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Dr. Alfredo Vargas.

Alumno: Guillermo Adán Murillo Olea.


Licencia Canónica de Filosofía.
ETAPAS EN EL PENSAMIENTO DE PLATÓN.

1.- Etapa socrática o inmanentista.


Platón fue discípulo de Sócrates, y ahí se puede descubrir, una de las claras razones por
las cuales esta etapa pueda ser denominada así, dado que Platón en el despegue de su
propio pensamiento, en sus inicios, continúa el pensamiento de su maestro, aunque
conforme avanza en el desarrollo de este, va dando forma a sus propias doctrinas.
Se puede descubrir en esta primera etapa, el influjo de su maestro Sócrates, a quien
se le atribuye, entre otras cosas, la universalidad del concepto, como se puede descubrir
en los diálogos que se presentan como ejemplo en este análisis de la evolución de la teoría
de las formas.
La mayoría de los autores, convergen en dividir las etapas de Platón en cuatro,
donde la primera la denominan precisamente periodo socrático que constituye un ejemplo
de la mayéutica y la ironía socrática1, aunque se hace mención de los diálogos en general
y no propiamente de esta época. Esta época se ubica, así mismo, como época de juventud.

Una de las preocupaciones de Sócrates, como se puede constatar al final de su vida,


correspondía a contrarrestar el relativismo de los sofistas, que conducían a conductas
éticas no muy loables como los sofistas. Y el hecho de proponer la universalidad va en
concordancia principalmente con la conducta ética, que permite una base sólida a los
hombres para no caer en el relativismo sofista. Ya que, por ejemplo, los sofistas decían
que la justicia era diferente de una ciudad a otra, en cabio Sócrates habla de una justicia
universal válida para todos los hombres, y así tener un punto de partida desde el cual
puedan juzgarse las acciones de los mismos, donde sea que se encuentren.
Sócrates está encaminado a la búsqueda de las esencias, desde esa contemplación,
característica de los filósofos de la época, para reflexionar en torno a casos particulares y
de ahí partir hacia la búsqueda de esencias inmutables, de este modo se pueden analizar
los diálogos que son ubicados en esta etapa, donde toca temas como la piedad, la virtud,

1
E. A., DAL MASCHIO, «Platón, la verdad está en otra parte», BATISCAFO, España 2015, 43.
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lo bello, con esa pregunta característica ¿Qué es? Y se van encaminando los diálogos a la
búsqueda de la esencia de dichas cosas, partiendo de particularidades (ejemplos
cotidianos) que los lleven hacia lo más alto, lo más esencial e inmanente.

2.- Etapa intuicionista.


Un intuicionista, en el sentido filosófico o matemático del término, hace hincapié en el
hecho que no hay conocimiento sin contacto concreto con lo que se describe o afirma, que
el sujeto es un ser humano cuyos órganos sensoriales e intelectuales son limitados o
finitos. Así, el método por excelencia, tanto en las ciencias naturales como en las
matemáticas, tiene que ser la inducción puesto que todo contacto de una mente finita con
algo no puede ser sino parcial, local, y de ahí se intentará generalizar. Nuestro horizonte
es siempre finito.2

Con esta cita se pretende, remarcar sobre todo, la posibilidad de analizar propiamente ese
intuicionismo, que puede plantear muy bien la cuestión, que se desarrolla en la primera
etapa, de buscar esa esencialidad de las cosas, dado que tiene su punto de arranque
precisamente en lo finito, en los ejemplos particulares para llegar a lo universal, de tal
manera que se va más allá del plano propiamente finito.
De esta manera se puede descubrir, la participación, presente en los diálogos
propuestos, lo primero fue el ¿Qué es? Y en seguida se descubre en el contacto sensible,
la multiplicidad de esa idea que se pretende universalizar, y el problema estriba en cómo
llegar a esa idea de la cual participan las cosas, y se dice en Fedón: con el razonamiento
de la inteligencia.

3.- Autocrítica a la teoría de las formas en el Parménides.


En esta etapa Platón hace su propia crítica a la teoría de las formas o de las ideas, de esas
ideas existentes en un mundo separado. De tal manera que se puede descubrir la cuestión
de la multiplicidad y de la unidad, y se pregunta si lo Uno se puede fusionar.

2
Miguel ESPINOZA, «Intuicionismo y objetividad», Thémata revista de filosofía, Núm. 30, 2003, en:
http://institucional.us.es/revistas/themata/30/07%20espinoza.pdf, (20.11.17) 102-103
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Se puede hacer la pregunta entonces ¿si hay unidad en la multiplicidad? Que es la
cuestión que va tratando, de una forma muy abstracta en este diálogo que se analiza; se
plantean la cuestión de que si los objetos participan de la forma enteramente o solo de una
parte de ellos.
Otra de las cuestiones es que, cuando habla de las formas si son divisibles, en
cuanto que las formas participan en una parte del objeto, entonces estos objetos toman una
parte de la forma, pero esta parte no será igual en todos. Y posteriormente se plantea el
problema de lo uno, como uno, sin partes, ilimitado.
Y añade otra característica, ha de ser inmóvil, dado que el movimiento implica
cambio y al cambiar dejaría de ser lo que es, para ser otra cosa, y este movimiento implica
a su vez desplazarse y por ser ilimitado y sin partes, lo uno, no le corresponde espacio.

