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TEORÍA SOCIOLÓGICA IV
DICCIONARIO CONCEPTUAL
2008-2009
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ETNOMETODOLOGÍA:
La etnometodología comienza con los trabajos del sociólogo Harold Garfinkel.
Garfinkel, nacido en 1917 en Newark, cerca de Nueva Cork, comienza sus estudios en
dicha localidad, para luego trasladarse a la Universidad de Carolina del Norte, donde
obtiene un Master’ s en sociología. En 1946 emprende la elaboración de una tesis,
defendida bajo la dirección de T. Parsons en la Universidad de Harvard. Al mismo
tiempo se inicia en la fenomenología y lee a Edmond Husserl, Alfred Schutz, entre
otros, que ejercen sobre él una influencia considerable.
La etnometodología es una corriente de la sociología americana que nació a
fines de los años `60, en un contexto de crisis de la sociología, así como de movimiento
estudiantil contestatario y de contracultura. La etnometodología es una corriente de la
microsociología (y hay que considerarla dentro del paradigma interpretativo) que
estudia los procedimientos que realizan las personas en su vida diaria para construir o
producir la realidad social.
El término etnometodología es una palabra a fin a un conjunto de términos
estándar en antropología, como etnobotánica, etnofísica, etnomedicina, etc…
En la palabra etnometodología el término etno se refiere a la disponibilidad que
un sujeto tiene de conocimientos de sentido común sobre su sociedad; la metodología,
está compuesta por las actividades prácticas y por sus propiedades formales, por los
conocimientos de sentido común, por el razonamiento práctico. La etnometodología es
la metodología que utiliza la gente en su vida cotidiana para producir la realidad.
“La etnometodología es el estudio de los modos en que se organiza el
conocimiento que los individuos tienen de los cursos de acción normales, de sus
asuntos habituales, de los escenarios acostumbrados”. (Wolf, 1979, 110)
“La etnometodología tiene como objeto de estudio empírico las actividades
practicas, las circunstancias de cada día, el razonamiento sociológico que
habitualmente desplegamos en los asuntos ordinarios: reserva para las actividades más
comunes de la vida cotidiana la atención normalmente concedida a los sucesos
extraordinarios” (Garfinkel, 1967, cap. I en Mauro Wolf, 1979, 111)
“El tema crucial de la etnometodología (...) es el análisis de los modos comunes
en que los individuos hacen racionales y explicables sus experiencias de todos los días.
En otras palabras, la etnometodología es una sociología de la vida cotidiana” (Filmer y
otros, 1972, 217 en Mauro Wolf, 1979,114)
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“La etnometodología analiza las prácticas y los modos en que los personas
construyen la estabilidad de su mundo social y a la vez lo hacen descriptible y
observable. La etnometodología se presenta como un viaje por el mundo del sentido
común, como un conjunto de conocimientos dados por descontado.” (Wolf, 1979)
“El proyecto teórico de la etnometodología consiste en analizar los métodos, o si
se quiere, los procedimientos que emplean los individuos para llevar a buen término las
diferentes operaciones que emprenden en su vida cotidiana. Es el análisis de las
actuaciones habituales que los actores sociales habituales desarrollan con el fin de llevar
a cabo sus acciones cotidianas”. (Coulon, 1995,13)
Para Coulon la etnometodología es la búsqueda empírica de los métodos
empleados por los individuos para dar sentido y, al mismo tiempo, realizar sus acciones
de todos los días: comunicarse, tomar decisiones, razonar. Para los etnometodólogos, la
sociología, será, pues, el estudio de estas actividades, ya sean triviales o científicas,
considerando que la propia sociología debe ser entendida como una actividad práctica.
“De acuerdo con sus raíces griegas, el término etnometodología se refiere
literalmente a los métodos que las personas utilizan cotidianamente para vivir una vida
cotidiana satisfactoria. El mundo social se contempla como una realización práctica en
curso. Se considera que las personas son racionales, pero usan un razonamiento práctico
para vivir la vida cotidiana. La etnometodología se centra en lo que hace la gente”.
