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En todos los campos del esfuerzo humano se utilizan medidas de una u otra forma, y cada campo posee su
propio sistema, compuesto por herramientas y unidades de medición.
Los usuarios actuales y potenciales de las mediciones psicológicas necesitan familiarizarse en el trabajo con
las unidades de medida comúnmente utilizadas, los fundamentos teóricos que las contextualizan y las
herramientas empleadas según los objetivos de la medición.
Desde que nacemos las pruebas tienen gran influencia en nuestras vidas. El pediatra golpea las palmas de
nuestras manos y las plantas de nuestros pies, el médico está aplicando una prueba. Para entrar a la escuela o
la universidad, debemos presentar una prueba que decide si aprobamos o reprobamos. Las pruebas
determinan si necesitamos educación especial.
Así, Murphy & Davidshofer (2005) en su libro Psychological Testing, sugieren que la primera pregunta que
uno debe hacerse es “¿por qué la evaluación psicológica es importante?” Para lo cual exponen diferentes
respuestas, pero la principal, los test se usan para tomar importantes decisiones para los individuos. Por
ejemplo; para la admisión a la universidad se consultan puntajes para decidir si aceptar o rechazar al
aplicante, los psicólogos clínicos emplean las pruebas para elegir el curso del tratamiento, los militares usan
los resultados de las pruebas para decidir acerca de cuál es el trabajo para el cual el soldado estaría
mayormente calificado. El neurólogo quiere confirmar que el cambio en le comportamiento del individuo se
debe a un cambio a nivel neurológico.
Galton (1869) primo de Darwin, 1859 (quien había mostrado interés científico por establecer variables
individuales), contribuyó ampliamente en el campo de la medición, en sus esfuerzos por explorar y
cuantificar las diferencias individuales entre personas, cuantificando variables antropológicas que relacionó
con unidades de conducta de orden sensorio-motriz, y la elaboración de árboles genéticos con el objetivo de
analizar las variables hereditarias. (Gomara, 1994).
Wundt (1832-1920) y sus estudiantes trataron de formular una descripción general de las capacidades
humanas con respecto a variables como el tiempo de reacción, la percepción y la duración de la atención.
J. McKeen Cattell (1888), discípulo de Wundt y de Galton, continuó sus trabajos con el fin de establecer
diferencias individuales entre sujetos, y utilizó por primera vez el concepto de test mental; acuñó el término
de prueba mental, responsable de las pruebas mentales en EU. Binet (1893) y su colega Victor Henri,
publicaron varios artículos abogando por la medición de la memoria y las habilidades sociales.
A finales de Siglo XIX el Gobierno Francés le pide a Alfred Binet que elabore unas pruebas para conocer
qué niños de los escolarizados tenían retrasos. Binet, con la ayuda de Simon, aplicó estas pruebas a niños con
edades comprendidas entre los 3 y 15 años y las nombró pruebas de inteligencia. La publicó definitivamente
en 1905 y después del gran éxito que tuvieron se tradujeron al inglés y actualmente son unas de las más
usadas para medir inteligencia después de muchas revisiones, ahora nos referimos a ellas como Test de
Stanford-Binet (Cohen, 2006). Este autor observó que no podía valorar la inteligencia a través de medidas
físicas como lo hacía Galton, sino que necesitaba proponerles tareas que requerían comprensión, capacidad
aritmética,... para llevarlas a término. Otra aportación importante de Binet fue el concepto de edad mental, lo
definió como la capacidad promedio que se cree que tiene una persona a una edad determinada. La edad
mental puede coincidir o no con la edad cronológica. Así, podía evaluar la inteligencia en función del la edad
del niño. Para medir la inteligencia inventó el cociente de inteligencia (CI). La inteligencia para Binnet “es la
habilidad para tomar y mantener determinada dirección, adaptarse a nuevas situaciones y tener la habilidad
para criticar los propios actos.”
David Weschler (1939)- psicólogo clínico del Hospital de New York- introdujo una prueba para medir la
inteligencia de los adultos, definida como la agregada o global del individuo para actuar de forma
propositiva, para pensar en forma racional y para enfrentarse de manera efectiva con su ambiente.
Cuando EU le declaró la guerra a Alemania y participó en la I guerra mundial, en 1917, el ejército necesitaba
una forma de evaluar rápida y eficientemente a una gran cantidad de reclutas que querían enlistarse, pero a
su vez necesitaban descartar problemas intelectuales y/o emocionales, para lo cual empleó las pruebas para
selección de personal y de inteligencia disponibles. Se desarrollaron además múltiples pruebas. El primero
fue un examen de inteligencia dirigido por Robert M. Yerkes, estudiante de Münsterberg, que fue
administrado a los reclutas como parámetro de selección y clasificación. Yerkes, presidente del Comité de
Psicología del Consejo de Investigación Nacional (National Research Council, NRC) y jefe de la División de
Psicología en la oficina del Cirujano General del Ejército, fiscalizó las pruebas universales de los reclutas
desde comienzos del 1918. En el transcurso de la guerra se administraron exámenes de personalidad y Yerkes
alfa y beta a aproximadamente 3 millones de hombres. (García Ramos, 2000).
