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Según D. H. McLaughlin (1924) hace mención mediante la descripción de una gruesa secuencia
de calizas grises claras estratificadas en capas gruesas, que reposan concordantemente sobre
la Formación Pariatambo. Su localidad típica aflora en Jumasha en la región central del Perú.
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En el sinclinal de Chuncho la Formación Jumasha infrayace en forma concordante la Formación
Celendín y hacia el Oeste se interrelaciona con la Formación Huaranguillo. En la zona andina Norte se
correlaciona con los Grupos Pulluicana, Quilquiñán y Ferrobamba; y en la zona nororiental con la
Formación Chonta
Formación Casapalca
D. H. McLauglin (1924) denominó Formación Casapalca a una serie de capas rojas que afloran en
el distrito de Casapalca, las mismas que se extienden más al Sur, a las regiones de Huancayo y
Huancavelica, donde también se les estudió con el mismo nombre; el citado autor describe en el
distrito de Goyllarisquizga a un conglomerado calizo con lutitas y arenis- cas rojas en la parte baja al
que denominó la Formación Pocobamba, discordante sobre las rocas cretáceas. En la región
andina del estudio las capas rojas de la Formación Casapalca se encuentran bien representadas
en afloramientos de orientación NO-SE; sus características litológicas y estratigráficos varían según
el área.
La Formación Casapalca está expuesta casi en forma continua en la parte oriental de la divisoria
continental correspondiente al cuadrángulo de Conayca , asi como en el sector del tramo del
sistema de conducción de agua en el afianzamiento hídrico de la presa Chilicocha, y a la
parte nororiental de los cuadrángulos de Castrovirreyna y Tupe, extendiéndose a los sectores que
corresponde a de Yauyos y Huachocolpa a modo de una franja discontinua, mayormente de
areniscas y limolitas rojas con algunos horizontes de arenisca guijarrosa y conglomerado calcáreo
cuarcítico. En el área de estudio, la formación tiene aproximadamente 1,200 m. de areniscas
de grano medio y fino con algunas alternancias de limolitas marrones rojizas; su base no está
bien expuesta pero se observan restos de un horizonte de conglomerado calcáreo con algunos
elementos cuarcíticos, reposando en aparente discordancia sobre la Formación Celendín.
En el área comprendida entre las alturas de Acobambilla, Tilapaccha y nevados Citac, la Formación
Casapalca presenta características litológicas especiales y sobreyace discordantemente
sobre las calizas, Jumasha e infrayace con igual relación a las rocas volcá- nicas del Terciario. La
unidad basal está representada por 100 m. de derrame basáltico vesicular de pasta afanítica,
color gris negruzco, en capas medianas a gruesas con algunas fracturas transversales y
ocasionalmente con horizontes areniscosos y limolíticos
En las alturas de Acobambailla (trocha de Tilapaccha), sobre los basaltos yace una secuencia
abigarrada constituida por margas y calizas areniscosas grises blanquecina, inter- caladas con
areniscas y limolitas rojas, eventualmente con horizontes de yeso impuro. Esta unidad de capas
rojas se reduce a pocos metros de grosor en el valle de Cotay y en relación con el volcánico basal
ocurre un paquete de conglomerado cuarcítico calcáreo, rojizo a gris amarillento, en capas
medianas y una unidad de caliza con un grosor de 15 m.; completan la secuencia de capas rojas que
afloran en las laderas al suroeste de Tilapaccha con una litología de areniscas, limolita y arcillita y en
el tope un horizonte de conglomerado cuarcítico calcáreo.
Las capas rojas Casapalca más occidentales son las que afloran en el núcleo del sinclinal al
suroeste de Chuncho, donde yacen en aparente concordancia sobre la Formación Celendín. La
secuencia de Capas rojas de manera parcial tiene un espesor de 200 m. y consiste de la unidad
basal de areniscas calcáreas y areniscas marrones rojizas en capas delgadas de 1 a 5 cm.,
cubiertas por la unidad de areniscas de color rojo bruno, grano medio a fino, en capas
delgadas y ocasionalmente con lentes de conglomerado con clastos hasta de 5 cm. de formas
redondeadas y composición calcárea o cuarcítica.