(Ritzer, 1993, 287)
Sin embargo, aunque se centran en la acción, los etnometodólogos la conciben
en tanto implícita y entraña un actor reflexivo, la etnometodología no niega la existencia
de los procesos mentales. Reconocen de acuerdo con Schutz que la acción suele ser más
bien rutinaria y relativamente irreflexiva. Los etnometodólogos critican algunas teorías
sociológicas (como el estructural funcionalismo y el marxismo estructural) que
consideran al actor como un imbécil desprovisto de juicio. “La etnometodología es el
estudio del cuerpo de conocimiento de sentido común y la gama de procedimientos y
consideraciones (métodos) por medio de los cuales los miembros corrientes de la
sociedad dan sentido a las circunstancias en las que se encuentran, hallan el camino a
seguir en esas circunstancias y actúan en consecuencia.” (Heritage, 1984, 4 en Ritzer,
1993, 288)
Los ambientes en los que nos movemos, hablamos, actuamos, las personas con
las que estamos en interacción, representan para nosotros un universo normal, al cual
aplicamos conocimientos comunes, dados por descontado. Las prácticas, los métodos,
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a) Neopraxeología:
El lenguaje de los etnometodólogos presenta un estilo arduo y a veces
indescifrable, el nombre de la escuela parece complicado y extraño, y en realidad no se
trata de una escuela, ya que el término funciona como una especie de paraguas que
cubre cosas bastante distintas entre sí: el mismo Garfinkel prefiere no hablar ya de
etnometodología sino de neopraxeología… sin embargo, por regla general, este
desarrollo de la teoría sociológica continúa llamándose etnometodología, y el interés por
él se amplia y se difunde cada vez más.
En palabras de Garfinkel: “Hemos dejado de usar el término etnometodología.
La llamaremos neopraxeología. Esto al menos permitirá que quien quiera usar el
término etnometodología, cualquiera sea el motivo por el que lo quiera, pueda tomarlo
de hecho. Y tanto mejor si nuestros estudios permanecen sin esta etiqueta. De hecho
pienso que ésta puede ser un error. Ha adquirido vida propia”. (Garfinkel, 1968, 18 en
Wolf, 1979, 110)
existen entre las experiencias de una comunidad de perceptores con respecto a lo que se
considera que es un mundo idéntico. El elemento significativo en todo esto es que no se
pone en tela de juicio la intersubjetividad del mundo.
“La diferencia entre proposiciones corregibles e incorregibles se puede ilustrar
con ejemplos. La mayor parte de las aserciones que hacemos cotidianamente, como
“Mr. Smith hoy no está”, es corregible. Con esto quiero simplemente decir que cada vez
que hacemos tales aserciones, aunque las bases para hacerlas sean muy fuertes,
podemos siempre reiterarla libremente y admitir que nos hemos equivocado, si suceden
ciertos acontecimientos. Así, mi aserción de que Smith está ausente para todo el día, es
corregible porque (aunque tenía óptimos motivos para alegarlo, dado que me lo
encontré esta mañana y me ha dicho que iba a coger el tren) si, por ejemplo fuera a su
habitación y lo encontrara sentado allí, tendría que retirar mi afirmación sobre su
ausencia y admitir la falsedad. Por otra parte una proposición matemática como 7 + 5 =
12, es incorregible porque ningún hecho futuro, sea el que sea, prueba la falsedad de la
proposición”. (Wolf, 1979, 131)
Una proposición corregible proporciona alguna información sobre el mundo: una
proposición completamente incorregible no dice nada. Una proposición corregible es la
que estarías dispuesto a retirar y admitir como falsa si suceden ciertos acontecimientos:
nos proporciona por tanto la información de que esas cosas no sucederán. Una
proposición incorregible es la que no admitirás nunca como falsa pase lo que pase: ésta
por tanto no dice nada de lo que sucede.
“etcétera” y están dispuestas a seguir ante la ambigüedad con la esperanza de que las
cosas se clarifiquen más tarde.
En opinión de Coulon: la cláusula etcétera, que los actores no cesan de usar
inconscientemente, les permite captar el significado de los acontecimientos. Con ella,
ciertas descripciones se validan como adecuadas. Esta propiedad a la que se recurre en
el curso del diálogo, no implica que exista un consenso a priori entre los dos
interlocutores. El acuerdo surge durante la interacción, y es consecuencia de la
aplicación de la cláusula del etcétera, que revela que emisor y destinatario aceptan
tácitamente y asumen juntos la existencia de significados e interpretaciones comunes,
independientemente de que el contenido de sus descripciones les resulte o no evidente.
Lo cual pone de manifiesto la existencia de un conocimiento común socialmente
distribuido.
