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S308 - Diarios de motocicleta DIÁLOGOS Y DRAMATIZACIONES

I. Viajamos por viajar… @Desierto de Atacama, Chile [54:05-55:57]

El minerO: Sí [mirando el mapa a la luz de la fogata].

Ahí mismo. De ahí somos. [apunta al mapa y lo devuelve]

No teníamos mucho. Solo una tierra seca y difícil. [mirando a los ojos, pausado]

La minerA: Era de su abuelo [sin levantar los ojos, suspirando con dolor]

El minerO: Era nuestra… hasta que llegó el terrateniente y nos sacó a patadas [mirándole fijo a
Ernesto]

Ernesto: [le mira fijamente con el ceño fruncido ‘frowning’]

La minerA: Y a eso le llaman progreso… [voz cansada, resentida]

El minerO: Entonces tuvimos que dejar a nuestro hijo con la familia y empezar a viajar [mirando
hacia abajo, al fuego].

Para encontrar trabajo [hace contacto de los ojos y otra vez los baja hacia el fuego].

La minerA: [sigue sin levantar la cara, ensimismada ‘absorbed’]

El minerO: Tratando de escapar de la policía que nos quería meter presos.

Alberto: ¿Por qué? [curioso, calentándose envuelto en una cobija ‘blanket’]

La minerA: Porque somos comunistas [levanta los ojos por primera vez y los mira, esperando su
reacción]

Ernesto: [la mira fijamente sin decir nada]

El minerO: Ahora vamos a la mina. Si tenemos suerte, encontraré trabajo allí [optimista].

Parece que está tan peligroso que ni se fijan de qué partido es uno.

Alberto: [ojos dirigidos al suelo, niega con la cabeza en silencio]

Ernesto: [mirándole a Alberto, sintiendo lo mismo]

La minerA: ¿Ustedes andan buscando trabajo? [con la cara levantada, mirándoles curiosamente]

Ernesto: No, nosotros no estamos buscando trabajo [igual de solemne y sintiendo el peso y la
ridiculez de su respuesta dadas las circunstancias]

La minerA: ¿No? [se sorprende y se queda mirándolos] Entonces, ¿por qué viajan?

Alberto: [no dice nada, se siente culpable, le mira a Ernesto como si estuviera pidiéndole ayuda]

Ernesto: [agarrando las fuerzas y el aliento] Viajamos por viajar [tentativo, listo para ser juzgado]

Los minerOS: [se miran lentamente, procesando la respuesta sorpresa]

La minerA: Benditos sean… [con una sonrisa ligera, pero sincera] Bendito sea su viaje.
S308 - Diarios de motocicleta DIÁLOGOS Y DRAMATIZACIONES

II. Saludando a los leprosos de San Pablo, Perú [1:25:00]

Alberto: Buenas tardes. [se acerca caminando]

Leproso: Buenas tardes, doctor. [amable, sentado en una banca]

Ernesto: Buenas tardes. [va pasando, apenas mirándole a los ojos al leproso]

Leproso: ¡Bienvenidos a San Pablo! [con entusiasmo]

Ernesto: Gracias… [se detiene, le mira fijamente al leproso]

Alberto: Muy amable. [con ánimos, también se detiene]

Leproso: Papá Carlito para servirlo.

Ernesto: Ernesto Guevara. [queda mirándolo fijamente]

Alberto: Yo soy Alberto Granado. Un gusto. [pone la mano en el corazón]

Ernesto: Mucho gusto. [le extiende la mano sin guante al leproso]

Leproso: [se sorprende al ver la mano sin guante, se queda mirándole la mano, luego al Dr.
Bresciani]

Ernesto: [sigue con la mano extendida y tratando de interpretar el silencio y la mirada del
leproso]

Leproso: Doctor… ¿Qué no les explicó las reglas? [en voz baja, pausada y con reproche]

Dr. Bresciani: [le da señal afirmativa con la cabeza y con una sonrisa sutil en los ojos]

Ernesto: [sigue con la mano extendida y una mirada más determinada que antes]

Leproso: [le aprieta la mano con mucha fuerza sin decir nada, se ve contento]

Ernesto: Mucho gusto. [medio-sonriendo, como que celebrando una victoria interna personal]

Alberto: Encantado. [también le da la mano]

Leproso: Encantado. [le aprieta la mano a Alberto con una sonrisa grande]

Dr. Bresciani: Papá Carlito es jefe de la comunidad. Son médicos argentinos. [los presenta]

Alberto: Encantado, eh. [empieza a retirarse]

Ernesto: Hasta luego. [se va, siguiendo a Alberto]

Leproso: ¡Son unos caballeros! [exclama con gusto, viéndoles partir]


S308 - Diarios de motocicleta DIÁLOGOS Y DRAMATIZACIONES

III. Conociendo a la madre superiora de San Pablo, Perú [1:25:30-11:26:11]

Madre: Doctor Bresciani, estos señores llegan y ¿creen que pueden proceder como les parece?
[con voz de reproche, muy seria]

Dr. Bresciani: Madre Sor Alberto, estos señores tienen buena experiencia médica de Córdoba y
Buenos Aires [con voz respetuosa y pausada, controlando su aliento]

Madre: Eso no les da ningún derecho para proceder así y romper las reglas [con un poco de
burla en su voz, con una mirada desafiante]

Dr. Bresciani: ¿Qué le parece que esta discusión la dejamos para más tarde, ¿sí? [con voz dulce,
tranquilizante]

Madre: [se queda mirándolo severa, sin decir nada]

Dr. Bresciani: Gracias, madre, usted muy compresiva. Vamos. [dulce, pacífico y con respeto; toma a
Alberto y Ernesto por los hombros para indicar que ya se van]

Alberto: Sí [un poco confundido, pero siguiéndole al doctor]

Ernesto: Con permiso [en voz baja, incómodo por el regaño y la desaprobación de la madre,
también sigue al doctor]

Dr. Bresciani: Es la madre superiora [en voz baja, alejándose de la madre y mostrándoles camino a los
amigos]

Alberto: Creo que quiere conmigo [con voz juguetona, mirándole a Ernesto]

Ernesto: Creo que sí [lo apoya en la broma a las espaldas del Dr. Bresciani]

Dr. Bresciani: [caminando al frente, se da vuelta y los mira fija y seriamente]

TODOS: [siguen caminando]

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