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DE M I G U E L A N T O N I O C A R O
i. Para este estudio tendré como fuente primaria: Miguel Antonio Caro, Obras,
tomo i (filosofía, religión, pedagogía), Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 1962. En ade-
lante, citaremos todos los textos de Caro siguiendo esta edición.
2. Ch. Perelman y L. Olbrechts-Tyteca, Traite de 1'argumentaron. La Nouvelle Rhé-
torique, Editions de l'Université de Bruxelles, 3a edición, 1976. Existe traducción espa-
ñola: Tratado de la argumentación. La nueva retórica, Gredos, Madrid, 1989. Esta obra la
citaremos en adelante como Tratado.
3. Caro, "Informe sobre la Ideología de Tracy", ed. cit., p. 524.
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4."Cartas al doctor Ezequiel Rojas", pp. 370-377. Pero cuando él mismo las usa, por
ejemplo, bien, orden, verdad, reconociendo que son vagas, nos dice que de ellas "pueden
darse definiciones exactas siempre oscuras". "Estudio sobre el utilitarismo", cap. 11, pp.
26 y 27.
5. "Cartas al doctor Ezequiel Rojas", p. 380. Cursivas mías. La crítica es extensiva a
Bentham, quien dice que "la virtud no admite una definición propiamente dicha...
para templar la repugnancia con que pudiera ser recibida la siguiente: ¿Qué es la vir-
tud? Aquello que más contribuye al bienestar, i. e., lo que maximiza los placeres y mini-
miza las penas".
El concepto de definición persuasiva que tiene origen en Ch. L. Stevenson, Etica y
lenguaje, Paidós, 1984, cap. ix, ha sido repensado a la luz de la teoría de la argumenta-
ción, cf. Tratado § 95, p. 593. La definición que da Caro es buena, sólo le falta la partida
de bautismo, pero esto no quiere decir que sea per se una falacia, como lo piensa nues-
tro autor. De hecho, él mismo, por ejemplo, cuando recurre a la idea de ilustración
cristiana o católica, emplea el mismo procedimiento. Cf. "Estudio sobre el utilitaris-
mo", cap. xii, p. 106.
6. "¡Y vuelven a escribir!", p. 402.
7. "Variedades", p. 409, a propósito del programa de E. Rojas sobre la lógica de De
Tracy. El procedimiento, que además de recurrir a los calificativos introduce una "diso-
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Después que esta doctrina ha sido lapidada, digámoslo así, con argumen-
tos incontestables, no pretendemos aquí sino sacar a la luz muestra de su
raquítica armadura .
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Porque hay muchos, para decirlo todo de una vez, que no comprenden
que liberalismo y ateísmo, filosóficamente hablando, son sinónimos21.
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26. Cf., por ejemplo, "Estudio sobre el utilitarismo", xx, Resumen y conclusión,
pp. 261-264.
27. Por ejemplo, en "Estudio sobre el utilitarismo", cap. vi, p. 59. La he visto usada
en filósofos neoescolásticos. Sin duda la idea le llega a Caro a través de Balmes.
28. Al respecto, cf. el artículo citado de Leo Apóstol, "What is the Forcé of an
Argument?", donde curiosamente utiliza, reinterpretándolo, el cálculo benthamista de
los placeres para proponer el ideal de argumento fuerte. En el caso que aquí nos ocupa,
hablamos de la "pureza de los argumentos", es decir, "argumentos que persuaden a la
audiencia de lo que uno desea, sin que al mismo tiempo lo persuadan de lo que Ud. no
desea".
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Con respecto al análisis que hace Caro del lema utilitarista "el placer es
un bien, el dolor es un mal", quiero destacar dos aspectos. El primero
tiene que ver con la característica del juicio expresado en la proposición.
Caro rescata una vieja tradición —la de la proposición atributiva— cuan-
do critica para efectos de su discusión con Bentham la idea de Condillac
que considera el juicio como una ecuación, una identidad. Si así lo fuera
estaríamos expresando que el "placer es placer", lo que es una "miserable
tautología". Si el juicio fuera esto,
podríamos decir que lo mismo que se afirma de una de las ideas del juicio
se puede decir de la otra, que aquella tiene tanta extensión como ésta.
Siendo esto así, en el juicio "Alejandro fue conquistador", las dos ideas
Alejandro y conquistador serían exactamente una misma, de lo que resul-
29. Debe notarse que las definiciones se hacen sobre términos, y los análisis sobre
enunciados.
