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Anexos:
A, Ejemplos de aplicación.
Preparado por:
26/09/2017
_Sobre-tensiones.
_Sobre-corrientes.
_Variaciones anómalas de la frecuencia de la red.
_Sobrecargas mecánicas.
_Sobre-velocidad de máquinas rotatorias.
_Sobre-presiones en ductos y sistemas hidráulicos o de gas.
_Temperaturas ambientales exteriores extremas.
1.2.1. Sobre-tensiones:
El concepto de sobre-tensión debe entenderse como cualesquiera tensiones
que se presenten en los sistemas eléctricos superiores a las máximas admisibles
consideradas en las especificaciones. Éstas se pueden producir por cualquiera de las
siguientes condiciones:
1.2.2. Sobre-corrientes:
Se entiende por sobre-corriente cualesquiera corrientes superiores a las
máximas admisibles que se mantengan por tiempos superiores a los especificados. Se
pueden producir por cualquiera de las siguientes condiciones:
_Sobre cargas de potencia (consumos mayores que los nominales).
_Cargas reactivas exageradas (capacitivas o inductivas).
_Cortocircuitos.
A) Detección, mediante algún elemento sensor, del fenómeno físico que se desea controlar:
Termómetros, transformadores de corriente y/ de potencial, etc.
G) Generación de una señal destinada a operar los elementos del circuito que permitan corregir
o evitar la anomalía detectada (transductor de telecomando)
Fig. Nº 6-1
EQUIPO DE POTENCIA:
A B C
Generador, línea de transmisión,
transformador, subestación de pasada, etc.
Energía saliente
ELEMENTO CONTROLADOR:
Interruptor, fusible, etc.
Energía suministrada
Fig. Nº 6-2
Las magnitudes físicas que es necesario medir pueden variar desde valores muy
pequeños (mili-voltios, mili--amperios, hertzios, metros por segundos etc.) hasta
produce así una chispa eléctrica conductora, cuya intensidad energética puede ser
muy grande. Aparece un campo eléctrico de gran intensidad, lo suficientemente alto
como para romper la capacidad dieléctrica del medio que los separa (aire o gas). En
efecto; según la Ley de inducción de Faraday la brusca interrupción de la corriente I
en un lapso de tiempo t induce una tensión entre los contactos, cuyo valor está dado
por la siguiente expresión:
∂I I
u = −L ≈ −L
∂t t
Esta tensión genera un campo eléctrico E entre los contactos cuyo valor, de acuerdo al
la Ley de Coulomb; está dado por la siguiente expresión:
u
E ≈
d
Combinando ambas expresiones, vemos que el campo eléctrico entre los contactos
durante la apertura está dado por la siguiente expresión:
I
E = −L
td
Si consideramos ahora que la velocidad de apertura v está dada por el cuociente entre
la distancia o separación d entre los contactos y el tiempo de apertura t, el campo
eléctrico entre los contactos queda expresado por la siguiente relación:
Para:
d LIv
v = ; E ≈ −
t d2
1 2
Γa ≈ I Ra t
2
Como se puede ver, la energía que debe disiparse al interior de los interruptores es
proporcional al cuadrado de la corriente que se desea interrumpir. También es
proporcional a la resistencia Ra del arco y al tiempo de apertura t (hasta que se
extingue el arco).
La resistencia del arco, a su vez está dada por la siguiente expresión aproximada:
ρd
Ra ≈
A
En esta expresión r es la resistividad del aire o gas ionizado que se forma en arco
(chispa) entre los contactos, d la distancia entre los contactos abiertos y A la superficie
o área de contacto. Reemplazando, podemos plantear la siguiente expresión
aproximada para la energía que debe se debe disipar al interior de las cámaras apaga-
chispas al momento de interrumpir una corriente:
1ρd 2
Γa ≈ I t
2 A
2.3.3. Interruptores:
Estos equipos están especialmente concebidos para interrumpir tanto las
corrientes normales de operación como las corrientes de sobrecarga y las de
cortocircuito. Por esta razón, los contactos de los interruptores, además de ser
capaces de soportar la corriente nominal en forma permanente, las tecnologías
constructivas de este tipo de aparatos apuntan a disminuir la energía que deben ser
capaces de disipar durante un cortocircuito.
Como se explica en el párrafo 2.3.1., la energía que debe se debe disipar al
interior de las cámaras apaga-chispas es proporcional a la resistencia del arco. Si
analizamos con cuidado la expresión planteada, veremos que mientras menor sea la
distancia d de separación entre los contactos, menor será la energía que se debe
disipar. No obstante, esta distancia debe ser mayor a la distancia que garantice que el
circuito quede realmente aislado. Es decir, la separación entre los contactos abiertos
debe garantizar que, para las tensiones nominales del sistema (el BIL), no se produzca
un arco espontáneo entre los contactos. En otras palabras; para disminuir la energía
disipada la distancia de separación debe ser lo más pequeña posible, pero compatible
con la separación que garantiza que, una vez abierto, el sistema eléctrico quedará
perfectamente aislado de las tensiones presentes en el sistema.
