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ANTILOGÍAS
ó
LUGARES
DE LA
SAGRADA ESCRITURA,
QUE PARECEN OPUESTOS,

.concillados segun el sentido de los SS. PP. y Expositores


Católicos, para utilidad de los que leen la Santa Biblia
en castellano.

0& ' -.POR

% FRAT AGUSTÍN GARCÍA PORRERO,


Lector jubilado, Calificador del Santo Oficio, Examinador
y Juez Sinodal de este Arzobispado , Teólogo del Emo. y
• Excmo. Señor Cardenal de Scala, Arzobispo de Toledo, y de
la Nunciatura, Padre de la Provincia de Cartagena, Ex-
Secretario general de la Orden , Ex-Custodio , y Ex-
Provincial de esta de Castilla de la regular observancia
v de N. P. S. Francisco.

DEDICADOS
AL EXCMO. Sr. DUQUE DEL INFANTADO.

MADRID: CON LICENCIA:


IMPRENTA QUE FUÉ DE GARCÍA, AÑO DE 1816.
ft.WHGI{.w

Declararía sermonutn tuorum ilhmlnat , «í intellectum


dat parbulis. Salm. 1 18.
La declaracion de tus palabras ilumina, y da enten
dimiento á los párbulos. Salm. 118.
Cortantes pro modulo nostro , quantum adjuvamur e/fice-
re, ne altqua absurditas , vel repugnantia putetur , esse in
Scripturis Sanctis , quce opinionem lectoris ojfendat , et dum
exhtimat fieri non potutesse, quce facta esse Scriptura com-
memorat, vel resiliat a fide, vel non accedat adfidem. S. Au-
gustinus, üb. g. de Gén. ad lit. cap. 8.
Nos esforzamos segun nuestra capacidad , y en quan-
to somos ayudados, para hacer constar, que en las Sanr
tas Escrituras no hay absurdo, ni repugnancia alguna,
w' que pueda ofender al lector , no sea que juzgando que
no pueden ser las cosas , que refiere la Escritura , ó se
aparte de la fé , ó no venga á la fé. S. Agustin lib. 5. de
Gen. ad lit. cap. 8.
M
AL EXCELENTÍSIMO SEÑOR

DON PEDRO DE ALCÁNTARA, TOLEDO,


Salm-Salm, Hurtado db Mendoza y Orozco;
Pimentbl, Silva, Gomez db Sandoval y Ro-
XAS, PlMENTEL Y OsORIO , LUNA,GuZMAN, MEN
DOZA y Aragon, de la Cerda,, Enriquez, Ha-
ro y Gvzman: Duque del Infantado, de Pas-
TRANA, DE LERMA, DE ExTREMERA , DE VaLDA-
jracete y de Francavila : Marqués de Santi-
llana, de Távara, del Cénete, de Almena
ra, de Cea, de Campoó, de Algecilla y db
Argueso: Qoñde de Saldaña, de Villada, del
Real de Manzanares y del Cid: Príncipe db
Melito y Eboli : Señor de la Provincia -de
Liébana , y Hermandades de Alava y Gui
púzcoa : Patrono único de las Iglesias Cole
giatas DE LAS VfLLAS DE PASTRANA , LERMA Y
Ampudia: Grande de España de primera cla
se : Caballero Gran Cruz de la Real y dis
tinguida Orden Española de Carlos III: Gran
Cruz de la Orden militar de San Fernando:
Caballero de la insigne Oxden del Toyson
de Oro: Gentilhombre de Cámara' de S. M.
con exercicio: Teniente General de svs Rea
les Exércitos : Presidente del Real y Supre
mo Consejo de Castilla; y Coronel y Director
general de Reales Guardias Españolas, &c.

SEÑOR:

E 1 fruto del árbol corresponde al dueño de la here


dad en que nace y se cria. El autor de esta obrita
a 2
(IV.)
nació y se crió en Valdaracete, terreno propio de V. E.
de unos padres, que favorecidos por los Excelentísi
mos progenitores de V. E. enseñaron á sus hijos el
justo reconocimiento con que debiamos corresponder
á sus beneficios. Yo no he olvidado aquellas leccio
nes paternales, y aunque trasplantado á la Religion
de mi P. S. Francisco , reconozco los deberes que con-
traxe en mi nacimiento y crianza, y me glorio de
que este corto fruto de mi trabajo, pueda y deba con
tan justificado motivo , llevar á su frente el Exce
lentísimo nombre de V. E tan ilustre y glorioso por
todas sus circunstancias. '/.,"'
En efecto, por todas sus circunstancias. No es
mi ánimo ofender la modestia de V. E. Ni, para de
cir alguna cosa de la singular gloria y excelencia de
su Nombre, pienso entrar en los átrios de su Casa
para registrar y contemplar el hermoso quadro en
que estan pintadas las virtudes, hazañas y gloriosas
acciones de sus ilustres Progenitores. La singular y
mas excelente gloria de V. É. no consiste precisa
mente en traer su origen: de aquel Fortun Lopez,
llamado el' Infante Zuria, tan valiente, que defen
dió las Provincias de Álava, Vizcaya y Guipuzcoa
contra todo el poder de los Moros, y en los campos
de Padura venció y derrotó el exército del Infante
D. Ordoño, enviado por su padre D. Alonso el mag
no para conquistarlas, por cuyas victorias le eligie
(v)
ron aquellos naturales por su Cabeza y Señor, dig
nidad que se conservó muchos siglos en■ la casa de
Mendoza: de los Laines Calvo, de los Ñuños Rasu
ra , de los Cides Rodrigos Diaz de Vivar , de cuya
prudencia en el gobierno, virtudes, proezas, triun
fos, victorias, y conquistas estan llenas nuestras his
torias : de los Pedros, de los Iñigos , y Diegos Hur
tados de Mendoza, fidelísimos á sus Reyes, aman
tes de su Patria , queridos de sus Pueblos , temidos
de los enemigos de la fé, honrados de sus Soberanos
y Príncipes con los primeros puestos y oficios de la
Monarquía por. su fidelidad y acciones heroicas.
Ni en que los ascendientes de V. E. han sido de
los mayores y mas antiguos caballeros de estos Rey-
nos, grandes christianos y defensores de la ley de
Dios, valientes guerreros que siempre, se hallaron al
lado de sus Reyes en las batallas y conquistas : en
que- la casa de Infantado sea de las mas celebradas,
no solamente de España , sino de la Europa y del
Universo : en que los Condes de Oñáte , de Santa
Gadea , de Cabra , de Palma , de Haro , de Plasencia,
de Belalcazar , de Alva de Liste , de Lerin , de Be-
navente, de Lemas, de Andrade , de■ Aguilas., de
Monteagudo, de Castañeda, de Calve, de Concen-
taina : los Marqueses de Bedmar , de Ayamonte, de
Coria , de Cuellar , de Comanes , de Denla > de Gi-
braleoñ , de Abruzan, de Berlanga , de Poza } de Mo
(Vi)
ya, de Floresdavila : los Duques de Alva, de Albur-
querque, de Cardona, de Sesa, de Frías, de Uceda,
de Bejar, de Fancavila: los Señores de Gor y Boldir,
de Cubas y Griñon , de Benamexi , de Clavijo y Mi-
raflores: y otros muchos excelentísimos y muy ilus
tres de la mayor gerarquía se glorien y hagan alar
de que su sangre es una porcion de la misma masa
de la que corre por las venas de V. E.
Ni tampoco consiste en que su noble y esclareci
da familia por parte de su Excelentísimo y virtuosísi
mo Padre y Señor D. Pedro Alcántara Toledo, Enri-
quez, &c. Duque del Infantado, Pastrana, Lerma, &c,
esté enlazada con la de los Emperadores , Reyes , Ar
chiduques , Infantes , y Soberanos y Potentados mas
ilustres de la Europa; y por parte de su religiosísima y
Excelentísima Madre y Señora Doña María Ana, Prin
cesa de Salm-Salm , hija de los Serenísimos Señores
Príncipes reynantes de Salm-Salm , del Sacro Romano
Imperio, Duques de Hoogstraten, Condes de Dhaum
y Kirbourg, &c, gefes de una familia, cuyos enla
ces con varias casas Soberanas , entre ellas las de los
Electores Palatinos del Rhin ,. de los Duques de Han-
nover, de lá casa de los Stuardos, de los Reyes de
Saxoniay Polonia, y con las mismas casas Real de
Francia é Imperial de Austria, son bien notorios.
Todo esto, Excelentísimo Señor, es grande, to
do ilustre , todo excelente , todo glorioso para V. E.
(Vil)
pero todo esto no constituye la singular y verdade
ra grandeza y gloria de V. E. La principal, la ma
yor , la mas brillante y esclarecida nobleza de V. E.
consiste en haber heredado con la sangre , con los tí
tulos y estados de sus ilustrísimos progenitores sus
virtudes y acciones heróicas. Los Excelentísimos as
cendientes de V. E le enseñaron el camino que con
duce al monte del honor, de la fama y de la gloria,
y V. E. siguiendo sus pasos ha llegado hasta la cum
bre. Los esclarecidos antepasados de V. E. llenaron
el mundo de admiracion por su amor á la Religion,
por su fidelidad á sus Reyes, por su heroico patrio
tismo} y V. E. no ha degenerado. Los ha imitado;
y si cabe, los ha excedido. Esta es la singular, la
verdadera, la mayor nobleza y grandeza de V. E.
¡De quintos modos y maneras ha hecho V. E.
constar su admirable fidelidad á sus Príncipes y Re
yes, su zelo por la Religion, y su amor á la Patria!
La fidelidad heróica de V. E. á sus Reyes y Prínci
pes, aun en los casos mas árduos , está bien acredita
da. Probada, como se prueba la fineza del oro en el
crisol : examinada en un riguroso contraste por los
mas rectos,- íntegros, imparciales, sábios y justifi
cados Maestros en el arte de juzgar , cuyos nom
bres serán eternos en la memoria de los Españoles
para honor suyo y de los de su empleo, fué califi
cada y declarada limpia de toda mancha, pura, y
Cv1ri)
con todos quilates propios de lo ilustre , de lo no
ble, de lo brillante y excelente. . ?*i
- . Napoleon , el infame Napoleon i quántas diligen
cias hizo para ganar á V. E. y hacerle entrar en la
cabara de sus iníquos proyectos! Pero se desengañó
y conoció, que la astucia, la peculiar política, los
fraudes,' tramas, engaños, perfidia, promesas, y a-
menazas con que habia seducido y alucinado á otros,
no eran capaces de corromper ni hacer titubear la
constante j la heroica fidelidad del Duque del Infan
tado á su amabilísimo Soberano Fernando VIL Mo
tivo porque proscribió á V. E. le exceptuó del per-
don, le declaró reo de muerte, ofreció premios á quien
le quitase la vida, y reunió su casa y sus estados á
las otras qué separó >para sí, ó comision imperial.
Esto vale por un millon de pruebas de la fidelidad
de V. K
Pero quando V. E hizo mas patente á todos su
fidelidad al Rey, á la Religion, y á la Patria, fué
quando vió arrestado y cautivo á su legítimo Sobe
rano y amado Rey Fernando : quando vió colocado
y sentado en su Real .Trono al hermano del hombre
mas vil, impío y criminal: quando vió la atroz in
juria que se habia hecho á la Nacion española : quan
do vió los ultrages que se cometían contra la Reli
gion y sus ministros : quando vió amancillado el ho
nor de su querida Patria , y el valeroso carácter de
(IX)
los españoles. Entonces fué quando juró no hincar su
rodilla , ni ofrecer inciensos al ídolo de la impiedad,
al abominable Antioco, cuyas bárbaras tropas llevaban
por toda España el terror, el espanto, el robo, el sa
queo, la espada, el fuego, la destruccion y la muerte.
V. E. no pudo ver ultrajada la Religion, caur
tivo su Rey, abolidas las leyes y costumbres de sus
mayores , abrasadas las Ciudades y Pueblos , talado»
los campos, robadas las Iglesias, mutiladas las imá-
genes de los Santos, arrojadas por el suelo las for
mas consagradas , violada la castidad de las donce
llas mas honestas , contaminado el honor-de las ma*
tronas mas respetables, y estarse indiferente. A su
esforzado-corazon, á su católico y valiente espíritu
se le representan las heroicas é ilustres acciones -ue
hicieron y obraron en otros: tiempos los Toledos ¿ los
Hurtados de Mendoza y Órozcos , los Pimen teles,
los Silvas, los Gomez de Sandoval y Roxas , los Pi-
menteles y Osorios , los Cides Rodrigos Diaz de Vi
var, los Lunas , los Guzmanes , los Mendozas y Ara
gon , los de la Cerda , los Enriquez , los Haros y Guz-
man en defensa de sus Reyes, de su Religion, de su
Patria y Nacion , é inflamado con el fuego de la san
gre de tan heróicos progenitores, que arde en sus
venas, se propone y se determina á no omitir cosa
alguna, para salvarlo todo, ó morir en defensa del
Reyno con la espada en la mano.
b
Para realizar sus proyectos se presenta V. E. en
Castilla , conferencia con nuestros Generales , viene a,.
Madrid, es nombrado Presidente de la Junta de Ar
mamentos: se publican las ordenes: al instante- se
conmueven todas las gentes, se animan, se inflaman,
y corren presurosas para subscribirse y alistarse. Los
grandes y pequeños, los nobles y plebeyos, los an
ciano^ y jóvenes , los Sacerdotes y Religiosos, los ofi
cinistas, los comerciantes, los labradores, los arte
sanos, los jornaleros, hasta los niños, todos ofrecen
derramar su sangre por la libertad de su Patria. ¡Qué
ofertas y dádivas para los gastos! i Qué prevencio
nes! Unos contribuyen con dineros: otros envian al
depósito, piezas de paño y de lienzos : otros vestua
rios: otros camisas, chaquetas, calzones, y montu
ras: otros botas y zapatos*: ota:os sábanas r camas,
yendas é hilas para los hospitales í todos, todos con»
currian, segun su posibilidad, al socorro de la Na
cion. Las. Señoras principales , las Religiosas, lasmu-
geres casadas , las solteras, hasta las niñas se emplea
ban en coser y disponer ropas para los depósitos. To
dos estaban poseidos del mas noble entusiasmo. Nin
guno estaba ocioso. No habia uno, que no hiciese
alarde de valiente. Tal era el espíritu y ardor que la
Junta y su Presidente infundían en los leales cora
zones de los valerosos Españoles. -.
Pero Napoleon se aproxima con todas sus fuer
(*0
xas 4 la Capital , y V. E. por órden de la Junta Mi
litar y Política sale de Madrid , por medio de las a-
banzadas francesas, para el exército del centro que
venia en retirada, llega á Guadalaxara, se incorpora
con las tropas , reune los dispersos , organiza de co
mun acuerdo con los gefes los regimientos , y el Con
sejo de Guerra le hace tomar el mando de General,
y eá aprobado y confirmado por la Junta suprema
de gobierno, i Qué disposiciones tan acertadas para
vestir y calzar la tropa que venia desnuda y descal
za! ¡Qué providencias para que no faltasen víveres!
{Qué arbitrios para contener y aquietar algunos sol
dados engañados y seducidos ! ¡ Qué cuidado en en
viar guerrillas con oficiales de toda confianza para
observar los movimientos y fuezas de los Franceses!
5 Qué planes para atacar al enemigo, si se ofrecia oca
sion, favorable ; ó para resistirle caso que él acome
tiese! V. E. hizo quanto juzgó que debia hacer en
la ocasiones que ocurrieron. Pero los acontecimientos
de la guerra son varios, como decia uno de los ma
yores capitanes del mundo. Y Dios, que como Señor
de los exércitos y de las batallas, manifiesta que los
triunfos y victorias no dependen de la pericia y tác
tica de los Generales, de la actividad y diligencia de
los subalternos , ni de la mukitud y esfuerzo de los
Soldados, sino de las inexcrutables disposiciones de
su adorable providencia ; frustró por entonces las
' ¿2
(Xíl)
espezanzas que V. E. tenia concebidas, y dispuso
que del mando del exército se presentase en Se
villa, y que en calidad de Embaxador, nombrado
por el Supremo Gobierno, fuese á Inglaterra, para
afianzar mas y mas la amistad con aquella valerosa
Potencia, y solicitar mayores auxilios de tropas, ar
mas, y demas, efectos de que necisitabamos.
Los efectos correspondieron a el acierto de la e-
kccion. La prudencia y sábia política de V. E. des
empeñó á satisfaccion de nuestro . gobierno una co
mision, queofrecia las mayores dificultades en aque
llas circunstancias, y consiguió quanto se pretendia.
El Príncipe Regente, los Ministros, los Lores, las
Cámaras , toda la Inglaterra se declaró á nuestro fa
vor ,. y ofreció ayudarnos con todas sus fuerzas y po
der. Los Generales mas distinguidos , los Coronele*
y Capitanes mas esforzados, los regimientos de sol
dados mas aguerridos , se tuvieron por dichosos en
. haber sido elegidos para venir á auxiliar á los españo
les, y reunidos con las valerosas tropas portuguesas
y con nuestros exércitos, obraron con tanto esfuer
zo y heroicidad , como si pelearan en defensa de sus
propios hogares, y por la libertad de su misma Patria.
Entre tanto ¿qué remesas de cañones, de fusiles, de
sables, de municiones, y de todo, no vinieron de In
glaterra? Aun las Damas y Señoras nobles de Lon
dres embelesadas con la fama , que volaba por todas
(*m)
partes, de nuestros valientes guerrillos , abrieron subs
cripciones para socorrerlos.
Conseguidos con tanta felicidad los objetos de su
embajada, y elegido V. E. para la Regencia, dexó á
Londres, y volvio á España para entender con sus
compañeros en el gobierno del Reyno.
Durante su gobierno, todo lo que V. E y sus
compañeros trabajaron no tuvo otro objeto, que la
libertad de España y la felicidad de los españoles.
Los medios de que se valieron, fueron conservar la
moral política , reanimar el entusiasmo de la Nacion,
colocar en los empleos y destinos sugetos beneméri
tos y respetables, sostener y aumentar los exércitos,
conservar y estrechar la union con las potencias ami
gas, y negociar alianzas con otras naciones. Con cu
yos auxilios y cooperacion, como acreditó la expe
riencia, Napoleon fué vencido, disipado todo su po
der, sus exércitos ^arrojados de España, nuestro Ca
tólico Fernando y Serenísimos Infantes puestos en li*
bertad: con su felicísima venida, la Religion adquirió
su antiguo explendor, la Patria una fama eterna, la
Nacion su libertad y las dichas que disfrutamos, yt
V. E. volvio á exercer los honrosos oficios con que
antes le habia condecorado y distinguido el Rey N. S.
Presidente V. E. del Real y Supremo Consejo de
Castilla , i quién no admira su sabiduría en las provi
dencias? ¿Su acierto en los decretos? ¿Su rectitud-m
(XIV).
los juicios y sentencias? ¿Su prudencia y justifica
cion en las propuestas y consultas ? ¿ Su celo por la
observancia de las leyes? ¿Sus cuidados por la paz
y tranquilidad de los pueblos? ¿Su solicitud y vigi
lancia por la salud pública ? y su cabal desempeño de
quanto abraza un empleo de tanta trascendencia y
consideracion? Pero al mismo tiempo , ¡ qué accesible
para todos ! Las puertas de su casa á ninguno se cier
ran. La viuda desconsolada , el infeliz huérfano , el
pobre jornalero , el artesano, tienen entrada en su ga
binete, y con la misma dulzura, afabilidad y amor
recibe , escucha y atiende al labrador y pastor que se
presentan con sus vestidos rústicos y desaliñados , que
al cortesano vestido con aliño y ostentacion.
- Coronel y Director de Reales Guardias Españo
las i quinto ha hecho y hace V. E. por el mayor lus
tre y explendor de este valeroso cuerpo tan benemé
rito en la milicia! La escuela militar instituida y
mantenida á su costa, para que los que han de se
guir el servicio en la clase de Cabos, y los que han
de ser colocados en las oficinas del cuerpo aprendan á
leer, escribir y contar, y se instruyan con perfeccion
tfn la aritmética, gramática castellana, ortografía, y
doctrina christiana , es un pensamiento de los mas
útiles y provechosos á ün cuerpo militar, que prue
ba la sabiduría y talento de un Gefe que desea el ho
nor y.bien de sus Soldados.
(Xf)
Aun habia mucho que decir; pero me contienen los
estrechos límites de una Dedicatoria. Sin embargo no
puedo menos de insinuar alguna cosa de los esfuer
zos de V. E. para llevar á colmo la felicidad pública
de la Nacion, y la prosperidad de los Pueblos de sus
Estados. Persuadido de que, como dice el Espíritu
Santo "la mano del perezoso lleva consigo la pobre-
«za^ y ¡al contrario, la del laborioso y fuerte produ
ce la abundancia y riquezas" ; quánto ha hecho , y
quántos caudales ha expendido para hacer activos sus
Pueblos y fomentar en ellos la industria y el comer
cio! Y. E. ha sabido juntar el explendor y la noble
za, el valor heroico de Soldado, y la sabiduría y recti
tud de Magistrado, con los afanes de la agricultura,
y con la aplicacion á las artes, á la industria, y á
todos los ramos que contribuyen á la felicidad y
prosperidad nacional-
Para aumento de la agricultura en sus Pueblosr
para estimular á los labradores al cultivo de los cam
pos y aprovechamiento de los terrenos j qué rompi
mientos de tierras antes incultas ! ¡ Qué conductos de
aguas perdidas para regar los prados! ¡ Qué experien
cias! íQué máquinas para mejorar las labores! jQuá
plantíos de Olivos y de otros árboles, en Barcience,
en Heras, en ha, y otros Pueblos!
i Qué esmero el de V- E. para conservar la no
bleza y finura de las latas de su numerosa cabañal
(m)
¡Qué cuidado en que los mayorales, pastores y za
gales sean hábiles y diestros ! ¡ Qué disposiciones pa
ra que las crias no se vicien , y tengan aguas y
pastos abundantes y saludables! i Qué limpieza y
aséo en los esquileos y labanderos en las cercanías de
Buitrago , para lograr toda utilidad y provecho de es
te ramo tan interesante á España! ., ¡* ,..'. i>".
Artes, industria, manufacturas, ¡ quánto contri
buyen á la prosperidad nacional! V. E. desentendién-.
dose de ciertas miramientos, que apartaban la Noble
za y Grandeza de las ocupaciones de estos ramos, no
ha perdonado diligencias, ni gastos para fomentar las
artes, y para dar vigor y actividad á la industria, y
al comercio. 5 Qué fábricas ha establecido en Torre-
lavega, pueblo de su señorío en la montaña, de fila-
turas y texidos de algodon! ¡Qué fábrica de lienzos
en Pastrana ! ¡ Qué molinos y fábricas de papel en el
mismo Pastrana! ¡ Qué maestros tan hábiles para ellas!
¡ Qué ingenios y máquinas para perfeccionar y hacer
menos costosas las labores! La de papel se halla en
un estado tan floreciente , que se espera que con bre
vedad competirá en la finura y limpieza de sus efec
tos con las mas celebradas de dentro y de fuera del
Reyno. .',
¡Quánto ha hecho y trabajado V. E. por la liber
tad y felicidad de nuestra Patria ! Las historias de la
Nacion, quando refieran las hazañas gloriosas, que
(rrn)
los Romanas, los Cuestas, los Castaños, los Palafox,
los Blackes, los Eguias, los Copignis, los Redignes,
y tantos otros esclarecidos y valerosos Generales , Ge-
fes , y Capitanes han obrado en esta guerra en favor
de la Religion, de nuestro amado Soberano Fernan
do VIL y de la Patria, harán muy especial memoria
de las heróicas acciones con que se ha distinguido
V. E. La casa del Infantado pondrá con distincion la
estatua de V. E. entre las de los mas gloriosos Va
rones que la han ennoblecido, como de un héroe que
ha sobreañadido á su nobleza heredada una fama e-
terna. La España mirará siempre á V. E. como á uno
de sus hijos beneméritos, que tanto han trabajado
para romper las cadenas de su esclavitud, y tanto
se interesan por la felicidad y prosperidad pública.
El Supremo Real Consejo de Castilla hará alarde de
haber tenido á su frente al Excelentísimo Señor Du«
que del Infantado. El cuerpo de Reales Guardias Es
pañolas jamas se olvidará de haber legrado tener un
Coronel y Director tan afable, tan interesado en su
bien, y tan amante, y amado de su tropa, como
V. E. Y los pueblos de sus estados se acordarán siempre
de V. E. como de un padre misericordioso y liberal, que
los fomenta con sus beneficios, socorriendo al pobre, fa
voreciendo al enfermo y convaleciente , aliviando y
coadyuvando al labrador atrasado , activando al arte
sano, y proporcionando á todos medios, para que sub
sistan , y se hagan laboriosos y útiles al Estado.
c
(XVIII)
El aprecio , la estimacion , la confianza que V. E.
se ha merecido del Rey nuestro Señor son una con
firmacion de lo que he dicho. Las distinciones, ho
nores , y empleos con que ha condecorado á V. E.
i qué son , sino testimonio evidente del alto concep
to que tiene formado de su fidelidad , y de los servi
cios que V. E. ha hecho á su Real Persona , á la Re
ligion, á la Patria, y á toda la Nacion? Apenas hay
en el Reyno cosa alguna de honor, de gloria, de no
bleza, de exáltacion, de excelencia, con que no ha
ya distinguido el Rey nuestro Señor la Persona de
V. E. No contento S. M. con ver á V. E. Grande de
España de primera clase, condecorado con la Gran
Cruz de la Real y distinguida Orden del Señor Cár
los III , con la Gran Cruz de la Orden Militar de
S. Fernando, con los empleos de Gentilhombre de
Cámara con exercicio, de Teniente General de sus
Reales Exércitos , de Presidente de su Real y Su
premo Consejo de Castilla, y de Coronel y Direc
tor general de Reales Guardias Españolas: tenien
do que nombrar persona de toda su confianza, que
fuese á Cádiz á recibir las Serenísimas Señoras In
fantas de Portugal Doña María. Isabel Francisca, Es
posa de S. M. y Doña María Francisca de Asís j que
venia para Esposa del Serenísimo Señor Infante
Don Cárlos, y para que en su Real nombre, y con
todos los poderes necesarios al efecto , celebrase,
luego que llegasen, los Desposorios^ eligió á V. E.

-
(XIX )
para tan singular y distinguida comision.
La imprevista muerte de la Excelentísima Seño
ra Madre de V. E. le obligó á venirse de Cádiz antes
de la llegada de las Serenísimas Señoras Infantas, y
le pribó de la gloriosa satisfaccion de realizar la co
mision de que habia ido encargado. Mas no impidió,
que S. M. haya condecorado á V. E. con el Toyson
de Oro, honor tan elevado que solo se concede á Per
sonas Reales, y á los varones mas dignos, benemé
ritos y esclarecidos en virtudes y acciones heróicas y
gloriosas.
Ya pues, Excelentísimo Señor, si de los honores,
gracias, distinciones, premios, y preeminencias que
los Reyes conceden, se infiere la dignidad y mérito
personal del sugeto que los recibe , segun el edicto que
mandó publicar el Rey Asuero : ¿ quién considerando
los grandes honores, los sublimes empleos, las dis
tinciones tan brillantes, las gracias tan singulares, y
los premios y preeminencias tan excelentes con que
la bondad liberalísima del Rey nuestro Señor ha hon
rado á V. E. y el aprecio, estimacion y confianza que
hace del Duque del Infantado , no inferirá la nobleza
de su fidelidad, la heroicidad de sus acciones, la gran
deza de sus servicios', y la excelencia de su dignidad
y méritos personales, y clamará, diciendo por todas,
partes de V. E. Hoc honore condignus est , quemqumque
Rex voluerit honorarel
Todos los buenos Españoles y verdaderos Fatri
C 2
(XX)
cios lo dirán ; porque todos tienen motivos muy jus¿
tincados para estar agradecidos y amar á V. E. y por
que todos se alegran de que haya vasallos tan dignos
de los favores y gracias de su Rey , y de tener un
Rey tan bueno, tan justo, y liberal, que quiere pre
miar, y premia efectivamente con el mayor explen-
dor , la fidelidad y méritos personales de sus vasallos.
Sobre los motivos que todos tienen para ser agrade
cidos á V. K y alegrarse de su exaltacion, tengo yo
los que dexo expuestos, y el singularísimo de haberse
dignado conceder, que esta obrita lleve á su frente
su esclarecido y excelentísimo nombre, que la servi
rá de amparo y proteccion. Tenga V. E. la bondad
de recibirla como un testimonio de mi reconocimien
to y gratitud , y escudarla bajo las alas de su patro
cinio, siendo obligacion mia continuar pidiendo á Dios
guarde la importantísima vida de V. E. muchos años
para bien de la Religion, servicio del Rey nuestro Se
ñor, prosperidad de la Nacion, y felicidad de sus pue
blos. S. Francisco de Madrid y octubre 8 de 1816.

EXCwo SEÑOR. v

Humilde servidor y Capellan de V. E-

JFh Agustín García Porrero.


(XXI)

PIADOSO Y CATÓLICO LECTOR.

XLs constante, que en nuestro tiempo sucede lo mis


mo , que en tiempo de S. Gerónimo. Este gran San
to y Máximo Doctor de la Iglesia escribiendo á Pau
lino, acerca de la leccion de la Sagrada Escritura,
entre otras cosas muy apreciables le decía : "los la-
obradores, los albañiles, los plateros, los carpinteros,
«y demas artífices, no pueden ser lo que desean siu
«maestro. Lo que corresponde á los médicos lo rece
ntan los médicos : y los carpinteros tratan de las co
rsas de carpintería. Solo el arte de leer y entender
«las Sagradas Escrituras es el que se arrogan todos.
«Los indoctos y los doctos escribimos sobre ellas á
«cada paso. La vieja parlera, el anciano delirante y
«chocho, el sofista hablador, todos sin haber estu
diado, presumen leerlas y desmenuzarlas. Unos, ar
rugada la frente, y mascando palabras misterio-
«sas, se ponen á filosofar entre las mugerzuelas acer-
»ca de las sagradas letras. Otros aprenden ¡ qué ver
güenza i de las mugeres lo que han de enseñar á los
«hombres : y como si esto fuera poco , explican con
wla mayor audacia á otros, lo que ellos mismos no
«entienden." Esto mismo poco mas, ó menos, suce
de entre nosotros desde que tenemos la Santa Eibiia
en castellano , y su leccion se permite indistintamen
te á todos. El docto y el indocto, el sabio y el idio
ta, el prudente y el necio, el piadoso y el impío, el
devoto y el libertino, el labrador y el artesano, el
pastor y el rústico, el tendero, el cochero, el zapa
tero, el sastre, hasta la mugeres de todas clases leen
la Santa Biblia x tratan de la Santa Biblia, quieran
entender la Santa Biblia , y disputan sobre la inteli
gencia de la Santa Bibiia.
(xxir)
Yo no repruebo que la Libia se haya traducido á
nuestra lengua vulgar; antes bien creo, que esta tra
duccion cede en gloria de nuestra Nacion , y que con
tribuirá al bien de la Religion y de la piedad. Tam
bien discurro, que habrá motivos muy poderosos pa
ra permitir su leccion indistintamente á todos. Yo no
debo meterme á indagarlos , ni censurar las determi
naciones ó permisiones de los superiores. Sin embar
go, me parece que. no me está prohibido decir: que
si la leccion de la Santa Biblia .en lengua vulgar pue
de ser muy útil á muchos ; á otros muchos podrá ser
muy perjudicial; mayormente á aquellos que sin los
estudios y disposiciones debidas , y sia dictámen de
sus confesores y párrocos, se introducen á leerla, y
presumen entenderla sin maestro y conductor que
los guie, y se la declare y explique. Porque es inne-
g.ible-que en la Biblia hay algunos lugares muy obs
curos y difíciles , los quaies no se han h^cho claros y
fáciles porque esten en castellano, como advierte el
Doctor D. Vicente Valcarce en sus desengaños filo
sóficos tom. 4. cap. 4. §. 8.
Entre las cosas que hay en la Sagrada Escritura
difíciles de entenderse y explicarse, son las Antilo
gias, ú oposicion de algunos lugares entre sí, en los
quaies parece que el uno afirma lo que se niega en
el otro. Y como de dos proposiciones contradictorias
la una es falsa necesariamente ; si en la Sagrada Es
critura se hallára entre sus textos alguna contradic
cion, ú oposicion real y verdadera, se seguiría que
en ella habia alguna falsedad ó mentira, lo qual bas
tarla .para destruir y quitar toda su autoridad á les
libros santos, como dice S. Agustín. Dios no puede
engañarse,, ni engañarnos: no puede mentir: la Sa
grada Escritura es palabra de Dios , y los Santos hom
bres de Dios que la escribieron, lo hicieron inspira
dos por el Espíritu Santa Por consiguiente en los
(xxin)
textos de la Escritura no hay falsedad, mentira, ni
contradiccion alguna real y verdadera. La oposicion
que se advierte entre algunos lugares , no es mas que
aparente. Sin embargo, muchas de las Antilogias son
difíciles de concordarse , y los hereges se han valido
de ellas para impugnar la autoridad de los santos li
bros, para negar que han sido inspirados por Dios,
y para combatir la Religion revelada.
Los Santos Padres, y los Sagrados Intérpretes y
Expositores miraron este punto con mucha conside
racion, y como que de él depende toda la firmeza
de nuestra Religion catolica, la qual estriva y se a-
fianza sobre la verdad y autoridad de la Sagrada Es
critura. Por esto al mismo tiempo que aclaraban y
explicaban los lugares obscuros, concordaban y con-
ciiiaban aquellos que aparentaban alguna oposicion;
ya para precaver á los fieles de los peligros de errar,
y de ser seducidos por los enemigos de la Religion;
y ya para hacer constar á estos que en las Sagradas
Escrituras no hay falsedad, mentira, ni oposicion, ó
contradiccion alguna real y verdadera. Con este mis
mo fin muchos Padres y Expositores católicos, doc
tos y piadosos escribieron tratados especiales para
concordar las Antilogias. Asi lo hicieron, entre otros,
S. Agustín, S. Gerónimo, S. Julian Arzobispo de
Toledo, Ricardo Cluniacense , Andrés Altamero, Se
rafín . Cumirano , Domingo Magrio , Jacobo Tkino,
y Claudio Frasen.
Estando pues traducida la Santa Biblia , y siendo
cierto que en ella se hallan muchas Antilogias , ó lu
gares que parecen opuestos entre sí; no siendo todos
los que la leen sábios, doctos, instruidos, ni capa
ces de concordarlos y conciliarios; no teniendo to^
dos las obras de los Santos Padres y Expositores, y-
estando éstas en latin, que no entienden; ni habien
do en todas partes Maestros á quienes puedan con
(xxrv)
sultar para salir de sus dudas , son muchos los que
se llenan de confusion, quando leyendo la Sagrada
Escritura, hallan alguna Antilogia, ú oposicion en
sus textos. Ademas de esto, como no faltan en nues
tros tiempos impíos y libertinos, que para hacer la
guerra á la Religion, y para seducir y engañar a los
incautos y sencillos, se valen de aquellos lugares de
la Sagrada Escritura, que parece favorecen sus erro
res, y que parecen contradictorios y opuestos, ha
ciéndoselos leer, ó leyéndoselos ellos mismos, como
lo hacían antiguamente los Luteranos y Calvinistas
para introducir sus heregías, y aun ahora lo hacen
para mantener el error; me pareció podiia ser útil,
conveniente y provechoso un conciliatorio en nues
tra lengua de las mas y mas principales Antilogias de
uno y otro Testamento. Consulté el pensamiento con
algunos sugetos doctos, piadosos y religiosos, y to
dos le aprobaron y alabaron: y muchos no solo lo
tuvieron por útil y conveniente, sino tambien por
necesario , para quitar dudas y confusiones á la gen
te vulgar y menos instruida que lee la Biblia; y
tambien para tapar la boca á los impíos, manifestan
do que en los santos libros no hay Antilogia , ni opo
sicion verdadera.
A este fin se dirige este conciliatorio que he tra
bajado en los ratos que me han dexado libres otras
ocupaciones. Los. sábios é instruidos en la Sagrada
Escritura, que hayan frecuentado los Santos Padres
y Expositores no encontrarán, si le leen, cosa nueva
digna de su atencion. Pero aquellos que no entien
den la lengua latina , y que aunque la entiendan,
no tienen las obras de los que han expuesto las Sa
gradas Escrituras, ni tienen proporcion de quien les
enseñe su sentido , hallarán muchas cosas que los ilus
trarán, los aclararán sus dudas, los sacarán de con
fusiones, y los preservarán de que algun impío ó ma- "
lignante los seduzca y engañe , valiéndose de las An
tilogias, ó lugares de las Santas Escrituras que pa
recen opuestos entre sí.
Soy enemigo de gobernarme por mi propio juicio
y espíritu privado en qualquiera materia, y mucho
mas en la inteligencia de las Santas Escrituras. Ten
go por peligrosa y expuesta qualquiera novedad ; y
por muy acertadi y seguro , el no apartarse de los an
tiguos Padres y Sagrados Expositores, que son los
que nos enseñan el verdadero sentido de la Escritu
ra, y el espíritu de la Iglesia católica. Por esto no
se hallarán en este conciliatorio pensamientos mios.
Nada hay en él que no esté tomado de los Autores
célebres que tratan de la materia, cuyas obras son
estimadas y aplaudidas por los. verdaderos sabios. He
tomado de muchos ; pero me he valido mucho de Ja-
cobo Tirino en su exposicion de las Santas Escrituras.
N. Como no busco otra cosa que el provecho de mis
próximos, no me da cuidado el que digan que me
valgo del trabajo de otros. Nada perjudica á la fama
y estimacion de un Médico el valerse, para sanarlas
enfermedades, de las medicinas, que los Maestros an
tiguos de la facultad experimentaron , aprobaron , y
dexaron escritas en sus libros. Como el enfermo con
siga la salud , queda contento , aunque el Médico ha
ya recetado lo que otros escribieron. Lo mismo digo
yo de este conciliatorio. Como sea útil y provecho
so á los que leen la Biblia en nuestra lengua , sin te
ner instruccion necesaria para concordar por sí mis
mos las Antilogias, deben estar contentos, aunque
su doctrina esté tomada y copiada de lo que los otros
escribieron.
Los Santos Padres , los Doctores y Expositores
escribieron sus libros , sus concordancias , y concilia
torios, no para que estuviesen arrinconados y llenos
de polvo en las librerías ¿ sino para que fuesen útiles
d
á los hijos de la Iglesia, para que los fieles se valie
sen y aprovechasen de su doctrina, y se precaviesen
de los errores en que podrtan incurrir, si entendian
mal los lugares de la Sagrada Escritura. Ellos escri
bieron en latin ; porque en latin estaba la Biblia. Hoy
la tenemos en nuestra lengua vulgar. ¿Qué inconve
niente hay, ni puede haber, en que lo que aquellos
escribieron para instruccion de los que la leian en la
tin, se ponga en castellano, para utilidad y prove-.
cho de los que la leen en castellano? ¿Qué perjuicio,
se puede seguir de que los menos instruidos y los
menos sábios participen de las luces y doctrina, que:
nos dexaron en sus obras nuestros antiguos PP. y
Maestros, para aclarar las dudas, para disipar las di-,
ficultades, para librarnos del error y del engaño, y
para precavernos de la perversidad y sofismas de los
impíos, que se valen de las Antilogias * para seducir. .
á los incautos y sencillos ? Ningun inconveniente hay.
Ningun perjuicio se sigue. Lo que se sigue es mucha
utilidad y provecho. Pues si hallan alguna oposicion ;
entre. algunos lugares de la Biblia ; en esta obrita
tienen su concordancia y conciliacion; y siendo ésta
tomada de autores clásicos, doctos, y católicos, que-j
dan mas seguros y tranquilos.
Para satisfaccion de todos cito los autores, y.
aunque no suelo copiar sus palabras, no me aparta
de su sentido. Si alguna vez.no cito autor, por. lo
comun está tomado de la doctrina del Tirino. .
. Cito los PP. fiado en la fé'y palabra de los auto-,
res , pues aunque he evaquado algunas citas , no he
tenido proporcion para registrarlas todas. Pero los au-;
tores de quienes estan tomadas son dignos de crédito..
Los autores, y aun los PP. varian en la concoi-
dancia de algunas Antilogias. Unos las conchian de
un modo, y otros de otro. Y aunque todos bien; he
escogido la que me ha parecido mas clara y termi--
nante.
He procurado la mayor brevedad y claridad , y
el estilo mas sencillo y natural. El método, que he
observado es el mismo que observaron muchos de
los que han escrito de esta materia ; poniendo antes
la dificultad , que ofrece la oposicion aparente de los
textos, ó lugares, y despues la respuesta, ó concor
dancia.
Aunque son muchas las Antilogias que se conci
llan en esta obrita, hay otras machas en los santos
libros. Pero éstas son las mas principales, y laa que
presentan mayor dificultad. Si mi trabajo tuviere a-
ceptacion, procuraré aumentarle con la concordan
cia de otras, y con untratadko de las reglas mas
exactas, .que asignan los autores católicos, para leer
con fruto , y sin peligro de errar las Santas Escri
turas. ' '. '
Entretanto yo me sujeto, y sujeto este concilia
torio á el juicio, y. correccion de nuestra Madre la
Santa Iglesia, del Santo Tribunal de la fé, y de to
dos mis superiores, y estoy pronto á enmendar qual-
quiera error , ó defecto , que se pueda notar en él:
Asi es.
.■ ,
íh Agustín García Porrero-


cí:

.es . ....
<
( XXVIII )

ÍNDICE
De los Santos Libros cuyos lugares se
concilian.
Génesis. . .folio. , i.*
*
Éxodo . . iaj
Levítico. 18.
Números 23.
Deuteronomio. . ......... .;;.-. ....... 30.
Josue. . . . .......'; .'..'... .... . .'.'-';■.;• 42;
c* ■ ■' 'i¡:j
jueces. . . . . .,...i., . . ;, .. , . . ... ....... . 43*
... Ruth. 46.
I.° De los Reyes . 47.
2.6 De los Reyes. ..................... 54^
3.0 De los Reyes. 60.
4.0 De ios Reyes. . 66.
i.° De los Paralipomenos. 70.
2.° De los Paralipomenos 75.
i.° De Esdras 78.
2.0 De Esdras. *'.... 79.
Tobías .■. 80.
Judith. 82.
Ester. 89.
** 91.
Salmos .. . .. I0I.
(xxix)
Proverbios .•••.•. ni.
Eclesiastés. 126.
Cántico de los Cánticos . 142.
Sabiduría. 143.
Eclesiástico 147.
Isaias. 162.
Jeremías. 170.
Baruc. 175.
Ezequiel. 177.
Daniel. . . - ■. . . 182.
Oseas. . . ¿ . . 186.
Joel 190.
Amos. 192.
. Miqueas. . . : . . . 198.
Nahum. 200.
Zacarías. 201.
Malaquías. 202.
I.° De los Macateos. 203.
2.° De los Macateos. 205.
' S. Mateo 208.
S. Marcos 258.
S. Lucas. 263.
S. Juan. 278.
Hechos apostólicos 293.
Epístola á los Romanos. 303.
I." A los de Corinto 316.
2.a A los de Corinto 322.
txxx);
-"¿los de Éffío. .'.-. 333.
-' ]Á los FHtpenses. • *i••• ••• 336.
'-. A los Coivsenses. . . .-. 339.
i.* A los Tesaíonicenser. . . 34i.
"2.a A los Tesalorúcenses. : : 343.
1.a Á Timoteo, ........ 343.
¡2.a A Timoteo. ....*;;; 349.
y A Tito..:. : . ;'; :;.;; 3S°.
A los Hebreos. ..... ,352.
Católica de Santiago. - - 363.
"¿> De S. Pedro; ...... í365.
¿I* De S. Pedro, mi: . 366.
i.a DeSjJaarK . .... . . 3%
2.a De S. Juan^ . ^ . . . . 373.
jg* DeS.- Juan. ...... ►374-
."■ : Católica de S. Judas. . - 375.
;í;: Apocalipsis, v . . . . . Aí.'sW.'W:
• 37&
- v

.-. iv. i- -£.

.fc.■ ?,V -•-"r- -&

-CPr . . . ,o:: ,u,, ..Vv ^n ■■5i./. .i


CORRECCIONES.
Foliot. Lfntat.

8 19. animales é inmundos. Lee: animales inmundos.


ii n. Santiago. y S. Agusrin. Lee: Santiago. S. siguuin,
40 16. no quisiesen. Lee : no quisieron.
45 a3. Damitas. Lee: Danitae:
SS S. Lee ¡Capitulo VI. Ibid. lía. 13. Lee: Capitulo V1IL
5* 16. V. 5. lee: ag.
57 aS. Gais. Lee: Lais.
70 *3. Botsabe. Lee: Betsabé.
77 29. unos. Lee : años.
83 18. . Simean y sus hijos. Lee: Simeon y Levi.
84 n. de Judith. Lee: que Judith.
«3 3* al azote. Lee . el azote. •
136. desmeritos. Lee : demeritos.
140, *s. profiere. Lee : prefiere,
*54 10. preciados. Lee : precisados,
180 g. idolatras. Lee : idolatras.
1S7 8. por becerro. Lee : por el becerro.
->.(

., 1 .'.

1. .
LIBRO DEL GÉNESIS.

CAPITULO PRIMERO.

~ V. 3. -Llagamos al hombre a nuestra imagen y se-


Ptejanza Salm. 70. Ó Dios ¿ quien es semejante á tí ?
Si el hombre fué formado por Dios á su imágen
y semejanza, como dice Moysés ¿por qué David pre
gunta como dudoso, ó Dios quién es semejante á tí ?
Resp. Aunque el hombre fué formado á la imágen
y semejanza de Dios: aunque en su creacion recibio
una alma, racionarincorruptible, adornada de las tres
potencias, entendimiento, voluntad y, memoria, y fué
enriquecido con la justicia, gracia santificante y há-¿
hitos de las virtudes ; aunque Dios le dió poder para
que presidiese á los peces del mar, á las aves del Cie
lo, y bestias de la tierra: su semejanza fué finita
y limitada: su alma pura criatura : sus potencias cor
tas: su justicia y gracias perecederas j y su poder de
pendiente. El hombre , aunque semejante á Dios , dis-:
taba tanto de Dios , quanto dista lo eterno de lo
temporal, lo infinito de lo finito, lo impotente de lo
omnipotente, y la hada, ó quasi nada del ser supre
mo y por esencia. Esto es lo que dice David. En
el Salmo 8. dice "que Dios coronó al hombre de
"gloria y de honor : que le hizo poco inferior á los án
deles : que le constituyó sobre las obras de sus ma
gnos: que sujetó á su dominio las ovejas, los bueyes
«y reses del campo, las aves del cielo, los peces del
»mar, y quanto hay en las aguas." Pero consideran
do la distancia del hombre á Dios , dice en el Salm.
38 "que el hombre en la presencia de Dios es co-
A
a
«mo la nada." Y en el Salmo 70 , considerando las
maravillas y milagros estupendos que el Señor habia
obrado para librarlos de sus enemigos desde su juven
tud, exclama diciendo: "ó Dios, ¿quién es ni puede
»ser semejante á tí?" como si dixera: tú Dios mio
eres el omnipotente, el justísimo, el fortísimo, el
poderosísimo. Ninguno , ni en los cielos , ni en la
tierra , ni en los abismos , puede compararse á tí en
poder, en fortaleza, en justicia, en sabiduría. Tú so
lo eres Dios. Tú solo obras maravillas. En esto no
hay quien sea semejante á tí. De este modo queda
conciliado lo que dice David, con lo que afirma
Moysés. . / ;.
II. - .;- /
i- ■ . 1 . . r„- ■... i'- . ; •..■. .-. il „: ■"' ..•„.-':' .[
V. 27. Si Adan y Eva fueron formados á la ima
gen y semejanaa 'de Dios , eran semejantes; á Dios ¿ pues
cómo. el diablo por medio de la serpiente les eüxo,
que si comían de la fruta vedada serian como Dio
ses, ó semejantes á Dios, segun consta al cap. 3^
v. 5?. -i i ,..; .v; ■. foI
R. Eran semejantes á Dio5jf>efo dependían der
Dios. No eran dueños absolutos de sí mismos | ni de
las demás cosas que el Señor habia puesto baxo su
potestad. Estaban sujetos al precepto que Dios les
habia impuesto. Y lo que el demonio les sugirió , no
fué la semejanza de Dios , sino cierta igualdad ó in
dependencia de Dios. Eva engañada comio > y Adan
no engañado , sino por no entristecer á su muger, co
mio tambien, y ésta fué nuestra perdicion y la suya.
Perdieron lo que tenian , y no consiguieron lo que el
diablo les ofrecia. Así se explican S. Agustín y S. Bue
naventura. •i .
:■: . ;■ * .,*•!. .n MI.- ■■■•

V. 28. T bendixolos Dios, y dixo : creced y multii-


plicaos , y llenad la tierra.
i . ad Cor. 7. Bueno le es al hombre no tocar á la muger.
¿Es bueno al hombre no obedecer los mandatos
de Dios ? De ninguna manera. ¿ Pues cómo San Pa
blo dice , que es bueno al hombre no tocar á la mu-
ger, habiendo mandado Dios á los hombres crecer,
multiplicarse y llenar la tierra ?
R. Los hereges por lo comun dicen : que aquellas
•palabras creced y multiplicaos , y llenad la tierra son
preceptivas. Muchos católicos afirman tambien que en
ellas hubo precepto, pero varían mucho acerca de á
quien obligó este precepto , del tiempo que duró , y de
quándo dexó.de obligar. Algunos dicen, que se impuso
al comun de los hombres \ pero no á cada uno de los
individuos de la especie humana. De este sentir pare-
.ce es el autor de las notas de la Biblia en castellano.
.Otros , y entre ellos el doctísimo P. Fr. Miguel de
Medina, sostienen con razones muy convincentes,
-que no hubo precepto alguno,' ni á la especie' 'humaría
en comun, ni á los individuos en particular ; sino una
bendicion que Dios echó á nuestros primeros pádres,
-por 'la qual les concedio virtud para engendrar, cre
cer, y' multiplicarse para poblar la tierra; Á el modo
-que bendixoálos peces y á las aves, diciendo: "cre-
-«ced y multiplicaos , y llenad las aguas del niar , y
>ilas aves multipliquense sobre iatierpac" sin que de
aquí se siga, que las impuso precepto; pues las aves
y los peces son incapaces de precepto rigoroso. Esta
explicacion me parece mejor , mas conforme á to
da. la escritura de uno y otro testamento, y mas
.propia para tapar la boca á los hereges , enemigos
.de la virginidad y del celibato. San Pablo no con
dena el matrimonio, antes bien le recomienda y le
/A 2
A
aconseja á los que no se contienen. Dice sí que es
bueno y conveniente no tocar á la muger : ó como
explican los expositores : que la virginidad y celibato
son mejores que el matrimonio, lo qual consta del
Evangelio , del mismo Apóstol, y está definido por la
iglesia, sin que de que la virginidad sea mejor se siga
.que el matrimonio es malo. Tirino.
,; CAPITULO II* : ..,■..

V : I. .
V. 17. De todo árbol del paraíso come; pero no co
mas del árbol de la ciencia del bien y del mal, porque
en qualquier dia que comieres de él morirás. ,
Esto parece no concuerda con lo que ocurrió.
Adan comio del árbol , y no murio. Antes bien se
dice al cap. 5. v. 5. Tfué todo el tiempo que vivió sídan
novecientos treinta años. . -,.- ;,-:;., . i . .
R. Dios , formó á el nombre de modo , que po
dia no morir y y podia morir. No morir por , bene
ficio del Criador , si observaba .el mandamiento que
se le había impuesta Podia morir porque su cuer
po se componía de humores, cuyas contrarias qua-
lidades conspiran á la disolucion. Su muerte, ó su
vida, así corporal, como espiritual, dependia de la
observancia ó infraccion del precepto. Si le hubiera
observado, no hubiera muerto ni espiritual, ni cor-
poralmente. Pero le quebrantó,, y en el mismo ins
tante murio espiritualmente , perdiendo la gracia,
que era la vida de su alma : y empezó su muerte
corporal. Pues aunque vivio despues novecientos trein
ta años fué con tantos trabajos , que San Gregorio
los llama muerte prolongada. Luego que pecó le aco
metieron el dolor, la enfermedad, los achaques, que
son el principio de la muerte, como asegura tambien
San Agustín, ¡ "-...] í.j . <'.... , ¡. .-. .. ;
■i A
capitulo m.
I.

V. g. En qualquiera dia que comiereis de él, serán


abiertos vuestros ojos.
V. 7. Dio á su marido, el qual comió, y fueron a-
biertos los ojos de entrambos. Pues qué tenían cerra
dos los ojos? ¿Eran ciegos? Sí eran ciegos ¿como se
se dice al v. 6. Vió pues la muger, que el árbol era bue
no para comer , hermoso á los ojos , y agradable á la
vista ?
R. No han faltado algunos, que han afirmado,
que nuestros primeros padres eran ciegos, y que ad
quirieron vista por haber comido de la fruta. Los
Goitas, á quienes siguieron los discípulos de Mar-
cion y de Maniqueo lo decían. Pero San Agustin los
refuta diciendo-: "¿Cómo Adan, cerrados los ojos,
«podría imponer nombres á los animales terrestres, y
«á todas las aves que le llevó Dios, lo qual no po-
«dia hacer sin discernirlas, ni discernirlas , sino vien-
wdolas? ¿Cómo se le mostró y vió á la muger mis-
«ma quando dixo : esto es hueso de mis huesos , y
«carne de mi carne ? Pero si alguno fuese tan conten
cioso que diga, que pudo conocer estas cosas no
«vieudolas, sino palpandolas ¿qué podrá decir leyén
dose allí: que la muger vió el árbol de que habia
«de tomar la comida prohibida, que era hermoso á
«los ojos ? Estaban pues desnudos , y no se avergon- ,
«zaban, no porque no veian, sino porque nO sen-
«tian en sus miembros que veian cosa alguna de que
"avergonzarse. " Tenían pues Adan y Eva abiertos
los ojos : veian las obras de las manos de Dios : eran
inocentes , tenían cerrados los ojos á toda malicia y
á sus efectos : comieron de la fruta : pecaron : al ins
tante la carne se rebeló : se miraron : advirtieron ea
6
sus miembros algunos movimientos vergonzosos , que
los llenaron de confusion viéndose desnudos. Enton
ces se abrieron sus ojos, y"conocieron el bien que ha
bian perdido, y los males que habian contraído: en
tonces se abrieron los ojos de entrambos , y conocie
ron que estaban desnudos. Desnudos de la justicia*
inocencia y santidad que antes les habia concedido
su Criador. Desnudos del poder y dominio sobre las
criaturas, que se rebelaron contra ellos, luego que
ellos se rebelaron contra Dios : desnudos de la bue
na armonía de los humores de su cuerpo , y de la su
bordinacion de la concupiscencia carnal que al ins
tante se conmovio, y los llenó de confusion, de pu
dor y de vergüenza : y como vieron en sí cosas que
no habian visto, ni experimentado antes, dice, que
.se abrieron los ojos de entrambos. . •. •

CAPITULO IV.
- ■

V. 26. Enós empezó a invocar el nombre del Señor*


Se dexa dicho en este mismo cap. v. 3. Caín ofre
ció de los frutos de la tfcrra presentes a el S;ñor : y al
v. 4. Abel ofrecio asimismo de los primogénitos de su
ganado , y. de la grosura de ellos, i Cómo pudo ser
Enós el primero que empezó á invocar el nombre
del Señor?
R. Como al paso que se habian multiplicado los
.hombres , se habia tambien aumentado la malicia de
los hijos át Adan, y el menosprecio de Dios , eran po
cos los que verdaderamente le adoraban é invocaban,
y éstos privadamente y sin ritos y ceremonias uni
formes: de este modo le adoraron Caín, Abel, y tam
bien Seth que fué muy. piadoso, y le ofrecieron sa
crificios. Pero Enós deseoso de restablecer. la virtud,
ó contener la malicia , y de que Dios fuese reveren
ciado con culto público, empezó á congregar las gen
tes, á ofrecer sacrificios solemnes con ritos y cere
monias fixas y correspondientes , invocando el santo
nombre del Señor, con la esperanza de la eterna fe
licidad. Por esto dice San Agustin , que por Enós se
prefiguró la sociedad de aquellos hombres que no po
nen su esperanza en la felicidad terrena, sino en la
eterna. Wouters.

CAPITULO V.
I.
- Si se computan los años , que segun la Vulgata,
vivió Mathusalen , se infiere que vivio hasta el dilu
vio ó despues del diluvio. En el arca «o pudo salvar
se pues consta al cap. 7. v. 13. que en ella no entra
ron mas que Noé y Seni, Can y Japhet, su mu-
ger, y las tres mugeres de sus hijos : ¿cómo se salvó ha
biendo perecido en el diluvio todos los que lío estu
vieron en el arca?
R. Esta dificultad ha dado bastante que hacer á
los PP. y Expositores. San Agustin dice que ha na
cido de la inexactitud de los códices, y que consta
de los mas verdaderos, que Mathusalen murió seis
años antes del diluvio. Tirino, siguiendo á los he
bréos, dice: que Mathusalen murio siete dias antes
que empezase el diluvio. De este modo su último año
no fué completo sino empezado , y así se salva toda

CAPITULO VI. y IX. i

V. 3. Serán Jos dias del hombre ■ciento y veinte años.


.-■■ V. 28. Vivió Noe despues dej diluvio trescientos
cincuenta años. No se compone lo .uno con lo otro.
R. No se oponen los dos textos. Quando Dios di-
xo : que los dias del hombre no serian mas que cien
to y veinte años, no señaló la vida de cada uno de
los hombres : sino que no daba á los hombres de tér
mino para que hiciesen penitencia , sino ciento y
veinte años: y sino la hacian vendria el diluvio, y
acabaria con ellos. "No se han de entender aque-
«llas palabras, dice San Agustin, como si Dios hu-,
«biera dicho , que despues no habian de tener los
^hombres mas que ciento y veinte años , constándo-
«nos que aun despues del diluvio vivieron algunos
«quinientos años... aquellos ciento y veinte años se
«entienden de la vida de los hombres, que habian de
«perecer, los quales pasados morírian en el diluvio."
Lo mismo dicen San Juan Crisóstomo y San Geró
nimo. ■ i■..■ <
CAPITULO VIL

-:
V. 2. De todos los animales limpios siete y siete,
macho y hembra. De los animales é inmundos dos y dos,
macho y hembra : ¿ cómo podia Noé cumplir este man
dato? La división de los animales en limpios é in
mundos no se hizo hasta despues de ochocientos o-
chenta y siete años del diluvio , como consta del
cap. ii. del Levitico. ¿Cómo podia saber Noé qua
les animales eran limpios , y quales inmundos ?
R. La division de animales en limpios é inmun
dos, que consta del cap. n. del Levitico fué para
que supiesen los animales de que podrian comer los
israelitas. Pero aun en la ley de la naturaleza hubo
por revelacion de Dios, y tradicion de los mayores,
distincion de animales limpios é inmundos, princi
palmente para los sacrificios. Así lo afirman S. Juan
Crisóstoma, Estío 9 Tirina y otros.
CAPITULO IX.
V. 25. Maldito Chanaan ; siervo será de los sier
vos de sus hermanos. ¿Cómo se compone ésto con lo
que dice Ezequiel al cap. 18. v. 20. El hijo no lleva
rá sobre si la iniquidad de su padre ?
R. Quando los hijos no son cómplices en la ini
quidad del padre , y mas principalmente quando no
siguen el exemplo de sus padres, no son castigados
por las iniquidades de sus padres; pero si son cóm
plices , y siguen los vicios de sus padres , entonces
son participantes de sus penas y castigos. Chanaam
fué cómplice en el pecado ; y aún los hebreos afir
man, que él fué el primero que advirtió la desnudez
de Noe , y lo notició á su padre Cham. Y como Cha
naan y sus descendientes fueron malos y perversos,
llevaron sobre sí la iniquidad de su padre ; y se cum
plió la maldicion de Noe , quando los hijos de Israel
entraron en la tierra de promision, é hicieron sier
vos y esclavos suyos, á los que no mataron. Calmet.

CAPITULO XIL

V. 13. Di, pues, te ruego que eres mi hermana. Sara


era mugar de Abraham, como consta del cap. 1 1. v. 29.
¿Mintio aquel Santo Patriarca?
R. Ni Abraham mintió, ni aconsejó á Sara que min
tiese. Entre los hebreos se llamaban hermanos los
tios , los sobrinos y consanguíneos ; y hermanas las
sobrinas y primas: Sara era hermana de Abraham aun
que de distinta madre como dicen unos ; ó por lo me
nos era sobrina, y asi no mintio diciendo que era
hermana suya: asi como no mintio quando dixo,
que Loth era hermano suya Es verdad que era su
B
muger , pero le convenia callar esto , disimulando ma
yormente no habiendo sido preguntado. No falta
quien culpe á Abraham ; pero San Agustin le defien
de contra Fausto , y en la qüest. 26. sobre el Génesis.

CAPITULO XVIIL. ¡ /, ,>.

I.

V. 21. Descenderé y veré si el clamor que ha llega»


tío hasta mí , lo han colmado con la obra ; ó sino es así,
para saberlo.
¿No es Dios infinitamente sabio? No es inmenso
y está en todas partes? Todas las cosas no estan pa
tentes como son en sí a su vista , segun San Pablo á los
hebreos cap. 4? "
R. No ignoraba ni dudaba Dios lo que pasaba en
Sodoma, pero el Señor se acomoda al estilo y modo
de hablar de los hombres. Aquellas palabras no son
de quien duda, sino de quien amenaza. Solemos ha
blar asi amenazando : veremos sino te hago esto:
yo veré si puedo ó no puedo hacer lo que he dicho:
y aunque en Dios no cabe perturbacion , se explica
asi á nuestro modo para darnos á entender, que está
pronto á castigar nuestros pecados quando abusamos
de su .paciencia. Así se explica San Agustin.

CAPITULO XXII.
V. I. Tento Dios á Abraham. ¿Cómo se compo
ne esto con lo que dice Santiago al cap. i.~ v. i#
Dios no tienta a ninguno ? ._ .
R. En las sagradas escrituras dice San Agustin,
se suele decir tentar por probar. Hay dos clases de
tentacion, una de prueba y otra de seduccion. Del
.primer modo nos tienta Dios, enviándonos trabajos
II
y aflicciones , para purificar nuestra virtud , y probar
nuestra fidelidad y constancia en su santo servicio.
Por esto se dice en la Sagrada Escritura al cap. 13.
del Deuteronomio v. 3. WE1 Señor vuestro Dios os
'¡ tienta para saber si le amais." Estas tentaciones son
el crisol en que el Señor purifica á sus escogidos, co
mo el oro se purifica al fuego. Y de este modo tentó
Dios á Abraham , mandándole sacrificar su hijo Isac.
Del segundo modo nos tienta Satanás y nuestra con
cupiscencia, no para aprovecharnos, sino para enga
ñarnos y perdernos. De este género de tentacion ha
bla Santiago y San Agustín.

capitulo xxxn. ,'...


- '.■f! i . - .*.'. :" ... h . ;y.

V. 30. He visto á Dios cara a cara. Mal se com


pone esto con lo que se dice al cap. 4. de la Epist. .1,
de San Juan. Ninguno vio jamas a Dios. Ademas Ja
cob dice: que' pió1 á Dios cara á cara, -y vivió des
pués. Esto se opone á lo que el mismo Dios .dixo á
Moysés al cap. 33. del Éxodo v. 18. No me verá hom
bre alguno y vivirá.
R. Jacob no vió á Dios* Vió sí un Angel , que ha
cia las veces de Dios. Asi lo dice el Profeta Oseas al
cap. 12. v. 3.

CAPITULO xxxvn.

V. 10. iQué quiere decir este sueño que viste ? Aca*


so yo, y-tu madre y tusi hermanos te adoraremos so
bre la tierra2. ¿Cómo Jacob habla aquí de Raquel ha-
hiendo ésta ya muerto , segun se dice al cap. 35. V. 19 ?
Ba
12
R. Oleastro , Cayetano , y algunos intérpretes an
tiguos dicen : que quando José refirio su sueño , no
habia muerto su madre Raquel , y que por esto se
explicó así su padre - Jacob. Pero San Agustin , y el
comun de los Expositores convienen en que ya habia
muerto , y que por madre de José entendio Jacob,
ó bien á Lia hermana de Raquel; ó á Bala que habia
criado á José y sido su nutriz. San Agustin dice : "que
«este texto ó dicho de Jacob, no se puede entender
«sino misteriosamente \ porque no se podía verificar
«en la persona de José cuya madre habia ya muerto.
«Pero que se entiende fácilmente entendiéndolo de
«la persona de Cristo figurado y representado en José;
«pues á Cristo le adoraron aún los muertos, segun
«aquello que dice el Apóstol : le concedió un nom-
«bre que es sobre todo nombre, para que al nom-
«bre de Jesus hinquen y doblen la rodilla todos los
«moradores del cielo, de la tierra y de los infier
anos." Wouters. Del mismo modo lo explica Calmet
fundado en que á Cristo le adoraron su madre Ma
ría Santísima, su padre putativo San José, sus her
manos los Apóstoles; y le reconocieron por verda
dero Hijo de Dios , y le adoraron los angeles , los
patriarcas , los profetas, los demonios- y todas las
criaturas. De un modo y de otro se quita la oposicioa

LIBRO DEL ÉXODO.

CAPITULO XIV.
V. 20. JCLra la nube tenebrosa, é iluminaba ¿anoche.
Si era tenebrosa, ¿cómo iluminaba? ¿Las tinie
blas no son privacion de la luz ?
R, La nube se interpuso entre los hebreos y egyp*
13
cios. Por la parte que miraba á los israelitas era cla
ra y resplandeciente, é iluminaba la noche. Pero por
la parte de los egypcios era tenebrosa y obscura , y
asi los egypcios no pudieron alcanzar á los hebreos.

CAPITULO XX.

Consta que la ley fué dada á Moysés , y promul


gada en el monte Sinaí. ¿Cómo dice Isaias al cap. 2.
De Sion saldrá la ley , y la palabra de Dios de Je-
rusalen2.
. R. En el Éxodo se habla de la ley Mosayca:
Isaias de la ley Evangélica. Aquella fué dada á Moy
sés en el monte Sinaí. Esta salió de Sion, y la pala
bra evangélica de Jerusalen, despues de la venida
del Espíritu Santo; pues allí empezaron los apósto
les á predicarla. y promulgarla.

H.

V. g. To soy el Señor fuerte , celoso, que visita la


iniquidad de los padres sobre sus hijos hasta la terce
ra y quarta generacion de aquellos que me aborrecen.
Esto parece es contra lo que dice Ecequiel al
cap. 18. v. 19. El hijo no llevará la iniquidad de su
padre.
R. El Éxodo habla del tiempo del antiguo testa
mento que era tiempo de terror, de severidad, de
venganzas y castigos. Ezequiel del nuevo testamen
to, , tiempo de amor, de mansedumbre y de gracia.
El Éxodo de penas temporales. Ecequiel de penas eter
nas. Para inteligencia de esto conviene saber , que
de dos maneras puede entenderse el que Dios visita
ó castiga el pecado de los padres en los hijos. Ó de
*4
modo que el pecado del padre redunde en los hijos
haciéndolos participantes de lá culpa, constituyén
dolos verdaderos pecadores, y reos de maldicion. De
este modo solamente hemos participado del pecado de
Adan todos sus hijos, y justísimamente, porque todos
pecamos en él. Y así todos somos concebidos en pe
cado, todos nacemos pecadores, y reos de muerte y
de condenacion. Ó de modo que la pena ó castigo
de los pecados personales de los padres recaiga en los
hijos, pero no el pecado. La pena ó castigo de loa pe
cados personales es de dos maneras. Una eterna en el
infierno, y otra temporal que se sufre en esta vida.
De ésta sin duda habla el Éxodo, porque así como
las promesas y bendiciones de la ley de Moysés eran
temporales ; así las conminaciones y penas deben
ser temporales. Estas penas ó males temporales , co
mo son la servidumbre , la enfermedad , el destierro,
la muerte, por sí ni son buenas ni malas; sino ta
les qual es el que las sufre. Quando'las padecen los
hijos inocentes que no han pecado, ni han seguido
el mal exemplo de sus padres, no son respecto de ellos
penas; sino penalidades y molestias, materia para
ellos de virtud y merecimientos semejantes á aque
llos trabajos , que Dios envia muchas veces á sus ma
yores amigos para acrisolar su fidelidad. Pero respec
to de los padres que pecaron, y que fueron causa de
lo que padecen los ¡hijos inocentes , son verdaderas
penas y castigos: ¿puede un padre dexar de afligir
se y de padecer viendo a sus hijos inocentes ator
mentados por pecados que ao han cometido?
. ■■■■ -• ■ - . ■• . - •


XS
CAPITULO XXX.

V. 1 2. Quando hicieres el censo de los hijos de Is


rael, segun su número , cada uno dará al Seríor precio
por su alma ; y una, vez que estén alistados no habrá
plaga entre ellos. David, como consta del segundo li
bro de los Reyes al cap. 24 v. 15. mando hacer el censo
de los hijos de Israel y de jfuda , por lo qual murie
ron setenta mil hombres. ¿ En qué consistio esta plaga?
R. Dios mandó á Moysés que hiciese el censo de
los hijos de Israél , y que cada uno diese al Señor
el precio por sus almas. Este censo no debia hacerse
sino por mandado de Dios, ó por una grave necesi
dad, y con la condicion de pagar el medio siclo pa
ra gastos del Tabernáculo, ó de los sacerdotes, en rer
conocimiento del supremo dominio de Dios, y en ho.<
nor suyo, David llevado acaso de vanidad y presun
cion faltó á lo uno y á lo otro. Sin mandato de Dios
y sin necesidad urgente, mandó numerar los hijos
de Israél y de Juda, sin cuidar de que cada uno
pagase el precio establecido por sus almas. Esta fué
la causa de que irritado Dios castigase su pecado con
la muerte de setenta mil hombres. Tirino.

. CAPITULO XXXIII.

V. 7. Moysés quitando el Tabernáculo le pusofuera


léjos del campamento, y le llamó Tabernáculo de la alian
za. ¿Cómo pudo ser esto, si aún todavía no estaba
hecho el Tabernáculo , ni se erigió hasta, mucho des
pues, como consta de los cap. 39. y 40?
R. Habia dos Tabernáculos, uno menor y otro ma
i6
yor. El menor fué hecho mucho antes que el mayor:
estaba en el campamento, y servia como de sagra
rio donde concurría Moysés y el pueblo, para consul
tar á Dios y orar. Moysés le separó" de los reales en
castigo del pecado, que fué una especie de excomu
nion. El Tabernáculo de que se habla á los cap. 39.
y 40. fué el mayor.

CAPITULO XXXiV.

I.
V, 12. Guardate de hacer jamás amistades con los
hombres de aquella tierra. No hagas pactos con los hom
bres de aquella region. No permitas que tus hijos se ca
sen con sus hijas. Por esta ley , segun los Expositores,
estaba prohibido á los judios contraer matrimonio,
no solo con las cinaneas, sino tambien con las hijas
de los demás gentiles é idólatras. ¿Pues cómo al cap.
20. del Deuteronomio v. 10. dice Dios á Moysés: quan-
do te acercases para conquistar alguna ciudad, la ofre
cerás primeramente la paz2. Luego podian hacer pactos.
Ademas: ¿cómo al cap. 21. dice Dios al mismo Moy
sés: sifueres á pelear contra tus enemigos, y vieres entre
los cautivos alguna muger hermosa y te gustase, y la
quisieses por muger , la entrarás en tu casa , se raerá
los cabellos , se cortará las unas , se despojará del ves
tido en que fué hecha cautiva , llorará por un mes á su
padre y su madre, y despues entrarás á ella, dormirás
con ella , y será tu muger ? Fuera de esto , si los judios
no podiañ casarse con las hijas de los que no eran de
su pueblo, ¿cómo Salmon casó con Haab cananea,
Matth. 1. v. 5. ? ¿ Booz con Ruth moabita, 22. Ruth 4?
¿Sanson con una filistea, Judie. 16? ¿David con Maa-
cha, hijas de Tolmai, rey de Gener, cananeo, 2. reg. 3.
3.? ¿ Salomon eon mugeres idólatras, y Ester con A-
«uero ?
*7
R. El Señor prohibió á los judios hacer pactos y
amistades con los cananeos y gentiles , y casar sus
hijas ó hijos con los hijos ó hijas de los incircunci
sos por razon de la idolatría , y por evitar la ruina
espiritual que podrian causarlos. Por esto les dice al
v. 13: que destruyan las aras, que hagan pedazos
las estatuas, que quemen los bosques de sus ídolos , y
que no adoren los Dioses agenos. No queria hiciesen
pactos ó amistades con los idólatras, no fuese que
despues de sus sacrificios los convidasen á comer de
las carnes inmoladas á sus ídolos. Tampoco queria ca
sasen sus hijos con las hijas de los infieles, no fuese
que ellas con su exemplo, con sus ruegos y halagos,
hiciesen á sus mandos participantes de sus abomina
ciones, y ofreciesen cultos y sacrificios á sus falsos
Dioses. Y en efecto habia este peligro quando ellas se
mantenían en sus errores é idolatría, como sucedió
con Salomon, que habiéndose casado con mugeres
moabitas, ammonitas, é idumeas, le hicieron preva
ricar y ofrecer inciensos y sacrificios á todos sus ído
los. Por lo qual es muy reprendido en la sagrada es
critura , y se duda de su salvacion. Pero quando no
habia peligro; quando las hijas de los gentiles dexa-
ban la idolatría, y abrazaban el culto del verdadero
Dios , entonces podian hacer pactos , como los" hicie
ron David con Achy , Salomon con Hiran, y los Ma-
chabeos con los Romanos; y casarse con sus hijas,
como consta del cap. 20. y 21. del Deuteronomio,
así lo hicieron Salmon, Booz y David. Es verdad
que Sanson casó con una filistea sin dexar de ser li-
listea ; y Estér con Asuero sin dexar de ser idólatra;
pero esto lo hicieron por especial instinto y dispo
sicion dé Dios, que apartaba los peligros de subver
sion, y ordenaba aquellos matrimonios á la salva
cion de su pueblo. Tirino.
LIBRO DEL LEVÍTICCX

CAPITULO XIL

V. 3. V-/rdenó Dios las ceremonias con que se le


habian de ofrecer holocaustos , la? víctimas y sacrifi
cios de bueyes, cabras, ovejas, la sangre y grosura
de los animales, y se dice: eran al Señor aceptables
y agradables. ¿Pues cómo al cap. 1. de Isaias v. \\.
repudia el Señor las víctimas , y dice : que no quiere,
ni le son agradables los holocaustos de carneros , la gro
sura de los animales gordos , la sangre de los becerros,
de los corderos , y machos de cabrio ?
R. Dios , ya para apartar á los israelitas de la ido»
latría á que eran muy propensos: y ya para que le
ofreciesen cultos como á supremo Señor de la vida
y muerte, mandó le ofreciesen sacrificios y víctimas
de animales. Pero no se contentaba con solo el culto
exterior j exigía principalísimamente el cuitó interior
de un corazon puro, contrito y humilde. Quando el
culto interior acompañaba al exterior , y quando los
sacrificios iban acompañados de las buenas obras le
eran aceptos y agradables. Los judios en tiempo de
Isaias eran abominables por sus injusticias: se habian
entregado á todo género de iniquidades; y teniendo el
corazon manchado, multiplicaban sus víctimas y sa
crificios , juzgando que así aplacaban á Dios y espia
ban sus pecados. El Señor los desengañó por Isaias
haciéndoles conocer , que si querían que sus víctimas
y holocaustos le fuesen agradables , debian labarse y
purificar sus conciencias con una verdadera penfren.*.
ciaj humillarse en la presencia de Dios , y apartase de
T9
lo malo, obrar bien, no faltar á lo justo, socorrer al
oprimido, amparar al pupilo, y defender á la viuda,

CAPITULO XVIL

V. 3. Qualquiera hombre de Israél, que (natare un


buey, ó una oveja, ó una cabra en el campamento, ó
fuera del campamento , y no ofreciese al Señor oblacion
á la puerta del Tabernáculo, será reo de sangre: A el
cap. 18. del libro 3. de los Reyes v. 33. consta: que
Elias mató un buey y le sacrificó en el Carmelo, sin ofre
cer oblacion á Dios á la puerta del Tabernáculo. ¿ Fué
reo de sangre ?
R. Quería Dios, dice San Agustín, que los legos
no se arrogasen el derecho de ofrecer sacrificios : que
ría que los sacrificios y oblaciones se hiciesen á la
puerta del Tabernáculo; y no en cuevas, bosques ó
alturas, como los hacían los gentiles á sus ídolos, y
por esto mandó: se tuviese por reo de sangre á el que
sacrificase fuera del campamento, ó en el campamen^
to , sin ofrecer oblacion á Dios á la puerta del Tá
bernáculo. Dios que puso esta ley dispensó de ella á
Elias , y le mandó sacrificase en el Carmelo. Y quan-
do el que hizo la ley manda hacer una cosa, que pn>
hibió en la ley, su mandato se tiene por ley, porque
él es autor de la ley. No faltarían otros milagros ade
mas del sacrificio, para superar y convencer á los Pro
fetas de Baal ; pero el espíritu de Dios estaba en Elias,
y nada de quanto hizo pudo ser contra la ley ; por
que él era el dador de la ley. San sfgustin, qtteest. 57.
in Levit.

C a
/
20
CAPITULO XVIIL

V. 1 6. No descubrirás las vergüenzas de la muger


de tu hermano , ¿pues cómo en el Deuteronomio al
cap. 25. v. 5. se manda que si uno de los hermanos
muere sin sucesion , el otro hermano tome por muger a
la viudal
R. Porque el Levítico habla viviendo el herma
no, ó en caso que haya sido repudiada, como ad
vierte San Agustín quest. 61. in Levit. Y en el Deute
ronomio se habla del caso en que haya muerto el her
mano, y no haya dexado hijos.

CAPITULO XIX.

V. 19. No hagas que tu jumento se junte , 6 tenga


acceso con animales de otra especie. ¿ Pues de dónde los
hijos de David tenían aquellas muías en que subie
ron , y huyeron despues de la muerte de Amnon , co
mo consta al cap. 13. del 2. de los Reyes v. 29? De
dónde tenia David aquella muía en que subieron a Sa
lomon para proclamarle Rey , como se dice al 3. de los
Reyes cap. 1. v. 33 ?
R. Aunque á los judios prohibió Dios la mezcla
de animales de distintas especies, podian tener, y
efectivamente tenían mulos y muías, ya porque los
llevaban á vender desde Thogorma ó Frigia, como
dice Ezequiel al cap. 27. v. 14." ya porque los envia
ban á comprar á Coa y Egipto : y tambien porque , si
creemos á varios autores, en la Siria y Capadocia pa
ren las muías , y la Siria está vecina de la Judéa.
Tirina.
.7 '• II. 31

V. 27. No os cortareis el cabello en redondo , ni os


raereis la barba. Al cap. 21. v. 5. dice de los Sacer
dotes no se raerá la barba ni el cabello. Lo mismo se
dice al cap. 44. de Ezequiel v. 20. ¿ Cómo se compo
ne ésto con lo que dexa dicho al cap. 14. v. 8. y 9.
de los leprosos : se raerá el hombre todos los pelos
de su cuerpo y de la cabeza , y de la barba y de las ce
jas ? Con lo que se manda al cap. 8. de los Números
v. 7. i los Levitas se raigan todos los pelos de su carnet
Además ¿Cómo Esdras se arrancó los pelos de su ca
beza y de su barba, segun consta de su lib. 1. cap. 9.
v. 3? ¿Cómo los que fueron á Masphat á ofrecer do
nes en la casa del Señor llevaban raida la barba, co
mo dice Jeremías al cap. 41. v. 5? En esto parece
hay oposicion.
R. No hay oposicion ninguna. Solían los gentiles
cortarse los cabellos en redondo, y ofrecerlos á sus
ídolos : aun los jóvenes se raian la primera barba , ó
bello , y lo ofrecían á Adonis como en primicias ; y
cuidadoso el Señor de apartar á los judios de todo
quanto podía tener resabios de idolatría , les prohibió
raerse el cabello y la barba, del modo y con el fin que
lo hacían los gentiles. Tambien acostumbraban raerse
el cabello y la barba en los funerales, como en señal del
sentimiento y de afliccion , lo que vedó Dios á los Sa
cerdotes, por el decoro con que debian grangearse el
respeto del pueblo. Pero fuera de estos casos , y quan-
do no intervenía supersticion ni peligro de idolatría,
podían los judios raerse ó cortarse el cabello y la bar
ba, como lo hizo Esdras y otros. Tirina.
32
CAPITULO xm
I.

V. 2£. De mano del extrangero no ofrecereis panes


á vuestro Dios, ni cosa alguna que quisiere dar, por
que todas sus cosas son corrompidas y manchadas. Es
tiras recibió del Rey Darío todo lo que era necesario
para reedificar el templo de Jeruralen, y becerros*, cor
deros , machos, trigo, sal, vino, aceyte, para ofrecerlo
en holocausto á Dios : así consta del lib. "1. de Esdras
cap. 6. Al cap. 3. del 2. de los Macabeos v. 3. se dice:
los mismos Reyes y Príncipes (gentiles) tenían al tem
plo (de Jerusalen) por digno de sumo honor , y le ilus
traban con grandisimos dones ; tanto qu; Seleuco Rey del
Asia, daba de sus rentas quanto era necesario paralos
gastos y ministerio de los sacrificios. ¿ Pecaron Esdras
y los Macabeos contra lo mandado en el Levitico ?
R. No pecaron. Lo que prohibió Dios en el Levi
tico fué , que los gentiles ofreciesen por sí mismos
inmediatamente á Dios los dones, las oblaciones y
sacrificios. El rey Darío , Seleueo y otros príncipes hi
cieron muchos dones al templo, para gastos y sacri
ficios ; pero ellos no hacian las oblaciones á Dios por
sí mismos , sino los Sacerdotes.

CAPITULO XXVI.

V. 1. No os hareis ídolo, ni escultura, ni hareis


títulos , ni pondreis señaladas piedras en vuestra tierra
para adorar.
Al cap. 6. del libro 3. de los Reyes consta, que
Salomon por orden de Dios mando hacer dos Querubi
nes de madera de olivas en el oráculo del templo : á el
cap. 28. del Génesis v. 18. consta tambien, que Ja
cob tomó la piedra , que le habia servido de cabecera y
la puso por titulo: al 24. del Éxodo, v. 4. se dice: que
Moysés edificó un altar , y doce títulos por los doce tri
bus de Israél: al cap. 4. de Josue, v. 4. que Josue puso
doce piedras en el campamento , y otras doce en la cor
riente del rio: y por último al cap. 13. del lib. 1. de
Jos Macabeos v. 27."nos dice la Sagrada Escritura : que
Simon Macabeo edificó un sepulcro para su padre y
sus quatro hermanos muy alto de piedra labrada , y
erigió siete columnas y piramides. \ No se opone todo
esto á la ley citada del Levítico?
R. En nada se oponen estos hechos á lo que Dios
mandó. El Señor mandó, que no hiciesen ídolos, ni
esculturas , ni alzasen títulos , ni pusiesen piedras pa
ra adorarlas. Pero no les prohibió hacer imágenes , es
culturas , poner títulos y piedras , ó en honor suyo,
6 en memoria de los beneficios que habia hecho á los
hombres , ó de los milagros que habia obrado á fa
vor del pueblo de Israel. No habiendo pues peligro
de idolatría , ni haciéndolo con el fin de tributar á es
tas cosas la adoracion y culto que se debe á Dios so
lo, no está vedado el uso de las imágenes, ni la erec
cion de las piedras, títulos y piramides. Y así, ni
Moysés, ni Jacob, ni Josue, ni los Macabeos que
brantaron la ley del Levítico.

LIBRO DE LOS NÚMEROS.

CAPITULO IIL
V. 39. JL odos los levitas que numeraron Moysés y
Aaron , segun el precepto del Señor por sus familias en
el género masculino de un mes arriba , fueron veinte y
dos mil.
Aquí hay sin duda algun error ó equivocación.
24
Si se suman las partidas hacen veinte y dos niíl y tres*
cientos. Los hijos de Leví fueron tres. Gerson, Caath
y Merari. De los hijos de Gerson , se numeraron siete
mil y qninientos. v. 22. De los hijos de Caath, ocho mil
y seiscientos: v. 28. De los hijos de Merari, seis mil dos~
cientos, v. 34. juntas estas partidas hacen un total de
veinte y dos mil y trescientos. Parece pues que está
errada la cuenta de arriba. •
R. Aunque de las partidas resultan veinte y dos
mil y trescientos, estos trescientos no debian incor
porarse en la suma. Estos eran los primogénitos pro
creados por los levitas despues de la salida.de Egip
to; y por razon de su primogenitura eran ya pro
pios de Dios, y por tanto no debian entrar en. el nú*
mero de los otros levitas que habian de conmutar
se , y habian de ser substituidos y apropiados á Dios,
por los primogénitos de la otras tribus. En cuya a-
tencion no hay equivocacion ninguna. Pedro Comes-
. tor y otros citados por Tirino. ,
■V.i' CAPITULO; ¿ ". ;.i- "?'". .

V. 29. Dixo Moysks á Hobab , hijo de Raguel Ma~


dianita, deudo suyo, tú serás nuestro qonductor , pues
sabes los lugares en que debamos acampar en él desier
to. Esto es contra lo que se dice al cap. 13. del Éxo
do v. 21. El Señor precedia (á los israelitas) para ma
nifestar el camino., por el dia en una nube, y por la no
che en una columna de fuego para ser conductor en uno y
otro tiempo. ¿Cómo .siendo Dios su conductor, que
ría Moysés que lo fuese Hobab?
R. Aunque Dios conducia á los israelitas, y por
medio de la nube manifestaba el lugar donde habian
de.fixar el. campamento* ■no, prohibio ¡que- Moysés se
«5
valiese de los medios y arbitrios humanos , para .dis
poner el campamento en términos que hubiese fuen
tes y mayor comodidad para el pueblo : y como Ho-
bad era perito en aquella tierra, quería aeonsejar.se
de él; no por desconfianza de Dios, sino para proce
der con toda prudencia y precaucion. Tirino.

CAPITULO XI.

V. 14. No puedo yo solo soportar todo este pueblo>,


porque es carga muy pesada para mí. ¿Cómo? ¿Si que
da dicho al 18. del Éxodo v. 24. que por consejo de su
suegro Jetro, eligió hombres ilustres de todo Israél, y
los constituyó Príncipes del pueblo, Tribunos, Centurio
nes, Quinquagenarios y Decanos, para que juzgasen en
■todo tiempo á la plebe ? .
R. Aquellos que eligió Moysés por consejo de Je-
tro, juzgaban la plebe en las cosas menores y mas
fáciles. Las cosas graves, y las que pertenecían á la
religion quedaron á cargo de Moysés. Estas eran mu
chas , y á ellas se juntaban los recursos continuos de
un pueblo inconstante, amigo de sus conveniencias,
cuyo despacho y resolucion dependía de solo Moy
sés. Lo qual era mucha carga para él solo. ; «'\■I
• ■.. . .'. ;V. '.."j-j •■■•.■ '• . ; . ■ r. .'i. ■• : íí. i" .'-í :j¡í •.i ■■

CAPITULO XIL ... :..«.


Ai ■ ' \ X j

V. í. T habló María y Aaron contra Moysés por


causa de su muger Ethiopisa, ¿Cómo podía ser Ethio-
pisa si era de Madian hija de Jetro , segun se dice al
cap. 2. del Éxodo v. 16. y 21 ?
, ■ R. Hay dos Ethiopias , una occidental en el Africa:
D
2*6
otra oriental que comprende la Arabia , Sabá , Ma-
dian y otras regiones. No faltan Autores que dicen,
que la Ethiopisa por la qual riñeron María y Aaron
contra su hermano Moysés, fué distinta de Sephora.
José, Eusebio, San Isidoro y los hebreos son de esta
opinion. Pero San Agustin, Theodoretoy otros sierjn
ten , que fué Sephora hija de Jetro ; y el Abulense se
persuade, que el motivo de la disension contra Moy
sés no fué porque Sephora fuese ó no Ethiopisa, ó ne
gra ; sino porque se dexó llevar de la presuncion, y co
mo muger de Moysés, Príncipe supremo del pueblo,
quiso ser preferida á María. Wouters.

