y evolución del trabajo que en ellas se desarrolla.La
coordinación de la Casa de Emergencia con los dispositivos en prevención contra malos tratos se
hará con el Centro de la Mujer.
- Ingresos y bajas.El ingreso podrá producirse en horario ininterrumpido y deberá quedar plasmado
en una ficha de ingreso donde se recojan los datos de identificación de la mujer y los hijos y las hijas
que le acompañen. Asimismo, en el momento del ingreso, se dejará constancia en dicha ficha de la
firma de la mujer y de la Directora o responsable del centro.Leídas las normas de funcionamiento
del centro y los derechos y deberes a los que se obligan ambas partes, recogidos en el Reglamento de
Régimen Interno de la Casa de emergencia, se requerirá por escrito la constancia de su aceptación.La
baja se efectuará por voluntad de la mujer, por el traslado a otros centros o por grave
incumplimiento del Reglamento de Régimen Interno, previa audiencia de la interesada. En cualquier
caso, se llevará a cabo su registro a través de una ficha de salida, donde se indicará junto a los datos
de identificación, la causa de la salida, y se dejará constancia de la firma de la mujer y de la
responsable de la Casa de Emergencia en el momento de la salida.
- Información a los familiares.Se le consultará a la mujer sí desea realizar alguna llamada telefónica a
algún familiar o persona de su confianza y se procederá a la misma sí así lo deseara, advirtiéndole de
la imposibilidad por motivos de peligrosidad, para ella, las personas que le acompañan y el resto de
las personas acogidas, de ofrecer cualquier información que contribuya a su localización.
Casa de Acogida:
- Naturaleza y objetivo.Las Casas de Acogida son centros que ofrecen acogida temporal y atención
social, jurídica y psicológica, garantizando una atención integral a las mujeres víctimas de malos
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tratos y a los hijos e hijas que ingresan en las mismas. Su objetivo es ofrecerles protección y
seguridad, así como la posibilidad de recuperar un estado emocional equilibrado para ayudarle a la
toma de decisiones.
- Proyecto de centro.Las Casas de Acogida contarán con un proyecto de centro, aprobado por el
Instituto Andaluz de la Mujer, donde se recojan los objetivos, contenidos y fases del programa,
metodologíay modelo de intervención técnica, Recursos Humanos, Reglamento de Régimen Interno,
Programa de actividades y temporalización, tiempos previstos para el desarrollo del proyecto,
seguimientos, presupuesto detallado y sistemas de evaluación.
- Ingresos y bajas.El ingreso en las Casas de Acogida podrá producirse durante las 24 horas del día
todos los días del año.Se registrarán los ingresos a través de una ficha donde quede constancia escrita
de los datos de identificación de la mujer y los hijos e hijas que la acompañan así como de la firma
de ésta y la responsable del centro en el momento de su ingreso.Asimismo, se pondrá en
conocimiento de la mujer, el Reglamento de Régimen Interno, que recogerá las normas del centro y
de los derechos y deberes a los que se obliga durante su estancia en Casa de Acogida, quedando
constancia por escrito, a través del contrato regular de estancia, de la aceptación del mismo.La baja
en Casa de Acogida podrá producirse por voluntad de la mujer, por el cumplimiento de los
objetivos, por el traslado a otro centro de acogida, o por grave incumplimiento del Reglamento o de
los compromisos adquiridos, previa audiencia de la interesada.Independientemente de la causa de la
baja, se llevará un registro de las bajas, donde se indicará los datos de identificación de la mujer y sus
hijos e hijas, la causa de la salida, y los datos de contacto para su seguimiento, cuando proceda.
Asimismo, se dejara constancia de la firma de la mujer y de laDirectora de la Casa de Acogida.
- Recursos humanos.La Casa de Acogida contará con un personal mínimo de:
1 Directora.
1 Trabajador/a social.
1 psicóloga/o.
1 Abogada/o.
6 Auxiliares sociales.
- Coordinación.La Casa de Acogida estará obligada a informar, a requerimiento del Instituto Andaluz
de la Mujer, acerca de la dinámica y desarrollo del trabajo que en dichos centros se desarrolla.
- Horario.Las Casas de Acogida contarán con personal adecuado las 24 horas del día todos los días del
año.
- Atención ofrecida.Se ofrecerá un acogimiento temporal garantizando la atención integral a todas las
mujeres y menores en el conjunto de sus necesidades sociales, jurídicas y psicológicas. Dicha
atención necesitará de una metodología individual y grupal que permita diseñar proyectos grupales
33
socioeducativos y preventivos, así como planes individuales de actuación adaptados a las
características de cada familia.
- Expediente personal.Se abrirá un expediente personal por cada mujer donde constará como mínimo:
Ficha personal.
Informes técnicos que reflejen su situación personal, la evolución y el pronóstico socio-familiar,
educativo, médico, laboral, psicológico y jurídico.
Plan individual de actuación, documento técnico de planificación y evaluación de las
intervenciones llevadas a cabo.
Otros documentos de interés.
- Dicho expediente se guardará con la debida confidencialidad por parte del personal del Centro,
limitándose el uso de los datos en él contenidos a aplicaciones estrictamente profesionales.
- Plazo de estancia.Para evitar los efectos secundarios de la institucionalización, se proponen estancias
cortas de 3 meses, con el fin de normalizar la situación de la mujer y los menores en contextosno
institucionales y dependientes. Fomentando la autonomía de la mujer y sus habilidades de respuesta.
En todo caso, el tiempo de estancia se enmarcará dentro de la intervención delEquipo Técnico y
conforme al plan individual de actuación.
Piso tutelado:
34
suscribir un documento contractual, de acuerdocon las estipulaciones contempladas en el proyecto
de piso tutelado.La baja se producirá por voluntad de la mujer, por cumplimiento de objetivos o
incumplimiento del contrato, previa audiencia de la interesada.
- Registro.Se llevará un registro de las altas y bajas donde se indicarán los datos de identificación de la
mujer y sus hijos e hijas, las razones del alta y de la baja, y se hará constar la firma de la mujer
beneficiaria del mismo.
- Obligaciones contractuales.Constará por escrito el consentimiento de la mujer, aceptando las
condiciones del contrato de cesión del piso tutelado, así como de las obligaciones que se derivan de
tal cesión y el cumplimiento del Reglamento de Régimen Interno del servicio, firmando por parte de
la usuaria, en la fecha de ingreso, el contrato de la cesión.
- Salida.Finalizada la estancia en la vivienda tutelada, si fuese posible se establecerán los cauces de
seguimiento del caso, que será de al menos un año desde su salida, como mecanismo de apoyo a
medio y largo plazo
Servicios Sociales
Los servicios sociales de la Junta de Andalucía tienen un área dedicada a la mujer que consta con los
siguientes recursos:
El Instituto Andaluz de la Mujer realiza actividades de información a las mujeres sobre su derechos y
los recursos disponibles, también realiza atención directa a las mujeres, primordialmente a través de sus
Centros Provinciales, los Centros Municipales de Información a la Mujer , las Unidades de Empleo de
Mujeres y el Teléfono 900 200 999 de Información a las Mujeres y de asesoramiento legal.
Es una Web donde ofrecen información, documentación y recursos didácticos que permitan un
acercamiento y sensibilización respecto al proceso de aplicación e integración del principio de
igualdad.También desde esta Web se pretende ofrecer la posibilidad de conocer el proceso de aplicación de
la perspectiva de género que se está llevando a cabo en la Junta de Andalucía, a través de sus Unidades de
Igualdad de Género
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Programa de integración sociolaboral FORE
Programa ASOCIA
Programa de formación y empleo dirigido a mujeres andaluzas víctimas de violencia de género y con
especiales dificultades de inserción en el mercado laboral.
