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TRATAMIENTO REHABILITADOR,
MANUAL Y FISIOTERAPICO
INTRODUCCIÓN
Técnicas de Masaje
Técnicas de fricción:
Técnicas de compresión
Compresión plana: se realiza sobre músculos que descansan sobre hueso, simplemente
presionando sobre el PG.
Compresión rodada: se toma el músculo entre el pulgar y los otros dedos, situando estos
últimos en posición plana o curva, según el músculo a tratar. Una vez que se tiene el PG
entre los dedos, se presiona un dedo contra el otro para transmitir la fuerza mecánica al
punto.
Compresión más manipulación: una vez que se ha conseguido disminuir la tensión
regional inicial mediante la presión, puede añadirse un levantamiento o torsión para
conseguir mayor efecto.
Compresión más estiramiento directo: en esta técnica se aprovechan las cualidades de
compresión sobre el PG y también la elongación del sarcómero. Se realiza
comprimiendo primero el nodo y estirando pasivamente el músculo después,
convirtiendo la presión en tangencial. Se provoca un deslizamiento en forma de C (con
un punto de contacto), o en forma de S, (con dos puntos de contacto).
Compresión más termoterapia con frío: se ha recomendado el uso de presión con un
objeto frío (hielo), como método de inactivación de los PG. SE trata de aprovechar el
doble efecto de la presión y de la distracción aferente. Se recomienda una presión
aproximada de 2 Kg durante 1 minuto, seguido de un movimiento circular a lo largo de
la banda tensa (Jenson, 2002).
Técnicas de estiramiento:
Estiramiento pasivo
Técnicas Neuromusculares
Técnicas de Electroterapia
Ultrasonido (US)
Iontoforesis
Punción Seca
Algunos autores han propuesto la estimulación de las agujas una vez insertadas
para conseguir un efecto mayor. Este enfoque es superponible al descrito anteriormente,
con técnicas basadas o no en los meridianos de acupuntura. Un antigua forma de
estimulación de las agujas es el pase de una tea de artemisa cerca de la aguja
(moxibustión).
Métodos de autotratamiento
Compresión
Pueden enseñarse ejercicios activos para el tratamiento de los PG, que serán
específicos para cada músculo. Pueden ser estiramientos activos (por ejemplo inclinar la
cabeza hacia un lado mientras se estira el trapecio del lado contrario), o pasivos (el
mismo ejercicio anclando el miembro superior, agarrando la mano de la lado estirado).
Siempre será preferible el uso de técnicas de facilitación mientras se realizan estos
ejercicios para evitar el dolor.
Puede realizarse un estiramiento activo del músculo afecto por parte del paciente
en determinadas circunstancias y siempre que sea indoloro. Cuando un músculo ya ha
sido previamente tratado y se encuentra en fase de mejoría, puede recomendarse el
estiramiento activo a cargo del paciente con ejercicios sencillos. Un modo muy práctico
y frecuente de realización es bajo una fuente de agua caliente. Es conveniente
comprometer al paciente en su propio tratamiento mediante estiramientos activos
específicos realizados en el momento de la higiene personal, bajo la ducha o en el baño
de agua caliente. Con frecuencia es posible realizar ejercicios domiciliarios cómodos y
seguros que mantendrán las mejoras de los tratamientos aplicados previamente.
Entre los TM que el paciente puede practicar por sus propios medios, destaca
por su fundamento neurofisiológico y por su inventiva el RPIG. Difundido también por
K. Lewit (1999), este proceder es muy semejante al RPI que ha sido descrito más arriba.
En este caso el estiramiento o la relajación no se consigue por la acción del clínico o el
terapeuta, sino por la fuerza de la gravedad que estira y relaja el músculo afecto si se
dispone el segmento corporal en la posición adecuada.
De modo muy resumido se trata de disponer el cuerpo de forma que el segmento
corporal a movilizar caiga en la dirección adecuada para estirar el músculo afecto. En
esta posición se realiza una contracción suave del músculo y se deja caer después para
que la gravedad ejerza su efecto tractor y estire el músculo deseado tantas veces como
se realice el ejercicio.
Por ejemplo, para estirar el dorsal ancho derecho, se sitúa el paciente en decúbito
lateral izquierdo. Se abduce el miembro superior derecho hasta que el aspecto bicipital
del brazo contacte con el pabellón auricular. El codo queda libre. Desde esta posición se
intenta elevar el miembro durante unos segundos y se deja caer después por detrás de la
cabeza. El propio peso del miembro superior estirará entonces el dorsal ancho con
facilidad.
Estos ejercicios pueden ser más útiles aún si se usan con las técnicas de
facilitación respiratoria y de movilidad ocular descritas más arriba, en el apartado de
RPI.
Programas terapéuticos