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El desorden Neoliberal y la Violencia del mercado

El neoliberalismo expresa una particular salida política, económica, jurídica y cultural a la crisis
hegemónica que comienza a atravesar la economía capitalista como producto del agotamiento del régimen
de acumulación fordista iniciado hacia fines de los años 60 y a comienzos de los 70.

Este movimiento ideológico caracterizado esquemáticamente como la Nueva Derecha sirvió como marco
referencial para la justificación de las políticas puestas en practica por gobiernos conservadores como los
de Ronald Reagan en EEUU, Margaret Thatcher en Inglaterra y Helmut Khol en Alemania, dichas
políticas expresan la necesidad de restablecer la hegemonía burguesa en el marco de esta nueva
configuración del capitalismo en un sentido global.

Está ideología se verá plasmada hacia 1990 en lo que se llamó el consenso de Washington. La primera
formulación del llamado "consenso de Washington" se debe a John Williamson y data de 1990. El escrito
concreta diez temas de política económica, en los cuales, según el autor, "Washington" está de acuerdo.
"Washington" significa el complejo político-económico-intelectual integrado por los organismos
internacionales (FMI, BM), el Congreso de los EUA, la Reserva Federal, los altos cargos de la
Administración y los grupos de expertos.

Los temas sobre los cuales existiría acuerdo son:

-disciplina presupuestaria

-cambios en las prioridades del gasto público (de áreas menos productivas a sanidad, educación e
infraestructuras)

- reforma fiscal encaminada a buscar bases imponibles amplias y tipos marginales moderados

- liberalización financiera, especialmente de los tipos de interés

- búsqueda y mantenimiento de tipos de cambio competitivos

- liberalización comercial

- apertura a la entrada de inversiones extranjeras directas

- privatizaciones

- desregulaciones

- garantía de los derechos de propiedad

-Gobierno Mínimo pero Fuerte

Esta claro el carácter antitético de dichos postulados, pero sin embargo, es preciso tener en cuenta que una
ideología no representa necesariamente un corpus coherente de pensamiento, ni su teoría se plasma
puntualmente en todos y cada uno de los actos políticos de quienes la sustentan.

Desde una óptica neoliberal y neoconservadora se apuntaron críticas concretas al Estado de Bienestar, que
entró en crisis a fines de los años 60. Las criticas se orientan hacia la ineficiencia del estado para actuar en
el terreno estrictamente económico, su intervención “impide que las fuerzas del progreso del mercado
funcionen de manera correcta”.
- El estado impone normas e impuestos sobre el capital que llevan a una desactivación de la
inversión.
- Se conceden a los trabajadores derechos, servicios y posiciones de poder en las negociaciones
sobre la distribución del ingreso que desactivan el trabajo.

El efecto conjunto de la falta de incentivos para la inversión y la desactivación de la competencia


individual en el trabajo es la que produce la decreciente tasa de acumulación del capital, una sobrecarga
en las demandas de consumo (inflación) y también un aumento en las demandas de participación política
(ingobernabilidad).
La asistencia estatal pone en peligro el libre funcionamiento del mercado en el cual los individuos pueden
competir libremente.

La crisis fiscal fue el principal ataque por parte de la Nueva Derecha al Estado de Bienestar, el gasto
público excesivo provocaría la inflación. Se debían abandonar los postulados del Keynesianismo, para
adoptar una doctrina monetarista, de librecambio.

En cuanto a la Educación, es necesario hacer recortes presupuestarios y desregularizar los organismos


estatales para alcanzar una mayor “eficiencia” en su gobierno y disminuir la burocratización, que había
alcanzado números enormes durante el Estado de Bienestar. El papel que le toca al Estado debe ser
subsidiario, otorgando prestamos a las familias para que éstas elijan que tipo de educación van a comprar
en el mercado; o bien admitiendo un sistema de educación publico para aquellos que no pueden acceder a
la enseñanza privada, ya que se debe garantizar un mínimo debajo del cual no se debería dejar caer a los
individuos; o bien mediante un sistema mixto de educación privada y publica donde rijan los principios
meritocráticos y de competencia individual.

