You are on page 1of 3

DERECHO Y ZURDO

En los primeros años en que el ser humano existió sobre la tierra, la propiedad sobre las cosas
(casa, herramientas de caza, armas, etc.) era compartida. No hay nadie que dijera: “esto mío, esto es
tuyo”. La frase normal en aquellos tiempos era más bien: “esto es de nosotros, es de todos”. Por otro lado,
todos los seres humanos tenían el control sobre los medios de producción. Estos eran, en palabras
sencillas, las formas que tenía para producir sus alimentos y demás bienes necesarios para vivir. Por
ejemplo, cada habitante poseía una porción de tierra para cultivar y una cantidad determinada de ganado
para criar. La población en general se concentraba -al principio- en el sector primario de la economía.
Con el pasar del tiempo, el sector secundario; es decir, el que se caracteriza por transformar el resultado
de la agricultura y la ganadería en otros productos, también era controlado por todas las personas. Lo
mismo se aplicó al sector terciario (el comercio). No existía nadie que no cultivara, criara, transformara y
vendiera su propio producto.

Miles de años más tarde sólo un grupo de la sociedad controló estas formas de producir los
alimentos y otros productos. Este grupo era el único que podía sembrar, manejar la industria y dedicarse
al comercio. ¿Y cómo hacía el resto de las personas para alimentarse si pertenecían a una clase social que
NO controla los medios de producción? Pues estaban obligados a hacer dos cosas: Primero comprar lo
que necesitaba y, segundo, trabajar para la otra clase social para conseguir ganar un sueldo. Algo que es
muy distinto a producir alimentos. Al vender su trabajo, el asalariado recibe sólo una pequeña porción de
lo ganado por quienes producen alimentos y los venden. Existe acá una desigualdad muy evidente:
mientras que una clase social posee y vende productos, la otra clase social depende de aquella y recibe la
cantidad de dinero suficiente para comprar productos. Recibe poco y sobrevive con lo mínimo, mientras
que no sea capaz de poseer una tierra, una fábrica, o un local donde venda sus productos.

En el primer párrafo de este texto se ofrece una descripción de cómo funcionaba la sociedad antes
de que existiera el capitalismo. En el segundo párrafo, se cuenta con una breve explicación del mismo.
Para concluir, el capitalismo es la división de una sociedad en dos clases sociales bien diferenciadas por
la propiedad de los medios de producción: quien las posee es llamado capitalista y la clase a la que
pertenece se llama burguesía. Quienes no poseen estos medios de producción son llamados obreros o
campesinos (dependiendo de si trabajan en el campo o la sociedad) e integran la clase trabajadora o
también llamada el grupo de asalariados (los que viven de un salario o sueldo).

En términos generales, el capitalismo, a diferencia de lo descrito en el primer párrafo, se


caracteriza por la desigualdad de la sociedad, ya que el capitalista o burgués posee mayor poder
económico. Sin embargo, los integrantes de la clase trabajadora pueden (en cualquier momento y con el
conocimiento y las herramientas adecuadas) pertenecer a la clase capitalista. Un trabajador en una
compañía podría, por ejemplo ahorrar dinero y con el tiempo invertir en crear un negocio propio, algo que
puede ser factible, siempre y cuando tenga la suficiente paciencia, confianza en sí mismo, perseverancia y
por supuesto, habilidad en los negocios para que su intento no fracase, sino que se convierta en algo que
le garantice una muy buena estabilidad económica.

Pero, ¿Qué nombre recibe esa etapa de la historia que existía antes del Capitalismo, aquella que
se describe en el primer párrafo? Esa etapa, o mejor dicho, esa sociedad pre capitalista podrían calificarse
de sociedad de propiedad colectiva. Es decir, donde la población compartía los bienes que les permitían
vivir, y por supuesto compartir los medios de producción. Y si no hubieran existido en aquel tiempo
ciertas personas que tenían el papel de gobernar, se le podría llamar también sociedad sin clases sociales.
Pero claro, eso sería exagerar o hablar de algo imposible.

1
En todo caso, en una sociedad colectiva no solamente todos poseían medios de producción, sino
que además, y al compartir las cosas, no existía en consecuencia la propiedad privada, es decir, la
propiedad absoluta sobre un bien determinado. Sin embargo las cosas en el presente no están peores, ya
que el gobierno (en los países democráticos) garantiza que exista la propiedad pública de algunos bienes y
servicios que por razones lógicas no pueden y no deberían totalmente estar en manos de los capitalistas:
la salud, la educación, las comunicaciones y la alimentación, etc. De hecho y para muchas personas, ese
es el propósito fundamental de un Estado: el garantizar cierta justica social permitiendo que no todo sea
controlado por la empresa privada (Los capitalistas).

