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La lealtad dejó de ser el elemento básico que hacen de los partidos políticos bloques
coherentes que los hacen distinguirse unos de otros, para pasar a ser simples membretes que
se acomodan a intereses y aspiraciones de oportunistas.
Hay otros priistas cuyas inconformidades por ser desplazados por otros compañeros de
partido lo llevaron a renunciar a sus filas, aunque sin buscar acomodarse en otros partidos
como es el caso de Víctor Hugo Celaya.
No entraremos a detalles en un listado bastante grande que demuestra sobre todo esa
constante donde las lealtades se condicionan a satisfacer ansias político-electorales sin
importar cómo, en el marco de una dinámica que ya hizo suya el PAN y en menor medida el
PRD, aunque este último por su condición de partido en extinción.
David Figueroa Ortega renunció al PAN junto a otros notables de ese partido, pero en sus
casos no fueron para obtener espacios en otros partidos, sino que como se sabe, en el caso
del primero fue para contender por la vía independiente a la alcaldía capitalina, aunque no
faltarán quienes consideren que no por ello deja de ser tránsfuga.
En su momento la tránsfuga de moda fue María Dolores del Río, a quien no le ha ido nada
mal luego de renunciar al PAN, con la ventaja de tener bajo su absoluto control al Movimiento
Ciudadano en Sonora y en posición de hacer lo que le venga en gana por esos rumbos.
Hay ejemplos que demuestran que el transfuguismo no es la única opción para quienes sufren
el desplazamiento al interior de sus partidos y el mejor que encontramos es Ernesto
Gándara, quien pese a no haber conseguido sus fines en el 2009 ni en el 2015, se mantiene
en la trinchera priista y así ocurrió con Alfonso Molina Ruibal y Gilberto Gutiérrez Quiroz,
quienes en su momento vieron frustrados sus objetivos por candidaturas, pero que no por eso
fueron desleales a sus principios.
Mención aparte merece la ahora gobernadora Pavlovich, quien batalló y trabajó con intensidad
para ir por la alcaldía capitalina en el 2006 y tuvo que aguantar vara, para al paso del tiempo
ser dirigente estatal del PRI, senadora y ahora titular del Poder Ejecutivo de la entidad.
La verdad es que dicha estratagema no es nueva entre priistas e incluso el mismo Beltrones
Rivera ha sido señalado como promotor de descarrilamientos de connotados compañeros de
su partido, por lo que puede decirse que juego que tiene desquite ni quien se pique o sea que
el transfuguismo también se puede disimular y se puede ejercer sin necesidad de renuncias a
militancias.
Habrá que ver si el conflicto en desarrollo en Cajeme sirve de plataforma para el registro de
otro tránsfuga, en este caso Abel Murrieta Gutiérrez, quien está en la víspera de ser víctima
de la democracia interna del PRI y quedarse en el camino en la disputa por la candidatura a la
presidencia municipal frente a Emeterio Ochoa Bazúa.
No sería nada extraño el que la rabieta propia y la de sus mentores lo lleven a tomar
decisiones al estilo del Toñito, aunque quedarían opciones intermedias como es
reincorporarse a sus funciones de diputado federal y luego dedicarse a sus negocios en
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espera de nuevas oportunidades.
Pero se da el caso de que la clase política cajemense es particularmente pasional y muy dada
a los extremos, donde con suma facilidad se polarizan posiciones, pero cuando coinciden se
constituye como fuerza irresistible, que bien puede desfragmentar la representación política
de esa jurisdicción electoral en el primer caso o llevarse carro completo en el segundo.
Marcos Ulloa Cadena es otro personaje de esos, primero militante del PRI por ser
descendiente del dirigente cetemista Oscar Ulloa Nogales; luego fue del Partido del Trabajo;
después colaboracionista de Acción Nacional y ahora militante del Partido Movimiento
Ciudadano.
Pistole viene a Hermosillo a invitación del popular Pato, quien como se sabe ha construido
afectos de alto nivel desde que se desempeñó como Secretario de Seguridad Pública y muy
buenas relaciones por los esquemas de coordinación con autoridades de Estados Unidos,
como es el caso de Janet Napolitano, quien con Obama fuera la encargada de Seguridad
Interior del gobierno gringo.
Tal como lo ha dicho en sus intervenciones públicas hasta antes de las llamadas
intercampañas y antes de la veda electoral, su propósito es diseñar un programa de trabajo
que convierta a Hermosillo ahora sí como la capital del Noroeste de México y una ciudad de
vanguardia que responda a las necesidades de la gente y acorde a los retos del siglo XXI.
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