Es en el contexto mas amplio de la crisis del Estado de Bienestar que las estrategias políticas y culturales
del neoliberalismo cobran sentido para la creación de un nuevo modo de dominación. Pablo Gentili
plantea que las crisis capitalismo son cíclicas y globales; los periodos de pos-crisis implican numerosos
desafíos para la clase dominante o para las fracciones de ella que hegemonizan el proceso. Se trata no
solo de crear un nuevo orden económico y político sino también de la creación de un nuevo orden
cultural.

Se pueden distinguir entonces tres rasgos fundamentales del periodo pos-crisis:


- La organización pos-taylorista del trabajo.
Se reorganiza la empresa desde el punto de vista jerárquico, se busca la flexibilización y versatilidad
laboral, se piden altos conocimientos científicos y técnicos, etc.

- El carácter estructuralmente dializado de la sociedad.


La idiosincrasia que opera desde el neoliberalismo se caracteriza por la cristalización de un modelo
social fundado en la dualización y la marginalidad creciente de sectores cada vez más amplios de la
población. Este carácter dualizado de la sociedad se presenta con una transparencia peligrosa en materia
cultural. Las sociedades de “ganadores” y “perdedores”, de “insiders” y “outsiders”, de “integrados” y
“excluidos” lejos de presentarse como un desvío patológico del aparentemente necesario proceso de
integración social que debería caracterizar a las sociedades modernas, constituye hoy una indisimulada
evidencia de la “normalidad” que regula el desarrollo contemporáneo de las sociedades “competitivas”.
Esta desigualdad no es necesariamente negativa, llegando a ser, incluso, necesaria y deseable. Para ello
cumplen aquí un papel central la ideología meritocrática y del individualismo competitivo, según las
cuales aquello que justifica y legitima la división jerarquizante y dualizada de las modernas sociedades de
mercado, es el así llamado principio del merito.
Hablamos de una sociedad dualizada, ya que existen miembros mas “ciudadanisados” que otros, lo cual
niega el sentido mismo que la ciudadanía debería poseer en una sociedad democrática. De alli que sus
discursos neoconservadores o neoliberales tengan mayor predilección por las referencias a los
“consumidores” que a los “ciudadanos”. Simplemente porque “consumidor” remite, sin tanta retórica, a
un universo naturalmente dualizado y segmentado: el mercado.
- El nuevo estado autoritario pos-keynesiano.
El triunfo del neoliberalismo, es el triunfo de la lógica del mercado contra la del estado. La subordinación
de la política a las reglas mercantiles como la única forma de regulación homeostática de la sociedad.
Los neoliberales precisan recrear un tipo de intervención estatal mas violenta tanto en el plano material
como en el simbólico. Este ejercicio de fuerza asume una nueva fisonomía orientada a garantizar una
estabilidad política e ideológica. Por ello se dice que el estado neoliberal pos – crisis 70 es un estado
fuerte así como son fuertes sus gobiernos mínimos.

La violencia del mercado


El neoliberalismo precisa de cualquier cosa, menos de un estado débil, necesita que el estado sea fuerte,
precisa de un Estado que actúe – el mismo - contra las funciones de legitimación, diseñando y
operativasando nuevas formas de intervención. Nada más falso que el discurso anti intervencionista. El
estado ejerce violencia para garantizar la violencia del mercado.

La posibilidad de “comprar y vender libremente en el mercado” supone el ejercicio del derecho de


propiedad, en el caso del conocimiento, éste es visto como un Bien que se oferta en el mercado de la
educación. Que se oferte en un mercado ya implica una relación de desigualdad, ya que no todos podrán
acceder a dicho bien. En la retórica neoliberal, esto no tiene connotación negativa, por el contrario, es
dicha desigualdad la que supuestamente lleva a los individuos a mejorar, esforzarse y competir; esta es la
precondición para el ejercicio del principio del merito; que es según Atilio Borón la restauración del
Darwinismo Social, una selección salvaje, sistemática, discriminadora, excluyente, etc. Es un frontal
ataque a la democracia que las clases y capas populares supieron construir a pesar de la oposición y el
sabotaje de los intereses capitalistas.

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