Esta secuencia está cubierta discordantemente por la Formación Tantará y el Grupo Sacsaquero.
La Formación Casapalca del área de estudio presenta algunas variaciones en litología y grosor, en
razón a las características paleográficas impresas a fines del Mesozoico y a las características
litológicas del substrato rocoso .
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Grupo Sacsaquero
Con este nombre se designa a una gruesa secuencia volcánica-sedimentaria, constituida por
derrames andesíticos intercalados con tobas soldadas y tobas redepositadas; también se
intercalan areniscas, limo arcilitas y calizas lagunares que se adelgazan desapareciendo por
lenticularidad.
Este conjunto yace en discordancia sobre los volcánicos de la Formación Tantará e infrayace en
discordancia a la Formación Castrovirreyna.
En el área de estudio para el presente estudio, el Grupo Sacsaquero está constituido por un
miembro inferior de naturaleza sedimentario piroclástico y un miembro superior lávico con
algunas intercalaciones piroclásticas, como se observa en tramos intermedios del sistema de
conducción de agua, y en el sector Norte y Central del cuadrángulo de Conayca. Otra localidad
representativa de coladas alternadas con unidades sedimentarias y piroclásticas se ubica el Norte
de Sacsaquero, con amplio desarrollo en el sector Sur, Central y Occidental del cuadrángulo de
Castrovirreyna. Con una litología variada, el Grupo Sacsquero se distribuye en extensas áreas a
lo largo de la parte alta del flanco occidental andino y en algunas partes del altiplano.
Formación Castrovirreyna
Con este nombre se designa a una secuencia sedimentaria piroclástica de facies lacustre,
representada por areniscas, calizas tobas, brechas tobáceas y lavas que tiene su localidad típica
en el área de Castrovirreyna, al Norte del cuadrángulo de Tupe.
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La formación yace en discordancia erosional sobre el Grupo Sacsaquero e infrayace a la Formación
Auquivilca y presenta ciertas variaciones en litología y grosor tanto en sentido vertical como lateral;
así, en el área de Castrovirreyna consiste de una secuencia monótona donde se intercalan
areniscas gris rojizas, gris verdosas y marrones, de grano fino a grueso, con arcillita y limolita gris
verdosa, rojiza y violácea, generalmente en estratos delgados y unidades hasta laminares.
Subordinadamente, existen estratos delgados de caliza gris blanquecina, localmente con
repliegues singenéticos y fisilidad en lajas delgadas. Hacia el tope se encuentra brecha tobácea
alternando con tobas, limos arenosos y tobas brechoides con piroclástos pequeños y
medianos; cerca del techo también se presenta una unidad delgada de calizas grises claras en capas
delgadas y tobas dacíticas que infrayacen en discordancia a la Formación Caudalosa. En la base
afloran aglomerados volcánicos de color violáceo, que sobreyacen al Grupo Sacsaquero. En la
sección medida en el cero Santiago se ha obtenido un grosor de 409 m.
Depósitos Cuaternarios
En el área de estudio aflora en las laderas de los cerris adyacentes al proyecto, y en los
alrededores de la Laguna Chilicocha.
Estos depósitos se han cartografiado con el símbolo q-fg, y en algunos casos el material de
acarreo reciente, acumulado junto al lecho de ríos y en su desembocadura a lagunas; se registró
como depósitos aluviales.
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CAMBIO CLIMATICO
El cambio climático La clave para entender el cambio climático global es primero
entender cómo funciona, para esto se tiene que conocer los diferentes ciclos y
flujos de energía que se dan entre la atmósfera, hidrósfera, criosfera, biosfera y
geosfera. Así, para entender el clima en la ac- tualidad y poder predecir la dirección
de cambio del clima en el futuro es necesario saber cómo ha sido el clima en el
pasado y cuáles han sido los factores que han originado dichos cambios.
