You are on page 1of 4

7 minutos con el Espíritu Santo

Un amigo:
Día 1 (lectura Bíblica)

Juan 16:1-7

“Todo esto les he dicho para que no flaquee su fe. Los expulsarán de las sinagogas; y hasta
viene el día en que cualquiera que los mate pensará que le está prestando un servicio a Dios.
Actuarán de este modo porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí. Y les digo esto para que
cuando llegue ese día se acuerden de que ya se lo había advertido. Sin embargo, no les dije esto
al principio porque yo estaba con ustedes. “Ahora vuelvo al que me envió, pero ninguno de
ustedes me pregunta: "¿A dónde vas?" Al contrario, como les he dicho estas cosas, se han
entristecido mucho. Pero les digo la verdad: Les conviene que me vaya porque, si no lo hago, el
Consolador no vendrá a ustedes; en cambio, si me voy, se lo enviaré a ustedes.”

Consideración:

Antes de salir de este mundo, Jesús nos hizo una promesa:


“Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre: el
Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero
ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará en ustedes” (Juan 14:16-17).
La palabra que Jesús usó para describir al Espíritu Santo es muy difícil de traducir al español.
Varios traductores le presentan, “consejero, consolador o ayudante” La palabra también significa
“animador, intercesor y aquél que da fuerza”. En un idioma en central África, se traduce, “aquél
que se cae a nuestro lado”, es decir que un individuo que al momento de encontrar a una persona
derrumbado en el camino se arrodilla al lado de la víctima se le cuida de sus necesidades y la
lleva a la seguridad. El Espíritu Santo es todo esto para nosotros. Está cumpliendo la promesa de
Jesús, de nunca dejarnos ni abandonarnos, el Espíritu en un Consolador que siempre está acá
dándonos lo que más necesitamos y llevándonos cuando se agotan nuestras esfuerzas. Mientras
descubrimos quién es el Espíritu de Dios, nos preguntamos, ¿Cómo puede alguien enfrentar un
día en este mundo sin Él?
7 minutos con el Espíritu Santo

Día 2: (oración y soledad)

Santiago 1:5-7

“Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos
generosamente sin menospreciar a nadie.6 Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda
es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento.7 Quien es así no
piense que va a recibir cosa alguna del Señor”.

Consideración:

Dios quiere ser parte de nuestras vidas. Quiere ayudarnos en los tiempos difíciles. Lo único que
requiere es que le pidamos y creamos. Cuando yo pasaba por una temporada difícil en mi vida,
me acuerdo de muchos días conduciendo en mi coche y solamente gritándole a Dios – a veces
suplicándole por misericordia, otras veces rogando, ¿por qué? Por fin llegué al punto donde me
di cuenta de que Dios estaba escuchando a cada palabra pero Él necesitaba que yo lo confiara
antes de que Él pudiera cumplir con sus planes para mi vida. Mis “oraciones de coche”
cambiaron. En lugar de rogar por respuestas empecé a decirle a Dios de nuevo, “Dios te confío
en Ti, te confío en Ti”. Ya entiendo que nuestro Padre no quiere vernos a solas y sufriendo. Él
quiere que entremos en una relación profunda e íntima con Él donde encontramos el gozo y
consuelo que anhelamos. Pero sólo los encontraremos por conversaciones abiertas y honestas
con Él, las mismas clases de conversaciones que tenemos con cualquier amigo verdadero.

Oración:

Hoy en tu tiempo de oración descansa de la rutina de inclinar la cabeza y cerrar los ojos. En
cambio esfuérzate de hablar con Dios como si hablaras con tu mejor amigo. En voz alta y con los
ojos abiertos, habla con Dios en una caminata, en el coche o simplemente mientras estás sentado
en el sofá. Déjale saber cómo Él puede ayudarte. Habla por tus deudas y miedos para que puedas
vencerlos. Deja que Dios entre en tu vida completamente y que empiece a sanarte y renovarte.
Sólo relájate, abre la boca y empieza a hablar. ¡Te escuchará!