Los interruptores que mejor se acercan a este objetivo son los que tienen sus
contactos sumergidos en exa-fluoruro de azufre (gas SF6). En efecto; la rigidez
dieléctrica de este gas a presión, comparada con la del aire seco o el aceite, es
bastante mayor, lo que permite menores distancias entre los contactos y, por lo tanto,
la energía a disipar es sensiblemente menor. Esta particularidad permite el diseño de
equipos de menores dimensiones físicas y, por lo tanto, menores costos de
fabricación. Ésta y otras características del SF6, lo hacen especialmente apto para los
interruptores de sistema de alta tensión.
Todos los sistemas de protecciones de potencia están basados en interruptores
capaces de soportar las corrientes nominales por tiempos indefinidamente largos y, al
mismo tiempo, capaces de interrumpir la corriente de cortocircuito mediante comandos
automáticos a distancia, controlados por sistemas muy sensibles de detección de
fallas y anomalías.
Obviamente, el ideal es que el tiempo de apertura sea lo más corto posible; por
ejemplo entre un octavo y medio ciclo (2,5 [ms] a 10 [ms]). Para lograr este objetivo
I sc2 − I i2
t opT = t Ln 2 2
I sc − ( I n + ∆I op )
En esta expresión:
topT = Tiempo de operación del elemento térmico.
In = Corriente nominal o de placa (el ITM no debe operar).
Ii = Corriente inicial antes de la sobrecarga.
ΔIop = Sobrecarga mínima a la cual se produce la operación (p.ej. = 5%).
Iopmín = Corriente mínima de operación (Iopmín = In + 5%)
t = Constante de tiempo térmica;
cM
τ =
K S
d e
Según las normas métricas internacionales (europeas) los interruptores del tipo
magneto-térmicos de aplicación domiciliaria e industrial BT se construyen para ciertos
niveles preestablecidos de corriente nominal, según las escalas exponenciales de las
características que se indican en el cuadro.
En estas escalas la corriente nominal de operación de la categoría
inmediatamente superior es un 25 % mayor que la anterior o, lo que es lo mismo, la
corriente nominal de operación de la categoría inmediatamente inferior es un 80 % de
la que le sigue.
Existen dos tipos o series de interruptores termo-magnéticos, según que sean
regulables o fijos. Los regulables permiten ajustar o regular la corriente de operación
del elemento térmico desde un 80 % hasta un 100 % de la corriente nominal del ITM
indicada en la tabla, hasta traslaparse con la categoría inmediatamente inferior; lo cual
permite adaptar el punto de operación a las necesidades exactas de cada uno de los
equipos que se desea proteger. Los no regulables, en cambio, son fijos según los
valores normalizados indicados en las tablas.
Nota: (*) El valor de las corrientes nominales indicadas se genera a partir de la siguiente serie numérica
normalizada:
a
10α
0,1 1,3
0,2 1,6
0,3 2,0
0,4 2,5
0,5 3,2
0,6 4,0
0,7 5,0
0,8 6,3
0,9 8,0
1,0 10
c) Fusibles:
Los fusibles son los elementos más antiguos económicos y seguros que
existen para proteger instalaciones eléctricas de media y baja tensión. Tienen el
inconveniente que, cada vez que operar se destruyen, se funden, y, por lo tanto; es
necesario cambiarlos. Sus curvas de operación, comparadas con las de los
interruptores magneto-térmicos, son bastante similares, aunque nunca tan exactas e
imposibles de regular con precisión.
1000,000
Isc 2 − Ii 2
topT = ΓT Ln 2 2
Isc − ( In + ∆Iop)
100,000 ΓT = 300 [ s ] ∆Iop = 5% In
Kcc
topM =
10,000
( Isc − Iopcc )
4 4
Tiempo de operación [s]
IT frío
Kcc = 5,00 [ A4 s ]
IT caliente
1,000 IM frío
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 IM caliente
FUS
Isc 2 − Ii 2
0,100 top F = ΓF Ln 2 2
Isc − ( In + ∆Iop)
ΓF = 43[ s ]
0,010
0,001
Corriene de sobrecarga referida a la nom inal [0/1]
Fig. Nº 6-3
En el entorno de las sobrecargas moderadas, son un poco más rápidos que la parte
térmica de los interruptores magneto-térmicos, pero más lentos cuando deben
despejar cortocircuitos.
Dado que su aplicación es definitivamente más económica que la de los
interruptores magneto-térmicos, se utilizan ampliamente en muchas instalaciones,
especialmente en los sistemas de distribución en baja y media tensión. En efecto; sus
Isc 2 − Ii 2
top F = Γ Ln 2 2
Isc − ( In + ∆Iop)
En esta expresión:
topF = Tiempo que tarda el fusible en fundirse.
In = Corriente nominal o de placa (el IMT no debe operar).
Ii = Corriente inicial antes de la sobrecarga.