La expresión etcétera, ocupa a menudo, el lugar del complemento de
demostración, se sobreentiende (sabe usted bien lo que quiero decir, no tengo que
insistir ni nombrar con precisión todo lo que acabo de decirle, puede completar
fácilmente por sí mismo, proseguir mi demostración, encontrar otros ejemplos para mi
enumeración, etcétera) la regla del etcétera requiere que un hablante y un oyente
acepten fácilmente y asuman juntos la existencia de significaciones y de comprensiones
comunes de las descripciones que se consideran evidentes.
Mauro Wolf afirma que “Garfinkel observa que los procesos de comprensión
que se realizan en la vida cotidiana (independientemente de la especificidad de los
términos de la comprensión) funcionan como un acuerdo para las personas implicadas,
solo en cuanto las condiciones las condiciones estipuladas del acuerdo comportan una
cláusula implícita, pero recíprocamente comprendida: la cláusula del etcétera. Esta
proporciona la certeza de que constantemente están disponibles condiciones no
precisadas, por medio de las cuales un acuerdo puede ser leído retrospectivamente para
hallar en él, a la luz de las circunstancias actuales, aquello en que consistía “realmente”
el acuerdo “en primer lugar” y durante “toda su vigencia”.” (Wolf, 1979, 155)
La consistencia y relevancia de la regla del etcétera está generalizada y
caracteriza el orden social en cuanto conjunto de actividades gobernadas por reglas.
La regla del etcétera funciona más o menos como el ámbito de los términos no-
establecidos (explícitamente) del contrato que toda norma plantea: éste consiste en una
especie de regla suplementaria que completa toda enumeración de las reglas válidas en
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d) Accountability:
Según Alain Coulon, si la sociología puede dar cuenta de las actividades de los
individuos, es gracias a la existencia de una propiedad “natural” del mundo que
Garfinkel denomina accountability: vivimos en mundo que es descriptible, inteligible,
analizable; descriptibilidad que se revela en las acciones prácticas que emprendemos en
nuestra vida cotidiana. Lo accountable se refiere a algo que es observable/referible, es
decir descriptible: se trata de algo resumible.
Los estudios etnometodológicos analizan las actividades cotidianas de los
miembros como métodos que hacen a las propias actividades visiblemente racionales y
referibles a todos los fines prácticos, es decir descriptibles -accountables- en cuanto
organización ordinaria de las actividades de todos los días.
“Louis Quére señala dos características importantes de la accountability: es
reflexiva y racional. Decir que es reflexiva es subrayar que la accountability de una
actividad y de sus circunstancias es… un elemento constitutivo de sus actividades.
Decir que es racional, es subrayar que se produce metódicamente en situación y que las
actividades son inteligibles, pueden ser descritas y evaluadas bajo el aspecto de su
racionalidad”. (Coulon, 1987, 45)
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Decir que el mundo social es accountable significa que está disponible, es decir,
que es descriptible, inteligible, relatable y analizable. Esta posibilidad de analizar el
mundo social, su descriptibilidad, su objetividad, se revelan en las acciones prácticas de
la gente. El mundo no se da de una vez y para siempre, sino que se cumple en nuestras
realizaciones prácticas.
La etnometodología trata los informes que hacen los miembros sobre el mundo
social como realizaciones en situación, trata de elucidar como se producen los informes
o las descripciones de un suceso, etc. Los etnometodólogos no toman por descripciones
de la realidad social los informes que de ésta hacen los actores. El análisis de estos
informes no les es útil más que en la medida en que revela como los actores
reconstruyen constantemente un orden social frágil y precario con el fin de
comprenderse y ser capaces de intercambiar algo. La propiedad de estas descripciones
no es que describan el mundo, sino que muestran continuamente su constitución. Este es
el sentido que hay que dar a la expresión account: si describo una escena de mi vida
cotidiana, no es por explicar el mundo por lo que interesaría a un etnometodólogo, sino
porque al realizarse, mi descripción “fabrica” el mundo, lo construye. Hacer visible el
mundo es hacer comprensible mi acción al describirla, porque doy a entender su sentido
al revelar los procedimientos que empleo para expresarla.
e) Idiota Cultural:
La sociología postula que la realidad social existe en alguna medida
independientemente de las investigaciones de las que es objeto. Desde la sociología, el
sentido de las acciones de los miembros sólo sería accesible al sociólogo profesional.
Así, el experto en sociología trata al actor social como un “idiota cultural”, que produce
la estabilidad de la sociedad actuando conforme a las alternativas de acción
preestablecida y legítima que le proporciona la cultura.