Guías de información sobre sexualidad, anticonceptivos, embarazo, menopausia, etc. que tienen
como fin mejorar la información y el conocimiento sobre la Salud de las Mujeres.
Asociaciones de mujeres
Actividades de coeducación
Información sobre las actividades de la Junta de Andalucía para promover la educación en igualdad
de las niñas y los niños.
Violencia de género
Guía informativa en torno a la violencia hacia la mujer: rasgos y tipos de violencia, servicios
especializados de atención y asesoramiento a las víctimas, guía jurídica...
36
Teléfono de información a la mujer
Biblioteca especializada de libre acceso que recoge información y documentación sobre cuestiones
relacionadas con la igualdad de oportunidades de mujeres y hombres.
Centro establecido por el Instituto Andaluz de la Mujer en Baeza (Jaén), dedicado a organizar
actividades formativas en temas como teoría feminista, práctica política o empoderamiento y liderazgo de
mujeres.
Campaña de información en 5 idiomas sobre los derechos de las mujeres inmigradas que viven y/o
trabajan en Andalucía.
Foros que tienen como finalidad promover la igualdad entre hombres y mujeres, removiendo los
obstáculos que dificultan la integración en igualdad de condiciones de las mujeres inmigradas.
Cruz Roja
En España la Cruz Roja se organiza bajo los auspicios de la Orden Hospitalaria de San Juan de
Jerusalén, en 1864, y es declarada "Sociedad de Utilidad Pública". Desde entonces, los distintos gobiernos de
la nación, han estado representados de una forma u otra en el seno de Cruz Roja, aunque esto no ha
impedido que actúe siempre bajo los Principios que inspiran a la Institución. Su evolución ha sido siempre
una constante adaptación a los problemas y a las necesidades sociales que han ido produciéndose. Solo así se
puede explicar la vigencia de una organización con más de 130 años de historia.
Cruz Roja Española tiene un compromiso con las mujeres que sufren violencia de género, uno de los
colectivos más vulnerables, y con la sociedad en su conjunto, para contribuir a erradicar este tipo de
37
violencia. La organización tiene programas para dar una respuesta integral, que va de la prevención,
educación y sensibilización, a la atención a mujeres víctimas de violencia.
Los proyectos de Cruz Roja responden a las necesidades de estas mujeres con apoyo psicológico y
social, a través de iniciativas como las casas de acogida, las casas de emergencia, los programas de apoyo y
atención o el servicio de teleasistencia móvil. En total, más de 13.000 mujeres en dificultad social son
beneficiarias de estos proyectos en 2009.
Casi 7.000 mujeres son usuarias de la teleasistencia, servicio que ha registrado un aumento en el
número de beneficiarias, que cada vez son más jóvenes. Mediante el sistema, las mujeres con orden de
protección reciben un aparato móvil conectado las 24 horas los 365 días del año a una centralita. Si se
produce una agresión o se sospecha que pueda haberla, la usuaria pulsa el dispositivo, es localizada de
inmediato por GPS, y se activan los equipos de respuesta adecuados (policía, sanitarios, etc.). Además
reciben llamadas periódicas para ver cómo se encuentran, y "siempre que sientan angustia, miedo o necesiten hablar
pueden llamar, porque hay psicólogas para apoyarlas. La atención individualizada es fundamental", explica Paloma
Cemillán, responsable del programa de mujeres en dificultad social de Cruz Roja Española.
Proyectos en los que trabaja Cruz Roja en el área de mujeres en dificultad social
-Casas de acogida para mujeres maltratadas:Se trata de dispositivos al que pueden acudir las mujeres víctimas de la
violencia de género junto con sus hijos e hijas menores durante un período de seis meses prorrogables. Es
un recurso especializado en la protección. En él se presta apoyo psicológico, jurídico y social.
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-Casas de emergencia para mujeres maltratadas: Se trata de un dispositivo de ayuda inmediata a las mujeres
víctimas de la violencia junto a sus hijos e hijas. La estancia media es de 4 a 6 días hasta que se encuentra un
recurso adecuado y estable.
-Teleasistencia móvil para mujeres victimas de violencia de género: Mediante un teléfono móvil con dispositivo
GPS, Cruz Roja ofrece desde su Centro de Atención una ayuda preventiva inmediata las 24 horas del día,
365 días al año a las víctimas de la violencia de género en cualquier lugar que se encuentren. El proyecto se
completa con actuaciones de carácter preventivo, contactos periódicos, seguimientos y apoyo psicológico.
- ALMERÍA 950-260032
SERVICIO TELEFONICO DE INFORMACIÓN A LA MUJER 24 Horas
900-200999 /954-619164
SERVICIO DE ATENCIÓN JURÍDICA PARA MUJERES INMIGRANTES VICTIMAS DE MALOS
TRATOS A través de CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado): ALMERIA
C/ Javier Sanz, 8-2ºb, CP: 04004
- GRANADA 958-138128
SERVICIO DE ATENCIÓN JURÍDICA PARA MUJERES INMIGRANTES VICTIMAS DE MALOS
TRATOS A través de CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado): GRANADA C/ Callejón del
Pretorio, 11, CP: 18008
- HUELVA 959-256844
SERVICIO DE ATENCIÓN JURÍDICA PARA MUJERES INMIGRANTES VICTIMAS DE MALOS
TRATOS A través de CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado): HUELVA
C/ Cádiz Salvatierra, 2-bajo izda., CP: 21003
- MÁLAGA 952-601321
SERVICIO DE ATENCIÓN JURÍDICA PARA MUJERES INMIGRANTES VICTIMAS DE MALOS
TRATOS A través de CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado): MÁLAGA
C/ Ollerías, 31, CP: 29012
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- SEVILLA
Instituto Andaluz de la Mujer: C/Doña María Coronel, nº 6, CP: 41003
SERVICIO DE ASISTENCIA JURÍDICA Y PSICOLÓGICA PARA MUJERES VICTIMAS DE
AGRESIONES SEXUALES. A través de (AMUVI) C/ Alberto Lista, 16, Centro Taracea, CP:41003 955-
035901 /954-905649 (AMUVI) /954-902871 (APAMM)
SERVICIO DE ATENCIÓN JURÍDICA PARA MUJERES INMIGRANTES VICTIMAS DE MALOS
TRATOS A través de CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado): SEVILLA
Avda. Jerez, 17 b drcha. CP: 41013
- ALMERÍA
- SAVA 4071 ALMERÍA 950005059 4071 ALMERÍA 950-006650 950006667TELEFON
Avda. Reina Regente, s/n.- Palacio de Justicia 950005055/56/59/60 sava.almeria.ius@juntadeandalucia.es
- CENTRO PROVINCIAL DEL INSTITUTO ANDALUZ DE LA MUJER EN ALMERIA
C/ Doctor Ferranz, 5
cmujer.almeria.iam@juntadeandalucia.es
- CÁDIZ
- SAVA 11006 CÁDIZ 956011630 956011612
11004 CÁDIZ 956-007300 956007317 C/ Cuesta de las Calesas, s/n-1ª planta-Audiencia
Provincial
savacadiz@hotmail.com