CAPITULO XVI.
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.,. , I. '•..-■. - i . v •*..■■ ■
,■•-.. .• --. • -.... \ ■ . -' ■•.•... .: .
V. 32. Abriendo la tierra su boca los tragó (á Co
re, Dathan y Abiron) con sus tiendas , y todos sus bie
nes : v. 35. y saliendo fuego del Señor mato los doscien
tos cincuenta hombres que ofrecían el incienso. ¿Pues
cómo al cap. 26. v. ió. se dice: ocurrió un grande mi
lagro , que pereciendo Core , no perecieron sus hijos ?
R. Pereció Core: perecieron Dathan y Abiron, y
los hijos de éstos : perecieron los Tabernáculos y sus
bienes; mas no perecieron los hijos de Core, ó bien
porque estaban inocentes, ó porque se opusieron á la
maldad de su padre. Tirino.

capitulo xvra.

1.. V. 20. Dixo Dios a Aaron-. en Ta tierra de ellos


{los hebreos) nada poseereis ni tendreis parte entre ellos:
yo soy tu parte y heredad enmedio. de los hijos de. Jr
87
raél. Parece que se opone á esto lo que se dice al
c.ip. 35. v. 2. de este mismo libro. Manda a los hijos
di Israél, que de sus posesiones den a los Levitas ciu~
dxdes para habitar, y sus exidos en circuito: para que
ellos miren en los pueblos , y en sus contornos esten sus
ganados y jumentos.
R. No quería el Señor que los Levitas y Sacerdo
tes dedicados á su culto se implicasen en el cultivo
de los campos , ni en los negocios de lo terreno , pa
ra que así estuviesen expeditos para cumplir los mi
nisterios del templo y del Culto. Mas no por esto
dexó de atenderlos para su subsistencia. No tuvieron
posesion, ni parte en la distribucion de la tierra,
pues las quarenta y ocho ciudades que les asignaron
con sus contornos, no fueron por repartimiento, si
no por cesion que les hicieron las demás Tribus , pa
ra que tuviesen donde habitar y pastar sus ganados.
Sin embargo , las riquezas y bienes del Tribu de Leví
eran superiores á las de las otras Tribus en particular.
Dios se constituyó su parte y heredad, y les conce
dio la décima parte de todos los frutos de las doce
Tribus. De diez partes sola la Tribu de Leví se lle
vaba una parte, y las nueve partes restantes se re-
partian, esto es, las participaban las otras doce Tri
bus. De modo, que siendo la Tribu de Leví la me
nor de todas en el número de familias é individuos,
recibía mas :que cada una de las otras. Quántas fue
sen las riquezas de los Sacerdotes , se p^uede inferir de
que siendo entonces tres solos ios Sacerdotes, Aaron
y sus dos hijos , y los Levitas de treinta años arriba,
ocho mil quinientos y ochenta: los Levitas tenían que
dar á los Sacerdotes la décima de los diezmos que
recibian de los israelitas ; y así solos tres Sacerdotes
recibian la centésima parte de todos los frutos de mas
de seiscientas mil personas. Y aunque despues fué ma
yor el .número de Sacerdotes, tambien fué mayor y
D 2
28
se aumentó el número de contribuyentes. Ni coiv
sistianlas riquezas de los Sacerdotes solamente en las
décimas. Eran tambien suyas todas las primicias de
todos los frutos anuales, que segun San Gerónimo,
componian la ■> sexágesima parte de quanto se cogia
anualmente en la Palestina. Además todas las obla
ciones votivas y libres : todos los dineros que se jun
taban de la redencion de las personas y cosas con
sagradas por. voto: todos los primogénitos de bueyes,
ovejas y cabras, que se pagaban en propia especie:
todos los primogénitos de jumentos y hombres , que
ó se permutaban , ó se redimían á dinero : todas las
víctimas que se cfrecian por pecado ó delito : el pe
cho y espinazo de las hostias pacíficas: las pieles de
los holocaustos: las primicias de las cochuras de pan;
y todo con la particularidad de que quanto se ofre
cía se pagaba de lo mejor. ¡Quántas serian las rique
zas de los Sacerdotes y del Tribu de Leví! Siendo in
comparablemente menos lo que reciben los Sacerdo
tes de la ley de gracia ¡ quánto se les zayere ! Wouters
y Tirino.1 :>■ <on.' ■".■ . .J .'. , ■:.'■■>
-■..■.■ < -■> l CAPITULO XXIIL. ':, J . ...
-' '* .J*V> ,'.■..' .''> ' .■ ■ .'■ . " . .'il Í:""> '!■: .ii ! ' ?.
' -'.. vi .
, V. i1. T dixo Balac a Balaan: te he llamado pa
ra que maldigeras á mis enemigos ; y tú al contrario los
bendices ¿cómo al v. 20. dixo Balaan he sido traído
para bendecir , no puedo evitar la bendicion ?
R. Es cierto que Balac llamó á Balaan para que
maldigese al pueblo de Dips, como consta de los ver
sos 6. y 16. del cap. 22. Tambien es cierto que Dios
á la primera cdnsulta que hizo Balaan, respondió que
no fuese con los primeros embajadores; pero habien
do enviado nuevos embajadores, y vuelto á consul
tar al Señor, le dixo: fuese con ellos, con la candi
«9
cion de que hiciese lo que Dios le mandase. Fué , pues,
Balaan, pero siempre con el deseo de hacer la vo
luntad de Balac, por lograr los muchos dones que le
habia prometido. El Angel del Señor le reprendio de
esto" en el camino, como se dice al v. 32. , y le vol
vio á permitir caminase adelante, encargándole de
nueVo que no hablase sino lo que él mandase. Por
último el Señor puso en la boca de Balaan bendicio
nes en lugar de maldiciones ; y se valio de este falso
profeta , para que vaticinase los felices sucesos de la
casa de Jacob, y la venida del Mesías. Por esto, na
da hay de contradicion entre lo que dixo Balac, y
lo que dixo Balaan. Balac le conduxo para maldecir;
pero Dios le permitió que fuese , y le precisó á ben
decir. Wouters y otros.

CAPITULO XXIV.
I.
V. ult. Balaan se volvió á su lugar. Balaan, se-,
gun consta del 23. del Deuteronomio v. 4. era de
Mesopotamia de la Siria i la Mesopotamia de la Siria,
y la tierra de Madian son regiones distintas: si Ba
laan se volvió á Mesopotamia, \ctmo pudieron matar
le los hebreos en Madian , quando conquistaron aquel
Reyno, como y segun se dice al cap. 31. v. 8?
R. Balaan en efecto tomó el camino para su tier
ra; pero detenido acaso algunos dias en alguno de
los pueblos de Madian, sobrevino entretanto la con
quista de aquel Reyno , y como los hebréos pasaron
á cuchillo todo los hombres, mataron tambien á Ba-
\¡axuWouten. -l .A ^ ii .'. ■'".■'■ 'n «■•'-.■ - -V..

. . i :■'.''« ,: ,. . .¡. /.i" .:.■'" .=.: i.A :'' *í-; :"-■ ¡11 lib
3° CAPITULO XXXVI. ,;3

V. 7. y 8. Todos ios varones tomarán mugeres de su


Tribu y cognacion ; y todas las mugeres tomarán mari
dos de su misma Tribu, ¿pues cómo al 21. del Deu-
teronomio se permite á los judios ca.arse con las muge-
res cautivas i ¿Cómo David y otros tomaron muge-
res de otros Tribus, y de distinta cognacion, y en es
to no fueron reprehensibles?
R. La ley que coa motivo de las hijas de Saphat
se puso al cap. 36. se entiende únicamente de aque
llas mugeres que eran herederas de sus padres ; y esto
á fin de que la heredad no pasase á otra Tribu. Pero
si la muger no era heredera podia casarse con hombre
de otra Tribu, como lo hizo David, que era del Tribu,
de Judá, con la hija de Saul, que era de la Tribu
de Benjamín: Isabel, que era del Tribu de Judá, con
Zacarias , de la Tribu de Leví : y por lo tocante
al Deuteronomio tampoco se opone á dicha ley , pues
habla de las mugeres cautivas gentiles , las quales no
tenian parte ni posesion en IsraéL Wouters.
-. i * ■ .*
LIBRO DEL DEUTERONOMIO.

CAPITULO IV.

:-■.? v,:'-7\t v ' : i .-■: ;

V. 3. jl\o añadireis á la palabra que os habhr


ni quitareis de ella : segun esto nada se debe aña
dir ni quitar de los mandamientos, ni á las reve
laciones que Dios intimó á Moysés. ¿ Pues cómo se
31
hicieron tantas adiciones por Josué, por los Jueces
y por los Profetas? ¿Cómo se han añadido tantas
leyes eclesiásticas y civiles?
R. Dios no prohibio qualquiera adicion á lo que
habia revelado á Moysés, sino las adiciones contra
rias, opuestas, voluntarias, repugnantes y adulte
rantes. De otra suerte, nada hubiera revelado á los
demás Profetas y Apóstoles, y sus libros deberían
estar prohibidos ; pues en ellos se contienen muchos
dogmas y preceptos sobre los que reveló á Moysés.
Ni los judíos pensaron jamás que les estuviese prohi
bido formar nuevas leyes, así eclesiásticas como ci
viles, segun lo exigían las circunstancias de los tiem
pos. En tiempo de Saul, de David, de Salomon y
de otros Reyes se hicieron algunas leyes que obser
varon religiosamente. En tiempo de Judith, de Mar-
doqueo , y de los Macabeos, se añadieron algunas
fiestas á las fiestas mosayeas , sin que por esto se opu
siesen á lo ordenado por Moysés. La ley dada á éste
debe entenderse con iimitacien, y las adiciones que
prohibio fueron las correspondientes á el culto, á ios
sacrificios y víctimas. Eran los judíos muy propen
sos á la idolatría y á los ritos supersticiosos de los
gentiles. Por esto , tanto aquí como al cap. 1 2. desde
el v. 28. les dice y manda , que se abstengan.de sacri
ficarle los animales inmundos que las gentes onecían
á sus ídolos ; y que nada hagan , sino lo que el Señor
les manda, sin añadir ni quitar, y sin dexarles fa
cultad para ofrecerle mas animales, ó aves, que las
señaladas en la ley ; y estos, en los tiempos, y se
gun los ritos y ceremonias reveladas á Moysés ; y así
ni las leyes eclesiásticas, ni las civiles estan prohibi
das; antes bien están inclusas en esto mismo. Prue
ba de ello es, que al cap. 17. de este libro se manda
obedecer los preceptos del Sacerdote y de los Jueces.
JBelarminoy otros. '..-.■ :.:■■ ,- ¡ . >,
32
CAPITULO V.

V. 3. El Señor , Dios nuestro, hizo alianza con no


sotros en Horeb. No hizo pacto, con nuestro padres,
sino con nosotros. ¿Cómo se compone esto con lo que
se dice al cap, 15. del Génesis v. 18. En aquel diahi*
zo el Señor pacto con Ahraham ? .
R. El pacto que el Señor hizo con Abraham , fué
muy distinto del que hizo con Moysés y con todo el
Pueblo. Por aquel ofreció Dios á Abraham dar á sus
descendientes la tierra de promision. Por éste se la dio
y entregó, y además por esta pacto aceptó Dios á los
israelitas por Pueblo especial suyo; ligándole con le-
' yes , ritos y ceremonias , y ellos á el Señor , por su
único Dios , obligándose á la observancia de sus man
damientos y preceptos. Y así pudo decir Moysés , que
el Señor np habia hecho pacto semejante con sus pa
dres. Tirino.
CAPITULO XIL

V. !#i Si quieres comer y te dekytan las carnes, mata


y come segun la bendicion del Seuor , tu Dios , que te dio
en tus ciudades , sea inmundo , esto es manchado y débil:
ya sea limpio , esto es , entero y sin mancha , que puede
ser ofrecido. Pero al cap. 14. v. 3. se dice: no comais
ios cosas que son innundas, ¿cómo se compone lo uno
con lo otro?
- ■ R. Habia animales que se podian comer y sacri
ficar, como el buey, la cabra, la oveja, la paloma:
habia otros que podian comerse, y no podian ofre
cerse en sacrificio , como el bufalo , el ciervo y otros;
y otros que ni podian comerse ni sacrificarse, como
el cerdo, la liebre y otros. Estos últimos eran entera
y absolutamente inmundos. Y de estos habla Moysés
al cap. 14. v. 3. En el cap. 12. v. 15. habla de aque
llos animales que pudiéndose sacrificar por su natu
raleza , eran inmundos por haber nacido manchados^
y por ser defectuosos , ó por haberse estropeado , y
no podian ser ofrecidos; y de aquellos les era lícito
comer, aunque no servian para los sacrificios. Y así
no hay contradicion. Tirino y otros.

CAPITULO XIV.

V. 22. Separarás el diezmo de todos los frutos tu


yos , que nacen en la tierra todos los -años , y comerás
en la presencia del Senor tu Dios , en el lugar que esco
giere , para que sea invocado en él su nombre , el diez
mo de tu trigo , y vino y aceyte , y los primogénitos de
sus bocadasy ovejas : al v. 28. De tres en tres años se
pararás otro diezmo de todo lo que nace en aquel tiem-'
po,y lo reservarás dentro de tus puertas , y vendrá el
Levita que no tiene otra parte , ni heredad contigo , y
el extrangero ,y el huérfano y la viuda , que están den
tro de tus puertas, y comerán y se saciarán. ¿Pues no
dixo e^l mismo Dios al cap. 18. de los Números, v.
21. A los hijos de Leví los he dado todos los diezmos
de Israél en posesion , por el ministerio que exercen en
el Tabernáculo de la alianza ? Estos lugares parece se
oponen^entre sí, ó son difíciles de entender.
R. A la primera vista parece, que por estas dis
posiciones del Deuteronomio se anula lo dispuesto en
el libro de los Números. Pero bien considerado no se
anula nada; no hay oposicion de los textos, y son
faciles de entender. Habia tres géneros de diezmos:
unos se pagaban íntegros y en propia especie á los
E
ñrosevitas, y de estos habla el cap. 18. de los Núme-r
v. 21. Otros los separaba el cogedor, ó el la
brador ; y los guardaba y llevaba quando iban á
Jerusalen, y los comían convidando á los Sacerdo
tes y Levitas. Pero si el camino era largo vendian
estos diezmos , y con su importe compraban en Je
rusalen todo aquello que gustaban para celebrar sus
banquetes y convites; y de estos se habla al cap. 14.
de este Libro v. 22. Y habia otra clase de diezmos,
que se separaban cada tercer año , y estos eran pa
ra repartirlos á los pobres, á las viudas, huérfanos y
Levitas por modo de limosna : y de estos se habla al
28. y 29. de este mismo capítulo. Y así se aclara la
dificultad. San Gerónimo, Theodoreto. Wouters y otros.

CAPITULO XV.

I.

V. 3. De ninguna manera habrá entre vosotros ne


cesitado ni mendigo , ¿ pues cómo el v. 1 1 . dice : no fal
tarán pobres en la tierra de tu habitacion ? Sino fal
táran pobres, tampoco faltarían necesitados y men
digos.
R. Una cosa es cuidar que no haya necesitados ni
mendigos, y otra conseguir que no los haya. El Señoj
mandó y prohibió que no hubiese meretriz ninguna de
las hijas de Israél, ¿y quién podrá decir que no las hu
bo ? Dios quería establecer la caridad , la liberalidad y
compasion entre los judios, quería que para que no
hubiese necesitados. y mendigos, luego que alguno
viniese á miseria y necesidad, los demás le socorrie
sen , como dice á los . w. 7. y 8. Pero como es tan
facil, segun la vicisitud de las cosas humanas, y la
inconstancia de las cosas de este mundo , venir á ser
pobres los que eran ricos, dice al v. 11. ctNo faltarán.
35
«pobres én la tierra de tu habitacion, y por esto te
«mando que abras la mano á tu hermano necesitado
»y pobre." Este es el medio que les propuso el Señor
para que no hubiese mendigos entre ellos. A pesar de
esto, á el cap. 9. del Evangelio de San Juan, se di
ce que el ciego de nacimiento , á 'quien el Redentor
dio vista, era mendigo, y mendigaba ; y al cap. 3. de
los Hechos Apostólicos v. 2. se lee que aquel cojo, i
quien San Pedro sanó, le ponian todos los dias á
la puerta del Templo para que pidiese limosna á los
que entraban. Y ni el Redentor ni San Pedro los re
prendieron porque mendigaban y pedían limosna. Y
así no hay oposicion ninguna en los textos. Wouters y
otros. ' ■
. ' CAPITULO XVIII.

V. ig. El Señor , Dios tuyo , levantará para tí de tu


nacion y de entre tus hermanos un Profeta como yo , á
él oirás. Al v. 18. Levantaré para eüos un ■Profeta de
enmedio de tus hermanos , semejante á tí. ¿Pues no dice
al cap. 34. Vi lO. y de allí adelante no se levantó en
Israel un Profeta como Moysés2. ¿Hay con tradicion
en estos lugares, ó textos?
R. Ninguna contradicion hay en estos lugares, 6
textos : es constante que el Señor, suscitó de los des
cendientes de Abraham un Profeta semejante á Moyj
sés: y es constante tambien que despues de la muer
te de Moysés no se levantó en Israél un Profeta co
mo Moysés; hablando de una absoluta y omnímoda
similitud. Es de fé , que Christo nuestro Señor es el
BroCetfrquefaííuacló Moysés al cap. 18.; pues San Pe
dro lo expuso así ad 3. de los Hechos Apostólicos, y
lo mismo hizo San Estevan al cap. 'j. Y efectivamen
te, aunque entre Christo no hubo igualdad, ni seme
E2

janza absoluta, se parecieron y fueron semejantes en
muchas cosas, pues Moysés fué figura de Christo.
Moysés libró á los israelitas de la esclavitud de Fa
raon ; Christo libró á los hombres de la esclavitud
del demonio. Moysés hizo pasar á los israelitas el mar
rubro, ahogando en él á sus enemigos; Christo nos
sacó del pecado por las aguas del bautismo , ahogan-
doy borrando la culpa original. Moysés alimentó á
los israelitas en el desierto con el Maná ; Christo nos
alimenta con su cuerpo y con su sangre. Moysés dió
por mandado de Dios la ley escrita ; Christo nos dió
la ley de gracia. Moysés obró muchos milagros ; Chris
to obró asombrosas maravillas. Moysés venció á los
moabitas y demás enemigos de su pueblo; Christo
venció y triunfó del demonio, del pecado y de la
muerte. Fueron, pues, semejantes en muchas cosas,
con la diferencia de que Moysés hizo estas cosas con
una virtud y poder comunicado; pero Christo por
su propia virtud ; y de que Moysés era un puro hom
bre, y Christo, aunque hombre verdadero, era jun
tamente Dios. Por lo qual la semejanza no era om
nímoda y absoluta. Wouters. Algunos otros Exposito
res, como Alapide y Tirino, aunque convienen en que
en el texto de Moysés se entiende principalísimamen-
te Christo, dicen que se entienden los demás Pro
fetas posteriores á él, los quales le fueron semejantes
en algunas cosas, como en el consultar con Dios, y
en hacer patentes á su pueblo la voluntad y los pre
ceptos del Altísimo. Tenemos , pues , que Dios cum
plió lo que vaticinó Moysés al cap. 18. enviando á
su pueblo el Profeta , ó Profetas , semejantes á él. Pe
ro como Moysés excedió á todos los Profetas puros
que hubo en Israél en la familiaridad con Dios , y en
obrar prodigios y maravillas; y por otra parte fué
inferior á Christo: tenemos tambien la verdad de
"que despues de la muerte de Moysés no hubo en Is
«raél Profeta como él :M que es lo que se tuce al ca
pít. 34. v. 10.
r . ■;-. capitulo xxiir.

V. 1. El Eunuco á quien hubiesen majado ó amputa


do los testículos ó parte viril, no entrará en la iglesia
del Señor. Esto no se conforma con lo que dixo Dios v
por Isaias al cap. 56. v. 4. T no diga el Eunuco. To soy
un leño árido. Por qué el Señor dice á los Eunucos : los
que observasen mis Sábados , y eligiesen lo que yo qui
se, y tuviesen mi pacto , les daré en mi casa y en mis
muros un lugar y nombre mejor que el de mis hijos é hi
jas r un nombre eterno que no perecerá. La casa de Dios
es la iglesia, cómo estos Eunucos han de tener en la
iglesia un lugar y nombre tan excelente , como dice
Isaias ¿si segun Moysés, no debexi entrar en la igle
sia del Señor?
R. No se habla en el texto de Moysés de los que
iiacian con este defecto, ni de los Eunucos espiritua
les, esto es , de los que se mantenían celibes, ó hacian
voto de castidad. Se habla precisamente de aquellos
á quienes los hombres han castrado, ó majado, ó
amputado los miembros viriles. Por iglesia del Señor
no se entiende aquí el átrio del templo ó del Taber
náculo, sino la congregacion del pueblo judaico, com
puesta de los descendientes de los doce Patriarcas.
Los que habian sido castrados , ó aquellos á quienes
ellos mismos, ó los hombres habian majado, ó am
putado los miembros viriles , no entraban en esta con
gregacion, ni gozaban del derecho de ciudadanos, ni
de. los privilegios de asistir á las juntas, ni de los fue
ros del año Sabático y Jubiléo. Pero los que habian
nacido Eunucos , sí eran contados en la congregacion ♦
de ciudadanos judíos , y disfrutaban de todos los pri
vilegios. Y tambien los Eunucos espirituales', esto es,
los que se mantenían celibatos , ó hacían voto de cas
tidad. De estos habla Isaias. Y así noi hay oposicion
entre lo que mandó Dios por Moysés, y lo que dixo
por Isaias. Tirino.
II.

. V. i. El Eunuco á quien hubiesen majado los testí


culos , 6 cortado el miembro viril, no entrara en la igle
sia del Señor. ¿ Pues cómo se dice al cap. 8. de los
Hechos Apostólicos v. 27. Un Eunuco Ethiope , po
deroso i ó tesorero de Candaces , Reyna de Ethiopia , vi
no á adorar á Jerusalen2. Si vino á adorar á Jerusa-
len, éste seria judio, y entraría, en el templo, que
era el lugar señalado por Dios para el culto y ado
raciones, ¿pero cómo si era Eunuco?
R. Este Eunuco era, ó judio, ó mas ciertamente
prosélito , como se infiere de haber venido á adorar
á Jerusalen, y de ir leyendo quando volvía á su tier
ra las profecías de Isaias. Aunque la escritura le
llama Eunuco , no por esto se sigue que fuese cas
trado. Entre los asiáticos y ethiopes habia la cos
tumbre de que los criados y sirvientes de las Reynas
y Señoras fuesen Eunucos , y si estos cumplían sus o-
ficios con fidelidad, solían ascender á los cargos mas
elevados de los Palacios. De aquí vino llamar Eunu
cos á los que tenían los oficios principales de los Pa
lacios, fuesen ó no castrados. Así como Putifar , Prín
cipe de la milicia y exército de Faraon, se dice al
cap. 37. del Génesis v. 36. Eunuco , y sin duda no
era castrado, pues tenia muger, y aun algunos dicen,
que la muger con quien casó Josef en Egipto era hi
ja de Putifar Eunuco. Pero aunque lo fuese el de la
Rey na Candaces, no se sigue de que adorasen en el
templo, que entrase, ó estuviese numerado en lá i
'39
glesia del Señor , ni que gozase los fueros y derechos
de descendiente de los Patriarcas. Pues como queda
dicho, por iglesia no se entiende aquí el templo ó
santuario, sino la congregacion de los judies.
•v .■."-i. '-. . III.

V. 2. El que naciese de muger prostituta , no entra


rá en la iglesia del Señor , hasta la décima generacion.
Jepté, segun consta del cap. n. del libro de los Jue
ces v. i. nació de una muger ramera. ¿Pues cómo en
tró en la iglesia del Señor, gozó de los privilegios
de ciudadano , y el ser Juez y Príncipe del pueblo de
Dios?
R. Los hijos de rameras públicas eran tenidos por
viles é infames , y no quería Dios entrasen á go
zar los cargos y dignidades de su pueblo, hasta que
pasase la décima generacion , para que borrada con
el tiempo la nota y mancha de su infamia, pudiesen
servir con honor , y presentarse sin que ninguno les
pudiese tachar por su origen y nacimiento. Jepté no
nacio de una ramera pública : nació sí de una concu
bina de su padre, y fué ilegítimo. Sus hermanos le e-
charon de la casa de su padre. Pero por sus méritos,
prudencia y hazañas , y por particular instituto y
disposicion de Dios, fué a-numerado en su pueblo,
y hecho Príncipe y Juez para que le defendiese con
tra los Ammonitas. Wouiers , Tirina y otros.

IV.

V. 3. Los Ammonitas y Jos Moabitas no entrarán


jamás en la iglesia del Señor , ni aun despues de la dé
cima generacion. ¿ Pues cómo Achior que era Ammo-
nita y capitan de los Ammonitas , viendo lo que Dios
había hecho en Israél (por medio de Judit contra Holo

fernes) dexado el rito de la gentilidad , se convirtió, se
circuncidó , y él y todos sus descendientes fueron agre
gados al pueblo de Dios hasta el presente ? ¿ Cómo Ruth
que era Moabita, como se lee al cap. i. del libro de
Ruth , se casó con Booz, y sus hijos y descendientes dis~
frutaron los fueros de ciudadanos en Israél, y lograron
ser Reyes en la iglesia del Señor ?
- R. Achior fué dispensado de la ley del Deutero-
nomio por la pública defensa que hizo en presencia
de Holofernes de la providencia y poder del verda.r
dero Dios, por haber dexado la gentilidad, por ha
berse conyertido al judaismo, y haberse circuncida
do. Por lo tocante á Ruth , dice San Agustin , que
la ley del Deuteronomio no comprendía á las mu-
geres moabitas, sino á los hombres. A estos porque
no quisiesen dar víveres á los Israelitas, y eonduxe-
ron á Balaam, para que los maldigese, fueron exclui
dos del pueblo de Dios. El Abulense alega otra ra
zon diciendo, que los hijos de muger moabita y pa
dre judio, no se juzgaban por Moabitas, sino por
Judíos, pues los hijos no se refieren á las madres, si
no á los padres. Fuera de esto \ por qué no se podrá
decir, que Ruth por sus méritos merecio ser dispen
sada de la ley del Deuteronomio ? Ella exerció todos
los oficios de piedad y misericordia con su difunto
marido, y con su suegra Noemí: ella dexó su casa,
sus padres , su pueblo , su religion , y se convirtió al
judaismo. Ella se hizo estimar en Belen por sus vir
tudes; y de su sangre nació el Salvador del mundo.
Merecio pues ser, aunque moabita, dispensada de la
ley del Deuteronomio , y agregada al pueblo de Dios.
Tirim.
41
CAPITULO XXX.

V. i1. El mandato, 6 Ley, que yo te mando no es


sobre tus fuerzas : San Pedro hablando de la ley de
Moysés al cap. 15. de los hachos apostólicos, v. 10.
dice: que era un yugo, que ni ellos ni sus padres ha
bian podido llevar. Si como dice Moysés no era sobre
las fuerzas ¿cómo no la habtan podido llevar, ó cum
plir ? Y si no la habian podido cumplir y llevar , co
mo dice S. Pedro ¿ cómo no era sobre sus fuerzas ?
R. Aunque la ley de Moysés no era superior á
las fuerzas do los Judios, ayudadas de la divina gra
cia,. como se vió en muchos que la observaron y
cumplieron: con todo era muy pesada y dificultosa
de observarse: ya por la multitud de sus preceptos,
ya por el rigor y gravedad de sus mandamientos , ya
por la variedad de sus sacrificios, víctimas , oblacio
nes , ritos y ceremonias ; y ya porque entonces los
auxilios y gracias eran menos , y no tan fuertes, co
mo en la ley del Evangelio. Y como las cosas que
son dificultosas suelen llamarse imposibles, aun en
las sagradas Escrituras, por esto dixo S. Pedro, que
ni ellos ni sus padres habian podido llevarla. Esto
es, que no habían podido cumplirla sin mucha difi
cultad. Ello es , que Dios les impuso la ley , y les
mandó la observancia de sus preceptos : y Dios no
manda cosas imposibles , i sino mandando aconseja,
que hagamos lo que podamos : que pidamos lo que
no podamos , y nos ayuda para que podamos : Con
cilio Tridentino.
4*
CAPITULO XXXIV.
I.
V. g. Murió Moyses, siervo de Dios, en la tierra
de Moab, mandándolo el Señor: y enterrole en el valle
de la tierra de Moab. ¿Cómo pudo Moyses morir, ni
ser enterrado en la tierra de Moab, diciéndose al cap.
2. del Deuteronomio v. 9. T el Señor me dixo: No pe
lees contra los Moabitas, ni entres en batalla con ellos;
porque no te daré nada de su tierra. ?
R. Dios prohibió á los Israelitas apoderarse de
las ciudades , pueblos y tierra que los Moabitas po
seian pacíficamente en tiempo de Moyses , como
consta del Deuteronomio. Pero no de la parte de
tierra, que los Amorreos los habian quitado y suje
tado á su dominio, como consta del cap. 21. de los
Números v. 26. Esta parte de que se habian apode
rado los Amorreos se llamaba tambien Moab, conser
vando su antiguo nombre. Moyses se la quitó , y en
ella murio , y fué sepultado. Tirina. ■

LIBRO DE JOSUÉ.

CAPITULO VIL
I.
V. 2$. jrLpedreó todo Israel á Achan. ¿ Pues no
habia mandado el Señor al v. 15. que el que hubiese co
metido la maldad fuese quemado á fuego. ? ¿Cómo se
contentó cún apedrearle ?
R. Achan fué apedreado y quemado. Fué llevado
al fuego, y mientras éste se disponía , el pueblo de
'43
seoso de aplacar á Dios le apedreó. Luego fué echa
do al fuego y quemado con quanto tenia. Masio ci
tado por Tirino.

LIBRO DE LOS JUECES.

CAPITULO I.

V. 8. Íjos hijos de Judá sitiaron á Jerusalen y ta


destruyeron a sangre y fuego. ¿ Pues qómo al 2 de los
Reyes cap. 5. v. 6. se dice : Fué el Rey David, y los
que estaban con él á Jerusalen y tomó el presidio de
Sion ?
R. Aunque en tiempo de Caleb tomaron los Ju
díos á Jerusalen y la destruyeron, no pudieron to
mar la ciudadela ó fortaleza de Sion, que era la par
te superior. En ella se hicieron fuertes los Jebúseos,
y se mantuvieron allí hasta que David la conquisto.

CAPITULO IV.

V. 17. Habia paz entre Jabin , Rey de Azor y Ca~


naan, y la casa de Haber Cineo. jabin era Cananeo,
gentil, idólatra y tirano: Habér era Israelita , descen
diente, de Hobab, pariente de Moyses. ¿ Cómo habia
paz entre ellos, estando prohibido por Dios á los Is
raelitas hacer pactos y paces con los Cananeos? Ade-
.mas, si habia paz entre ellos. iCómo Jael , muger de
Habér , faltó á ella , dando la muerte á Sisara , general
de Jabin , como consta al v. 2 1 ?
F2
44
R. La paz que había entre Jabín y Habér, no era
una paz pactada con formalidades, que obligasen.
Era una no oposicion entre unos y otros. Los Cíneos
no eran guerreros , eran una gente piadosa dada á
v la oracion y contemplacion, apartada del estrépito
y de los asuntos civiles y políticos ; y Jabin no tenia
motivo para inquietar una familia quieta , pacífica y
tranquila, que en nada perjudicaba á él ni á sus va
sallos. Pero quando Jael vid la victoria que Dios
habia concedido á su pueblo, y que Sisara se habia
puesto en sus manos , animada de un instinto divi
no en favor de su patria, le quitó la vida. Wouters
y otros.
,.■ CAPITULO XIV.

I.
V. 2. He visto (dixo Sanson) á sus padres , en
Thamata, una muger de las hijas de los Filisteos , la
qual os pido me la deis por muger. ¿ Cómo Sanson pe
dia por múger una Filistea, estando mandado poí
Dios al cap. 34. del Éxodo v. 16. á los padres : que
no diesen mugeres de los Canamos á sus hijos ?
R. Porque tuvo revelacion de Dios, que le dis
pensaba en la Ley del Deuteronomio y del Éxodo,
de que aquel matrimonio convenia para el cumpli
miento de sus adorables designios á favor de su pue
blo , como se da á entender en el v. 4. Wouters, Ti-
rino y otros.
CAPITULO XVI.
I.
V. 30. Muera yo con los Filisteos. El suicidio es-
■ tá prohibido por Dios al cap. 20. del Éxodo v.. 13.
Na matarás. ¿Pecaría Sanson?
, 45
R. S. Pablo al cap. n. de la carta á los Hebreos
v. 32. alaba este hecho de Sanson , y si en ello hu
biera pecado y obrado mal no le alabaría el Apóstol.
Ni Sanson se mató directamente , sino indirectamen
te. A el modo , dice Cayetano , que un general de
un Exército entra en una batalla , sin temor de la
muerte que le amenaza ; asi Sanson no teniendo otro
medio para vencer los enemigos de Dios, que ar
ruinando el templo, le derribó, aunque sabia que pe-
recia entre sus ruinas. Para lo qual fué inspirado por
Dios , como dice San Agustín.

CAPITULO XVIII.

I.

V. 1. En aquellos dias no habla Rey en Israel, y


el tribu de Dan buscaba posesion para sí, para ha
bitar en ella, porque hasta entonces no habia recibido
suerte entre las demas tribus. ¿Cómo no? Si consta al
cap. 19. de Josue, v. 40. hasta el 48: que á los hijos
de Dan les tocó la séptima suerte ,y se señalan las ciu
dades , los pueblos y terminos que comprehendial Sin
duda en uno ú otro texto hay equivocacion.
R. No hay equivocacion en los textos. Es ver
dad que en tiempo de Josue les tocó á los Damitas
la séptima suerte , que comprehendi:i las ciudades y
términos, que se señalan al cap. 19. de Josue. Pero
los Amorreos estrecharon á los hijos de Dan en los
montes. No pudiendo vivir en las llanuras, se vieron
precisados á habitar en el monte Hares, en Ayalon,
y Salébin. Y como este terreno era poco fértil, y po
co capaz para la multitud de familias de aquella
tribu, enviaron exploradores, que registrasen la tier
ra, para pasar á la conquista de lo restante de su
suerte y heredad. Por esto se dice al 18 d: los Jue
46
ees , que el tribu de Dan buscaba posesion para si, pa
ra habitar en ella , porque hasta entonces no había re
cibido suerte ( completa ) entre las demas.

LIBRO DE RUTH.

CAPITULO I.

V. 4. JLiOS hijos de Noemi tomaron mugeres moabi-


tidasy al cap. 4. v. 13. Booz tomó por muger á Ruth
moabitida. Esto parece es contra lo que mandó Dios
al 34. del Éxodo, v. 16. Que los Judíos no casasen con
mugeres gentiles; y contra lo que se. dice al 23. del
Deuteronomio , v. 13. Los Moabitas no entrarán en
la Iglesia de Dios.
R. Los hijos de Noemi tienen alguna disculpa.
Eran ya hombres hechos : vivian en una region en
que no habia mugeres hebreas , ni de su linage ; y
deseando tener sucesion, para que no pereciese su
nombre, su posesion y heredad que tenian en Belen,
confiados en que ellas se convirtirian al judaismo, se
casaron con las Moabitas. Una de ellas era Ruth, se
vino á Belen con su suegra, y se convirtio al judais
mo , y no habiendo querido tomarla por rnuger el
pariente mas cercano, para descendencia y sucesion
al hijo de Elimelde y de Noemi, difunto, la tomó
Booz , y de ella tuvo hijo del qual desciende N. S.
Jesuchristo. Tirino.
CAPITULO IV. 4?

V. i o. Tomo, dixo Booz, por muger á Ruth Moa-


tita , muger que fué de Mahalon , para levantar el
nombre)■ del difunto en su heredad , para que no quede
extinguido su nombre de su familia , y hermanos y pue
blo. Segun esto , el hijo ó hijos , que Booz tuviese
de Ruth, debian adjudicarse á Mahalon. ¿Pues có
mo Obed, nacido de este matrimonio, no se llama
en la genealogía de Christo, al cap. i. de S. Matéo,
hijo de Mahalon , sino hijo de Booz2.
R. Obed no fué solamente heredero de los bie
nes de Mahalon, sino tambien de los de Booz, y asi
fué llamado hijo de los dos, legal de Mahalon, na
tural de Booz. Pero como Booz era mas conocido en
Belen, que Mahalon, y la heredad que Obed recibio
de Booz era mas copiosa que la de Mahalon , por
estola sagrada Escritura, y señaladamente S. Matéo
le llama hijo de Booz. Wouters.
LIBRO Io DE LOS REYES.

CAPITULO L

V. I. ±±ubo un hombre de Ramatain sofin , del


monte de Efrain, llamado Elcana Efrateo. Esto no
concuerda con lo que se dice al cap. 6. del lib. i. del
Paralipomenon, v. 29. Allí consta : que Elcana era del
tribu de Levi: ¿cómo se afirma aqui que era Efrateo,
« del tribu de Efrain?

R. No se dice aquí que Elcana era del tribu de
Efrain, sino Efrateo. En la Sagrada Escritura se lla
man Efrateos, no solo los que eran del tribu de
Efrain, sino tambien los que eran naturales, ó vi-
vian en Efrata: esto es, en Belen; y así al cap. 3$.
del Genesis, v. 19. se dice: que Raquel fué sepultada
en el camino que va, ó guia a Efrata: esto es, á Be
len; y al cap. 17. de éste lib. 1. de los Reyes, v. 12.
se dice : David hijo de un Efrateo : esto es Bethele-
mita. Tambien se llaman Efcateos los que habitaban
en el monte de Efrain, como Elcana, que siendo del
tribu de Levi, como consta del Paralipomenon , se
llama Efrateo, porque moraba en terreno del mon
te de Efrain. Del mismo modo , que en los hechos
apostólicos, muchos Judios se llaman cretenses, ára
bes y griegos : no porque descendiesen de griegos,
árabes ó cretenses , sino porque habian nacido , 6
vivían en aquellas provincias : y asi como N. S. Je-
suehristo se llama Nazareno , porque habitó en Na-
zareth.
CAPITULO VIII.
I > •

V. 6. Danos un Rey , que nos juzgue del modo que


le tienen todas las naciones. Desagradó esta peticion á
Samuel: ¿Por qué desagradó habiendo dicho Dios al
cap. 17 del Deuteronomio, v. 14. que: quando Israel
dixese en la tierra de promision que queria un Rey,
como el de las demas naciones , fuese constituido aquel,
que el Señor eligiese del número de sus hermanos'?
R. Dios no mandó en el Deuteronomio , que los
Israelitas tuviesen Rey, como le tenían las demas
naciones ; permitió sí , que si le pedian , se les diese.
Lo que mandó fué, que en caso de que le pidiesen,
se les concediese de su mismo pueblo, no extrange
49
ro. S. Agustín. Quando llegó el caso de pedirle , des
agradó su peticion, no solo á Samuel, sino tambien á
Dios. Desde que salieron de Egipto los habia fa
vorecido el Señor con copiosos beneficios, los ha
bía mantenido en el destierro con estupendos mila
gros ; los habia gobernado ; y los habia defendido de
todos sus enemigos j los habia colmado de victorias,
y no contentos con tanto bien y felicidad, pedian
Rey , como le tenían las demás Naciones. No querían
el gobierno de Dios. Querían ser gobernados por un
hombre. Esto fué lo que desagradó á Samuel y á Dios;
y así dixo el Señor á Samuel. No te han despreciado
á tí, sino á mí. v. 7.
IL

V. 9. Este será el derecho del Rey que os ha de


gobernar : os quitará vuestros hijos, y los pondrá en sus
carros, y los hará sus guardias de á caballo, y pre
cursores de sus carrozas. Instituirá para sí Tribunos y
Centuriones , y Labradores de sus campos , y Segado
res de sus mieses , y Artífices de sus armas y carros.
Hará á vuestras hijas sus Perfumeras , sus Cocineras
y Panaderas : tomará asimismo lo mejor de vuestros
campos , y viñas y olivares ,y lo dará á sus siervos.
T diezmará vuestras mieses , y los esquilmos de vues
tras viñas , para darlo á sus Eunucos y criados. To
mará tambien vuestros siervos y siervas , y mozos mas
robustos, y vuestros asnos , y los aplicará á su labor.
Diezmará asimismo vuestros rebatios, y vosotros se
reis sus siervos. Este derecho se opone, y es contra
lo que se dice al cap. 17. del Dcuteronomio v. 16.
Quando fuere constituido el Rey, no multiplicará caba
llos para sí. No tendrá muchas mugeres, que le alha-
guen y corrompan su alma , ni tesoros de plata y oro.
¿Cómo se compone esto?
R. En el Deuteronomio se habla de un Rey ele-
G
¿o
gido por Dios, justo, y segun la voluntad del Señor.
De un Rey humilde, subordinado á la ley santa. Y
en el libro de los Reyes los hace saber Samuel los de
rechos que se adjudicaría el Rey que pedian. En el
Deuteronomio se dice lo que un Rey debe hacer pa
ra ser feliz, y hacer felices á sus vasallos. En el libro
de los Reyes se declara lo que hacen comunmente los
Reyes para mantener su presuncion y soberanía. Allí
se describe un Rey segun el beneplácito de Dios.
Aquí un Rey como los Reyes de los Gentiles. Allí los
derechos justos y legítimos. Aquí los injustos y usur
pados. TiriiiOy Wouters y Santo Tomás.

III.

V. 1 8. Clamareis en aquel did, quedandoos del Rey,


que habeis elegido , y el Señor na oirá , porque habeis
pedido Rey. ¿Pues cómo al cap. siguiente v. 16. dixo
Dios á Samuel : á esta misma hora te enviaré mañana
un hombre de la tierra de Benjamín, y le ungirás Rey
sobre mis pueblos de Israél, y salvará mi Pueblo del
poder de los Filistéos ; porque he mirado mi Pueblo ,. y
sus clamores han llegado á mí2. ¿Como les dixo Sa
muel que el Señor no les oiria ?
R. No dixo Samuel, que el Señor no- oiria á su
Pueblo, quando viéndose añigidos por sus enemigos
exteriores clamasen, arrepentidos de sus culpas, pi
diendo misericordia. Sino que no oiria sus clamores,
quando se quejasen de las vejaciones y gobierno del
Rey que pedian; y que el Señor permitiria en casti
go de su ingratitud, que sus Reyes se arrogasen
unos derechos semejantes á los que exercian los Re
yes .de las otras Naciones.
5i
CAPITULO XUI.

V. 1. Hijo de un año era Saul quando empezó á rey-


nar. Al cap. 10. v. 23. Presentose Saul enmedio del
Pueblo , y fué mas alto que todo el Pueblo desde el honh
bro arriba.Al cap. 13. v. 2. T mil con Jonatas en Ga
ban de Benjamín. Parece cosa increible, que Saul no
teniendo mas que un año fuese tan alto: como tam
bien, que ya entonces tuviese un hijo, á quien dió
mil nombres para defender á Gabaa.
R. Aunque Saul era ya hombre hecho y robusto
quando le hicieron Rey , era tan simple , recto é ino
cente, como si fuese un niño de un año. Así lo ex
plica San Gregorio , Wouters y otros. Y así pudo ser
tan alto, y tener un hijo que capitanease soldados
quando le hicieron Rey.

II.

V. 13. Sino hubieras hecho esto (ofrecer el holo


causto) ya .ahora el Señor hubiera continuado tu reyna^
do sobre Israel para siempre. Aun quando Saul no hu
biera ofrecido el holocausto, no hubiera sido conti
nuado su reynado para siempre, ó hubiera dexado de
cumplirse aquella profecía de Jacob al cap. 49. del
Gén. v. 10. No faltará el Cetro de Judá^ ni capitan
de su descendencia , hasta que venga el que ha de ser
enviado , que será el deseado de las gentes : Saul no era
del Tribu de Judá; con que, aunque no hubiera he
cho lo que hizo , parece no hubiera continuado su
reynado, si se habia de cumplir el vaticinio de Jacob.
R. A Saul concedió Dios el Reyno, con la con
dicion de que fuese obediente á sus órdenes y man
datos. Por esto dixo Samuel á los Israelitas en el ver
G 2
¿2
so último del capítulo anterior. 57 perseverais en la
malicia , vosotros y vuestro Rey perecereis. Faltó Saul
á lo mandado por Dios , arrogándose un oficio que
ño le correspondía ; y como Dios desde ab eterno te
nia prevista la inobediencia y el pecado de Saul , re
veló á Jacob , y éste profetizó , que el Cetro de Is
raél estaría en la Tribu de Judá. Pero si Saul no hu
biera sido previsto como inobediente ; en tal casoi
Dios no hubiera revelado á Samuel la traslacion del
Reyno , y su reynado hubiera sido confirmado para
siempre.
CAPITULO XV.

V. 35. T no vio mas Samuel á Saul hasta el día de


su muerte. ¿Cómo no? ¿Si al cap. 19. v. 24. se dice:
Habiendo venido (Saul) á Nayoth en Ramata , se des
pojó de sus vestidos , y profetizó a presencia de Samuel2
R. Solia Saul visitar a Samuel algunas veces, ó
bien por amistad, ó para consultar con él los nego
cios del Reyno. Pero desde que le reprendio por no
haber hecho con Agag y con los Amalecitas , lo que
habia mandado Dios, no volvió á visitar á "Samuel,
ni como amigo-, ni para consultar con él. A Nayoth
no fué Saul á ver , ni visitar á Samuel , sino á ma
tar á David, que se habia retirado allí con el Pro
feta. Wouiers.
CAPITULO XVI.

V. 11. Aun todavia falta uno■ (David) pequeño , y


apacienta las ovejas. Y al cap. 17. v. 33. dixo Saul
á David: eres muchacho. Ni lo uno, ni lo otro se com-
53
pone bien con lo que se dice al v. 18. del cap. 1ó.
He visto a un hijo (David) de Isai Bethelemita , dieí-
tro en cantar , forttsimo en el valor, y hombre belicoso.
Ni tampoco se compone bien el sur parvulo y mucha*
cho con haberle puesto Saul sus mismos vestidos y
sus armas, como se dice al v. 38. del cap. 17. siendo
Saul mas alto que. todos los Israelitas, como consta
del cap. i o. v. 23.
R. Isai dixo á Samuel , que David era párvulo,
respecto á sus hermanos. David era ya hombre ro
busto, fuerte y valeroso, como lo habia manifesta
do, sofocando y matando cuerpo á cuerpo los leones
y osos7 que infestaban su rebaño. Pero respecto á sus
hermanos era el último y el de menor edad. Por esto
mismo llamó Josef párvulo á su hermano Benjamín, al
cap. 43. del Gén. v. 29. , sin embargo de que Benjamín
tenia ya entonces die¡z hijos , como consta del cap. 46.
del Gén. v. 21. Era el último de los hijos de Jacob,
y por esto le .llamó párvulo. Saul dixo á David,, que
era muchacho, no en la edad, sino en el arte mili
tar y de la guerra, en comparacion del gigante Go-
liath, el qual estaba exercitado en las peleas y bata
llas desde su mocedad. Los Hebreos dicen, que Da
vid tenia entonces veinte y ocho años. De este mo
do, aunque párvulo, respecto de sus hermanos, y
muchacho en comparacion de Goliath, tenia fuerzas
para vencer leones , y estatura para vestir los vesti
dos y armas de Saul. Tirino*

CAPITULO XVIL

W. gg. y 58. \Abner, de qué linage es este man


cebo*, i O mancebo, de qué familia eres2. Del cap. 16.
v. 18 consta que ya sabia Saul que David era hijo de
54
fsai Bethelemita , y al v. 23. consta tambien que Da
vid habia estado en Palacio , que habia tocado la cita
ra muchas veces■ a presencia de Saul. ¿ Cómo pregunta
Saul de qué linage es ? ¿ Cómo asegura Abuer que no
lo sabia?
R. Habiendo seguido á Saul á la guerra los tres
hijos mayores de Isai, Eliab, Aminadab, y Samma,
dexó David el Palacio y volvio á casa de su padre
para apacentar las ovejas Le envió su padre á llevar
víveres á sus hermanos al exército. Iba de pastor , y
como Saul y Abner no le habian visto antes en tra-
ge pastoril, no le conocieron. Y aunque le conocie
sen personalmente , queda Saul informarse mas radi
calmente de su famLia y Tribu, en atencion á que
tenia que darle su hija por mugen Por esto, acaso, no
preguntó quién era aquel mancebo, sino de qué fami
lia era. \Nouters*

LIBRO II- DE LOS REYES.

CAPITULO n.
I.
V. . 10. -i-Je quarenta años era Isboseth , quando
empezó á rejynar, y reynó dos años. Al cap. 5. v. 5.
Reynó (David) siete años y seis meses en Hebrón, sobre
Juda. Isboseth reynó en Israél todo el tiempo que David
reynó solamente sobre Judá. Luego Isboseth reynó
siete años y medio, ¿Cómo dice que reynó dos años?
R. Isboseth reynó sobre Israél siete años y medio;
pero dice el texto, que reynó dos años, para mani
festar que pasaron dos años hasta que empezó la di
sension y la guerra entre Isboseth y David. Los dos
primeros años reynó Isboseth con quietud y tranqui
lidad; pero los restantes con muchos azares, traba
jos y disensiones. El Ahulense y Saliano citados por
Wouters.
II.

V. io. Dexó (David) el Arca en casa de Obed don


Getheo. Al cap. 15. y al 16. del 1. del Paralipome-
non consta que Obededon era Levita. ¿ Cómo podia ser
Getheo ?
R. Obededon era Levita ; pero se dice Getheo , ó
bien porque habia estado en Geth con David quan-
do éste estuvo allí fugitivo, de. Saul, ó bien porque
hubia nacido en Geth. Wouters y Ferario.

III.

V. 1. Quitó David á los Filisteos elfreno del tri


buto. ¿Cómo al cap. 18. del 1. del Paralipomenon
v. 1. se dice: Quitó David á los Filisteos , Geth y
sus hijas2.
R. David hizo la guerra á los Filisteos , los venció,
los humilló, y se apoderó de la ciudad de Geth, que
era la Capital de una de las cinco Satrapías de los Fi
listeos, la qual estaba en los confines de la tierra de Ju-
dá y de Fiiistiin, y en ella tenian los Filisteos la fuerza
armada para contener las correrlas é invasiones de
los Israelitas , y les servia de freno para obligarles á
pagar los tributos. Tambien les quitó las ciudadelas
y presidios que dependian de Geth, á las quales lla
ma el Paralipomenon hijas de Geth. Y asi no hay
oposicion en los textos , pues uno y otro dicen una
misma cosa. Wouters.
CAPITULO Vffl.

V. 1 8. Los hijos de David eran Sacerdotes. Es


constante que los hijos de David eran del Tribu de
Judá. ¿Podian los del Tribu de Judá ser Sacerdotes?
R. El nombre de Sacerdote se toma unas veces
por el que ofrece ios sacrificios solemnes á Dios, y
de este modo ningunos eran Sacerdotes sino descen
dian de Leví Otras veces significaba lo mismo que
Magnate, Prefecto ó Ministro del Rey. De este mo
do se toma aquí, y así al cap. 18. del Paralipomenon
v. i£. se lee' los hijos de David eran los primeros a
la mano del Rey.

CAPITULO XVII

V. g. cimasa era hijo de un hombre llamado Jetra,


de Jezraél, el qual se tuvo de Abigail, hija de Naas,
hermana de Sarvia , que fué madre de Joab. ¿ Pues có
mo al cap. 2. del 1. del Paralipomenon v. 16. se di
ce que Sarvia y Abigail eran hijas de Isai , padre de
David2. ¿Y al v. xy. se dice que Jetra era Ismaelita?
R. Abigail fué hija de Isai. Pero éste tiene tres
nómbres. En unas partes se llama Jessé, en otras
Naas, y en otras Isai. Ello es que á Isai y á Naas se
le dan en el libro de los Reyes y en el Paralipomenon
unos mismos hijos y unas mismas hijas. Abigail se
unió indebidamente con Jetra , Jesraelita , que en el
Paralipomenon se llama Ismaelita, por haber vivido
entre los Ismaelitas ; así como aquellos seiscientos
soldados que acompañaron á David en sus persecu
ciones se llaman Getheos , por haber estado en Geth.
Tirino.
5?
CAPITULO XVHI.

I.

V. 1 8. T Absálon se había erigido, quando aun vi


vía, una columna en el valle del Rey: porque habia di
cho : fio tengo hijos, y esto servira para memoria de
mi nombre. Cómo pudo decir que no tenia hijos, pues
al cap. 14. , v. 27. queda dicho : Le nacieron á Absa
lon tres hijos, y una hija llamada Thamar de sin
gular hermosura!
R. Algunos expositores dicen, que quando Ab-
salon erigió la columna habian muerto sus hijos.
Otros dicen que la erigio quando aun no habia te
nido sucesion : y esto parece lo mas cierto , pues al
,cap. 15. de los Reyes, v. 3. se hace mencion de
Thamar con el nombre de Maaca.„ Tirino. ■

CAPITULO XXI.
--.í.i. li l...vA-.!' ■ .. . . . . : . . '
I. . ;

V. 8. T puso David en manos de los Gabaonitas


los cinco hijos de Michol, hija de Saul, que habia en
gendrado de Hadriel, hijo de Bercelai: esto no puede
ser asi, por dos motivos. El uno porque al cap. 6.,
v. 23. queda dicho: á Michol, hija de Saul, no lena-
ció ningun hijo, hasta el dia de su muerte. El otropor-
que Michol no estuvo casada con Hadriel, sino con
Pkaltisl, hijo de Gais , como se dice al cap. 3. v. 15.
R. Cayetano y Cano dicen, que el texto está
viciado, y que debe decir los cinco hijos de Mi>
rol , no de Michol. Pero en tódos los exemplares se
lee Michol. Y asilos expositores convienen en que,
aunque Michol no tuvo hijos naturales, y aquellos
hijos. que entregó David á los Gabaonitas eran hi-
H
jos de Merob, habidos de Hadriel sil marido, se
llaman hijos de Michol, por haberlos adoptado des
pues de la muerte de su madre, y porque los cuida
ba como si ella los hubiese parido. Tirino. Wouters.

V. 19. Adeodato... mató áGoliath Getheo. Esto 110


puede ser; al cap. 17. del r. de los Reyes , v. 17. y 50.
consta: que David mató á Goliath Getheo , y le cortó
la cabeza con su propia espada, con que , ó habia re
sucitado, y esto no puede afirmarse: ó mal pudo ma
tarle Adeodato. - ,
R. David mató á Goliath Getheo , en el reyna-
do de Saul, en el valle del Terebinto, como se dice
en el libro 1. de los Reyes. Adeodato mató otro Go
liath Getheo, hermano del primero, en Gob. Asi se
lee en el cap. 20. del 1. del Paralipomenon, v. 5. ¿ideo-
dato, hijo de Salto Beihelemita , mató a un hermano de
Goliath Getheo. De este modo no hay oposicion nin
guna. !
III.
■-..■.-. . . ■. ■ i^-í ■, '■.. m\ •.-. \ 's■..s .:/

V. 9. Los Gabaonitas crucificaron (los hijos de


Respha y de Michol ) en los primeros dias de la mies,
al comenzar Ja siega de Ja cebada : y estuvieron en la
cruz desde el principio,de Ja siega , hasta que cayó so
bre ellos agua del Cielo. ¿ Cómo David permitió es
tuviesen los cadáveres tanto tiempo pendientes del
patíbulo, habiendo mandado Dios en el cap. 21. del
Deuteronomio, v. 22. -y 23. Qtíando alguno fuese
sentenciado d. muerte , y fuese colgado del patíbulo , su
cadaver no permanecerá en el Lého , sino que será, enter
rado en el mismo dia\ j; r .. ■
R. La ley del Deuteronomio obligaba á los Ju
díos, no á los Gabaonitas. Estos fueron los que sen
59
tenciaron y crucificaron los hijos de Respha y de
Michol ; y como eran gentiles y no estaban obliga
dos á la ley de los Hebreos, los tuvieron en el su
plicio tanto tiempo, para que sirviese esta justicia
de escarmiento á otros. Tirina.

CAPITULO xxin.

"-.,- I.
. -■•- ..M ...;-. .." •"
V. 8. El Sapientísimo , que se sienta en la cátedra:
mató en una expedicion ochocientos. ¿Cómo al cap. u.
del i. del Paralipomenon , v. n. se dice: que fueron
trescientos ?
R. Fueron dos batallas : en una mató ochocien
tos : en la otra trescientos. Wouters , Tirino y otros.
r i .

CAPITULO XXIV.

V. 9. Dio Joab al Rey el censo del pueblo , y fue


ron.hallados de Israel ochocientos mil hombres fuertes,
capaces de sacar espada i y de Juda quinientos mil.
Esto no concuerda con lo que se dice al cap. 21.
del 1. del Paralipomenon v. 5. Fué visto que el núme
ro de Israel era de un millon y cien mil hombres , capa
ces de sacar espada : y de Juda quatrocientos setenta
mil hombres de pelea, sin contar el tribu de Levi, ni
el de Benjamín. Es preciso que haya equivocacion ó
en el libro de los Reyes, ó en el del Paralipomenon.
R. Es muy difícil conciliar estos dos lugares , y
asi los Expositores varían en su concordancia. Lo
mas■ verosímil es lo que dice Wouters con el Abu-
lense. A David se le entregó el censo de Israel , por
el qual constaba el número , que refiere el Paralipo-
Ha
6o
menon. David lleno de presuneion con la multitud
de sus vasallos, capaces de pelear, mandó ponerlos
y escribirlos todos por su órden en sus diarios é his
toria, segun sus tribus y familias. Quando llegó al
número, que se dice en el libro de los Reyes, fué
David reprehendido, y empezó la plaga ó mortandad;
y entonces mandó que se sobreyese y desistiese en
ponerlo en los diarios é historias. El autor del lib. 2.
de los Reyes, puso el número que constaba de los
diarios ya formados. Pero Esdras puso en el Parali-
pomenon, asi los que constaban de los diarios, co
mo los que faltaban que poner. Por lo tocante ai
tribu de Juda , Joab incluyó en los quinientos mii
hombres capaces de pelear, treinta mil que se regu
lan, los que servian y guardaban á David en su Pa
lacio y Corte. Y en el Paralipomenon se exclu
yen éstos, y asi quedan quatrocientos setenta mil.
Wouters. . . . j
LIBRO IIIo DE LOS REYES.

CAPITULO II.
.1

V. 27. JLJ espidió Salomon á Abiatar , para que


no fuese sacerdote del Señor ; v. 35. T puso (el Rey)
á Sadoc , Sumo Sacerdote por Abiatar. Pues como al
cap. 4. v. 4. se dice: ¿ Sadoc y Abiatar eran los sa
cerdotes l
R. Habiendo conspirado Abiatar contra Salomon,
y en favor de Adonias, le desterró Salomon á Ana-
thot, y puso en su lugar á Sadoc. Sosegada la cons
piracion, y pacificado el Reyno, no teniendo Salomon
6li
que temer , acordándose de los buenos servicios que
Abiatar habia hecho á su padre David, durante la
persecucion de Saul y despues : le levantó el destier
ro, y le permitio volver al ministerio del templo,
para que pudiese sustentarse, quedando la primicia
á Sadoc. Wouters y otros. ■
•A■
CAPITULO IV.
.•-'■' v'jto ■! ...... - v ', v■., fc /L . ■ "■ - .■-

V. 26. 7¡?«« Salomon quarenta mil pesebres de ca


ballos, para sus carros y carrozas , y doce mil caballos
de silla! Pues no habia mandado Dios al 17. del üeu-.
teronomio, v. 16: que el Rey no multiplicase caballos
para sí} •"■ *i' i' * .:
R. Uno y otro es cierto. Pero asi como Salomon
faltó á otras cosas que Dios habia mandado, faltó
tambien á ésta. Y asi, aunque algunos Espositores
salvan de pecado grave á Salomon en ésto; son mas
y gravísimos los que afirman: que pecó contra lo
dispuesto por Dios en el Deuteronomio ; ya porque .
en esto no tenia mas objeto que la vana obstenta-
cion de su poder, su fausto, y el luxo de sus mu-
geres y concubinas : ya porque de esto nacian las ve
jaciones , exacciones y tributos , con que gravó á sus
vasallos , de lo qual se quejaron despues de su muer
te á Roboam su hijo : y ya porque enviaba á com
prar los caballos fuera de su reyno, ó venían los
extrangeros é venderlos á Jerusalen; y de un modo
y otro empobrecían su reyno , y enriquecían a los
otros, y con el trato de los Judíos con los gentiles*
adquirían los resabios de sus vicios é idolatría. Tirina.

i ^■ !
CAPITULO JíVíío^í j>
■'! ;'-- . .■■*i i»■:.-.•-■ ." *;il - i ..? - . ■ .•;■>] ; í-. . . - . j.■.í-^á

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'r'\ -■ M'li.n i:; -:ív'-..\' rííií/n■yj ■.-! v „in
i-".-V. 13. Eligía 4I Rey Sahmon ¡operariús ■de todo $?*\
raelj cuyo número ascendía ¿.treinta mil hombres. A
esto se opona lo que se dice al cap. 9. v. 22. No per
mitió Salomon, que ¡ninguno de los hijos, de Israel sir
viese; pero eran guerreros y ministros suyos, y prín
cipes y capitanes : y prefectos de los carros y caballos.
R. Aquellos treinta mil operarios fueron elegidos
para prefectos y sobrestantes de las obras, para que
cuidasen de que los oficiales y peones trabajasen con"
actividad. Pero no quiso emplear ninguno de los hir.
jos de Israel en el servicio de las faenas y trabajos de
sus obras. Pues para cortar las maderas , sacar las
piedras, y acarrear las cargas, destinó á los proseli
tos de los Gabaonitas y de los Cananeos, y de otros
reynos, que le estaban sujetos; y que moraban en.
tierra de Israel, como se dice al cap. 2. del 2. del
Paralipomenon , v. 17. De este modo no hay. oposi
cion alguna. Tirina. i j¡ : ! t*~.

CAPITULO IX.
,;.\ í ..-;:::) ■■: ■ -; ■../ . :;-;'■ ■■ .',- / '•'-.■;
i 1• i; (V/í.n: vi. U f:;Ví I; . . r y. ;-'.--' ■■. ■■■ f .- '. ■ h.'.¡
-1. j:n u?. '.■b . ■ ri'lXi
V. n. y 13. Entonces dio Salomon a Hiram vein
te pueblos en tierra de Galilea. ¿ No estaba mandado
por Dios al 25. del Lévítico, v. 23: que no se extra
ñase, ni se vendiese la tierra para siempre porque era
suya , y los Israelitas no eran sino forasteros y Co-
Ioí:osI
R. Salomon no vendió , ni hizo propios de Hiram
los veinte pueblos. Se los concedió , para que se hicie
se cobrado de las sumas que le habia prestado , y de
$3
los gastos que babia sufrido en proporcionar maderas
y otras cosas , para la fábrica del templo , y de sus
casas. Y asi habiendo visitado Hiram aquellos pue
blos ; y no habiéndole gustado , se los devolvio. Y
Salomón habiendo pagado á Hiram en metálico, los
hizo habitar á los hijos de Israel, como se dice al
cap. 8. del 2. delParalipomenon, v. i. Véase á 'ftrino,
-., .....iiitt\ i■ .. *,', ■. . -'i-s..'■Y .i i■■ - ■fit " ''i. ■' > '
..*o i-.'i -t-ó CAPITULO XI. \ ,■
-*■■:.ii-Vv i■-.. .'.t i iittkiV-iw. ^ iji. .\.~■i u\ vi" ':. ..-.'. v,\, ..\

í#b c iV¿¡áfS:."i n. wv.w il- *.. i\ :V- -■.. . . . ;-i


V. 13. No privaré á tu hijo de todo el Reyno ; pe
ro le daré una tribu. Y al cap. 1 2. v. 20. : Todo Is-*
raei'constituyó úrJeroboam , Rey sobre todo Israel , y
ninguñb sigútfi la casa dé• .David!j sino la tribu de Ju*
da. Sil'Diosfto dejó áRóboanr sino una tribu: si so
la la'tfíbü -de Juda siguió la casa de David, ¿cómo
al mísrho¿éap.' i^2. v: 21. se dice: congregó Roboam
toda 4aicasa de .Juda , yi el tribu de Benjamín , ciento
othentámii hombres guerreros , escogidos para pelear
contra la casa' dé Israel2. De esto se infiere que la tri
bu de Bfcnjartíin siguió tambien la casa de David; y
por consiguiente y no fué sola la tribu de Juda. ■■'■*
R. La tribu de Benjamín habia quedado muy
disminuida, ryicomo estaba inmediata ála tribu de
Juda , se habia unido á ella^ y quasi habia perdido
el nombre de tribu particular. Tambien siguieron al
tribu de Juda la mayor parte de los Levitas, y mu
chos' legos de todas las demas tribus de Israel, co
mo consta del ■cap. 11. del 2. del Paralipomenon,
▼. i-¿; y 16. 'Pefio ■se dice, que sola U* ttibu de Ju
da siguio la casa de iDavid , porque toda entera la¡
siguio. ii.-tobúl >;íi i ivíj'í :'.'"¡ ■.' ,' '¡o
...■;;. -iiitiil ',' r,:U ..".-.i„ :jr' .vi . - \■„ -. ■.i
.»íiy.j :¿j.í '-i]K -';-í :^ f.í i isii.il .i.q ¡íSr \ j:,í,i.-.j .. !. T
CAPITULO .XV,; ■■ ,., .1- ! J i

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■■
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I - '" ■i- - ■■ !i"'rí .'■■'■■l''"-.í|^ ■■.. "-i:- .•' ;?i.n
V. g. David hizo lo que er# recto enilos ojos del
Señor; y no declinó de quanto Dios ,¿f, habia mandado
en su vida, excepto lo de Uñas Hetheo. Pues qué ¿no
pecó David, quando juró destruir la casa y familia de
Nabal, i-de los Reyes, cap. 25. v. 34? ¿No pecó,
quando usó de tanta sevicia y crueldad con los Ammo-
nitas , que trituró todas las- personas , haciendo pasar
por encima de ella trillos con sierras y cuchillos, 2 de
los Reyes , cap. 2. ? ¿ No pecó quando mandó numerar
el pueblo , por lo qual murieron tantos inocentes : 2. de
los Reyes, cap. 24.? Dios no le rnaiftk^ hiciese estas
cosas ; antes bien las teniaYpi:ohibidaó\ Pues,cómo.,di?,
ce : que David hizo lo que era recto á los; pjps d&
Dios, y que no declinó de quanto el Señor le man
dó en toda su vida , excepto lo de Urias Hetheo ?
. R. David pecó en todas estas ocasiones,. y decli
nó de lo que Dios tenia mandado. Pero asi,como en
tre los hombres no suelen vituperarle aquellas accio-
nos, que aunque malas en sí mismas, se cubren con
algun pretexto, y con capa de virtud: así parece
que tambien el Señor quiso como tapar , ó no vitu
perar aquellas cosas malas, que hizo David con pre
texto de virtud ó de justicia, y culparle solamente
en lo de Urias ; en lo qual no se le podia disculpar,
ni aun en el juicio de los hombres. Del juramento,'
que irritado hizo contra Nabal y su familia, tenia
alguna disculpa con la insolencia de Jas respuestas de
Nabal, á sus prudentes y sumisas peticiones. De la
crueldad que usó con los Ammonitas tenia por dis
culpa, la burla y escarnio que hicieron los Ammo
nitas con sus Embajadores. Para la numeracion del
pueblo, podia alegar por motivo el tributo, qúepen-
saba imponer para la fabrica del templo. Pero para
la muerte de Urias , no podia disculparse de manera
alguna, ni tenia pretexto alguno, que alegar á favor
de maldad tan execrable. Y asi especifica este hecho,
como si David en nada mas hubiera pecado en to
da su vida. El Abulense dice que á el texto se le pue
de dar este sentido : todos los pecados de David pa
recen leves comparados con el pecado que cometió
contra Urias. Tirino , Wouters y otros.
.■..■
CAPITULO XVI.

I.
V. 7. Baasa mato a Jehu profeta , hijo de Hana*-
no: al cap. 19 del 2. del Paraiipomenon , v. 1. y 2. se
dice: Josafat, Rey de Juda, volvió pacíficamente á su
casa en Jerusalen. A el que salió al encuentro Jehu pro
feta , hijo de Hanano, y le dixo... Entre Baasa y Jo-
safat pasaron, por lo menos, quarenta años. Si Jehu,
hijo de Banano , fué muerto por Baasa , ¿ cómo pu
do Jehu , hijo de Hanano , presentarse á Josafat, qua
renta años despues , para reprehenderle ?
R. Hubo dos Hananos que tuvieron dos hijos
profetas de un mismo nombre. Y asi el Jehu que
reprendió á Baasa , y á aquien éste quitó la vida, es
distinto del Jehu que se presentó á Josafat. De este
modo concilia estos dos lugares. Gaspar Sanchez , se
gún Tirino.
CAPITULO XXII.
. ■
I.

V. 48. No habla entonces Rey establecido en Edom


¿Cómo no habia de haber Rey en Edom , si al ca-
pít. 3. del 4. de los Reyes , v. 9. se dice : marcharony
66
pues , el Rey de Israel, y el de Juda ,y el Rey de Edom;
y anduvieron rodeando ?
R. Consta al cap. 8. del 2 de los Reyes, v. 14.
que David conquistó la Idumea y tierras de Edom,
y puso presidio y custodia que la mantuviese baxo
de su obediencia. Los Reyes de Juda la poseyeron
y la gobernaron por medio de Vireyes , que ponian
allí, hasta que en tiempo de Joram, hijo de Josafat,
se reveló Edom, para no estar debaxo de Juda, y se
eligio un Rey, como se dice al cap. 8. del 4. de los
Reyes, v. 20. El que acompañó al Rey de Israel, y
al Rey de Juda se llama Rey ; porque era el Virey,
que el Rey de Juda tenia; puesto en Edom é Idu
mea. Tirino.

LIBRO ÍV.° DE LOS REYES.

CAPITULÓ VI.

V. 14. ±Lnvió , pues, allá caballos y carros ,y la


fuerza de su exército: los quales habiendo llegado de
noche cercaron la ciudad. En el mismo cap. , v. 19, y
Eliseo les dixo: no es este el camino., ni es esta la ciu
dad: seguidme y mostraré el varon que buscais. Aque
lla fuerza armada fué enviada á Dothan por el Rey
de Syria en busca de Eliseo para prenderle. Ellos en
efecto , llegaron á Dothan , que era donde iban. ¿ Có
mo Eliseo les dixo : que no era aquel el camino , ni
aquella la ciudad\
R. El camino que habian llevado era el de Do
than , y esta era la ciudad á donde habian sido en
viados por el Rey de Syria j pero no era el camino,
ni aquella la ciudad de Samaría, donde Dios quería fue
sen; para que viendo la humanidad y buen acogi
miento con que los trataron el Rey de Israel y Elí
seo; y refiriéndolo al Rey de Syria, éste se volviese
y no molestase 4 los Israelitas. Y asi EUseo no faltó
á la verdad, pues su dicho se referia 4 el camino
y ciudad de Samaría.

CAPITULO VI.

V. 23. Los ladrones de Siria no vinieron mas i


tierra de Israel. Por ladrones de Siria se entienden
los soldados ái\ Rey Benadab, y la tropa que éste
envió para prender á Eliseo. ¿ Pues cómo al v. 24. si
guiente se dice: despues de esto congregó Benadab ^ Rey
fíe Siria todo su exército y sitió á Samaría ? Samaría
■era la Corte de Israel , con que volvieron á tierra de
Israel.
31. /Habiendo referido los soldados y tropa que
áiabia ido 4 prender á Eliseo , al Rey de Syria , lo
■que habia pasado , y el agasajo con que los habian
.obsequiado , mandó reunir sus tropas y las partidas
que andaban por los pueblos al pillage y saqueo , y
.se volvió 4 Syria con su exército. De modo que por
entonces , ni en mucho tiempo despues , volvieron 4
verse en tierra de Israel partidas que, como ladro
nes, saqueasen los pueblos. Esto es lo que dice el pri
mer texto. Lo otro que se dice del cerco de Samaría
fué despues de algunos años , y en otra guerra. Tirino.

12
68
.... , -CAPITULO VIH. ..- .,, :
=r;■ ...: ...'-t-'f.. - . : .S •. •--..■ :
i:.; ; '. ...3 i-V ■. - I.. '■>".- ,.

„ ■ .y.. 26. Veinte y dos años tenia Ochozias , quando


fmpezo .á reynar.\ al cap. 22. del 2. del Paralipome
non, v. 2.: quarenta y dos años tenia Ochozias quando
-'empezó á reynar. Es preciso que .alguno de los dos
lugares esté viciado. ¿■..■.;.
K. En efecto lo está eí del Paralipomenon ; de otra
suerte seria preciso decir,; que Ochozias habia sido
mas viejo que su padre. Joran, padre de Ochozias
tenia quarenta años quando murio, segun lo que se -
dice al cap. 21. del .2. del Paralipomenon, v. 2Ói Al
instante, que murio Joran empezó á reynar Ochozias,,
su hijo. Con que si éste tenia quarenta y dos años
entonces,; se sigue que habia nacido dos años antes
que Joran su, padre. Para evitar este absurdo con
vienen Cayetano , Belarmim,y otros citados por Wou-
ters, en que el texto del Paralipomenon fué viciado
por algun amanuense , ó impresor , poniendo qua
renta en lugar de veinte, lo qual fué fácil por la
similitud de?las letras iniciales, ó notas con que se
escriben en Hebreo las dos dicciones. Lo qual se con
firma con los códices griegos, y el Syriaco, los.qua-
les dicen que Ochocias tenia veinte y dos años quanr
<k> empezó á ireynar.

CAPITULO X.

V. 12. Como viniese (Jehu) al aprisco de los pas


tores , encontró ios hermanos de Ochozias , Rey de Juda,
y los degollaron á todos, que eran quarenta y dos, sin
dexar uno sola: al cap. 22. del 2. del Paralipome
69
non, v. i. : los habitantes de ^erusalen constituyeron
por Rey a Ochozias , hijo de Joram , el mas pequeño;
porgue todos los mayores , que antes que él habian na
cido , los. habian muerto los ladrones dé los Arabes^
quando acometieron el campamento. Si los hermanos de
Ochozias habian sido muertos por los Árabes , \ có
mo despues los pudo encontrar Jehu en el chozo , ó
aprisco de los pastores, y degollarlos?
R. Los verdaderos y naturales hermanos de Ocho
zias fueron muertos por los ladrones de los Arabes,
como dice el texto del Paralipomenon. Los que en
contró Jehu y mandó degollar■, no eran hermanos,
sino parientes cercanos ; pero se llaman hermanos,
porque entre los Judíos solian llamarse hermanos los
parientes, comp Abraham y Lot se decian hermanos,
y eran tio y sobrino. Tirino.

". CAPITULO XIV.

."V.". ... i . . . .'.'. . . \


V. 3. Hizo Amasias lo que era recto en la pre
sencia de Dios. ¿Cómo se compone esto con lo que
se dice al 25. del 2. de los Paralipomenos , v. 14:
Mas Amasias despues de la derrota de los Idumeosy y
de haberse traído los Dioses de los hijos de Seir , los
tomó por Dioses suyos , y los adoraba y los ofrecía in
cienso ?
R. Amasias al principio de su reynado fué bue
no, y obró con rectitud en algunas cosas; mas no
en todas. Al principio no quiso adorar los ídolos. Pe
ro no quitó los altares de las alturas, en que el Pue
blo immolaba y ofrecia inciensos: y despues se hizo
idólatra, adorando y ofreciendo inciensos á los ído
los falsos de Seir. Y así el primer texto alaba sus priiv-
pios, y el segundo reprueba sus fines. ,

LIBRO PRIMERO
DE LOS PARALIPOMENOS..

CAPITULO II.

V. 13. <3e refieren Jos hijos de Isai, no son mas que


siete. Alcap. 16. del i. de los Reyes w. 10 y n. se
cuentan ocho: siete que Isaitraxo delante de Samuel i y
Dá?ñd, que estaba apacentando las ovejas, y se pre
sentó despues. ¿En qué está la equivocacion?
Isai no tuvo mas que siete hijos , y estos son los
que se refieren en los Paralipomenos. En el libro de
los Reyes se refieren ocho , porque Isai entre sus hi
jos presentó á Jonatan, hijo de Samma, y nieto su
yo, y adoptado por él. Ruperto citado por Tirino.
,. .. CAPITULO ra.
- ' l .

I.
V. 5. jí David .le nacieron en Jerusakn Simmaa,
y Sobad, y Natan, y Salomon, quatro (hijos) de Betsa-
be, hija ds Ammiel: esto no se aviene bien con lo qui
afirma Salomon al 4. de los Proverbios, v. 3. dicien
do : yo fui hijo tierno de mi padre, y unigénito de mi
madre. Sí, unigénito: luego David no tuvo mas hi
jos de Betsabe que á Salomon.
R. David tuvo quatro hijos de Botsabe. Pero Sa
lomon se llama unigénito de su madre, porque era el
mas amado y querido. Aun sin contar los tres
7*
que aquí se refieren , no podia Salomon llamarse en
sentido riguroso, unigénito de su madre, pues Bet-
sabe habia tenido ántes oteo hijo de David concebi
do del adulterio, y muerto poco despues de nacido.
Ademas S. Lucas deduce la genealogía de Christó
de David por Natan, hijo de David. Prueba convin
cente de que el Natan era hijo de Betsabe y de Da
vid , como se dice al cap. 3. de los Paralipomenos.
Aqüi se dice : que Betsabe era hija de Amnúel: y al 2.
de los Reyes, cap. 11., v. 3. se dice, hija de Eliamí
porque el padre de Betsabe tenia dos nombres , como
otros muchos en la Sagrada Escritura. Tirino y otros'.

CAPITULO III.

"V. 17. Los hijos de Jeconias fueron Asir, Sala-


tiel. ¿Cómo puede ser esto? Si Jeremías al cap. 22.
v. 30. dice: que Jeconias fué estéril2.
R. Jeconias tuvo hijos , y muchos. Pero Jeremías
le llama estéril; porque para su reyno fué, como si
no los hubiera tenido. En atencion á que ninguno
de sus hijos y descendientes habia de ocupar el solio
de David, ni exercer. potestad real en Judá, como
dice el mismo Jeremías. No obsta contra esto, el
que Christo fué descendiente de Jeconias, y S. Ga
briel dixo á María S.ntísima: el Señor dará al hijo,
que concebirás , y parirás el Solio de David, su padre,
pues Jeremias habla del reyno terreno y breve, y S.
Gabriel hablaba del reyno perpetuo y celestial. S. Ge
rónimo citado pvr Wouters. • '
72
CAPITULO XII

I.
V. 32. De los hijos de hachar, hombres sabiosy
que conocian todos los tiempos, para mandar lo que de
bia hacer Israel: al cap. iy. del Deuteronomio , y
en otros lugares se lee : que á los sacerdotes corres*
pondia enseñar y mandar lo que los Israelitas debían
hacer, ó no hacer. ¿Cómo aqui se dice, que á los hi
jos de Isachar, que no eran de la tribu Sacerdotal?
R. A los sacerdotes les correspondia enseñar los
preceptos de la ley , los ritos y ceremonias de los sa
crificios. Los hijos de Isachar eran labradores y pas
tores , y se habian dedicado á la astrología natural,
y parece que por el conocimiento que tenían del
movimiento de los astros, y de las lunaciones, les
estaba encargado eí señalar y componer el Almena-
que,'ó Kalendario, para las festividades y pasquas
de Israel. Tambien los consultaban acerca del tiem
po en que debian sembrar , y segar sus mieses,
pastar los ganados , y demas cosas de la labranza,
cultivo de los campos , y pasto de los ganados. 2V-
rino con otros. >
CAPITULO XXL

V. 11. Elige lo que quieras: 6 tres años de hambre.


Al cap. 24. del 2. de los Reyes v. 13. 6 te vendrá ham
bre por siete años. Parece que en alguno de estos dos
lugares hay equivocacion, pues tres no son lo mis
mo que siete.
R. Segun varios Expositores al principio ame
nazó Dios á David con siete años de hambre , segun
se explica en el libro de los Reyes. Pero por ruegos
73
de David y del Profeta Gad , los reduxo á tres , co
mo se dice en los Paralipomenos, así como á instan
cias y súplicas de Abraham reduxo el Señor hasta diez
el número de cincuenta justos , para perdonar á So-
doma. Así no hay equivocacion. Sanchez citado por
Tirino y por Wouters.

CAPITULO XXL

V. 13. Mejor me es caer en las manos de Dios , que


en las manos de los hombres. ¿Pues cómo el Eclesiásti
co al cap. 1. v. 22. dice : Si no hacemos penitencia, cae
remos en las manos de Dios , y no en manos de los hom
bres ? dando á entender, que es mas terrible caer
en las manos de Dios que en las de los hombres?
¿Cómo Susana al cap. 13. de Daniel v. 23. decia á los
viejos que la solicitaban y amenazaban : mejor es caer
en vuestras manos ?
R. David dice, que es mejor caer en las manos
de Dios que en las de los hombres , en punto á penas
y castigos temporales y corporales ; porque Dios co
mo infinitamente misericordioso, castiga como padre
compasivo. Pero los hombres dominados del furor
todo lo llevan á sangre y fuego. El Eclesiástico ha
bla de la pena eterna, con que Dios castiga á los que
no hacen penitencia de su pecados, respecto de la
qual son leves todos los suplicios y penas de los hom
bres. Y Susana decia , que la era mejor padecer inocen
te la muerte corporal, y la nota infame de adúltera,
con que la amenazaban los viejos, que no pecar y
ofender á Dios. Que es lo mismo que se dice en el
Evangelio : no temais á los que es puedan quitar la vi
da corporal , sino temed mas bien á el que puede echar
al infierno vuestro cuerpo y vuestra alma. De modo
K
7*
que son distintas las manos de Dios, en que quiere
caer David, de las manos de Dios de que temen el
Eclesiástico y Susana. David desea unas manos pa
ternales, que castigan con amor y piedad: Susana y
Eclesiástico temian caer en unas manos de un Juez
severo, que castiga con rigor y eternamente. Tirina..

CAPITULO XXI.

I.

V. 25. Dio David a Ornan por el lugar , 6 terre


no, seiscientos sidos de oro de justísimo peso. Esto no
se compone bien con lo que se dice al cap. 24. del
segundo de los Reyes v. 24. Con.pró David á Jírcu-
na (ú Ornan) la era y los bueyes en cincuenta sidos de
plata.
R. David compró primeramente un pequeño pe
dazo de la era para el altar que le habia dicho el
Profeta, y los bueyes para el sacrificio, y por esto
dió cincuenta sielos de plata, como dice el libro de
los Reyes. Luego compró lo restante de la era y ter
reno necesario para la fábrica del templo que se ha
bia de edificar allí; y por esto pagó los seiscientos si
dos de oro, que dicen los Paraiipomenos. Esta era
no solo comprendía parte del monte Moria, sino tam
bien parte del terreno en. que Abraham iba á sacrifi
car su hijo Isaac. Josefa 3 San Gerónimo , y otros ata
dos por Tirino. .. ■. i. , ■
7*
LIBRO SEGUNDO
DE LOS PARALIPOMENOS.

CAPITULO V.

V. 10. ./.Vo habla en el Arca otra cosa qu; las dos


tablas que Moysés había puesto en Horcb ¿pues cómo
San Pablo al cap. 9. de la Epistola de los Hebréos
v. 4. afirma que en el Arca estaban la urna del Ma
na , la vara de Aaron , y las tablas del Testamento ?
R. Quando se colocó el Arca en el Sancta. Sanc-
torum no habia en ella mas que las tablas de la Ley.
En los tiempos posteriores se pondrían en ella las co
sas que dice San Pablo. Al cap. 17. de los Números
se lee , que la vara de Aaron fué puesta en el Taber
náculo, no en el Arca. Por otra parte consta, que
Helcias halló el libro de la Ley del Señor , escrito
por Moysés, en la casa de Dios, no en el Área. De
aquí se infiere, no contradicion en los textos, sino
que las cosas contenidas en el Arca fueron en unas
ocasiones mas , y en otras menos , segun las circuns
tancias y vicisitudes del pueblo de Dios. Tirino.

CAPITULO XIV.

I.

V. 2. Asa hizo lo que era bueno y agradable á los


ojos de Dios. ¿ Si Asa hizo lo que era recto y agrada
ble á Dios; por qué de parte de Dios le reprendió el
K 2
76
Profeta Hanani, como consta del cap. 16. v. 3.? -
R. Asa al principio de su reyuado derribó los al
tares del culto extrangero, y los altos: quebró las es
tatuas de los ídolos.: taló los bosques: mandó que se
bascase á Dios , y se observase la ley y mandamien
tos del Señor. Por este celo, que manifestó acerca de
la verdadera religion y culto del verdadero Dios, di
ce el primer texto , que obró lo recto , y que su co
razon era perfecto. Sin embargo, á lo último, se hizo
reprensible , y airado contra el Profeta Hanani le me
tio en la cárcel , y quitó la vida á muchos del Pueblo.

CAPITULO XV.

V. 19. T no hubo guerra hasta el ano treinta y cin


co del reynado de Asa. ¿Pues no dexa dicho al cap. 14.
v. 9. hasta el fin : que Zara Erhiope hizo guerra á
Asa con un millon de hombres y trescientos carros, y
que Asa auxiliado de Dios le venció y derrotó ; lo qual
sucedio al año diez y seis del reynado de■ Asa? ~
¿ No quiere decir el texto , que Asa no tuviese
guerra hasta el año treinta y cinco de su reyuado,
sino que d&de la victoria que Dios le concedio con
tra Zara, no hubo guerra hasta el año treinta y cin
co. Pues el año treinta y seis le declaró guerra Baa-
sa Rey de Israél. La dificultad está en entender es
tos treinta y cinco años del reynado de Asa. Pues
constando al cap. 16. del 3. de los Reyes v. 8. que
el ano treinta y seis del reynado de Asa ya ha
bla muerto Baasa, Rey dz Israél, mal podia despues
de muerto declararle la guerra. Los intérpretes entien
den estos años , no del reynado peculiar de Asa ,. sino
del reyno de los Judios, separado del Reyno de Is
raél. Y en efecto si se hace la cuenta, se vé que Baa
sa declaró la guerra á Asa á los treinta y seis años de
la separacion de las Tribus. Wouters.

CAPITULO XXL

V. 1 2. Fuele traída (á Joran) una carta del Profe-


. ta Elias. El Profeta Elias habia sido arrebatado mu
cho antes al Cielo en el carro de fuego , como cons
ta del 4. de los Reyes cap. 2. ¿cómo pudo escribir á
Joran?
R. Los intérpretes están discordes sobre esto : unos
dicen que el Escritor ó Amanuense puso Elias en lu
gar de Eliseo, asé Clavisio y Clerico: Otros dicen que
la carta seria de otro Profeta Elias , que entonces vi
viese , así Cayetano , Piscator. Otros- que Elias la de-
xó escrita en poder de alguno de sus discípulos, pa
ra que á su tiempo la entregase 2 Joran, así Tome-
lio y Manuel Sai y otros por último , que la escribió
Elias desde el Paraíso, y la remitió por medio de
algun Angel , así Wouters. De qualquiera manera que
fuese, nada tiene de repugnante, y nosotros debemos
reconocer estos sucesos admirables de la misericordia
y poder de Dios , que por este medio buscaba la con
version de Joran y de su Pueblo.

CAPITULO XXXVL

V. 9. De ocho años era Joaquín quando empezó á


reynar , y reynó en Jerusalen tres meses y diez días.
Al cap.. 24. del 4. de los Reyes v. 8: De diez y■ ocho
unos era Joaquín quando empezó reynar. Parece que es
tos dos textos se oponen entre su
78
R. Joaquín tenia ocho años quando empezó á
reynar juntamente con su padre, y reynó con él
diez años. A los diez y ocho años empezó á reynar
solo , y no reynó sino tres meses y diez dias. No hay
pues oposicion ninguna. Wouters.

LIBRO PRIMERO DE ESDRAS.

CAPITULO III.

V. 12. JL muchísimos... lloraban dando grandes w


ees, y muchos alzaban la voz gritando de, alegría , ¿por
qué unos lloraban y otros se alegraban, siendo mto el
motivo?
R. Los que habian visto la magestad y extension
del antiguo templo, y veian los cimientos que se po
nían para el nuevo, lloraban, porque éste no corres
pondia á la magnificencia del de Salomon , y porque
ellos con sus pecados iiabian sido .causa de la destruc
cion. Los otros se alegraban porque veian que Dios
los miraba ya con misericordia, porque iban ya á te
ner Templo donde adorar al verdadero Dios , libres
de las cadenas de la esclavitud , y de las abominacio
nes de la idolatría. Wouters y otros.