“Hasta ahora, los sociólogos han “sobresocializado” el comportamiento de los
actores, y sus hipótesis sobre la interiorización de las normas, que provocan conductas
automáticas e impensadas, no refleja el modo en que los actores perciben e interpretan
el mundo, reconocen lo familiar y construyen lo aceptable, así como tampoco explica de
que modo las reglas rigen concretamente las interacciones”. (Coulon, 1993, 18)
Según los etnometodólogos, Parsons construye una teoría que quiere explicar la
estabilidad de las estructuras sociales a través de la reproducción del orden social. La
expresión mundo exterior objetivo (típica en los trabajos de la ciencia empírica positiva)
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f) Procedimientos Interpretativos:
Según afirma Alain Coulon: “Cicourel ha extraído un cierto número de
propiedades de lo que él llama los procedimientos interpretativos. Con éste término
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i) Realizaciones Prácticas:
El interés de la etnometodología se centra en mostrar que: los fenómenos
explicables (hechos sociales) son de arriba a abajo realizaciones prácticas. Para la
etnometodología, los sociólogos se las ingenian para encontrar explicaciones conformes
con sus hipótesis preestablecidas, en concreto la de “la constancia del objeto”. La
etnometodología sustituye esta hipótesis de la constancia del objeto por la de “proceso”.
Allí donde otros ven datos, el etnometodólogo ve un proceso por medio del cual los
rasgos de aparente estabilidad de la organización social se están creando continuamente.
Los hechos sociales son realizaciones de los miembros. La realidad social esta siendo
creada constantemente por los actores.
Garfinkel cree que los hechos sociales constituyen el fenómeno sociológico
fundamental. Sin embargo los hechos sociales de Garfinkel difieren considerablemente
de los de Durkheim. Para Durkheim los hechos sociales son fenómenos macro-
objetivos, en tanto son externos y coercitivos para los individuos (apareciendo los
actores como constreñidos por las estructuras y las instituciones sociales). En cambio
para Garfinkel los hechos sociales constituyen fenómenos micro-objetivos, centrándose
de este modo en el nivel micro de los fenómenos sociales. La etnometodólogos se ocupa
de la organización de la vida cotidiana o en términos de Garfinkel: de la sociedad
inmortal y corriente.
Los hechos sociales se deben considerar como realizaciones prácticas. “Este es
el motivo por el cual, según Garfinkel, los hechos sociales no se nos imponen,
contrariamente a lo que afirma Durkheim, como una realidad objetiva: hay que
considerar los hechos sociales no como objetos, sino como realizaciones prácticas”.
(Coulon, 1995, 18)
Se abre un campo inmenso de contingencias engendrado por la práctica, que
nunca consiste en una mera aplicación o en la simple imitación de los modelos
preestablecidos. El hecho social no es un objeto estable, sino el producto de la actividad
continua del hombre, que pone en práctica destrezas, procedimientos, reglas de
conducta, en otras palabras, una metodología profana que confiere un sentido a sus
actividades, y cuyo análisis constituye, según Garfinkel, la auténtica tarea del sociólogo.
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j) Actitud Natural:
El “mundo de sentido común” y el “mundo de la vida cotidiana”, son vistos por
Garfinkel como la “actitud natural” del sujeto para concretar los fines prácticos de sus
acciones. Por consiguiente, podemos decir que la actitud natural es el punto de visto que
tiene el individuo sobre la realidad del mundo común en el que está inserto. Por actitud
natural se entiende “el mundo de sentido común”, el mundo cotidiano como es
conocido y visto por el sujeto en el alcance de los fines prácticos de sus acciones: se
presenta como una totalidad de auto-evidencias que cambian de situación a situación, su
característica principal es dar por descontado el mundo y sus objetos, hasta que se
impone una contraprueba.
“Lo que diferencia el estudio etnometodológico de otras (micro) sociologías es
que el centro de su indagación es el proceso con el que los miembros sociales producen
y sostienen un sentido de la estructura social en la cual interaccionan. Garfinkel afirma
que el carácter ¨obvio¨ y ¨natural¨ del mundo social en que los actores operan, es el
resultado de prácticas sociales difundidas que constituyen el elemento esencial de la
competencia de sujetos socialmente educados.” (Wolf, 1979, 117)
La etnometodología analiza las prácticas y los modos en que las personas
construyen la estabilidad de su mundo social y a la vez lo hacen descriptible y
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k) Acontecimiento:
La etnometodología analiza las prácticas y los modos en que las personas
construyen la estabilidad de su mundo social y a la vez lo hacen descriptible y
observable. La etnometodología se presenta como un viaje por el mundo del sentido
común, como un conjunto de conocimientos dados por descontado.
