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Stephanie Romero Faz

Elementos de Economía Política


Semestre 2017-2

“EL IMPERIALISMO, FASE SUPERIOR DEL CAPITALISMO”

CAPÍTULOS I AL VI

I. La concentración de la producción y monopolios

A raíz de la guerra que se dio entre 1914-1918, se trató de un evento que comenzaría con la división
y repartición del mundo. En este sentido, el capitalismo ha escogido a un cierto puñado de países
ricos para distribuirse el botín. El beneficio económico que se ha generado a raíz del crecimiento
industrial, ha tenido como resultado una creciente suma de ganancias que, es el resultado de la
explotación laboral hacia los obreros, y es en este proceso que se les ha corrompido. Este proceso
ha “aburguesado” a la capa obrera, y ha sido necesaria su transformación para que la burguesía
pueda avanzar y consolidarse en el poder.

Como se mencionó anteriormente, el avanzado crecimiento del sector industrial ha dejado a la luz
la concentración de la producción en empresas de mayor tamaño; esto quiere decir que, la
producción por sector a nivel nacional fue realizada por una centésima parte del total de las
empresas. Esto repercute en el mercado, ya que una pequeña cantidad de empresas son las que
tienen la capacidad de capital de trabajo y la dificultad de competirles, va generando la aparición de
monopolios. Es por ello que, en el capitalismo moderno, la transformación de la competencia en
monopolio, es una de las características fundamentales.

Es importante que se analice la “competencia” económica, ya que, durante muchos años dentro de
la teoría económica clásica, ésta aparece como una Ley natural, y no es hasta que Marx en su
póstuma obra “El Capital” establecía que una consecuencia de la acumulación, conduciría al
monopolio; dicha afirmación trató de ser refutada e ignorada, pero como hoy sabemos, el
monopolio es un hecho.

Con base a lo anterior, podemos periodizar el surgimiento de los Monopolios de la siguiente manera:

1) Décadas de 1860 y 1870. Es en este periodo donde surge un desarrollo acelerado de la libre
competencia
2) Tras la crisis de 1873, los monopolios no están considerados, son un fenómeno pasajero
3) Finales del siglo XX. Los cárteles se convierten en parte fundamental de la vida económica,
es en este momento donde el capitalismo se ha transformado en imperialismo.

Dicho crecimiento y el avance de la producción, ha tenido un gran efecto en la economía, debido a


que, en épocas anteriores, los patrones que se encontraban en el mercado no se conocían entre sí
y actualmente, esta brecha ha disminuido, a tal grado que pactan precios, se reparten el mercado,
es por ello que, el capitalismo en su fase imperialista, conduce directamente a una socialización de
la producción, sin embargo, la apropiación se mantiene privada, esto quiere decir que los medios
sociales de producción siguen estando en pocas manos.

Para concluir, a pesar de la concentración de la actividad productiva, ha sido necesaria la alianza con
el sector financiero, ya que la especulación ha generado beneficios exorbitantes, y cada vez, el
capitalismo a través del excedente, van creando extensiones que les permita, a través de créditos,
la acumulación de capital y un pago de intereses volátiles que termina inflando dicha deuda.
II. Los bancos y su nuevo papel

La función primaria de los bancos es el de fungir como intermediario en los pagos, gracias a esta
actividad, el capital financiero se mantiene en activo. A medida que las operaciones bancarias se
van concentrando en un número reducido de entidades, éstas e van convirtiendo en monopolios,
que tienen bajo su poder el capital monetario de los capitalistas y pequeños hombres de negocios,
además de los medios de producción.

Esta transformación va desplazando a los pequeños bancos, por los de mayor tamaño, y a su vez,
van concentrando la mitad de los depósitos. En este capítulo, la absorción de los bancos pequeños
y su transformación a filiales, se vuelva cada vez más frecuente y es esta “anexión” a través de la
participación accionaria, la que nos dirige inevitablemente a la concentración.