CAPITULO VI.

I.
V. "14. T edificaron y construyeron el edificio por el
mandamiento del Dios de Israél, y por el mandamiento
de Cyro,y de Darío, y de Artaxerxes , Reyes .de Per"
79
sia. v. 15. T gastaron en acabar esta casa de Dios has
ta el dia tercero del mes de Adar, que es el ano sexto
delreynado del Rey Darío. Si acabaron la casa de Dios
el año sexto del reynado de Darío ¿cómo la edifica
ron y construyeron por mandamiento de Artaxerxes,
que reynó despues de Darío?
R. El año sexto de Darío se concluyó el Sancta
Sanctorun, que es lo que propiamente se llama casa
de Dios. Pero los pórticos y otros adornos del Tem
plo se edificaron en tiempo de Artaxerxes, y por
mandato suyo. Wouters.

LIBRO SEGUNDO DE ESDRAS.

CAPITULO V.
I.
V. 16. IrA as yo' (Nehemias) por temor de Dios
no lo hice asé i antes bien trabajé■ en la obra d.l muro.
¿Cómo Nehemias pudo decir que habia trabajado , si
al cap. 3. se especifican y se hace relacion de los que
trabajaron en la fabrica, y la parte que cada uno e-
cüficó , y nada se dice que trabajase Nehemias ?
R. No trabajó con sus manes ; pero empleó- sui
caudales en mantener á los trabajadores pobres, y
hacia que sus criados trabajasen , sin agóviar al Pue
blo, ni exigir como los otros Gobernadores , salarios,
pan ni vino. Y además acudía á todas partes, vela-
fea y¡ cuidaba que todos trabajasen como debian. Lo
qual verdaderamente era trabajar.. Tirino.
LIBRO DE TOBIAS.

CAPITULO IV.

V. 1 8. jLon tupan y tu vino sobre el sepulcro del


justo: al cap. 30. del Eclesiástico, v. 18. se dice:
los bienes escondidos en una boca cerrada son como las
comidas que se ponen s6bre el sepulcro. Parece , pues,
que son inútiles y de ningun provecho. Si son inúti
les ¿cómo Tobias encargaba á su hijo que lo ] hiciese?
R. Los Gentiles y los Judíos tenian la costumbre
de poner pan, vino, y comida sobre los sepulcros de
sus muertos. Los Gentiles lo hacian juzgando, que
los difuntos lo necesitaban y comian de ello , como
dice S. Agustín. No así los Judíos. Estos lo hacian
por especie de limosna y de sufragio, y para que ce
lebradas las exequias comiesen de ello los ministros,
los asistentes y pobres. Esta misma costumbre estuvo,
y aun está en uso entre los Christianos , no porque
creyesen, ni crean que los muertos comen; sino co
mo ofrenda y limosna , que sirve de sufragio al alma
del difunto , y de alimento á los Minisrros del Al
tar, y á los pobres. Como estas ofrendas se comian
en los mismos templos , y en los cimenterios públi
cos i, se introduxéron varios abusos :, que reprendie
ron S. Ambrosio , S. Agustín y otros Padres. Por lo
qual en muchas partes aun se acostumbran las ofren
das; pero las conudas en el templo y cementerios se
abolieron. Tobias quería que su hijo lo luciese, segun
y con el fin que lo hacian los Judíos. Por esto le en
carga, que el pan y vino lo ponga sobre el sepulcro
del justo, esto es , de los de su pueblo hebreo ; y que
81
ri© coma nitbebS de ello coft los pecadores i esto es,
con los gentiles: el Eclesiástico dice: que asi como
los muertos no comen.de las viandas, que se ponen
sobre sus sepulcros ; asi los bienes escondidos no apro
vechan al rico, que gravado de la enfermedad, no
puede comer. Belarmino, Tirino y otros. " ¡
r. . ■ '. ■ . . ■ : ■ • . . ■ ■ *l . '' ' ' ■ > ' ■ *
CAPITULO V.
.•.S... ■,(. 1 ¿.;j v: :' ' : .. I. . . . .
* . ; ' r . t > I ~.

■ ,;V. i8< ¥0 soy ¿izarías, .hijo del grande Anemias:


al cap. ..1 2.' i y. :xjfr'v.yo soy Rafaeli Ángel. ¿Faltó S.
Rafael á la .verdad?
R. No faltó. S. Rafael fué enviado por Dios, pa
ra que aícohipañase á Tobias, é hiciese los oficios de
Azarías ,.y asi como el Ángel, que hablaba con Moy»
sés, porque hacia las veces de Dios, no mentía di
ciendo : yó' soy Dios.; asi S. Rafael haciendo las ve
ces de Azarías, no mintió diciendo: yo soy Azarías.
Ademas , Azarías quiere decir, Auxilio de Dios. Ana»
nias lo mismo que don ó gracias de Dios. Y como S.
Rafael en aquella ocasion era un" auxilio que Dios
enviaba gratuitamente al hijo de Tobias, respondio
verdaderamente , que era Azarías , hijo del grande
Ananias, como si hubiera dicho: yo soy un auxilio
de Dios, hijo , ó emanado de su gran misericordia
y gracia. Tirino. ■ ..: > ■- :. ...■ ■■

CAPITULO IX.

. .' - . I.

V. 3. Te ruego.... vayas a Gabelo, en Rages, ciu


dad de los Medos, y le vuelvas su recibo, y cobres de el
el dinero : al cap. 3. , v. 7 se dice : el mismo dia acon-
L
8a
ieeió que Sara, hija de Raguel, eh Rages, dudad de
Jos Medos, se- ayo tambien ultrajar de una de las cria
das de su padre, Segun esto Sara y su padre Raguel,
vivían en Rages, ciudad de los Medos, y allí tenían
su casa. El .mozo Tobias y S. Rafael, ó Azarias, ¿si
taban én casa de Sara. Lúégp todos estaban en RaT
ges. Si todos estaban en Rages , ¿ cómo Tobias dixo
á Azarias , fuese á Gabelo , en Rages , á cobrar el di
nero? Esto parece implicatorio.
R. Para concordar esto convienen los Exposito
res, en que Raguel y Sara habitaban en Ecbatana,
ciudad de los Medos, que. también se llamaba Rages,
distante de la otra ciudad de Rages, donde vivia
Gabelo , dos dias de camino. Y así parece se lee en
los códices hebreos y griegos. Segun esto ya.no hay
dificultad,- en que Tobias; enviase desde Ecbatana a
Azarias, á Rages, para cobrar el dinero de Gabela.

LIBRO DE JUDITH.

¡. ,.:, capitulo" ¿ ... 11 b

V. f.iJjuran los dea caballo sagitarios doce mil. Es


to nó conviene con lo que se dice al, cap. .7., v. 2.:
eran los de á caballo veinte y dos mil.
R. Holofernes al principio no tenia mas que doce
mil sagitarios de á caballo. Despues se engrosó su
«xérclto, con las tropas que le venían, y llegaron á
veinte y dos mil Tirino.
\
83
.
capitulo
:■ .
vin..:>..'
- ' .\> ■ . ■

' ■■.'. -¡ . ■)i ■■ i ii'i ■-/ ^ ■..■.,• r." .' ■, . i


V. 1. Se forma la genealogía de Judith, y se di
ce: que fué de la tribu, de Ruben. ¿Cómo al cap. 9.,
v. 2. dice ella misma , que su padre fué Simeon , el hi
jo de Jacob'2. '
R. Judith descendia de Simeon, hijo de Jacob,
como ella misma dice al cap. 9. , v. 2. El Ruben, de
quien se dice descendia al cap. 8. , v. 1., no es Ru
ben , hijo de Jacob , sino algun hombre ilustre de
sus ascendientes , hasta el qual quiso texer la ge
nealogía de Judith, el autor de su historia, sin lle
gar al Patriarca Simeon, hijo de Jacob. Alapide^ cita
do por Woúters.
CAPITULO IX.

V. 2. Aqui alaba Judith y atribuye a Dios lo


que hicieron Simeon y sus hijos , hijos de Jacob , dan
do la muerte á los Sichimistas por haber violado afren
tosamente á su hermana Dina : al ■ cap. 34. del Gé
nesis , v. 29 : fué gravemente reprobado por Jacob lo
que hicieron sus hijos contra los Sichimistas. ¿ Cómo se
compone esto ? Si lo que hicieron Simeon y Leví fué
malo, cómo lo alaba Judith? Si fué bueno, cómo
lo reprobó Jacob ?
R. El hecho de los hijos de Jacob se puede con
siderar de dos maneras , ó como nacido del celo de
la gloria de Dios ofendido, y de la justa indigna
cion que concibieron al ver deshonrada afrentosa
mente á su hermana Dina por un Geutil: y asi fué
bueno y digno de alabanza. Y en este sentido le
alabó Judith , y aun se lo atribuye á Dios. O como re
L 2
84
vestido de todas las circunstancias que le acompaña
ron ; y asi fué malo y. digno de reprobacion. Los
hijos de Jacob le executaron por su propia autoridad
sin consultar á su padre; y valiéndose del dolo y
frande, faltando al pacto que se habia hecho con so
lemnidad entre la casa de Jacob y los Sichimistas.
Por lo qual fué reprobado por Jacob. Wouters. No
hay inconveniente en decir, que una misma obra
puede ser digna de alabanza y de vituperio. De la
alabanza, si su objeto es bueno y isi es kispirado por
Dios. De vituperio , si los hombres al executarla la
vician por alguna circunstancia. El dar una limosna
es cosa santa y digna de alabanza ; pero si el que la
da, la vicia con la hipocresía, ¿s digna de vituperio.
Dios ^bendixo á las obstétrices egipcias , por haber
salvado á los infantes hebreos, aunque lo hicieron
mintiendo. Las alabó, no. por la mentira, sino por
su piedad y buen fin que se propusieron. Tirino.

CAPITULO IX.

V. 13. Sea (Holofernes) preso con el lazo de sus


ojos puestos en mí, y hiérele con los labios, ó palabras
de mi carino. En esto parece de Judith pedia á Dios
excitase en Holofernes algun afecto impuro : Si Ju
dith pensó que Dios era inventor de la luxuria, era
blasfemia : ademas, excitando y logrando atraer á su
amor á Holofernes, buscaba la ruina espiritual del
próximo, y queria hacer á Dios autor de su escán
dalo y pecado, pidiendo á el Señor le aprisionase con
el lazo , que ella le preparaba, y le hiriese con las pa
labras cariñosas, que ella le diría. ¿ Puede salvarse a
Judith de haber pecado en esta peticion, que hizo a
DlQS? ' i ¡: '■ ''\i)i, •.! O- i \¡i\\ e •).... i. i ■ :i'J.
8s
R. Sí se atiende á lo que Judith pedia á Dios en
este lugar; y se reflexiona, que se quitó el silicio, y
se desnudó de los vestidos de su viudedad : que la-
bó su cuerpo, ungiéndose con ungüento precioso ; y
en fin, que se adornó con todos los atavíos de su ju
ventud, como se dice al cap. siguiente: se conoce
que todas sus miras iban dirigidas á que Holofernes
se enamorase de su hermosura , con el designio de
quitarle la vida, ó de conseguir de él por buenas. la
libertad de Bethulia. Aun quando este designio en
sí era bueno, es muy dificultoso el salvar á Judith
de pecado , por lo menos leve , ya en los adornos que
se puso para atraer á Holofernes á su amor; y ya
pidiendo á Dios le hiciese quedar preso en el lazo de
su hermosura , y que le hiriese con las palabras ca
riñosas, duices, lisonjeras y amorosas, con que le
hablaría. El afecto que deseaba excitar Judith en
Holofernes, no podia ser otro, que el impuro, tor
pe, y libidinoso. Su intencion no era casarse con él;
pues esto la estaba prohibido. El excitar al próximo
con palabras" y atavíós provocativos es pecaminoso
y escandaloso , porque se intenta la ruina espiritual
del próximo,. y la ofensa contra Dios: ademas pe
dir á Dios que cooperase á esto mismo , era querer,
que Dios cooperase al pecado : en lo qual se hace una
injuria horrorosa á la bondad de Dios. En cuya aten
cion, y en la de que no es lícito obrar mal, para
conseguir algun bien, parece que con dificultad se
puede justificar á Judith : sin embargo, son muchos
y entre ellos S. Ambrosio, los que afirman que Ju
dith no pecó: que lo que hizo fué por .inspiracion
de Dios: y que baxo el velo de los adornos de Ju
dith y de sus palabras se encierran algunos miste
rios. Lo cierto es , que el Señor sobreañadió hermo
sura á la hermosura de Judith,"para que. pareciese
.mas amable á los ojos de los que; la miraban. Yo
86
siempre diré que lo que hizo Jüdíth no debe ser ejem
plo , para otras mugeres que no sean Judithas. -?
V-.. i . 'i.SiV v CAPITULO- X.: . '■' | : ."i Uí i 'i"J
-í-.
i ■i■i::■" 'i:. , -.. ■. y ü V ' ,- ■ . - 1 , ■ \ ; vi
-(.', ■" i*. I. *',.

V. 12. Soy hija de los Hebreos, y por esto he


huido de ellos , porque he conocido que os serán entrega
dos á saco... Por esta causa pensé dentro de mi, dicien
do: iré a la, presencia del Principe Holofernes , para
manifestarle ¿os secretos de ellos, y mostrarle por qué
entrada puede apoderarse de ellos , de -manera, que no
perezca un solo hombre de su exército. En todo esto
faltó Judien á la verdad. Ni ella habia, conocido que
Holofernes saquearía á los de Bethulia : ni ella habia
ido á la presencia de- Holofernes á manifestarle la
parte , por donde podría apoderarse de la ciudad. El
Espíritu Santo dice al 4. del Eclesiástico, v. 24. y 30:
río te auergüences de decir la verdad, no contradigas á
la verdad de manera alguna. Parece, pues, que Ju-
dith mintió. • í-.
Rw Son muchos los sagrados Intérpretes, que es
cusan de mentira á Judith, y dicen que quanto ha
bló é hizo fué por iuspiracion de Dios , y por espíri
tu profetice De este parecer soniS. Agustín, Raba-
no , Hugo, Cartuxano, Tirina y otros. Se fundan en que
«o es creible, que una muger tan santa, que habia pe
dido á Dios la ilustrase, la auxiliase, y pusiese en su
boca las palabras, forjase tantas mentiras. Pero el Abu-
lense , Lira, Santo Tomás , Sa, Mariana, Wouters y
otros, son de opinion qué Judith mintió muchas ve
ces en el discurso de su historia, aunque oficiosa
mente, y por salvar su patria: algunos (dice Santo
Tomás) son recomendados en la Sagrada Escritura, no
por su perfecta virtud; sino por cierta índole de vir
tui, esto es, porque se veia en ellos algun afesto lau
dable , por el qual se movian á hacer algunas cosas in
debidas : . de este modo es alabada Judith , no porque
mintió á Holofernes , . sitio por el afecto, que tuvo por
la salud de su pueblo ; por la qual se expuso á los pe
ligros, síwique se puede decir, que sus palabras tienen
verdad segun algun sentido místico. Aunque algunas
eosas de las que dixo Judith pueden tener verdad,
como dice Santo Tomás, en un sentido místico ó
profético, Wouters dice, que de ninguna manera
pueden . salvarse de mentira aquellas , que se han
puesto arriba del cap. 10. , v. 12. y 13. , porque és
tas eran contra su misma, mente: y en efecto, ella no
habia salido de Bethulia, ni porque conocia que ha
bian de ser saqueados ^ ni para manifestar á Holofernes
la parte por donde podría entrar en la ciudad; sino
únicamente salió de la ciudad, para tener ocasion
de perder y matar á Holofernes. Estas razones me
hacen mucha fuerza: y así me parece, que debe
mos distinguir dos cosas: el designio de librar su
pueblo, y los medios de que se valicS. El designio
fué \ jeno y laudable é inspirado por Dios. Los me
dios no fueron tan laudables, porque muchos de
ellos r apenas con dificultad pueden^ salvarse de pe
cado.
'r ; r>rCAEITULO XII.
> ,

V. 10. Dixo Holofernes á Vagao, su Eunuco: an


da y persuade a. esa Hebrea que espontáneamente con
sienta en cohabitar conmigo, v.. 14: todo lo que á él agra
dare será para mí lo mejor , todos los dias de mi vida'.
cap. 13. , v. 1. y 3. Vagao cerró las puertas de la cá
mara y se fue... y judith se quedó sola en la. cámara
(con Holofernes.) Holofernes habia dispuesto el con
88
vite , para cohabitar después carnal y lascivamente
con Judith : esto la constaba á la misma Judith ; y
aunque ella en su interior no quisiese pecar , el asis
tir al convite, el vestirse y adornarse, para ponerse
en "presencia de Holofernes : el responder al.Eunur
co, que haria quanto fuese del agrado de Holofer-,
nes : y el quedarse sola con él , no puede menos de
considerarse como un peligro próximo de pecar : ha
ciéndolo voluntaria, libre y espontáneamente peca
el que se expone al peligro, porque comp dice el
Eclesiástico: el que ama el peligro , perece en él. ¿Pecó
Judith haciéndolo? . ..-í: i¡v-v,
' R. Solo diciendo, que. Judith estaba segura de la
divina proteccion, de la qual podia haber tenido re
velacion se la puede salvar. Los intérpretes convie
nen, en que quanto hizo Judith contiene algunos
misterios, que debemos venerar, aunque no los pe
netremos. Pero yo nunca escusaria de pecado á una
muger , que voluntaria y espontáneamente , y sin es
tar asegurada de la divina proteccion, hiciese lo que
hizo Judith: aun ella misma, conociendo el.peligro
á que se había expuesto ; y que sus ciudadani po
drían discurrir, que habia conseguido su intento^
prostituyéndose á. Holofernes, ó que su honestidad
podria haber padecido entre tantos soldados, capita
nes y príncipes del exército enemigo, quiso dar una
satisfaccion jurando y diciendo : vive el mismo Señor,
que su Ángel me ha guardado , ya al ir de aquí , ya
estando allí , y ya al volver de allá para acá : y que no
ha permitido el S.hor, que yo, su sierva, fuese aman
cillada, sino que me ha hecho volver á vosotros sin
mancilla de pecado , gozosa por su victoria , por haber
me yo escapado , y por haber sido vosotros libertados.
89
LIBRO DE ESTHER.

CAPITULO III.
'. i i - . ; ' í . .

. . . . I.
V. i. -LJespues de esto A'suero exaltó a Aman,
hijo de Amadato , el qual era del linage de Agag : ai
cap. 1 6. , Vv 10.1 Aman, hijo de Amadato, Macedonio
de corazon y de origen. No parece se compone bien
ser Aman Macedonio en -su origen, y ser del linage
de Agag.
R. Aman era sin duda descendiente de alguno de
los deudos de Agag, que huyeron quando Saul hi
zo aquel estrago tan grande en Amaleen , el qual se
confugiase á.Macedonia, y de él descendiese Aman.
Aman pasó á Persia , y por sus fraudes y enredos
llegó al segundo puesto del reyno. Y porque deseen-
din de Macedonia , y porque quería pasar á los Ma
cedones el imperio de los Persas , le Üama. Asuero al
cap. 1 6. Macedonio en el espíritu y origen.

CAPÍTULO III.
. . . ■ í - I.

V. g. Lo qual oído por Aman, y habiendo visto por


experiencia, que Mardoqueo no le doblaba la rodilla,
ni le adoraba entró en grande ira... y quiso mas bien
destruir toda la nacion de los Judíos. Al cap. 12.
v. 6. Mas Aman , hijo de Amadato , estaba en grande
crédito con el Rey, y quiso hacer mal á Mardoqueo,
y á su pueblo , á causa de los Eunucos del Rey , que
habían sido ajusticiados. Sí el ódio y rencor de Aman
M
contra Mardoqneo y su pueblo era porque no le
adoraba, é hincaba la rodilla ¿cómo dice despues que
era por causa de los Eunucos ajusticiados ?
R. Desde que Mardoqueo descubrió al Rey la
conjuracion, que tenian trazada los Eunucos, para
quitarle la vida, en la qual tendria parte Aman,
se conjuró éste contra Mardoqueo y los Judíos. Des
pues viendo que Mardoqueo no le adoraba, se llenó
de mayor ira contra él , y pensó acabar no solo
con Mardoqueo, sino tambien, con todos los Judíos
existentes en el Reyno de Asuero. Woutersv . .■.,.■

. CAPITULO VI.
. . . ... .... L,.:, ■r ■.,
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- I - .•. ■ . .. i: ■. - . ■ .¡!.. , :.. ■■ i ■
V. 3. 1 Qué honra y qué premio ha recibido Mar
doqueo por esta fidelidad2. Sus siervos y ministros le
dixeron: ninguna merced ha recibido. Al cap. 12. v. 5.
Y mandole el Rey (á Mardoqueo) que viviese en un
quarto de Palacio., habiéndole gratificado por la de
lacion. Si el Rey le habia gratificado y dado premios
por la delacion, \ cómo, dice que por ser fiel en la de
lacion no habia recibido merced ninguna ?
R. El Rey habia, mandado que se hiciesen mer
cedes, y se premiase á Mardoqueo por haber descu
bierto la traicion de los Eunucos Bragata y Thares.
Pero como Aman , por quien pasaban todas las co
sas y decretos■ del Rey , estaba implicado en la con
juracion, y era enemigo de Mardoqueo, no se habia
cumplido . lo que Asuero habia mandado. Antes bien
Aman buscaba ocasiones para acabar con Mardo
queo, y con todos los Judios.
CAPITULO IX.
I.

V. 12. T dixo el Rey a la Reyna: los Judios han


muerto quinientos hombres en Fusan,y ademas los diez
hijos de Aman. V. 13. T ella respondió : si es del agra
do del Rey... y sean ahorcados los diez hijos de Aman.
Si ya habian sido muertos los diez hijos, ¿cómo dice
que sean ahorcados ?
R. Aunque ya estaban muertos, queria Esther,
que sus cadáveres se pusiesen en la horca , para ma
yor infamia, y para que aquel espectáculo sirviese
de escarmiento á todos los enemigos de los Judios.

LIBRO DE JOB.

CAPITULO III.

V. 1. ■iVLaldixo Job á su vida... á el dia en que


habia nacido , y a la noche en que habia sido engendra
do: al cap. 7.: se desea la muerte: al v. 16. confiesa:
que desesperó : á el 20. : que pecó : á el cap. 33. , v. 34.
dice: he hablado con liviandad: á el v. 35. : he dicho
una cosa , que ojala no la hubiera dicho : al cap. 42.
v. 3. confiesa: que ha hablado iieciamente. Segun esto
parece que Job pecó en algunas cosas : que se exce
dió en algunas palabras : y que en algunas ocasiones
faltó á la paciencia , á la prudencia , y moderacion.
Pues ¿cómo al cap. 2. v. 10. se dice: en todas estas
cosas no pecó Job con sus labios ? ¿ cómo el mismo Job
dice de sí mismo, cap. 17., v. 2.: no he pecado, y
M 2
92
mis ojos estan llenos de amargura9. Y cómo el mismo
Dios dixo á Eliíath Themanites, al cap. 42. , v. 7. : me
he enfurecido contra ti, y contra tus dos amigos; por
qué no habeis hablado con rectitud, como mi siervo
Job ?
R. No hay duda de que algunas palabras de Job
parecen, miradas superficialmente , necias, y faltas
de paciencia y moderacion. Algunos Padres , y entre
ellos San Gerónimo, dicen: que pecó en algunas co
sas. Pero los mas le defienden y disculpan , por lo me
nos, de culpa grave. Aquellas maldiciones y expre
siones, que parecen irregulares, y que él mismo re
conoció como leves y necias , son unos desahogos de
un hombre sencillo, recto y justo, agoviado baxo la
terrible mano de Dios, que permitió á el demonio
tentarle con todo género de adversidades , para pro
bar su constancia y fidelidad. De un 'hombre rico y
poderoso, padre y amparo de los pobres, de los huér
fanos y viudas, que sin saber por qué, se vé en un
instante reducido á la mas estrecha pobreza , desam
parado de sus criados y domésticos , privado de to
dos sus hijos, improperado por su muger, escarne
cido por sus amigos, cubierto de llagas asquerosas, y
sin consuelo ninguna Sus quejas y clamores son unos
desahogos naturales con que un hijo se justifica ante
un padre, que siendo justo, piadoso y compasivo, le
hiere y le castiga, sin haberle ofendido; pero some*
tiéndose á su voluntad y beneplácito. Maldixo el dia
en que habia nacido , y la noche en que había si
do concebido. Lo mismo hizo Jeremías. "Maldito
«sea (dice al cap. 20. desde el v. 14. hasta el 18.) el
«dia en que nací : no sea bendito el dia en que me
«parió mi madre : maldito sea el hombre que anun-
»ció á mi padre, diciendo para llenarle de gozo, te
«ha nacido un hijo varon : sea aquel hombre como
«las ciudades que destruye el Señor, sin permitir que
93
«se reedifiquen : todo aquel que no me mató en el
«vientre de mi madre, de modo que jamás hubiera
«nacido , no oiga sino clamores y llantos á todas las
«horas. ¿ Para qué he nacido ? ¿ Para ver trabajos y
«dolores , y para tener una vida llena de confusion i"
Asi se explica Jeremias al verse metido en la cárcel, y
perseguido por haber cumplido los mandatos de Dios.
Así se desahoga sin pecar. Ni el maldecir á las criatu
ras es pecado, siempre que la maldicion no sea por ser
criaturas de Dios, ó en odio del próximo, que enton
ces seria pecaminosa. Christo maldixo á la higuera.
infructuosa Math. i1. v. 14. A los reprobos les di
rá el dia del juicio: apartaos de mí malditos de mi
Padre : Math 25. v. 41. Ni el desear no haber naci
do , por no verse cercados ni oprimidos con todo gé
nero de trabajos, adversidades y persecuciones, es
pecado , siempre que se haga con subordinacion á
Dios, como lo hacian Job y Jeremias. Porque, co
mo dice San Gerónimo , citado por Du-hamel , me
jor es no vivir, que vivir en continuos suplicios. Es
verdad que el mismo Job dice al cap. 7. v. 20. Pe
qué... ¿por qué no quitas mi pecado é iniquidad. Pe
ro esto lo dixo en vista de lo que decían sus ami
gos. Elifaz le habia arguido de impaciencia, y habia
querido persuadirle, que Dios no envia trabajos á los
inocentes, sino á los pecadores. Job, suponiendo que
fuese cierto el discurso de su amigo, y temeroso de
que hubiese cometido algun pecado oculto por el que
hubiese merecido los enojos de Dios , y se hubiese he
cho digno de tantos trabajos, dixo: pequé... esto es,
segun dicen mis amigos: he pecado: y si he pecado
¿por qué tú Dios mío no quitas mi pecado y perdo
nas mi iniquidad ? Pero el argumento y discurso de
Elifaz era falso. Dios prueba á los justos sus amigos,
y purifica sus virtudes con trabajos y adversidades.
Esto es una verdad de. fé católica de que dan testi
94
monio todas las Santas Escrituras. Y así el mismo
Job examinaba su conciencia, y viendo que en nada
le reprendía, decia: "no he pecado, y con todo laa-
«margura no se aparta de mis ojos cap. 17. v. 2."
Job, pues, no pecó: sus obras y palabras fueron rec
tas en la presencia de Dios. En prueba dj lo qüal el
Señor, no solo le bendixo y le colmó de beneficios
mas copiosos que antes , sino que tambien dió el mas
solemne testimonio diciendo á Elifaz: "me he enfu
recido contra tí y contra tus dos amigos, porque no
«habeis hablado con rectitud como mi siervo Job."

CAPITULO PRIMERO.

I. .".,u
. - ■ t '■
V. 1. Job era un hombre sencillo y recto, y teme'
roso de Dios , y apartado de lo malo : ¿ cómo se com
pone esto con lo que se dice al. cap. 34. , v. 8. : Job
camina con los que obran iniquidad, y anda con hombres
impíos. En el salmo 17., v. 26. y 27. dice David:
con el Santo serás Santo: con el varon inocente , serás
inocente, con el elegido, serás elegido: y con el perver
so, te pervertirás2, si esto es así, ¿cómo Job cami
nando con los iniquos, y andando con los impíos, era
sencillo, recto, temeroso de Dios, y apartado de lo
malo ?
R. El testimonio de Dios es mayor, que el tes
timonio de los hombres. Dios dixo: que Job era sen
cillo y recto: temeroso de Dios, y apartado de lo
malo ; y á esto debemos estar. Que Job caminaba con
los iniquos, y andaba con los impíos, lo dixo Eliu.
Las palabras de éste, y las de sus amigos Elifaz, y
Baldad , no son de fe. Imbuidos en la pestilente doc
trina de que Dios no permitía , ni podia permitir,
que los justos padeciesen trabajos, levantaron mil
95
calumnias á Job, para persuadirle, que sus afliccio
nes y trabajos eran una prueba clara, de que era
pecador, iniquo, impío, y enemigo de Dios. En sus
discursos mezclan, entre algunas cosas buenas y ver
daderas, muchas proposiciones falsas, erróneas, he
réticas y blasfemas. Por esto luego que Eliu con
cluyó sus raciocinios, dixo el Señor a Job: ¿quién
es éste que mezcla las sentencias con palabras llenas
de necedad? En esta atencion na debemos hacer al
to en los discursos de Eliu , y de sus amigos. Sus
disputas con Job son como las de los hereges con los
Católicos. Aquellos se valían de raciocinios falaces
para alucinar á Job, y de calumnias y enredos con
tra su buena fama y estimacion. Lo mismo hacen
los impíos y hereges. Para vilipendiar la religion, se
valen de sofismas contra sus dogmas y misterios ; y
de calumnias , mofas , y enredos contra sus minis
tros. Pero asi como Job triunfó, y fué declarado por
Dios inocente y recto , asi la religion triunfa de to
dos sus enemigos.

CAPITULO II.

I.

V. 3. Tú nie has incitado contra él (contra Job)


para que le afligiese en vano.

CAPITULO V.

V. 3. Nada se hace en la tierra sin motivo Algun


motivo tuvo Dios para afligir á Job ¿ pues cómo dice
que le afligió en vano?
R. Nada hace Dios en vano , ó sin causa. En todo
tiene por motivo su mayor gloria, y el provecho de los
96
hombres. Y si afligió á Job , fué para purificar sus
virtudes; para manifestar lo que puede el hombre a-
yudado de la divina gracia ; para que sirviese de e-
xemplar y de consuelo á los que se hallan cercados
de trabajos y adversidades ; y para que de la victoria
de Job resultase la exáltacion del poder de Dios y
de su gracia No fué, pues, el sentido de las palabras
de Dios, que habia afligido á Job sin causa ni moti
vo alguno. Dixo sí- á Satanás : tú me has incitado con*
tra Job. para que k afligiese en vano : y fué como si le
dixera , tú me dixiste que Job me temia y amaba,
porque lo habia hecho feliz en la tierra : y porque no
habia experimen'ado trabajos y amarguras: que ex
tendiese mi mano y tocase en lo que posee, y veria
como me maldecia y blasfemaba : lo he hecho : le he
privado de sus bienes , de sus posesiones , de sus hi
jos; ¿y qué has logrado con esto? Nada. Todo ha si
do en vano. Ni Job me ha maldecido, ni ha blasfe
mado contra mí. Antes bien ha adorado mis disposi
ciones, y ha bendecido mi santo nombre, ... c :.-■.

GAPLTULO XIII.

I.

V. 18. Si yo fuere juzgado y sé que seré hallado jus


to. ¿Cómo? ¿Si el Eclesiastés al cap. 9. dice:: ignora
el hombre si es digno de amor , ú odio ?
R. Ninguno en esta vida puede estar cierto de
su justificacion , ni de si es digno de amor , ó de odio,
sin especial revelacion de Dios. Pero puede saberlo,
conjeturalmente. El que examinada con exáctitud su
conciencia, halla que en nada ha ofendido á Dios,
que ha observado los divinos mandamientos , y
cumplido todos sus deberes y obligaciones , pue
de decir que si es juzgado será hallado justo , por
97
que su conciencia no le arguye de culpa ni de peca
do. En este estado se hallaba Job , y hablaba segun
su conciencia. Pero como hay pecados ocultos que
el hombre no conoce ; dice el Eclesiastés que el hom
bre ignora si es digno de amor ó de ódio en la pre
sencia de Dios. Por lo qual decia David: limpiante
Señor de mis pecados ocultos ; además : Job decia , que
ú le juzgaban, seria hallado justo, é inocente de las
cosas que sus amigos le imputaban. Y de este modo
puede hablar qualquiera que se halla libre del crimen
que le atribuyen.

CAPITULO XL

V. 4. Mi discurso es puro , y yo estoy limpio en tu


presencia. Esto dixo Job. Pero en los Proverbios ca-
pit. 20. v. 9. dice el Espíritu Santo : ¿ quién es el que
puede decir ; limpio está mi corazon , y estoy puro de
pecado ?
R. Siendo cierto, que aun el justo con facilidad
cae en pecados veniales , y que el hombre suele co
meter pecados que no conoce., y que le hacen repren
sible y manchado en la presencia de Dios; ninguno sin
especial revelación de Dios puede decir con toda cer
teza y seguridad, que su corazon está limpio y puro
de todo pecado. No dudaba esto Job. Decia sí , que
sus discursos eran puros y libres de las sofisterías que
usaban sus amigos en sus razonamientos para impu
tarle crímenes horrorosos ; y que en la presencia de
Dios estaba limpio de las maldades que le imputaban;
pues su conciencia no le arguia de haberlas cometido.
Pero sin embargo, Job siempre manifestaba un santo
temor y miedo de si en la presencia de Dios habia al

98
guna cosa, que aunque desconocida por él, le hicie
se digno de los trabajos que padecía.

CAPITULO X.

I.

V. 2. Manifiestame , por qué me juzgas así. Si aquí


confiesa Job que Dios le juzgaba, ¿cómo al cap. .19.
v. 6. dice; ¿daré voces, y no habrá quien me juzgue?
R. Job padecía: sus amigos le decían, que sus pe
cados eran la causa de sus trabajos, examinaba su
conciencia, y no hallaba cosa que le hiciese repren
sible: y deseoso de saber la causa de sus adversida
des, decia á Dios con un respeto verdaderamente
filial : muestrame , Señor , el motivo que he dado
para que me juzgues y castigues con tanta severidad,
para enmendar mis defectos,' si es por causa de ellos.
Estp es lo que quiso decir en el primer texto. Ni á
esto se opone lo que dice en el segundo lugar. Can
sado Job, en cierto modo, de las necedades de sus
amigos, y de los oprobios con que le tildaban, los
hace conocer , que á pesar de tantas cosas como fin
gían y maquinaban, no podrían probar cosa ningu
na , caso que sus asuntos se ventilasen judicialmen
te. Como si dixera: ¿hasta quándo habeis de estar
buscando calumnias para afligirme? Siendo así, que
si llego á hablar, ninguno será capaz de responder;
y si me quejo, ninguno comparecerá en juicio con
tra mí.
99
CAPITULO XVL

V. 1 8. He padecido sin maldad de mis manos. Esto


parece no se aviene bien con aquello del capit. 13.
v. 23. i Quántas iniquidades y pecados tengo ? Mues
trame mis maldades y delitos.
R. Ninguna oposicion hay entre estos lugares El
testimonio de su conciencia le hace hablar así. Al
c. i3.forma como un juicio para justificar su inocen-.
cia , y le dice Dios : llamame , y yo responderé : ó bien
yo hablaré , y respóndeme tú : ¿ quántas son mis ini
quidades ? i Quintos pecados tengo ? Hazme cargo de
quanto yo te haya ofendido : muéstrame mis delitos
y maldades. Y si no te he ofendido ¿ por qué escondes
tu rostro, y me tratas como á enemigo tuyo? Y en
el cap. 16. dice: que ha padecido inocente, porque
su conciencia no le acusaba de haber extendido sus
manos á maldad alguna ; antes bien siempre dirigió
súplicas limpias á Dios. Con lo qual confunde á sus
amigos , y los hace conocer la falsedad de sus discur
sos dirigidos á probar que Dios no envia trabajos á
los justos.
CAPITULO XIX.

V. 6. Tened entendido , que Dios no me ha afligido


y azotado con las formalidades de Juez, ó segun mis pe
cados. ¿Pues cómo al cap: 33. v. 27. dice: pequé, y
de veras delinquí ,y no he sido castigado como merecídi
R. Entre estos lugares no hay oposicion alguna,
porque son de distintos sugetos. Las primeras son de
Job , que para convencer á sus amigos de la sofiste
ría de sus razones , les hace conocer , que Dios quan-
N a
do envía trabajos , no siempre lo hace como Juez pa
ra castigar sus pecados , sino tambien como padre , y
' por otras causas que los hombres no conocen. Pues
siendo criador de todos, y teniendo un pleno dere
cho sobre la criatura , puede sin injusticia obrar en
ella segun su voluntad. Y así les dice: desengañaos
y tened entendido , que si Dios me aflige , no es por
que como Juez haya juzgado con rectitud mis peca
dos, y haya tasado la pena que por ellos merezco,
sino, ó para probar mi constancia en su santo servi
cio, ó por otros motivos, que ni vosotros ni yo co
nocemos ; ó porque siendo yo criatura suya puede ha
cer en mí, y de mí, segun su beneplácito. Tirino. Lo
otro que se cita del cap. 33. son palabras de Eliu, que
preciado de sábio, y metiéndose á director de Job, le
instruye , suponiéndole pecados , y pecador obstinado,
en el modo de convertirse á Dios , y de pedir perdon
de sus pecados. Y fueron tantas las necedades que di-
xo en su dilatado razonamiento , que el mismo Dios
no pudo menos de preguntar : ¿ quién es éste que mez
cla y envuelve las sentencias con discursos llenos de
insipiencia? Cap. 38.

CAPITULO XIX.

V. 17. Mi muger tuvo asco de mi hálito , y tenia


que rogar á los hijos de mi vientre. ¿Cómo podia Job
pedir socorro á sus hijos, si consta áel cap. 1. v. 18.
que estando todos sus hijos é hijas comiendo y bebiendo,
vino en casa del primogénito un viento furioso, arruina
la casa , y murieron todos ?
R. Los siete hijos y tres hijas de Job de su legí
tima muger fueron muertos en la ruina de la casa;
pero no los hijos de sus concubinas ; y estos eran á

0\rv■:-

.^ &
101
quienes según los setenta Intérpretes , pedia le auxi
liasen en sus trabajos. Tampoco murieron sus nietos,
y así Simmaco por hijos de su vientre entiende los hi
jos de sus hijos, esto es, sus nietos. Tirina.

LIBRO DE LOS SALMOS.

SALMO PRIMERO.

V. $. J-jos impíos no resucitarán en el día del juicio:


ni los pecadores en el concilio de los justos. ¿Cómo no? Si
es una verdad de fé , que todos los buenos y malos he
mos de resucitar en el dia del juicio ? San Pablo 2. ad
Corint. cap. 5. v. 10. dice : todos hemos de ser presen"
tados ante el tribunal de Ckristo: y al cap. 20. del
Apocalipsis, v. 13. se lee: la muerte ¿y el infierno darán
sus muertos , y se juzgará á cada uno segun sus obras.
R. Todos hemos de resucitar ; pero no de un mis
mo modo. David habla de los impíos y pecadores con
traponiéndolos á los justos : y dice que los impíos no
resucitarán en el dia del juicio como los justos , y que
los pecadores , esto es , los que emplearon su vida si
guiendo las máximas de los impíos, sentados en los ca
minos de los vicios , enseñando á otros por palabra y
con su exemplo la pestilente doctrina del error y de la
mentira, y muriendo impenitentes, no tendrán cabida
en la congregacion de los Santos. Porque los impíos y
condenados resucitarán ; pero para su mayor oprobio y
confusion : para oir la pública y solemne maldicion,
que pronunciará el Supremo Juez contra ellos, para
ser condenados en cuerpo y alma para siempre á los
infiernos, y padecer allí las penas y tormentos debi
103
dos á sus culpas. Pero los justos resucitarán para oír
las bendiciones del Señor , para recibir el premio com
pleto de sus virtudes y buenas obras, para que sus
cuerpos sean glorificados , y para gozar de Dios eter
namente en cuerpo -y alma. Tirino.

SALMO IV.

V. 5. Airaos y no querais pecar : ¿ pues no conde


na Christo la ira, diciendo por S. Matéo al cap. $.,
v. 22.: el que se aira contra su hermano es reo de
juicio ?
R. No se opone lo que dice Christo á lo que di
ce David. No toda ira es pecaminosa , ni todo el que
se aira es reprehensible. El que se aira contra su her
mano sin causa racional y prudente, y fuera de los
límites de la equidad y justicia , es culpable y reo de
juicio. Y en este sentido se ha de entender lo que dice
el Señor. Hay tambien ira que nace del celo de la
gloria de Dios, ó del bien del próximo, y ésta es san
ta y laudable siempre que sea con las circunstancias
debidas. Matatias se airó contra el que iba á sacrifi
car á los ídolos : Finés contra el que estaba pecando
con la. Madianita : el mismo Redentor contra los que
profanaban el templo ; un padre contra el hijo , que
no hace caso de sus consejos y amonestaciones : un
prelado contra el subdito á quien no alcanzan pala
bras dulces y amorosas : un amo contra el criado,
que no hace lo que debe , habiéndole amonestado. Pe
ro siempre se debe guardar la moderacion correspon
diente para no pecar. Y esto es lo que dice David.

SALMO XIII.
V. I. Se han corrompido y se han hecho abomina'
bles en sus estudios. No hay quien haga lo bueno, tto
io3
hay ni siquiera uno : v. 3. Todos declinaron juntamente,
j> se hicieron inútiles : no hay quien haga lo bueno : no
hay siquiera uno. ¿Cómo puede ser verdad esto, sien
do constante en las Sagradas Escrituras , que en to-
tos tiempos , aun en los mas relajados y corrompidos,
ha habido justos y santos , que han hecho lo bueno
y servido á Dios ?
R. No se opone esto á lo que dice David. Por
muy malos que hayan sido los hombres, siempre
ha tenido Dios sus escogidos. Siempre ha habido jus
tos que han obrado bien, y han cumplido los divi
nos mandamientos. Quando dixo Dios : que toda car
ne habia corrompido sus caminos : Noé era justo. En-
medio de las abominaciones de Sodoma y de Gomor-
ra: Loth era justo. Quando los hijos de Israel cauti
vos iban á adorar los becerros de Jeroboan, ó ado
raban los ídolos de los gentiles, Tobias justo se em
pleada en buenas obras , agradables á Dios. Job fué
justo enmedio de 'las tinieblas y errores de los idu-
meos. De Simeon , Isabel , y Zacarías dice el evange
lio: que eran justos, y asi no hay inconveniente en
decir con Titelman : que David habló hiperbólica
mente, cuyo modo de hablar fué comun á los Pro
fetas, y muy frecuentado en las Sagradas Escritu
ras : y asi dixo Jeremías, cap. 6. : todos , desde el mas
pequeño á el mayor siguen lo avaricia : y S. Pablo á los
Filipenses, cap. 2.: todos buscan sus propios intereses,
110 los de jesuchristo : sin embargo de que en tiempo
de Jeremías habia algunos que no eran avarientos;
y en tiempo de S. Pablo, habia Apóstoles y discí
pulos■ del Señor, que olvidando sus cosas propias,
buscaban la gloria de Jesuchristo. David , pues , ha
bla de los necios, de los insipientes, de los atheis-
tas , que niegan la existencia de Dios ; cuya gargan
ta es un sepulcro abierto, que exhala el hedor pes
tilente de todos los vicios y abominaciones : cuyas
io4
lenguas urden continuamente engaños, fraudes, ca.
lumnias contra los hijos de Dios: cuyos labios .no
se abren sino para emponzoñar á los simples é in
cautos con el veneno de áspides, que ocultan baxo
halagüeñas y dulces palabras : cuya boca está llena
de maldicion contra la religion santa , sus dogmas,
misterios y doctrina j y cuyos pies corren ligeros
para turbar los reynos, para amotinar las gentes,
y para llevar el fuego , la espada, y desolacion por
todas partes. De estos habla David , y de estos es
de quien dice : que no hay entre ellos , ni uno siquie
ra que obre lo bueno: pues aunque alguno de ellos
haga alguna cosa, que naturalmente parezca bue
na, no lo es en orden á la salvacion, y con referen»
cia á Dios, cuya existencia niegan. Tirina.

SALMO XVL
V. 3. Me has examinado con el fuego, y no se ha
hallado iniquidad en mí. ¿Cómo no, si el mismo Da
vid dice al salmo 50. : yo conozco mi iniquidad , y
mi pecado me persigue continuamente ?
R. Son distintas iniquidades y pecados de que
habla en los dos salmos. En el 16. se justifica Da
vid de no haber ofendido á Saul, de que no le habia
dado motivo para que le- persiguiese , y de que á pe
sar de tantos trabajos como habia padecido , jamás le
habia vuelto mal por mal. En el salmo 50. habla
de su iniquidad y pecado con Betsabé y Urias.

SALMO XVII.
V. 42 Clamaron, y no habia quien los salvase, á si
Señor, y no los oyó: ¿cómo al salmo 21. , v. 6. dice:
á tí clamaron., y fueron hechos salvos ?
R. Son distintas personas las que clamaron, y
... IO$
distintos los fines con que clamaron. Los que se di
cen en el primer texto eran los enemigos de David,
que coligados con Saul, y con Absaloñ despues, y
viéndose perdidos pedian auxilios al cielo, y el señor
no los oyó. En el segundo, David viéndose persegui
do y desamparado, pide á Dios le socorra y le auxi
lie , como habia auxiliado y protegido á los antiguos
Padres, los quales clamaron en sus tribulaciones, y
el Señor los salvó. Titelman. Los primeros pedian
mal , y no fueron oidos. Los segundos pidieron bien,
y -fueron auxiliados.- ¥ asi no hay oposicion alguna.

SALMO XVIII.
" . I l.V „ „ '".../.
I
,. - I, . , -

V. i o. El temor santo de Dios permanece por los


siglos de los siglos. ¿ Pues cómo S. Juan en su prime
ra carta; cap. 4. v. 18. dice : en la caridad no hay te.i
mor: la perfecta caridad, hecha fuera el temor : el que
teme, no es perfecto en la caridad2. Los santos son per
fectos en la caridad : si estos no tienen temor del Se
ñor ¿cómo dice David, que dura siempre?
R. El temor es de dos maneras, servil y filial.
Aquel hace obedecer y amar por el temor y miedo
de la pena y del castigo. Este no hace caso de las pe
nas, se desentiende de ellas, y hace amar y obede
cer solo por la bondad y dignidad del objeto, que es
Dios. Este temor filial y reverencial es una misma
cosa con la caridad, es un verdadero amor de Dios,
y como la caridad en los santos dura siempre, tam
bien permanece, aun en la gloria, este temor santo,
filial y reverencial .que la acompaña, ó es una mis
ma cosa con ella. De este temor habla David en
este texto. El temor servil, puramente servil, no
está, ni puede estar con la perfecta caridad, porque
O
io6
como diee S. Juan: este temor tiene pena, y el que
teme no tiene perfecta caridad. Este temor servil,
que atormenta la conciencia con el miedo del casti
go, aunque es don del Espíritu Santo, y es útil y
provechoso , especialmente á los principios , no dura
para siempre , ni persevera en la gloria. Y asi David
y S. ,Juan estan acordes.
II.
V. 13. z Quién conoce los pecados2. Si ninguno co
noce los pecados, ¿cómo en el salmo 31., v. 5. di
ce: te manifesté mi pecado, y no tuve escondida mi in
justicia ? ¿ cómo al salmo 50. dice : yo conozco mi ini
quidad, y mi pecado está siempre contra mi2.
R. Hay pecados manifiestos, y los hay ocultos.
David conocio muchos de sus pecados, los confesó
y pidio á Dios perdon. Pero no sabia si tenia algunos
pecados ocultos que le hiciesen desagradable á los
ojos de Dios, ni si habria sido ocasion para que otros
pecasen, y por esto decia. ¿Quién será capaz de cono
cer todos sus pecados? Señor librame de los pecados
ocultos que yo no conozco , y de los pecados agenos
á que yo pueda haber dado motivo. No hay pues
oposicion. Cumirano.
SALMO XXL
V. 1. Dios, Dios mio, mírame: ¡por qué me has
desamparado ? ¿ pues cómo al salmo 36. , v. 25. di
ce: no vial justo desamparado ?
R. En el salmo 21. habla David de Christo Se
ñor nuestro y de su pasion. Asi lo dice S. Agustin
y los demas-Expositores, y consta de los santos evan
gelios , en los quales se hallan muchos versos del di
cho salmo. Y en efecto, Christo pendiente de la cruz
107
exclamó á su Eterno Padre diciendo: Dios mio, ¿por
qué me has desamparado ? Christo á un mismo tiem
po era comprehensor y viador. Su alma santísima
siempre gozó de la vision beatífica ; pero en quanto
á la parte inferior estuvo sujeta á desconsuelos , tris
tezas, agonías y aflicciones, disponiéndolo asi Dios
para que satisfaciese por los pecados de los hombres.
En el tiempo de su pasion fue quando padecio mas
amarguras y desconsuelos. En medio de los mas crue
les tormentos substrajo Dios aquellos auxilios, que
suele conceder á los justos afligidos ; y de la parte
superior de su alma que gozaba de la vision beatífi
ca no descendia ningun consuelo á la parte inferior.
Afligido y lleno de amargura manifestaba hasta don
de llegaba la pena , que padecia su alma en la parte
inferior , diciendo á su Eterno Padre : Dios mio ¿por
qué me habeis desamparado2. Pero el Señor que dio
lugar á tanta amargura y desconsuelo, no desprecio
sus ruegos ; escuchó sus gemidos , y al tiempo cor
respondiente le consoló, y premio todos sus trabajos,
como se dice en el mismo salmo, al v. 25. Esto es
por lo respectivo á nuestro Señor Jesuchristo. Por lo
que respeta á los demas justos , si alguna vez per
mite el Señor que sean atribulados, enmedio de la
tribulacion los socorre, los ampara y favorece con
sus auxilios y gracias. Los prueba con adversidades,
pero los sostiene con su fortaleza ; y aunque á ellos
les parece , que Dios los ha desamparado , y que no
se acuerda de ellos, no es así; antes bien está con
ellos en la tribulacion, oye sus voces, se apiada á
su tiempo, los libra de sus males, los hace triun
far de todos sus contratiempos , y los llena de gloria.

02
SALMO XXXVI.

V. 2g. Fui joven, y ya soy viejo, y no he visto al


justo desamparado , ni a sus hijos buscando pan. Tam
bien Salomon dice al cap. 10. de los Proverbios, v. 3.
No afligirá el Señor con hambre al justo. ¿ Se habia ol
vidado David de que él mismo prófugo y desampa
rado habiá acudido á Achimelech, en Nobe, dicién-
dole que le diera siquiera cinco panes ? 1 . Reg. ca
pí t. 21., v. 3. ¿Se habia olvidado de que tambien
envió á Nabal para que le socorriese con alimentos?
1. Reg. cap. 25. Y si Dios no aflige al justo con
hambre , segun afirma Salomon : ¿ cómo Lázaro,
que erajusto, mendigaba y estaba tan hambriento, que
deseaba las migajas que caian de la mesa del rico, y
no se las daban, como consta al cap. 16. de S. Lu
cas, v. 20?
R. Lo que dicen David y Salomon no se entien
de umversalmente, sino de lo que por lo comun su
cede: y quiere decir que, aunque el hombre justo
padezca trabajos, aflicciones, y se vea cercado de
las miserias, de la hambre y de la necesidad, jamás
será desamparado , y siempre hallará socorro. Ya por
que los hombres movidos de su buen exemplo y de
sus virtudes le consolarán: y ya porque en caso que
los hombres no le socorran, le socorre Dios con el
pan espiritual de sus gracias y auxilios. David tuvo
hambre; pero halló socorro con los panes, que le
proporcionó Achimelech , y la prudente Abigail. Da
niel tuvo hambre ; pero Abacuc fué llevado milagro
samente para que le socorriese con la comida, que
llevaba á sus segadores. Á^. Pablo le llevaba, un cuer
vo medio pan cada dia. A S. Diego los Angeles le,
dieron de comer! Y para que los Israelitas no se que
jasen de que Dios los desamparaba , los alimentó con
el Maná y con codornices. Pero Lázaro mendigaba,
y no halló consuelo á las puertas del rico: Los Már
tires en las cárceles erau condenados á la .hambre:
en nuestros dias hemos visto á los religiosos , á los
buenos españoles,, á los niños inócentes, morir de
hambre y de miseria. Por esto los Expositores dicen
que Dayidr.y Salomon hablan de lo que comunmente
sucede, y que su objeto es manifestar que Dios ja
mas desampara á sus escogidos. Porque , aunque se
vean acosados del hambre, y no hallen alivo en los
hombres, los alimenta el Señor con los manjares de
sus gracias', para, que lleven con resignacion sus in
comodidades. A falta de pan material , los da el Se
ñor el pan sobresustancial, y hace constar, que el
hombre nq vive con solo pan. De este modo el justo
está mas contento ,; alegre., , y tranquilo enmedio de
su necesidad por una santa. ¡conformidad con la vo
luntad de Dios, que el impío y pecador con los re
galos y abundancia de sus mesas. Asi sucedió á Lá
zaro, asi á los Mártires, y asi á todos los justos.
Tirino y otros.

SALMO XXXVII.

V. 13. T hacian violencia los qus buscaban mi al


ma. Al salmo "141., v. 5. dice: no hay quien busque
mi alma. Estos dos textos son repugnantes , porque
sino habia quien buscase su. alma ¿cómo había quien
la buscase con violencia ?
R. No hay repugnancia ninguna. Todo es ver
dad , y en los dqs textos' póndera su desconsuelo , y
el furor de sus enemigos. Estos les buscaban por to
das partes para matarle, .¡precisándole á andar fugi
tivo sin tener quasi donde esconderse. Esto dice en
el primer texto. Y sin embargo de ser tantos los que
conspiraban á matarle , no habia uno que le defeh
no
diese, y procurase salvarle del furor de sus perse
guidores. Esto dice en el segundo.

SALMO XLIII.

V. 23. Levántate, i por qué te duermes, Señora


j cómo David dice aqui que el Señor se duerme , y
en el salmo 120., v. 4. asegura: que no se dormirá,
ni se duerme el que guarda á Israel ?
R. Quando los hombres se ven llenos de trabajos
y aflicciones, y claman á el que los puede aliviar y
consolar, si éste retarda el socorro, se suele'decir, que
está dormido. A este modo David , ó bien viéndose
cercado de enemigos , ó bien profetizando los males,
trabajos y persecuciones que padeceria el pueblo de
Dios en tiempo de Antioco, y los hijos de la igle
sia en todos tiempos: y que el Señor, por los altos
fines de su divina voluntad, retarda el alivio de sus
escogidos , y el castigo de los impíos , le dice : levan*
tate, Señor: ¿porqué duermes ? Esto es, porque pu-
diendo, como puedes, no levantas tu mano pode
rosa para socorrernos? ¿por qué retardas el castigo
. de nuestros enemigos ? En el salmo 1 20. quiere ma
nifestar que ^ aunque el Señor retarda algunas veces
el consuelo de los justos atribulados , y el castigo
de los impíos , no es porque se dormite ó duerma,
sino porque, aunque vela siempre sobre todos , sabe
el tiempo oportuno , para salvar á los unos j y cas
tigar á los otros. Cumirano.

SALMO LVIII.

I.
V. 11. La misericordia de Dios me prevendrá. Al
salmo 22. v. 6..: tu misericordia irá en pos de mí. Si
III
la misericordia de Dios previene ¿ cómo subsigue? Si
va delante ¿cómo dice, que irá en pos ó detras?
R. Somos tan flacos y débiles de resultas del pe
cado , que nada podemos querer , ni hacer en órden
á nuestra salvacion, sin que Dios nos excite y nos
coadyuve con sus auxilios y gracias. Antes de querer
nosotros, nos previene excitándonos , iluminándonos,
y moviendo nuestra voluntad para que queramos,
porque como dice el Apóstol : no somos suficientes por
nosotros mismos, ni para pensar alguna cosa, pues to
da nuestra suficiencia viene de Dios. Aunque quera
mos alguna cosa en órden á la salvacion , no la po
demos hacer sin que al querer subsiga tambien gra
cia de Dios, que nos coadyuve. Porque como dice
el Señor al cap. 5. de S. Juan : sin mí nada podeis ha~
cer : y por esto dice la iglesia en sus oraciones : os
rogamos, Señor, que prevengais nuestras acciones as
pirándonos ; y que las prosigais coadyuvándonos , para
que toda nuestra oracion y operacion siempre empiece
de tí , y empezada se concluya por tí. Cumirano con S.
slgustin.
II.

V. 12. Dios me dará á conocer el castigo de mis e-


nemigos : «o los mates. Aquí pide David á Dios que no
mate á sus enemigos , ¿ pues cómo en el salm. 68.
v. 29. pide á Dios : que sus enemigos sean borrados del
número de los vivientes ?
R. En uno y otro salmo pide David á Dios jus
ticia contra sus enemigos. Perseguido por Saul sin
causa ni motivo: fugitivo de su casa, errante por los
montes ; no hallando favor ni proteccion en ninguna
parte ; cercado y espiado de fieros enemigos , y lleno
de consternacion , aunque está cierto y conoce que
Dios le vengada de todos sus perseguidores, le pide
no los mate ni los quite la vida inmediatamente , si
na
no que los disperse y los humille, para que su Casti
go sirva de memoria y escarmiento á los demas. En
el salm. 68 refiere los males y trabajos que le han
causado sus enemigos y -sin. mas causa ■ que . el celo
de la Santa casa de Dios, y pide que como justo Juez
castigue sus iuiquidades , borrándolos del libro de los
vivientes , y no escribiéndolos en el número de los
justos. Lo qual nouep opone á lo que dixo en el otro
salmo. Convienen los Padres y Expositores , en que
David, habla en estos salmos en persona de Chris-
to: y en efectó, qualquiera que los lea con reflexion
verá que en ellos se refiere quanto los Judios maqui
naron é hicieron contra el Divino Salvador , y los
castigos con que el Señor los abatió y humilló por sus
alevosías y pecados. No matándolos ni. quitándoles la
vida desde luego como merecían, sino dispersándolos*
haciéndolos odiosos á todas las¡ gentes ¡¿borrándolos
del número de los hijos de la Iglesia, y haciéndolos
andar vagos por todas partes , sin tener Rey , Sacer
docio , Patria , Reyno , ni estado fixo sobre la tierra.

SALMO LXL

V. 12. Solo una vez habló Dios: esto parece se o-


pone á lo. que dice San Pablo á los Hebreos cap. r.
v. i. Dios que antiguamente hablo muchas cosas, y de
muchos modos ¿nuestros padres en los Profetas, ahora
en nuestros días nos ha hablado en su Hijo.
R. Ni David se opone á lo que Hice San Pablo,
ni San Pablo á lo que dice David. Todo es verdad.
Dios solo una vez habló ad intra, engendrando el
Divino Verbo , que es la segunda Persona de la San
tísima Trinidad , igual en todas las cosas á su Eter
no Padre A§i explica S. Agustín las palabras de Da
vid. Pero otros Expositores dicen: que las palabras-
de David manifiestan la inmutabilidad de Dios , y que
113
lo que una vez dixo es irrevocable, y asi parece 1°
dan á entender las expresiones del salmo. En él re
prende David las mentiras y fraudes de los hombres,
en sus pesos , comercios y contratos para hacerse ri
cos, y dice: no querais confiar en la iniquidad , ni que
rais codiciar las rapiñas : si abundan las riquezas , na
querais poner en ellas el corazon : una vez habló Dios:
estas dos casas" oí : que el poder es de Dios , y que en
tí, Señor, hay misericordia i porque tú darás á cada
uno segun sus obras; como si hubiera dicho: ya nos
hizo saber Dios, que es todo poderoso ; y que mise
ricordioso retribuye á cada uno segun sus obras : lo
que una vez dice Dios , se cumple ; porque su pala
bra es inmutable é irrevocable. Por tanto, esperad en
él: derramad ante él vuestros corazones. Dios es nues
tro ayudador eternamente : dexaos de fraudes y de en
gaños , y él os asistirá segun vuestras obras. Esto no
es opuesto á lo que dice Sart Pablo, antes bien es una
confirmacion ' de la inmutabilidad de Dios, y de que^
sus palabras son irrevocables. Dios habia dicho y pro->
metido que enviaria su Hijo , para que nos enseñase
el camino de la vida eterna y fuese nuestro legisla
dor , nuéstro maestro , y nuestro redentor y salva
dor. Esta promesa se la hizo muchas veces á los Pa
triarcas y Profetas, y de varios modos; ya revelando
á unos unos misterios del adorable Mesías , y á otros,
otros ; ya hablando á unos por medio de imágenes y
enigmas, á otros por palabras; á unos durmiendo ,por
sueños , y á otros despiertos , y como. la palabra
de Dios y sus promesas son inmutables, tuvieron su
cumpli miento luego que llegó el tiempo determinado
por Dios; y su Divino Hijo ofrecido tantas veces y
de tantas maneras , nos habló , no ya por medio de
Profetas, ni por medio de figuras, sino por sí mis- '
mo hecho hombre.
ii4
SALMO LXVIII.
V. 2. He llegado a lo alto■ del mar ,yla tempestad
me ha anegado. Si confiesa que la tempestad le ha su
mergido , i cómo al v. 16. pide y dice : no me anegue
la tempestad2.
David viéndose cercado de trabajos , perseguido
de sus hermanos, zaherido de las gentes, calumnia
do de los Jueces, hecho el objeto de los improperios
y canciones infames del pupulacho , dice en el primer
texto: que las aguas de las tribulaciones, y la tempes
tad furiosa de todas las amarguras han llegado á lo
sumo: que se halla sumergido en lo profundo del cie
no , y que solo Dios puede salvarle : y en atencion á
esto, dice al Señor en los w. 15. y 16. sacame del lo-
do , para que no quede atollado : líbrame de aquellos que
me aborrecen, y de la profundidad de las aguas: no me
anegue la tempestad, ni me trague el profundo, ni cier
re el pozo la boca sobre mí. Este salmo es un vatici
nio claro y manifiesto de la muerte y sepultura de
Christo, de su resurreccion, del repudio de los Ju-
dios, y fundacion de la Iglesia.

SALMO LXXI.

V. 18. Bendito el Dios de Israél, que hace maravi


llas solo. Si Dios es el que solo hace maravillas ¿cómo
el Eclesiástico dice al cap. 31. v. 8. Bienaventurado
el rico que es hallado sin mancha, que no se ha dexado
llevar del oro , ni ha puesto su esperanza en su dinero
y tesoros. ¿ Quiéu es éste y le alabáronos ? ¿ Ha obra
do maravillas durante su vida ? . , .
R. Dios es el que solamente hace maravillas por
sí, por su propia virtud, sin dependencia de otro.
Tambien los Santos lucen milagros, pero por una
"5
virtud comunicada por Dios : y siendo la virtud de
Dios , á Dios solo se atribuyen los milagros y mara
villas que obran los Santos. Las maravillas que hizo
en su vida el rico de quien habla el Eclesiástico, son,
haber sido rico, y no haber pecado: el haber sido ri
co, y no haber sido avariento: el haber sido rico, y
no haber puesto sus esperanzas en sus dineros y te
soros. Esto es tan singular, que es una maravilla se
encuentre uno de este porte y conducta. Y por esto
pregunta, ¿quién es éste, y le alabaremos?

SALMO LXXiU.

V. 9. Ta no hay Profeta. ¿Cómo dice David que


ya no habia Profeta, siendo él mismo Profeta, y
viviendo en su tiempo el Proteta Natan, que le re
prendio de órden de Dios por el pecado de Betsabe?
R. En este salmo no habla David de su tiempo,
ni de lo ocurrido en sus dias. Habla, y refiere profeti-
camente , del tiempo de la ruina y debastacion de
Jerusalen y del Templo, y cautividad de los Judios,
que se verificaría en tiempo de Nabucodonosor , y
predice, que los Israelitas, llenos entonces de cons
ternacion , y sin tener quien los favoreciese , ni los
anunciase hasta quándo habia de durar la tribulacion
exclamarían diciendo: r.o hemos vjsto nuestras seriales:
ya no hay Profeta , y no nos conocerá de aquí en adelan
te: esto es, ya no vemos aouellos prodigios con que
Dios nos favorecia en nuestras adversidades : ya no
hay Profeta que nos consuele y nos instruya en lo
que debemos hacer: y ya parece que no nos cono
cerá mas como Pueblo suyo. ¿Hasta quándo, ó Dios,
nos insultará el enemigo? Cayetano y Lira.

P 2
n6
SALMO LXXIV.

V. 9. Dios es el Juez : á éste humilla , y a aquel en


salza : porque el Señor tiene en su mano un cáliz de vi
no puro lleno de mezcla. Si es vino puro, ¿cómo mez
clado? Y si tiene mezcla, ¿cómo es vino puro?
R. En este salmo alaba David la rectitud de la jus
ticia de Dios en exaltar á unos, y humillar á otros.
Los Sagrados Intérpretes varian en explicar, qué cáliz
sea éste lleno de vino , que siendo puro está mezclado.
San Agusttn entiende por este cáliz la ley judaica, y
todo el antiguo testamento , por quanto en él estaba
escondido el nuevo testamento baxo Lis heces de Sa
cramentos corporales. Recibió aquel pueblo la ley: re
cibió unos preceptos buenos y justos. Estos pertene
cen al vino. La circuncision carnal: los sacrificios de
víctimas : el templo : la tierra de promision : eran las
heces que contenian el vino puro de los Sacramentos
v sacrificios del nuevo testamento. Y como Dios hu-
milla á uno, al soberbio Judio: y á otro ensalza,
al gentil humilde : inclinó el cáliz de uno á otro:
del pueblo judaico á el pueblo gentil. ¿Qué incli
nó? La ley. Se exprimió de ella toda su inteligen
cia espiritual. Pero no se apuraron sus heces , porque
todos los Sacramentos carnales fueron para los Jú-
dios. Beberán todos los pecadores de la tierra. ¿ Quié
nes beberán ? Todos los pecadores de la tierra. ¿ Qué
pecadores de la tierra ? Los Judios eran ciertamente
pecadores, pero soberbios. Los gentiles eran pecado
res, pero humildes. Todos beberán. Pero unos bebie
ron heces, y otros vino. Los Judios bebiendo las he
ces, se disiparon. Los gentiles bebiendo vino, fueron
justificados. Sin.embargo de que el Santo Doctor no
dexa que desear ; otros entienden por cáliz el peso
recto de la divina justicia : por vino puro su santa ley:
y por la mezcla los premios y castigos con que Dios
ii7
ensalza á unos , y humilla á otros segun sus. obras.
De modo que para los justos y humildes es la Santa
Ley un vino puro mezclado de piedad , de misericor
dia, gracia, auxilios y consuelos espirituales. Para los
pecadores y soberbios está mezclado de amargura , de
remordimientos de su conciencia , de temor y sobre
saltos. Estas son las heces , que no te apuran en es
ta vida para los pecadores. Antes bien , condenados
al infierno por el justo Juez , serán humillados y aba
tidos, y llenos de tormentos por toda la eternidad; á
el paso que los justos , despues de los consuelos que
han recibido en esta vida, serán en la otra exáltados
y premiados con la eterna bienaventuranza. Titelman.

SALMO LXXV1II.

V. 1. Han venido , ó Dios , las gentes a tu heredad:


han contaminado tu Santo Templo : han puesto á jfertt-
salen como si fuera una choza de hortelano : los cadá
veres de tus siervos los han puesto para comida de las
aves, y las carnes de tus Santos para pasto de las bes
tias de la tierra : han derramado su sangre al rededor
de Jerasalen como si fuera agua, sin haber quien los
enterrase: somos el optobio de nuestros vecinos, escar
nio y burla de las Naciones que nos rodean. Esto no se
aviene bien con aquello que el mismo David dixo en
el salmo 1 24. v. 3. no dexard el Señor que el azote de
los pecadores se descargue sobre la suerte ó heredad de
los justos. 1 Como podrán concillarse estos lugares?
R. Dios permite que los tiranos persigan su Igle-
' sia y á sus siervos, como lo permitió, en tiempo de
Nabucodonosor , de Antioco, de Nerón, Diocleciano,
Atiia y otros. Durante el tiempo de la tribulacion
cometen los enemigos de la religion quantos estragos
les sugiere su rabia y su furor. Pero no permite el
Señor que prevalezcan contra su iglesia y religion
n8
las puertas del infierno. Castiga á su Pueblo, y visi
ta por algun tiempo á sus siervos ; pero compadeci
do levanta la mano y serena la. tempestad; no sea
que los justos, ó bien cacados de padecer, ó sedu
cidos por los impios, ó atraídos de la prosperidad que
disfrutan los malos, extiendan sus manos á la iniqui
dad, y dcxQii el partido de la virtud. Y asi no se
opone lo que David dice en salmo 78. á lo que dice
en el 124.
SALMO CXIII.

V. 17. Los muertos no te alabarán Señor, ni los


que desciende» al infierno. ¿Cómo se compone esto con
lo que se dice al cap. 5. v. 13. del Apocalipsis, en que
San Juan afirma : que oyó á fodas las criaturas que
hay en los cielos , sobre la tierra, y debaxo de la tier
ra, que decían .al que está sentado en el trono, y al Cor
dero, bendicion y honor, y gloria, y poder por todos
los siglos de los siglos ? Los muertos pues se acuerdan
de Dios, y en ei infierno hay quien alabe al Señor;
y por consiguiente parece que David no dixo bien.
R. Del texto de David infería Calvino que las al
mas de los difuntos, tanto justos como pecadores,
estaban en una continua inaccion hasta el día del
juicio universal. Peto entendió mal el texto del Pro
teta. Este no quiso decir otra cosa , sino que los
muertos no excitan la memoria de Dios en los áni
mos de los vivientes, ni los que descienden al infier
no ó al sepulcro , convidan á los vivientes á celebrar
juntas y congregaciones para alabar y bendecir so
lemnemente al Señor, como lo hacemos nosotros que
vivimos. Jansenio y Tirino. Pero que las almas de los
justos están en la gloria, y allí alaban y bendicen á
Dios, es una verdad de fé definida por la Iglesia. Y
San Pablo dice á los Filipenses cap. 2. v. 10. que al
oir el Santo nombre de Jesus, hincan la rodilla los del
eielo, los de la tierra, y los del infierno i y que toda
lengua confiesa , que nuestro Senor J,.su-Christo está en
la gloria de su Padre Dios. Que es lo mismo que di
ce Sun Juan.

SALMO CXVIIL

V. 1 1 8. No andube errante de tus mandamientos:


al v. 176. Andube errante como la oveja descarreada*
Andube errante, y no andube errante, son contra
dictorios, y es preciso que en lo uno ó en lo otro
haya equivocacion.
II. No hay equivocacion ni contradicion. David er
ró, y no en ó. Andubo errante, dicen San Gerónimo y
Eutbyniio, quando perseguido por Saul tuvo que an
dar por los montes y despoblados. Erró, quando pe
có con Betsabé, quando maquinó la muerte de Ut ias,
quando hizo numerar el Pueblo, dicen San Ambro
sio y San Agustín. Pero no erró , ni se apartó de los
mandamientos de Dios, quando los impíos y peca
dores le pusieron lazos para hacerle seguir sus per
niciosas máximas. Cumirano.

SALMO CXXVL

V. 2. Vano 6 inutil es para vosotros el levantaros


antes de la luz. Esto es contra lo que se dice al ca-
pk. 16. de la Sabiduría v. 28. Conviene prevenir al
Sol. Ademas la Iglesia nos dice en el imitatorio de
los maytines en tiempo de Quaresma : no tengais per
vano ó inutil el levantares antes de la luz , porque ha
prometido el Señor una corona á los que velan. ¿ Cómo
puede ser vana, y no ser vana una misma cosa i ¿ Ser
vana , y ser conveniente ?
R. Una cosa es levantarse antes de amanecer p: -
ta trabajar llenos de afan y codicia , para hacer casa
120
opulenta sin acordarse de Dios : y otra cosa es pre
venir al Sol y madrugar antes de la luz para bende
cir á Dios y adorarle , dándole gracias por los bene
ficios recibidos en el dia y noche anteriores, y para
disponerse con nuevos auxilios del Señor para los tra
bajos y operaciones del dia siguiente. Lo primero lo
reprueba David como vano é inútil, porque si Dios
no edifica la casa , en vano trabajan los que la edifi
can. Y en vano se levantan antes de la luz sin acor
darse de Dios ; pues á pesar de sus continuos y co-.
diciosos afanes, no lograrán cosa alguna, ó lo mas
que lograrán será un pedazo de pan, que es pan de
dolor, de amargura y de afliccion. No asi aquellos,
que levántandose temprano , despues de haber toma
do el descanso necesario , alaban y bendicen á Dios
ante todas cosas , y le piden sus auxilios para traba
jar para su subsistencia y la de su familia. Para
estos no es inútil y vano el madrugar. Sin trabajar
con tanto afan como los otros , son mas felices y di
chosos. Todos sus negocios y operaciones se compo
nen bien , los frutos de su heredad se multiplican, flo
rece su casa, sus hijos gozan de salud y robusted;
y con la bendicion de Dios , comen con gusto y re
poso los manjares que los proporciona su trabajo ho
nesto. Que es lo que se dice en el libro de la Sabi
duría, y en el Invitatorio de la Iglesia.
121

LIBRO DE LOS PROVERBIOS.

capitulo vi.

V. 30. jl\ o es culpa grave el que uno hurte. Pues


qué no está prohibido el hurto en el séptimo man
damiento de la ley de Dios, como consta del cap. 5.
del Deuteronomio , v. 19. y por aquel precepto de la
ley natural : no quieras ni hagas con tu próximo , lo que
no quieras se haga contigo ?
R. El hurto está prohibido , y quando la materia
que se hurta es grave , es pecado grave y mortal. No
se opone á esto lo que dice Salomon. Compara el
hurto con el adulterio, y dice que el hurto no es
pecado ni culpa tan grave, como el adulterio. Y pa
ra apartar á los hombres de este pecado arguye asi:
si el hurto, aunque no es culpa tan grave, se casti
ga con tanta severidad , que se obliga al ladron á sa
tisfacer y compensar el daño siete veces mas , y á
perder los haberes de su casa: ¿quánto mayor será
la satisfaccion , que deberá dar el adúltero , siendo
su pecado mucho mayor que el del ladron ? Tirina.

CAPITULO XIV.

I. .

V. ig. El que es inocente, cree a toda palabra. El


Eclesiástico dice al cap. 19. v. 4. El que cree pronto
es leve de corazon. ¿ Cómo aqui se califica de debili
dad, y allí de inocencia, el creer á todos?
Q
I2Í" • .
R. El Tirino dice: que por inocente en el texto
de los Proverbios, se entiende el necio é insipiente.
D; este modo los dos textos dicen una misma cosa.
Esto es, que es una insipiencia , una necedad y debili
dad, ó levedad, creer á todos al instante y sin reflexio
nar lo que nos dicen, y quién lo dice. Por lo qual
nos advierte S. Juan en su primera carta , cap. 4.
v. i. Que no creamos á todo espíritu, y que antes de
creer probemos y examinemos si el espíritu es de Dios.
Y Jesuchristo nos encarga: que seamos sencillos como
las palomas, y prudentes como las serpientes. Sencillos
para no engañar ; y prudentes para no ser engañados.

CAPITULO XVI.

V. 1. y 9. Del hombre es preparar su alma... El


corazon del hombre dispone su camino. Al cap. 5. de S.
Juan , v. 5. dice Christo : sin mí nada podeis hacer.
Con que sin el iñfluxo dé Dios no podrá el hombre
preparar su alma, ni disponer su camino. Parece
pues que Salomon se equivocó.
R. En estos dos textos se establecen dos dogmas
de nuestra Católica religion. El dogma del concurso
de Dios en lo natural y sobrenatural: y el dogma
del libre alvedrío. El hombre nada puede hacer sin
el concurso de Dios, ó natural ó general, ó sobrena
tural. Dios concurre á todas nuestras operaciones na
turales , porque como dice S. Pablo: en él vivimos,
nos movemos ; y nos conservamos : y él es la causa
primera de todas las cosas. Sin Dios, ni aun pode
mos saber el camino , que debemos todos seguir;
pues cómo dice Salomon al cap. 20. v. 24. Los pasos
del hombre son dirigidos por el Señor , '¿ quién de los
hombres pitedi saber su camino2. En lo sobrenatural
123
no podemos preparar nuestras almas , ni hacer la co
sa mas leve, conducente á la vida eterna y salva
cion , sin el concurso general de Dios , y sin el espe
cial de la divina gracia. Todo lo qual establece el di
vino Redentor diciendo : sin mí nada podeis hacer.
Salomon diciendo : del hombre es preparar su alna:
y el corazon del hombre dispone su camino , establece el
dogma del libre alvedrío. Porque aun supuesta la di
vina gracia . y asistencia de Dios , el hombre es libre
para hacer ó no hacer, en beneficio de su alma lo
que le inspira Dios, y está en libertad de asentir á
las inspiraciones y llamamientos de la gracia, dis
poniendo con el auxilio del Señor su camino ácia el
agua; esto es, ácia lo bueno, ó no asentir, ó dis
poner su camino acia el fuego , esto es , acia lo
malo.
CAPITULO XXVI.

I.

V. 4. No respondas al necio segun su necedad. Al


v. 5. Responde al necio segun su necedad. Aqui hay una
concradicion manifiesta.
R. No hay contradicion. En el v. 4: dice : que
no respondamos á el necio segun su necedad , ponién
donos en contiendas de palabras con él porque su in
sipiencia no le dexará hacerse cargo de nuestras ra
zones , perderemos el tiempo , y nos haremos estul
tos como él. A el v. 5. dice : para que el necio, vien
do nuestro silencio, no se juzgue sabio, es preciso
responderle segun su estulticia ; mas no con palabras,
sino con castigos, aunque sea acudiendo al Juez,
si no tenemos dominio sobre él, pa rasque le corrija,
y aplique la pena merecida. Pues como daxa dicho al
v. 3. : asi como se aplica al azote al caballo , y el cabes
Q2
124
tro al asno , asi se d-ebe aplicar la vara á las espaldas
de los necios. Tirino.

CAPITULO XXIX.

V. 1 8. Ojiando faltare la profecía , se disipará, el


pueblo. En tiempo de los Macabeos no habia profe
ta , por lo qual pusieron separadas las piedras del al
tar profanado, hasta que hubiese profeta que ks dixe-
se lo que se debia hacer , como consta del libro i. de
los Macabeos, cap. 4. v. 46. ¿Cómo sin embargo,
no se disipó el puiblo , antes bien se restableció ?
R. Por profecía se entiende aquí la religion y cul
to del verdadero Dios. No hay cosa mas excelente,
para que un reyno florezca, y para que prosperen
los pueblos, que la religion. La religion contiene á
todos, asi Reyes como vasallos, dentro de los lími
tes de sus respectivos deberes. Pero si en un reyno
falta la religion todo se disipa. Se turba el buen órden:
el Rey gobierna segun su capricho y antojo : oprime á
los vasallos: y éstos quitado el freno del temor de
Dios, que les imponía la religion, se niegan al res
peto y obediencia, que la misma religion ordena á
los vasallos, respecto de sus soberanos: se amotinan:
forman facciones, y divididos en bandos asolan el
reyno , y éste y los pueblos vienen á ser ludibrio,
mofa y pre^a de los enemigos, y malvados. Así lo
acredita la experiencia, y consta de la Sagrada Es
critura. Para restablecer un reyno que se halla di
sipado por haber abolido la religion no hay medio
mejor, que restablecer ante tedas cosas la religion
y culto del verdadero Dios. Asi lo hicieron los in
signes Macabeos... Los Judíos se disiparon enteramen
te, luego que Antioco abolio la verdadera religion.
A excepcion de algunos pocos, que como Eleazaro,
padecieron horrorosos martirios por conservar las le
yes santas; y de otros que huyeron á los montes: los
mas, ó por miedo, ó por malicia, se disiparon, y si
guieron las máximas del infame opresor. Todo era
confusion, espanto, miedo, y disipacion en el pue
blo de Dios ; hasta que Matatías y sus hijos , tenien
do para su consuelo los libros santos, tomaron la es
pada, mas para restablecer la religion , que para de
fender sus vidas. Este fué su primer cuidado luego
que el Señor les empezó á dar victorias. Restablecido
el culto de Dios, y su religion, se restableció el pue
blo. Y los Judios mientras Matatías y sus hijos vi
vieron, y conservaron las leyes santas, se hicieron
temibles á sus enemigos, y laudables en todas las
naciones. Tirina.
1

CAPITULO XXX.

V. 2. Soy el mas necio de los hombres , y la sabi


duría de los hombres no está conmigo: no aprendi sabi
duría, y no ccnozco la ciencia delos santos. ¿Cómo po
día Salomon decir esto habiéndole dado Dios un co
razon sabio é inteligente , de nodo que ninguno antes ni
despues le fué semejante , como consta del 3. de los
Reyes, cap. 3. , v. 12. ? 'cómo dice que no tenia la sa
biduría de los hombres, siendo su sabiduría mas exce
lente que la de todos los orientales y egipcios, y habien
do dicho tres mil parábolas , compuesto mil y cinco ver
sos ó cánticos, disputado desde el cedro del Líbano,
hasta el hisopo de las paredes de los animales, aves,
reptiles y peces , segun se afirma al 3. de los Reyes,
cap. 4., v. 31.?
R. Verdad es que Dios concedio á Salomon una
126
sabiduría tan excelente , qual se dice en el libro 3.
de los Reyes. Esto no lo niega él en los Proverbios,
antes bien confiesa, que él por sí y de suyo era y hu
biera sido el mas necio de todos los hombres : que éí
no habia aprendido la sabiduría como la aprenden y
estudian los hombres á fuerza de vigilias y trabajos:
que su sabiduría era de Dios, que Dios se la habia
infundido: y en una palabra, segun se explica al v. 6.
que quanto habia escrito en este libro todo era de
Dios, por lo qual ninguno debia añadir cosa alguna
á sus palabras , si no queria ser tenido por mentiro
so. Tirino.

LIBRO DEL EGLESIASTÉS.

CAPITULO PRIMERO.

I.

V. 10. iSl adahay nuevo debaxo del sol, ni puede de


cir alguno: ved aqui esto es nuevo, porque ya precedió en
los siglos que fueron antes de nosotros. Esto se opone
á lo que dice Jeremías al cap. 31., v. 22. El Senor
crió una cosa nueva sobre la tierra. Lo que hizo Jesu-
christo dando vista á un ciego de nacimiento , tam
bien fué cosa nueva ; pues como consta del cap. 9.
de S. Juan , v. 32. El mismo ciego dixo á los Escri
bas y Fariseos. En todos los siglos no se ka visto , que
alguno haya abierto los ojos a un ciego de nacimien
to. Parece que hay oposicion en estos lugares,
R. Ei Éclesiastés había de lo que■ sucede segun
el curso y órden natural de las cosas. No de las cu
riosas, y extraordinarias, ni de los prodigios, mila
gros , y cosas monstruosas. Aquellas se suceden unas
127
á otras y por esto pone el éxerhplo en la generacion
delos hombres, que uno pasa y otro viene: y en el
sol que nace , se pone , y vuelve á su lugar. De mo
do que , aunque algunas de estas cosas naturales nos
parezcan nuevas , ya hubo las mismas , ú otras se
méjantes en los siglos anteriores : y el parecemos nue
vas consiste en que, como dice al v. n. : no hay me
moria de las primeras cosas , ni habrá tampoco recuer
do de las que sucederán despues entre aquellos , que vi
virán á lo ultimo. Jeremías habla de la encarnacion
del Divino Verbo en el vientre de María Santísima,
obra tan singular, admirable y sobrenatural , que no
entra en la investigacion y alcance de las potencias
limitadas y naturales del hombre. Y el milagro que
obró Jesucristo , dando vista á el ciego de nacimien
to, fué tambien una obra prodigiosa , dispuesta y
obrada , para que los Judios hechos cargo de que Je-
suehristo hacia cosas mas estupendas, que las que
habian hecho hasta entonces los Profetas y Santos
conociesen que era superior á ellos, le confesasen por
verdadero Dios, y alabasen el poder y obras del Se
ñor. Tirino.
CAPITULO III.

V." 19. Una misma es la muerte del hombre y de los


jumentos, y la condicion de uno y otro es iguali asi có
mo muere el hombre , mueren ellos : de un mismo modo
respiran , y nada tiene el hombre mas que el jumento...
I Quién sabe si el espíritu de los hijos de sidan st.be
arriba, y si el espíritu de los jumentos desciende abaxoi
Si una misma es la condicion de los hombres y de las
bestias: si ninguno sabe si el espíritu de los hombres
sube arriba, y sí el de los jumentos desciende abaxc:
i cómo al cap. 12., w. 5. y 7. dice: irá el hombre
128
á la casa de su eternidad... el polvo (el cuerpo) vol
verá a la tierra^ de la qual era; y el espíritu (esto
es el alma ) volverá á Dios que la crió ?
R. Este libro del Eclesiastés está lleno de obscu
ridades , y si no se lee con mucha atencion ¿ y aun
instruccion, podrá causar perjuicios muy notables,
principalmente á los lectores incautos y sencillos que
no saben distinguir , ni separar el veneno de la tria
ca. Este libro es una especie de discurso, ó sermon,
en que Salomon, ó por mejor decir la divina sabidu
ría enseña á los hombres lo que deben hacer, para
vivir con quietud y tranquilidad en esta vida; y des
pues los alecciona , para gobernarse en sus acciones,
de modo que sean bienaventurados en la otra. Para
establecer su doctrina propone las opiniones de los
Ateistas y Epicureos acerca del fin último de los
hombres ; y aunque parece que alguna vez se con
forma con sus máximas, es para refutarlos con mas
fuerza, para manifestar que los bienes, gustos y con
veniencias de esta vida , en que los impíos ponen su
felicidad, son caducos, inconstantes, perecederos y
falaces ; y para probar que en solo Dios se halla la
verdadera y eterna bienaventuranza. Con esta adver
tencia se entienden con facilidad algunos lugares de
este libro ; y se conoce que no hay entre ellos opo
sicion, ni contradiccion: lo que se dice al cap. 3.
v. 19. es lo mismo que establecen los Epicureos y
Materialistas , los quales negaban la inmortalidad
del alma ; y haciendo á los hombres semejantes en
todo á las bestias y jum.-ntos, no piensan en esta
vida sino en comer, beber, y divertirse, como si
todo se acabara con la muerte , y no hubiera despues
otra vida. Esta doctrina , y máximas detestables las
refuta, diciendo al cap. 12. w. 5. y 7. Irá el hombn
á la casa de su eternidad... el polvo irá á la tierra, de
la qual era t y el espíritu volverá á Dios , que le crio'
129
eos lo qual manifiesta que , aunque el hombre en
quanto al cuerpo es material y corruptible como las
bestias , no es semejante en quanto al alma ; pues esta
volverá á Dios-, pues es inmortal. De este modo prue
ba , que el hombre debe vivir en esta vida , usar de
los bienes y gustos , no como si fueran en todo bes
tias, sino moderadamente, temiendo á Dios, exerci-
tándose en buenas obras, con la consideracion de la
eterna felicidad j ó infelicidad que disfrutará despues
de su muerte segun sus obras. A esto se reduce todo
quanto se dice en este libro del Eclesiustés, como
nos advierte el mismo Salomon en los dos últimos
versos de él: oigamos (dice) todos juntos el fin del dis
curso. Teme á Dios y guarda sus mandamiemios , porqm
esto es todo hombre: y todo quanto se hace lo traerá
Dios ajuicio por qualquiera yerro , sea bueno ó sea malo.

CAPITULO VII.