savacadiz.ius@juntadeandalucia.es
- SAVA 11201 956633396/ 956633299/ 95602761/6656308786- móvil
C/ Regino Martínez, nº 3-3º B ALGECIRAS (CADIZ) Juzgado
Sava.campodegibraltar.cjap@juntadeandalucia.es
- CENTRO PROVINCIAL DEL INSTITUTO ANDALUZ DE LA MUJER EN CÁDIZ
C/ Isabel la Católica nº 13 cmujer.cadiz.iam@juntadeandalucia.es
- CÓRDOBA
-SAVA 14071 CORDOBA 957002460 957002464
14004 CÓRDOBA 957-003400 957003412
Plaza de la Constitución, s/n. (juzgado de Guardia)
40
sava.cordoba.ius@juntadeandalucia.es
-CENTRO PROVINCIAL DEL INSTITUTO ANDALUZ DE DE LA MUJER EN CÓRDOBA
Avenida Ollerias, 46 Bajo cmujer.cordoba.iam@juntadeandalucia.es
Edif. Judicial de la Caleta. Avda. del Sur, nº 5-planta 1ª
958028760- Psicóloga 958028759- trabajadora social 958028758- jurista
- GRANADA
-SAVA 18014 GRANADA 958028758 18071 GRANADA 958-025800
Sava.granada.ius@juntadeandalucia.es
- CENTRO PROVINCIAL DEL INSTITUTO ANDALUZ DE LA MUJER EN GRANADA
Avenida de la Constitución, 20- 2ª planta Oficina 212
958025818 /19 cmjuer.granada.iam@juntadeandalucia.es
- HUELVA
-SAVA 21003 HUELVA 959013869 Palacio de Justicia-Alameda Sundheim, nº 28
959013865/ 66/67/68 sava.huelva.ius@juntadeandalucia.es
- CENTRO PROVINCIAL DEL INSTITUTO ANDALUZ DE LA MUJER EN HUELVA
Plaza de San Pedro, 10 21004 HUELVA 959-005650 959005667
cmujer.huelva.iam@juntadeandalucia.es
- JAÉN
-SAVA 23007 JAEN 953003047 953003078
23001 JAÉN 953-003300 953003317
C/ Cronista González López, nº1 bajo. sava.jaen.cjap@juntadeandalucia.es
-CENTRO PROVINCIAL DEL INSTITUTO ANDALUZ DE LA MUJER EN JAÉN
C/ Hurtado, nº 4 cmujer.jaen.iam@juntadeandalucia.es
- MÁLAGA
- SAVA 29010 MÁLAGA 951939005 Ciudad de la Justicia
C/ Fiscal Luis Portero García, s/n.
Centralita 951939005 –Trabajadora social (María Cheli): 951938019 - Psicólogo (Miguel Angel Román):
951939205 –Jurista (Carmen García): 951938018 – Jurista Coordinadora (Mª Victoria Rosas): 951938026
Mariav.rosas.ext@juntadeandalucia.es
-CENTRO PROVINCIAL DEL INSTITUTO ANDALUZ DE LA MUJER EN MÁLAGA
C/ San Jacinto, 7 29007 MÁLAGA 95-1040847 951040848
cmujer.malaga@juntadeanducia.es
41
- SEVILLA
- SAVA 41004 SEVILLA 955005011 Edif. De la Audiencia Provincial. Juzgado de Guardia de Detenidos.
Prado de San Sebastián, s/n. 955005010 955005012
Esthergrguez@gmail.com (Esther García)
-Instituto Andaluz de la Mujer. Consejería para la Igualdad y Bienestar Social Sede de Sevilla
C/ Alfonso XII, 52 correo.iam@juntadeandalucia.es
-Dirección General de Violencia de Genero Consejería para la Igualdad y el Bienestar Social.
Avenida de Hytasa, 14 95-504 8176 dgviolenciadegenero.cibs@juntadeandalucia.es
-CENTRO PROVINCIAL DEL INSTITUTO ANDALUZ DE LA MUJER EN SEVILLA C/ Alfonso
XII, nº52 cmujer.sevilla.iam@juntadeandalucia.es
42
CAPÍTULO 6
44
Escala de Autoestima de Rosenberg (1965). Esta compuesta por 10 ítems con cuatro alternativas
de respuesta. Cinco de estos ítems están redactados de forma positiva (1, 3, 4, 6 y 7) y otros cinco de
forma negativa (2, 5, 8, 9 y 10). Se suman las respuestas del sujeto, teniendo de cuidado de invertir
las puntuaciones de los ítems redactados de forma positiva, obteniendo un total que puede estar
comprendido entre 10 (1*10) y 40 (4*10). Esta puntuación total se interpreta desde la consideración
de que cuanto mayor sea mayor será la autoestima del sujeto. Cuando el valor es inferior o igual a 25
se considera que la persona tiene un déficit de autoestima. En nuestro centro se utiliza la puntuación
28 como valor de corte.
La Escala de Percepción Global de Cambio (Echeburúa y Corral, 1987), completada en el
transcurso del tratamiento, tiene como objetivo determinar cómo va percibiendo el cambio la
víctima desde una perspectiva global durante la terapia. La escala está estructurada en un formato de
tipo Likert, con una puntuación que oscila entre 1 (mucho peor) y 7 (mucho mejor).
El Cuestionario de Satisfacción con el Tratamiento (Larsen, Atkinson, Hargreaves, Nguyen,
1979) consta de 8 ítems relacionada con la calidad de la atención terapéutica, con la intensidad de la
ayuda recibida y con la satisfacción con el tratamiento. Los ítems están estructurados en un formato
de tipo Likert, 5 formulados en forma positiva y 3 en forma negativa para el control de la
aquiescencia, cada uno con una puntuación de 0 a 3, el rango total de este cuestionario es por tanto,
de 0 a 24.
45
CAPÍTULO 7
46
Instrumentos de evaluación de la sintomatología asociada
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CAPÍTULO 8
El programa de intervención con mujeres víctimas de maltrato es amplio y flexible, ya que se puede
realizar a nivel individual y/o grupal. En el caso de utilizar la modalidad combinada, en las sesiones grupales
se trabajarán las estrategias específicas de afrontamiento. Ya que la terapia grupal es generadora de una
cohesión social.
Terapia individual
a) Expresión emocional.
b) Reevaluación cognitiva.
c) Técnicas de exposición.
d) Estrategias de afrontamiento.
e) Psicoeducación.
a) Expresión emocional
La labor del terapeuta será facilitar un clima de confianza, seguridad y empatía para que el paciente se
vaya abriendo y sea capaz de compartir todas aquellas situaciones que ha silenciado durante mucho tiempo.
El objetivo de este módulo es que la paciente exprese todos los sentimientos que tiene reprimidos
(culpabilidad, ira, sentimiento de injusticia, miedo...).
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b) Reevaluación cognitiva
Vamos a trabajar con las emociones y los pensamientos de la paciente a través de la terapia cognitiva
para eliminar así las creencias irracionales. Para ello vamos a elaborar un listado de dichas creencias
distorsionadas y a trabajarlas con discusión socrática, prueba de realidad y reatribución de la culpa.
c) Técnicas de exposición
e) Psicoeducación
Cuando la víctima de malos tratos es la mujer se trabajará los mandatos de género para la identidad
femenina tradicional que atribuye una importancia fundamental a todo lo relacionado con lo emocional, con
la responsabilidad y el mantenimiento de los vínculos, que puede llevarlas a vivir por, para y a través de los
otros y postergándose a sí mismas, es decir, rebatir los mitos socioculturales y falsas creencias que existen en
torno a la violencia de género. Para ello el terapeuta le entrega al paciente un cuestionario sobre Mitos y
falsas Creencias acerca de la violencia, al que la paciente deberá contestar con sus opiniones para poder
luego rebatirlas con confrontaciones de casos reales, aportando documentación al respecto, vídeos, etc.