Resumidas cuentas, puede decirse que se busca particularmente en este diálogo,


una argumentación a favor de la existencia de un mundo separado, que se constituya como
la verdadera realidad, dado que el mundo que acontece, está en constante devenir,
movimiento, y por ello no nos permite reconocer una universalización del conocimiento
de cuestiones puras, por decirlo de alguna manera, y por ello es necesario recalcar la
doctrina de un mundo separado, donde se encuentren las formas puras, de tal manera que
las cosas de este mundo, participen de aquellas purezas, pero el problema estriba también
en cómo argumentar dicha participación, e inclusive la problemática que plantea el
referirse a cosas imperfectas, captadas por los hombres, y la imposibilidad de que exista
dicha idea en ese mundo separado, puesto que en el solo hay ideas perfectas, esto
contradice, se puede decir, lo mencionado en etapas anteriores, donde afirma la
imposibilidad de que exista algo feo, sino de que todo participa de la idea de la Belleza,
pero en diferente grado, y esta cuestión se presenta precisamente en este diálogo, no de
una manera explícita, pero es una de las críticas que se hace el mismo Platón.3

3
Cfr. Ibid., E. A., DAL MASCHIO, «Platón, la verdad está en otra parte», 58-62.
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4.- Etapa lógica.
Una de las características de esta etapa, es el hecho de que se introduce el uso de la
dialéctica para poder llegar a conocer las formas, de tal manera que se pueda descubrir si
es una sola realidad o se es una y múltiple, y de ahí la importancia de la dialéctica, que
consiste en esa capacidad de poder unir y dividir.
Otra de las particularidades es la distinción entre lo que es y lo que deviene, uno
captable mediante el pensamiento razonable (episteme) y lo otro es opinable (doxa), que
constituye las dos realidad que presenta Platón, el mundo de las ideas, que es donde se da
la verdadera ciencia, el verdadero conocimiento, y el mundo sensible, que es semejanza,
participación, pero el problema es cómo acceder a dicho conocimiento verdadero. Al
primero se accede por medio del alma, de ahí que se afirme le necesidad de liberar el alma
del cuerpo, sólo así se podrá llegar al verdadero conocimiento, y al otro se accede por
medio de los sentidos.
La primero cuestión es tratar la distinción sobre esencia y devenir, después
prosigue con la tarea del filósofo, que logra profundizar más en ciertas cuestiones que el
común de la gente, pasando así a la necesidad de ir al mundo divino (enlazado divino con
la perfección) dado que en el mundo presente hay contrarios, y se ha de buscar hacer
presente ese mundo de perfección, buscando realizar en sí mismo dichas ideas de
perfección de tal manera que se busque siempre decir la verdad, es aquí donde habla del
conocimiento y la ignorancia, y la ignorancia constituye el apartarse de la perfección.
Otra cuestión es la relación que se da entre el cuerpo y el alma, de tal manera que
el verdadero conocimiento de las cosas se da a través de las facultades del alma, de tal
manera que el alma reflexiona lo aprehendido por los sentidos, por los órganos del cuerpo,
y desde ahí comienza su reflexión para determinar el conocimiento de una cosa, así el
alma manifiesta conocer la existencia y verdad de una cosa.
Toda esta etapa, así como se muestra en los diversos diálogos presentados, versa
se puede decir, en la argumentación de estas dos posibilidades de la realidad o más bien
de la verdadera realidad, que conlleva el verdadero conocimiento, pero es necesario el
mundo que se presenta, porque a partir de este y el estar ahí del hombre es como puede
acceder a ese mundo de las formas. Claro está que entre todo esto, se plantean temas como
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la existencia, el ser, ente en cuanto ente, la esencia, en orden al conocimiento y de las
formas (mundo de las ideas).

5.- Etapa de las doctrinas no escritas.


Ya en esta última etapa se remarca, el análisis realizado por Aristóteles de la génesis del
pensamiento platónico, y remarcando sobre todo aquellas cuestiones que se puede decir,
quedaron inconclusas.
Si bien, los diálogos platónicos no constituyen toda la grandeza y plenitud de su
pensamiento, debieron quedar otras cuestiones que no se trataron en dichos diálogos, pero
que debieron ser desarrolladas por sus mismos discípulos, semejante a como sucedió con
el cristianismo, por poner un ejemplo. Esta etapa de la historia es la que se llama
neoplatonismo, que pretende reflexionar sobre la doctrina platónica, ya sea presente en
los mismos escritos o lo que sus discípulos oyeron al mismo Platón, aun con esto no se
garantiza la posibilidad de reflexión propia de sus mismos discípulos, que sin duda
debieron reforzar la doctrina platónica.
Dicho esto se plantea la veracidad de la interpretación aristotélica sobre Platón, y
es entonces donde se ha cuestionado el entender de Aristóteles sobre Platón en su
interpretación del mismo. Teniendo en cuenta la continuidad histórica de la misma
filosofía, ya que el mismo Aristóteles dará continuidad al platonismo y neoplatonismo,
pero desde su originalidad y perfeccionamiento platónico.
Entre uno de los temas, por mencionar alguno, que viene desde Heráclito,
Parménides, Sócrates, Platón es la cuestión del mundo-devenir, mundo-inmutable-
inmóvil, que llega a un análisis más viable, por así decirlo, a nuestro contexto.

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