Pero no a todo el mundo le ha parecido ni le parece suficiente esa labor del Estado (o del
gobierno) para garantizar cierta justicia en la sociedad. De hecho, en el siglo XIX surgió una teoría social,
económica y política que proponía la no existencia de la clase capitalista y en general, que tampoco exista
ninguna otra clase social, a fin de garantizar que la igualdad de la población sea “real y total”. Esta teoría
social, conocida como Marxismo, llamaba a este nuevo modelo social Comunismo, el cual contaba
además con unos pasos y condiciones para que pudiera materializarse.

Como el ideal de que exista una sociedad sin clases es algo bastante complejo, la teoría marxista
propone una etapa previa caracterizada por ser un proceso de cambio y preparación de la sociedad para
ese futuro. En esta etapa, llamada Socialismo, existiría un gobierno integrado por la clase trabajadora que
iría eliminando poco a poco a la clase capitalista al expropiar todos sus empresas y dárselas a los que
anteriormente trabajaban como asalariados en ellas. Este proceso llegaría a un momento donde la única
clase que existiría sería la que está gobernando. Esta afirmación viene del hecho de que otra característica
del comunismo –o mejor dicho, del socialismo- es que nace, no como una opción elegida por la mayoría
como en una elección o referéndum, sino que aparece como el resultado de una revolución, es decir,
como un movimiento armado que busca un cambio en la sociedad de forma repentina y radical. Según
quienes creen en el comunismo, es necesaria esta acción porque los capitalistas no accederían de forma
pacífica a un cambio social donde ellos dejaran de existir.

El punto aquí es que una revolución implica violencia, muertos, heridos y, sobretodo, el
establecimiento de un gobierno sin tomar en cuenta la opinión de la mayoría de las personas, ya que su
inicio obedece al uso de la fuerza y no del convencimiento (Campaña electoral) y la legalidad
(elecciones). Y si quienes gobiernan en el socialismo llegan a la fuerza, es muy probable de que no
querrán entregar el poder de forma pacífica o democrática, con lo cual, un gobierno socialista al controlar
totalmente el poder de forma indefinida se convierte en una clase social, la cual irónicamente había
denunciado en el pasado como el origen de todas las injusticias y males de la sociedad. Esto quiere decir
que la clase dominante que existía en el capitalismo (oligarcas o burgueses) desaparecería pero sería
sustituida por otra. De hecho, dentro de la teoría marxista esta clase social gobernante se le llama
dictadura del proletariado (Obrero).

En otro orden de ideas, es necesario explicar dos conceptos ligados a las características de la
sociedad capitalista y socialista. Estos son “Derecha e Izquierda”. La izquierda se refiere básicamente a
aquella parte de la población que está en contra del gobierno que exista en el momento presente en
determinado país. En contraposición, La Derecha agrupa a todas las personas que apoyan a ese gobierno e
inclusive y de forma lógica, a los integrantes de éste. Esto que implicaría señalar que toda oposición es de
izquierda. Sin embargo, y tomando en cuenta el tema desarrollado en esta lectura, la palabra izquierda
sirve especialmente para designar a un grupo de la sociedad que aspira y lucha por el establecimiento de
un gobierno comunista, por lo que “ser de Izquierda” es sinónimo de ser socialista o comunista.

2
Esta extensión del significado se debe a que, en la mayor parte de los países y por una gran
cantidad de tiempo, los gobiernos han sido capitalistas, por lo que tradicionalmente el papel de la
izquierda ha sido ocupado por los socialistas. Esta asociación tan recurrente entre los dos fenómenos ha
dado lugar a que a pesar de que un partido político pro-comunista llegue al poder todavía se le siga
llamando de izquierda. Sea como sea, las denominaciones “Izquierda” y “Derecha” se originaron por
hechos algo alejados a lo tratado líneas atrás. Todo se debe a que en Francia (siglo XVIII) se decidió que
los miembros del poder legislativo que estaban de acuerdo con establecer leyes que cambiaban
radicalmente ciertos hechos de importancia, se sentaran a la izquierda del presidente de la Asamblea,
mientras que lo que estaban de acuerdo con que las cosas siguieran igual, lo demostraran sentándose a la
derecha. Dicha práctica fue copiada por otros países y de esta manera se terminó asociando la palabra
izquierda con el cambio en el orden político que estaba establecido desde siempre, y derecha con quienes
apoyaban a que las cosas siguieran igual. En algunos países se usan términos más explícitos:
“Conservador” y “Liberal”.

You might also like