El segundo examen fue dirigido por Walter V. Bingham y Walter D. Scott, psicólogos que se habían
destacado por su contribución al desarrollo de las pruebas en la industria y por su persuasión para establecer
un Comité de Clasificación de Personal en el ejército. La popularidad de los distintos exámenes construidos
por Scott durante la guerra contribuyó a que la utilización de estos se ampliara a partir de ese periodo.
(Cohen, 2006)
Después de la II Guerra mundial se desarrollaron y utilizaron un mayor número de pruebas que pretendía
medir una amplia gama de variables psicológicas.
M. Forns, T. Kirchner y M. Torres (1991) en (Gomara, 1994), el objetivo común de estos investigadores se
centró en la cuantificación de los aspectos psicológicos del sujeto a fin de resaltar las diferencias
individuales, identificar sus causas y determinar cómo se distribuyen estos rasgos entre la población.
A partir de los años 50, 90 y 2000 surgieron y prosperaron varias de las ramas de la psicología, psicología de
la salud, forense, neuropsicología y psicología infantil; las cuales hacen un amplio uso de las pruebas. Los
neuropsicólogos aplican pruebas en los hospitales para evaluar el daño neurológico, los psicólogos de la
salud usan y aplican entrevistas en diversos escenarios médicos.
La evaluación es uno de los elementos esenciales de la psicología. Aunque no todos los psicólogos las
empleen, y algunos se opongan a ellas, todas las áreas de la psicología dependen del conocimiento obtenido
en los estudios de investigación que se basan en estos métodos de medición.
En la actualidad (Aiken, 1996), propone que el propósito principal de los tests y evaluaciones psicológicas es
el mismo que ha prevalecido durante todo este siglo: evaluar el comportamiento, las capacidades mentales y
otras características personales con el objeto de ayudar en los juicios, predicciones y decisiones de las
personas. En forma más específica, los tests se utilizan para:
1) observar a las personas que solicitan empleos y desean participar en programas educativos y de
capacitación,
2) clasificar y ubicar a las personas en contextos educativos y de empleo;
3) asesorar y guiar a los individuos con propósitos educativos, vocacionales y personales;
4) retener o suspender, promover o cambiar a estudiantes o empleados en los programas educativos y de
capacitación, así como en situaciones laborales;
5) diagnosticar y prescribir tratamientos psicológicos y físicos en clínicas y hospitales;
6) evaluar cambios cognoscitivos intra e interpersonales debido a programas de intervención educativos,
psicoterapéuticos y conductuales, y
7) realizar investigaciones sobre los cambios en el comportamiento a través del tiempo y sobre la
efectividad de los programas y técnicas nuevas.
También se emplean los test para evaluar el entorno psicológico, los movimientos sociales y otros eventos
psicosociales.
Dentro de este marco también se contempla la importancia de la ética en el uso de las pruebas; tanto la
American Psychological Association, 1992) (APA) como la American Personnel and Guidance, y aquí en
Colombia, el código ético que rige el desempeño del psicólogo, enfatizan la importancia de proporcionar la
evaluación y el diagnóstico sólo en un contexto profesional por parte de usuarios competentes y la aplicación
de los test apropiados. También da importancia a la aplicación de procedimientos científicos en el diseño y
elección de tests y técnicas apropiadas para poblaciones específicas, la interpretación justa de los resultados
de los tests, el uso cuidadoso de los servicios de calificación e interpretación de estos, la explicación clara
pero detallada de los descubrimientos de la evaluación y la necesidad de conservar la seguridad de los tests
(Aiken, 1996).
Es fundamental el uso cuidadoso de la información consignada tanto en informes escritos como en banco de
datos sistematizados, vigilar por la seguridad de estos para evitar divulgación incorrecta
Fernández Ballesteros propone la siguiente definición de la disciplina “evaluación psicológica” (Ballesteros, 1992,
pág. 17): (…)es aquella disciplina de la psicología científica que se ocupa de la exploración y análisis del
comportamiento de un sujeto humano con distintos objetivos básicos o aplicados (descripción, diagnóstico,
selección/predicción, explicación, cambio y/o valoración) a través de un proceso de toma de decisiones en el que se
encardinan la aplicación de una serie de dispositivos, tests y técnicas de medida y/o evaluación.
(Buela‐Casal G., 1997, pág. 97), sintetizando sobre la evaluación psicológica: Por todo ello, la evaluación
psicológica constituye el estudio científico, a través de diferentes procedimientos de recogida de información (entre
otros muchos los tests), de las actividades o características psicológicos de una persona, ambientes específicos y/o
intervenciones con el objetivo de alcanzar unos objetivos propuestos (entre ellos el diagnóstico).