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30. "Estudio sobre el utilitarismo", 1, pp. 18-19. Cita Caro en su apoyo a José Joa-
quín de Mora, Cursos de lógica y ética, según la escuela de Edimburgo, reimpreso en
Bogotá, Imprenta de Nicomedes Lora, 1839-1840.
31. G. E. Moore, Principia Ethica (1903), UNAM, 1997. A. J. Ayer, Language, Truth and
Logic (1936), Penguin Books, 1972.
32. "Principios de moral", p. 301.
33. "Estudio sobre el utilitarismo", xm, pp. 119-120. Con respecto al cómputo uni-
versal, Caro hace una reflexión a manera de pregunta que bien podría conducir a un
utilitarismo generalizado; me refiero a las hirientes palabras: "Robarle impunemente a
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el animal que pace sin recelo la yerba, no es feliz, por lo menos en el mis-
mo sentido en que aplicamos este epíteto a un hombre. No lo es el idiota,
el desvergonzado, el loco que tienen placeres sin mezcla de pena34.
De alguna forma, estas críticas nos recuerdan las críticas que John
Stuart Mili hiciera a su maestro en El utilitarismo 3 , obra que no conoce
Caro, por lo que él mismo nos dice después de referirse a otra obra de
Mili: "Se nos dice que existe de este mismo autor una refutación del uti-
litarismo, que no conocemos" 37 .
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Caro, como lo dice Mili, hace demasiadas concesiones a los detractores de Bentham —y
de Epicuro— que consideran la doctrina "digna sólo del cerdo", p. 141 [448]. Cf. "Estu-
dio sobre el utilitarismo", p. 266 y "Carta a los redactores de La Paz", p. 355, donde alude
a los "puercos de la piara epicúrea" de Horacio.
38. "Principios de moral", p. 348.
39. "Principios de moral", p. 317. "Estudio sobre el utilitarismo", v, p. 54.
40. "Ensayo sobre el utilitarismo", p. 28.
41. Ibid., p. 54
42. "Principios de moral", p. 349.
43. "Estudio sobre el utilitarismo", vm, p. 73 y nota.
44. La expresión es mía, pero podría suscribirla Caro. Cf. "Estudio sobre el utilita-
rismo", v, p. 56:"... existe una revelación natural, que ilustra al hombre en el camino de
la vida".
45. "Estudio sobre el utilitarismo", vi, p. 57.
46. Ibid., p. 55.
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verdad, y por el influjo del demonio que ayuda al hombre rebelde. Trae re-
medio al mal con la palabra de Jesucristo, que es la verdad completa47.
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Nuestro entendimiento
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Dios, habiendo creado todos los seres los unos para los otros, con inclina-
ciones y capacidades armónicas, sólo hubiese dejado a la inteligencia hu-
mana desprovista de toda noción predisponente, desorientada, digámos-
lo así, en medio del orden universal57.
55. "Estudio sobre el utilitarismo", p. 47. Caro considera que Platón, Descartes,
Kant "y otros de esta alcurnia" difieren "en los pormenores", pero "convienen en que hay
en la inteligencia nociones que no provienen de los sentidos".
56. "Estudio sobre el utilitarismo", p. 45. "Principios de la moral", p. 314.
57. "Estudio sobre el utilitarismo", p. 45. "Principios de la moral", p. 314.
58. "Estudio sobre el utilitarismo", p. 46. "Principios de la moral", p. 315.
59. Sui generis porque rechaza el método de la duda y no comparte las críticas a la
autoridad: "Quiso Descartes poner en ejecución la idea de fundar la independencia del
pensamiento, y empezando por excluir todo principio que se apoyase en argumento de
autoridad, acabó por encastillarse en el sabido entimema: pienso, luego existo. Gradua-
do de principio absolutamente libre, es decir, de cosa completamente suya, pero anda-
ba equivocado. ¿Era él por ventura el autor de su certidumbre? ¿Había él creado los
motivos de su fe? Cuando afirmaba: pienso, luego existo es evidente que confiaba en la
veracidad de una lógica cuyos principios no había creado él, cuya solidez misma no
acertaba él a explicarse. En resolución daba oídos a una voz, o fuese ley de su entendi-
miento, o imperio de la tradición, o finalmente inspiración, pero en todo caso hija de au-
toridad, que le decía: has hecho un buen silogismo". "Informe sobre la Ideología de
Tracy", pp. 437-438. Cf. también sobre la duda, pp. 444 y 445. El cartesianismo de Caro
merece un trabajo aparte.
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60. "Informe sobre la Ideología de Tracy", pp. 442-444. Este dato es importante
para agregar a las fuentes cartesianas de Caro, además de Balmes.