Las prácticas y los métodos usados por los sujetos para hacer explicables,
descriptibles, coherentes, racionales, sus comportamientos y exposiciones requieren el
conocimiento de y se refieren a un mundo de sentido común intersubjetivamente
percibido y dado por descontado. La etnometodología es así el estudio de los
conocimientos de sentido común que usamos en las prácticas cotidianas, incluidos los
resúmenes, las explicaciones, las glosas con las que reconstruimos la racionalidad de
tales prácticas.
Entendemos este “mundo de la vida cotidiana”; como nuestro escenario
familiar, de amigos, de trabajo, de estudio, etc., donde no hace falta más que el “sentido
común” para hacer explicables, descriptibles, coherentes y hasta racionales nuestros
comportamientos. Este sentido común que usamos cotidianamente es compartido con
otros, y no necesitamos reflexionar permanentemente sobre él, ya que son “cosas que
todos saben”.
Según Garfinkel cuando un acontecimiento, acción, estudio, se presenta como
“conocido en común con otros”, pertenece en consecuencia a “lo que todos saben”, se
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fundan sobre algunos presupuestos (válidos hasta haber pruebas en contra) que
constituyen los caracteres decisivos de los acontecimientos del mundo de sentido
común.
Un acontecimiento forma parte del mundo de sentido común cuando:
a) el sujeto asume;
b) asume que su interlocutor asuma,
c) asume que del mismo modo que él asume respecto al interlocutor, el
interlocutor asume, respecto a él, las características naturales, dadas por descontado, no-
problemáticas y no fácilmente verbalizables de los acontecimientos.
l) Miembro:
“En el vocabulario etnometodológico la noción de miembro no hace referencia a
la pertenencia social, sino al manejo del lenguaje natural: la noción de miembro es el
fondo del problema, no se refiere a una persona, sino más bien al manejo del lenguaje
común. Lo entendemos de la siguiente forma: entendemos que la gente, al hablar un
lenguaje natural, está comprometida de alguna manera en la producción y presentación
objetivas del saber de sentido común de sus asuntos cotidianos como fenómenos
observables y relatables… Con una frecuencia y una insistencia universales, los
miembros emplean formulas destinadas a remediar el carácter indexical de sus
expresiones y, más concretamente, intentan sustituir las expresiones indexicales por
expresiones objetivas.” (Coulon, 1987, 50)
Garfinkel rechaza la definición parsoniana de miembro (individuos
colectivamente organizados), los concibe que las “personas particulares” e “individuos”
son aspectos observables de actividades ordinarias.
Convertirse en miembro supone afiliarse a un grupo, a una institución, lo que
requiere el manejo progresivo del lenguaje institucional común. Esta afiliación descansa
en la particularidad de cada uno, su manera singular de debatirse con el mundo, de ser
en el mundo, en las instituciones sociales de la vida cotidiana. Una vez afiliados, los
miembros no tienen necesidad de interrogarse sobre lo que hacen. Conocen lo implícito
de sus conductas y aceptan las rutinas inscritas en las prácticas sociales. Esto es lo que
hace que no seamos extraños a nuestra propia cultura y, a la inversa, que las conductas o
las preguntas de un extranjero nos resulten extrañas.
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m) Reflexividad:
Aceptando la creencia incorregible en el funcionamiento de la vida cotidiana,
todos los acontecimientos se convierten reflexivamente en evidencias por esa creencia.
Uno de los conceptos más difíciles del paradigma etnometodológico es el de la
reflexividad.
“La “reflexividad” es una práctica cotidiana: esto quiere decir que el uso
cotidiano, normal, del lenguaje, representa inevitablemente y al mismo tiempo, tanto
una descripción de las escenas de la interacción social como un elemento de estas
mismas escenas que aquel consigue ordenar. No solo transmite información, sino que al
mismo tiempo describe y crea un contexto donde la información puede aparecer. No
toma solo el significado del contexto en que aparece, sino que reflexivamente crea tal
contexto: éste, por tanto, define una realidad de la que a la vez es parte”. (Wolf, 1979,
132)
Según Alain Coulon: uno de los elementos más importantes del conocimiento de
sentido común es el “carácter reflexivo” de los hechos de la vida cotidiana, el cual es
para los individuos un conocimiento institucionalizado del mundo social.
