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Concepto de dolor
Desde siempre, para la Medicina el dolor ha sido el síntoma más importante con que ha
debido enfrentarse y en la mayoría de los casos es llamado un signo-síntoma guión (el principal
indicador de una patología). ¿Por qué signo-síntoma? Porque si bien, por su naturaleza el dolor
es síntoma, su manifestación provoca signos importantes: limitación funcional, posturas
antálgicas, defensa muscular, etc.
La Real Academia Española define a dolor como palabra derivada del latín dolor, oris y
que significa “sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior o
exterior”. Los diccionarios médicos definen a dolor como “sensación más o menos localizada de
malestar, molestia o aflicción, resultante de la estimulación de terminaciones nerviosas
especializadas”.1 “Impresión penosa experimentada por un órgano o parte que es transmitida al
cerebro por los nervios sensitivos”.2 Algunos autores definen al dolor como “percepción
localizada de una impresión o sensación muy desagradable” 3 La Asociación Internacional para
1
Diccionario Médico Dorland
2
Diccionario Médico Salvat
3
Meunier-Shavaloff – NEUROTRANSMISORES, Editorial Polemos, Bs. As. 1999
2
Estudio del Dolor (IASP = Internacional Association for Study of Pain) define al dolor como
“experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a daño real o potencial de los tejidos
o descrito en términos de tales daños”.
A todas estas definiciones le faltó agregar el ingrediente de síntoma invalidante para todo
trabajo u ocupación. Soslayar o pretender desconocer este aspecto fundamental para la
Medicina Laboral, es lo que lleva a muchos médicos a considerar que el dolor no es un “motivo”
para dejar de trabajar y lo tratan despectivamente al quejumbroso por dolor con frases tales
como “no es nada, ya se le pasará” “vaya a trabajar que eso lo calmará” y otras cosas por el
estilo. La Medicina Laboral, como el resto de la medicina, suele no estudiar más profundamente
los dolores, debido al “costo”, el “tiempo que lleva” estudiar el dolor y lo que hemos llamado el
“miedo semiológico” que despierta la pretendida subjetividad del dolor, como si fuera algo
intangible y misterioso, que impide conocer causas y terapéutica. Interesa, tanto a la justicia
laboral como al médico laboral, saber con certeza cuando un dolor es invalidante. La evidencia
de la incapacidad se objetiva claramente con:
1. actitud o posición antálgica: el dolor lumbar obliga a caminar despacio con las
manos sobre la cintura y en posición de semiagachado; el dolor cervical consiste en
adoptar una posición más o menos fija, generalmente en hiperextensión (tirando la
cabeza hacia atrás); el dolor de articulaciones de miembro inferior obliga a colocar
el antebrazo sobre el tórax (posición en cabestrillo); el dolor del miembro inferior
obliga a encoger dicho miembro evitando posar el pie sobre el suelo, para lo cual
también se usa muleta o bastón o se tiende a estar en cama o sentado; ciertas
cefaleas llevan a tomarse la cabeza con ambas manos; las dorsalgias llevan a la
hipercifosis, etc.
2. impotencia funcional: generalmente los dolores de todo el cuerpo llevan a estar en
cama, inmovilizando todo el cuerpo; en miembros superiores, además de la
posición antálgica, el doliente evita el uso del miembro dolorido por todos los
medios; en miembros inferiores lo primero es evitar caminar o apoyar el miembro
dolorido (en el caso del tobillo y el pie que padece talalgia o metatarsalgia se evitar
posar el pie en el suelo). La marcha renqueante (renqueo) es el signo evidente del
dolor de miembro inferior. La marcha basculante es cuando se afecta todo el
miembro desde la cadera hasta el pie.
3. facies de dolor y reflejo de defensa: cuando se pretende realizar un trabajo o una
acción determinada que afecta la zona dolorida, se retira inmediatamente la parte
dolorida suspendiendo bruscamente la acción iniciada (acción refleja). En cuanto al
rostro, además del tic de dolor, está la escala visual de Wong que se traduce por
pestañeo o cierre de párpados con firmeza y la “cara sufrida” que consiste en un
especial aspecto del rostro que indica sufrimiento (ojos entrecerrados, comisuras
labiales distendidas, frente arrugada, entrecejo fruncido, etc.)
3
La Medicina siempre tuvo en claro algunas cosas sobre el dolor:
Hasta la década del ‘70 del siglo XX, la Medicina no se preocupó mayormente del dolor y
sólo se concentró en técnicas semiológicas y descriptivas. A partir de esa década comienzan a
surgir teorías del dolor, como la teoría de la compuerta. Algunos fisiólogos, como Guyton,
empezaron a estudiar los “trenes de estímulos”, similares a la reclutación motora, que viajaban
por las vías nerviosas y descubrieron que estímulos a contracorriente del estímulo doloroso
podía anular al mismo. Esto explicaba la acupuntura y la digitopuntura que estimulaba con
agujas o dedos determinados puntos nerviosos y anulaba el dolor. Algo similar ocurre con las
llamadas posturas antálgicas. De igual modo, un estímulo doloroso parece “reclutar”
6
(sumación) fibras nerviosas sensitivas a medida que se mantiene o aumenta y esto explica como
un dolor cronifica o agrava.
Mary Murray6 realiza un estudio en la década del ’90 repasando algunos avances
médicos sobre el estudio y tratamiento del dolor y destaca que hasta ese momento, la medicina
consideraba al dolor como una faceta desagradable de la vida que no valía la pena prevenir ni
curar, si para esto había que realizar grandes esfuerzos técnicos y económicos.
Se prefería adoptar una vieja actitud basada en el proverbio popular de “a mal tiempo,
buena cara” y se acuñó el aforismo “al dolor, ajo y agua” (frase elíptica que significaba “a
joderse”7 y “aguantarse”). Muchos pacientes con dolores crónicos o postraumáticos o
posquirúrgicos debían esperar a que el dolor se volviera insoportable para que recibieran
medicamentos analgésicos o antinflamatorios. La creencia médica era que el uso abusivo e
incontrolado de drogas analgésicas, especialmente las opioides, producían adicción. Por esto
evitaban la prescripción de uso continuo de drogas. Pero la realidad era otra. Al recibir al
paciente con alto grado de dolor debía prescribir dosis altas y esto era lo que encerraba el
riesgo de adicción y secuelas colaterales.
El titubeo médico de prescribir analgésicos hizo que muchos pacientes vivieran una
verdadera “agonía del dolor”. John Liebskind, psicólogo norteamericano de ese momento,
comentó: “antes recomendábamos a los enfermos que no se preocuparan por el dolor, pues
éste no lo mataría. Hoy tenemos una opinión distinta. Se ha comprobado que, en algunos casos,
el dolor mata”. Efectivamente, un dolor muy agudo e intenso puede provocar colapso, o en el
caso de un dolor intenso crónico, como la neuritis del trigémino, ha inducido el suicidio.
Muchos cancerosos terminales o cuadros terminales acompañados de dolor intenso no
controlable por terapéuticas, lleva a los pacientes a solicitar el “suicidio asistido” o,
directamente, a pedir que “lo maten”. Esta situación es la esgrimida por los médicos que
defienden el derecho a la mal llamada eutanasia que en realidad es una distanasia, fruto de una
enfermedad incurable o de un mal manejo psicológico y terapéutico por parte del médico.
Pero a partir de la década del ‘90 los investigadores médicos descubrieron muchas cosas:
1. el uso correcto de analgésicos no causa adicción: así una morfina aplicada a baja
dosis en el momento en que se inicia el dolor, no importa la cantidad de veces que
6
Mary Murray - REVOLUCIONARIOS AVANCES EN LA LUCHA CONTRA EL DOLOR, EE.UU., mayo 1993
7
El verbo joder está empleado en su acepción de fastidio (fastidiarse)
7
se aplique, atenúa el dolor y no produce adicción. Esto permitió un concepto
nuevo del llamado “botón de cabecera” donde el paciente se conectaba a una
especie de “bomba de morfina” computadorizada que trabaja a intervalos de
minutos, que era un aparato graduado para liberar bajas dosis de morfina y se
conectaba a una botonera que el paciente manejaba cuando comenzaba a sentir el
dolor. Este método se llamó “analgesia controlada por el paciente” (ACP). La
bomba es portátil y puede ser usado en el domicilio por enfermos crónicos o
terminales
2. la adición de psicofármacos: siempre el dolor produce depresión y ésta agrava al
mismo. El uso de antidepresivos atenúa dolores artrálgicos crónicos (artritis,
reumatismo); los ansiolíticos, especialmente el diazepam, ayudan a relajar los
músculos y por esa vía alivian las contracciones musculares, sobre las cuales los
miorrelajantes clásicos actúan poco o con grandes efectos colaterales indeseadas.
3. la administración de estímulos antiálgicos: acupuntura, digitopuntura,
kinesioterapia, temperatura como calor o frío (según etiología del dolor), láser,
quiropraxia, etc.
4. el uso de nuevas drogas analgésicas: la clonidina antes de una intervención
quirúrgica atenúa el dolor de la misma, el sumatriptán como anticefaleico,
fentanilo etc. Estas nuevas drogas actúan neutralizando neurotransmisores que
intervienen en el dolor
5. la anestesia local: el uso de pomadas con anestésicos locales como la combinación
de lidocaína y prilocaína, o el uso de la bupivacaína. Últimamente se utiliza la
capsaicina, un principio extraído del ají chile, para el dolor neurítico herpético.
6. combinación de técnicas: la combinación de medicamentos en dupla o tripletes
de drogas y medios de aplicación (oral, inyectable o aplicación dérmica por cremas
o parchas bombas que liberan gradualmente el analgésico), junto con
kinesioterapia (calor, ejercicios, relajación con bioretroalimentación, psicoterapia y
otras técnicas), han disminuido o curado muchos dolores crónicos
7. descubrimiento de nuevos procesos y mecanismos neurológicos: el conocimiento
de receptores, centros de dolor, neurotransmisores y otras sustancias
intermediarias del dolor: el dolor no tratado debilita el sistema inmunitario y
acelera el crecimiento de tumores. En el cerebro, los impulsos se procesan en la
corteza cerebral, que es el centro del pensamiento consciente. Algunas neuronas
envían una señal rápida que provoca la primera sensación del dolor y desata el
reflejo de defensa. Otras neuronas transmiten impulsos menos rápidos y son las
que prolongan un dolor. Ciertas sustancias químicas o mediadores sensibilizan los
nociceptores (receptores del dolor) e intervienen en los circuitos neuronales. El
dolor se va intensificando si no se le alivia, porque la repetición de impulsos que
pasan por las fibras nerviosas hace que los nervios “aprendan” a sentir más dolor.