61. "Informe sobre la Ideología de Tracy", pp. 540-541.
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3. El argumento de autoridad
Y también:
62. "Estudio sobre el utilitarismo", pp. 47 y 48, incluidas las notas. Cf. también
"Ligera excursión ideológica", p. 592.
63. Descartes lo recordaba con cierto malestar. Pero no es necesario pasar por la
poltrona psicoanalítica para reconocer que es así.
64. "Autoridad es razón", p. 564. <
65. "En dónde está la autoridad", p. 568. Cf, sobre este punto K. Popper, K. Lorenz.
El porvenir está abierto, p. 161 [dicho por Slade].Más claramente, en Unended Quest.An
Intellectual Autobiography, Fontana-Collins, 1978 [1974], 10, pp. 51-52.
66. "Autoridad es razón", p. 563.
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toda religión tiene misterios que se aceptan por fe. Sin razón de autoridad
no se concibe, en suma, la sociedad humana 7 4 .
Recordemos, mal que le pese a nuestra soberbia, que fuimos niños y que
somos niños; como lo fuimos antes y como lo somos aún 7 7 .
Esto se debe en buena parte a que nuestro saber es creencia y que hay
sólo "dos clases de razones para creer" o "criterios": razones de crítica o de
argumentación y razones de autoridad 1 , pero ambas tienen un mismo fun-
damento (cimiento), la fe natural:
74. "En dónde está la autoridad", p. 568. Subrayados míos. Cf. también "Autoridad
es razón", pp. 563 y 564.
75. "Autoridad es razón", pp. 562.
76. Ibid., p. 565.
77. Ibid., p. 564. Perelman estaría dispuesto a aceptar que la autoridad es ineludible
cada vez que nos iniciamos en un campo de saber especializado. Cf. Education et Rhé-
torique, cap. iv defustice et raison, Presses Universitaires de Bruxelles, 1963, pp. 109-110.
78. "Autoridad es razón", p. 562. "En dónde está la autoridad", p. 571.
79. "Autoridad es razón", p. 562. Subrayados míos.
80. K. Popper, The Open Society and its Enemies, Routledge and Kegan, Londres,
1969, n, cap. 24, p. 231.
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Y completa su argumento:
pero —agrega Caro— tienen distintas reglas: las del primero constituyen la
lógica erudita y difícil, de los hombres de letras y de ciencias, lógica al cabo
de lujo; las del segundo forman la lógica popular, instintiva, universal, ló-
gica, en rigor necesaria, con que los pueblos distinguen a los enviados de
Dios de los misioneros del diablo .
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Así las cosas, parece que se nos aclara el texto anterior: los motivos de
credibilidad (razones extrínsecas o señales de autoridad) son de dos ór-
denes: natural y sobrenatural.
Los motivos sobrenaturales parecen obvios:
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he aquí dos cuestiones y dos clases de razones: ia) ¿Cuál es la razón de que
los cuerpos sean extensos? 2a) ¿Cuál es la razón de creer que los cuerpos
son extensos? La primera cuestión es ultrafilosófica, la segunda de senti-
do común. La primera razón, a saber, por qué son extensos los cuerpos, es
intrínseca y no la sabe el señor Rojas. Él dice que son extensos, porque la
extensión les es inherente, pero esto es lo mismo que decir porque sí. Sólo
Dios sabe por qué razón intrínseca los cuerpos son extensos. Ahora bien: ¿El
señor Rojas cree que los cuerpos son extensos? Sí, ¿por qué razón? ¿Por
razones intrínsecas? No, porque él no las sabe. Y, sin embargo, cree. ¿Por qué
razón? Porque tiene fe en que los sentidos no lo engañan, porque fía en la
autoridad de sus sentidos que le presentan a su entendimiento como extensos
los cuerpos que ve. Luego una de dos: o el señor Rojas cree en la extensión
de los cuerpos sin razón ninguna para creer, o cree por razón de autoridad.
Filósofos ha habido que han dudado de la competencia o sea de la autori-
dad de los sentidos, testigos que acreditan dicha extensión .
86. "Razón de autoridad", pp. 573-574. Subrayados míos, con excepción de "porque
sí" y "razón ninguna", que son de Caro.
87'. Argumentos y falacias, p. 29.
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III
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Fuera, pues, del catolicismo, no hay salvación. Ni se crea que esto es sólo
un anatema eclesiástico, como piensan muchos; es una severa verdad histó-
rica... Es, pues, históricamente demostrable que saliendo del catolicismo
camina el alma a la perdición 95 .
