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1.- Concepto de Bien Jurídico.

Los bienes jurídicos son intereses humanos que requieren protección y constituyen un límite y una garantía
dentro del derecho penal. El bien jurídico no es un concepto puramente legal de protección de derechos
subjetivos que crea el legislador y lo plasma en la norma, sino un concepto material, un interés del individuo
y de la comunidad; es la protección del derecho lo que eleva este interés a la categoría de bien jurídico.
En sentido general, aquel bien que el derecho ampara o protege. Su carácter jurídico deviene de la creación
de una norma jurídica que prescribe una sanción para toda conducta que pueda lesionar dicho bien. Sin la
existencia de esa norma, que tiene que estar vigente y ser eficaz, el bien pierde su carácter jurídico.

2.-Mencione 3 bienes jurídicos protegidos.


Los delitos dañan o ponen en peligro los bienes jurídicos; la ley tiende a proteger dichos bienes.
Bienes jurídicos protegidos:
*Vida, salud (delitos que lo atacan: homicidio, lesiones, etc.)
*Honor (delitos: calumnias, injurias)
*Honestidad (delitos: abuso deshonesto, ultrajes al pudor, etc.)
*Libertad (rapto, privación ilegitima, etc.)
*Propiedad (robo, hurto, estafas, defraudaciones, usurpación, etc.)

3.- Clasificación de los bienes jurídicos.


Condiciones para afirmar la existencia de un bien jurídico-penal
Desde esta perspectiva, puede afirmarse que son dos las condiciones esenciales para afirmar la existencia
de un bien jurídico penal: suficiente importancia social y necesidad de protección por el Derecho penal.
Bienes jurídicos individuales: En función de quién sea el titular del bien jurídico existen de tipo material
como es todo aquello que tiene valor monetario, como por ejemplo las propiedades o bienes patrimoniales, y
de tipo inmaterial, como la vida, la salud, la libertad, el honor).
Bienes Colectivos: Son aquellos que corresponden a la familia, la sociedad, a la comunidad local, nacional,
internacional. La principal consecuencia de esta distinción radica en que los bienes jurídicos colectivos son,
por definición, indisponibles (por ejemplo, un grupo de ciudadanos determinado no puede acordar
válidamente en nuestro ordenamiento jurídico renunciar a la protección penal del medio ambiente, pues el
medio ambiente nos pertenece a todos, e incluso a las futuras generaciones).

Bienes jurídicos intermedios: Por otro lado, se suele denominar bienes jurídicos intermedios a aquéllos
cuya tutela va dirigida a evitar la lesión mediata o inmediata de otros bienes jurídicos (por ejemplo, la
seguridad vial y siguiente del Código Penal sería un bien jurídico intermedio respecto de la vida e integridad
física de las personas).

4.- Fundamento constitucional de un bien jurídico en el derecho penal.


La Constitución por su esencia y por su carácter democrático influye sobre la ley penal en el momento de la
configuración de los bienes jurídicos. El aspecto positivo de la Constitución como elemento integrador en la
conformación de bienes jurídicos viene dado por la indicación que existen valores vigentes que defender, sin
que ello nos lleve a posiciones acríticas o de obediencia o fidelidad al Estado.
La Constitución cumple una función programática que incidirá en el derecho penal y en lo específico en la
configuración del bien jurídico, como puede verse las normas constitucionales orientan el ordenamiento
jurídico-penal, la función promotora de la Constitución no debe ser entendida como defensa del status quo o
de un sistema social determinado, por el contrario, el contenido de las normas constitucionales, que recogen
principios generales, valores y aspiraciones se convertirán en instrumento a ser utilizado en la conformación
de nuevos bienes jurídicos o en la exclusión de bienes jurídicos.

5.- Definición de delitos especiales.


Son también conocidos como de sujeto activo calificado o cualificado, “aquellos delitos que sólo pueden ser
cometidos por los sujetos que reúnan las calidades especiales previstas en el tipo penal”, razón por la cual, a
diferencia de los delitos comunes, sólo podrán ser cometidos por cierto grupo de personas, de suerte que si
el autor no cuenta con los requisitos mínimos del tipo, surgirá la atipicidad de la conducta.
Aunado a lo anterior, la doctrina ha diferenciado la existencia de los delitos especiales impropios y propios.
En cuanto a los primeros, son aquellos que “tienen correspondencia con uno común, es decir, se trata de
delitos en los que la calidad personal del sujeto (su condición de funcionario público, por ejemplo) no es
determinante puesto que el comportamiento tiene correspondencia con un delito común”.
Por el contrario, los delitos especiales propios, son entendidos como “aquellos que sólo se han previsto para
sujetos cualificados y no existen al margen de éstos, es decir que exigen una específica condición del sujeto
activo.

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