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CONTRATOS EMPRESARIALES

Contratos empresariales:
ARRENDAMIENTO
El arrendamiento es un contrato regulado por el Código Civil para el Distrito Federal en el artículo 2398
mediante el cual las partes contratantes se obligan recíprocamente, una, a conceder el uso o goce
temporal de una cosa, y la otra, a pagar por ese uso o goce un precio cierto.
El arrendamiento de inmuebles destinados a casa habitación no podrá ser menor a un año mientras
que el arrendamiento de inmuebles destinados al comercio o a la industria, no podrá exceder de veinte
años.
La ley dispone que la renta o precio del arrendamiento puede consistir en una suma de dinero o en
cualquiera otra cosa equivalente, con tal que sea cierta y determinada; serán susceptibles de
arrendamiento todos los bienes que pueden usarse sin consumirse a excepción de aquellos que la ley
prohíba arrendar y los derechos estrictamente personales.
Los sujetos son: arrendador (el propietario del bien o persona autorizada) y la contraparte denominada
arrendatario (persona que entra en posesión y disfruta del bien pagando una renta).

COMPRAVENTA
El CCDF en su artículo 2248 establece que habrá compra-venta cuando uno de los contratantes se
obliga a transferir la propiedad de una cosa o de un derecho, y el otro a su vez se obliga a pagar por
ellos un precio cierto y en dinero.
Por regla general, la venta es perfecta y obligatoria para las partes cuando se han convenido sobre la
cosa y su precio, aunque la primera no haya sido entregada ni el segundo satisfecho.
Si el precio de la cosa vendida se ha de pagar parte en dinero y parte con el valor de otra cosa, el
contrato será de venta cuando la parte de numerario sea igual o mayor que la que se pague con el
valor de otra cosa. Si la parte en numerario fuere inferior, el contrato será permuta.
Las partes del contrato son: el vendedor (quien pone a disposición del comprador productos o servicios
para su consumo final), y el comprador (quien adquiere un bien o servicio a cambio de un pago en
efectivo, cheque, tarjeta de crédito, tarjeta de debito, depósito bancario, etc.).
Utilidad en la empresa
Comprador:
– Certificado de inexistencia de gravámenes.
– Legitimidad de la propiedad.
– Hacer oponible la operación ante terceros.
– Verificar capacidad de las partes.

Vendedor
Analizar capacidad de pago.
Garantías.
Establecer cláusula de reserva de dominio.
Procedencia lícita del dinero.

CESIÓN
El artículo 2029 del CCDF define como cesión de derechos cuando el acreedor transfiere a otro los
que tenga contra su deudor.
El acreedor puede ceder su derecho a un tercero sin el consentimiento del deudor, a menos que la
cesión esté prohibida por la ley, se haya convenido no hacerla o no le permita la naturaleza del
derecho.
El deudor no puede alegar contra el tercero que el derecho no podía cederse porque así se había
convenido, cuando ese convenio se conste en el título constitutivo del derecho.
En la cesión de crédito se observarán las disposiciones relativas al acto jurídico que le dé origen, en
lo que no estuvieren modificadas en este Capítulo.
Para la determinación de los sujetos de la cesión emplearemos como ejemplo la cesión de crédito en
la cual participan el cedente, que es el acreedor que transmite su derecho, y el cesionario, que lo recibe
convirtiéndose así en el nuevo acreedor; el deudor cedido no es parte en el negocio de cesión al no
ser necesario su consentimiento.

HIPOTECA
La hipoteca es una garantía real constituida sobre bienes que no se entregan al acreedor, y que da
derecho a éste, en caso de incumplimiento de la obligación garantizada, a ser pagado con el valor de
los bienes, en el grado de preferencia establecido por la ley. (artículo 2893 CCDF).

