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I. INTRODUCCION
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Una reproducción completa de la Declaración de Caracas puede ser consultada en Itzak Levav, Helena
Restrepo y Carlyle Guerra de Macedo, The Restructuring of Psychiatric Care in Latin America: A new
policy forMentalHealth Services, 15 J. PUBLIC HEALTH AND POLICY, p. 71 (1994).
efectivos estos derechos. Por este motivo, tal como se explicará en este documento, la
OPS consideró que era vital diseminar por medios apropiados y dinámicos los
instrumentos internacionales básicos que protegen los derechos humanos y libertades
fundamentales de las personas arriba mencionadas siguiendo las recomendaciones
establecidas por la Declaración de Caracas.
El presente documento explica cuáles han sido las principales iniciativas llevadas
a cabo por la OPS/OMS para promocionar y promover los derechos humanos de las
personas con discapacidades mentales siguiendo los principales lineamientos establecidos
por la Declaración de Caracas; cuáles han sido los principales obstáculos para el ejercicio
de estos derechos en la Región de las Américas y como están siendo superados utilizando
estándares internacionales y regionales en materia de derechos humanos y salud mental
tales como la Declaración de Caracas. De igual forma, este documento hará referencia a
aquellas iniciativas que se recomienda desarrollar en un futuro teniendo en cuenta los
resultados obtenidos en los 15 años que han transcurrido desde la formulación de dicha
Declaración. Por lo tanto, este documento pudiera ser una importante guía para
determinar las acciones que pueden ser tomadas por los gobiernos, la sociedad civil, los
usuarios y sus familiares con relación a una efectiva protección de estos derechos y
libertades.
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II. LAS NORMAS GENERALES DE DERECHOS HUMANOS A LA LUZ
DE LAS RECOMENDACIONES DE LA DECLARACION DE
CARACAS
Por otro lado, debido a la protección que requieren las personas con
discapacidades mentales por su particular condición de vulnerabilidad, impotencia y
abandono, distintos organismos internacionales han establecido estándares especiales
para la promoción y protección de los derechos básicos y libertades fundamentales de
2
A.G. Res. 217 A (III), ONU Doc. A/810 p. 71 (1948).
3
A.G. Res. 2200, 21 ONU GAOR Sup. (No.16) 52, ONU Doc. A/6316 (1966). Entró en vigor el 23 de
marzo de 1976 y 85 Estados la han ratificado.
4
A.G. Res. 2200A(XXI), 21 ONU GAOR Sup. (No. 16) 49, ONU Doc. A/6316 (1966). Entró en vigor el
3 de enero de 1976 y 88 Estados lo han ratificado.
5
199 OEA res. XXX. OEA/Ser.L.V/182 doc. 6 rev.1, p.17 (1992).
6
OEA, Off. Rec., OEA/Ser.L./V.II.23 doc. 21 rev. 6 (1979). Entró en vigor el 18 de julio de 1978 y 25
Estados la han ratificado.
7
OEA, No. 69 (1988), sucrita el 17 de noviembre de 1988, Documentos básicos en materia de derechos
humanos en el sistema Interamericano,OEA/Ser.L.V/II.82 doc. 6 rev. 1, p. 67 (1992). Entró en vigor el 16
de noviembre de 1999 y ha sido ratificado por 12 Estados.
8
213 U.N.T.S. 221, E.T.S. No. 5. Entró en vigor el 3 de septiembre de 1953 y 21 Estados la han ratificado.
9
A.G./res. 1608 (XXIX-0/99), 7 junio 1999. Esta Convención entró en vigor el 14 de septiembre de 2001 y
hasta el momento ha sido ratificada por 15 Estados.
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Adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989, entró en
vigencia el 2 de septiembre de 1990 y ratificada por Chile el 13 de agosto de 1990. En su artículo 23, los
Estados parte reconocen el derecho de los niños que sufren impedimentos físicos o mentales a recibir
cuidados especiales y establece las medidas que deben tomar dichos Estados para garantizar el desarrollo
individual del menor.
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estas personas y sus familiares. Tales estándares o si se quiere lineamientos, también
pertenecen al ámbito del derecho internacional y son, en su gran mayoría, declaraciones,
recomendaciones e informes promulgados por la Asamblea General y la Comisión de
Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la OPS/OMS, la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH)11 y el tribunal Europeo de Derechos Humanos. A nivel
Interamericano, la Declaración de Caracas constituye un importante lineamiento o guía
que ha sido utilizado por los Estados, la OPS, la OMS, la CIDH, Organizaciones No-
Gubernamentales tales como Mental Disability Rights International (MDRI)12 y otras
agencias para interpretar y aplicar las convenciones internacionales y regionales de
derechos humanos en el contexto de los servicios de salud mental. La Declaración de
Caracas también representa un importante estándar regional para el establecimiento y
reforma de los sistemas nacionales de salud mental y la evaluación de la práctica de los
mismos.
