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COM - PROYECTO PUENTE


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La salida del PRI de Antonio Astiazarán ha sido un parte aguas en la lucha por el Senado en
Sonora. Es el primer paso de la dispersión del poder en Sonora rumbo al 2021 que tendrá
como frontera el laboratorio político que se ha convertido Cajeme. Pero estamos frente a una
manifestación de poder compartido forzado debido a que la clase política que Gobierna
Sonora encabezada por Manlio Fabio Beltrones y el Palacio de Gobierno no entienden los
nuevos tiempos. Se aferran a imponer el estilo del viejo PRI. El binomio poder compartido es
tomado del ensayo de Alonso Lujambio, escrito en el 2000, para interpretar lo que había
sucedido en México: “El pluralismo llegó para quedarse”, dijo el extinto ex funcionario y ex
consejero electoral. Pareciera que en Sonora no se entiende que el pluralismo en el poder es
darle el juego a diferentes grupos, empresarios, líderes, medios de comunicación, fuerzas
políticas. No. Todo es para Beltrones, Palacio de Gobierno y aliados sumisos.

El gran error fue la simulación. Ni el Comité Ejecutivo Nacional ni el Estatal ni nadie le dieron
una explicación a Antonio Astiazarán de las decisiones que se habían tomado, o, por qué se
quedaba fuera. Consultados por Proyecto Puente los actores afirmaban que lo del guaymense
era puro teatro. Que se iba a sentar. Que estaba negociando. Que era una línea del PRI
Nacional, no local. Nadie midió al Toño. El mismo José Antonio Meade ya no le contestaba ni
los mensajes. Prefirió quedar bien con el ex Gobernador de Sonora y no guardar formas para
aspirantes. Los mismos que se jactan de ser grandes operadores políticos no tuvieron tacto ni
supieron operar la situación. Hoy están las consecuencias. Claudia Pavlovich tampoco era la
puntera en las encuestas, en el 2015, pero llegó producto de una negociación de Beltrones
con Enrique Peña Nieto. El senador Ernesto Gándara se alineó, sí, desperdició una gran
oportunidad de rebeldía, pero hubo operación desde Los Pinos. Eduardo Bours tampoco era
el favorito de Armando López Nogales, pero fue gobernador porque rompió las reglas del
sistema en Sonora. La negociación efectiva, el tacto y la rebeldía sí funcionan. Aquí no hubo
tacto ni negociación. Dejaron el camino de la rebeldía.

Jorge Ramos en su libro “Sin Miedo” describe a la perfección lo que es la rebeldía y el poder
que toma en este tiempo. Los rebeldes enfrentan y confrontan. Pero ya no se trata de usar el
término para levantarse en armas o hacer reuniones de guerrilla clandestinas. “El rebelde es
alguien que rompe las reglas establecidas y marca un nuevo camino. La propuesta de
muchos nuevos rebeldes es dejar atrás los autoritarismos, los estereotipos y las imposiciones
político -religiosas para dar lugar a mayor democracia, libertad e igualdad”, dice Ramos. El
periodista explica que vivimos en una naciente cultura que recompensa al rebelde, al que se
arriesga, al que no tiene miedo, al que decide romper las reglas. Obedecer, ahora es visto
hasta mal y con recelo. Y Toño Astiazaran fue lo que hizo: Rebelarse contra las formas en el
PRI, en Sonora y México. ¿Por qué no lo dijo antes? Porque antes sí había procesos, formas,
poder compartido. Hoy en Sonora se gobierna con imposición, intolerancia y paranoia. No se
entienden los nuevos tiempos. Y ocurre lo que sucedió con este cisma político. Hoy en Sonora
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no aceptan que hay periodistas, empresarios, políticos, clase intelectual, que no está de
acuerdo con volver a 1980. La gran mayoría de los sonorenses no está. Si volvió el PRI a
Palacio de Gobierno fue por el voto de castigo a Padrés, la buena estrategia de oposición y
una buena candidata, como lo fue Claudia Pavlovich. La rebeldía de Toño es legítima y tiene
bases.

Adaptarse. Aceptar la realidad. No le hagan daño a Sylvana, que trae preparación para dar la
pelea y sabe a lo que se enfrenta. No la asesoren con la escuela del puño y aplastamiento.
Díganle la verdad. No quieran hacer un producto del pasado. Lo bueno que tiene a su lado a
Wilebaldo Alatriste, un operador de medios con tacto y que sí entiende los nuevos tiempos.
“Maloro” Acosta se ganó la candidatura por sus números. Que dio la sorpresa, sí, pero lleva
una base sólida para arrancar: Logró darle la vuelta a los problemas de Hermosillo. Pero
deben entender que el escenario se les ha complicado y ahora van a competir con un rebelde,
que les conoce todo, una oposición muy fuerte como Morena, el Grupo Bours en contra en
Cajeme. Tienen una oportunidad Maloro y Sylvana de demostrar lo que son y de qué están
hechos. Pero ganamos los sonorenses: Viene elección al Senado reñida y no simulada.

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