Estamos de acuerdo en que la evaluación es un proceso a través del cual obtenemos información del niño con el
objetivo de tomar decisiones para generar las estrategias de intervención adecuadas. La evaluación del
desarrollo es un proceso que nos permite por una parte entender las competencias del niño y su contexto y por
otra parte diseñar los programas de intervención que ayudarán al niño y su familia a desarrollar todas sus
potencialidades. “La interacción entre el niño y el ambiente es continuo, recíproco e interdependiente. No
podemos analizar un niño sin su referencia al contexto, al igual que no podemos analizar el contexto sin su
referencia al niño. Los dos forman una unidad inseparable que consiste en un conjunto de variables
interrelacionadas o un campo interaccional” (Bijou, 1978, pág. 29)
Tamarit lo expresa del siguiente modo (1992): “la evaluación, trata de recabar información detallada sobre las
dificultades, capacidades, estilos y potencial de aprendizaje, preferencias, etc. del individuo evaluado cara a establecer
un programa educativo terapéutico. Por tanto, el objetivo fundamental de la evaluación es facilitar una intervención
adecuada. Evaluación e intervención son dos aspectos de un mismo proceso”
Así, el proceso de evaluación tiene como objetivo implica o requiere: aspectos como descripción, diagnóstico,
predicción, explicación, cambios, características de la persona, ambientes, dificultades, capacidades, estilos,
potenciales, preferencias, intervención.
Medición: se define como el acto de asignar números o símbolos a características de los objetos (personas,
eventos o lo que sea) de acuerdo a ciertas reglas. A su vez, las reglas son lineamientos para representar la
magnitud (o alguna otra característica) del objeto que se mide.
Medición Evaluación
Se define como el proceso de medir variables Se define como la recolección e integración de datos
relacionadas con la psique mediante instrumentos o relacionados con la psique individual con el
procedimientos diseñados para obtener rasgos de propósito de hacer una evaluación psicológica,
comportamiento definidos como conducta. concretada mediante herramientas como pruebas,
entrevistas, estudio de caso, observación conductual,
Término utilizado para referirse a todo lo así como de equipos y procedimientos diseñados
relacionado con la aplicación de una prueba y la específicamente para la medición de estas (Cohen,
interpretación de la puntuación y resultados 2006).
obtenidos de la misma. La evaluación psicológica se la realiza de manera
Según el objetivo, una prueba se emplea para medir personalizada y su objetivo suele extenderse más
la magnitud de un atributo o rasgo psicológico. allá de la obtención de una cifra o de un coeficiente
intelectual.
En las pruebas, el aplicador agregaría por lo general En la evaluación el aplicador dirigirá la atención
“la cantidad de respuestas correctas o de cierto tipo hacia los mecanismos empleados para la obtención
de respuesta” (Maloney y Ward, 1976, p. 39 en de la información, a la forma en que el individuo
Cohen, 2006). procesa.
Roberts y Magrab (1991) argumentaron que la
Por ejemplo, se puede hablar de pruebas de evaluación iría dirigida más a la comprensión de los
inteligencia si el propósito es obtener una problemas en el contexto social, a la solución de
cuantificación del funcionamiento intelectual del problemas.
individuo o grupo de individuos a quienes se aplica La conducción de la evaluación depende de muchos
la prueba. factores, no sólo de la razón inicial sino también
puede extenderse más allá de la obtención de una
cifra o de un coeficiente intelectual.
Evaluación psicológica – CEPE (Ayala F. Carlos L & Galve M, Jose Luis (1996)
Según el Diccionario Larousse evaluar es “estimar, apreciar el valor de las cosas no materiales” y también
es “valoración del rendimiento de un alumno”. Este término cobra importancia en los programas de EU
durante la II guerra mundial, ya que exige determinar en un breve lapso las personas más idóneas para ocupar
cada puesto.
Conbrach (1980) la define como “la recopilación y uso de la información para tomar decisiones”.
Pervin (1980) señala que “un procedimiento de evaluación es una manera de recopilar información acerca
de una persona”. Luego afirma que “la evaluación significa la observación sistemática de la conducta en
condiciones específicas y en relación a estímulos específicos”.
Para Fernández-Ballesteros (1985) la evaluación se refiere al análisis inicial de los comportamientos, las
variables que los controlan y mantienen, así como el establecimiento de relaciones funcionales entre ellos;
por el contrario el término valoración hace referencia fundamentalmente al juicio sobre la eficacia del
tratamiento, junto a la verificación de conclusiones de la evaluación. En conclusión Fernández-Ballesteros
indica que “la evaluación se dirige a un sujeto humano, mientras que la valoración se refiere a un programa
o intervención”.
Como lo define Ronal Cohen, en su libro “Pruebas y Evaluación Psicológica”, 2006; un constructo es “una
idea informada, científica, desarrollada como una hipótesis para describir o explicar un comportamiento.” Es
una idea fundamentada científicamente, y desarrollada o generada para describir o explicar un
comportamiento; algunos ejemplos de constructos incluyen “inteligencia”, “ansiedad”, “satisfacción en el
trabajo”. Estos son rasgos inobservables, supuestos (subyacentes) a los que un desarrollador de pruebas
puede recurrir para describir el comportamiento de la prueba o desempeño del criterio evaluado. La
importancia de conocer y comprender los constructos de las pruebas es poder interpretar los resultados de las
pruebas a la luz de estos.