Los traumas que lesionan terminaciones nerviosas finas y algunos nervios
periféricos desatan un proceso de reparación o neurogénesis que genera nuevas
8
fibras nerviosas que constituyen vías alternativas de conducción de estímulos
motores, pero también de los sensitivos. Esas vías no restituyen a pleno el nervio
original pero permiten recuperar algunas funciones. Otras veces son causas de
“neuritis residuales” que provocan neuralgias “per vitam”. Se conoce
neurotransmisores dolorígenos como las prostaglandinas y otros péptidos y los
antiálgicos como serotonina y endorfinas, etc.
8. cirugía correctiva: muchos síndromes dolorosos se pueden curar con
determinadas técnicas quirúrgicas: liberación de nervios atrapados, pinzados o
simplemente supresión de vías sensitivas mediante bloqueos quirúrgicos o
farmacológicos introducidos por procedimientos cruentos invasivos (agujas,
catéteres, etc.) in situ.
A partir del comienzo del siglo XXI (2000 y 2001) todos esos nuevos conceptos y
descubrimientos han permitido un nuevo enfoque del dolor y, aunque parezca paradójico, es
ahora que los médicos están aprendiendo a conocer, apreciar y manejar el dolor, en forma más
efectiva. A continuación citaremos textualmente algunos de los trabajos actuales y conceptos
que hoy se manejan.
En primer lugar, citaré unas investigaciones8 que establecen que los dolores como
cefaleas, artralgias y lumbalgias hacen perder a la sociedad millones de horas de trabajo. Esto
demuestra que el dolor, por sí solo, es fuente de incapacidad laboral. El hecho de que un dolor
no pueda detectarse objetivamente por aparato tecnológico, no motiva que deba ser
menospreciado por los evaluadores de incapacidad laboral.
Para definir un dolor lo mejor es el aforismo “dolor es todo lo que el paciente dice que
es” y esta es la mejor definición porque es la que el médico recoge en la anamnesis
(interrogatorio médico) y por los dichos del paciente desenrolla el ovillo fisiopatológico que lo
lleva a localizar y traducir lo que el dolor significa y cual es la magnitud del mismo.
8
(Solís, Horacio Daniel - ANALGESIA 2001, Fasc. I, Bs. As. abril 2001) (Dr. Horacio Daniel Solís-Dr. Alfredo Carboni – DOLOR
CRÓNICO. Analgesia 2001, fasc. 2, Bs. As. 2001)
9
1. La anamnesis (conjunto de las preguntas claves o interrogatorio) donde se
averigua cómo es el dolor, dónde ubica, con qué calma, qué lo origina, formas de
presentación, si irradia o no, si tiene horarios, con qué se relaciona, etc. Esto
constituye el algoritmo del dolor y es técnica clave tanto para el diagnóstico como
para descartar simulación o disimulación. Es una de las formas de “objetivar” el
dolor para perder “el miedo semiológico” de su diagnóstico certero. La anamnesis
es una excelente metodología semiológica para el diagnóstico diferencial.
2. las palpaciones y maniobras exploratorias (examen físico y neurológico) que
metódicamente deben realizar. La exploración de la sensibilidad con
monofilamento es un método muy útil para detectar zonas de anestesia,
hipoestesia e hiperestesia.
3. el uso de escalas de autoevaluación (escala visual análoga o VAS, escala facial de
Wong), reflejo de defensa
4. estudios complementarios: EEG para cefaleas, EMG para dolores musculares y
neuropáticos, estudios por imágenes, electrofisiología, RMN, etc. No detectan al
dolor en sí, pero ponen de manifiesto el tipo de lesión que origina el dolor.
5. Medicina de la Evidencia: es la nueva rama de la Medicina que tiende a lograr un
diagnóstico certero en lugar de diagnósticos presuntivos. Es la que establece el
nexo causal o etiología certera de un dolor. Sus métodos consisten en elegir y
cotejar estudios multicéntricos y bibliografía cuya calidad científica sea
irreprochable (lo que descarta los trabajos publicados en Internet, salvo que sean
reproducciones fieles de trabajos científicos reconocidos o bibliografía excelente).
El criterio fundamental de la Medicina de la Evidencia es que la aceptación debe
ser únicamente de criterios universales científicamente comprobados.
6. Maniobras especiales para descartar simulación: en la lumbalgia o lumbociatalgia
por ejemplo, se usa: Con el paciente de pie se observa la actitud antálgica:
disminución de la lordosis lumbar y desviación lateral del tronco. La desviación
lateral puede heteróloga o heterolateral: el paciente se inclina hacia el lado
contrario que le duele; u homóloga o ipsilateral: se inclina hacia el lado que mueve.
Hay desviaciones laterales “alternantes” (unas veces se inclina hacia un lado y otras
hacia el contrario. Ocurre cuando se flexiona hacia delante o al sentarse). La
lumbociatalgia se examina con las maniobras: signo de Lasègue (elongación del
ciático) Maniobra de Purves-Stewart o de Gowes-Bragard (en el punto de
elongación de Lasègue que aparece el dolor se disminuye el ángulo y se realiza
flexión dorsal del pie que reaviva el dolor), maniobra de Wassermann (paciente en
decúbito ventral se flexiona la pierna sobre la rodilla y se eleva un poco el miembro
inferior), examen de reflejos. La presión de la cresta espinosa (conjunto de apófisis
espinosas) da el signo de Delitala: la presión de la apófisis espinosa de la región
afecta provoca aflojamiento de las rodillas. (Del Sel y col. ORTOPEDIA Y
TRAUMATOLOGIA: 95-98, López Libreros Editores, Bs. As., 1976) Para descartar la
simulación de dolor lumbar se realizan las llamadas “pruebas de Waddell” que
10
consisten en: sensibilidad al tacto superficial: se palpa o roza la piel de la región
lumbar y el paciente hace muecas, a veces exageradas, de dolor. Pruebas de
simulación: se realiza una carga axial y si el paciente la tolera puede estar
simulando. La rotación espinal en un plano tiene que tener resultados idénticos
que la rotación espinal de pie. Si hay diferencias puede hablarse de simulación.
Pruebas de distracción: se realiza un examen de columna lumbar en silencio y
después se repite pero no indicando al paciente que se le está examinando, al
mismo tiempo que se le efectúa preguntas que obligan al paciente a concentrarse
en la pregunta y no pone atención en el examen. Si hay diferencias entre uno y otro
examen, se habla de simulación. Ubicación de molestias regionales: en el examen
el paciente manifiesta anomalías que no siguen estructuras neuroanatómicas.
Reacción excesiva: el paciente suele dar testimonio desproporcionado o exagerado
de sus dolencias. Por ejemplo, simula disbasia por dolor pero al retirarse de la
consulta lo hace caminando normalmente. También manifiesta en el examen que
no se puede agachar, pero si se arroja disimuladamente un objeto al suelo, suele
recogerlo con agilidad con el mismo movimiento que en el examen decía no poder
hacer. Otro elemento es que la palpación produce reacciones exageradas o frases
como “no me toque más” “no tolero que me toque”. Las muecas exagerados o
movimientos de esquive desproporcionados son signos de simulación
especialmente si la palpación no es profunda. (John H. Klippel, Paul A. Dieppe –
REUMATOLOGÍA PRÁCTICA: 61, Editorial Mosby, Bs. As. 1998) En otros dolores, la
manifestación exagerada de rehuir la palpación o la emisión de gritos o gemidos
exagerados a una palpación muy superficial o al amago de palpación o a la
aplicación de técnicas similares a la de Waddell, junto a la aplicación minuciosa y
cuidadosa del algoritmo del dolor, permite descartar simulación o disimulación o
exageración de un dolor. Es decir, todo dolor, de un modo u otro, es
completamente objetivable a través de pruebas semiológicas como las explicadas
y otras.
Todos estos elementos semiológicos que sirven para detectar las modalidades de los
dolores, pues no todos los dolores son iguales.
Tipos de dolores
Dolor agudo
Dolor crónico
Según Bonica el dolor crónico “es una situación de malestar con deterioro severo en los
aspectos físico, psíquico, emocional y social del paciente y la familia”.
El dolor crónico genera importantes pérdidas en todos los países del mundo. Afecta tanto
el ambiente laboral (es una de las afecciones que causa mayor incapacidad laboral) como el
9
Solís, Horacio Daniel - ANALGESIA 2001, Fasc. I, Bs. As. abril 2001
12
familiar. Los dolores crónicos pueden inhabilitar por días, semanas, meses o ser permanentes y
se presentan como cefaleas, lumbalgias, siendo los más severos las artralgias crónicas de las
patologías articulares. El dolor crónico se transforma en la enfermedad misma, más que un
síntoma de lesión o enfermedad.
Una vez más itero que el dolor se objetiva y se conoce, como antes lo establecí, por la
semiología: las palpaciones y maniobras exploratorias (examen físico y neurológico) que
metódicamente deben realizar y las preguntas claves o interrogatorio (anamnesis) y el uso de
escalas de autoevaluación (escala visual análoga o VAS, escala facial de Wong, elementos
semiológicos que sirven para detectar las modalidades de los dolores, pues no todos los
dolores son iguales.10 El médico que manifiesta que no puede objetivar un dolor, está
reconociendo explícitamente que no está entrenado para hacerlo y desconoce los medios
necesarios para tal objetivación. Lo que un médico puede, lícitamente, es desconocer una causa
anatómica del dolor o establecerla mediamente mediante estudios electrofisiológicos o EMG
que detectan la topografía neurológica (nervios afectados), pero nunca puede aducir que le es
imposible establecer con certeza la existencia de un dolor y su naturaleza. He demostrado que
esto no es así y esa es la razón que me impulsa a insistir hasta el aburrimiento o cansancio, los
medios semiológicos y tecnológicos al alcance de cualquier profesional para explorar las zonas
del dolor. El examen neurológico permite establecer con exactitud las metámeras (regiones
inervadas por determinados nervios) que son vías algésicas. Dichas metámeras se establece
mediante la anamnesis y las exploraciones con monofilamento, algesímetro o maniobras
semiológicas (por ejemplo: Lasègue o elongación del ciático, palpación de cresta espinosa que
puede dar signos específicos como el de Delitala, etc.)