V. 17. No quieras ser muy justo. ¿PuescómoS. Juan


dice al cap. último del Apocalipsis v. 1. El que es
justo , justifiquese todavía , y el que es santo , santifi-
quese todavia2. i
R. La virtud consiste en un medio , y se peca
contra la virtud, no solo por defecto, sino también
por exceso. Salomon no habla de la justicia que nos
hace santos, amigos de Dios y herederos de lá glo
ria. Bien que aun respeto de esta justicia, y para
adquirirla , y conservarla no debemos dexarnos llevar
de nimiedades, de prácticas estravagantes , ni de es
crupulos. Habla , pues , de la justicia moral. Y como
esta puede ser punitiva, distributiva, y conmutati
va , dice, ó quiere decir: en lo punitivo no seas tan
justo que quieras corregir y castigar con todo rigor
R
130
y severidad, no solo los defectos graves, sino tam
bien los leves : en lo conmutativo , no seas tan exac
to , que por no dañar al próximo , ó por atender á
Ja felicidad y provecho ageno, dañes y perjudiques
á tu casa y familia: en lo distributivo, no seas tan
mirado, que por no dar el premio al indigno, se le
niegues al digno y benemérito. Tambien habla Salo
mon de la justicia personal. No te tengas ( dice ) por
tan justo, irreprensible y justificado en tus. palabras
y obras, que te juzgues por mejor, y mas santo que
los demas. Á nada de esto se opone lo.que dice S. Juan,
encargando que el que es justo, se justifique cada
dia mucho mas, evitando los defectos leves, y dan
do cumplimiento exacto á todos sus deberes.

CAPITULO Vil

V. 29. Entre milhombres encontré uno (bueno) 5 pe-


ro entre todas las mugeres no hallé una ( buena) : se
gun esto, no hay una muger buena: ¿ pues cómo dice
el Espíritu Santo ai cap. 8. v. 8. de Judith: que
esta era famosísima en todas Jas cosas ; porque tema
mucho á Dios, y no habia quien hablase de ella una
palabra mala ? ; -- ¡. . i
R. Salomon habla aquí hiperbolicamente, para
manifestar la corrupcion general del linage humano.
No dice que no haya hombres buenos, y mugeres
buenas. Solo dá á entender la dificultad de hallar
los , y que siendo difícil hallar entre mil hombres un
hombre cabal y perfecto; es mucho mas dificultoso
hallar entre todas las mugeres una, que tenga to
das las prendas y qualidades que la califiquen de per
fecta. Por esto preguntaba y decia al cap. 31. de los
I3i
Proverbios v. 10. i Quién encontrará una muger fuer
te* Como si dixera: ¿quién encontrará una muger
buena, piadosa, casta, industriosa, diligente, sufri
da, constante, compasiva, y que tenga las demas vir
tudes , dotes , prendas y circunstancias de cabal y
perfecta en todas las cosas? No porque no haya al
guna; sino porque es muy rara, y dificultoso en
contrarla.
CAPITULO IX.

V. 1. Ignora el hombre, si es digno de amor ó de


¿dio. San Pablo en la segunda á Thimoteo cap. 4.
v. 7. dice: he peleado bien, he consumado mi carrera,
he sido fiel á mi ministerio , ya no me falta sino la co
rona de justicia, y justo premio , que me retribuirá el
justo juez en aquel dia. Sabia pues el Apóstol, que era
digno de amor ; y por consiguiente el hombre no ig
nora si es digno de amor, ó de ódio.
R. El hombre no sabe en esta vida cierta é in
faliblemente, si es digno de odio ó de amor, á no
ser que Dios se lo revele. Pero lo puede saber conje-
turalmente por sus obras, y por el testimonio de su
conciencia. El que está en pecado mortal, sabe que
sitio sale por medio de una verdadera penitencia del
estado de pecado , es digno de odio. El que se exer-
cita en las virtudes, el que cumple los divinos man
damientos , el que exáminando su conciencia no ha
lla que le acuse de ninguna culpa grave , puede con
jeturar que es digno de amor. San Pablo ó habia te
nido revelacion de su salvacion y perseverancia final
en la virtud, y asi sabia que era digno del amor y
recompensas de Dios, con una ciencia segura y cier
ta: ó lo conjeturaba por haber sido fiel al ministerio
apostólico , que el Señor le habia confiado , y por los
*32
trabajos que habia padecido y sufrido por Jesu- Quis
to. Y así no hay contradicion.

II.

Ibid. v. 2. Todas las cosas permanecen inciertas has


ta el fiiturot i Pues cómo San Pablo decia á los Ro
manos cap. 8. v. 38. Estoy cierto de que ni la muerte,
ni la vida, ni los angeles, ni los Principados , ni las
Virtudes, ni las cosas presentes, ni las futuras, ni lo
alto, ni lo profundo, ni criatura alguna nos podrá se
parar de la caridad de Dios , que le tenemos en Chis
to Jesus nuestro Señor ?
R. Dexa dicho Salomon : que ignora el hombre,
si es digno de odio ó de amor : y para probarlo se va
le de este raciocinio: si alguno pudiera saber, que
era digno de amor ó de odio, lo sabria, ó por los be
neficios , que recibe de Dios ; ó por los sucesos y acon
tecimientos prósperos ó adversos, que experimenta en
esta vida. De nada de esto lo puede inferir ; pues to
das las cosas suceden igualmente al justo y al impío,
al bueno y al malo, al limpio y al inmundo, al que
sacrifica víctimas, y al que se burla de los sacrificios:
como el bueno, así el pecador: como el perjuro, así
el que dice la verdad: unas mismas cosas esperimen-
tan todos... y despues de todo; todos van á los in
fiernos : luego en esta vida todas las cosas permane
cen inciertas hasta el futuro, y por consiguiente ig
nora el hombre, si es digno de amor ó de ódio. Sa
lomon habla segun la via ordinaria, y no excluye la
congetura, ni la certeza que se puede tener en esta
vida por divina revelacion. La certeza que tenia S. Pa
blo , de que ninguna cosa seria capaz de separarle de
la caridad y amor de Dios, no se fundaba en los bene
ficios, que habia recibido de Dios, ni en la fidelidad,
con que hasta entonces habia correspondido á los debe-
res de su ministerio, ni en los sucesos varios de su vida.
Se fundaba si en los firmes propósitos, que tenia
formados de no dexarse vencer, ayudado de la gra
cia , de ninguna de las cosas prósperas ó adversas que
le pudieran ocurrir, y de perder su vida, antes que
separarse del amor de Dios. San Pablo estaba cierto.
El mismo lo asegura. Prescindamos de si esta certe
za era infaüble por divina revelacion: ó si solo con-
getural fundada en sus propósitos y auxilios de la di
vina gracia; pues ni de un modo, ni de otro se opo
ne á lo que dice Salomon. Lo que si es preciso adver
tir es, que aun quando nuestra conciencia no nos
acuse de pecado, y aun quando tengamos certeza de
nuestra justificacion y constancia en el amor de Dios;
debemos obrar nuestra salvacion con temor y tem
blor por medio de buenas obras, aprendiendo del
Apóstol, que aunque estaba cierto de que ninguna
cosa le podría apartar de la caridad y amor de Dios;
con todo escribia á los de Corinto dkiéndoles 1. ad
Cor. 9. v. 27. Castigo mi cuerdo, y le reduzco á servi
dumbre; no sea que predicando á otros, yo sea reprobado*

III.

Ibid. v. 5. y 6. Los que viven conocen que han de


morir , pero los muertos ya no'conocen mas, ni tienen mas
recompensa ; porque su memoria se ha entregado al olvi
do : el amor y el odio ,y la enviflia perecieron juntamen
te , ni tienen parte en este siglo, ni en la obra que se hace
debaxo del sol. Si los muertos nada conocen , no cono
cerán nuestras miserias y trabajos : no conocerán
nuestras oraciones y súplicas; no intercederán por
nosotros. ¿ Pues cómo al cap. 15. del lib. 2. de los Ma-
cabeos v. 1 2. se dice : que Onias difunto oraba por to
do el pueblo de los Judios2, y al v. 13. ¿Este es Jere
mías Profeta de Dios , amador de sus hermanos , y del
134
pueblo de Israel , que ruega mucho por el pueblo , y por
toda la ciudad santal ¿Cómo la Iglesia en las públi
cas y solemnes Letanías pedimos á María Santísima,
y á los Santos que oren y rueguen por nosotros? di
ciendo Santa María, ora pro nobis. Sante Petré, ora
pro nobisl Ademas: si los muertos no tienen parte en
este siglo , ni en la obra que se hace debaxo del sol , de
nada servirán los sufragios, que hacemos por los que
estan en el Purgatorio. Pues , ¿ cómo la Iglesia tiene
definido en muchos concilios , que las almas de los di
funtos , que estan en el Purgatorio , pueden ser ayuda
das y socorridas por las oraciones de los vivos , y prin
cipalmente con la aplicacion del Santo Sacrificio de la
Misa ? i Hay en esto alguna oposicion ?
R. No hay oposicion ninguna. Y lo que dice Sa
lomon es muy distinto de lo que cree y confiesa la
Iglesia Católica, acerca de la invocacion y media
cion de los Santos , y sufragios por los que estan en
el Purgatorio. Como todo el objeto de este capítulo
se dirige principalmente á hacernos conocer la incer-
tidumbre en que estamos de nuestra salvacion en es
ta vida; pues aunque hay Santos y sabios, sus obras
estan en las manos de Dios, y el hombre ignora/ si
es digno de amor ó de ódio; Salomon, tomando el
oficio de predicador, que esto quiere decir Eclesias-
tés, encarga á sus oyentes y lectores, que no se des
cuiden en hacer quanto bueno puedan en esta vida,
que obren con diligencia y prontamente en benefi
cio de su alma , que no se esten ociosos , si quieren
en lo futuro ser dignos, de amor ; pues despues de
muertos no podrán de modo alguno arrepentirse de
sus culpas ; ni hallarán medio , ni conocerán arbitrio,
por el qual entonces puedan hacerse apreciables en
la presencia de Dios. Todos en esta vida saben que
han de morir. Y este conocimiento les debe apro
vechar para no pecar 9 y para exercitarse en obra*
135
buenas y meritorias. Porque en lo futuro, esto es,
en la otra vida , no se merece ni desmerece : no hay
obras que puedan servir á los justos, para aumen
tar sus méritos y recompensas ; ni á los réprobos pa
ra librarse del ódio y castigo de Dios : habiendo con
cluido unos y otros su carrera, ya no tienen parte
en este siglo , ni en las obras , que hacen los viado
res , para su justificacion y salvacion. Esto es lo que
dice Salomon, y viene á ser lo mismo, que lo que
dixo el Redentor segun San Juan cap. 9. v. 4. A mi
me conviene hacer lo que me ha encargado el que me ha
enviado, mientras es de día, esto es, mientras estoy en
esta vida; porque vendrá la noche, esto es, la muer
te, en la qual ninguno puede obrar. De aquí no se in*
fiere, que los Santos no conocen nuestras miserias,
ni nuestras súplicas y oraciones. Y aunque no sabe
mos cómo conocen las cosas ausentes , y las oracion
nes, que les hacemos muchas veces interiormente,
y con solo el afecto del corazon j lo cierto es que lo
conocen , ó bien porque las ven en la Esencia divi
na, como enseñan Santo Tomás y San Gregorio; ó
bien porque Dios se las revela , como dice San Agus
tín. Si los Santos no conocieran las oraciones y sú
plicas que les hacemos, en vano les pediríamos, que
rogasen á Dios por nosotros, y jamas recibiriamos
el beneficio que pedimos á Dios por su intercesion. Es
constante que en toda la Iglesia Católica rogamos á
María Santísima y á los Santos , tanto en las oracio
nes públicas y solemnes , como en las privadas y par
ticulares, que ruegan á Dios por nosotros, y muchas
veces recibimos del Cielo las gracias y favores que
por su intercesion pedimos , como consta de todas
las historias de los Santos ; y aun de muchos testi
monios de la Sagrada Escritura, consta que ruegan
por nosotros , y que nos favorecen en nuestras nece
sidades y trabajos. Con que es preciso confesar que
los Santos conocen de alguno de lps modos dichos
nuestras oraciones , y que aunque ya no pueden me
recer para sí , ni tienen parte en los méritos ó desmé
ritos de los viadores, como dice Salomon, conocen
nuestras miserias, oyen nuestras súplicas, se apiadan
de nosotros , é interponiendo las méritos que contra-
geron en esta vida, dignificados con los méritos de
Jesu-Cbtristo, ruegan á Dios por nosotros. Belarmino.
Por lo tocante á las almas del Purgatorio , tampoco
se, opone lo que dice .Salomon á la doctrina de' la Igle-
sia Católica. Las almas del Purgatorio estan en un
estado medio. Ni son bienaventuradas, ni viadoras.
Ni ven á Dios ni estan libres de trabajos , como los
bienaventurados ; ni pueden ser condenadas al infier
no por nuevos desméritos , como los viadores. Ellas
no conocen ni tienen arbitrio , para aumentar sus mé
ritos, y librarse de las penas que padecen, hasta sa
tisfacer plenamente á la divina justicia; pero con hs
obras buenas que hicieron en esta viia, merecieron
poder ser ayudadas y aliviadas coa las oraciones , sa
crificios y obras buenas, que la Iglesia y los fieles apli
can por ellas. Así conciiia San Gregorio, citado por
Belarmino, lo que dice Salomon, con la doctrina de
la Iglesia Católica.
IV.

Ibid. v. i1. Vi que la carrera no es de los mas ve


loces, ni la batalla, ó victoria de los mas fuertes , ni
el pan de los mas sabios , ni las riquezas de los mas
doctos, ni la gracia de los artífices; sino que el tiempo
y la casualidad lo hacian todo. Aqui parece que Salo
mon niega la providencia de Dios , y establece el aca
so y la fortuna. ¿Pues cómo al cap. g. , v. 5. dexa
dicho: no digas que no hay providencia, no sea que
airado Dios por tus expresiones disipe todas las obras
de tus manos i ¿Se contradice Salomon á sí mismo?
*'37
R. Salomon habla en el primer texto segun se es-
plícan los impíos y atheistas, para negar la existen
cia de Dios : y segun suelen producirse los hombres,
quando ven que los indignos, los idiotas, los necios,
los ignorantes se llevan los premios , los favores , las
gracias , dignidades y empleos ; y los buenos , los dig
nos, los doctos y sábios, que podrian desempeñarlos
mejor, y que tienen mas méritos, son desatendidos
y viven en un perpetuo olvido, sin tener que comer.
He visto , dice , que la carrera no es de los veloces , y
en efecto, quintas veces vemos que muchos que an
dan agitados y siempre corriendo en busca de em
pleos, no logran sus pretensiones; y que otros 'que
no se menean, y se estan quietos, son atendidos y
colocados en las dignidades ? He visto que la victoria
y premio de una batalla, no es de los mas fuertes: y
es así, pues muchas veces exércitos débiles y vise-
ños triunfan de exércitos. fuertes, aguerridos y mas
numerosos : y muchos que no han entrado en el com
bate son premiados, y el soldado que ha peleado es
desatendido. He visto , que el pan no es de los mas sa
bios : y es verdad que muchos sabios perecen de ham
bre, á el mismo tiempo, que los ignorantes é idiotas
abundan de todo, y comen opíparamente: he visto
que las riquezas no son de los doctos. Por lo regular
la abundancia , la opulencia , y las riquezas son pa
trimonio de los tontos y necios ; y la miseria, la po
breza , y la escasez son las compañeras inseparables
de los doctos y estudiosos. He visto que la gracia no
es de los artífices. Esto no lo pueden negar las mu-
geres españolas , para las qualcs tiene mas gracia y
estimacion una tela, ó qualquiera friolera fútil, van
na , y poco duradera , con tal que sea de moda ó es-
trangera : que las que hacen sabios artífices del rey-
no, aunque sean mejores, mas provechosas y perma
nentes. Ni tampoco lo pueden negar los hombres, los
• ' S
23«
quales hacen mas aprecio de un artífice, de un ope
rario, poco instruido en su arte,. con tal que sea ex-
trangero, que de un maestro, artífice, y operario
nacional, aunque sea. mas instruido y excelente. To
das estas cosas las atribuyen los impíos, al tiempo y
alacaso: y lo mismo hacen muchos que, aunque
confiesan la existencia de un Dios sábio, justo y prór
vi do, no se persuaden que Dios.es el que dispone to
das estas cosas i y. juzgan que provienen del acaso,
de la fortuna, ó que no tienen mas origen que la en
vidia y malicia de los hombres unas veces; otras el
favor y gracia de los áulicos y poderosos, y otras
los delirios y falta de consideracion. Segun lo qual
Salomon dice : que el tiempo y la casualidad son la cau
sa de estas cosas. Pero Salomon no es de este modo,
de pensar. El reconoce que la providencia de Dios es
la causa y principio de todos los acontecimientos de
los hombres, ya sean prósperos, ya sean adversos:
para cerrar la boca , á quien quisiera imputarle , que
negaba la providencia de Dios , dexa dicho al ca-
pít. g. , v. g. de este libro : no digas que no hay pro
videncia , no sea que irritado Dios por tus expresiones
disipe todas las obras de tus manos. Al cap. 8. de la Sa
biduría, v. 1. dice: La providencia de Dios abraza
todas las cosas desde el principio hasta el fin ; ordenán
dolas y disponiéndolas fuerte y suavemente. Lo qual
expone S. Bernardo, lib. de Grat. et lib. arb. dicien
do : la providencia de Dios abraza todas las cosas des
de lo sumo del cielo ; hasta lo mas profundo de la tier
ra: desde el Angel mas eminente hasta el mas vil gu
sanillo: desde el nacimiento de la criatura hasta su fin.
Al cap. 12. , v. 19. del mismo libro de la Sabiduría
dice Salomon : no hay otro. Dios mas que tú, que tienes
cuidado de todas las cosas. Al cap. 14. , v. 3.: tu pro
videncia, ó Padre (Dios) es la que todo lo gobierna:
y por último al cap. 16. , v. 33. de los Proverbios
*39
dice : las suertes se echan en el cántaro ; pero se go
biernan por el Señor. Ademas: ¿Á quién atribuye
Salomon su establecimiento en el reyno de su pa
dre David? ¿Lo atribuye á las circunstancias del
tiempo , ó al acaso ? Nada de esto. A solo Dios, que
frustrando las maquinaciones y conatos de Absalon
y de Adonías sus hermanos, que querían reynar, le
Colocó á él en el trono de David. Esta es una prue
ba clara de* que quando dice : que el tiempo y el
acaso obran en todas las cosas : habla segun se ex
plican los impíos que niegan la providencia de Dios,
ó segun el lenguage de los hombres en sus varios
acontecimientos. Y asi no se contradice á si mismo
estableciendo la divina providencia. En una palabra,
Salomon quiere que, aunque veamos que el premio
no es del que le pretende , que la victoria no se atri
buye al que pelea, que el sabio padece hambre, que
los doctos carecen de riquezas, que el favor y gracia
no es de los artífices, que el justo es perseguido, y
Otras cosas así, no lo atribuyamos al tiempo y al aca
lló, como lo hacen los impíos y gentes ignorantes,
sino áDios, cuya sabiduría y providencia lo dispone,
lo distribuye, y gobierna todo, para su mayor glo
ria y felicidad nuestra.. Lo qual es lo mismo que di
ce S. Pablo á los Romanos, cap. 9. v. 16. Los bie
nes , ¡aiI riquezas , ios empleos, no ion del que corre, y
se afana por ellas; ni del que las quiere y solicita, si
no de la misericordia de Dios. Y asi debemos estar en
que el tiempo, las casualidades, que á nosotros nos
parecen fortuitas, sort dispuestas , dirigidas, y go
bernadas por Dios; pues ni una hoja se mueve en un
arbol sin su voluntad.

S2
1AO
CAPITULO X.

V. i. Las moscas, que mueren, pierden y malean la


suavidad del ungüento. Mas preciosa es una necedad
leve y á tidinpo , que la sabiduría , y que la gloria.
Segun Salomon en varios lugares, y principalmente
en los cap. 7., 8. y 9. del lux de la Sabiduría, no
hay cosa mas grande , mas estimable , mas digna de
aprecio que la sabiduría: y segun se explica en to
das partes, no hay cosa mas odiosa, mas odible, y
vituperable que la necedad y estulticia. ¿Pues cómo
afirma aqui , que una necedad leve y á tiempo es mas
preciosa, que la sabiduría , y que la gloria? Parece
que en esto hay una contradiccion manifiesta. -,
R. Salomon no profiere la necedad, sea la que
fuere á la sabiduría ; ni en el cap. del Eclesiastés ha
ce comparacion de la sabiduría con la necedad. An
tes bien , su intento es manifestar los males que
acarrea pna necedad, por pequeña que sea, á el sa
bio que la dicta , ó la sostiene. Dexa dicho en etúl-
timo varsillo del capítulo anterior : mejor es la sabi
duría que las armas de la guerra ; pero si el sabio pe
tase en una sola cosa perdera muchos bienes : y prosi
guiendo la materia y asunto en este capítulo dice:
Jas moscas que mueren en el ungüento, malean su suavi
dad. Mas preciosa es una necedad leve y á tiempo , que
Ja sabiduría y la gloria: como si dixera : no hay cosa
mas preciosa y digna de estimacion y de aprecio que
la sabiduría. Es mejor que la fuerza y que las ar
mas; pero guárdese el hombre sábio de caer en algun
defecto, porque perderá su crédito y estimacion. Asi
como las moscas, aunque insectos pequeños, malean
la suavidad y fragancia del bálsamo, donde caen y
mueren ; y le hacen mezaos estimable , asi un descui
14*
do, un defecto, una falta, ó necedad de un sabio,
por leve que sea obscurece su sabiduría , y le priva
de la gloria y fafha qUc tenia adquirida. Esto es lo
que dice Salomon, segun el Tirino: y asi sucede. Son
los sábios como el sol. Son indecibles é impondera
bles los beneficios que recibimos de este hermoso as
tro. Todo lo vivifica, lo ilustra, lo ilumina. Pero pa
dezca el sol un eclipse. Yá por entonces no se habla,
ni se hace aprecio de los beneficios del sol , ni de su
hermosura. Las gentes se convidan unas á otras, pa
ra ver el eclipse , y en todas partes se hace conver
sacion del defecto que el sol ha padecido.. Lo mismo
sucede con los sábios. ¿Quién es capaz de decir los
bienes y felicidad que acarrean los sábios al reyno,
ciudad y pueblo donde se hallan? Son incalculables.
Son los sábios dice el Espíritu Santo : la salud del or
be de la tierra. Pues, aunque un sábio haya salva
do su pueblo y su reyno ; aunque haya ilustrado el
mundo con su doctrina , con sus consejos y escrír
tos; aunque por todas partes se haya extendido la
fama de su prudencia, de sus talentos, de su eru
dicion y sabiduría : si púr su desgracia ó miseria lle
ga á cometer un defecto , ó se dexa llevar de alguna
necedad, al instante pierde su gloria y estimacion;
ya no se hace caso de su sabiduría ; su defecto ó caí
da se publica por todas partes , y como si la necedad
ó descuido en que ha incurrido , fuera mas aprecia-
ble que su sabiduría, se habla de ella en todas las
conversaciones y tertulias, con perjuicio de su glo
ria , reputacion y buena fama. Que es lo mismo que
sucede con el bálsamo, en que mueren moscas, y lo
que aqui dice Salomon.
142
- .. . * <J f h~ t.*i .. ... r *. . rj , ,, i, , *' ■ ■
CÁNTICO DE LOS CÁNTICOS.
, _ ■> - .'• i' ■ • • ;• -i' :. /.■i
. l - i- ■ ■ ■
CAPITULO PRIMERO. ...!

V. 4. l\egra soy, pero hermosa : si negra [c&


mo hermosa ? y si hermosa ¿ cómo negra ? Parece
que se contradice.
R, Era negra por quanto traía su origen de una
naturaleza corrompida y manchada por el pecado ori
ginal. Pero hermosa, porque preservada en su pri
mer instante de todo pecado y cofrupccion en vir
tud de los méritos previstos de Jesuchristo , habia
sido colmada de gracia, de justida y santidad. En
tiendo este texto de María Santísima, Esposa del
Espíritu Santo, siguiendo á muchos Padres y Expo
sitores. Pues, aunque muchos entienden en la Espo
sa de los cantares, la iglesia ; y otros lo aplican á
qualquiera alma devota y justa i en todo lo qual na
da se dice que sea repugnante ; otros lo entienden
de la Madre de Dios.

CAPITULO VI.
¡rl

'V. 7. Sesenta son las reynas, las concubinas son


ochenta, y las doncellas no tienen número. ¿Cómo al 3.
de los Reyes cap. 11. v. 3. se dice: tuvo Salomon co
mo unas setecientas reynas, y trescientas concubinas1.
¿Cómo pueden conciliarse estos dos textos?
R. Salomon en los Cánticos habla del principio
de sü reynado, y entonces tenia sesenta reynas,
ochenta concubinas , y un número gran4e de donce
llas. Estas , ó servían en los ministerios de palacio,
ó estaban destinadas para elegir de ellas las que le
agradasen por mugcres. El libro de los Reyes habla
de Salomon á lo último de su reynado, en que .au
mentó el número de unas y otras ; y no contento con
las de su pueblo, tomó muchas, idolatras, y asi no
hay oposicion.
t

LIBRO DE LA SABIDURÍA.

CAPITULO II. .;." * . *

..i.I. .

W. 1. 2. % 4. 5. 6. 7. 8. 9. y 10. IVo hay re


frigerio en el fin del hombre, ni se ha conocido quien ha
ya vuelto de los infiernos , porque de nada hemos nacido,
y despues de esto seremos como si tio hubiéramos sidp.i.,
Esto y lo que sigue hasta el v. 10. , no se aviene
bien con lo que dice al v. 23. Dios crió al hombre
inexterminable , y le hizo a la imagen de su semejanza:
ni tampoco se conforma con lo que se dice al cap. 3.
v.t1. ttas almas de los justos están en las manos de
Dios , y no les tocará tormento de muerte. .....,
R. En efecto no se aviene bien lo primero con
lo segundo. Lo primero es doctrina herética , blasfe
ma, y ateística de los impíos que niegan la inmor
talidad del alma, el premio de los justos, el castigo
de los. malos, y la justicia y providencia de Dios.
Los qualts persuadidos neciamente, á que con I3L
muerte todo se acaba, se entregan en esta vida á todo
género de deleites sensuales. Lo segundo es doctrina
144
pura , sana y católica, en que Salomon ilustrado por
el Espíritu Santo, explica la inmortalidad del alma,
la felicidad de las almas justas, la necedad de los im
píos, la providencia del Señor, y los premios y cas
tigos de la otra vida, para remunerar á cada uno
segun sus obras. . ;■. ■i

- CAPITULO VL

V. 8. El Señor cuida igualmente de todos. Si igual


mente ¿cómo dice David salmo 147. v. 19. El Se
ñor anuncia su palabra a Jacob , y sus juicios y justi-
. cias a Israel. No lo hizo asi con todas las naciones2. Si
á Jacob y á Israel anuncio su ley, y sus juicios, y
esto no lo hizo con las demas naciones , parece que
no cuida "igualmente de todos ; y por consiguiente
parece que lo que dice David es contrario á lo que
afirma Salomon.
R. No es contrario lo que dice David de lo que-
dice Salomon. David afirma que Dios favorecio á Ios-
hijos de Jacob , su pueblo , mas que á todos los pue
blos de la tierra. Esta es una verdad constante en
toda la Sagrada Escritura. No se opone á ella lo que
dice Salomon. Este habla de la justicia y providencia
de Dios que sin atender á la clase de personas , re
tribuye á cada uno segun sus obras , y reparte sus
premios y castigos, 'segun los méritos y desméritos
de cada uno, sin aceptacion de personas. Arguye y
reprende Salomon á los Reyes , á los Magistrados, y
á los Jueces, que siendo aceptadores de personas,
y dexándose llevar del miedo, de los empeños, de
los regalos y promesas, salvan y perdonan al rico y
poderoso^ aunque sean delinqüentes, y condenan al
pobre y desvalido , aunque sea inocente y justo. Ha
. . 145
ce Salomon en este capítulo manifiesta la iniqua con
ducta de algunos Reyes y Jueces , que habiendo re
cibido de Dios el poder, la fuerza y autoridad para
premiar los méritos, y castigar la iniquidad, para
defender á la viuda, para favorecer á el huérfano y
pupilo , y para librar al pobre infeliz de la opresion
del rico y poderoso, no juzgan derechamente, ni ad
ministran justicia segun la voluntad de Dios. El rico
y poderoso tiene fácil entrada hasta su gabinete. Bas
ta el relumbron de sus vestidos , para que los criados
y porteros les abran todas las puertas, y les hagan
acatamientos y cortesías: para eilos no hay deten
cion, al instante logran la entrada, se les da asien
to, y se les escucha horas enteras. Al contrario se
obra con el infeliz y pobre. Por lo comun jamás es
recibido con buen semblante de los porteros: jamás
logra la entrada: siempre para el pobre está ocupa
do el Señor Juez , ó descansando : le mandan des
pues de muchas idas y venidas , aguardar en la ante
cámara, y las mas veces en el zaguan, para quan-
do el Señor pase ó vaya á salir : pasa ó sale por fin;
y ó no hace caso del infeliz, ó le escucha de pie, y
siempre de priesa, sin dar lugar á que . exponga , ó
los derechos que le asisten, ó la injusticia que pade
ce : si presenta algun memorial , se confia á un page
ó criado, que suele estar comprado ó agasajado por
la parte contraria, y le esconde, ó le hace perdidi
zo; de modo, que el pobre no es oido , y por con
siguiente pierde la sentencia. Esta aceptacion iniqua
de personas es la que dice Salomon, no tiene lugar
en Dios; porque en la distribucion de sus premios,
y administracion de su justicia no exceptua persona
alguna, ni respeta la graniza de nadie; por quanto
él hizo al pequeño y al grande , é igualmente tiene cui
dado de todos. Como si dixera : Dios no es aceptador
de personas : á cada uno juzga segun sus obras : cas-
.T
146
tiga la iniquidad , y premia la virtud en qualquiera
que se hallen. Para librar al rico y poderoso , si son
delinqüentes , no tienen lugar en el tribunal de su
justicia, ni la pasion, ni el afecto, ni el paisanage,
ni la amistad., ni el poder, ni el valimiento, ni el
empeño, ni las riquezas, ni las intrigas, ni los sofis
mas y cavilaciones de los Abogados , ni los enredos
de los Escribanos. Y para premiar las virtudes del
pobre , no le desmerecen , ni las abarcas que calza,
ni los andrajos que viste, ni las barbas y cabello mal
peinado con que se presenta , ni las palabras valbu-
cientes y toscas con que se explica. Dios atiende igual
mente á todos , y proporciona el castigo á la grave
dad del pecado, y el premio segun el mérito de la
virtud. Lo qual es muy conforme con lo que dice
David. Pues si favoreció Dios al pueblo de Israél
mas que á las demas naciones, fué porque le conocie
rón, le adoraron y sirvieron como á su verdadero
Dios y Señor: y las demas naciones, aunque cono
cieron por las mismas criaturas visibles la existencia,
infinita virtud, y divinidad de Dios, no le glorifica
ron , y adoraron como á su Criador. Todo vá fun
dado en la exposicion del Tirino.

CAPITULO XV.

V. 3. O Dios , el conocerte á ti, es la justicia consta


triada. Los Gentiles segun afirma San Pablo á los Ro
manos cap. 1. v. 21. Conocieron a Dios , ¿pues cómo
no tuvieron una justicia consumada ?
R. Salomon no habla de un conocimiento .espe
culativo, sino de un conocimiento práctico, que se
acompañe con el exercicio de las virtudes , y que
tribute á Dios el culto y los homenages que se le
*4?
deben. Los Gentiles conocieron á Dios ; pero no le
glorificaron. Llenos de necedad , en lugar de adorar
al verdadero Dios , dieron culto á las obras de las
manos de los hombres , ofrecieron inciensos á los ído
los, y se entregaron á los vicios mas abominables.

LIBRO DEL ECLESIÁSTICO.

CAPITULO IIL
. *i

l
V. 1 6. JLor el pecado de tu madre serás premiado.
Esto no se compone bien con aquello del 20. del Éxód.
v. g. To soy el Dios celoso y fuerte , que visita y cas
tiga los pecados de los padres en sus hijos , hasta la
tercera y quarta generacion.
R. No hay contradicion entre estos dos textos.
El Éxodo dice , que quando los hijos son cómplices
en el pecado de sus padres ó siguen sus vicios , los
apremia y castiga : y que, aun quando los hyos sean
buenos, participan muchas veces de los trabajos y
penalidades merecidas por sus padres , como sucedia
quando el pueblo de Dios, era llevado cautivo por
los pecados de los padres y mayores ; pues sus hijos
inocentes arrastraban tambien las cadenas. Pero el
Eclesiástico no habla de esto. Hecho cargo de las mo
lestias y disgustos, que los padres ancianos suelen
causar á sus hijos, encarga á estos, que lo lleven con
paciencia, y que por mas impertinentes que sean, los
sufran, los socorran, y los hagan quanto bien pue
dan, seguros de que serán premiados y recompensa
dos por Dios, segun los oficios que hicieren con sus
padres i y así no hay oposicion. ' 'í.... ■ l ; ij
Ta
J48
CAPITULO VIL

I.

V. 15. En tu oracion no repitas las palabras. Pues


i cómo Christo oró tres veces repitiendo siempre unas
mismas palabras , segun consta al cap. 26. de S. Ma
téo v. 44? ¿Cómo la Iglesia repite tantas veces el
Kirie cleyson en el Santo Sacrificio de la Misa : y el
ora pro nobis en las Letanias ? ¿ Se opone esto con lo
que dice el Eclesiástico?
R. No hay oposicion ninguna. El Eclesiástico en
este capítulo enseña á los jóvenes el modo con que
deben portarse, no solo en las oraciones que hagan
á Dios, sino tambien en sus conversaciones con los
Sacerdotes, con sus padres, con los ancianos y con
las demas clases y personas j y les encarga que quan-
do se hallen en presencia de los ancianos y mayo
res , no sean habladores j que expliquen sus ideas
con modestia, compostura y respeto, suponiéndolos
mas sabios , mas instruidos y experimentados ; y que
tanto en los discursos , que hacen en presencia de
los mayores y ancianos, como en sus oraciones á
Dios , no sean pesados multiplicando palabras fútiles
y sin sustancia ; ó repitiendo las mismas expresiones
cada instante. Y esto lo encarga , porque como dice
un proloquio: al buen entendedor pocas palabras:
porque como dice otro: las palabras repetidas engen
dran fastidio : y tambien porque es una grosería y
falta de política juzgar, que los ancianos y mayo
res para entender las cosas necesitan de discursos
largos, y de que les repitan las cosas mismas muchas
veces. Si es descortesía y falta de urbanidad el ha
blar mucho, y repetir unas mismas cosas, quando
se trata con los ancianos , es mucho mas vitupera
ble, y se hace una gravísima injuria á Dios, quan-
149
do los que oran hablan mucho , y hacen unos dis
cursos muy dilatados y compuestos , juzgando , ó que
Dios necesita que le expliquen las cosas para enten
derlas ; ó que conseguiran mejor asi lo que piden y
desean. Esto es lo que encarga el Eclesiástico, que
no se haga, diciendo: no seas hablador en las juntas de
los ancianos , y no repitas las palabras en tu oracion.
Lo qual es muy conforme con lo que nos encargó
Jesu Christo nuestro Señor , diciendo por San Mateo
cap. 6. v. 7. Quando oreis no querais hablar mucho,
como los Gentiles : pues juzgan que serán oídos por la
multitud de sus palabras. No seais semejantes á ellos.
Pues vuestro' Padre sabe lo que necesitais antes que
le pidais. No condena pues el Eclesiástico , que el jo
ven dilate su discurso en las juntas y asambleas de
los ancianos , ni que repita una ó otra vez algunas
expresiones valiéndose de las figuras de la retórica:
si el asunto que se trata , y las circunstancias lo exi
gen, siempre que lo haga con la cortesía y modera
cion debida. Tampoco condena el Eclesiástico, ni
Christo, que multipliquemos nuestras oraciones y pa
labras en ellas , y que repitamos nuestras súplicas,
siempre que lo hagamos con un corazon contrito y
humillado, con el respeto debido á la divina Mages-
tad, con el conocimiento de que todo bien viene de
Dios, y con la confianza mas firme en los méritos
de Jesu Ghristo, y sometidos á la voluntad de Dios.
Y asi Christo oró tres veces, repitiendo una misma
peticion , pero con la mayor humildad y subordina
cion á la voluntad de su eterno Padre. Ademas el
mismo Redentor nos enseñó á orar, y á perseverar
pidiendo una misma cosa , con el exemplo ó parábo
la, que refiere San Lucas cap. 11. v. 5. del amigo
que pidio el pan á su amigo por la noche, y lo con
siguió á fuerza de importunidades y repetidas instan
cias. La Iglesia en el Santo Sacrificio de la Misa re-
T5°
pite el Kirie eleyson: y Christe eleyson para pedir mí-
sericordia á Dios , confesando el Misterio de la San
tísima Trinidad, y unidad de la divina Esencia, pa
ra que el Señor nos libre de las tres miserias de esta
vida , que son la ignorancia, la culpa y la pena, como
dice Santo Tomás: dice tres veces Kirie eleyson á el
Padre y al Espíritu Santo; porque estas dos perso
nas no tienen mas que una naturaleza , que es la di
vina : y al Hijo le dice tres veces Christe eleyson, por
que el Hijo tiene dos naturalezas divina y humana:
lo repite tres veces á cada persona , para significar
que aunque las Personas son tres, son una misma
cosa en quanto Dios. Inocencio III. dice: que se re
pite nueve veces contra los nueve géneros de peca
dos : que son pecado original , pecado mortal , peca
do venial, pecado de pensamiento, pecado de pala
bra, pecado de obra, pecado de flaqueza, pecado de
ignorancia, y pecado de malicia. Ferrari verb Kirie
eleyson. En las Letanías se repite el ora pro nobis ; en
la Lauretana, para suplicar á María Santísima, que
por aquella particular gracia ó privilegio, que con
nota cada uno de aquellos símbolos ó figuras , que se
le aplican , se digne orar y rogar á Dios por noso
tros. Y en la de los Santos se repite tambien, para
interesar á todos y á cada uno á nuestro favor, y pa
ra que multiplicados los intercesores, se digne Dios
apiadarse de nosotros. Y asi no hay contradicion al
guna.
CAPITULO VIII.

V. 8. Todos morimos, y no queremos venir aígosto.


Pues ¿cómo David dice en el saim. 41. v. 1. Asi co
nío el ciervo desea las fuentes de las aguas, asi desea
mi alma llegar ú-tí> mi Dios.i. Quándo llegaré y esté
*5*
ré tmte la presencia de Dios"1. ¿Cómo San Pablo de
seaba llegar al gozo de la gloría , diciendo á los Fiii-
penses cap. i. v. 23. tengo deseos de morir y estar con
Christo ?
R. No habla el Eclesiástico del gozo de la bienaven
turanza y felicidad eterna. Esta la deseaba David y
San Pablo, y la desean todos los Santos que quieren
llegar á ella. Tampoco habla del gozo que resulta en
la muerte de acabar de padecer los trabajos de esta
vida miserable. Dice asi: no te alegres de la muerte de
tu enemigo , sabiendo que todos morimos ,y no queremos
venir al gozo. Como si dixera : sabes que todos mo
rimos , y no queremos que ninguno se alegre de nues
tros males, y se huelgue y goze de nuestra muerte}
pues asi tú no debes gozarte y alegrarte de la muer
te de tu enemigo , porque lo que no queremos se ha
ga con nosotros, no debemos nosotros hacerlo con
nuestros próximos. Tirino.

CAPITULO XI.

V. 30. En sus hijos se conoce el hombre, i Podre


mos conocer á Noé por Cham, á Abraham por Ismael,
á Isac por Esau, á Jacob por Ruben, y á David por
Absalon? ...
R. Aunque muchas veces por los hijos se cono
cen los padres; pues por lo regular un árbol bueno
produce frutos buenos , y un árbol malo los produce
malos; y como dice un proloquio; qual es el huevo, tal
es el cuervo; no es esto siempre; suele suceder, que
de padres buenos y santos nazcan hijos muy malosi
y perversos, como Cham de Noé, Ismaél de Abra
ham , Esau de Isac , Ruben de Jacob , y Absalon de
David: y que de padres muy malos haya hijos bue
*5¡a
nos y timoratos, como Exequias de Achaz. La re
gla mas cierta y segura para conocer al hombre son
sus obras. Y asi el Eclesiástico llama hijos á las obras
de cada uno , las quales despues de muerto son las
que dan testimonio de si fué bueno ó malo durante
su vida. Asi lo exponen Rabano y SL

CAPITULO XII.

W. i. 4. y S'Si hicieres bien, mira á quien lo ha


ces Da al misericordioso, y no acojas al pecador
Haz bien al humilde, y no des al impío: impide que se
le dé pan. Esto parece que se opone á lo que dexa
dicho al cap. 11. del Eclesiastés v. 1. Hecha tu pan
sobre las aguas que pasan: á lo que dixo Christo
por San Lucas cap. 6. v. 30. Dá á todo el que te pi
da : haced bien a los que os aborrecen , para que seais
hijos de vuestro Padre , el qual hace nacer el Sol, y llue
ve sobre los justos é injustos. Lo qual dice tambicn
San Matheo cap. 5. v. 44.
R. El Eclesiástico no niega absolutamente, que
se haga bien y se socorra al pecador. y al impío : ni
Christo manda, que se haga bien del mismo modo
al amigo , que al enemigo , ni al impío lo mismo y
del mismo modo, que al bueno y humilde. Asi el
Eclesiástico , como Christo, quieren que hagamos
bien, que favorezcamos y socorramos á todos los ne
cesitados , ya sean amigos ó enemigos ; ya justos ó
impíos. Pero no dicen que socorramos , ni seamos tan
liberales con los malos y enemigos , como con los
buenos y amigos. Quieren, que seamos misericordio
sos y benéficos , aun con los impíos y pecadores ; pe
ro en términos y de modo que no abusen de nues
tros beneficios con perjuicio nuestro ó del Estado: y
*S3
que la limosna que se les dá , no les sirva para vivir,
ociosamente, y mantenerse en sus vicios é impiedad.
Hay cierta clase de hombres, que se fingen amigos
del que les puede favorecer j pero en su corazón son
sus mayores y mas terribles enemigos. Ellos , segun
los piensa el Eclesiástico, se valen de quantos ardi-,
des sugieren la hipocresía y la ambicion , para enga
ñar á el que está en prosperidad, y lograr el benefi
cio ó acomodo que pretenden: unas veces humildes y
cabizbajos se le presentan, fingiendo obsequios, su
misiones y rendimientos: otras con palabras dulces y
lisongeras le adulan, aplaudiendo sus acciones, aun
que sean malas, y celebrando sus palabras, sus di
chos y disposiciones, por indignas que sean. Estos
son sus enemigos solapados , que ponen la capa con
forme viene el aire. No buscan sino acomodo 9 y en
lográndole se acabó la amistad. En el tiempo de la
adversidad no hay que contar con ellos. Si á su fa
vorecedor le suceden males, ellos son los primeros
que se rien de él , y le insultan. Celebran con palma
das su ruina , descubren sus defectos , si los tenia : ó
se los fingen para despreciarlos. Por esto dice el Ecle
siástico, que si hacemos bien, miremos á quién. Es de
cir: que en la distribucion de las gracias, beneficios
y limosnas tengamos compasion de todos los necesi
tados ; pero de distinto modo. Dando al justo , á el
bueno, á el humilde, áel digno, á el verdadero ami
go, con liberalidad, con abundancia. Pero al pecador,
á el impío, á el falso amigo, á el indigno, lo muy
preciso y necesario para socorrer su miseria. .Tambien
hay cierta clase de pobres mozos, sanos y robustos,
que manteniéndose con los mendrugos, que reciben
mendigando de puerta en puerta , viven ociosamen
te, sin querer sujetarse á ningun trabajo ni oficio.
Estos por lo comun son , insolentes , atrevidos, so
berbios y perniciosos. Como se crian sin educacion,
V
*SÍ4
y viven sin subordinacion , andan vagos de lugar en
lugar , no tienen domicilio seguro y constante. Otean
quanto pasa en los pueblos y casas , sirven de espías
á los ladrones y malhechores , blasfeman de los que
no concurren á mantener su infame vida ; y como na
da tienen que perder, á todos insultan, con todos
se atreven , y se entregan á los vicios mas abomina
bles. Esta clase de pobres es la peste de los Pueblos.
Los Magistrados y Jueces deben exterminarlos de to
das partes, obligandolos á no salir de sus Pueblos, á
trabajar, y aprender oficio. A estos tales dice el Ecle
siástico , que no se l¿s benficie , que no se les acoja , que
no se les dé limosna : ni aun pan ; ya porque su nece
sidad no es verdadera ; y ya porque por sus costum
bres se hacen indignos; y tambien, porque en lugar
de apA>vecharlos, se les dañaría, cooperando á su o-
ciosidad, á su vagueacion , á sil impiedad y á sus vi
cios. Y no acogiéndolos, ni dándoles limosna ni pan,
se verán preciados á trabajar y ganar su sustento con
el sudor de su rostro. Quiere, pues, el Eclesiástico
que esparzamos el pan sobre las aguas que pasan ; esto
es, sobre todos los pobres, aun sin esperar retribu
cion de parte de ellos. Quiere como dice al cap. 4.
v. 1. Que no defraudemos la limosna del pobre En una
palabra, quiere que socorramos al pobre verdade
ro, humilde y bueno: á elque por su edad, por sus
achaques; ó por las desgracias de los tiempos está ne
cesitado y atribulado, y no puede trabajar. Pero no
quiere que con nuestras limosnas y socorros coope
remos á mantener los vicios del holgazan, del impío,
del malévolo, y perverso. Lo mismo que el Ecle
siástico , dice , y quiere darnos á entender nuestro Se
ñor Jesuchristo : dice : que hagamos bien á todo el que
nos pida ; y que beneficiemos , aun á los que nos abor
recen^ asi como nuestro Padre celestial favorece á los
■justos , y a los injustos , á los buenos y á los ma-
155
los. Pero aunque nuestro Padre celestial favorece
á todos , i los favorece á todos de un mismo mo
do ? ¿ Favorece al pecador ingrato , rebelde y obstina
do en sus vicios, con tanta liberalidad y abundancia
de gracias y auxilios , como al justo y amigo suyo ?
Dios ilumina á todos los hombres. Poro á unos mas
que á otros. Dios derrama las aguas de su gracia so
bre los buenos y los malos. Ño hay uno que no par
ticipe del calor de su misericordia. Pero es justo en
su distribucion , y á los buenos reparte mas que á los
malos. Lo mismo debemos hacer nosotros. A todos
debemos socorrer ; pero principalmente á los buenos,
á los humildes, á los justos, á los verdaderos pobres.
Que es lo mismo que decia San Pablo á los Gálatas
cap. 6. v. i o. Haced bien á todos i pero con mayor par
ticularidad á los fieles.

CAPITULO xm. -

V. ii. No te humilles en tu sabiduría, no sea que


humillado y seducido caigas en alguna necedad. Christo
era la misma Sabiduría por esencia , se humilló á sí
mismo, tomándo la forma de siervo, y muriendo
en una cruz afrentosa. Y nos mandó que , aprendió'
semos de él, que era manso y humil.de de corazon. S. Ma
teo cap. ii. v. 29. ¿Se opone lo que hizo, y mandó
Christo, con lo que dice el Eclesiástico ?
R. No se opone lo uno con lo otro. El Eclesiástico
en este capítulo manifiesta los males que se siguen al
hombre sábio de la demasiada familiaridad con los
ricos, poderosos, é impíos. El se ve precisado á aplau
dir sus disparates, á contemporizar con sus extravíos,
á aguantar sus locuras , á callar , aunque le despre
cien i y á ser objeto de sus bufonadas, escarnios e
V 2
í56 .;....
improperios. Esta humillacion es indigna de un hom
bre sábio. No teniendo mas objeto que el de agradar
y complacer el rico y poderoso , y la necia satisfac
cion de acompañarse con él, y de pasar la plaza de
amigo suyo, es la mayor necedad en que puede in
currir el hombre sábio. Esta humillacion es la que
reprende el Eclesiástico, no la verdadera humildad:
Por esto al v. 9. dice: humíllate á Dios, y espera de
su mano. Christo , aunque nos encarga la humildad y
mansedumbre, no quiere nos juntemos con los ricos
y poderosos , é impíos , para cooperar con dispendio
dü nuestra sustancia y reputacion á sus vicios, im
piedades y locuras; y para ser objeto de sus despre
cios y desacatos, pues esto repugna á la razon y*á
la .verdadera Sabiduría. Nos enseñó con su exem-
plo á ser humiides y mansos de corazon, sujetán
dose y llevando con paciencia los oprobios de los
hpmbres; pero jamas se juntó con los ricos, podero
sos é impíos , ni aprobó sus excesos y extravíos. Su
frió los mayores abatimientos; pero siempre clamó
y publicó anatemas contra las demasías de los ricos.
Esta es la regla que debemos observar. Ser humil
des en la presencia de Dios: y.si nos injurian, si nos
calumnian, si nos desprecian llevarlo con mansedum
bre ; pero solicitar la compañía y amistad de los po
derosos para ser cómplices de sus maldades, y obje
to de sus irrisiones, es una necedad como dice el
Eclesiástico. Tirino.

CAPITULO XXIX.
*..v.("J . ! ■ . v :'".-'-■ - " ■ :

V. 28. Lo principal para la vida del hombre es


agua , pan , vestido y casa que oculte su torpeza. ¿ Có
mo al cap. -29. v. 31. dice: las cosas principales y ne
cesarlas á la vida del hombre son agua,■ fuego, hier~
ro, sal, leche4 pan de flor , miel, uvas, aceyte y ves
tido i
R. En el primer texto habla de las cosas preci
sísimas , sin las quales apenas puede vivir el hom
bre: en el segando señala las que le son necesarias
para vivir con alguna mayor decencia y comodidad.

CAPITULO XL.
-.■ i-.. í.-:í'jj:<t Íí.1JO :}í % ,!.¡r.U' :& "4r

I.
V. 39. /fyo, ?« /0¿fa í« w'á* no tengas indigen
cia, porque mas vede morir que tenerla. Pues cómo
Christo se hizo pobre, é indigente , y en el tiempo de
su predicacion, se mantuvo de ¿as limosnas que le da
ban las mugeres que le seguian , como consta del ca-
pít. 8. v. 3. de S. Lucas ? \ Cómo dixo Christo á
sus discípulos , cap. 14. v. 33. del mismo S. Lucas:
El que no renuncia todas las cosas que posee , no puede
ser discípulo mío2. Cómo los Apóstoles dexaron todas
las cosas y se hicieron pobres? Parece, pues que el
Eclesiástico establece y ensena una cosa opuesta y
contraria , á lo que enseñó Christo en obras y pala
bras , y á lo que con su exemplo nos enseñaron los
Apóstoles.
R. No se opone lo que dice el Eclesiástico á lo
que Christo hizo y nos enseñó. El Eclesiástico no ha
bla de toda indigencia, pobreza y mendicidad; Hay
indigencia involuntaria é inculpable, qual es la de
los pobres ancianos, que habiendo ganado su susten
to en su mocedad con el sudor de su rostro , care
cen d^ medios y de fuerzas, para sustentar su vida
en su abanzada edad : la de los jornaleros eniernios,
que no teniendo mas que su jornal diario, no míe*
den ganarle por sus achaques: la de los huérfanos y
i58
viudas , que muerto su padre y marido , quedan de
samparados, y sin arbitrios. Hay tambien indigen
cia voluntaria y santa, qual fué la que nos enseñó
Christo, que siendo infinitamente rico y poderoso,
se hizo pobre en este mundo, alimentándose ántes
de su predicacion con el trabajo de sus manos , y con
los de S. Josef y de su Madre María : y durante su
predicacion con las limosnas de María Magdalena , de
Juana, muger de Chusa, procurador de Herodes;
de Susana, y de otras mugeres que le seguian y so
corrían con sus facultades , como dice S. Lucas , ca-
pít. 8. Tal fué tambien la pobreza de los Apóstoles:
y de otros muchos santos que dexaron quanto te-
nian: vendieron sus haciendas: repartieron su pro
ducto á los pobres , y siguieron el exemplo del Divi
no Redentor. Y tal es la pobreza é indigencia de los
Religiosos, que habiéndose hecho pobres voluntaria
mente, por seguir á Christo , viven de las limosnas
de los fieles, pagándoles el sustento corporal, con
que los socorren, con sus oraciones, y con el alimen
to espiritual que les administran en el altar, pulpi
to y confesonario. , Pero hay otra indigencia mala,
culpable y pecaminosa ; y digna de ser detestada y
aborrecida de todos. Esta nace de la ociosidad, desi
dia , floxedad y holgazanería de los que pudiendo
trabajar y ganar su sustento con el sudor de su ros
tro, no quieren aprender ningun oficio, ni sujetar
se á servir. Los quales , hechos á la briva , andan to
do el dia vagos por las calles y plazas ; y de puerta
en puerta cansando á todos con sus importunos gri
tos y peticiones. Esta tercera clase de indigencia,
pobreza y mendicidad es la que abomina el Eclesiás
tico diciendo : que es mejor morirse que sujerarse á
ella : que el varon sabio se debe abstener de esta vi
da desidiosa y holgazana; y que el imprudente, á
pesar que por algun tiempo se deleyte comiendo sin
159
afanes , sin molestias ni cuidados á costa de otros ; á
lo último el fuego arderá en su vientre. Esto es , la
hambre le devorará las entrañas, le afligirá la me
lancolía , se verá rodeado de males , y desamparado
de todos que le mirarán como un bribon, y como
un petardista nocivo á la patria y sociedad. Tirino y
otros.
CAPITULO XLII.
I.
V. 14. Mejor es la iniquidad del varon, que la mu-
ger que obra bien: S. Juan, epíst. 3. v. 11. dice: el
que obra bien es de Dios: el que obra mal, no ve á
Dios : esto es ,jss reprobado por Dios. Segun esto, la
muger que obra bien será de Dios; y el hombre ini-
quo será reprobado por Dios. ¿ No es mejor ser de
Dios , que reprobado por Dios ? ¿ Pues cómo el Ecle
siástico dice lo contrario ?
R. En efecto, el que obra bien, sea varon ó mu
ger, es de Dios:, porque es justo, santo, hijo y ami
go de Dios. Y el que es malo , sea hombre ó muger,
no verá á Dios: es enemigo de Dios, y será conde
nado y reprobado por Dios , como dice S. Juan.
No se opone á esto lo que dice el Eclesiástico.
.No niega , que si el hombre es iniquo y obra
mal , es peor que la muger que es buena y obra bien.
Todo el objeto del Eclesiástico se diiige á que hu
yamos de las mugeres, y no nos dejemos engañar
de sus palabras dulces y amorosas. No quieras cohabi~
tar , dice el v. 13., enmedio de mugeres, porque del
vestido nace la polilla, y de la muger la iniquidad d$l
hombre : y prosigue : mejor es la iniquidad del varon,
que la bondad de la muger : como si dixera : menos
malo será para tí cohabitar con hombres malos, que
con mugeres buenas : mas provecho sacarás de la ini
i6o
quidad del hombre que te persigue, que de los aga
sajos y cariños de la muger que te halaga : mas útil
te será la correccion y reprension , aunque sea injus
ta, del hombre, que las palabras dulces y suaves
de la muger. El hombre persiguiéndote, ó corrigién
dote con aspereza, exercitará tu paciencia, te da
rá motivo para apartarte de los vicios , y exercitar-
te en las virtudes, lo qual cederá en utilidad y pro
vecho de tu alma. Pero la muger con sus halagos y
cariños te seducirá y engañará: con sus ósculos y
abrazos te hará beber el veneno de la lascivia , y en
redado en sus torpes amores , te verás infamado,
y serás despreciado de las gentes. Tirino.

CAPITULO XLIX.

I.

V. 5. Excepto David, y Ecequias , y Josias, todos


(los Reyes) cotmtieron pecado. Esto se opone á lo que
se dice al 2. de los Reyes, cap. n. donde consta
que David pecó por adulterio con Betsabé, y ho
micidio contra Urias : á lo que se lee al cap. 20.
del 4. de los Reyes, v. 13., donde se reprende á
Ecequias por haber manifestado sus tesoros y ri
quezas á los Embajadores del Rey de Babilonia.
% Cómo dice que David y Ecequias no pecaron ?
R. El Eclesiástico habla del pecado de idolatría.
Todos los Reyes, ó fueron idólatras, ó por lo me
nos permitieron, que se diese culto á los ídolos en
las alturas. Y aunque David y Ecequias pecaron en
otras cosas, no pecaron en esto. Tirino.
i6i
CAPITULO XLIX.

.!.<>. i . )
V. 1 6. Ninguno ka nacido en la tierra como Henoc.
Pues cómo el mismo Jesuchristo dixo por S. Mateo,
cap. n. v. ii. Entre los nacidos de mugeres ninguno
mayor , que Juan Bautista ?
i R. Cada uno de los Santos suele sobresalir entre
los demás en alguna virtud particular, ó haber reci
bido de Dios algun privilegio particular. Y por esto
se dice, que en aquella virtud ó privilegio no hay
otro que le iguale. Aunque todos los Santos han cum
plido y conservado la ley de Dios , la Iglesia atribu
ye á cada Confesor Pontífice, aquel elogio que el Es
píritu Santo dixo de Abraham al cap. 44. del Ecle
siástico v. 20. No se ha encontrado otro semejante á él.
Y asi Henoc y el Bautista son singulares cada uno en
su línea. Henoc, porque sin morir fué trasladado al
Paraíso, para predicar penitencia al fin del mundo,
como se dice al cap. 44, v. 16. Y San Juan por ha
ber sido santificado en el vientre de su madre ; por
haber sido precursor del Mesías ; por haber manifes
tado á el Mesías ya presente, que otros anunciaron
futuro; por su rigurosa penitencia, y por otros mo
tivos.

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CAPITULO II.
.-
I.
T? el tiempo del Mesías una gente no levan
V. 4. JH/n
tará la espada contra otra gente, ni se exercitarán pa
ra la guerra: pues cómo Jesuchristo, verdadero Me
sías, decia por S. Matheo cap. 10. v. 34. No juzgues
que he venido á establecer la paz en la tierra, sino la
espada. He venido a separar , ó armar al hombre con
tra su padre, á la hija contra su madre , á la nuera
contra su suegra , y serán enemigos del hombre sus mis
mos domésticos. Ademas: si lo que profetizó Isaias de
be realizarse , no será lícito á los Christianos armarse
ni hacer la guerra á sus enemigos. Parece, ó que la
profecía de Isaias no se ha cumplido, ó que el mis
mo Mesías se opuso á ella.
R. S. Gerónimo restringio la profecía de Isaias á solo
el tiempo del nacimiento de Christo ; en el que cerrado
el templo de Jano por Augusto , reynó la paz en todo
el universo. Pero tambien se entiende de todo el tiem
po de la ley de gracia. No porque durante este tiempo
no haya de haber guerras ; ó porque no les sea lícito
á los Chiistianos pelear y hacer la guerra como lo
afirmaron Lutero, Erasmo y otros Hereges ; sino por
que entre Christianos, verdaderamente Christianos,
que observasen la ley Evangélica , la; qual exhorta á
la paz y concordia , no se moverían guerras injustas
y contra todo derecho, como las que habian movido
Nembrot, Salmanasar, Senacherit y otros Monarcas
Asiiios, Caldeos, Pérsas, Griegos y Romanos por '
sola la ambicion y prurito de mandar, y de extender
163
su imperio. Esto es lo que Isaías profetizó. Y esto
mismo es lo que Jesuchristo establecio en su Evan
gelio. No está, pues, prohibido á los Christianos el
disponerse para la guerra, y el pelear quando hay ne
cesidad de defender la Religion, la Patria y los pro
pios hogares injustamente invadidos; y de recobrar
los paises tiránicamente usurpados ; pues esto es de
derecho natural: esexercer la justicia, y es- buscar
k paz con el castigo del que la turba. Asi como de
bemos pelear y vencer todos los obstáculos que se o-
pongan á nuestra justificacion y salvacion. Que es lo
que quiso significar el Divino Redentor diciendo por
S. Matheo: que habia venido á establecer la espada y
la guerra del hijo contra su padre, de la hija contra su
madre, de la nuera contra su suegra, y de los domésti
cos contra el hombre ; como se verificó al principio de
la predicacion del Evangelio, en que los impíos, in
fieles , é idólatras declararon la guerra mas cruel á
los que se convertían , sin perdonar los padres á los
hijos, los hijos á sus padres, las madres á sus hijas,
ni éstas á sus madres, ni los criados á sus amos, ni
estos á sus domésticos, persiguiendo de todos modos á
los que seguían á Jesuchristo, acusándolos en los Tri
bunales de los Tiranos, ó martizándolos ellos mismos.
Y como se verifica tambien quando el padre, la ma
dre , la muger , ó el amigo , quieren apartar del ser
vicio de Dios y del camino de la virtud á sus hijos,
marido , ó amigo. En cuyo caso se debe sostener la
causa de Dios, y de nuestras almas, aun á costa de
la vida, si es necesario, como dice el mismo Señor
en los versos siguientes de S. Matheo. Tirino y otros.

"

X 2
164
CAPITULO II.

V. 9. los hijos de Jacob se .han llenado, como otras


veces , de iniquidades : tienen adivinos , .como los Filis
teos ; su tierra está llena de ídolos , han adorado las 0-
bras de ¿as manos: no los perdoneis. ¿Pues cómo á los
cap. 63, y 64. sin embargo de que refiere la perfidia
d¿ los hijos de Jacob, pide á el Señor que se olvide
de los -pecados de su Pueblo , y tenga misericordia de
las Tribus de su heredada
R. Lleno de celo Isaias de la gloria de Dios, in
dignado santamente por la perfidia de su Pueblo, y
por la ingratitud con que correspondían á los bene
ficios del Señor , exclama diciendo en el primer tex
to : no los perdoneis : como si dixera : dignos son de
castigo. Han pecado como otras veces ; pues laba Se
ñor sus iniquidades, como otras veces, con la aflic
cion y trabajos. No dexes impunes sus delitos. Más
luego, acordándose de las misericordias de Dios, y
compadecido de los males y exterminio que por sus
pecados padecerían los Judjos , se convierte á el Se
ñor en los cap. 63. y 64., le recuerda sus antiguas
misericordias, y le pide y suplica, que aunque los
Judios han correspondido mal á sus beneficios , los
mire como Padre , y como Pueblo suyo , y no los a-
bandone para siempre.

CAPITULO VL

V. 9. Vé y di á este Pueblo : oíd los que ois , y no


entendais : ved la vision y no la conozcais : ciega el co
razon de este Pueblo , y cierra sus oídos y sus ojos j no
í6g
lea que vea con. sus ojos, y oiga con sus oidos,y en-,
tienda con su corazon y y se convierta y le, sane. Si el Se
ñor: no quería que el Puelo de los Judios oyese, en
tendiese, .conociese, sus iniquidades, se convirtiese y
sanase, ¿para qué envia á Isaias para hacerlos cargo
desus, pecados y abominaciones , á fin de que dexan-
do sus vicios , sirviesen á Dios ? Sino quería que se
convirtiesen y sanarlos 4 i cómo les dice y propone al
cap. 7. y al 11. la venida del Mesías, como Salva
dor , Redentor , y Libertador de su Pueblo y de to^
das las gentes? Ademas: si los Judios no oían, ni
entendian, ni conocían lo que les predicaba y anun
ciaba Isaias, no seran vituperables en no hacer caso
de sus palabras ? Esto necesita sin duda de explicacion.>
1 .; R.. Dios quería que los Judios oyesen, entendie
sen, conociesen los vaticinios que les anunciaba por
Isaias y denlas Profetas : quería que hechos cargo de
sus pecados se arrepintiesen y enmendasen para sa»
narlos, y para esto enviaba sus Profetas, que los re-r
prendian sus vicios., y los convidaban con el perdon,
Pero como los Judios se habian hecho siempre sor
dos á los llamamientos de Dios , incrédulos á los orá
culos de los Profetas, y rebeldes al Espíritu Santo,
conociendo el Señor , que .obstinados en sus estravíos
y abominaciones no harían caso de lo que les anun
ciase, Isaias, le dice, lo que expresa el primer t^xto.
Como si le hubiera, dicho: /vé Isaias y di á este in-t
grato Pueblo : oid los que oís : vosotros , que ois á los
Profetas falsos, que. dais crédito á los que os sedu
cen y. engañan, oid mis palabras, que son palabras
de Dios, que os busca y quiere vuestro bien. No os
desentendais de ellas : ved las visiones y señales que
os propongo, para que conozcais que Dios habla
por mi boca : exáminadlas , y no dexeis de conocerlas.
Mas tú Isaias no estés, ni vayas en la inteligencia de
que oirán, entenderán, ni conocerán lo que les di
166
gas: no se convertirán, de modo que. merezcan que
yo los sane: estan tan obstinados, que tu predica
cion de nada los aprovechará: no te escucharán: no
harán caso de tus palabras : cada dia se harán mas
rebeldes : en vista de su obstinacion yo substraeré
mis auxilios , y asi su corazon se endurecerá mas y
mas : no se convertirán , de modo que . yo los sane,
y reciban la salud. Ellos suspiran por la venida del
Mesías; pero vendrá y no le recibirán: oirán sus. pa
labras, y no las querrán entender: verán sus : mila
gros , y los calificarán por obras de Beelzebub : obs
tinados, ciegos, y sordos, no harán caso de su doc
trina y maravillas : no se arrepentirán: proseguirán
en sus iniquidades y abominaciones ; y no participa
rán de la salud. Asi como el enfermo no sana quando
desprecia los remedios que el Médico lo prescribe.■
Asi explica las palabras de Isaias el mismo Jesuchris-
to al cap. 13. de S. Mateo v. 13. arguyendo la re
beldía de los Judíos : y asi lo explican tambien S. Ba*
sitio , S. Gerónimo y otros citados por Tirina. : . \

-\. CAPITULO XXXIII.


■ ■■ - I. .i"-.."..i . ,. . -■.a ■■
-. ^.. ■ <■ ,. - ■■[..: i '...■■-•:.. . ai . . . /.. . .■i . ,,n;K i. .*
V. y. Los Angeles de paz Morarán amargómente.'
Los Angeles de paz, son Angeles santos y bienaventu
rados. Los santos bienaventurados no lloran ni tienen
dolor', ni amargura: segun afirma S. Juan al cap. 31.
del Apocalipsis, v. 4. ¿Cómo se entiende esto?
R. El nombre del Ángel no es nombre de natu
raleza, sino de oficio. Por Angel de paz se entienden
los Prelados y pastores de las almas, como dicen
S. Gerónimov, S. Gregorio y otros Padres. Angel quie
re decir, y significa lo mismo que enviado, ó Emba
jador que va á establecer la paz. Habia enviado el
167
Rey Ecequias á Eliacin, Sobna y Joahe por Embaja
dores á Rabsaces, capitan de Senacherib, para hacer
las. paces con él ; y dice ei Profeta : que viendo es
tos, que no podían mitigar el furor de aquel idóla
tra , llorarían amargamente las desgracias de su pue
blo , y de la ciudad santa de Jerusalen. Y asi se ve
rificó luego que dieron la noticia á el Rey Ecequias,
como lo dice Isaias al cap. 37. Tirina.

;..,. -, , CAPITULO XLV.


»;q w;..:. : iir" \ ■:
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.■,.. ; .:. ■ i
v W. i., 4. y 5. Estas cosas dice el Señora mi UngU
do Qyro... To te llamé por tu nombre... y no me conociste.
Pues cómo el mismo Cyro dice al 1. de Esdras, ca
pít. 1. , v. 2. El Señor , Dios del cielo , me ha dado tor
dos los reyr'os de la tierra, y me ha mandado que le
edifique casa en Jerusalen2. De aqui, parece, se infie
re que conocio al verdadero Dios ; y por consiguien
te parece que hay oposicion en estos textos.
. ' R. No hay oposicion. Cyro conocio, y no cono
cio á Dios. Le conoció por las instrucciones que le
dieron los Judíos , y por ver cumplidas las cosas, que
de él habian anunciado los Profetas ; y asi dice bien
Esdras. Pero no le conoció prácticamente ; pues aun
que le conocio como Señor y Dios del Cielo , no le
adoró y reverencio como á solo y único Dios ; ántes
bien reconocio y reverenció á los ídolos , y los dió
cultos , como á Dioses. Asi S. Gerónimo y otros , cir
todos por Tirino. Y esto mismo es lo que decia el Se
ñor á Cyro, v. 5. To soy el Señor y no hay otro. No
hay mas Dios queTo: y no me has conocido. Esto es,
no me has adorado y reverenciado como á solo Se
ñor, y único Dios.
*63
CAPITULO XLVIII. ' /
■'-''- ■ - - ,

. V. 21. No tuvieron sed (los hijos de Jacob) en el


desierto, guando el (Señor) los sacó de Egipto. Pues
cómo al cap. 17. del Éxodo, v. 3. se dice: toda la
multitud de los hijos de Israel se acuartelaron en Rafi-
din, donde no tenia agua para beber..) y allí tuvo el
pueblo sed, por la falta de agua ? En estos textos pa
rece hay una contradicion clara y manifiesta.
R. No hay contradicion. La sed que padecieron
los Israelitas en el desierto no fué constante y per
manente , sino momentánea y de poco tiempo. Lue
go que se vieron sin agua, murmuraron y se amoti
naron contra Moysés. Este clamó á Dios , y el Se
ñor los socorrió con agua. Queriendo Isaias manifes
tar á los Judíos proféticamente ,. que nada les falta
rla en el camino, quando saliesen de la cautividad
de Babilonia para la Palestina, los recuerda lo que
hizo Dios con ellos, quando los hijos de Jacob en
el desierto caminaban desde Egipto á la tierra de pro*
mision. Y asi les dice: salid de Babilonia; huid de
los Caldeos; llenaros de alegría, nada temais, por
que si á los hijos de Jacob los socorrio el Señor con
agua luego que la necesitaron, tambien socorrerá
vuestras necesidades en el camino. El cuidará de que
nada os falte, hasta que sanos y contentos llegueis
á vuestra patria. Tirino.
■ . . ' .,.•■". - .- .,;v. .-,-:•
,"- i■ ■ - . ^ "■ ".. .■\ i : *,'.ví *■' V Mv. ■ wi
■ .■. : '.c i. ■'.,:■-■ ui.-x. .,.* \ i " i..í/':r,.i" ,irl ;-i■;•
i5o
CAPITULO LXVL

I.

V. 3. El que sacrifica un buey, es como el que ma


ta un hombre: el que mata una oveja, es como el que
quita los sesos a un perro : el que ofrece oblaciones , es
como el que ofrece la sangre del cerdo ; y el que se acuer
da del incienso , es como el qu> bendice a un ídolo : al
cap. 1. y 2. del Levitico mandó Dios: que le sacri
ficasen y ofreciesen bueyes , ovejas é incienso : al cap. 3.
v. 1. se dice : que estos sacrificios eran agradables á.
el Senor. ¿ Cómo los reprueba por Isaias i
R. Los sacrificios y oblaciones de bueyes, ove
jas, corderos, incienso y demas cosas que habia or
denado Moysés en el Levítico eran buenas. Dios ha
bia instituido, y habia mandado estos sacrificios y
oblaciones, y le eran muy agradables, siempre que
se hacían con un corazon puro, con unas manos lim
pias, con un espíritu humilde y verdaderamente re
ligioso. No lo hacían asi los Judíos en tiempo de
Isaias. Llenos de iniquidades y de injusticias ofrecían
sus oblaciones con un corazon impuro y lleno de hi
pocresía. Sin cuidar de la santidad interior , se con
tentaban con el culto exterior ; y entregados á los
mas infames vicios juzgaban que cumplían con Dios
con solo matar en su templo y derramar la sangre
de los bueyes y carneros. Por esto dice el Señor al
cap. 15. de los Proverbios, v. 8. Que le son abomina
bles las víctimas de los impíos ; y por esto dice por
Isaias: que los sacrificios de los Judíos los detesta, co
mo si fueran víctimas de hombres , de perros y de
cerdos. Tirina.
l7°
J E R E M í A S.

CAPITULO IV.
I
V. 10. ir or ventura , Dios y Señor ¿ no has enga
ñado tú á -este pueblo y a Jerusalen diciendo : tendreis
paz : y la espada ha llegado hasta el alma ? Dios no
puede engañarse, ni engañarnos. Al cap. 23. de los
Números, v. 19. se dice: no es Dios como el hombre,
que pueda mentir: ni como el hijo de hombre, que pue
da mudarse. Lo dixo , ¿y no lo hará ? Lo habló , \y no
io cumplirá ? ¿ Cómo habiendo prometido la paz, en
vio la guerra?
R.Los falsos Profetas se empeñaron en contra
decir los oraculos y vaticinios, que Jeremías anun
ciaba de parte de Dios. Jeremías clamaba y exhorta
ba á el pueblo y á Jerusalen , que hiciese penitencia
verdadera de sus culpas, y se convirtiesen á Dios,
porque sino, serian destruidos por los caldeos, y sus
ciudades quedarian desiertas y sin habitadores. Los
falsos Profetas por el contrario les anunciaban paz,
y les decían: que nada tenian que temer: que Jere
mías era un impostor : que no pensaba sino en afli
gir al pueblo : y asi que no hiciesen caso de sus ame
nazas. Creyeron los Judíos á estos, y despreciaron á
Jeremías. Prosiguieron en sus vicios. y pecados, y
les vinieron los males y las calamidades de la guer
ra , que Jeremías les habia anunciado. Y para justi
ficar á Dios que había hablado por su boca , le dice
como preguntando: Señor Dios, i por ventura has en
gañado á este pueblo y á Jerusalen , anunciándoles paz,
y enviándoks la guerra2, como si dixera: no has sido
171
tu Señor quien los ha engañado. Los falsos Profetas
son los que los han seducido y engañado. Como vi
les lisungeros y aduladores los han ofrecido paz : y
ello3 muy conííados han proseguido en sus iniqui
dades: y quando esperaban la paz que les prometian,
han experimentado todo el rigor de la guerra. La es
pada ha llegado hasta los Príncipes, Sacerdotes y Pro
fetas, que son como el alma del pueblo, como yo
ío habia dicho en vuestro nombre. Esto es lo que dice
Jeremías, para manifestar que él era verdadero Pro
feta , y que los que les habian ofrecido paz , eran unos
Profetas falsos y mentirosos. Tirina y Maldonado.m

CAPITULO V.

I.

V. i. Rodead las calles de Jerusalen, mirad, con


siderad, y buscad en sus plazas, si hallais un hombre
justo y fiel, y le seré propicio. ¿ No estaba en Jerusa-
len el mismo Jeremías, que era justo y fiel?
R. En el texto se habla del tiempo en que Jeru-
saien estaba cercada. Entonces solo Jeremías era el
que profetizaba, y como el que hablaba en nombre
de Dios, no debe entenderse, los demas eran tan pér
fidos, que como se dice al verso siguiente, aunque
jurasea no debian ser creídos. Tirino.

CAPITULO VIL

. V. 22. En el dia, que saqué a vuestros padres de E-


gipto, no hablé con ellos, ni les mandé cosa alguna de holo
caustos y víctimas. ¿Cómo no? Si al cap. 5. del Éxo
do v. 1. 8. y 9. consta: ¿qué Moysés y Aaron dixe
Y 2
I 72
ron á Faraon , por mandado 'di Dios permitiese á su
pueblo el ir á ofrecer sacrificios en el desierto ? í Y al
cap. 12. prescriba Dios á Moysés el rito y ceremo
nias, con que habian de inmolar el Cordero pasqual?
R. Dios habló con Moysés y Aaron acerca de los
sacrificios y mandó , que le ofreciesen holocaustos y
víctimas, como consta del Éxodo, y en los siete ca
pítulos del Levítico. Pero jamás habló con Moysés,
.ni les mandó á los antiguos Patriarcas, que le ofre
ciesen holocaustos y víctimas impuras y manchadas.
Jamás les dixo: que los sacrificios y víctimas hechos
con un corazon corrompido , y con una intencion
deprabada, servirían para aplacarle, ni para hacerle
propicio con su pueblo. Viviau los Judios muy quie
tos en sus vicios, juzgando que sin enmendar sus
costumbres, aplacarían á Dios, y le moverían á mi
sericordia con solo ofrecerle exteriormente los sacri
ficios y víctimas. Y para desengañarlos les dice por
Jeremías: no he dicho yo esto á vuestros padres. Ja
más les mandé, que me ofreciesen sacrificios y víc
timas sacrilegas y abominables para aplacar mis eno
jos : lo que yo les dixe y les mandé fué esto : oíd mi
voz y seré vuestro Dios , y vosotros sereis mi pueblo:
caminad por los caminos de todos mis mandamientos , y
asi lograreis el ser favorecidos : no le agradan á Dios
los holocaustos, sino van acompañados de un cora
zon contrito y humillado. David salmo 50. Tirim.

CAPITULO XV.

V. 4. Haré que los Judies sean perseguidos en to-


dos los reynos di la tierra con la muirte , con la espa
da , con el hambre, y con la esclavitud, por Manases
hijo de EcequlaS) en castigo d: las maldades que hi»9
*73
en Jerusalen. ¿Cómo por Manasés? ¿ Si Manasés hizo
penitencia, y se le perdonaron sus pecados, segun
consta al cap. 33. del 2. de los Paralipomenos v. 12?
R. Manasés cometio muchas iniquidades: intro
dujo en Judea la idolatría, persiguio y aun quitó
la vida á los Profetas del Señor , y llenó de vicios y
abominaciones "á Jerusalen, como se dice al 4. de los
Reyes cap. 21. Tuvo muchos seguidores, é imitado
res de sus maldades. El hizo penitencia, se apartó"
de sus vicios , y le fueron perdonados sus pecados.
Pero los que le habian imitado y seguido en sus ex
travíos , no le siguieron en su penitencia. Antes bien
se hicieron cada dia mas abominables: y por esto
dice el Señor, que castigará á los Judíos por no ha
berse enmendado en los pecados, que introduxo Ma
nases. San Gerónimo citado por Tirina.

CAPITULO XXXVI.

V. 30. Ninguno de los sucesores de Joaquín se sen


tará en el trono de David. Esto no se cumplio. Gons-,
ta al cap. 24. del 4. de los Reyes, que muerto Joaquín^
le sucedió en el reyno su hijo Joaquín.
R. Aunque Joaquin empezó á reynar por la muer
te de su padre, su reynado no le duró sino tres me
ses, y en estos ni tuvo paz, ni sosiego. Irritado Na-
bucodonosor contra él, volvio sobre Jerusalen, y le
llevó cautivo con su madre, y con todos los Prínci
pes, soldados y .artífices, y puso en el trono á Ma-,
thanias , á quien llamó Sedecías. Los demas descen
dientes de Joaquin no fueron Reyes , sino á lo mas
capitanes tributarios á los Reyes de Persia. Tirina. Asi
se cumplio la profecía de Jeremías.
174
CAPITULO XXXXVI.

. V. 2. Nabucodonosor venció el exército de Faraon


Neckao Rey de Egipto: ¿Pues cómo al v. 12. dice de
está batalla: el fuerte acometió al fuerte , y ambos que
daron igualmente destruidos ?
R, Aunque Nabucodonosor hizo huir el exército
de los Egipcios y cantó la victoria, fué con tanta
pérdida de su . gente ^ que si los Egipcios se vieroii
precisados á huir , los caldeos no pudieron perseguir
los. . • ..
CAPITULO L.

V. 33. Los hijos de Israel , y juntamente los hijos


de Judá , padecen calumnia. Todos aquellos , que los lle
varon esclavos , rio quieren dexarlos. Pero su fuerte Re
dentor, cuyo nombre es Señor de los exércitos , defende
rá en juicio su causa, y llenará de terror la tierra , y
commoverá á los habitadores de Babilonia. La espada
vendrá contra los caldeos... ¿No dispuso Dios qué los
Israelitas y Judias fuesen llevados cautivos por los
caldeos á Babilonia? ¿No dixo el mismo Señor al
cap. 25.. v. 9. por el mismo Jeremías: yo enviaré y
me valdre de todos los pueblos del aquilon, y de mi sier
vo Nabucodonosor , Rey de Babilonia, y los conduciré
contra esta tierra, y contra sus habitadores... y todas
estas gentes servirán á el Rey de Babilonia setenta años2.
¿Pues cómo se queja el Señor de que los caldeos y
Babilonios los tuviesen cautivos?
R. Aunque Dios prometió y dispuso que los Is
raelitas y Judios fuesen llevados cautivos á Babilonia,
y que allí pasasen trabajos en castigo de sus pecados;
?I7á
los caldeos los oprimían mas qué lo que era justo; y
no los querían dar libertad, habiendo dicho el Se
ñor , que su esclavitud no duraría mas de setenta
años. Por esto el mismo Señor se constituye por Re
dentor suyo ^ y anuncia los males y calamidades con
que castigaría á Babilonia, á sus Reyes, Principes y
moradores, por las injusticias y violencias, que ha
bian hecho contra los Judíos. Tirina.

CAPITULO LIL
I.
V. 12. En el quinto mes , al décimo dia , vino Na-
bucodonosor á Jerusalen. Esto no concuerda con lo
que se lee al cap. último del 4. de los Reyes v. 8.
donde se dice: que vino el séptimo dia. i.
R. En el dia siete salio Nabucodonosor de Rebla
ta donde estaba. Pero llegó á Jerusalen el dia diez.
Tirino. * -
BARÚ.C H.

capitulo n.

V. iy. J-jos muertos, que están en el sepulcro, cu


yo espíritu se ha apartado de su cuerpo, no honrarán,
ni justificarán a el Senor A esto parece se opone lo
que dice San Juan al cap. g. v. 13.. del Apocalipsis;
vi que todas las criaturas que hay en el cielo y sobre
la tierra , y d.ba& o de la tierra , cantaban á el que es
taba sentado en el trono, y al Cordero la bendiciony el
honor y la gloria.
' R. Ya queda esto explicado en el- libro de los Sal-
176
mos, salmo 113. No "dice Baruch que los muertos
no alaban y honran á el Señor. Dice y quiere decir,
que los muertos no se congregan , para anunciar con
su propia boca y lengua las maravillas de Dios á los
hombres , que aun viven en este mundo : que no ex-
tritan con sus obras y palabras á los vivientes, á ala
bar y bendecir las divinas misericordias : que no dan
culto público á el Señor , ni le ofrecen sacrificios para
honrarle á presencia de los vivientes , como á Señor
y Dios verdadero. Se hallaba el pueblo de Dios cauti
vo ; el templo de Jerusalen quemado : la ciudad San
ta destruida: abolido el culto público: en estas cir
cunstancias se postra Baruch en la presencia de Dios,
y con un corazon lleno de respeto y humildad le dice:
Señor, mirad desde vuestra santa morada acia no
sotros : inclinad vuestros oidos y óyenos. Abre tus
ojos, y mira: "que los muertos que estan en el se-
»pulcro, cuya alma se ha separado de sus entrañas,
»no os honrarán , ni publicarán vuestras justificacio-
«nes." Como si dixera : bien sabeis, Señor, que vuestro
pueblo era el escogido entre todos los pueblos de la
tierra ; para alabaros , bendeciros y cantar vuestras
glorias. Las demas naciones no os conocen por Dios
y Señor suyo : blasfeman vuestro Santo nombre , y
ofrecen sus cultos y sacrificios á los ídolos y fingidas
deidades. Nosotros solos los hijos de Abraham , Isaac
y Jacob, somos los que nos gloriamos de conoceros
y teneros por nuestro únicojy verdadero Dios : los que
conocemos vuestro poder, misericordia y justicia ; y los
que en nuestro templo , en nuestras sinagogas y con
gregaciones , os ofrecíamos sacrificios y oblaciones,
y os rendiamos los obsequios y cultos debidos á vues
tra grandeza y magestad. Si este pueblo, que esco
giste por pueblo tuyo particular, por heredad y po
sesion tuya : si este pueblo , con quien te has porta
do siempre, como padre liberal, tierno y compasi
*?7
vo, obrando á su favor tantas maravillas, y librán
dole de todos sus enemigos, perece y muere entre
los trabajos y esclavitud con que le oprimen los cal
leos, ¿ qué pueblo te alabará? ¿Qué pueblo, ó na
cion te honrará, cantará tus justificaciones, mani
festará á las gentes y á los vivientes, que tú eres el
solo, el único y verdadero Dios y Señor, y siendo
cierto que los muertos, cuyas almas estam separadas
de sus cuerpos, no lo pueden hacer? En lo qual no
hay oposicion con lo que dice San Juan. Tirim.

£ Z E Q U I E L.

CAPITULO XIV.