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“Si una mujer es maltratada continuamente, la culpa es suya por seguir conviviendo con ese
hombre”.
“Si se tienen hijos, hay que aguantar los malos tratos por el bien de los niños”.
“Los hombres que maltratan lo hacen por que tienen problemas con el alcohol u otras drogas”.
“Los hombres que abusan de sus parejas, también fueron maltrataos en su infancia, etc.”
Una vez contestado el cuestionario, le pediremos que nos lea sus respuestas y las confrontemos, se
debatirán con documentos como la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Constitución
Española, para que tomen conciencia de la importancia a nivel jurídico y legal en la defensa de los derechos
y libertades. Se trabajará con los distintos planes y acuerdos que existen a nivel Europeo, Estatal y
Autonómico sobre ésta temática. Como tarea se le enviará que busque información sobre tipos de maltrato,
instituciones existentes de Ayuda y se realizarán actividades como el Role-Playing con el objetivo de trabajar
sobre el pensamiento de perspectiva y el pensamiento alternativo.Es decir, el módulo de psicoeducación
consiste en una reeducación emocional y afectiva que incorpore modelos sanos de relación y ayuden a
superar los procesos de adaptación patológicos que han realizado y que han condicionado la percepción y
codificación de la relación de pareja.
1ª Sesión
Motivación para el cambio. Se la trata porque está en una situación trastornada. Lo que ocurre es
una respuesta normal a una situación anormal. El objetivo de la terapia va a ser reasumir el control
de su vida.
Expresión emocional. Comprensión y apoyo a la víctima, facilitando que cuente lo ocurrido y todo
lo que ha pensado y sentido.
Reevaluación Cognitiva. Discusión racional para eliminar las ideas irracionales, sobre todo en
relación con los sentimientos de baja autoestima y de culpabilidad por lo ocurrido. Explicación de
las reacciones normales ante una experiencia de maltrato y del proceso de adquisición y
mantenimiento de los miedos. Resituación del acontecimiento traumático y ayuda a las víctimas a
continuar adelante con sus vidas, proyectándose hacia el futuro y no siendo esclavas del pasado, con
un énfasis en los aspectos positivos existentes.
Estrategias urgentes de afrontamiento (según los casos) Denunciar el maltrato. Abandonar el domicilio
conyugal y, facilitar un piso de acogida y gestionar ayudas económicas precisas por medio de los
Servicios Sociales. Analizar las posibilidades reales de solucionar el problema conyugal de
convivencia.
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2ª Sesión
3ª Sesión
4ª Sesión
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5ª Sesión
Terapia grupal
El número de pacientes de cada grupo es pequeño para fomentar la participación activa de todos los
miembros en los ejercicios propuestos en cada sesión. Los ejercicios, así como los comentarios sobre las
tareas de casa, empiezan en cada sesión en un orden aleatorio que no puede ser predecido por las víctimas.
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- Entrenamiento en técnicas de relajación.
- Entrenamiento en búsqueda de técnicas de empleo.
1ª Sesión:
Presentación de los miembros del grupo y normas de funcionamiento del grupo terapéutico.
Identificación de los motivos de conflicto. Principalmente se abordarán el aislamiento social y la baja
autoestima, ya que tener en común este tipo de problemas ayuda a entender las ventajas de buscar
soluciones en conjunto.
Afrontamiento del aislamiento social. Realizar un listado de actividades de interacción social según el
nivel de dificultad. Por ejemplo:
- Saludar a los vecinos.
- Llamar por teléfono a un familiar.
- Iniciar conversaciones y mantenerlas con personas desconocidas.
- Recuperar antiguas amistades.
- Hacer nuevas amistades.
- Desarrollar nuevas actividades.
Identificación de los problemas que les generen más preocupación (económico, relaciones con los
hijos, etc.).
Identificación de los pensamientos negativos.
Elaboración de tareas para casa. Identificación de las mayores dificultades en habilidades sociales y
resolución de problemas y toma de decisiones.
2ª Sesión
Relajación grupal.
Aclarar posibles dificultades con respecto a lo trabajado en la primera sesión.
Revisión de las tareas. Brindar refuerzo por la realización de las tareas. Y dar feedback sobre lo
realizado.
Se escoge el listado de miedos elaborado en la primera sesión, de una de las participantes para buscar
entre todos los puntos en común facilitando así la cohesión.
Tareas para casa.
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3ª Sesión
Relajación grupal.
Revisión de las tareas.
Ensayo de conducta en relación con las dificultades surgidas.
Identificación de los pensamientos negativos.
Se explican las distorsiones cognitivas y pensamientos alternativos.
Tareas de casa. Autorregistro de pensamientos negativo, distorsiones cognitivas y pensamiento
alternativo.
4ª Sesión
Relajación grupal.
Revisión de tareas.
Ensayo de conducta en relación con las dificultades surgidas.
Habilidades sociales. Se explica y se hace role-playing sobre la habilidad de iniciar y mantener
conversaciones. Se le da feedback.
Se trabaja los pensamientos de desesperanza sobre un futuro mejor.
Tareas para casa.
5ª-7ª Sesión
Relajación grupal.
Revisión de tareas.
Ensayo de conducta en relación con las dificultades surgidas.
Puesta en común de los problemas cotidianos y estrategias de solución de problemas.
Planificación de actividades de ocio.
Se trabaja la autoestima.
Tareas para casa.
8ª Sesión
Relajación grupal.
Revisión de tareas.
Puesta en común de lo trabajado. Balance personal. Y perspectivas de futuro.
Prevención de recaídas.
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CAPÍTULO 9
Muchos hombres violentos son responsables de sus conductas, pero presentan limitaciones
psicológicas importantes en el control de los impulsos, en el abuso de alcohol, en su sistema de creencias, en
las habilidades de comunicación y de solución de problemas, en el control de los celos, etcétera. El
tratamiento es psicológico –no psiquiátrico, que sólo en algunos casos resulta necesario – puede ser de
utilidad para hacer frente a las limitaciones de estos agresores que, aun siendo responsables de sus actos, no
cuentan, sin embargo, con las habilidades necesarias para resolver los problemas de pareja en la vida
cotidiana. De lo que se trata es de controlar la conducta actual para que no se repita en el futuro. De este
modo, se protege a la víctima y se mejora la autoestima del agresor (Sarasua y Zubizarreta, 2000). Tratar
psicológicamente a un maltratador es hoy posible, sobre todo si el sujeto asume la responsabilidad de sus
conductas y cuenta con una mínima motivación para el cambio.
Aunque la intervención clínica con agresores en el hogar puede tener múltiples formatos, lo más
conveniente es una intervención individual ajustada a las necesidades específicas de cada persona. Ahora
bien, en una fase inicial, puede ser de gran utilidad, y siempre que sea posible (por ejemplo, en un contexto
penitenciario), un tratamiento grupal.
Las sesiones grupales, que pueden estar dirigidas por terapeutas junto con algún ex maltratador que
actúe como modelo, tienen como objetivo neutralizar los mecanismos habituales de negación, minimización
y atribución causal externa de las conductas violentas. Se trata asimismo de generar conciencia del problema
y de ayudar a asumir la responsabilidad propia, así como de hacer ver que el cambio es posible y de
desarrollar estrategias de afrontamiento efectivas para abordar las dificultades cotidianas. Expresar la
necesidad de cambio –asumida como decisión propia y no como resultado de las presiones externas – e
interrumpir la cadena de la violencia son los objetivos fundamentales de estos grupos terapéuticos y el
requisito imprescindible para abordar otras metas de mayor alcance (Corsi, 1995).