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La órbita del sistema solar con respecto al centro de la Galaxia se ha considerado como
un probable mecanismo externo que cambia el clima (Huggett. 1991); un año
galáctico se estima que dura 303 millones de años , las variaciones en el medio
interestelar pueden influenciar la incidencia de radiación solar en la superficie de
la Tierra (Wi- lliams, 1975), sin embargo debido a la escala de tiempo asociada a estas
variaciones y en general al cambio climático global sólo pueden ser hipótesis y no es
posible comprobarlas.
Los cambios en la órbita terrestre alrededor del Sol se dan en escalas de tiempo de
miles a millones de años, estos cambios se deben principalmente a la excentricidad
de la Tierra; la oblicuidad o inclinación del eje terrestre, y a la precesión de los
equinoccios. La oblicuidad de la Tierra tiene que ver con e l eje d e r o t a c i ó n de é s t a ,
que cada 41 mil años tiene una inclinación que fluctúa entre 22° y 24.5º e
influencia la distribución latitudinal de la radiación solar principalmente en el
ecuador (Buchdahl, 1999).
Después del enfriamiento del planeta Tierra surge la primera atmósfera, la cual
estaba formada por hidrógeno, helio, neón, argón y otros gases ligeros inertes,
ninguno de los cuales es abundante en la atmósfera actual. La reconstrucción
del paleoclima más antiguo inferido data de hace aproximadamente 3800 millones
de años; aunque se carece de evidencia de rocas sedimentarias sin alteración, se
ha propuesto de acuerdo a diferentes investigaciones que el clima era
probablemente más cálido que en la actualidad, esto debido a la existencia de
un efecto invernadero, aunque también debió haber periodos de enfriamiento
debido al decremento de la concentración de dióxido de carbono.
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la concentración de CO2 era mucho más alta que durante el resto del Paleozoico (Bond
et.al., 1984). Wilkinson y Given (1986) c a l c u l a r o n que la concentración atmosférica de
CO2 debió ser al menos 10 veces mayor que la que existe actualmente.
Durante el Ordovícico el clima fue cálido al menos en los trópicos, pero las
temperaturas descendieron considerablemente al final del periodo y probablemente
esta baja de temperatura ocasionó la extinción del Ordovícico (Frakes, 1979).
El resto del Devónico se caracterizó por ser muy cálido, lo cual se ha inferido a partir de
la presencia de extensos arrecifes semejantes a los arrecifes tropicales actuales,
además de los extensos de- pósitos de evaporitas que datan de este periodo.
Durante el P aleo zo ico existieron seis periodos glaciares, por lo que el clima era
relativamente más cálido en comparación con el Precámbrico. Durante el Cámbrico los
continentes empezaron a juntarse cerca del ecuador lo cual originó un aumento en la
temperatura, y existe evidencia de que la concentración de CO2 era mucho más alta
que durante el resto del Paleozoico (Bond et.al., 1984). Wilkinson y Given (1986)
c a l c u l a r o n que la concentración atmosférica de CO2 debió ser al menos 10 veces
mayor que la que existe actualmente.
Durante el Ordovícico el clima fue cálido al menos en los trópicos, pero las
temperaturas descendieron considerablemente al final del periodo y probablemente
esta baja de temperatura ocasionó la extinción del Ordovícico (Fraques, 1979).
El resto del Devónico se caracterizó por ser muy cálido, lo cual se ha inferido a partir de
la presencia de extensos arrecifes semejantes a los arrecifes tropicales actuales,
además de los extensos de- pósitos de evaporitas que datan de este periodo.