■ .♦
I.
i V. 9.i ¿guando errare el Profeta y diere respues
ta (falsa): !To, el Señor , engañé á aqu¿l Profeta. Es
to parece se opone manifiestamente con aquello que
se dice al cap. 23., v. 19. de los Números: no es
Dios, como el hombre, que pueda mentir. El engaüo
activo es mentir. Dios no puede mentir : con que
tampoco podrá engañar. Y si puede engañar , tam
bien podrá mentir.
R. Dios ni puede engañarse ni engañarnos. Infi
nitamente sabio conoce todas las cosas como son en
sí mismas. E infinitamente veraz, ni puede mentir
nos, ni engañarnos. Pero puede permitir, que los
hombres se engañen en, castigo de sus pecados. Ha
bla Dios por Ezequiel en este capítulo de aquellos
hipócritas que con un corazon fingido y lleno de cor
rupcion , acuden á aquellos Profetas lisongeros y adu
ladores, que saben les han de aprobar sus vicios , y
Z
r^B■
responder según sus perversos deseos. Y dice: que
permitirá que aquel Profeta malo y consencienre se
engañe y les responda conforme á ¡su iniqua volun
tad, en castigo de su hipocresía, y maldad del Pro
feta. Pero, que tanto éste como el hipócrita, expe-'
rimentarán las penas de su indignacion y venganza,
segun su iniquidad. Ambos son delinqüentes, y dig
nos de que Dios permita su obcecacion y su engaño.
El hipócrita acudiendo , sin verdadero dolor de sus
pecados, y sin propósito eficaz de enmendarse % á un
Profeta , pastor ó confesor , que con palabras dulces
y lisongeras le abone sus iniquidades , no le repren
da sus vicios, y le deje continuar en sus injusticias,
inmundicias y abominaciones. Y el Profeta , porque
respondiendo al hipócrita, segun sus deseos, le da
veneno en lugar de triaca, no cura sus llagas, ni
aplica medicinas saludables á sus enfermedades. Y
asi vuelve á su casa mas enfermo de lo que estaba
antes ; y lisongeado con la aprobacion del falso Pro
feta, prosigue en sus vicios," se hace digno de una
mala muerte, y reo de la condenacion eterna. TirinQ*

CAPITULO XX,
i
-j : -i' 1/

V. ir. To les di á los Israelitas mis preceptos, $


Jos manifesté mh juicios , para que haciéndolos viviesen
en ellos. Esto no se aviene bien con aquello que dice
al v. 25. del mismo capítulo: yo les di preceptos, na
huenos ,. y juicios en que no vivirán.
-R. En estos textos no hay oposicion ninguna;
pues en cada uno se habla de distintos preceptos f■
de distintos juicios. En el primero habla de la ley
natural y escrita dadas por Dios , para que aquellos
que cumpliesen entonces sus preceptos y juicios, y'
*?9
teniendo fe del futuro Mesías, viviesen aquí por la
gracia , y despues en la bienaventuranza como lo ex
plica Theodoreto: todos estos preceptos y leyes eran
Santas y buenas : si las hubieran cumplido hubieran
sido felices en esta vida y en la otra. En ésta hubie
ran vivido quietos, tranquilos y sin adversidades; y
en la otra hubieran logrado la eterna bienaventuran
za. Pero no dieron cumplimiento á los mandamien
tos y juicios de Dios : y irritado el Señor los dejó en
manos de su consejo : los abandonó en cierto modo,
privándolos en castigo de su rebeldia , de sus auxi
lios especiales, y permitiendo que ellos mismos ob
cecados y obstinados en sus extravíos se sujetasen á
•los preceptos , leyes y costumbres de los Ammonitas,
Moabitas y Filisteos , malas y durísimas , en que no
podian vivir ni con gusto en esta vida, ni ser feli
ces en la otra. Pues en virtud de ellas sacrificaban
sus hijos al ídolo Moloch, y por su observancia se
veian cercados de trabajos, con que Dios los casti
gaba; y por último se hacían dignos de una conde
nacion eterna. Tirino y otros.
■ up
, CAPITULO XX.
.Í10> áA O ; i ., : {.!.;
L

V. 7. Apártese cada uno de lo que sea abominable


■rf sus ojos: no os •mancheis con los ídolos de Egipto.
.| Pues cómo al v. 39. les dice el Señor. Cada uno va
ya tras de sus ídolos, y sírvalos2.
R. Los Judios claudicaban acia dos partes. Por
una se gloriaban de que ellos eran el pueblo 'escogi
do del Verdadero Dios>, concurrían al templo, y le
ofrecian sacrificios. Por otra parte servían al demo
nio, y eran Idólatras. Seamos, decían, como los gentiles
y coma las demas naciones de la tierra, y demos culto
Zz

-
1 8o
a los leños , y á.las piedras: v. 32.: así lo hadan,
iban á los bosques donde tenian sus ídolos , subian á
las alturas en que habia altares, inmolaban allí sus
víctimas , quemaban inciensos, ofrecían sacrificios,
pasaban por el fuego , y quemaban sus hijos ante las
aras de los falsos Dioses. Queriendo, pues, el Señor
reprenderlos por esta duplicidad de corazon, que los
hacia mas delinqüentes que si fueran solamente idóla-
tros les dixo : cada uno de vosotros vaya en pos de sus
ídolos , y sírvalos. Pero no mancheis mi santo nom
bre, gloriándoos de que sois mi pueblo y de que ado
rais el verdadero Dios, adorando y dando cultos al
mismo tiempo á los demonios. Esta reprension es muy
sem jante á la que usó el Profeta Elias diciendo á los
Judios : hasta quándo habeis de claudicar acia dos par
tes ? Si el Señor es vuestro Dios , seguidle. T si lo es
Baal, seguid á Baal: 3. Reg. cap. 19. v. 21. No que
ría Dios, que idolatrasen, ni Elias quería que si
guiesen á Baal ; pero los reprendieron haciéndolos
conocer, que adorando á Dios y al demonio come
tían un pecado mas grave y mas digno, de castigo!,
que siendo solamente Idólatras. Tirino.

capitulo xxkni.
JI. ■

V. 27. No dormirán con los fuertes , ni con los inn


Circuncisos , que descendieran á los -infiernos can sus. Mr?
mas , y pusieron sus espadas baxo de sus cabezas. ¿Gó
mo éstos fuertes é incircuncisos descendieron á los
. infiernos con sus armas , diciendo David en el, v. 18.
del salm. 48. Quando muere el hombre nada( llevará.
consigo de quanto se gloriaba! >\ .r..'ri .:. . ru^vi 'o
R. Llaina infierno al sepulcro , y habla el Profe
ta de los honores que se. hacían, i los Héroes y hora
i8i
-Ves esclarecidos difuntos , llevando sus cuerpos con
pompa y ostentacion al sepulcro, y enterrándolos
con sus armas y espadas ; costumbre que aun se sue
le observar entre nosotros, y dice : que Faraon y los
demas tiranos no gozarán de estos honores; y que
sus cuerpos quedarán insepultados , para pasto de las
üeras , y de los perros. David no habla de esto. Ha
bla de la vanidad, de las riquezas y deleytes de este
mundo ; y asi dice : no temas quando veas que un hom
bre ¿e hace rico^ y que se multiplica , y aumenta la glo
ria y esplendor de su casa. Porque quando muera no
llevara consigo sus riquezas ; ni su gloria y explendor
descenderá con él. Será alabado mientras viva. Pero
quando muera irá á ser companero de sus progenitores^
Cuyas maldades ha imitado ; que es lo mismo que des
pues dixo, hablando de los necios que ponen su con
fianza en sus riquezas: murieron , y estos hombres de
riquezas nada encontraron en sus manos. Salm. 75.
v. 6. Tirina. :..-...• - v

CAPITULO XXXVL
.r .• - ■ :..■ i tG ■ . i i ../ J

V. 11. Llenaré (quando salgais de Babilonia) vues-


tras ciudades de hombres y jumentos , y se multiplica
ren ycrecefán.j. y ■os colmaré de bienes , mayores que los
que tupisteis al principio. ,Esto se opone á lo que de-
xa dicho al cap. 20. v. 34. hablando de su libertad
de la esclavitud : os sacaré de los pueblos , y os congre
garé de las tierras en que estais, dispersos , ■y reynaré
*sob$i vosotros con mano, fuerte , con. el brazo estendido^
.y con todo' mi furor: ¿cómo aquí,dice que los tratará
con todo furor;, y allí que -$e avendrá con ellos con
toda piedad? . •.' ■■■//. ..•:*.■ ..."":i.. i"•"- • •>' -:
; ., , R. En este cap. 20. dice el Señor de los Judios: que
i8s
si ingratos á sus beneficios , y sí obstinados en sus a-
bominaciones, á pesar de los trabajos de su cautivi
dad , prosiguen viviendo como los Gentiles y Nacio*
nes incircuncisas , adorando como ellas los leños y
las piedras ; en tal caso , los congregará y sacará de
su esclavitud babilonica, llevándolos á una tierra de-
-sierta , donde reynará sobre ellos , haciéndose respe
tar á fuerza de castigos horrorosos. Al cap. 36. loa
-ofrece, que por la gloria de su Santo Nombre los col-,
mará de bienes y de beneficios, mayores que lo» que
disfrutaban antes de su cautiverio^ si cumpliendo sus
preceptos se apartaban de la idolatría y de las abo
minaciones de los Gentiles. Asi no hay oposicion ; pues
como buen Legislador establece en Una parte casti
gos y penas para los malos y rebeldes; y en la otr»
premios y recompensas para los buenos. . . ."„.--'\

DAN I E ti.: ....

CAPITULO, PRIMERO,

V. T. JjU año tercero del reynadode Jotujmn, Rey


de Judá, vino Nabucodonosor , Rey de Babilonia, con»
tra Jerusalen. Al cap. 25. v. 1. de Jeremías se dice:
Ja profecía , que se encargó á Jeremias para todo el
Pueblo de Judá en el año quarto de Joaquín , hijo de
Jostas, Rey de Judá, este es el año primero de Nabu
codonosor, Rey de Babilonia. Estos textos parece se 0-
ponen. Segun Daniel Nabucodonosor era ya Reyde Ba
bilonia á el año tercero del Rey Joaquín. Segun Je
remías el año quarto del reynado de- Joaquín fué el
año primero del reynado de Nabucodonosor. '¿A qué
deberemos estar ?
! R. Uno y otro dicen bien. Daniel habla del año
tercero ya cumplido: Jeremías habla del año quarto
empezado. Bien que el año primero de Nabucodono-
sor pudo completarse de parte del año tercero , y par
te del quarto de Joaquín : y asi se concilia todo.

CAPITULO H.
< :; ' .- -' . . X'. ■ -. ". \

V. i. En el ano segundo del reynado de Nabt'codo*


nosor, vio Nabucodonosór un sueño, que se le borró de
la memoria. Habiendo llamado los sabios de Babilonia,
y no pudiendo descifrarle el sueño, tú explicarle, fueron
sentenciados á muerte. Daniel y sus compañeros eran
buscados tambien para que pereciesen. Pero habiendo re"
turrido á la oracion, y habiendo Dios ilustrado á Da
niel, éste manifestó á Nabucodonosor el sueño y su es.*
plicacion. Todo se opone á lo que Daniel dice ert el
capítulo primero. Nabucodonosor, segun se dice erí
el anterior capítulo, en el primer año de su reynado
fué contra Jerusalen, y se lievó cautivos al Rey Joaquín,
á■ Daniel y sus compañeros. Daniel, Ananias, Misaél y
Azarías fueron escogidos y entregados á Asfenet, prepó*
sito de los Eunucos , para que enseñándolos por trea
años las letras y lenguas de los Caldeos pudiesen ser
vir en palacio á la presencia del Rey. Pasado este.
tiempo fueron presentados é introducidos á la pre
sencia de Nabucodonosor : despues de todo esto fué
el' sueño de aquel Príneipe , y no pudiéndole desci
frar los sábios de Babilonia-, lo hizo. Daniel. Segun es
to pasaron quatro , seis, ó mas años desde el primer
año del reynado de Nabucodonosor hasta que tuvo eí
sueño. ¿Pues cómo en este capítulo segundo dice Da-
1 84
niel , que el sueño fué el año segundo del reynado de
Nabucodonosor? ¿No hay aquí contradicion ? .-•:
, R. No la hay. El afio segundo en que Nabuco
donosor tuvo el sueño no debe computarse desde que
empezó á reynar en Caldea, ó Siria ; sino desde que
habiendo sujetado á su obediencia el Asia, y mucha
parte de África y Egipto se declaró Monarca. De
modo que el primer año de su reynado en Caldea vi
no sobre Jerusalen ; la tomó , y llevó cautivos al Rey
Joaquin, á Daniel y sus compañeros: pasaron algu
nos años hasta que se hizo Monarca: y al segundo
año de su monarquía tuvo el sueño. Asi lo esplica
S. Gerónimo y otros citados por Tirina.

CAPITULO III.
I.
V. 38. En la ocasion presente no hay Principe , Ca-
pitan, Profeta, ni holocausto, ni sacrificio, ni obla
cion, ni incienso, ni lu¿ar donde ofrec r nuestras pri
micias. Esto parece no concuerda con lo que se dice
al cap. 14. v. 32. del mismo Daniel. Vivia entonces
en Judea el Profeta Habacuc. Tampoco concuerda con
lo que dice Baruch cap. I. v. 10. os hemos enviado (á
los Judíos que habian quedado en Jerusalen) dineros
para que compreis víctimas, y imienso,y hagais man-
na, y lo ofrezcais ante el ara del S¿hor nuestro Dios-,
y por la vida de .Nabucodonosor , Rey de Babilonia , y
por la vida de su hijo Baltasar. Ni con lo que Jere
mías dice al cap. 45. v. 5. lamieron ochenta hombres de
Sichen y de, Silo, y de Samaria... trayendo en sus ma
nos dones é incienso para ofrecerlo en la casa del Señor.
De estos testos se infiere que en Judea habia Profeta,
holocaustos, sacrificios, oblaciones, incienso, y lu
gar donde ofrecerlo , ¿ cómo Daniel dice ¿o contrario?
R. Ninguna oposicion tienen estos textos con lo
que dice Daniel. Este dice : que en aquel tiempo no
habia en Jerusalen Príncipe, Rey, ó Capitan Judio,
que gobernase el Pueblo de Dios, y las reliquias que
habian quedado del cautiverio : que no habia Profe
ta que públicamente, y á presencia de todos, anun
ciase la palabra de Dios : que no habia lugar donde
con toda solemnidad se ofreciesen al Señor sacrifi
cios, inciensos, oblaciones y primicias. Todo lo qual
es constante. Porque aunque Habacuc vivia en Judea,.
andaba como huido y escondido , empleado en su se
mentera y cuidando de sus segadores. Los Prínci
pes, el Rey, y. los capitanes habian sido llevados
cautivos. El templo y lugar de los sacrificios solem
nes habian sido destruidos. Es verdad, que entre los
escombros del templo habian fabricado una especie
de oratorio , donde con secreto y sin publicidad acu
dian los Jadios á hacer oracion y sacrificios. Pero esto
era privadamente , y sin solemnidad. Sucedia lo mis
mo que suele suceder en las Provincias de. los here-
ges , en que hay algunos católicos ocultos , los qua-
lesl suelen tener algun oratorio privado en alguna ca
sa , en el que con todo secreto oyen Misa , confiesan
y comulgan, sin que por esto se diga que alii hay e-
xercicio de la religion católica. Tirino : el qual con
otros Expositores entienden de este oratorio privado
los textos de Jeremías y de Baruch.

CAPITULO VIII.

I.
V. 1. Vi en mi vision , estando en la fortaleza de
Susa> Susa no era fortaleza, s¿no Ciudad j; Metrópoli
del Imperio de los Persas, como consta del cap. 1. de
Estér v. 2. .
Aa
i86
R. Susa en tiempo de Daniel era una fortaleza.
Despues llegó á ser Ciudad y Metrópoli: y lo era en
tiempo de Estér. Tirino. . .

CAPITULO XI.

V. 37. No reconocerá al Dios de sus padres: se


entregará á los excesos de la luxuria con la mugeres ; y
no cuidará de ninguno de sus Dioses. Esto contradice
á lo que sigue al v. 38. Venerará al Dios Maocin en
su lugar , y al Dios que no conocieron sus padres , y le
dará culto.
R. Habla de Antioco Epifanes , y figuradamente
del Antechristo. Antioco no conoció mas Dios, que
á sí mismo: y entregado públicamente á las mas in
fames liviandades. con las rameras y mimos, no cui
dó de dar culto á •niguno de los ídolos y dioses que
adoraron sus antepasados. Pero puso en el templo un
ídolo, á quien llamó Maocin, que representase su
persona , y recibir allí adoracion de los hombres. Ti
rino con San Geronimo.
- . ,.; . OSEAS. ■. is-

„ __-_- , -^ * * . í*V

capitulo iv;
I. \
■ñ: "V. 15. i-Y o entreis en Galgala^ni subais á Bet-
haven, ni jureis diciendo: vive el Senor: íai cap. 6. del
Deuteronomio v> 13. se dice : jurareis ■ por el nombre
del Señor tu Dios. Esto parece no conviene con aquello.
(87
R. Como el juramento es un acto de Religion que
se refiere á el culto de latría, propio del único y ver
dadero Dios, mandó Dios por Moysé3, que el que ju
rase, no jurase por ios ídolos y por los dioses falsos; si
no por el nombre del Señor y Dios verdadero. Y esto
mismo es lo que dice Oseas, encargando á los Ju
dias que- no entren tn Galgala, ni suban á Bethaven,
y que si juran, no juren por becerro, y por los
ídolos que alli se adoraban , diciendo : vive el Señor,
con referencia á aquellas falsas divinidades. Lira , Hu
go.., y otros citados por Tirina. ■*

CAPITULO V.
I.
V. 6. Irán (los Judíos) con sus ganados y bueyes
(esto es con sus víctimas) á buscar al Senor , y no le
encontrarán. Esto parece que es contra lo que dixo el
Señor por Jeremías cap 29. w. 12. y 13. Me invo
caréis , iréis y me rog aréis, y yo os oiré: me busca
réis y me encontraréis. ¿Se opone el uno al otro?
R. No hay oposicion. Oseas había de Efrain , de
Israel, y de Judá á el tiempo en que los Caldeos y
Asirios estaban para entrar con sus -exércitos en su
terreno y ciudades. Entonces llenos de miedo y de
terror ; peso sin verdadero arrepentimiento de sus
culpas^ diee Oseas, irán con ofrendas y víctimas á bus
car á el Señor; pero no le encontrarán, porque se ha
apartado de ellos en castigo de sus gravísimos peca
dos. Jeremías habla de quando empezasen á cumplir
se los setenta años de' su. cautiverio en Babilonia: y
dice que entonces, que humillados con sus trabajos,
le buscarán cdn todo su corazon, le hallarán y se
rá hallado por ellos, y los reducirá de su cautividad.

Aa 2
1 83
CAPITULO VI.

I.

V. 6. Quiero misericordia, no sacrificio. Si el Se


ñor no quiere sacrificio ¿por qué, y para qué mandó
y ordenó en el Levítico tantos sacrificios? Sino quie
re sacrificios ¿cómo dixo por Isaias, cap. 56., v. 'j.
Los holocaustos y víctimas , que se ofrezcan sobre el al
tar, me serán agradables %
R. No dice, ni quiere decir el Señor, que no
quiere sacrificios ; pues es constante que los quiere,
y los ordenó , y mandó en todas las leyes natural,
escrita y evangélica. Lo que dice es, que le agrada
mas la misericordia, que los sacrificios, segun la ver
sion de los Setenta , del Caldeo y otros. Aunque el
sacrificio por razon de su objeto , que es el culto de
Dios i, sea mas noble , con todo la misericordia por
ra¿on de la caridad que la impera , y de la necesi
dad del próximo, que la exige, debe preferirse. Opo
ne aqui el Señor la verdadera y sólida piedad al ac
to puramente externo del sacrificio. Arguye y re
prende á los de Efrain y á los Judios, que conten
tos con solo ofrecer exteriormente sus sacrificios y
víctimas , despreciaban ó no cuidaban de los actos
internos de piedad , contricion , humildad y reve
rencia con que debian presentarse ante las divinas
aras. Y al mismo tiempo los hace cargo de los vicios
de su misericordia ácia los pobres y necesidades, á
quienes, si daban alguna limosna ó socorro eran
muy cortas ; y no lo hacían por Dios, ni por ser
hermanos suyos ; sino por vanidad y ostentacion.
Por esto dice : que su misericordia es como una nu
be , ó rocio de la mañana, que al instante se disipa.
En una palabra, á el Señor le complacen mas las
189
verdaderas virtudes , que solas las apariencias de vir
tud. Du-Hamel, Tirino y otros.

CAPITULO VIIT.
I.
V. 4. Ellos reynaron , y no por mí : fueron prínci
pes , y no los conocí. Esto es opuesto á aquello del
cap. 8. de los Proverbios, v. 15. Por mí reynan ¿os
reyes : por mí mandan los príncipes. Ademas : ¿ cómo
dice que no los con'ocio, teniendo conocimiento de
todas las cosas , como se dice al cap. 14. de Ester,
v. 14. ?
R. Toda la autoridad de los Reyes y Príncipes
viene de Dios : y todos los que son legítimos y ver
daderos Reyes y Príncipes reynan y mandan por
Dios , y qualquiera que los resista , resiste á la dis*.
posicion de Dios. Aqui no habla Dios de todos los
Reyes, sino de algunos que reynaron en tiempo de
Oseas, quales fueron Selo , Mananen, Phausa, Phac-
ce y Osee. Estos no fueron Reyes legítimos, ni Prín
cipes dados por Dios : fueron unos invasores y usur
padores, rebeldes á sus verdaderos Reyes. No te*
vieron la aprobacion de Dios. Y de estos dice el Se
ñor.: que no los conocio , esto es , que no los reco
noció por Reyes y Príncipes legítimos. S. Gerónimo.

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190
J O E L.

CAPITULO ir.

W. 13. y. 14. ^ (invertios á el Señor , vuestra


Dios, porque es benigno y misericordioso... ¿Quién sa
be si se convertirá , y perdonará.2. ¿Cómo Joel duda,
si Dios perdonará á los que se convierten á él de todo
corazon, habiendo dicho el mismo Dios por Ezequiel
al cap. 18. v. 21. Si el impío hiciese penitencia, vivi
rá, y no morirá, y no ;ne volveré á acordar de sus ini
quidades ?
R. Bien sabia Joel , que el Señor perdona las cul
pas y las penas eternas debidas por ellas, á todos los
que se convierten á él con verdadero corazon. Pero
dudaba, si haciendo penitencia, conseguirían tam
bien el perdon de la pena temporal que era la deso
lacion de Jerusalen, el cautiverio y el destrozo de
los pueblos y campos. No siempre que Dios perdo
na el pecado y la pena eterna , perdona la pena tem
poral. Los Ninivitas con ayunos y penitencias con
siguieron aun el perdon de la pena temporal, que. era
la subversion y destruccion de su ciudad. Pero Da
vid, aunque Nathan le dixo, que su pecado estaba
perdonado , no consiguio el perdon de la pena tem
poral , que era la muerte del niño concebido del adul
terio. Por esto les encarga tanto Joel , que se convier
tan á Dios de todo corazon , ayunando , llorando y
gimiendo todos, y pidiendo perdon á el Señor.
10 1
CAPITULO IEL

W. 17. y 20. T Jerusalen será santa, y los ex-


tronos no entrarán jamás en ella... La Judea será ha
bitada eternamente , y Jerusalen de generacion en ge
neracion. ¿Cómo santa? Son indecisibles las abomina
ciones de Jerusalen en tiempo de Antioco (lib. Ma-
chabeor.) y los vicios y corrupcion , que habia en
tiempo de Christo, como consta de los cap. 23.
y 24. de S. Mateo. ¿Cómo dice que los extranos no
pasarán, ó entrarán jamás en ella? ¿No entró An
tioco y abolio el exercicio de la religion , y estable
ció el culto de los gentiles ? No entró Tito y la des
truyó ? No estan hoy dia en ella los Turcos. Aqué
llo de que Judea será habitada eternamente , y Jeru- '
salen de generacion en generacion, parece opuesto á
aquello que dice Christo al cap. 23. de S. Mateó,
. v. 38. Estad en que vuestra casa quedará desierta:
y á aquello que dice al cap. 24. , v. 2. De verdad os
digo: no se <dexara aqui piedra sobre piedra que rio
sea destruida. ¿ Se opone todo esto á lo que dice el
Profeta ?
R. No hay oposicion ninguna. Los textos de los
Macabeos, y de S. Mateo hablan de la Jerusalen
terrena , la qual en castigo de las abominaciones de
sus moradores fué varias veces tomada, saqueada
y destruida por" sus enemigos; y por último asola
da segun lo habia dicho nuestro Divino Redentor.
Pero el Profeta Joel habla en este capítulo de la Je
rusalen Celestial , eil la qual todo es santo , y nada
hay manchado, ni coinquinado. En la qual, jamás
entrará ningun extraño. Todos sus habitadores se^-
rán santos, amigos é hijos de Dios, y gozarán eter
namente de la presencia de Dios.
AMOS.

capitulo n. .
I.

V. 1. 1\ o perdonaré a Moab, ya sean sus malda


des tres , ó sean quatro , porque quemó los huesos del
Rey de Idumea hasta hacerlos ceniza. Al cap. 3. del 4.
de los Reyes, v. 26. se dice: que los Moabitas no pu
dieron prevalecer contra el Rey de Edon, ó d: la Idu-
mea. i Cómo pudieron quemar sus huesos hasta ha
cerlos ceniza. ?
R. Este Rey de Idumea , ó de Edón , cuyos hue
sos quemaron los de Moab , fué segun dicen 5". Geró
nimo, Lyra, Alapide y otros, aquel Rey mismo que
acompañó á Josafáz y á Joran contra Moab , en cu
ya expedicion destruyeron las ciudades, heredades y
campos de los Moabitas , rompieron sus fuentes , y
quemaron sus frutales. Contra este Rey no pudieron
los de Moab prevalecer por entonces , aunque le aco
metieron separadamente , como se dice en el texto
citado del 4. de los Reyes. Pero como entre los Idu-
meos y Moabitas habia continuas guerras, por con
finar los estados de unos y otros , en una de estas
ocasiones, y despues de tiempo lograron los Moa-
bitas apoderarse del sepulcro de aquel Rey, y acor
dándose de los males y extragos que los habia cau
sado , sacaron sus huesos , y llenos de rabia y de fu
ror los quemaron y reduxeron á ceniza. Cuya mal
dad , aunque cometida contra un Rey idólatra , di
ce el Señor, no perdonaria: manifestando así que no
solo era Dios de los Judios, sino tambien de los
gentiles , y Juez que castiga todas las iniquidades
é injusticias de los hombres. Tirina.

CAPITULO III.
j ,.■.;.' > -■ - . -' ■

-: ■ -. i: ,!.:■ . . I.

V. 3. Td» solamente os conocí á vosotros entre to


das las generaciones de la tierra. ¿Pues no dice Da
vid salm. 138., v. 5. Tú, Señor, conociste tocias las
cosas, las mas nuevas y antiguas2.
R. Dios conoce todas las cosas. Nada hay que se
oculte á su infinito conocimiento como dice David.
Pero en lo que dice Amós, se toma el verbo cono
cer por el de elegir. Como si hubiera dicho el Señor:
Yo os elegí entre todas las naciones, para que fué
seis mi pueblo especial, para que fuéseis mis hijo3,
mis amigos , mis familiares : y á pesar de tantos be
neficios particulares que habéis recibido de mí, me
habeis dexado y despreciado , y os habcis entregado
al culto de los ídolos. No me respetais y reveren
ciais como á Padre ; pues vosotros me reconocereis
como Juez vengador de sus ofensas. Yo os visitaré,
y castigaré todas vuestras iniquidades. No lo du
deis: no sucederá trabajo, ni adversidad en la ciu
dad que no sea dispuesta por mí , en castigo de vues
tra ingratitud. Tirino.

CAPITULO V.

V. 25. Por ventura me ofrecisteis hostias y sacri


ficios en los quarenta años del desierto ? ¿ cómo se ex
plica así? ¿No se lee al cap. 24. del Éxodo, v. 4.
y 6. Levantándose por la mañana ( Moysés) edificó un
Bb
194
altar á la raíz del monte... y envio. Jóvenes de los hi
jos de Israel, y ofrecieron holocaustos , é inmolaron
becerr os , víctimas pacíficas a el Señor ? Y á los. ca
pít. 8. y 9. del Levítico ¿no consta que Moysés y
Aaron ofrecieron hostias pacíficas y sacrificios? En
vista de esto, parece extraña la pregunta, que ha
ce el Señor por Amós.
R. Es efectivo y constante que los Israelitas ofre
cieron holocaustos y hostias en el desierto á el Se
ñor. Todas las escrituras dan testimonio de esta ver
dad. Ni por la pregunta del Señor por este Profeta
se pone en duda, antes bien es un argumento que
Dios hace á los Israelitas para manifestarles , que
sus festividades, sus holocaustos, sus dones, sus
himnos y cánticos no le eran agradables , porque
iban mezclados con lasimayores maldades , y con'
las abominaciones de la idolatría. Y que asi por más
hostias y sacrificios que le ofreciesen, mientras no
se apartasen de lo malo y obrasen lo bueno , no de-
xarian de experimentar las penas y castigos debidos
á sus iniquidades. Y para prueba de esto les dice:
Por ventura me ofrecisteis hostias y sacrificios en los.
quarenta años del desierto ? Como si los dixera: bien,
sabeis, que en los quarenta años, que vuestros pa
dres estuvieron en el desierto me ofrecieron sacrifi
cios y hostias; y con todo eso, en vista de su in^
gratitud , de su rebeldia , de sus pecados y de su
idolatría los castigué, los detuve tanto tiempo en el
desierto, y privé á quasi todos dios de la entrada
en la tierra de promision. Pues lo mismo haré, con
vosotros , pues como ellos , os habeis entregado á la
idolatría y adorais á Moloch, y las imágenes de
vuestros. ídolos. Yo haré que seais' llevados mas allá
de Damasco, y aun de Babilonia. Du-Hamel. T
S. Estevan al cap. 7. de los hechos apostólicos.
J9S
CAPITULO VI.

V. 8. Detesto la. soberbia de Jacob, y aborrezco


sus casas. Esto no se aviene bien con lo que dixo
Balaan bendiciendo á los hijos de Jacob : al cap. 24.
de los Números v. 5. Dixo el que oye las palabras de
Dios.,. ]Qué hermosos .son, Jacob, tus tabernáculos i
v. <R.\. Lo bueno agrada á Dios; pero aborrece lo
malo. Los tabernáculos delos hijos de Jacob, quan-
do Balaan los bendixo, eran buenos, eran hermosos,
eran agradables á Dios, porque eran pobres y .hu
mildes1, sinluxo, sin ostentacion, fabricados sin per
juicio de. ios ;pobres. Pero en tiempo de Amós, los
hijos de Jacob se llenaron de soberbia, de vanidad
y presuncion. No pensaban sino en saciar todos sus
apetitos sensuales á costa de usuras , de rapiñas y
de injusticias. Llorabanlos pobres oprimidos con las
exacciones de los poderosos : se añigia la infeliz viu
da sin hallar consuelo en las casas de los ricos: el
pupilo y el huérfano andaban por las calles desampa
rados, sin encontrar quien los diese un bocado de
pan para aumentarse: instaban y- se aproximaban los
castigos, con qué Dios iba á castigar á los descen
dientes de Jacob , segun y comodo habia anunciado
por sus Profetas. Mas ellos desentendiéndose de to
do, no cuidaban sino en edificar casas y palacios
magníficos, para ostentar su soberbia : en regalarse
con las viandas y vinos mas esquisitos , y en tener
y pasar una vida mole, afeminada y luxuriosa. To
do lo qual era muy desagradable á los ojos de Dios.
Y por esto dice, que aborrece la soberbia de Jacob,
esto es , de los hijos de Jacob , y sus casas ó pa
lacios.

Bb 2
2C6
CAPITULO VII.

V. 14. T dixo Amas á Amasias: no soy Profeta,


y no soy hijo de Profeta. Si no era Profeta ¿ cómo le
dixo el Señor, anda y profetiza á mi pueblo de
Israel ? .- ? ■■. . -. .-
R. Amos , ni por profesion, ni por naturaleza era
Profeta: su oficio en sus primeros años era de pas
tor. Pero el Sefior que inspira , á quien quiere, quan-
do quiere , lo que quiere y del modo que quiere, le
eligio por Profeta quando él andaba tras de su ga
nado, y le mandó fnese á profetizar á el pueblo de
Israel. A el modo que David era en sus primeros
años pastor, y despues fué elegido por Dios, para
Rey de su pueblo y Profeta.

CAPITULO VIIL
I. -• i ;.l ■' . ; ;'•

V. 2. Vino el fin sobre mi Pueblo de Israel: de aquí


en adJante no disimularé sus maldades. Al cap. 9. v. 1.
dice : hasta el ultimo y mas despreciable será muerto
con la espada: no tendrán por. dond,e huir. Aunque hu
yan , no se salvarán... ¿Cómo se compone esto con lo
que dice despues ai cap. 9. v. 14. Yo reduciré los cauti
vos de mi Pueblo de Israél, y edificarán las Ciudades de
siertas, y las habitarán , y plantarán viñas y beberán el
vino de ellas , y harán huertos y comerán sus frutos: y
los estableceré en su misn,a tierra: y no los volveré á
sacar de su tierra, que les he dado ? En estos textos
se advierten dos cosas opuestas. Una : si llegó el fin
de Israél, y todos habian de ser muertos : ¿ qué cauti
vos eran los que habian de yolver á su tierra, para
1
reedificar las ciudades, y para plantar las viñas y
m
puertos? Otra: si los cautivos que volviesen habian
de restablecerse en su tierra , sin salir de ella jamas,
¿ cómo los Judíos andan dispersos por todas partes,
sin tener domicilio seguro y permanente, hechos el
oprobio de todas las naciones ?
R. Aunque parece que el Señor habla en los dos
. primeros textos del fin y exterminio general de todos
los Israelitas, luego en el cap. 9. desde el v. 8. ma
nifiesta, que aunque todos serán castigados y parti
ciparán de los trabajos de la guerra y de la esclavi-.
tud, no todos perecerán ni morirán. Que los purifi
cará y limpiará como se limpia el trigo en una criba,
en la qual se aparta el tamo y la paja, y queda el
grano puro. Que morirán al filo de la espada todos
aquellos pecadores de su Pueblo, que neciamente con
fiados dicen: no llegará ni vendrá sobre nosotros el
mal que nos lian anunciado los Profetas. Estos serán
los que mueran , los que serán exterminados , los que
no encontrarán donde huir y esconderse, sin hallar
en parte alguna sino males y la muerte. Pero al mis
mo tiempo no acabaré del todo con la casa de Jacob.
Dexaré algunos que servirán de basas , columnas y
cimientos para suscitar el tabernáculo de David espi
ritual, por medio del Mesías y de la ley evangélica,
que ha de establecer en su Iglesia , que es la que aquí
se entiende por Reyno y tabernáculo de David, se
gun exponen todos los Padres , y los dá á entender
el mismo contexto del cap. 9. pues lo que dice desde el
v. 11. no se puede decir del Pueblo hebréo, y del
reyno terreno de David j y sí del Reyno de Quis
to , que es la Iglesia.

. .■•
198
MIGHEÁS.
_. ,

CAPITULO n.

I.

V. 11. \Jjalá no fuera yo Profeta, y fuera menti


ra lo que digo. Al cap. 12. de los Proverbios v. 22. se
lee: los labios del que miente son abominables a el Se
ñor. Ademas : toda mentira es pecado : ¿ deseaba. el
Profeta pecar y ser abominable á Dios ?
R. Ni Micheas deseaba mentir, ni ofender á Dios.
Anunciaba á los Judíos é -Israelitas la debastacion de
sus ciudades y el cautiverio, para que arrepentidos
de sus pecados hiciesen penitencia. Pero ellos enga
ñados por los falsos Profetas, y confiados en que
Dios estaba á su favor, no le querían creer, y le te
nían por impostor, que pretendía intimidarlos con
vaticinios falsos, tristes y melancólicos. Para desen
gañarlos y hacerlos conocer que sus anuncios eran
verdaderos , les dice : ojalá no fuera yo Profeta , y nó
fueran verdaderas las cosas que os digo : este lenguage
es muy comun entre los hombres, quando no son
creidos en la relacion de sucesos tristes y adversos. Y
fué como "si hubiera dicho el Profeta: ¡ojalá que mis
tristes vaticinios fueran efecto de mi temor y melan
colía ! ¡ Ojalá que mis profecías no fueran verdaderas!
En tal caso yo callaría, y vosotros nada tendríais que
temer. Pero soy Profeta , y lo que os anuncio es
verdad , y se cumplirá. Dios es el que me inspira , el
que me envia, y me manda que os dé á beber este vi
no amargo , que no da de sí otra cosa que estragos,
destierros, desolacion, cautiverio y muertes. Tirino.
J99
CAPITULO IV.

V. 3. No tomará una gente la espada contra gente,


m aprenderán á pelear. ¿Pues cómo al v. 13. dice: le
vantate hija de Sion, trilla, ó desmenuza i porque te he
revestido de fortaleza, y destrozarás muchos Pueblos,
é inmolarás á el Señor, de toda la tierra sus rapiñas , sis
despojos y la fortaleza de los vencidos ?
R. Habla el Profeta de la Iglesia católica, prepa
rada y fundada por el Señor para todas las gentes;
y de la ley evangélica que salio de Sion, y desde Je-
rusalen se difundió en todos los Pueblos de la tier
ra; la qual si fuese abrazada y observada por todos
con puntualidad, no habrik guerras sanguinaiias. Es
ta ley santa é inmaculada, enseña y manda: que se
observe la justiciar que á cada uno se le guarden sus
derechos : que á ninguno se ofenda : que se eviten los
disturbios : que perdonemos las injurias ; y que sea
mos mansos , pacíficos y humildes de corazon. Si es
to se observára, cada uno estaña contento con lo su
yo, no haria injusticia á los demas, y no habría mo
tivo para que una gente tomase la espada contra otra
gente, ni para aprender el arte de matarse unos á
otros. La quietud, la paz y tranquilidad reynarian
en todas partes: el yerro de las espadas se emplearía
en rejas para arar, y el de las lanzas en hu/adones
para cultivar la tierra. Cada uno viviría contento y
con sosiego debaxo de su vid y de su higuera , sin
temor de enemigos y ladrones. Para k grar esto, y
que cesen las guerras sanguinarias, excita el Profeta
despues al v. 13. á la Iglesia, baxo el nombre de hi
ja de Sion á otra especie de guerras , no sanguinarias,
sino espirituales , contra la idolatría, contra los erro
res, contra los vicios y pecados, por medio de la doc-

1 t
*00
trina, persuasion y predicacion de los operarios evan
gélicos, Soldados de Christo, que revestidos de la for
taleza, virtud y gracia de Dios, convertirán muchos
Pueblos á la le, los traerán al gremio de la religion
católica , ofreciéndolos ante las aras del Señor , como
trofeos de sus conquistas espirituales, y como des
pojos de la gentilidad , judaismo y heregía. S. Geró
nimo y otros citados por Tirina.

N A H U M. *

CAPITULO PRIMERO.

V. 12. JL e he afligido , ya no volveré a afligir


te mas : ¿ cómo no ? Si despues afligio Dios á la Ju-
dea y á Jerusalen por medio de Antioco, robando y
contaminando el templo, quemando la ciudad, destruyen
do las casas , y llenando á todos de llanto2, i. Machab.
cap. i. v. 26. ¿No la afligio tambien 'por Vespasia-
no y Tito, no dexando en ella piedra sobre piedra?
R. Dice Nahum, que ya el Señor habia tomado
satisfaccion, y habia castigado bastante á la Judea y
Jerusalen por los pecados hasta entonces cometidos;
y que por ellos no volvería á afligirla. Volvieron los
Judíos á prevaricar : se hicieron mas delinqüentes, y
el Señor los volvió á afligir por medio de Antioco.
Por último, llenaron la medida de ias abominacio
nes de sus padres, despreciaron la salud, crucifica
ron á el mismo Mesías que esperaban , y Jerusalen
fuá enteramente destruida, y los Judíos extermina
dos por todas partes, sin Dios, sin ley, sin religion.

W
201
ZACARÍAS.

CAPITULO II.

I.
V. 4. Ain muro será habitada Jerusalen. ¿Cómo
si se dice al 2. de Esdras , .cap. 2., v. 17. Que Neke-
mtas cercó con muros á Jerusalen ?
R. Aunque Jerusalen tenia muros, dice Dios
por Zacarías , que será tanta la multitud de gentes
que la freqüen tarán, que no cabrán dentro de las
murallas ; y se verian precisadas á habitar fuera de
los muros.
CAPITULO XII.

V. 2. La Judea estará tambien en el cerco contra


Jerusalen. Si la guerra era entre Antioco de una par
te, y de otra la Judea y Jerusalen ¿cómo la Judea
habia. de estar contra Jerusalen ?
R. No habla el Profeta de toda la Judea. Habla
de algunos Judios espurios , traidores , enemigos de
sus conciudadanos, de su patria y religion, como Si
mon , Menelao , Jason y otros que se asociaron á
los enemigos de Dios , y ayudaron á Antioco en la
conquista de Jerusalen, como consta de los libro»
de los Macabeos. Sucedió en Judea y Jerusalen lo
mismo que ha sucedido en nuestros, dias en España,
y en Madrid con Napoleon y sus tropas. ¡Quantos
españoles se adhirieron á este tirano, cooperaron á
su entrada en España, y en Madrid] ¡Quántos es
pañoles siguieron las máximas de Bonaparte , le hi-
Cc
tí§S V>:>

'
202
rieron juramento de seguirle y de ayudarle á des
truir su misma patria, á aniquilar la madre que les
dió el ser , y á derramar la sangre de sus hermanos,
que como buenos y leales hijos la defendían ! ¡ Quán-
tos españoles mas pérfidos , que aun los mismos fran
ceses, eran los primeros á profanar los templos y
las Iglesias ; á saquear los pueblos y ciudades j á ro
bar las casas, y á cometer/ las mas horrorosas atro
cidades! Y asi se decia:" España hace la guerra á
la España. Lo mismo dice el Profeta : la Judea ha
ce la guerra á Jerusalen.

MALAQUÍAS.

CAPITULO II.

V. 6. J—in su boca (dice Dios hablando de Aa-


ron) se hallo la ley de la verdad, en sus labios no se
halló iniquidad , caminó conmigo en paz y justicia ,. y
apartó á muchos de la iniquidad. Esto, parece, no
se aviene bien con lo que se refiere al cap. 32. del
Éxodo, donde consta: que a peticion del pueblo hizo
el Becerro, le edificó altar, y á voz de pregonero con
vidó á los Israelitas para que le adorasen con solemni
dad. Por lo qual le reprendió su hermano Moysés di-
ciéndole : ¿ que te ha hecho este pueblo para que le indu-
xeses á un pecado tan grande ? Segun esto no hubo
verdad en la boca de Aaron, se halló iniquidad en
sus labios, no caminó en justicia, y no apartó, án
tes bien induxo á muchos á la iniquidad. ¿Cómo
por Malaquías se dice lo contrario?
R. Aunque Aaron nimiamente tímido y cobarde
, 2o,3
consintio y cooperó á la fabrica del becerro y á sus
cultos, se arrepintio de este pecado, y consiguio el
perdon. En todo lo demas fué ministro fiel, y cum
plio exactamente su oficio de sacerdote : anuncio con
integridad la ley de la verdad, se interpuso como
medianero con Dios , para que perdonase á su pue
blo; fué muy amante de la paz y de la justicia, y
con su doctrina y exemplo apartó á muchos de los
vicios y pecados. Y asi como David, aunque pecó
varias veces fué alabado por Dios, por su arrepenr
timientO, por su penitencia y virtudes, y propues
to por exeunplar á los demas Reyes; asi, aunque
Aaron fué delínqueme y reprensible por lo del be
cerro ; le alabó el Señor y le propuso por exemplo
á los sacerdotes por su fidelidad y exáctitud en el
ministerio Sacerdotal.

LIBRO PRIMERO

DE LOS MAGABEOS.

CAPITULO PRIMERO.

I.

V. i. Sílexandro de Filipo Macedonio , que fué el


primero que rejynó en Grecia. ¿ No reynó ántes su pa
dre Filipo? con que no fué el prin ro.
R. No quiere decir que Alexandro fué el primer
Rey que hubo entre los Griegos, sino que ántes de
pelear contra Darío era ya Rey de Grecia. Tirino.

Ce 2
204
CAPITULO IV.

I.

V. 6. Se presentó Judas en el campo con tres mil


"hombres solamente, que no tenian escudos ni espadas.
Al v. 14. T pelearon y fueron derrotados los Gentiles,
y huyeron por el campo, y los últimos todos murieron
al filo de la espada. En esto parece que hay contra-
dieion. Porque si los de Judas no tenían espada ¿có
mo pudieron matar con la espada á sus enemigos?
R. Los soldados de Judas eran visorios , mal
disciplinados , poco instruidos en el arte de la guer
ra ; y aunque llevaban algunas armas y espadas , no
iban armados como correspondía para pelear con
los soldados de Gorgias , los - quales iban equipados
de escudos, morriones y caballería; y ademas eran
veteranos , muy instruidos y disciplinados en el ar
te militar. Y por esto dice , que los soldados de Ju
das no tenian tegumentos ni espacias: dando á en
tender que si vencieron á los Gentiles , fué , no por
isu pericia ni por su fortaleza , sino únicamente por
el auxilio de Dios.

CAPITULO V.

V. 35. T vino Judas á Maspha, y la batió , y la


tomó, y mató todos los hombres; y la quemó. Al ca-
pit. 3., v. 46. dexa dicho : y se congregaron (los Ju
díos con Judas Macabeo) y vinieren á Maspha, cer
ca de Jerusalen , que era el lugar de la oracion antes;
y ayunaron... ¿Por qué, pues, la destruyó y quemó
despues ?
R. Habia tres ciudades con el nombre de Mas-
pha. Una en el tribu de Gad, de la qual se hace
mencion al cap. fl. de los Jueces, v. 29. : otra en
2<?S
el tribu de Benjamín , cerca de Jerusalen, en la qual
antes que hubiese templo se juntaban los hijos de
Israel para orar y hacer sacrificios , como consta
del 1. de los Reyes, cap. 7. , v. 5. Y en esta se con
gregaron los Macabeos con los que les seguian , para
ayunar y disponerse para la guerra, baxo la protec
cion de Dios. La otra ciudad, Maspha, estaba en el
tribu de Ruben , y esta fué la que conquistó y quemo.

LIBRO SEGUNDO -

DE LOS MACABEOS.

CAPITULO PRIMERO.

V. 19. ^Juando nuestros padres fueron llevados á


Persia: ¿pues cómo al. cap. último del 4. de los Re
yes se dice , que fueron llevados a Babilonia ?
R. Al cap. del 4. de los Reyes se dice, que los
Judios fueron llevados á Babilonia, porque fueron
llevados á los dominios sujetos al Rey de Babilo
nia. Muchos quedaron en Babilonia y Caldea. Pe
ro otros fueron destinados á la Persia , y á otras pro
vincias sejetas á Nabucodonosor. Tirino.

CAPITULO III.

V. 3. Los mismos Reyes y Príncipes (gentiles) te


man en mucho honor el lugar Santo : de modo que Seleu-
so6
co, Rey del Asia, daba de sus rentas quanto era nece
sario para los gastos de los sacrificios : si Seleuco era
tan liberal con el templo , eómo al v. Ij. se dice : que
mandó á Hdiodoro que fuese y le llevase todo el dinero
que habia en el Erario de Jerusalen2.
R. Seleuco al principio quiso imitar la generosi
dad y liberalidad de Ciro, de Dario, de Artaxerges,
y de otros Reyes que habian hecho muchos donati
vos al templo de Jerusalen. Pero sabiendo despues
por la delacion de Simon que habia muchos tesoros en
el templo que no pertenecían á los sacrificios , se de-
xó llevar de la avaricia, y mandó á Heiiodoro que
fuese y se los tragese. Tirinó.
- CAPITULO III.

I.

V. 4. Simon del tribu de Benjamín, prepósito del


templo. ¿Cómo siendo del tribu de Benjamín, podia
ser prepósito del templo, si consta del Éxodo y del
Levitico que solos los del tribu de Leví eran los que
entendian en las cosas del templo ?
R. Los de la tribu de Leví entendían en quanto
pertenecía á lo espiritual, al culto, sacrificios y obla
ciones. Pero en lo tocante á lo temporal y civil po
dían entender los de otras tribus.
i
CAPITULO IX.

W. 12. y 13. No pudiendo (Antioco) aguantar su


fetor y corrupcion, dixo: justo es someterse á Dios, y
confesar que es . uno mortal y no igual d Dios. Rogaba
este malvado al Señor , de qui:n no habia di conseguir
207
misericordia. Esto parece se opone á lo que dice Eze-
quiel al cap. 18. v. 21. Si el impío hiciere penitencia ,
vivirá y no morirá.
R. No se opone. Dios dice por Ezequiel : que si
el impío , conociendo y detestando su impiedad , ar
repentido verdaderamente de su culpas y pecados , y
contrito, le pidiese perdon con un propósito firme y
eficaz de la enmienda, en tal caso lo perdonará y vi
virá con la vida de la gracia. Pero la conversion y la
penitencia de Antioco no era asi. Era fingida : no era
de corazon. No clamaba á Dios pesaroso de haberle
ofendido, sino deseoso de librarse de los males y do
lores que padecia. Queria la salud corporal , no la es
piritual. Deseaba convalecer de su enfermedad , no
para servir á Dios , sino para aumentar sus malda
des ; y por esto dice : que no recibiría del Señor mise
ricordia y perdon.
208

QÜESTIONES EVANGÉLICAS,
Ó SEA

DECLARACIÓN Y CONCILIACIÓN

de algunas anti-logias ó lagares que pare


cen opuestos en el Nuevo Testamento en
tre sí, ó con otros de la Sagrada
xLiScritura.

EVANGELIO DE S. MATEO.

CAPITULO PRIMERO.

¡^an Mateo empieza su Evangelio diciendo : U-.


tro de lageneracion de jfesuchristo : ¿ pues no dice Isaias
al cap. 53. v. 8. i Quién será capaz de referir su ge
neracion! Lo qual segun los Santos Padres debe en
tenderse , tanto de la generacion divina , como de la
humana de Jesuchristo?
R Isaias no dice que es absolutamente imposible,
sino que es muy dificultoso é imposible sin revelacion
de Dios. Los Santos Hombres de Dios, esto es, los
Profetas, los Evangelistas, y los Apóstoles, habla
ron inspirados por el Espíritu Santo , como dice S. Pe
dro en la Epist. 2. v. 1. Y asi instruidos por el Es
píritu Santo pudieron S. Juan hablar de la genera
cion divina, y S. Mateo de la generacion humana de
209
Jesuchristo. Ademas, Isaias habla de una relacion re
vestida de todas las circunstancias ; y S. Mateo aun
que Etfiere muchas circunstancias de las que ocurrie
ron en la generacion temporal de Jesuchristo, omite
otras muchas. Por lo qual no se opone á lo que dice
Isaias.
II.

S. Pablo - encargó á su discípulo Timoteo en su


primera carta cap. i. v. 4., y á su dicípulo Tito ca-
pít. 3. v. 9. que evitasen inquirir y hablar de genealo
gías , porque eran inutiles y vanas. ¿Fué inútil y vano
que S. Mateo escribiese de la genealogía de Christo2.
R. Lo que S. Pablo queria que evitasen sus dis
cípulos, era. que no se mezclasen en qüestiones ne
cias y futiles sobre genealogías, mezclando en ellas
tabulas y cuentos, como lo hacían los Hebreos; pe
ro no reprendió el inquirir con exactitud y fidei'-
dad la genealogía y descendencia de cada uno. De o-
tro modo hubiera condenado como inútil y vano el
libro del Génesis , y las genealogías de Judit y de o-
tros personages que refiere la Sagrada Escritura. Co
mo Dios habia revelado que el Mesías verdadero des
cendería de Abraham y de David, para probar que
Jesuchristo era el Mesías verdadero, era necesario ha
cer constar- que Jesuchristo era hijo y descendiente
de ellos. Esto fué lo que hizo S. Mateo. Y asi la re
lacion que hizo de la genealogía de Christo, no solo
no fué inútil y vana, sino muy útil y provechosa; y
por consiguiente no es de las que reprende el Após
tol S. Pablo.
III.

¿Por qué S. Mateo puso y especificó en la genea


logía de Christo aquellas mugeres que habian sido
unas pecadoras, y otras gentiles, sin hacer memoria de
Dd
2IO"
aquellas que hablan sido virtuosas y santas entre sus
ascendientes?
R. Porque habiendo venido Jesuchristo á salvar
los pecadores, quiso el Espíritu Santo especificar por
medio de S. Mateo , que habia nacido de pecadores
para quitar loa pecados de todos : S. Gerónimo. Por
que quiso confundir la soberbia y vanidad de los Ju
díos que se gloriaban de ser descendientes de Abra-
ham , haciéndoles conocer que la verdadera nobleza
en la presencia de Dios, no consiste en las virtudes
de los antepasados, sino en las propias de cada uno;
S. Juan Crisóstomo. Puso y especificó aquellas mu
gares judias pecadoras , y las otras que habian sido
gentiles, para manifestar que en su Iglesia tendrian
entrada todos lo pueblos de la tierra: Pascasio. ' ',i..
-- - - . : i . ,. .i..-.. ij -, . i.■'. .- j. .: v . ■■;.
IV. . i - >■"■■ W

S. Mateo al v. 8. dice: Joran engendró a Ozias z en


esto parece se equivocó, pues en el lib. 4. de los Reyes
cap. 8. v. 24. se lee, que: Joran engendró á Ochozias:
.al cap. 11. v. 2.: que Ochozias engendró á Joas: al
cap. 12. v. último: que Joas engendró á Amasias: y
al cap. 14. v. 21.: que Amasias engendró a Ozias: ó
Azarias, que es lo mismo. Si el padre de Ozias fué
Amasias, \ cómo S. Mateo dice que le engendró Joran?;
R. Joran engendró á Ozias , no - por sí inmedia-,
tamente, sino por medio de Amasias, su viznieto: y
como Ozias descendia de* Joran por línea erecta , dice
S. Mateo que fué hijo suyo , ó engendrado por él. Del
mismo modo que todos los hombres nos llamamos
hijos de Adan, aunque no hemos sido engendrados
por él inmediatamente.
Sil
V.

¿Pues por qué habienik) sido Ochocias, Joas y A-


masias ascendientes de Christo por línea recta , los
omitió San Mateo en su genealogía? ¿Por qué calló
estas tres generaciones?
R. Porque San Mateo inspirado por el Espí
ritu Santo se propuso hacer tres decadas de ge
neraciones desde Abraham hasta Christo. Una des
de Abraham hasta David: otra desde David has-
tala transmigracion de Babilonia: y la tercera desde
lá transmigracion de Babilonia hasta Christo ; de las
<juales cada una constase de catorce generaciones. Y
como en la segunda sobraban tres generaciones, o-
mitió á Ochozias , Joas y Amasias , engendrados de
Atalia, hija de Acab y de Jezabel, eri cumplimien
to dé lo que habia dicho Dios por el-Pírofeta Elias al
cap. 21. del lib. 3. de los Reyes, v. 2.: que borraria
la posteridad de Acab hasta la quarta generacion, por
sus iniquidades y las de Jezabel.

VI.

Al cap. 22. de Jeremías se dice : que Jechonias fué


estéril: ¿cómo S. Mateo dice al v. 12. : que Jecho
nias despues de la transmigracion de Babilonia engen
dró á Salathiel2. - - /
R. Jeremías llama estéril á Jechonias , no porque
no tuviese hijos, sino porque no prosperaría, y por
que en su descendencia no habría varon que ocupa
se el trono de David , ni tuviese potestad régia y so
berana en Judá, como lo indica y dice el mismo Je
remías. Y como el intento de S. Mateo fué tratar de
los ascendientes de Christo, fuesen ó. no Reyes, siguió
la línea recta por Salathiel hijo de Jechonias. . : í .

Dd 2 '
212
VIL

¿ De dónde tomó S. Mateo las últimas generacio


nes, que nó se hallan en los libros. del Viejo Testan
mento? >•■ > ... '. . -....
R. De la divina revelacion. Y tambien de los anales
de los Judios. Estos, ya para conservar la descendencia
del Mesías en la tribu de Judá y familia de David: ya
para que las tribus no se mezclasen unas con otras en
matrimonio, y no pasasen Lis heredades de una tiibü
á otra , y ya para que fuesen conocidos los que tenían
derecho al Sacerdocio , guardaban índices y notas de
las genealogías de cada tribu en los archivos del tem
plo. Otros tndices tenían los Sacerdotes para senten
ciar los pleytos: y aun cada familia tenia un índice
de sus ascendientes para probar sus derechos/ Y así
al cap. 2. detir^b.' i¿ de Esdras, y^aiidap. ..f,: xtel lib. 2.
se dice: que algunos fueron privado* del Sacerdocio,
parque no pudieron probar que. descendian de Aaron.

VIII.

S. Mateo y S. Lucas escribieron el catálogo de los


progenitores de Gbrísto, y ambos fueron inspirados
por el Espíritu Santo, ¿cómo se compone, que los
que pone el uno son desde David. abaxo, distintos
de los que refiere el otro? ' . ' ' .".\ \ v r ¡. ;\h
R. Esta dificultad la objetaban á los Christianos,
Juliano Apostata y los Judíos, segun S. Gerónimo;
y los Maniqueos como dice S. Agustín. Pero los San
tos Padres dieron facil solucion,manifestando que
S. Josef tuvo dos padres : uno natural , y otro legal.
S. Mateo refiere .lá genealogía natural: S. loicas la
legaU .yasíino es extraño que uho le dé distintos as
cendientes de los que dá el otro. Habia en el Deute-
ronomio una ley al cap. 25. en la qual mandó Dios
e L.J ■

y
213
que quando de dos hermanos .muriese el uno sjp su-
.cesion , tomase el otro hermano la muger- dej difun
to paca suscitar su descendencia , de modo que fíl
primogénito que nacia llevaba la vpz y /íombfs 4«1
difunto. Jac1ob y Helí eran hermanos uterinos 4 hijqs
,de Festa. Ésta casó con Mathat, de quien, tuyo .4 He
lí, enviudó y volvio á casar con Mathan, y de éste
tuvo á Jacob. Casó Helí , y .murio ,sjn dexar hijos.
Entonces Jacob, en cumplimiento de la ley, to
mó la viuda de su hermano , y engendró á Josef. Y
•por consiguiente Josef fué hijo natural de Jacob, y
;legat de Helí. Esta es la común explicacion de los Pa
dres, aunque alguno ú. otro, lo expidan de^qprp
,wpdo. , r • • i.
ÉW^-i 'üív 'u^. :>-..•;: i frív i■i 1XfjÁ,S. i..L; .¡¡'■'¡.-:'. ¡.Ln'Aá
"..££ ■.v ;"£*ru,i .c iL .: . • .. l■ u¡: ...ír j.- i..i . .> i ■■i.-«.<i
. , |Cómo Josef. pudo ser hijo legal de .fíeli■, np ha
biéndose llamado Helí,? La ley citada, del Deuterono-
mio que .maridaba que eí hermano suscitas^ ja.des
cendencia del hermano di tqnjjOi, ordenaba que, ¡el pri
mogénito que tuviese de la muger del difunto, fuese
llamado con e> nombre ,<fel difunto para que su nom
bre no pereciese en Israél. Josef no se llamó, ni tu
vo el nombré de Helí: mal pudo ser hijo de..H<glí.
R. Esta dificultad le parecio grande á S. Agustín en
el libro de las Qüestiones Evangélicas lib. 2. quest. g.
jJPerfc en M Jjb., 2.¡díí las .[Retractaciones cap. j 2. la
-Oplica diciendo: que. aquellas palabras de la lev, se
rá ll#mad,ó con el fywbre del difunto , no quieren decir
que forzosamente habia de imponérsele el nombre del
:difuntp; 5¿no, que llevase la voz del difunto, que
-áfeíse reputado y. ¿¿mido po^r" hijo del idifuntoa y que
entrase en posesion, ó se le guardasen los iderechos
hereditarios del difunto. Asi lo explican. tambien Li
ra , Cartujano y otros. Y en efecto consta en el libro
de Ruth : que habiendo tomado Booz á Ruth para
214
suscitar la descendencia de su difunto marido, no pu
sieron al primogénito que tuvieron el nombre de Ma-
halon hijo de Noemí , y marido difunto de Ruth, si
no Obed. Y es de notar , que luego que Noemí tuvo
este nieto, la decian sus vecinas : bendito sea Dios,
que no ha permitido que faltase sucesor de tu familia,
y que su nombre se conservase en Israél. Lo qual es una
confirmacion de la explicacion que se lia dado.
" .¡ ' '. ' -'i '"' '•■■ "■ -• ';■> -' .-,. r..il'.'.i "!v-
-:; . . ¿ * '. '■> '■■ \ f- ■X... ' .■ ".- -.■i ' - : i• -l
/ {í\ .¡, uu ' .11. j.; ; i..i-i -. .1 ,.<i.^ ■■:■i■■ ~. ... i ■■ j.
Dice S. Mateo al v. 18. Jacob engendró á Josefa
esposo de María, de la qual nació Jesus,. que se llama
Cnristo : ¿ como Josef podia ser esposo de María , ha
biendo respondido María á el Angel: que no conocia
varon! Segun se refiere al cap. i. de S. Lucas v. 24.
R. S. Mateo dice: que Josef era varon de María,
porque estaba desposado con ella, y era su consorte.
María dixo: que no conocia varon, en quanto al co
mercio maridable carnal.
i - ■.■.; '■" ;, '■'..■.• ' .'- : -■- i..;. o <y..¡'.:3t''...
.l.-. XI. ■* -:■;>■ Ir'u.

2 Por qué S. Mateo especificó: que Josefera espe


so de María, de la qual nació Jesus, que se llama
Christo2.
R. Para manifestar el origen de María y de su
hijo Jesus, dice S. Bernardo. Habiendo probado S. Ma
teo, que Josef era hijo de David y de Abraham: y
diciendo que era esposo de María se probaba y ma
nifestaba, que María y su hijo Jesus eran tambien
hijos de David y de Abraham , pites eran de una mis
ma tribu y .■/if-i
familia.. ■..-..: i •-:. ; . . b '.i,i;v. ¿Us.iaií

i. -i ■•' . ■ .i...■ . ... .■'...; .: ,/t ..Ji/iali


215
XII. .;{

Lo que se infiere dela genealogía de S. Mateo, es


que Josef era descendiente por línea recta de David
y de Abraham. Pero no diciéndose en dicha genealo
gía que María habia sido hija ó descendiente de al
guno de los progenitores de Josef , referidos por
S. Mateo, ¿cómo se puede probar que María y su
hijo Jesus eran descendientes de David y Abraham.?
R. S. Mateo escribio su Evangelio para los He
breos, y probando á estos que Josef era hijo de* Da
vid y de Abraham, probaba consiguientemente que
su esposa María, y Jesus, hijo de ésta, eran tambien
hijos y descendientes de David y Abraham. Porque
los Hebreos no podian ignorar aquella ley que pro
mulgó Moysés de órden de Dios al cap. 36. de los
Números , w. 6. y 7. con motivo del recurso que hi
cieron las hijas de Saphat, que dice: toda hija here
dera de posesion de tribu de los hijos de Israel casará
con uno de la familia y tribu de su padre , para que ca
da uno de los hijos de Israel herede las posesiones de
sus padres. María fué heredera, pues fué única; con
que debió casarse con uno de su tribu y familia. Ca
só con Josef: consta de la- genealogía de S. Mateo,
que Joséf era de la tribu y familia de David y des
cendiente de Abraham: luego probaba con toda soT
lidez que María y su hijo Jesus eran hijos de David
y de Abraham. Ilustrísimo Antonio Perez.

xm. -

Los hombres entre los Judíos no estaban o-


bligados á casarse con mugeres de sus mismas tri
bus y familias , como prueba S. Agustín en la qües-
tion 46. sobre el libro de los Jueces ; y asi Da
vid de la tribu de Judá casó con Michol, hija de
2l6
Saul , de la tribu de Benjamín : las once tribus jura
ron no dar sus hijas en matrimonio á los Benjami-
tas, por la maldad que cometieron con la muger.del
Levita , lo qual prueba , que ánees las daban. Parece
pues , que S. Josef pudo casarse con muger que no
fuese dé su tribu y familia : y asi aun quaudo S. Ma
teo pruebe en la genealogía que Josef era de la tri
bu y familia de David, y descendiente de Abraham,
no prueba con tanta solidez, que lo fuesen Mana y
su hijo Jesus.
R. La prueba de S. Mateo es solidisima , y su
puesta la ley de los Números, no admite tergiver
sacion. Es verdad que los hombres podian casarse, y
se casaban con mugeres de distintas tribus ; pero no
siendo herederas, como no lo era Michol. Pero to
da hija heredera, en caso de casarse, no podia casar
se sino con uno que fuese de su misma tribu y fa
milia. María se casó , porque asi convenia segun las
disposiciones de Dios. María era heredera, con que
Josef, su esposo , era de su tribu y familia. La prue
ba, pues, es tan convincente, que del mismo mo
do que el Evangelista manifiesta , que Josef fué hi
jo de David, y de Abraham, prueba que también
lo eran María y su hijo Jesus ; y aun por esto ins
pirado por el Espíritu Santo, empezó su Evangelio
diciendo : libro de la generacion de Jesuchristo , hijo
de David , hijo de Abraham.
i . 1 . v .. . ¡ ■

XIV.

S. Mateo dice que Josef era consorte , ó varon


de María : y que María estaba desposada con Josefy
v. 18. : luego al v. 23 dice, que era virgen , y que
se cumplió en ella aquella profecía , concebirá virgen
y parirá un hijo : ¿ como se compone esto ? Se puede
217
componer el estado matrimonial, con el estado de
virginidad perpetua ?
R. En efecto puede verificarse, y se verifica ver
dadero y legítimo matrimonio rato, no consumado,
con el estado de virginidad.. Si hubiera algun incon
veniente seria el derecho directo, que por el matri
monio adquiere el varon sobre el cuerpo de su mu-
ger, y la muger sobre el cuerpo da su varon. Pero
una cosa es el derecho, y otra cosa es el uso; y pue
de darse aquel sin éste. ¿ Quién quita que el que tie
ne derecho directo y absoluto de una cosa, pue
da privarse de su uso por tiempo , ó por toda su vi
da ? La cópula carnal no es de esencia del matrimo
nio. En las decretales de Gregorio IX. , tít. de con-
dit. matrim. cap. 7. se da por válido el contrato ma
trimonial, explicado en estos términos: contraigo
contigo, con tal que desistas de comercio carnal, pa
ra permanecer castos y vírgenes. Y en efecto, asi sé
lee lo hicieron santa Cecilia con su esposo Valeria
no, y S. Delfina con su esposo S. Elzeario, los qua-
les estuvieron unidos en matrimonio y vivieron, y
murieron vírgenes. Ademas, dos consortes casados
pueden hacer de comun acuerdo voto de castidad,
salvo su matrimonio , y proseguir casados , separán
dose en quanto á la cama , y absteniéndose de la có
pula carnal. Y si casados lo pueden hacer, ¿por qué
no lo podrán hacer y pactar ántes , ó al mismo tiem
po de casarse , sin que les sirva de impedimento pa
ra contraer matrimonio rato? Asi lo hicieron María
y Josef. Ambos teman hecho voto de castidad. Fué
voluntad de Dios que se casasen: se casaron, se no
ticiaron, el uno al otro el voto que tenian hecho
de castidad virginal: convinieron mutuamente en
proseguir en él ^ y no tener comercio , carnal ; y con
los .auxilios de Dios lo cumplieron asi. Y de este mo
do se unió en María y Josef el estado matrimonial
Ee
2l8
con el estado de perpetua virginidad. Illustrísim
Antonio Perez : S. Agustín , y todos los católicos.

XV.

Aquellas palabras del v. 18. : antes que convinie


sen fué hallada qué tenia en su vientre del Espíritu
Santo : las explican algunos diciendo , que quando se
obró el misterio de la encarnacion, y fué hallada
preñada María , no cohabitaban juntos los dos espo
sos en Una misma casa. ¿ Pero cómo puede esta ex
plicacion conformarse con lo que se dice al v. siguien
te: Josef su varon , como fuese justo y no quisiese acu
sarla , quiso dejarla ocultamente i Parece que el que
rer dejarla , supone que vivian juntos. Acerca de es
to i qué se deberá decir ?
R. El V. Beda, S. Pedro Damiano, Cayetano,
Baronio y otros dicen que quando se obró la encar
nacion del Hijo de Dios en el vientre de María por
el Espíritu Santo aun no vivian juntos en una mis
ma casa los dos esposos. Pero S. Juan Chrisóstomo,
S. Epifanio , S. Gregorio Niseno , S. Fulgencio,
S. Bernardo-, Sto. Tomás, y el comun de Padres y
Expositores afirman, que ya cohabitaban juntos en
su casa de Nazareth. Ninguna de las dos cosas es de
fe. A mí me parece , salva la reverencia debida á los
primeros, que lo segundo es mas fundado y mas
conforme con el Evangelio, y con los fines que se
propuso Dios, queriendo que su Madre virgen estu
viese desposada con S. Josef. Mas fundado, porque
las doncellas que se criaban en el templo , estaban
allí hasta que se casaban ; y luego que se casaban las
entregaban á sus esposos, y desde entonces cohabi
taban en una misma casa: que aun por esto de tener
casa, y de vivir juntos en una misma casa , se llaman
casados los que contraen matrimonio. Mas conforme
219
al Evangelio, pues segun S. Lucas cap. 1. elmiste
rio de la Encarnacion se obró en Nazareth. A aque->
lia ciudad fué enviado por Dios el Angel Gabriel á
una virgen desposada , con un varon que tenia el nom~>
bre de Josef, y el nombre de la virgen era María : si
ya entonces estaban desposados ¿ qué motivo podia
haber para que no viviesen en una misma casa?
S. Mateo dice , que fué hallada que tenia en su vien
tre , del Espíritu Santo: y que Josef advirtiendo su
preñado, quiso dejarla ocultamente: y mal podia el
santo advertir el preñado de su esposa, y dejarla si
no eran conmensales , si no se trataban familiarmen
te, y si no vivian juntos en una misma casa. Ade
mas : el vivir María en Nazareth fué sin duda , por
que allí tenia la casa y la hacienda que la habian de
jado sus padres , como á su única heredera : estando
ya desposada con Josef, á éste le pertenecta el go
bierno de la herencia , y no es regular ni creible que
Josef entrase á poseerlo estando separado de Ma
ría. Es tambien mas conforme con los fines que
Dios se propuso dando á su Madre virgen por es
poso á S. Josef. S. Gerónimo dice , "que uno de ellos
fué para que no fuese apedreada por los Judíos, co-
. mo adúltera." Pero esto no se evitaba si los dos es
posos no habitaban en una misma casa. Los Judios
hubieran. advertido , como lo advirtió S. Josef, que
el vientre de María se iba entumeciendo, y que es
taba preñada j y viendo que Josef no habitaba en
su compañía, la hubieran tenido por adúltera, y la
hubieran apedreado. S. Ignacio dice : vque Dios dis
puso que su Hijo naciese de Atna virgen desposada,
»para ocultar á el diablo este misterio, haciéndole
wjuzgar que Christo habia sido engendrado, no por
»una virgen, sino por una muger:" Pero mal podia
juzgar esto el diablo viéndola preñada, y que su es
poso, ni aun vivia en su casa. S. Bernardo dice:
Ee 2
220
"que la Divina Providencia dispuso que María fue-
«se desposada con Josef, para que la virginidad de
«María se comprobase por su mismo esposo, para
«que se ocultase al diablo el misterio, para aten-
«der á el pudor y empacho de una virgen tan ver
gonzosa, y se conservase ilesa la fama de la vir-
«gen Madre." Todo esto se conseguia viviendo jun
tos en una casa. Pero si quando se obló este mis.r
terio, estaban separados , si quando se advirtio el
preñado de María, aun no vivian juntos, no se hu
bieran verificado los fines intentados por Dios en
estos desposorios, y estos en lugar de haber sido
favorables á María, y á su buena fama, la hubie.r
ran perjudicado mucho. Porque los Judios viendo
preñada á María, y que no viyia en compañía de
su esposo y varon , hubieran discurrido que su pre
ñado. era4 de otro, y hubiera sido reputada por tan
to , mas criminal , quanto es mas grave el pecado
de adulterio, que la simple fornicacion. Estas y otras
razones son las que fuerzan á adherirme á el modo
de pensar de los que dicen , que quando se obró el
misterio de la encarnacion cohabitaban en una mis
ma casa María, y Josef.

XVI.

Dice S. Mateo v. 22. : que todo lo que ocurrio quaru-
do se obró el misterio de la Encarnacion fué en cumpli
miento de aquella profecía : concebirá y parirá una vir
gen: parece que lo que se infiere de esta profecía es,
que María fué virgen ántes del parto, y en el partóf-
pero no, que lo fuese despues del parto. Lo qual se
confirma diciendo el Evangelista al v. 25. : hizo Jo
sef lo que habia ir.andado el Ángel del Sthor, y reci-.
bió á su consorte ; y no la conocia basta que parió su
hijo primogénito : de lo qual parece se colige que Jo
221
sef conoció carnalmente á María despues del parto
de su hijo Jesus, y que siendo Jesus primogénito
tendria despues de él otros hijos.
R. Son muchos los Hereges que han negado la
perpetua virginidad de María Santísima soberana
Madre de Dios , valiéndose de estos textos. Y aun
que, los católicos creemos que María Santísima fué
virgen antes del parto, en el parto, despues det
parto, y siempre virgen, como verdad de fe defini
da en varios concilios : como en todus tiempos hay
hombres impíos que se valen de la Sagrada Escri
tura, para apoyar sus errores, y engañar á los in
cautos y sencillos , me ha parecido conveniente ex
plicarlos para evitar el peligro de seduccion, y ha
cer constar, que aun de estes mismos textos se in
fiere con una evidencia moral la perpetua virgini
dad de la Soberana Madre de Dios , despues del par
to. Dice S. Mateo : no la conocia hasta que parlo su
■hijo primogénito i pero tedo el que está versado en,
las Sagradas Escrituras sabe, que aquella partícula
hasta que no siempre significa novedad ó mutacion
en lo futuro, de lo que: hay al presente, ó tiempo
antecedente. Al cap. 3. del Gén. v. 19. dixo Dios á
Adan: con.erás el pan con el sudor de tu rostro , has
ta que vuelvas á la tierra, de la que has sido fonda
do: y al cap. 8. v. 7 : Saltó el cuervo y no volvió has
ta que se secaron las aguas, que habla sobre la tierral
y asi como di lo primero es el sentido , que Adan
comer ia el pan con el sudor de su rostro hasta su
muerte, sin que de aqui se pueda inferir, que des^
pues de su muerte comeiia pan sin trabajos ni sudo
res ; y asi como el sentido de lo segundo es que ya
se habian secado las aguas, y todavía no habia vuel
to el cuervo ; . sin que de esto se infiera que volvió
despues , asi tambien debe entenderse aquello del
Evangelista: y no la conocía , hasta que parió , su hijo
222
primogénito : el sentido es que S. Josef no conoció
carnalmente á María Santísima hasta que pario á
Jesuchristo ; pero de aquí no se infiere que despues
de su parto la conociese.
El asunto de S. Mateo era , segun parece , hacer
constar á los Hebreos , que Jesuchristo era el Mesías
verdadero, y que en María, su Madre, se habia cum
plido la profecía de Isaias , concibiéndole sin concur
so de varon , y pariéndole milagrosamente, sin per
juicio de su virginidad. Creian los Judíos que Chris-
to era hijo natural de Josef. Ellos habian oido á Ma
ría llamar á S. Josef, Padre de Christo, diciéndole
quando le hallaron en el templo: tu Padre y To lle
nos de dolor te buscabamos : el mismo Christo se lla
maba hijo del hombre : en lo qual entendían , que
se decia hijo natural de Josef. Por esto, quando se
presentó en su patria , y enseñaba en las Sinagogas y
hacia milagros, se preguntaban unos á otros , como di
ce S. Mateo al cap. 13: ¿de donde han venido a este
esta Sabiduría, y estos milagros ? Por ventura no es
hijo del carpintero ? Y aun S. Felipe encontrando un
dia á Natanael le dixo como afirma S. Juan al ca
pít. r. Hemos hallado á Jesus, hijo de Josef de Nana-
reth, de quien escribió Moysés en la ley y los Profe
tas. Persuadidos, pues, de que Josef era Padre natu
ral de Jesuchristo se resistían á reconocerle por Hijo
del Altísimo y Mesías verdadero, en atencion á que
segun el vaticinio de Isaias , el Mesías verdadero de
bía ser concebido, y nacer de una virgen: lo que en
su reputacion no se verificaba en Christo y en Ma
ría. Pues á María la veian casada y habitar en una
misma casa con Josef: habian visto á Josef hacer con
Christo todos los oficios que corresponden á un ver
dadero padre : y á Christo le habian visto estar su
jeto y obediente á S. Josef, y hacer con él todo
quanto hacen los hijos naturales con sus padres. Y
5 23
asi , por mas que veian la sabiduría de Christo , sus
virtudes admirables , y los milagros que obraba,
siempre discurrían que era hijo de Josef, habido de
María por concurso maridable. Para desengañarlos,
y hacerlos conocer que Jesuchristo era el Mesías ver
dadero, y que María era virgen, y que en ella se
habia cumplido el vaticinio del Profeta, no habia
otro medio mas convincente que manifestar, que
S. Josef no era padre natural de Jesus. Y para ma
nifestar esto era necesario probar que Josef no ha
bia tenido acceso carnal con su esposa ántes que na
ciese Jesuchristo. Esto lo prueba S. Mateo diciendo:
la generacion de Christo fué asi : como su madre estu
viese desposada con Jose/, antes que se uniesen carnal-
fnente , advirtió Josef que estaba preñada , y como era
¡'usto, aunque sabia que lo que Mana tenia en su vien
tre no era suyo, no quiso acusarla , y resolvió dejarla
ocultamente. Pensando en esto, se le apareció el Ángel
del iehor , y le cercioró de que lo que habia concebido
■en su vientre era del Espíritu Santo. Que pariria un
hijo, á quien lian. aria Jesus; pues él libraria á su
pueblo de sitS pecados. Sosegado con esta revelación
S. Josef, prosiguió viviendo en compañía de su esposa,
sin conocerla hasta que parió su hijo primogénito ,y le
llamó Jesus. Con esto se cumplió lo que dixo Dios por
el Profeta : concebirá y parirá una virgen un hijo , que
se llamará Manuel, cuyo nombre quiere decir'. Dios
con nosotros. Este raciocinio y relacion de S. Mateo,
aunque tan sencillo, es eficacísimo para convencer
á los Judíos. Como si hubiera dicho: quando María
pario su hijo primogénito Jesus , no habia tenido ac
ceso carnal con Josef ; luego no pudo Jesus primo
génito de María ser hijo natural de Josef: El Angel
del Señor dixo, que María habia concebido por vir
tud del Espíritu Santo , sin quebranto de sü virgini
dad , y que pariría su hijo sin dexar de ser virgen:
224
luego se cumplió en ella el vaticinio de Isaías ; y por
consiguiente Jesus, primogénito de María , es el Me
sías, verdadero, ■'■■►;,•.,
Se llama Jesuchisto hijo primogénito de María.
Pqro de esto no se infiere, como inferían los hereges, que
despues de Jesus tuviese otros hijos. En las Sagradas
-Escrituras se llama primogénito el que nace el pri
mero, tenga ^espues ó no tenga otros hermanos. Al
cap. 13. 4^1 Éxodo mandó Dios que le sacrificasen y
ofreciesen todo primogénito que naciese el primero,
tanto de los de los hombres, como de los animales: y
si por primogénito se entendiera solamente el que ha
biendo nacido el primero tiene despues otros herma
nos, se hubiera suspendido el sacrificio y la obla
cion hasta que las mugeres tuviesen segundo hijo, y
los animales segunios fetos; ni se hubieran. sacrifica
do y ofrecido á Dios los hijos unigénitos. Y asi el
mismo Dios explicó tanto en el Éxodo, como en el
libro de los Números , que por primogénito se enr
tendia el que primero abria el vientre de la mar
dre para nacer. En , cumplimiento de lo qual dice
S. Lucas, que llevaron el niño Jesus -á Jerusalen pa
ra ofrecerle y santificarle á el Señor. De que Ghris-
to fuese primogénito , no se infiere que su madre tu
viese, despues de él otros hijos. Lo ,que segun mi en
tender, se infiere legítimamente tanto de esto, como
de toda la relacion del Evangelista, es, que María
Santísima fué perpétuamente virgen, antes del parto,
. en el parto, y despues del parto de su hijojesus. Antes
del parto y en el parto , porque no conocio varon, y
siendo Jesus primogénito no tuvo hijo alguno antes
que él, y segun el vaticinio que alega S. Mateo, con
cibió y pario su hijo Jesus sin quebranto de su virgini
dad. Despues del parto, porque jamas perdió su vir
ginidad , como enseña la Iglesia, y lo prueban los
Santos Padres con aquellas palabras que Dios dixo á
225
Ezequiel al cap. 44. v. 2. : esta puerta estarcí cerra
da: no se abrirá: ningun varon entrará por ella ; por
que el Senor Dios de Israel ha entrado por ella : esta
rá cerrada , y reservada para que solo el mismo Prínci
pe tenga su asiento en ella.
Y á la verdad : "si S. Josef antes de saber ni te-
«ner noticia de los Sagrados Misterios, obrados por
«el Espíritu Santo en el vientre de su Esposa, no la
«toeó, ¿será creible la tocase despues que supo que
«era templo y madre del unigénito de Dios? Un hom-
«bre tan justo y religioso como Josef, que antes se
«abstuvo de conocer carnalmente á María ¿ mancha
ría despues la habitacion del mismo Dios ?" Asi se
explica el autor de la obra imperfecta. Y quién sino
un impío y herege podrá persuadirse que una vir
gen como María , que al ver en su oratorio á un An
gel en figura humana se turbó y consternó : una vir
gen como María , que al oir decir á el Ángel que con
cebiría y pariría al mismo hijo del Altísimo , respon
dio ¿cómo podría ser, teniendo hecho voto de castidad,
y de no conocer varon : dando á entender , segun
S. Anselmo y S. Gregorio Niseno , que queria más
bien ser virgen , que madre de Dios ; se entregase des
pues de haber concebido y parido á Jesuchristo, hom
bre y Dios verdadero, milagrosamente y sin perjui
cio de su virginidad, á las inmundicias de la carne?
Aborrent aures. Con solo escribirlo me estremezco.
Y si me he dilatado en esto, no he tenido mas fin
que hacer constar , segun me ha sido posible , que de
los mismos textos de que se valen los hereges para
negar la virginidad de Maria Santísima, se infiere mas
bien la perpétua virginidad antes del parto, en el
parto, y despues del parto de dicha Señora, soberana
Madre de Dios, mi amparo, mi refugio, mi abogada y
protectora , en retribucion de los muchos favores que
la debo , y espero recibir de su piedad y misericordia.
! Ff
226
CAPITULO IL

I.

Dice Isaías al cap. 6o v. 5. que la ciudad de Je-<


rusalcn y sus moradores se llenarían de gozo, quando
con motivo de haber venido Christo, sol de justicia y
gloria del Señor, viniesen los de Saba conduciendo oro é
incienso , tributando alabanzas á el Señor. Pues cómo
dice S. Mateo al v. 3. que habiendo llegado los Magos
del Oriente a Jerusalen preguntando por el Rey de los
Judíos , esto es, por Christo , á quien venian á adorar,
no solo Herodes se turbó, sino ta,nbien toda la ciudad
con él 2.. *
R. Isaías habla de la Iglesia , de la ley de gracia,
y de la vocacion de los gentiles á ella. Aplicándolo á
la venida de los Reyes magos , como lo hace la Igle
sia, es de creer, que con la noticia que estos dieron
de la venida y nacimiento del Rey de los Judios se
alegrasen Simeon, que esperaba la redencion de Is
rael, Ana la profetisa, y todos los buenos que desea
ban la venida del Mesías. S. Mateo dice que se tur
be) Herodes , y toda Jerusalen con él. De Herodes no
se debe extrañar, porque era gentil, y oyendo que
habia nacido el Rey que esperaban los Judios, se per
suadió que le quitaría el Reyno. Se turbó tambien
toda Jerusalen con él, esto es, la mayor parte y"mas
principal de la Ciudad , los Ministros, los Aulicos, los
Palaciegos , los Escribas , los Sacerdotes , y todos los
impíos y malos, que estaban contentos con vivir segun
las máximas detestables de Herodes., y temían que el
nuevo Rey castigaría sus iniquidades, y establecerla.
la justicia, como habian anunciado los Profetas. í;Se
«turba Jerusalen, dice S. Pedro Chrisólogo, se tur
aban los Príncipes, se turban .los Escribas, porque
»Íos profanos no quieren que nazca, Dios, el siervo
22?
»que nazca el Señor, el reo que nazca el Juez, el re-
»belde que nazca el Principe, el pérfido el que le co-
»nozca. Por esto no quieren que nazca Christo , te-
»men que viva. Conocían que con su venida serian
«tratados Con ignominia, entregados al oprobio, ar
rojados del templo, privados del Sacerdocio, y de
«los gages de las oblaciones."

H.
■ . . .. t i • ■ . . ,'■
Dice S. Mateo v. 14. Luego que los Magos se vol
vieron, S. jfosef por mandado del Angel del Señor to
mó la madre y el hijo por la noche, y marchó á Egip
to, donde estuvo hasta la muerte de Herodes. Esto pa
rece no concuerda con lo que dice San Lucas cap. 1.
v. 22. T despues que se cumplieron los diasde la purifi
cacion de María , segun la ley de Moysés , llevaron á
Jesus á Jerusalen para ofrecerle al Señor : ademas,
S. Lucas no habla una palabra de esta ida á Egipto,
ni de la venida de los Magos : ni tampoco S. Marcos
y S. Juan dicen cosa alguna de esto. ¿ Fué inventado
y fingido por S. Mateo, como afirman los hereges?
R. Los Sagrados Evangelistas escribieron todos ilus
trados por el Espíritu Santo, y asi nada dixeron que
no sea verdad. Sin embargo , no todos escribieron
unas mismas cosas, ni todos los sucesos y hechos del
divino Redentor. Algunas cosas las escribieron todos.
En lo demas unos escribieron lo que omitían los de-
mas, como consta de los mismos Evangelios, sin que
por esto se pueda decir, que no es verdadero lo que
dicen unos, que callan los otros. Pues como dice
S. Agustín: "en las Sagradas Ercrituras no se niega
»lo que se calla." Y San Lucas afirma , que si todo
quanto hizo y dixo Jesuchristo estuviera escrito, no
cabrían en el mundo los libros ; y asi cada uno de los
Evangelistas escribió aquello , que segun les inspira
Ff 2
228
ba el Espíritu Santo convenia el fin á que se ordena
ba la historia que escribian. S. Mateo escribió la ve
nida de los Magos, la aparicion de la Estrella, y la
fuga á Egipto, y nada dice de la circuncision, ni de
la presentacion en el templo. S. Lucas refiere la cir
cuncision y presentacion , y omite todo lo de los Ma
gos y huida á Egipto. Acerca de los Magos, de quin
tos fueron, de dónde vinieron, de su carácter, del
* tiempo que tardaron en el camino, de sus nombres,
y del tiempo que habia pasado desde el nacimiento
de Jesuchristo hasta su llegada á Belen varian los
Padres y Expositores. Lo que ningun católico niega
es que vinieron; y que despues que se volvieron se
retiró S. Josef con el Niño y su Madre á Egipto, y
que estuvo alli hasta que murió Herodes, y los demas
que solicitaban la muerte de Jesus. Pero antes de su
retirada se hizo la circuncision y la presentacion en
el templo, segun lo refiere S. Lucas, y cumplidas las
ceremonias de la ley , fué la aparicion del Angel á
S. Josef, mandándole que huyese, porque Herodes
viendo que los Magos le habian engañado, pensaba
en buscarle para quitar la vida al Niño. Y asi no hay
oposicion.
IIL

El Angel, como consta del cap. i. de S. Lucas,


dixo á María : que el hijo que concebirla seria el hijo
de Dios : y quando nacio dixo el Angel á los Pasto
res que habia nacido el Salvador del mundo , ¿pues cómo
dice á San Josef que con el Niño y su Madre Huya á
Egipto , porque Herodes le buscaría para matarle2.
Siendo verdadero Dios ¿qué tenia que temer de He
rodes? Siendo Salvador de todos ? no podía librarse
de sus enemigos sin huir?
R. Bien hubiera podido librarse ; pero convenia
que huyese para manifestar que era verdadero. hom
229
bre, y que habia tomado la debilidad y flaqueza de
nuestra naturaleza, Santa Brtgida y San Juan Chri-
sóstomo, y tambien para dar cumplimiento á lo pro
fetizado, >
iil .
La profecía que cita S. Mateo es sin duda de Oseas
al cap. i1. Oseas habla alli del pueblo de Israel que
estaba cautivo en Egipto , y el qual se llama al ca-
pít. 4. del Éxodo, hijo primogénito de Dios , y al qual
llamó Dios por medio de Moysés, diciendo á Faraon:
dá libertad á mi hijo , para que me sirva : ¿ Pues có
mo dice S. Mateo : que quiso Dios que jfosef huyese d
Egipto con el. Niño y su Madre , para que se cumpliese
lo que habia dicho el Profesa'* he llamado mi hijo de
Egipto ?
R. Aunque Oseas habló del pueblo de Israél, ha
bló y profetizó de Christo , y diciendo S. Mateo que
aquella profecía se cumplió en Christo, no podemos
ni debemos dudar en ello. Todo quanto Dios obró
con los Israelitas fué figura de Christo y de su Igle
sia, como afirma S. Pablo al cap. 4. de la Epístola á
los Gálatas. Y es comun en los Santos Padres y Ex
positores : que en un mismo texto de la Sagrada Es
critura se pueden verificar dos sentidos verdaderos
intentados por el Espíritu Santo. .^Wx

IV.
'.> ' " . ' ' *
. ». .
Dice S. Mateo al v. 23. : habité en la ciudad de
Nazareth para que se cumpliese lo que habian dicho los
Profetas : será llamado Nazareno. ¿ Que Profetas di-
xeron esto? Leidos todos en ninguno se halla este vati
cinio. Ademas: al cap. 6. del libro de ios Números,
mandó Dios que los Nazarenos no bebiesen vino: y
S. Lucas al cap. 7. v. 34". afirma, que Christo bebii
l%0
vino. Parece, pues, que Christo no fué Nazareno, y
por consiguiente , que ni pudo llamarse Nazareno, ni
cumplirse en él lo que, segun Mateo, habian dicho
los Profetas. . .¿¡Jv¡
R. Aunque en los Profetas no se halla el nombre
Nazareno aplicado materialmente á Christo , se halla
en quanto á su propio significado. Nazareno . signifi
ca lo mismo que flor , ó cosa santa ; y segun Isaías
al cap. ii. Christo fué la flor que habia de nacer de la
raiz de yesé : tambien se llama flor al cap. 2. de los
Cánticos i y Santo en todas las escrituras. S. Bernar-
do Pascasio y otros. Por esto , y tambien porque en
Nazareth se obró el misterio de su encarnacion, y vivió
alli la mayor parte de su vida , se llamó Nazareno:
y asi Pilatos mandó poner. sobre su cabeza en la Cruz
aquella inscripcion, Jesus Nazareno, Rey de los Ju
díos. Pero Cbristo no fué de la secta de los Nazare
nos , á - los quales prohibia la ley beber vino ; y asi
aunque lo bebio, pudo llamarse Nazareno.