Hablando de constructos, uno de los más empleados en la evaluación general es el de inteligencia, que ha
sido ampliamente discutido, definido, operacionalizado. Por ejemplo, Murphy & Davidshofer (2005)
exponen el concepto de inteligencia como una habilidad mental general, que se refiere a la existencia de
diferencias individuales sistemáticas en el desempeño de actividades que involucran la manipulación,
recuperación, evaluación o procesamiento de información. Thurstone (1938) sugirió que la inteligencia podía
entenderse en términos de 7 grupos de factores: comprensión verbal – vocabulario, lectura comprensiva,
analogías; fluencia verbal – la habilidad para generar y manipular de manera rápida una gran cantidad de
palabras con características especiales como anagramas, test de rimas; números – la habilidad para llevar a
cabo rápidas y cuidadosas operaciones matemáticas; espacio – visualización espacial, así como la habilidad
para llevar a cabo mentalmente la transformación de figuras geométricas; memoria asociativa – memoria
rutinaria; velocidad perceptual – rapidez para percibir detalles visuales, anormalidades, similitudes y otras;
razonamiento – habilidades en una variedad como inductiva, deductiva, y tareas de razonamiento
matemático.
Por otro lado, Cattel (1963) propone dos aspectos de la inteligencia, como son la inteligencia fluida y la
inteligencia cristalizada. La I. fluida definida como la habilidad para encontrar relaciones como analogías,
letras en una serie; trata sobre todo con la habilidad de razonamiento, podría concebirse como potencia
mental en bruto, posible sustrato neurológico (Hogan, 2004); mientras que la I cristalizada se refiere a la
cantidad de información de hechos y conocimientos que una persona puede guardar; relaciones y habilidades
mentales desarrolladas por efecto de la educación, la experiencia y la práctica. Así ambas estarían
relacionadas, puesto que una persona con una alta inteligencia fluida le sería fácil y rápido construir una
amplia base de información (Jensen, 1980 en Murphy & Davidshofer (2005).
Las pruebas pueden diferir en gran número de variables como contenido, formato, procedimientos de
aplicación, puntuación, contextos de interpretación y calidad técnica. El contenido variará de acuerdo al
enfoque teórico que la prueba maneje. El formato se refiere a la forma, el plan, la estructura, arreglo o
disposición de los reactivos de la prueba, así como al tiempo empleado para cada una, también puede
referirse a la forma del software o la forma de o estructura de otras herramientas y procesos de evaluación,
como los procedimientos empleados para obtener un tipo particular de ejecución (Cohen, 2006).
Las pruebas difieren en los procedimientos de calificación e interpretación. Algunas pruebas están diseñadas
para ser calificadas de acuerdo a la suma del número de respuestas y algunas puntuaciones resultan de la
aplicación de elementos más elaborados; así mismo la calificación de estas puede darse por parte de los que
contestan, otras por examinadores capacitados y otras pueden ser calificadas e interpretadas íntegramente por
la computadora. Con respecto a la interpretación, por ejemplo la mayoría de las pruebas de inteligencia,
vienen con su manual de aplicación muy explícita, con criterios de calificación y de interpretación. Otras
pruebas como el Rorschach que requiere del juicio del aplicador a partir de guías de aplicación, calificación e
interpretación. Las pruebas también difieren respecto a la calidad técnica con respecto a la consistencia que
una prueba posea para medir lo que se pretende medir.
Las pruebas se pueden clasificar de acuerdo al rasgo, forma, objetivo, modalidad que se persiga. Medición
de aspectos cognitivos (pruebas de aprovechamiento, inteligencia, habilidades), afectivos (intereses, actitud,
valor, personalidad)
Rasgos psicológicos
Un rasgo se define como “cualquier manera distinguible y relativamente duradera en que un
individuo se diferencia de otro” (Guilford, 1959, 9p.6).
Este concepto existe sólo como un constructo para describir o explicar un comportamiento.
Se hace evidente a través de una conducta observable, pero depende también de la situación o
contexto (por ejemplo, un fanático religioso/ o una persona con “rasgos paranoides” luego de una
situación impactante- estrés postraumático).
Estados psicológicos
Estado psicológico: distinguen una persona de otra, pero son relativamente menos duraderos
(Chaplin, et.al 1982).
Así, medir implica diferenciar entre un rasgo como producto de la situación, es decir, circunstancial, o
si realmente es propio de la personalidad del individuo. De allí la importancia de preguntar, desde
hace cuánto presenta la conducta, a partir de qué situación se presentó.
Sin importar qué tan sólida sea una prueba, su propósito será fallido si el usuario falle en el manejo y
aplicación competente de todas las fases de las pruebas o del proceso de evaluación (Cohen, 2006). Por esta
razón, el responsable de una prueba tiene obligaciones de carácter ético y estructura antes, durante y después
de la administración de la prueba. El evaluador debe conocer previamente el material y contenidos de la
prueba, preparar el ambiente y recursos necesarios.
Debe asegurarse una buena relación entre el examinador y el examinado (compenetración y rapport), que se
logra mediante una pequeña charla antes de la prueba, que no incluyan el contenido, si alguna precisión o
requisitos de aplicación, en caso de necesitarlo.
En cuanto a los evaluados, estos pueden tener diferentes aproximaciones a la situación de evaluación, y los
usuarios o aplicadores, deben ser sensibles ante la diversidad de las respuestas posibles ante dicha
evaluación. El día de la aplicación de la prueba, los evaluados pueden variar de forma continua y de acuerdo
con numerosas variables, incluidas:
El estado de ansiedad que están experimentando y el grado en que la ansiedad puede afectar de
manera significativa los resultados de la prueba.