Los sujetos serán los siguientes:


a) El deudor: Es quien debe cumplir la obligación principal que se trata de garantizar con la hipoteca.
El deudor será además el hipotecante cuando el bien hipotecado le pertenezca en propiedad.
b) Hipotecante no deudor: No siempre existe, sino sólo cuando el bien hipotecado no pertenece al
deudor. Nada impide, obviamente, constituir hipoteca en garantía de obligaciones de un tercero.
c) El acreedor: Aquél frente al que debe cumplirse la obligación principal y que por lo tanto es el
beneficiario de la garantía hipotecaria.

FRANQUICIA
La Ley de la Propiedad Industrial, en su artículo 142 establece que existirá franquicia, cuando con la
licencia de uso de una marca, otorgada por escrito, se transmitan conocimientos técnicos o se
proporcione asistencia técnica, para que la persona a quien se le concede pueda producir o vender
bienes o prestar servicios de manera uniforme y con los métodos operativos, comerciales y
administrativos establecidos por el titular de la marca, tendientes a mantener la calidad, prestigio e
imagen de los productos o servicios a los que ésta distingue.

Los sujetos que intervienen en el contrato de franquicia son:

El Franquiciante (Franquiciador). Para ser franquiciador no sólo es necesario disponer de una


empresa solvente y con prestigio comercial en el sector, hace falta también un excelente concepto de
negocio, que aporte novedades y valores diferenciales en el producto, en el servicio o en la manera
de comercializarlo. Éste es el verdadero sentido del concepto de Franquicia. No obstante, el éxito del
sistema se basa principalmente en haber experimentado con anterioridad, todo el procedimiento de
franquicia a través de un establecimiento piloto, que nos habrá permitido corregir los posibles errores,
así como aumentar los conocimientos necesarios para un mejor desarrollo del concepto de Franquicia,
aportando lo que es de hecho una de las bases de la franquicia: Brindar experiencia al franquiciado,
transmitiendo todo ese “saber-hacer” (know-how) a través de la diversa documentación que es
necesaria y que constituyen los Manuales, así como Pre-contratos y Contratos definitivos.
Por lo tanto, el Franquiciador deberá ser una persona física o jurídica que reúna estas características:

• Haya preparado y experimentado, durante un tiempo representativo y con buenos resultados, una
fórmula comercial diferenciada de la competencia, desarrollada en establecimientos pilotos, propios
o no.
• Que sea poseedor de los derechos de propiedad intelectual con los que comercializa el producto o
servicio.
• Que disponga de la capacidad para formar a sus futuros franquiciados, dándoles todo el soporte
técnico, empresarial y logístico que sea necesario.
• Conocimiento del mercado local.
• Actitud flexible.

El Franquiciado: El franquiciado es toda aquella persona física o jurídica que, mediante ciertas
condiciones, obtiene el derecho a comercializar y explotar productos o servicios bajo técnicas
uniformes y experimentadas con una rentabilidad probada y con un activo intangible debidamente
protegido.

Contrato de asociación en participación


La asociación en participación es un contrato regulado por la Ley General de Sociedades Mercantiles
en sus artículos 252 al 259 por el cual una persona concede a otras que le aportan bienes o servicios,
una participación en las utilidades y en las pérdidas de una negociación mercantil o de una o varias
operaciones de comercio.

La asociación en participación no tiene personalidad jurídica ni razón social o denominación. En los


contratos de asociación en participación se fijarán los términos, proporciones de interés y demás
condiciones en que deban realizarse.

El asociante obra en nombre propio y no habrá relación jurídica entre los terceros y los asociados.
Respecto a terceros, los bienes aportados pertenecen en propiedad al asociante, a no ser que por la
naturaleza de la aportación fuere necesaria alguna otra formalidad, o que se estipule lo contrario y se
inscriba la cláusula relativa en el Registro Público de Comercio del lugar donde el asociante ejerce el
Comercio. Aun cuando la estipulación no haya sido registrada, surtirá sus efectos si se prueba que el
tercero tenía o debía tener conocimiento de ella.

Las asociaciones en participación funcionan, se disuelven y liquidan, a falta de estipulaciones


especiales, por las reglas establecidas para las sociedades en nombre colectivo.