Hasta ahora la ciencia médica ha establecido una serie de mecanismos mediados por
sustancias que son algógenas (producen el dolor). Estas sustancias intervienen mediando tanto
en el dolor como en la inflamación.
Así se conoce:
Las citocinas
Las citocinas actúan como si fueran algún tipo de hormonas polipeptídicas de bajo peso
molecular (inferior a 80 kD, que en términos generales actúan en forma autocrina/paracrina
normalmente,12 pero otras veces lo hacen en forma endocrina a distancia (IL6, TNF-).13
Ambos producen citoquinas que pueden atravesar la barrera hematoencefálica en los dos
sentidos de entrada y salida del cerebro y así salen citocinas cerebrales al sistema periférico y
de éste ingresan al cerebro; y, también, se sabe que los citoquinas periféricas pueden ingresar
al cerebro a través del nervio vago, por donde viajan en forma ascendente (transporte
retroactivo). La conjunción de inmunotransmisores (citocinas, prostaglandinas),
neurotransmisores (encefalinas, CRF, ACTH, SHT, GABA en el cerebro, activan el eje HPA. Esta
activación se da particularmente con las citocinas (citoquinas o citokinas) proinflamatorias
tanto las que produce el cerebro como las aportadas por el sistema periférico. El aumento de
citocinas proinflamatorias en cerebro también estimulan la producción de NO y PGE2 a través
de la activación del NOS y el COX2. Los altos niveles de citosinas proinflamatorias y PGE2
estimulan la producción de mediadores antinflamatorios y de la interacción de ambos resulta el
equilibrio de acciones y reacciones. La acción antinflamatoria está mediada por ácidos grasos N-
3 que antagonizan a IL-1 y la síntesis de PGE2, tanto en la periferia como en el SNC. El aumento
de IL6 favorece el transporte de IHT lo que lleva a la producción de depresión y al descenso de
linfocitos NK lo que predispone a activar o adquirir infecciones y la posibilidad de tener un
cáncer. Los ácidos grasos N-3 tienen actividad protectora al antagonizar los efectos
depresógenos, la sensibilidad a las infecciones y aumentar los linfocitos NK que evitan al cáncer.
La conjunción de citocinas y cortisol (aumentado en el estrés crónico) producen una acción
neurotóxica que lleva a la disminución del volumen del hipocampo y la corteza, la depresión (la
cual si no es tratada puede desembocar en demencia). La neurodegeneración se debe a que las
citosinas proinflamatorias activan la IDO (Indolamina 2.4 dioxigenasa, la cual a su vez actúa
sobre el triptófano, la vía kinurenina y disminuye la serotonina en el cerebro. Este mecanismo
15
THE AMERICAN JOURNAL OF MEDICINE (95): 637-644, 1993) (SCIENTIFIC AMERICAN (269):21-30, 1993.
17
es gatillado por el estrés crónico. El producto final de la vía kinurenina es el ácido quinolínico
que es una neurotoxina que activa el NMDA y los receptores de glutamato.
En estos receptores, la neurotoxicidad está mediada por los aminoácidos excitantes (AAE)
los que provocan daño por dos mecanismos: daño celular asociado a la entrada de calcio (que
lleva a disfunción mitocondrial, activación de proteasas y aumento en la activación de los
receptores NMDA; daño osmótico (que lleva a la despolarización, entrada pasiva de cloro,
entrada de agua y, finalmente, lisis osmótica. Esto explicaría porque los fármacos antidepresivos
disminuyen la liberación de citoquinas proinflamatorias en los macrófagos y aumentan la
liberación de citoquinas antinflamatorias. También estos mecanismos dilucidad cómo el cerebro
afectado por el estrés y la depresión causados por mal control o vulnerabilidad desarrolla las
enfermedades psicosomáticas y cómo un correcto control mental o resiliencia favorece la
remisión de enfermedades o evita la instalación de las mismas. Las citocinas, en general,
pueden dividirse en antinflamatorias como las IL-4 e IL-10 y las proinflamatorias como la IL-1, IL-
6 y el TNF alfa.
Citocinas proinflamatorias16
16
Jorque Guillermo Peralta – FISIOPATOLOGÍA DE LA SEPSIS, PROAMI, tercer ciclo, fascículo 2, Editorial Panamericana, Bs.
As. 1998
18
Cofactor en estimulación de
linfocitos
T y B, expresa moléculas de
adhesión
Al mismo tiempo que se inicia la acción de las citocinas proinflamatorias que es una
acción exógena, las células que intervienen en el proceso también fabrican anticitoquinas
endógenas y las denominadas citoquinas antinflamatorias. Promueven la respuesta
antinflamatoria compensatoria (RAC) a la que Roger Bone menciona con sigla inglesa CARS.
Son citoquinas que tienen actividad antinflamatoria e inmunodepresora, pues, además de
regular o potenciar algunas funciones inmunológicas, poseen un efecto inhibitorio del
crecimiento celular o suprimen la secreción de otras citocinas. Pertenecen a este grupo la IL-4,
IL-3 e IL-10, las que activan las acciones de los linfocitos B al mismo tiempo que inhiben las
respuestas inflamatorias. De esta manera balancean el SIRS. La intervención simultánea de
CARS y SIRS producen un síndrome de equilibrio o síndrome mixto (MARS en las siglas
inglesas). Una CARS en exceso provoca depresión inmune. La principal representante
antinflamatoria es la IL-10 que en principio, al ser hallada, se le denominó CSIF (cytokine
síntesis inhibitory factor) o factor inhibitorio de la síntesis de citocinas proinflamatorias.
Sistema de kininas
El llamado sistema de kininas o cininas, está constituido por péptidos que circulan por la
sangre y la linfa y por esa razón se denominan kininas (del griego kine = movimiento). Algunos
circulan en forma inactiva y son activados por enzimas frente a determinadas reacciones
inflamatorias, alérgicas o dolorosas. El sistema está compuesto por la bradiquinina, la calicreína,
la calidina. La calicreína es la que genera a la bradiquinina y a la calidina. Las kininas son
potentes algésicos que ocasionan dolor ardoroso e intenso si se aplican a la base cruenta y al
descubierto de una vesícula, y un dolor ardoroso pulsátil si se inyectan en la arteria humeral. La
bradicinina estimula neuronas sensitivas primarias y hace que se liberen neuropéptidos como la
sustancia P, la neurocinina A y el péptido producido por el gen de la calcitonina (Geppet,
1993). En el dolor agudo, los receptores B 2 median la algesia por bradicinina; el dolor crónico
entraña la participación de un número mayor de receptores B 1.17 La bradicinina provoca dolor y
causa la descarga de los nociceptores inervados por las fibras C.
Ciclo de prostaglandinas
17
Goodman & Gilman – LAS BASES FARMACOLÓGICAS DE LA TERAPÉUTICA, Vol. I, Editorial Interamericana, México, 1996
22
La biosíntesis de las prostaglandinas es a partir del ácido araquidónico el cual puede ser
degradado por enzimas diversas como pueden ser las lipooxigenasas, ciclooxigenasas,
productos del citocromo P450, vía no enzimática a través de la peroxidación del ácido
araquidónico in vivo, catalizada por un radical libre. Los productos de las ciclooxigenasas (COX)
son: el ácido prostanoico y el ácido trombanoico. El ácido prostanoico originará las
prostaglandinas (PG) que se denominan con letras mayúsculas: A, B, C, D, E, F, G, H, I.
De las COX hay dos isómeros: COX1 y COX2. La COX1 se expresa en forma constitutiva en
casi todas las células, mientras que la COX 2 no se encuentra normalmente en las células sino
que su formación es inducida por factores séricos, citosinas y factores de crecimiento. Las COX
desarrollan dos actividades diferentes: por un lado producen endoperóxido cíclico de PGG; por
otro lado producen peroxidasas que transforma PGG en PGH, que darán origen a otras PG y TX.
Los productos de la lipooxigenasa son los ácidos hidroxiperoxieicosatetraenoicos (HPETE) y
acido grado hidroxi (HETE) y leucotrienos. Otra vía que produce PG activas es la generada por
los isoprostanos. Surgen de la oxidación del ácido araquidónico catalizada por un radical libre.
Son productos semejantes en estructuras a las PG de la ciclooxigenasa. Se vinculan con la lesión
tisular mediada por radicales libres por la generación de autacoides bioactivos derivados de
lípido (Morrow y col., 1990)
Neurotransmisores
Son sustancias que intermedian la transmisión del dolor por las vías que conducen los
estímulos dolorosos y los núcleos centrales que procesan los estímulos dolorosos. En las vías
espinales interviene la sustancia P, colecistoquinina (CCK) y somatostatina. Interviene también
la serotonina, 5-HT y NA. En las vías supraespinales intervienen la serotonina, sustancia P y la
CCK. Otras sustancias que intervienen na la transmisión del dolor son los aminoácidos
excitatorios (glutamato, aspartato) y nucleótidos como el ATP (trifosfato de adenosina). Muchos
autores ubican a la histamina como productora de dolor, pero otros sólo admiten su función
edematosa y pruriginosa. Hay sustancias analgésicas que contrarrestan el dolor como las
endorfinas, encefalinas y dinorfina.
Tradicionalmente, desde el punto de vista clínico, los dolores se han clasificado en:
23
1. agudo
2. crónico
3. superficial
4. profundo
5. dolor referido
6. dolor central
7. dolor localizado
8. dolor generalizado o difuso
Dentro de los dolores localizados hay que considerar el dolor de referencia aberrante que
suele plantear grandes dificultades para localizarlo Este dolor se explica como una alteración del
estado fisiológico de las reservas de neuronas en los segmentos adyacentes de la medula
espinal. De este modo, cualquier dolor, una vez que se vuelve crónico, puede extenderse con
bastante amplitud en dirección vertical un por un lado del cuerpo, en virtud de este
mecanismo. Por otra parte, los estímulos dolorosos que se originan en un sitio distante ejercen
un efecto inhibitorio sobre los reflejos de flexión nociceptivos segmentarios en la pierna
(DeBroucker y col.). Otra peculiaridad clínica más del dolor segmentario es la reducción de la
fuerza de la contracción muscular que puede producir hasta el grado de una parálisis refleja. 18
Uno de los principales inconvenientes con los que se tropieza en la clínica es la dificultad
de medir objetivamente la magnitud del dolor. El diagnóstico depende de la respuesta dolorosa
a la presión del examinador sobre determinados puntos algógenos. La evaluación queda así
dependiendo de la interpretación subjetiva del médico en cuanto al tipo o modo de aplicar la
firmeza de palpación. Es lo usado originalmente y conocido como palpometría digital y en
algunos dolores ya hemos descrito técnicas de diagnósticos que involucran la palpometría
digital.