Además, hay que agregar la aparición de otras instituciones financieras, como las cajas de ahorro
que, por su condición descentralizada y su presencia en un mayor número de localidades, presentan
una “amenaza” para los bancos. Sin embargo, esta amenaza está representada entre los mismos
dueños del capital.

Esta sustitución del viejo capitalismo, ha hecho evidente la inexistente necesidad de la Bolsa, ya que
ha dejado se fungir como intermediario en la circulación del capital. Este cambio se ha dado por la
bursatilización de los bancos, que hasta antes del mayor crack financiero, no podían colocar tantas
emisiones de capital, como hoy en día. Recordemos que, por muchos años, la Bolsa era un
instrumento sumamente necesario, sin embargo, en la actualidad, el movimiento de concentración
bancaria ha restringido el número de instituciones a las que uno puede dirigirse para solicitar un
crédito, es por ello que diversos sectores de la industria, han quedado dependientes a un menor
número de instituciones bancarias.

Los vínculos personales de los bancos con la industria, a través de las operaciones que se realizan,
es también un reflejo con la vinculación de ambas con el gobierno. Este punto es de vital
importancia, ya que, los puestos de los más grandes bancos, en sus consejos de administración, no
es extraño encontrar a antiguos funcionarios del Estado.
En resumen, este proceso de concentración ente la industria y la banca se origina durante la crisis
de 1900, y esto fortaleció a su desarrollo, es por ello que, el siglo XX marca una importante
transformación entre el viejo y el nuevo capitalismo, así como las diferentes modalidades de
dominación, tanto de capital total y financiero.
III. El capital financiero y la oligarquía financiera

El capital industrial, no pertenece a los industriales que lo necesitan, sino que necesitan de un
intermediario, en este caso el banco, como intermediario para conseguirlo, es por ello que, el
bancario cada vez se transforma en capitalista industrial.

del apropiamiento del capital industrial, la famosa “participación por acciones”, ha sido una de las
dinámicas más usadas para poder adquirir mediante la compra de acciones, la participación y
derecho de voto, así como el gestionamiento y dirección de sociedades más pequeñas y poder
diseñar filiales, para tener el control de dicho capital que, a su vez, no solo facilita la concentración,
sino que encubren acciones ilegales, para quedar en el valle de la impunidad. Estas acciones,
necesitan de una estrategia contable y jurídica, es por ello que, muchas grandes empresas, para
hacer “desaparecer” movimientos dudosos, dividen a una sociedad por partes y esto posibilita la
creación de una filial, para que se pierda la obligación de “responder” por dichas acciones.

Esta oligarquía adquiere una mayor presencia durante periodos de crisis, ya que las sociedades más
poderosas, adquieren a bajo precio las acciones de otras, y es por ello que intervienen en su
administración, lo cual facilita la concentración del capital.
IV. La exportación de Capital

Hoy día, una de las características más evidentes del sistema capitalista, además de una
acumulación de capital y la aparición del monopolio, es la exportación de capital. El incremento del
intercambio interior y del internacional es un rasgo del capitalismo, esto ha ocasionado que el
crecimiento de las diferentes empresas y países, se genere de forma desigual. Inglaterra fue uno de
los principales países que se convirtió en capitalista, ya que, a mediados del siglo XIX, empezó a
adoptar la política de libre mercado, y eso trajo como consecuencia que el país fuera el proveedor
de bienes manufacturados para otras naciones, sin embargo, todo este crecimiento comenzó a
decaer, cuando las políticas proteccionistas arancelarias aparecieron.

Uno de los sectores que se ha visto más desprotegido, es el primario, ya que, la agricultura no recibió
el mismo apoyo que la rama industrial, por lo tanto, estos excedentes solo se han reinvertido en
avances técnicos, mientras que, por otro lado, la vida precaria de las diferentes capas sociales se ha
agudizado, lo cual es una característica necesaria de un sistema capitalista. Mientras el capitalismo
siga siendo lo que es, dicho excedente no será utilizado en mejorar la calidad de vida de los
habitantes porque eso significaría una disminución de los beneficios económicos, sino que dicho
excedente debe exportarse a países “atrasados” para que los beneficios puedan incrementarse.