Contrato de prestación de servicios

Es un convenio por virtud del cual un profesor se obliga a prestar a una persona física o moral, un
servicio profesional a cambio de una retribución. Al prestador de servicio se le denominará el profesor
o profesional mientras que al que solicita el servicio lo denominaremos el cliente. A la retribución se le
conoce como honorarios profesionales, o simplemente honorarios.

El contrato se encuentra regulado en el Código Civil del Distrito Federal, en los artículos 2606 al 2615,
así como en la Ley Reglamentaria del artículo 5o. constitucional para el Distrito Federal, también
conocida como la Ley de Profesiones.

El que presta y el que recibe los servicios profesionales pueden fijar, de común acuerdo, retribución
debida por ellos.

Cuando se trate de profesionistas que estuvieren sindicalizados, se observarán las disposiciones


relativas establecidas en el respectivo contrato colectivo de trabajo.

Cuando no hubiere habido convenio, los honorarios se regularán atendiendo juntamente a las
costumbre del lugar, a la importancia de los trabajos prestados, a la del asunto o caso en que se
prestaren, a las facultades pecuniarias del que recibe el servicio y a la reputación profesional que tenga
adquirida el que lo ha prestado. Si los servicios prestados estuvieren regulados por arancel, éste
servirá de norma para fijar el importe de los honorarios reclamados.

Los que sin tener el título correspondiente ejerzan profesiones para cuyo ejercicio la ley exija título,
además de incurrir en las penas respectivas, no tendrán derecho de cobrar retribución por los servicios
profesionales que hayan prestado.

En la prestación de servicios profesionales pueden incluirse las expensas que hayan de hacerse en el
negocio en que aquéllos se presten. A falta de convenio sobre su reembolso, los anticipos serán
pagados con el rédito legal, desde el día en que fueren hechos, sin perjuicio de la responsabilidad por
daños y perjuicios cuando hubiere lugar a ella.

El pago de los honorarios y de las expensas, cuando las haya, se harán en el lugar de la residencia
del que ha prestado los servicios profesionales, inmediatamente que preste cada servicio o al fin de
todos, cuando se separe el profesor o haya Concluído el negocio o trabajo que se le confió.

Si varias personas encomendaren un negocio, todas ellas serán solidariamente responsables de los
honorarios del profesor y de los anticipos que hubiere hecho.

Cuando varios profesores en la misma ciencia presten sus servicios en un negocio o asunto, podrán
cobrar los servicios que individualmente haya prestado cada uno.

Los profesores tienen derecho de exigir sus honorarios, cualquiera que sea el éxito del negocio o
trabajo que se les encomiende, salvo convenio en contrario.

Siempre que un profesor no pueda continuar prestando sus servicios, deberá avisar oportunamente a
la persona que lo ocupe, quedando obligado a satisfacer los daños y perjuicios que se causen, cuando
no diere este aviso con oportunidad. Respecto de los abogados se observará, además, lo dispuesto
en el artículo 2589 CCDF.

El que preste servicios profesionales, sólo es responsable, hacia las personas a quienes sirve, por
negligencia, impericia o dolo, sin perjuicio de las penas que merezca en caso de delito.

CONTRATOS FINANCIEROS

El derecho financiero es el conjunto de normas jurídicas que regulan la actividad


financiera del Estado y de las restantes entidades públicas, territoriales e institucionales, es decir,
ordena la obtención de ingresos y los gastos que tales sujetos destinan al cumplimiento de sus fines.

El Contrato Financiero es aquel que se origina en la función de intermediación que realizan las
entidades financieras. Su régimen especial tiene como finalidad lograr el adecuado desarrollo
de dicha función, para lo cual resultan esencial las garantías y coberturas que aseguran el
cumplimiento de los compromisos asumidos por los clientes frente a las entidades financieras.