Su capacidad y disposición para cooperar con el examinador o para comprender las instrucciones de
la prueba escrita.
El grado de dolor físico o angustia emocional que estén sintiendo.
El grado de incomodidad física por no haber comido lo suficiente, haber comido en exceso u otras
condiciones físicas.
El estado en que están alertas y despiertos en contraposición al estado de somnolencia.
La predisposición que tienen a estar de acuerdo o en desacuerdo cuando se le presentan estímulos
para provocar una reacción.
El grado de preparación e información que han recibido antes de la evaluación.
La importancia que le hayan atribuido al verse situados en un buen o mal lugar.
El grado en que son, por falta de un término mejor, “afortunados” y pueden “acertar” en una prueba
de opción múltiple (aun cuando quizá no hayan aprendido el tema en cuestión).
De allí la importancia de observar y registrar estos posibles cambios, para en el momento de la interpretación
de los resultados arrojados por las pruebas, poder apoyar un posible sesgo en estos.
Cohen (2006) expone algunos supuestos sobre pruebas y evaluación psicológica:
- Existen rasgos psicológicos y estados, lo que invita a hacer la diferenciación entre rasgo y estado, el
primero característico de la persona, el segundo como resultado de las circunstancias, lo que insta a
“estar pendiente del contexto o situación en que se presenta un comportamiento particular.”
- Los rasgos psicológicos y los estados pueden cuantificarse y medirse.
Escenarios de evaluación:
- Educativos: la aplicación de pruebas y evaluación en este contexto va dirigido a la medición de los
conocimientos necesarios para ingresar a uno u otro nivel de educación y/o qué requisitos necesita
para este. También se realizan para hacer adaptaciones curriculares, evaluación de los conocimientos
adquiridos; aplicación de pruebas diagnósticas para delimitar e identificar áreas de déficit que deben
ser dirigidas a procesos de intervención, ya sea dentro de la misma institución o requiera remisión
externa. También evaluación de actitudes a partir de observaciones del comportamiento social en
clases.
- Geriátricos: evaluación psicológica de adultos mayores que establezca el funcionamiento cognitivo,
psicológico, adaptativo de manera que contribuya al aumento de su longevidad, prevención de
enfermedades, adaptación del medio a sus necesidades, capacitación del entorno, incluyendo a la
familia, diseño de actividades y adaptación del medio a sus necesidades.
- de consejería: puede ocurrir en varios contextos como escuelas, prisiones o instituciones de carácter
público o privado, cuyo objetivo primordial de las evaluaciones es el mejor desempeño del evaluado
en términos de adaptación, productividad, calidad de vida o alguna variable relacionada. Pueden
hacerse mediciones de las habilidades sociales y académicas, así como de personalidad, intereses,
actitudes, valores y otras de acuerdo a la necesidad.
- Clínicos: las evaluaciones que pueden incluir pruebas que ayudan a diagnosticar o descartar
problemas de conducta. Las pruebas empleadas en escenarios clínicos pueden ser de inteligencia,
personalidad, neuropsicológicas u otros instrumentos especializados, según el área del problema que
se requiera evaluar.
- Militares y de negocio: en los negocios así como en el ejército, se emplean las pruebas de acuerdo a la
necesidad, para la toma de decisiones, en cuanto a la carrera que van a elegir, capacitación a recibir,
transferencias, promociones; también de acuerdo a los requerimientos del puesto. Otra aplicación de
estos es para ámbitos como la psicología del consumidor, marketing, en ingeniería; adaptación del
ambiente a las necesidades del consumidor.
- Credencialización u organizacional: licencias y permisos gubernamentales, certificación o la
credencialización general de los profesionales. Para recibir estas requieren de la presentación a un
examen que les certifique su escalafón, nivel de preparación, por ejemplo los abogados, los
psicólogos
- psicología de la salud: área especializada que se centra en entender el papel de las variables en el
comienzo, curso, tratamiento y prevención de padecimientos, enfermedades y discapacidad (Cohen,
1994) en Cohen, 2006, pag 23).
La importancia de la cultura en la elaboración y uso de pruebas, incluyendo la toma de decisiones con base
en los datos de estas.
La comunicación entre el evaluado y el evaluador es una de las partes fundamentales de la evaluación. Los
evaluadores deben sensibles a cualquier diferencia entre el vocabulario o el idioma que le sean familiares a
los evaluados y el lenguaje en que se conduce la evaluación. Así mismo la comunicación verbal, el lenguaje
empleado, modismos, etc., pues pueden influir en los resultados. De allí la importancia de revisar la prueba
antes de aplicarla para anticiparse, hacer acomodaciones o lo que requerimientos sentidos.
Expresan qué tan lejos reside la puntuación de una persona evaluada con respecto a la media de la
distribución, en términos de desviación estándar. Las puntuaciones estándar son puntuaciones en
bruto que se han transformado para tener una media y una desviación estándar dadas, de manera que
sea más fácil su interpretación. Con una puntuación estándar se facilita el análisis de la posición del
desempeño de un examinado en relación con la de otros que respondieron a la prueba (Cohen, 2006).