El palpómetro digital disipa el viejo problema de objetivar el dolor y echa por tierra la
afirmación de la imposibilidad de objetivar el dolor, pues permite transformar un síntoma en
signos. La palpometría digital consiste en aplicar a la muñeca de la mano exploradora un sensor
conectado a una computadora, de forma tal que a medida que el médico palpa, en la pantalla
de la computadora se registra una onda que interpreta la profundidad de la palpación y las
reacciones musculares y tisulares en general que se producen al registrar el punto doloroso. La
pantalla registra una “onda de dolor” que después se registra por impresora en una tira y se
interpreta de acuerdo al protocolo diseñado para el sistema. La palpometría digital llena un
vacío de registro del dolor, evitando que siga siendo interpretado meramente como algo
subjetivo imposible de determinar su existencia y calidad, según algunas doctrinas
medicolegales.
Todas las investigaciones sobre el dolor, a partir del 2000, han dado origen al nuevo
concepto de una Medicina del Dolor. Esto es un justo reconocimiento al síntoma más
importante en el ejercicio de la Medicina porque casi el 90% de las consultas cotidianas de un
médico común se basan en algún tipo de dolor, siendo el síntoma-guión más importante para la
consulta médica.
Dolor neuropático20
Concepto
Hay un dolor neuropático (dolor patológico) generado exclusivamente por daño o cambio
en el sistema nervioso central o periférico.
Etiología
19
(Natural Medicine I: 1138-1139, 1995) (Pain (Holanda) 59: 235-239, 1994) (Medical Mag, Vol. 7, N° 59, 1996).
20
(Estudio Carr – Centro Médico Tufts-New England, Boston, EE.UU.) (Estudio Woolf - Hospital General de Massachussets,
Boston, EE. UU).
25
(disrupción, corte, contusión del nervio o filetes nerviosos), por causas quirúrgicas (dolor
posquirúrgico) por causas infecciosas (especialmente por virus neurotrópicos como el herpes)
Patogenia
En el momento que actúa la noxa, el dolor es un síntoma (dolor agudo). Pero cesa la
causa y el dolor cobra vida propia y deja de ser un síntoma para transformarse en una
enfermedad (dolor crónico). Persiste y empeora con el curso del tiempo. Esto se explica
actualmente por la llamada plasticidad neural. Tradicionalmente se ha creído que tanto las
neuronas, como los nervios periféricos, una vez dañados o muertos no se reproducían. Hoy se
ha comprobado que hay una plasticidad neuronal y neural que permite la regeneración tanto de
neuronas como de nervios. En el caso de los nervios, la restauración no es normal y el nervio
cortado o lesionado se regenera o reproduce finas terminaciones múltiples que buscan
reinervar la zona lesionada. Esto explica que el trofismo tisular se mantiene, aunque sea en
forma deficiente. Uno de los problemas de esos “nervios regenerados” es que la formación
imperfecta genera señales anormales debido a que la corriente excitadora que normalmente se
transmite por los nervios indemnes o sanos, al llegar a la zona lesionada se interrumpe y
difunde en forma anormal creando sensaciones sensitivas diversas que se agrupan como
parestesias o dolor. Dyck21 realizó un estudio de neuropatías dolorosas y no dolorosas y
estableció que no había diferencia entre ellas, en lo relativo al tipo de degeneración que afecta
a las fibras. Se ha establecido que en todo el trayecto de los nervios lesionados se generan
impulsos ectópicos. Esos impulsos ectópicos explicarían muchos fenómenos que escapan a los
conocimientos actuales de la fisiopatología neurológica y la etiología de dolores raros
englobados dentro de las causalgias. Otro fenómeno observado en el nervio lesionado
desprovisto de vaina mielínica es la posible activación efáptica (efpasis es un fenómeno de
“falsa sinapsis”)22
21
Dick PJ, Lambert EH, O’Brien PC – PAIN IN PERIPHERAL NEUROPATHY RELATED TO RATE AND KIND OF FIBER
DEGENERATION, Neurology, 26: 466, 1976
22
Causalgia es la neuralgia caracterizada por una sensación local intensa de dolor urente, generalmente a consecuencia de secciones
incompletas de los nervios (Diccionario Médico Salvat)
26
alternativa el “cultivo” previo de las mismas antes del injerto. Hasta ahora se retiraban
directamente de la nariz y se aplicaban a la médula dañada.
La zona lesionada se entrama en la reconstrucción, de forma tal que toma contacto con el
resto de la red de nervios normales y se “intercomunica” con ellos produciendo focos de
excitación periférica anormal que se retransmite a médula y cerebro y genera acciones sobre
neurotransmisores y el sistema psicoinmunoendocrinológico produciendo transformaciones
que pueden llegar a afectar el genoma y activar funciones genéticas generadoras de dolor.
Como sabemos, los genes producen efectos naturales normales o efectos anormales o
patógenos a través de la producción de determinadas proteínas que constituyen el proteoma.
Estas proteínas actúan como enzimas, coenzimas, neurotransmisores, y otras formas. Entre
ellas está el sistema de quininas o citosinas que intervienen en el mecanismo inflamatorio y por
ese sistema autoperpetúan lesiones tipo inflamatorias por tiempo indefinido (neuritis
residuales). La modificación genética por el dolor crónico es lo que hoy se conoce como
mutaciones genéticas adquiridas no transmisibles.
Estos “genes del dolor” que se ha tipificado o identificado en un número de 60, según las
presunciones de los investigadores en el futuro pueden llegar a cientos y es lo que han llamado
el microcircuito genético. El principal mecanismo de activación genética son los estímulos que
provocan la reacción neuronal al dolor crónico. Este mecanismo determina la cronicidad de un
síntoma o signo, llegando a que constituye por sí mismo una enfermedad, lo que
primariamente era una reacción natural de defensa o “sistema de alarma”. Es lo que ocurre con
el dolor. El dolor crónico neuropático, por este mecanismo, provoca un distrés que dispara el eje
hipotálamo-hipofisiario y estimula las adrenales produciendo cortisol. Este neurotransmisor es
el que afecta el sistema inmunológico y la función renal.
También suele ceder un poco a los opiáceos. Pero no lo hace mucho frente a los
antineuríticos, los cuales son más propios para el dolor agudo o subagudo. Los médicos solicitan
estudios de imágenes (RMN, TAC, ecografías) o estudios electrofisiológicos, y se encuentran con
23
Realizado por el Dr. Clifford Woolf en el Hospital General de Massachussets, Boston, EE. UU.
27
que un hueso fracturado ha sido restituido íntegramente y que no hay lesiones musculares o
neuríticas aparentemente importantes o no son registradas por los estudios complementarios.
Esto se debe a que la regeneración de la red periférica de finísimas terminaciones nerviosas
constituye lo que se ha denominado red invisible de nervios porque no dan signos
aparatológicos. Sin embargo esas fibras nerviosas, en su conjunto, generan los impulsos
dolorosos.24
Wolf, Carr y otros autores25 hacen hincapié en la “ignorancia médica” sobre etiología y
patogenia del dolor neuropático crónico y llegan a conclusiones confusas al no contar con un
estudio objetivo. Así se habla de “dolor central”, causalgia, “dolor psíquico”, etc. y se tiende a
menospreciar el síndrome doloroso con rótulos como “histeria”, “neurosis de rentas”, 26
simulación, etc. El cuadro psíquico desencadenado por el sufrimiento lleva a pensar a los
médicos que el paciente no está en sus cabales, dada sus actitudes anormales y reacciones
incomprensibles. La “ignorancia médica del dolor” se debe a que menos del uno por ciento de
los médicos tiene estudios especiales sobre el dolor y el tratamiento y las facultades de
medicinas y los textos médicos no dan mucha importancia al asunto.
24
(Solís, Horacio Daniel - ANALGESIA 2001, Fasc. I, Bs. As. abril 2001) (Dr. Horacio Daniel Solís-Dr. Alfredo Carboni – DOLOR
CRÓNICO. Analgesia 2001, fasc. 2, Bs. As. 2001)
25
(Solís, Horacio Daniel - ANALGESIA 2001, Fasc. I, Bs. As. abril 2001) (Dr. Horacio Daniel Solís-Dr. Alfredo Carboni – DOLOR
CRÓNICO. Analgesia 2001, fasc. 2, Bs. As. 2001)
26
Denominada en la escuela sajona como “neurosis de compensación” y se plantea en los casos de litis que busca una indemnización
(compensación) del daño demandado.