El contrato financiero es un acuerdo entre una parte (el prestamista, normalmente una entidad
bancaria) que ofrece recursos financieros a la otra parte (el deudor, cliente del banco u otra entidad
financiera), y por el cual éste se compromete a ejecutar determinados actos estipulados, como
proporcionar estados financieros o bien no endeudarse más allá de cierto nivel.
Debido a la estandarización de los contratos financieros y a falta de voluntad de los proveedores
(prestamistas) de negociar directamente con los consumidores (clientes) sobre los términos y
condiciones generales, los contratos financieros son llamados “contratos de adhesión” ya que el
cliente puede elegir entre aceptar el contrato con las condiciones normales, o abstenerse de firmar el
contrato.

El artículo 85 de la Ley Federal de Protección al Consumidor (en adelante LFPC) define al contrato de
adhesión como: el documento elaborado unilateralmente por el proveedor, para establecer en formatos
uniformes los términos y condiciones aplicables a la adquisición de un producto o la prestación de un
servicio, aun cuando dicho documento no contenga todas las cláusulas ordinarias de un contrato. Todo
contrato de adhesión celebrado en territorio nacional, para su validez, deberá estar escrito en idioma
español y sus caracteres tendrán que ser legibles a simple vista y en un tamaño y tipo de letra uniforme.
Además, no podrá implicar prestaciones desproporcionadas a cargo de los consumidores,
obligaciones inequitativas o abusivas, o cualquier otra cláusula o texto que viole las disposiciones de
esta Ley

CONTRATOS DE COMERCIO ELECTRÓNICO


Por comercio electrónico se entiende la compraventa de productos y la contratación de servicios a
través de Internet. Una transacción de comercio electrónico presupone un esquema tradicional de
oferta y aceptación para la concurrencia de voluntades recíprocas y correlativas.

Bajo la legislación mexicana, y específicamente conforme a los artículos 1792 y 1793 del Código Civil
Federal, un convenio es un acuerdo voluntades para crear, transferir, modificar o extinguir derechos y
obligaciones, y, aquellos convenios que encaminados únicamente a producir o transferir obligaciones
y derechos, toman el nombre de contratos. Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento,
excepto aquellos que deben revestir una forma establecida por la ley. Desde que se perfeccionan
obligan a los contratantes, no sólo al cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a las
consecuencias que, según su naturaleza, son conforme a la buena fe, al uso o a la ley. Aquellos
contratos que recaen sobre operaciones comerciales se regulan en México como contratos
mercantiles, en los cuales, cada uno se obliga en la manera y términos que aparezca que quiso
obligarse, sin que la validez del acto comercial dependa de la observancia de formalidades o requisitos
determinados, en términos del Artículo 78 del Código de Comercio. La legislación mexicana se ha visto
en la necesidad de adecuarse a la realidad moderna, reconociendo entre las distintas formas de
contratación, la contratación por medios electrónicos. De tal manera, el Código Civil Federal reconoce
actualmente en sus artículos 1834 y 1834 Bis que, cuando se exija la forma escrita para el contrato,
los documentos relativos deben ser firmados por todas las personas a las cuales se imponga esa
obligación; supuesto que se tiene por cumplido mediante la utilización de medios electrónicos, ópticos
o de cualquier otra tecnología, siempre que la información generada o comunicada en forma íntegra,
a través de dichos medios sea atribuible a las personas obligadas y accesible para su ulterior consulta.

Se observa así que bajo la legislación vigente, el perfeccionamiento de contratos por medios
electrónicos constituye una forma más de documentar los acuerdos alcanzados por las partes, más
que un tipo de contrato en particular.

Existe bajo la doctrina una división básica entre comercio electrónico directo e indirecto.

El comercio electrónico indirecto comprende las transacciones realizadas por medios electrónicos
relativas a bienes tangibles, es decir, en soporte material, de modo que la entrega del producto o la
realización del servicio no puede tener lugar en línea, por lo que la ejecución de esa obligación coincide
con la que tendría lugar de haberse concluido la transacción por medio del comercio tradicional.