Puntuaciones estándar
Tipos de normas
Percentiles: Son puntuaciones derivadas que permiten determinar la posición relativa de un individuo
dentro de la muestra de estandarización. Son datos crudos de una muestra de estandarización de una
prueba convertidos a una forma percentil. Es una expresión del porcentaje de personas cuya
puntuación se encuentra debajo de una puntuación cruda particular.
Normas de edad: indican el desempeño promedio en diferentes muestras de quienes responden la
prueba que tenían diferentes edades en el momento en que se aplicó la prueba.
Normas de grado: indican el desempeño promedio de los evaluados en un grado escolar determinado.
Normas nacionales: se derivan de una muestra normativa que fue representativa de la población a
nivel nacional durante el tiempo de estudio de normalización que realizado.
Confiabilidad
Es la congruencia o veracidad de los actos conductuales que se extrae de las pruebas psicológicas o
los experimentos.
Es la precisión con que el test mide lo que mide, en una población determinada y en las condiciones
normales de aplicación. (Anastasi,1982; Aiken, 1995)
Un resultado confiable es aquel que se repite en condiciones semejantes de prueba en momentos
distintos.
Un instrumento de medición confiable arroja puntuaciones equiparables al emplearlo varias veces (y
cuando lo que se mide no cambia).
La confiabilidad de una prueba varía de manera directa con la cantidad de reactivos y la
heterogeneidad del grupo que la presenta. También varía con el nivel de dificultad de los reactivos
que comprende la prueba, siendo máxima con los reactivos que tienen dificultad intermedia (Aiken,
1996).
Estimaciones de confiabilidad
o Método de las formas equivalentes
o Test-retest: es una estimación de la confiabilidad obtenida al correlacionar pares de puntuaciones de las
mismas personas en dos aplicaciones diferentes de la misma prueba.
o método de la división por mitades emparejadas o "split half method“
o método de la equivalencia racional o de Kuder-Richardson.
Validez
- Es un juicio o una estimación acerca de qué tan bien una prueba mide lo que pretende medir en un
determinado contexto.
- Es la elaboración de un juicio en base a la evidencia sobre lo apropiado de las inferencias realizadas a
partir de las puntuaciones de una prueba.
- Ninguna prueba es universalmente válida. Para todo el tiempo, para todo uso, ni con todo tiempo de
poblaciones.
- “un test es válido para aquello con lo que correlaciona” (Guilford, 1946, citado en Muñiz, 1996, p. 52)
- Se entiende como un juicio evaluativo global en que la evidencia empírica y los supuestos teóricos
respaldan la suficiencia y lo apropiado de las interpretaciones y acciones en base a los puntajes de las
pruebas, que son función no sólo de los ítemes sino también de la forma de responder de las personas
así como del contexto de la evaluación.
- Una prueba puede ser confiable sin ser válida, pero no puede ser válida si no es confiable (Aike, 1996).
Categorías de validez
Estas tendencias podrían considerarse características de personalidad que merecen medición por derecho
propio, de hecho, algunas pruebas generan respuestas separadas para estas disposiciones de respuesta, sin
embargo, provocan un problema cuando interfieren en la medición de otros rasgos de la personalidad.
Para esto podemos 1) revisar las respuestas a los reactivos que tienen frecuencias empíricas, 2) revisar la
consistencia en reactivos iguales (pero planteados en forma positiva unos y en forma negativa otros, p.e. me
llevo bien con la mayoría de la gente F V. Me desagrada casi toda la gente que conozco F V). 3) equilibrar
la dirección de los reactivos, y 4) utilizar un método de elección forzada para los reactivos igualadas en una
variable relevante.
Habilidades clínicas y técnicas para ser un buen evaluador conductual y clínico competente
incluyen las aptitudes para hacer lo siguiente (Sattler, 2008):
1. Establecer y mantener el rapport con los niños, padres y los profesores. El rapport se basa en la
confianza, el respeto y la aceptación mutuos. Es la responsabilidad del evaluador lograr la
participación del entrevistado y hacer que lo vea como una persona confiable y que le va a prestar
ayuda (pp. 120) que sienta la libertad para dar información y expresar sentimientos.
2. Usar técnicas de evaluaciones apropiadas para valorar la conducta de los niños.
3. Emplear técnicas efectivas para obtener información precisa y completa de padres y maestros.
4. Evaluar las propiedades psicométricas de las pruebas (tests) y otras medidas psicológicas.
5. Seleccionar una batería de evaluación apropiada.
6. Administrar y calificar las pruebas y otras herramientas siguiendo procedimientos estandarizados.
7. Observar y evaluar objetivamente la conducta.
8. Realizar evaluaciones informales
9. Interpretar los resultados de la evaluación.
10. Utilizar los hallazgos de la evaluación para desarrollar intervenciones efectivas.
11. Transmitir eficazmente los hallazgos de la evaluación, tanto oralmente como por escrito.
12. Apegarse a los estándares éticos.
13. Leer e interpretar la investigación en la evaluación conductual y clínica.
14. Estar al tanto de las leyes y regulaciones relacionadas con la evaluación y la colocación de niños con
necesidades especiales.