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El programa de tratamiento consta de tres fases. La primera se centra en los aspectos
motivacionales; la segunda, en los déficits más frecuentemente detectados en los hombres/mujeres que
maltratan a sus parejas; y la tercera, en la prevención de recaídas. La parte dedicada a alcanzar una
motivación genuina a través de una asunción real de la responsabilidad comprende las cuatro primeras
sesiones. La segunda fase, que está orientada específicamente al tratamiento de las alteraciones
psicopatológicas, comprende tres módulos de cinco, y cuatro sesiones cada uno. Por último, el tratamiento
finaliza con dos sesiones orientadas a la prevención de recaídas. Los componentes del programa, con la
distribución de sesiones, y su articulación en el conjunto del tratamiento figuran a continuación.
Para fomentar aspectos motivacionales y la empatía: se utiliza la exposición a imágenes visuales como la
discusión racional y reestructuración cognitiva, relatos autobiográficos, testimonios, técnicas de
expresión de emociones.
Psicoeducación: explicar el ciclo de la violencia y el proceso de escala de la ira, educación sobre la
igualdad de sexos, sobre la sexualidad en la pareja, potenciar la responsabilidad del paciente en el
autocontrol de la ira, no culpabilizar al otro de los problemas de uno, identificar las situaciones
antecedentes facilitadoras de la ira, explicar los principales pensamientos activadores de la ira,
enseñar las manifestaciones fisiológicas más habituales que indican el inicio de la escalada de la ira,
enseñar como se utiliza la escala de intensidad de la ira, etc.
Ante la presencia de ira descontrolada se utiliza la técnica de suspensión temporal o distracción
cognitiva, entrenamiento en autoinstrucciones.
Distracción Cognitiva. Por ejemplo: concentrarse en lo que está pasando alrededor, practicar
alguna actividad mental como contar despacio de 1 a 20 de atrás para adelante o hacer una determinada tabla
de multiplicación, resolver un crucigrama, etc., hacer ejercicio físico, llevar a cabo respiraciones lentas y
profundas.
- “¿Por qué me siento así? ¿Qué cosas se me han pasado por la cabeza? “.
- “Estar furioso/a no me conduce a nada positivo” “Voy a pensar que se me ocurre para eliminar mi
irritación”.
- “¿Consigo lo que quiero reaccionando de este modo?”.
- “Si ante un problema me irrito, voy a tener en vez de uno dos.” etc.
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Ansiedad y estrés:Técnicas de Relajación. (Técnica de Relajación Muscular Progresiva de Jacobson,
1938) con el objetivo de regular la respiración, reducir la tensión muscular y proporcionar una
sensación de calma. Además, se le puede enseñar al paciente otros ejercicios como los de utilizar
ciertos estímulos verbales (“calma”, etc.) o imágenes que estén asociados a una situación de
relajación y que induzcan más fácilmente este estado.
Sintomatología depresiva: realizar actividades gratificantes.
Celos patológicos:Reestructuración Cognitiva. Se utiliza para identificar y cuestionar los
pensamientos automáticos y analizar el impacto de los mismos sobre la conducta, así como
sustituirlos por pensamientos racionales.
Técnicas Operantes Básicas (en el caso de celos utilizar la Técnica de Saciación, Tiempo Fuera).
Técnica de saciación: por ejemplo en el caso de celos patológicos: se puede grabar en una cinta los
pensamientos de celos del paciente y exponerle a los mismos hasta que remita el malestar que le suscitan.
Tiempo Fuera: Se utiliza en la primera fase de la ira, cuando se advierten los primeros signos de irritación. El
sujeto debe haber llegado anteriormente a un acuerdo con la víctima (pareja, menor, adulto, etc.) sobre una
señal que indique la puesta en marcha del Tiempo Fuera. Esta señal puede ser física (hacer un gesto, etc.)
o verbal (“tiempo fuera, me marcho porque he perdido el control”) no se podrá decir ningún tipo de
expresión inculpatoria hacia la otra persona ya que conducirían a una conducta defensiva y a un aumento de
la escalada de ira. El maltratador deberá alejarse físicamente del lugar durante aproximadamente una hora y
decir a la otra persona adonde va a estar durante ese tiempo. No deberá pensar en la situación que le ha
hecho enfurecerse, ni tomar decisiones como divorciarse, etc., ni tomar drogas, alcohol ni conducir mientras
esté enfadado. Cuando regrese deberá avisar que ha llegado generando en la otra confianza y poder así
hablar sobre la cuestión cuando ambas partes estén listas.
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Educación sobre los factores de alto riesgo para la recaída: Realizando una revisión de todo lo aprendido
durante las sesiones de tratamiento. Confrontar con el paciente su situación actual en comparación
con la situación al inicio del tratamiento. Señalar las situaciones de alto riesgo para la recaída, insistir
en las posibilidades de autocontrol y en la responsabilidad personal de cada sujeto para la recaída, así
como de las estrategias de afrontamiento disponibles. Planificar actividades placenteras: sólo/a, con
amigos, con la familia, hijos, pareja, etc.
Aspectos motivacionales
- Asunción de la responsabilidad.
- Motivación para la terapia.
- Ventajas del tratamiento.
- Aceptación y compromiso con la terapia.
Sintomatología asociada
- Las ideas distorsionadas sobre roles sexuales y sobre la violencia como forma de solución de
problemas se abordará con un módulo psicoeducativo que trate sobre la igualdad de los sexos. Y
también se realizará reestructuración cognitiva.
- También trataremos con un módulo psicoeducativo el tema de la ira descontrolada. Aquí se
explicará el ciclo de la violencia y del proceso de escalada de la ira. Se le explicará el mecanismo de
actuación alternativo para cuando sienta ira (Suspensión temporal, distracción cognitiva y
entrenamiento en autoinstrucciones).
- A través de la relajación Muscular Progresiva de Jacobson u otras técnicas de relajación existentes, se
trabajará la ansiedad y el estrés de estos pacientes.
- Los síntomas depresivos se trabajarán con reestructuración cognitiva y actividades gratificantes.
- También se utilizará la reestructuración cognitiva junto a la saciación para trabajar los celos
patológicos.
- Entrenamiento en asertividad y habilidades de comunicación.
- Entrenamiento en solución de problemas.
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- Educación sobre la sexualidad en la pareja.
1ª Sesión
2ª Sesión
En esta sesión nuestro objetivo será entrenar en el control de la ira, para ello emplearemos las siguientes
técnicas terapéuticas:
Suspensión temporal (tiempo fuera).
Distracción cognitiva.
Entrenamiento en autoinstrucciones.
Tareas para casa. Llevar a cabo el tiempo fuera cuando se detecten señales de ira y practicar la
distracción cognitiva y las autoinstrucciones. Continuar con el Autorregistro de ira.
3ª Sesión
4ª Sesión
Implantación del programa de bebida controlada para la reducción del consumo abusivo de alcohol
(según el caso).
Tareas para casa. Continuar con el tiempo fuera y la distracción cognitiva y las autoinstrucciones.
Continuar con el Autorregistro de ira. Llevar a cabo los ejercicios de relajación dos veces al día.