28
especialmente los frentes fríos), plexopatías, neuropatías periféricas, radiculopatías, etc. El
dolor radicular se relaciona con el compromiso de nervios espinales inflamados. Provoca un
dolor lancinante, punzante, quemante, penetrante y sensible. Irradia desde la cintura hasta los
miembros superiores o inferiores, en la distribución del nervio espinal comprometido. Se
experimenta dolor y espasmos en los músculos de los muslos y pantorrillas. La causa traumática
de dolor radicular son compresiones de los nervios por hernias discales, dislocación de la
columna (espondilolistesis), fractura. El dolor se acompaña de entumecimientos
(adormecimientos), hormigueos.27
En los traumatismos hay dos tipos de dolores agudos o crónicos: el dolor somático
profundo producido por lesiones de tejidos no nerviosos (músculos, tendones, vasos, cápsulas,
periostio, etc.) debido a lesiones microscópicas por magullamiento (microdesgarros,
microhemorragias, rupturas de fibras) o lesiones macroscópicas (inflamaciones, desgarros
parciales, rupturas, hemorragias). El dolor neurogénico es el que se produce por lesiones o
inflamaciones de raíces nerviosas (radiculopatía) o lesiones o inflamaciones de nervios
periféricos (neurodocitis, neuritis, etc.) (John H. Klippel, Paul A. Dieppe – REUMATOLOGÍA
PRÁCTICA, Editorial Mosby, Bs. As. 1998)
Neurodocitis vertebral
27
(John H. Klippel, Paul A. Dieppe – REUMATOLOGÍA PRÁCTICA: 61, Editorial Mosby, Bs. As. 1998) (Solís, Horacio Daniel -
ANALGESIA 2001, Fasc. I, Bs. As. abril 2001) (Farreras-Rozman. MEDICINA INTERNA, Edit. Mosby/Doyma Libros, Sección 19:
2630-2648, Madrid, 1995)
28
Solís, Horacio Daniel - ANALGESIA 2001, Fasc. I, Bs. As. abril 2001
29
Diccionario Médico Salvat
30
Valls y cols. ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA, Editorial El Ateneo, Bs. As. 1976
29
Después de los 30 años de edad, las carillas o facetas articulares presentan alteraciones
como consecuencia de esos esfuerzos. Además de las carillas articulares, se lesionan
inflamándose las partes blandas (musculares y ligamentosas) y los nervios regionales,
conformando todo esto un cuadro que es la neurodocitis, “base anatómica del dolor”.31 La
neurodocitis vertebral puede provocar cervicalgias, dorsalgias y lumbalgias.32
31
Valls y cols. ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGIA (29):399-400, 1976
32
PROAMI, Editorial Panamericana, Segundo Ciclo, Fascículo 2: 166, Bs. As. 1997
33
(Del Sel y cols. – ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA, Editorial López Libreros: 190, Bs. As., 1976) (PROAMI, Editorial
Panamericana, Segundo Ciclo, Fascículo 2: 166, Bs. As. 1997)
34
Del Sel ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA: 190-191 Editorial López Libreros, Bs. As. 1976
35
Revista EMPRESALUD N° 54: 24-25, Córdoba, setiembre 2001
30
ocupaciones que predisponen al STC tienen como común denominador el uso reiterado de las
manos en trabajos en los cuales hay acción repetida de asir, apretar, agarrar, empuñar u oprimir,
en especial cuando la mano está en una posición incómoda o cuando se manejan instrumentos
vibrátiles como los martillos neumáticos. Entre los trabajadores con alto riesgo, se encuentran
las modistas, los carniceros, los mecanógrafos, dactilógrafos o digitadores, los músicos, los
empacadores, los cocineros y los carpinteros, las amas de casas posmenopáusicas y otras
profesiones afines. Un 47% de estos casos constituyen una “enfermedad profesional”. En ciertas
industrias, el 15% de los trabajadores resultan afectados por el proceso, cuando sólo 0.1% de la
población general lo sufre por causas no laborales.36
36
(Lancet I: 393-395, febrero 1990) (Annals of Internal Medicine 112: 317-327, marzo 1990) (Morbidity and Mortality Weekly Report
38: 485-489, julio 1989)
37
Del Sel y col. ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA: 191, Editorial López Libreros, Bs. As. 1976
31
receptores osteomusculares en estas articulaciones durante los esfuerzos de la vida cotidiana y
esto provoca cambios musculares y metabólicos que llevan al espasmo o contracción sostenida
de los músculos regionales y el primer estadio son los síndromes miofasciales o síndrome por
sobrecarga anormal crónica (SAC). Esto hace perder congruencia funcional de la articulación por
desplazamiento anormal de tejidos periarticulares y los huesos y lleva a una subluxación o
entorsis articular. Esto se debe a que el SAC y la inflamación consecutiva producen elongación
ligamentaria por sí misma o el esfuerzo produce desplazamientos como se explicó. Aparece el
síndrome de movilidad anormal crónica (MAC) que lleva a una inestabilidad articular y es la
segunda etapa de la enfermedad por microtrauma. En el tercer estadio de la enfermedad por
microtrauma se produce fijación autogenerada en las estructuras dañadas y lleva a una
aparente “estabilidad” que es totalmente anormal y debida a que los tejidos inflamados y
desplazados cobran rigidez por procesos de artrosis, fibrosis o capsulitis adhesiva y hay “inercia
ligamentaria” que lleva al síndrome de estabilidad anormal crónica (EAC). En la cuarta etapa o
estadio de la enfermedad por microtrauma. La fijación espontánea o quirúrgica soluciona la
inestabilidad en el sector afectado directamente pero genera por acción vicariante un nuevo
proceso en otro lugar (a distancia). La estabilización no es solución porque produce
descompensación articular a distancia. Así la capsulitis lleva a la artrosis. La capsulitis adhesiva
provoca dolor e impotencia funcional. Es una disfunción compensadora por el movimiento
perdido. Se produce el síndrome por sobrecarga anormal a distancia (SAD). En esta última etapa
se produce periartritis crónica.38
Dolor irradiado
El dolor irradiado se debe a que confluyen muchos impulsos sensoriales dolorosos en una
sola neurona medular transmisora del dolor, lo que tiene gran importancia para explicar y
comprender el fenómeno conocido como dolor irradiado (el dolor que nace en una zona
38
Cibeira, José B. – CERVICOBRAQUIALGIAS. ENFERMEDAD POR MICROTRAUMA: 165-209, Editorial Panamericana,
Buenos Aires, 2001
39
Pécina, M; Bojanic, I. Y Markiewitz, A. – A. CLIN. J. SPORT MED. 3: 36-43, 1993
32
lesionada pero se transmite y se siente en otra zona no lesionada directamente). “Todas las
neuronas medulares que reciben impulsos de las vísceras y de las estructuras
musculoesqueléticas profundas, también los reciben de la piel. Las distintas formas en que se
produce esta convergencia de impulsos dependen del segmento medular en el que se
encuentre el ganglio de la raíz dorsal que recibe la innervación aferente de una estructura. Por
ejemplo, las fibras aferentes que transmiten los impulsos sensoriales de la porción central del
diafragma proceden de los ganglios de las raíces cervicales posteriores tercera y cuarta. Las
fibras aferentes primarias van a la piel del hombro y de la parte inferior del cuello. De ahí que
una inflamación situada cerca de la porción central del diafragma se perciba habitualmente
como un dolor ubicado en el hombro” 40 El ejemplo de Harrison explica cómo una afección
hepática o vesicular produce omalgia posterior. Hay muchos dolores irradiados: el infarto de
cara diafragmática del corazón que produce epigastralgia rebelde a los antiespasmódicos; el
dolor radicular de cuello y cintura que irradia a miembros, etc. Muchas veces la aparición de un
dolor en una región particularmente sensible al dolor irradiado, como es el dolor radicular,
puede dar diagnósticos errados. Por ejemplo un dolor de cintura y un dolor simultáneo en un
miembro inferior pueden sugerir una lumbociatalgia, sobre todo si el dolor corresponde a
región del nervio ciático, pero hay que realizar una buena anamnesis porque puede ocurrir que
haya una lesión lumbar no radicular y un trauma periférico del nervio ciático. De igual modo
ocurre con las braquialgias simultáneas con cervicalgias, especialmente si revisten carácter de
neuralgias. Si se establece que hubo trauma cervical y braquial simultáneos, es posible que haya
una neuralgia cervical y una neuralgia braquial pero por lesión in situ de nervios o estructuras
nerviosas periféricas. Siempre que haya un dolor que puede ser irradiado deben jugarse todos
los diagnósticos diferenciales posibles. Esto no sólo es importante para las conductas médicas
en sí, sino cuando hay que determinar en sede judicial el origen y la evaluación de un dolor.
Dolor meteorológico
Estas últimas dos características del dolor meteoropático hace imposible su estudio y
clasificación en forma casuística y ordenada. En nuestra experiencia hemos detectado el dolor
meteoropático por circunstancias “catastrales”. Por ejemplo, como médico de guardia he
observado más de 350 casos de consultas en un lapso de 6 años en el Hospital Lencinas de
Godoy Cruz, Mendoza, Argentina. Como perito judicial en 586 anamnesis he recogido el dato
del dolor meteorológico en cicatrices, periartritis y traumatismos de partes óseas y blandas, las
cuales duelen con los cambios del estado del tiempo. En el consultorio particular, he atendido
más 780 casos de dolores articulares por artrosis u otras inflamaciones crónicas que se han
exacerbado con los cambios del estado del tiempo. En ninguno de estos casos, los dolores
ceden con analgésicos o antinflamatorios mientras está operando el cambio meteorológico y sí
lo hacen una vez que ha transcurrido dicho cambio.
34
El estudio Tishler, por todos los errores apuntados, es descartable en cuanto a las
conclusiones, las que se deben, aparentemente, a la actitud previa del investigador, que
“interpreta” a las respuestas como “impresiones subjetivas” tales como: los pacientes “no
recuerdan”, “no pueden responsabilizar a otro causante del dolor”, por “asociación de ideas ...
culpan a la climatología”. Esta es una grave conclusión porque el paciente no tiene el
conocimiento suficiente para precisar la causa de un dolor. Sólo siente el dolor.
Dolor somático
Dolor postraumático
Concepto
1. Contusión o daño por golpe que no causa herida exterior. Suele provocar
microdesgarramientos de tejidos muscular, nervioso, vascular o tendinoso, ruptura
de cápsulas, bursas, u otros tejidos con secuelas de microhemorragias o
36
macrohemorragias endotisulares capsuladas (equimosis, hematomas) o quistes o
colecciones líquidas (sinoviales, etc.)
2. heridas superficiales o penetrantes de tejidos u órganos
3. excoriaciones profundas y escalpes
4. cicatrices atípicas
5. inflamaciones postraumáticas crónicas o agudas
6. edemas postraumáticos
7. movimientos anormales por golpe y contragolpe, elongaciones, acción de fuerzas
axiales en movimientos exagerados, bruscos o intensos.
8. luxaciones, subluxaciones, esguinces
9. deformaciones óseas o articulares postraumáticas
10.fracturas óseas y cartilaginosas
11.secuelas postraumáticas: escoliosis, espondilolistesis, hernias de disco,
espondilolisis, artrosis, etc.
12.aumento de tensión postraumático del líquido cefalorraquídeo
13.traumatismo por ondas expansivas causadas por explosiones, trayectoria
intratisular de proyectiles, golpes de olas de agua, compresión brusca e intensa de
cavidades llenas de aire, etc.