Cuando se habla del carácter reflexivo de las prácticas de resumen
(procedimiento para hacer explicable escenas de acontecimientos cotidianos), se
entiende que los resúmenes (justificaciones, explicaciones, exposiciones) de los actores
sociales son elementos constitutivos de aquello de lo que éstos son resúmenes, de
aquella realidad a propósito de la cual estos resúmenes hablan, proporcionan
descripciones, explicaciones, conexiones, valoraciones, etc.
En el rendir cuentas de las acciones, en el explicarlas de forma racional
(resumible), los sujetos producen la racionalidad de tales acciones y a la vez convierten
la vida social en una realidad comprensible, coherente. El interés etnometodológico es
el de hacer observar el carácter reflexivo de las actividades prácticas. La atención sobre
el concepto de reflexividad hace necesario subrayar que “los procedimientos de
descripción, sus resultados y los usos de sus resultados son elementos integrantes del
mismo orden social que tales procedimientos ayudan a describir”.
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n) Indexicalidad:
Cualquier actividad, acción y discurso es una actividad realizada en un ambiente
cuyo significado es descriptible, explicable y demostrable, solamente mediante el uso de
elementos indexicales, los cuales están marcados por la referencia de persona, espacio y
tiempo que lo sitúan en un contexto.
Para Ritzer: la indexicalidad es un concepto derivado de la lingüística, donde
significa que las proposiciones tienen significados que difieren en función de contexto.
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reglas tienen “contornos confusos” que son completados por los actores de acuerdo con
sus actividades prácticas, aquellas encuentran significado solamente en conexión con
escenarios específicos, y en boca de actores específicos, quienes las invocan y usan para
afirmar y describir la racionalidad, coherencia, etc., de los cursos de acción.
En la vida cotidiana, además de la relevancia de las reglas, poseen importancia
crucial también consideraciones resumibles en las formulas: etcétera, a menos que,
déjalo estar. Garfinkel llama a estas consideraciones “ad hoc” y a su práctica “ad
hocing”: cuando se trata de seguir determinadas instrucciones, es decir cuando se debe
realizar un comportamiento regulado, las consideraciones “ad hoc” están siempre
presente.
A partir del modo en que son usadas y aplicadas las reglas en el ejercicio de las
actividades cotidianas reguladas, las consideraciones ad hoc siempre están presentes, ya
que las personas encuentran y descubren continuamente su aplicabilidad y finalidad,
durante el desarrollo de dichas actividades. Normalmente los procedimientos ad hocino
se tratan como residuos de imperfectas aplicaciones de las reglas, como imperfecciones,
pero en realidad son: elementos esenciales en la actividad de codificación, se usan con
el fin de reconocer aquello que de las instrucciones están hablando en última instancia.
Las consideraciones resumibles “ad hoc” y de las prácticas “ad hocing” son
“procedimientos para reconocer y usar las reglas”. (Wolf, 1979, 147)
Los modos en que son usadas y aplicadas las reglas en el ejercicio de las
actividades cotidianas, encuentran que las personas “descubren” continuamente la
aplicabilidad y la finalidad de las reglas, en las ocasiones en que ellas mismas son
aplicadas, a medida que tales ocasiones se desarrollan.
Aquello para lo que se supone a de servir la regla se descubre mientras es
empleada durante una serie de situaciones específicas. El uso competente de una regla
(o conjunto de reglas) se basa sobre la capacidad práctica del sujeto de identificar qué
acciones particulares son necesarias en circunstancias específicas para proporcionar el
normal reproducirse de un “normal estado de cosas”. El uso competente de
procedimientos formalmente prescriptos se convierte por tanto no en un problema de
observancia (o de desviación) del procedimiento, sino de trabajo evaluador,
interpretativo, con el que razonable y correctamente se ven las acciones situadas como
esencialmente apropiadas a las prescripciones de la regla, aun cuando la acción puede
estar en desacuerdo (i) con los procedentes a los que se puede apelar, (ii) con las
versiones idealizadas que los sujetos tienen sobre lo que la regla impone, (iii) con las
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p) Prácticas de Glosa:
Habría que preguntarse que es lo que, en el lenguaje natural, consiente a los
locutores y a los destinatarios oír, y por otro lado testimoniar, la producción objetiva y
la objetiva exhibición de conocimientos de sentido común y de circunstancias prácticas
y razonamiento sociológico práctico. ¿Qué hay en el lenguaje natural que hace que
estos fenómenos sean observables-referibles, es decir fenómenos explicables?