Anotar el consumo diario de Alcohol.
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5ª – 6ª Sesión
7ª-8ª Sesión
Eliminación de las ideas irracionales en relación con mujer y con el uso de la violencia a través de la
reestructuración cognitiva.
Educación sobre la igualdad de los sexos.
Tareas para casa. Afrontar el inicio de la escalada de la ira usando la relajación, en caso de no poder
continuar con el tiempo fuera y la distracción cognitiva en una primera fase y con las
autoinstrucciones en una segunda. Realizar los ejercicios de saciación cada vez que tenga
pensamientos de celos. Continuar con el registro del consumo diario de alcohol.
9ª Sesión
10ª Sesión
11ª-13ª Sesión
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Tareas para casa. Afrontar mediante la relajación y/o habilidades de comunicación aprendidas el
inicio de la escalada de la ira. Si no lo consigue, proseguir con la suspensión temporal y con la
distracción cognitiva en una primera fase y con las autoinstrucciones en una segunda. Establecer una
hora de diálogo con la pareja. Todos los días buscarán 30 minutos para hablar de lo que han hecho
durante el día. Durante este tiempo pondrán en práctica las habilidades aprendidas en la sesión.
14ª Sesión
15ª Sesión
Prevención de recaídas
El objetivo en este momento de la terapia es preparar al paciente para los posibles problemas que se
pueda encontrar una vez dada el alta.
Vamos a hacer especial hincapié en la evitación de las reincidencias, identificando las situaciones de
riesgo, aprendizaje de estrategias de afrontamiento y la creación de un estilo de vida positivo.
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CAPÍTULO 10
Cuando acude a la clínica una pareja con problemas, entre los que valoramos que hay malos tratos,
lo primero que tenemos que abordar es la voluntad de cooperar por ambas partes.En este caso realizaremos
un contrato de no coerción o no agresión para que la víctima se sienta segura con el comienzo de la terapia.
Los objetivos generales que nos vamos a plantear son en primer lugar, que nadie resulte herido y
mucho menos muerto, en segundo lugar, reestablecer la consideración positiva de la otra persona, o al
menos el respeto y en tercer lugar, mejorar la relación (comunicación, solución de problemas, negociación,
reestructuración cognitiva, etc.).
Según Fishman, 1990; Perrone, 1997, existen dos tipos de estrategias: las evitativas y las resolutivas.
Estrategias evitativas
En la violencia agresión:
En la violencia castigo:
- Introducir simetría.
- Fingir síntomas.
- Sobrecomplementariedad: quien está en posición inferior acepta estarlo mucho más.
- Complementariedad invertida: inferior y superior permutan sus posiciones.
- Separación.
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Estrategias resolutivas
Se recomienda empezar por las estrategias evitativas y continuar con las resolutivas.
Una de las técnicas evitativas o de control del conflicto mas utilizadas es el Tiempo Fuera que se
utiliza en la primera fase de la ira, cuando se advierten los primeros signos de irritación. El sujeto debe haber
llegado anteriormente a un acuerdo con la víctima sobre una señal que indique la puesta en marcha del
Tiempo Fuera. Esta señal puede ser física (hacer un gesto, etc.) o verbal (“tiempo fuera, me marcho porque
he perdido el control”) no se podrá decir ningún tipo de expresión inculpatoria hacia la otra persona ya que
conducirían a una conducta defensiva y a un aumento de la escalada de ira.
El maltratador deberá alejarse físicamente del lugar durante aproximadamente una hora y decir a la
otra persona donde va a estar durante ese tiempo. No deberá pensar en la situación que le ha hecho
enfurecerse, ni tomar decisiones como divorciarse, etc., ni tomar drogas, alcohol ni conducir mientras esté
enfadado. Cuando regrese deberá avisar que ha llegado generando en el otro confianza y poder así hablar
sobre la cuestión cuando ambas partes estén listas.
Otra técnica es la Respuesta alternativa como la Corrección diplomática que enseña fórmulas de
confrontación distintas de la agresión.Los pasos a seguir serían:
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4. Descripción de la conducta apropiada.
5. Razones. La nueva conducta puede resultar recompensante.
6. Ofrecimiento de incentivos.
7. Petición de una confirmación.
8. Ensayo de la conducta apropiada.
9. Ofrecer feedback durante la práctica.
10. Elogio y recompensa.
Se puede utilizar el procedimiento en una versión corta; se utilizarían sólo los pasos 1, 4, 6 y 10.
Distracción Cognitiva. Por ejemplo: concentrarse en lo que está pasando alrededor, practicar
alguna actividad mental como contar despacio de 1 a 20 de atrás para adelante o hacer una determinada tabla
de multiplicación, resolver un crucigrama, etc., hacer ejercicio físico, llevar a cabo respiraciones lentas y
profundas.
Por ejemplo, ante la siguiente situación emocional: “Estoy furioso” las posibles autoinstrucciones
serían:
“¿Por qué me siento así? ¿Qué cosas se me han pasado por la cabeza?".
“Estar furioso/a no me conduce a nada positivo” “Voy a pensar que se me ocurre para eliminar mi
irritación”.
“¿Consigo lo que quiero reaccionando de este modo?”.
“Si ante un problema me irrito, voy a tener en vez de uno dos.” etc.
Una vez que hemos controlado las situaciones de violencia dentro de la pareja, comenzaremos con la
intervención abordando los siguientes módulos:
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Módulos Psicoeducativos
Este módulo consiste en una reeducación emocional y afectiva que incorpore modelos sanos de
relación y ayuden a superar los procesos de adaptación patológicos que han realizado y condicionado la
percepción y codificación de la relación de pareja.
Se les explica el ciclo de la violencia y el proceso de escala de la ira, educación sobre la igualdad de
sexos, sobre la sexualidad en la pareja, potenciar la responsabilidad del paciente en el autocontrol de la ira,
no culpabilizar al otro de los problemas de uno, identificar las situaciones antecedentes facilitadoras de la ira,
explicar los principales pensamientos activadores de la ira, enseñar las manifestaciones fisiológicas más
habituales que indican el inicio de la escalada de la ira, enseñar como se utiliza la escala de intensidad de la
ira, etc.
Un ejemplo de cómo podríamos explicar el ciclo de la violencia sería el siguiente: Se le dibuja una
curva en forma de campana y localizando en esa curva, a) la escalada: situaciones de estrés y problemas y
conductas que le llevan a la agresión; b) finalmente representamos el momento del arrepentimiento,
particularmente las promesas de no volver a hacerlo; el hecho de que el ciclo se repita, demuestra que la
conducta sigue un ciclo difícil de romper sin ayuda. Volvemos a la fase a) de escalada y la representamos
como un termómetro, y que cuando note que sube tendrá que hacer algo para bajarlo. Se le puede pedir que
realicen su propio termómetro anotando lo que siente en cada puntuación.
Cuando la relación se ha deteriorado, por mucho que se intente hacer crecer, de nuevo, los
sentimientos positivos, a través del desarrollo de la consideración mutua y la potenciación de los buenos
momentos conjuntos, especialmente si estos se acompañan de una expresión clara y directa de los
sentimientos positivos y negativos del uno hacia el otro, todavía pueden surgir problemas inesperados.Uno
de tales problemas estriba en la aparición continuada de momentos de mal humor y de hostilidad
inesperada. Algunas situaciones proclives a generar este tipo de mal humor suelen ser:
- Uno de los dos miembros de la pareja no cumple su palabra-compromiso a la hora de llevar a cabo
algún tipo de acción con la que se ha comprometido.
