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(1902/07/10 - 1989/07/16)

Nicolás Guillén

Nació el 10 de julio de 1902 en Camagüey, Cuba.

Hijo del periodista y político liberal Nicolás Guillén Urra, que murió asesinado durante el alzamiento de
1917.

Cursó estudios de Derecho, que abandonó en primer año de carrera. En 1930 trabaja como tipógrafo y
posteriormente se dedica al periodismo y se da a conocer como escritor.

Participó intensamente en la política cubana, lo que le costó el exilio en varias ocasiones. En 1937
ingresó en el Partido Comunista, y tras el triunfo de la Revolución cubana en 1959 desempeñó cargos y
misiones diplomáticas de relieve. En 1961 es elegido presidente de la Unión Nacional de Escritores y
Artistas Cubanos (UNEAC). En diferentes ocasiones fue representante de la política cultural del régimen.

Su producción literaria se inició en el ámbito del posmodernismo y la afianzó en el de las experiencias


vanguardistas de los años veinte, convirtiéndose en el representante más destacado de la
poesíaafroantillana. En Motivos de son (1930), Poemas mulatos (1931),West Indies Ltd. (1934) y poemas
dispersos en libros posteriores, quiso una expresión auténtica, propia de un país mulato como él mismo,
manifestando una preocupación social que se fue acentuando con el paso de los años. Evolucionó hacia
esas preocupaciones políticas y sociales: en Cantos para soldados y sones para turistas (1937), El son
entero (1947) y La paloma de vuelo popular (1958), mostró su compromiso con la patria cubana y con
todos los desheredados del mundo. Poema en cuatro angustias y una esperanza (1937) acusó el impacto
de la Guerra Civil española y el asesinato de Federico García Lorca.
Miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Crítico con la injusticia y el imperialismo,
eso no le impidió verse afectado por las inquietudes neorrománticas y metafísicas que también
dominaron la literatura de esa época. Con Tengo (1964) manifestó su júbilo ante la Cuba revolucionaria.
después escribe Poemas de amor (1964), El gran zoo (1967), La rueda dentada (1972), El diario que a
diario (1972) y Por el mar de las Antillas anda un barco de papel y Poemas para niños y mayores de edad
(1977). En Prosa de prisa (1975-1976) se han recogido sus trabajos periodísticos.

Nicolás Guillén falleció el 16 de julio de 1989 en La Habana, Cuba. En los últimos cuatro años de su vida,
el escritor, que padecía de arteriosclerosis y del mal de Parkinson, sufrió varios infartos, y en su último
junio fue sometido a una operación en la que se le amputó la pierna izquierda.

Agua del recuerdo

¿Cuándo fue?

No lo sé.

Agua del recuerdo

voy a navegar.

Pasó una mulata de oro,

y yo la miré al pasar:

Moño de seda en la nuca,

bata de cristal,

niña de espalda reciente,

tacón de reciente andar.

Caña

(febril le dije en mí mismo),

caña

temblando sobre el abismo,

¿quién te empujará?
¿Qué cortador con su mocha

te cortará?

¿Qué ingenio con su trapiche

te molerá?

El tiempo corrió después,

corrió el tiempo sin cesar,

yo para allá, para aquí,

yo para aquí, para allá,

para allá, para aquí,

para aquí, para allá...

Nada sé, nada se sabe,

ni nada sabré jamás,

nada han dicho los periódicos,

nada pude averiguar,

de aquella mulata de oro

que una vez miré al pasar,

moño de seda en la nuca,

bata de cristal,

niña de espalda reciente,

tacón de reciente andar.


José Emilio Pacheco

(1939/06/30 - 2014/01/26)

Nació el 30 de junio de 1939 en la Ciudad de México.

Cursó estudios de Derecho y Filosofía en la UNAM donde inició sus actividades literarias en la revista
Medio Siglo.

Director del suplemento de la revista Estaciones, fue secretario de redacción de la Revista de la


Universidad de México y de México en la Cultura, suplemento de Novedades, y jefe de redacción de La
Cultura en México, suplemento de Siempre.