Para que dicha exportación de capital pueda llevarse a cabo, no resulta complicado, ya que los países
destino, ya han sido incorporados a las redes comerciales capitalistas. La enorme exportación de
capital está ligada a las diferentes colonias que tienen bajo su poder, y esto ha influido en el
desarrollo acelerado del capitalismo en los países destino.

En base a lo anterior, el reparto del mundo entre las potencias económicas, ha dejado de ser un velo
a convertirse en realidad, gracias a las redes mundiales que han lanzado, y es en este sentido que
los papeles de las colonias han retomado un papel muy importante y necesario de reproducción de
excedentes y mayores beneficios a los países exportadores.
V. El reparto del mundo entre las asociaciones de capitalistas

Las asociaciones capitalistas se reparten, además del mercado doméstico, el mercado mundial, el
cual han creado debido a la expansión de esferas de influencia a través de las colonias
pertenecientes a las grandes asociaciones monopolistas, es por ello que la aparición de cárteles
mundiales no es de extrañarse.

Sin embargo, muchos teóricos burgueses, afirman que la existencia de estos cárteles internacionales
es una puerta para que paz entre los pueblos, pueda ser respaldada por el capitalismo;
evidentemente, este tipo de afirmaciones lo único que hacen es encubrir las prácticas desleales y
de oportunismo, además muestran claramente el grado de desarrollo monopólico.

El reparto del mundo, del cual se ha hablado en puntos anteriores, se “justifica” debido a los grandes
niveles de acumulación y concentración de capital, además de la obtención máxima de beneficios,
por ello, es necesario que ese reparto sea equivalente y proporcional entre las potencias, aunque
en las mismas existen diferencias de desarrollo político y económico.

Esta fase superior del imperialismo, nos señala las diferentes relaciones que se basan en el reparto
económico del mundo, acompañado de diferentes conexiones políticas, las cuales tienen un efecto
sobre el reparto territorial, la lucha por las colonias y las influencias en el globo.
VI. El reparto del mundo entre las potencias

A finales del siglo XIX, se produce uno de los acontecimientos más importantes dentro del reparto
del mundo, que es la lucha por las colonias. El reparto de África y Polinesia constituyen de los últimos
territorios en tener “propietario”. Es en esta etapa donde existe una semejanza con la fase
contemporánea del desarrollo del capitalismo con el capital financiero.

Uno de los casos más sobresalientes es el de Gran Bretaña, cuyo periodo de expansión colonial va
de 1860-1880; para Francia y Alemania les tomó estos 20 años. Es después de este periodo, cuando
se produce un auge de las conquistas coloniales, por lo tanto, la entrada del capitalismo monopolista
está relacionado con la lucha por el reparto del mundo.

Hobson señala que entre los años 1884 – 1900 se caracterizó por una intensa expansión de los
principales estados europeos, a su vez, diferentes teóricos justificaron el colonialismo, como una
herramienta que reduciría considerablemente el hambre en sus países, además del asentamiento
del exceso de población y la constitución de nuevos mercados para los productos de las fábricas. Es
por ello que, a las empresas capitalistas, les conviene la dominación y pérdida de independencia de
dichos países, para someterlos económica y políticamente.

La política colonial, no es un evento actual, sino que, su existencia fue antes de la fase
contemporánea del capitalismo e incluso antes de este modo de producción; sin embargo, existen
riesgos que diferencian una fase de otra. Uno de los principales rasgos de la fase contemporánea
del capitalismo, es el dominio de las asociaciones monopolistas. Estos monopolios tienen una mayor
fuerza al apoderarse de todas las fuentes de materia prima, es por ello que, la posesión de colonias
es lo que garantiza el éxito del mismo.

Para finalizar, dicha expansión ha sido arduamente buscada e intensificada en la lucha por conquista
de nuevos territorios, debido a que ninguna empresa capitalista quiere permanecer fuera del juego,
ni mucho menos quedarse con las manos vacías; la necesidad de internacionalización de capital y
dominación colonial, han justificado esquemas de explotación y un contante saqueo en territorio
ocupado.

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