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SACRAMENTO DE LA PENITENCIA
Durante la historia cristiana el Sacramento de la Penitencia ha sido también
llamado reconciliación o confesión, pero finalmente los tres sacramentos se refieren a lo mismo.
A diferencia de los juicios tradicionales, en los juicios divinos, el pecador no debe mostrarse asustado sino
agradecido, porque el juez en el Sacramento de la Penitencia es Dios, y gracias a él, quien confiesa sus pecados
no es condenado sino absuelto.
La confesión es fuente de gracia que nos ayuda a combatir nuestras flaquezas, nos da fuerzas para vencer el
pecado y no volver a caer en él.
Es el sacramento por medio del cual se perdonan todos los pecados cometidos después del bautismo,
son absueltos por Dios a través del sacerdote, brindando en el creyente una nueva oportunidad de
reconversión, purificación y una vida llena de gracia.
SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA
El Sacramento de la Eucaristía es la culminación en la iniciación de la vida cristiana, contiene todo el bien
espiritual de la iglesia, y se hace efectivo cuando nos unimos en su liturgia para ser partícipes del sacrificio del
cuerpo de Jesucristo.
Jesucristo usó el Sacramento de la Eucaristía durante la última cena, cuando tomó el pan y el vino en sus
manos, lo bendigo, lo partió y lo distribuyo entre los apóstoles; este es el momento que honramos en cada
misa, específicamente en el momento de la consagración.
Durante la liturgia del Sacramento de la Eucaristía, el sacerdote ofrece la hostia y el vino en consagración a
Dios, para que sean convertidos en la esencia de la sangre y cuerpo de Jesucristo, y así darlos en comunión a
los feligreses, que al recibir estas especias sacramentales, purifican sus pecados veniales y se fortalecen ante
los pecados mortales.
La palabra eucaristía proviene del griego eucharistía, que significa acción de gracias, y en términos cristianos
se refiere a la sagrada comunión, siendo esta una parte importante de los siete sacramentos.
La eucaristía es la consagración del pan como el cuerpo de Jesucristo y del vino como su sangre, que renueva
mística y sacramentalmente su sacrificio en la cruz.
Con el Sacramento de la Eucaristía se honra los tres tiempos de Jesucristo en sus últimos días, como lo son: la
última cena (jueves santo), el sacrificio en la cruz (viernes santo) y la resurrección (domingo de resurrección),
que son enaltecidos durante la pascua.
El primer encuentro que recibe un cristiano con Dios es en la primera comunión, para ello es necesario estar
limpio de pecado mortal, guardar el ayuno eucarístico y acercarse a Dios con fe y humildad. Al recibir
la eucaristía nos unimos a Dios fortaleciendo nuestra fe y compromiso con el prójimo.
SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN
El Sacramento de la Confirmación, forma parte de los sacramentos y es el segundo paso en la iniciación de la
vida cristiana, donde el protagonista es el Espíritu Santo, quien nos une a la iglesia y nos compromete
mucho más como testigos de la fe cristiana. La confirmación es el sacramento que completa el bautismo, ya
que confirma y refuerza la gracia de Dios, que habíamos recibido en él.
La palabra confirmación proviene del latín confirmatio, que se refiere al fruto de la unión; pero en el
significado literal del castellano es la acción de ratificar la validez de alguna cosa. El Sacramento de la
Confirmación es el acto que representa la unión más íntima con la iglesia para recibir el don de la sabiduría y
la fortaleza del Espíritu Santo, que Dios coloca en nuestro interior. La confirmación reafirma la madurez del
creyente, asentando el compromiso de convertirse en un declarante de Jesucristo, que con la fortaleza de su
alma y espíritu, divulgará y defenderá la fe en Dios.
¿Cuáles son los elementos de la confirmación?
En la ceremonia del Sacramento de la Confirmación existen varios elementos simbólicos:
La renovación de las promesas bautismales, manifiesta volver a renunciar a todo lo que nos aleja de
Dios y a aceptar todo lo que nos acerca a él.
La imposición de manos, representa el acto de ponernos bajo la acción del Espíritu Santo.
La unción de aceite de oliva con óleo perfumado, significa la unión singular con la palabra y obra de
Jesucristo.
El beso de la paz, simboliza el abrazo y la bienvenida como parte de la iglesia.
Los padrinos que son el apoyo en la fe a Dios y unión a la iglesia del confirmado.
El Sacramento del Matrimonio tiene todo los elementos para la santificación, y aquel que lo vive
verdaderamente con la unción que brinda la iglesia, se purifica, se santifica y estará preparado para
encontrar a Dios. Cuando dos cristianos se comprometen ante este sacramento aceptando una larga vida de
fidelidad, reciben el don de fortaleza y gracia para caminar exitosamente juntos ante la buenaventura y la
adversidad, con la capacidad para pedir perdón y perdonar. De acuerdo al estamento de la iglesia
el Sacramento del Matrimonio solo lo puede destruir la muerte de uno de los cónyuges.
Por ello los sacerdotes son los ministros ordenados para servir en relación al modelo de Jesucristo, siendo los
intermediarios entre Dios y la humanidad, este acto de consagración se le conoce como Sacramento del
Orden.
A este sacramento se le denomina orden porque la participación del sacerdocio de Jesucristo está
jerarquizada en tres grados:
1. Episcopado: es el grado más alto del Sacramento del Orden, representado por la figura del obispo, que como
maestro de la verdad es el primer evangelizador y catequista, siendo los sucesores de los apóstoles.
2. Presbiterado: son los sacerdotes que colaboran con el obispo, enseñan a santificar, administran los
sacramentos y anuncian el evangelio, comúnmente se les llama párroco cuando están a cargo de una
comunidad.
3. Diaconado: prestan el servicio de las acciones pastorales, ayudando a los obispos y sacerdotes a bautizar,
recibir matrimonios y atender funerales.
El Sacramento del Orden y su celebración tiene un significado teológico muy profundo ya que exige en gracias
y en exigencias tanto para el sacerdote como para toda la iglesia.
El fiel que recibe esta orden para entregarse a Dios, vestido de túnica blanca, sigue los siguientes pasos en
el rito de ordenación:
1. Imposición de manos por parte del obispo.
2. Unción de manos con óleo sagrado.
3. Oración de consagración.
4. Entrega de símbolos del poder sagrado para poder ser consagrados.
Una vez consumado el acto, el sacerdote se hace representante ante los fieles y ante la iglesia de Jesucristo.