El comercio electrónico directo engloba aquellos contratos electrónicos relativos a la entrega a


través de Internet de bienes sin soporte físico o información digital. Respecto de las obligaciones
pecuniarias, su cumplimiento puede tener lugar tanto en el comercio electrónico directo como en el
indirecto, a través de Internet, si bien es posible que su ejecución se realice por medio de un
instrumento de pago (incluso electrónico) al margen del Internet.

La mayor parte del comercio electrónico directo está constituida por contratos cuyo objeto son bienes
protegidos por derechos de propiedad intelectual susceptibles de transmisión a través del Internet,
como pueden ser programas de cómputo, obras musicales, imágenes, obras multimedia o bases de
datos, entre otros.

Atendiendo al empleo de las aplicaciones y servicios propios de Internet en la celebración del contrato,
cabe distinguir dos situaciones básicas: Por una parte, los contratos no estructurados concluidos por
medio del intercambio de Mensajes de Datos o correo electrónico, y por otra parte, los contratos
propiamente en línea, a través del contacto interactivo con un sitio web, en los que el comportamiento
básico del adquirente normalmente es completar un formulario elaborado por el proveedor.

Firma electrónica
Para la doctrina, la firma representa un signo personal distintivo que permite informar acerca de la
identidad del autor de un documento y manifestar su acuerdo sobre el contenido del acto.
El Código de Comercio, en su artículo 89, define a la Firma Electrónica como “los datos en forma
electrónica consignados en un Mensaje de Datos, o adjuntados o lógicamente asociados al mismo por
cualquier tecnología, que son utilizados para identificar al Firmante14 en relación con el Mensaje de
Datos e indicar que el Firmante aprueba la información contenida en el Mensaje de Datos, y que
produce los mismos efectos jurídicos que la firma autógrafa, siendo admisible como prueba en juicio”.
Adicionalmente a la Firma Electrónica, existe bajo el Código de Comercio el concepto de Firma
Electrónica Avanzada o Fiable, la cual constituye una Firma Electrónica que brinda mayor certeza al
cumplir mas requisitos.

CLAUSULAS CONTRACTUALES CONTROVERSIALES


El Poder Judicial es quien ejerce la potestad de impartir justicia a través de sus órganos jerárquicos
en un Estado democrático (artículo 138 de la Constitución), de manera que la resolución de conflictos
se encuentra centralizada en la jurisdicción estatal y todos los ciudadanos tienen derecho a la tutela
judicial para la protección de sus derechos. El sistema judicial sin embargo soporta una demanda
masiva de protección de derechos que contribuye a la congestión y dilación de los procesos judiciales,
las decisiones judiciales impredecibles y de baja calidad, la formalidad procesal excesiva y perjudicial,
la organización judicial con bajos niveles de especialización, la organización administrativa inadecuada
y costos de corrupción y costos económicos imprevisibles.

Los métodos alternativos de resolución de conflictos permiten escapar de este sistema y reducir costos
en una esfera privada donde los protagonistas de la solución del conflicto son las mismas partes, que
interactúan en la búsqueda de una solución o con la asistencia de un tercero que les ayuda a encontrar
esa solución o que toma una decisión que resuelve el conflicto de manera definitiva. Los métodos
alternativos de resolución de conflictos son variados y su desarrollo depende de la información y
difusión entre los usuarios y operadores del sistema y de su regulación en una norma legal. Entre los
métodos alternativos más conocidos podemos mencionar la negociación, la conciliación, la mediación,
el arbitraje, la mediación-arbitraje, el minijuicio, la evaluación neutral, el juicio por jurados abreviado,
etc. Es importante tomar en cuenta que no todos los conflictos pueden ser resueltos mediante métodos
alternativos, la ley muchas veces delimita un campo de acción para cada método alternativo, sin
embargo en líneas generales puede decirse que todos los conflictos que se relacionen con aspectos
patrimoniales y comerciales pueden canalizarse a través de métodos alternativos.

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