14.posiciones viciosas traumatizantes
Para el Diccionario Médico Dorland, ergonomía deriva también del griego, sólo que la raíz
es identificada con ergo = fuerza y la define como “ciencia relacionada con el hombre y su
trabajo que estudia principios anatómicos, fisiológicos, psicológicos y mecánicos, relacionados
con la distribución eficiente de la energía”. Este concepto refuerza y apoya totalmente al dado
por la RAE e introduce la variable de una distribución eficiente de energía, lo que equivaldría al
principio de mayor rendimiento con el menor esfuerzo. LaDou define a ergonomía como
“ingeniería de factores humanos” y la cataloga como “estudio de la conducta y las actividades
de las personas que trabajan con máquinas y herramientas mecánicas y electrónicas”. En esta
connotación, el autor pone el acento más sobre cómo el hombre debe usar a las máquinas, más
que a factores corporales y mecánicos o la adaptación de la máquina al hombre. No obstante,
cuando desarrolla el tema sobre la función de los ergonomistas (especialistas en ergonomía), la
define como “diseñar o mejorar el sitio de trabajo, el equipo y los procedimientos de los
trabajadores para proveer seguridad, salud y logro eficaz de los objetivos personales y de la
organización”. Con esta aclaración arrima su idea de ergonomía a los aspectos tratados en los
diccionarios vistos. Por definición y etimología, ergonomía es la rama de la Medicina Laboral
que se ocupa específicamente de los riesgos que conlleva el trabajo personal del hombre o
profesional con máquinas o equipos o herramientas electrónicas, de la evaluación de los
trastornos y las lesiones anatómicas, fisiológicas y psicológicas que ese trabajo puede
ocasionar, finalmente, del estudio de normas de prevención de riesgos y de trastornos y
lesiones mediante conductas, actitudes y posiciones correctas. El Dr. Dambrossi43 dice que la
ergonomía es la ciencia que ajusta el ambiente laboral al hombre lo que permite que el
operario trabaje a gusto y desarrolle sus potencialidades al máximo. Los ergonomistas serán
arquitectos, ingenieros, expertos o diseñadores que se dedicarán exclusivamente al diseño de
los ambientes laborales, diseño o rediseño de máquinas y herramientas, para adaptarlas mejor
43
EMPRESALUD, 7,29: 10, Córdoba, 1996
38
al cuerpo y a las funciones que deben desarrollar los operadores de esas máquinas. La
ergonomía, por su naturaleza, exige un equipo ergonómico, básicamente constituido por
médico laboral, ergonomista y profesionales de la seguridad laboral. Desde el punto de vista de
la Medicina Laboral, la ergonomía sirve para explicar cuáles son los riesgos de actitudes o
posiciones viciosas y los medios para evitarlas o corregirlas. Por otro lado, la ergonomía serviría
para ahorrar los gastos exagerados (litigios, pérdida de días de trabajo por ausentismo laboral,
costos de rehabilitación, etc.) que traen aparejados las lesiones por el trabajo y las primas del
seguro de compensación para los trabajadores. La provisión de elementos o herramientas y
ambientes adecuados y adaptados a los movimientos corporales y al trabajo a realizar, además
de evitar los riesgos y sus secuelas, mejoran el rendimiento laboral y la eficiencia y la relación
costo/eficacia resulta provechosa, pues la prevención del riesgo disminuye los costos de salud
de empleados y de las herramientas mal diseñadas. LaDou trata el tema del estrés físico y
psíquico que implica un lugar de trabajo inadecuado y un diseño indebido o deficiente de los
equipos y herramientas.
1. Primera regla: la forma ideal para trabajar debe ser con torsión cero: establece
que ninguna articulación debe estar en posición o postura de giro (rotación). En la
práctica lo correcto sería: a) que el cuerpo esté en posición vertical, a excepción de
cuando está sentado; b) los brazos deben estar en vertical; c) los antebrazos deben
estar en vertical o lo máximo en horizontal; d) deben ser evitadas o llevadas al
mínimo las rotaciones de la columna; e) se debe evitar trabajar con los brazos por
encima del nivel de los hombros. La intención final de la ergonomía es que el
trabajador realice su tarea lo más distendido y relajado posible, a fin de que dañar
su aparato osteomuscular. La única forma posible es que no esté sometido a
tensiones psíquicas ni físicas, y en este punto la ergonomía también debe estudiar
los factores de distrés laboral.
2. Segunda regla: las bancadas de trabajo deben ser estructuradas de tal forma que
el cuerpo que trabaja esté vertical, sin encorvar el tronco y sin elevar los
miembros superiores: cuando el trabajo exige fuerza física, la bancada debe estar
a la altura del pubis de la persona que trabaja y si no exige fuerza física, la bancada
debe estar a la altura del codo del trabajador. Si el trabajo exige esfuerzo visual, la
bancada debe estar a 30 cm. de los ojos. Para lograr los ángulos y las distancias
convenientes a cada tipo de trabajo o esfuerzo, se deben dotar a las bancadas o
mesas de trabajo de un mecanismo que regule altura, ancho e inclinación.
3. Tercera regla: transformar fuerza en movimiento: en lo posible hay que cambiar
una situación de trabajo de manera que el trabajador, en lugar de ejecutar un
44
EMPRESALUD, 9,43:38-44, Córdoba, 1999
39
esfuerzo desmedido, ejecute mayor movimiento de mayor frecuencia y mayor
amplitud.
4. Cuarta regla: reducir la fuerza que tiene que realizar el trabajador: en múltiples
situaciones es posible mejorar el trabajo disminuyendo la fuerzo del trabajador,
con sólo alterar las palancas, aumentando el brazo de potencia de movimiento o
disminuyendo el brazo de resistencia del mismo. Si el trabajo exige un esfuerzo
muscular sostenido y de máximo requerimiento, se debe contemplar la posibilidad
de mecanizar el trabajo.
5. Quinta regla: eliminar los esfuerzos estáticos: en diversas circunstancias hay que
disminuir los esfuerzos estáticos haciéndolos dinámicos, para ello se deben colocar
soportes que alivien la carga de trabajo estático, o reducir el tiempo de la tarea,
alternándola con otras labores predominantemente dinámicas
6. Sexta regla: la altura útil de puestos de trabajos está entre el pubis y el hombro:
se debe tender a mantener las piezas a utilizar en un puesto de trabajo, en una
altura que va desde el hombro del individuo hasta el pubis, de esa manera no
habrá movimientos de columna vertebral que puedan ser perjudiciales.
7. Séptima regla: a las reglas propuestas por el Dr. Rostagno nosotros agregamos esta
7ª regla que hemos desglosado de la primera: se debe escoger la mejor postura o
posición de trabajo, de acuerdo a la exigencia de cada tarea
El Diccionario Médico Salvat es un poco más específico y define a antropometría como “el
estudio de las proporciones del cuerpo humano por procedimientos métricos”. Esta definición
es mucho más aceptable desde el punto de vista médico y es la que adoptaremos nosotros para
definir a la antropometría laboral a la que definiremos como el estudio que debe realizar el
médico laboral de las proporciones del cuerpo de cada trabajador, mediante procedimientos
métricos, para consignar en la ficha antropométrica. El vuelco de los datos métricos de cada
trabajador a una ficha confeccionada especialmente ad hoc permite:
LaDou destaca que “una de las razones primarias de estrés físico en el trabajo, es la
desproporción de tamaño entre el trabajador y el lugar donde labora, el equipo o la
maquinaria. Esta desigualdad puede dar como resultado el tener que trabajar en posición de
flexión con uno o ambos brazos y hombros en alto durante largos períodos, sostener una
herramienta eléctrica a cierta distancia durante mucho tiempo o sentarse sobre un taburete o
banca muy bajo o muy alto” Por ejemplo, la rotación forzada de cintura o de cuello en forma
reiterada o repetitiva termina influyendo negativamente en el aparato locomotor y, además de
lesionar músculos, tendones, paquetes vasculonerviosos y articulaciones, afecta muy
especialmente a la columna vertebral cervical y lumbar, provocando hernias de discos,
discopatías, esguinces, espondiloartrosis (y espondilosis o artrosis incipiente) y si los
movimientos son muy bruscos o sobreesforzadas hay estiramiento exagerado de tendones y
desplazamiento de piezas óseas que llevan a la deformación provocando desviaciones tales
como cifosis, escoliosis, lordosis y combinaciones de estas desviaciones. Un esfuerzo muy
grande y brusco o la carga de un gran peso sobre la columna puede ser causa, en cualquiera de
los segmentos, de una espondilolistesis, un acuñamiento o una luxación, un esguince o una
fractura luxación.
El cuerpo humano, de la manera con que trabajan los huesos, músculos, articulaciones,
nervios y fluidos, puede ser comparado como una máquina y en el trabajo ofrece una variedad
de palancas. Esto nos lleva al concepto de “máquina humana” también ligado a la ergonomía.
Si recordamos que en Física se estudian tres tipos de palancas: de primer, segundo y tercer
grado, bastará estudiar los diversos movimientos de los distintos sectores del cuerpo y se verá
que algunos actúan como perfectas palancas físicas. Por ejemplo una palanca de primer grado
estaría ubicada en el área relacionada, en función del equilibrio del cuerpo, con el cuello y su
músculo esternocleidomastoideo, que ofrece la resistencia de la cabeza que debe mantenida
41
erguida, el apoyo en la inserción del músculo y la potencia en el músculo en sí (palanca 1°
grado: R-A-P). Una palanca de segundo grado (A-R-P) no se encuentra en el cuerpo humano. La
palanca de tercer grado (A-P-R) puede ser ubicada en el brazo, siendo el punto de apoyo el
hombro, la potencia los músculos del brazo y antebrazo y la resistencia el peso que hay que
levantar. Si bien físicamente hay semejanzas entre el cuerpo humano y una máquina, es
evidente que la máquina humana es superior a cualquier otra máquina inventada por el
hombre porque su inteligencia le permite tomar decisiones e improvisar (creatividad), cosas
que la máquina mecánica o artificial no tiene. Todos los conceptos precedentes que influyen en
la postura corporal y la producción de traumatismos o microtraumatismos que conducen a
dolores crónicos, tanto en la vida cotidiana como en la laboral, surgen del estudio de la
biomecánica humana que establece las particularidades del comportamiento estático y
dinámico basado en las características anatomofisiológicas del hombre. Este estudio permite
comprender la fisiología del cuerpo, para lo cual hay que comenzar conociendo las necesidades
funcionales a las que dicho cuerpo responde y conocer cómo la propia naturaleza tiene medios
para resolver naturalmente dichas necesidades sin ocasionar daño anatomofuncional. La
biomecánica humana es el instrumento para conocer el funcionamiento fisiológico postural y
locomotor normal y el patológico, lo que teóricamente permitiría postular el origen de los
movimientos y posturas problemáticas y eliminarlas en prevención de riesgos ciertos.