Amanda Shown
Edad: 20
Especialización: Inlgés
7 minutos con el Espíritu Santo

Día 3: (ayuno)

2 Corintios 1:3-5

“Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda
consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo
que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren. Pues
así como participamos abundantemente en los sufrimientos de Cristo, así también por medio de
él tenemos abundante consuelo”.

Consideración:

Había una temporada en mi vida cuando pensaba que Dios no estaba allí para mí. Por pensar que
me había dejado, decidí que podía cuidarme a mí mismo. Yo me dije que estar por mí mismo
sería mejor que tener que confiar en un Dios de que yo no estaba seguro si existiera. Mi plan no
funcionó. Estos días eran los más difíciles que puedo recordar. Cuando venían las pruebas, yo no
tenía a nadie para ayudar, un hombro para llorar ni una mano para levantarme. Pero por dicha
Dios no había salido. Demostró su amistad verdadera, estaba allí esperándome cuando de nuevo
encontré mi camino a Él.

Éste es el Consolador que tenemos en Dios por el Espíritu Santo. Nunca nos dejará. Cuando no
tenemos a nadie para ayudar, Él está allí. Aun si todo el mundo nos desengaña, podemos
depender de Él. Él nos levanta cuando nos caemos y Él nos consuela cuando estamos disgustados
o lastimados. Sin Él estuviéramos perdidos.

Ayuno:

Ayuna hoy de una o dos cosas en las cuales normalmente encuentras consuelo – amigos, el
internet, comida o cualquier cosa que sea. Usa el tiempo que hubieras pasado con esa fuente,
orando al Espíritu Santo y goza de la intimidad que Él tiene para ti como un Consolador. Si tu
Biblia tiene un índice, utiliza este tiempo para buscar la palabra Consolador para ver cómo Dios
era Consolador en el pasado y como será Consolador para ti hoy.

Krista Zanone
Edad: 19
Especialización: Comunicaciones
7 minutos con el Espíritu Santo

Día 4: (acción)

Juan 16:12-13

“Muchas cosas me quedan aún por decirles, que por ahora no podrían soportar.13 Pero cuando
venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia
cuenta sino que dirá sólo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir”.

Consideración:
Después de mi primer año de universidad empecé de crecer verdaderamente en el Señor. Cada
día entendí más de Él y de sus deseos para mi vida. Yo estaba anhelosa de complacerlo, servirle
y obedecerlo. Entonces sentí a Dios tocar mi corazón y estaba apremiándome a hacer algo. “Tú
sabes lo que tienes que hacer” me dijo. Yo estaba completamente consciente de lo que Dios me
pedía.

No Señor, ¡cualquier cosa menos eso! ¡Por favor! ¡No puedes estar serio! Grité. Pero su
llamado no cambió. El Espíritu Santo lo hizo claro que yo necesitaba romper con mi novio.
Antes el pensamiento había pasado por mi mente. Aunque teníamos una relación buena, yo
siempre estaba afligida con el hecho de que él no era cristiano. Segunda de Corintios 6:14 dice,
“No formen yunta con los incrédulos.” No hice caso a este versículo por enamorarme de alguien
que no amaba al Señor. Amaba a Dios pero el pensamiento de romper con mi novio era
insoportable. Hazlo por mí, dijo el Señor.

“No puedo. Te amo, pero lo amo también. Es que, no puedo hacerlo, supliqué y rogué. Mi
corazón deseaba a esta relación, pero desde el principio sabía que Dios tenía razón.

La presencia del Espíritu Santo estuvo tan evidente en ese momento y Él me guió a las acciones
que necesitaba tomar. Dios me consoló en el sufrimiento y la tristeza. Por fin Él me apoderó a
para romper la relación y obedecerlo.

Acción:
¿Te está pidiendo Dios hacer algo que no quieres hacer? Tal vez esté diciendo que rompas una
relación que no lo glorifique, detenerte de visitar sitios específicos del web o parar algún hábito.
Tal vez te diga que te enfoques en una carrera que no es muy sensacional para ti. Lo que será, no
disputes más con el Espíritu Santo y empieza con el proceso de ceder a los deseos de Dios.
Acuérdate que Aquél que te está diciendo actuar te ama y quiere lo mejor para ti.

Stacy Straaberg
Edad: 20
Especialización: Comunicaciones

You might also like