CAPITULO ni.
i i'í . ■ ;; - ¡> Ú4 .
..,:.• :
Al. v. 4. : la comida de Juan eran langostas y miel
silvestre: al cap. 11., v. 18. dice: vino Juan no co
miendo ni bebiendo. ¿ Cómo se compone esto ? Porque
comer y no comer parece eontradicion.
R. S. Juan era muy poco lo que comia. Solo se
mantenia con alguna langosta, y un poco de miel
silvestre. Su ayuno y abstinencia eran tan rigurosos,
que se podía decir, que no comia ni bebia. Quando
Christo dixo: vino Juan, no comiendo ni bebiendo:
lo dixo en contraposicion suya, para argüir y expro
bar la malicia perversa de los Escribas y Fariseos. Vi
no Juan predicando con sus palabras y exemplos pe
" 2.31
nitencia, no comia, ni bebia delicadamente, se abste
nía aun de las viandas vulgares, y decíais y que te
nia el demonio: ha venido el hijo del hombre, aco
modándose á todos, comiendo y bebiendo, asistien
do á los convites , probando los manjares y vino que
se ponen en las mesas ; y decis , que es un hombre
voraz, bebedor de vino, amigo de los publícanos y
pecadores. No hicisteis caso de Juan, porque su vi
da y sus consejos os parecían, ásperos, é insoporta
bles: ni á mí me:quereis ohr.y seguir porque decis,
que mi vida es regalona y voluptuosa. La sabiduría
ha justificado su conducta , buscándoos de todos mo
dos , con la autoridad y. rigor de la penitencia por
medio de Juan; con la suavidad por medio de mi
vida mas suave. Nada se ha conseguido. Pues ¡ ay
de vosotros! Tirina. ••i •miv" ■ ;. ¡rK v,, -,v¿*h
■> ■' x■:>v í'vid i-i\>. in :m -Jíí 'j-y*. ¡. ■.: oi/li /'.Vmíwu!> k «iwj
CAPITULO Vi
' :
-i.■:i-i-\ aV -XJ ¿\ ,ií C..i .:. "L.iy. . .,
-:•:-• -o,. ;i;í;6'¿; vj.f cí±odJl OiI (:i»= v■:.^ ir Y .vsVí*
AI v. 3,. : Bienaventurados los pobres de espíritu.
i Pues cómo Salomon al cap. 30. de los Proverbios,
v. 8. , pedia á Dios le librase de la mendicidad2. . .
► R. Aunque por pobres de espíritu se entienden co
munmente los mendigos y pobres voluntarios, que
dexan y renuncian todas las cosas por Dios, y los
que con paciencia y resignacion sufren las penurias
de la pobreza , sin ansiar los bienes de la tierra , co
mo dicen los Padres Gerónimo, Basilio, y Bernar
do ; se entienden tambien aquellos ricos , que no tie
nen apego, ¿i estan adheridos ^ ni confian en, sus bkn
nes y tesoros terrenos, como consta del 31. del Ecle
siástico. Estos son bienaventurados, porque asi co
mo la avaricia es raiz dé todos los males, y vicios,
asi la pobreza de espíritu es raiz de todas las. vir-
83a'
tudes, de toda perfeccion y bienaventuranza: esta es
la recomendada por Christo, y á la que está anexo
el reyno de los cielos. No asi la pobreza y men
dicidad involuntaria. Esta lleva consigo la adhesion
á los bienes de la tierra , y compele á los que la pa
decen,. á envidiar á los poderosos, á estar siempre
descontentos y llenos de amargura, á hurtar, á que
jarse de la Divina Providencia; y aun á perjurar
y blasfemar el santo nombre de Dios. Esta es la que
Salomon pedia á Dios no le diese: no fuese que com
petido de su miseria , hurtase , ó perjurase el nombre
de Dios. -■j li
li..
* - ■ *
Al v. 16. No juzgueis que he venido' á destruir, ó
desatar la ley ó los Profetas. No*he venido a destruir,
sino a cumplir. Esto parece no se aviene bien con lo
que dice S. Lucas al cap. 16. , v. 16.: la ley y los
Profetas hasta S. Juan: ni con lo que dice S. Pablo
á los Gálatas : Christo nos redimió de la maldicion de
la ley. Y si Christo no abolió la ley ¿cómo no es-
atamos obligados á observar la ley Mosaica ?
R. Christo no vino á destruir la ley, ni los Pro
fetas; sino ántes bien á perfeccionarla, y dar á la
ley , y á los oráculos de los Profeta* todo su cum
plimiento. Exponiendo los preceptos naturales y mo
rales la hizo mas clara é inteligible; y añadiendolos
consejos Evangélicos, y los nuevos sacramentos, la
adornó y perfeccionó.. La ley Mosaica, en quanto á
lo ceremonial y judicial, no era eterna, ni debia du
rar mas que hasta que viniese el verdadero Mesías,
contenido en ella y en los Profetas. Vino Christo,
y abrogó los ritos y ceremonias , y los preceptos ju
diciales , segun la letra ; pero substituyendo á las
imágenes los prototipos , y á las figuras las mismas
cosas representadas en ellas. De modo que en Chris
*33
to, y por Christo se cumplió y perfeccionó todo lo
contenido en la ley y en los Profetas. Ni una jota,
ni un ápice de quanto la ley y los Profetas habian
dicho dejó de cumplirse. Aun la abolicion de las ce*
remonias estaba anunciada en la ley de Moysés, co
mo dice S. Pablo á los Hebreos. Christo , pues , nos
redimió, no del cumplimiento de la ley natural y
del Decalogo, sino de las obras, ritos, y ceremo.r
hias de la ley Mosaica, como incapaces de dar la
justicia ; y nos dió la fe viva para que con ella vi
viésemos y nos justificásemos en la presencia de
Dios , siendo participantes de las bendiciones de
Abraham. S. Lucas dice : que la ley y los Profetas
hasta S. Juan : no porque con la venida de S. Juan
fuesen abolidos la ley y los Profetas , sino porque tan
to la ley como los Profetas se ordenaban á Christo
y anunciaban el reyno de Christo como futuro, ha
biéndole anunciado S. Juan venido ya y presente
finalizaron las promesas de la ley , y tuvieron su
cumplimiento los vaticinios de los Profetas.

III.

Al v. 34. : dixo Christo : To os digo que no jureis


de ninguna maner.a, ni por el cielo porque es trono de
Dios : ni por la tierra porque es peana de sus pies : ni
por Jerusalen porque es la ciudad del gran Rey : ni ju
rarás por tu cabeza, porque no puedes hacer un cabello
blanco , ó negro : tus palabras sean , si , si : no , no. To
do lo demas, fuera de esto, es malo y vicioso. Segun es
to no es lícito jurar. Si no es lícito jurar ¿cómo ju
ró el mismo Dios como consta del Génesis , y de los
salmos? ¿Cómo juraron los santos del viejo testamen
to segun se lee en el libro del Génesis? ¿Cómo jura
ron los Apóstoles como se observa en las Epístolas
de S. Pablo á los Romanos, y primera á los de Co
^34
rinto? Y cómo en la iglesia está permitido, y aun
mandado para muchas cosas el uso del juramento?
R. Los escribas enseñaban, que solo el perjurio
estaba prohibido por Dios ; y que nada importaba el
perjurar por las criaturas. Christo declaró el precep
to y manifestó , que todo juramento ya fuese falso,
ya fuese verdadero, hecho sin necesidad, estaba pro
hibido: y que tambien era malo y vicioso jurar por
Dios ó por las criaturas vana y temerariamente. Los
Pelagianos, los Waldenses, los Wiclefistas, y Ana-
batistas se valían de este texto de S. Mateo, para
afirmar , que todo juramento estaba prohibido á los
■Christianos. Pero se engañaban; pues es lícito jurar
siempre que haiga verdad, justicia y necesidad. Por
el juramento se da honor á Dios. El juramento es
parte del culto de latría, por el qual se reconoce á
Dios como testigo infalible, sabedor de todas las co
sa, primera verdad, Juez Supremo de lo justo, y
vengador del fraude, del engaño y de la mentira.
En atencion á lo qual los antiguos Patriarcas, los
Apóstoles, y aun el mismo Dios juraron algunas ve
ces: y la iglesia permite, y aun manda, que se ju
re quando intervengan las dichas condiciones, esto es,
verdad , justicia y necesidad. No debemos habituar
nos á jurar ; y quando no hay precision ó necesidad
debemos contentarnos diciendo si, si: no, no; co
mo dice el mismo Jesuchristo.

IV.
Al v. 38. Habeis oido que esta dicho : ojo por ojo,
y diente por diente ? pues Yo os digo : que tío resis
tais al malo* esto parece no concuerda bien con lo
que dice S. Pablo al cap. 13. de la Epístola á los Ro
manos : que la potestad civil lleva consigo la espada,
para resistir á el.que obra mal: y que es ministro de
236
Dios , para vengar con rigor , y castigar á el m alo.
R. Los Escribas y Fariseos enseñaban, qu e ha
bia precepto de resistir al malo, de tomar sa tisfac-
cion de las injurias, y de vengarse de los que cau
saban algun mal, con tal que no se excediese la ley
del Talion ; y esto decian era lícito aun por autori
dad privada. Los Maniqueos, los Anabatistns, Lu-
tero, y Erasmo, segun dice Tirino, enseñaban por el
contrario, que no era lícito resistir á el malo, ni por
autoridad pública, ni privada , y para probar su error
se valían de las palabras de Christo : yo os digo que no
resistais al malo. Pero estas palabras no son preceptivas,
ni por ellas se prohibe exigir satisfaccion de nuestras
injurias, ni el repeler la fuerza con la fuerza con la
debida moderacion, ni el pedir en los tribunales el
justo castigo de nuestros agravios. Esto es de dere
cho natural y de todas las gentes, á el que en nin
guna manera se opone el Evangelio. Mucho menos
se prohibe por dichas palabras á las potestades subli
mes y magistrados la vindicta pública; pues á est
íos les incumbe por su oficio , y por el poder y au
toridad que les ha dado Dios, resistir al malo, re
parar los daños, castigar la impiedad, reprimir al
protervo, mantener la justicia, y conservar la paz y
la tranquilidad de los Pueblos. Son, pues? aquellas
palabras de Christo, no de precepto, sino de conse
jo. Por ellas nos aconseja el Divino Redentor que sur
tramos con paciencia las flaquezas de nuestros próxi
mos: que no les volvamos injurias por injurias, ni
agravios por agravios , sino que llevemos con una
santa mansedumbre las injurias de los hombres, y
perdonemos sus. ofensas. Esto es lo que quiso dar á
entender con los exemplos de la mejilla, de la ca
pa, y de los mil pasos. Lo qual no se ha de enten
der segun la corteza de la letra , sino segun el es
píritu en que Christo las dixo para ilustrar la ley del
Gg2
33&
Talion , y para manifestar la siniestra inteligencia?
que la daban los Escribas. Esto mismo enseñó S. Pa
blo. Y asi á lo último del cap. 12. de la Epístola á*
los Romanos se explica diciendo : á ninguno volvais mal
por mal... si puede ser, y en quanto esté de vuestra,
parte, tened paz con todos los hombres. No os defendais
á vosotros mismos... Si tu enemigo tiene hambre, dale.
de comer ;. si tiene sed dale de beber. Mas luego al ca-:
pít. 13. nos dice: que las potestades y magistrados son
ministros de Dios , a los quales debemos temer , si obra
mos mal , porque tienen la espada para resistir al malo
y vengar las maldades. Y asi se ve claro que no hay
oposicion en dichos testos.

CAPITULO VI.

Al v. 6. Quando orares entra en tu aposento, y


cerrada la puerta ora á tu Pudre escondidamente. Esto
parece no se aviene bien con lo que se dice al cap. r.
de los Hechos Apostólicos : que los apóstoles oraban
unanimemente en el Cenáculo con María madre de Jesus,
y demas mugeres. Ademas, si para orar es preciso
.estar a obscuras y cerrada la puerta, se deberán con
denar las oraciones públicas , las públicas procesiones
y letanías, y los concursos á los templos.
R> No condena Jesuchiisto las oraciones públicas,
sino las oraciones hipócritas : y así dexa dicho : quan-
do orareis, no seais como, los hipócritas que cuidan de
hacer sus oraciones en las sinagogas y en los rincones de
las plazas en pie , para ser vistos de los hombres. Quie
re pues Jesuchiisto que oremos secreta y públicamen
te. Pero no. quiere que oremos con el fin de ser ala
bados de los hombres , ni por obstentacion ; sino úni
camente con el lin de agradar á Dios, de ofrecerle el
237
culto de un corazon contrito y humillado , de hacer
le; presentes nuestras. necesidades", y, de recibir el fru
to de nuestras peticiones , como él mismo nos ense-,
fió, y lo hicieron los Apóstoles.
í . i ..i \ i i* - . . *{ii iri ^ . í. .■. i ¿i * ., ,íi/i •. j

f'ií' •-■.■..,.- ■- ■ ...ri'i.;¿' '. .y- l¡iin•;i'.: ,. .'in .; !i i, ... i, >

Al v. 25. Ao seais.iSoIie.itos de lo que habeis de co


mer y vestir :,al v. 31. Naquerais andar solícitos dicien
do, i qué comeremos r ó qué beberemos , ó con qué nos ves
tiremos ? Porque los gentjle.s son los que andan solícitos-
di estas cosas. Segun esto no deberemos trabajar pa-i
ra comer, beber y vestir * lo qual era el error de los
Cuchitas. Si no debemos trabajar con solicitud -para
comer y beber, ¿cómo S. Pablo, segun se dice en los
Hechos Apostólicos, trabajaba con sus manos , para co
mer él y sus companeros ?. ¿Cómo al cap. 3lv.de las Pa
rábolas alaba tanto á la muger fuerte el Espíritu San
to porque buscó linoy latía, y lo,kilóco/i-sus ma'„OjS , para
vestir y alimentar á íus domésticos ? ¿Cómo el Espíritu
Santo al cap. 6. de los Proverbios envia al perezoso y
descuidado á que aprenda de la.hormiga , la qual pre
para en el estío comida para -el invierno? Y última
mente, sino hemos de decir: ¿qué comeremos i ¿Có
mo el mismo Jesuchristo preguntó i S. Felipe, dón
de compraremos pan para que coman estos , segun dice
S. Juan al cap. 6 i Parece pues que esto se opone á
lo que dixo Christo por S. Mateo.
;.i R. No hay oposicion: aquello: no esteis solícitos
de lo que habcis de comer y vestir : es como consecuen
cia de aquello que precede: ninguno puede servir á
dos Señores : ninguno puede servir á Dios , y á las ri-j
quezas y lucros. Y asi como, en esta sentencia no se
prohibe el uso honesto y justo de lasjfique;zas, sino
el demasiado apego.: á eUa§i$.ni).§e vedan,. los lucros y
ganancias moderadas permitidiís por lasjey.es ; sino los
ilícitos , prohibidos y pecaminosos : en una palabra;
asi como en esta se prohibe poner todos nuestros cui
dados, todos nuestros afanes, y todo iiuestro cora
zon en acaudalar riquezas y bienes caducos y pere
cederos , sin atender á lo principal que es Dios : asi
en aquella sentencia, no se prohibe sino aquella soli
citud llena de temor, ansiedad y desconfianza, que sin
contar, en primer lugar , con la providencia de Dios
y olvidándose enteramente* del alimento del alma, del
reyno de Dios y exercicio de las virtudes , no piensa
sino en lo que ha de comer, vestir y beber, como lo
hacían los gentiles. Pero no se prohibe , ni se condena
aquella solicitud , con que sometidos antes á la volun
tad de Dios, y cumpliendo sus divinos mandamien
tos, trabajamos y proporcionamos las cosas necesa
rias para nuestro alimento y vestido , y socorro de
los hijos, domésticos y dependientes. Esto hacia S. Pa
blo: esto la muger fuerte: esto nos enseña la hormi
ga; y esto es lo que recomienda Jesuchristo con el
exemplo de un siervo fiel y prudente, á el que su
amo hizo mayordomo de su familia para que previ
niese y diese á cada uno el trigo y alimentos necesa
rios á su tiempo.
-■ . V ....v r^j.ii ■ :. : i . .. , : ., ■ ,.
' ■■' CAPITULO VII.

I.
.o '■■ , i í. , í. C . . " ;
Al v. ii. Vosotros siendo malos sabeis dar coséis
buenas a vuestros hijos. -Segun esto el que es mal»
puede producir frutos buenos : ¿ pues cómo al v. 18.
dice : no puede el árbol malo producir frutos buenos.
R. No todo lo que hace el pecador es pecado, ni
todo lo que hace el malo es malo, ni todas las obras
de los infieles son pecaminosas. Asi esta definido por
nuestra Madre la Iglesia, Dios no alaba ni premíalas
- . 239
obras malas , ni el pecado , y alabó y premio la be
nignidad de las Parteras de Egipto, la hospitalidad
de Rahab, y la obediencia de Nabucodonosor , aun
que gentiles é infieles. Y asi el mismo Christo califi-
•có de buenas muchas cosas de las que hacen lbi Pa
dres, aunque sean malos, con sus hijos. Ni á esto se
opone lo que dixo despues: no puede el árbol malo pro
ducir frutos buenos', pues no dixo esto absolutamente.
Quiso decir , como explica el concilio Arausicano , que
el hombre malo no puede constantemente y por sí
hacer obras buenas que aprovecehen para la vida,eter-
na. Si esta sentencia se hubiera de entender absolu
tamente, ni los Judios, ni los gentiles hubieran de-
xado sus errores, ni se hubieran convertido al Evan
gelio, ni los pecadores podrían apartarse de los vicios,
ni aun auxiliados con la gracia. Y á consecuencia en
vr>no hubiera venido Christo, en vano hubiera pre-
- oLado, en vano hubiera padecido muerte de Cruz,
.y en vano trabajaríamos p%ftt la conversion de los
pecadores. Lo qual seria una heregía y un error ma
nifiesto condenado por la Iglesia. Asi como un árbol,
aunque esté enfermo y sea malo, suele producir al
gunos frutos sanos, aunque pocos, y si le podan, le
riegan y cultivan ó ingieren, suele hacerse bueno y
producir frutos buenos con abundancia ; asi el hom
bre, aunque malo, suele hacer algunas cosas que no
son malas ni pecaminosas, y si corresponde al riego
de la divina gracia, y poda y deshecha los vicios
se hace bueno y produce frutos de justicia y vida e-
terna. Y asi esta sentencia de Christo quiere decir:
que el árbol malo mientras es malo y obra con ma-
. licia no puede producir frutos buenos j pero no que
el árbol malo no pueda hacerse bueno, y producir
ayudado de la Divina gracia frutos buenos. Tirino.
2A0
capitulo vm.
L .' ' >. ' ' ' . (.' '°/l ').'.. li, I :.. i ... Í..i , i
■•/:< . .. t :■■•'■. ,■„■■. i,

Al v. 21. Diciendo uno de los Discípulos: Señor per


míteme ir primeramente á enterrar a mi padre : le dixtf
Jesus: sigueme , y dexa á los muertos enterrar á sus
muertos. El enterrar los muertos es una obra de mi
sericordia, y acepta á los ojos de Dios. El Espíritu
Santo dice al capít. 38. del Ecles. cubre el cuerpo del
muerto. \ y no desprecies su sepultura: y en el libro de
Tobias se dice : que se hizo muy acepto á Dios porque cui
daba de enterrar los muertos. ¿ Cómo Christo prohibió
á su Discípulo enterrar á su padre ?
R. Santo y laudable es el enterrar los muertos,
y mayormente á nuestros padres. Pero quando el
padre , la madre , los hermanos nos sirven de impe
dimento para seguir la voz de Dios, debamos dexar-
los, y hacer .lo que Dios nos manda. El que queria
enterrar á su padre era discípulo de Christo. Le habia
llama.i i para que predicase el Evangelio. Esto toca
al espíritu: el enterrar á los muertos á lo corporal.
Y antes era atender á las necesidades espirituales del
próximo , que á las corporales.

CAPITULO IX. ,.:

Al v. 18. Se acercó á Jesus un príncipe, y le ado


raba diciendo: Señor, mi hija ha muerto ahora. Esto
parece rio concuerda con lo que dicen los otros Evan
gelistas. San Marcos al cap. 5. v. 23. dice asi: vin&
uno de los Archisynagogos, llamado Jayro... y le roga
ba mucho diciendo: mi Hija está a lo ultimo. San Lu
cas al cap. 8. v. 42. : vino un hombre llamado Jayrot
24I
príncipe de la Synagoga rogandole fuese á su casa,
porque una hija única que tenia se moria. Si aquel hom
bre dixo, que su hija estaba para morir como dicen
S. Marcos y S. Lucas: ¿cómo S. Mateo dice que dixo:
que su hija habia muerto ?
R. Todos -dicen bien. Quando el Archisynagogo
salio de su casa, y se presentó á Jcsuchristo, esta
ba su hija para morir, y asi lo dixo al Señor como
afirman S. Marcos y S. Lucas. El Señor no quiso
ir al instante, ó para avivar la fé de aquel hombre,
que le instaba á que fuese, ó para dar lugar al mila
gro que despues hizo. Entre tanto murio la hija, y
noticioso de ello su padre, se acercó a Jesus, y le
dixo: Señor, mi hija ha muerto ahora; pero ven, pon
tu mano sobre ella y vivirá : que es lo que dice S. Ma
teo. Y asi se concilia todo.

CAPITULO XII.

I. .
Al v. 30. : el que no está conmigo , es contra mi:
S. Marcos al cap. 9. v. 39. : el que no está centra vo
sotros , está á favor vuestro.. Parece que hay oposi
cion en estos dos textos.
<t R. Quando Christo dixo : el que no está conmigo
ies contra mí, hablaba con respeto á los dos partidos,
que hay entre el Señor y Belzebub: y decia: el que
no está en mi partido ; está en el partido de Bel
zebub: Belzebub es mi contrario: por consiguiente
el que no está conmigo , y está con Belzebub es
contra mí. Quando dixo á los Apóstoles. El que no
está contra vosotros, está á vuestro favor, hablaba
de aquel de quien le dixo S. Juan : hemos visto a uno,
que expele los demonios en tu nombre , que no está en
nuestra compañía , y le hemos impedido. Entonces dixo
Hh
242T
Christo'. no lo prohibais. Ninguno hace milagros en mi .
nombre , que pueda hablar mal de mí. El que no está
contra vosotros , está á vuestro favor. No hay pues
oposicion.
It
Al v. 31. Todo pecado y blasfemia se perdonará á
los hombres : pero el espíritu de blasfemia no se per
donará. T qualquiera que dixere alguna palabra contra
el hijo del hombre, se. le per.donará; mas á aquel que
dixere contra el Espíritu Santo , no se le perdonará en
esta vida , ni en la futura. Todo pecado sea de blasfe
mia, ó de otra especie es contra el Padre, contra el
Hijo, y contra el Espirita Santo. ¿Como, ó por qué
los unos serán perdonados, y los otros no? ¿Y có
mo, ó por qué siendo todo .pecado contra todas las
tres Divinas Personas, se llaman unos contra el Hijo,
y otros contra el Espíritu -Santo?) Parece que aqui
hay alguna confusion.
R. Aquel pecado , ó blasfemia que se comete por
ignorancia ó preocupacion, se dice pecado contra el
Hijo, porque se opone á la sabiduría, la qual se atri
buye al Hijo. El pecado ó blasfemia, que se comete
por pura malicia , y nada mas que por querer pecar,
se :dice contra el Espíritu Santo porque se opone di
rectamente á la suma bondad y santidad de Dios, los
quales atributos se apropian al Espíritu Santo. No
porque todas las Personas no sean igualmente san
tas, sabias, y buenas, sino porque por un atributo
se nos manifiestan mas claramente, y asi se atribu
ye el poder al Padre, la sabiduría al Hijo, y la bon
dad al Espíritu Santo. Y aunque todo pecado y blas
femia es contra las tres Divinas Personas; el pecado
ó blasfemia , que se comete por ignorancia y contra
la sabiduría, es mas facil de perdonarse; porque el
que le comete es menos, delincuente, y puede ser
a43
instruido, conocer su error, detestarle, y hacer pe
nitencia. Por esto S. Pablo, aunque blasfemó contra
Christo, fué perdonado; porque admitió con humil
dad la instruccion,. y al instante que conoció que
Jesus. era verdadero Dios , detestó sus errores , y se
sometió á la voluntad de Dios. Pero el pecado que
se comete por pura malicia , y las blasfemias , que
se profieren con plena advertencia y conocimiento se
dicen irremisibles en esta vida y en la otra, no porque
no sean remisibles , ó porque no quiera Dios perdo
narles ; sino porque el que peca de pura malicia , y
con plena advertencia calumnia á Dios, y sus obras,
ó negando que son obras de Dios , ó atribuyéndolas
al demonio, como lo hacian los Escribas y Fariseos,
diciendo que Christo auyentaba los demonios con la
virtud de Belzebub* se niega á toda instruccion, np
admite enseñanza, cierra sus ojos á la luz, endurece
SU .corazon, rechaza las ilustraciones é inspiraciones
de la bondad y beneficencia de Dios , hasta que le
coge la muerte sin haberse arrepentido. Por esto dice
Christo, que este pecado no se perdonará ni en esta
vida , ni en la otra ; asi como decimos : que es incu
rable , y que no sanará aquel enfermo , que absolu
tamente se niega á tomar alimento y medicinas. Ti~
rino.
... ... . III.

En aquellas palabras: el que dixere alguna pala


bra contra el Espíritu Santo, no será perdonado, ni en
esta vida, ni en la futura: se dá á entender, que al
gunos pecados se perdonarán en la otra vida. ¿ Cómo
puede ser esto diciendo el Espíritu Santo al cap. n.
del Eclesiástico, v. 3. En aquel lugar, que cayere el
leño, allí estará, ya caiga al austro, 6 ya al aquihrii
y diciéndoijos la Iglesia: que en .el infierno no hay re
dencion alguna2.
Hh 2
244
R. En efecto en aquellas palabras de Chrísto se
manifiesta, que algunos pecados se perdonan en la
otra vida. En las palabras de Christo nada hay su
perfino; y si ningun pecado se perdonará en la otra
vida seria superfiuo el decir, que la blasfemia contra
el Espíritu Santo no se perdonará en la otra vida,
bastando el decir , que no se perdonará en esta vida.
Tirino. Que en la otra vida se perdonan algunos pecados
y se satisface por ellos se colige tambien de aquellas
palabras del lib. 2. de los Macabeos, cap. 12. Santo
y laudable es, pues, el pensamiento de orar por los di
funtos , para que se'an libres de sus pecados. Es una .
verdad Católica definida en los concilios Florentino
y Tridentino , que en la otra vida hay un lugar , lla
mado Purgatorio, á el qual van las almas de los que
'mueren en gracia de Dios con *lgun petado venial,
ó debiendo alguna pena por los- pecados mortales
perdonados en qnanto á la culp*yy.pena eterna. El
Eclesiástico en el testo citado no ¡Habla del Purgato
rio, sino de la gloria y del Infierno', que son los dos
lugares en- que las- almas han -de estar eternamente
despues del' juicio «mversaí.' Y la Iglesia ■que ríos en-
'seña que'los- que van á la gloría gomaran de Dios e-
ternamente, y■ los que al infierno padecerán para
siempre sin alguna redencion; nos enseña tambien
la existencia del Purgatorio, en que las almas de los
justos se purifican de sus culpas veniales, satisfacen
las peha.s-q^ie.-no satisfacieroií en esta vida, y de las
quales "pueden set1' aliviadas con las oraciones y sufra
gios de los vivos.' '■'..->. ,:
. ■ i .."[";.. if; ■j.- '■. '. Mi . ■■ \ : j j v. .■/■:'..• ¡; j • 'i■ . v¡; . :. ..

í' '..i ;;ú .".:•-. ,*. n-, i.-i-ji \-:\ c .7 J{..,.,-¡;'.!J. ! :■ .-

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-. ■. ;;.. ci.■, "¡.■', .^u \i ,\. jk..£ :¿.i..■-^í ; ?. :^¡ ■ :
245
CAPITULO XV.

Al v. 9. En vano me dan culto , enseñando doctrinas


jf mandatos de hombres. Esto no parece se conforma
con lo que el mismo Christo dixo al cap. 23. v. 3.
Sobre la cátedra de Moyses se sentaron los Escribas y
Fariseos, haced lo que os dixesen. Ademas ¿condena
Christo las tradiciones apostólicas, los preceptos de
la Iglesia, y las leyes civiles?
R. Asi lo soñaron algunos hereges. Pero no té.
■ prueba Christo las tradiciones apostólicas , ni los pre
ceptos de la Iglesia, ni las leyes civiles ordenadas por
las sublimes potestades. Estas no deben consideran
se como puramente humanas, sino como divinas, pues
Dios es el que inspira á los Legisladores las cosas
-justas para el gobierno de su Iglesia y de los pueblos,
y asi manda que todos esten sujetos á las legítimas
-potestades. Las tradiciones y mandatos que en aquel
texto reprueba el Señor son los que son futiles, va
nos, supersticiosos, y opuestos á la ley de Dios, qua-
'les eran las tradiciones inventadas por los Escribas
y Fariseos, como los lavatorios al tiempo de comer,
la defraudación de los bienes paternos, y la coinqui-
- nacion por las viandas, todo lo qual enseñaban, que
-contribuía al Culto de Dios. Y asi quando Christo
dixo á los Judíos, que observasen y hiciesen lo que
lea ; señalasen-' los Escribas y Fariseos desde la cáte
dra de Moyses , no habla de estas tradiciones vanas
y supersticiosas, sino de todo aquello que no fuese
opuesto á la ley de Dios. Tkino.
246
II.
Al v. i1. Lo que entra en la boca , no coinquina al
hombre: ¿pues cómo al cap. i1. del Levi tico prohi
bió Dios á los Judios el comer l<i carne de muchos. ani
males , de muchas aves, y de muchos reptiles, diciendo
que no solo comiéndola , sino tambien tocándola , queda
rian inmundos y coinquinados ?
R. Los hereges se valian de estas palabras de
Christo, para arguir de necedad el precepto de la
iglesia, que nos manda abstenernos de cawie en la
Quaresma, y en otros dias. Pero arguian mal; pues
aunque las carnes y las comidas no son en sí, ni por
sí malas, ni inmundas, porque son criadas por Dios,
y todo quanto ha criado Dios es bueno y limpio, co
mo prueba el Apóstol S. Pablo esciibiendo á los Ro
manos, á Ti.noteo, y á Tito; con todo coinquinan
al hombre en quanto estan prohibidas en aquellos
dias. Y asi aunque Jesuchristo dixo: que no coinquina
al hombre lo que entra por la boca ; y en otra parte;
de todas las comidas que os fueren puestas, os sea lí
cito comer : la Iglesia dirigida por la tradicion apostó
lica tiene dispuesto, que nos abstengamos de carnes
en los dias de ayuno y vigilias , para macerar nues
tros cuerpos , y hacer penitencia de nuestros peca
dos. Y si alguno sin justa causa quebranta esta dis
posicion peca , asi como pecó Adan comiendo la fru
ta vedada, y asi como quedaban coinquinados los
que comían de las carnes vedadas por Dios en el
Levítico. . .
247
CAPITULO XVII.

Al v. ii. Elias en verdad ha de venir y restablece


rá todas las cosas. Al v. 12. Mas os digo , que ya vino
Elias y no le conocieron. ¿Cómo se compone aquello:
Elias ha de de venir, con Elias ya vino ?
R. La nota 3. que pone la Biblia en castellano
concilia bien lo uno con lo otro. Los Escribas y Fa
riseos no esperaban al Mesías, sino como á un Rey
poderoso, lleno de gloria y magestad, cuya venida
debia ser precedida con la venida de Elias ; y como
éste aun no habia venido , no quedan persuadirse
que Christo era el verdadero Mesías, viéndole pobre
y humilde. Pero segun los oráculos de los Profetas
el Mesías debia venir dos veces. Una pobre, humil
de, y en forma de siervo; y otra como Juez de vi
vos y muertos con todo el explendor de su gloria en
el dia del juicio. Antes de esta segunda venida ven
drá Elias, para restablecer todas las cosas, en perso
na. Y antes de la primera venida , vino S. Juan , que
aunque no fué en la persona Eiias, lo fué en la vir
tud , en el celo y predicacion.

CAPITULO XVHI.
-
I.

Al v. 19. Si dos de vosotros se convinieren sobre la


tierra, de todo lo que pidieren les será hecho por mi
Padre : ¿ pues cómo no concedió el Señor lo que la
madre de los hijos del Zebedeo , convenida con ellos,
pidió para sus hijos, como consta al cap. 20. v. 22?
R. Porque no sabian lo que pedían , ni pedían co
mo debian. Dios siempre concede lo que se pide bien,
«43
y con las debidas condiciones. Y si alguna vez no
concede lo mismo que se pide , es porque no convie
ne j pero siempre lo concede por lo menos en cosa
equivalente, ó proporcionando los medios para con
seguir lo que se pide. Y asi aunque no concedió á los
hijos del Zebedeo lo que pedían, les concedió el be
ber de su cáliz , que era el medio de conseguir el ser
grandes en su Reyno.

CAPITULO XX.

Al v. 12. Estos postreros solo una hora han tra


bajado, y los ha hecho iguales á nosotros, que hemos
llevado -el peso del día y del calor : En esta parábo
la habla Christo del premio de los bienaventura
dos , segun muchos Expositores. ¿ Pues cómo se dá á
todos un mismo salario habiendo trabajado unos mas
que otros? Esto parece se opone á lo que dice el
mismo Christo por S. Juan al cap. 14. En la casa de
mi Padre, esto es, en la gloria, hay muchas mansiones'.
y á lo que dice S. Pablo en la primera á los de Co-
rinto cap. 15. Así como el sol, la luna, y las estrellas
se diferencian en, la claridad, así será en la resurrec
cion de los muertos: esto es,, asi se diferenciarán los
bienaventurados entre sí, segun los méritos de ca
da uno.
R. El premio de los bienaventurados es uno mis
mo esencialmente en todos ; y accidentalmente es di
verso. Todos y cada uno verán á Dios y gozarán de
Dios, en lo qual consiste el premio esencial de la
bienaventuranza. Pero en quanto á los grados de la,
vision y fruicion se diferencian entre sí, segun los
meritos de cada uno. De este modo se desvanece to
?49p
da oposicion , y el error efe Jovünkarov que deda,i que
el premio de tos justos era em todas iguaiL

CAPITULO XXIL

r.
Al v. 46. Desde aquel dia ninguno se atrevió á pre
guntarle cosa alguna. ¿ Cómo no? Si al c. 24. v. 3..
se lee: se acercaron a él sus Discípulos en secreto di
ciendo : dinos quándo sucederán estas cosas , y quál sera
la señal de tu venida, y de la consumacion del mundo%
Y al cap. 27. consta: que el Presidente le preguntó:
\ Eres tu Rey de los Judíos ? . < ■ .
R. Quando en el primer texto se dice : desde a-
quel dia ninguno se atrevió á preguntarle cosa algu
na, se habla de los Saduceos y Fariseos. Los quales
para tentarle , y tener motivo para calumniarle , si se
deslizaba en alguna cosa, le hicieron aquellas pregun
tas que constan en este capítulo. Y viéndose confun
didos y llenos de ignominia con las sábias y sobera
nas respuesta de Christo , se avergonzaron de modo,
que no se atrevieron en adelante á preguntarle cosa
alguna. Y asi no se opone al dicho texto la pregun
ta de los Discípulos, ni la de Pilatos.

CAPITULO XXIII.

I.

Al v. 1. y 3. Sobre la cátedra de Moysés se sentaron


los Escribas y Fariseos , haced y observad todo quanto
os digan: ¿pues cómo desde el v. 16. reprende la doc
trina de los Escribas y Fariseos2. ¿Cómo S. Pedro y
li
:
*& ... , .
los demas Apóstoles sé negaron a obedecer los manda
tos del Príncipe. d& los Sacerdotes , y del Concilio de los
Escribas , Fariseos , y Maestros de la Ley, como cons
ta del cap. 5. de los Hechos Apostólicos ?
R. Christo quería qué los' Judíos hiciesen y ob
servasen quanto les mandaban y enseñasen los Es
cribas y Fariseos , que no Juese contrario á la ley , y
todo aquello que fuese conforme á la ley natural. Pe
ro reprende la doctrina de -varias tradiciones, inven
tadas por ellos i, opuestas .á la. ley de Dios, y nocivas
á la santificacion de las almas.: S. Pedro y,los Após
toles no obedecieron á el Príncipe de. los Sacerdotes,
ni al Concilio, porque les mandaban una ..cosa que
era contraria á lo que Dios les habia mandado. Y. de-
bian obedecer á Dios, mas. bien que á los hombres..

*....í - . ., ¡■ ■..,.•...■ ■ .i
- - Ai v. 8. No querais ser llamados Maestros porque
vuestro Maestro es uno solamente , y todos vosotros sois
hermanos. T á ninguno llameis Padre -sobre la tierra,
porque vuestro Padre es uno solamente, que está en los
Cielos. Con esto parece repugna lo que dice S. Pablo
hablando de sí mismo en la primera carta á Timoteo
cap. 2. v. y; To he sido puesto por Predicador , Após
tol^ Doctor ó Maestro de las gentes: ademas '.■si nues
tro Maestro es uno solamente: ¿como S. Pablo dice á
los de Corinto en.su primera- carta, cap. 12. Que el
mismo Dios puso algunos en la Iglesia para que fuesen
Doctores ó Maestros2. Fuera de esto: si á ninguno
hemos de llamar padre sobre la tierra, ¿cómo María
Santísima llamó á S. Josef padre de Christo : dicien
do '.To^y■tu padre llenos de dolor te^büscabamos.l S.' Lu
cas cap. 2. ¿Faltó María Santísima^ á lo que manió
Christo?
R. Todo el asunto de Christo en estas invectivas
contra íos Escribas y Fariseo? era reprimir su an>
bicion, su presuncion, vanidad é hipocresía. Querían-
llamarse Doctores , Maestros , y ¡Padres de los demas^
para con estos títulos grangearse el aura popular j loé
honores y estimacion de las gentes, los primeros pussl
tos de la Sinagoga, y que sus decisiones y tradiciones
se: observasen aun con mas exactitud que si fueran pre
ceptos de Dios. Esto es lo que reprueba Jesucristo;,Y
ert este sentido farisaico y presuntuoso es en el que
prohibe que nos llamemos- maestros y padres. Dice:
que uno es nuestro Padre.qüé está en los cielos; y que
uno es nuestro Maestro, Christo: porque Dios solo
es de quien proviene toda paternidad asi; en. el cielo,
como en la tierra, como diee el Apóstol, á los de Efe*
so y á-él eá á quien debemos la vida corporal y es
piritual : por él somos , vivimos , y nos movemosc
él nos conserva y nos alimenta , y por su gracia
nos hace hijos suyos y. herederos de su Reyno :- y
Christo es nuestro principal Maestro, porque es la;isa-í.
biduría de Dios, en quien residen todos los tesoros
de la ciencia de Dios, y él es quien nos enseñó ,1 y el
que nos enseña por medio de los ministros de su Igle-<"
sia ; pues de su plenitud reciben todos la doctrina
verdadera que nos dan acerca de lo que debemos creer,
especar, amar, y obran en esta vida para conseguití
la bienaventuranza. No prohibe, ipues ,( Christo que
nos llamemos maestros con humildad confesando que
nuestras luces 'y suficiencia viene de Dios;, ni que sé
llamen padres aquellos que, ó nos .han engendran
do corporalmente, ó.espiritualmente por medio del
Evangelio rá hacen con nosotros■¡ oficios de padres^
como lo hacia: S. Pablo quando se. llamaba. predican
don, Apóstoly y maestro ; de las gentes , y padre da
los fieles dé Corinto : ¡no os escribo estas cosas, les
deciaen-su primera- carta cap. 4. para confundiros,
ano para, amonestaros, coina ái hijos mios carísimos*
li 2
pues aunque tengais diez mil pedagogos en Christo,
no tqit'is imucbos padres ; porque yo fui el que os en
gendré en Christo Jesus por el Evangelio. Y María
Santísima llamó padre de Christo á José , no porque
fuese padre carnal suyo , sino porque hacia con Chris
to oficios como si fuera su padre , criándole , alimen
tándole , y defendiéndole ; y porque Christo se habia
dignado obedecerle y estar sujeto á él como su Padre.

1 1 1.

AI v. 13. j Ay de vosotros Escribas y Fariseos hi


pócritas que cerrais a los hombres el Reyno de los Cie
los , y ni vosotros entrais , ni á los que entrarían de-
siais entrar ! Esto parece se opone á lo que se dice en
fl cap. 3. del Apocalipsis v. 7. Esto dice el Santo y
verdadero que tiem la llave de David , el qual abre,
y ninguno cierra : cierra y ninguno abre. Si Christo a-,
brió el Reyno de los Cielos, y ninguno es capaz de
cerrar lo que Christo abrio, ¿cómo el mismo Chris
to dice , que los Escribas y Fariseos cerraban el Rey-
no de los Cielos?
R. Por Reyno de los Cielos se entiende aqui la
Iglesia , la qual abre Jesuchristo á todos quantos quie
ren entrar en ella por medio de la fé y bautismo, sin
que ninguno pueda estorbarlo. Pero los Escribas y
Fariseos se valian de quantos medios y ardides les
sugería su malicia para impedir que las turbas cre
yesen en Christo y le siguiesen: y aun decretaron que
si alguno decia y confesaba que Christo era el Me
sías verdadero , fuese echado de la Sinagoga. Y asi
muchos por miedo y temor no se atrevían á seguir á
Christo, y algunos de los que creian en él no lo con
fesaban exteriormente por no ser echados de la Si
nagoga. Y por esto les decia, que cerraban la puerta
eS3
del Reyno de los Cielos á los "hombres , y no queriendo
ellos entrar , prohibían á los demas la entrada.

IV.

Al cap. 19. de S. Lucas v. 44. se dice: que el


excidio de Jerusalen y de los Judios hecha por sus ene
migos fué , por quanto no conoció el tiempo de su visi
tacion : i cómo S. Mateo dice v. 35. : que aquellas ca
lamidades vendrian sobre los Judios , por la sangre ino
cente vertida. sobre la tierra, desde la sangre de Abel
justo , hasta la sangre de Zacarias hijo de Barachias1.
¿Cómo no hace mencion de su sangre?
R. Porque en la muerte y sangre de aquellos se
entiende tambien la suya , pues en ellos padeció Chris-
*■ to. Aquellos eran miembros. Christo era la cabeza , y
**io puede padecer un miembro, sin que la cabeza
perciba y participe los dolores. S. Hilario.

V.
Ezequiel cap. 18. v. 20. dice: que el hijo no será
castigado por la iniquidad de su padre : los Judios que
vivian en tiempo de Christo no tuvieron parte en la
muerte de Abel , ni en las muertes de los justos que
hicieron Manases, Acab y otros: ¿pues cómo los a-
menaza diciendo por S. Mateo : que vendrá sobre ellos
la sangre inocente vertida sobre la tierra desde Abel
hasta Zacarias'2.
R. El hijo no es castigado por la iniquidad de su
padre quando no imita la impiedad y pecados de su
padre. Esto es lo que quiere decir Ezequiel. Pero
quando el hijo es impio como su padre, y sobre
añade iniquidades á las de su padre, entonces el Se
ñor suele castigar los pecados del padre en los hijos,
aun hasta la quarta generacion y mas. Es verdad que
*S4
los Judíos que vivian en tiempo de Christo no die
ron la muerte á Abel, ni á los otros justos y Profe
tas, pero imitaron á sus padres, y fueron mas impíos
que sus padres. Sus padres pecaron dando la muerte
á los Ministros y Embaxadores del Rey, ellos al mis
mo Rey. Sus padres empezaron el pecado, ellos le
consumaron. Sus padres fueron malos; pero ellos lle
naron la medida de toda la maldad é iniquidad. La
culpa de los que persiguieron á Christo y le crucifi
caron , equivale , y es mayor , que quantas rometie*
ron todos los homicidas de los justos desde el prin
cipio del mundo. Y asi como los que creyeron y si
guieron á Christo, se hicieron participantes de los
dones espirituales que el Señor hizo á los Santos an
teriores; asi los que le crucificaron, reunieron contra
sí las penas que merecieron los impíos que les habian
precedido. S. Juan Chrisóstomo. -

CAPITULO XXVI.

I.
L-l.". v ''-.}'v • -,..:"' .::,.- > ; ..- :..:..■;-. yi
Al v. 8. T quando lo vieron sus Discípulos , se in»
dignaron diciendo : ¿ a qué fin este desperdicio ? Porque
podia esto venderse en mucho precio y darse á los po+
¿fres. Pero' S. Juan al cap; I2< v. 4. T dixo uno de sui
Discípulos , Judas Iscariotes, el que le habia da entre-?
gar i i por qué no se ka vendido este ungüento en tres-*
cientos denarios , y se ha dado a los pobres. Si segun
3. Juan, solo Judas dixo esto, ¿cómo S. Mateo. dice
que todoá? '[ i ¡..,-
"R. Todos los Discípulos murmuraron, como di
ce S.'M^teo; Pero Judas fué el factor de la indigna
ción y murmuracion: él fuá el que poseído de la a-
varicia, y fingiendo compasion á los pobresv'se in
dignó y murmuró el ^primero, y á su indígnaeion se
*$5
siguio la indignacion de los demas ; y por esto S. Juan
dice, que Judas. S-. Agustín citado por Comelio.

1%
¿ .Al v. 7. Se llegó a él una muger que traia un baso
de alabastro de ungüento precioso, y loderromó sobre
la cabeza de él: S. Juan c. 1 2. v. 3. Entonces María, tomó
una libra de ungüento de nardo puro de gran precio yy
ungió los pies \de Jesus , y le enjugó los pies con. sus
cabellos. Parece no concuerdan los Evangelistas. ¡
; • R.;Sí concuerdan; porque la Magdalena hizo uno
y otro. Primero ungio los pies d; Christo con el uii-.
giiento', ó bálsamo, y despues de haber enjugado los
pies con sus cabellos , derramó lo restante del bálsa-,
ino sobre la cabeza. de su Maestro., 5. ¿ígustin.■,. ..
-ilí. ,-:"^K. ( "V ' <.VÍí Xj -■/..• !.': ¡-Aií!;.. „J■ - . "•. ■ ■ .¿■'.L
• ;=- III. ■■i.í.-¡ ,Ü :
-,^MiÍj't'..Li7';.n ■ ;...•'; :' !-■ i■■. íili't¡,.í¡ .. y , l\■',l*¡.íi ...*-
- ■ Al v. 56. Entonces le desampararon todos los discí
pulos y huyeron: esto, no conviene con lo que dice
S. Juan, cap. 18, v. 15. Simon Pedro, y otro discípulo
seguian á Jesus* ¿Hay oposicion?
R. No la hay. Todos los discípulos huyeron, lue
go que prendieron á su Maestro. Pero S. Pedro y el
otro discípulo , llenos de amor, volvieron pronto en
seguimiento de Christo. CArnelio.

& I.:./Vv^-V': .v. ii .■..A. ¡ . : .,< •-,..■ -r f-.■.v.;'-vv. .-.../


-i Al Iv. 58. iWro /i? seguia de lejos hasta el Palacio
del Príncipe de Jos Sacerdotes. $•'. habiendo entrado denc,
tr&■ se estaba sentado con ¡o¡s. sirvientes , para ver el■firií,
¿Cómo:. dice al v. 69.-: pero entretanto estaba se^s.adv
ji'era en el atrio1. .. ..... ,:,...■■.,. . ui u.
R. San Pedro entró dentro del. Palacio. .Percf no
956
en la sala donde los Pontífices tenían su junta. Se
quedó en el atrio en que estaban los ministros y
criados. Cornelia.
V.
Al v. 36. del cap. 22. de S. Lucas dixo Christo í
sus Apóstoles : el que no tiene espada venda su túnica
y comprela: ¿pues cómo á S. Pedro, que sacó la espa
da para defenderle, le dixo Jesus : vuelve tu espada a
su lugar, como dice S. Mateo al v. 52?
R. Los Apóstoles juzgaron, que su Maestro les
hablaba de espada material, y se engañaron; pues
solo quería darlos á entender , que luego que á él le
prendiesen y le quitasen la vida, los perseguirían,
tambien á ellos, y procurarían darles muerte, por lo
qual debian atender á su seguridad, no defendién
dose á fuerza de armas materiales, sino proveyén
dose de las cosas necesarias, para el tiempo de la
persecucion, y confiando en la Divina providencia,
pues hasta entonces nada les habia faltado: y asi re
prendió á S. Pedro , porque sacó la espada , é hirió á
Marco, juzgando equivocadamente, que asi hacia un
servicio grande á su Maestro Tirina.

CAPITULO XXVII.

I.
Judas conoció y se arrepintió de su pecado , se con
fesó de él, restituyó la fama a su Maestro, diciendo:
que era justo , é inocente : y volvió a los Principes de
hs Sacerdotes y ancianos las treinta mohedas de pla
ta en que le habia vendido. Como dice S. Mateo al
v. 3. el Señor dice y afirma , al cap. 33. de Ezequiel
v. 12. que en qualquicra dia que el impío se convierta
de su impiedad, no le dañará su impiedad. ¿Cómo
Judas no fué perdonado?
2¿7
R. Porque le faltó la confianza en la misericor
dia de Dios. Porque agitado de la enormidad de su
pecado, llegó á persuadirse que no podia tener perdon,
y estimulado con las sugestiones de Lucifer , deses
peró y se ahorcó. No basta qualquiera conversion y
confesion del pecado, es necesario vaya acompaña
da de un verdadero dolor de haber ofendido á Dios,
de una verdadera fá, y de una firme esperanza de
conseguir el perdon. Esto faltó á el arrepentimiento
de Judas , y por esto no fué perdonado. S. Juan Chri-
sóstomo , Orígenes y otros citados por Tirino.
i^.^ . ■■?..: y.'.iüi-/
-3¡í u, .i.. II,
-.Sñfl ob'Ji, íí ;'- "i,. ..- fj"i" !:''■?
Ponderando S. Pablo la inmensa caridad de Dios
con los hombres dice al cap. 8. de la carta de los Ro
manos, que no perdono á su propio hijo, y le entregó
por todos nosotros. Judas entregó, como dice S. Ma
teo al v. 4. , el mismo hijo de Dios á sus enemigos:
i cómo , ó por qué pecó Judas ? ¿ Cómo habiendo he
cho lo mismo que Dios, alabamos á Dios, y conde
namos á Judas?
R. Porque Dios le entregó por nosotros, y Ju
das por el dinero. Porque Dios le entregó en hostia
y oblacion por la salud de todo el linage humano,
y Judas por ódio y mala voluntad. Dios movido.de
caridad , y Judas por avaricia. Silveira con S. Agustín.
vz&i&e.-,- \>- .'¿v.av-mv.í^ • ■ *■ •.■:. ' -

■.■i-■■- -CAPITULO XXVIH.

I.

Al v. 1. En la víspera del sábado, que luce en el


primer dia del sábado vino Marta Magdalena , y otra
María á ver el sepulcro: esto parece no concuerda
con lo que dice S. Marcos al cap. 16. Habiendo pa-
Kk
2S3
sado el sábado , compraron arotoas para ungir á Jesus,
y muy de mañana en uno de los sábados vinieron al mo
numento nacido ya el sol : ni aun esto de S. Marcos
se conforma con lo que dice S. Juan al cap. 20. : que
aun habia tinieblas. ¿Cómo podrán concillarse?
R. Todos dicen una misma cosa , y asi se conci
llan facilmente. S. Mateo dice : que la víspera del
sábado, esto es, en la noche que mediaba entre sá
bado y sábado, al amanecer vinieron á ver el se
pulcro: lo mismo y con mas claridad dice S. Mar
cos : habiendo pasado el sábado , ó anterior semana,
vinieron , ó salieron muy de mañana el primer dia
de los sábados, ó semana siguiente, y llegaron al se
pulcro quando ya habia nacido el sol. De modo que
qüando salieron de la Ciudad aun no era claro , y
habia tinieblas , como dice S. Juan: y quando llega
ron ya el Sol habia nacido, como afirma S. Marcos.
Toledo , Petavio , y otros citados por Tirino.

EVANGELIO DE S. MARCOS.

CAPITULO PRIMERO.

Al v. 26. í maltratándole reciamente el espíritu


inmundo , y exclamando con una voz grande salió de él.
i Pues cómo S. Lucas al cap. 4. dice : que salió de é/,
y no le hizo daño alguno7.
R. San Marcos dice que le maltrató porque . le
derribó en el suelo, y le hizo dar grandes gritos:
S. Lucas : que. aunque le derribó en tierra, no le mu
tiló miembro alguno. S. Gregorio citado por Tirino.
" \ ; ..jw., ..í ii\ . - - '.;.i. .'.. ... „ .'. . . . .
Al cap. 4. de S. Mateo w. 3. y 6. dixo el diablo
á Christo : si eres hijo de Dios : en esto daba á en
tender el diablo, que no sabia que Christo era hijo
de Dios, i Pues cómo al v. 24. de este cap. de S. Mar
cos decia el diablo: qué tenemos que ver nosotros con
tigo Jesus Nazareno í ¿ Has venido á destruirnos ? ¿ Sé
quién eres , el ¿santo de Dios2. ¿Cómo al v. 34. dice
S. Marcos : y lanzaba muchos demonios, y no los per
mitia hablar, porque sabian quien era'i ¿Cómo al ca-
pít. 3. dice: y los espíritus inmundos quando le veiany
se arrodillaban , y clamaban diciendo : tú eres Hijo de
Dios : y los amenazaba vehementísimamente , para que
no le manifestasen* ¿Y cómo al cap. g. v. 7. dice: el
espíritu inmundo le adoró , y le llamó Hijo de Dios al
tísimo ? Todo esto de S. Marcos no se compone bien
con aquello de S. Mateo : si eres Hijo de Dios.
R. No hay oposicion alguna. Los demonios ja>
mas supieron, mientras vivió Jesuchristo, con teda
y omnímoda certeza que era el unigénito de Dios y
Mesías verdadero. Pero siempre se lo sospecharon.
Aunque habian visto, que habia sido circuncidado^
como si fuera pecador; la vida Santísima de Christo,
sus virtudes, sus palabras, sus acciones, todas irre
prensibles : el saber que se hablan cumplido los orácu
los de los Profetas acerca de la venida del Redentor:
los milagros ocurridos en su nacimiento, en la venida
de los Magos , y todo quanto veian y observaban en él,
les hacia sospechar que Christo no era hombre puro¿
y conjeturar que era hijo de Dios, y el Mesías. Para
salir de dudas se valieron del ardid de decirle: Si eres.
hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pam
si eres hijo de Dies , echate de aquí abaxo ; pues si
lo hacia, manifestaba que era mas que hombre, y si
no lo podia hacer, era prueba que era hombre puro.
Kk2
260
Pero el Señor confundió la osadía de los espíritus ma
lignos, y ellos quedaron con sus dudas y sospechas,
conjeturando siempre mas y mas que era el Santo
de Dios y verdadero Mesías. Viendo los milagros que
hacia tan estupendos, que ninguno los había hecho
semejantes desde el principio del mundo.; y que ellos
ni todo el infierno junto no podian resistir al impe
rio de su voz, inferian y conjeturaban que era Hijo
del Altísimo. Y asi decian : que sabian quién era. Pe
ro mentían ; porque siempre estuvieron dudosos. Y su
conocimiento era solo por conjeturas.

CAPITULO IIL
trv ■
, L

i. Al v. 4. T les pregunto, \es licito en los Sábados


hacer bien , ó mal ? i Salvar el alma , ó perderla ? S. Ma
teo al contrario dice al cap. 12. v. 10. Que los de la
Sinagoga fueron los que le preguntaron á Christo , si
era lícita curar en Sábado ? ¿ A quién liemos de estar?
¿Preguntó Christo á los Judios, ó los Judíos á Jesu-
Christo? .';>■
R. A los dos Evangelistas debemos estar ; porque
ambos dicen verdad. Los de la Sinagoga pregunta
ron primero á Chrisía*..»' era lícito curar en Sábado,
como dice :S. Mateo. Con ánimo de si respondía que
sí , acusarle como infractor de la ley de Moysés. Pe
po el Señor conociendo su deprabada intencion, les
sotstextó con otra pregunta, dándoles á entender su
ignorancia acerca de la ley. Es lícito , les preguntó,
hacer bien, ó mal, en Sábado ? ¿ Salvar el alma , ó per
derla2. Como dice S. Marcos. S. Mateo añadei, ■que
les hizo este raciocinio : \ quién de vosotros si tiene una
oveja , y\ ésta cae en un hoyo en Sábado , no la saca y la
levanta2. iQúánto mejor es un hombre, que una ovejdi
e6i
Lícito es, pues, hacer bien en Sábado. Con lo qual los
llenó de confusion.

CAPITULO VL
i ■
I.

Al v.g. T no podía allí (en Nazareth) hacer mila


gro alguno ; solamente sanó algunos pocos enfermos po
niendo las manos sobre ellos. Aqui parece hay una con-
tradicion ciara. Pues si alli no podia hacer milagro
alguno , ¿ cómo sanó á los enfermos ? Y si los sanó;
por fuerza podia hacer milagros. Ademas: Christo
¿no era verdadero Dios? ¿No dice S. Lucas cap. i.
A Dios nada es imposible2. ¿Pues cómo dice S. Mar
cos : que no podia alli hacer milagro alguno ?
R. Para el milagro regularmente son necesarias
dos cosas ; poder en el que le obra , y fé en el suge-
to. Quando falta alguna de estas dos cosas , se dice,
que no se puede hacer el milagro. No le faltaba po
der á Christo, pues erai ¡verdadero Dios omnipotente,
á quien nada es imposible ; pero faltaba la fé de los
Nazarenos. Y asi la imposibilidad no estaba de parte
de Christo, sino de parte de los de Nazareth, que
ponian el obstáculo de su infidelidad. Por .esto quan
do, segun se , dice al cap. 9., aquel padre que tenia
el hijo con el demonio mudo, llegó al Señor dicien
do : si puedes ayudanos : le respondió : si puedes creer,
todas las cosas son posibles para el que cree. Por esta
incredulidad de sus paisanos no quiso hacer alli nin
gun milagro estupendo, como habia obrado en otras
partes, y se contentó coja sanar, algunos enfermos,
que serian menos incrédulos , y tendrían mejores dis
posiciones para recibir aquel beneficio. Y así se con
cilla todo.
¿6t
CAPITULO XVI.

Al v. 8. Ellas, saliendo huyendo del sepulcro por


que se habian llenado de temor y espanto, á ninguno dixe-
ron cosa alguna, | Pues cómo dice S. Lucas al cap. 24.
v. 9. T salieron del sepulcro , y fueron d contar todo es
to a los once (Apóstoles) y á todos los domas ; y las que
refirieron estas cosas á los Apóstoles2... ¿Cómo se com
pone: no decir á ninguno cosa alguna, con haberlo
dicho á los Apóstoles y á todos los demas ?
R. El Angel dixo 1 las mugeres, que fuesen á
dar noticia de la resurreccion de Christo á los Dis
cípulos, y á Pedro. No las mandó que lo dixesen á
los que encontrasen en el camino. Y tanto por esto,
como por el miedo que llevaban , á ninguno de quan-
tos encontraron en el camino y calles , dixeron cosa
alguna de lo sucedido, como dice S. Marcos, pero ha
biendo llegado donde estaban los once Apóstoles y
los demas congregados, les dieron noticia de todo,
como afirma S. Lucas.

II.
Al v. 16. El que creyere y fuere bautizado, será
salvo, i Pues cómo Sautiago al cap. 2. v. 24. dice : que
nada aprovecha la fe sin obras2.
R. Christo habla de una fé viva , acompañada de
buenas obras, y dice que el que creyere y viviere se
gun ordena la le que recibió en el bautismo, será sal
vo ; y en prueba de esto dixo á aquel mancebo, si quie
res entrar en la vida eterna guarda los mandamien
tos. Lo qual es lo mismo que dice Santiago: que de
nada aprovecha la fé christiana, sin obras de chris-
tiano para la salvacion.
263
EVANGELIO DE S. LUGAS.

CAPITULO PRIMERO.

Al v. 32. jl le dará el Señor Dios (á Jesus) el tro


no de David su padre : y reynará en la casa de Jacob
eternamente. El Reyno de David fué terreno y de es
te mundo. Jesuchristo no reynó , ni obtuvo el trono
temporal de David; antes bien, queriéndole las turbas
proclamarle Rey, huyó: y preguntado por Pilatos, si
era Rey de los Judios : respondió , segun dice S. Juan
al cap. 18. , mi Reyno no es de este inundo: segun esto
parece no se cumplio lo que S. Gabriel dixo á María
Santísima. . , „
R. Habia anunciado Isaías cap. 9. v. 7. Que el
Mesías verdadero se sentaría sobre el sólio de David
y sobre su Reyno, para confirmarle y corroborarle
enjuicio y justicia por toda. la etenúdadi Esta pro
fecía y otras semejantes á ésta , las entendieron los
Judios segun la corteza de la letra. Y así esperaban,
que el Mesías prometido habia de ocupar material
mente el trono y sólio de David, que. habia desha
cer guerra á todas las Naciones , y las habia de su
jetar á su imperio con la espada en la mano, y que
lleno de riquezas y de poder habia de corroborar el
Reyno terreno de los Judios para siempre. Pero la
letra del vaticinio,, entendida materialmente, los ma
tó y engañó. Isaías no habió del Reyno temporal y
terreno de JDavid, sino de un Reyno mas excelente,
presignado y figurado en el Reyno de David. Pues asi
como David en muchas cosas fué figura de Chrísto; asi
su Reyno fui figura del reyno del Mesías: y. en las Sa
«64
gradas Escrituras las cosas terrenas son figura de las
espirituales y celestiales, y las temporales de las e-
ternas. Por lo qual dice S. Pablo , que todas las co
sas de la antigua ley, eran para los hebreos figuras
de lo que habia de suceder en la ley de gracia. Y asi
el Profeta Isaías , y el Arcangel S. Gabriel quando di-
xeron que á Christo le daria su padre Dios el sólio y
reyno de David, hablaron de un Reyno espiritual y
celestial. No porque Christo Dios y hombre verda
dero no sea Rey y Señor de todos los Reyes, de to
dos los que dominan , de la tierra , y de toda su ple
nitud ; sino porque el Reyno que le estaba preparado,
y que habia de establecer en calidad de Mesías era
un Reyno de justicia , de santidad , de gracia y de
gloria , dirigido todo á la felicidad eterna. Y por es
to respondió á Pilatos, que su Reyno no era de este
mundo. Le fué, pues, dado un Reyno espiritual, fi
gurado y presignado en el de David. Y empezó á rey-
nar en su Encarnacion, extendio su Reyno con su
predicacion, echó fuera de este mundo á el tirano
que le dominaba, y vencio á sus enemigos con sus
virtudes y doctrina ; muerto y exaltado en una Cruz,
atraxo á sí y á su Evangelio todas las Naciones ; y
últimamente , glorioso á la diestra de su Eterno Pa
dre, reyna y reynará con todos les Santos eterna
mente. Tirina.
II.

Al v. 64. Entre las profecías de Zacarías se dice:


que en viniendo el Redentor, serviriamos al Señor sin
temor: esto parece se opone á todas las escrituras de
uno y otro Testamento , en las quaies se nos encar
ga y manda: que sirvamos á Dios con temor y con
temblor.
R. Hay dos temores uno servil , y otro filial. Y
de un modo y de otro debemos temer á Dos. Con
temor servil, porque es justo Juez que puede casti
garnos : y con temor filial mirándole como á nues
tro Padre , amándole y reverenciándole con afecto de
hijos por ser digno en sí mismo, y por sí mismo de
ser amado sobre todas las cosas. Los Judíos por lo
comun servían á Dios con temor servil. Sujetos á una
ley llena de terror , de espanto , y de conminaciones,
arrastraban las cadenas de una rigurosa servidumbre.
El Divino Redentor nos tenia que librar d? esta ser
vidumbre: se tenia que manifestar como un Padre
tierno, piados.0 , compasivo , y misericordioso, y dar
nos su ley llena de dulzura, de suavidad, y de gra
cia; para que asi le sirvamos no servilmente y como
esclavos , sino como hijos con amor : no con puras ex
ternas ceremonias , sino con justicia y santidad : no
con interrupcion : sino todos los dias é instantes de
nuestra vida. Este temor filial es mas excelente y no
ble, que el servil: y es el que se nos encarga en las
Sagradas Escrituras, y de éste no habló Zacarías.
Tambien se nos encarga muchas veces en las escritu
ras el temor servil, para que sepamos que el que no
ama y teme á Dios por ser quien es , y como á Pa
dre; le debe amar y temer como á Juez, que castiga
con rigor sus ofensas.

CAPITULO VL

L
Al. v. i^. Descendiendo del monte con sus discípu
los , estubo en un lugar llano , y allí sanó a los enfermos
y predicó: ¿cómo S. Mateo al cap. 5. v. 1. dice: que
Subio al monte, y que sentado allí predicó ?
R. Christo subió al monte con sus discípulos, y
allí predicó á estos el sermon que dice S. Mateo. Des
pues baxó del monte , y parándose en la llanura donde
Ll
a66
«taba la multitud de gentes que habla couourrido de
todas partes para oirle, y para que los sanase de sus
enfermedades , predicó tambien compendiando el ser
mon del monte, y sanando los enfermos, y endemo
niados como dice S. Lucas.

CAPITULO VIL
i . -■ * r
' ■ - ■ ¡..■ I -x : -:■;:- .v - í
Al v. 47. La son perdonados muchos pecados porque
amó mucho. ¿Pues cómo á la muger la dixo al v. 50.:
tufé te ha dado la salud2. ¿Siendo la fé y la caridad
distintas virtudes ? ,
R. Porque la fé es el principio de la justificacion.
La fé conduxo esta muger á los pies de Jesuchristo,
llorosa de sus pecados : y la fé junta con la confian
za en la divina misericordia , y con el amor de "Dios,
justifica. El concilio Tridentino.
t
CAPITULO VIII.

Al. v. 31. Aquellos demonios , que poseían á aquel


hombre en la region de los Gerasenos, rogaban á
Christo no los mandase ir al abismo. S. Marcos dice:
que suplicaban no los echase de aquella region. ¿Se opo
nen entre sí?
R. No se oponen , porque como eran muchos los
demonios que componían aquella legion, cada uno di
na su cosa. Son muchos los Padres que afirman, que
no todos los demonios fueron echados con Lucifer á
los infiernos, y que muchos quedaron sobre la tierra
y en el aire. De estos acaso serian los de la legion,
que atormentaba á aquel, ó aquellos energumenos,
267
ios quales bien hallados con estar alli atormentando
á los hombres , y temerosos de que el Señor los ar
rojase al infierno decían. ¿Qué tenemos que ver no^.
sotros contigo Jesus Hijo de Dios ? ¿Has venido antes
de tiempo á atormentarnos? Mas viendo, que no po-
dian resistir á su imperio, le rogaban unos, que no
los echase de aquella region ; otros que no los preci
pitase á los abismos : y todos que les permitiese en
trar en unos puercos, que había allí cerca.
: .■ : '>):■..' . 'v. ■ '. Uió;.... ■ , ._
. ..,: u ': , ¿H ....:

Al v. 28. ¿ Qué tienes que ver conmigo Jesus Hijo


de Dios Altísimo ? Parece esto una confesion de la Di
vinidad de Jesuchristo: y aquello del v. 31 y le roga~
han no los mandase ir al abismo : y el pedirle su licen
cia y permiso para entrar en los puercos ; parecen actos
de humildad y de reconocimiento del supremo poder
de Jesuchristo. ¿Cómo se compone esto, con aque
llo , que dice David en el v. último del salm. 73. , la
sorberbia de aquellos que te aborrecieron , siempre va
en aumento ?
R. El demonio es padre de la soberbia, y todas
sus operaciones llevan el sello de la soberbia y ma
lignidad. Es indecible el encono y rabia, que tienen
contra los hombres, y para dañarlos, se valen de
quantos medios les sugiere su malicia. Se transfigu
ran en Angeles de luz,. se humillan, y hacen otras co
sas , que parecen buenas. Pero siempre con el fin de
dañar á los hombres, y de estender su soberbia. Esta
vá siempre en aumento, como dice David. Porque
siempre está pensando nuevos ardides , para no per
der la posesion de lo que ha adquirido , y para en
gañar , ó dañar á los demas. Quando no puede saciar
su rabia contra los hombres, dirige sus tiros, si se lo
permite Dios, contra los anímales y cosas, que sir
Ll 2
s68
ven y aprovechan a los hombres. Asi lo hicieron los
demonios de esta legion. Luego que vieron á Jesu-
christo, viendo que no podían resistir á su poder,
• empezaron á adularle llamándole Hijo de Dios Altí
simo , para ver si se dexaba llevar de sus alabanzas,
y podían conseguir que no los atormentase. Viendo
que de este modo no lo conseguían acudieron á la
.humildad rogando y suplicándole , que no los arro
jase de aquella region, que no los precipitase á los
abismos, y por último que los permitiese entrar en
los puercos. De modo dice; Amoldo Carnotense. "Que
vaquel que decía: me sentaré en el monte del Tes
tamento, seré semejante á el Altísimo; ya no se a-
atreve á entrar en una. manada de puercos, sin per.
«miso de Christo."
III.

Christo nos enseñó : que no hagamos con Jos demas,


lo que no queremos se haga con nosotros : y el Apóstol
en el cap. 10. de la primera carta á los Corintios,
v. 32. encarga : quejw ofendiesen á tos Judíos, ni á los
Gentiles. ¿ Cómo Christo diciéndole los demonios : que
los dexase entrar en los puercos , los dixo : que entrasen:
con perjuicio y ofensa de sus dueños ?
R. Para que por este medio constase la malignidad
de los demonios; y el supremo poder de Jesuchristo.
La malignidad de los demonios, que ya que no po
dían dañar á los hombres en sí mismos, ■procuraban
dañarlos en sus bienes; y se valían de este ardid, para
hacer odioso á Jesuchristo con aquellas gentes, dán
dolas motivo para maldecirle y blasfemar de él , y
apartarlas de su doctrina y predicacion : Eutliymio. Y
Christo los permitio, que entrasen en los puercos por
muchos motivos. i.° Para dar á conocer su potestad
,y virtud sobre todas las criaturas. 2.° Para que vie-
.sen los hombres, que los demonios nada pueden, sin
el permiso de DicfS. 3^ Para que conociesen, que los
demonios causarían daños mayores á los hombres, si
no reprimiera el Señor su malignidad. 4.0 Para en
señar que la pérdida de todos los bienes- temporales
y terrenos es mucho menos mal , que la posesion de
un hombre por el espíritu maligno. 5.0 Para desen
gañar á las gentes y refutar el error de los Sadu-
ceos, que negaban la existencia de los Angeles y de
monios. 6.° Para exercitar y probar la virtud de los
dueños de los puercos , si eran buenos ; como lo hizo
cpn el Santo Job: ó para castigar en parte sus pe
cados, si eran malos. Lo qual entra en el orden de
la sabiduría , providencia y justicia de Dios. Sin
que por esto sea lícito á los hombres el perjudicar,
ni ofender á sus próximos. Todos los motivos arriba
puestos son de S. Juan Chrisóstomo , S. Hilario , y de
otros citados por Tirino. -. . t r-
(pSNWMfci'JWr WíS! iür.KZiií "tinr:ñ '.i- ■r ^ ■-.■.. >.. >■--•;■ ■- -^
VtU- *tti IV. .- i.

$>i ¡Al v¡. 32. Andaba álli una manada de puercos pa


ciendo en el monte. Los Judíos no podian, ni debían
comer carne de puerco; pues se la habia prohibido
Dios ) al cap. n. del Levítico, v. 7. Parece irregular,
que tuviesen puercos, sin poder comer „u carne.
R. No se sabe dei quiénes eran ' aquellos puercos.
Pero que los habia es indubitable. En aquellas ciuda
des habitaban Judíos y Gentiles, como dice Josefd
de Bello Judaico : y asi pudieron ser de los Gentiles,
segun el Cartujano: ó de los Judíos, para vender
los á los Gentiles , como quiere Jansenio : ó de unos
y otros, como dá á entender el Abulense.
^wu^ .i' '-'" . r-, .'v' \m ;..■.v- *mu%% V'imtyw ■?&?!&
Z7Ó
CAPITULO X.
- /
I. i-i.. .--!.: ".
Al v. 23. Bienaventurados los ojos , que ven las co
sas , que vosotros veis. ¿ Pues cómo dice por S. Juan
cap. 20. Bienaventurados los que no vieron y creyeron!
R. Porque unos y otros son bienaventurados.
Aquellos porque lograron la dicha de ver- y oir lo que
por tantos siglos habian deseado-ver y oír los Pa
triarcas, los Profetas y muchos Reyes, que era la
venida del Mesías , naciendo de una Madre siempre
Virgen, la institucion de la ley de gracia, la doctri
na y milagros del Divino Salvador, y la redencion
del linage humano. Y los que creyeron, y creemos,
en él sin haberle visto, ni tratado mientras vivió en
este mundo, sin haber oido de su boca sus palabras
de vida eterna, sin haber sido testigos de sus mila
gros y maravillas , y sin haber tocado sus llagas como
S. Tomás, son tambien, y somos tambien, y aun
mas particularmente "dichosos ; porque teniéndole pre
sente en el augusto Sacramento de nuestros altares,
y creyéndole, aunque oculto, por nuestro Dios y Se
ñor , le adoramos y bendecimos á todas horas , y á
costa de muy poco, ó de ningun trabajo.

CAPITULO XII. ..:

I.

Al v. 14. Diciendo uno a Christo: Maestro, di á


mi hermano , que divida conmigo la heredad : respondió:
hombre , i quién me ha constituido á mi juez y divisor
entre vosotros2. ¿Pues cómo al cap. 5. de S. Juan,
v. 22., dixo el mismo .Christo: el padre no juzga á
ninguno ; pues todo juicio ó potestad de juzgar se le
dio al Hijo ?
2^1
R. La potestad de juzgar es propia de todas tres
Personas, y el Padre y el Espíritu Santo juzgan y
juzgaran tambien, aunque de un modo invisible, en
.el dia del juicio. Él Hijo de Dios hecho hombre fué
constituido Juez de vivos y muertos , y se le comu
nicó toda potestad para juzgar en forma visible de
hombre en el dia del juicio, como dice S. Juan. Pero
respondió á aquel: ¿Quién me ha constituido Juez
y divisor entre vosotros? ya para no dar fomento.
á la opinion de los Judios acerca del reyno político
del Mesías: ya para manifestar, que el gobierno de
la Iglesia eclesiástico era distinto del gobierno civil:
ya para que conociesen, que su misión y doctrina
se dirigían á hacer á los hombres participantes , no
de los bienes de la tierra, sino de los cielos, segun
S. Ambrosio , Euthymio y Beda : y ya principalmen
te, para apartar de la avaricia .á aquel, que preten
dia la division de la heredad, como se colige del
verso siguiente: mirad, y guardaos de toda avaricia-,
porque la vida de cada uno , no está en la abundancia
de las cosas que posee.

CAPITULO XIV.

. "Al v. 12. Quando hagas algun convite ó cena, no


■llames a tus amigos. Esto parece se opone á aquello
■que se dice al cap. 27. de los Proverbios v. 12. No
dexes ni desampares d tu amigo, ni al amigo de tu
padre.
R. Los amigos, hermanos, parientes y vecinos
ricos son dignos de estimacion, y de que se hagan con
ellos oficios de gratitud, de humanidad y buena cor-
respondiencia, llamándolos alguna otra vez á los con
vites sobrios y honestos, con ánimo de mantenerse
272
en buena armonía, y con fraternidad christiana. Es
to dá á. entender el texto de los Proverbios. No lo
niega Jesuchristo , ni prohibe que se haga. Pero quie
re mas bien que sean llamados al convite ó cena loa
pobres , los débiles , cojos y ciegos. Y el motivo es,
como dice el mismo ; porque convidando á tus ami
gos y ricos , expones á estos á que te paguen del mis
mo modo, recouvidandotcá tí, y entonces no tienes
• mas galardon que el ser convidado por ellos. Pero si
convidas á los pobres y miserables, como estos no tie
nen con que retribuirte, todo el favor que les haces
lo recibe Dios , y te dará la retribucion en la resur
reccion de los justos.
IL

Al v. 26. Si alguno viene á mi, y no aborrece á


su padre, á su madre, a su muger, á sus hijos, á
sus hermanos y hermanas , y su misma vida, no pue
de ser discípulo mio. Esto parece se opone clara
mente á aquello que dixo Dios al cap. «;. del Deute-
ronomio, y que manda el precepto natural: honra á
tu padre y á tu madre: y aquello que dice el Apóstol
al cap. g. de su carta á los de Efeso : varones , ó -ma
ridos , amad á vuestras mvgeres.
R. El padre, la madre, la muger, los hijos y los
hermanos deben ser honrados, queridos, amados y
estimados , como dicen el Deuteronomio y S. Pablo,
si no nos son de impedimento para servir á.Dios. Pe-
si nos ponen óvices para servir á Dios: si con pala
bras engañosas, y con malos exemplos, nos quieren
apartar del cumplimiento de la ley de Dios, y hacer
que obremos mal , y nos entreguemos á los vicios;
en tal caso debemos aborrecerlos, no queriéndolos
mal, sino dexándolos* y apartándonos de ellos. Aun
nuestra vida debemos perder antes que ofender á
•Dios. Porque debemos amar á Dios mas que á todas
, 273
las cosas : y si es necesario debemos perderlas todas
por no ofender á Dios. Y esto es lo que nos dice Je-
suchristo.
CAPITULO XVI.

Al v. 8. Alabo el Señor el ingenio del mayordomo,


que habia disipado sus bienes :.. To os digo : haced ami-
gos con las ganancias iníquas , para que quando seais
llamados á cuentas os reciban en el cielo. Esto no se
compone bien con lo que se dice al cap. 20. del Éxo
do v. 15. No hurtarás. Ni con aquello del capít. 5.
v. 17. del Eclesiástico : vendrán sobre el ladron la con
fusion y la penitencia , ó castigo. Ademas , ¿ es líci
to dar lo que se ha robado á "unos , á otros ?
R. El hurto es malo y pecado. Está prohibido por
Dios : y no debemos hacer con nuestros próximos lo
que no quemamos se hiciese con nosotros. Ademas,
hay obligacion de restituir al propio dueño lo que se
le ha hurtado} porque la cosa donde quiera que esté,
clama siempre por su Señor. El amo no alabó el hur
to de su mayordomo , ni la disipacion de sus bienes;
sino la industria de que se valió para tener amigos
que le amparasen, caso que le quitasen su empleo.
Ni Christo quiere que se hurte, ni que haya lucros
y ganancias iníquas para dar limosnas á los pobres;
ni que lo que se ha hurtado se reparta á los pobres,
caso que se sepa el propio dueño. Lo que Christo
quiso enseñarnos con esta párabola fué , que asi co
mo aquel mayordomo, viéndose perdido, se habia
valido de todo su ingenio y prudencia para su bien
temporal ; asi nosotros , si hemos disipado los talen
tos y gracias que Dios nos ha confiado , nos valga
mos de quantos medios nos sugiera la prudencia chris-
tiana para lograr el perdon de nuestros delitos , y nos
Mm
274 . .
conceda los bienes espirituales y eternos. Y como las
riquezas, por lo comun, se adquieren por medios iní-
quos , nos encarga Christo , que no sabiendo sus due
ños , las pongamos en manos de Dios , dándolas á los
pobres y haciéndolos nuestros amigos, como lo hizo
Zaqueo y otros , para que con sus oraciones nos con
sigan el perdon de nuestros pecados y las riquezas
del cielo.
II.

Al v. 10. El que es fiel en lo poco , tambien es fiel


en lo mucho : y el que es iníquo en lo poco , tambien es
iníquo en lo mucho. Lo contrario se verificó en Saul,
en Eli , y en Judas , los quales fueron fieles en lo po
co , y no lo fueron en lo mucho. Y en Saulo , que
fué iníquo en lo poco, y fidelísimo en lo mucho.
R. Estas palabras de Christo no deben entender
se rigurosamente como suenan, sino como y segun
sucede regularmente entre los hombres. Por lo comua
el que es fiel en unas cosas , lo es tambien en las de-
mas i y el que ocioso y negligente en unas , lo es en
otras. El que es fiel en lo temporal , ¿ cómo no debe
rá serlo en lo espiritual, que le importa mas? Y el
que no cuida de * lo temporal , cómo cuidará de
lo eterno , que exige mayor trabajo y vigilancia ? A
esto viene bien lo que decia S. Pablo: el que no sabe,
ni es fiel en el cuidado de su casa , ¿ como podrá ser fiel
y diligente en el gobierno de la Iglesia de Dios ? Esto
no quita el que algunas veces se vea lo contrario, co
mo se vió en Saul , Helí , Judas y Saulo.
'..i'. ;.;;:.-" ■ III.
■ "' Al v. 19. Habia un hombre rico, que vestia de púr
pura , y de lino finísimo , y cada dia tenia convites ex-
plendidos... y murió el rico y fué sepultado en el infier
«75
no: ¿por qué se le culpa á este rico diciendo el Espt
ritu Santo al cap. 2. del Eclesiastés: ¿no es mejor co-,
mer y beber , y gloriarse de los bienes adquiridos con el
sudor y trabajos ? Esto es una natural cosa inspirada
por el mismo Dios. Y al cap, 5. v. 17. Esto me parece
bueno : que cada uno coma y beba, y goce de su trabajo
con alegría... Dios a todo hombre á quien da riquezas y
bienes, le concedio facultad y potestad para comer de
ellas y para gozar de ellas, y alegrarse de su trabajo.
Esto es un don de Dios.
R. NO se le culpa á este rico, ni fué precipitado
al infierno porque vestia y comia explendidamente de
los bienes que Dios le habia dado, sino por su cruel
dad y falta de misericordia con los pobres ; porque
viendo á Lázaro á su puerta tan lleno de llagas , que
movia á compasion á los perros, que le hacian la bue
na obra de lamérselas : y en tan extrema necesidad,
que deseaba remediar su hambre con las migajas que
caian de la mesa del rico, era éste tan cruel, que ni
se apiadaba del infeliz Lázaro, ni le remediaba ni so
corría. S. Agustín y otros.

CAPITULO XVIL

Al v. 20. Preguntado Jesuchristo : i quándo vendrá


el Reyno de Dios ? Respondió : el Reyno de Dios no vie
ne con observacion. Si no viene el Reyno de Dios con
observacion, ¿cómo al cap. 21. v. 25. dixo á sus dis
cípulos : y habrá señales en el sol, y en la luna , y en
las estrellas... mirad, ú observad, quando comenzaren ¿
cumplirse estas cosas, está cerca vuestra redencion, y
entonces verán al hijo del hombre venir sobre una nube
con grande podery magestad... quando viereis hacerse es
tas cosas saber que está cerca el Reyno de Dios ? ¿ Có
mo dice que precederán y se observarán estas cosas en
Mm 2
a?6 . '
la venida del reyno de Dios , si antes dice que el
Reyno de Dios vendrá sin observacion ?
R. En estos lugares se habla de dos distintas ve
nidas del Reyno de Dios. Los Fariseos entendien
do mal algunos textos- de las Escrituras, esperaban
que el Mesías viniese con el mayor explendor, a-
parato, pompa y magnificencia á reyuar ; y* como
en Christo no veian m observaban nada de magestad
real, no le. reconocían por Mesías verdadero. Por esr,
to los desengaña, haciéndoles conocer que el Reyno
de Dios no viene del modo que ellos esperaban ,: sino
con humildad, pobreza y mansedumbre. En el se
gundo texto habla de la segunda venida, y como en
ésta ha de venir revestido de todo su poder y ma
gestad, quiere que se observen las señales que le han
de preceder, para que conozcan, que en verificándo
se, está cerca su redencion y Reyno de Dios. - -:. •

CAPITULO XVÍII.

Al v. i. Conviene orar siempre y no desfallecer.,


i pues cómo dice S. Mateo al cap. 26. que hallándo
los dormidos en el huerto les dixo : dormid ya y des
cansad. ■ ■ ■ -i ■ .'. .■
R. No quiere decir el Señor, que siempre este
mos puestos en oracion formal j sin pensar en otra
cosa, y sin atender á las respectivas obligaciones, co
mo decían y hacían los Euchitas; sino que debemos
orar siempre, y mayormente quando urge la tenta
cion: unas veces formalmente pidiendo á Dios con
humildad, confianza y perseverancia, que no permi-
- ta demos consentimiento á la tentacion ; y otras ve
ces virtualmente, empleándonos en santas y buenas
obras , y en el cumplimiento de las obligaciones.
2??
Ghrlsto habia encargado á sus Apóstoles , que orasen
y velasen para resistir á la tentacion ; y hallándolos
tercera vez dormidos y descuidados , les dixo como
irónicamente : dormid ya , y descansad. Como si les
hubiera dicho: os he encargado que os previnieseis
con la oracion, para la tentacion, y os habeis entre
gado al sueño : ya ha llegado la hora de ser tentados,
ahora vereis si es tiempo de dormir y descansar. Le
vantaos , y vamos , ved que ha llegado el que me en
tregará.
- CAPITULO XXIIL

Al V; 2. Los Judios acusaron á Cbristo ante Pi


latos :. diciendo : que prohibia pagar tributo al Cesan
i cómo podian decir esto habiendo pagado Christo tri
buto por sí, y por S. Pedro, y habiendo respondido
á los que le preguntaban si era lícito pagar tributo
al Cesar, ó no: dad á Dios lo que es de D ios , y al
Cesar lo que es del Cesar!
Los Escribas y Fariseos se valieron de quantos
medios les sugería su envidia y malicia para calum
niar á Christo, y malquistarle con Pilatos j para que
éste le mandase quitar la vida. Se agitaba en aquel
tiempo entie los Judios la qüestion, de si era lícito
á los del Pueblo de Dios pagar tribuios, ó no, al
Cesar. Los seguidores de Judas Galileo , distinto del
discípulo de Christo, defendían, que no era lícito á
los Judios, que eran un Pueblo Santo, pagar tribu
tos al Cesar, que era idólatia. y gentil. Esta secta to
mó mucho incremento , tanto que fué necesario que
Pilatos tomase la mano, y mandase degollar á mu
chos de ellos, mezclando su sangre con la sangre, de
las víctimas que los de Israél ofrecían en Garizin.
Viendo los Escribas y Fariseos á Pilatos, tan enco
278
nado contra los que impedian, y decian que no era
lícito pagar tributos al Cesar, juzgaron que hacien-.
do á Christo seguidor de aquella secta, le mandaría
al instante quitar la vida. Pero PHatos conoció la
impostura y falsedad, y á pesar de sus falsos testi
monios , dixo : que nada hallaba en aquel hombre
que le hiciese digno de muerte.

II.
Al v. 39. T uno d¿ aquellos ladron?; , que estaban
colgados, le improperaba diciendo: si tu eres el Chris
to, salvate á ti mismo y a nosotros, ¿como se com
pone con S. Mateo y S. Marcos que dicen : que los
ladrones le improperaban2.
R. Al principio le improperaron los dos. Después
se convirtió uno, y pidió á el Señor perdon y mise
ricordia. Su Magestad se la concedió, y ademas el
Paraiso. S. Ambrosio.

EVANGELIO DE S. JUAN.

CAPITULO PRLMERO.

i ti L

Al v. 8. Hablando del Bautista dice: el no era


luz : ¿ cómo al cap. 5. v. 35. dice del mismo Bautista:
que era una antorcha, que ardiay lucia'2. Si lucia, ¿co
mo no era luz ?
R. El Bautista no era luz por esencia. No era
aquella luz verdadera, que ilumina á todos los hom
bres. Pero era luz por participacion y por gracia. Era
una antorcha, que ardia con el fuego de la mas ar
279
diente caridad, y habiendo sido santificado y lleno
de gracia en el vientre de su Madre , lucia á la pre
sencia de los hombres con los mas estupendos excra-
plos de todas las virtudes, y con los resplandores
de la doctrina celestial, que le habia comunicado
Dios, para que anunciase la venida del verdadero
sol de justicia. Tanto lucia el Bautista, que los Ju-
dios llegaron á dudar, si era él la luz verdadera.

II.

Al v. 9. Dice de Christo : era luz verdadera , que


alumbra á todo hombre , que viene á este mundo. Si ilu
mina y alumbra á todo hombre de este mundo , ¿ có
mo dice al verso siguiente ; que estaba en el mundo , y
el mundo no le conoció2.
R. Porque aunque Christo iluminaba á todos, y
con los resplandores de sus virtudes y doctrina desr
terraba las tinieblas de los errores ; los hombres im
píos y corrompidos cerraron los ojos, para no cono
cerle, y llevados de la avaricia, de la ambicion y
soberbia , quisieron mas bien las tinieblas , que la luz.

III.