4
civiles del enfermo…” Posteriormente, algunas convenciones regionales de derechos
humanos incorporaron las recomendaciones de la Declaración de Caracas como una
importante referencia para interpretar los derechos humanos y las libertades
fundamentales de las personas con discapacidades. Este es el caso de la Convención
Interamericana sobre Discapacidad y Discriminación la cual en su Preámbulo señala que
los Estados Parte “tienen presente” distintos estándares o lineamientos regionales e
internacionales entre los que se menciona “…la Declaración de Caracas de la
Organización Panamericana de La Salud…”
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derechos humanos, las personas con discapacidades mentales representan un grupo
especialmente vulnerable cuyos derechos básicos y libertades fundamentales son violados
en muchas ocasiones- arbitrariamente.13
Más adelante, teniendo en cuenta la necesidad de respetar los derechos humanos de las
personas con trastornos mentales y que el hospital psiquiátrico “aisla al enfermo de su
medio” la Declaración propone la “…organización de servicios comunitarios de salud
mental que garanticen [el cumplimiento de los derechos humanos y civiles]…” Es
importante resaltar que la Declaración de Caracas constituye uno de los primeros
lineamientos a nivel regional que propuso la creación de sistemas comunitarios de salud
mental como una alternativa para proteger derechos estrechamente vinculados a la
internación en hospitales psiquiátricos tales como el derecho a la libertad personal; al
debido proceso; a las garantías judiciales y a la igualdad ante la ley.
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defensorías de derechos humanos y acciones conjuntas de la sociedad civil con los
Ministerios de Salud; Cajas de Seguridad Social; Defensorías y otras entidades
gubernamentales para proteger los derechos de las personas con discapacidades mentales.
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incorporando en las mismas los estándares internacionales y las normas convencionales
de derechos humanos que protegen a las personas con discapacidad mental…”
15
La OPS está constituida por 35 Estados. Solamente 16 de ellos cuentan con una ley específica sobre
salud mental. De estos 16 Estados, 12 pertenecen a la Región del Caribe de habla Inglesa y 4 pertenecen a
Latino América. De las 12 legislaciones existentes en el Caribe de habla Inglesa, 11 se encuentran bajo
revisión debido a que son muy antiguas y requieren ser reformadas de conformidad con el derecho
internacional de derechos humanos. Los siguientes países poseen leyes específicas de salud mental:
Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Brasil, Canadá, Dominica, Grenada, Guyana, Jamaica,
México, San Kitts y Nevis, Santa Lucia, San Vincente y las Grenadinas, Trinidad y Tobago y los Estados
Unidos. Los siguientes países tienen una ley general sobre discapacidad, un decreto ministerial o una ley
general de salud, pero no tienen un instrumento legal específico sobre salud mental: Belice, Bolivia, Chile,
Colombia, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haiti, Honduras,
Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Suriname, Uruguay y Venezuela.
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• El empoderamiento de los usuarios para reclamar sus derechos humanos y
libertades fundamentales de acuerdo a los mecanismos legales nacionales
e internacionales;
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igual que una protección efectiva de los derechos de las personas con trastornos mentales
debe comenzar con un proceso educativo y de capacitación entre las autoridades
gubernamentales, defensorías de derechos humanos, profesionales de la salud mental,
abogados, estudiantes de derecho, usuarios, sus familiares, ONG’s nacionales e
internacionales y demás personas e instituciones involucradas en la protección y
promoción de la salud mental y en la estructuración de los servicios de salud mental.16
El rol de la OPS es vital no sólo para diseminar las normas generales y estándares
internacionales de derechos humanos arriba mencionados y capacitar a los gobiernos en
este tema, sino también para fortalecer a las organizaciones de usuarios sobre todo en el
ejercicio de sus derechos humanos y libertades fundamentales. Las organizaciones de
usuarios y de familiares pueden constituirse en un importante “puente” que facilite la
reforma de las legislaciones y políticas de salud mental de acuerdo a los estándares
internacionales de derechos humanos y a su vez fortalezcan el rol de los usuarios como
verdaderos protagonistas de la reforma de salud mental en las Américas.
Como resultado de estos talleres, la OPS con la colaboración de sus oficinas locales
ha establecido redes nacionales en las 17 naciones mencionadas las cuales han iniciado
una protección más efectiva de los derechos de las personas con trastornos mentales. En
algunos países, se han establecido comités técnicos los cuales, con la colaboración de la
OPS, están llevando a cabo la formulación/reforma de las políticas/legislaciones de salud
mental de acuerdo a las normas generales y estándares internacionales de derechos
humanos y salud mental.