El interés de la etnometodología se centra en mostrar que: los fenómenos
explicables (hechos sociales) son de arriba a abajo realizaciones prácticas. Tales
realizaciones prácticas se desempeñan como montaje mediante los cuales los locutores,
en las situaciones contingentes de discurso, significan algo distinto de aquello que ellos
mismos pueden decir con ese número de palabras, es decir como prácticas de glosa.
De modo que “articular una actividad significa a la vez, integrarla en una
descripción, en un comentario que la pone en relación con algún tipo de regla. La
enorme cantidad de interacción hablada con que acompañamos las secuencias de
acciones (y que normalmente consideramos como una realidad secundaria, de fondo,
casi superflua respecto a la significatividad de los meros hechos) nos sirve en cambio
para comentar, explicar, interpretar, clarificar, ilustrar, dilucidar, exponer, parafrasear
acciones cuyo significado no es, después de todo, tan independiente de esta glosa. Un
ejemplo de práctica de glosa se encuentra analizando secuencia de conversación: se
descubre que los participantes, en el curso de la conversación y como elemento
reconocido de ella, formulan la conversación misma, es decir, definen su naturaleza, el
curso, la acción, los detalles, etc.” (Wolf, 1979, 165)
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q) Teoría Práctica:
“Cada sujeto en la gestión de sus asuntos cotidianos, actúa como sociólogo y
emplea estructuras formales (actividades cotidianas) en su razonamiento sociológico
práctico. Se puede decir que las propiedades formales de las acciones cotidianas
consisten en el hecho de que los actores sociales realizan una normalidad perceptible de
los acontecimientos, es decir, los describen y los interpretan según categorías formales
que permiten tratarlos como normales.” (Wolf, 1979, 179)
Con el término “normalidad percibida de los acontecimientos” se hace referencia
los caracteres formales percibidos que poseen los hechos del contexto para el sujeto en
cuanto instancias de una clase de hechos, como por ejemplo: la tipicidad (probabilidad
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r) Prácticas de resumen:
Las prácticas de resumen son procedimientos para hacer explicable escenas de
acontecimientos cotidianos. Se entiende que los resúmenes (justificaciones,
explicaciones, exposiciones) de los actores sociales son elementos constitutivos de
aquello de lo que éstos son resúmenes, de aquella realidad a propósito de la cual estos
resúmenes hablan, proporcionan descripciones, explicaciones, conexiones, valoraciones,
etc.
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PIERRE BOURDIEU
CONCEPTOS FUNDAMENTALES
Bibliografía:
Giddens, Anthony: “La constitución de la sociedad. Bases para la teoría de la
estructuración”. Amorrortu. Buenos Aires. Año 1995. Páginas 395 a 399.
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ETNOMETODOLOGÍA
Esos modelos de sentido común son lo que utilizaron los jurados para describir, por
ejemplo, qué tipos de personas culturalmente conocidos conducen en qué tipos de culturalmente
conocidos de formas, a qué velocidades típicas, en que tipos de intersecciones y por cuáles
motivos típicos.
Aquí estoy enfrentado con jurados que hacen metodología, pero que la hacen en
el estilo de “ahora la ve, ahora no la ve”. Ciertamente no es la que usarían algunos de mis
colegas para seleccionar al personal de algún departamento de sociología. No es probable que se
dediquen a buscar jurados. Con todo, el interés de éstos últimos por tales problemas parecían ser
innegables.
FENOMENOLOGÍA
EL ENFOQUE BIOGRÁFICO
de cierto número de inmigrantes de origen campesino. Obtuvieron, por otro lado, relatos
autobiográficos en los que se invitaba a un inmigrante a reconstruir su propia trayectoria
y a expresar así sus propias percepciones, valores e interpretaciones. (Thomas y
Znaniecki, 1918-1920).
El enfoque biográfico puede revertir, entonces, diversas formas metodológicas:
sea que adopte una forma puramente autobiográfica (Lewis, 1964), sea que el sociólogo
corrobore los relatos personales por medio de informaciones externas, o bien que
procure reconstruir las trayectorias de cierto numero de actores sociales a través de
fuentes de información tales como estadísticas o cuestionarios.