Al. v. 7. Dexa dicho S. Juan : este vino en testi


monio, para dar testimonio de la luz, y para que todos
creyesen por él : y que para esto fué enviado por Dios:
esto parece no concuerda con lo que dixo Christo al
cap. 5. v. 34. : yo no recibo testimonio de hombre. Si
Christo no recibia, ni necesitaba de testimonio de
hombres, parece superfluo, que Dios enviase á S. Juan,
para que diese testimonio de él. Dios nada hace su
perfluo.
R. Christo no necesitaba del testimonio de S. Juan,
ni de otro ningun hombre. Tenia el testimonio de
28o '
su eterno Padre , que en el bautismo habia declarado,
que él era su Hijo amado, en quien tenia sus com
placencias. Tenia el testimonio de todas las escritu
ras, cuyos oráculos dictados por Dios de ante mano,
y cumplidos en él, manifestaban, que él era el Me
sías verdadero : y tenia el testimonio de su doctrina
y desus milagros, que hacian conocer, que ninguno,
que no fuese verdadero Dios podia executarlos : y asi
no necesitaba del testimonio de los hombres. Sin em
bargo , no fué superfluo , que Dios enviase á S. Juan,
para que diese testimonio de Christo, ya para que
los Judíos no tuviesen escusa, ya porque siendo Chris
to sol de justicia convenia hubiese un lucero, que
anunciase su venida: ya para dar cumplimiento á las
profecías , que habian anunciado la venida de S. Juan
á preparar los caminos al Redentor: y ya para que
predicando penitencia dispusiese los corazones, para
recibir al Mesías dignamente.

IV.

A los w. 31. y 33. Dixo el Bautista: que no cono


cia á Christo : los Santos Padres y Expositores ex
poniendo aquellas palabras de Santa Isabel*, al cap. 1.
de S. Lucas : luego que llegó la voz de tu salutacion á
mis oídos , el infante ha dado saltos de gozo en mi vien
tre: dicen: que aquella alegría y gozo de S. Juan-
fueron, porque conocio la presencia del Redentor.
¿Cómo dixo despues que no le conocía?
R. San Juan en el vientre de su madre conoció
á Christo por divina revelacion y por fé , y conside
rando presente á su libertador y Redentor del mun
do, se regocijó y dió saltos de gozo y alegría. Pero
ni entonces, ni despues le conoció personalmente, ni
en quanto á la figura corporal, hasta que en el Jor
dan vió baxar sobre Christo la paloma y el Espíritu
s3r
Santo , que eran las señales que Dios le habia dado,
para conocerle.

CAPITULO III.
*
I.

Al v. 22. Vino Jesus con sus discípulos á la tier


ra de Judea,y allí estaba con ellos, y bautizaba', es
to se opone á lo que se dice al v. 2. del cap. 4. Je
sus no bautizaba : pues bautizaba y no bautizaba,
son contradictorios.
R. Christo bautizaba, no por sí, sino por medio
-de sus discípulos, como se dice al cap. 4. Pero como
él era el autor del bautismo, y los Apóstoles bauti
zaban en su nombre y por comision suya, se dice
al cap. 3. que bautizaba. S. Agustín, S. Gregorio
Nazianceno, y otros PP. dicen: que Christo bautizó
por sí mismo á su Madre, á S. Juan, y S. Pedro.
Y asi no hay inconveniente en decir, que Christo
bautizaba por sí pocas veces, y regularmente por sus
discípulos. De este modo no hay contradicion ninguna.

CAPITULO IV.

I.

Al v. 13. El que bebiere del agua, que yo le daré,


no tendra sed eternamente. Esto parece opuesto á aque
llo del cap. 24. del Eclesiástico : los que me beben , aun
tendran sed.
R. No hay oposicion ninguna. Christo compara,
ó habla de la gracia .Santificante por medio de la
qual reside el Espíritu Santo en el alma. Y dice el
que bebiere del agua, que yo le daré , esto es, el
que reciba mi gracia , y con ella el Espíritu Santo,
Nn
2Ü2
tendrá en sí una fuente de agua, que le conducirá
hasta la vida eterna en donde no tendrá sed por to
da la eternidad. Porque en la gloria se sacia comple
tamente la sed de los Bienaventurados con las aguas
deliciosas de las perfecciones de Dios. El Eclesiás
tico habla de los justos en esta vida , y mientras lle
ga la hartura en la patria celestial. El justo mientras
es viador debe justificarse mas y mas, y el que es
Santo debe tambien santificarse mas cada dia: y por
mas que en esta vida beban con abundancia de la
fuente de las divinas piedades, siempre estan mas
deseosos de hartar su sed viendo á Dios cara á cara.
Y aun por esto dice el Señor por S. Mateo , que son
bienaventurados los que tienen hambre y sed de
justicia.
CAPITULO V.

Al v. 31. Si yo doy testimonio de mí misma., mi tes


timonio no es verdadero. ¿Pues cómo al v. 14. del ca
pí t. 8. dice: si yo doy testimonio de mí mismo , mi tes
timonio es verdadero'2. Verdadero y no verdadero son
contradictorios.
R. Al primer aspecto parece que estos dos luga
res se oponen entre sí. Pero el mismo contesto del
Evangelio manifiesta, que no hay en ellos contradi-'
cion. En el primer lugar dice: que si él solo fuera el
que afirmára, sin mas apoyo que su palabra, que
era Hijo de Dios, igual en toda las cosas con su Eter
no Padre , que era lo que le objetaban los Judios , y
por eso querían matarle, como consta del v. 18. , en
tal caso su testimonio no sería verdadero, ni digno
de ser creido. Pero, dice en el segundo lugar, aun
que yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio
es verdadero j porque mi Padre mismo, que me ha
28,3
enviado, da testimonio de mí. De modo que en uno
y otro lugar dice una misma cosa, esto es, que lo
que dccia y afirmaba era verdadero ; porque no solo
él, sino tambien S. Juan, su Padre celestial , los orá
culos de los Profetas, y sus mismas obras daban tes
timonio de que él era el Hijo de Dios , la luz del
mundo, y Mesías verdadero.

CAPITULO VI.
'«■- - - - I.
/
A los w. i. y 2. Dice S. Juan : despues de estas
cosas fué Jesus al otro lado -del mar de Galilea, qu;
es el mar de Tiberiades , y le seguia una multitud gran
de , porque veian los milagros, qu¡ obraba con los en
fermos. Si le seguían porque veian sus milagros, ¿có
mo al v. 26. les dixo Christo: me buscais , no porque
habeis visto los milagros, sino porque habeis comido,
y os saciasteis! ¿Hay oposicion?
- R. No la hay. Porque quando las gentes le siguie
ron al otro lado del mar de Galilea , lo hicieron vien
do los milagros que obraba sobre los enfermos; y allí
multiplicó los panes, y las dió de comer. Pero á otro
dia le fueron las gentes , que antes habian comido el
pan multiplicado , á buscar á Cafarnaun , y entonces
fué quando las dixo : me buscais , no porque habéis
visto mis milagros, sino porque os di de comer, y
os saciasteis. •- .
CAPITULO VII.
....i*--.- I. .

Al v. 34. Donde yo estoy , no podeis v;nir voso


tros. ¿Pues cómo al v. 26. del cap. 12. dice: donde
yo estoy , allí estará mi ministro ?
Nn 2
284
R. En el primer lugar hablaba con los ministros,
que los Principes de los Sacerdotes y Fariseos envia
ron para prenderle. A los quales dixo : todavía estaré
con vosotros algun poco tiempo; despues iré á estar
con mi Padre que me ha enviado. Entonces me bus
careis, y no me encontrareis ; porque donde yo esté
vosotros no podreis venir ; pues sois perversos y ma
los, y en el cielo no entra cosa ninguna manchada.
En el segundo lugar habló de aquellos , que le siguen
y sirven. cumpliendo sus Divinos Mandamientos. Los
quales exercitandose en esta vida en santas y buenas
obras, estarán con Quisto despues en la gloria.

II.

Al v. 8. Dixo Christo á sus hermanos : subid vo


sotros á celebrar este dia de fiesta ; porque yo no subo
á este dia de fiesta: al v. 10. se lee: mas luego que
sus discípulos subieron ; entonces él mismo subió al dia
de fiesta. En estos dos lugares hay mucha oposicion.
R. No hay ninguna. Christo contestó en el sen
tido en que le hablaban sus hermanos. Quedan éstos
y le persuadían que fuese á la Jud'ea en público, pa
ra que los discípulos , que tenia allí , viesen los mi
lagros que obiaba. Querían que fuese á la fiesta de
la Sinagoga , ó construccion del Tabernáculo , y que
allí hiciese milagros y maravillas, para acreditarse
nías y mas, y adquirir mayor fama y estimacion. A
lo qual contestó Christo : que subiesen ellos ; porque
el no subia á aquella fiesta , esto es , pública y ma
nifiestamente como ellos quedan. Y asi aunque des
pues subio, no fué en público, sino como en oculto.
Y asi lo dice el Evangelista.
2%
• *
Al v. 28. Vosotros me conoceis , y sabeis de donde
soy : i cómo al cap. 8. v. 14. 4es dixo: mas vosotros no
sabeis de dónde vengo, tá á dónde voy: y ál v. 19:
ni me conoceis á nú, ni á mi. Padre2. Esto está confu
so sin duda. ' ■■ -Un ■
R. Toda la confusion desaparece con la explica
cion de los dos lugares. En el primero habló de su
oiigen segun la naturaleza humana. Y como los de
Jerusalen sabian, que era Hijo de María, y le tenían
por Hijo de José, y que era oriundo de Nazaret.h:
les decia: vosotros me conoceis y sabeis'* de donde soy. En
el segundo habló de su oiigen Divino: y como no
le conocían , ni querían conocerle por verdadero Hijo
de Dios, les dixo: que en qiíanto Dios no sabían üe dón
de venia'^ ni. a dónde iba , porque ellos juzgaban sola
mente segun la carne.- ■ ■•.■ i, :■.

v. CAPITULO VIH.
■- -* 1 .

,-ihi. - 1 - : .: (. r ■ . -L n ii.j

Al v. ig. To no juzgo á ninguno: ¿cómo se compo


ne esto con lo que dexa dicho al v. 22. del cap. 5,
El Padre ha dado al Hijo todo juicio i y con lo que
dice al v. 27. \T le .dio (abhijo) poder para juzgar,
porque.es hijo del hombre2. Parece se. opone lo uno
eon lo otro. • j: ;..'.';? • ¡ -■ .•
R. La potestad de juzgar es propia de Dios; pero
se le comunicó á Jesuchristo. El Padre y el Espíritu'
Santo tambien juzgan, aunque de un modo invisi
ble, con Jesuchristo. El juicio exterior, y el juzgar
al mundo y á los hombres en" calidad de Juez de vi
vos y muertos visiblemente se dió á Jesuchristo , por
que aunque Dios verdadero, era tambien hombre, y
286.
quiso Dios que los hombres fuesen juzgados por un
Dios hombre como ellos, que habia sido su Legisla
dor, su Salvador , y Redentor dando su vida por ellos
en una Ccuz4v Pero, aunque Christo. estaba constituí- ■.
do Juez de /vivos y muertos* no juzgó, ni condenó
á ninguno mientras, viviósen este mundo, ; porque en
tonces era tiempo de misericordia, y no de castigar.
Y por esto les dixo : yo no juzgo ahora á ninguno , asi
como dixo en otro lugar: no ha enviado Dios su Hijo'
al mundo , para juzgar y condenar el mundo , sino para
que el mundo se salve por él. . i . ,..■-. •' .

CAPITULO IX.
■ ■: i. -A

-..Al V. 29. Mas éste no sabemos de dónde sea: al ca-.


pít. 7. v. 27. decian al contrario :.mas éste sabemos d&
dond> es. ¿Cómo se compone esto?
R. Algunos de Jerusalen imbuidos.^ acaso, en que
ninguno seria capaz de saber el origen temporal se
gun la carne del Mesías,! segun aquello de Isaías.
¿ Quién será capaz de referir su generacion ? Decian:
quando venga el Christo, esto 'es, el ungido Mesías
verdadero ninguno sabrá de donde sea. Sabemos de
dónde es éste: sabemos que es Hijo de María y del
Carpintero : que nacio en Belen, y se ha criado en
Nazareth : y de aquí inferían : luego, na .es. éste el
Christo que esperamos. Los Fariseos argüían de otro
modo : nosotros , decían■, sabemos , que Dios habló á
Moysés , y que Moysás fué enviado por Dios: de éste,
ni sabemos que. Dios le haya hablado; ni nos cons-:
ta , que ¡Dios le haya enviado : , y asi tú, decian al
ciego ., puedes ser su discípulo, que nosotros somos
discípulos de Moysés. Asi se compone. Pero debe ad
vertirse que unos y otros mentían en sus raciocinios,
*2S?
Los primeros diciendo, que quando viniese el Mesías
ninguno sabría de dónde era. Pues los Profetas les
habian dicho , que naceria de una virgen , en Belen,
que se criaría en Nazareth, y todas' sus circunstan
cias. Y los segundos, tenían los testimonios de S. Juan,
del Eterno Padre, y de sus milagros, por los quales
debian conocer y saber, que habia sido enviado d¿
Dios , y que Dios hablaba en él. El milagro solo de
haber dado vista á ún ciego de nacimiento, bastaba*
para saber■ esto, como les decía el ciego curado.

CAPITULO X.

Il

- ' Al v^. 22. Se celebraba en Jerusalen ¡a fiesta de las


"Ementas , ó memoria de la dedicacion del templo , y era
invierno : la memoria de la dedicacion del templo se
celebraría en el mes y día que correspondía á la. dedi
cacion , ó del templo de Salomon , ó del de Zorobabek
La del templo de Salomon se hizo en el- equinoccio del o-
toño , como consta del cap. 8. del 3. de los Reyes : la:
de Zorobabel, en la primavera , como se dice al c. 6.
del 1. de Esdrás: ¿cómo dice, que era invierno2.
R. La dedicacion del templo, que entonces se ce
lebraba, era la que hizo Judas Macábeo, despues que
arrojados de allí ios gentiles, le purificó, y le dedicó
en el mes Casleu , que correspondía á nuestro mes de
diciembre. Y por esto dice que: era invierno.

CAPITULO XI.

r.
Al v. 4. Christo dixo : esta enfermedad (de Láza
ro) no es para morir. Esto no se aviene bien con a
efl8
quello v. 14. Lázaro Tía muerto. Si aquella enferme
dad no era mortal , ¿ cómo murió de ella ?
R. La enfermedad de Lázaro no era para que mu
riese en términos que no volviese á vivir hasta la re
surreccion de la carne ; sino para que estando muer
to por algunos dias , y siendo resucitado por Christo,
viviese despues , y este milagro contribuyese á la glo
ria de Dios, y Christo fuese ensalzado y reconocido
por verdadero hijo de Dios. Y asi murio, para volver.
á vivir, y su enfermedad no fué para una muerte¡
continua.
CAPITULO XII.

Al v. 8. A los pobres siempre hs tenerr. con voso


tros; pero á mí no me teneis siempre: Parece que esto
se opone á aquello que dixo al capítulo y verso últi-.
mos de S. Mateo: yo siempre estaré con vosotros has
ta la consumacion de los siglos. ..".;■. .,.■.■■ i
- ■, R. No se opone. En el prirrler .lugar hablaba dé
su presencia corporal visible en estado da Viador. De
este modo no le tuvieron siempre, ni nosotros le" te-:
nemos presente. En el segundo lugar, habló de sn¡
presencia espiritual, segun la qual siempre hasta la
consumacion de los siglos le tenemos presente para
favorecernos y ampararnos : y de su presencia .reak.
fisica, y verdadera en el augusto Sacramento del
Altar. En el que, aunque invisible, existe verdadera
mente en cuerpo , alma , y divinidad.

II.

Al v. 44 . El que cree en mí , no cree en mí. Esto


parece implicatorio : que puedan creer en él > sin creer
en él. . ■.i•
389
R. El que cree en Jesuchristo, como conviene,
no cree en él como puro hombre , sino como hom
bre y Dios juntamente, como unigénito de Dios en
viado por su Padre , para que haciéndose hombre re
dimiese el mundo. Y asi el que cree en Jesuchristo,
aunque debe creer que hizo muchas cosas para ma
nifestar que era verdadero hombre ; debe tambien
creer que hizo otras muchas para que conociesemos
que era verdadero hijo de Dios. Y asi el que le cree
hijo de Dios , cree en su Padre que le engendró ea
la eternidad, y le envio para nuestra salud.

III. ,

Al v. 45. El que me vé á mi, vé aquel que me en


vió. S. Felipe veia á Christo, y sin embargo decia al
cap. 14. v. 8. Señor, manifiestanos tu Padre, y nos
basta. Con que se vé á Christo sin ver á su Ps*dre.
E. El que vé á Christo con las luces de la fé , re
conociéndole como Hijo natural de Dios, como Ver
bo Divino, como Segunda Persona de la Santísima
Trinidad, y como una misma cosa con el Padre y
con el Espíritu Santo en quanto Dios , vé tambien al
Padre, y tambien al Espíritu Santo. Porque siendo
la Divina Esencia y Ser de Dios uno solo, único, é
indiviso } donde está el Padre , estan el Hijo y el Es
píritu Santo. Donde está el Hijo, estan el Padre y el
Espíritu Santo. Y donde está el Espíritu Santo, es-
tan tambien el Padre y el Hijo. .: - .

. CAPITULO XIII.

Al v. 34. Un Mandamiento nuevo os doy : que os a-


meis los unos a los otros , asi como yo os he amado : el
Oo
2$&
amar al próximo , y el amor mutuo entre los hom
bres, es natural, y un precepto tan antiguo como la
misma naturaleza. ¿ Por qué Christo le llama nuevo ?
R. Porque aunque este mandamiento era natural,
y tan antiguo como la misma naturaleza , los Escri
bas y Fariseos le habian ofuscado con sus iuíquas y
perversas interpretaciones. Restringían el precepto del
amor á solos sus parientes , amigos , consanguíneos y
Judíos. Los gentiles y enemigos eran objeto de su
odio y aversion.; Jesuchristo aclaró este precepto, é
hizo conocer que todo hombre, sea amigo, sea ene
migo, Judio, Griego, ó Romano, es nuestro próxi
mo, y por consiguiente que á todos debemos amar:
y que como hijos de un mismo Padre debemos todos
amarnos mutuamente como hermanos. Y corrio él
mismo habia enseñado con su exemplo lo mismo que
enseñaba de palabra, amando á sus enemigos, per
donarlo las injurias, haciendo bien á los que le per
seguían., predicando á los Sama'itanos y Gesarenos,
todo lo qual era nuevo ; llama nuevo este manda
miento, y les pone por regla para su salvacion el e-
xemplo de su amor. -

CAPITULO XIV.

- . -.' , í ■.',■... ,; . .'. •

Al v. 4. Tambien sabeis a donde yo voy, y sabeis


el camino : si sabian dónde iba y el camino , ¿ cómo
en seguida le dixo Santo Tomás: Senor, no sabemos
donde vas ; pues como podemos saber el .camino2.
R. Christo habia dicho muchas veces á sus Após
toles , que tenia ■ que volver á su Padre : que' si al
guno queria ir en su seguimiento , se negase á sí mis
mo, tomase su Cruz, y siguiese sus pasos: acababa
de decirles : que en la casa de su Padre hay muchas
29 r
mansiones, y que iba á aparejarlos el lugar, para
que donde él estuviese, estuviesen ellos tambien. ¿Po
dían dudar, ni dexar de saber, que iba á prepararlos
lugar en la casa de su Padre celéstialyy que el cami
no era el mismo, que con su exemplo habia enseña
do ? Lo sabian , pues , y no lo ignoraban. Pero S. To
más, ó algo incrédulo, ó deseando, que su Maestro
se explicase con mayor claridad , le dixo : que no sa
bian donde iba , y que mal podían saber el camino..

CAPITULO XV.

...... I.
- ., . ■.• "i .! .. 1
AI v. ig. To os he manifestado todas quantas cosas
me ha comunicado mi Padre : ¿ cómo al cap. siguiente
y. J2. ks dixo : aun todavia tengo, qué deciros muchas
cosas'1. . i/■ *
R. En el primer lugar dice: que les habia hecho
conocer todas las cosas que le habia comunicado su
Padre correspondientes á ellos segun el estado pre*
sente' en que se hallaban. En el segundo: que iaun te*
nia que manifestarlos otras muchas cosas pertene
cientes á su estado futuro, de las quales aun no eran
capaces. Porque convenia viniese antes el Espíritu
Santo, y los hiciese hábiles, para entenderlas, pre
dicarlas, disponerlas y establecerlas , para el gobierno
de la Iglesia. S. Juan Chrisóstomo.

CAPITULO XVIII.
V' ■■
I.
Al V. áó.To he hablado publicamente á el mundo : yo
siempre he enseñado en la Sinagoga , y en el templo don
de concurren todos los Judíos, y nada he hablado en ocul
Oo 2
agz
to. ¿Pues cómo al cap. 10. de S. Mateo v. 27. dixo á
sus discípulos: lo que os digo en tinieblas decidlo en la
luz , y lo que ois en secreto , predicadlo públicamente ?
R. Aun quando Christo hubiese dicho algunas
cosas privadamente á sus Apóstoles en sus conversa
ciones familiares, estas cosas no eran de tal calidad,
que no pudiesen salir al público y hacerse notorias.
Todas iban encaminadas á el objeto de su mision : que
era la redencion y salvacion de los hombres. A esto
se dirigían toda su doctrina, sus palabras, y predica
cion , tanto en sus conversaciones domésticas y fami
liares con sus discípulos; como en las públicas en la
Sinagoga y en el templo. Por esto decia : mi doctri
na no es oculta. Es clara y manifiesta á todos, y
una misma en todas partes. He hablado públicamen
te, he enseñado ,en,la Sinagoga y. en el. templo: to
dos los Judios concurren aÜi: preguntalos, á ellos, y
ellos te diran de mi doctrina. Esto es lo que quiso
decir , afirmando que na;da habia hablado en oculto.
Lo qual era cierto, pues tenia mandado á sus Após
toles, que manifestasen y predicasen públicamente,
ajjn aquellas cosas * que les enseñaba y le oian en sus
instrucciones privadas y familiares, como dice S. Ma
teo. -, . ,í;rj. , .,.,. I,... ....... ■ . y
■i ;■ a i■: .. i, CAPITULO XX.
-. . j .?.. !"jL" üí'j ¡r :;i .? - ...-.. ..i¡ . i ;jjr: .
i -:.;ic¡..¿ li ;. i i] c n;l j:¡ : ■-íl. ■ .■ Y ?.u 1 ■;'i/V' , ,-■ .

■ .<i i„ ■.■:■ ., j «a■ , .1 .i. .\\ i.: .:-

Al v. 29. Porque me has visto, Tomás, has creído.


¿Cómo pudo creer, diciendo S.' Pablo , al v. 1. del
cap. 11. á los hebreos: que lafé es de las cosas que no
se ven\ \
R. S. Tomás vió una cosa , y creyó otra. Vio la
humanidad de Christo, y creyó su divinidad. Vien
do á Christo resucitado , le creyó verdadero Dios.
293

LIBRO DE LOS HECHOS


DE LOS APÓSTOLES.

CAPITULO V.

Al v. 28. v/j hemos mandado con expreso precep


to , que no enseñaseis en este nombre (de Jesus) y ha
beis llenado á Jerusalen de vuestra doctrina , y nos que
reis hacer reos de la sangre de este hombre. ¿ Cómo el
Príncipe de los Sacerdotes dixo esto, siendo cierto,
que segun S. Mateo al cap. 27. los Príncipes de los
Sacerdotes , y los ancianos persuadieron á los pueblosy,
que pidiesen á Barrabas y perdiesen á Jesus : y que
todo el pueblo habia dicho : su sangre venga sobre no
sotros y sobre nuestros hijos ? Si ellos conspiraron , y
alarmaron al pueblo contra Christo, ¿cómo quieren
negar, que eran reos de su muerte?
R. Los Príncipes de los Sacerdotes eran aun mas
reos que los demas Judios, de la sangre de Ghtisto.
Ellos le persiguieron siempre : ellos le compraron á
Judas: ellos le sentenciaron á muerte; y ellos le pre
sentaron á Pilatos , para que la hiciese executar , di-
ciéndole , que segun su ley debia morir: ellos sugi
rieron á las gentes, que pidiesen la libertad de Bar
rabas y la muerte de Christo : y ellos por último cla
maron con los demas: que su sangre viniese sobre ellos
y sobre sus hijos. Pero viendo, que con la predica
cion de los Apóstoles, y con los milagros, que hada
S. Pedro en el nombre de Jesus, se hacia ■patente la
294
inocencia de Christo, y la malicia de los que habian
conspirado contra el, querian justificarse y negar que
ellos eran reos de su sangre, temerosos de que, ó el
pueblo á quien habian seducido, ó los Romanos, sa
biendo su perversidad, tomase venganza contra ellos.

II.

Al v. 38. Habiendo dicho Gamaliel en el conci


lio: absteneos de castigar á estos hombres (los Após
toles)^ dexadios... consintieron á lo que dixo: si con
sintieron en no castigarlos, '¿cómo los azotaron , segun
consta al verso siguiente?
R. El concilio pensaba quitar la vida á los Após
toles. Viendo esto Gemaliel, abogó por ellos, y hizo
conocer al concilio , que era un disparate castigarlos
con pena de muerte. El concilio consintió en no qui
tarles la vida ; pero no en no darlos algun castigo,
y mandó azotarlos.
CAPITULO VL ..'■',
■ >. y. . * *
L / >
Al v. 1. En aquellos dias creciendo el numero delos
discípulos, se movió murmuracion de los Griegos contra
los Hebreos , de que sus viudas eran despreciadas en el
servicio de cada dia. Esto parece opuesto á lo que di1:
ce al v. 32. del cap. 4. y de la multitud de los creyen
tes era el corazon uno y el alma una.'
R. En efecto hubo oposicion en las costumbres de
los primeros Christianos. Pero no la hay en los tex^
tos, en los quales refiere S. Lucas las cosas como su
cedieron. Al principio quando aun los fieles eran po
cos, no habia entre ellos sino un corazon, una al
ma, una voluntad. Todas las cosas eran comunes, y
295
todas se repartían de modo que no habia quejas, di
sensiones , ni disturbios. Mas luego que crecio el nú
mero de los creyentes : luego que se mezclaron los
Griegos convertidos con los Judios Hebreos, viendo
aquellos que sus viudas eran menos atendidas que las
hebreas , empezaron á murmurar y á quejarse del des
precio que se hacia de ellas. Y asi no hay oposicion.

CAPITULO VIL

I.

Al v. g. T no le dio Dios a Abráham heredad en


Canaam, ni el espacio de un pie. ¿ Pues no consta al
v. 1 6. del cap. 13. del Génesis; que Abraham tenia
en Canaam un campo , ó heredad, que compró á Ephrorii
¿Ignoraba esto S. Esteban?
R. No lo ignoraria el Santo, y dixo bien en lo
que dixo. Porque aquella heredad, ó campo, no fué
dada inmediatamente por Dios, sino Comprada por
el Patriarca. Ademas aquel campo no era fructuoso,
sino sepulcro de muertos.

II.

Al v. 48. El Excelso no habita en templos hechos


con las manos : esto no conviene con aquello que de-
cia Salomon al v. 1. del cap. 29. de los Paralipome-
nos. La obra es grande; pues se prepara habitacion, no
para algun hombre , sino para Dios.
R. San Esteban dixo: que el Excelso no habita
coartado y ceñido en los templos materiales. Porque
como es inmenso , está en todas partes , y su presen
cia no se limita en el breve espacio de quatro pare
des. Pero aunque está en todas partes comprchen-
diendo con su inmensidad todas las cosas , vivi
296
ficándolas, dándolas movimiento y ser; y aunque en
todas partes puede ser adorado -en espíritu y verdad,
quiere tambien tener lugares, iglesias, templos, y
altares destinados en que se le ofrezcan sacrificios,
cultos y adoraciones agradables con los ritos y cere
monias exteriores debidas á su Suprema Magestad.
Se dice que Dios habita en los templos, y los tem
plos se llaman casas de Dios porque ya estan con
sagrados y dedicados para su culto, y para la cele
bracion de los Divinos Misterios. Porque á ellos con
curren los fieles á adorar á Dios , y á pedirle el re
medio d¿ sus males. Y porque en ellos manifiesta el
Señor mas particularmente su bondad, su misericor
dia y poder, obrando maravillas y milagros, como
sucedio en el templo de Salomon.

III.
Al v. 55. Veo los Cielos abiertos, y al Hijo del
hombre que está en pie á la diestra de Dios : ¿ cómo se
compone esto con lo que dice S. Marcos al v. 19. del
cap. 16. que N. S. Jesuchrjsto está sentado á la dies
tra de Dios i lo qual confesamos en el símbolo de
nuestra creencia?
R. S. Marcos como S. Esteban quieren dar á en
tender que Christo en quanto Dios ocupa el mismo
trono de Magestad que el Padre y el Espíritu Santo.
Y en quanto hombre el supremo lugar despues de
Dios , y que está en mayor gloria que todos los An
geles y hombres. Lo qual habia profetizado David en
el v. 1. del salm. 109. y es lo mismo que nos ense
ña la fé. Para significar la autoridad y potestad ju-
diciaria de Christo, dice S. Marcos, que está sentado.
S. Esteban dixo, que estaba en pie, para manifestar
que Christo en el Cielo es nuestro abogado y pro
tector, que nos defiende y auxilia en todas nuestras
*9T
tribulaciones. También S. Juan al v. 6. del cap. g.
del Apocalipsis, dice que le' vio como un cordero en
ademan de muerto, que estaba en pie i sin duda para
dar á entender que es nuestro mediador y reconci
liador, y que para interceder, por los hombres se va.?
le de los méritos de su pasion y muerte. S. Agustín.
f?¡.í. íftVT....'. '■... ...?p- i.i'r|. ;(..?*-■ -„- ! ■.;...• " :.'.. i .?f.i *hlñ'fí'1'fÍT.'Y'!

CAPITULO vm.

Al v. 30. Acercándose Felipe le oyó, que leia en el


Profeta Isaías, y le dixo : ¿entiendes lo que lees2. y res
pondió : ¿y cómo puedo , si no hay alguno que me lo ex
plique2. ¿Pues qué? ¿No es clara la Sagrada Escritu
ra i ¿ No es para todos ? ¿ No la pueden leer todos
traducida en lengua vulgar sin riesgo, ni peligro,
porque como dice David: es una antorcha resplande
ciente!
R.^No tiene duda que muchos hereges, y aun al
gunos que han tenido la fama de sabios en nuestros
tiempos afirman, que. la leccion de la Sagrada Escri
tura se debe permitir á todos indiferentemente : que
cada uno la puede leer sin riesgo, ni peligro de errar;
porque es clara, y una antorcha, que ilumina á to
dos. Pero yo sobre esto me contento con copiar lo
que dice el Reverendísimo Padre Felipe Scio en la
nota , que puso á este pasage del Ethiope , Eunuco,
Valido de Candace, Reyna de Ethiopia, con S. Fe
lipe. Dice asi número 2. " ¿ Dónde están estos hom-
«bres tan ilustrados de estos últimos tiempos , que
«pretenden comprehender todo lo que hay en las Es
crituras por sí mismos, y que se imaginan , que el es-
«píritu de Dios los ilustra para penetrar la profun
didad de los libros santos ? Yo no soy , decia en otro
Pp
«tiempo S. Géróftiíno^ nf más Santo,' tá mas estu-
«dioso, que este Eunuco, y con todo que lee las pa
labras del Señor, y q»e las medita , confiesa inge
nuamente, que no enfiende lo que lee, y que nece
sita de uno que se lo .explique. Y el Señor le: envia
>>á Felipe ^ para qué le, descubra á Jesus , que se ocul
taba baxo los velos de la letra. Para que entendais,
«añade este Santo, por este exemplo, que no podeis
«entrar en la inteligencia de los libros sagrados sin
«guia, y sin que alguno os muestre el camino." Como
se componga esta nota con lo que se dice en las ad
vertencias y en la introduccion á su Biblia en lengua
vulgar, no lo sé, ni lo puedo adivinar. ' '
* l,■■. -v■. 'vi ' '■ -. -V---* "; ' v -. •.'vy.'i i'%&*10&'
.■' Capítulo ix 5 "■= '-.*****?*

.-..•i.'.; .3.; . '. :.•; i ?■ ■■- s \ .,■ 1/U.j, '.'. i 14 ;,V ffl.

- v, -. '.-<■ -*^■". '- • ■'..: iC -.^oíl'ri! ;sÍlpViWjÉ


Al v. 7. Aquellos hombres 1 que acompañaban'áSau.
Jo, estaban llenos de asombro ,' oyendo /<* voz;' pero no
viendo á ninguno: S. Pablo al v. 9. del cap. 22. refi
riendo Íó que pasó en su conversion, dice: y los que
estaban conmigo vieron la luz ; pero no oyeron la voz del
que hablaba conmigo. Oyendo la voz, y no oyeron k
voz son contradictorios. ;
'■ R. Oir la voz confusamente , y no oir la voz cla
ramente no son contradictorios. Los compañeros de
Saulo oyeron el murmullo, y en confuso conocieron
que hablaban: Pero no percibieron lo que hablaban,
ni conocieron con distincion que era voz , ni de quién
&*.- '."" ." - ''■'-;' -í • í- . . ! , n-i".■*¡ ffi V;«9S*Í«M>

-;"A '.i. ,-■■i -y. -..i.-... ■ -ji' i ..•"-/■:/f'rfO &l*i%t&Qi&

-<.> l'■> -•'■]' < •■•i':" f" . . .-"'•.» ..; :---'.!' '(i.'n «f ifjrj vi..ítfííttíi»:
-'ii/, /i ' - í.i- .-?;: ' - i .'i■ -' * ..■-:<1 ••,f,-v*¡fiílS&í
«99
CAPITULO XIL
.¡ .;,.

Al v. i?. Libre S. Pedro de la cárcel dixo á los que


estaban en casa de María madre de Juan , por sobre
nombre Marcos : haced saber estas cosas á jacabo: ¿có
mo se las habian de hacer saber, constando al v. 2.:
que Herodes le habia muerto a cuchillo ?
R. En el colegio apostólico hubo dos Jacobos. Uno
hijo del Zebedeo y hermano de' S. Juan. Este fué el
que habia mandado matar Herodes á cuchillo. El otro
fué hijo de Alfeo y era obispo en Jerusalen. Y á éste
fué á quien dixo S. Pedro hiciesen saber su libertad.
- • CAPITULO XIIL

Al v. 33. Expone S. Pablo aquellas palabras del


salm. 2. v. 7. Tu eres mi hijo, yo te he engendrado hoy.
de la resurreccion de Christo : ¿ cómo en la carta á
los Hebreos cap. 1. las entiende de la eterna genera
cion : y al cap. 5. de la misma carta , las entiende
de la generacion temporal?
R. Porque un mismo lugar de la Sagrada Escri
tura, asi como puede tener muchas significaciones
propias ; puede tener tambien muchos sentidos litera
les. S. Agustín. Tal es este lugar del salm. 2. Unas
veces se entiende de la generacion eterna de Christo
en quanto Dios, por la qual es uno con el Padre y
el Espíritu Santo , igual en todas las cosas con su E-
terno Padre, y superior á todos los Angeles, como
dice S. Pablo al cap. 1. de la carta á los Hebreos.
Otras veces se entiende de la generacion temporal de
Christo , por la qual sin dexar de ser Hijo natural y
Pp 2
v
V
eterno de Dios , se hizo hombre é Hijo natural de
María Santísima en tiempo, como dice al cap. 5. de
la misma carta el Apóstol. Y otras se entiende de
la resurreccion de Christo, por la qual adquirió un
sér inmortal y glorioso', resucitando de entre los
muertos, y de ésta habla en este lugar de los Hechos
apostólicos. . ^V/i'¿.¿-jíícog
CAPITULO XV.
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Al v. 1. 5í «5 os circuncidais, segun la ley de Moysés,


no •podeis salvaros.^. Pablo dice al cap. 5. á los Gala-
tas : si os circuncidais , Christo nada os aprovecha.- Es*
tos dos lugares son opuestos claramente.
R. Y tan Opuestos , que en el primero se contie
ne una doctrina errónea y herética ; y en el segundo
una doctrina católica y evangélica. Lo primero lo en
señaban algunos Fariseos convertidos á la fé, que
riendo que los gentiles que se convertían se circun
cidasen, y que debia observarse la ley de. Moysés. jun
tamente con el Evangelio. San Agustin y otros Padres
dicen , que Cerinto. ¡fuá autor de esta heregía. Lo se
gundo es la doctrina católica de San Pablo , definida
despues por los Apótoles en el Concilio de Jerusukn.
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"".i Al v; 10. En este Concilio de Jerusaleí* dixo S. Pe
dro hablando con los que quedan que se i. observase
la ley de Moysés. i Ahora, pues, por qué tentais a
Dios-, imponiendo sobre las cervices de los discípulos im
yugo, que ni nuestros padres , ni nosotros hemos podido
llevar ? Esto parece se opone á aquello que dixo Dios
á Moysés : los Mandamientos , que yo te mando , no son

•'

4¡. ..•,I-
3o1
sobre tí' y á aquello del concilio Tridentino: Dios no
manda cosas imposibles.
R. No les era imposible á los Judios la observan
cia de la ley de Moysés. Pero les era muy gravosa y
dificultosa. Josue, David, Josias, Zacarías, Isabel,
y otros muchos la observaron. Pero una ley que , se
gun Rabi Moysés citado por Tirino, constaba de dos
cientos diez y ocho preceptos afirmativos i y de tres
cientos sesenta y cinco negativos j y de innumerables
observancias , con que Dios quiso gravar y oprimir
á los Judios , para separarlos de la idolatría , como
dice S. Agustín, era muy dura , y tan pesada, que
era muy dificultoso cumplir con ella. Y como en las
Sagradas Escrituras suele decirse imposible, lo que
es dificultoso , por esto dixo S. Pedro, que la ley de
Moysés era yugo, que ni sus padres, ni ellos habian
podido llevar.
1 1 1.

Al v. 29. Ha parecido al Espíritu Santo , y á no


sotros... Que os abstengais de cosas sacrificadas á los
ídolos , j? de sangre , y de sofocado. Habiendo sido esto
declarado y definido en el Conciiio por el Espíritu
Santo y por los Apóstoles : ¿ como S. Pablo dice á los
Romanos, cap. 14. Qué todas las comidas son lícitasi
Y á los de Corinto en su primera carta cap. 10. co
med de todo quanto se vende en la carnicería... y si al
gun infiel os convida á comer , y quereis ir, comed quan
to os ponga delante ?
R. Todas las comidas son buenas y limpias, y de
todas es lícito comer ; á no ser que haya algun pre
cepto ó voto que nos impida corner de algunas. To-'
das las ha criado Dios, dice el Apóstol al cap. 4. á los
de Corinto en su primera carta, para que se aumenten
los fieles con accion de gracias. Todo lo que ha cria
do Dios es bueno 5 y todo se santifica por la palabra

x%
302
de Dios y por la oracion. Y asi todas las comidas :
limpias y lícitas, como dice S. Pablo. Decir lo con
trario, dice el Apóstol, que es un error y doctrina
de los demonios. Pero sin embargo, como á los Judíos
les estaban por Dios en la ley de Moysés prohibidas
las comidas de la carne sacrificada á los ídolos, las
carnes con sangre, y las sofocadas, se escandaliza
ban de que los gentiles convertidos á la fé comiesen
de dichas cosas, y no querían unirse con ellos, te
niéndolos por inmundos y aborrecidos de Dios. Por
lo qual , aunque los Apóstoles en el mismo con
cilio habian dicho á los que querían, que se obser
vase la ley de Moysés; que tentaban á Dios que
riendo imponer sobre los Discípulos un yugo , que ni
sus padres , ni ellos habian podido llevar , tuvieron á
bien determinar, para aplacar disturbios y contro
versias que podían ser noeivas á la propagacion del
Evangelio, que los gentiles convertidos se abstuvie
sen de aquellas cosas. De modo que quitado el escán
dalo era lícito á los christianos comer de todo ; pero
si se originaba escándalo ya no les convenia comer
de aquellas. Y así dice el Apóstol : "todas me son lí-
«citas; pero no todas convienen... todas me son líci-
«tas ; pero no todas sirven de edificacion... comed de
«quanto se vende en la carnicería sin preguntar na-
«da... si algun infiel os llama y quereis ir, comed de
«quanto os presente, sin preguntar nada... pero si al
aguno os dixese : esto ha sido inmolado á los ídolos,
«no lo comais, por aquel que os lo ha advertido, y por
«la conciencia. Por la conciencia, digo, no la tuya;
«sino del otro."

. .S
303
CAPITULO XX.

I.

Al v. 22. Compelido del Espíritu voy á Jerusalen:


¿ cómo al capítulo siguiente v. 4. aquellos discípulos
que halló en Tiro , le decian , gobernados por el Espíri
tu Santo, que no fuese á Jerusalén 2. ¿Podía el Espíritu
Santo á un mismo tiempo , querer y no querer que
el Apóstol fuese á Jerusalen ?
R. El Espíritu Santo queria que el Apóstol fuese á
Jerusalen , y le compelia á que fuese. Los discípulos
que habia en Tiro habian tenido revelacion de los
trabajos que le esperaban en Jerusalen , y no sabien
do que era voluntad de Dios que fuese , le persua
dían que no fuese, movidos de su afecto y compasion.

EPISTOLA de san pablo


A LOS ROMANOS.

CAPITULO PRIMERO.

I.
Al v. 17. ,tlil justo vive de la fe. El hombre se jus
tifica por sus obras , dice Santiago cap. 2. ¿ Á quál
debemos estar?
R. Lo mismo dice S. Pablo que Santiago : aquel
dice: que el justo vive por la fé en Jesuchristo y su
Evangelio; la qual es una fe viva, animada con el
exercicio de las buenas obras, y principalmente con
la esperanza y caridad , y verdadero culto de Dios.
3°4
Y Santiago dice. lo mismo; porque de qué sirve creer
como chiistianos ¿si no obramos como christianos?

II.

Al v. 20. Por las cosas visibles criadas , son cono


cidas las cosas invisibles de Dios, y su virtud eterna y
divinidad. De este modo los hombres pueden conocer
clara y distintamente la existencia de Dios, racioci
nando por las criaturas. ¿ Pues cómo Isaias hablando
con Dios al cap. 45. v. 15. dice : Dios Salvador de
Israel , tú eres verdaderamente un Dios escondido^
R. Dios es criador de todas las cosas visibles é
invisibles, que llamamos naturales, y autor sobre
natural de las sobrenaturales conducentes á la salva
cion eterna. Y aunque con sola la luz natural , co
municada por Dios al hombre en su misma forma
cion, puede inferir y conocer clara y evidentemente
por las cosas visibles y criadas , que hay un Dios,
criador omnipotente, sabio, libre y próvido, como
dice S. Pablo : como este Dios es infinito en esencia
y perfecciones, por mucho que conozca el entendi
miento finito de los hombres, siempre queda incom
prehensible y escondido á los entendimientos mas
perspicaces. Mucho mas incomprehensible es Dios co
mo autor sobrenatural; pues para conocerle de este
modo , no nos gobernamos por las criaturas , sino por
la divina revelacion y la fe, cuyo objeto es obscuro,
y está escondido al conocimiento natural del hom
bre. Y esto es lo que dice isaias hablando con Dios
como Salvador.
TTT

Al v. 24. Dios los entregó d la inmundicia segun los


deseos de su corazon. Esto parece opuesto á lo que di
3QS
ce el Eclesiástico al cap. 15. v. 12. No digas: Dios
me ha sumergido en los vicios. .... -
• ' R. Dios no es autor del pecado, ni influye en el
pecado , ni nos crió para pecar , como dice el Ecle
siástico. Nos formó , sí , libres para obrar bien , ó mal,
y permite que usemos de nuestro libre alvedrío. Y
asi como á los que obran bien , los favorece , aumen
tándoles sus gracias y auxilios para que vayan cre
ciendo de virtud en virtud; asi á los que obran mal
y se obstinan en sus vicios los priva de sus luces y
gracias especiales , de ias quales se hacen indignos
por sus malas obras , dexándolos en sus concupiscen
cias viciosas. Los gentiles conocieron á Dios ; pero
no.le glorificaron como á Dios, ni le dieron gracias
por sus beneficios. Antes al contrário dieron á los
ídolos y á las criaturas los cultos y adoraciones de
bidas al Criador. Por lo qual substraxo Dios sus lu
ces y auxilios, y permitió, que ellos llenos de tinie
blas cayesen en innumerables vicios y abominaciones.
Que es lo que quiere decir S. Pablo.

i CAPITULO IL 'i: . '

■■': ' Al'v. ig. Los que hacen lo que manda ¡a ky serán
justificados : al v. siguiente :: los gentiles que no tienen
ley, naturalmente cumplen las cosas de la ley. Luego
los gentiles serán justificados por lo que hacen con
-sus fuerzas naturales. Esto es el error de Pelagio.
-{ Cómo se concillan estos lugares ? ! -■ :.-i...■.i¡í
■i■■ Ri Pelagio decia que no era necesaria la gracia
para las obras buenas Conducentes á la salvacion , y
para probarlo se valia de éste y de otros lugares de
la Escritura. Pero no es éste el sentido de S. Pablo.
El Apóstol dice: que los que cumplen con toda la ley
Qq
3o6
con fé, y movidos de la gracia de Dios, serán justi
ficados. Porque para ser justificados necesitan tener el
principio de la justificacion, que es la fé: y ademas
para ser justificados es preciso agradar á Dios , y es
to es imposible sin fé, como dice el mismo S. Pablo. Y
como la fé es un don sobrenatural que Dios" concede, no
pueden los hombres ser justificados por solas sus fuer
zas naturales. Los gentiles no tenían ley de Moysés;
pero tenían la ley natural impresa por Dios en el co
razon de todo hombre. Y aunque los gentiles podian
hacer algunas cosas buenas en el órden natural, co
mo honrar á sus padres. , socorrer á un enfermo,
sin fé y sin gracia. Pero , ni éstas , ni el cumplimien
to de otros preceptos de la ley natural , sin fe y gra
cia, les servían para su justificacion. Tirim. ,

CAPITULO IIL

Al v. 20. Ningun hombre se justifica en la presen


cia de Dios por las obras de la ley : A esto parece se
opone aquello de Santiago al cap. 2. v. 44. ¿ No veis
como por las obras se justifica el hombre ?
R. Decían los Judios que podian expiar sus peca
dos, y justificarse por medio de sus sacrificios^ pu
rificaciones legales ; pero S. Pablo los desengañó di
ciendo: que ninguno se justifica en la presencia de
Dios, por solas las obras de la ley , sino por mer
dio de la fé en Jesuchristo junta con las obras. Lo
mismo dice Santiago , con la diferencia , que S* Pa
blo prueba : que las obras sin fé no justifican. Y San
tiago , que la fé no justifica sin las obras. Y asi con
vienen en que para la justificacion son necesarias la
fé y las obras.
3°7
CAPITULO IV.

Al v. 20 Abrciham no vacilo, ni tuvo la menor des


confianza en la promesa de Dios ; antes se fortificó en
la fé , dando gloria á Dios. Esto parece no se con
forma con lo que se dice al cap. 17. del Gén. v. 1^.
Abraham se rió, diciendo en su corazon : ¿ Por ventura
juzgas que a un centenario le nacerá un hijo , y que Sa
ra parirá á los noventa años ? ¡ Ojalá Ismaél viva en tu
presencia !
R. Todos los Padres y Expositores convienen en
que Abraham, ni dudó, ni desconfió de la promesa
de Dios , y así lo dice expresamente S. Pablo. Por es
to las expresiones del Génesis deben entenderse del
gozo , júbilo , y admiracion que le causó el saber que
teniendo él ya cerca de cien años ,' y Sara noventa,
"habian de tener un "hijo, y seguro y cierto del cum
plimiento de la promesa de • Dios, pidió por la sa
lud deIsmaéL Tirina.

Al v> 2 c* Christo fué entregado por nuestros peca


dos, y resucitó por nuestra justificacion. ¿Pues cómo
en todo el capítulo siguiente nos enseña , que Christo
murió por nuestra justificacion ?
R Aunque Christo por medio de su muerte me
reció el perdon de nuestros pecados, pagó nuestras
deudas, y nos reconcilió con Dios i y aunque nos jus
tificamos en virtud de su sangre , atribuye el Após
tol nuestra justificacion á su resurreccion ; porque és-
. ta fué el complemento de su doctrina , el término de
sus trabajos , y por medio de ella fortaleció y confir
mó nuestra fé, que es el principio de nuestra justi
Qq2
3o3
ficacion. Pues como dice el mismo Apóstol: si Chris-
to no hubiera resucitado, seria vana nuestra fe.

CAPITULO V.

l
Al v. 1 2. Por un hombre entro el pecado , y por el
pecado la muerte. De este -modo parece se equivocó el
Eclesiásíico diciendo al cap. 25. v. 33. el pecado tuvo
principio de la muger , y por. la muger todos morimos.
R. Si Eva engañada del demonio no hubiera
solicitado á Adan y no le hubiera hecho comer , ni el
pecado hubiera entrado en el mundo , ni hubieramos
muerto. Pero nó se contentó ella con comer y que
brantar el precepto- de Dios, sino que alargó la fru
ta á Adan para que comiese. Y asi por la muger prin
cipio el pecado, pues ella pecó comiendo antes que
Adan : y aun el pecado de Adan empezó tambien por la
muger, porque ella le Solicitó, y le alargó de la fru
ta para que comiese Y habiendo sido ella la causa de
que Adan pecase , fué tambien causa de nuestra muer
te , aconsejando é induciendo. Esto quiso decir el
Eclesiástico. S. Pablo habla del pecado original ; y és
te no hubiera entrado en el mundo, ni tampoco la
muerte, si Adan no hubiera pecado, aunque hubiera
pecado Eva; porque Adan era la cabeza. Y asi pe
cando él, su pecado y Ja muerte se transfundio á toa
dos sus hijos. Y todos sus descendientes que nacen
por natural propagacion, nacen pecadores, excepta
la Soberana Madre de Dios. .
3^9
-CAPITULO VL

AL v. 14. El pecado no dormirá en vosotros: ¿pues


cómo al verso último del capitulo siguiente dice : yo
mismo en la carne, sirvo a ¿a 'ley del pecado2.
R. Compara el Apóstol la resurreccion espiritual
de los rieles por el bautismo del pecado á la gracia, con
-la resurreccion de Christo de entre los muertos. Y dice:
que asi como Christo. resucitó y ya no muere, ni la
-muerte le volverá á dominar ; asi á los que han re
sucitado del pecado á- la gracia, y viven para Dios
en Jesuchristo , no deben permitir que el. pecado
reyne en su cuerpo mortal, ni obedecer á sus con
cupiscencias. Porque aunque sientan en sus miem-.
•bros■ una ley contraria á la ley del espíritu , aunque
sientan ios movimientos desordenados de la carne , y
los deseos perniciosos de la concupiscencia ó ley del
pecado, nada les podrá perjudicar si no dan consen
timiento á la tentacion, y■ si estan firmes segun el
espíritu en La ley de Dios ; porque la gracia de Dios
dada por N. S. Jesuchristo, los librará y hará triun
far de todo." .. iv.. 1 •. . ■ '■.
CAPITULO VIL ,- . .* ..■• .i

Al w. I£.' y- 19i No hago lo bueno que quiero, si


no lo malo que aborrezco : pues qué ¿ no es el hombre'
libre para obrar el bien ó el mal? ¿No dixo Dios á
Caín , como consta al cap. 4. del Génesis v. 7. El a-
petito del pecado estara baxo tu potestad , y tú le do
minarás. 1 Cómo se compone esto con lo que afirma
el Apóstol de sí mismo?
II. Si Adan no hubiera pecado, la carne no se
3«>
hubiera rebelado contra el espíritu, ni la parte infe
rior contra la superior. Pero habiendo pecado, se de
claró una guerra continua entre el espíritu y la car
ne. El espíritu nos inclina á la virtud y á lo bueno.
La carne á el mal y al vicio. Ninguno , aun el mas
santo de quantos han contraido el pecado original,
está libre en esta vida sin especial privilegio de Dios,
d¿ que su carne y concupiscencia tenga movimien
tos ácia los objetos malos y contrarios á la ley del
espíritu. S. Pablo los sentia en sí mismo, como afir
ma al v. 23. y como á pesar de todas las diligencias
que hacia para domar las rebeldías de la carne, cas
tigando su cuerpo, no poiia tenerla tan sujeta á la
ley del espíritu, que algunas veces no experimentase,
sin querer él, y á pasar suyo, los movimieneos de la
concupiscencia carnal , decia : que obraba lo malo que
aborrecia, y no lo bueno que queria. Esto es que abor
recía la repugnancia de la carne , y sin embargo te
nia que sufrirla:- que segun la ley del espíritu que
ria cumplir y cumplia la ley de Dios ; pero que al
mismo tiempo sentia mucha resistencia por la concu
piscencia que le estimulaba á lo malo. Tan comba
tido se hallaba , que se quejaba diciendo : ¡ miserable
hombre de mí ! ¿ Quién me librará del cuerpo ' de esta
muerte2. Á lo que responde: la gracia de N. S. jfesu-
christo. Y en efecto, aunque no está en nuestro po
der el evitar los primeros movimientos de la concu
piscencia sensual ; sus apetitos estan en nuestra po
testad , y podemoss domarlos, como dixo Dios á.Cain,
no consintiendo en ellos , martificando nuestros
miembros, y pidiendo á Dios sus auxilos, con cuya
gracia podemos triunfar, como dice el Apóstol al
v. 9$.
CAPITULO VHI. °U

I.

Al v. 26 .Ignoramos lo que debemos pedir, como con


viene: ¿pues no nos enseñó Jesuchristo á orar y pedir,
diciendo : Padre nuestro que estás en los Cielos , &c.
segun consta del cap. 6. de S. Mateo v. 9. ?
R. Aunque Christo nos enseñó á orar y pedir;
es tanta nuestra ignorancia , y nuestra flaqueza,
que ni sabemos , ni podemos orar y pedir , como con
viene , para conseguir la vida eterna , sin la asistencia
del Espíritu Santo. Somos tan débiles, que ni aun
el nombre de Jesus podemos pronunciar fructuosa
mente sin los auxilios de Dios. El Espíritu Santo es
el que nos ilumina: y coadyuva nuestra debilidad
para que pidamos lo que debemos pedir , y el modo
de pedir , como conviene , para que nuestras oracio
nes sean agradables á Dios, y fructuosas.

CAPITULO IX. i ,.,

Al v. 16. La eleccion na es del que quiere, ni del


que corre, sino de Dios misericordioso. Esto parece se
opone á lo que el mismo Apóstol dice en la prime
ra Epístola á los Corintios, cap. 9. v. 24. Corred de
tal modo, que alcanceis el premio. ¿Cómo aquí encar
ga que corran , diciendo allí , que el premio no es del
que corre? ■■ • . 1)
R. San Pablo , para establecer la espontánea, li.r
bre, y gratuita predestinacion, se vale de lo que o-
currió con Esau y Jacob acerca de la eleccion y pre
destinacion á las bendiciones, que Dios habia hecho
á Abraham, é Isac , y dice : antes que Esau y Jacob
314
naciesen , y antes que hiciesen cosa alguna buena , ni
mala: para que se verificase y fuese firme lo que Dios
habia determinado en la eternidad , se dixo á Rebeca:
no por las obras previsas de Esau y Jacob sino por
solo el beneplácito de Dios , que el mayor servida al
menor , segun aquello que está escrito : he amado á
Jacob y he aborrecido á Esau... Y de aqui infiere:
luego la eleccion no es del que quiere , ni del que
corre, sino de Dios misericordioso. Aludiendo, á que
Isac queria dar su bendicion á Esau , como que era
su primogénito , y hacerle heredero de las prome
sas de Dios, y á que Esau fué corriendo al campo,
para cazar lo que su padre le habia encargado: y
sin embargo de que Isac queria, y Esau corría, no
recayó en él la bendicion, sino en Jacob, y en éste
no porque obediente á sil madre tráxo antes los cor
deros, que Esau la caza; sino precisamente porque
asi fué el beneplácito de Dios. Pues dol mismo modo:
el que aquellos que por su fá en Christo son hijos espiri
tuales de Abraham, esto es, el que los gentiles con
vertidos al Evangelio hereden los .bienes espirituales
prometidos á aquel Patriarca, excluidos los Judios
como hijos carnales, no proviene del querer de los
otros, ni de la observancia de la ley Mosaica de los
Jitdios,.ó.,delv cumplimiento de la'ley natiurai eá los
gentiles, sino únicamente de la' voluntad misericor
diosa de Dios, que no quiso ligar su eleccion á las
obras naturales y ceremoniales ; sino á las sobrena
turales ,' quales son la fé y la esperanza en .Christo,
como á disposicion congrua y necesaria' para la jus
ticia , por la qual llegamos á ser hijos de Dios. Y co
rrio no "se puede creer , ni esperar sobrenaturalmente
sin la gracia y auxilios de Dios, que nos excita gra
tuitamente, y por sola su voluntad nos mueve y
coadyuva, para creer y esperar, como conviene, dice
S. Pablo: que no es del que quiere, ni del que cor
3*3
re (con solas las fuerzas naturales) ; sino de la mise
ricordia de Dios, que con su gracia nos previene y
nos ayuda para que usando bien de nuestro libre al-
vedrio podamos correr creyendo , esperando , y aman
do, hasta que como hijos de Dios por su misericor
dia , consigamos el premio y la corona.
• > * >
>.
II.

Al v. 17. La Escritura dice á Faraon : yo te he ex


citado , para manifestar en ti mi poder , y para que mi
nombre sea anunciado en toda la tierra. De este modo,
parece , que Faraon podia decir : si soy malo , Dios
ha sido el que me formó asi, y me hizo impío, para
manifestar en mí el rigor de su fortaleza. Lo qual es
contra lo que dice el Eclesiástico, al cap. 15. v, 12.
No digas: Dios me formó asi: porque Dios no necesita
de los hombres impíos. .
R. Dios ordena todas las cosas primaria y abso
lutamente á manifestar su gloria , su poder , su sabi
duría y bondad. Pero como esto puede hacerlo por
medio de su misericordia , y por medio de su justi
cia : se vale de su misericordia sin que precedan mé
ritos algunos de la criatura y por solo su benepláci
to. Pero no se vale de su justicia para el castigo, sino
precediendo los deméritos dé la criatura, esto es, las
culpas , pecados , y rebeldia , que la hacen digna de
los enojos de Dios. Faraon fué formado, y exáltado
al reyno, no para pecar, ni para ser impío, ni rebe
larse contra Dios; sino para que correspondiese agra
decido á los beneficios del Señor, y ser participante
de su piedad y misericordia. Aun habiendo corres^
pondido mal á el fin de su creacion y exáltacion, no
le desamparó Dios absolutamente : antes bien le fa
voreció con gracias y auxilios, para que se convir
tiese. Cada uno de los prodigios que obró Moysés en
Rr
314
su presencia, y cada una de las plagas con que afli
gió á los Egypcios , fueron un auxilio , con que Dios
queria ablandar la dureza de su corazon. Pero Fa
raon se hizo sordo á los llamamientos de Dios. Era
libre y abusó de su libertad. Despreció los auxilios,
se obstinó en su malicia, y se hizo digno de que el
Señor le fuese privando de sus gracias, y de que
permitiese que él mismo se fuese endureciendo mas
y mas, dando lugar al rigor de la ira y poder de Dios.
Y asi él no echaba la culpa de su rebeldia á Dios,
sino á sí mismo: y por esto habiendo llamado á Moy-
sés y á Aaron les dixo : tambien he pecado ahora : jus
to es el Señor , y yo y mi pueblo, impíos: al cap. 9. del
Éxodo v. 27. Esto es tan constante, que aun los Sa
cerdotes de les Filisteos decian á los de su pueblo:
dad gloria al Dios de Israél, para ver , si levanta su
mano de vosotros, de vuestros Dioses , y de vuestra tier
ra, i Por qué endureceis vuestros corazones , como Egyp-
to y Faraon endurecieron su corazon ? Faraon , pues fué
el que agravó su corazon, y Dios castigó su impiedad
Mas de aqui no se infiere , que el Señor necesite de los
impíos para hacer ostentacion de su fortaleza ; pues
tiene infinitos medios por los quales puede manifes
tar su poder y virtud.

III.

Al v. 18. Luego tiene misericordia de quien quizre , y


á quien quiere endurece. ¿Pues cómo al cap. 2. v. 11.
dexa dicho : que en Dios no hay aceptacion de personas1.
R. Dios ilumina á todo hombre, que viene á este
mundo. Dios quiere que todos se salven y vengan
al conocimiento de la verdad. Dios á todos y á cada
uno dá auxilios suficientes , para su salvacion. No
quiere la muerte del pecador; sino que se convierta
y viva. Sin embargo habiéndose coinquinado todos
3*3?
los hombres con el pecado de Adan , y siendo todo*
reos de ira y de maldicion, elige unos para hacer pa
tente su misericordia, y dexa á otros para su justi
cia, sin que los unos puedan vanagloriarse de habec
sido elegidos ; ni los otros quejarse de haber sido cas
tigados. Pues estos no son castigados sino por sus
pecados, y por no haberse aprovechado de los auxi
lios y gracias de Dios : y aquellos no son elegidos
por sus propios méritos ; sino por la misericordia dé
Dios , que los entresacó de la masa de perdicion. Sin
que por esto se pueda tampoco arguir á Dios de a-
ceptador de personas. Ya porque como dice el Após
tol : i podrá decir el vaso de barro al que le labró ; por
que me hiciste así ? ¿O no tiene potestad el alfarero,
para hacer de una misma masa un vaso para honor,
y otro para ignominia? Y ya porque Dios premia
á los buenos y castiga á los malos , segun sus obras,
sin atender á si es Griego, ó Romano; bárbaro, ó
Judio ; rico , ó pobre ; como dice el Apóstol.

CAPITULO XIV.

Al v. 23. Todo lo que no proviene de la- fe , es pe


cado. S. Lucas al cap. 28. de los Hechos Apóstolico!
dice : que habiendo llegado S. Pablo á la isla de Mal
ta , los bárbaros le trataban con mucha humanidad. A-
quellos bárbaros no tenían fé, pues eran gentiles é
idólatras ¿ pecarian en los obsequios que hicieron á el
Apóstol ?
R. S. Pablo no habla de la fé christiana sobrena
tural; sino de la fé natural, moral, particular y prác
tica que no es otra cosa que el dictámen de la con
ciencia , ó juicio de la razon con que cada uno se
persuade que obra bien , que le es lícito lo que hace,
Rr 2
3i6
y que en ello no ofende á Dios. Y asi dice antes : el
que estando dudoso de si lo que vá á hacer es ó no
ofensa de Dios, con todo lo hace, es condenado;
porque lo hace sin fé, esto es, sin dictámen de su
conciencia. Aquellos* bárbaros de la isla de Malta, no
solo, no pecaron en la humanidad y obsequios con
que trataron á el Apóstol; sino que antes bien hicie
ron unas obras buenas, dictadas por la ky natural y
juicio de la razon, que ordena, hagamos con nuestros
próximos y demas hombres , lo que en iguales circuns
tancias quisieramos hicieran con nosotros mismos.

EPISTOLA

primera
A LOS DE CORINTO.
-

CAPITULO PRIMERO.

Al v. li. i.V o me envió Christo á bautizar , sin»


á predicar el Evangelio : ¿pues cómo al v. 14. dice que:
bautizó á. Crispo, y Cayo2. ¿ Y al v. 16. que bautizó á
todos los de casa de Estefana2. Segun esto, parece que
tambien fué enviado á bautizar, ó que traspasó el
ministerio que se le habia confiado. :
R. S. Pablo fué enviado primaria y principalmen
te á evangelizar , no á bautizar. Su principal rtiision
fuéá predicar á los gentiles á Jesus crucificado. Para,
bautizar llevaba consigo otros ministros. Lo qual no
se oponia á que una ú otra vez bautizase por sí mis
mo á algunos, asi como aunque su mision fué para
3i?
anunciar el Evangelio á los gentiles , no fué ovice
para que escribiese á los Hebreos.

CAPITULO III.

I
■ Al v. 8. El que planta y el que riega,son un misma
cosa: ¿Cómo han de ser una misma cosa, si dice al
v. 6. que él plantó , y que Apolo regó : y él y Apolo
eran distintas personas ?
R. Habia entre los christianos de Corinto algu
nas emulaciones y contiendas , .gloriándose unot de
haber venido k la fe por la predicacion de S. Pablo,
y otros por la de Apelo. Y e.1 Apóstol para hacerlos
conocer que sus disensiones no tenian por objeto su
aprovechamiento espiritual; sino que nacían de un
afecto carnal, les escribe: ¿qué cosa es Apolo? ¿Qué
cosa es Pablo? Ministros de aquel en quien habeis
creido, segun el ministerio que el Señor les ha con
fiado. Yo planté, esto es, yo derramé entre vosotros
las semillas del Evangelio. Apolo regó, esto es, Apo
lo vino despues, y con sus consejos y doctrina pro*
porcionó la semilla que yo habia sembrado y plan
tado. Pero Dios fué el que hizo que la semilla nacie
se y creciese en vuestros corazones. Y asi ni el que
planta es alguna cosa, ni el que riega, á quien de
bais la gloria de ser christianos, sino Dios, que es
el que dá á la semilla el incremento , y la hace fruc
tuosa. El que planta y el que riega son una misma
cosa : esto es , yo que planté , y Apolo que regó , so
mos una misma cosa ; porque ambos somos coope
radores y coadjutores de Dios. Ambos somos minis
tros suyos, que trabajamos á un mismo fin, que es
la gloria de Dios, y vuestro provecho espiritual. Y asi,
si nosotros estamos unidos, si somos una misma có
3i8
sa, ¿por qué vosotros os habeis de desunir, y andar
en contiendas ?

CAPITULO VL

Al v. 7. Es ciertamente un delito entre vosotros eí


que tengais pleytos. Esto parece se opone á lo que de-
xa dicho al v. 4. Si se suscitan entre vosotros algunos
pleytos acerca de las cosas del siglo , elegid Jueces á los
mas despreciables de los christianos. Aqui no reprueba
los pleytos, alli los califica de delito, ¿cómo se com
pone esto?
R. No reprueba el Apóstol los pleytos, ni que
cada uno ventile su justicia y sus derechos en los
tribunales , como decian los Anabatisas ; sino los
pleytos, segun y como los tenian los christianos de
Corinto. Estos llevados de la ira, y del espíritu de
contradiccion, mas bien que del amor de lo justo,
se presentaban en los tribunales de los gentiles , y alli
daban á entender su poca union y armonía, y su
falta de paciencia , de amor y de caridad , con escán
dalo de los buenos christianos, y aun de los genti
les. Esto es lo que reprueba S. Pablo, y lo que lla
ma delito. El no llevar con paciencia las injurias : el
no disimular las flaquezas y agravios de unos herma
nos con otros : el acudir á los tribunales de los infie
les, pudiendo terminar sus diferencias y contiendas
entre los mismos christianos. Mas no niega , ni con
dena, que quando la necesidad pública ó privada ur
ge , se pueda litigar y defender la justicia en los tri
bunales seculares, aunque sean gentiles, mayormen-
'te si con quienes se pleytea son gentiles, como lo hi
zo el mismo S. Pablo en el tribunal de Felk y de
Festo , y apelando al Cesar.
3J9
CAPITULO VIL

Al v. i. Bueno es al hombre no tocar mugen ¿có


mo al v. 9. dice : mejor es casarse , que quemarse ?
R. Para el que ha dado Dios don de continencia
es mucho mejor el celibato y virginidad , que el es
tado del matrimonio; porque le libra del cuidado
de atender á su consorte, del trabajo de educar la
prole, y le dexa mas expedito para servir á Dios. Pe
ro á el que Dios no ha concedido la gracia de conti
nencia , le es mejor casarse , que quemarse.
. • • II.
i
Al v. 23. No querais haceros siervos de los hombres:
esto no se aviene bien , con lo que dice de sí mismo al
cap. 9. v. 19. Siendo libre para con todos , me he he
cho siervo de todos. Ademas : alli djce : que cada uno se
esté delante de Dios en lo que fué llamado : ¿ Pues có
mo él habiendo sido llamado á un estado libre , se hi
zo siervo de todos ?
R. Como la esclavitud lleva consigo una entera y
absoluta subordinacion del esclavo á la voluntad de
su Señor , sin dexarle libertad para dedicarse á las co
sas de Dios y exercicios de la Religion , decia el A-
póstol á los de Corinto que no se hiciesen esclavos
de los hombres civilmente. Como si les dixera* vo
sotros habeis sido redimidos con la sangre de Chiis-
to de la esclavitud del demonio y del pecado, y
habeis sido hechos libertos de Christo. No que
rais ser, ni vender vuestros hijos para que sean es
clavos de los hombres ; pues á los christianos les con
viene ser libres Civilmente, para que asi puedan li
bremente ocuparse en el servicio de Dios. Aun por
320
esto, sin duda, Constantino y sus hijos, mandaron con
pena de la vida á los Judios, gentiles y hereges, que no
tuviesen esclavos christianos , para que estos, tuvie
sen tiempo y libertad para los actos de Religion, y
para evitar que fuesen seducidos por aquellos. El A-
póstol no se hizo siervo ó esclavo civil de los hom
bres. Quando dice , que se hizo siervo de todos , fué
decir que procuraba hacerse todo para todos , y con
descendiendo con ellos en las cosas lícitas é indife
rentes para ganarlos á todos y salvarlos. Trataba y
daba gusto á los Judios en lo que podia, como si fue
ra Judio: á los gentiles, como si fuera gentil: á los
enfermos , como si fuera enfermo. Lo qual , aunque
no era mas que pura condescendencia, llevaba con
sigo la molestia de contemplarlos y de sufrir sus im
pertinencias.
CAPITULO X.

I.

Al v. último. To en todo procuro agradar á todos,


no buscando mi provecho ; sino lo que es util a todos , pa
ra que todos se salven. En esto parece se opone á lo
que dice al v. 10. del cap. 1. de la Epístola á los Ga-
latas: \por ventura pienso yo agradar a los hombres2.
Si todavia agradara á los hombres, no seria siervo de
jesuckristo.
R. No se opone: ya queda dicho anteriormente
que el Apóstol procuraba agradar á todos en las co
sas lícitas, é indiferentes. Queria tambien que los
christianos de Corinto hiciesen lo mismo, sin causar
perjuicio á los Judios, ni á los gentiles, ni á la Con
gregacion de lo's fieles. Pero habiendo entrado en Ga-
Jacia alguno.s Pseudos-apóstoles enseñando : que era
necesaiio para salvarse., observar juntamente con el
Evangelio las ceremonias Mosaicas j los Galatas se
dexaron llevar de la doctrina eversiva de ellos, con
traria al Evangelio y doctrina que S. Pablo les ha
bía predicado. En esto no podia contemporizar el
Apóstol, ni debia callar, ni disimular sin perjuicio
de la fé católica , de la verdad , y de su ministerio;
y asi procuró revocarlos del error , y traerlos á la ver
dad pura del Evangelio, valiéndose de toda la fogo
sidad y valentía de su espíritu, sin andar en contem
placiones. Enseñándonos , que si para ganar y salvar
á nuestros próximos podemos contemporizar con ellos
en las cosas lícitas ; no lo debemos hacer en las que son
contra la fé, contra las buenas costumbres, y contra
su salvacion.
CAPITULO XV.

I.

Al v. 20. Christo resucito, primicias de los que duer


men: ¿cómo afirma el Apóstol que Christo fué el
primero, que resucitó de entre los muertos , si el mis
mo Christo habia resucitado a la hija de Jairo, al
hijo de la viuda de Nain, y á Lázaro ; y S. Mateo al
cap. 27. v. 52. dice: que luego que murió Christo... se
abrieron los sepulcros , y muchos cuerpos de los Santos,
que hablan muerto, resucitaron2. Todos estos , y otros
en la ley antigua, resucitaron antes que Christo. ¿Có
mo S. Pablo dice : que Christo fué el primero ?
R. Aunque antes de la venida de Christo resuci
taron algunos, y aunque Christo antes de su pasion
resucitó á otros, la resurreccion de éstos no fué por
su propia virtud de ellos , ni rigurosa y absoluta re
surreccion. Resucitaron, pero para volver á morir.
Christo resucitó por su propia virtud á una vida in
mortal y gloriosa, para no volver á morir. Y asi fué
el primero , que propia y rigurosamente resucitó.
Aquellos Santos , de quien habla S. Mateo , no re-
Ss
322
sucitaron antes que Christo; sino despues de haber
resucitado Christo para dar testimonio de la resurrec
cion del Señor. Y asi dice: que resucitaron , y saliendo
de ios sepulcros , despues de la resurreccion de Christo,
vinieron á la santa Ciudad, y se aparecieron á muchos.
Y S. Pablo lo explica bien diciendo al v. 23. Asi co
mo todos mu.ren en Adan; asi todos serán resucitados
en Christo; pero cada uno segun su orden. Primero Chris
to , y despues aquellos que son miembros de Christo, que
creyeron en él. Con lo qual todo queda concillado.

EPISTOLA segunda
A LOS DE CORINTO.

CAPITULO PRIMERO.

Al v. 8. 1\ o queremos, hermanos, que ignoréis la


tribulacion , que padecimos en el Asia ; porque fuimos
gravados desmedidamente sobre nuestras fuerzas , tan
to que aun ,el vivir nos era pesado. Esto parece no vie
ne bien con lo que dexa dicho al cap. 10. v. 13. de
la Epístola antecedente: fiel es Dios, que no permitir
rá que seais tentados mas allá de vuestras fuerzas.
R. Dios es fidelísimo en sus promesas y jamas
permite seamos tentados sobre nuestras fuerza?. Al
gunas veces permite , que la tentacion sea tan vehe
mente, que ya nos parece vamos á .sucumbir á ella.
Pero esto lo hace para que conozcamos, nuestra debi
lidad, pura que hagamos lo que podamos, y para
que le pidamos lo que no podamos ; y entonces nos
323
ayuda, para que podamos. Asi sucedio al. Apóstol
S. Pablo. Las tribulaciones, que padecio en el Asia,
fueron tan terribles , que ya aborrecía el vivir. Dios
permitio, que fuese tentado sobre sus fuerzas natu
rales j pero le auxilió y le sacó de todos 6us peligros.
Quando mas destituido se hallaba de socorros hu
manos, puso su confianza en Dios, y el Señor le so
corrió con su gracia y fortaleza. Es pues Dios muy
fiel en sus promesas , y si en nuestras tribulaciones
desconfiamos de nosotros mismos, y confiamos en
él, nos protege con su gracia, con la qual todo lo
podemos.
CAPITULO VI.

Al v. 14. No hagais alianza , ni os sujeteis á los


infieles. ¿Pues cómo en el cap; 7. de la primera Epís
tola les dice, si alguno de los hermanos tiene muger in
fiel, y ésta consiente habitar con él no la dexe: si al
guna muger fiel tiene marido infiel, y éste consiente ha
bitar con ella , no dexe a su marido ?
R. Quando hay peligro de subversion , y quan
do el infiel no permite á el fiel el exercicio de la Re
ligion christiana, no debe el fiel hacer alianza, ni
-cohabitar con el infiel, por el peligro de que le incite
á blasfemar de Christo, ó á idolatrar, ó á pecar. Por
que ¿qué podíá participar la justicia de la iniquidad?
¿ qué sociedad podrá tener la luz con las tinieblas?
¿Qué convenio Christo con Belial? ¿Qué conformi
dad entre eltemplo de Dios y los ídolos? Pero si el
consorte infiel permite á su consorte fiel el libre exer
cicio de la Religion christiana, y viven en paz y bue
na armonía: en tal caso será muy acertado, que no
se separen, porque podrá suceder que el consorte in
fiel se convierta y santifique con. el buen exemplo,
Ss 2
324
virtudes , oraciones, y consejos del consorte fiel, co
mo sucedió á Valeriano con Cecilia, á Sisinio con
Teodora, á Adriano con Natalia, y á Ciodoveo con
Clotilde.
CAPITULO X.

. Al v. 12. No nos atrevemos á compararnos con otros


que se alaban á si mismos. Esto parece es contra lo
que dice al cap. n. v. 5. Juzgo que yo no he hecho
menos que los demas Apóstoles: y al v. 22. Hebreos
son, yo tambien : israelitas son, yo tambien : son descen
dientes de Abraham y yo: son ministros de Christo , yo
soy mas.
R. S. Pablo en estos capítulos hace su apología
contra Cerinto, Ebion, y algunos otros Pseudo-após-
toles , que intentaban introducir la observancia de la
ley de Moysés entre los fieles de Corinto. Y para lo
grarlo mejor se valieron de imposturas y dicterios
contra el Santo Apóstol , imputándole muchos defec
tos y calumnias. Y como ésto cedia no solo en daño
de su persona y ministerio , sino tambien y mas prin
cipalmente en perjuicio del Evangelio y doctrina que
habia predicado, y en detrimento de los fieles con
vertidos con su predicacion ; juzgó conveniente opo
nerse á sus émulos manifestandola malignidad y per
versidad con que caminaban , para engañar á los fie
les , y al mismo tiempo probando su legitima mision,
y que á él, y no á sus émulos, debian creer. Y asi
quando dice que no se atreve, y como que le dá
vergüenza de compararse con ellos ; habla irónica
mente. Cerinto, Ebion, y los otros dirigian su pre
dicacion á captar las alabanzas públicas, á recomen
darse á si mismos, á tener seguidores, y asi S. Pablo
para burlarse de ellos irónicamente dice : que no se
atreve á compararse con ellos. Como si dixera : ¿ quién
se ha de comparar con esos hombres tan grandes, que no
caben en el mundo? Despues mudando de estilo les
arguye con lo mismo de que se jactaban, ¿dicen que
son Hebreos ? Pues yo tambien lo soy. ¿ Qué son is
raelitas? Yo tambien. ¿Qué descienden de Abraham?
Y yo desciendo tambien. ¿Qué son ministros de Chris-
to? En esto soy yo mas que ellos ; pues ellos no bus
can sino su gloria é interés ; y yo no busco sino la
gloria de Jesuchristo por quien he padecido tantos
trabajos.
CAPITULO XL

. Al v. 18. Por quanto muchos se glorian segun la car


ne ; yo también me gloriaré. ¿ Cómo se compone esto
con lo que dice al cap. 6. de la Epístola á los Gala-
tas: esté lejos de mí el gloriarme , sino en la Cruz de
N. S. Jesuchristo2.
R. Hay ocasiones en que un ministro del Evan
gelio debe manifestar su inocencia y la pureza de su
doctrina; hacer alarde de su desinterés; y aun glo
riarse en Dios de su nobleza y prerogativas. Esto
es lo que hizo el Apóstol S. Pablo. Aunque su prin
cipal gloria la tenia en la Cruz de Jesuchristo , y en
los trabajos y tribulaciones, que habia padecido en
su predicacion ; viendo que sus émulos hacían alarde
de su nobleza y riquezas , para engañar y seducir á
los de Corinto , y que á él le tildaban de impostor,
de pobre, y desvalido; y que tachaban su doctrina
de falsa : se vió en la precision de hacer su defensa,
haciendo conocer á aquellos fieles: que él les habia
predicado el Evangelio gratuitamente : que no tenían
que quejarse de haberles servido de carga durante su
predicacion; pues aunque pobre y necesitado no les
026
habia molestado en cosa alguna , supliendo los Chris-
lianos de Macedonia lo que le faltaba: que asi lo
habia hecho , y lo haria en adelante , para que sus
émulos no tuviesen motivo de zaherirle por esta par
te : y que si ellos se gloriaban de ser segun la car
ne Hebreos, Israelitas, descendientes de Abraham, y
ministros de Chtistoj tambien él era Hebreo, Israe
lita, y descendiente de Abraham: y en quanto á
ministro de Christo era mas que ellos; pues habia
trabajado mas que todos , y habia padecido mas per
secuciones y trabajos que todos, no por sus intere
ses personales ; sino por la gloria de Jesuchristo.

CAPITULO XIII.

Al v. 7. Rogamos a Dios , que nada hagais malo*,


no para que nosotros seamos aprobados ; sino para que
vosotros hagais lo bueno; y nosotros seamos reprobados.
¿Cómo aqui no siente ser reprobado, diciendo al ca
pí t. 9. de la primara Epístola á los mismos de Co-
rinto : castigo mi cuerpo , y le reduzco á servidumbre,
no sea que predicando á otros, yo sea reprobado2.
R. Porque en este lugar de la i1. Epístola hablaba
de la reprobacion y condenacion eterna , y manifiesta
los medios de que se valia para no ser reprobado y
condenado por Dios , y privado del premio y de la
corona. En esta segunda carta habla de la reproba
cion humana, y concluyendo su apología, manifies
ta el desprecio , que le merecian las imposturas y ca
lumnias de sus émulos ; diciendo á los fieles : roga
mos á Dios que vosotros no seais malos, no para te
ner la gloria y satisfaccion de que mi ministerio y
predicacion sea aprobada ; sino para que vosotros ha
gais lo bueno. Pues siendo vosotros buenos , y obser-
32?
vando el Evangelio, que yo os he predicado; poco
importa ; que nosotros seamos tenidos y reputados
entre esos nombres por flacos,, humildes, pobres, y
despreciables..

EPISTOLA a los galatas.

CAPITULO PRIMERO.

r.
Al v. II. y 12. Us hago patente, hermanos miosy
el Evangelio , que os he predicado, que ni es inventado
por mí, ni yo le he recibido, ni aprendido de los hom
bres , sino por revelacion de Jesuchristo. Si el mismo
Jesuchristo le habia revelado el Evangelio , ¿ cómo al
v. 2. del cap. 2. dice : subi á Jerusalen, segun revela
cion, y comuniqué con ellos el Evangelio , que predico a
los gentiles, y particularmente con aquellos , que pare
cian de mayor consideracion: por temor de no correr en
vano, 6 de haber corrido. ¿Qué necesidad tenia S. Pa
blo de comunicar su Evangelio y doctrina con los
Apóstoles habiéndosele revelado Jesuchristo , y man-
dádole que- le predicase? Ademas, ¿en qué fundaba
su temor de correr, ó de haber predicado en vano,
siendo el mismo Jesuchristo el autor y garante de
su doctrina y predicacion ? Esto necesita explicacion.
R. S. Pablo despues de su conversion estuvo en
Damasco algunos dias predicando y confundiendo á
los Judios, probándoles que Christo era el verdade
ro Mesías. Despues marchó á la Arabia , y allí estu
vo tres años , y volvió á Damasco. Pasados los tres
anos fué á Jerusalen para ver á S. Pedro, y estuvo
con él quince dias. Pasados estos , marchó á la Siria
323
y á la Cilicia. De modo que apenas era conocido per
sonalmente en las iglesias de Judea. Solamente sa-
bian por oidas, que aquel que en otro tiempo habia
pérseguido á los christianos, predicaba la fé que an
tes habia impugnado. En este tiempo se levantaron
contra Ja Fé Cerinto , Ebion y otros hereges , ense
ñando y predicando , que debian observarse las cere
monias de la ley de Moysés juntamente con el Evan
gelio. Y como S. Pablo enseñaba y predicaba lo con
trario , en todas partes le calumniaban , le trataban
de impostor, deeian que él mismo se habia introdu
cido en el ministerio apostólico , y que predicaba dis
tinto Evangelio y distinta doctrina que los Apósto
les. De aqui se seguian muchos perjuicios, porque
por una parte se llevaban ácia sí á los Judíos con
tentos con juntar la circuncision y la ley de Moy
sés con el bautismo y el Evangelio : y por otra re
traían á los gentiles de abrazar la fé , por no sujetar
se á judaizar , y de todas maneras impedían los fru
tos de la predicacion de S. Pablo. Por esto , aunque
este Apóstol habia recibido el Evangelio y doctrina
que predicaba del mismo Jesuchristo, como no ha
bia acerca de esto mas testimonio que el suyo, y co
mo sus émulos decian que la doctrina que predica
ba era contraria á la de los demas Apóstoles, le man
dó el Señor que fuese á Jerusalen, y alli cotejase su
Evangelio y doctrina con la que enseñaban y predi
caban los principales Apóstoles , para que viendo y
constando que eran en todo conformes, le creyesen
todos los fieles, asi Judíos como gentiles, le tuvie
sen por verdadero Apóstol , y él pudiese predicar con
libertad, y sin temor de trabajar en vano , y sin recelo
de que se perdiesen los frutos de su doctrina por las
imposturas de sus émulos. De esto se valen S. Agus
tín, S. Gerónimo y otros Padres, para probar que
asi los predicadores de la divina palabra, como la
doctrina que predican, aunque la hayan recibido por
revelacion , como era la de S. Pablo, deben aprobarse
por Prelados de la Iglesia. Tirino. \ i

CAPITULO IL
i

Ál v. 8. Me habia sido encomendado á mí el Evan


gelió del prepucio , como á Pedro el de la circuncision.
Esto es , que él estaba elegido para predicar el Evan
gelio á los gentiles, y Pedro á los Judíos. Al cap. io;
de los Hechos Apostólicos consta : que S. Pedro pre~
dicó á los gentiles : y consta en muchos lugares del mis
mo libro , y de la Epístola á los Hebreos : que S. Pa
blo predico á los Judíos en Damasco , en jíntioqnia , y
en otras partes. Parece , ó que hay equivocacion, ó
que estos Apóstoles obraron contra lo que se les ha
bía confiado.
R. La mision y autoridad que Christo dió á todos,
y á cada uno de los Apóstoles, fué para que predi
casen el Evangelio á toda criatura, y para que ense
ñasen á todas las gentes , bautizándolas en el nombre
del Padre , y del Hijo , y del Espíritu Santo , sin coar
tar esta autoridad á límites y clase de personas á
éainguno de ellos. Los Apóstoles, para la mas pron
ta y facil propagacion del Evangelio , dividieron en
tre sí las provincias del mundo , y á cada uno se se
ñaló el terreno en que principalmente habia de pre
dicar á todos, ya fuesen gentiles, ya Judíos. S. Pa
blo era mirado con alguna aversion por los Judíos,
y muy acepto á los gentiles por la gracia particular
que Dios le habia dado para traerlos á la re. S. Pe
dro era muy estimado de los Judíos. Y por esto fué
enviado aquel á los gentiles , y S. Pssdro á los Judíos.
Mas no por esto fueron privados de la autoridad de
Tt
330
predicar indiferentemente á toda clase de hombres,
como lo hicieron siempre y qiundo les parecio con
veniente y se les proporcionó ocasion.

'II ,

Al v. II. T como viniese Cephas a Antioquia le


increpé , le resistí en su cara ; porque era digno de re
prension. Por Cephas se entiende S. Pedro. S. Pe
dro era mayor que S. Pablo, y ademas era su ca
beza superior. ¿Cómo S. Pablo se atrevio á increpar
y reprender á S. Pedro en su misma presencia y pú
blicamente , habiendo dicho á su díscipulo Timoteo
en su primera Epístola cap. 5. v. 1. No increpes ai
anciano ; pero amonestale como a padre ?
R. Aun no está definido, ni se sabe con certeza,
si el Cephas á quien reprendio S. Pablo era S. Pe
dro ; ó si era otro Cephas distinto de S. Pedro. Los
Padres , los Expositores , y hombres doctos , no con
vienen entre sí sobre este particular. Unos y otros a.
legan sus razones, que por una y otra parte parecen
poderosas, y cada uno es libre para seguir la que le
parezca, sin perjuicio de la fé. Lo que no tiene du
da es que aquel Cephas, sea S. Pedro, ú otro, era
reprensible, porque se abstenía de las comidas de los
gentiles: y temeroso de los Judies, se acomodaba á
las observancias mosaicas. De modo , que los demas
Judíos, y muchos de los gentiles convertidos, y aun
el mismo S. Bernabé, compañero de" S. Pablo, si
guieron su exemplo. Como esto era contra la verdad
del Evangelio , contra la doctrina que S. Pablo pre
dicaba , y contra lo definido en el Concilio de Jeru-
salen ; como esto era público , y de ello podían infe
rir ó interpretar los fieles de Antioquia que estaban
obligados á observar con el Evangelio la ley de Moy.
sés; juzgó S. Pablo, y juzgó bien, que en aquellas
33r
circunstancias no debia callar; sino que antes bien
debia increpar públicamente, y resistir á Cephas, pa
ra que constase á todos los fieles , asi gentiles como
Judíos, que no estaban obligados á judaizar; ni á
creer que para justificarse necesitaban observar la ley
mosaica. Y asi, aun quando aquel Cephas fuese S. Pe
dro , no se opuso S. Pablo á lo que encargó á su dis-.
cípulo Timoteo ; pues aquello : no increpes á los an-,
cíanos, debe entenderse segun los Expositores, quan
do no hay causa justa que obligue á ello, como aquí
la habia. ¡ 1,1
CAPITULO III.