16
Ver Heidi V. Jiménez y Javier Vásquez, “El Derecho Internacional, instrumento esencial para la
promoción de la salud mental en las Américas”, Revista Panamericana de Salud Pública, 9 (4), 2001, p.267.
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3. Legislación de Salud Mental vis a vis Protección de Derechos
Humanos
En febrero 2001, la CIDH (OEA) invitó a la OPS a una audiencia general con el
objetivo de discutir la situación de las personas con discapacidades mentales en el
hemisferio como parte de su 110º período ordinario de sesiones. La OPS recomendó a la
11
Comisión tomar medidas específicas para proteger los derechos humanos y las libertades
fundamentales de estas personas y sugirió a este organismo colaborar estrechamente con
la OPS para promocionar las normas generales y estándares internacionales de derechos
humanos que protegen a las personas con discapacidades mentales.
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Supra, Nota 14.
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Sin duda, esta colaboración entre una agencia especializada en salud pública y un
organismo regional de derechos humanos como la CIDH es un importantísimo
precedente en el derecho internacional de derechos humanos que está ya teniendo algunos
resultados sobre todo con relación a la reforma de los servicios de salud mental y las
legislaciones nacionales de la Región.
En audiencia formal frente a la CIDH (marzo 2004) y como parte del acuerdo arriba
mencionado, el Gobierno paraguayo acordó incrementar el presupuesto destinado a salud
mental para crear sistemas de atención en la comunidad, reducir el número de personas
que viven en la institución y formular una ley y política nacional de salud mental de
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El artículo 25 del Reglamento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos establece que en
casos de gravedad y de urgencia la Comisión podrá a iniciativa propia o de parte interesada, solicitar al
Estado de que se trate la adopción de medidas cautelares para evitar daños irreparables a las personas. Ver
también Mental Disability Rights International, OAS Human Rights Commission Orders Paraguay To End
Horrendous Abuses in National Psychiatric Facility, December 18, 2003. Disponible en
www.mdri.org/projects/americans/paraguay/pressrelease.htm
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conformidad con las normas y estándares internacionales de derechos humanos. La
CIDH y el Estado solicitaron a la OPS/OMS contribuir técnicamente para implementar
estas medidas e informar periódicamente a las partes sobre los avances que se logren en
este proceso.
La siguiente tabla muestra los cambios logrados desde 1990 hasta el momento con
relación a indicadores relevantes que tienen un impacto en las políticas, legislaciones,
prestación de servicios de salud mental e inclusión de las personas con trastornos
mentales en el proceso de toma de decisiones tal como se explicó arriba:
#Países donde los # de Personas # de # Políticas de # Leyes de # Comités # Defensorías # Países donde
instrumentos de capacitadas técnicos en salud mental salud Nacionales involucradas los usuarios de
derechos humanos salud que han mental de Derechos los servicios
se han diseminado mental incorporado revisadas Humanos han sido
capacitados la normativa por los establecidos involucrados
de derechos Comités
humanos Técnicos
16 780 300 7 11 8 8 7
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Como una consecuencia de utilizar el derecho internacional de derechos humanos
para proteger a las personas con discapacidades mentales, organismos regionales e
internacionales de derechos humanos tales como la CIDH están incluyendo en sus
agendas el tema de salud mental y revisando quejas presentadas por los usuarios o sus
familiares. Bajo estos sistemas internacionales de derechos humanos, algunos Estados
han tenido que reparar los daños ocasionados a personas con trastornos mentales,
principalmente en el contexto de prisiones e instituciones psiquiátricas.
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Las normas generales de derechos humanos y los estándares internacionales se
están convirtiendo en un componente esencial de las políticas, planes y legislaciones de
salud mental y hay una tendencia, más que en el pasado, a fundamentar los instrumentos
de salud mental en normas constitucionales y de derecho internacional de derechos
humanos. Esta reforma de las políticas públicas y legislaciones a la luz de la normativa
internacional de derechos humanos no sólo permite un cuidado más integral de la salud
de aquellos individuos afectados por trastornos mentales, sino también que los mismos
alcancen su autodeterminación y estatus de ciudadanos. A través de las iniciativas de
derechos humanos de la OPS y de las acciones desarrolladas por otras agencias
gubernamentales y privadas, se podría decir que en Latino América y el Caribe está
ocurriendo una reforma integral de los sistemas de salud mental (leyes, políticas,
procedimientos judiciales y servicios de salud pública), cuyas raíces se encuentran en la
“Reestructuración de la Atención Psiquiátrica” propuesta en 1990 por la Declaración de
Caracas.
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