No recae este anatema sobre los antiguos filósofos que suspiraban por la luz
que había de venir de lo alto, sino sobre los modernos que, viéndola presente,
la menosprecian y detestan. La antigua filosofía, fija la atención en los
montes de donde vendría la salud (Ps, 120,1), buscaba con los ojos del al-
ma al mismo tiempo que le daba la vista de la esperanza, y al llegar a
conocer a aquél a quien ya había visto en cierto modo, postrándose lo
adoró, a manera del ciego, su figura viviente, cuya magnífica aventura
nos refiere San Juan (9, 35-38). Estos filósofos que cultivando la virtud
buscan la verdad, se sentían atraídos a ella por inspiración de Dios: NEMO
POTEST VENIRE AD ME NISI PATER TRAXERIT, h a d i c h o J e s u c r i s t o ( J u a n , 6,
44; cf. Mateo, 16,17; Lucas, 2, 27). Al contrario, los que por amor del pecado
se apartan de la verdad que los busca, lo hacen como Judas por inspiración
de Satanás: Introivit in eum Satanás (Juan, 13, 27). ¡Ohl ¡Quégrande es la
diferencia entre la esperanza y la tradición, entre el precursor y el apóstata! 9 .
94. Cap. 11 que transcribe así: "dixit insipiens in corde suo: non est Deus". Obras
completas de San Anselmo, BAC, Madrid, 1952,1, pp. 366 y 367.
95. "Estudio sobre el utilitarismo", xx, pp. 261-262. Subrayados míos. Obsérvese
que anatema es sinónimo de excomunión.
96. Ibid., pp. 263-264. Subrayados míos. Del elogio a los filósofos antiguos que
incluye en su auditorio universal, excluye Caro a Epicuro "... ei primero que tuvo el
horrible honor a atreverse a negar públicamente a Dios" y "fundador de la escuela uti-
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Por otra parte, lafilosofíaper se tiene para Caro al menos tres ventajas:
litaría", ibid., p. 266, y a sus secuaces, incluido el bueno de Sancho, calificados de "puer-
cos de la grey epicúrea". "Carta a los redactores de La Paz", p. 355.
97. "Estudio sobre el utilitarismo", xx, p. 267.
98. Ibid., p. 264. Cf. también "Bastiat y Bentham", p. 619.
99. "Aberraciones", p. 635.
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filósofo, observa a este mismo propósito el escéptico Hume, estén muy lejos de
los negocios mundanos, pueden esparcirse en toda la sociedad e ir introdu-
ciendo en ella un espíritu de claridad y corrección en todos los estudios y
profesiones. (...) Tercero e importantísimo resultado acarrea el estudio de
la filosofía, inspirando con altos pensamientos y generosos ejemplares el amor
de la virtud. Éste es su más saludable fruto, su más preciosa conquista.
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El conocer de antemano con toda certeza, dice Balmes, las verdades funda-
mentales relativas al hombre, al mundo y a Dios, en vez de dañar a la pro-
fundidad del examen filosófico la favorece; jamás entre los antiguos se
elevó la filosofía al alto grado a que ha llegado después de la aparición del
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cristianismo... .
Ahora bien, conocer de antemano con toda certeza las verdades funda-
mentales es lo que se llama tener dogmas y
... para nosotros los dogmas católicos están por encima de toda controversia
y de toda indagación humana. Ellos son verdades divinas que esparcen su
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De allí el carácter
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para preparar al adversario a esta misma fe, o para afianzar en ella al que
empieza a desviarse; mas no para descubrir la verdad, suponiéndola abso-
lutamente desconocida por ambas partes; porque este sistema que no es
otro que el cartesiano, envuelve una especie de abdicación de la fe que se
trata de sostener"5.
En consecuencia, el católico
112. Ibid., p. 815. Subrayados míos. Aquí las variantes son significativas, "idólatra"
en lugar de "fanático", y "protestante" en vez de "librepensador".
113. Ibid., p. 815.
114. Ibid., p. 815. En "Jesuitas y artesanos", p. 677, Caro dice esto que es muy elo-
cuente: "Hay que convencerse de este hecho: el amor es mejor argumento que el racioci-
nio. Una palabra de amor vale más que todas las bibliotecas del mundo. Y el mejor
comprobante del amor es el sacrificio". Subrayados míos.
115. Ibid., p. 816. Subrayados míos.
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Por consiguiente,
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Siendo las cosas así, es mucho lo que queda por decir sobre esta con-
cepción del mundo, pero eso será en otra oportunidad.
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