- Desplazamiento de los arranques de hostilidad y malos humores, generados, quizá, en otro sitio o
con otra persona, por ejemplo, en el trabajo o problemas con los niños, y hacer pagar “los platos
rotos” al compañero/a.
- Momentos de enfados persistentes y recriminaciones continuas.
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Es difícil convertir a las personas, con sus grandezas y sus miserias, en “robots” que controlen
absolutamente todos sus sentimientos, pero sí es cierto que este tipo de situaciones puede ser anticipado y
evitado, si ambos miembros de la pareja se comprometen y saben que el otro también está haciendo su
esfuerzo por evitar tales momentos de riesgo.
Conviene pues, que muy pronto en las sesiones de tratamiento, se dedique un momento a hablar de
este tema y a intentar conseguir que todas las parejas firmen su primer acuerdo en relación con las pautas de
actuación que va a seguir cada uno de ellos en estos momentos claves. Estas pautas, se insiste, seguramente
no sean eficaces para todo el mundo, en todas las ocasiones y en todas las circunstancias. Lo cierto es que se
estima que la probabilidad de que la pareja maneje, de una manera eficaz, esos momentos, dependerá de que
sepa anticiparlos eficazmente o no, por eso es tan importante las sesiones educativas sobre el ciclo de la
violencia a la hora de poner en práctica las técnicas de manejo de la hostilidad y la ira.
Una de las peores cosas que puede ocurrir en algunas de las parejas es que “entremos al trapo” del
mal humor del otro y gritar cuando el otro grita. La bola de nieve se hace, así, cada vez más gorda. Ignorar
este comportamiento agresivo por parte de la pareja puede significar extinguir este tipo de reacciones. Si ello
se hiciese sin previo aviso o conocimiento por parte del otro, este ignorar podría servir para encender
todavía más al otro miembro y, en ocasiones, incluso terminar en arranques violentos. Es más fácil de llevar
a cabo si el miembro que ha de ignorar sabe atribuir correctamente el mal humor del otro, y sabe imputarlo
a causas externas a la pareja.
Cuando estos arranques de hostilidad empiezan a generarse y todavía no son muy marcados, una
buena estrategia es que el miembro que está controlado intente “desarmar al otro”, haciendo cosas que sabe
le son especialmente gratas. Esta forma de proceder es especialmente eficaz si hacemos hincapié en que, al
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llevarla a cabo, no se demuestra sombra de ironía. Una buena forma de potenciar su eficacia consiste en
saber apoyarse, sobre todo, en la comunicación no verbal.
Una vez más, esta estrategia puede funcionar si el arranque de hostilidad no está todavía en su
cumbre. Consiste, sencillamente, en invitar al otro a hacer algo de manera conjunta. Algo que la experiencia
nos ha enseñado que es especialmente grato para cada uno de ellos.
Empatía
Ser capaz de ver el mundo a través de los ojos de la pareja y expresar nuestra posición de manera empática,
es otro de los métodos que algunas parejas utilizan con éxito para impedir el desarrollo de estos malos
momentos.
Tiempo fuera
Es, en último extremo, el método más eficaz en mayor número de ocasiones. Consiste,
esencialmente, en darse uno mismo tiempo suficiente para recapitular sobre la hostilidad del otro, hacer que
disminuya su intensidad, y expresar nuestros propios sentimientos, posteriormente, de una manera asertiva y
ausente de crítica. Ser capaz de poner distancia emocional entre el esposo airado y su ira es una buena forma
de romper la reciprocidad negativa. Pero, hacer “tiempo fuera” de manera correcta es difícil. Debería
implicar:
- Que expresemos que vamos a tomarnos “tiempo muerto” para recomponernos a nosotros mismos y
no tanto para ver si el otro se calma.
- Que informemos al otro claramente donde vamos a estar y cuanto tiempo vamos a estar o
permanecer en esa situación.
- Que hacemos clara nuestra disponibilidad para hablar del tema, bien a nuestra vuelta, bien en la
siguiente sesión que hayamos establecido para resolver problemas interpersonales.
Hacerlo así, es bien diferente de “largarnos” de la habitación donde está el miembro airado, dando un
portazo, con la cabeza erguida, mientras gritamos a la vez.
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Propuesta de entrenamiento
Describir los momentos de hostilidad, de manera que los miembros de la pareja puedan reconocer
de qué hablamos e identificarse con el estado descrito.Aclarar los efectos de estos momentos: erosión del
valor gratificador del otro, pesimismo en relación con el futuro, afianzarnos en el convencimiento de que
somos incompatibles y que no vale la pena seguir juntos, tensión emocional, etc.
Aclarar la secuencia que suele seguir la mayoría de las parejas:
- Discusión.
- Período de “morros” y silencios largos.
- Uno de los dos (quizá por cansancio o malestar) reinicia la relación sin, posteriormente, aclarar el
inicio del enfado. Desarrollo de lo que llamamos “estrategias de supervivencia”.
- Agravamiento de la crisis: tras un breve período de nueva “luna de miel-reconciliación”.
Pedir que revisen los momentos críticos y principales circunstancias de riesgo para ellos.Revisar las
estrategias de contención descritas más arriba, y valorar cuál estiman que será más eficaz para cada uno de
los momentos, teniendo muy en cuenta su conocimiento mutuo.Acordar las pautas de actuación, plasmarlas
en un compromiso escrito y revisarlo de vez en cuando, y adecuarlo si no termina de funcionar.
Reenmarque
En aquellas ocasiones en las que se atribuyen todas las crisis al comportamiento intrínsecamente negativo
del otro, puede ser ventajoso utilizar la estrategia del reenmarque. Consiste en hacer que la persona
implicada puede reconceptualizar las acciones del otro desde un marco de referencia diferente y,
seguramente, igualmente verosímil.
Para trabajar la ansiedad existen multitud de técnicas las más utilizadas son: Relajación muscular
progresiva de Jacobson y la Diafragmática lenta.
Utilizaremos la técnica de Jacobson en su versión abreviada que consiste en tensar cada grupo
muscular 2 veces y relajarlo. Concentrarse en las sensaciones de tensión y relajación. Los grupos musculares
que pueden introducirse son los siguientes:
- Brazos y manos. Estirar los brazos hacia el frente con los puños cerrados y apretándolos.
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- Piernas y pies. Levantar las piernas, estirándolas, tirando de las puntas de los dedos de los pies hacia el
cuerpo.
- Espalda. Despegarse del respaldo de la silla, levantar los brazos y los hombros y hacer como si
quisiera que los codos se juntasen por detrás de la espalda.
- Pecho: Levantarun poco los hombros y hacer como si quisiera juntarlos por delante, haciendo fuerza
en el pecho.
- Estómago. Metiéndolo hacia adentro o sacándolo hacia afuera.
- Cintura y glúteos. Tensar juntando los glúteos y estirar la espalda hacia arriba, como si se quisiera
levantar de la silla.
- Cara. Arrugar todo lo que pueda la cara (frente, ojos, nariz, boca).
- Cuello. Apretar la cabeza hacia adelante presionando la barbilla contra el pecho. Luego hacia atrás.
Una vez que el paciente aprende a tensar relajar estos grupos, pasa a reducir a cuatro:
En el Centro de Psicología ALBORAN solemos utilizar un formato abreviado “de abajo a arriba”,
aplicando ejercicios de tensión y relajación con los siguientes grupos musculares:
Entre los beneficios que proporciona la práctica de esta técnica encontramos: incremento de
concentración, aumento en la cantidad de oxígeno que llega a los pulmones, reducción de la velocidad de
ritmo cardíaco y estimulación del sistema nervioso parasimpático.Mejora el sueño, el humor y la digestión.