Dolor psicosomático
Lumbago ocupacional45
El lumbago ocupacional es un lumbago traumático provocado por el esfuerzo laboral u
ocupacional y es causa de invalidez “per vitam”. Es una “enfermedad por el trabajo”
(enfermedad-accidente). Esta condición la separa de la categoría de enfermedad profesional,
pero la distingue de otras causas no ocupacionales de lumbago, por ejemplo, el reumatismo. 46
La región lumbar es “zona de esfuerzos exagerados” que en la adolescencia y la juventud no
repercuten con sintomatología clínica y ósea, pues a esos esfuerzos los absorben los ligamentos
45
Antonio Paolasso- EMPRESALUD Nº 35: 14-16, 1997
46
Kaplán - MEDICINA DEL TRABAJO (24): 244-245, 1976
43
y músculos que rodean las articulaciones. Pero después de los 30 años de edad, las carillas o
facetas articulares presentan alteraciones como consecuencia de esos esfuerzos.
Conclusiones
- neurodocitis
- esguince o entorsis
- patología discal postraumática
- espondiloartrosis postraumática
- escoliosis postraumáticas
- hemorragia intramuscular por desgarro o contusión violenta muscular
- inflamación por atrición de tejidos blandos periarticulares por contusión violenta
(periartritis)
- espondilolistesis postraumática
Frecuentemente el comienzo del dolor es brusco cuando suele coincidir con un esfuerzo,
muchas veces asociado a un levantamiento de peso que motivó un movimiento de torsión del
tronco. Es un dolor muy vivo, pudiendo llegar a impedir el sueño, y se asocia a parestesias
similares a hormigueo.60 La intensidad del dolor puede presentar todos los matices y variar
desde una tolerable molestia subjetiva hasta la incapacidad total del paciente. La propagación
se hace en la esfera del nervio ciático pero puede acusarse un dolor sólo glúteo o bien
isquiático, o, lo más frecuente, propagarse a lo largo de la cara posterior de la pantorrilla que
corresponde a raíz S1 o en cara anteroexterna de la pierna que corresponde a raíz L5. El dolor
lumbar puede variar en intensidad ya sea espontáneamente o por medicación y por las posición
que adopte el paciente (posiciones antálgicas). Con el paciente de pie se observa la actitud
antálgica: disminución de la lordosis lumbar y desviación lateral del tronco. La desviación lateral
puede heteróloga o heterolateral: el paciente se inclina hacia el lado contrario que le duele; u
homóloga o ipsilateral: se inclina hacia el lado que mueve. Hay desviaciones laterales
“alternantes” (unas veces se inclina hacia un lado y otras hacia el contrario. Ocurre cuando se
flexiona hacia delante o al sentarse)
Lumbociatalgia postraumática.
60
Conde-García Fructuoso – LUMBOCIATALGIA AGUDA, Interconsulta, Vol. 7, Nº 9, 1993
47
La lumbociática (lumbociatalgia, lumborradiculalgia) expresa un dolor lumbar con propagación
a lo largo del nervio ciático. El síndrome lumbociático se integra cuando a los signos de
lumbalgia se agrega la participación radicular de algunas de las raíces del plexo ciático,
constituido por las dos últimas y las tres primeras sacras. El cuadro puede iniciarse bruscamente
como lumbociática o tener antecedentes de lumbalgia (lo más frecuente). En ocasiones el
cuadro se inicia como lumbalgia y al cabo de un período de días o semanas se instala el dolor
radicular. Suele invocarse un antecedente de traumatismo o de esfuerzo, pero no siempre muy
cercano a la aparición del dolor. Frecuentemente el comienzo del dolor es brusco cuando suele
coincidir con un esfuerzo, muchas veces asociado a un levantamiento de peso que motivó un
movimiento de torsión del tronco. Es un dolor muy vivo, pudiendo llegar a impedir el sueño, y
se asocia a parestesias similares a hormigueo. (Conde-García Fructuoso – LUMBOCIATALGIA
AGUDA, Interconsulta, Vol. 7, Nº 9, 1993)La intensidad del dolor puede presentar todos los
matices y variar desde una tolerable molestia subjetiva hasta la incapacidad total del paciente.
La propagación se hace en la esfera del nervio ciático pero puede acusarse un dolor sólo glúteo
o bien isquiático, o, lo más frecuente, propagarse a lo largo de la cara posterior de la pantorrilla
que corresponde a raíz S1 o en cara anteroexterna de la pierna que corresponde a raíz L5. El
dolor lumbar puede variar en intensidad ya sea espontáneamente o por medicación y por las
posición que adopte el paciente (posiciones antálgicas). Con el paciente de pie se observa la
actitud antálgica: disminución de la lordosis lumbar y desviación lateral del tronco. La
desviación lateral puede heteróloga o heterolateral: el paciente se inclina hacia el lado contrario
que le duele; u homóloga o ipsilateral: se inclina hacia el lado que mueve. Hay desviaciones
laterales “alternantes” (unas veces se inclina hacia un lado y otras hacia el contrario. Ocurre
cuando se flexiona hacia delante o al sentarse). La lumbociatalgia se examina con las
maniobras: signo de Lasègue (elongación del ciático) Maniobra de Purves-Stewart o de Gowes-
Bragard (en el punto de elongación de Lasègue que aparece el dolor se disminuye el ángulo y se
realiza flexión dorsal del pie que reaviva el dolor), maniobra de Wassermann (paciente en
decúbito ventral se flexiona la pierna sobre la rodilla y se eleva un poco el miembro inferior),
examen de reflejos. La presión de la cresta espinosa (conjunto de apófisis espinosas) da el signo
de Delitala: la presión de la apófisis espinosa de la región afecta provoca aflojamiento de las
rodillas. (Del Sel y col. ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGIA: 95-98, López Libreros Editores, Bs. As.,
1976) El dolor radicular se relaciona con el compromiso de nervios espinales inflamados.
Provoca un dolor lancinante, punzante, quemante, penetrante y sensible. Irradia desde la
cintura hasta los miembros inferiores en la distribución del nervio espinal comprometido. Se
experimenta dolor y espasmos en los músculos de los muslos y pantorrillas. La causa traumática
de dolor radicular son compresiones de los nervios por hernias discales, dislocación de la
columna (espondilolistesis), fractura, esguince con elongación intensa y brusca de raíces o del
ciático. El dolor se acompaña de entumecimientos (adormecimientos), hormigueos (John H.
Klippel, Paul A. Dieppe – REUMATOLOGÍA PRÁCTICA: 61, Editorial Mosby, Bs. As. 1998) Las
lumbociatalgias postraumáticas se deben a: patología discal traumática (hernia de discos
postraumática), subluxación articular: esguince o entorsis lumbosacra, hemorragia
48
intramuscular (por desgarro muscular o contusión muscular violenta), anormalidades
posturales. (García Morteo y cols. FOLIA RHEUMATICA: 2-4, 1984).
La lumbociatalgia se examina con las maniobras: signo de Lasègue (elongación del ciático)
Maniobra de Purves-Stewart o de Gowes-Bragard (en el punto de elongación de Lasègue que
aparece el dolor se disminuye el ángulo y se realiza flexión dorsal del pie que reaviva el dolor),
maniobra de Wassermann (paciente en decúbito ventral se flexiona la pierna sobre la rodilla y
se eleva un poco el miembro inferior), examen de reflejos: el reflejo patelar corresponde a L3-
L4; el reflejo aquiliano o aquíleo a S1 y el reflejo plantar a S2. La raíz L5 no tiene está
representada por ningún reflejo pero se investiga mediante la fuerza de extensión del dedo
gordo de los últimos cuatro dedos: la disminución de la flexión activa de estos dedos indica
lesión L5. La presión de la cresta espinosa (conjunto de apófisis espinosas) da el signo de
Delitala: la presión de la apófisis espinosa de la región afecta provoca aflojamiento de las
rodillas.61
Cervicobraquialgias postraumáticas
62
Valls y cols. – ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA: 394, Editorial El Ateneo, Bs. As., 1976
63
Del Sel y cols. – ORTOPEDIA Y TRAUMATOLOGÍA: 109-111
50
Por esta razón, Del Sel distingue tres síndromes de dolor cervicobraquial: síndrome
cervicobraquial provocado por radiculopatías (dolor neurogénico); síndrome vasculosimpático
que se originan en fibras simpáticas que rodean a las arterias; y el síndrome mielopático por
compresión del conducto raquídeo. Es decir, que una neuralgia cervicobraquial puede ser
ocasionado por contractura muscular sostenida, déficit vascular, radiculopatía o compresión
medular. Esto ocasiona dos tipos de dolores bien definidos: el dolor somático que se origina por
lesiones o inflamaciones crónicas de estructuras anatómicas no neurológicas y el dolor
neurálgico que es producido por estructuras neurológicas (raíces o nervios periféricos) dañadas
o inflamados. El dolor somático muscular, el de causas vasculares o mielopáticas, no tiene
expresión en el EMG. Las estructuras de cuello, músculos, ligamentos, discos y articulaciones
apofisiarias resultan lesionadas en estas ocasiones traumáticas. Las secuelas más importantes
son: lesiones de tejidos blandos con dolores residuales por mucho tiempo, a veces años, que
producen cervicalgia importante, atriciones de tejidos periarticulares que dejan inflamaciones
crónicas o periartritis, o bien esguinces o entorsis vertebrales que provoca disrupción de fibras
de tejidos capsulares, tendones o ligamentos. Ninguna de estas lesiones es visible en estudios
por imágenes por ser microscópicas.