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Durante el Pérmico hubo una variedad de climas, lo cual se ve reflejado en las rocas
d e p o s i t a d a s durante ese periodo. Al parecer; estos cambios en el clima dieron
origen a transgresiones y regresiones marinas, con las transgresiones marinas
hubo un aumento en la humedad en latitudes altas (Crowley et.al., 1987).
Para mediados del Pérmico el clima se hizo más cálido, los glaciares retrocedieron
y en la parte central de los continentes prevalecieron las condiciones secas y áridas;
estas condiciones climáticas se mantuvieron durante todo el Pérmico, alternando
con temperaturas cálidas y frías (Crowley et.al., 1987).
Un calentamiento global muy rápido debió darse a finales del Pérmico creando un
efecto invernadero muy severo, lo cual se propone fue una de las causas de la gran
extinción Permo Triásica.
A principios del Triásico el clima era muy similar al que se presentó durante el Pérmico,
es decir frio y húmedo y posteriormente seguido por periodos cálidos y secos.
Durante el Triásico medio al parecer existió el clima más árido y seco que se ha
presentado a lo largo de la historia de la Tierra, esto por la formación de un super
continente y su posición en latitudes altas, lo que dejo evidencia de grandes
depósitos de evaporitas. No hay evidencia en este periodo de hielo lo cual indica
que las condiciones de temperatura cálida prevalecían aún en la zona de los polos
(Parrish et.al., 1982).
A finales del Jurásico, debido a que Pangea empezó a fragmentarse, el clima empezó
a cambiar, haciéndose menos árido y con la presencia de hielo escarchado en las zonas
polares. Se ha calculado a través de a n á l i s i s de i s ó t o p o s de o x í g e n o que la
temperatura era de al menos 7ºC más alta que en la actualidad.
Para el Cretácico las condiciones cálidas continuaron, las pruebas con isó to po s de
o xígeno y tipo de rocas sedimentarias indican temperaturas más altas que en la
actualidad, y que no existía hielo en los polos (Barron, 1983).
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Cambio climático durante el Cenozoico (65 m.a. 10 mil a.)
Durante el Oligoceno los polos se encontraban cubiertos de hielo, mientras que la parte
de Eurasia y Norte américa presentaba climas templados.
En general el Holoceno fue un p e r i o d o cálido entre los eventos de las eras d e hielo.
Durante este intervalo de tiempo las latitudes templadas experimentaron
periodos secos seguidos por periodos húmedos y más fríos. Estos cambios fueron
abruptos, además de que también hubo cambios atmos féricos y en l o s patro nes
de c i r c u l a c i ó n oceánica.
Al aumentar la temperatura la circulación termo halina varió e n la parte del norte del
Atlántico (Bond, 1 9 9 7 ). Los datos que se tienen sobre las tormentas de este periodo
se pueden relacionar a los cambios con el fenómeno del “Niño” debido a su
periódica oscilación hacia el sur (Steig, 1999). El aumento de temperatura del Holoceno
medio se vio acompañado por un aumento de los gases de efecto invernadero
principalmente el CO2 de origen terrestre más que oceánico. Los humanos
influenciaron el ambiente en este periodo y la mayor parte de los climatólogos están
de acuerdo en que el Máximo Térmico del Holoceno se debió en gran parte a la
actividad humana y que este incremento de temperatura sigue teniendo efectos
en la actualidad. La destrucción de hábitat y la contaminación fueron las principales
causas. En la actualidad nos encontramos en un periodo interglaciar con temperaturas
relativamente cálidas (Steig, 1999).
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Para llevar a cabo una comparativa en la evolución del clima en cada uno de los periodos
descritos, comparar las descripciones de la tabla 1.
Conclusión
Finalmente podemos enfatizar que el conocer los paleo climas que han
prevalecido en e l pasado es de suma utilidad para la formulación de hipótesis sobre
los eventos que posiblemente ocurrirán en el futuro próximo con respecto al cambio
climático que vivimos en la actualidad
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