Las lecciones que se pueden extraer de estas lecciones de vida son numerosas, y
el enfoque biográfico es aplicable a problemáticas diferentes. D Bertaux, quien ha
destacado la fecundidad de los enfoques biográficos, estima que el examen estadístico
de las historias de vida muestra cómo se perpetua, en Francia, la estructura de las clases
sociales de una generación a la que se sigue. El examen de los destinos personales de
este modo al estudio de los procesos “antroponómicos” por los cuales se reparten y
distribuyen los individuos en las diferentes clases y posiciones sociales. (Bertaux, 1976-
1977). Sociólogos del Québec han estudiado la “revolución tranquila” de su país a
través de numerosas historias de vida con el afán de reconstruir la diversidad de
experiencias personales (el “vivenciar”) y sus contradicciones (Dumont y Gagnon,
1973). V. De Gaulejac, recurriendo al mismo método, analiza las perturbaciones
psicológicas que debieron superar cuadros y dirigentes surgidos de medios populares.
(Gaulejac, 1987).
El enfoque biográfico resulta entonces un método muy fecundo, que no
necesariamente se opone a los enfoques cuantitativos, pero que puede resguardar de las
limitaciones de las tendencias positivistas y obliga a repensar la experiencia vivida de
los actores sociales.
INTERACCIONISMO
El estudio de las interacciones entre los individuos y entre los grupos se empezó
a hacer desde los comienzos de las ciencias sociales. Max Weber fijó como objeto de la
sociología comprender las relaciones entre loa actores y explicar su despliegue. En la
escuela durkhemiana, la obra de Marcel Gauss, Essai sur le don (1924), se puede
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EPISTEMOLOGIA Y TEORÍAS
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Desde su aparición, las ciencias sociales se han visto recorridas por discusiones
que a menudo dan al observador la imagen de una incertidumbre en cuanto al carácter
científico de sus procedimientos y resultados. Para esclarecer el sentido estos debates, es
útil distinguir los diferentes niveles de discusión que recaen sobre dimensiones muy
distintas de la investigación: epistemológico, teórico, metodológico.
1. La crítica epistemológica concierne, como en todas las ciencias, a los
principios de producción de los conocimientos y de sus condiciones de posibilidad. ¿En
que condiciones es posible un conocimiento científico en el dominio de la vida
colectiva? ¿Cuáles son las reglas validas para el establecimiento de los datos, la
objetivación, el distanciamiento entre el observador y lo observado, la crítica de los
sesgos y las ideologías? ¿Cuáles son las reglas de los procedimientos de prueba? Estas
cuestiones han sido infaltablemente debatidas por las diferentes escuelas y por los
fundadores de las ciencias sociales. En este nivel de discusión, al contrario de lo que
cree una impresión común, se logra un acuerdo general sobre las exigencia lógicas de la
producción de los conocimientos (reglas de la objetivación, de la critica de los datos, de
la verificación). Esta reflexión epistemológica acompaña necesariamente al trabajo y
autoriza a distinguir la producción con ambición científica del ensayo y del discurso
ideológico.
2. La crítica teórica ya no concierne a las condiciones de posibilidad de los
saberes, si no a las diferentes interpretaciones que se dan de los hechos y de los cambios
observados. Conviene distinguir aquí dos niveles de discusión que corresponden a dos
grados de generalidad de las teorías: en el caso de las teorías generales (marxismo,
evolucionismo, estructuralismo…), que ambicionan explicar un vasto conjunto de datos,
la critica aplica una reflexión global acerca de los limites o las falencias posibles de esas
teorizaciones generales o “paradigmas”. En las teorías “de alcance medio” (R. K.
Merton), que se refieren sólo a un sector limitado de fenómenos, la critica puede
movilizar, con mayor facilidad, todos los recursos de las comparaciones y de las
validaciones que permitan introducir correcciones o revisiones.
3. La crítica metodológica no recae sobre las teorías, sino sobre los
procedimientos y las técnicas que se aplican en el curso de las investigaciones y
demostraciones. Constituye una parte importante del trabajo de crítica: más
especializada, a menudo reviste un carácter esotérico. Empero, no puede permanecer
por completo aislada de los debates teóricos, pues los procedimientos escogidos para
una investigación no dejan de guardar relación con los presupuestos lógicos y las teorías
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que les dan sentido. De hecho, las tres críticas que distinguimos aquí no pueden ser
aisladas completamente: se esclarecen y se enriquecen unas a otras.