Estrategias para aumentar y potenciar el intercambio positivo entre los miembros de la pareja
Esta técnica consiste en hacer que cada uno de los miembros de la pareja registre, de manera
puntual, todas aquellas actividades, actuaciones y detalles que el otro ha realizado, y que han sido valoradas
como especialmente positivas por el uno.Se trata de que cada uno monitorice los comportamientos que el
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otro ha realizado y que se han valorado como positivos, independientemente del nivel (por ejemplo,
recreativo, instrumental, afectivo, sexual...) al que se realicen.Cada dos días han de intercambiarse la hoja de
anotaciones para que el otro pueda constatar cuáles son las actividades que en el presente resultan
gratificadoras para la pareja (¡que no tanto para echar en cara al otro lo poco observador que es, de lo
detallistas que somos nosotros!).
“Y ¡hágaselo saber...!”
Esta técnica es complementaria de la anterior. Consiste en hacerle ver al otro que hemos captado
aquellos detalles, aquel comportamiento positivo que ha tenido hacia nosotros, y que se lo agradecemos. Ese
hacérselo saber ha de apoyarse, fundamentalmente, en mensajes no verbales... (“sonrisas, guiños, etc.”).
La estrategia consiste en que cada uno de los miembros de la pareja escribe en un trozo de papel (de
color diferente para ambos miembros), algunos de sus deseos o actividades que le gustaría realizar con el
otro. Hecho esto, han de doblar el papel, graparlo e introducirlo en una caja. Cuando cualquiera de los
miembros de la pareja quiere complacer al otro, lo único que tiene que hacer es ir a la caja de los deseos,
coger un papel del color del otro, abrirlo, leer el contenido de su deseo y cumplirlo.
Esta estrategia consiste en que, utilizando la lista de observación de la pareja, cada uno vaya
apuntando, durante una semana, los agrados que ha recibido del otro, y que, al cabo de la misma, se le haga
llegar al otro. En ella habrá quedado reflejado el tipo de actividades gratificadoras que el otro hizo para el
uno y el impacto que tales actividades gratificadoras tuvieron en la valoración subjetiva de satisfacción
general expresada por el uno.
Símbolos de unión
Entendemos por un “símbolo de unión” cualquier lugar, actividad, acontecimiento, acción, que tiene
un sentido o un significado especial para la relación y para ambos miembros de la pareja. Los símbolos de
unión suelen aparecer con regularidad en los aniversarios, Navidades y épocas de fiestas familiares, y tienen
la función de traernos recuerdos agradables. Hay toda una serie de estímulos que pueden convertirse en
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símbolos de unión, (por ejemplo, una canción especial, lo que ocurrió durante la luna de miel, el lugar donde
se encontró la pareja por primera vez, etc.).
La baraja de pensamientos consiste en que, a partir de una larga lista de actividades propuestas por el
terapeuta, cada uno de los miembros de la pareja elija cinco de tales actividades que estime le supondrían
una satisfacción especial, bien porque se trata de una actividad que ya disfrutó en el pasado, y hace tiempo
que no se realiza, bien por constituir una vieja aspiración, aquello que siempre quisimos hacer y no
pudimos.Una vez que cada uno de los miembros ha elegido sus cinco actividades, han de intercambiar su
lista y contrastar si han coincidido en la elección de algunas de las actividades.Si así fuese, quedaría el
compromiso expresado de desarrollar esa actividad en el primer momento posible. Si no hubiesen
coincidido en la elección de ninguna de las actividades, se hace la lista extensiva hasta 10 ítems diferentes y,
de nuevo, se intenta compartir con la pareja, para ver si se coincidió en alguna.
Fomentar la comunicación
Podríamos decir, que muchos de los problemas que surgen dentro de la pareja se deben a una falta
de comunicación o una comunicación insuficiente, ya que el ser humano se relaciona con los demás a través
de gestos, palabras y silencios. Los conflictos en la interacción marital devienen de un desacuerdo entre el
modo de conducirse, como a nivel cognitivo y/o afectivo. Estos tres componentes se influyen entre sí.
Hay ciertos elementos de la comunicación que son básicos dentro de la interacción de la pareja como por
ejemplo mantener un diálogo efectivo donde ambos integrantes de la pareja expresen sus ideas,
pensamientos y emociones produciéndose así un acercamiento sincero.
Es por ello que hay que realizar un esfuerzo y tratar de comunicarse diariamente, demostrando así
interés hacia el otro. La comunicación eficaz se basa en el respeto al otro y la escucha activa, en una
comunicación fluida, donde ambos cónyuges puedan expresar sus pensamientos y emociones respetando su
individualidad y la del otro.
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La manipulación.
La apropiación posesiva.
La desconfianza.
El independentismo.
Los celos.
El temor.
La inseguridad.
La instrumentalización del otro.
La sexualidad.
La propuesta de la terapia de pareja cognitivo conductual para resolver los conflictos pasa por:
Producir cambios en el estilo comunicativo de ambos miembros de la pareja constituye, sin duda, el
bloque más importante de la mayoría de los programas de intervención en los problemas de pareja, y desde
luego, es el núcleo fundamental de la Terapia Marital Conductual. Este entrenamiento empieza a realizarse,
gradualmente, desde la primera sesión.
La comunicación en sí misma, no constituye un fin, sino que es un medio para conseguir una serie
de objetivos: bien sea escuchar, ser escuchado, expresar los sentimientos propios, independientemente de
que estos sean positivos o negativos, dar información puntual sobre un hecho concreto... Conseguir cada
uno de estos objetivos requiere, sin duda, una serie de recursos y habilidades específicas.
Resolución de Problemas
Uno de los mecanismos, a través de los cuales, posiblemente, se erosiona más rápidamente el valor
gratificador del uno para el otro, consista en la combinación de aspectos conflictivos y déficits conductuales
a la hora de resolver tales conflictos.
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A la hora de resolver un problema es importante buscar un ambiente apropiado (por ejemplo,
cuando los niños no estén delante) y un momento adecuado (por ejemplo, cuando los dos están tranquilos,
cuando no tienen prisa, cuando no han bebido alcohol, etc.). En los casos necesarios, se pueden utilizar
lugares o circunstancias incompatibles con la discusión violenta (por ejemplo, pasear por un lugar
concurrido, estar sentados en una cafetería, etc.). Es necesario empatizar con la pareja, ya que esto
contribuye a inhibir las actitudes de hostilidad y a crear una atmósfera adecuada para solucionar problemas.
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Asertividad
El objetivo principal es que la pareja sea capaz de expresar los sentimientos sin herir al otro y siendo
capaz de elegir por uno mismo. Es decir, que sea lo mas asertiva posible.
Para facilitar esto el terapeuta ha de realizar el siguiente procedimiento:
A través del role- playing podremos evaluar las situaciones menos asertivas de la pareja.
Listado de las situaciones: se les pide que definan las situaciones más conflictivas.
Ensayo encubierto, se le pide a la pareja que imagine como responde a una situación conflictiva.
Modelado, el terapeuta hace de modelo para enseñarles como se responde asertivamente.
Feedback, se les dice lo que han hecho bien y lo que han hecho mal.
Se repiten los pasos hasta que la pareja sea capaz de tener un comportamiento más asertivo y autoexpresivo
como una alternativa a la agresión.
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