Objetivos de una evaluación conductual y clínica
El propósito de una evaluación conductual y clínica es obtener información relevante, confiable y válida
respecto a un niño y sus problemas, que pueda usarse para ayudar a ese niño y a las personas que forman su
mundo social. La información que se obtenga dependerá de las preguntas formuladas por la fuente de
remisión, la capacidad de dicha fuente para proporcionar información relevante, los registros disponibles, el
grado de cooperación mostrado por el niño y su familia, la habilidad de los padres y del niño mismo para
comunicarse, la manera en que el niño y la familia lo perciben a usted, el tipo de procedimientos de
evaluación que use, la atmósfera que establezca y su estilo personal y profesional.
Los objetivos principales de una evaluación conductual y clínica son: a) transmitir información acerca del
proceso de evaluación y de las cuestiones administrativas; b) reunir información de antecedentes importantes;
c) realizar una evaluación informal; d) valorar la información de la evaluación, y e) recomendar
intervenciones y programas educativos.
Consideraciones éticas
1. Capacitación
2. Asesoría
3. Conocimiento de las leyes federales y estatales
4. Conciencia de los prejuicios personales y sociales y las prácticas no discriminatorias. Se esfuerza por
vencerlos o aislarlos de la evaluación si no se pueden vencer.
5. Evitar las relaciones múltiples.
6. Consentimiento informado.
7. Confidencialidad y divulgación de información. Casos en las que se puede violar la confidencialidad:
Cuando existe una sospecha razonable de maltrato infantil (negligencia o abuso infantil), usted está
legalmente obligado a informar de sus sospechas a la autoridad. Cuando el examinado significa una
amenaza física para otra persona, usted debe advertir a l posible víctima. Cuando el examinado es
menor de edad y significa una amenaza para sí mismo, debe notificar a los responsables del niño.
8. Métodos múltiples para reunir información.
9. Interpretación de datos
10. Explicación de hallazgos de la evaluación
11. Registros y datos
Rapport
Es el término semi-técnico que se emplea en la psicometría para expresar una relación cálida y amigable
entre el examinador y examinado, a fin de establecerlo es posible que el examinador necesite tiempo sólo a
platicar con el individuo antes de iniciar la evaluación psicométrica. Es importante mantener la relación
durante toda la evaluación y de allí en adelante hasta el tratamiento y finalización de este (/Hogan, 2004).
Sattler, Jerome y Hoge, Robert (2008). Evaluación Infantil: aplicaciones conductuales, sociales y clínicas.
México: Manual Moderno.
Modelos de evaluación psicológica (Ayala F. Carlos L & Galve M, Jose Luis (1996) (pp20-26)
Se han propuesto una serie de modelos de evaluación que ha surgido en diferentes etapas de este siglo
normalmente contraponiéndose nos a otros.
- modelo psicométrico: este estudiaba, a partir de la Psicología Diferencial, las diferencias entre los
sujetos a partir de su ejecución en distintas pruebas y tests. Para muchos autores, las respuestas a los tests
serían las manifestaciones externas de ciertos atributos. Supuestos de este enfoque: La aplicación de un
test es un experimento psicológico, que exige condiciones estandarizadas que pueden provocar rechazo
en algunos sujetos. Las variables son consideradas rasgos, los cuales son constructos teóricos que deben
ser inferidos de la resolución de la tarea en el test y no observados directamente. Suelen evaluarse
unidades molares más que moleculares. La interpretación de los resultados se hace normalmente
refiriéndose a normas, también referidas a un criterio. Las capacidades humanas se consideran
tradicionalmente estables (test-retest). Se trata de asegurar la objetividad mediante mediciones
cuantitativas.
- modelo médico: sostiene la concepción biologicista de la conducta humana, sobre todo, de sus
alteraciones (Verdugo en Ayala, 1996). El objetivo de la evaluación es descubrir la etiqueta diagnóstica
que permita saber la enfermedad mental y cual su tratamiento.
- Modelo psicodinámico: el Psicoanálisis busca en el interior del organismo la causa de la conducta. El
evaluador trata de descubrir la estructura de la personalidad subyacente, que está en la base de las
manifestaciones externas, las cuales son síntomas de los conflictos inconscientes. Los seguidores de este
se preocupan por la interpretación u análisis de lo que le ocurre al sujeto. Técnicas poco estructuradas
(tests proyectivos, asociación libre y la entrevista) dejando un amplio margen a las respuestas del sujeto y
a la subsiguiente interpretación del terapeuta.
- modelo fenomenológico: da gran importancia a la percepción subjetiva del mundo y a la consideración
del individuo como una totalidad. La evaluación pretende entender, más no describir o explicar el
comportamiento. Utiliza la entrevista y la autoobservación con el propósito de que sea el mismo sujeto
quien sea consciente de sus necesidades y ponga el germen de auto-superación de su problema.
- modelo conductual: el interés por la modificación de conducta por la evaluación vino determinado por la
necesidad de contar con medidas precisas de la eficacia de los tratamientos emprendidos. La evaluación
y modificación de conducta se apoya sobre los principios de la psicología del aprendizaje (aplicable a la
conducta normal y anormal). Se centra en conductas específicas, y no en causas subyacentes hipotéticas.
La conducta, tanto la observable como la que no lo es, tiene un carácter mensurable. La evaluación y la
intervención están estrechamente relacionadas. Con la evaluación, que se basa en datos objetivos
obtenidos preferentemente en el entorno natural, se pretende una descripción precisa del problema que
permita decidir el tratamiento más adecuado e informar de la eficacia subsiguiente del mismo.