■'■/■ L

Al v. ii. Es manifiesto que ninguno en la ley se


justifica en la presencia de Dios. ¿ Pues no dice S. Juan
al cap. i. v. 6. Que Zacarías y Elisabeth ambos eran
justos , pues cumplían todos los mandamientos y justifi
caciones de Dios ? i No fueron tambien justos los Pro
fetas y otros muchos en la ley?
R. Ni en la ley natural , ni en la ley de Moysés se
salvó ninguno por las obras puras de la ley; sino por
la fé de Christo ó Mesías venturo. Todos los anti
guos Patriarcas, los Profetas, Zacarías, Elisabeth,
y quantos se justificaron y salvaron en una y otra
ley natural y escrita, creyeron en el Mesías, que ha
bia de venir , que fué Jesuchristo , y por esta fé , jun
ta con sus buenas obras se justificaron delante de
Dios , como lo aprueba S. Pablo.

Tt 2
332
CAPITULO V.

-. Al v. 2. Si os circuncidais , Chrísto nada os apro


vechará. ¿-Pues cómo el mismo Apóstol circuncidó á Ti'
moteo, como consta delcap. 16. de los Hechos Apos
tólicos? ■ •■ -
R- San■Pablo circuncidó á Timoteo, no porque
creyese que la circuncision era todavia necesaria pa
ra la justificacion y salvacion, sino por los Judíos
que habia en aquellas Ciudades, los quales sabiendo
que su padre era gentil, y que no estaba circuncida
do, y viendo que San Pablo conversaba con él y le
tenia por compañero, ni. querían oír la doctrina del
Apóstol , teniéndole por inmundo , ni juntarse con
Timoteo, como incircunciso. Y para tenerlos propi
cios, y quitar este óbice que podría impedir los pro
gresos del Evangelio, le circuncidó." Pero los Gaiatas
imbuidos por los lalsos apóstoles , juzgaban que la
circuncision era ■ necesaria todavía en. Ja ley Evan
gélica, para justificarse, y salvaF6e. Y;como esto era
un error manifiesto, los desengaña San Pablo dicién-
doles: si os circuncidais , creyendo que la circuncision
os es neeesaria para vuestra justificacion y salvacion,
■en nada os aprovechará Christo. ■• ■ . i-
. i :i• ' i/jv ■..;: \ v. . ,l,.,.íitj? ii[ :v ;• .-. ¡t

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333
EPISTOLA a los de éfeso.

CAPITULO PRIMERO.

I.
Al v. ii. JlLh el qual (en Christo) nosotros tam
bien fuimos llamados por suerte, predestinados segun el
propósito de aquel que hace todas las cosas segim el
consejo de su voluntad. Parece no se compone bien la
suerte con la predestinacion.
R. En la vocacion de S. Pablo hay que conside
rar dos cosas : una de parte suya ; y otra de parte de
Dios. De parte suya dice que fué suerte , no riguro
sa y como suele entenderse , sino felicidad para él ha
ber sido llamado y escogido para ser heredero y par
ticipante de la heredad de los Angeles y demas hi
jos de Dios, no teniendo méritos algunos para el!o.
Pero de parte de Dios, no fué suerte ni casualidad,
sino eleccion que habia hecho de él antes de criar el
mundo para que fuese Santo, predestinacion gratui
ta, propósito y consejo de su divina voluntad.

CAPITULO II.

Al v. 3. Eramos por naturaleza hijos de ira como


los demas. Parece que esto se opone á lo que dice el
Eclesiastés al cap. iy. v. 1. Dios crió al hombre, y le
adornó de gracia y santidad.
R. Nuestra naturaleza criada y formada por Dios
era buena, y el hombre en su principio fué adorna
334
do de gracia, rectitud y santidad. Era amigo de
Dios, y objeto de sus bendiciones. Pero por el peca
do de Adan se corrompió y se inficionó la naturale
za humana , é incurrio en la maldicion de Dios. De
modo, que ninguno de los que participan de esta na
turaleza, y son hijos de Adan por natural propaga
cion, y conmistion de varon y muger, dexa de ser
concebidi en pecado, y de ser hijo de ira y de indig
nacion; á no ser que intervenga especial privilegio de
Dios, como le hubo en Miría Santísima. Y como es
te pecado original se contrae con la misma natura
leza , dice el Apóstol que era como todos los demas
hombres, por naturaleza, hijo de ira.

CAPITULO V.

Al v. 25. Christo se entregó á sí mismo por la Igle


sia para santificarla ; para tener una Iglesia gloriosa,
sin mancha , sin fealdad, sin deftctos , y para que fue
se santa é inmaculada : aquellas bodas que celebró a-
quel Rey que propuso Christo al cap. 22. de S. Ma
teo , fueron figura de la Iglesia , segun los Santos Pa
dres y Expositores. Pues ¿ cómo , si Christo formó su
Iglesia santa, gloriosa, sin mancha é inmaculada fue
ron convidados á las bodas , esto es , á la Iglesia , to
da suerte de hombres , y entraron en ellas buenos y
malos ?
R. El texto de S. Pablo se entiende de la Iglesia
triunfante, segun S. Agustin; á la qual conviene ab
solutamente ser gloriosa , sin mancha , sin defectos,
santa é inmaculada. Porque nada manchado , ó coin
quinado entrará en ella. La parábola de las bodas que
refiere S. Mateo, se entiende de la iglesia militante
en la que estan mezclados todos los que tienen le
335
buenos y malos. Pero no hay inconveniente en en
tender tambien de la iglesia militante el lugar de
S. Pablo. Porque aunque en la iglesia militante estan
mezclados los buenos y los malos , los justos y peca
dores, se llama santa, gloriosa, é inmaculada por su
Esposo y Fundador Christo: por su doctrina, leyes,
Sacramentos; y por sus principales miembros los
justos. Asi como Madrid, Paris, Londres, se dicen
Ciudades nobles y ricas, no porque todos los que vi
ven en ellas sean ricos y nobles ; sino porque en ellas
hay muchas riquezas y nobleza.

CAPITULO VI.

I.

Al v. II. Fortaleceos con las armas de Dios, para


que podais triunfar contra las asechanzas del diablo;
porque no tenemos que pelear contra la carne y la san
gre. Esto parece se opone á lo que dice á los Gala-
tas al cap. 5. v. 17. La carne pelea contra el espíritu,
y el espíritu contra la cerne.
R. Los enemigos del alma son el demonio, el mun
do , y la carne. Contra todos debemos pelear. Pero di
ce, el Apóstol, que nuestra principal guerra es con
tra el demonio, porque éste anda siempre al rede
dor de nosotros, rugiendo como un leon, buscando
á quien devorar. El fué el que engañando á Eva , y
haciendo que pecase Adan, fué la causa de que la
carne se revelase contra el espíritu , y de que el mun
do, que fué criado por Dios para las delicias del hom
bre, nos sirva de tentacion con sus objetos volup
tuosos y concupiscibles. Y últimamente el demonio
es el que se vale de todos sus ardides para perdernos,
ya interiormente con malos pensamientos y suges
tiones , y ya exteriormente con tropiezos y ocasio
336
nes. Y como vencido un general , con facilidad se di
suelve su exército; asi vencido el demonio, con fa
cilidad se doma la carne y el mundo, que son sus
capitanes, é instrumentos de que se vale para ha
cernos la guerra. Frasen.
' ■
EPISTOLA a los filipenses.

CAPITULO II.
v I.
. Al v. 7. i-}<? anonado a sí mismo tomando la forma
de siervo, hecho á semejanza de los hombres , y hallado
en su exterior como hombre : sino tuvo mas que la for
ma de siervo, la semejanza de hombre, y la figura
exterior de hombre; su carne y cuerpo serian fantás
ticos y accidentales. ¿Pues cómo al cap. i. de su
Evangelio v. 14. dice S. Juan: el Verbo se hizo carné1.
R. El Verbo se hizo verdaderamente hombre. Es
te es el artículo fundamental de nuestra" Religion
católica. S. Juan dice: que se hizo carne, no porque
uniese á sí solamente la carne ; sino para probar,
que Christo juntamente con ser Dios, era verdadero
hombre , mortal , pasible , sujeto á trabajos y penar
-iidades, como los demas hombres, y asi habitó, vivió,
y conversó con los. hombres, como verdadero hombre.
Lo misino dice S. Pablo : asi como al cap. 5. del Gé
nesis se dice: que Adan engendró á Seth á su imá
gen y semejanza: sin que de aqui se infiera que Seth
era solo una figura de Adan, y no hombre verdadero:
asi de lo que dice S. Pablo no se sigue que Christo
fuese hombre fantástico, ó accidental, y no real,
substancial y verdadero. Habla asi el Apóstol , para
337
ponderar la humildad del Hijo de Dios , y exhortar
nos á su imitacion, diciéndonos: que tengamos los
mismos sentimientos que hubo en Christo Jesus, que
siendo Dios se hizo verdadero hombre humillándose
á si mismo, y obedeciendo hasta morir en una Cruz.
\- n. .■... , ., .;,..,;..
*- *....,, . . i , .v vi

Al v. 13. Dios es el que obra en nosotros, asi el que*


ver , como el perfeccionar , segun su buefia voluntad. Es
to es contra lo que dice al cap. 7. de la Epístola á
los Romanos, v. 18. El querer la bueno está en mí i pe
ro no hallo como perfeccionarlo.
R. Las primeras ilustraciones del entendimiento,
y las primeras mociones? de la voluntad ácia lo buer
no no son de nosotros; $on de Dios, que nos previe
ne dándonos á conocer lo bueno, y nos excita, para
que lo queramos. Por esto dicen los SS. PP. y la fé
nos enseña, que el principio de la fé, de la buena
voluntad, y de la salud, su continuacion , su efeccion,
y perfeccion son de Dios y de su gracia, pero sin
excluir la cooperacion de nuestro libre alvedrío. Es
to es 'lo que S. Pablo dice á los Filipenses. Ni en es
to se opone á lo que escribio á los Romanos. Se ha
llaba el Apóstol justificado : su entendimiento ilus
trado por Dios conocia lo bueno : su voluntad ex
citada con los Divinos auxilios queria practicar lo
bueno : pero á pesar de todo esto , sentia en sus miem
bros los movimientos de la concupiscencia , que se
oponían á la ley del espíritu y voluntad: y por esto
queria verse libre de aquella resistencia de la parte
inferior contra la superior.

Vv
338
capitulo m.

I.
-
Al cap. 7. de la Epístola á los Romanos, v. 12.
les dice: la Ly (Mosaica) es ciertamente buena , y el
mandamiento, santo, justo y bueno. ¿Pues cómo al v. 7.
dice á los Fiíipenses: que estimaba las ceremonias y
observancias legales como estiercol?
R. La ley de Moyses era santa : sus mandamien-
tos santos, justos, y buenos: y lo mismo sus ritos
ceremonias y observancias antes de su abolicion. Pe
ro abolida por la muerte de Christo, y habiéndose
establecíJo la ley de Gracia , ■cesaron las ceremonias
de la ley Mosaica, y su afesfervancia ya no solo no
fuá santa y útil; sino perjudicial, dañosa, y prohi
bida. Queria el Apóstol reprimir la heregía de aque
llos, que gloriándose de que eran Judíos, y circun
cidados, querían que se observasen las ceremonias
Judaicas con el Evangelio, y les dice : si alguno pien
sa, que puede gloriarse y confiar ea la carne, ningu
no tanto como yo : circuncidado al octavo dia , por
linage Israelita, por tribu Benjamita, Hebreo de He
breos, Fariseo segun la ley, por celo perseguidor de
la Iglesia de Dios, en quanto á la justicia legal ob
servador irreprehensible: pero todo esto, que antes
me servia de confianza y utilidad, ya lo juzgo como
de ninguna estimacion y valor, como dañoso y per
judicial, y como estiercol, por gozar de Jesuchristo.

339
EPISTOLA a los colosenses.
- - iI 1
'. , ■:■ i ..- - -;l
CAPITULO PRIMERO.

Al v. 24. JLJoy cumplimiento en mi carne a aque


llos trabajos, que restaron a la pasion de Christo. En
esto parece que se equivocó el Apóstol, pues no se
aviene bien con lo que dixo Christo hablando con su
Eterno Padre , segun refiere S. Juan al cap. 17. v. 4.
He consumado y concluido la obra, que me encargaste'.
ni con aquello , que dixo el mismo Christo al tiem
po de espirar : consumado está todo: esto es , todo quan-
to estaba profetizado , que yo habia de hacer , sufrir,
y padecer para la redencion del linage humano, está
yá cumplido. Con que á la pasion de Chrito nada le
faltó. ■ (;> ■ . •■i.
R. La pasion de Christo puede considerarse de
dos maneras, ó en su propio cuerpo, ó en su cuerpo
místico. En su propio cuerpo nada le restó que pade
cer, ni en quanto á los dolores, ni en quanto al mé
rito , ni en quanto á la plenitud y superabundancia
de la satisfaccion. En Christo se cumplio y consumó
todo quanto habian vaticinado los Profetas. Pero
como Christo es cabeza de la Iglesia, y el cuerpo de
la Iglesia se compone de muchos y varios miembros,
que no pueden entrar en el Reyno de Dios, sino por
medio de las tribulaciones , y sin que se les aplique
el fruto de la pasion de Christo, lo qual se hace por
la recepcion de los sacramentos , por el exercicio de
las buenas obras, y por la constancia en las ad
versidades, y por la paciencia en las persecuciones:
Vv 2
'ice el Apóstol: que sufría los trabajos corporales,
para seguir como miembro de la Iglesia el exemplo
de su cabeza Christo, y para ser participante del fru
to copioso de la redencion, que era lo que restaba á
la pasion de -Christo. Esto es , la participacion del
fruto. .'. ■ '..
CAPITULO II.

I.

Al v. ii. Estais circuncidados , no con circuncision


hecha con la mano con la amputhcion del prepucio ; sino
con la circuncision de Christo. ¿ Pues qué Christo no fué
circuncidado con la mano y amputacion del prepu
cio ? S. Lucas al cap. 2. dice : que Chisto fué circurh
sidado al octavo dia , segun ordenaba la ley de Moysés:
la circuncision que ordenaba la ley de Moyses era
hecha con la mano y con amputacion del prepucio.
i Cómo , pues , los Colosenscs podian estar circunci
dados con la circuncision de Christo , sin estar , como
él, circuncidados con la mano?
R. Christo fué circuncidado á los ocho dias de su
nacimiento carnalmente con la mano y amputacion
del prepucio. Pero esta no es la circuncision de Chris
to, sino la Judaica ordenada por la ley de Moysés.
La circuncision de Jesuchristo, esto es, la que orde
nó Jesuehristo , consiste en cortar de nuestras almas
los resabios del vicio y del pecado , en reprimir los
impulsos desenfrenados de la concupiscencia, y en vi
vir sobria, casta, y justamente, como ofrecimos en
el bautismo. En este sentido dice el Apóstol á los
Colosenses. Estais circuncidados, no como los Judíos,
sino como los Christianos j no como se manda en la
ley de Moysés, sino como dispuso Jesuchristo: y si
todo el que se circuncidaba segun la disposicion Mo
saica quedaba obligado al cumplimiento de la ley;
34i
vosotros que en el bautismo habeis sido circuncida
dos espiritualmente segun la ley de Christo, estais
por el mismo hecho obligados á la observancia del
Evangelio. Pues esta es la verdadera circuncision á la
que aquella como figura se ordenaba. - V

EPISTOLA primera
A LOS TESALONICENSES.

CAPITULO II.
'■ -,.-' . v..;. v. ■-
({.:■- . ...... L:::i ; ,■« ■.
l

ff.l

. A los w. t¡. y 6. -¿Y uestro lenguage nunca fué de


adulacion... ni buscando gloria de los hombres, ni de vo
sotros , ni de otros. ¿ Pues qué no es adulacion el de
cirlos al y. 8. T asi amandoos mucho deseabamos con an
sia daros no solo el Evangelio de. Dios ; sino aun nues
tras propias vidas2. No es buscar la gloria, ó alaban
za de los Tesalonicenses decirlos al v. io. Vosotros
sois testigos y Dios , de quan santa y justa , y sin que
rella fué nuestra mansion con vosotros 'i
R. Hay dos especies de adulacion : una que tiene
por objeto el propio interés , provecho y utilidad. És
ta es vituperable, é indigna. Y de ésta jamás usó el
Apóstol. Otra hay , que se dirige á la utilidad y pro
vecho del próximo y gloria de Dios , captando los
ánimos, ya para que prosigan en el exercicio de las
virtudes, y ya para que esten atentos y reciban con
gusto las lecciones y consejos, y esto hizo el Após
tol alabando , y sin faltar á la verdad , la conducta
342
de los verdaderos creyentes, y lo mucho que él lo?
amaba. Tambicn hay dos especies de gloriacion : una
de los hipócritas: otra de los justos y santos. Los
hipócritas se glorian en sí mismos, y quanto hacen
es para ser alabados y estimados de los hombres: es.
tan interiormente llenos de vicios abominables ; y en
su exterior quieren parecer santos. Esta gloriacion es
condenada por Dios, y Christo la reprendio con a-
critud en los Escribas y Fariseos. Jamás S. Pablo,
despues de su conversion se glorió de este modo, ni
buscó asi las alabanzas de los hombres; ántes bien
decia: lo que soy, lo soy por la gracia de Dios. Los
justos y santos se glorian en Dios, y. si alguna vez
se ven en precision de hacer alarde de sus preroga-
tivas, y acciones buenas, no es para ser alabados de
los hombres ; sino para que Dios sea alabado en ellos,
como autor de todo lo bueno: y tambien para tener
buen concepto entre las gentes , que se "alegran , y
glorian de que sus Maestros y Predicadores sean ir
reprensibles. Lo qual hizo algunas veces el Apóstol,
para que su ministerio no se despreciase , y para re
primir las .imposturas de sus émulos. Pero siempre
dando la gloria á Dios.

• •..■...■. ■

• i •
^ epístola segunda
a los tesalonicenses.j
.

capitulo ni

r
AI v. 2. JLs'afé no es de todos: ¿cómo se compo*
ne esto con aquello que dice S. Juan al cap. i: Dios
ilumina á todo hombrea
R. Dios ilumina á todos , como dice S. Juan. Pe
tó no todos creen el Evangelio. Hay muchos perver
sos , . y como son libres , resisten á la luz, y cono
cimiento de la verdad, como dice S. Pablo. Teodoreto.

EPISTOLA PRIMERA A TIMOTEO.


. Utti— . i ii, —
..v='■*. ■: - ■■.-.. :: ■ ■.-.. ■■ ■ í.
CAPITULO PRIMERO.

-,Í3'i. "):•*- ;■%,■. i .. ., ;- . '.•.."


•'v - AI V.'9i l~ta ley no está puesta para los justos;
tino para los injustos: ¿quién mas justo que el Divi-.
fio Redentor? Con todo eso decia al cap. 5. de S. Ma
teo: no he venido á quebrantar la ley, sino á cumplir
la : y á los Apóstoles : oí impongo un nuevo Mandamien
to, S. Juan al cap. 13. De aqui consta, que la ley
también está puesta para los justos.
- R. §. Pabló habla de la ley penal y ésta se pone
y establece para contener al malo, al impío, al ma
o* i
lévolo ; y para reprimir con el castigo al protervo y
malhechor. El justo como obra bien , y se mueve á
obrar bien por amor, y por agradar á Dios, no ne
cesita de leyes penales, ni tiene que ser amenazado
con el castigo y rigor de la pena.

II.

Al v. 15. Jesuchristo vino a este mundo, para sal


var á los piadores, de los. quales el primero soy yo:
¿cómo dice : que es el primero di los pegadores , si ha
blando á los Filipenses de sí mismo antes de su con
version afirma: que en quanto a la justicia de la ley su
conducta habla sido irreprensible ? Y hablando á su dis
cípulo Timoteo en su segunda carta, cap. 4. de sü
porte despues de su conversion le dice : ¿ he peleada
buena batalla, he concluido mi carrera, he sido fiel á nú
ministerio i ¿Cómo pues podia afirmar, que era el pri
mero de los pecadores?
R. El Apóstol se hacia cargo de lo. que habia he
cho contra S. Esteban, del furor con que perseguía á
la Iglesia de Dios , del ódio que habia tenido al nom
bre de Christo , de la rabia con que iba á Damasco
para traer presos á todos los Christianos, y ponde
rando la multitud de tantos pecados, decia: yo soy
el primero , el mayor de todos los pecadores : asi como
otras veces convencido de su misma conciencia , de
cia : yo soy el menor de los Apóstoles : no soy digno de
llamarme Apóstol; porque he perseguido la Iglesia de
Dios. Lo que soy , no lo soy por mí , ni por mis mé
ritos; sino por la gracia de Dios. Por mí soy el ma
yor de todos los pecadores, y sino hubiera Jesuchris
to venido á salvar los pecadores, sino me hubiera
dado tantas gracias , aun estuviera sepultado en las
tinieblas del Judaismo , y mis maldades hubieran si
do mayores. Pero asi como soy el primero y mayor
345
de todos los pecadores; tambien soy el primero de
los que Christo ha venido á salvar , y en quien mas
principalmente que en otros, ha hecho resplandecer
su misericordia , y la eficacia de su gracia.

CAPITULO II.

Al v. 1. Lo primero que te encargo es que se hagan


peticiones , oraciones , rogativas, hacimientos de gracias
por todos los hombres. Si por todos los hombres: lue
go por todos los pecadores. A esto parece se opone
S. Juan en su primera Epístola cap. 5. v. 16. dicien
do : el que sabe , que su hermano comete un pecado , que
no es de muerte , pida, y será dada vida á aquel que peca
no de muerte: hay pecado de muerte', no digo yo, que
ruegue alguno por él.
R. Por todos los hombres , que estan en esta vida,
y que son capaces de la salvacion eterna debemos
orar y pedir á Dios. Ni á esto se opone S. Juan. No
dice este Santo: que no se niegue por ellos, esto
es, por aquellos que estan determinados á morir en
su pecado; como son los obstinados en sus vicios,
que no hacen caso de la palabra de Dios , de los con
sejos de los Prelados, de las amonestaciones de la
Iglesia ; los hereges vitandos, y los apóstatas de la re
ligion christiana.: dexa á cada uno, que obre segun
le parezca; asi como hace el médico con el enfermo,
que no quiere dexar las cosas que. le son nocivas , ni
tomar las medicinas, que le aprovechan. Y asi como
de este enfermo se dice: que su enfermedad es mor
tal , así el pecado de los obstinados , de los apósta
tas y rebeldes á Dios y á sus gracias se llama por
S. Juan pecado de muerte, del qual hay poca con
fianza , que tenga remedio. Pero sin embargo de que
Xx
346
S. Juan no encarga , que pidamos por estos pecado
res de muerte ; debemos compadecernos de su infe
licidad, y gemir y llorar por ellos ; porque, como di
ce S. Bernardo , la fé consigue alguna vez , lo que no
presume la oracion.
II.

Al v. 1 2. No permito á las mugeres , que enseñen:


2 pues cómo á Tito cap. 2. v. 3. le dice: las ancianas
sean buenas maestras , para que enseñen prudencia a las
jóvenes ?
R. No queria, ni permitia el Apóstol, que las
mugeres enseñasen públicamente, ni en la Iglesia, ó
Congregacion de los fieles ; porqu¿ el enseñar es acto
de superioridad, y á la muger no la conviene ^ino
oir y aprender en silencio con toda sujecion. A no
ser que Dios se valga de ellas , para algunos fines de
su providencia, como se valió de Debora, de Judith,
y de otras. Pero respecto de las doncellas jóvenes, y
de otras mugeres , no prohibe S. Pablo, que enseñen
las ancianas , principalmente en sus casas , y en sus
Conventos si son Religiosas ; ántes bien es muy con
veniente, que las ancianas temerosas de Dios, ins
truyan á las jóvenes prudencia, honestidad, recato,
y todo lo correspondiente á su sexo, para que pien
sen, hablen y obren sin ofender á Dios.

CAPITULO IV.
■ . i:..i■ ■.'..- .1, A
I.

A los w. i. y 3. dice: que es doctrina de los demo


nios abstenerse de las comidas , que Dios qrió : ¿ pues
cómo los Apóstoles juntos en concilio dixeron : ha pa
recido al Espíritu Santo y á nosotros , que os abstengais
de las carnes sacrificadas á los ídolos, de la sangre, y
347
de las carnes mortecinas, ó sofocadas \ Ademas: si es
doctrina de los demonios abstenerse de las comidas
criadas por Dios; no será lícito ayunar, ni abstener
se de carnes los viérnes y otros dias.
R. Los Judios se abstenían del tocino , de las car
nes sofocadas, de las que habian sido inmoladas á los
ídolos , de la sangre , y de muchos animales ; por
que las habia prohibido Dios en ia ley de Moysés,
y si las comían se reputaban por inmundos. Los dis
cípulos de Simon Mago, los Saturnianos, los Ebio-
nitas, y despues los Marcionitas, y Maniquéos, pro
hibian la comida de las carnes de animales , unos
porque decían que los animales constaban de alma
racional, ó inmortal, los otros, porque decian que
los animales habian sido criados por el Dios malo:
y los demas por otros motivos. Pero todos erraban,
y mentían, y como el demonio es padre de la men
tira , decia S. Pablo : que la doctrina de estos era doc
trina de los demonios. Erraban los Judaizantes ; por.-
que aunque durante la ley de Moysés les" estaban
prohibidas aquellas viandas; abolida ya por Christo
aquella ley , y habiendo dicho Jesuchristo á sus A-
póstoles , y en ellos á todos los Christianos : que de
todas las viandas les fuese lícito comer , no debian de
cir, que habia obligacion, ó que no era lícito, co
mer las viandas criadas por Dios. Erraban tambien
los otros ; porque como dice S. Pablo : toda criatura
es buena, y ninguna debe desecharse de las que se co
men con accion de gracias ; pues todo se santifica por
la palabra de Dios y la oracion. El concilio de los
Apóstoles, por inspiracion del Espíritu Santo , decre
tó , que los gentiles de Antioquía convertidos se abs
tuviesen de las carnes sacrificadas á los ídolos, de la
sangre , y de carnes sofocadas , no porque estaban
prohibidas, ni porque fuesen malas en sí mismas;
sino porque asi convenia por entonces para la pro
XX2
343
pagacion del Evangelio , y para que hubiese paz en
tre los gentiles y JudioV convertidos. Y del mismo
modo son los ayunos y abstinencias de la Iglesia ca
tólica : la qual prohibe en algunos tiempos y dias algu
nos manjares y comidas, no porque sean malos en sí;
sino para mortificar el cuerpo, para hacer peniten
cia de los pecados , y para que debilitado el cuerpo
y fortalecido el espíritu , pueda entregarse mejor á
la oracion y contemplacion , como lo hicieron Quis
to, S. Juan Bautista, y otros.

CAPITULO V.
■'.'•" I.

Al v. 14. Quiero, que las viudas jóvenes se casen,


que procresn hijos, y que sean madres de familia. Esto
parece es opuesto á lo que dice en el cap. 7. de la
Epístola primera á los de Corinto, v. 7. Quiero, que
todos vosotros seais como yo mismo... Digo á las vir-
gines y á las viudas, que les es bueno si permanecen
asi como yo : esto es sin casarse.
R. Lo mismo dice el Apóstol á Timoteo, que á
los de Corinto. A aquel y á estos les dá á entender:
que aquellas virgines y viudas, que han recibido de
Dios el don de continencia, harán una cosa buena
permaneciendo sin casarse ; pero que si no se contie
nen , si andan luxuriando , si no son castas ; que se ca
sen ; porque mejor es casarse , que quemarse. A Ti
moteo le habla de ciertas viudas jóvenes admitidas
para el servicio de la Iglesia, que habiendo comido
y bebido bien, y engordado á expensas de los fieles,
andaban ociosas , vagando de casa en casa , hablado
ras , que en todas partes estendian noticias perju
diciales, manifestando en sus palabras y acciones, su
espíritu luxurioso, y de éstas dice : que se casen que
349
procreen hijos, y sean madres de familia, sin dar oca
sion á escándalo } pues ya algunas de ellas se habian
convertido á satanas. No se opone pues el Apóstol
á si mismo. Recomienda la castidad y continencia,
como cosa mejor que el, matrimonio á los que pue
den contenerse : y el matrimonio á los que no se con
tienen i porque á estos mejor es casarse que que
marse.

EPISTOLA SEGUNDA A TIMOTEO.

CAPITULO IV.

Al v. 9. JLsémas me ha dexado, ama el siglo , y


se ha ido á Tesalonica. ¿ Pues cómo escribiendo á Phi-
lemón le dice al v. 24. Marcos, Aristarco, Démas y
Lucas me ayudan2.
R. La carta á Philemón fué escrita antes que la
segunda á Timoteo. Aquella se escribio en Roma en
la primera prision del Apóstol , y entonces tenia con
sigo á Démas. La segunda á Timoteo , fué la última
que escribio S. Pablo : y la escribió tambien en Roma,
quando segunda vez preso estaba para padecer mar
tirio ; y entonces Démas habia marchado á Thesalo-
nica, queriendo mas bien cuidar de sus asuntos pri
vados y seculares , que de los del Apóstol y del E-
vangelio.
3SO

EPISTOLA a tito.

CAPITULO PRIMERO.

I.
Al v. 12. JLsixo uno de entre ellos , propio Profe
ta suyo : los Cretenses siempre son mentirosos : y al ver
so 13. dice el Apóstol: este testimonio es verdadero.
Aqui parece hay una dificultad que no es facil de
aclararse: si los Cretenses son siempre mentirosos,
ninguno de sus testimonios será verdadero: el decir,
que siempre son mentirosos , como lo dixo Epimeni-
des Cretense , es verdad , segun S. Pablo ; luego no
son siempre mentirosos. Y si son siempre mentiro
sos, ¿cómo este testimonio de un Cretense puede ser
verdadero ?
R. S. Gerónimo se hizo cargo de esta dificultad,
y dice que el Apóstol increpó á los Cretenses, dán
dolos en cara con los vicios á que eran mas procli
ves y dados , que eran la mentira , la voracidad y
pereza , lo qual no es óbice para que una vez ú otra;
o uno ú otro dixese/ alguna vei^dad , como la dixo Epi-
menides Cretense. A el modo que decimos : los espa
ñoles son siempre muy amantes de su Rey 3 Sobe
rano ; lo qual es una verdad constante , aunque al
guno no le ame. Instruía el Apóstol á Tito sobre el
cuidado con que debia caminar en Creta, y.le decia:
mira que los Cretenses son por lo comun mentiro
sos, malas bestias, y vientres perezosos, segun el
testimonio de un Cretense á quien tienen por Profe
ta , cuyo testimonio es verdadero. Porque hay entre
ellos muchos desobedientes, habladores de vanida
35*
des, é impostores: mayormente los que son de la
circuncision , á los que conviene redargüir : que tras
tornan las casas enteras, enseñando lo que no con-,
viene por el torpe interés. Por tanto, reprehendelos
con dureza para que sean sanos en la fé , y que no
den oídos á fábulas judaicas, y mandamientos de
hombres embusteros. Eran, pues, los Cretenses por
lo comun mentirosos , aunque alguna vez dixesen al
guna verdad. Fraseru

IL

Al v. ig. Para los limpios, todas las cosas son lim


pias y lícitas: para los impuros e infieles, nada hay
limpio : i pues cómo hablando S. Juan en su primera
carta cap. i. aun de los justos y limpios dice: si di'
xesemos que no tenemos pecado , nos engañamos y no de
cimos verdad ? Y si nada hay limpio para los infie
les , todas las obras de los infieles seran pecado.
R. S. Pablo habla de las comidas y viandas, y
dice que todas son limpias y buenas en sí mismas , y
lícitas á los limpios, esto es, á los verdaderos cre
yentes ; [ ero que nada de ellas es limpio ni lícito pa
ra los impuros Judíos, é infieles a porque su entendi
miento y conciencia estaban manchados : en los unos
por la persuasion de que la carne de los animales era
mala en sí misma: en los otros por la creencia de
que aun obligaban las observancias mosaicas: y en
unos y otros porque estaban persuadidos á que la
abstinencia de aquellas comidas era necesaria para la
justificacion, aun en la ley Evangélica: y sobre to
do , nada habia para ellos limpio ; porque comiendo,
ó no comiendo de los dichos manjares pecaban: sino
comían y se abstenían de ellos, creyendo que eran ma
los en sí mismos, ó que todavía eran inmundos, pen
caban , asintiendo á que los animales habian sido cria
35* .
dos por el Dios malo , ó á que Dios habia criado al
guna cosa mala , y á que aun obligaba la ley de Moy-
sés. Si comian de los dichos manjares , pecaban tam
bien contra su conciencia j porque dictándoles ésta,
aunque erroneamente , que les estaban prohibidos,
con todo eso los comian. S. Agustín y otros. No ha
bla , pues , el Apóstol de las obras de los limpios ó
justos , ni de las de los infieles. Sabemos que no to
das las cosas son limpias ni lícitas á aquellos , y que
si las hacen pecan : y que no todas las obras ele los
infieles son pecado. . :

EPISTOLA a los hebreos.

CAPITULO IL > .:

Al v. ii. Slil que santifica , y tos que son santifi


cados , todos proceden de uno. El que santifica es Chris-
to: los que son santificados son los hombres: ¿cómo
pueden Christo y los hombres ser de uno , mayor
mente habiendo dicho el mismo Christo á los hom
bres al cap. 8. de S. Juan v. 23. nosotros sois de a-
qui baxo, yo soy de lo alto: vosotros sois del mundo,
yo no soy del mundo? .:. ¡ . /:- v, ..
R. Christo en quanto hombre es hijo de Adan co
mo todos los demas hombres , con la diferencia , de
que los demas hombres proceden de Adan por con
mistion de varon y muger, y Christo sin concurso
de varon milagrosamente. Christo en quanto Dios
procede del Padre Dios: y los santificados reconocen
al mismo Padre , como hijos adoptivos. Christo pro
cede de Dios naturalmente, y los santificados por
, 353
gracia. Christo es hijo natural de Dios, y los santi
ficados son hijos adoptivos. Y asi el que santifica y
los santificados proceden de uno en quanto hombres y
en quantOi á la gracia, aunque de distinto modo: y
asi Christo es hermano nuestro, como prueba el Após
tol en los versos siguientes. Pero aunque hermano
nuestro segun la carne, y aunque los santificados son
tambien hermanos suyos adoptivos, como él es Uni
génito de Dios engendrado en la Eternidad, Dios
verdadero, é igual en todas las cosas á su Eterno Par
dre , decia á los Fariseos : vosotros sois de aqui aba-
ko, yo soy de lo alto: vosotros sois del mundo, yo
no soy del mundo , como si les dixera vosotros
sois de aqui baxo , hombres puros y miserables,
hijos de Adan pecador , y juzgais segun la car
ne : yo soy de lo alto; porque soy hijo natural
de Dios, el Verbo Eterno, el principio de todas las
cosas, por quien todas fueron hechas: vosotros sois
del mundo , y asi no sabeis sino las cosas del mundo:
yo no soy del mundo; porque aunque soy hombre
verdadero, soy juntamente Dios; y sino creyereis
que lo soy, morireis en vuestro pecado.

II. .. : .*' ..(:;i -■- ..i

Al v. 14. Para destruir al diablo , el qual tenia el


imperio de la muerte. ¿Pues cómo Christo dixo á
>San Juan, segun consta del cap. 1. del Apocalypsi*
-t. 18. To tengo las llaves de la muerte y del infierno i
R. Dios es el que tiene el supremo imperio sobre
la vida y la muerte. Pero como la muerte, tanto es
piritual, como la corporal, entró en el mundo por
las sugestiones del diablo; y el hombre por el pecado
-se hizo enemigo de Dios y esclavo del demonio. To
do el que desciende del primer pecador es concebido
en pecado , á no ser que intervenga algun privilegio
Yy
354
de Dios, muerto en quanto á la vida del alma, es
clavo de Lucifer , precisado á morir corporalmente,
y condenado á estar por toda la eternidad en un obs
curo calabozo baxo el imperio del demonio , en pe..
na de su pecado. Este imperio del demonio no era
de derecho, pues él ningun derecho tiene sobre el hom*
bre sino de hecho, por quanto Dios le hizo ministro
de su justicia. A.el modo que el Juez da autoridad
al verdugo para que quite la vida al reo ; ó al car
celero para que amarre con condenas , ó ponga en el
calabozo á el delincuente. Aun los justos que habian
florecido en la ley natural y escrita, padecian, ea
pena del pecado que introduxo el demonio, en las
tinieblas del limbo, el desconsuelo de no poder salir
de aquellas prisiones, y de.no poder resucitar en sus
propios cuerpos á una vida gloriosa en los cielos
mientras el hijo de Dios no se hiciese hombre, y con
ju muerte venciese al demonio y rompiese sus cade
nas. Asi lo hizo Jesuchristo. Se sujetó á los mayores
oprobios , ignominias , y muerte afrentosa en una
cruz, para echar fuera al príncipe de este mundo:
murió por nosotros , vencio al demonio : triunfó de
todo su poder, le quitó el chirografo, ó escritura de
muerte que tenia contra los hijos de Adan, y le fixó
en su Cruz ; abrió las puertas del infierno ; dió liber
tad á las almas de los Santos Padres y Justos que es
taban alli cautivas; resucitó glorioso y triunfante
.por su propia virtud; hizo que las almas que habia
sacado del limbo se uniesen á sus cuerpos, y acom
pañado de ellos subio a los cielos , en los que asi co
mo en la tierra tiene las llaves de k muerte y del
infierno, esto es, un poder, virtud, y autoridad su
prema para librar de la muerte eterna, del infierno
y del demonio á quantos entren por la fé en su jgle
sia y observen su Evangelio.
..-■■.
„í-íir.ÍHl i '-'--CAPITULO: ■Vt ■■íít'Hi * bvIjíjv sss
■-.-.-. ■■.■".■ i•; * ••:'-. .';/■;■ st■tji ai j^a sí*
ri; .-. ■ .ojo», -i» ■. ; i!?-.•".■"i \¡ i,í kí M.p s.goifuo
..?■.„,/:'. ..l i-*:.¿Ji. ■; f'Ü/i" . : ' l-'i -. ..; J flVXí:. m.. J'ÓfUt;!

V. 4. y 6. Imposible es que aquellos que una vez-


fueron iluminados y gustaron la suavidad de los dones
celestiales , y fueron participantes del Espíritu Santo,
y alimentados con la palabra de Dios y con las prome
sas de la bienaventuranza, si vuelven á caer, crucifi
cando otra vez al hijo de Dios , y teniéndole en déspre
cio, sean otra vez renovados á penitencia. Esto no pa
rece- S2 compone bien con aquello que dice EzequieJ
-cap. 18. v. 27. Quando el impío se apartare de su im^
-piedad, vivificará su alma: y v. ga. No quiero la.
muerte del pecador, sino que se convierta y viva. i
R. No hay oposicion. Dios nó quiere la muerte
del pecador. Por mas obstinado que sea, y por mas
entregado que se halle á los vicios y abominaciones,
le llama á penitencia, y le da auxilios para que se
convierta y vira. Si fuera imposible su conversion:
ik qué estos llamamientos? i A qué estas gracias y au
xilios ? Jesuchristo vino á salvar los pecadores. Y tor
do pecador por impío que sea, aunque haya reincidida
en sus culpas, aunque haya vuelto á crucificar á Je
suchristo , y haya cometido los mas enormes peca
dos j como él quiera, como asienta á los auxilios ¿fe
Dios y haga penitencia, no se condenará. Dios está
pronto á perdonarle y á santificarle! y antes faltará
el cielo y la tierra, que dexe de cumplir lo que dice
por Ezequiel. Pero como es- muy dificultosó, que el
que ha despreciado tantasfeces los auxilios y igracá»
de Dios, 'que el -que tea conculcado á Jesiuchristbl y
su ley santa, profanado sus Santos. Sacíatáenüos'Vy
cerrado sus oidos i la divina palabra y sermones de
los Ministros del Santuario, se convierta con ver
dadero corazon; dice San Pabla: .que ¡es -ihipQsiMe
Yy 2
35$
vuelva 4 penitencia : no porque absoluta y físicamen
te sea imposible; sino para significar lo muy difi
cultosa que es la conversion de un impío , ó de un
reincidente encenagado en los vicios y abominaciones.

CAPITULO VIL
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-í\\K"« fWi u rv■v';-. .• . . r í ..■■ n.si:, ,...i*- u/f
V. i. j. y 3. Este Melehisedech... Rey de Salem,,
que quiere decir Rey de paz, sin padre, sin. madre, sin
genealogía, sin tener principio ni fin de su vida seme
jante al hijo de Dios , es Sacerdote perpetuamente. Es
to parece se, opone á muchas, cosas que nos enseña la
fé , y que creemos. Sabemos que todos los hombres
descendemos de Adan y de Eva : que ningun hom
bre ha habido , fuera de estos Padres , del linage hu
mano, que no haya tenido padre y madre, ó por lo
menos madre como Ghristo: y el Apóstol dice: que
Melchisidech no tuvo padre ni madre : sabemos , que
-todos los hombres han tenido principio de sus dias:
-y de Mekhisedech dice el Apóstol que no tuvo prin
cipio de sus dias: sabemos que todos los hombres
morimos, y que tiene fin la vida de los hombres: de
-Melchisidech afirma el Apóstol que no tiene fin de
•vida, y que permanece Sacerdote para siempre: con
que, ó Melchisidech no fué hombre, ó el Apóstol se
Opone á muchas cosas que constan en las Santas Es
crituras, y que nos enseña la fé. -^n .:. -. . ■ .•.— ..
b ,R. De.este texto de S. Pabk> se valieron los Mel-
iffhisedianosi para decir: qtte Mekhisedech fiabia sido
£l (Espíritu. Santo encarnado : Orígenes y Didimc?, que
habia sidoi un Angel : Los■ Samaritanos. y .otrosí que
habia sido Sem. Cada uno alega sus razones para
sostener su opinion. Pero todos erraron mas, ó me
nos, y hasta ahora nada hay ckfcto y seguro aqerca
s vY
357
de quien fué este Melchisidech , sino lo que dice' la
Sagrada Escritura: que era Rey de Salem y, ^Sacer
dote del Altísimo. Por consiguiente, no ,ef Espíritu
Santo, ni un Angel, ni Sem; sino uno de los Reyes
de los Cananeos, Sacerdote del verdadero Dios, y.
verdadero hombre. S. Pablo nos le pinta sin padre,
sin madre , sin genealogía , sin principio de sus dias,
y sin fin de su vida; no porque no tuviese padre,
madre, genealogía, principio y fin; sino porque so
bre estos puntos calló Moysés, y nada consta en las Sa
gradas escrituras. De lo qual se vale el Apóstol para de-
Gxxyquefiié semejante á Christo. No semejante en la per
sona y naturaleza ; pues Ghristo en quanto á la per
sona tiene Padre , principio de su eterna generacion:
y en quanto hombre tiene Madre á María Santísi
ma : Ghristo en quanto hombre tiene genealogía , por
la qual , consta que desciende de David y de Abra*
ham: Christo en quanto hombre tuvo piincipio de
sus. dias, quando fué concebido en el vientre de su
Madre Virgen por virtud del Espíritu Santo ; y fin
de su vida , quando espiró en la Cruz. Fué sí Mel
chisidech semejante á Christo , y figura de Chi kto en
quanto al Sacerdocio. Porque asi como Mdchisedech
no tuvo antecesor ni sucesor en el Sacerdocio., asi
Christo no tuvo su Sacerdocio por razon de sus as
cendientes ,, como le tenían las descendientes de
Aaron. Ni tuvo sucesores en su Sacerdocio; pues los
Sacerdotes de la ley de gracia no son Sacerdotes
de Christo ; sirio Ministros , por medio de los qua^
-les se sacrifica á sí mismo todos los dias , siendo él
.mismo Sacerdote y víctima juntamente- . Y asi el
Sacerdocio de Christo es eteruo, y no tiene fin, que
es- lo que el Apóstol dice para probar que eLSacer-
docip de Christo es mas excelente que el de Aaron.
Froten y Tirina.. -■i,.■/ í:; , , „ii..i ") ■"..-;.■■ ,j'■> •-//
ii;q.U,io furcia-"¡....; <. .. ; su[. . 'lom -íj ovj'í. ..- jv.í.c
?58
■ .- ■■ i . .'. - i.i i ■. ■••
V. 26. y 27. Convenia , ^ae nuestro Pontífice fuete
santo, inocente, immaculado, segregado de los pecado
res, y mas elevado que los cielos, q¡e no tiene necesidad
todos los días, como los Sacerdotes ( Aaronicos) de ofre*.
cer hostias primeramente par sus pecados, y despues por
los del pueblo ; pues esto lo hizo de una vez ofreciéndo
se á si mismo. Segun esto parece, que no hay necesi--
dad de nuevos sacrificios , y por consiguiente será Su*
perflua la Misa. | Pues cómo Ghristo en la noche de
la cena,, despues de haber consagrado el pan y el vino,
convirtiendo la substancia de pan en su propio cuer
po, y la substancia de vino en su misma sangre, dixo
á sus Apóstoles : haced esto en memoria mia, segun
consta de S. Pablo. Epíst. 1. ad cor. cap. ir. v. 25.
y de S. Lucas cap. 22. v. 19.
R. En efecto Christo se ofreció en sacrificio al E-
terno Padre cruentamente sola una vez derramando
su sangre, y muriendo en una cruz por nuestros pe
cados, y no es necesario, que vuelva á morir, ni que
se sacrifique de nuevo cruentamente , á el modo que
los Sacerdotes del linage de Aaron mataban y sacri*
ücaban todos los días víctimas. De aqui no se infiere,
que sea superflua la Misa. Ni S. Pablo habla de sa
crificio incruento. Y aunque el sacrificio de la Crai
y el de la Misa es un mismo sacrificio, y uría misma
víctima la que se ofrece; hay la diferencia de que en
la Cruz se hizo con efusion de sangre y muerte. Pe*
ro en la Misa ^ que es una viva representacion y com-
memoraciotí. del sacrificio de la Cruz , uo. hay efusion
de sangre^. ni muerte, sino mística: ^por quanto en
virtud de las palabras, que Christo dixo, y el Sacer
dote pronuncia, se conviertela substancia de pan en
el cuerpo de Christo, y la substancia dé vino en su
sangre. Pero de modo, que todo Christo en cuerpo,
359
alma,- y divinidad está en la Hostia, y todo baxo
las especies del vino. Es pues la Misa un sacrificio in+
cruento. Y este sacrificio debe celebrarse muchas ven
ces para cumplir con aquel mandato del Señor : haced
esto en memoria mia , y para anuíxiar y refrescar la
fttemoria de la muerte del Señor hasta que venga & juz
gar vivos y muertos, como dicen S. Lucai, y S. Pa
bia.
CAPITULO X. : ¡¡
'a . : . . - - i - , v: •í
• ,* • - í . Jk . i ■ii
-..,,.. -■ i, ■ ' '.. -
V. 1 8. Quando los pecados se han perdonado , ya no
es necesaria oblacion por el picado. ¿Pues cómo Chris-
to dexó encargado, que aun despues de haber satis
fecho por nuestros pecados en la Cruz, hiciesemos me
moria de su pasion , ofreciéndole en sacrificio en lá
Misa? .'•.,. v.¡! , ■!. - i . \
R. Habiendo Christo Señor nuestro satisfecho su-
perabundantemente por los pecadas de todos los hom
bres con el sacrificio, que hizo de sí mismo en él
árbol de la Cruz , y habiendo pagado todo el precio
de nuestra libertad y redencion con los méritos de
su pasion y muerte, no es necesaria otra oblacion,
Otro precio, ni que Christo vuelva á morir para nues
tra redencion. Pero es necesaria la aplicacion de los
méritos de la pasion y muerte de Christo, y esta a-
plicacion se hace por los Sacramentos y por el sacri
ficio incruento de la Misa , que Jesuchristo nos en
cargó hiciesemos en memoria suya.
-* ■; ■/■•.' : ■.
*> .-.. ;..::;.= .-■'; ; .. ■ IL ;:. .. .i ■ ...■ . "7
,'.- ■" i■•;■%■ Ví, i"A ■* " .. iícr■
V. 26. Si pecamos nosotros voluntariamente despues
de haber recibido el conocimiento de la verdad , ya no
resta sacrificio que ofrecer por los picados : ¿ cómo se
compone esto con lo que dice S. Juan Epíst. i. ca
pít. 2. v. i. y 2. Mijitos mios, os escriba estas cosas,
para que no pequeis. Pero si alguno pecare, tenemos en
la presencia del Padre un abogado justo , que es Jesu
christo, y él mismo es propiciacion por nuestros pecados.
No por nuestros pecados solamente ; sino tambien por
los pecado ; de todo el mundo ?
R. Habla el Apóstol d; los que apostataban .de
la Religion christiana , y volvían al judaismo , ó gen
tilismo , como dá á entender al v. 25. Y dice : que
habiéndose apartado voluntariamente del Evangelio
de Jesuchristo, cuya verdad habian recibido y cono
cido no les queda esperanza de perdon, ni remedio
para su salvacion , ni hostia que ofrecer por sus pe
cados. Porque Christo habiendo muerto una vez ea
el árbol de la Cruz, ya no vuelve á morir; y aun
que aquella muerte fué por todos los pecadores , no
les puede .aprovechar á ellos, porque no creen ea
Jesuchristo y han abandonado su religion. Ni tam
poco les pueden aprovechar los sacrificios , víctimas
y. hostias de la ley de Moysés , ya porque estaban
abolidos , y ya porque , aun quando estaban en su
vigor, no justificaban, sino por la fé en Christo: ni
tampoco podian salvarse por las virtudes morales,
porque ninguno que no cree en Jesucristo y obser
va su religion puede ser salvo. Cornelio Alapide. Esto
se entiende manteniéndose en su apostasía. Pues si
el que apostató conoce su pecado , y ayudado de la
divina gracia, como se supone, lo detesta, se arre
piente, y vuelve.á la Religion, en tal caso puede es
perar su salvacion por los meritos de la Hostia y
víctima, que se sacrificó en la cruz; porque como
dice S. Juan : Christo es propiciacion por los pecados
de todo el mundo. ■ v'. b' .V
3^i
CAPITULO XL

; V. r. Lafé es la sustancia de las cosas que se m-


peran , y argumento de las que no se ven. Esto no se
compone bien con lo que creemos en el símbolo : ere
mos , que el Hijo de Dios encarnó, que fué crucifi
cado , y que resucitó. Estos misterios ya se obraron
y pasaron ; con que ya no se esperan , y con todo eso
se creen. Creemos tambien la existencia del infierno,
y no Je esperamos , porque el infierno no es objeto
de la esperanza. Ni tampoco la fé puede ser argu
mento de las cosas que no se ven ; pues S. Tomás,
vioy creyó, como consta del cap. 20. de S. Juan v. 29.
R. Las cosas que esperamos, todas se reducen á
Dios , á la posesion de Dios , á la felicidad eterna y
bienaventuranza : y como estas cosas nos estan ocul
tas en esta vida , la fé es la que nos las enseña y ha
ce conocer y creer. No esperamos, que nuestro Se-
üor Jesuchristo tome nuestro ser, que sea crucifi
cado, y que resucite, porque esto ya se obró y pasó;
y lo creemos ,como obrado para nuestra redención y
salvacion ; y esperamos se nos apliquen los frutos de
esta redencion , y gozar de la patria celestial por los
méritos del que baxó de los cielos, y se hizo hom
bre por los hombres y por la salvacion de los hom
bres. Y la misma fé, que nos enseña la existencia del
infierno , nos da fundamento , para que esperemos,
110 el infierno ; sino el librarnos del infierno por los
méritos de Christo y las buenas obras. S. Tomás
vió una cosa y creyó otra. Vio á Christo resucitado,
y le creyó Dios. . .

Zas
36í

W. .39. y 40. Todos estos (los Santos del Viejo Tes


tamento) prohados con el testimonio de la fe, no reci
bieron la recompensa disponiendo Dios otra cosa mejor;
para que no fuesen beatificados sin nosotros. Segun esto,
parece que todos los justos han de recibir la repromi
sion, ó bienaventuranza á un mismo tiempo. Pues
I cómo Christo dixo al ladron : hoy estarás conmigo en
ti Paraíso. S. Lucas 23. y S. Mateo cap. 27. v. 52.
Que quando Christo resucitó resucitaron muchos de sus
sepulcros2.v •■i' 1 .-.:■..
R. No faltaron antiguamente algunos, que fun
dados en este lugar del Apóstol, y en otros de la es
critura i, defendieron : que las almas de los justos no
¡gofean ¡de la vision beatifica hasta la resurreccion uni
versal. Pero entendieron mal á S. Pablo ? y los otros
textos j y la Iglesia tiene ya condenado aquel error.
Lo que Si Pablo dice es, que los santos del Viejo Tes
tamento, aunque probados con el testimonio de su
fe, y llenos de buenas obras, no recibieron quando
ahünerOfi,,él premio de la bienaventuranza, que les
estaba prometido, disponiendo Dios otra cosa mejor,
que era la venida del Mesías , á el qual estaba reser
vado el satisfacer por el hombre, reconciliar al hom
bre con Dios , y abrir las puertas del Cielo , para que
-los Padres del Viejo Testamento, que habian creido
y esperado en el Mesías, recibiesen la gloria celestial,
establecida la ley de Gracia,, con los que la reciben
en el Nuevo Testamento por medio de la fé, espe
ranza, y caridad. Y asi ellos, como los que han te-
Aftio la dicha de venir al mundo redimido ya con la
sangre de Jesuchristo son beatificados y gozan la
vision de Dios, si mueren en gracia, y sin tener que
purgar, antes de la resurreccion universal. Lo qual
se confirma con lo que Christo dixo al buen ladron:
y con las almas de los Santos Padres, que sacó de
los infiernos.
-•
EPISTOLA de santiago.

CAPITULO PRIMERO.
;t :■ ' Iva. .-...i.. ■' -^.j j,\ i.vi.5 í.^--\'i

r* ,-í¡, ■■ :.. . ;i : •-;:.... .;.:•


V. 2. ±±ermanos mios , tened por sumo gozo ¿ qttan*
do fuereis envueltos en diversas tentaciones. Si el ser
tentados es un sumo gozo, la tentación vendrá de
Dios ; porque todo bien desciende de Dios. Pues % có
mo al v. 13. dice: ninguno, quando es tentado , diga,
que es tentado por Dios ; pues Dios no tienta á ningunoí
R. Hay dos clases de tentaciones. Unas de seduc
cion, que inclinan al pecado: otras de probacion que
se dirigen al exercicio de la paciencia, á purificar la
virtud de los justos, á probar su fidelidad y constan
cia en el servicio de Dios, á aumentar sus méritos,
y á hacerlos dignos de mayores premios. Aquellas no
son buenas , ni de Dios ; sino de nuestra concupiscen
cia excitada por el demonio, por medio de los ob
jetos sensuales y voluptuosos del mundo , malas com
pañías, libros impíos, y conversaciones torpes. Estas
tentaciones aunque no buenas, las permite Dios para
nuestro exercicio y corona, y nos da auxilios para
vencerlas , y de estas es de las que principalmente
pedimos á Dios nos libre diciendo : no nos dexes caer
en la tentacion, esto es, que nos dé su gracia para no
consentir en ellas. Las otras tentaciones dirigidas á
probar nuestra virtud y fidelidad, vienen las mas ve
ces de Dios, y son buenas, y siempre son acompa
ñadas de auxilios fuertes y poderosos , parai lograr el i
Zz 2
3&4
triunfo y la victoria. Asi fué la de Abraham, la de
Tobías, y otras que refiere la Sagrada Escritura. Y
de estas es de las que dice Santiago, que debemos
tenerlas po* un sumo gozo. > , ! í

- II.

V. 3. La probacion de vuestra fé obra la paciencia.


S. Pablo ad Rom. cap. 5. v. dice al contrario : ¿a pa
ciencia obra la aprobacion. \ Cómo se compone esto?
R. Santiago toma la probacion por la actual ten
tacion, y tribulacion. Esta causa y exercita la pa
ciencia y resignacion con la voluntad de Dios, asi
como el fuego va obrando en el crisol la purificacion
del oro, y apartando con lentitud las partes terreas.
S. Pablo toma la probacion por aprobacion , esto es,
por el término de la tentacion y tribulacion , que
es estar ya probado, examinado , y purificado , lo
qual se hace por" medio de la paciencia y sufrimien
to de la tentacion y de. los trabajos ; asi como el oro
se dice probado y purificado , quando por medio del
fuego se ha visto, ó que no tenia mezcla, ó ha des
pedido toda la escoria , y quedado limpio. Bien que
no hay inconveniente en decir, que la probacion y
la paciencia se causan mutuamente, asi como el ca
lor causa el fuego , y el fuego calor : y el vapor cau
sa lluvia, y la lluvia vapor. De un modo, ó de otro
dicen bien Santiago y S. Pablo, y no hay oposicion.
■ ,'•■-.i'...v....

CAPITULO IV.

V. 9. Gemidy llorar", vuestra risa se convierta en


luto,y vu¿stro gozo en tristeza. ¿Pues cómo. al cap. 5.
3^5
v. g, les dice: hermanos, m gimais contra otros , para
que no seais juzgados ?
R. En el primer texto les dice r que se hagan car
go de las miserias de esta vida, y de las continuas
amarguras y aflicciones , que rodean á los justos por
todas partes, que giman y lloren á sus solas, que las
lleven con paciencia y resignacion, humillándose en
la presencia de Dios, y sin mormurar, ni quitar la
estimacion á los demas. Lo mismo quasi les dice en
el segundo texto: no gimais contra los otros: esto
es, tened paciencia en vuestros trabajos, en vues
tras aflicciones, y tribulaciones: no os quejeis, ni
mormureis contra los otros, publicando sus defec
tos, no sea que seais juzgados, y por vuestra im-.
paciencia y falta de conformidad seais castigados
por el justo juez. Y por esto los anima con los exem-
plos del labrador, de los Profetas y de Job. Tirina*

EPISTOLA primera
. B E SAN PE D R O.

capitulo m. ;
V

V. 19. y 20. ** hrrsfo baxá á predicar á aquellos


espíritus que estaban en la cárcel: los que en otro tiem
po habian'ticb incrédulos, quando en tiempo de Noé con~
taban con la presencia de Dios , mientras se fabricaba
el Arca. Por S. Mateo- cap. 7. v. 6. dixo Christo: na
deis lo que es Santa á los perros , ni echeis vuestras
margaritas á los puercos. Por cosa santa y por mar-
3^6
garitas , se entiende la doctrina y misterios de la ley
Evangélica. Por perros y por puercos, se entienden los
impíos y los incrédulos que profanan los divinos mis
terios ,yno hacen caso de los llamamientos de Dios.
Tales eran , segun parece , aquellos espíritus que ha
bian sido incrédulos mientras Noé fabricaba el Arca.
¿Pues cómo fué Christo á predicarlos?
R. Entre la multitud de incrédulos que hubo
mientras Noé fabricaba el Arca, hubo algunos, que
viendo ya el diluvio, y que las aguas iban inundan
do toda la tierra, creyeron, se convirtieron, se ar
repintieron de sus pecados, como era debido, y el
Señor los perdonó sus culpas , y aunque fueron su
mergidos de las aguas , fueron destinados al limbo de
los Santos Paires, á el que habiendo baxado Christo,
les anuncio á todos su libertad y redencion: y asi no
eran de los que habló el Señor por S. Mateo.

EPISTOLA segunda
DE SAN P E D RCh

CAPITULO PRIMERO.

V. 1¿. Procuraré teneros presentes despt'es de m


muerte para que hagais memoria de estas cosas . ¿ Có
mo? Si dice el Eclesiastés cap. 9. v. g■. Le* que vi
ven, saben que kan de morir i pero los muertos nada
sabrán ?
R. El Eclesiastés había en el cap. 9. de los varios
acontecimientos de las cosas humanas , y de que so
to Dios es el que distingue las obras de cada uno de
los hombres. Y para que estos; no pierdan el tiempo
que Dios les concede en esta vida dice en este verso:
el que vive , sabe que ha de morir: y asi debe obrar
bien y exei citarse en las virtudes , no le coja la muer
te descuidado. Porque los muertos nada saben', en or
den á enmendar su vida , á hatér obras meritorias , y
penitencia de sus pecados. En lo qual coincide con 1®
que dice ei Señor en el Evangelio: obrad mientras es
de dia ; porque vendrá la noche , en la qual ninguno pue
de obrar. Mas no niega que los Santos conocen en la
gloria las necesidades de los hombres, ni que ruegan
é interceden por ellos en la presencia de Dios. Es un
dogma de nuestra Católica religion constante en
las Sagradas Escrituras, el- que los Santos saben, o
bien porque lo ven en la divina esencia , ó porque
Dios por sí, ó por medio de los Angeles, se lo reve
la , nuestras necesidades , oyen nuestros ruegos , é in
terceden por nosotros. Por esto ¿leciá S. Pedro , que
los tendría presentes despues de su muerte , para que
ho se olvidasen de los consejos y doctrina que les
babia predicado. Tirina. \"'

V. 21 Los cantos hombres de Dios hablaron ínspi^


rodos por el Espíritu Santo. Del mismo modo que los
Profetas hablaron tambien S. Pedro y los demas Após
toles inspirados por el Espíritu Santo. Todo quanto
inspira el Espíritu Santo es verdad. Todo estriva en
la autoridad de Dios, que no puede engañarse, ni
engañarnos. De modo , que entre las revelaciones
verdaderamente divinas, no hay unas mas ciertas ni
mas firmes que otras. ¿Pues cómo habiendo dicho
S. Pedro al v. 16. Que ellos (Pedro, Juan y Jacobo)
habian sido testigos oculares de la grandeza de Jesu
3*8
christo... y que ellos habian oído aquella voz del cíe
lo dirigida por el Padre desde la magnificencia de la
gloria sobre Jesuchristo. Este es mi Hijo amado en
quien tengo mis complacencias , oidle : añade: y aun
tenemos otro testimonio mas firme, que es el oráculo, ó va*
ticinio de los Profetas \ ¿ Es acaso el testimonio de los
Profetas mas firme que el testimonio de S. Pedro y
demas Apóstoles?
R. El testimonio de S. Pedro y de los otros Após
toles era en sí tan firme y de eterna verdad co
mo el de los Profetas. Pero respecto de aquellos , á
quien escribia podia ser no tan firme, porque le po
dían tener por sospechoso de ilusion, ó de adulacion.
Eran Pedro , Juan y Jacobo Apóstoles y Discípulos
muy amados de Christo, y muy amantes y celosos
de su gloria y exaltacion, y para que los fieles no
discurriesen que hablaba con pasion ácia su Maestro,
les dice: "no nos hemos dexado llevar de fábulas y de
«cuentos : nosotros hemos sido testigos de vista: no*
«sotros oímos la voz que baxó del cielo: y ademas,
«tenemos una prueba libre de toda sospecha de que
,,lo que os decimos es verdad, que es el oráculo pro-
«fético.1' De modo que S. Pe'dro no dice que el testi
monio profético sea mas ^rme que el suyo , sino que
es confirmativo del suyo , y que acaso les hará mas
fuerza por ser mas libre de sospecha. •/
369
í:- 1.-:ü .1 <■!.:■ r ■.i.-.■ . f. o Y . - H ■„-

EPISTOLA PRIMERA DE S. JUAN.


1 ■'
i ■ j

capitulo n.

v V. 7. C<- aristmos , «o w escribo mandamiento nue


vo■.: sino mqndamiento antiguo, que tuvisteis desde
el principio : ¿ Cómo al v. 8. les dice : que les escribe
mandamiento nuevo2. ¿ Se compone bien ser un mismo
mandamiento antiguo y nuevo :
R. S. Juan habla del mandamiento del amor de
Dios y del próximo. Este mandamiento es antiguo
y nuevo. Es antiguo ; porque fué dado no solo á los
Judios, sino tambien á Adan, y á todos los hom
bres en el instante de su creacion. Es mandamiento
de la ley natural, dictado por la razon, y ley eterna
de Dios. Este mismo mandamiento se llama tambien
nuevo , por el modo con que le explicó Jesuchristo.
Dios mandó desde el principio , que los hombres se
amasen unos á otros. Pero los Escribas y Fariseos
restringían el amor á solos los Judios , á sus parien
tes y amigos. Jesuchristo explicó el precepto, y ma
nifestó, que obligaba á amar no solo á los consan
guíneos y amigos j sino tambien á los estraños , y á
los enemigos. Y esto no precisamente con afecto in
terior , no deseándolos mal , sino tambien con obras
esteriores , haciendo bien á los que nos aborrecen , ro
gando á Dios por los que nos persiguen y calumnian,
y dando la vida , si es necesario , por la salvacion de
nuestros próximos, como lo hizo él mismo murien
do en una cruz por salvar á los hombres, que eran
Aaa

.
37° .
enemigos de Dios. Y como este modo de amar era
nuevo le llama nuevo S. Juan.
""■"rr™""

V. 16. Todo lo que hay en el mundo es concupiscerh


cia de la carne , y concupiscencia de los ojos , y soberbia
de la vida ; la qual no es del Padre, sino del mundo. Es
to parece se opone á lo que dice S. Pablo á los Ro
manos cap. ii. v. último: todas las cosas tienen su
principio de Dios, y existen por Dios : y á lo que dice
S. Juan en su Evangelio cap. 1. v. 3. Por élfueron
hechas todas las cosas, y sin él nada se hizo.
R. Todas las cosas fueron hechas y criadas por
Dios , todas existen , y son goberuadai por Dios ; y
todas en sí , y por su naturaleza son buenas. Pero
luego que pecó Adan y se rebeló contra Dios , todas
las criaturas se rebelaron contra el hombre. Son bue
nas en sí mismas ; pero la corrupcion y abuso de los
hombres las ha hecho dañosas. Por esto dice el Es
píritu Santo al cap. 14. de la Sabiduría v. 11. Las
criaturas de Dios se han hecho abominables, y sirven de
tentacion á las almas. Ellas sirven de fomento , que
excitan la concupiscencia de la carne, la concupiscen
cia de los ojos , y la arrogancia y soberbia de la vi
da , y corrompen el corazon del hombre. De lo cual
nace la continua guerra de la concupiscencia contra
el espíritu. Y asi en quanto excitan al mal, y esti
mulan á las pasiones contra la ley del espíritu, no
son de Dios, sino del vicio de los hombres munda
nos, que abusan de ellas, y se valen de ellas, para
sus pecados y abominaciones.
37*
- .r : ' . III.
...•.' V. 1 8. y 22. Habeis oido que el Anti-Christo vie
ne, y ahora muchos se han hecho Anti-Christos... El
que niega al Padre y al Hijo, este es Anti-Cliristo.
Segun S. Pablo á los Tesalonicenses cap. 2. El Anti-
Christo es un hombre singular, y éste vendrá al fin del
mundo, ¿cómo dice S. Juan que en su tiempo había
ya muchos Anti-Christos?
:hjj R. El Anti-Christo por antonomasia es una per-
- sona sola como dice S. Pablo, y éste vendrá al fin del
mundo. Pero asi como Christo antes de venir tuvo
Profetas ; que anunciaron su venida y le dispusieron
sus caminos ; asi el Anti-Christo tiene sus Precurso
res , á los quales llama S. Juan Anti-Christos , por
que se oponen á Christo, á su'dinividad, y doctrina,
y son enemigos de Christo. Tales eran en tiempo de
''&..• Juan, Ebion, Cerinto, los seguidores de Simón
( Mago, Jos Nicolaitas y otros.

CAPITULO III.

I.

V. 9. Todo el que ha nacido de Dios , no comete pe


cado. Todos los Christianos hemos nacido de Dios por
el bautismo: ¿cómo déxa dicho S. Juan cap. 1." v. 8.
Si dixesemos, que no tenemos pecado, nos engañamos: y
Santiago cap. 3. v. 2. En muchas cosas ofendemos to
dos2. Parece que hay oposicion. . . ......
R. S. Juan en este v. 9. habla de pecado .mortal*
y dice : que el que ha nacido de Dios , y permanece
en Dios, no peca mortalmente, porque no pueden
juntarse á un mismo tiempo el pecado y la gracia;
la muerte y la vida, ni puede uno ser á un mismo
tiempo amigo de Dios y enemigo de Dios; porque
Aaa 2
37*
la gracia, que es la semilla de Dios, expele todo pe
cado mortal. Pero la gracia no es inamisible , ni qui
ta la libertad, y asi aunque el que ha nacido de Dios
por la gracia del bautismo, no puede juntar la gra
cia con el pecado mortal; puede usando de su liber
tad pecar, perder la gracia, y pasar á ser esclavo del
demonio. Los textos del cap. i. de S. Juan, y de
Santiago hablan de pecados veniales , los quales son
compatibles con la gracia, y amistad de Dios; y se
cometen con tanta facilidad, que no hay justo, que
no peque venialmente , como dice el Eclesiastés ca
pít. 7. v. 21. á no ser por especial privilegio de Dios,
como María Santísima.
.■■... ■ . :. ■■■■.. i j.v.J.. i- < v .
II. ,jí;i:d (o\ í: í ;•;■

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V. 14. Nosotros sabemos, que hemos sido traslada


dos de la muerte á la vida, porque amamos á los her
manos: ¿cómo podían saber que estaban en gracia,
diciéndose al cap. 9. v. 1. del Eclesiastés: ignora el
hombre si es digno de amor, ó odio ; todas las cosas
permanecen inciertas hasta el futuro ?
R. Nuestra justificacion nos es incierta: y no po
demos saber cierta é infaliblemente , si somos dignos
de amor , ó de odio sin especial revelacion de Dios,
como dice el Eclesiastés, y el concilio Tridentino. Pe
ro podemos tener una certeza congetural , fundada
en el verdadero amor de nuestros hermanos. Tal era
la que dice S. Juan tenían,. de haber sido traslada
dos de la muerte á la vida, esto es > del pecado á la
gracia. : . , . , -■
373
EPISTOLA SEGUNDA DES. JUAN.

--: i' V. g. J-e ruego, Señora, no imponiendo nuevo man*


dato, sino el mismo que tuvimos desde el principio , que
nos amemos unos á otros. ¿Pues cómo al v. 10. la dice;
.si alguno viene a vosotros , y no hace profesion de esta
doctrina, no le recibáis en casa, ni le saludeis* \ 1
R. La caridad abraza á todos los hombres. No
hay uno que .no deba ser objeto de nuestro amor.
-Mas no es lo mismo amar, que comunicar. Los he-
reges son dignos de compasion, y debemos amarlos
en Dios, por Dios, y para Dios, y pedir á el Señor
los ilumine para que detesten sus errores , y se re
duzcan al gremio de la Iglesia. Pero no debemos tra
bar, ni comunicar con ellos, quando hay peligro de
-subversion. Encasajde Electa, á quien escribe S. Juan,
•habia este peligros Se habian estendido por todas
partes Ebion, Cerinto, y otros impíos engañando á
las gentes, sembrando muchos errores, negando la
encarnacion del Hijo de Dios. Y como estos hereges
acostumbraban, como ¡lo hacen todos, introducirse
en las casas de los poderosos, y valerse de las mu-
geres piadosas y ricas para la semilla diabólica de sus
heregías, previene S. Juan á aquella Señora, que si
alguno de aquellos seductores vá á visitarla, no le
reciba en su casa, ni le salude, para no hacerse par
ticipante de su malignidad con su trato y comunica
cion.^ . '--. '.■ . . ; ..,.-,, ,t.;. ¡ : ■ '. - ■■
374

EPISTOLA TERCERA DE S. JUAN.

V. i r. Lhl que obra mal no vio a Dios : en la pri


mera Epístola cap. 3. v. 6. El que peca, ni vio á Dios,
ni conoció á Dios. En la misma cap. 4. v. 8. El que no
ama, no conoció á Dios. Segun San Pablo á los Corintios
Epit. i; cap. 13. v. 2. La fe puede estar en el hombre
sin la caridad. La fé es un conocimiento sobrenatu
ral, de Dios y de sus misterios. Parece, pues, que el
que no ama y el que obra mal , si tiene fié , conoce
á Dios. ■, ^ r.
R. No por todo pecado se pierde la fé y conoci
miento especulativo de Dios. Él que peca contra la
caridad, no pierde la fé ni la esperanza. El que peca
contra la esperanza , pierde la esperanza y la caridad;
pero no pierde la fé. El que pe¿ai«ontra la fé, pierde
las tres virtudes. Por consiguiente, el que solo peca
.y obra mal contra la caridad, tiene fé y conoci
miento especulativo de Dios. Pero S. Juan en los lu
gares citados habla de conocimiento y fé, no especu
lativa, sino práctica, viva, y fructuosa conducente á
- la salvacion. En esta tercera Epístola se explica con
tra la conducta de Diotrefes, el qual no recibia al
1 Santo Apóstol , no reconocia su autoridad apostóli
ca, y echaba fuera de la iglesia á los que hospeda
ban á los christianos de otras iglesias, calumnian
do con palabras malignas á S. Juan. Y como todo
esto era tan malo, dice el Santo, que el que peca
no conoce á Dios prácticamente , ni se ha hecho car
go de la caridad de Dios, que no tiene límites, ni
distingue entre el bárbaro y el Romano, entre el Ju
dio y el gentil.
375

EPISTOLA de san judas.

V. 4. de kan introducido ciertos hombres impíos...^


hs quales cambian la gracia de Dios en luxuria , y nie
gan que Jesuchristo es solo nuestro dominador y Señor.
Segun la fé católica el Padre es Señor , el Hijo es Se
ñor, y el Espíritu Santo es Señor. Con que Jesuchris
to no es solo nuestro Señor.
R. Aunque el Padre es Señor , y el Hijo es Señor,
y el Espíritu Santo es Señor, no son tres Señores y
dominadores , sino uno solo como lo enseña la le ca
tólica, y lo confesamos en el símbolo de S. Atanasio.
El ser Señor y dominador conviene á las tres Divi
nas Personas por razon de la esencia, y como ésta
es una sola indivisa, aunque las Personas son tres
realmente distintas entre sí , no son mas que un
Señor y un dominador : á el modo , que aunque el
Padre es Dios, el Hijo es Dios, y ei Espíritu "San
to es Dios , no son tres Dioses , sino uno solo. Por
tan-to, negar que N. S. Jesuchristo es solo nuestro
Señor y dominador , es negarle la divinidad , segun
la qual es con el Padre, y con el Espíritu Santo el
único y solo dominador y Señor de todas las cosas.
Y esto es una heregía impía y detestable que destru
ye toda nuestra santa Religion j condenada por la
Iglesia desde el tiempo de los Apóstoles. En detesta
cion de esta heregía decimos en la gloria de la Misa
hablando con Jesuchristo : tú solo Santo : tú solo Se
ñor: tú solo altísimo.
376
II.
V. g. Jesus salvando su Pueblo de la tierra dt
Egipto ; despues perdió á los que tío creyeron. ¿ Cómo
pudo Jesuchristo salvar á los Israelitas de la esclavi
tud de Egipto, habiendo venido al mundo muchos
miles de años despues de haber salido de Egipto el
Pueblo de Dios?
R. Jesuchristo en quanto Dios fué siempre. Es el
Verbo del Padre , eterno y omnipotente , é igual en
todas las cosas con el Padre y el Espíritu Santo. Por
él fueron hechas todas las cosas, y sin él nada se hi
zo. No se hizo hombre hasta muchos siglos despues
de la libertad de los hijos de Israel de Egipto ; pero
desde la misma eternidad existia ya en la mente y
decretos de Dios, predestinado como hombre, Re
dentor y Salvador de su Pueblo. Y asi como sus mé
ritos previstos fueron la causa de que se salvasen
quantos creyeron en él en la ley natural y escrita, y
se dicen salvos*por Jesuchristo , aunque todavía no
habia tomado nuestra naturaleza j asi tambien se di
ce que él perdio y condenó á no entrar en la tierra
de promision á los que no creyeron. Todas las tres
Personas concurrieron á librar á los Israelitas de la
tiranía de Faraon, y á que los incrédulos no entra
sen j pero todas las cosas que dicen relacion con la
redencion del linage humano se atribuyen al Verbo,
porque él es el que haciendose nuestro Jesus y Salva
dor tomando nuestro ser, derramando su sangre, y
muriendo por nosotros en una Cruz, nos redimiría
y libraria del poder de Lucifer. Y como la libertad
del Pueblo de Dios de Egipto, y todas las cosas que
ocurrieron, fueron, como dice S. Pablo, figura de la
Tedencion que Jesuchrisro habia de obrar en la Cruz;
por esto se dice ; que Jesus salvó su Pueblo de la
tierra de Egipto. Se vale de esto S. Judas para ma
377
nifestar, que así como Dios salvó á los Israelitas de
la opresioiTde Faraon , y despues los castigó por su
incredulidad ; asi los christianos á quienes libró de la
esclavitud del demonio por medio del bautismo , se
rán castigados, y no entrarán en la gloria , si son in
crédulos, y apostatan de la fe y de la religion,

V. 6. A los Angeles que no guardaron su prinripach,


y desampararon su lugar , los tiene reservados en cade~
nos eternas en tinieblas, para el juicio del gran dia. Es
to parece se opone á lo que dice S. Pedro en su Epis-
tol i. cap. 5. v. 8. Hermanos, sed sobrios y estad aler
ta, porque vuestro enemigo el diablo, rugiendo como un
leon^ da vueltas buscando á quien devorar.
R. No todos los diablos fueron desde luego pre
cipitados á los abismos, muchos quedaron sobre la
tierra y en la region del ayre. Asi lo afirman muchos
padres y teólogos fundados en este lugar de S. Pedro
y en otros de la Sagrada Escritura. Aun aquellos que
fueron destinados al infierno los permite Dios ,- pot
los ocultos fines de su providencia, que salgan de
alli , para tentar á los hombres y hacerles guerra. Pe
ro unos y otros traen siempre consigo los efectos de
su condenacion, su infierno y sus tormentos. Amar
rados con fuertes cadenas del poder de Dios , nada
pueden , sino lo que Dios les permite , hasta que en
el dia del juicio sean todos sepultados á los abismos,
para ser ministros de la divina justicia contra los
hombres réprobos, que serán condenados para siem
pre en cuerpo y alma á los infiernos. Berti y Frasen.

Bbb

*
37»
APOCALIPSIS DE SAN JUAK

CAPITULO PRIMERO.

V. i. JL/<z revelacion de Jesuchristo que Dios le


dio, para manifestar á sus siervos las cosas que con
viene se hagan prontamente. ¿Cómo prontamente, si
ya van mil y ochocientos años, y muchas cosas de
las que se dicen en esta revelacion, ni se han cum
plido, ni se han manifestado todavia?
R. S. Juan dice que las cosas contenidas en su
Apocalypsis empezarían prontamente á verificarse y
manifestarse. Mas no dixo , que todas se concluirían
todas juntas , sino sucediéndose unas á otras , y que
por mocho que tardasen seria muy pronto, pues ya
estamos en la última hora. Uno de los objetos á que
se dirige el Apocalipsis es profetizar y anunciar las
persecuciones de la Iglesia por los tiranos , por los
Judíos , hereges y apóstatas. Y éstas empezaron en
sus mismos dias por Neron, por los Judíos, por Ebion,
Cerinto y otros. Y los triunfos del Evangelio y de
la Religion, contra la qual jamas han podido, ni po
drán prevalecer las puertas del infierno, empezaron
tambien entonces. i... ■•í. - .ú í¡ . .'„.-. i

.'.',: ■ ■ . CAPITULO IL .■. . i..

V. 13. Sé dónde habitas , en donde Satanás tiene su


asiento, i .Cómo se compone esto con lo que al c. 12.
del Evangelio de S. Juan dixo Christo : ahora es el
juicio del mundo : ahora el principe de este mundo ( Sa
tanás) será echado fuera2. Si fué echado fuera ¿có
mo tenia su asiento en Pérgamo ?
379
R. Christo venció al demonio, le quitó el impe
rio que exercia sobre los hombres , le arrojó del mun
do, y le precipitó á los abismos. De modo que no
puede dañar , sino á los que quieren ser dañados.
Es como un perro atado, dice S. Agustin, que pue
de ladrar ; pero no puede morder , sino á los que se
acercan á él, y quieren ser mordidos. En Pérgamo
habia muchos idólatras que se resistían á la fé, y
muchos hereges Nicolaitas, que como ministros de
Satanás, sembraban doctrinas abominables y torpes,
y perseguían á los predicadores del Evangelio. Por
esto dice que en Pérgamo tenia su asiento y silla
Satanás.
CAPITULO III.

V. ii. Conserva lo que tienes, para que ninguno te


quite la corona, ¿ Pues qué al que está predestinado,
puede alguno quitarle la corona? ¿No dixo Christo
al cap'. 6. de San Juan v. 39. Esta es la voluntad del
Padre que me envió', que nada pierda d¡ todo aquello qut
él me dio , sino que lo resucite en el último dia ?
R. Aunque para .Dios es cierto el número de los
predestinados , y ninguno de los que en la mente de
Dios estan predestinados se perderá , ni será con
denado : con todo , como ninguno en esta vida sa
be infaliblemente que está predestinado, á no ser
que Dios se lo revele , todos , aun los mas San
tos , deben trabajar para su salvacion con te
mor y temblor, para hacerla cierna con el exercicio
de buenas obras, no sea que por descuido ó flojedad
pierdan la corona de la gloria. Por lo qual decia
S. Pablo : castigo mi cuerpo , y le reduzco á servidum
bre, no sea que predicando y salvando á otros, yo sea
reprobado. Son muchos los enemigos que nos rodeaa
Bbb 2
3«o
por todas partes , y es muy facil , que sino estamos
muy alerta, nos sorprendan, y dexáadonos' vencer
de nuestra miseria , perdamos el premio. Al Obispo
de Filadelíia le amenazaban varias persecuciones, y
por esto le encarga S. Juan que no afloje en el exer-
ckio de sus virtudes, y que esté con cuidado, no sea
que alguno con engaños , con tormentos , ó por otro?
medios le prive de la corona de que se habia hecho-
digno con sus buenas obras. Tirina.

CAPITULO Y.

V. 1 2. Digno es el Cordero , que ha sido muerto , de


recibir la virtud y divinidad. El Cordero es Christo.
Christo siempre fué llamado Dios , hijo natural de Dios^
eterno , e igual en todas las cosas á su Eterno. Padre,
como nos enseña la fe. Si es Dios, ¿cómo dicen que-
es digno de recibir la divinidad? ¿No la tenia ya?
R. Aunque Christo siempre fué Dios , no siempre-
fué reconocido por todas las criaturas y hombres co
mo verdadeto Dios. Por esto los Angeles y San tos
en la gloria , dicen que es digno de recibir la di
vinidad, esto es, digno de que todos los hombres y
criaturas le gloi iHquen-y reconozcan , y le adoren co
mo á verdadero ' Dios. .

CAPITULO VI

V. 4. T salió otro caballo bermejo r y fué dado po


der al que estaba sentado sobre é/, para que auyentase -
la paz de la tierra , y que se matasen los unos á los
otros. Esto parece se opone á lo que Christo dixo á
«us Apóstoles y Discípulos al c. 14. v. 27. de S. Juan
h paz os dexo, mi paz os doy.
R. Christo nos dexó, y nos dio la paz. Nos re
concilió con Dios , y nos prescribió el amor y cari
dad con todos los nombres. Y para que no se turba
se esta paz con Dios ni con los hombres nos mandó
amar á solo un Dios, y á nuestros próximosr aunque
fuesen enemigos, y nos encargó el perdon de las in
jurias y el desprecio de todo lo terreno. Si. los hom
bres sirvieran solamente al verdadero Dios , y se amar
ran mutua y verdaderamente en Dios, por Dios, y
para Dios, como ordena el Evangelio y doctrina que
nos dexó Jesuchristo: todos se contendrían en los li
mites de la justicia; no harria pleytos, disensiones^
ni guerras, y la paz reynaria en todas partes. Pero
los hombres instigados por el diablo, significado en
el que iba sentado en el caballo bermejo, y dexán-
dose llevar de sus pasiones, faltaron, y faltan á los
deberes que tienen con Dios, y á la caridad y justi
cia con sus próximos , invaden las Provincias y Rey-
nos, usurpan los bienes agenos., desoían los campos,
abrasan las Ciudades , y llevan la muerte por toda»
partes , como dice el Apocalypsis>

Ih

V. 9. Vi haxo del aliar las almas de los.que ha


bian sido muertos por haber predicado la palabra dé
Dios. Pues ¿cómo al cap. 14. V* 4. dice : que seguian,
al Cordero, donde quiera que caminaba1.
R. S.. Juan vió, que las almas. de los mártircs: pe
dían á Dios la resurreccion de sus cuerpos > y ven
ganza contra los tiranos enemigos de Dios y de sus
santos, y se dice que estaban bajo del altar, porque
estaban inmediatas á Christo ; y asi como en el tem
plo el altar es donde se ofrecen á Dios los sacrificios
38*
y oraciones, así Christo en la gloria es quien con
sus méritos valora la intercesion de los santos, co
mo que es principal abogado y mediador ; motivo por
el qual todas las oraciones y peticiones que en la
Iglesia hacemos á. María Santísima, á los ángeles, y
santos , se finalizan diciendo : per jfesum Chrisíum Dch
minumnostrum. Y aunque todos los santos gozan de
Dios, y estan unidos á Jesuchristo, parece que los
santos mártires estan mas inmediatos á su cabeza
Chiistjo, corno que le siguieron por el camino de los
tormentos , le confesaron delante de los hombres , y
rubricaron con su sangre el testimonio de su fé, y de
su amor á Jesuchristo: y por esto dice: que le siguen
donde quiera que vaya.
* - •* ■
CAPITULO X.

V. II. Conviene , que tu vuelvas á profetizar otra


vez a las gentes yyálos pueblos , y á las lenguas , y~
4 muchos Reyes ; despues que S. Juan escribio el Apo»
calipsis no se sabe que volviese á profetizar, ni que
predicase. Parece, pues, ó que no se cumplio el va
ticinio , ó que S. Juan aun tiene que venir á pro
fetizar.
. \R. No es uno solo entre los Padres y Exposito
res el que infería de este lugar y de otros del Evan
gelio, que S. Juan no ha muerto, que está con He-
noc y Elias en el Paraiso , y que al fin del mundo
vendrá á profetizar y predicar á las gentes , á los
pueblos y- Reyes, y para oponerse al Anti-Christo.
S. Hipólito mártir, S. Ambrosia, S. Juan Damasce-
no, Theofilacto, Eutimio, Simon Methafrastes , Do
roteo , Catharino , y Salmeron lo dicen asL Pero
S. Gerónimo, S. Agustín, el conciüa Efesino, y la
383
Iglesia, que celebra la fiesta de S. Juan como muer
to á 27 de diciembre, dicen lo contrario. El vaticinio
se cumplió ; pues ademas de lo que hasta el cap. 10
llevaba profetizado, volvió á profetizar, y profetizó
desde el cap. 11 muchas cosas del Anti-Christo, de
Henoc y de Elias , de Gog y Magog , y de los pue
blos, y de los Reyes que habian de ser destronados
por el Anti-Christo. Ademas es constante, que des
pues de escrito el Apocalipsis volvió desde la isla de
Patmos á Éfeso, y allí dos años antes de morir es
cribió su Evangelio á peticion de los obispos del A-
sia , para probar la Divinidad de Jesuchristo contra
Cerinto, Ébion, y otros que la negaban. Y como el
Evangelio de S. Juan se publicó y predicó , y aun se
publica y predica á las gentes , á los pueblos , á las
lenguas, y á los Reyes, se cumplió el vaticinio tam
bien. asi. Wouters. Tirina.

CAPITULO XIII.

V. 8. Cuyos nombres no estan escritos en el libro del


Cordero , que fué muerto desde el principio del mundo'.
¿cómo el Cordero, que es Christo pudo ser muerto
desde el origen del mundo , si segun nos enseña la
fé católica : padeció , fué crucificado , y murió bajo el po
der de Poncio Pilatos , esto es , muchos miles de siglos
despues de la creacion del mundo?
R. Christo padeció, fué crucificado, y murió ba
jo el poder de Poncio Pilatos, muchos miles de años
despues de la formacion del mundo, efectivamente,
como nos enseña la fé : pero tambien nos enseña la
fé, que en los eternos decretos de Dios fué determi
nada la venida, pasion, y muerte del Hijo de Dios,
para que como Cordero inmaculado fuese sacrifica
do , y quitase los pecados del mundo: que desde la
constitucion del mundo fué prometido á nuestros pri
meros padres como Redentor y Salvador: y que su
pasion y muerte prevista fué de tanto mérito en la
presencia de Dios, que solo en virtud de «lia se han
salvado, quantos se han salvado, y se salvarán, ea
la ley natural, escrita, y evangélica. Y por esto se
dice, que el Cordero fué muerto desde el origen del
mundo , antes de ia constitucion del mundo , desde
la misma eternidad. Frasen.
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