ΔIop = Sobrecarga mínima a la cual se produce la fusión (p.ej. = 5 %).
Iopmín = Corriente mínima de operación (Iopmín = In + 5 %)
t = Constante de tiempo térmica:
cM
τ =
K S
d e
a) Pararrayos gaseosos:
La mayoría de los pararrayos antiguos se construían enfrentando dos
electrodos convexos o esféricos, separados por aire, el cual, como sabemos, es un
buen aislador. Sin embargo, cuando la tensión (positiva o negativa) entre los
electrodos es lo suficientemente alta como para que se alcance el límite de ruptura
dieléctrico del aire, éste se transforma en conductor por todo el tiempo que dura la
sobre-tensión, descargando a tierra, a través de la chispa, toda la energía excedente
contenida en la sobre-tensión.
Para ajustar la tensión de operación basta, con controlar la distancia entre las
esferas: A mayor distancia mayor es la tensión requerida para que salte el arco y
viceversa. Como vemos este tipo de dispositivos es muy ingenioso, económico y
práctico, razón por las cual se utilizó muchísimo durante los primeros años del
desarrollo de los sistemas eléctricos de potencia. No obstante, dado que la rigidez
dieléctrica de aire cambia mucho con la temperatura, presión y humedad del ambiente,
este tipo de pararrayos tuvo que ser desechado debido a la imposibilidad de mantener
constante la tensión de operación o ruptura.
b) Pararrayos semiconductores:
Con la introducción de los semiconductores de juntura PN y diodos
rectificadores fue posible construir pararrayos de descarga aprovechando la tensión
inversa de avalancha que caracteriza estos dispositivos. En efecto; cuando a estos
dispositivos se les aplica una tensión en el sentido positivo, presentan muy baja
impedancia y, por lo tanto, conducen normalmente. Cando se les aplica una tensión en
el sentido inverso presentan muy alta impedancia y, por lo tanto, no conducen. Sin
embargo, cuando la tensión inversa es lo suficientemente alta, se alcanza en nivel
conocido como tensión de avalancha inversa o tensión de Zenner, a la cual el material
conduce: Su impedancia disminuye sensiblemente. El nivel de tensión a la cual
conducen las junturas del tipo PN es muy estable. Para utilizarlos como pararrayos es
necesario conectar dos elementos en oposición con el objeto que pueda operar
correctamente en los sistemas de corriente alterna.
I [A]
U [V]
UZ [V]
Fig. Nº 6-4
I.1.2.1.a
. I.1.2.2.1
F1 I.1 I.1.2.2.a I.1.2.2.b
I.1.2.2.2.a
F2
F3
I.1.2.2.2.b
.
Flujo de energía I.1.2.2.2.1.
F4
Fig. Nº 6-5
que las sobrecargas no rebasen los niveles admisibles y, en caso de sobrepasar estos
niveles, deben operar dentro de los tiempos permitidos, según la constante de tiempo
de los consumos. Así, por ejemplo, si un transformador puede soportar una
sobrecarga del 25 % durante no más de 10 minutos; el interruptor debe operar en
menos de 10 minutos.
Para una instalación de 220 [kV] y un coeficiente de seguridad de 3, este valor es 539
[kV]. Las diversas tensiones normalizadas de la tensión BIL están redondeadas a
valores, como por ejemplo: 62,5 [kV], 125 [kV], 250 [kV], 500 [kV], 750 [kV], 1.000 [kV],
etc. Sin embargo, dado el alto costo que representa sobredimensionar las aislaciones,
en especial cuando se trata de sistemas de muy alta tensión, los diseñadores
modernos tienden a rebajar los coeficientes de seguridad, tomando en cuenta los
niveles reales de las sobretensiones que, eventualmente pudieran presentarse en
cada lugar y, desde luego, perfeccionando los pararrayos y sistemas de protección.
Una vez establecido el nivel BIL, los pararrayos deben ser capaces de permitir
la conducción, justamente, a este nivel de tensión. A partir de este concepto la tensión
de conducción de los pararrayos se especifica según los diferentes niveles
normalizados de la tensión BIL.
Obviamente, en caso que el BIL del equipo sea inferior al del pararrayos, el
dispositivo de protección no servirá de nada. Cuando esto ocurre, si eventualmente
aparece alguna sobre-tensión ésta se descargará por el equipo y no por el pararrayos.
Lo normal es que los pararrayos se calibran para el nivel BIL inmediatamente inferior
al especificado para los equipos, de esta manera se garantiza una adecuada
protección de los equipos (transformadores, interruptores, etc.).
Para el caso de los sistemas de baja tensión, la aplicación de estos conceptos
conduce a las siguientes cifras:
Esto significa que los materiales aisladores y todos los equipos vinculados a este nivel
de tensión BT deberían ser capaces de soportar estos niveles de tensión sin dañarse.
Entonces, si se desea proteger la instalación contra eventuales sobre-tensiones, el
supresor de sobretensión debería funcionar o activarse a una tensión inferior a 1.080
[V]; por ejemplo a 750 [V].