- modelo cognitivo: la psicología cognitiva, desde el paradigma del procesamiento de información, se vio
en la necesidad de contar con instrumentos que permitieran evaluar aspectos tales como los componentes
de la inteligencia, el conocimiento tácito, el juicio crítico, la creatividad, la inteligencia social, las
habilidades sociales de comunicación y diálogo, la comprensión de problemas, etc. Criticaba al enfoque
psicométrico que tenía en cuenta momentos puntuales, dejando de lado el carácter dinámico de la
inteligencia, su incremento o cambios producidos por el aprendizaje o por la edad. Precisamente, los
desarrollos más prometedores de este enfoque han surgido en el ámbito de la evaluación dinámica de la
inteligencia. También han surgido intentos por evaluar la personalidad.
- modelo bio-psi-social: el reconocimiento de que el individuo tiene múltiples facetas (personal,
interpersonal, contextual) y que todas ellas se integran en un todo ha llevado, en los últimos 20 años, al
avance de modelos ecológicos o ambientales que pretenden medir las dimensiones del entorno y su
influencia sobre la conducta. Se evalúan los ambientes familiares, los ambientes significativos para el
sujeto. También la psicología comunitaria ha puesto implicaciones interesantes para la práctica de la
evaluación, si bien principalmente en el campo de la salud mental. Pretende, desde un enfoque
interdisciplinar, evaluar la realidad bio-psico-social de las personas, prestando atención especial a los
contextos (familia, trabajo, amigos, comunidad) en los que se desenvuelven y a los requerimientos que
les plantean. Este enfoque ha permitido fomentar acciones preventivas y de promoción de la salud, al
constatar el enorme costo que supone la atención a las personas con trastornos mentales y las dificultades
de adaptación social.
Para la elaboración del informe de evaluación psicológico se parte del motivo de
consulta.
(Esquivel (2007), los motivos por los que se lleva a un niño a consulta con un especialista de la salud mental
son múltiples y muy variados, por lo general son los padres quienes solicitan una evaluación para su hijo
porque identifican “algo” en él o ella, algo que consideran un “síntoma anormal”, o porque alguna otra
persona, por ejemplo, una maestra o autoridad en la escuela, les señala que el pequeño o pequeña tiene
problemas.
Sin embrago, lo que puede tener valor de síntoma para los adultos, no necesariamente lo tiene para el niño.
Cuando se trabaja con menores hay que tener en cuenta que quien solicita la evaluación no es el niño, sino
que son otros los que requieren que se le evalúe y se le trate.
En la actualidad, se ha puesto muy de moda en las escuelas que cuando un niño no aprende o tiene problemas
de conducta, se le canaliza de inmediato al psicólogo, lo que es adecuado en ocasiones, pero en otras es
posible que la maestra o los métodos de enseñanza sean los que estén fallando, o bien otro factor de origen
psicológico. De cualquier manera, una de las quejas más frecuentes por las que se lleva a un niño a
evaluación psicológica es por problemas de aprendizaje o escolares. Esto obviamente tiene que ver con las
expectativas y fantasías que los padres tienen acerca de sus hijos, para quienes resulta una herida narcisista el
que sus pequeños no se desempeñen tan bien como otros.
Los padres que son enviados al psicólogo por este tipo de problemas en sus hijos, pueden presentar una
diversidad de reacciones que el profesional debe considerar. Es probable que, en muchas ocasiones, los
padres vayan angustiados o reticentes pues temen descubrir que la falle no es el niño sino de ellos mismos, lo
que les lleva a presentarse con una transferencia negativa que en realidad se establece antes de conocer al
psicólogo, y que va desde el temor hasta el franco rechazo.
Esquema
conceptual Evaluación Informe Intervención
operativo psicológica psicológico
Instrumentos Orientación
Si considera que necesita hacer más evaluaciones para poder dar un diagnóstico u ofrecer intervenciones,
puede recomendar, por ejemplo, una evaluación neuropsicológica, una evaluación médica, una del habla y el
lenguaje o una evaluación psiquiátrica. Con la suficiente información, estará en una mejor posición para
recomendar intervenciones apropiadas.
Cuando haga sugerencias que tengan que ver con otras personas (como los padres o maestros), es importante
que colabore con ellos, en lugar de decirles lo que deben hacer.
Una estrategia útil es presentar cada recomendación estableciendo la base de su sugerencia: “Debido a las
habilidades de comprensión de lectura por debajo del promedio de Sara, se recomienda que…” “Como
Arturo tiene dificultades para memorizar datos nuevos, sugiero que…”, “Debido a la conciencia
fonológica limitada de Ana, ella podría…”.
INFORME DE EVALUACIÓN
Datos de identificación
Familiograma
Información relevante
Historia familiar
Historia personal
Pruebas aplicadas
Análisis Cuantitativo
Análisis Cualitativo
Impresión diagnóstica: Integración resultados de pruebas por área con los datos de la historia familiar
y personal del sujeto evaluado
Recomendaciones: Fortalezas, debilidades
Institución educativa y/o padres de familia y/o sujeto evaluado
Referencias
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