Cervicalgia postraumática
Una de las causas de contusión cervical es el síndrome del latigazo que se debe a la lesión
de la columna cervical, como resultado de la aceleración y desaceleración que provoca flexión e
hiperextensión máxima de la cabeza en un accidente vial (automóvil, moto, colectivo, camión,
bicicleta o golpe al peatón por un vehículo, o caída en la vía pública) o un accidente laboral
(traumatismo en ocasión del trabajo) Las estructuras de cuello, músculos, ligamentos, discos y
articulaciones apofisarias resultan traumatizadas durante el accidente. Se evalúa mediante
radiografías o RMN.
En la cervicalgia postraumática, los estudios son negativos la mayoría de las veces, lo que
no descarta lesiones microscópicas de los tejidos blandos o las articulaciones. La cervicalgia
postraumática consiste en dolor y rigidez de nuca que provoca limitación funcional de los
movimientos de rotación, flexión y extensión del cuello, cefaleas, irradiación de dolor a parte
superior de espaldas y hombros, tensión por miocontractura de los músculos cervicales. Otros
síntomas que pueden acompañar al síndrome son tinnitus, visión borrosa y sudación. En
ocasiones hay vértigos o mareos con cambios posturales que se deben al compromiso de la
irrigación vertebrobasilar. El síndrome se instala generalmente unas horas después del
accidente. El dolor y la limitación funcional se pueden prolongar por días, semanas o años,
según la intensidad de los daños de columna cervical y tejidos blandos. La contusión cervical
originada por macro o microtraumatismos provoca dolor que puede ser de tipo mecánico (dolor
somático profundo) o tipo neurítico (dolor neurógeno).
66
Morteo y cols. DOLOR LUMBAR Y CERVICAL, Rev. Folia Reumatológica Geigy: 11, Bs. As. 1984
67
Ras y cols. CHRONIC LOW BACK PAIN: 71-99, 1982
68
José Benito Cibeira – CERVICOBRAQUIALGIAS, Editorial Panamericana, Bs. As. 2001
52
Las lesiones de carácter mecánico tienen origen en estructuras óseas articulares de las
vértebras, o estructuras ligamentarias o musculares y vasos. Los segmentos comprometidos con
mayor frecuencia están en las zonas media y baja de la región cervical comprendidas en los
territorios de C4 a C7. El dolor de tipo neurítico es causado por raíces nerviosas o plexos o
nervios periféricos. La causa más común de neuralgia cervical son las discopatías o listesis que
afectan a las raíces (radiculopatía). El dolor neurálgico se puede detectar por EMG. El dolor
mecánico o somático se diagnóstica por palpación (de cresta espinosa, masa muscular
paravertebral y cervicodorsal) y examen funcional (semiología). Si hay radiografía o RMN con
daño anatómico (rectificación de lordosis, listesis, inversión de lordosis, escoliosis
postraumática, desgarros o rupturas de ligamentos o músculos) las imágenes apoyan al
diagnóstico de dolor mecánico. La ausencia de imágenes no descarta el dolor mecánico
detectado por semiología. Las secuelas más importantes son: lesiones de tejidos blandos (con
neuralgias residuales por mucho tiempo, a veces años), que producen cervicalgia importante,
atriciones de tejidos periarticulares que dejan inflamaciones crónicas o periartritis o bien
esguinces o entorsis vertebrales. Ninguna de estas lesiones es visible en estudios por imágenes.
El dolor es el síntoma saliente y puede ser de intensidad variable (leve a muy intenso) y dificulta
la vida de relación y las actividades laborales.69 El daño cervical se debe a alteraciones de
estructuras periarticulares de tejidos blandos especialmente la contractura muscular que se
produce como resultado de traumatismos. La contractura muscular, que puede acompañarse de
cervicalgia, limitación funcional y rectificación de la lordosis cervical, se puede deber como
resultado de traumatismos de los músculos y ligamentos de la columna cervical. Los estudios
radiológicos, no demuestran alteraciones de significado, salvo la rectificación de lordosis.70
Neuralgia cervicobraquial
Dorsalgia postraumática
71
Dr. Bénichou y colaboradores – ENCICLOPEDIA MÉDICA PRÁCTICA, España, 1999
72
John H. Klippel, Paul A. Dieppe – REUMATOLOGÍA CLÍNICA:1, Editorial Mosby, Bs. As. 1998
73
Harrison – PRINCIPIOS DE MEDICINA INTERNA, Editorial McGraw-Hill-Interamericana, México, 2007
74
El autor considera como espalda a la columna dorsolumbosacra (espalda alta y espalda baja)
54
muscular no vinculado a posturas concretas debe hacer sospechar una causa grave
subyacente”. Uno de los factores son los traumatismos y las fracturas.75
Además de los dolores somáticos que hemos estudiado y el dolor neurítico, debemos
hacer hincapié en los nuevos concentos anatomofisiopatológico del dolor por traumatismos
tisular. Los nervios, como los vasos y otros tejidos blandos son pasibles de lesiones directas.
Incluiremos una trascripción de estas lesione extraída de una publicación de la OMS: “Los tipos
más frecuentes de lesiones de los nervios periféricos son la laceración, la contusión, la
elongación y la compresión, con ruptura o sin ella. Macroscópicamente pueden comprobarse
cinco tipo de lesiones: sección completa del nervio, división parcial del nervio, inflamación de
un segmento del nervio sin ruptura, lesiones en que el nervio conserva un aspecto
relativamente normal y transformaciones fibrosas tardías. Las causas de estas lesiones pueden
ser: a) instrumentos: navajas, trozos de vidrio, otros instrumentos punzocortantes; b) agentes
que producen lesiones relativamente localizadas: disparo de arma de fuego: desprende una
fuerza que se distribuye por las zonas adyacentes. Los fragmentos de proyectil rara vez lesionan
o seccionan al nervio directamente sino que al pasar por tejidos adyacentes producen un efecto
cavitario y causa al nervio una lesión por elongación y contusión; c) daño de segmentos largos
del nervio por elongación por dislocación de una extremidad; d) comprensión, aplastamiento o
contusión que generalmente son el resultado de accidentes automovilísticos, aunque algunas
veces son causados por objetos romos; e) comprensión causada por inflamación que puede
ocurrir debajo de un molde o vendaje rígido o que obedece a una contusión; fracturas que
producen contusión o elongación del nervio, o ambos, o que provocan aplastamiento del nervio
por encierro en el callo óseo; g) inyecciones mal colocadas. Microscópicamente las lesiones son:
a) neurotmesis que es el corte de un nervio con sección de axones; b) neuropraxia: cuando los
axones conservan su continuidad pero pierden la función y no hay degeneración walleriana; c)
axonotmesis: el tejido conectivo que sirve de sostén de los nervios sigue inalterado pero la
lesión es tan grave que los axones se rompen o fragmentan y aparece una degeneración
walleriana delante de la lesión” (NEUROPATÍAS PERIFÉRICAS: 125-127, Organización mundial de
la Salud, Ginebra, Bs. As., 1980) (Juambeltz-Machado-Trostchansky – TRAUMA, Editorial Arena,
Uruguay, 2005) Una lesión de un nervio periférico puede provocar neurotmesis. La neurotmesis
es la lesión nerviosa que cursa con solución de continuidad del axón, de la membrana basal y
del tejido conjuntivo del perineurio, de tal modo que la regeneración no es posible si no se
procede a una reparación quirúrgica. El diagnóstico se establece a partir de las manifestaciones
clínicas y de resultados de la electromiografía (EMG) y neurografía. El tratamiento de una
sección traumática de un nervio periférico debe intentarse con la anastomosis quirúrgica
término-terminal o, si ésta no es posible, con la implantación de un injerto homólogo (Farreras
– Rozman, MEDICINA INTERNA: 1753, Editorial Harcourt, Madrid, 2000)
75
Harrison – PRINCIPIOS DE MEDICINA INTERNA: 109-110, 16ª edición, Editorial McGraw-Hill, Interamericana, México, 2007
55
Los investigadores de la anatomía patológica de los nervios lesionados encontraron
diferentes cuadros lesivos como hemorragias intraneurales (microhemorragias). 76 La
neurotmesis provoca degeneración walleriana, fenómeno secundario del muñón distal del
nervio seccionado, que consiste en una reacción signada por fenómenos de disolución,
resorción y regeneración que afecta el cilindroeje y su vaina de mielina. La sección de un nervio
produce degeneración del cilindroeje y de la vaina de mielina en sentido proximal en la
distancia de unos segmentos nodales y simultáneamente también hay degeneración en sentido
distal con cambios degenerativos que afectan todo el tronco nervioso y sus proyecciones
(arborizaciones) terminales. El fenómeno comienza con tumefacción, deformación y
fragmentación del cilindroeje y su posterior disolución. La vaina de mielina comienza a
degenerar poco después de que se inicia el proceso en el cilindroeje y su disgregación es por
formación de glóbulos que luego son fagocitados por macrófagos que aparecen varios días
después del comienzo degenerativo. La degeneración mielínica desencadena una serie
completo de cambios bioquímicos dentro de los macrófagos que transforman la mielina
fagocitada en grasas neutras que concluyen por desaparece al términos de algunas semanas. El
inicio de la degeneración conlleva en forma inmediata la regeneración mielínica y del
cilindroeje. En los cabos del nervio seccionado proliferan fibroblastos del endoneurio y forman
una especie de armazón (moldes) para los elementos nerviosos en regeneración. La
regeneración puede generar dos situaciones: que se establezca una continuidad fibrosa del
cilindroeje (cicatrización con unión de cabos seccionados) o, lo más frecuente, que no se logre
salvar la solución de continuidad. En este caso es probable la formación del llamado “neuroma
de amputación” que consiste en un fascículo de fibroblastos que puede impedir todo propósito
o ensayo de regeneración ulterior. El primer caso se da cuando los fibroblastos logran “llenar” la
solución de continuidad y se induce la proliferación de células de Schwann que construyen una
especie de tubo mediante el cual se permite un “avance” del cilindroeje desde cada extremo
distal de los cabos seccionados. Esta reconstrucción o reconstitución del nervio con cilindroeje,
vainas de mielina y arborizaciones terminales, emplea de tres a seis meses, dependiendo la
menor o mayor duración del período primero de la distancia que medie entre los cabos del
nervio seccionado y secundariamente del estado metabólico y nutritivo del paciente.