Dirigió la Biblioteca del Estudiante Universitario.

Profesor en varias universidades de los Estados Unidos, Canadá e Inglaterra e investigador en el


Departamento de Estudios Históricos del INAH.

Fue traductor de autores ingleses (Tennesse Williams, T. S. Eliot…), colaborador de prensa, ensayista (El
derecho a la lectura, 1984; La hoguera y el viento, 1994), autor de libros de poesía como No me
preguntes cómo pasa el tiempo (1969), Los elementos de la noche (1963), Tarde o temprano (1980), Alta
traición, antología poética (1985), Ciudad de la memoria (1989). La narrativa de Pacheco recurre sobre la
infancia y el deterioro de la ciudad de México, según aparece en El viento distante y otros relatos (1963),
El principio del placer (1972) y Batallas en el desierto (1981). En Morirás lejos (1967) trata sobre el acoso
y la persecución.

Se le han otorgado los premios Magda Donato, Nacional de Poesía, Nacional de Periodismo Literario, el
Malcolm Lowry para trayectoria en el campo del ensayo, Nacional de Lingüística y Literatura, 1992; y en
1996 el Premio José Asunción Silva al mejor libro de poemas en español publicado entre 1990 y 1995.
Además ha recibido múltiples reconocimientos entre los cuales se cuentan el Premio Xavier Villaurrutia
(1973), el Premio Internacional Octavio Paz de Poesía y Ensayo (2003), el Premio Alfonso Reyes (2004), el
Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2004) y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana
(2009). El 23 de abril de 2010 recibió de manos de los Reyes de España el Premio Miguel de Cervantes
2009.

José Emilio Pacheco falleció el 26 de enero de 2014 en la Ciudad de México a causa de un paro
cardiorespiratorio. El escritor, de 74 años, había sido internado un día antes tras golpearse en la cabeza
al sufrir una caída cuando tropezó con los libros almacenados en su estudio. "Se fue tranquilo, se fue en
paz", dijo su hija Laura Emilia Pacheco.
El fuego

En la madera que se resuelve en chispa y llamarada

luego en silencio y humo que se pierde

miraste deshacerse con sigiloso estruendo tu vida

Y te preguntas si habrá dado calor

si conoció alguna de las formas del fuego

si llegó a a rder e iluminar con su llama

De otra manera todo habrá sido en vano

Humo y ceniza no serán perdonados

pues no pudieron contra la oscuridad

—tal leña que arde en una estancia desierta

o en una cueva que sólo habitan los muertos


La paloma

Se equivocó la paloma

se equivocaba.

Por ir al norte, fue al sur

creyó que el trigo era agua,

se equivocaba.

Creyó que el mar era el cielo

que la noche, la mañana,

se equivocaba,

se equivocaba.

Que las estrellas, rocío

que la calor, la nevada,

se equivocaba,

se equivocaba.

Que tu falda era tu blusa

que tu corazón, su casa,

se equivocaba,

se equivocaba.

Ella se durmió en la orilla,

tú en la cumbre de una rama.


Creyó que el mar era el cielo

que la noche, la mañana

se equivocaba,

se equivocaba.

Que las estrellas, rocío

que la calor, la nevada,

se equivocaba,

se equivocaba.

Que tu falda era tu blusa

que tu corazón, su casa,

se equivocaba,

se equivocaba...
El amor es nuevo

Todo amor nuevo que aparece

nos ilumina la existencia,

nos la perfuma y enflorece.

En la más densa oscuridad

toda mujer es refulgencia

y todo amor es claridad.

Para curar la pertinaz

pena, en las almas escondida,

un nuevo amor es eficaz;

porque se posa en nuestro mal

sin lastimar nunca la herida,

como un destello en un cristal.

Como un ensueño en una cuna,

como se posa en la rüina

la piedad del rayo de la luna.

como un encanto en un hastío,

como en la punta de una espina

una gotita de rocío...

¿Que también sabe hacer sufrir?

¿Que también sabe hacer llorar?

¿Que también sabe hacer morir?


-Es que tú no supiste amar...

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